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=m
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2
E
PROPIEDADES SEVILLANAS EN CANARIAS EN EL SIGLO XIX
3
Entre los múltiples y complejos problemas que la actividad eco-nómica
presenta en el tránsito del Antiguo al Nuevo Régimen ocupa
un lugar prioritario los inherentes a la industrialización. Ello ha de-terminado
el incremento, en los últimos años, de las investigaciones
dedicadas a su temática, en su sentido más amplio, así como impor-tantes
aportaciones a sus planteamientos. Y, si esto es así a nivel
general, a medida que incidimos en el examen de la bibliografía de-dicada
al caso español, comprobamos que ha constituido uno de
los pilares básicos alrededor del que han girado las investigaciones
de nuestra historia contemporánea. Pero, no por ello parece que
sus incógnitas estén ni mucho menos despejadas.
Pese al esfuerzo realizado, pienso con Vilar, que no se ha dado
todavía una explicación plausible a los factores que condicionan su
desarrollo y, pienso que esto es así, en parte, porque aún es necesario
realizar profundos estudios de las estructuras regionales antes de
aventurarnos en planteamientos generales.
Respondiendo a esta necesidad inicié hace unos años mis inves-tigaciones
sobre esta temática en el marco de Andalucía occidental
y más concretamente en su metrópoli más importante: Sevilla, pues
esta zona, siendo una de las más ricas del país, había quedado olvi-dada
por las investigaciones l. Resultado de ellas ha sido el que em-piecen
a desvelarse algunas incógnitas, el que esté a punto de ser10
otras, y, sobre todo, el que estemos en condiciones de precisar al-gunos
aspectos de la estructura económica de la ciudad y, muy espe-cialmente,
de su sector industrial 2. Pero, al mismo tiempo se han
1. Si bien Nada1 puso en evidencia la existencia del foco industrializar malagueño.
Vid. NADALJ, . : Industrialización y desindustrializaci6n del sureste español, 1817-1913,
"Moneda y Crédito", núm. 120, Madrid, 1972.
2. ALVAREPZA NTOJAM, ana José: Los orígenes de la industrializacidn sevillana.
Las primeras máquinas de vapor (1780-18351. Actas del 1 Congreso de Historia de
~ndaiucla, 1976. "Andalucía Contemporánea" (s. XIX y XX), tomo 1, .pp. 7-18, C6r-doba,
1979; idem: Nathdn Wetherell, un industrial inglds en la Sevilla del Antiguo
RIgimen, "Moneda y Crédito", núm. 143, Madrid, 1977; Narciso Bonaplata, un indus-t~
ial catalán en la Sevilla isabelina (en prensa) y La industria sevillannfi e&e el
Antiguo y el Nuevo RIgimen (1800-1914) (en elaboración).
presentado problemáticas nuevas que al inicio de las investigaciones
ni siquiera sospechábamos.
Conocemos en qué momento y a través de qué proceso llegan
las nuevas técnicas a la ciudad, que la Revolución Industrial inglesa
estaba difundiendo desde la segunda mitad del siglo XVIII y el im-pacto
que supuso y la curiosidad que despertó sus más espectacula-res
realizaciones, pero desconocemos cómo reaccionó el capital.
Aquellos mismos que fueron a ver las asombrosas máquinas, muchos
de ellos poseedores de cuantiosas fortunas ¿fueron capaces de finan-ciadas?
Sin hacer, ni siquiera, un somero piariteamiento de la prutileiiiá-tica
que el capital presenta, señalaremos tan sólo la evidente necesi-dad
que se nos manifiesta de conocer su proceso evolutivo, puesto
que como Crouzet ha explicitado, sin capital muy difícilmente pueden
adoptarse las nuevas técnicas 3. Nos preguntábamos si las nuevas in-dustrias
que se ponen en marcha en la ciudad en el tránsito del h-tiguo
al Nuevo Régimen o las que se habían modernizado, adoptando
las nuevas técnicas, lo habían sido con capitales internos al sector
industrial, es decir, procedentes del artesanado enriquecido y, si
cada sector industrial era capaz de financiarse así mismo, o si por el
contrario, se manifestaban trasbases de fortunas de unos sectores
industriales a otros, es decir, de los que resultaban menos beneficio-sos
a los que resultaban más rentables.
Cabía asimismo Ia posibilidad de que e1 proceso industrializador
se hubiese financiado con capitales extraños al sector industrial y, de
ser así ¿de qué sectores de la economía procedían los capitales, del
comercial o del agrario? Pero, no sólo interesaba conocer el origen
de los capitales industriales, sino también los mecanismos de finan-ciación
de las nuevas empresas, es decir, ¿eran capitales familiares
únicamente o por el contrario, el núcleo primitivo de capital fami-liar
se había visto engrosado con préstamos bancarios, o más vero-símilmente,
dada la debilidad de la estructura bancaria en la econo-mía
española, con préstamos de particulares? y, en ese caso ~quié-nes
eran estos particulares, qué niveles de fortunas poseían y a qué
sectores sociales pertenecían? Nos interesaba conocer asimismo el
3. La bibliografía sobre el problema del capital es muy densa: Kuznets, Asthon,
Deane, Abrarnovitz, Teaton y North, entre otros, se han inquietado por ella, pero,
quizLs quien mejor las haya sintetizado haya sido CROUZETF, .: L a fovmt ion du
capital en Grand Eretagne pendant la Revolution Indust7ielle, Londres, 1972.
papel desempeñado por los préstamos hipotecarios, que presumíamos
destacado, en el proceso industrializador sevillano.
Se revelaba asimismo necesario detectar hasta qué punto el capi-tal
sevillano fue individualista o partidario del asociacionismo eco-nómico,
es decir, deberíamos conocer si impulsó las numerosas so-ciedades
que se pusieron en marcha en la ciudad a lo largo del siglo,
así como qué sectores sociales asumieron ese riesgo y hacia qué sec-tores
económicos se sintieron inclinados.
Deberíamos detectar, asimismo, la identidad de los capitales que
habían permitido las financiaciones industriales, es decir, ¿eran ca-pitales
sevillanos o extraños a su área geográfica? Y, sobre todo,
nos preguntábamos si en la ciudad había suficiente capital acumulado
para financiar un proceso industrializador. Todo parecía indicar que
así era, pese ai deciive ciei papei desempeñado en ei tráfico america- ,, -
no. Pero, ¿cuál era su volumen y estructura?, ¿qué peso represen- E
taba en ella el capital fijo y el móvil? Sobre todo se puso de mani- O
fiesto, desde los primeros momentos, que no podíamos ceñirnos sólo n-- m al estudic de-los capitales industriales, sino que tendríamos que abar- O E
ectores económicos. Ello planteaba nuevas pro- s£
as que se perfilaba como más destacada la de em- -E
global del capital en el que estuvieran represen-ectores
económicos, pues necesitábamos conocer 3
1 y el porcentaje que en ella representaban los
- -
0
m
bienes mobiliarios e inmobiliarios y, respecto a éstos, cada uno de E
sus componentes. O
Pero, no podíamos quedarnos en un estricto estudio económico, n
era necesario, asimismo acercarse al mecanismo de la evolución de -E
la mentalidad de los detentadores del capital ¿quiénes y cuántos de a
2 ellos fueron capaces de convertirse, a lo largo del siglo, en hombres n
de empresa o al menos en colaboradores económicos de ellas? De- n
seábamos saber si permanecían anquilosados, invirtiendo según lo O3
venían haciendo tradicionalmente o si por el contrario respondieron
entusiasme a las nuevas ir,icia$jvas y Gpcrpuni&&s q ~ see les
ofrecían. Conocemos, en parte, cómo respondieron a las ofertas de-samortizadoras,
teníamos ahora la oportunidad de detectar cómo
lo hicieron respecto a las demás coyunturas qiie a lo largo del siglo
se les presentaron. En definitiva, necesitábamos conocer si la ciudad
tenía una estructura inversora tradicional o moderna. Desconocíamos
si a lo largo del siglo se producía algún cambio en su estructura in-versora
y si era así tcuándo empezaba a detectarse, en qué sectores
económicos y por qué sectores sociales?
Tal cúmulo de preguntas sin respuestas, entre otras muchas que
pudiéramos formular, me convenció de la necesidad de emprender
el estudio de la estructura del capital sevillano y, dado que la prirne-ra
institución bancaria no se erige oficialmente en la ciudad hasta
1857 -Banco de Sevilla-, si bien con carácter privado, prestigiosos
hombres de negocios se dedicaban a actividades crediticias y banca-rias,
comprendí que la única vía para llevarlo a cabo era a través
del estudio de las fortunas privadas.
La fuente que se reveló más satisfactoria, que permitía un estudio
más completo, homogéneo y de larga duración, sin lagunas y, que
al mismo tiempo respondía mejor a las incógnitas que pretendía des-pejar,
resultaron ser los documentos de bienes post mortem del Ar-chivo
de Protocolos Notariales que, por otra parte, se reveló cómo la
única fuente con la que podía realizarse este tipo de estudios en el
caso sevillano 4.
D
7 E Es la primera vez que en la historiografía española se emprende
el estudio del capital a través de las fortunas privadas, basándose en -
fuentes notariales y, los resultados han compensado-todos los es- m
O
E fuerzos y los múltiples problemas que fuentes y E
2 do. El estudio realizado ha constituido un exhaus e
fuentes utilizadas, en total, más de seis mil es
-
post mortem que, en el transcurso del siglo XM /%scrituraron en 3
las veinticuatro notarías sevillanas y que han proporcionado un in- - -
0
menso caudal de datos. m
E
No vamos a entrar en un análisis de las fuentes que haremos en
otro momento, sólo señalar que han permitido conocer las fortunas
privadas de los vecinos de la ciudad y el monto alcanzado por SUS
-
4. El incendio padecido en el Archivo de la Delegación de Hacienda en la ciudad,
a principios de este siglo, ha determinado la périda de casi todos sus fondos docu-mentales,
anteriores a 1908. Resultaba, pues, imposible realizar dicho estudio sobre la
documentación fiscal de las trasmisiones de hereiicia.
5. Los estudios sobre las fortunas privadas tienen una gran tradición en la his-toriografia
francesa. Numerosos economistas del s. XIX se interesaron por esta tedtica,
como Foville, Théry y Levoy-Beaulieu, entre otros. Recientemente, estos estudios se
han visto impuisddüs por idbrüusst- y ha ründucido a la püblkación de obras intere-santes
como las de Vovelle, Lamarque y León, entre otros, y sobre todo las de
Daumard y el equipo por ella dirigido: Godechot, Dupenx, Codaccioni, Herpin y
Sentou que han realizado una encuesta sobre las de algunas ciudades francesas y que
han sintetizado en la obra: Les fortz~nes francaises RU XIX si?cZe, París, 1973.
Estos trabajos están elaborados sobre dos tipos de fuentes: a) Listas electorales
censitanas, y b) Declaraciones de trasmisión de herencia, en los .Archivos del Enre-gistrement,
de los distintos Departamentos. En el Departamento de Historia Universal
Mcdema y Contemporánea, de la Universidad de Sevilla, los profesores C. Alvarez
Santaló y A. Barcía-Baquero. están efectuando un estudio simultáneo al que yo misma
realizo, sobre ;as fortua4j piivadaj seYillanas en e! s. XVIII.
6. Soy consciente de que se trata sólo de las que realizaron escrituras ante notario,
pero dada la aparición tardía del Registro de la Propiedad -1868- constituye la forma
legal más usada de acreditar la propiedad, para los bienes que no han sido objeto de
propiedades mobiliarias e inmobiliarias, en definitiva, detectar la es-tructura
de su capital, sus inversiones, sus niveles de rentas y, su lu-gar
,en la escala social, en cuanto, hasta cierto punto la fortuna puede
considerarse condicionante de una cierta preeminencia social.
Pero, al mismo tiempo, podemos conocer también las fortunas pri-vadas
de las áreas rurales próximas a la ciudad, cuyos vecinos, pese
a contar con notarios locales, acuden a escriturar sus documentos a
los notarios sevillanos.
Al mismo tiempo que podemos conocer los niveles y la estructura
de las fortunas de los vecinos y no vecinos de la ciudad, su estudio
nos permite conocer las áreas geográficas en las que están ubicadas
sus propiedades inmobiliarias y, este es un aspecto sumamente in-teresante;
porque a través de él detectamos cbmo las propiedades se
aglutinan en un cinturón muy denso alrededor del curso del Guadal-quivir,
extendiéndose con menos densidad a medida que nos aleja-mos
de aquél, por las actuales provincias de Huelva, Cádiz, Córdoba
y Málaga y, cómo existen asimismo núcleos de propiedades inmobi-liarias
en áreas geográficas más alejadas, como pueden ser las mon-tañas
santanderinas, el país vasco, la Rioja o Canarias, por sólo citar
algunas.
El origen de estas propiedades es distinto según las áreas. Para
santanderinos, vascos y riojanos, entre otros, es el resultado de co-rrientes
migratorias, pues la ciudad seguía constituyendo, durante el
siglo XIX, un importante foco de atracción para estos emigrantes y,
si bien algunos de ellos se afincaban en la ciudad y tenían aquí ex-clusivamente
invertido su capital, desvinculándose de sus tierras na-tales,
muchos mantenían una estrecha vinculación con ellas: se casa-ban
con mujeres de su mismo pueblo, realizaban visitas periódicas
a él y, cuando superaban la edad laboral, se retiraban a su pueblo
natal, en el que habían invertido sus ahorros, en bienes inmobilia-rios;
otros, aún aíincándose defintivamente en Sevilla, permanecían
vinculados a sus pueblos de origen a través de las herencias transmi-tidas
-padres o hermanos- que representaban una mínima pro-porción
en el monto total de sus fortunas.
Las propiedades que los vecinos de Sevilla poseen en Canarias
tienen un origen un tanto peculiar, pues si bien, también las trans-misiones
hereditarias juegan un papel destacado, las relaciones co-merciales
representan un segundo factor a tener en cuenta, sobre
todo a través de ia vincuiacion que algunas casas comerciales sevi-compraventa.
Hemos podido detectar c6mo las trasmisiones de bienes intervivos son
desusadas en el ámbito sevillano, registrando s610 un caso para todo el siglo XIX.
llanas mantienen con el archipiélago. Si bien estas parecen realizarse
a través del puerto gaditano que actúa de intermediario, en un trián-gulo
comercial : Sevilla-Cádiz-Canarias.
La problemática que el estudio de la propiedad agraria presenta
en el archipiélago y el hecho de que se haya despertado el in.terés por
los temas agrarios y estén realizándose ambiciosas investigaciones so-bre
su temática, ha persuadido del interés del presente estudio $. Las
fuentes con las que ha sido elaborado, pienso que resultan novedo-sas
para las investigaciones agrarias, especialmente las relacionadas
con la estructura de la propiedad y se han manifestado sumamente
reveladoras, como he tenido ocasión de poner de manifiesto Creo
que estas consideraciones y la importancia sino cualitativa, sí cuan-titativa
del volumen del capital que los vecinos de Sevilla poseían
en el archipiélago justizcan estas líneas, que además pueden consti- 2
N
tuir una aportación al conocimiento de la propiedad agraria absen-tista
de las islas. O
n-- m
O E
1.-LOS BIENES INMOBILIARIOS
El monto totaI alcanzado por la propiedad inmobiliaria que los 5
vecinos de Sevilla poseían en el archipiélago, entre 1845 y 1875, Om-asciende
a 4.170.776 rs., repartidos de la forma siguiente: E
O
n
VINCULADOS L I B R E S TOTAL E
-- - a
Rústicos Urbanos Rústicos - 'Crbanos Rústicos Urbanos n
-- -- --
7. JIMÉKEZD E GREGORIOPU SO de relieve la inexistencia del Catrasto de Ensenada
para el archipiélago: La población de las Islas Canarias en la segunda mitad del
s. XVIII, "Anuario de Estudios Atlánticos", núm. 14, 1968; BETHENCOURMTH.~ SS:EU:
AProximación a la economía canaria (1770-1800). "Revista Campus", mayo 1976 y
MAC~A~SR N Á N D EAZ. ,M .: L a trasfo-mzción de la pmpiedad canaria concejil e n el
paso del Antiguo al Nuevo Régimen, "Revista de Historia Canaria", Anexo 1, 1978,
ponen de maniñesto. enire otros, ia Íaiia de estudios sübre este sector.
S. Vid. ALVARUP ANTOJMAa,r ía José: Una fuente para la Histoiia Agraria entre
ei Antiguo y el Nuevo Régimen: los docunzentos de bienes post mortem, "Archivo
Hispalense", n.0 193-194, Sevilla, 1981, pp. 467-486.
Del cuadro anterior se deduce que el 9134 % de los bienes in-mobiliarios
están constituidos por propiedades agrarias y que de
ellas el 86,49 % son bienes vinculados, mientras sólo el 5,05 % lo
constituyen bienes libres. Por el contrario, las propiedades urbanas
están escasamente representadas, sólo con un 8,45 %, estando cons-tituidas
en un 3,63 % por bienes vinculados y en un 4,81 % por bie-nes
libres.
1.1. La propied~d agraria
Se aglutina alrededor de dos focos, situados en las islas de Gran
n- -- -"--- : x - -- A--- ---,---A.-. ---- :+-1 a- 9 010 21L
~ d l l d 1 l dY 1 ~ 1 l ~ ~ l lYt :I C ~ I C ~ ~ I Iu1L1~ VIU~~UI IIGII UG ~ d p l ~ dUGl J . O I V ~ J I U m
rs. 15 ms. Desde el punto de vista cuantitativo resulta más impor- E
tante el foco grancanario, pues está constituido por 628 fgs. 9 cele- O
mines, de ellas 583 fgs. 5 celemines de tierras vinculadas y 45 fgs. -
4 cels. de tierras libres, enclavadas al N. de la isla, en la jurisdicción m
O
E de Arucas y al SE. en la de Telde. Estas tierras representan un volu- E
2 men de capital de 2.548.705 rs. (sin incluir el valor de las aguas y E
las edificaciones cuando la documentación las evalúa separadamente)
que constituyen el 61,l % del monto total alcanzado por los bienes 3
inmobiliarios en el archipiélago. O-m
Las tierras situadas en Arucas son todas tierras vinculadas y
están formadas por dos propiedades de 197 fgs. 2 cels. y de 226 fgs.
1 cel. y por cuatro hazas que oscilan entre 20 y 64 fgs. y que suman
en su totalidad 160 fgs. 3 cels., si bien como ignoramos la estructura
de la propiedad en las islas, no parece que estemos en condiciones
de afirmar si se tratan de pequeñas o grandes propiedades. Lo que
sí parece seguro es que está fracciona,do su arrendamiento -61, 55 y
10 parcelas, respectivamente, cada una de las tres fincas descritas-.
Desconocemos qué grupos sociales detentan estos arrendamientos y
cómo están repertidos, es decir, si están concentrados en pocas ma-nos
o si por el contrario benefician a numerosos agr icul tore~~R~e-.
9. Pertenecen al Mayorazgo que el Capitár. General de Canarias, Pedro Cerón,
y su mujer, Sofía de Santa Gadea, fundaron en Arucas en 10 de julio de 1572. En
1858 el caudal de 61 ascendía a 3.676.088 rs. Archivo de Protocolos Notariales de
Sevilla. Notaría 2.3, 1858. Libro 3, fol. 2160.
10. Para eiio sena necesario emprender estudios sobre arrendamientos urbanos en
los archivos notariales canarios. Rastrear los arrendamientos de las tierras que aqo;
nos ocupan parece difícil, por cuanto desconocernos la población donde residía el
administrador de estos bienes en el archipiélago, en la que verosímilmente se escri-turarían
dichos arrendamientos.
presentan un volumen de capital de 2.430.912 rs. (valor exclusivo de
la tierra) que constituye el 58,28 % respecto al total de los bienes
inmobiliarios de los vecinos de Sevilla en el archipiélago y el 95,37 %
respecto a los que poseen en Gran Canaria.
Desconocemos el tipo de cultivo a que estaban dedicadas estas
tierras, aunque todo parece indicar que se trataba de tierra calma
dedicada al cultivo del cereal. En aquellas fincas en que se especifica
la calidad de las tierras -las situadas en Arucas- parecen predomi-nar
las de inferior calidad. Efectivamente, las de peor calidad -mar-ta-
están representadas con un 24,M %, seguidas de las de supe-rior
calidad -primera- con un 18,76 %. Las tierras de calidad
intermedia -tercera y segunda- están representadas con un 14,58 %
y un 13,84 %, respectivamente. Si establecemos una media entre las
L
L L G I I ~ DU U G I I -~ ~~ ~ U I G Iy~ s egünda- y !as de inferior calidad -ter-cera
y cuarta- obtendremos que estas últimas aventajan a las pri-meras
en sólo un 3,21 %.
El precio de estas tierras oscila según el sitio en que están encla-vadas,
más o menos lejanos de los núcleos urbanos, la calidad de las
tierras y el agua de que disponen, entre otros factores, de la forma
siguiente :
1." CALIDAD 2.& CAL1DA.D 3." CALIDAD 4.' CALIDAD
Sitio Jurisdicción -- -
Máximo Mínimo Media iitAximo Mínimo Media Máximo Mínimo Media AIáximo Mínimo Media
--- --- --- --- --- --- - - - --- -
Las Vegas Arucas 22.500 13.500 17.699 13.500 9.0,00 11.250 9..000 2.250 5.850 2.250 2701 922,SO
Las Moyas Arucas 20.250 12.375 15,468 11.250 5.625 8.100 9.000 2.2508 5.836 5.625 225 2.150
4 Hazas Arucas - - 9.000 - - 6.187 - - 3.375 - 4508
FUENTE:E laboración personal, utilizando los precios iespecificados en "División de los bienes correspondientes al Mayorazgo fundado en
Arucas, pueblo de la Gran Canaria, por el Capitán Generral de la misma isla, Don Pedro Cerón y su muger Doña Sofía de
Santa Gadea". Archivo Protocolos Notariales de Sevilla. Notaría 23. 1858. Libro 3, folio 2160.
Del cuadro se deduce que las tierras de más alta cotización co-rresponde
a la propiedad situada en las Vegas de Aruca, espccialmen-te
las mejores calidades -primera y segunda-, mientras en las
tierras de tercera calidad se percibe una similitud de precios entre
las de las propiedades de Ias Vegas y las Moyas, no así en las cuatro
hazas sueltas, cuyo precio es sensiblemente inferior. Las tierras de
peor calidad -cuarta- son paradójicamente las que registran más
extremas oscilaciones en sus precios, además de evaluarse más altas y
son, precisamente, las tierras situadas en las Moyas que, en las cali-dades
superiores, hemos señalado registran precios más bajos.
Por su parte, las tierras situadas en la localidad grancanaria de
Telde son todas tierras libres y representan un monto de capital
de 117.794 rs. 15 ms. (precio de la tierra) al que deberemos añadir
-/7I .OnLY rs. -v--a1i-u r- u2c- 7lu- -s LISCI;VS y C- - , -S- - - 7L_ - ~ U Y Upa~r~a el agm. Estas tierras
representan el 2,82 % respecto al totaI de los bienes inmobiliarios
de los vecinos de Sevilla en el archipiélago y el 4,84 % respecto a los
que poseen en Gran Canaria.
Desconocemos los tipos de cultivos de estas propiedades, así co-mo
el régimen de los arrendamientosll. No nos consta tampoco el
precio pormenorizado por calidades, especificando la documentación
los precios globales de las distintas suertes, es decir, incluyendo el
valor de la tierra, edificaciones y aguas, que son los que para estas
tierras me he visto obligada a reproducir en el Cuadro 11. Ello de
una parte, y la falta de investigaciones que proporcionen datos sobre
el precio de la tierra en el archipiólago, de otro, nos impiden, asi-mismo,
efectuar comparaciones.
El segundo foco de propiedades agrarias de vecinos de Sevilla
en el archipiélago, según ya hemos indicado, se encontraba situado
en la isla de Tenerife. Se concentraba en el ángulo NO. y se repartía
entre las jurisdicciones de Garachico, Buenavista, Icod y Tanque.
Están constituidas preferentemente por viñas y tierra calma, aunque
es frecuente que tengan ((algún arboladon, por otra parte, una de las
constantes de la agricultura tinerfeña B. Las fuentes no especifican ni
la extensión de las fincas, ni la calidad de las tierras, si bien por sus
11. El precio de las fincas debe entenderse como precio de la tierra, pues la docu-mentación
evalúa aguas y edificaciones desglosadas de aquélla, excepto en el caso de
la Hacienda de Rociana, jurisdicción de Telde, cuyo precio aglutina el de la tierra y
"el agua de la mina que tiene para riego". Archivo de Protocolos Rotariales de Sevilla.
"Liquidación de ios bienes i k e s que pertenecieron al ciiiu~itü SI. Conde E. Jaimr
Melleiro en la isla de la Gran Canaria" Archivo de Protocolcs Notariales de Sevilla.
Notaría 23, 1849. Libro 2, fol. 1373.
12. Puesto de manifiesto por Macías HERK~DEAZ, :, Ob. cit.. pp. 27 y siguientes.
CUADRO 11
PRECIO DE LA TIERRA
SITIO JURISDICCION PRECiO l." CALIDAD % 2.' CALIDAD -% 3.' CAUDAD 4." CALIDAD
/-- -
GRAN CANARIA
Vinculadas
Vegas Arucas
Moyas Arucas
Arcos Arucas
Trapiche Aru'cas
Vasco
López Arucas
Meleros Afucas
Libres
Rociana Telde
Corrales Telde
Corrales Telde
Corrales Telde
TENERIFE
Libres
Arango Garachico
Bamnco
197 f. 2 cl.
226f. lcl.
47f. 6cl.
%f. 7cl.
64 f.
50f. 1 cl.
72 f. 15 d.
36 f. 6 cl. -
1 f.
20 f. 10 cl. 13 f . 10 cl.
35 f. 11 cl.
7f. 8cl.
l f . lcl.
1 f. Scl.
Camello Buenaventura 4.125
Amparo Icod 5.260
Pinto Tanque 450
Hoyo Tanque 150
00
FUEN:T EEl aboración personal.
bajos precios globales, pueden deducirse que eran de pequeña exten-sión
o de mala calidad o ambas cosas a la vez.
El precio, según queda reflejado en el Cuadro 11, oscila entre
11.250 rs. en que se estima el de una ((hacienda, con casa, lagar, com-puesta
de viña, árboles y tierra calma)) y un trozo de tierra que se
evalúa en 150 rs.13. Estas tierras representan el 0,50 % respecto al
total de los bienes inmobiliarios de los sevillanos en el archipiélago.
Forma también parte de los bienes inmobiliarios el aprovecha-miento
de las aguas para el riego, de suma importancia en la estruc-tura
agraria de las islas. Constituyen en su totalidad bienes vincula-dos
y pueden localizarse en los aledaños de la villa de Arucas, en
Gran Canaria. Ascienden a 232 y media hazadas que representa un
capital de 1.176.750 rs., repartidas de la forma siguiente:
CANTIDAD L U G A R PRECIO E
-- - O
n -
=
86 haz. Heredamiento 516.000 rs. O
m
E
123 haz. Fuente Ariñes 553.500 rs. E
2
15 112 haz. Barranco Jiménez 69.750 rs. =E
4 haz. Charca delante casa 19.500 rs.
2 haz. Estanque Fuente del Hierro 9.000 rs. 3
-
2 haz. Estanque Novado 9.000 rs. M e-m
1.2. La: propiedmi urb~na
Ya hemos señalado que es insignificante respecto a la agraria,
sólo el 8,45 %. Se encuentra aglutinada, al igual que aquélla, en dos
focos, en la isla de Gran Canaria y en la de Tenerife, si bien el volu-men
de las propiedades urbanas tinerfeñas es superior al de las gran-canarias,
en una curiosa inversión con relación a como hemos visto
sucedía en el sector agrario. El volumen total de estas propiedades
asciende a 352.465 rs.
Las propiedades urbanas situadas en la isla de Gran Canaria se
agrupan, a su vez en dos puntos exclusivamente, la capital -Las Pal-mas-
y la villa, cabeza del mayorazgo, de Arucas. Son bienes vincu-lados.
En la capital solamente podemos señalar una propiedad, cuyo
-0 T :^i:li:Li il:..:^:Li il:iiil:^^i:*i .,." l.: .an:,. --- L..,,..-:-:--+-
io. Lr q u u a u v i i , u r v u i o i i y ~ u j u u ~ u ~d~e ~i uui i ui l orir;a yrir; u o p pvr iaur i i r i i iouw
Antonio Benítez de Lugo y Sotomayor. Archivo de Protocolos Notariales de Sevilla.
Notaría 3, 1857. Iibro 3, fol. 1891.
14. Vid. nota 9.
precio se había visto reducido prácticamente a la mitad en virtud de
un incendio que la había asolado. En la villa de Aruca, por el contra-rio,
las propiedades comprende una casa-granero, que por su alto
precio debía ser de considerable extensión, lo que por otra parte no
debe sorprendernos dado que los bienes rústicos y urbanos ubicados
en ella forman mayorazgo y esta casa sería posiblemente la expresión
urbana dmeé l 15, y en varios edificios de aprovechamiento agrario, pese
a su ubicación urbana, consecuencia de la simbiosis ciudad-campo
tan peculiar del Antiguo Régimen.
Estas propiedades urbanas grancanarias ascienden a 151.467 rs.
17 ms., lo que representa el 42,97 % respecto a la propiedad urbana
y el 3,63 % respecto al monto total de los bienes inmobiliarios de
los sevillanos en el archipiélago.
Por su parte, las propiedades uf~ana sti nerfeñas se agrupan aire-dedor
de dos focos: la capital, Santa Cruz y, la villa de Garachico.
Están constituidas por nueve casas en la primera y la octava parte
de otra, en la segunda 16. El monto total de estas propiedades ascien-de
a 200.800 rs., que constituyen el 56,97 % del volumen de los bie-nes
urbanos y el 4,82 % respecto al monto total de los bienes inrno-biliarios
de los vecinos de Sevilla en el archipiélago.
II.-Los BIENES MOBILIARIOS
Son insignificantes y, esto es hasta cierto punto lógico, en la me-dida
que los propietarios sevillanos con bienes en Canarias no resi-den
en las islas, aunque nos consta documentalmente que, al menos,
algunos de ellos, efectuaron estancias en ,ellas 17. De ello se deduce
15. Estos edificios eran: dos casillas y la ermita de San Pedro convertida en
granero y tres estanques para conservar las aguas: uno grande, otro mis pequeño
y otro llamado de la Fuente d d Hierro. Vid. nota 9.
16. Comprendía: una casa en calle S. Francisco, núm. 44; dos en calle Isabel 11,
núms. 6 y 8; una en calle S. Juan Bautista, núm. 33; una en calle de La Laguna,
núm. 9 y cuatro en calle Iriarte, núms. 1, 3, 5 y 7. Archivo de Protocolos Notariales
de Sevilla. "Ee~~iigci61d1e los bienes de iuan de Iviata Garcia Cinaix". Ñ-otana 14,
1878. Libro 1, fol. 539.
17. José María Garcia Chaix falleció en La Laguna el 31 de julio de 1860, después
de invertir en propiedades urbanas en Santa Cruz (Tenerife). Efectivamente, el 29 de
abril de 1858 compra 3.312 m.2 en precio de 1.043 rs.; en 15 de junio del mismo año
compra 3.312 m.2 en precio de 1.035 rs. v en 1 de octubre de 1859 comma asimismo
3.126 m.2 en 800 rs. N; parece muy avenfurado pensar que dadas las rel&iones comer-ciales
de la familia Chaix con el archipiélago desde el s. XVIII, posiblemente fuera
mandado a las islas para hacerse cargo de los negocios en ellas. Otorga testamento
en 1852, en Santa CNZ, por lo que muy verosímilmente se afina5 en el archipiélago.
El h e ~ a x J,U zn de Garcfa Chaix, viaja a TaneriÍi para hacerse cargo de ia
herencia y edifica las casas, antes #citadas, sobre los solares heredados, posiblemente
después de 1861, pero, en 1874 ya está de vuelta en Sevilla, donde otorga testamento
y muere en ella tres años después. Archivo de Protocolos Notariales de Sevilla.
"Testamento de Juan de Mata García Chaix". Notaría 13, 1874. Libro 3, fol. 1618.
qué partidas integrantes del capital mobiliario, como pueda ser el
menaje y muebles de la casa, la plata, alhajas, libros, carruajes e, in-cluso,
el metálico, entre otros que pudiéramos citar, no aparecen en-tre
los bienes mobiliarios. Estos se reducen a créditos y stock de mer-cancías
y, de su volumen se deduce que, las grandes casas comer-ciales
sevillanas no parecen muy atddas por el mercado canario
que, por otra parte, sabemos gira directamente en la órbita inglesa 18.
Parecen más atraídos hacia otras áreas, como espero, en otro mo-mento,
poner de manifiesto.
De todo ello se deduce que el volumen de .capital de los bienes
mobiliarios asciende a 68.756 rs., repartidos entre un crédito de
8.118 rs. y dos partidas de mercancías, una en poder ya de un comer-ciante
tinerfeño I9 y otra depositada en la ciudad de Cádiz, dispuesta
a ser embarcada para el archipiélago *. ,,
Pero, ja qué grupos sociales pertenecen estos propietarios sevi- D
E llanos con bienes en Canarias y, que representan estos bienes en
relación con los niveles totales de sus fortunas? O
n-- m
O E
III.-Los NIVELES DE FORTUNA
3 .l. La nobleza titulada 3
Los propietarios, en realidad, muy poco numerosos, pertenecen -
0
m
a tres grupos sociales bien definidos: la nobleza secundaria tituIada; E
la nobleza no titulada, es decir, hijos de nobles titulados, pero que O
ellos ya no obstentan títulos y el comercio. n
Los bienes vincuIados que los propietarios seviIIanos poseen en E
el archipiélago están todos en manos de la nobleza secundaria titula-a
da (la primera nobleza, pese a poseer propiedades en la ciudad y efec- n
n
tuar ante sus notarios las escrituras de compraventa y arrendamiento
de tierras y de fincas urbanas, no efectúan sus documentos post 3
O
mortem, posiblemente por residir en la Corte y efectuarlos allí). En
realidad, se. trata de un sólo titulo que, por las vicisitudes particula-
18. Vid. h b ~ 4 . 4L~~~A~N OV,.: Relañones mercantiles sntre Inglaterra y los
a ~ c h i ~ l a g odesl Atlántico Ibérico. S u estructura y su historia (1.505-17831, La Laguna,
1970, y B E ~ P ~ COUMRATSHSI EUA, . : Cana~iase inglatewa: el comercio de vinos (16.50-
1800), "Anuario de Estudios Atl&nticcs", núm. 2, 19%.
19, C& trata de F;G,QQT 3, e-, geBr de j& Fran&cü M&iiiurr, y úd
mercio de Santa Cruz de Tenerse. Archivo de Protocolos Notariales de Sevilla.
"Cuenta y partici6n del caudal, bienes y efectos quedados por fin y muerte de Santiago
Chaix". ~<taría 19, 1809. Libro 2, fol.-945.
20. Se trata de 4.631 rs. Archivo de Protocolos Notariales de Sevilla. "Cuenta de
particidu y divisibu de los bienes de Antonio Chaix y Teresa Elena Hermil". No-taría
19, 1806. Libro 1, fol. 248.
res por las que atraviesa y la coyuntura general que afecta a la noble-za,
cuenta con una documentación muy fragmentaria, referida ex-clusivamente
a los bienes inmobiliarios, tanto vinculados como
libres 21.
El activo total de la fortuna inmobiliaria de este miembro de la
nobleza secundaria asciende a 4.880.146 rs. 10 ms. De ellos, el 80,91 %
están situados en Canarias y están formadas por las propiedades rús-ticas
y urbanas (vinculadas) de Aruca y las rústicas (libres) de Telde,
de las que ya hemos hablado. El 19,08 % restante corresponde a bie-nes
rústicos y urbanos situados en la península -villa de Benasusa,
próxima a Sanlúcar la Mayor y en la ciudad de Sevilla-, que cons-tituyen
el Mayorazgo de Benasusa 22.
7 P--h-m--n- pcf6 -u-- ~--~-f-r i i r t i i r a d n ----A--v C I C ~ P ---- ~ q i t a ! inmchi!iiric ppnincc!ar? m
Los bienes rústicos ascienden a 464.564 rs. y representan el 9,51 % D
del volumen total de su fortuna. De ellos, 420.185 rs. corresponden E
a propiedades ubicadas en la villa de Benasusa, núcleo principal del O
n -
Mayorazgo y, representan el 8,61 % del activo total de la fortuna. =m
O
Está formado dicho núcleo de capital, por un tributo y 581,20 fanegas E
E
de tierra, repartidas de la forma siguiente: SE
=
3
BXTENSIOW CULTIVO PRECIO -
-- -- - 0
m
1 314 fg. Huerta 32.935 rs. E
130 112 fg. Olivar 223.390 rs. O
104 fg. Dehesa 5:000' rs n
344 3/4 fg. Pan sembrar 120.874 rs. -E
a
2
n Las propiedades ubicadas en Sevilla ascienden a 44.379 rs. que
representan el 0,90 % del volumen totaI de la fortuna, repartida en- =
O
21. En 1839, la Condesa de Benasusa, por no tener sucesión directa y acogihdose
a la ley de 30 de agosto de 1836 solicita la división de los bienes vinculados: la mitad
para el inmediato sucesor y la otra mitad para libre disposición del poseedor. Archivo
de Protocolos Notariales de Seviila. "Autos formados a instancias de la Excma. Sra.
1M.a Luisa Casteiii, Condesa de Eenasusa, Grande de España de primera clase, sobre
la división del mayorazgo del mismo título". Notaría 23, 1845. Libro 1, fol. 892.
22. El proveedor y comisario general de la Real Armada, Francisco Duarte, y su
mujer, Catalina de Alcocer, compraron en 5 de agosto de 1540 tierras en Benasusa
(pr6ximo a Sanlúcar la Mayor, Sevilla) que habían pertenecido a la Encomienda de
San Juan. En 24 de abril de 1554 constituyeron con ellas y con otros bienes en Sevilla,
Mayorazgo. En 20 de mayo de 1558 le agregaron la jurisdicción civil y criminal y la
facultad del nombramiento de escribano, que .compraron en 700 ducados. Parece que
en la segunda mitad del s. XVIII se produce el ennoblecimiento. Archivo de Proto-colos
Notariales de Sevilla. "Autos formados a instancias de la Excma. Sra. M.% Luisa
Casteiii", ya citados. Notaría 23, 1845. Libro 1, fol. 769 y siguientes.
tre un huerto, situado en el término de la ciudad, frente a la Torre
del Oro y, un tributo ".
Las propiedades urbanas ascienden a 618.495 rs. 21 ms., que re-presentan
el 12,67 % del activo total de la fortuna. De ellos, 307.210
rs. corresponden a fincas urbanas situadas en la villa de Benasusa,
entre ellos, la iglesia y el palacio " y, representan el 6,29 %, mientras
los ubicados en Sevilla ascienden a 159.820 rs. 21 ms., es decir, el
3,27 % del activo total de la fortuna.
3.2. La nobleza no titulada
Está también escasamente representada, aunque su documenta-ción
es más completa. El activo total de su fortuna asciende a 249.822
rs., de lns cuales el 70j29 % está representado por bienes inmobilia- 2
rios y el 29,70 % restante por bienes mobiliarios. N
Del monto total alcanzado por los bienes inmobiliarios, el 55,70 %
O pertenece a bienes peninsulares, concretamente a propiedades situa- n -
das en el Aljarafe sevillano, cuyos cultivos y extensión son las si- =m
0
E guientes : E
2
E
=
EXTENSION TERMINO CULTIVO PRECIO
3
M
-
25 fg. Ginés Viña 116.642 rs. 0m
E 314 fg. Espartinas Viña 3.200 rs.
O
5 114 fg. Bormujos Pinar 9.30,6 s. 25
n
E
a
El 8,50 % restante corresponde a los bienes inmobiliarios ubica- n
dos en la isla de Tenerife: rústicos (jurisdicción de Garachico, Bue- n
23. El huerto tenía 314 aranzada y su precio ascendía a 16.865 rs. El tributo a
W.514 rs. 8 ms. Archivo de Protocolos Notariales de Sevilla. Notaría 23, 1845. Libro 1,
fol. S61.
2.4. La iglesia se componía de: una nave, tres altares, tribunas y cubiertas con
gran armadura. vestíbulo o apeadero con dos arcos sobre una columna que servía
de entrada al patio principal del palacio. Este estaba compuesto de dos lados de
galerías de arcos sobre columnas, escalera "de ida y vuelta" y numerosos salones, dos
de ellos con chimeneas francesas. El valor de ambos, es decir, iglesia y palacio ascendía
a 213.730 rs. Archivo de Protocolos Notariales de Sevilla. Notaría 23, 1345. Libro 1,
fol. 829 y siguientes.
25. Esta nobleza está representada por Antonio Benitez de Lugo y Sotomayor,
natural de Garachico (Tenerife) e hijo del Marqués de la Florida. Estaba casado con
una hija &i Sonde del j+&i Tesoro Y parece de&cado a :a exp:o+&~.;6rd; e su- tierru
del Aljarafe sevillano que cultiva directamente. Archivo de Protocolos Notariales de
Sevilla. "Liquidación, divisi6n y adjudicación de los bienes que dejó por faileci-miento...".
Notaría 3. 18j7. Libro 3, fol. 1891.
navista, Icod y Tanque) y urbanos (jurisdicciones de Santa Cruz y
Garachico), todos libres y de los que ya hemos hablado largamente.
Entre los bienes muebles destaca como la partida más impor-tante,
la correspondiente al stock de la cosecha -vinos y vinagre-que
asciende a 49.566 rs. y representa el 19,83 % de su fortuna.
Posiblemente, su conocimiento de la agricultura tinerfeña le condi-cionó
a la hora de realizar sus inversiones agrarias (la hacienda de
Gines la compra en 7 ,de agosto de 1839 y la redondea en 14 de mayo
de 1850), eligiendo viñedos. En segundo lugar de estos bienes mobi-liarios
se sitúan los créditos a favor, que representan el 3,25 % y en
tercer lugar, las ropas con un 2,90 % del activo total de su fortuna 26.
Está representada por miembros de una misma familia -Chaix-que
a lo largo de tres generaciones mantienen intereses comerciales
con el archipiélago.
La estructura de su capital es distinta a la de la nobleza (diferen-cia
que por otra parte ya había detectado como tendencia general en
el estudio que tengo en proceso de elaboración) n, y manifiesta escasa
representatibidad de los bienes inmobiliarios, tanto rústicos, como
urbanos. Tal vez la existencia de capital invertido en tributos, sea
una expresión de arcaísmo. Por d contrario los bienes mobiliarios
están ampliamente representados, sobre todo, el capital comercial
móvil.
Se trata de miembros de una burguesía eminentemente preocu-pada
por el auge de los negocios familiares y con un acusado sentido
de la solidaridad familiar. Dotados de un espíritu emprendedor espe-cialmente,
las jóvenes generaciones, realizan lucrativos negocios, no
dudan en asociarse para aumentar el volumen de su capital comer-cial
y poder ampliar así las áreas de sus mercados y, desde luego
logran altas tasas de enriquecimiento.
Aunque a lo largo de las tres generaciones la estructura del capi-tal
no sufre alteraciones, puede detectarse un incremento del capital
comercial móvil en el momento del paso de una a otra generación.
Ello puede inducirnos a pensar que se ha producido un deliberado
impulso en la dirección de los negocios familiares con ia iiegacia de
26. Vid. nota 25.
27. Se trata del estudia que tengo en proceso de elaboración sobre Las fortunas
privadas sevillams en el s. XIX (1800-1900).
estas nuevas generaciones. Efectivamente, si comparamos la estruc-tura
de la fortuna familiar en 1806 (en que por muerte de los padres
se efectúa una división de los bienes) y en 1809 (en que por muerte
de uno de los hijos que ha quedado al frente de los negocios fami-liares
se efectúa otra), comprobaremos que el metálico ha experimen-tado
un incremento del 17,26 %, los créditos a favor del 10,94 % y,
si bien el valor de los géneros almacenados ha sufrido un descenso
del 2,07 %, los depositados en las plazas comerciales nacionales y ex-tranjeras
han registrado un incremento del 759 %, superior a la baja
señalada. De este aumento general de los negocios participan los del
archipiélago, pues los géneros depositados en Canarias han crecido
en un 4,76 %.
Frente a este aumento del capital comercial nos encontramos con
que el capital inmobiliario ha desaparecido y, asimismo comprobare-mos
que el restante capital mobiliario está escasamente representado.
Pero, ¿cuál es su porcentaje respecto al activo total de sus fortunas?
En primer lugar deberemos situar los géneros almacenados con un
38,54 %, seguidos del metálico con un 17,22 % ; los créditos a favor
con un 15,85 % y las aportaciones a los hijos -a cuenta de la legí-tima-
que asciende a 15,75 76, preferentemente en forma de dote
al contraer matrimonio. El Último lugar en la fortuna familiar corres-ponde
al menaje, muebles y ropas que alcanza sólo un 1,88 %.
Los miembros de esta burguesía se sienten inclinados a incremen-tar
el capital familiar mediante asociaciones mercantiles. Desde sus
inicios en los negocios, Antonio Chaix forma parte de la compañía
titulada Chaix, Monier y Compañía y su viuda, con sus hijos varones
y uno de sus yernos forma la titulada Chaix, Torrat y Compañía,
que continúan aquellos a su muerte y que sabemos les reportan gran-des
beneficios %.
Asimismo observamos que el enriquecimiento familiar es progre-sivo
y seguro y detectamos cómo la fortuna familiar se incrementa
28. Antonio Chaix era natUral de Chantanerlé, arzobispado de Ambrión y vecino
de Sevilla. Teniendo tienda de mercadena en calle Francos casa con Teresa Elena
Hermil en 10 de enero de 1768. Muere en la epidemia que en lSOO azota a la ciudad,
continuando la esposa al frente de los negocios y formando con los hijos varones,
Santiago y José María y con el esposo de una de las hijas, Santiago Torrat, una
compañia comercial hasta su muerte en 1805. Ocurrida ésta, continúan hijos y yerno
solos la sociedad desde 1 de enero de 1806 que les reporta de beneficios en el primer
año 53.598 rs. 11 ms. y en el segundo 101.367 rs. Archivo de Protocolos n'otariales de
sevida, '6' '- ."- .'L- u q u i u d ~ i u u y paitición de los bienes de Santiago Chaix". Nobria E, :VOS.
Libro 2, fol. 946. Un hijo póstumo del anteriormente citado Santiago Chaix, Uamado
Santiago Chaix O'shee forma parte como socio fundador y director industrial de la
sociedad la margarita, constituida en 1862, para la explotación de la fundición situada
en la Dehesa del Prado, en Cazalla de la Sierra. Archivo de Protocolos Notariales de
Sevilla. Notaría 12, 1862. Libro 1, fol. 238.
en el transcurso de treinta y ocho años en un 2.208 %, y en cuarenta
y un años en un 3.336,47 %. Según la trayectoria siguiente:
30.8018 rs. 680.448 rs. 1.027.899 rs. 29
De todo lo expuesto se deduce, en primer lugar, la importancia
de las fuentes, que resultan reaimente novedosas, no sólo para el
análisis del capital, sino también para los estudios de historia agra-ria,
sobre todo 10s relacionados con el régimen de la propiedad de la
tierra. Aunque, tal vez pienso que el hecho de que Ia documentación
empleada en la elaboración de este trabajo, que ha sido no dema-siado
numerosa y a veces fragmentaria, posiblemente ha contribuido
a que no quede una idea demasiado clara de las posibilidades que las
fuentes empleadas pueden brindar.
En segundo lugar, el presente trabajo ha permitido poner de ma-nifiesto
la existencia de las propiedades inmobiliarias de vecinos de
Sevilla en el archipiélago, contribuyendo así al conocimiento de la
propiedad absentista de las islas y ha explicitado cómo éstas se con-centran
en las islas de Gran Canaria y Tenerife.
En tercer lugar, ha permitido conocer el grado de vinculación
comercial entre Sevilla y Canarias, no al parecer, al menos a través
de estas fuentes, demasiado profundas.
Y, por último hemos podido poner de manifiesto qué grupos so-ciales
protagonizan estas vinculaciones y detectan en sus manos es-tas
propiedades.
W. Al matiimonio de Antoiiio Cliaix y Teresa Elem I,er;r,i!, cdebrado e~ 1760
aportaron entre ambos cónyuges 30.808 rs. A la muerte de ambos se efectúa partición
de sus bienes en 1806 manifestando un activo total de 680.448 rs. La partición efec-tuada
en 1809, a la muerte de uno de los hijos que quedan al frente de los negocios,
el activo total es de 1.027.899 rs.