¿POR QUE COMERCIA CANARIAS CON INDIAS
EN EL SIGLO XVI?: INCENTIVOS Y
OBSTACULOS
Con esta disertación pretendemos realizar una aproximación al es-tudio
de las causas por las cuales Canarias inició y mantuvo, durante
varios siglos, unas relaciones estrechas con la América española, cono-cida
primeramente con el nombre de las yndias de su magestad.
Nos hemos basado principalmente en la bibliografía esencial exis-m
tente sobre el tema: los trabajos de Francisco Morales Padrón, José
Peraza de Ayala, Antonio Rumeu de Armas y el matrimonio Chaunu. E
Por nuestra parte, ofrecemos un conjunto de noticias, tomadas de otras O
n
fuentes que no han sido utilizadas para el análisis del comercio canario-
-
=m
O
americano, como zon las insertas en los protocolos notariales y en los EE
fondos de la Inquisición de Canarias. S
Estas páginas que a continuación presentamos han sido tomadas de
nuestra Memoria de Licenciatura que, bajo la dirección del doctor
don Antonio Bethencourt Massieu, estamos llevando a cabo en el seno
de1 Departamento de Historia Moderna de nuestra Universidad. El tí-tulo
de nuestro estudio es Aspectos del co'mercio de Garachico con las
Indias entre 1566 y 1612. Por ello, las citas documentales que inser-tamos
en el tema expuesto pertenecen a las escribanías públicas del
puerto de Garachico en aquella época.
2
Basándonos en el esquema metodológico presentado por Fréderic n
Mauro en su obra Europa en el siglo XVI, aspectos económicos, in-tentaremos
explicar los incentivos y obstáculos -geográficos, econó- 30
micos, institucionales, técnicos, sicológicos- que dieron lugar al naci-ii,
ientc> del indiaiio del ArcIiipiélago, por rriia y
frenaron su expansión, por otra.
1 .l. Incentivo geografico
Derivándose de la privilegiada situación de Canarias en la ruta de
Indias, dos factores de carácter geográfico actuarán como estímulos para
comerciar: por un lado, las Antillas -área donde se moverá prefe-rentemente
e1 comercio canario; es el mundo próximo americano de
aquella época-; por otro, el salto del Atlápztico desde Canarias es de
un tiempo corto en relación con las otras etapas del viaje al Nuevo
Mundo.
1.1.1. Situación geogváfica de las Islas
El Archipiélago canario, enclavado en las pueitas del Atlántico me-ridional,
el de Sevilla, fue el principal acceso de Europa al continente
americano durante los siglos XVI, XVII y XVIII l. En razón misma de
la circulación de los vientos y de las corrientes, estaba situado en la
más derecha derrota de la navegación a vela, cuando, desde el com-plejo
portuario de Andalucía, se viajaba a la América tropical. Este pa-pel
de escala ob!igatnri-t, en esta nitl atlintica, ne decaerS hasta !a
aparición de los barcos de vapor; no se podía prácticamente alcanzar
Indias, desde la Península Ibérica, sin hacer un alto en Canarias '. La
escala se debía a las necesidades de avituallamiento y reparación de los
navíos antes de iniciar la etapa Canarias-isla de Trinidad, un mes de
navegación sin ver tierra. Las Islas ofrecían a estas naves, por un lado,
agua, alimentos frescos y otros efectos para su tripulantes, y, por otro,
sus carpinteros y calafates de ribera, expertos en la de estos barcos;
la madera y la brea de sus bosques estaban al servicio de tales faenas '.
Ejemplos de reparaciones de navíos se pueden hallar en los protocolos
notariales de Garachico.
Veamos lo que sucedía a la hora de comerciar directamente con In-dias
desde Canarias.
1.1.2. Afztillas: el mundo p~óxirno americano
Conforme a las técnicas de navegación del momento, existía un
gran desfase, tanto en el viaje de ida como en el de vuelta, entre lo
que Pierre Chaunu denomina el ultra-Atlántico próximo -es decir,
el arco de las Antillas hasta el Noreste del Brasil- y el fondo del
Mediterváneo americano-Nueva España o el Istmo. A partir de e:e
arco antillano-brasileño se duplicaban siempre los tiempos medios de
navegación; el precio de las mercancías transportadas aumentaba con-siderablemente;
la travesía en flota era necesaria; para ir a Veracruz
1. Véase CHAUNU, HUGLX~ ~ETE PIERRE: Seville et L'Atlantique (1504-1509), t . VI11
¡S. E. V. P. E. N.. París' 1955-1959). p. 377.
2. CHAUNU, Seville, t. VIII, p. 354.
3. CHAUNU, Seville, t. VIII, pp. 354-353.
o a Nombre de Dios había que multiplicar por cuatro veces la cantidad
de víveres y mantenimientos que se embarcaban para la tripulación de
cada navío, si la comparamos con la cantidad necesaria para el viaje
al arco Antillas-Brasil ! Así pues, existía en el Nuevo Mundo un
sector que permitía una mayor continuidad en los intercambios: era
el mundo próximo y accesible de ida y vuelta en un año, es decir, en
seis weses: es el del arco de las A?ztillas y Noreste del Braszl ( . ..) Ida
en un mes, retorno en seis semanas, ida y vuelta, cargas y descargas
comprendidas, en trn ciclo amal cerrado entre los tiempos muertos
invernales '.
Y, precicamente, 10s puertos antillanos serán los puntos de destino
más frecuentados por las naves canarias en el siglo XVI, hecho con-firmado
por la documentación notarial.
1.1.3. El «salto del Atlántico» desde Canarias
En comparmión con ln ruta de Sevzlla a Indias, la de Canarias a
Indias representa un ahorro de urza cuarta parte de las distancias y de
la mitad de los 7iesgos6. Si estudiamos las tablas estadísticas de los
tiempos medios de navegación llevadas a cabo por e1 matrimonio Chau-nu,
veremos que existe una diferencia entre el trayecto Península-
Indias y el de Canarias-Indias: 12 días. Pero esta cantidad de tiempo
no se debe tanto a la distancia existente entre la Península y el Archi-piélago
como a que la navegación entre ambos puntos era muy difícil
y lenta. Veamos el problema desde el punto de vista numérico:
- -
Etapa Distancia Tiempo Coeficiente
Peninsula-Canarias . . . 575 millas (Lanz.) 12 días 105 O !
Canarias-Pequeñas An-tillas
. . . . . . . . . . . 2.685. míIlas 30 días 63 %
Como puede verse, el desfase era basante notorio 7.
4. Véase Ciinu'iu, PIERRE: Cotlquista y exploiación de los nuevos mtmdos (Edi-torial
Labor. Barcelona. 1973). pp. 150 y 153-156.
5. CH~UNUC. onquiStu. ..' p. 158.
6. Vtiase C~oRa~escuA, LEJANDRHOis:t oria de Santa Cruz de Tenerife. Tomo 1:
1494-1803 (Caja General de Ahorros, Santa Cruz de Tenerife, 19i7!. t. 1, p. 250.
7. CHAUNUS, evi!le ..., t. VI, .pp. 320-321 (tabla 128 A).
El coeficiente en tantos por ciento significa el coeficiente de resistencia del. espacio
a la navegacibn a vela.
Era un caso frecuente que los barcos que arribaran a las Islas pro.
cedentes de la Península trajeran averías ocasionadas por la dureza de
esta primera etapa del viaje '.
1.2. Incentivo económico
¿Qué ofrecía Canarias a Indias? ¿Qué demandaba a cambio? Ha-gamos
un recorrido por la economía insular e indiana para mostrar
los productos que ambos mercados se intercambiaban.
1.2.1. La oferta canaria
La producción canaria nunca llegó a ser muy diversificada y siem-pre
tuvo un predominio el sector agrícola sobre el industrial. Aquí sólo
c . ~ i ~los pmro&~=ios~ ~ "f~reci~t al ~Nue~v-o I~viu riJu.I gua:mriite
haremos al mencionar los bienes que Canarias demandaba. Dejaremos
aparte los productos que fueron o vinieron de los mercados peninsu-lares
y europeos.
1) Pvoducción agricola
El trigo y el vino fueron los productos que se exportaron a
Indias.
a) El trigo.-Nos concretaremos en el caso de Tenerife. La pro-ducción
cerealística fue abundante al principio. Era considerado como
alimento de primera necesidad. Luego, al crecer la población, comenzó
a escasear. A comienzos de la centuria se exportaba, pero a partir
de la segunda mitad del siglo XVI es importado del exterior, de Fuerte-ventura,
e incluso de Flandes, como nos cuentan las actas notariales.
Pero esta escasez no impedirá que se envíen a Indias harinas y biz-cochos
'.
b) Vino.-Este fue el principal producto de exportación a Indias
durante ei sigio que analizamos, según parece deducirse taiiio de ;a
documentación oficial -Cabildo, Casa de la Contratación- como de
la documentación notarial.
Las Islas poseían suelos fértiles en muchas zonas que no podían
destinarse al cultivo de la caña de azúcar, producto predominante en
8. CHAUNU, Seville ..., t. VIII, p. 353.
9. Véase SERRA RAFOLS, EL~AS: Alonso Fernández de Lugo, primer cJoniiador espa-ñol
(Aula de Cultura de Tenerife, 1972), pp. 37-38.
CIORANESCUH: istoria ..., t. 1, pp. 318-319.
el comercio exterior canario en la primera mitad de1 quinientos. Por
ello, desde inicios de la centuria se daría importancia a los viñedos lo.
Respecto a su comercio, en los inicios del siglo, para el caso de Tene-rife
-la isla de mejores posibilidades para este cultivo- la producción
no bastaba para el consumo; por ello, se importaba ll. Su exportación
fue prohibida 'l. Hacia 1540-1 545 se sacaban ya de los plantios tiner-feños
unas 3.500 pipas anudes, que resultaban insuficientes para el
consumo: todavia era temprano para pensur en la expo~tación13 . Pero
la decadencia de la producción y el comercio del azúcar ocurrida a
mediados del siglo XVI, ante la competencia antillana y brasileña es-pecialmente,
trae consigo la expansión del cultivo de la vid. Esta se
convierte en el cultivo central sustituidor de la caña. La exportación
de los vinos irá tomando una cierta talla; los mercados son Inglaterra,
F!mdes, A!en?,uniu, Gulick, Perixga!, Uziaca, Gbu Verde y !as IG-dias
14. En 1596 se asegura que la cosecha tinerfeña sobrepasó la can-tidad
de 28.000 pipas -es decir, 14.000 Tn. aproximadamente '".
En 1613 se afirma que sólo Tenerife podía expedir 16.000 Tn. y La
Palma 4.000 Tn 16.
Aunque, al parecer, la ganadería en Tenerife no fue muy abun-dante,
los productos derivados de la misma fueron objeto de comercio
10. Véanse varios ejemplos de la expansión del cultivo de la vid en Tenerife, en
FABRELLAMS,A R~AL UISA: La producción de azrdcar en Tenerife, <Revista de Historia.
(La Laguna), núm. 100 (1952), pp. 455-475; CAMACHYO WREZ GALDÓs, GUILLERMOL:t i
Hacienda de los Príncipes del Realejo Bajo (Instituto de Estudios Canarios, La Lagu.
na, 1943); pp. 35-36, y PERAZAD E AYALAJ,o S: El contrato agrario y el censo en Cana-rias,
aAnuario de Historia del Derecho Español. (Madrid), núm. 82 (1955), p. 26.5.
11. Véase GONL~LEYZA NES,E MMA: Importación y exportaci6n en Tenerife durante
los primeros afios de la conquista (1497-1503), aRHx, núms. 101-104 (1953), pp. 76-77.
12. Una Real Orden de 1559 dará permiso a los vecinos de La Palma y de Tenerife
para enviar vinos a Indias. CIORANESCHUis, toria ..., t. 11, p. 60.
13. CIORANESCHUis, toria ..., t. 1, p. 322.
14. Todos estos lugares de destino de la exportación vinícola canaria aparecen
citados en los protocolos notariales de Garachico. Testimonios de la producción y
caiíierciu sc pueden h a l h en las obras de aütürcs di: :a &mi-a, corno Türriafii, Saspar
Fructuoso, NichoIs o Espinosa.
15. ALBERTI,L . DE; WALLIS CHAPMANA.. B.: English merchants and the Spanish
Inquisition in the Canaries (Londres, 1912), Introducción, p. XVI, citado por CIORA.
NESCUH, istoria ..., t. 1, p. 322.
16. Memorial de RODRICOV ANHENDEYN TOMAS DE CERVELL~eNle,v ado al Rey en
favor del comercio canario en 1614, citado por BETHENCOUMRTA SSIEUA, NTONIOC: ana-rias
e Inglaterra: el comercio de vinos, 1650-1800, *Anuario de Estudios Atlánticosw
(Madrid-Las Palmas), núm. 2 (1956), p. 217.
Otro documento de ese mismo año afirma que Tenerife s610 podía expedir anual-
-..-&.. ?= ,-,m x, ---- n --..-" ALSLLCG IJ.UUU. Y&DG bal~dI V L W I U I ~ ~ ~d e la isia rie Teneriie, firmada por AGUST~N BAR-BOSA,
en 21 de octubre de 1613, citado por MORALEPS ADR~NFR. ANCISCOE:l comercio
canario-americano (siglos XVI, XVlI y XVIII) (Escuela de Estudios Hispanoamerica-nos,
Sevilla, 1955), p. 310.
desde un principio: quesos, cueros vacunos, cordobanes -pieles de
cabra curtidas- y badanas -pieles de oveja curtidas-. Pero, pronto,
la falta de cueros ocasionó la prohibición de la saca de ganado en 1511.
Ante estas deficiencias, se acude a la importación de ganados y cueros
de Cabo Verde y de cueros de las Indias. A pesar de ello, también se
enviarán cordobanes al Nuevo Mundo, incluso zapatos de esta clase de
cuero 17.
1.2.2. La demada indiana
Según Chaunu, a pavtiv de 1550 la Amlévica española situada bajo
~ontvol efectivo oscilaba alvededov de los 10 millones de habitantes la.
Hacia 1570 -afirma Elliot- debia de habep unos 118.000 colonos
en el Nuevo Mundo. Estos colonos se afevvaban con nostalgia a los
.""-J,.- J - ..iJ" - " A " z - l - e l g t,T :&-L-- r n v u v J uc ULUU ~ J ~ U I ~ U L C .J L Y c C c x L a u a u , ~ C D I-,I.U- I-I-K.L.VAD VD ~-*L-JV.-U-U*-C,.L. V ~ .
vinos, aceites, trigo, paños, bienes de equipo, objetos de lujo para los
más ricos; de esta manera, los colonizadores dependieron estrecha-mente
de la metrópoli ". La demanda de alimentos fue la más impor
tante; éstos llegaron a constituir hasta 1570-1580 una fracción im
portante de las exportaciones de la Península Ibérica en dirección a
Indias 21. Junto al mantenimiento de los modos de vida españoles, está
agrícola: por ejemplo, el cultivo de los viñedos y de los olivares, sus-el
hecho de que la Corona puso limitaciones a Indias en su producción
ceptibles de darse en el continente americano, fue prohibido. Esto acen-tuará
aún más la dependenciaz2.
17. CIORANECCHUi:s toria ..., t. 1, p. 338.
De la importación de cueros vacunos de Indias y la exportación de cordobanes de
las Islas a aquéllas, hemos haliado numerosos ejemplos en los protocolos notariales.
Repecto a estos productos, así como todo lo referente a k trata de esclavos y la im-portación
de mercancías indianas, puede verse la comunicación que presentamos en
el I Ciclo de Conferencias Amevicarzistar (Casa de Colón, Las Palmas de Gran Cana-ria,
octubre 1975) (en prensa), y que lleva por título Los protocolos notaviales como
fuente para el estudio del comercio canario-americano.
18. CHA~NU: Conquista ..., p. 237.
19. Véase ELLIOT, J. H.: La España Imperial, 1469-1716 (Edit. Vicens Vives, -Bar-celona,
1965). pp. 195-196. :c. MAuíiu, P-dDLiEíiIC: EUi.Y pG e,t J'i;L" n"iT rI 7 i , u"-..-"'-c i p r r r u a r"r v r^i u r r"r r r v.i "/\K-u."i..i +" 'Tr"ul".^u' u". < '
Barcelona, 1969). p. 44.
21. CHAUNU, PIERRE: CAmérique et les Amériques (Armand Colin, París, 1964).
páginas 86-87.
22. Véase VICEKS VIVES, JAIME: Manual de Historia Económica de España (Editorial
Vicens Vives, Barcelona, 1969, 7.. edic.), pp. 359-360, y PERAZADE AYAU, Josf: El régimen
comercial de Canarias con las Indias en los siglos XVI, XVII y XVIII, URH., núme-ros
90-91 (1950), p. 243. Esta obra de Peraza de Ayala, que se publicó por capítulos
separados en distintos números de la .Revista de Historia., núm. 92 (1950). núme-ros
95-96 (1951). núms. 98-99 (1952). fue editada posteriormente en un solo libro, bajo
ei mismo iíruio íS%reíariadü de Fubli-ciüiies de :a L'niverddad de La. Ls.gtua, Ls. L-guna,
1952). En las notas siguientes sólo haremos alusión a los artículos de la
«Revista de Historia,, pues son los que hemos podido manejar.
Hacia este mercado se volcarán las iniciativas de los isleños. Ante
las necesidades de abastecimiento del Nuevo Mundo, en la primera
mitad del siglo XVI, la propia Corona dará facilidades a Canarias para
enviar mercancías. Se exportarán tanto productos de la tierra -10s ya
citados vinos, harinas, bizcochos, quesos, cordobanes, etc.- como pro-ductos
traídos del exterior -principalmente lienzos y paños prove-nientes
de las industrias de la Península o de Europa, y esclavos de
la cercana Africa-. Los envíos más importantes fueron, al parecer, el
vino y los esclavos.
1) El vino.-Según afirman dos memoriales presentados en 1613,
las islas antillanas de Puerto Rico, Jamaica, Santo Domingo y la ciu-dad
de La Habana podían absorber de 6.500 a 7.000 Tn. En cuanto
a Nueva España, Honduras y Campeche la cantidad era de 2.000 Tn.
Si estas cifras las comparamos solamente con las dadas para la pro-ducción
tinerfeña en ese mismo año -16.000 Tn., de las cuales po-día
enviar a Indias 11.000- y para la producción palmera -4.000 Tn.,
de las cuales podía exportar 3.500-, ella nos puede dar una idea de
las posibilidades que tenía el Archipiélago para surtir ampliamente la
demanda indiana, sobre todo la de las islas antillanas -las 7.000 Tn.-,
lugares a los cuales las flotas apenas proveíanz3.
2) Esclavos.-Las minas de Méjico y de Perú absorbían mucha
mano de obra, de 150 a 200.000 trabajadores a fines del siglo XVI.
Se acudió no sólo al indio, que, por otra parte, carecía de capacidad
para estos trabajos duros, sino también a esclavos negros africanos.
Igualmente, las zonas perlíferas de la costa de Tierra Firme y las
plantaciones de caña de azúcar de las Antillas estaban necesitadas de
esta mano de obra 24. Canarias, cabeza de puente de Africa hacia Amé-rica
e~pañola, sabría aprovechar esta situación estratégica, mediante la
trata de esclavos, operaciones que podemos estudiar a través de los
documentos notariales. Unas veces, de las Islas parten expediciones
para Guinea y Cabo Verde, en busca de esclavos, que en ocasiones
son llevados direcramenre al conrinente americano; otras son enviados
desde el Archipiélago.
23. Véase el informe de las Islas Canarias dado en 1613, citado por MORALESP AIIR~N:
Ei rornírciu ..., p. iO*. Véase también ei ya ciraao ivíemoriai de VAN HENDEN Y CERVE-UNd,
a do en ese mismo año, citado por F'ERAZA DE AYALA: El rdgimen ..., uRHD, núme-ros
90-91, p. 213, y por BETHENCOURCTa: narias ..., pp. 216-217.
24. CHAUNU: Conquista ..., pp. 161-162, 170 y 175-176.
1.2.3. La demanda canaria y la oferta canaria
Como bien afirma Mauro, a fin de poder precisar la aptitud para
el consumo de la población europea es necesario un estudio demográ-fico,
sociológico y geográfico de la misma Las manifestaciones de la
demanda canaria en el siglo XVI, vista desde estos prismas, no ha sido
todavía estudiada. En otras palabras, no sabemos en profundidad la
estructura de la sociedad isleña en esta época: clasificación de los gru-pos
sociales desde el punto de vista estamental, gustos, hábitos, cos-tumbres
y, por lo tanto, necesidades de los mismos. Es un varto mun-do
de la investigación histórica de Canarias por explorar y explotar.
Nos limitaremos aquí a realizar unos sondeos en la demanda de la
sociedad canaria del momento, centrándonos en lo que la oferta in-diana
jugaba un papel.
Hasia 1557, la pol,!ación de! Arc~iíji&go era de 38.705 habitan- 2
tes El aumento de la población y su urbanización -ciudades como N
E
Las Palmas, Santa Cruz de La Palma y en Tenerife, La Laguna, La O
Orotava, Garachico e Icod- había incrementado la demanda *'. n -
="m -
E
1 ) Necesidades físicas E 2
a) La alimentación.-Para Europa, en general, la composición
cualitativa era la siguiente: ligero porcentaje de azúcares, porcentaje 3
variable de otros hidratos (cereales) y proteinas ( (. . . ) la alimentación ba- -
sada en cereales desempeñaba un papel predominante. Las bebidas 0m
E
-vino, cerveza, sidra, alcoholes diversos- aportaban un estimulante O
y vitaminas ( . . . ) las especias de Oriente permitieron absorber alimen-tos
menos frescos (.. .) el azkcar dejó de ser un producto puramente 8 farmacéutico -
a
En el caso de Tenerife, como ya vimos, los cereales llegaron a esca- n
sear; en cambio, la producción vinícola tenía importantes excedentes. n
Dos productos aportará Indias a este cuadro alimenticio: el azúcar y 3
las especias. En cuanto al azúcar, su producción, como es sabido, fue O
25. MAURO: Europa ..., p. 51.
26. CARANDE~ ,A M ~ NC:a rlos V y sus banqueros (Madrid, 1943-1949), p. 43, citado
por CHAUNU: Seville ..., t. VIII, p. 351.
27. Véanse los datos demográficos de las distintas ciudades de las Islas aportados
por ToRRIAÉII, LEONARDOD:e scripción e Historia de las Islas Canarias, antes Afortuna-das
con el parecer de sus fortificaciones (1591) (Goya Ediciones, Santa Cruz de Tene-rife,
1959); o por el Compendio anónimo de Historia de Canarias compuesto en el
primer cuarto del siglo XVIII, .El Museo Canarion (Las Palmas de Gran Canaria, n.o 8,
I936), en e1 que se incluye las Relaciones de vecindarios por los Obispos de la Corona de
Cmtilla. en donde se brindan noticias sobre la población de Canarias en el siglo xv1;
o lo contenido en la Descripción de las Islas Canarias hecha en virtud del mandato
de SU Magestad por un tío del Licenciado Varcárcel, aRH», núm. 63 (1943).
28. MAURO: E K T O ~...U, P. 72.
muy importante en La Española y en Puerto Rico29. Por ello, a pesar
'de que el azúcar canario se siguió produciendo en la segunda mitad
de la centuria -hemos hallado citas de ingenios en actividad en los
protocolos notariales de ese período- se traerá azúcar de Indias. En
cuanto a las especias, algunas, como el jengibre, se importarán del
Nuevo Mundo.
b) La farmacopea.-De Indias se importarán plantas medicinales
como la zarzaparrilla, la cañafístola o el mechuacán.
2) Necesidades derivadas de la producción industrial
A las Islas arribarán productos tintóreos de Indias como el palo
campeche, la cochinilla y el añil mejicanos, que pudieran haber sido
destinados a las escasas industrias textiles del Archipiélago o haber
sido reexportadas a otros lugares.
3) Otras necesidades: los cueros y los «tesoros»
a) Cueros.-Canarias tenía que importar cueros para su consumo
local. Los cueros vacunos de yndias, como aparecen citados en las actas
notariales, tendrán un papel destacado en la importación canaria. Sus
puntos de origen son las islas antillanas, especialmente Santo Domingo
y Puerto Rico, y la costa de Tierra Firme -probablemente la zona de
la actual Venezuela 'O.
b) Tesoros.-Pero si el azúcar, las especias, las plantas medicina-les,
los productos tintóreos y el cuero fueron bienes procedentes de
América que interesaron a los isleños, el conjunto de tesoros del Nuevo
Mundo ocupó un lugar preferente. Ello responde a una corriente ge-neral
del comercio de la época: el conjunto de tesoros -plata, oro,
perlas- representó cerca del 95 por 100 del abanico de valores cons-tituido
por las importaciones europeas desde América española: la plata
mejicana y peruana, el oro del Perú, las perlas de la costa de Tierra
Firme 31. En numerosas escrituras de poder, realizadas ante notario en
Garachico, se mencionan los productos factibles de ser cobrados en
Indias o en Sevilla, procedentes de éstas: la plata, el oro y las perlas
figuran en primer lugar.
29. CHAUNU: Conquista ..., p. 161.
30. CHAUNU: L'Amerique ..., p. 92; CHAUKU: Conquista ..., p. 161, y MORALES PADR~K:
El comercio ..., p. 240.
31. CHAUNU: Conquista ..., pp. 167-171.
1.2.4. Conclusiones
El incentivo económico fue, por lo tanto, un importante factor de
relación entre ambos lugares. Dos necesidades se muestran claramente.
1) Necesidad de abastecer Indias
Chaunu, al hablar del inicio de las relaciones entre las Islas y Amé-rica,
nos dice: si Canarias fue autorizada a participar en el comercio de
Indias fue sobre todo por razones de coyuntura, en la medida en que,
en periodo de expansión, las posibilidades agrkolas de Andalucia eran
desbordadas por las necesidades de Indiass. La Corona tuvo la ven-taja
de llevar a cabo el abastecimiento del Nuevo Mundo desde la avan-zada
más cercana a éste: Canarias 33.
E
Una vez desarrollado el comercio indiano de Canarias, las Islas in- O
vocarán la necesidad de mantenerlo, para evitar una crisis de produc-n
=
ción, en especial la de los vinos 34. En aquel momento, en la cegunda m
O
E
mitad de la centuria, el comercio de vinos con el Norte de Europa
significaba, al parecer, poca cosa. Se imponía una única salida, pues: el E
mercado indiano 35.
Hay que añadir un factor de mayor importancia: el deseo de man- 3
tener una balanza comercial favorable en las relaciones Canarias-Norte
de Europa. Todo nos inclina a pensar que la balanza comercial era favo- E
rable a Canarias en sus relaciones con Indias: productos agrícolas del O
Archipiélago y manufacturas no canarias a cambio de plata, oro, perlas n
y productos exóticos de estimable valor. Pero la balanza comercial en %
las relaciones Canarias-Norte de Europa era desfavorable a Canarias. a
2
Por ello, esa plata indiana, esas riquezas, servían para cubrir la diferen-cia
existente entre la exportación canaria al Norte de Europa -produc- 0
tos agrícolas principalmente- y la importación desde estos lugares $
-productos manufacturados-, y así equilibrar los términos de inter-czmhic.
E! de R~gixtro, Lir~nriado Hurtado de Medina -nos dice
Morales Padrón-, descubrió con ayuda de los Libros de Almojarifazgo
todo el manejo. Anualmente y en barcos extranjeros entraban en las Is-las,
según comprobó, más de noventa mil ducados en lienzos, paños, etc.
En cambio en frutos Isleños no salían más de doce mil dzrcados. La dife-
32. CHAUNU: Seville ..., t. VIII, p. 160.
33. x AYALA: E! rigilnon .... nRFT», núms. 9n-91, p. 210.
34. PADR~KE:l C O ~ ~ T .C..,~ pOp . 176-179.
35. CIORANESCUH:i s t o r i a . .., t . 11. pp. 4315.
96
rencia entre la exportación y la importación, a favor de esta última, ha-bia
que cubrirla con moneda de oro y plata traida por los naturales de
Indias 36. Este interesante hecho merecería un estudio más profundo, en
busca de más pruebas que confirmasen esta situación de dependencia
de la economía canaria de la extranjera.
Este interesante hecho merecería un ertudio más profundo, en busca
de más pruebas que confirmasen esta situación de dependencia de la
economía canaria de la extranjera.
1.3. Incentivo institucional
Canarias, a pesar de las restricciones que tiene en el comercio de
Indias, no deja de poseer una cierta libertad de movimientos, en com-paración
con otros puntos de los reinos españoles. La Casa de la Con-tratación
llega a reconocer que las relaciones mercantiles entre las Islas
y aquéllas eran muy difíciles de controlar desde Sevilla. El Archipiélago
constituía un punto en donde era relativamente fácil practicar el con-trabando.
(Razones?: por una parte, la propia lejanía del Archipiélago
y la frecuente falta de efectividad de los mismos Jueces de Indias; por
otra, que las relaciones Canarias-Europa, por donde se llevaban pro-ductos
indianos de contrabando, no dependían del mismo organismo
que regulaba las de Canarias-Indias; las primeras, bajo la inspección
del Gobernador y de los Alcaldes; las segundas, bajo la jurisdicción
del Juez de Indias 37.
1.4. Incentivo sicológico
Los isleños, debido a la privilegiada situación geográfica de Cana-rias
en la ruta de Indias, sintieron atracción por el Nuevo Mundo, más
accesible, más cercano que desde Sevilla. Esta atracción forma parte
de una mentalidad nueva y general de la época, nacida en la expansión
europea del siglo xv, caracterizada por el afán de riesgo, de aventuras,
de beneficios, de riquezas.
Por otro lado, el Archipiélago ya poseía una cierta tradición mer-cantil,
cuando, a mediados del siglo XVI, el comercio indiano adquiere
verdadera importancia. Antes de esa fecha, las relaciones con Flandes,
en el comercio del azúcar, habían conducido a la formación de una es-
36. Informe enviado al Rey por el Licenciado Hurtado de Medina, Juez del Registro
de Tenerile: Santa Cruz de Tenerife; 8 de abril de 1587. Citado por MORALES PADR~X:
El comercio ..., p. 284.
37. CHAUNU: Seville, t. VIII. pp. 405-406 y 420, y MORALES PADR~N: El comewio ...,
páginas 284-285.
tructura base, tanto material como humana, que luego serviría para las
relaciones con Indias: puertos, colonias de comerciantes extranjeros,
inversiones en la tierra y en la industria, formas de crédito, medios
de pago, etc.
Pero también los habitantes de Canarias se tropezaron con grandes
dificultades a la hora de comerciar con Indias: obstáculos institucio-nales,
obstáculos técnicos, la mayoría de ellos inherentes a una época
como el siglo xvr.
2.1. Obstáculo institucional
Podenm distingdir dos: el mmepdie c~mercial, dirigido per la
Casa de la Contratación, y la Inquisición, que también ejerció su in-fluencia
en este sector del comercio canario.
2.1 .l. El monopolio comercial
A Canarias se le había permitido intervenir en el llamado monopo.
lio canarioandaluz, frase acuñada por Chaunu. Pero, en la realidad, fue
una participación oficial mínima, precisamente por el gran número de
Iimitaciones que tuvo en su comercio con Indias por parte de la Casa
de la Contratación.
Las restricciones fueron las siguientes: obligación de pedir la pró-rroga
de las licencias para comerciar -valederas sólo por tres años
generalmente 38-; en cuanto a las mercancías, sólo se permite enviar
frutos de las Idas -los géneros manufacturados son prohibidos 39-;
se limita el volumen de mercancías a exportar, muy por debajo de las
posibilidades de la producción canaria 40; obIigación de viajar con las dos
flotas anuales a partir de 1573, que ocasionaría numerosos contratiem-pos
a los comerciantes y armadores canarios 41.
38. PERAZA DE AYALA, El régimen ..., «RHn, nknis. 90-91, pp. 212-216.
39. PERAZA DE AYALA:E l régimen ..., eRH>>,n úms. 90-91, pp. 217-218; MORALEPS ADR~N:
El comercio ..., p. 150.
Para la prohibición de los géneros manufacturados en la exportación, véase las Actas
del Cabildo de Tenerife, 11. 12 de mayo de 1539, citadas por CIORAHESCUHi: storia ...,
t. 11, p. 59.
40. Real Cédula de 5 de mayo de 1326; Real Cédula de 11 de agosto de 1582, en
donde se concede permiso a las Islas para enviar 1.500 pipas anuales a Indias fuera
de !as f!otac: citadas por MORALESP ADR~NE:I comercio ..., PP. 181-182.
41. MORAL.ES PADR~NE:l comercio ..., pp. 116, 120 y 182.183; PERAZAD E AULA, aRH»,
números 90-91, pp. 223-224, y C H A ~ N US:e villc ..., t. IV, p. 84.
Los sistemas de control del monopolio sobre el comercio indiano
de Canarias fueron cuatro: la obligación de presentar el registro de
cada navío que partiese de Canarias ante la Casa de la Contratación;
obligación de presentar fianzas de carácter general por parte de todas
las Islas en conjunto y de carácter particular por parte de cada persona
que comerciase con el Nuevo Mundo 42; obligación de viajar a Sevilla
a la vuelta de Indias para allí presentarse ante la Casa 43; y el Juez
de Indias, encargado de visitar y dar registro a las naves que partiesen
desde Canarias, y de aplicar las penas necesarias a las infracciones que
se cometiesen a la legislación citada 44.
2.1.2. La Inquisición
El Santo supuso o~SiáCuIO, a-unq-Ue de iiiienur
entidad, para el tráfico indiano de Canarias. Los navíos no sólo eran
visitados por el Diputado de Salud o el Juez de Indias, sino también
por los inquisidores. La razón de estas visitas está suficientemente
explicada por el Licenciado Armas, Fiscal del Santo Oficio, cuando,
en 1580, declara: por ser estas islas el passo para las indias donde si
passase semejantes libros y pinturas -se refiere a la de los herejes lute-ranos-
seria en grandissimo perjuizio a la religion christiana y a los
que en aquellas partes abitan 45.
Así pues, navíos, mercancías, pasajeros y marinos eran inspeccio-nados
por el Tribunal. Por ejemplo, en 1588, Juan Yánez de Espinosa,
vecino de Garachico, desea pasar a Indias, como escribano del navío
«Nra. Sra. de Nazaret*, y por ello efectúa la siguiente petición al Santo
Oficio: pido a vuestra merced me resiba ynformasion de como soy na-tural
de los rveynos de su magestad nasido y criado en esta ysla -Te-nerife-
y de limpia generasion sin casta de moro ni de judio ni de los
proybidos y persona abil y sufisiente para servir el dicho cargo y dado-me
admita que yo estoy presto de dar las fiansm y haazr las demas
42. Real Cédula de 9 de mayo de 1545; Real C6dula de 11 de agosto de 1557, y
Real Cédula de 23 de julio de 1558, citadas por PERAZAD E AYALA:E l régimen ..., d¿Hn,
números 90-91, pp. 214-215.
43. eRal Cédula de 9 de mayo de 1545; 16 de julio y 4 de agosto de 1556. Citadas
por MORALESP ADR~NE:l comercio ..., p. 113.
44. PERAZAD E AYALA: EI régimen ..., aRH», núms. 90-91, pp. 226-228.
45. Diligenczas instruidas en el Santo Oficio porque el alcalde de las partes de Daute
en Tenerife, Fabián Viña Negrón, intentó, en calidad de «Diputado de Saludn, visitar
untes que e2 comisario de Garackico el navío de Juan Jinete, procedente de Cádiz.
(&pePa.,..."..A ..l e- ,.. Y.,.," V"..'.'."iIi.(I. ?a?~iiasl,i ?<?¿ii~i~i&C>X XXv:::-7).
46. Información que hace en una de las Canarias Juan Yáiiez de Espinosa, natural
de ella, y escribano del navío Ntra. Sra. de Nazaret, a fin de poder pasar a Indias
(Museo Canario-Las Palmas, Inquisición, CLVII-44).
diligencias que para ello soy obligado 46. Al parecer, los maestres tam-bién
eran objeto de la misma inspección 47.
2.2. Obstáculo técnico y humano: las condiciones de la navegación
traatlántica
Los viajes al Nuevo Mundo tropezaban con numerosas dificultades:
por un lado, las condiciones técnicas de navegación y las de la vida a
bordo; por otro, la piratería y el corso, imperantes en aquella época.
(Cuáles eran los conocimientos de los marinos de aquella centu-ria?:
conocían la brújula, sabían calcular de una forma aproximada la
velocidad y la latitud, y utilizaban cartas provistas de la rosa de los
vientos '*. Pero no dejó de ser erz esencia una navegación a la estima
-es decir, a la dirección medianamente maztenida-: a la estima con-trolada
i/eiijicada poT ¿tna Tiirdida astTondmica de la latitud49. =e he- 2
N
cho, un bagaje de conocimientos escaso para cruzar todo un océano. E
O
2.2.1. Condiciones de vida a bovdo n-- m
O
Eran muy duras. El problema fundamental -nos dice Chaunu-es
el peso motor, es decir, los viveres y el agua que debian embarcarse
para la tripulación (. . . una caracteristica de la navegación a vela con-sistía
en la imposibilidad de previsión del tiempo de los recorridos (.. .)
la alternativa americana podia oscilar de silmple a doble, y sobre ese
doble debia calcularse el volumen de los víveres embarcados (...) En
los viajes a las Indias en el siglo XVI se embarcaban viveres y vino
para 8 meses, con un peso de 850 Kg. por hombre, todo incluido 50.
Esta cantidad convertida en ración diaria mostraba el terrible ascetismo
que el régimen de alimentos para los marinos implicaba. Más aún, sólo
Lalgunos alimentos -afirma Mauro- pueden conservarse en sal y los
que no, pronto se deterioran. El bizcocho se agusana. Además todos
carecen de vitamina C, lo que explica los ataques de escorbuto; a todo
ello se une el hecho de que los tripulantes viven hacinados en estos
47. Véase el Fragmento del expediente incoado ante el Juez de Indias, residente en
Santa Cruz de Tenerife, por Diego Gonzalez, vecino al parecer de La Laguna, para
pasar a Indias como muestre del navío uLa Candelarian (Año de 1604) (Museo Canario-
Las Palmas, Inquisición, CLXXVII-16). Este documento, del cual sólo conocemos esta
ficha resumen, no lo hemos podido estudiar por haberse traspapelado en los fondos
de la Inquisición, en el archivo del Museo Canario.
48. Véase MAURO.F REDERICL:a expansión europea (1600-1870) (Edit. Labor, Barce-lona,
1975), p. 10.
49. Véase CHAUNUP, IERRE:L a expansión europea (siglos X l l I al XV) (Edit. Labor,
Barcelona, 19751, p. 227.
50. CHACNU: Conquisía ..., p. 150.
viajes; todo contribuye a hacer estos largos viajes poco confortables 51
Aunque, en el caso canario las diztancias son menores, la realidad no
deja de ser casi la misma.
Otro riesgo eran los naufragios. Distintas circunstancias los ocasio-naban:
unas veces la acción marina, en un mar muy agitddo el casco,
puesto al descubierto por el movi~niento de retroceso de una ola, es
golpeado brzlscamente por la siguiente; la continuidad de esta acción
llega a abrw en el casco una uÉa de agua "; otras veces es el desgaste
de los barcos dislocados y roídos por perniciosas esperas entre la «bro-ma
» de los mares tropicales 53; O el envejecimiento de las naves, em-pleadas
en la Carrera por encima del límite de resistencia de sus ma-teriales.
Valga un ejemplo de naufragio: en 1595, Melchor García declara
que ha& tres &os Lopr García, su hermano, partió de Garachico a
las Indias en el navío del maestre Cosme de Abreu, vecinos todos de
Garachico, buque que se perdió e hundió antes de llegar al Nuevo
Mundo, y se ahogaron todos los que en el yu,a!n y asimismo otros dos
navios que partieron con el dicho navio; testigos declaran que el barco
se perdió frente a la isla Dominica, debido a que se anegó 54.
Para todo marino o comerciante que se embarcaba, lo que en rea-lidad
le importaba no era ir a América, sino poder regresar: las posi-bilidades
eran más bien escasas en los largos viajes. Los hombres caían
debilitados por el insomnio, los parásitos, las orgías en las escalas, la
sífilis, el escorbuto y la sed. Se puede estimar que, en los trayectos de
mayor mortandad (México, istmo de Pdfiamá, India portuguesa) de 15
a 25 % de los marinos embarcados morian en el transcurso de un viaje
de dos años Aunque los viajes canarios a Indias entraban dentro de
la barrera de ida y vuelta en un año, los riesgos no desaparecían, como
hemos visto. Por ello, generalmente, todo vecino de las Islas otorgaba
su testamento antes de emprender viaje al Nuevo Mundo: tales son
los casos de Melchor Ráez, mercader, en 1592, y Lope García,
en 1595 56.
51. MAURO:La expansión, p. 18.
52. MAURO:La expansión, p. 17.
55. CHAUNU: Conquis~a , p. 3.
54. Archivo Histórico Provincial-Santa Cruz de Tenerife, legajo 2079, fol. 3r.
55. CHAUNU:C onquista ..., p. 157.
56. AHP-SC, leg. 2076, fol. 38r., y leg. 2079, fols. 3r y 4r.
2.2.2. Pivatas y corsavios
El Atlántico fue una zona muy conflictiva en el siglo XVI. La Co-rona
española sostuvo enfrentamientos en el mar con Francia, Ingla-terra
y los Países Bajos. La piratería y el corso estaban a la orden
del día. He aquí algunos ejemplos de ca:os que afectaron al tráfico in-diano
de Canarias:
En 1595 se declara que la nave «Nra. Sra. del Rosario», volviendo
de Nueva España para la Península Ibérica, a la altura de la isla de
Cuba, piratas dieron con la dicha nao a fondo y la gente salio parte
della en la pinasa de la nao a tievva y a otros mataon 57.
En 1575 se afirma que la barca de Pedro Luis y Domingo Hernán-dez,
que transportaban 500 peruleras de vino desde el puerto de Gara-chico
para el de San.t a. Cruz, para cargarlas en la nave «El Criollo», iba a rfrcpGar a HGndüraS, fue rObada p r franceses ,cii las 2
N
calmas de La Gomeva 58. E
Ante estos ataques, que entorpecían el tráfico en general, las Islas O
tomaron medidas de defensa: fortificación de los puertos, creación de n - m
milicias, de puestos de vigías; formación de armadillas o pequeñas flo- O
E
:as para defender las aguas del Archipiélago, etc. Estas medidas tam- E
2
bién afectaron al comercio indiano: en 1599, Miguel Jerónimo Mén- E
dez, vecino de Garachico, da poder para cobrar del Cabildo de Tenerife 3
cuatro pipas de vino, con sus envases, que en 1597 se me tomaron de
otvas que yo tenia encascadas en la puerta de mi casa para enviar a las
-
0
m
E yndias las quales fueron para el avmadilla que por hovden y acuerdo
del dicho C&ldo se hizo hordenav en este lugar de gurachico contra O
~avanjo vocheles que desian estava en la punta naga 59.
E Estas acciones en el mar por parte de piratas y corsarios también -
a
tuvieron re~puesta de los isleños. Aparte de los innumerables casos de n
captura de barcos y tripulaciones realizadas en las costas de Canarias, n
n
que salpican las páginas de la obra de Rumeu de Armas 60, existen ac- 3
ciones en alta mar como la que hemos hallado en los protocolos no- O
En 1600 varios marinos, vecinos de Garachico, La Habana, La Pal-ma
y Lisboa declaran que viajando ese año en la nave «Nra. Sra. de
57. AHP-SC, leg. 2076, fol. 3 0 ~ .
58. AHP-SC, leg. 2064, fol. 436r.
59. AHP-SC, leg. 2252, fol. 605v.
60. RUMELI DE ARMAS, ANTONIO: Ataques navales y Piraterías contra las Islas Cana-rias
(C. S. 1. C., ?.!adrid, 1945-!95!2), ?amos I y !!.
En esta obra se analiza el comercio indiano en el siglo XVI, en t. 1, pp. 288.309,
g t. 11, pp. 633-678.
los Dolores» desde La Habana para la y da de la palma adonde arribaron
y nouegando sobre el paraje de las yslas de abaxo -las Azores- vie-ron
un navio de corsarios ingleses e de acuerdo de todos los que venyan
en la dicha nao le acometieron e lo barboaron -abordaron- y toma-ron
el qual es de porte de quarenta toneladas poco mas o menos e
traya sus piesas de artillería y mosquetes y cantidad de sal la qunl
pressa tomaron poniendo cada uno a rriesgo su vida e personas en el
asalto con que la tomaron; el dinero procedente de la venta del navío
y de su contenido lo donarían al convento de Nuestra Señora de Can-delaria
de Tenerife 61.
La navegación trasatlántica era un camino lleno de peligros, el
cual se atravesaba en una atmósfera de inseguridad.
Así pues, Canarias tropezó con numerosas dificultades en su co-mercio
con Indias.
1) Por un lado, el obstáculo institucional, el más importante: las
restricciones efectuadas a este comercio por el sistema monopolista,
cuya sede institucional radicaba en Sevilla. Si bien las relaciones mer-cantiles
de Canarias con lar Indias constituyeron, en parte, un régimen
de excepción dentro de este sistema, no por ello dejamos de poner en
tela de juicio, junto con Peraza de Ayala y Morales Padrón, tal situa-ción
de privilegio. Cioranescu nos ilustra bastante acerca de este pro-blema
cuando escribe: no era un comercio libre, ni hubiera podido ser-lo,
pero tanllpoco fue un régimen de privilegios y una ventaja conce
dida a las islas. Fue un régimen de policia de mercLzdos y de dura con-tigentación.
Incluso cuando tienen el aspecto de concesiones, las me-didas
legales son en sustancia limitativas, cuando no prohibitivas. M ~ J
que privilegios, la posibilidad que se dejaba abierta era un blo
queo ( . . . ) ".
2) Por otro, las mencionadas cond'iciones de ia navegación t r a ~
atlántica.
¿Por qué, entonces, el comercio de Canarias con las Indias existió?
Porque los incentivos pudieron más que los obstáculos.
1) LA situación geogrdfica del Archipiélago era excepcional para
este tipo de relaciones con Indias.
61. AHP-SC, leg. 2253, fol. 234r.
62. CIORANESCUH: istoria .., t. 11, pp. 39-40.
2) Existian raones económicas poderosas.
a) Aunque la economía de Canarias, vista globalmente, era una eco-nomía
dominada por las necesidades de autoconsumo, desde los co-mienzos
de la colonización hispana, un sector de esa economía fue des-tinada
al comercio exterior, hacia unos nzevcados concretos, en función
de la coyuntuva general. En la primera mitad del siglo XVI, fue el cul-tivo
de la caña de azúcar, su elaboración en los ingenios y su expor-tación
al Norte de Europa, tan necesitado de este producto; paralela-mente,
ante la demanda indiana, se inician unas relaciones con este
nuevo mercado, que irá tomando una progresiva importancia, ante la
decadencia del comercio azucarero. En la segunda mitad del siglo, el
mercado de Indias será la principal salida de la producción agrícola
canaria, representada ahora por otro cultivo central, la vid. Junto a
b s ca!des, !a exprtaci6n de rnanufuct~rasu! Nueve Mu ~ d e ,ta n necr-sitado
de ellas, jugará un papel destacado. Pero, desde comienzos del
siglo XVII, el panorama va cambiando: ante las restricciones en el co-mercio
indiano, la mayor parte de los vinos isleños serán destinados al
mercado inglés.
6) Y, quizá la razón más importante, la venta de vinos y manu-facturas
en Indias, a cambio de riquezas y de productos exóticos de
valor, producía los márgenes de rentabilidad necesarios para sostener
las relaciones existentes con el Norte de Europa y compensar con los
tesoros indianos la balanza comiercial que ya vimos era desfavorable.
Merecería un estudio aparte quiénes fueron los protagonistas de
este comercio, y quiénes de ellos se beneficiaron realmente del comer-cio
de Indias; una minoría de la población isleña que, al parecer, man-tuvo
en sus manos todos los resortes de la economía: producción vi-nícola,
construcción naval, circuitos comerciales, capitales, poder polí-tico
y, por consiguiente, decisiva influencia en la vida social.