HIPOTESIS EN TORNO A UN DESARROLLO PARALELO DE LA
MASONERIA CANARIA Y CUBANA DURANTE EL PRIMER
TERCIO DEL PRESENTE SIGLO.
ACOTACIONES PARA UN ESTUDIO
"¿Grupos de presión ideológicos? No contamos
con nada importante sobre la acción política de la
francmasonería, que sin embargo hizo correr tanta
tinta".
JEAN BAPTISTED UROSELLE1, 9'67
m
Las líneas que siguen constituyen un ensayo histórico que trata E
de ahondar y de buscar nuevas perspectivas en la relación contempo- O
ránea entre el Archipiélago canario y el mundo del Caribe, más con- -
=m
cretamente la isla de Cuba. Aunque la escasez de monografías sóli- O
E
das sobre la masonería canaria y la cubana representa, inicialmente, E
2
una dificultad nada fácil de superar, hemos tratado de establecer E
-modestamente- algunas de las premisas que, a nuestro juicio,
deben tenerse en cuenta para afrontar el amplio panorama de los 3
intercambios entre ambos mundos desde el punto de vista ideoló- e-m
gico e, incluso, socio-político. E
Las hipótesis a las que habremos de llegar, surgidas en su mayor O
parte de un juego comparativo esencialmente epistemológico, son,
para nosotros, una base discutible que se irá confirmando o desmo- E
ronando a medida que avancen nuestros conocimientos en este terre- a
no que tiene mucho de apasionante.
El grueso del material utilizado en este trabajo procede del Ar- o
chivo de los Servicios Documentales de Salamanca, así como tam- 3o
bién -en menor medida- de los centros de Canarias, especialmente
de E! M~ c e cC m u f i ~y !a nib]i=trca ::r=s=.,=lS@cu=CeryantessL. a
documentación será correctamente citada en lugar apropiado.
2. LA GRAN LOGIA REGIONAL DE LAS ISLAS CANARIAS
Como hemos señalado en otras ocasiones1, las logias que proli-feraron
en Canarias durante el último tercio del ochocientos no pu-l.
Cfr. PAZS ~NCHEMZ. ,d e: L a Masonerz'a en Canarias. "colección Guagua", Las
Palmas, 1979; y La Masoneria en La Palma (1875-19361. Contmbución a su estudio en
el Archipiélago canario, La Laguna-Santa Cruz de La Palma, 1980.
dieron cruzar, en su mayoría, el umbral de la presente centuria. Así,
por ejemplo, en el caso concreto de La Palma, la antigua Logia Abo-
Ia, n." 91 se extinguió apenas inaugurado el nuevo siglo, reorganizán-dose
en 1911 bajo la obediencia del Grande Oriente Español. En Te-nerife,
de amplia tradición masónica, Añaza, n." 125, que comenzó
sus trabajos a mediados de la década de 1890 bajo la tutela del Se-renísimo
Gran Oriente Ibérico, pasó a depender también del Oriente
Español. El resto de las logias canarias decimonónicas desaparecie-ron.
Sin embargo, fueron creados nuevos talleres, sobre todo en Las
Palmas de Gran Canaria y tambign en Santa Cruz de Tenerife, cuya
característica común parece ser la escasa perdurabilidad. Por fin, el
20 de noviembre de 1922 levantó sus columnas en Las Palmas, con el
apoyo del Supremo Consejo del Grado 33 para España y sus depen-dencias,
y, con la mediación de Ariaza, n." 270, ia Logia Andamana '. o,,"
Coincidiendo precisamente con el movimiento autonomista pro- E
ducido en el seno del Grande Oriente Español a partir de 1920 3, las O
Logias canarias A ñ a z ~ , Abma y Andamana decidieron, de común - m
acuerdo, la creación de una Gran Logia Regional Canaria, cuyos por- o
E
menores merecen una detallada exposición. E
2
El 28 de noviembre de 1922 se reunieron en Santa Cruz de Tene-rife
los masones José Freixa Martí, Julián Rodríguez Ballester y Juan
Vich Company, representantes -respectivamente- de las tres Logias
anteriormente mencionadas; acordando ((nombrar presidente de la
Comisión designada por las Logias para la organización de una Gran
Logia Regional, al miembro activo de la Añaza Amado Zurita Colet,
grado 339 4. A1 día siguiente se celebró la sesión presidida por el ci-tado
hermano, quien propuso la utilización de las «bases acordadas
en la Gran Asamblea Constituyente celebrada en Madrid en octubre
del presente año» para orientar el trabajo, ((estudiando las modifica-ciones
que en ellas pudieran introducirse y viendo si dentro de ellas
cabía proponer al Supremo Consejo del Grado 33 para España, la
cunsiiiución de una Gran Logia ñegiürida; propuesta que fue acep-tada
2. Comunicación de Juan Vich al Supremo Consejo 6el Grado 33 para Españz y
sus dependencias (en adelante S.C. 33, Santa Cruz de Tenerife, 26 de noviembre
de 19D, Archivo de los Servicios Documentales del Estado de Salamanca (A.S.D.S.),
si&. 496-A-1. Mss.
8. FERRERB E ~ I E LJI. , A, : Masoneria española contemporáitea. Voi. 2: Desde
1868 hasta nuestros dias, Madrid, abril 1980, pp. 54-55.
4. Acta p r e - l i a r (copia) de l a Gran Logia de Canarias, Santa Cruz de Tenerife,
28 de noviembre de 1922. A.S.D.S. 7454-1 (112). Mss.
5 Acta.. ., 29 de noviembre de 1922, loc. cit. Mss.
El 30 de noviembre tuvo lugar otra reunión en la que los comi-sionados
acordaron por unanimidad :
1." Proponer que el nuevo Taller en fase de ejecución se deno-mine
Gran Logia Regional de Canarias, ((cuya jurisdicción compren-da
el Archipiélago canario, costa occidental de Africa y posesiones
españolas del Golfo de Guinean.
2." Que la creación de la citada Gran Logia está conforme con la
base 6." de las aprobadas en Madrid, y, que, ((considerando que la
época actual es una época de reconstitución de la Masonería Espa-ñola~,
d icha erección debe realizarse con la autorización del Supremo
Consejo del Grado 33, sin necesidad de intervención por parte de la
Grm Legia de! Mediedi2 (a !u yUe kiciu!rnerite hubrkr, de .;erteriecer ,,
las logias de las Islas Canarias), «por no estar ésta aún constituida,.
E
3." Las razones aducidas en favor del autonomismo masónico O
n canario son: a) la existencia de una logia simbólica en cada una de =m
las tres principales islas del Archipiélago; b) la importancia de las O
E
mismas; c) el alejamiento de la Península, y d) ((nuestra situación E
2
geográfica y nuestras relaciones sociales y comerciales que nos hacen E
tener un contacto mucho más frecuente e íntimo con hermanos y 3
logias extranjeras, algunas de Inglaterra y muchas del Centro y Sur
de América que nos llevan a orientar nuestros trabajos con una ge- -
0m
neralidad, con una universalidad, mayor si cabe, que las logias de E
nuestra Península y que por no haberlo podido hacer así en tiempos O
pasados, por la falta de cordialidad de relaciones de nuestro Grande n
Oriente con aquellas Potencias masónicas, nos ocasionaron situacio- E a
nes desagradables y difíciles de solventar)).
n -
4." Detallar brevemente las ((adicioness o modificaciones de las
bases de creación de Grandes Logias que fueron aprobadas en el Con- =
greso madrileño, o sea, en la Asamblea constituyente de 1922. O
5." Se decide comunicar lo acordado a la Gran Logia del Medio-día,
para que ((nunca pueda tomarse como desafección a la misma)),
dado que la ((existencia de la Gran Logia Regional de Canarias ha de
servir para facilitar y mejorar las relaciones de la Potencia masónica
española con el extranjero, especialmente con las de América»; y,
asimismo, se presenta la resolución al Supremo Consejo para que
expida c<!2 Cartu Pater,t- c=l,stitUfiu =t=rgUe re~!aridud a la
6. Acta.. ., 30 de nwiembre de 1922, loc. cit. Mss
7. Ibid. El subrayado es mío.
que desde hoy consideramos Gran Logia Regional de Canarias, en
instancia,.
Una nueva reunión, el 27 de enero de 1923 decide, entre otras
cosas, escribir por segunda vez al Supremo Consejo en relación con
los objetivos mencionados. Este organismo contestó a los masones
canarios el 20 de febrero para comunicarles que, «de acuerdo con
los organizadores de la Gran Logia del Mediodía de España, hemos
resuelto autorizaros para que constituyáis en esas Islas una Gran
Logia Regional que auspicie a las Logias ahí establecidas, en vista
de las razones existentes para ello» 9. Sin embargo, los isleños deci-dieron
escribir a la potencia peninsular mostrándole su disconformi-dad
en el procedimiento seguido para autorizar la creación de su
Gran Logia lo, alegando para ello numerosas razones de carácter jurí-
, . 2: - - - - - . - - ulcv iildaullicu. Ee f~riiia parcclela se &iigkT~íi a E. Q~artier La - m
Tente, Gran Secretario de la Asociación Masónica Internacional, E
quien les comunicó, el 17 de marzo, que la Gran Logia Española de O
Barcelona (antes Catalano-Balear) era «la única potencia española n-- m regular y que sólo ella forma parte de la Asociación Masónica Inter- O E
nacional. Esto en virtud de una decisión del Congreso de 1921 en SE
Ginebra, l', añadiendo que «el Gran Oriente de Madrid no ha dado -E
señales de vida desde muchos años y parece en plena disolución, 12.
Las gestiones emprendidas por los masones canarios en pos de 3
-
un organismo auspiciador, se inclinaron muy pronto hacia la citada -
0
m
Gran Logia Española barcelonesa. Así, por ejemplo, podemos cons- E
tatar que las bases de la Gran Logia Regional fueron extractadas de O
las de aquella, de cara a la Asamblea constituyente que habría de n
celebrarse el día 1." y siguientes de abril de 1923 13. La comisión or- -E
a ganizadora imprimió un programa o cuestionak con los puntos a l
discutirI4 y un regiamento de la citada asamblea que, en efecto, se n
n celebró en Tenerife del 29 de marzo al 3 de abril del indicado año.
3
O
8. Acta.. . , 27 de enero de 1923, loc. cit. Mss.
9. Comunicación de S.C. 33 a la Logia Añaza, n.o 270, Madrid, 20 de febrero de
1923, loc. cit. Ms.
10. Comunicación de la Gran Logia de Canarias (G.L.C.) al S.C. 33, Santa Cmz de
Tenerife, 9 de marzo de 19-3, loc. cit. Mss.
11. Copia de la comunicación de E. Quartier La Tente, 17 de marzo de 1923. .
loc. cit. Mss.
12. Zbld.
13. Adiciones y modificaciones que la Com. de Const. de la G.L.R.C. propone como
complemento al impreso que obra en poder de la misma, que dice: Declaracidn de
pvincipios, constitzcción y reglamentos generales de la Gran Logia Española. Barcelona,
1921. Y que servirá de base a la constitución de aquélla en la Asamblea constituyente
del día Primero y siguientes de abril de 1923, copia. Loc. cit. Mss.
14. CUESTIONARIO de los extremos más importantes a tratar en la asamblea
Mas6nica Regional de Constitución de la G.L.R. de Canarias que debe celebrarse en
Santa Cruz de Tenerife los días 1.O y siguientes de abril del año de 1923, loc. cit.
El 20 de abril el Supremo Consejo de la recién nacida Gran Lo-gia
de Canarias, se dirigió a los talleres del Archipiélago para feli-citarles,
prometer el envío de las nuevas cartas constitutivas, soli-citar
los cuadros lógicos respectivos y pedir colaboración y ayuda
para la buena marcha de la institución. Al mismo tiempo indicaba,
la nueva obediencia, que ya se había dado cuenta «de nuestra cons-titución
a las distintas fracciones en que está hoy dividida la Maso-nería
españolax. Prometiendo que en cuanto se recibiera alguna res-puesta
((tendremos el gusto de comunicárosla para que, en todo mo-mento,
exista la compenetración espiritual necesaria entre todos los
elementos que constituyen nuestro organismo)) 15. La circular que se
envió a las potencias peninsulares tiene un gran interés 16. Comienza
por señalar el acuerdo unánime en establecer la Gran Logia de Ca-narias,
con sede en Santa Cruz de Tenerife; y la elección de los prin-cipales
cargos, a saber:
Gran Maestre: Amado Zurita y Colet.
Gran l." Vigilante: Antonino Pestana Rodríguez, venerable de
Abom.
Grm 2." Vigilante: José García Lauzaran, venerable de Añma.
Gran Orador: Juan Vich Company.
Gran Secreta&: Manuel de Armas Marrero.
Gran Experto: Alfredo Galán Moreno, venerable de Andamana.
Gran Tesmero: Adolfo Bencomo y Fernández.
Seguidamente el Taller canario emite una serie de consideracio-nes
que merecen ser destacadas:
'"Desorientada esta asamblea respecto de la marcha de la Orden en
España, acordó informarse con exactitud de lo que ocurre, an-tes de
auspiciarse a ninguna de las fracciones en que está dividida.
Si la futura vida de la Masonería española ha de ser la de puro
trámite, expedir títulos y grados, cuyo valor, pasadas las fronteras, se
pone en entredicho, no compensa los sacrificios que venimos realizando
y a íos que estamos oóiigados por amor a ia Orden.
La pasada guerra, al derrumbar las civilizaciones anteriores a ella,
ha puesto a discusibn todos los valores sociales y ha planteado proble-mas
que afectan a la marcha y a la vida de las generaciones futuras.
Atravesamos el período de transición más grave y peligroso que
registra la Historia; se avecinan sucesos cuyo desarrollo no puede pre-
15. Cfr. por ejemplo, Comunicaci6n de la G.L.C. a Añaza, n . O 1, Santa Cruz de
Tenerife, 20 de abril de 1923, loc. cit. Mss.
16. Copias de la Comunicaci6nCircular dirigida al Grande Oriente de España
(Madrid) ; al S. Consejo de la Gran Logia Española (G.L.E.) ; al S. Consejo 33, y a
Diego Martinez Barrio (Sevilla), Santa Cruz de Tenerife, 20 de abril de 1923, loc. cit.
Mss.
573
verse y cuya desconocida finalidad ha de cambiar completamente la
actual organización de las Sociedades.
El porvenir está preñado de nubes y en la atmósfera nacional se
siente la pesadez precursora de las grandes tormentas sociales.
Si en estas circunstancias el papel de la Masonería ha de ser pasivo,
debe desaparecer por inútil; si aspira a influir procurando que los
sucesos marchen por cauces de justicia y libertad, de alta conveniencia
Nacional y humana, debe unirse en apretado haz, que constituya una
fuerza real, que pueda ser eficaz cuando la ocasión sea oportuna.
Para conseguir eso, deben todos deponer la actitud en que están
colocados, debe convocarse una Asamblea a la que todos concurran y
debe en ella organizarse la Masonería Nacional sobre bases amplias que
abarquen todos los puntos hoy en litigio y debe, finalmente, intervenirse
en la vida pública, no para defender a determinado partido o secta,
sino para encausar las luchas políticas y sociales dentro de los moldes
de la mayor li.b er.ta.d , de la mayor tolerancia, de la mayor justicia, afir- =a=Y= 1 ~ ps r i x l p c s MasS~iicm de que !cs cdkx, las persecucimes,
las injusticias, y las violencias nada estable crean y que toda obra buena
y conveniente debe asentarse sobre los sólidos cimientos del mutuo
respeto, de la tolerancia y de la conveniencia de todos" 17.
El texto contiene, además, una aseveración condicional impor-tante
:
"Si ese alto cuerpo, comprendierido lo justo y razonable de nuestros
anhelos, está dispuesto a todos los sacrificios necesarios para que la
unión de todos los masones españoles, constituyendo un solo cuerpo,
serio, fuerte y reconocido por todos; sea un hecho, esta Gran Logia
considera(rá) como el primero de sus deberes, sumarse con todas sus
fuerzas y entusiasmos a esa gran Entidad Masónica Nacional; pero si
este ruego es desatendido, si la Masonería nacional continúa disgregada
y sin prestigios serios en el exterior, sintiéndolo con toda su alma
recabará de los altos Poderes Extranjeros el reconocimiento de su per-sonalidad,
convencida de que sus sacrificios serán estériles si la Orden
en Espafía no se une tremolando la bandera de los altos ideales de paz,
justicia y amor, que constituyen el credo masónico.
Estas sinceras y leales declaraciones no están dictadas por el es-píritu
de indisciplina social porque el mundo atraviesa, ni son tampoco
hijas de ambiciones que resultarían mezquinas y censurables en los
inoiiicntos ac:Ua!cs; estáii inspiradas eii el =ás puro y acendrado aiiiüi
a los prestigios de la Orden, hoy puestos en entredicho fuera de nues-tras
fronteras" 18.
También se dirigieron los masones canarios al Comité Internacio-nal
de Relaciones Masónicas lg, al que, tras informarle de la erección
18. Ibid.
19. Comunicación al Comite Internacional de Relaciones Masónicas. Neuchatel.
Canta Cruz de Tenerife, 20 de abril de 1923, loc. cit. Mss.
de la Gran Logia insular, indicaron que ninguno de los grupos en que
se encontraba dividida la francmasonería española podía ((asumir
una representación verdaderamente nacional y ninguno de ellos tiene
fuerza para imprimir a la Masonería Española la actuación rápida
sostenida y bien orientada que las circunstancias exigen» Respecto
a la Gran Logia de Barcelona, el «grupo más serios, opinan los isle-ños
que «es imposible constituir la Masonería Nacional sobre esa
base, por la desconfianza con que el resto de España ve la actuación
política de Cataluña, que acentúa cada vez más sus tendencias se-paratistas))
21.
Ante el panorama desolador que, como hemos ido viendo, ofrecía
para los canarios la Masonería en España, éstos afirman que decidie-ron
no unirse a ninguna de las ramas existentes. Además, presentan
sus súplicas al citado Comité internacional para que influya ante
«todos los organismos masónicos españoles sobre los que tengáis au-toridad
moral)), para que acepten los criterios de unificación general
y para que cesen las diferencias 22.
Por otro lado, se siguen cruzando misivas con las potencias pe-ninsulares.
El 16 de mayo la Gran Logia de Barcelona expresaba su
deseo, común al de los isleños, de que se ((llegue en España a una
verdadera inteligencia masónicas, objetivo por el que se proponía
luchar 23.
El 14 de mayo, una amplia carta del Supremo Consejo del Gra-do
33 aclaraba su situación a los francmasones del Archipiélago. Des-tacan,
en primer lugar, su deber de dar la ((voz de alerta y rogaros
que desechéis toda noticia que ponga en tela de juicio el altísimo es-píritu
de justicia y fraternidad, de moralidad y de pureza que hoy
inspira nuestra conducta» %. Continúan luego señalando que del Con-greso
de Lausana, celebrado en mayo de 1922, ((salió reafirmado, ...,
que la única regularidad Masónica de España era la atribuida a este
Supremo Consejo» 25 ; además
"En Eqaña no existe, frente a las organizaciones que nosotros
auspiciamos ninguna otra regular. Hay sí, la llamada Gran Logia Na-cional
(antigua Catalano-Balear) que al habla estuvo con numestros altos
dignatarios para ver el modo de llegar a una unión. De nuestra parte
sólo facilidades se brindaron, sólo pusimos como indispensable condi-
Ibid.
Ibid.
Ibád.
Copia de la Comunicación de la G.L.E. de Barcelona a la G.L.C. Barcino,
16 de mayo de 1923, loc. cit. M s .
24. Copia de la Comunicacibn del S.C. 33 a Ia G.L.C., Madrid, 14 de mayo de 1923,
loc. cit. Mss.
25. Ibád.
ción que ese organismo hiciese una depuración en sus cuadro lógicos,
ya que sabíamos de an modo cierto que tenían en ellos miembros
indignos de ostentar el honroso título de hermanos; algunos haban
sido irradiados de nuestra Orden por gravísimas faltas morales. Desde
el instante que esta demanda se hizo, cesaron los diálogos. ¿Es con
grnte tales con quien queréis uniros?"%.
Por último, el Supremo Consejo señala que si la nueva Gran Lo-gia
de Canarias upuede nacer es porqué bajo nuestro auspicio se
crea y nosotros le concedemos la carta constitutiva. Y que su máxi-ma
adhesión consiste en esto, en que nace de este Supremo Consejo
¿Cómo suponer que siendo creación de él, su primer acto va a ser
poner en duda su autoridad?)) '7. Pues sí. A pesar de estas palabras
que tienen mucho de sofisma, los masones canarios no veían con
h ~ e n e sO ~ O Y!U rea!id~d frmcm~rS~?icpae ninsdzr. NO ehs t a~t e!a s 2
relaciones no se quebraron. Así, el 18 de junio el hermano Diego
Martínez Barrio contestaba, con bastante retraso, a la comunicación O
de la masonería insular, recalcando el hecho de la necesaria unifica- n-- m ción de los masones españoles: O E
"Lo pide a voces la situación difícil de la gatria; el ímpetu audaz
de las fuerzas reaccionarias que, asomándose al mundo, suspiran por
remedar el 'fascio' italiano, implantando aquí, sin patriotismo, una
dictadura semejante; el desbarajuste de Marruecos donde tenemos
como enemi,go de mayor cuidado nuestra incomprensión y torpeza;
las sangrientas jornadas de Barcelona.. ." 28.
Terminaba su carta el ilustre masón con cierta esperanza, pues,
la ((noble inteligencia de Augusto Barcia, su desinterés y su espíritu
de sacrificio, dominan el plano de miserias donde la masonería estaba
viviendo, y luego de sacarla de él procura que arribe a puerto de
salvación,, 29.
El 28 de octubre la Gran Logia Canaria transmitió a sus integran-tes
copia de una comunicación que había recibido de su homónima
de Barcelona. Se trataba de un informe sobre los resultados del Con-greso
Internacional masónico celebrado en Ginebra poco tiempo
atrás 30. En dicha asamblea se había suscitado, fuera del orden del
día, una llamada mestibn espcWlola, motivada «por haberse presenta-
26. Ibid
27. Ibid.
28. Comunicaci6n (copia) de Martínez Barrio a D. Amado Zurita, Sevilla, 18 de
junio de 1923, loc. cit. &&s.
29. Ibid.
30. Comunicaci6n de la G.L.C a Añaza, n.O 1, Santa Cmz de Tenerife, 28 de octubre
de 1923, loc. cit. Mss.
do para asistir al Congreso una Comisión del extinguido Gran Orien-te
Español, presidida por el hermano Barcia.. . alegando que no había
dejado de existir», en consecuencia:
"La Junta Directiva de la Asociación Masónica Internacional se
reuni6 antes de principiar el Congreso y decidió por unanimidad que
no habiendo jamás confirmado el Gran Oriente Español su adhesión a
la A.M.I. y no habiendo podido dar explicaciones satisfactorias sobre
su supuesta disolución, no se podía dar entrada a la mentada Comisión
para asistir al Congreso.. . Se le comunicó así a los Delegados.. . que se
retiraron. Esto dio a la Asamblea la ocasión de consagrar irrefutable-mente
a la Gran Logia Española como única potencia regularmente
reconocida en España" 31.
En dicha reunión internacional se trató también de la modifica-ción
del artículo de la Asociación iviasónica, según e1 cual para ei ,,
reconocimiento de una potencia masónica de un país, donde ya exis- E
tiese una obediencia avalada, era necesaria la aprobación de la orga- O
nización más antigua. Por lo tanto, la Gran Logia de Barcelona podía n
=m
vetar el ingreso del Grande Oriente Español (o su sinónimo el Gran O
E
Consejo Federal Simbólico) en la comunidad masónica multinacio- E
2
na1 32. Sin embargo, esto no llegó a producirse pues ambas organiza- E
cienes firmaron un pacto en Bruselas, el 26 de septiembre de 1924,
ampliado en enero de 1925, por el cual se reconocieron mutuamente 3
((potencias masónicas regulares, con jurisdicción en toda España (y em-por
tanto reconocidas por la Asociación Masónica Internacional) E
cambiando garantes de amistad; aceptando sus respectivas consti- O
tuciones.. . » . n
A pesar de los cambios que, continuamente, parecían operarse en E
el seno de la francmasonería española, los canarios no parecían estar a
muy decididos a resolver del todo sus problemas de regularidad ma- n
sónica. En junio de 1925 la Gran Logia volvía a escribir a los talleres
de su obediencia para informarles que acababa de recibir la carta O3
constitutiva, ((que expedida por el Supremo Consejo del Grado 33
pz.2 Equñu y scs &pec&ccias, nes dc, reg~laridady prsona!i&d
masónicas necesarias para formar parte de la Masonería Universal
y ser reconocidos como tales por las Potencias Masónicas Regula-res
» %. La carta patente fue dada en Madrid el 17 de abril de 1925
bajo el nombre de Gran Logia Regional de Canarias, nP 6. Sin em-
33. Comunicaci6n de la G.L.C. a Abora, n.o 2, Santa Cruz de Tenerife, 28 de
marzo de 1925, loc. cit. Mss., y nota 1, supra.
34. Comunicacibn de la G.L.C. a Añaza, n.o 1, Santa Cruz de Tenerife, 6 de junio
de 1925, loc. cit. Mss.
bargo, continuaba el dilema a la hora de elegir cuerpo auspiciador o
potencia peninsular a la cual federarse. Así, los componentes de la
Gran Logia insular hacen llegar a sus subordinadas «de un modo ab-solutamente
imparcial)), sus juicios sobre la situación 35:
a) En el orden internaciond ambas potencias simbólicas están
reconocidas y consideradas regulares, y forman parte de la Asocia-ción
Masónica Internacional, ([por tanto, merecen a la Masonería de
Canarias, iguales garantías para nuestras relaciones exteriores)).
b) En el orden nacional, los masones isleños consideran el asun-to
desde tres facetas diferentes:
1." Aspecto moral: Se coincide también en que las dos obedien-cias
españolas trabajan con verdadera ccseried~d, progreso y liberali-
&do, a! centar c m pers~nalidudesc gmg las de Barcia Jv -P -n-r- t-~--i ae n
Madrid, y como las de Esteva y Gersch en Barcelona.
2." Aspecto económico: En este sentido «si bien las cartas cons-titutivas
... son más caras en Madrid y esto representa un solo gasto,
en cambio las capitaciones y refrendos de títulos son más económi-cos
que en Barcelona)). Aunque este aspecto pecuniario «nos parece
que no debe importarnos)).
3." Aspecto administrativo: Los dirigentes de la Gran Logia se
inclinan en este punto en favor de Madrid, por considerar que de es-te
modo gozarían de una mayor autonomía. No obstante, aclaran su
deseo de no influir en la decisión final que han de tomar las logias
constituyentes, y subrayan que (muestra finalidad debe ser : Cl~narZas
y su Maoneria su2 géneris y muy regional».
A pesar de las simpatías de la Gran Logia por la jefatura madrile-ña
del simbolismo, la situación inestable y los reajustes que parecía
sufrir, a cada momento, la potencia de la capital de España, hacen
que la balanza se incline decisivamente hacia Barcelona. En ello in-fluirá
también la Logia Añaza, n." 1 que, con un notable peso especí-fico
dentro de la organización masónica del Archipiélago, nombrará
- - : - - A + 1 A 1 ,,-,.;An an nh~a;~pr i9 UIM LUUISIUII qut: U~UL L L I IeQ! p I " U A G u a e , la adv,,LuLh xwAu,
llegándose a los siguientes acuerdos que la Logia hizo suyos y trans-mitió
a la de Canarias 36:
PRIMERO: Que en vísperas de celebrarse el ,Congreso Internacional
Masónico y teniendo ,en cuenta las desmembraciones que recientemente
35.. ibid., ios subrayados son dei origiuai.
36. Informe de la Comisión de la Logia AAñaza, n.o I, Santa Cruz de Tenerife,
22 de seotiembre de 19%. Cfr. también Comunicación de Añaza. n.o 1 a la G.L.C..
Canta C& de ~en&ife, 9 de noviembre de 1925, loc. cit. Mss
acaba de sufrir el Consejo Federal Simbólico de Madrid, cuya vida no
parece duradera, estas Lcgias ratifiquen el acuerdo tomado en la me-morable
Asamblea ,que originó la creación de la Gran Logia de Ca-narias,
de "trabajar por el reconocimiento de su independencia ma-sónica'.
SEGUNDO: Que mientras exista el Consejo Federal Simbólico de
Madrid, cuyo pacto con la Gran Logia Española de Barcelona, no per-mite
el reconocimiento de ningún otro poder masónico en España,
pidamos nuestra FEDERACION con Barcelona.
TERCERO: Que esta federación o pacto se haga con las mayores
garantías de independencia a cuyo fin deben celebrarse las conferencias
previas necesarias.
CUARTO: Que así se comunique a nuestra Gran Logia para que
(y teniendo en cuenía ia opinión de las ioyias hermanasj procesa in-mediatamente
a la ejecución de lo propuesto, proveyéndola de los más
amplios poderes para que trabaje hacia la consecución de este fin.
QUINTO: Que las bases del acuerdo que se tome por nuestra Gran
Logia y la Gran Logia Española, sea llevado al Congreso Internacional
para su conocimiento y ratificación.
y SEXTO: Que al objeto de orillar cualesquiera dificultad de orden
Estatutario o Económico que pudiera presentarse, se den ios más com-pletos
poderes a nuestro Venerable Maestre para que en nombre de
esta Logia y al objeto propuesto, resuelva y haga lo que más benefi-cioso
crea para nuestros intereses".
La gestión de la Logia Añmcz, n.O 1 pudo recoger pronto sus fru-tos.
El 21 de mamo de 1926 la Gran Logia de Canarias le participaba
que, con fecha 25 de febrero, les había sido aceptada la petición de
auspicios por parte de la Gran Logia de Barcelona". Las condiciones
del contrato, firmado el 31 de marzo entre los dos Talleres, y que sir-vieron
de bases constitutivas, fueron 38:
- "La Gran Logia Española proveerá a la Gran Logia de Canarias de
un cachet, & t h eri seco en erigumado o conirdseña, que sirva
de refrendo para los Diplomas de 1.O, 2.O y 3.O grados que esta se-gunda
expida, los cuales llevarán señalado el auspicio de la Gran
Logia Española y cuyo refrendo ( ) sea garantía de reconocimiento
legal por la Asociación Masónica Internacional y Potencias a ella
adheridas.
- La Gran Logia de Canarias queda autorizada para sostener corres-pondencia
directa con cualquier Gran Logia o Logia Nacional o
37. Comunicaci6n de la G.L.C. a Añaza, %.O 1, Santa Cruz de Tenerife, 21 de
marzo de 1926. Comunicación de la G.L.C., 31 de marzo de 1926, loc. cit. Mss.
38. Ibid.
extranjera, enviando copia ca:caaa de ella a !a Gran Logia Española.
Asimismo enviará copia calcada al carbón de la correspondencia
que las Logias de Canarias dirijan a Logias nacionales o extranjeras.
- Queda autorizada la Gran Logia de Canarias para nombrar y cambiar
garantes de amistad con todas aqiiellas que, siendo de su misma
categoría, sean auspiciadas por Grandes Logias o Grandes Orientes
de las relaciones nacionales e internacionales de la Gran Logia
Española o adheridas a la AJM.1. o de reconocida regularidad. Las
Logias de la obediencia de la Gran Logia de Canarias podrán tam-bien
cambiar garantes de amistad con aqxellas otras Logias que se
encuentren en igual caso.. .
- La Gran Logia de Canarias capitará a la Gran Logia Española tri-mestralmente,
y a razón de 10 céntimos de peseta por mes y her-mano
que a estas Logias pertenezca y, además, con lo que la Gran
Logia Española determina por iniciaciones, exaltaciones y envío del
material correspondiente. -
- Los bienes, muebles y enseres de todas clases de cada una de las 8
Logias de Canarias y de las que en lo sücesivo levantaren columnas,
son de la única y exclusiva pertenencia de la Gran Logia de Canarias $ o de quien ella dispusiere en caso de abatir columnas alguna o todas :
las Logias que la forman, o variar de auspicios por acuerdo de sus %
miembros. E
- Una vez firmadas las bases de ingreso de !a Gran Losia de Canarias
en la Federación de la Gran Logia Española, el Gran Maestre de
aquélla firmará todos los documentos, cartas, etc., con el título de 5 Diputado Gran Maestre. -
- Toda la documentación, sellos, etc., de la Gran Logia de Canarias
deben hacer constar .que están bajo los auspicios de la Gran Logia
Española, es decir, su denominación será: Gran Logia de Canarias, 5
bajo los auspicios de la Gran Logia Españo!a, miembro fundador de
la Asociación Masónica Internacional". n
-
a
Una vez conseguida ia absoluta regularidad masónica, la Gran
Logia de Canarias debió de haber iniciado un período de cordura
y responsabilidad, eminentemente francmasónica. Mas no fue así.
2 Desde muy pronto se produjeron tensiones internas. O
El 9 de abril el venerable de Añaza, n." I solicitaba de la Gran
Maestría auxilio para afrontar una situación de inestabilidad interna
de la Logia, tras ¡os «sucesos ocurridos el día 1." de abril y en la te-nidad
de¡ 5 u 3g. Respondiendo a la anterior petición el Diputado Gran
Maestre decretó e¡ mismo día Za «suspensión temporal de trabajos
en dicha Logia~~OP.o co tiempo después, el 27 de abril, el venerable
39. Comunicaci6n del venerabie de Anaza, n.O 1 al Diputado Gran ivlaestre de ia
G.L.C., Santa Cruz de Tenerife, 9 de abril de 1926, loc. cit. Mss.
40. Decreto del Diputado G. M. de la G.L.C. a Añnza, n.o 1, Canta Cruz de
Tenerife, 9 de abril de 1926, loc. cit. Mss. Subrayado en e1 original.
de la misma rogó a la Gran Logia el levantamiento de la suspensión ".
Ruego al que accedió la jefatura del máximo organismo regional con
un nuevo decreto, mediante el cual se reanudaban los trabajos de
Añuza, n." I ((expresamente convocados por el Venerable Maestro ...,
sin que en cada uno de ellos puedan tratarse otros asuntos que los
señalados en la convocatoria ..., y en los días y horas que dicho Ve-nerable
señale, quedando éste obligado a remitirme las minutas apro-badas
y debidamente autorizadas de los trabajos que se efectúen ...,
y debiendo asimismo darme cuenta de cualquier transgresión ocurri-dar
". Los incidentes que aparentemente produjeron esta serie de me-didas
legislativas y que desembocaron en la separación de los maso-nes
José González Cabrera, Enrique Abad Perucho, Manuel Gonzá-lez
y González, Benigno Ramos Machín, Abelardo Hernández Pérez,
Graciliano Hernández Pérez, José Santaella Tiaells y Manuel Béthen-court
del Río 43; se originaron por la acusación que sobre algunos de
ellos pesó de haber arriado la bandera de la Logia, colocada a media
asta en el templo, durante las festividades del jueves y viernes san-to
&. Este hecho, aparentemente anecdótico, encierra en realidad un
trasfondo ideológico-político que, a corto plazo, actuará de profundo
elemento desmembrador de la organización masónica del Archipiéla-go
canario. En el informe-protesta que los masones obligados a aban-donar
Añczza, nn.0 1 enviaron a la Gran Logia Española, destacan al-gunas
apreciaciones :
"recogeremos nuestras planchas de quite y pasaremos momentánea-mente
a ser hermanos durmientes para seguir dando prueba de nuestra
cordura, sensatez y transigencia, pero más que nunca deseosos de volver
a nuestro querido Taller.. ., a seguir laborando con el mayor interés.. .,
por los altos ideales de la Masonería ..., labor que venimos haciendo
con nuestra continua asistencia a trabajos.. ., que según nuestra pro-mesa
no podemos abandonar a menos que causas insuperables nos lo
impidan, pero nunca en esta ocasión en que demostraríamos no poseer
con dignidad el más alto grado del simbolismo, y por entender además
que los hermanos, parte de ellos, ,que nos han juzgado, no han visitado
el Taller desde hace muchos años, son hombres apasionados, intransi-gentes,
y que ... vienen laborando al margen de los reglamentos, acu-sándonos
de bolcheviques y perturbadores, de extremistas, siendo todo
lo contrario, ,que por ser fieles cumplidores de las leyes fundamentales
41. Comunicación del venerable de Añaza, n.o 1 a la G.L.C., Santa Cruz de Te-nenfe,
27 de abril de 1926, loc. cit. Mss.
42. Decreto del Diputado G. M. de la G.L.C. pan Añaza. n.0 l. Santa Cruz de
Tenerife, 27 de abril de 1926, loc. cit. Mss.
43. Comunicación de Azuza, n.o 1 a la G.L.C. de 24 de mayo de 1926, loc. cit. Mss.
44. Informe de los masones expulsados o disidentes de Añaza, n.0 1 al Gran Consejo
de la Orden de la G.L.E. de Barcelona, 8 folios, Santa Cruz de Tenenfe, 11 de mayo
de 1926, A.S.D.S., sg. 69511-1, Mss.
de la Masonería, por ser ciudadanos libres, honrados, de buenas cos-tumbres,
tolerantes, de ideales religiosos bien definidos, y deseando que
entendáis por esto nuestra convicción firme de que la Masonen'a está
obligada a combatir, sin tregua ni descanso, a todas aquellas institu-ciones
y doctrinas que mantienen y ahondan ?as diferencias que separan
a los hombres, y por ello nos declaramos no irreligiosos, sino anticleri-cales
convencidos, por que ahora y siempre los representantes de Cristo
en la .erra, han combatido la Libertad, se han colocado siempre del
lado de los tiranos, han hecho víctimas a muchos hermanos nuestros,
tales como el hermano Rizal, el hermano Francisco Eerrer, e innumera-bles
más, de sus negros y abominables procedimientos, por esto pre-cisamente
no podíamos ver con simpatía que el jueves y viernes santo
ondease a media asta la bandera de nuestra amada Logia, para hacer el
juego a esos elementos reaccionarios, y que en todos los países donde
se practica la verdadera Masonería, se les tiene a raya" 45.
1927 es, en conjunto, un año relativamente poco probiematico pa-ra
la Gran Logia de Canarias. No obstante la serie de dificultades
que rodearon su existencia no acabaron nunca por desaparecer, sino
todo lo contrario.
El 10 de marzo de 1928 la Logia Añaza, n." 1 la interrogaba en
nombre de los masones insulares, debido al malestar que se respiraba
entre los mismos «por la falta de relaciones)) y de actividad de la
citada Gran Logia 46. A finales del indicado mes, el Gran Maestre y
el Gran Secretario dimitieron de sus cargos, en cuyo desempeño ha-bían
resultado ineficaces ", ello provocó elecciones anticipadas para
cubrirlos 48, etc.
* * *
Con el advenimiento de la II República española las aguas se re-movieron
aún más. Así, el 9 de mayo de 1931, el Gran Maestre de-cretó
nuevamente la suspensión de los trabajos de Añaza, n." 1 49.
E1 motivo de Ia misma fueron los sucesos acaecidos el 20 y 21 de
abril, provocados por un grupo de hermanos a los que se les acusó de
"falsa delación contra la asociación y contra cada uno de sus miem-bros
en particular, lanzando maliciosamente imputaciones de delitos
45. Ibid., pp. 6-7. El subrayado es mío.
46. Comunicación de Añaza, n.o 1 a la G.L.C., Santa Cruz de Tenerife, 10 de
marzo de 1928, A.S.D.S., sg. 496-A-1, Mss.
47. Comunicación de la G.L.C. a su Gran Maestre y su Gran Secretario, Santa
Cruz de Tenerife, 29 de marzo de 1928, loc. cit.
48. Comunicación de la G.L.C. a Añaza, n.0 1, Santa Cruz de Tenerife, 8 de mayo
de 1928, y Cnm de Añaza, n.0 1 a la G.L.C., 19 de mayo de 19B. Los elegidos fueron
Ignacio González García como Gran Maestre y Antonio Ramirez García como Gran
Secretario, loc. cit. Mss.
49. Comunicación de la G.L.C. a Añaza, n.0 1, Santa Cruz de Tenerife, 9 de mayo
de 1931, loc. cit. Mss.
de lesa patria y atentatorios contra el Régimen; la perturbación de los
trabajos normales de la Logia Añaza; la violación de la Constitución,
Estatutos y Reglamentos masónicos; el ataque inmoderado a la persona
del Presidente titular de Añaza; la renuncia colectiva que la deja intem-pestivamente
sin Junta de Gobierno; la desautorización y usurpación
de funciones legítimas del mismo" 50.
Resulta enormemente esclarecedor el hecho de que los masones
expulsados sean precisamente los mismos, excepto dos, que ya lo
habían sido en 1926, pues esto viene a significar una constante de
las contradicciones ideológico-políticas existentes en el corazón de
la masonería canaria de la época. Su readmisión y el acceso a los
principales cargos de la Logia, debieron ir aparejados al proceso de
'fernocratizacitn del y- de la ins?ikci& ulas&jca. Esto !(; m
veremos en su momento. De lo que no cabe duda es que a partir de E ahora la masonería canaria perderá su unidad y la Gran Logia verá O
mermada su importancia. =
m
Como resultado de esta situación de crisis la Logia Añaza se di- o
E
vide en dos ramas que se «excomulgann mutuamente. Así, en el mes E
2
de junio, se envía una comunicación a la Gran Logia de Canarias, E
encabezada con el membrete de Añma, n." 1, por la cual se indica que
en vista de que ambas Logias «no se encuentran inscritas en el Re- 3
gistro Civil» y por lo tanto carecen de «vida legal» 51, y considerando -
0m
además que a los efectos de la Ley sólo existe Añaza, n." 270; los E
autores de la carta representantes de uno de los sectores del taller O
santacrucero acuerdan autodenominarse con el primitivo título, rom-piendo
también todo nexo con la Gran Logia de Barcelona y solici- E
tando los auspicios del Gran Consejo Federal Simbólico 52. La reno- a
vada Añaza, n." 270 obtiene, finalmente, carta constitutiva del Gran- -
de Oriente Español en junio de 1932%, mientras que el otro bando
continúa fiel a la Gran Logia del Archipiélago, bajo la denomina- =O
ción de Añoza, n." 1.
También la Logia Andmmc~n,. " 3 de Las Palmas de Gran Cana-ria
acabó por separarse de la obediencia de la Gran Logia, aunque,
50. Comunicación al venerable de Añaza, n.o 1, Santa Cruz de Tenerife, 18 de mayo
de 1931, lac. cit. Mss.
j.G,n5i1ü. diC- o1m~u3n:.i ccafcir6.n de la logia Añma a la G.L.C., Santa Cruz de Tenenfe, 18 de 2--L:L P :---:A- 1 r--- r ---- :- n-~---' LA,.-- @--A- ~ a u i u ~L~viuiu i i iLauuir &L u r q r i b v n ~ ~ sJ.<v;u cral SkiDiuvAv, .mu L a
Cmz de Tenenfe, 8 de octubre de 1931, A.S.D.S., sg. 695-A-1, Mss.
52. Ibid.
53. Comunicación de Añaza, 270 a Abova, 2, Santa Cruz de Tenerife, 7 septiembre
de 1923, loc. cit. Mss.
en este caso, no parece que la escisión fuera tan traumática, ni que
entraran en juego idénticos motivos ideológicos. Lo cierto es que- la
secesión se produjo por acuerdo unánime de los miembros del taller,
adoptado en tenida del 5 de octubre de 1932", pasando algún
tiempo después a engrosar las filas del Grande Oriente Español, bajo
el título de Andamanaj n." P.
Mas no todo fueron fracasos para la Gran Logia de Canarias. El
19 de marzo de 1932 concede carta constitutiva provisional a una
nueva Logia que levantó columnas en el Puerto de La Luz de Gran
Canaria, Acaciaj n." 4, cuyas tres primeras luces fueron Antonio Me-dina
Mesa como venerable; Silvio Montero Paullier, primer vigilante
y Juan B. Fierro Hernández, segundo vigilantes5.
Poco tiempo después los componentes del supremo organismo in-suiar
decidieron trabajar por un cambio de obediencia, deiegando
al hermano Juan Vich Company para que realizara los trámites ne-cesarios
((para conseguir la auspiciación de este Superior Cuerpo
Simbólico de la Masonería de Canarias por el Gran Consejo Federal
Simbólico)) 56. El 1.O de octubre enviaron, en el mismo sentido, una
circular a las logias para que discutieran en breve plazo el problema,
«por estar en los actuales momentos, en que más ayuda necesitamos,
desatendidos por la Gran Logia Española de Barcelona, que hoy nos
auspicia, que contrasta con los alientos recibidos del Grande Oriente
Español de Madrid, ayudándonos y dándonos toda clase de facilida-des
en todos los asuntos que nos ha de menester)) 57. A pesar de la
voluntad de las autoridades de la Gran Logia, el cambio de Oriente
no se produjo. En mayo de 1933 este organismo canario escribía a
Barcelona pidiendo disculpas por los retrasos en la correspondencia,
y resumiendo su situación masónica tras las crisis sufridas 58. A par-tir
de este momento parece que se normalizaron las relaciones con
la Gran Logia Española ; y, también, con otros talleres de la obedien-cia.
En especial merece subrayarse, por su importancia ideológica,
el caso de la Logia Karl Marx de los valles de Barcino, que se dirigió
54. Comunicación de Anddlnmza a Acacia, n.o 4, Las Palmas, 6 de octubre de
1932, A.S.D.S., sg. 496-A-1, Mss.
55. Comunicaciones de la G.L.C. a Acack, n.o 4, Santa Cruz de Tenerife, 19 de
marzo y 6 de abril de 1932, A.S.D.S., sg. 745-A-1 (112), Mss.
56. Copia: A todos los francmasones esparcidos por la superficie del Orbe. Comu-nicado
de la G.L.C. y poder al hermano Juan Vich Company, Santa Cruz de Tenerife,
15 de agosto de 1932, loc. cit. Mss.
57. ¿omunicacih-urcuiar de AFiaza, i, Santa Cruz de ieneriie, i de octubre
de 1932, loc. cit. M=.
58. Comunicación de la G.L.C. a la G.L.E., Santa Cruz de Tenerife, 25 de mayo
de 1933, loc. cit. Mss.
a la Gran Logia de Canarias y esta transmitió la comunicación a sus
talleres subordinados. En la misma se ke 59:
"Hemos querido, al dar el nombre de Karl Marx a esta Respetable
Logia (...), hacer que sus trabajos se realicen al compás del tiempo,
saturándolos de ese humanismo tan imposible de separar, tanto de la
Francmasonería como del marxismo. La filosofía clasista, las costumbres
y los hechos históricos y sociales han venido variando de un modo
profundo y total de ayer a hoy. La Francmasonería por su propia esen-cia,
al carecer de límites donde pueda señalarse %asta aquí llegué', de
la pauta de esa evoluci6n a la que no podemos ni debemos escapar ...
Los hechos recientes en la vida internacional nos prueban hasta la
saciedad, la verdad de nuestros presentimientos así como la necesidad
de crear -si es posible- un núcleo de avanzada, de choque (valga la
palabra), para el presente de otros países y el futuro, si fuese preciso,
en ei nueswo".
Los últimos datos que poseemos de la Gran Logia de Canarias
datan de 1935, por los mismos puede deducirse una clara normaliza-ción
en los intercambios de todo tipo con la Gran Logia Española
que, hacia 1934, acabó trasladándose a la capital de España. Como
es sabido, tras el alzamiento militar los masones canarios al igual
que los del resto del país, sufrieron, sin distinción de obediencias,
grados o jerarquías, la misma represión aniquiladora.
Situándonos ahora en la perspectiva metodológica que nos hemos
propuesto para la elaboración de este modesto trabajo, conviene que
analicemos esquemáticamente la situación global de la francmasone-ría
cubana durante un período cronológico similar. Ello nos servirá
de base para detectar posibles paralelismos e intercambios, así como
mutuas influencias o simples analogías.
La participación de las logias en el proceso emancipador de la
Gran Antilla, y, más concretamente, de los talleres autóctonos, nunca
de aquellos fieles a la obediencia española; le valió a la masonería
cubana duros castigos durante los alzamientos revolucionarios y, en
definitiva, su total prohibición en 1895. La reorganización se produjo
en 1899, una vez conseguida la independencia de España. Así, la
Gran Logia de ia Isla de Suba, que había conseguicio aunar en su
59. Comunicaci6n de la G.L.C. a Acacia, n.o 4, Santa Cruz de Tenenfe, 24 de
julio de 1933, loc. cit. Mss.
seno -no sin problemas- las voluntades de los masones de oriente
y occidente, trabajó activamente durante los primeros años de nues-tra
centuria 60. Sin embargo, en 1921 se produjo una importante esci-sión
mediante la cual los masones orientales crearon su propia Gran
Logia, separándose de la obediencia radicada en La Eabana. En un
amplio manifiesto analizaron las causas de la división 61, empezando
por resumir Ia evolución histórica de la Masonería en la Isla.
Protagonizaron la ruptura las Logias Fraternidad, n." 1, Pmden-cia,
n." 2, Humanidad, L'Oasis, Oriente y Santiago de Cuba, seguidas
de los talleres de Jiguaní y de La Maya. Según el documento, cuando
el 10 de julio de 1921 las Logias citadas ((declararon que desconocían
a la Gran Logia Isla de Cuba si ésta desconocía la Gran Logia Pro-vincial
de Santiago de Cuba, y constituían la Gran Logia Oriental de
Cuba independiente.. ., perseguían la intención de que, cün ese prüce-dimiento
de protesta alarmante y enérgico se atendiesen sus deman-das
para que fuese restablecida la Gran Logia Provincial de Orien-t
e 6~2. L a reacción por parte de la Gran Logia habanera no se hizo
esperar y envió una comisión que reunió en Santiago de Cuba a los
venerables de las Logias disidentes. Los comisionados transmitieron
sus impresiones a la Gran Logia de la Isla de Cuba y, en sesión de
24 de julio, nombró una nueva comisión npara que asesorase al Gran
Maestro en el estudio y adopción de las medidas necesarias para re-solver
el problema)). La comisión asesora propuso, el 8 de agosto, a
las logias orientales que se reincorporasen a la obediencia, ofrecien-do,
en cambio, el restablecimiento de la Gran Logia Provincial Orien-tal
para las logias que lo deseasen, en base a la constitución de 1881,
((reservándose la Gran Logia 1 de Cuba el derecho de aprobarla y en-mendarla));
la discusión de las ((quejas de los Orientales)) y el «so-meter
a un plesbicito entre los masones de la República si se declara
o no que debe enmendarse el Código vigente, si la Alta Cámara lo
estimase)) oportuno 63. Pero los masones orientales no aceptaron las
propuestas al considerar que se limitaba el número de talleres que
habrian de integrar Gra:: Ln,gia y gnrqué ~ & m &!a G r a ~Lo gia
habanera se reservaba ((derechos suficientes a anular la de nueva
60. Cfr. Aspectos generales y principales características de la implantación siste-rndtica
de la Francmasonería en la Gran Antilla, durante la segunda mitad del s. XIX,
trabajo en proceso de publicación donde anzlizo la evolución general de la masonería
cubana durante la segunda mitad del ochocientos, utilizando la escasa bibliografía
existente y bastante material del A .S .D.S.
61. GRANL 0~1.4 ORIENTADLE CUBI: A las Potencias masónicas del Orbe, Imprenta
Arroyo hermanos, Santiago de Cuba (1921), 23 pp. A.S.D.S., sg. "31-AS.
62. Ibád., p. 2.
63. Ibid., pp. 2-3, 10-12.
creación cuando así lo quisiera)) 64. En consecuencia la Gran Logia 1
de Cuba celebró, el 18 de septiembre, una sesión extraordinaria,
para «excomulgar» a los separatistas de Oriente, donde acordó 6 5 :
1.0 Declarar que las Logias orientales quedan escindidas defini-tivamente
de la obediencia por propia voluntad. En las mismas con-diciones
quedarían todos los miembros de esas logias que en el plazo
de 90 días no se separen de ellas, al efecto «con exhibición del recibo
de cuota de junios podía expedirse un ((certificado de retiro por la
Gran Secretaría a los masones que lo solicitens.
2." Autorizar al Gran Maestre para conceder, gratuitamente, «un
duplicado de las Cartas Patentes de las logias separadas)) a los her-
-m-a-.n--m. - que deseen «mantener el_ nombre, número, antigüedad y la m
historia de sus respectivos cuadros)). Permitir también al Gran Maes- D
tre la fundación de logias en Santiago de Cuba, Jiguaní y La Maya. E
O
3." Designar tres abogados «que estudien y propongan las reso- n -
=m
luciones legales que proceden adoptarse para recuperar las propieda- O E
des que, pertenecientes a la G. L. 1. de Cuba, retengan indebidamente E
2
en su poder las logias separad as^. =E
4." Comunicar a las potencias masónicas extranjeras «los nom- 3
bres de los miembros de las logias separadas a los efectos de sus de- -
rechos masónicos~. -
0m
Por su parte, la Gran Logia Oriental se defendió, en su reunión E
del 30 de septiembre, «de los acuerdos de ruptura tomados por la O
G. L. 1. de Cuba)) 66; a tal fin tomó las decisiones siguientes: n
-E
a
- Dirigirse a las potencias masónicas con una detallada exposi- 2
n
ción de todo lo sucedido y, al mismo tiempo, ((solicitar la amistad y n
0
el reconocimiento de su legal existencia)). 3
- Protestar ante las mismas de las transgresiones del ((derecho O
ñ ~ t ~ &~ ~ !@mas, i n~rio ~re ovnrocm b s u r ~ e & s & 12 '1"" ""YL """"
G. L. 1. de Cuba de 18 de septiembre de 1921)).
- Enviar un manifiesto a los masones cubanos negando autori-dad
a la obediencia habanera para ((expedir certificados de retiro,
duplicados de Cartas Patentes de las logias que no aceptan su go-bierno,
ni para disponer de las propiedades de las dichas logias sepa-radas));
autorizando además al Gran Maestre para ((laborar en la
64. Ibid., p. 3.
65. Ibíd.
66. IbLd.
fundación de grandes logias autónomas en las demás provincias de
la República de Cuba:).
- Nombrar una cornisih de ((letrados masones para que repre-senten
(a) la Gran Logia Oriental de Cuba en todos aquellos actos
de carácter judicial que provocaren los directores de la Gran E. 1.
de Cuba».
Por otro lado, según la fuente que hemos venido utilizando, en
1921 contaba la Gran Logia I de Cuba con 129 logias, 29 más que en
1916 67. La Gran Logia Oriental, por su lado, tenía, en el momento en
que se consolidó la separación de La Habana, los siguientes talleres 68:
Fraternidad, n." 1, Santiago de Cuba.
Prudencia, n." 2, Santiago de Cuba.
Oriente, Santiago de Cuba.
Humanidad, Santiago de Cuba.
L' Oasis, Santiago de Cuba.
Santiago de Cuba, Santiago de Cuba.
Jiguani, Jiguaní.
Sol de América, La Maya (Songo).
Cristo, Cristo (Caney).
posé A. Saco, Bayamo.
Hijos de la Fmtemidd, Cayo Mambí (Sagna de Tánamo).
Hijos de Oriente, Banes.
Esta nueva Gran Logia se sentía heredera del Gran Oriente-Gran
Logia de Colón, fundado en Santiago de Cuba en 1859, y considerado
como el «padre de la Masonería cubanan. Además, a la hora de diri-girse
a la opinión masónica mundial, entre otras razones, especifi-caban
:
"Porque somos masones legales, investidos de nuestros títulos por
l ~ g i a sr egulares Con Cartlc Pz t e n t s regnlzres, y venimos a defender
como taies la integridad de los Antiguos Límites, sin perseguir invasión
de territorio de nadie, sino solamente fundar, sostener y defender una
Gran Logia en el territorio que mencionamos -(Oriente)-, que es
autónomo dentro de la organización política de la república de Cuba,
ya que son similares las provincias cubanas a los Estados Norteameri-canos
y Mejicanos, que han sido y son considerados con derecho a
sostener Grandes Logias; para acoger bajo su bandera a todos los
masones que condenan los hechos reiatados y para evirar que, si en el
67. Ibid., p. 19.
68. Ibid., p. 7.
habrá de ser presentado por la vía oficial y en forma solemne y co-r
recta~72.
El 5 de junio de 1929 la organización masónica oriental escribía
a la Gran Logia Española, agradeciendo sus declaraciones, en el sen-tido
de que, en principio, no tenía inconvenientes en apadrinar al
Cuerpo cubano para su ingreso «como adherente)) en la Asociación
Masónica Internacional 13. Las relaciones entre ambos organismos ma-sónicos
databan de 1921-1922, cuando la española solicitó de la Gran
Logia Oriental «su amistad y reconocimiento, que le fue otorgado
inmediatamente, ya que es el deseo unánime de los masones confe-derados
de Cuba mantener con los hermanos de la vieja metrópoli,
esas relaciones que acercan a los hombres que mantienen idénticos
ideales» 74. Ahora bien, en la misiva citada, el Gran Maestre antillano
explicaba la situación de la francmasonería en la Isla, y, concreta-mente,
los problemas existentes con la Gran Logia 1 de Cuba que se
proclamaba único cuerpo legal y regular masónico de Cuba, resaltan-do
el hecho de que el Taller habanero «ni siquiera contribuye a .los
gastos de la Asociación, en tanto que nosotros, desde 1928 estamos
contribuyendo con nuestra cuota máxima.. ., tenemos corresponden-cia
con el Comité Consultivo y la Gran Cancillería y hemos presen-tado
nuestra candidatura apoyada por vosotros, por la Gran Logia
de los Países Bajos, Suiza AIpina y de Austria en Viennn 75. Sin em-bargo,
y, a pesar de que fue el Gran Maestre de la Gran Logia Espa-ñola,
Esteva Beltrán, ((quien primero aceptó nuestra solicitud de in-greso
como adherente ..., y que fue quien la llevó, como candidatura
suya al Consejo Consultivo de París, en que se tomó en considera-ción
para discutirlo posteriormente en el que habría de celebrarse en
Barcelonau "; la Gran Logia Oriental de Cuba no pudo ver culmina-dos
sus deseos de pertenecer a la Asociación Masónica Internacional,
dado que los dirigentes de la potencia peninsular
influidos seguramente por las insidias de la Comisión que la --(Gran
Logia)- Isla de Cuba enviara al Congreso masónico iberoamericano, y
que entre otras cosas pintó al Gran Maestre de la Oriental, como un
'bebedor de sangre de españoles', hizo que el Gran Maestre de la Es-pañola
escribiera una carta diciendo que sólo presentaría nuestra can-didatura
en el caso de que no fuéramos luego obstáculo para el ingreso
72. Ibíd., p. 7.
73. Comunicaci6n de la G. L. Oriental de Cuba (Gran Maestre) a 1a G.L.E.,
Santiago de Cuba, 5 de junio de 1929, loc. cit. M%.
74. Editorial. Inconsciencia o mala fe, "Los Masones de Oriente", revista mensual
masónica, br.. - ' D-.. T nZ.-L-, gano uc la v r a u -ala V U ~ U Ld~e ~C uba, ai'io X, n." 169, Saíitkgo de
Cuba, 31 de enero de 1931, pp. 3-4, loc. cit.
75. Cfr. nota 73, supra.
76. Cfr. Editwial. Inconsciencia.. .
en la Asociación de la -(Gran Logia)- Isla de Cuba. No obstante eso
nuestra candidatura fue descartada, g la -(Gran Logia)- 1. de Cuba
admitida, realizándose el despojo de nuestro derecho de prelación,
pagándonos nuestra constante defensa de la Asociación Internacional
con una manifiesta ingratitud" 77.
La compensación para los masones orientales les vino en torno a
1930-1931. Por esta época el Grande Oriente Español y la Gran Lo-gia
Española intentaron una fusión o pacto qume no llegó a producir-se,
debido a la actitud negativa de Francisco Esteva, lo que provocó
además la ruptura de un grupo de 11 logias que se separaron de su
obediencia pasando a constituir la Gran Logia Unida Esta nueva
obediencia fue reconocida de forma inmediata por la Gran Logia
Oriental, firmando un ((tratado a perpetuidad que ha de ser ratifica-do
con toda seguridad en la sesión anual de marzo» de 1931 79.
m
D
E
Llegados aquí cabe traer a colación algunas de las opiniones sig- E
2
nificativas que escalonaron en un plano, antes que nada, ideológico, E
la separación y constitución de la Gran Logia Oriental de Cuba como
cuerpo masónico independiente y soberano, todo esto como comple- 3
mento expositivo. em-
Así, pues, en octubre de 1923 un masón oriental comparaba la E
escisión con la Revolución francesa y afirmaba O
"Las logias orientales que firmaron el grito del 10 de julio y las n
E que se han adscrito, sumándose, después, hemos hecho lecho del mismo a
papel de los descamisados al romper de manera violenta, enérgica y
cívica, la cadena que, asegurada al poste de los habaneros, nos impedía n
el movimiento de avance que nos imponen nuestras ideas y el pro-greso.
Fuimos duramente tratados por masones como nosotros.. ., aman- =
tes como nosotros de la Institución ..., pero aferrados a sus arcaicas O
tradiciones, y a sus prácticas lentas, improductivas, demoledoras".
En el mismo número del órgano de la Francmasonería oriental
se reproducía una carta de Pedro Cabrera, significado masón que
habiendo atacado, en sus comienzos, la división protagonizada por
sus hermanos, se dirigía ahora a su Logia madre Los Girondinm (Ea-
7'i. ibid.
78. FERRERB ENIMELJI., A. : O@. cit., pp. 67-68.
79. Nota 74, supra.
80. Los orientales despiertan, por P. P., "Los Masones de Oriente", n.O 50, Santiago
de Cuba, 30 de octubre de 1923, pp. 1169-1170, loc. cit.
nes) de la obediencia de la Gran Logia I de Cuba, en estos térmi-nos
:
"Ante este dilema pavoroso, tan cruel, de perder la familia por con-servar
la patria, sabiendo que no es posible formar lo segundo sin
mantener lo primero, y ante el posible riesgo de perderlo todo si no
se actúa con matemática precisibn, es preferible y así lo aconsejó en
no lejanos días un patriota ilustre, ,que Oriente, recordando sus nobles
y patrióticas tradiciones y sus indómitas rebeldías, levante altivo y
resuelto el pendón de su independencia, organice sus Iegiones, marque
sus límites territoriales -ya indicados por la naturaleza-, imponga
sus tributos y entre dignamente con la bandera de Yara a formar parte
en el concierto de las repúblicas antillanas.
Si esto se piensa en el campo de la política, en campo de la realidad
de las cosas ..., ¿por qué nosotros en santa rebeldía no nos independi-zamos?
(. ..).
La Logia Los Girondinos debe declararse independiente de todo
gobierno masónico, en seiial de protesta, por no poder conseguir que la
Gran Logia de la 1. de Cuba cambie de procedimientos y nos ponga a
todos los masones de Cuba en armónico conjunto".
El 30 de octubre de 1928, la revista Los NIasones de Oriente reim-primía
un articulo que había sido dado a la estampa en el periódico
El Mundo de La Habana, a raíz de la separación de los orientales,
por un masón occidental@:
"Para los masones libres de apasionamientos, las Logias Provin-ciales
deben significar una reforma descentralizadora y francamente
libertaria; tanto más cuanto que tan espléndida iniciativa la inspiran
los clamores del mayor número, ansiosos de rectificación honesta y
dispuestos a la defensa de elementales derechos (...). Para la generali-dad
de los masones, la repetida acción descentralizadora, debe y puede
triunfar porque hay en nosotros, por encima de todos los intereses,
propósitos decididos de llevar a la conciencia colectiva la intención
sana y reparadora de hacer porque aquí florezca el sentimiento de jus-ticia..
. Nos seduce, nos atrae, nos estimula y nos determina toda acción
cívica y reformadora, que es donde debe reflejarse la Masonería ideal,
soñada por cuantos admiran en el dogma, único e intangible, motivos
de libertad privada y reivindicaciones públicas; aunque no importa
subsistan, para dolor nuestro, ciertos espíritus kamarrupas que, habiendo
nacido en la servidumbre, aún sienten las nostálgicas inferencias de una
brutal e inmerecida esclavitud".
81. A la Respetable Logia "Los Girmdinos" de Banes, d e Pedro CABRERA",L os
Masones de Oriente", número citado, pp. 1170-1171, loc. cit.
82. La razdn y la fuerza, por Segundo K~DOS(pHse ud6nimo), "Los Masones de
Oriente, n.0 142, Santiago de Cuba, 30 de octubre de 1928. p. 18, loc. cit.
Por último, en 1929, J. Pumar defendía así a la masonería orien-tal
83 :
"La Gran Logia Isla de Cuba perdi6 a los masones de Oriente por
falta de táctica, de orden y disciplina en la concepción del deber, tal
como lo exigen nuestras leyes y nuestros compromisos morales en el
campo hermanado y fraterno; los perdieron por la ambición máxima
que se dejó reflejar en sí, cual águila americana en la intromisión de
los pueblos débiles de la América y obcecación pertinaz con que trató
de hacerse dueña y señora del Universo (... ).
Somos ..., los herederos de los sacrosantos ideales de redención que
germinan en nuestro espíritu, hacienda que bro.te de nuestros corazones
la siempreviva emancipadora de todo cuanto esté en pugna con la ver-dadera
luz que guía a pueblos y sociedades por el sendero de la civili-zación,
del progreso, de la virtud y de la fraternidad con que debemos
de operar en todos nuestros actos".
Para terminar el presente estudio es necesario que nos aproxime-mos
ahora a la realidad de los vínculos entre la masonería canaria y
la cubana, piedra angular de nuestra ponencia; si bien debemos te-ner
en cuenta que lo que pretendemos es comparar dos procesos his-tórico-
masónicos similares y, de este modo, extraer algunas hipótesis
o conclusiones clarificadoras.
4: ACERCAMIENAT OLO S V~NCULOSE XISTENTES ENTRE LA FRANCMA-SONER~
A CANARIA Y LA CUBANA. EL PAPEL DE ALGUNOS MASONES
CANARIOS EN LA ACTIVIDAD SOCIO-POL~TICO-MAS~NDIEC AL A GRAN
ANTILLA.
No es abundante la documentación que actualmente poseemos
sobre el aspecto particular de las relaciones entre las Logias canarias
y las de Cuba - e n conjunto- durante el primer tercio de nuestro
siglo. Aún así, dejando de lado el caso concreto de los intercambios
y demás entre la Logia Abolra, n." 2 y la masonería de la Gran An-tilla%;
tenemos que los vínculos existentes entre francmasones ca-nuriGs
y anpmaEc;s m parecell, --:-A-- 2 --a - * --l-:. - ri - - -
Vl s t u b UC~UC el ~ i c ~ ~ ~ y i e i dexgcues,i -
vamente profundos. No se puede decir lo mismo del rol significativo
de algunos canarios emigrados a Cuba, en relación con la francma-sonería.
Respecto al primer punto merecen destacarse un par de ejemplos.
83. PUMARJ ,. : Todo es causa de la ambición, ''La Masones de Oriente", n . O 146,
Santiago de Cuba, 28 de febrero de 1929, pp. 38 y 40. loc. cit.
84. PAZS ~NCHEMZ., d e: Op. cit., Cfr. además: L. F. Gdmez Wangüemert y la
Masonerla palmera y cubana de la ddcada de 1930, Actas del segundo encuentro
Canarias-América organizado por la Caja de Ahorros de Santa Cruz de Tenenfe,
octubre 1979, 1981.
El 14 de diciembre de 1926 la Gran Logia de Canarias escribía a
la Gran Logia de la 1 de Cuba para anunciarle que «con motivo de
los ciclones que tanto daño han causado a esa bella Isla, la Logia
Añaza ... inició una suscripción entre sus miembros con el benéfico
fin de ayudar ... para socorrer a los damnificados por tal fenómeno
atmosférico)). El importe de la suscripción que había ascendido a
500 pesetas fue enviado a través del masón José Trujillo Santos, resi-dente
en Placetas (Santa Clara) Sj. En marzo de 1927 los masones cu-banos
agradecieron el donativo S6.
El 12 de septiembre de 1930, el presidente de una ((Comisión or-ganizadora
homenaje Leonor Pérem perteneciente al Club deportivo
y de instrucción y recreo ((Tenerifen de La Habana, escribía al vene-rable
de Añma comunicándole que la junta de gobietno del indicado
Club había acordado ((erigir dos tarjas de bronce a la memoria de
nuestra paisana Doña Leonor Pérez Cabrera, que fue madre del má- D
ximo libertador de esta tierra cubana, el Apóstol José Martí Pérez, j
las que se colocarán en la casa (de !a) calle Consulado número 30 de
esta Ciudad,), y la otra en Santa Cruz de Tenerife, «para así reme- =m
0
morar (a) aquella incomparable mujer que el destino quiso fuera la
elegida para dar a luz a uno de los hombres más grandes de la Amé- 2
E
rica» 87. A este fin -se explica en la misiva- la citada Comisión se
había dirigido a muchas personas e instituciones de la República an- 3
tillana, obteniendo ((numerosas adhesiones, principalmente de las en- j
tidades masónicas)). La carta exponía el deseo de que Añazza figurase
en el acto de inauguración de la placa que habría de colocarse, en su
momento, en la capital de Tenerife; y, además, solicitaba acuse de
recibo, con la finalidad de añadir su conformidad expresa a la memo-ria
que el Club estaba elaborando, para ser impresa y distribuida gra- E
tuitamente «entre todas las Sociedades de la América Latina, España
y Canarias» En su sesión del 3 de noviembre, la Logia tinerfeña
decidió contestar a la anterior corr,unicación con estas palabras 3
O
"Será para nosotros alto honor, aceptando la invitación que V. nos
hace, asistir al descubrimieiito de la tarja yüe ss ha UC cdccar n. estu.
85. Comunicación de la G.L.C. a la G L. de la Isla de Cuba (Habana), San'ca
Cruz de Tenerife, 14 de diciembre de 1926, A.S.D.S., sg. 745-A-1 (112), Mss.
86. Comunicación de la G.L.C. a la Logia Añaza, n . O 1, Santa Cruz de Tenenfe,
23 de marzo de 1927, loc. cit. Mss.
87. Comunicación del presidente de! Club deportivo y de instrucción y recreo
"Tenerife", al venerable de Añaza, La Habana, 12 de septiembre de 1930. Se incluye
una copia de la tarja con el diseño de la misma, A.S.D.S., sg. 695-A-1, MSS.
88. Ibid.
89. Borrador de la comunicación de AGazn, n.o ! al presidente de la comisión
organizadora del homenaje a Leonor Pérez. Habana. Santa Cruz de Tenerife, 3 de
noviembre de 1930, loc. cit. Mss.
Capital, no s610 por tratarse de un homenaje a una mujer tinerfeña,
sino porque el hecho en si lleva indudablemente la finalidad de ensalzar
las ideas de Libertad, Igualdad y Fraternidad, y envuelve al propio
tiempo un elevado concepto de la justicia porque llega no sólo a ensalzar
al libertador sino a la madre que !e dio el ser y que llevó en sus en-trañas
los gérmenes de libertad que José Martí y Pérez supo traducir
en hechos beneficiosos para la humanidad".
El resto del material documental que poseemos se centra princi-palmente
en la serie de artículos que el masón palmero, destacado
periodista y político radicado en Cuba, Luis Felipe Gómez Wangüe-mert,
enviara a El Tiempo, periódico de Santa Cruz de La Palma,
desde La Habana. Con estos datos entramos en la última dimensión
de nuestra ponencia, la relativa a la actividad de los emigrantes isle-ños
y sus contactos con la francmasonería antillana.
En un artículo que el individuo aludido publicara en El Tiempo
el 23 de julio de 1935, se destaca la oposición de la Gran Logia de
la P. de Cuba, en carta del Gran Maestre Gabriel García Galán al
presidente de la República, al mantenimiento de relaciones con la
Santa Sede, dado que tales vínculos iban contra los principios laicos
de la nación antillana. En este sentido afirma Wangüemert 91:
"Masones de La Palma, Canarias y España: ya véis cómo cuida
esta Masonería de evitar la intromisión del catolicismo en una nación
laica. Las circunstancias porque atraviesa este país la tienen sola para
determinadas demandas, para cierta clase de protestas. Sin funcionar
la Universidad, los Institutos, las Escuelas Normales y otros organis-mos
que pudieran secundarla; ella, cívicamente, cumple el deber de
tratar de impedir aquello que no tolerarían los grandes ciudadanos,
masones, a quienes se debe que Cuba figure en e! concierto de las na-ciones
americanas: Céspedes, Estrada Palma, Maceo, Martí, Máximo
Gómez y muchos más".
PQCQt i a p despés, se daba u la estampa Una nUeua. co!aborc(-
ción por la cual podemos deducir algo de la actividad masónica de
los canarios en Cuba. En la misma reproduce Gómez Wangüemert
una carta que el l." de marzo de 1921 dirigiera a su amigo José Ca-brera
Díaz, notable político y masón tinerfeño que también residía
90. Nota 84, supra. Cfr. tambi6n: Luis Feli@e Gómez WangGemevt y JosS Esteban
Vuerra Zerpa: dos palmeros en Icc revista "El Guanche", "El Día", 4 de diciembre
de 1977 y asimismo El nacionalismo canario. Estudio histdrico y antologia de textos,
de Agustín MILLARES CANTERyO yo mismo.
91. G6mz WANGU~ERLT. , F. (Juan del Time) :Notas de Cuba. iLa Masoneria en
pie! (Habana, 21 de ~unio), "El Tiempo", Santa Cruz de La Palma, 23 de julio de 1935.
en Cuba y que junto al palmero, y, con otras personalidades de las
Islas, fundó el Partido Nacionalista Canario de Cuba y la revista
El Guanche -segunda Cpoca-, su órgano de prensa 92. La misiva en
cuestión resalta la actividad y el programa del Comité masónico que,
a la sazón, presidía Cabrera Díaz en la capital cubana 93:
"Excelentes, admirables son !as catorce bzses de dicho Programa.
La primera, contrayéndose a la acción que debe desarrollar la Masonería,
frente al desbordamiento de las pasiones políticas, para reafirmar el
Nacionalismo, recuérdame que hace más de cuatro años, próximas las
elecciones genera!es y habIánclose de inteivención extranjera, supliqué
por escrito al Gran Maestro sugiriera al Gobierno y a los partidos con-tendientes
la idea de que comisior>.esm asónicas fiscalizasen los comicios
para imponer paz, fraternidad y honradez bastantes a evitar determi-nados
peligros.
Amiso y herriiaiio. que e: tiiuiifo eurune v u c s t r~s-, ,c,,f,7 3,,-,,-,~ n-l os 2
esfuerzos de un grupo de hombres movidos por el bien y preocupados " E de los destinos de la mis noble, de la m& excelsa de las sociedades.
¿Recordáis que muchas veces. a lo largo de los años, hablamos de la
necesidad de una evolución, de un sursi-miento masónico, depurador y
enaltecedor a la vez?". O
E
S
Esta idea de la intervención de la masonería en los comicios la 1
vuelve a plantear el masón palmero a la máxima autoridad de la Gran E
Logia, en 1935, para que 3
-
"todos los bandos se decidan a concurrir a las urnas, todos, entre
ellos los que se niegan por dudar de la legalidad, por temer la violencia,
por entender que la fuerza volverá a imponer candidatos y determinar
triunfos. Sea la Masonería ante cada urnz, fiscalizadora autorizada por
un decreto del Primer Magistrado. Sea !a Masoneria la que actúe, sin
impedir que lo hagan a su vez los representantes de los partidos y las
comisiones oficiales, que determina el Código electoral. Sea la Institu-ción
Fraternal actuante, ofreciendo a todos por igual la imparcialidad
y el espíritu de justicia que informa sus actos, presentando su historial
de heroísmos y de sacrificios, de amor de los suyos a la Libertad, para
que las próximas elecciones generales no se conviertan en un caos, y la
R~p.iíhlica en una de las tantas en que se adultera 11 voluntad popular,
y para que no prevalezca el insano propósito de que una nación laica
se haga feudalaria en una religión.. ."g4.
Por último, el 29 de enero de 1936, Gómez enviaba desde La Ha-bana
una crónica relatando la celebración de «El Día del Masón)),
92. Cfr. nota YO, supra.
93. GÓMEZ WANG~EMELR. TF,. : Notas de Cuba. Acción masdnica (Habana, 27. de
agosto), '?El Tiempo", Santa Cruz de La Palma, 27 de septiembre de 1935.
94. Ibid.
festividad que coincidía con el nacimiento de José Martí, y que se
había celebrado en los dos días anteriores, por acuerdo de la Gran
Logia de la 1. de Cuba, con la finalidad de ((dedicar un día del año
a la pública expresión de sus ideales, de su obra y de su fuerza al
mostrarse en colectividad, en cantidad, en las calles de la capital de
la Repúblican gs. Entre los actos llevados a cabo destacó una gran
«parada escolar, en la víspera, cuando desfilaron ante la estatua del
Apóstol «más de treinta mil niños y niñas de las escuelas públicas y
privadas, guiados por maestros y maestras)). Poco tiempo después se
reunieron los masones en la Avenida de Carlos 111, lugar donde se
encontraba la sede de la Gran Logiag6:
"Magnífico conjunto, de unas cuarenta mil personas luciendo en el
perhn e! distintivo verde, c m !a escuadra y e! compás, marchanrlri a! m
son de tres bandas de música, al aire dos banderas: la cubana y la
mashica, y en brazos enormes cartelones invitando a la paz, al bien, E
al amor en sus más puras expresiones". O
n
Los actos terminaron -entre otras cosas- con la imposición de =m
O
medallas de oro y plata en el Centro Gallego a las profesoras y alurn- E
E
nas, ((vencedoras en un certamen organizado por la Masonería)). Rea- S
E
lizó el resumen del evento la tinerfeña Mercedes Pinto, «a la que
admira y quiere toda Cuba.. ., y fueron continuas las ovaciones a esta 3
mujer predicadora de un feminismo justo, sin estridencias, con las e- debidas liberaciones igualitarias, interpretando admirablemente el m
E
ideario martianon 97. O
Aunque escasos, como ha podido observarse, los datos que aca-bamos
de ofrecer, pensamos que al menos podrán servir de base o n
E quizá mejor de acicate para profundizar en la labor que los canarios a
de ambos sexos realizaron en la Gran Antilla, durante las primeras n
d6cadas del novecientos. Aparte de la inmensa actividad llevada a n
cabo por los inmigrantes anónimos, algunos destacados intelectuales 3
y ciudadanos voluntariosos oriundos (de Canarias dieron a la joven O
República lo mejor de su capacidad hcmana. Sus contactos con la
Masonería pueden llevarnos a interpretaciones en el plano ideológico
que, a su vez, nos remitirán al papel desempeñado por los isleños en
el consiguiente proceso de transformación de la sociedad de Cuba y,
por lo tanto, al mejor conocimiento de la realidad insular canaria y
cubana. Este ha sido uno de los objetivos prioritarios del presente
trabajo.
95. G6rn~z WANGW~ERLT. ,F .: Notas de Cuba. El Diu del Masón (Habana,
29 de enero de 19361, "El Tiempo", 20 de marzo de 1936.
96. Ibid.
97. Ibld.
Tras la lectura de los anteriores párrafos, confiamos en que el lec-tor
se haya podido hacer una opinión, más o menos concreta, sobre
la evolución general de las masonerías canaria y cubana durante el
primer tercio del presente siglo. Nos llega ahora el momento de es-bozar
nuestro punto de vista respecto al tema objeto de estudio.
El método expositivo que hemos venido utilizando nos permite
enfocar el problema desde tres dimensiones distintas pero, induda-blemente,
relacionadas entre sí :
- interpretación del proceso histórico de creación de la Gran
Logia de Canarias.
- crítica de las disensiones internas de la francmasonería cubana
y de las causas que justificaron la erección de la Gran Logia Oriental
de Cuba.
- comparación entre ambos procesos, y valoración de la activi-dad
político-masónica de los emigrantes canarios en la Gran Antilla.
La Masonería, la Logia, a pesar de su hermetismo muchas veces
más mitológico que real, se mueve en unas coordenadas históricas
que la convierten -en definitiva- en un elemento más del entrama-do
social y político de la realidad vital en que se desarrolla. Así, ci-ñéndonos
al Archipiélago canario durante la época que nos ocupa,
tenemos que la creación de la Gran Logia de Canarias responde, no
sólo a la corriente autonomista que se produce en el seno de la ma-sonería
española en su conjunto (y cuyas causas están por estudiar),
sino que detrás de la propia realidad masónica nacional y, de manera
particular, del trasfondo de la realidad masónica local, se esconden
otros condicionantes, otras fuerzas motrices, otros elementos de los
cuales, en definitiva, la propia acción masónica es un resultado, más
o menos evidente. La contradicción -aparente al menos- se nos
plantea, precisamente, al observar cómo este organismo social cuya
((materia prima)), cuya composición sociológica a cgrosso modo)) es
idéntica o similar a la de los grupos sociales que por las mismas fe-chas
se devatían en la lucha por la división de la provincia y el mo-nopolio
de la capitalidad; actúa de una manera esencialmente dis-tinta,
concentrando su esfuerzo en la erección de un cuerpo unido y
autónomo, de una Gran Logia «muy regional)) que incluso se plantea
-y de hecho lo es durante algún tiempo-, una existencia indepen-
&ait?,m as6nicamente habland~,d e les erganismev s~prrioresd e 12
Orden radicados en la Península.
¿Constituye la fundación de la Gran Logia Regional de Canarias
la cristalización, a niveles minoritarios, de las ideas autonomistas
apuntadas por Pedro Pérez Díaz, Manuel Velázquez Cabrera, José
Franchy y Roca o Hermenegildo Rodríguez Méndez, por poner sólo
algunos ejemplos representativos? De momento no puede contestarse
a esta pregunta afirmativamente. Tendríamos que estudiar la estruc-tura
socio-profesional y profundizar más en todos y en cada uno de
los miembros de la Masonería de nuestras Islas, conocer mejor sus
actividades ideológicas o políticas, etc., como paso previo, luego, ya
veríamos. De todos modos toda hipótesis tiene una base de susten-tación
y, en este sentido, resulta hasta cierto punto sintomático el
que la Gran Logia de Canarias, después de sentirse inclinada, en
principio, a obtener los auspicios del Gran Consejo Federal Simbóli-co
o lo que viene a ser lo mismo del Grande Oriente Español, decida
finalmente en 1926, tres años después de su constitución, afiliarse a m
D
la Gran Logia Española de Barcelona, que gozaba de una buena repu- E
tación autonomista de cara a sus organizaciones subordinadas, junto
O - a una regularidad reconocida por la Asociación Masónica Interna- -
=m
cional. Y decimos que este punto resulta esclarecedor, además, por- o
E
qué la Catalunya regionalista, especialmente la de Prat de la Riba y E
2
de Cambó que trata de ((armonizar las reivindicaciones catalanas y E
=
los intereses españoles dentro de una Gran España revitalizada por
3 el regionalismo)), en palabras de R. Carr; la Catalunya de Solidczridud -
y, quizás, la de la L l i g ~e s tomada como medelo por esa minoría pen- -
0m
sante de la sociedad canaria de la época, de la cual estos masones E
canarios forman -o pretenden formar- parte. O
Pero existe otro polo de atracción y otra razón de ser para la -
francmasonería canaria de principios de los años veinte, cuyo desarro- -E
110 no fue truncado por la dictadura primorriverista, aunque sí deli- a
2
mitado; se trata del sentimiento de universalidad, lo dicen los mis- - 0 mos masones ((nuestra situación geográfica y nuestras relaciones so-ciales
y comercialesn producen unos contactos más íntimos con do- 3
O
gias extranjeras, algunas de Inglaterra y muchas del Centro y Sur
de Américan; contactos que orientarán sus trabajos «con una univer-salidad,
mayor si cabe, que las logias de nuestra Penínsulan. Pero,
además, la creación de la Gran Logia de Canarias es la escenificación
de una protesta, no solamente ante la relativa inoperancia, esencial-mente
masónica, de la Orden durante este período; sino también
porque los francmasones canarios o al menos una minoría, creen fir-memente
en su vocación socia1 e incluso política, aunque esto en apa-riencia
contradiga uno de sus principios fundamentales. Prueba de
este último aserto es el hecho de que, con el advenimiento de la 11 Re-pública,
determinados sectores que en pleno proceso de regulariza-
ción ya habían sido acusados de extremistas, «bolcheviques y pertur-badores~,
p rotagonicen una ruptura interna que dará al traste con la
unidad de la Francmasonería canaria; si bien, respecto a este último
punto tenemos que consignar que, frente a las Logias de las dos Islas
centrales, 10s masones palmeros se mantienen unidos y luchan además
por restablecer la buena marcha de la Orden en la totalidad del Ar-chipiélago.
Respecto al segundo extremo y sin recurrir a extrañas trasposi-ciones
analógicas, no cabe duda que la escisión que, también a prin-cipios
de los años veinte, llevaron a término los masones orientales
de la Isla de Cuba, resulta altamente clarificadora, aunque sólo sea
utilizándola como simple referencia comparativa dentro del marco I E teórico de nuestra ponencia.
La Masonería cubana que, después de su reorganización una vez O
n -
finalizada la última guerra emancipadora discurre por senderos uni- =m
O
tarios a la sobra de la Gran Logia de la 1. de Cuba, sufre en 1921 uno E
E
de sus mayores traumas intestinos al producirse -como acabamos
de decir- la separación de gran parte de los masones de Santiago
de Cuba y Oriente, los cuales pasan a constituir la Gran Logia Orien- 3
tal de Cuba. Estos francmasones cuyo modelo parece ser la organiza- - - 0
ción masónica de Norteamérica, de Méjico, etc., se basan en su pro- m
E
pia realidad política, pues, como ellos apuntan Oriente es un territo- O
rio autónomo dentro de la organización de la República. Y van más
lejos al afirmar que su lucha es en contra del centralismo habanero,
al menos desde la perspectiva masónica. -
a
La Gran Logia radicada en Santiago, por otro lado, mantuvo desde
su creación relaciones con la Gran Logia Española de Barcelona hasta j
que, al no contar - e n el último momento- con la ayuda de la po- 3
tencia peninsular para su ingreso en la Asociación Masónica Inter- O
nacional, los intercambios sucumbieron y más aún a raíz de que en
1930-1931 la cubana reconociera a la Gran Logia Unida, obediencia
formada por disidentes de la citada Gran Logia Española de Bar-celona.
Existen, por parte de los orientales, razones que atenúan su ac-ción
secesionista, el «grito del 10 de julios -afirman sus teóricos-tenía
su justificación ante la actitud arcaica, improductiva y demole-d
~ r ade !a &a:: Legia Sabumra. Nc!s 61n este, masenerfa y redidad
socio-política se entremezclan y confunden, llegándose -aunque de
manera un tanto metafórica- a hablar de Oriente como una repú-
blica independiente en el concierto de las naciones del Caribe; por-que
al fin y al cabo, de Oriente había surgido la lucha por la libertad
y estos masones se consideran herederos de los ((sacrosantos ideales
de redenciónu, sobre todo si pensamos en la indudable participación
de las logias específicamente cubanas en el proceso emancipador.
Si, por úiltimo, comparamos ambos modelos, el antillano y el ca-nario,
tenemos que los dos son fruto -más o menos inmediato-de
una corriente autonomista en cuyo fondo laten inquietudes seme-jantes,
que escapan del campo netamente masónico para situarse de
hecho encima de la propia realidad vital de las logias. Todo acto so-cial
o sociológico de cierta trascendencia, aunque aparentemente mi-noritario,
necesita de una justificación ante la propia sociedad, y, en
ambos casos, la razón Farece ser la misma. la lucha contra el centra-lismo
y la inoperancia, la búsaueda de la propia identidad, a veces
excesivamente aldeana; aunque también es verdad que ciertos ele-mentos
irracionales de todo regionalismo o nacionalismo son, senci-llamente,
inevitables.
Ahora bien, la simple comparación puede conducirnos a detallar
sólo la singular coincidencia entre dos fenómenos por demás distan-ciados
y diferenciados. Sin embargo ¿hasta qué punto la fenomeno-logía
de ambos acontecimientos no responde a unas coordenadas his-tóricas
muchísimo más complejas y universales? tacaso Cuba había
arrancado definitivamente y de raíz el cordón umbilical que durante
siglos le uniera a la metrópoli y al Archipiélago? Como indica Hor-tensia
Pichardo refiriéndose al período inmediato a la terminación de
la guerra chiquita, dos peninsulares que no quisieron abandonar el
país, permanecieron en Cuba, donde nadie los moltestó, disfrutando
de sus propiedades y hasta de sus puestosu, y añade: de 1902 a 1905
entraron en Cuba 77.893 inmigrantes, en niámero progresivo; «de es-tos
inmigrantes las dos terceras partes procedían de España, Islas Ca-narias
y Baleares». De esto podría decirnos mucho también J. Her-nández
García. No queremos, en fin, afirmar con todo este problema
que exista una interinfluencia mutua palpable. La similitud, aunque no
casual, creemos que tiene unos orígenes perfectamente diferenciados,
pero sería preciso -y conveniente- profundizar más en este terreno,
para llegar a comprender en todos sus matices las motivaciones pri-marias
de un epifenómeno que se da al mismo tiempo y con unas ca-racterísticas
paralelas. en dos puntos geográficos distintos y distantes
-. y que, adeiiiiás, püdríá~i tener mis rdxi611 entre si de lo que a pri-mera
vista cabría pensar.
* * *
Entrando finalmente en la valoración crítica de la actividad de los
canarios en Cuba, y, por lo que a nosotros nos toca, de los isleños
vinculados a la masonería antillana; podemos observar en primer
lugar que, a pesar de su escasez, parecen jugar un papel cualitativa-mente
importante. A este nivel, basándonos en los datos que posee-mos,
habría que concebir a la francmasonería cubana como un cgru-po
de presión,, tal como lo definen para Francia Meynaud y el pro-pio
J. B. Duroselle, esto es, un grupo organizado que se propone ejer-cer
una acción sobre las autoridades, o bien, una colectividad huma-na
que posea una organización y se fije unos propósitos, compor-tando
en consecuencia -de cara a su estudio- dos aspectos básicos:
una estructurcl y una clccián.
En este sentido los canarios L. F. Gómez Wangüemert y José
Cabrera Díaz, en relación con la francmasonería habanera, compor- 2
tan -potenciándolos- dos hechos significativos: N
E
a) Intervención de la Francmasonería en la actividad política y, O
más concretamente, electoral de la Isla a través de la creación de co- n--
mités masónicos que velen por la pureza del sufragio. m
O
E
b) Oposición directa de la Masonería al establecimiento de víncu- E
2 los diplomáticos con la Santa Sede, por considerar que Cuba es una
República eminentemente laica, siguiendo la mejor tradición varo-
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niana. 3
En los dos casos los isleños intervienen de un modo destacado a - -
0
ciertos niveles : relaciones personales, prensa, actos públicos.. . , para m
E
conseguir los objetivos propuestos. A esto habría que añadir el hecho
de que, por lo menos en lo referente a Wangüemert, la masonería
cubana es, en no pocas ocasiones, un espejo en el que deberían re- n
-E
flejarse -son palabras textuales- los masones de La Palma, de Ca- a
narias y de España. 2
n
n
3
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