CANARIAS Y LOS INDIANOS REPATRIADOS DURANTE LA
PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX
"Fa La Habana me voy madre,
aunque venga sin dinero,
pa que digan las muchachas:
ahí viene el indiano nuevo" l.
En esta estrofa cantada por los marineros canarios del pasado
siglo se recoge el sentir popular que se tenía en el Archipiélago con
respecto a dos temas cotidianos: la emigración y el regreso de los
indianos.
Efectivamente, desde que se inicia la conquista americana, Cana-rias
se encuentra inmersa en la carrera de Indias, sumándose los is-leños
a gran cantidad de expediciones. La causa es muchas veces la
misma: el déficit económico canario se traduce en una corriente emi-gratoria
encaminada a sufragar las necesidades básicas. Este hecho
trae consigo un segundo movimiento, la repatriación del indiano.
Cada vez que un emigrante abandona su patria lo hace con la
intención de «mejorar los bienes de su fortunas y con ello poder se-guir
adelante con su familia. Este emigrado lleva preconcebida la
idea del retorno, hacerlo convertidos en ((todo un indiano)) 2, lo que
en teoría significa que volverá rico.
Ahora bien, este sueño utópico del indiano que retorna muchas
veces se encuentra en un mundo real bien distinto: se emigra a
América con la intención de «buscar fortuna)), pero no siempre se
ccssegüire.J; trat;ajo es =;y &iai-u, las con&iciuaes de mu-chas
veces no son las que se pensaban, ni tampoco los salarios; y por
lo que se refiere a la vulelta, la mayor parte de las ocasiones no se re-gresa
sino que se manda a buscar a la familia que ha quedado. Sin
embargo, cuando se produce la repatriación, unas veces el indiano
vuelve como un «triunfador», sembrando el deseo de aventura en los
jóvenes que les escuchan, pero otras también regresa como un ((fra-
1. YANESY CARRILLOA,r mando: Cosas viejas de la mar, Ed. Juan RBgulo, Santa
Cruz de La Palma, 1953, p. 85.
2. Frase acuñada por Francisco Morales Padrón.
casado^, sin dinero ni siquiera, en el peor de los casos, para eI pago
del pasaje de vuelta.
A 10 largo de esta comunicación haremos un breve repaso sobre
la economía de Canarias en la primera mitad del siglo XM, para
tratar someramente el tema de la emigración, y pasar, finalmente,
al que realmente nos interesa ahora: analizaremos algunas ideas so-bre
la repatriación, sobre el dinero procedente de América y sobre su
inversión en el Archipiélago. En definitiva, tratamos de ver qué sec-tor
es realmente el más beneficiado con el dinero indiano.
1.-ESQUEMA ECOP;~MICO DEL ARCHIPIÉLAGO CANARIO EN LA PRIMERA
MITAD DEL SIGLO XE.
La economía canaria ha sido de siempre eminentemente agrícola,
puesto que la industria únicamente aparece representada en las se-derías
palmeras y alguna que otra muestra en Gran Canaria 3. Así
pues, es la agricultura la que debe sostener a una población que se
incrementa constantemente.
Por lo que respecta a la demografía debemos señalar que cifras
concretas de población para el siglo XIX no se pueden dar de forma
precisa, puesto que existen problemas para conseguirlas: los autores
que las dan presentan entre sí grandes discordancias y por tadto nin-guna
puede ser considerada como totalmente fiable. Ahora bien, exis-ten
dos cifras oficiales de población que nos permiten afirmar que en-tre
1787 (censo de Floridablancaj y 1860 (censo recogido por Pedro
de Olive) se produce un aumento total de 76.751 habitantes, lo que
supone, en términos muy generales, un aumento anual de 1,36 % a
lo largo de cada uno de los 73 años comprendidos entre ambas
fechas 4.
Esta elevada cifra de crecimiento anual debe tenerse en cuenta
incluyendo todo un fuerte movimiento poblacional, especialmente
emigratorio, !o que privica e! qiie ésta deba sostenerse fundamen-talmente
con el índice de natalidad.
Efectivamente, con respecto al crecimiento vegetativo de la pobla-ción,
las Islas Canarias cuentan con un elevado índice de natalidad
(46-43 por mil), superior a la media nacional, y una baja mortalidad
3 BTHEA'MCASOSIEUU.AR ntToni o: A@roziwzacz'bn a L economáa de h s 1d.u CB-narius
(1770-I808),e n la "Revista Camp.u s".. número especial, Universidad de La Lamna.
mayo de 1975, pp. 32-43.
4. En d censo de Floridablanca se adjudican 160.285 habitantes, y según el reco-gido
por Pedro de Olive en 1SG0, eran 237.036 habitantes, a lo que ascendían en esta
última fecha.
(21 por mil), también inferior a la media nacional, características és-tas
que se mantienen durante el período 1787-1860 5, y que contribu-yen
a que el Archipiélago cuente con una fecundidad también supe-rior
a la media nacional.
Este aumento de población debe coincidir, como está demostran-do
Antonio Macías 6, con un aumento de producción agrícola, ori-ginándose
de esta forma un equilibrio demografía-bienes de consu-mo
T, que suele verse roto en épocas de crisis agrícolas cuyas conse-cuencias
se muestran en un aumento de la emigración y en una época
de hambre generalizada que normalmente se desvirtúa hacia brotes
epidémicos.
La producción agrícola fundamental del Archipiélago durante el
x_ es 11 Cerealistjc17 I U ~ Q C Q ~ ~p ~c ~~Es qQt-p~, 103 p d ~ ~ -
tos de exportación están atravesando una época de crisis.
Los cereales ocupan fundamentalmente las islas de Fuerteventura,
Lanzarote y Gran Canaria, mientras que Tenerife y Ea Palma son
deficitarias, junto con Hierro y Gomera, totalmente estancadas
El comercio cerealístico se hace fundamentalmente entre las islas
que abastecen a las deficitarias.
Por su parte, los productos de exportación, que son los realmente
rentables para el Archipiélago, atraviesa unos momentos de depre-sión.
El vino ha dado sus últimos coletazos a principios del siglo, y
el nuevo producto que vendrá a sustituirlo, la cochinilla, sólo comen-zará
a ser rentable después de 1850, produciéndose la ((fiebre de la
cochinilla» entre 1863 y 1864.
Finalmente, la tan ansiada Ley de Libre Comercio con Indias tam-poco
solucionó el problema económico canario, puesto que el flete de
los productos que se permitieron exportar, fundamentalmente agrí-
5. Las cifras de natalidad están recogidas en el libro de Jordi NADALL: a población
española (siglos XVI al XX), Ed. Ariel, Barcelona, 1976, p. 201. En él se indican
además la medias nacionales: 43,2 por mil en 1787, y 39,5 por mil en .1860.
En cudiho a la & ,mo&&&~, &t. la iiemos wcog;~o una &* que
Antonio BETHENCOUyR TA ntonio Macfas en el artículo Expansión del cultivo y conflictos
sociales en Gran Canaria en el tránsito del Antiguo Régimen: una aproximación his-td~
ica, publicado en la Historia General de las Islas Canarias de Agustín MILLARES
TORRES.E sta cifra la tomaron del dato aportado por Juan Francisco MARTÍNR UIZ:
El NW de Gran Canaria: un estudio de demografda histórica (1485-1860), Excma.
Mancomunidad de Cabildos de Las Palmas, 1978, p. 100. Estos autores, a su vez,
señalan la escasa £iabilidad del dato concreto. En cuanto a la cifra media de mor-talidad,
ésta aparece recogida por J. Nada1 para el período 18861900 y lo cifra en
26,7-37,9 por mil.
Finalruente, la cidra de fxundidad también las da ~ a d a el n SU libro m¿-nciümadü
(p. 201) : 301,l para 1787 y 2952 para 1860.
6. Antonio Macías está trabajando sobre la producci6n de cereales siguiendo la
información aportada por los diezmos.
7. BETHENCOURMTA SSIEU,A ntonio: Aproximación a la.. ., art. cit.
8. Ibid.
colas, resultaban demasiado elevados (muy voluminosos y de poco
peso), a pesar de la autorización que más adelante se hizo para la
exportación de un 25 % de productos extranjeros. Unido a ello de-bemos
tener en cuenta que coincidiendo con la primera mitad del
siglo XM se desarrollan también las guerras de independencia de
los distintos países sudamericanos y la cerrazón de sus puertos, pro-duciéndose
más adelante (tras la pacificación) la reapertura para los
navíos españoles.
Como resultado de este panorama económico tenemos al cam-pesino,
la mayor parte de las veces no propietario, con un nivel de
vida ínfimo, luchando constantemente con la tierra para obtener el
máximo de beneficios, esperando el agua que cada vez es más escasa,
fabricando sus terrazgos a lo alto de las montañas, etc., y que se
piantea como meta imprescinciibie para salir de este círculo cerradü
la emigración a América, tierra de promisión, donde cualquier tipo
de trabajo será bueno para conseguir dinero y mantener a la familia.
El trasvase de individuos
chipiélago Canario hasta los
con el momento mismo del
LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XM
y familias que se produce desde el Ar-distintos
lugares de América, se inicia
viaje colombino. A partir de entonces
son constantes los desplazamientos a las Indias que han quedado re-flejados
en los numerosísimos estudios que prestigiosos investigadores
han realizado al respecto, y encaminados a mostrarnos la presencia de
los canarios en el continente americano 9, estudios a los que se su-man
muchas de las comunicaciones presentadas a estos Coloquios
de Historia Canarias-América.
La primera mitad del XIXl0 ha supuesto, con respecto a la co-rriente
anterior, una ralentización del proceso emigratorio, debido
fundamentalmente a los movimientos de independencia de los países
req-&les. Ah6i-a b i e ~a, ~ ~ q u1cs :c :migraciSíi in$zlia se re&ce,
ca se llegará a cortar, puesto que en estos años se dirige básicamente
hacia Cuba, colonia que junto con Puerto Rico y Filipinas, permane-
9. La lista de investigadores que han tomado como objeto de estudio la emigra-ción
Canarias-América es enorme, y de entre ellos se pueden señalar algunos nombres
como los de Francisco Morales Padrón, Analola Borges, Leopoldo de la Rosa, Julio
EernAndee, segxi& 6e u- gran etcbtera.
10. La emigiaci6n de la primera mitad del XIX la hemos estudiado en nuestra
Memoria de Licenciatura: La emigración de Canarias a Amdrica entre 1826 y 1853.
Aspectos sobre la repatriación de los indianos. Presentada en la Universidad de
La Laguna en 1979. Inédita.
cerá fiel a la Corona hasta finales del XM cuando finalmente conse-guirán
su independencia.
Esto lo hemos podido comprobar a través del análisis de los da-tos
que la documentación de protocolos y las comendaticias o licen-cias
de embarque nos han aportado al respecto, pudiendo afirmar
que concretamente entre 1826 y 1853, un total de 7.937 personas han
salido desde Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura rumbo a la
«América», Cuba y Puerto Rico. La media anual de estas salidas la
hemos calculado aproximadamente en unos 283,46 individuos al año.
Efectivamente, la inmensa mayoría de los emigrantes afirman di-rigirse
hacia la isla de Cuba o hacia América (término éste que Julio
Hernández identifica con Cuba) 'l, aunque no podemos olvidar las ex-re$
c.mes rUmbo 2 Monterideo y La GUaira efi 1838, o, m
por ejemplo, el grupo de labradores contratados en 1837 para esta- -
E blecerse en Caracas. O
Ahora bien, ¿quiénes son concretamente los emigrantes? Según n--
el estudio que realizamos se trata de varones, especialmente (un m
O
E 38,91 % de los emigrados) seguidos de lo que la documentación de E
2 protocolos señala como «hijos», sin especificar sexo ni edad, y los E
menores de 18 años incluidos en las comendaticias (que suponen el -
37,25 %), y, finalmente, está el grupo de mujeres (con el 23,03 % res- =
tante), como el grupo menos representativo. - -
0
m Centrándonos más en el conjunto de los expatriados, la edad me- E
dia de los varones emigrados entre 1842 y 1853 es la de 23 años, O
siendo el grupo más numeroso el de los 10-15 años seguido del de
n los 25-30; mientras que la edad media para las mujeres está en 24 -E
años y el grupo más numeroso es el comprendido entre los 15-25 a
2 años. Con estos datos sólo pretendemos incidir en la juventud del n
emigrante. En cuanto a los varones es de destacar el hecho de que n
sean los más jóvenes los que presentan un índice más alto de emi- 3
gración, explicando por la evasión del servicio de las armas, para O
nr-a-c-a-r r l ~ c n i i P c2 1 g r q c ~d d t c s&. P , U ~ I ? ~ Qu 12s mujeres, !u =u- ---Y---
yor parte de ellas son esposas reclamadas por sus maridos.
Se trata, en definitiva, de individuos menores de 30 años, que
abandonan el Archipiélago para dedicar todo su esfuerzo a cualquier
tipo de trabajo que se les ofrezca.
Así hemos podido estudiar contratos de trabajadores para el ten-dido
de un ferrocarril en Cuba, o como mineros; pero el trabajo al
que fundamentalmente se dedica el canario es la agricultura.
11. HERNÁNDEGZA RCIA,J ulio: Informe sobre fuentes existentes en España para
un estudio de la ernigracidn española a Iberoamérica durante el XIX.
A pesar de todo el sacrificio que ha supuesto el viaje, la mayor
parte de las veces pagadero a la llegada porque en el momento del
embarque no tienen dinero para ello, cuando llegan a América no
suelen encontrarse con las óptimas condiciones de vida que pensaban
encontrar. Tenemos varios testimonios de emigrados que, a través
de sus cartas a familiares, nos dan noticias de ello: malas condicio-nes
del viaje, malas condiciones de vida y escaso salario, enorme can-tidad
de sacrificios, y, al final, el reclamo a los familiares:
"María, si acaso terminaras y quisieras venir en mi compaña, te
podrás venir porque el ir yo ya allá me parece dudoso, porque la busca
está mala" 12.
0 bien esto otro:
"Querida madre.. . recibí una carta de usted en la que me decía la
nefasta noticia de la muerte de mi querido padre.. . y también nos han
dicho que mi hermano Silvestre ha fallecido.. . y en virtud que han
faltado mi padre y mi hermano, si usted quisiera venirse para ésta (La
Habana) con mis hermanas y hermano, puede usted vender lo qi?e
tenga.. . porque ya no pienso volver para esa, y así quisiera que usted
se volviera a mi compaña para tener el gusto de volverla a ver ..." 13.
En cuanto al trato recibido en su nuevo lugar de asentamiento,
éste es diverso. Frente a casos de emigrados que muy pronto se en-cuentran
ucomo en su casan y se sitúan rápidamente, tenemos otros
que son tratados casi como esclavos. Estos dos casos podemos ejem-plificarlos
con los siguientes textos :
"...tengo, como es sabido, muchas yuntas de bueyes y bestias ca-ballares
en mi potrero, y tierras propias con algún ganado en mi hacien-da,
mucho crédito para conducir desde aqueI punto donde me hallo de
San Fernando de Nuevitas al pueblo de Puerto Príncipe, todos los
meses, cargamentos de los comerciantes para el abasto de esta ciudad,
como géneros de toda ropa, cardos, carnes del Norte, arroz y trigo, y
todos los demás comestibles.. ." 14.
12. Carta fechada en La Habana el 6 de octubre de 1839 y que se encuentra
inscrita en un documento celebrado ante el escribano Miguel Caldenn en Gáldar,
el 22 de septiembre de 1840. Registro número 2.480, pp. 185 v-195 r. Archivo Histórico
Provincial de Las Palmas.
13. Carta fechada en La Habana el 8 de mayo de 1840 y que aparece inscrita
r-.i.. . e.l. d-o cumento ce!ebrade ante el s & b a n ~l\ 'ico!Qs Antonio de Trorm, en La- Pd-mas
de Gran Canaria. el 15 de septiembre de 1840. Registro número 2.040, -P -P . 267 r-
274 r. A.H.P.L.P.
14. Documento celebrado ante Agustin de Silva, en Las Palmas de Gran Canaria
el 3 de octubre de 1832. Registro número 2.103, pp. 216 v-223 r. A.H.P.L.P.
El otro ejemplo lo hemos entresacado de la prensa, y en él se
narran las aventuras de un emigrante:
"Para concluir diré a usted que después de haber ido a tierra con
los dueños ,que cada uno adquirió, se nos destinó a trabajos según era
la ocupación que aquellos tenían: yo no volví a ver a mis compañeros
porque me tocó ir a un pueblo del interior donde me ocupaba de cul-tivar
café. Pasaré en silencio los trabajos de esta época para no afiijir
más a ustedes: sólo diré que con mal vestido, con escaso alimento y
sufriendo alternativamente sobre mi cuerpo desnudo el sol y la lluvia,
pasé más de dos años bajo el dominio de un hombre cruel e insensible
que se llamaba mi amo, y lo que es más, Señor, el látigo destinado
para los infelices esclavos, se dejó caer algunas veces sobre mis es-paldas..
." 15.
De cualquier manera, el isleño es muy bien apreciado en Améri-ca
y así es como se indica en un artículo de Alfonso Camín:
"El mejor hombre del campo, par a par con el guajíro, era también
el buen canario. Enseguida formaba su 'sitio', su bohío de guano, su
vega de tabaco, sus asnos y sus gallinas, sin que faltara el puerquito
que fuera a comer 'palmiche'. Así como en la ciudad poca familia cu-bana
hay sin sangre de asturiano, en el campo es rara la que no lleve
sangre de isleño. Se distingue de dos demás por su carácter sufrido,
su honradez y su constancia. Viven tostados de sol y llenos de tierra
roja. Todas las guardarrayas cubanas saben de la labor del buen canario,
entre emigrante y guajiro" 16.
111.-LA REPATRIACI~N DE LOS INDIANOS Y EL DINERO INVERTIDO EN
CANARIA17.S
Antes de entrar de lleno en el estudio de la repatriación de los
indianos, hemos de hacer un inciso para hablar de la documentación
que hemos utilizado, es decir, de los protocolos notariales. En ellos
encontramos referencias directas o indirectas de personas que «aca-ban
de llegar de Américas, como son, por ejemplo, los documentos de
compra-venta, poderes, testamentos, &c. Sin embargo, hemos de
decir que el hecho de señalarse o no, que uno de los participantes en
el contrato celebrado ante el escribano haya estado en América, la
15. "El Eco de la Juventud". Santa Cruz de Tenerife, 23 de marzo (número 21)
y 1^ de xmrzc ( n k e r ~Z?? ),6 , 1848.
16. CAMIN, Alfonso: El isleño en Cuba, publicado en la obra de Manuel Maria
MARREROL:O S canarios en Cuba, Santa Cruz de Tenerife, 1936.
17. Este trabajo hemos de complementarlo con el de nuestra Memoria de Licen-ciatura,
ya indicada, que abarca el período comprendido entre 1826 y 1853, y de las
islas llamadas Orientales.
mayor parte de las veces no es fundamental para el trato, y por tanto
es lo que nos hace pensar que serán muchos los nombres que se nos
han pasado sin identificar. Así, hemos de señalar que la lista de in-dianos
que hemos confeccionado bien podría verse aumentada en la
realidad con otros nombres que no se han visto reflejados en los pro-tocolos
notariales, pudiendo asociar aquí la famosa frase de «no
están todos los que son, pero sí son todos los que están)).
1. Viaje de regreso.
Del viaje de regreso no tenemos constancia en la documentación
canaria puesto que nos faltan las contratas de estos viajes que muy
posiblemente estarán recogidas en los protocolos de los escribanos
americanos.
Sin embargo, en algunos casos sí que tenemos constancia de ello,
precisamente en lo tocante a expatriados que al regresar no tienen
dinero para el pago de su flete. Es, por ejemplo, el caso que Juan
Viera refiere en su testamento, al hablar de que tuvo que pagar por
el flete de su hijo Bartolomé desde la ((América)), 100 pesos fuertes
y aún le dio media fanegada de tierra y una res vacuna para su sus-tento
IS.
Otro caso interesante es el de Francisco Falcón que se ausentó
para América donde permaneció por espacio de 7 u 8 años, dejando
mientras tanto a su madre que se encargara de las rentas que le que-daron
en Las Palmas. Ahora bien, la madre señala que:
" ... si bien desde Caracas me escribió que dispusiera de los réditos
como mejor me acomodara, no llegó a tener efecto esta libertad por
los crecidos gastos que tuve que hacer cuando empredió su viaje, y los
que después ocasionó su regreso a éstas (islas) ..." Ig.
Otra forma para que tengamos noticias referentes a algún viaje
de regreso está en el caso de naufragio o muerte a bordo. En la do-cumentación
manejada, únicamente tenemos noticias de un naufra-gio,
el del barco del cual era capitán Juan Fruller, que en 1832 re-gresaba
a la isla de Gran Canaria. Pero en cuanto a fallecimientos
ocurridos a bordo en el viaje de regreso, sí que tenemos algunos ejem-plos.
De entre ellos nos parece fundamental el resaltar el de Mateo
18. Miguel Méndez. Teguise, 22 de junio de 1842. Registro número 2.974 (2) ;
pp. 132 r-134 v. A.H.P.L.P.
19. Testamento celebrado ante el escribano Sebastián Díaz, en Las Palmas de
Gran Canaria, el 17 de junio de 1845. Registro número 2.155; pp. 64v-67 r. A.H.P.L.P.
González, ((oriundo de Canarias)), por haberse hecho un inventario
de todas sus pertenencias. Fue precisamente Manuel de Castro, ca-pitán
de la fragata Lm Pdmc~s, a bordo de la cual falleció, quien soli-citó
que se inventariasen los bienes del finado para presentarlo a los
familiares. El documento indica textualmente que las pertenencias
del fallecido consistían en :
"Un lío conteniendo cuatro camisas de uso; dos pares de calzon-cillos
de idem; un pantalón de idem; dos pañuelos de algodón. En otro
lío, un pañuelo de algodón, una sábana de algodón, un pañuelo de algo-dón,
dos pares de zapatos de vaqueta, un chaquetón marsellés, un
sombrero de guano. Un baúl con su llave conteniendo una cajita de
tabaco, una culebrina con dos onzas de oro españolas, dos sombreros
& jipijapa, un:, &aq-&a & p ~ r d u r - h lQ~S -&, dos vestiCi-3 de m~ ~ j e r
usados, un pañuelo de seda usada, dos pañuelos de seda y uno de
algodón nuevos, nueve pañuelos de algodón en pieza, cinco pantalones
listados y dos de ola ola unida de su uso, siete camisas blancas y tres
listadas, cuatro calzoncillos, tres chalecos de seda, dos pares de zapatos,
unos blancos y otros negros, una fresa de algodón, todo de su uso. Un
paquete cerrado y cosido rotulado "encargos de la señora Doña María
Socorro González para su tía Doña Antonia González, en Islas Ca-narias".
Otro rotulado "encargos de la señorita Doña Mariana González
para su tía Doña Juana González en Islas Canarias". Un envuelto de
papel estraga conteniendo una carta abierta con el sobre a Doña Felipa
Cabrera León en los Valles de Lanzarote. Y dos recibos de haber
pagado d finado su pasaje y el de su hijo en la fragata Las Palmas" 20.
Mayores beneficios tenía, sin embargo, Carlos Suárez, fallecido a
bordo del buque llamado Arndia cuando regresaba a Gran Canaria,
puesto que sus bienes ascendían a 20 onzas de oro 8 lo que quedó
tras el fallecimiento de Juan Rodríguez que al morir en el bergantín
Magdalena dejó 7 onzas y media de oro, 3 baúles y otras ((frioleras))
que pasan a poder de su viuda e hijos
2. La figura del indiano.
Manuel Pereda define la palabra «indiano» como el nombre dado
al emigrante y que se ((aureolará con el prestigio del éxito y la rique-
20. Este inventario aparece inscrito en otro que los familiares han realizado en
Iz ci"ad de Las %!mas de Cxia& ante el eicfisndue &<dad
Sánchez, el día 24 de enero de 1851. Registro número 2.205 ; pp. 60 1-63 r. A.H.P.L.P.
21. José Benítez Oramas. Teror, 9 de septiembre de 1853. Registro número 2.297;
p. 407v. A.H.P.L.P.
22. José Benítez Oramas. Las Palmas de Gran Canaria, 14 de noviembre de 1843.
Registro número 2.287; pp. 714 r-717 v. A.H.P.L.P.
zan 23. Y es cierto, la idea que se tiene del emigrante es la de un «ca-ballero))
cuyo atuendo aparece descrito de la siguiente manera:
". . . sombrero de jipijapa, casaca de tela de hilo listada, calzones de
la misma, camisa con gran pechera bordada y en la mano una varita
de junco muy fina.. ." %.
y a lo que añadimos el reloj y la cadena de oro, con la cartera llena
de dinero, como nos muestran muchos de los retratos familiares de
personas que regresaron de América.
Ahora bien, este atractivo aspecto externo no muestra todo lo
que el individuo lleva en su interior. Un ejemplo claro para indicar
la figura del joven emigrante frente a la del indiano la hemos entre-sacado
& la prensa diaria de las islas. En perit&cv Eco & la
Juventud aparece un artículo donde se describe a un emigrante:
"... era el joven Juan a quien yo recordaba haber visto antes de
marcharse de este país: era entonces un robusto mozo de veinte años,
cinco pies y seis pulgadas de estatura, anchas espaldas y con un aire
en su persona que demostraba la fuerza física en un grado bastante
respetable. ..".
Este mismo joven, Juanillo como se le llama en el texto, aparece
descrito de otra forma muy distinta después de haber pasado tres
años en La Habana :
"Estaba vestido de la misma manera que todos los que vienen de
la isla de Cuba ... no era sin embargo este vestido tan distinto del que
antes usaba lo que más me había desconcertado: porque verdadera-mente
era singular la variación que se había operado en todo su ser:
no le quedaban ya ni vestigios de lo que antes fuera: su aspecto era
el de un hombre de más de treinta años y su cuerpo antes tan erguido
tenía que encorbarlo hacia delante para andar, a consecuencia de do-l-
o..r..e s que padecía en la pierna izquierda y que le producían una cojera ,.,-.+-!-.lo 99
"'UJ " ' " L a u i r . . .
A continuación el indiano explica cuál ha sido la causa de en-contrarse
en su actual estado físico, narrando las aventuras del viaje
de ida, la tormenta que atravesaron, los fallecimientos a bordo, para
23. PEREDADE 1.4 REGUERAM, anuel : Iizdianos de Canlabiia, Instituto Cultural
del Cantábrico, Excma. Diputaci6n Provincial de Santander, 1968, p. 19.
24. "El Eco de la Juventud". SanL& Cruz de Tenenfe, art. cit.
25. I b X
pasar a indicar su vida en América, donde fue tratado casi como un
esclavo :
"... se nos hizo firmar un papel en el que nos obligamos a servir a
nuestro amo como el esclavo sirve a su Señor, por el tiempo que fuese
necesario para pagar nuestro flete.. ."
Finalmente y como dato curioso señalaremos que este indiano pu-do
regresar gracias a que atuvo la suerte de sacarse 2.000 duros en
un billete de lotería en la Isla de Cuba)), y no por los ahorros que
pudiera haber conseguido con su trabajo.
En cuanto a la fiabilidad de este texto que hemos reseñado, tene-mos
que aclarar que se encuentra redactado bajo el lema de «ensayo
rl- costumhres~y~ yor tanto no tiene obligatoriamente que ser una
historia real. Sin embargo, nosotros nos atrevemos a darle grandes
dotes de realidad puesto que es éste el espíritu que pensamos traían
muchos repatriados y que hemos podido comprobar: el bergantín
Trueno se dedica por estas fechas a este tipo de viajes; por otro
lado, a través de las cartas de los emigrados a sus familiares se dan
noticias sobre la vida dura de América (aunque nunca hemos cons-tatado
tan malos tratos), así como alusiones al juego de la lotería que
son ciertas. Por todo ello, pensamos que la historia de «juanillo», el
indiano, pudo ser una de las tantas que se produjeron, y bastante
parecida a esta otra que refiere su protagonista, Domingo Betancor,
a su esposa, en una de sus cartas:
" ... he desparramado más gotas de sudor que lo que tú ni nadie
puede imaginar, teniendo siempre un pañuelo en la mano para limpiar
la frente por no mojar la obra que estoy haciendo ..., no sé cómo he
tenido valor para día y noche. Para mí no hay día de fiesta; no salgo
porque estoy con una ropa de listado ordinario (mientras) que aquí
los artesanos visten como caballeros, y yo haciéndome cargo que tengo
obligaciones ... Lo que voy es a tapar el año, y sé que voy a estar
siemnpe en esta esclavitud, este .Dios quisiera, no teniendo otro vicio
qüe nic. dvi&e yüe es fumar e! cigarro y jügar U :: peso tadau l ~mses es
a la Lotería, a ver si Dios me da la suerte para volver a ver a mis ino-centes
hijos.. ." 26.
Teniendo, pues, en cuenta las advertencias que hemos señalado
con respecto a la documentación utilizada, hemos podido identificar
26. Carta fechada en Matanzas el 8 de diciembre de 1841. Aparece inscrita en
un documento celebrado ante e1 esaibano José Benítez y Oramas, en Las Palmas
de Gran Canaria, el 11 de junio de 1842. Registro número 2.286; pp. 409r-414v.
A.H.P.L.P.
un total de 154 repatriados entre los protocolos de 1826 y 1853 de
Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura. ¿Cómo se puede valorar
esta cifra?
Pensamos que esta lista de indianos hay que considerarla como
un simple borrador puesto que suponemos que muchos no lo habrán
indicado en el documento notarial, o bien no han tenido necesidad
de acudir al escribano. La única forma de confirmarla sería contando
con listas de repatriaciones", o bien, como ya señalamos, con los
documentos que en América han quedado.
De estos indianos documentados podemos señalar el lugar donde
se han establecido: con preferencia se destaca Gran Canaria (135
personas, un 87,663 %), seguida muy de lejos por Lanzarote (con 12
personas, el 7,79 %), y finalmente Fuerteventura (con cuatro india-nos),
La Palma (con dos) y Tenerife (con uno). Pero lo que no se 2
puede precisar es el lugar de donde han venido puesto que en todos N
E los documentos se habIa únicamente de «América» o «La Habana))
Finalmente, también es muy difícil establecer algún tipo de ex- O
n -
plicación para que se produzca la llegada de estos repatriados, preci- =m
O
samente por la falta de datos concretos. Sin embargo, en nuestra Me- E
E
moria de Licenciatura ya citada, señalamos un pequeño dato: los 2
E
años de crisis del Archipiélago que coinciden con épocas de hambre, =
fiebre amarilla, cólera morbo, etc., son aquellos en que se produce el 3
menor número de repatriaciones. e--
m
3. El dinero procedente de América.
La consecuencia más directa y el fin último que se persigue con
la emigración es la de obtener dinero, y éste comienza a llegar al Ar-chipiélago
en gran cantidad, hecho éste que no hemos podido- com-probar
textualmente pero del que sí nos dejan testimonio los artícu-los
periodísticos y actas de la Real Junta de Comercio.
Efectivamente, desde el año 1837 tenemos noticias de las dificul-tades
por las que atraviesa el Archipiélago al producirse la escasez
de moneda del cuño español y la abundancia de circulación de las
monedas de oro y plata de las Repúblicas de América:
" ... no cabe la menor duda en que desapareciendo de estas Islas
como lo estamos viendo con suma rapidez, la moneda nacional y sin
esperanzas de que nos entre de la isla de Cuba, Puerto Rico y otros
27. En uun a r i a visita que hicimos ai Xrchivo General de Indias pudimos com-probar
la existencia de estas listas, aunque nunca se incluyen las Islas canaria;.
B. Con datos referentes a Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura. recogida en
nuestra Memoria de Licenciatura.
puntos con quienes conservan nuestras relaciones mercantiles y de
familia, porque no corre en ellos generalmente según se tiene entendido
otro metálico que el del referido cuño; dentro de brevísimo tiempo
nos veremos aquí sin una sola moneda columnaria o nacional ni para
los más insignificantes cambios.. ." 29.
Y es esta situación precisamente la que provoca que la Diputa-ción
Provincial y la Real Junta de Comercio soliciten al Gobierno
central el permiso para que circulen estas monedas americanas en las
Islas. El problema termina cuando la reina madre María Cristina
otorga una ley por la cual se permite la entrada de la ((moneda de
oro y plata de los estados de la antigua América española, como pas-ta
o metales no amonedados, y de ningún modo por su valor repre-sentativo
» s. ,,
Con esta referencia constatamos la llegada masiva de dinero ame- -
ricano, ahora bien, ¿de qué forma? E
Las remesas que envían los emigrados a sus familiares llegan a O
n -
través de amigos, capitanes de barcos o apoderados, o bien son traí- =m
O
das por ellos mismos en el momento del regreso. Fijar las cantidades E
E
aproximadas que por los diversos conceptos han llegado al Archi- SE
piélago es muy difícil, puesto que casi nunca se habla de cantidades =
concretas, y además están las famosas (cculebrinasn, de las que siem- 3
pre se ignora su contenido. e-- Pero pasemos a ver algunos ejemplos de dinero americano que m
E
ha llegado al Archipiélago y cómo ha sido invertido. O
Son abundantes los ejemplos que tenemos de mujeres que, afir-mando
tener al marido ausente en América, compran algunos terre- n
-E
nos o suertes de agua. Si tenemos en cuenta que la emigración se a
produce como remedio pára salir de la penuria económica en que se 2
n
encuentran las familias, pensamos que estas adquisiciones de terre- 0
nos únicamente significan que las esposas han recibido dinero de sus 3
maridos para poder efectuarlas, puesto que siempre pagan el importe O
de la compra ron «dinero be contado y antes de &orar, de! momen-to
de la firma del documento de compra-venta.
En algunos casos se especifica claramente que es el marido el que
paga, como ocurre con el caso de Francisca Hernández que tiene a su
marido ausente en La Habana, y compra tres trozos de terreno por
valor de 43 pesos corrientes, cantidad que ha recibido el vendedor
29. Actas de la Real Junta de Comercio. Santa Cruz de Tenerife, 19 de septiem-bre
de 1837. Archivo Hist6rico Provincial de Santa Cruz de Tenerife.
30. Apéndice de leyes y decretos que acompaña al periódico "El Atlante" de
Santa Cruz de Tenerse. Año 1837, tomo 11.
527
en La Habana, directamente de manos de Antonio Cárdenes, el es-poso
de la compradora 31.
Sin embargo, la mayor parte de las veces no se dice, y tenemos
cómo María Antonia Falcón, mujer de Francisco González, ausente
en La Habana, compra en 1834 un terreno con árboles frutales y 6
días de agua de un tanque, por el precio de 60 pesos corrientes, y
varios años más tarde, en 1841, compra una casa terrera con huerta
de árboles de 3 celemines, por 200 pesos corrientes 32.
Otras veces es el propio emigrado el que realiza la compra, y así
señalamos el ejemplo de Antonio Díaz, soltero y de 25 años, que se
encuentra próximo a regresar a Lanzarote desde la isla de Cuba don-de
ha permanecido por espacio de 12 años, que compra un terreno
de 3 fanegadas con parra, por el precio de 1250 pesos, cantidad que
pagó al contado y al vendedor en La Habana 33. Sin embargo, el nom-bre
que más veces aparece repetido realizando estas operaciones es
el de José Estupiñán como apoderado de José Hernández Jiménez,
ausente en !a isla de Cuba, quien se encarga de la compra de varios
terrenos y agua entre los años 1827, 1828 y 1829 %.
Otra serie documental bastante importante es la que se refiere a
los bienes que quedan como herencias de parientes fallecidos en
América. El proceso normal es que tras conocerse la noticia del
óbito, los herederos tienen que designar a un apoderado que se en-cargue
de cobrar todos los intereses y los haga llegar a los familiares
del difunto. Ahora bien, tampoco aquí podemos conocer exactamente
el dinero llegado, puesto que generalmente en estos documentos se
habla de ((bienes muebles e inmuebles, dinero y alhajas», sin especi-ficar,
por tanto, las cantidades concretas, ni los bienes específicos.
Un ejemplo de ello lo tenemos en Tomasa Brison, vecina de la
31. Francisco Quesada. Las Palmas de Gran Canaria, 16 de agosto de 1831. Re-gistro
número 2.23 ; pp. 444 17-447 V. A.H.P.L.P.
32. Francisco Quesada. Teror, 17 de septiembre de 1834. Registro número 2.256;
pp. 387r-391 r, y Las Palmas de Gran Canaria, 14 de ene~o de 1841. Registro nú-
34. José Hernández Navarro. Las Palmas de Gran Canaria, 20 de noviembre
de 1827; registro número 2.118; pp. 333 r-334 r. Y Las Palmas de Gran Canaria,
26 de enero de 1825; registro número 2.118 (2) ; pp. 24 1-24 v. A.H.P.L.P.
José Alonso Alvarado. Agüímes, 11 de enero de 1827; registro número 2.555 (4) ;
pp. 4 v-5 v. Y Agüímes, 13 de mayo de 1825; registro número 2.556; pp. 71 v-72 v.
A.H.P.L.P.
Nicolás Antonio de Troya. Las Palmas de Gran Canaria, 16 de octubre de 1828;
registro número 2.032; pp. 249v-250 v. Y Las Palmas de Gran Canaria, 17 de oc-
LLUU.LG . d e x1u0w0,0 . .csLqLLu lo. v,U32d0,. pp. 24.5 1-24? r. A.E.P.L.P.
Francisco Cabrera. Las Palmas de Gran Canaria, 9 de abril y 24 de octubre de
1828; registro número 2.174. Y Las Palmas de Gran Canaria, 25 de febrero de 1829:
registro número 2.172 (2). A.H.P.L.P.
ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, que ha quedado viuda al mo-rir
su esposo en la ciudad de La Habana. La citada viuda da poder
a Domingo Gil, residente en la ciudad de La Habana, para que se
haga cargo de todos los bienes quedados y se los mande para así ayu-dar
a la manutención de sus 6 hijos 35. ES, como vemos, un caso en el
que el apoderado se encuentra ya en América.
Otras veces no sucede así: el apoderado deberá realizar el viaje
al lugar del fallecimiento, y entonces suele cobrar una parte de la
herencia como ocurrió, por ejemplo, con Agustín Vega, el cual se
dirige a la ciudad de ~a ~aban; para percibir la herencia que ha
quedado a Matías Rodríguez tras el fallecimiento de un tío. El apo-derado
cobrará los gastos del viaje, de los litigios que tenga que em-prender,
etc., así como una cantidad de la herencia:
m
u
N ". . . considerando el otorgante la justa retribución a que se ha hecho E
acreedor ... por el eminente riesgo del mar que se expone, como por la
incomodidad y trabajos que ha de sufrir, y llegue a su destino y re, O vese n
a esta isla, perjuicios en los intereses de su casa y familia a que se =m
O agrega otro menor riesgo de su vida, cual es el transitar por pueblos E
donde es endémica la fiebre amarilla, que por lo común ataca más que E
2
a otros a los isleños, por todo esto le dará la tercera parte de la E
herencia.. ." 36.
Ahora bien, la mayor parte de los poderes que se otorgan para e-el
cobro de herencias se hace a personas de confianza que se encuen- m
E
tran ya en América. O
Finalmente hemos de destacar las adquisiciones, negocios, dona-tivos,
etc., que los propios indianos han efectuado tras su regreso. n
E
El primer aspecto que tocaremos es el de los donativos a iglesias. a
Manuel Pereda afirma que el indiano nunca olvidará su pueblo de n
origen, y los aspectos que más le preocupa son la iglesia y la enseñan-za
Esta opinión, al menos en su primera vertiente, la hemos podido 3
comprobar también en la documentación que manejamos. Así está O
el caso de Juan de Vega, vecino y natural de Gáldar, quien a l ntnrgar
su testamento dice que deja 1.000 duros para ser invertidos en una
finca y con la renta anual que produzca se harán cargo de la imagen
del Cristo del Altar Mayor de la Parroquia de Gáldar, dedicándosele
adornos, trono, etc., además de la obligación de celebrar, cada 7 de
35. Documento celebrado ante Sebastián Díaz, en Las Paimas de Gran Canaria,
ei i9 de uctub~e de iSZ. Registro número 2.147 @j ; pp. 1% r-126 r. H.H.P.L.P.
36. Se celebró el documento ante el escribano Nicolk Antonio de Troya, en
Las Palmas de Gran Canana, e3 10 de febrero de 1831. Registro número 2.034 (2) :
pp. 34v-35~. A.H.P.L.P.
57. PEREDAD E LA REGUERAM, anuel: Indianos en Cantabria... , o p . cit., pp. 26-27.
abril, cuna función más o menos solemnen conmemorando el día de
su llegada desde La Habana donde estuvo 8 años 38.
Otro ejemplo es el de Vicente de León, natural del Puerto de
Arrecife, que estuvo en Ea Habana, donde actualmente reside su
esposa, quien declara en su testamento:
"Tengo dispuesto y mando se haga la capilla de San Antonio en la
ermita de Santa Catalina de los Valles, para cuya fábrica he comprado
vigas y algunas tablas que se hallan en el almacén de esta casa de mi
habitación, ... es mi voluntad que la dicha capilla de San Antonio se
haga sólo de una corriente y no de caballete, y esta fábrica la mandarán
hacer mis testamentarios que en su lugar irán nombrados.
Es mi voluntad que se alargue la ermita de San Rafael situada en
los extramuros de la Villa de esta isla, y lo que se adelante serán seis
varas para cuya fábrica tengo comprada toda la madera necesaria y mi
criado Juan sabe la que es, cuya fábrica harán también mis testamen-tarios''
39.
El dinero indiano comienza, pues, a introducirse en Canarias.
Unas veces como donativos y otras reflejado en los testamentos, in-dicándose
la utilidad que se le dio. Así ocurre con Francisco Rodrí-guez
de Quintana quien declara que tenía una casa «que con otras
se desbarataron para alargar la plaza, la que había yo ... fabricado
con dinero que traje de América aún siendo soltero)), y más adelante
afirma tener «otro cercado de tierra con varios árboles y una casa
en los Llanos de esta Villa (Gáldar) ... lo que también compré yo ...
con dinero que traje de América)) 40.
También es interesante la declaración que hace José Pérez Men-doza
en su testamento :
"Declaramos que a nuestro consorcio no trajimos cosa alguna y que
los bienes raíces que en el día tenemos y resultan de varios documentos
de adquisición que conservamos en nuestro :poder, han sido precisa-mente
con metálico agenciado por mí, el Don José, en la ciudad de
La Habana" *l.
38. Documento celebrado ante el escribano Angel Rodriguez de Tovar, en Guía,
el !27 de septiembre de 1827; registro número 2.464; pp. 275 r-276 r. Y Guía, 13 de
diciembre de 1827: registro número 2.464; pp. 339 v-340 r. A.H.P.L.P.
39. Domingo Cancio. Arrecife de Lanzarote, 4 de junio de 1835. Registro número
2.960; pp. 201v-204r. A.H.P.L.P.
40. Angel Rndriguez d e Tovar. Guía. 10 de marzo de 1829. ~ e g i s t r ón úmero 2.466;
pp. S9 r-91 v. A.H.P.L.P.
41. Miguel Calderín. Gáldar, 5 de abril de 1841. Registro número 2.480 (2);
pp. 67v-70r. A.H.P.L.P.
Otras veces es el hijo emigrado el que socorre a sus padres:
". .. soy deudora de dicho mi hijo Gregorio (que acaba de llegar de
América) de tres partidas de a 10 pesos duros y dos de a onza de oro,
que me ha mandado de América, que todo son 62 pesos d~ros''4~.
También tenemos noticias de algún dinero procedente de las he-rencias
que han llegado: tras el fallecimiento de Pedro Gordillo, ar-cediano
que fue de la catedral de La Habana, sus herederos dieron
poder a José Gonzákz, el cual pasó a La Habana a hacerse cargo de
la herencia y ahora ha regresado trayendo 43.179 pesos fuertes y 6
reales, que deberán repartirse una vez deducidos todos los gastos u.
e, fi~dmente,b s e m f m cpe m termimn de legar, ~ 0 ~ x!e 2
ocurrió a la esposa de Diego Navarro que debió haber recibido de m
Antonio Viera, la cantidad de 28 onzas de oro y 6 pesos fuertes que E
le enviaba su marido, cantidad que no ha sido entregada a su desti- O
n natario ". =m
O Centrándonos ya en el tema de las inversiones, pasamos a ver E
E cómo el tipo de negocios más abundante es la compra de terrenos, 2
E agua y casas. Ya hemos tenido oportunidad de señalar al principio
de esta comunicación, cómo la vida de los canarios decimonónicos 3
giraba fundamentalmente en torno a la tierra y a la agricultura. Es - por ésto por lo que no es de extrañar que cuando un indiano regresa, 0m
E trata de adquirir terrenos y casas.
O
Son muchísimos los ejemplos que tenemos de ellos : desde los que
compran pequeñas propiedades como Candelaria Báez y Domínguez, n
E quien en el año 1836, acabada de llegar de Cuba, compra una casa a
con terreno por valor de 1996 reales y 18 maravedises 45; o Eeliciano n
Gregorio de León, que en el año 1849 compra la parte alta de una n
casa con una habitación que sirve de granero, valorada en 100 pesos 3 corrientes 46; hasta los grandes inversores como Francisco Hidalgo O
Alvarado, residente en Agüimes, que entre 1836 y 1853 realiza un
total de 44 operaciones de compra, valoradas en 3.467 pesos y 13 rea-les,
aproximadamente; o Vicente de León Lemes, vecino de Arrecife,
42. Angel Rodríguez de Tovar. Guía, 31 de julio de 1828. Registro número 2.465;
PP. 166v-167v. A.H.P.L.P.
43. Miguel Caldeh. Guía, 9 de mayo de 1847. Registro número 2.483 (2) ;
pp. 134 v-í3i r. A.H.P.L.P.
44. Francisco Quesada. Las Palmas de Gran Canaria, 29 de diciembre de 1835.
Registro número 2.257; pp. 688 v-689 v. A.H.P.L.P.
45. Angel Rodríguez de Tovar. Guía, 24 de julio de 1836. Registro número
2.472 (2) ; pp. 280 v-283 r. A.H.P.L.P.
46. Manuel SAnchez. Las Palmas de Gran Can*, 21 de mayo de 1849. Registro
número 2.203; pp. 559 r-559 v. A.H.P.L.P.
quien ilegó desde La Habana en 1826 y hasta 1853 reaIiza 18 adqui-siciones
valoradas aproximadamente en 1.097 pesos corrientes.
Otro tipo de negocios importante entre los regresados es el de
los préstamos de dinero, que lleva implícito su devolución, con o sin
intereses. Algunos nombres son José Hernández Luján, que presta
a Francisco Medina y Pérez un total de 800 pesos, o bien Francisco
Moreno Ortiz, quien declara en su testamento que:
". .. habiendo adquirido una corta cantidad de dinero en la ya dicha
isla de La Kabana, cuando llegué a ésta (,Gran Canaria) hice varios
préstanos y por ello se le están adeudando.. . algo más de 230 pe-sos..
.17 47.
Por último destacamos a Domingo Pérez Galdós, quien desde su ,,
llegada en 1850 hace varios préstamos Ter valor total de 2.402 pesosu. D
Después de los préstamos y las adquisiciones de terrenos, tene- E
mos un tercer tipo de inversiones que son las comerciales. De entre O
ellas destacamos a Antonio Julián Hernández, quien en su testamento - m
O
nos habla de ellas: E
E
2
"Declaro que después que cumplí 25 años en el pasado 1818, hice
viaje a la ciudad de San Cristóbal de La Habana con la competente
licencia de mi padre y de las autoridades de! puebio (Ingenio de
Agüímes), a fin de proporcionarme allí los medios de subsistencia que
tanto escasean en esta Provincia; y en efecto alli me fue la suerte
favorable y pude adq~irir con mi industria y trabajo, un capital qze
llenando entonces mis ideas y el plan que me había propuesto, me puso
en el caso de restituirme a mi patria para ser útil a mis parientes ...,
como así lo verifiqué a finaIes de 1823, hzbiéndome establecido desde
aquella época en esta ciulad (Las Palmas de Gran Canaria), poniendo
en giro mi dinero, para lo cual a5rí una tiendri en la que yo mismo he
estado vendiendo los artículos que en ella se hallan, tratados y com-prados
también por mi, de forma que tanto el cayital que invertí como
la personalidad en el trabajo, han sido fruto de mis afanes y des-velos..
." @.
Así, nuestro indiano, al que hemos visto también como prestamis-ta,
se instala en Las Palmas de Gran Canaria y monta una tienda
47. Esteban Pastrana. Telde, 29 de junio de 18.22. Regostro número 2.714;
pp. 329 v-331 v. A.H.P.L.P.
48. José Benítez y Oramas. Ano 1859. Registro número 2.294. Las Palmas de
Gran Canaria, 22 de junio; pp. 247 v-2.1-8 v. Las Palmas de Gran Canaria, 1 de julio;
pp. 261 r-262v. Las Palmas de Gnn Canana, 3 de julio; ?p. 265 v.-266 v. Y Las
Palmas de Gran Canaria, 10 de julio; pp. 277 r-279 r. A.H.P.L.P.
49. Sebastián Díaz. Las Palmas de Gran Canaria, marzo de 1830. Registro nú-mero
2.149 (2) ; pp. 141 r-159 v. A.H.P.L.P.
(desconocemos el tipo de artículos), de la cual es dueño y empleado,
manejando directamente su negocio.
Finalmente otros no tuvieron tanta suerte como le pasó a Caye-tan0
de Santa Ana, vecino de Las Palmas de Gran Canaria, el cuaI
trajo consigo ((varias cantidades de dinero» desde La Habana cuando
regresó, con la intención de pagar unas deudas y emprender un nego-cio.
Sin embargo, el dinero le fue robado y ahora debe aceptar un
préstamo de 800 pesos corrientes que le hace un amigo, para que
ponga una tienda y con sus beneficios poder recuperarse 50.
Así pues, hemos ido dando un breve repaso sobre la manera en
que el dinero indiano llega al Archipiélago, bastante más cuantioso
que el que hemos podido constatar en la documentación manejada
a! resyectu, y !a f ~ r ~ezii i* e va a beneficiar a las Islas, es decir,
transformándose en inversiones, en compra de bienes inmuebbs, en m
D
préstamos, etc. A corto plazo sin embargo, la aventura emigratoria E
ha servido para que se cumpla, en muchos de los casos, el fin preten- O n dido: la mejora de la situación familiar, aunque también es cierto -- m
que, en otra gran cantidad de casos, la bfisqueda de ((bienes de £or- o
E
tuna» se traduce en una emigración sin retorno. E
2
-E
CONCLUSI~N 3
-
0 De todas las ideas que hemos ido exponiendo a lo largo de las m
E
páginas de esta comunicación, pensamos que, a manera de esquema O
general, hemos de destacar los siguientes puntos básicos:
a) contamos cor, un Archipiélago de economía agraria, deficita- E
ria muchas veces, que se encuentra aparejada con un alza ~oblacional a
basado hndamentalmente en un alto índice de natalidad; n
n
b) una corriente emigratoria de jóvenes básicamente, encami-nada
a salir del círculo de pobreza en el que viven y tratar de con- 3
O
seguir su mejora económica y la de su familia;
C) y, como consecuencia, una corriente repatriadora, no tan in-tensa
como la de emigrantes, protagonizada por muchos indianos que
regresan una vez cumplida su misión americana.
La llegada del dinero indiano es, pues, el culmen de todo el pro-ceso.
A través de los distintos cauces de llegada, hemos visto cómo
Se invierte fuiidaii~edtdi~iienteen ia compra de ierrenus, agua y casas,
fiel reflejo de la base económica isleña decimonónica.
50. José Benítez y Oramas. Las Palmas de Gran Canaria, 1s de abril de 1842
Registro número 2.286; pp. 284 v-286 r. A.H.P.L.P.
Como hemos señalado, el auxilio comienza desde que el emigrado
consigue algunos ahorros que hacen llegar a sus familiares, y termina
cuando regresa al Archipiélago, convertido en un indiano^, ema-nando
ideas y esperanzas en los jóvenes que se plantean su viaje
emigratorio.
Y es7 efectivamente, el dinero indiano el que consigue que los
canarios salgan de los apuros económicos que muy frecuentemente se
suceden en su tierra. La otra cara de la moneda será la vida de aque-llos
emigrados que no habiendo conseguido alcanzar su meta, deben
quedarse en tierras americanas reclamando a sus familiares.
De cualquier forma, el indiano que regresa a su tierra, la mayor
parte de las veces ha dejado allá su vida en un continuo trabajo, sin
descanso, que da por bien empleados al ver su fortuna restablecida.
m
D
APENDICE
Relación de repatriados contenidos en los Protocolos Notariales
de las Islas de Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura, aparecidos
entre los años 1826 y 1853
Pérez Rodríguez, Pedro ...............
González, Sebastián .....................
Calero, Salvador ........................
Díaz Antonio ................ ... ........ ...
Brito, Isidro ..............................
Hernández, Antonio Julián. ...........
Rivero Mederos, Antonio ............
Armas González, Antonio de ......
Bautista Sarmiento, Juan.. .............
Bonilla, Marcial ........................
Díaz, Vicente ...........................
Fabordo, Francisco .....................
Hernández Luján, José ...............
León Lemes, Vicente de ............
Medina y Pérez, Francisco de ......
Morales, Francisco .....................
Ramos Rodríguez, Rafael ............
Soler, Salvador ...........................
Díaz, Juan Manuel .....................
Montesdeoca y Torres, Juana ......
Moreno, José Antonio ...............
Fonce de León, Francisca ............
Ramírez Rodríguez, Antonia .........
Suárez Granado, Manuel ............
Vega, Juan de ...........................
Alonso Estupiñán, Sebastián .........
Díaz, Ignacio ..............................
García Hernández, José.. .............
Girela, Manuel ...........................
Hernández Reina, Gregorio .........
Medinilla, Policarpo de ...............
Moreno Días, José .....................
Peña, Antonia ...........................
Gáldar
Guía
La Oliva
Las Palmas
Las Palmas
Ingenio
Arrecife
Las Palmas
Las Palmas
Haría
Gáldar
Telde
Guía
Arrecife
Guía
Arrecife
Gáldar
Las Palmas
Arucas
Las Palmas
Guía
Las Faimas
Telde
Teror
Gáldar
Ingenio
Las Palmas
Arucas
Las Palmas
Gáldar
Arrecife
Guía
Las Palmas
Gran Canaria
Gran Canaria
Fuerteventura
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Lanzarote
Gran ,Canaria
Gran Canaria
Lanzarote
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Lanzarote
Gran Canaria
Lanzarote
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Lanzarote
Gran Canaria
Gran Canaria
'iombre Vecino de Isla Año
Santa Ana, Cayetano de ...............
Fabelo, Salvador . ....... ..... ... . ..... . .
Flores y Falcón, Tomasa ............
García Henríquez, José ...............
a Herrera, Vicente .. .... . .... .. . .. . ... ....
Martín, Mateo ...........................
Rodríguez, José ........................
Rodríguez de Quintana, Francisco.. .
Rodríguez Ponce, Antonio . . .. . .. . .
Suárez, Antonio . . .. ......... ... ...... ..
Abad Pérez, Antonio . . .. . .. ... . .. . .
Martín, Juan Manuel ....... ....... .. . .
Ortega Montesdeoca, Tuan Francisco
Suárez, Antonio Narciso ............
Sudrez~amos, Francisco ........ .. ..
Victoria y Guevara, Josefa .........
Guerrero, Getrudis .... ... . ..... . ... . . ..
Hernández, José .... . ... . . ... ... . . . ..
Hernández, José ........ .. ... ... .. ..
Rodríguez, Matías ....... . ..... . .. . . . . .
Vega, Gerónimo Isidro de .........
Barrios, A n t o ~ o de ....... .... ... .. ..
Bolaños, Faustino .....................
Santa Ana Fabordo, Francisco . . .. ..
Brito, Gabriela .... . ......... ..... ... ..
Díaz, Pedro . . ... ..... . .. . ...... .. ...... . .
Hernández, Rafael (a) El Palmero.. .
Peña, Sebastián .... ... ... ... . . . . ..... . .
Suárez, Antonio Narciso ............
ToIedo, José Antonio ..... . . ... ...... . .
Hernández, Juan .... ...... . . .. .. . .. . .. . .
Hidalgo Alvarado, Francisco ......
Ortega, Juan Manuel ..................
Ramos y Rodríguez, Rafael . . .. . .. . .
Viera, Antonio .... ....... . . ........ ... .
Báez y Domínguez, Candelaria * . . .
Hernández, Juan Francisco .. . . .... .
Martín Custodio, Antonio .... . . . . . . . .
Navarro, Diego ........................
Sánchez, Francisco .. . . . ... ... .. . ..... ..
Alonso Ocampo, Andrés .. . . ... ... . .
Miranda, José ........ . . ... . ... . . . .. .... .
Miranda, Juan ....... . ..... ... . .. . .. . ... .
Etndriguez y Dgniz, AndrPs .........
Las Palmas
Telde
Guía
Arucas
Tejeda
Gáldar
Arrecife
Gáldar
Moya
Valleseco
Guía
Arucas
Teror
Gáldar
Teror
Las Palmas
Guia
Ingenio
Guía
Tejeda
Las Palmas
Tegnise
Guía
Telde
Yaiza
Antigua
Gáldar
Las Palmas
Agüímes
Agüímes
Teror
Guia
Las Palmas
Gura
Las Palmas
Gáldar
Las Palmas
San Mateo
Pto. de Cabras
Teror
Teror
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Lanzarote
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Lanzarote
Gran Canaria
Gran Canaria
Lanzarote
La Palma
La Palma
Fuerteventura
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Fuerteventura
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
* Aunque afirma que acaba de llegar de América, también se señala que está
próxima a volver a Cuba.
536
Nombre Vecino de Isla
Miranda. Blas ...........................
Miranda. Miguel ........................
Ortega. Francisco de ..................
Pérez de Vega. Francisco ............
Rodríguez Quintana. Antonio ......
Bautista Santos. Juan ...............
Hernández. Joaquín ..................
Hidalgo. Luis ...........................
Quintana. Isabel ........................
Alemán. Bartolomé .....................
Almeida. Manuel ........................
García. Antonio Mateo ...............
Ortega. José ..............................
Quintana. Antonio .....................
Ruano. Cristóbal ........................
Santa Ana. Antonio Miguel .........
Torres. Antonio Miguel de .........
Vega. Felipe de ........................
Cruz González. José. de la ............
Delgado. Petronila .....................
Hernández. Francisco ..................
Herrera. Salvador Manuel ............
Férez Mendoza. José ..................
Santa Ana. Cayetano ..................
Bautista Granado. Juan ...............
Cabrera. Sebastián .....................
López. Juan ..............................
Moreno Ortiz. Francisco ............
Ruez Rodríguez. Mateo de la ......
Páez. Josefa ..............................
Viera. Bartolomé ........................
Delgado. Juan José .....................
Macías. Agustín ........................
Pérez. Cristóbal José ..................
Pérez Valladares. Antonio ............
Sanchez Maídonado. Francisco ......
Almeida Rodríguez. José ............
Díaz Cardenes. Antonio ...............
Díaz Cárdenes. José ..................
Fernández. Francisco Ramón ......
Ferrera. Miguel Gerónimo ............
González. Antonio Gabino .........
Henríquez. Victorino ..................
Falcón. Francisco .....................
Hernández Maldonado. Francisco ...
Marrero. José Miguel ..................
Páez. Nicolás ...........................
Las Palmas
Las Palmas
Las Palmas
Gáldar
Teror
Guía
Telde
Gáldar
Valsequillo
Agüímes
Teror
Santa Lucía
Valsequillo
Arucas
Ingenio
Las Palmas
Tejeda
Santa Brígida
Las Palmas
Las Palmas
Las Palmas
Teror
Gáldar
Las Palmas
Gáldar
San Lorenzo
Las Palmas
Telde
Teror
Teguise
Teguise
Teguise
Telde
Las Palmas
GáIdar
Las Palmas
Las Palmas
Las Palmas
Las Palmas
Las Palmas
Guía
Artenara
Las Palmas
Ingenio
Antigua
Tejeda
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Lanzarote
Lanzarote
Lanzarote
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Tenerife
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Fuerteventura
Año
Nombre Vecino de
Pérez de Vega, Francisco . ... ... . ... .
Pérez Martel, Francisco .. .. ..... . ... ..
Alonso Alvarado, Andrés . .... .. .....
Cabrera, Marcial ........................
Domínguez, ManueI Santiago ......
González y González, José .........
Perera, Antonia ........ .. . ..... . .. . ... .
Rodríguez, José Gabriel . . . . . .. . . . . . . . .
Rodríguez, Manuel ..... . . ... . ... . . .....
Cárdenes, Joaquín .....................
González, José ....... .... .......... . .. ..
Araña, Manuel .......... . .. . .. . ... . .. . ..
Hernández ,Herrera, Miguel . . . . . . . . .
Rodríguez y Rodríguez, Manuel . . .
Báez y Carnbreleng, Pastor .........
Falcón, Antonio
Lentini, Rita .... ...... ... .... ..... ... .. ...
León, Feliciano Gregorio .. .. . .. ... ..
López, Sebastián ........ .. ....... . . ... . .
Arencibia, Juan ........ ..... .... . . .....
Hernández, Manuel ... . . . . . .. . . . . . . . .. . .
Hurtado de Mendoza, Hermenegildo
Pérez Galdós, Domingo . .. . . .. . . . . .. . .
Suárez, Luis .... ........ . ... . ..... ... ....
González, Matias ..... ..... . ... .. . .......
García Padrón, Azustín .. .. . . . . . . . . . . .
García Padrón, Cristóbal .... . ... ... .
González, Francisco ....... . .. . .. .... .
Suárez, Carlos ..... .. . .. . ... ... .. . .. .... .
Díaz, José ..... . . ....... . .... . .. . .. ........
San Mateo
San Mateo
Santa Brígida
Haría
Teror
Las Palmas
Las Palmas
Gáldar
Gáldar
Arucas
Guía
Santa Lucía
Moya
Moya
Las Palmas
Teror
Telde
Telde
Agüímes
Teror
Arucas
Las Palmas
Las Palmas
VaIsequillo
.Lás Palmas
Las Palmas
Las Palmas
Valleseco
Teror
A,w" i'm es
Isla
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Lanzarote
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Gran Canaria
Año
1845
1845
1846
1846
1846
1846
1846
1846
1846
1847
-184-7
1848
1848
1848
1849
1'849
1849
1849
1849
1850
1850
1850
1850
1850
1851
11852
1852
2852
l852
1.8 5 3