mdC
|
pequeño (250x250 max)
mediano (500x500 max)
grande
Extra Large
grande ( > 500x500)
Alta resolución
|
|
FRANCISCO J. DELGADO Y VENEGAS, PRELADO LA DIOCESIS CANARIA (1714 - 1781) Juan Aranda Doncel A lo largo de la centuria del Setecientos, se desarrolla en Canarias un - 'importante movimiento cultural. La corriente ilustrada repercute en el archipiélago con mayor fuerza que en la península, debido a una serie de factores específicos que propician una rápida e intensa difusión de los nuevos presupuestos ideológicos que configuran el llamado Siglo de las Luces. La entrada clandestina de obras europeas, sobre todo francesas, y la existencia en las Mas de una nutrida colonia extranjera favorecen la circulación de libros prohibidos. Al mismo tiempo, las llamaradas reno-vadoras prenden en un grupo de intelectuales, reclutados entre los miem-bros de la nobleza, clero y burguesía mercantil, que acoge, fervoro-samente, los aires vanguardistas. Estas inquietudes se materializan en una verdadera eclosión de publicaciones. Sin duda, e1 ambiente cultural encuentra en determinados sectores eclesiásticos una caja de resonancia. Un ejemplo bien significativo lo tenemos en el obispo Tavira y Almazán que rigió los destinos de la diócesis canaria en la última década del XVIII. La controvertida figura de este prelado, tachado de jansenista, ha sido objeto de un estudio ejemplar por monseñor Infantes Florido, quien analiza el pensamiento del ilustre jiennense a través de las obras de su biblioteca particular'. El movimiento ilustrado afecta a una minoría de intelectuales pertene-cientes a las altas capas sociales y se localiza en el medio urbano. En contrapartida, el mundo rural ofrece una situación bastante precaria. Tales contrastes y la atomización y lejanía de las tierras que componen la diócesis de Canarias provocan serias dificultades a la hora de desarrollar una labor pastoral. Así mismo, debemos tener en cuenta que la inmensa mayoría de los titulares del obispado reside muy poco tiempo en las Islas y, por tanto, las acciones emprendidas carecen de continuidad. La falta de arraigo obedece, en parte, a que los prelados son de origen peninsular, salvo el caso excepcional de Verdugo y Albiturria. 1 INFANTES FLORIDO, J. A.: Crisis religiosa e Ilustración. Un horizonte desde la biblitoteca de Tavira: Ventanal sobre la Iglesia del siglo XVIII. El Museo Canario. Las Palmas de Gran Canaria, 1981. En torno a la figura de este prelado, vid, SAUGNIEUX, J.: Un Prélat idairé: Don Antonio Tavira y Almazán, 1737-1807. Contribution á I'élude du ,jansinisme espagnol. Toulouse, 1970. Una de las personalidades más destacadas del episcopado canario en el siglo XVIII es la de Francisco J. Delgado y Venegas, que estuvo al frente de la diócesis desde 1761 hasta 1768. Protagoniza uila brillante carrera eclesiástica que corrobora, de alguna forma, su valía y dotes personales. Las realizaciones llevadas a cabo en el territorio insulkr mar-caron una profunda huella. El balance de su gestión tiene un signo posi-tivo. El futuro cardenal nace en Villanueva del Ariscal, localidad del Aljarafe sevillano, en 1714 y el 18 de diciembre de ese mismo año recibe las aguas bautismales en la iglesia parroquia1 de la citada villa. Sus padres, don Juan Delgado de Luna y doña Catalina de Torres y Venegas, disfrutan de una posición enconómica desahogada y ectrz los miembros de la familia encontramos varios clérigos que, posiblemente, orientaron la vocación religiosa del neófito. Uno de ellos, don Tomás de Torres y Venegas, actúa de padrino en el bautizo2. En la capital hispalense inicia los primeros estudios, que más tarde compieraría con ios de Fiiosoh y Teoiogía en ei Coiegio i2.ldyoi de Sañiü Tomás, regido por los dominicos. En Sevilla, los clérigos muestran predi-lección por este centro frente al de Santa María de Jesús3. Posterior-mente, ingresa como becario en el célebre Colegio Mayor de San Idelfonso, fundado en 1508 por el cardenal Cisneros y núcleo de la Uni-versidad de Alcalá de Henares4. Tras superar las difíciles pruebas de ingreso, reside varios años y el 12 de enero de 1739 logra alcanzar el grado de doctor en Derecho Civil y Canónico5. En su origen, el Colegio de San Ildefonso estaba dedicado por com-pleto a la formación teológica con el objetivo de preparar a sus miembros para atender las necesidades espirituales de la Iglesia. Sin embargo, a finales del siglo XVII, los juristas canónicos representan más de un 40% de los estudiantes admitidos. El hecho hay que relacionarlo con la impor-tancia creciente del Derecho en el marco de los estudios universitarios, preponderancia que irá aumentando en la centuria siguiente en detri- . . mento de la ciencia sagrada6. La posesión del doctorado en las dos ramas jurídicas y el haber sido colegial en el Mayor de San Ildefonso significa una garantia a la hora de 2 Sus abuelos maternos, don Bernardo Venegas y doña Maria de Torres son naturales de Villanueva del Ariscal, mientras que los paternos, don Martín Garcia Delgado y doña Ana Josefa Bernal, habían nacido en la cercana localidad de Umbrete. 3 KACAN, R. L.: Universidad-ysocieduden lo Espuño Moderno. Madrid, 1981. p. 230. 4 Los Colegios Mayores más importantes eran seis. Cuatro se localizan en Salamanca (San Bartolomé. Cuenca. Oviedo y Arzobispo), uno en Vaiiaaoiid (Canta Cruzj y orro en Alcalá de Henares (San Ildefonso). 5 Vid. J. DE RUJU 1 .A Y OCHOTORENA: Indice de los colegiales del Muyor de Son ildefonso y Menores de Alcalá. Madrid, 1946. p. 196. KAGAN, R. L.: Op. cir. p. 179. acceder a cargos importantes. Un porcentaje de los miembros de los Consejos, Reales Chancillerías, prebendados de los Cabildos catedra-licios y obispos de las diócesis castellanas, se eligen entre los becarios de los seis Colegios Mayores más poderosos y distinguidos. Delgado y Venegas, tras finalizar los estudios superiores, tiene por delante un brillante porvenir y se dedica por entero a su vocación reli-giosa. El 27 de mayo de 174 1 se ordena de presbítero y, a partir de esa fecha, comienza una nueva etapa en su vida, alcanzando puestos de gran responsabilidad en compensación a una sólida formación y destacados mér.itos personales. A mediados de mayo de 1743, el doctor Delgado se presenta a la canonjía Magistral de Badajoz, vacante en febrero de ese año por falleci- m D miento de su titular don Juan Casas. A la oposición también concurren el E licenciado don José Gregorio Saenz Redondo, procedente del Colegio O - Mayor Santa Cruz de Valladolid; el licenciado don Jerónimo Cavero, -- m formado en el Colegio Mayor Oviedo de Salamanca; el doctor don Fran- O E cisco Luis Vilar, colegial del Maese Rodrigo de Sevilla y el doctor don SE Mateo Mortola, manteísta de Cádiz. Los méritos académicos de los aspi- E rantes constituyen una prueba bien elocuente del nivel cultural de los - clérigos integrantes de los Cabildos catedralicios. 3 Una vez celebrados los diversos ejercicios, el 6 de junio resulta elegido, - - 0 al primer escrutinio, el doctor Delgado, quien toma posesión de la plaza m E al mes siguiente. Su estancia en la capital pacense va a ser fugaz, menos de O dos años, ya que pasa a ocupar la misma canonjía en Córdoba. A pesar . c de residir tan corto espacio de tiempo, guarda un recuerdo imborrable, n pues al morir dona un cáliz de oro y otros objetos7. -E a El nuevo prebendado de Badajoz sube un peldaño más en su carrera l eclesiástica al obtener el cargo de magistral en la antigua sede califal. Las n actas capitulares del Cabildo ofrecen una minuciosa información sobre n los aspirantes a la plaza y el desarrollo de las pruebas realizadas. Los O3 ejercicios para proveer el canonicato vacante se inician el 4 de octubre de 1744 y concurren un total de 11 clérigos. Veamos la identidad de los opositores, edad y tituiacion académica: Opositor Edad Titulación José Capilla Bravo 33 Doctor por la Universidad de Avila. Francisco j. ijeigado Doctor por ia üniversidaa de y Venegas 30 Alcalá de Henares. Pedro J. de Baeza 41 Doctor por la Universidad de Granada ' Vid, Historiu eclesiásticu de lu ciududy ohispudo de Budajoz. 11. Badajoz, 1945. p. 167. La obra del autor anbnimo es continuación de la escrita por Solano de Figueroa. Pedro Carrillo Gregorio F. Campos Francisco García Colorado Francisco Bocanegra Luis A. de Quesada Francisco Cordero Chinchilla Francisco García Mirasierra José López de Baena 25 Doctor por la Universidad de Osuna. 26 Doctor por la Universidad de Sevilla. 21 Doctor por la Universidad de Osuna. 35 Licenciado por la Universidad de Granada. 35 Licenciado por la Universidad de Granada. 27 Licenciado por la Universidad de Avila. 22 Licenciado por la Universidad de Almagro 23 Licenciado por la Universidad de Osuna. La edad de los candidatos arroja una media de 29 años y el número de doctores supera ligeramente el de licenciados. Otros dos rasgos convienen destacar. De un lado. los aspirantes, en su mayoría, son andaluces y, de otro, un alto porcentaje se ha graduado en centros universitarios de la región. Sólo cuatro opositores forman parte del clero catedraiicio o disfrutan de canonjías. Capilla Bravo, prebendado en la Santa Iglesia de Córdoba. Delgado y Venegas ocupa el puesto de Magistral en Badajoz. El licen-ciado Bocanegra desempeña el cargo de Peninteciario en Coria. Por último, el doctor Baeza, canonigo en la Colegiata del Sacromonte de Granada. Este pequeño grupo es el que tiene mayores posibilidades de conseguir la plaza vacante que, a juzgar por la cuantía de solicitudes, resulta muy atrayente, debido, entre otras razones, a los sustanciosos ingresos. Llama poderosamente la atención el hecho de que los miembros del Cabildo cordobés reciban, consignándose en las actas, cartas de recomen-dación en favor de todos y cada uno de los aspirantes. Valgan como botón de muestra los escritos remitidos por diversas personas e instituciones, de los que se da cuenta en la sesión celebrada el 30 de septiembre de 1744, pocos días antes de comenzar la oposición: «-Item se leieron dos cartas, una de la Santa Iglesia de Coria y otra de su Illmo. Prelado, recomendado a el Licenciado Don Francisco Boca-negra, canónigo peninteciario de aquella Santa Iglesia i opositor a la Magistral de esta, i se dio comisión a los señores Diputados de el concurso pra responderlas. -1tem se leieron otras dos cartas, una de La Santa Iglesia de Badajoz i otra de el Colexio Maior de San Ildefonso, Universidaa de Alcalá, reco- mendando a el Doctor Don Francisco Delgado, canónigo magistral de aquella Santa iglesia i colegial maior de aquel colexio y opositor al cano-nicato magistral, i se dio comisión a dichos señores para responderlas. -1tem se leio otra carta de el Colexio Real de Granada, recomen-dando a el Licenciado Don Luis de Quesada, opositor a dicho canonicato i colexial de dicho Colexio, i se dio. la misma comisión:P. Los ejemplos citados podrían multiplicarse, lo que indica que el envio de misivas vonderando los méritos de los candidatos era una costumbre generalizada. No obstante, las auténticas presiones e influencias van por otros conductos más reservados y, por ende, no se constata en Ia docu-mentación oficial. La oposición consta de dos ejercicios orales. En el primero, los aspi- m D aantes desarrollan un tema que eligen de tres sacados a suerte del libro E Maestro de las Sentencias, obra de Pedro Lombargo, teólogo del siglo XII que gercaó una influenciia b~enp atente en la escolástica. E1 segundo O-- =m consiste en predicar acerca de uno o varios capitulas de los Evangelios. Al O E igual que en la prueba anterior, un niño de coro se encarga de señalar al E 2 azar en una Biblia tres puntos, de los que los candidatos optan por uao de E ellos. = Delgado y Venegas hizo gala de una sellida formación que se puso de manifiesto en ei transcurso de la oposición. En ia primera prueba se inclina por la distinción veintitrés de1 Libro segundo, mientras que en la úiltirna comenta el capítulo dkcimo del Evangelio de San Lincasg. La brillante actuación queda corroborada al fina! por la votación unánime de todos los miembros del Tribunal. El 6 de noviembre de 1344, es designado para ocupar el canonicato Magistral en h Santa Iglesia de Celrdoba'o. 2 A partir de esa fecha comienzan Bos trámites para llevar a cabo el n expediente de limpieza de sangre, requisito inrdispensab!e para tomar 0 . 2 posesión de la canonjía de oficio. El 16 de noviembre del mismo 220, el O3 Cabildo catedralicio y el prelado de la diouésis comisionan al canónigo don Antonio de Castillejo y Qelasco para realizar la probanza en las u--,.l:2-A-,. 2- A - - A - 2,. 1- r--:1:- 2-1 ---,---A--,- -?--A- r - 1 :-r-- n w e e i i u a u c a UG u w u u ~yi er~cuc~ c il a~ul~iuac1 ~ PGUCI IUBUUC IGLLLI. P;I i i~iui - mante sale de Córdoba el 21 de diciembre en dirección a Villanueva del Ariscal donde recoge las declaraciones de los testigos. Pocos días más tarde, se desplaza a Umbrete y repite Ia investigación jurádica. Los testimonios de los vecinos aportan sana valiosa información de czrácter geneaiógico. Responden a un formulario de nueve preguntas I*.~-GPI-;AOL'i . 10 ; A P ~ I ; A O Ax, l , . enF An m.,ri;m;nmcn. Ao I r \ " -.,ri.rnr r r oL..ilIrin A-1 I'L.lCl>U6LIP U 1'4 I Y % I I L I U U Y J 1L15Uli UC I I U C I S I I I b L l L U U\, iUí> YaU2-J UVUC-IVJ ULI pretendiente. También son interrogados acerca de si tienen noticia de que 8 (A)rchivo (C)atedrai de (C)órdoba. Acias Capitulures. Torno 77.Fols. 31 v-32 r. 9 Ibidcvn. Fols. 41 r y 49 r. '0 Ibidem. Fok. 51 v-52 v. «ellos ni sus antepasados, ni alguno de ellos no han sido moros, ni judios, y todos ellos han sido y son christianos viejos, limpios de limpia casta y generación, sin mácula ni raza de judios, moros, ni conversos, ni de ello son ni han sido infamados»ll. Por último, si el recién elegido canónigo ha profesado en alguna orden religiosa. El expediente instruido contiene referencias en torno a los familiares que ocupan puestos destacados y que, probablemente, ayudaron a Del-gado y Venegas en su futura carrera eclesiástica. Entre ellos caben men-cionar a don Juan y a don Pedro Curiel Venegas. El primero, caballero del hábito de Alcántara, había sido becario en el colegio mayor de Cuenca de Salamanca y en 1744 desempeña el cargo de fiscal en el Con-sejo Real de Hacienda. El segundo también fue colegial en Salamanca y, en esa fecha, es canónigo de la Santa Iglesia de Sevilla e inquisidor en el Tribunal del Santo Oficio hispalense. Una vez cumplimentadas las diligencias burocráticas, toma posesión del canonicato a principios de 1745. El doctor Delgado reside en Córdoba hasta 1761, fecha en la que será propuesto para la mitra de Canarias. Durante esta dilatada etapa participa, de manera activa, en el seno del Cabildo catedralicio formando parte de numerosas comisiones. El tras-lado a Córdoba significa una promoción importante en todos los aspectos. A nivel económico, obtiene unos saneados ingresos, ya que las propie-dades y rentas de la mesa capitular alcanzan un volumen destacado. Como punto de referencia, el arcediano Medina y Corella percibe en estas fechas alrededor de 1500 ducados de oro anualesI2. Los beneficios deriva-dos de la prebenda que disfruta el magistral Delgado se pueden calcular de forma aproximada. Desde junio de 1760 hasta el mismo mes del año siguiente, es decir, en fechas inmediatas al nombramiento como titular de la diócesis de Canarias, obtiene 367 fanegas de trigo y 184 fanegas de cebada. Las rentas en especie proceden de las propiedades rústicas del Cabildo y de los diezmos. Además recibe un centenar de gallinas y 4.775 reales en metálico13. El doctor Delgado permanece una larga y fructífera etapa en Cór-doba. Aparte de las tareas propias de su cargo: mantiene un estrecho contacto con algunas personalidades de la cultura española, lo que consti-tuye una prueba bien elocuente del interés por la corriente ilustrada. En 1 1 Idem. E-rpedientes de limpieza de sangre. Caja 5054. Agradecemos a J. R. Vazquez Lesnies la ayuda prestada, al poner a nuestra disposicih su obra inédita. Archivo Catedral de Córdoba: Catálogo de expedientes de limpieza de sangre (1564-1834). Vid, NIETO CUMPLIDO, M.: « Medina y Corella y su legado fundacional». Hisroria del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba. Córdoba, 1979. p. 84. 11 A. C. C. Mesa Capirular. Doc 2147. El documento nos ha sido facilitado por J. Moya Ulldernolins, quien prepara su tésis doctoral sobre los bienes y rentas del Cabildo Catedral de Córdoba en el periodo 1750-1841. este sentido, cabe destacar los fuertes lazos de amistad que le unen al célebre historiador P. Flórez desde que se conocieron en la Universidad de Alcalá de HenaresI4. En la antigua sede califal, se relaciona con el célebre platero Damián de Castro, quien, posteriormente, realiza numerosas obras con destino a las Islas que influyen, de manera directa, en la orfebre~ja canaria. La dilatada estancia en la capital cordobesa se prolonga hasta 1761, fecha en la que Carlos 111 le propone como titular de la diócesis de . . Canarias, mitra que había quedado vacante en ese mismo año por renun-cia de fray Valentín de Morán y Estrada. La designación recae en un antiguo miembro del influyente y pode-roso Colegio Mayor de San ldelfonso, donde obtiene la graduación de m doctor en Derecho Civil y Canónico, doble titulación que acredita una E sólida formación. Debemos tener en cuenta que, entre los colegiales O mayores, se r ~ ~ ! uuf na elevado pnrcentaje d_e nuevos obispos. AS, un 7-94 - -- m de los prelados nombrados para ocupar la sede canaria en el periodo O E 160 1-1 700 ha cursado estudios en alguno de los seis colegios Mayores más E 2 importantes de la Corona de Castillals. E Así mismo, el clero catedralicio de Córdoba está formado por sujetos de un gran prestigio, como lo prueba el hecho de que, a lo largo de la 3 segunda mitad del XVIII, varios de sus miembros sean llamados para - regir los destinos de diócesis castellanas y americanas. En 1790 don F r a k - 0 m E cisco 1. Gutiérrez Vigil, que sustituye a Delgado y Venegas en el canoni-cato Magistral, pasa a ocupar el obispado de Astorga. Caballero y O Góngora recibe en 1774 el nombramiento como obispo de Chiapa y, años u más tarde, los de arzobispo de Santa Fe de Bogotá y virrey de Nueva E Granada. A principios de la centuria siguiente, en 1806, otro canónigo, a don Diego Navarro Martín de Villodres, resulta elegido obispo de Con- - cepción en Chilelb. El doctor Delgado accede a la dignidad episcopal con 47 años y, a 3 partir de este momento, irá escalando los puestos más importantes de su , . O fulgurante trayectoria eclesiástica. El 14 de abril de 1761, el monarca hace la presentación para el obispado de Cafiarias y, el 25 de mayo de ese mismo año, ia Santa Seae acepta ia propuesta y remite ias corresponciien-tes bulas acreditativas. A petición del Consejo de la Cámara, Carlos 111 escribe el 29 de junio al Cabildo catedralicio y a las autoridades de las Islas, comunicando la designación del nuevo preladol7. 14 Vid. MlNGUELLA Y ARNEDO, T.: Historia de la- diócesis de Sigüenza y sus ohispos.lll. Madrid, 19 13. p. 169. ' 5 Cfr, KAGAN, R. L.: Op. cit. p. 146. 1" NIETO CUMPLIDO, M.: Op. cit. p. 70. 17 (A)rchivo (H)istÓrico (N)acional. Consejos. Leg 5849. Traslado del titulo de presenta-ción del Obispado de Canarias. 29-Junio-1761. Delgada y Venegas profesa un grar? cariño a @&doha, ya que ha residido en !a ciudad durante 17 añlos, y la figura de! clérigo sevillano ha despertado la admiración de los diversos estamentos sociaies. Una prueba evidente vo a ser la elección de ice Mezquita-Catedral como narco para !a ceremonia de c~nsagraclón.E ? 10 de julio de 1761, el deán participa a los capitulares 10s deseos del magistral y seeala !a conveniencia de nombrar tina comisión integrada por dos prebendados (para qrte euidzsen de pre-venir a SU WIma., ofreciéndole el altar mayor i presviterio i todo quanto de Ygiesia fcrse necesario, pues se hacía obsequio en esto a el sefior Magistral»la. El zrcedtano don José Medkz y Corella y e! racionero don Francisco de Castillejo y Cebalios se encargan de todos los preparativos relaciona-dos con el solemne acto. Los comisionados informan. diez &as más tarde. a Ios miembros de1 Cabildo qze, a tenor de Ias inveseigaciones reaio'zadas, únicamente han podido localizar un ejemplar de !as ceremonias que tuvie-ron lugar en i647 con motivo de ia consagración Gei canónigo iectorai don Juan Pérez, obispo electo de Ciudad Rodrigo. Veamos el protocolo. El pieno de! Cabildo se ,traslada a! palacio episcopal y en compañía del obispo consagrante y de los prelados asisfen-tes, el cortejo vuelve al templo mayor donde es recibido con acordes musicales. A continuación tiene lugar la ceremonia religiosa en el altar mayor, en ei que se coloca un tablado que ocupa el presbiterio, con bancos destinados al padrino y demás personas invitadas. La víspera de la consagración repican las campanas de todas las parroquias e iglesias de la ciudad y en la torre de la Catedral hay luminarias. El mismo protocolo, con ligeras variantes, se aplica en esta ocasion, salvo los fuegos artificiales en la torre «por estarse haciendo y reparando dicha torre de las ruinas y destroso causado del grande terremoto pade-cido aquí en el año de 1755~19. Sin duda, ei solemne acto constituye un auténtico acontecimiento en la vida de la población cordobesa, ya que, desde mediados del siglo anterior, no se había realizado la consagración de ur, obispo en el marco de la Mezquita-Catedral, El 24 de juiio de 176I, Delgado y Venegas asiste, por última vez, a la sesión del Cabildo. En esta ocasión se limita a expresar la pena que sentía al separarse de sus compañeros. Las palabras del recién nombrado obispo de Canarias, corroboran ei sentimiento de tristeza, después de haber convivido a lo largo de varios lustros, pero, al mismo tiempo, de alegria por haber accedido a la dignidad episcopa!: «Primeramente, el señor Doctor don Francisco Xavier De!ga$o y Venegas, Canónigo Magistral desta Santa lgiesia, dijo a! Cavi'1d 0 como haviéndola eI Rey, que Dios guarde, hecho la gracia del Obispado de 18 A. C. C. Actas Cq?itiilores. Tomo 81. S/f. '9 dbidem. Canarias, y teniendo ya presentadas sus Bullas, llegaba, assimismo, el día de Ia consagrazión en esta Santa Yglesia para mayor honor de dicho señor, que sería el dia 26 deste mes, y también avía en este día llegado el del mayor dolor de dicho señor de,averse de separar y apartar de un Cuerpo tan venerado como su amadíssimo Cavildo, del que por tiempo de 18 años avía sido su ]individuo, y que este dolor y pena lo sentía en su alma y corazón, acordándose de los muchos benefizios y honrras que en este tiempo le avía merezido a todos y a cada uno rfe sus Individuos, y pedía con humildes y rendidas súplicas al Cavildo que por la passión y muerte de nuestra Redemptor y Señor Jesuchristo, le perdonasse el Cavildo cuanto en este tiempo hubiesse sido causa de mal exemplo, y le tubiesse presente para mandarle quanto e! Cavildo quisiera y fuera de su beneplácito y satisfacción»?o. En nombre de !os capitulares, el deán responde a las sentidas palabras de! hasta ahera magistral, p v n i e n d ~d e relieve !os méri:os y cüaiidodes personales que se han visto ~ecompensados con la designación para regir los destinos de la diócesis canaria. Dos días más tarde, coincidiendo con la festividad de Santa Ana, bajo cuya advocacióri se levanta el templo catedralicio de Las Palmas, tiene lugar la consagración del doctor Delgado y Venegas por e! obispo de Córdoba don Martín de Barcia, siendo el padrino don Bernardo de Rojas y Contreras que desempeña el cargo de intendente. La ceremonia reli-giosa cuenta con la asistencia de los obispos auxiliares de Sevilla y Carta-gena, el Cabildo catedralicio en pleno y las autoridades municipales. Delgado y Venegas no se incorpora a su nuevo destino hasta 1736. El retraso en el traslada al archipiélago canario esta motivado por la insegu-ridad de la ruta atlántica a raíz del enfrentamiento de España con Inglate-rra. No obstante, antes de su llegada, toma posesión del obispado en su nombre don Estanislao de Lugo, miembro del Cabildo3. La etapa de gobierno va a ser breve, poco más de cinco años, ya que en 1768 se traslada a la diócesis de Sigüenza. Veamos cuáles fueron las grandes líneas de actuación durante su corto pontificado. En primer lugar cabe destacar una patente preocupación por la for-macion del clero. El bajo nivel de preparación y el fuerte aislamiento dei estamento eclesiastico, sobre todo en el medio rural, obstacuiizan la efica-cia de una labor pastoral. Intenta solucionar tan grave problema mediante la implantación de las llamadas Conferencias Morales en todas las localidades. El objetivo que se persigue con esta medida es una puesta al día de los sacerdotes a fin de que ejerzan su ministerio con mayor pruvecito. Las directrices impartidas se concretan en una carta pastoral 21 VIERA Y CLAVlJB, J.: .Voricias de lo Hisroria General de /as Islas Canarias. 1V. Madrid, 1783, p. 197. dirigida al clero diocesano. El documento especifica el método, lugar, tiempo y aspectos doctrinales que deberían estudiarse. Así mismo, ordena que trimestralmente le hagan un informe de los resultados obtenidos22. Delgado y Venegas está convencido de que la preparación del clero constituye un paso muy importante para atajar los peligros a los que se tiene que enfrentar la Iglesia a diario, sobre todo los que provienen de los numerosos comerciantes europeos. En 1765 remite un escrito a Carlos 111, desde la localidad grancanaria de Telde, con alusiones directas a la difícil situación planteada por los extranjeros en el plano religioso: «Estas Islas son muy frecuentadas de extranjeros, expecialmente de los países del norte infectados de herejías. Y por lo mismo se necesita poner especial cuidado en todo lo perteneciente a sacramentos y precep-tos de la Iglesia, que son los puntos más impugnados y aborrecidos de los herejesd3. El texto refleja, de manera elocuente, los temores del prelado y, al mismo tiempo, expiica ei decidido empeño por eievar ei nivei de ios sacerdotes en materia doctrinal que sería deficiente, a juzgar por la urgen-cia en llevar a la práctica las medidas antes mencionadas. La educación constituye otra de sus grandes preocupaciones. El obispo considera que las necesidades más perentorias en este campo son los estudios destinados a combatir la elevada tasa de analfabetos. La solución del problema ofrece escollos casi insalvables, debido a la escasez de maestros de primeras letras y a los precarios recursos económicos de la mayoría de los municipios. La postura del titular de la diócesis queda perfectamente definida en 1767. Carlos 111 impulsa desde arriba un ambicioso programa educativo. La renovación de los planes de estudio va acompañada de la potenciación y creación de establecimientos de enseñanza. De esta manera trata de paliar los efectos de la expulsión de los jesuítas que tenían en sus manos un destacado número de colegios. Precisamente, la confiscación de los bienes pertenecientes a la Compañía de Jesús es el orígen de las propuestas suscritas por la capital del obispado y la ciudad de La Laguna para crear instituciones educativas en los edificios abandonados. Infantes Florido señala que. en abril de 1767. el Cabildo catedralicio pide al monarca el colegio de Las Palmas para crear un seminario. pocos días más tarde, las autoridades locales laguneras realizan una petición semejante'4. A finales de ese año, el rey solicita a Delgado y Venegas un informe en torno a la solicitud del municipio tinerfeño. El obispo se ? 1bidem.p. 198. 2' A. H. S . Estado. Leg 2x44. Apud, INFANTES FLORIDO, J. A.: Op. cit. p. 35. lSFASTES FLORIDO, J. A.: (Canarias: retablo de duelos. Panorama socio-cultural según documentos diocesanos del siglo XVIIIn. Ponencia presentada al V Coloquio de Hisroria Canurio-A1~7eri<~anLaa.s Palmas, 19x2. muestra contrario al proyecto, ya que, en su opinión, existen otras priori-dades en el ámbito educativo: «...la notable falta que hay de maestros de leer, escribir y gramática ... Antes se debe ocurrir a esta necesidad, para no fundar torres sobre arena o sin cimientos. Y no bastará poner escuelas en la ciudad de La Laguna sólamente, porque la isla es grande g tiene muchas otras poblaciones a distancias considerables de caminos asperísimos ... Las otras seis islas carecen más que la de Tenerife de tan necesaria educación, sin medios para conseguirlas ...»*5. En principio, resulta contradictorio que el prelado muestre una clara oposición a que se fundara un seminario, cuando una de sus mayores preocupaciones desde la llegada a las islas había sido, precisamente, la formación y puesta al día del clero diocesano. ¿Influyen motivaciones de otra índole? Infantes Florido apunta la posibilidad de que la negativa de don Francisco J. Delgado esté influenciada por el Cabildo catedralicio que veía en la propuesta lagunera un serio obstáculo para la fundación deun seminario en la capital grancanaria. El tema queda en suspenso por el momento. Carlos 111 se muestra dispuesto a cumplir las disposiciones de Trento y, con este fin, ordena la erección de centros formativos en aque-llas diócesis que hasta la fecha carecían de ellos. La iniciativa real crista-liza durante el pontificado del franciscano fray Juan Bautista Cervera, sucesor de Delgado y Venegas en la mitra canaria, quien erige el Semina-rio conciliar en la ciudad de Las Palmas26. Otro rasgo que caracteriza la actuación del obispo Delgado va a ser la generosidad, plasmada en frecuentes y abundantes limosnas a los pobres de la diócesis. En cada una de las localidades que recorre con motivo de las visitas pastorales entrega dinero para vestir a los fieles que se hallan sumidos en la indigencia y reparte millares de fanegas de trigo y maíz. Asimismo, costea la dote de numerosas doncellas. El socorro a los menes-terosos se complementa con los sustanciosos donativos realizados para financiar las construcciones de templos: 40.000 pesos destinados a la conclusión de la iglesia parroquia1 de Teror, 54.060 para restaurar la de La Gretata y 53.0% pra invertir eii !as cjbras de :a Catedral??. Los objetos de plata regalada a las iglesias de la diócesis, constituyen una prueba más de la generosidad del obispo Delgado y Venegas. Las piezas, en su mayoría, se deben a la mano del célebre platero cordobés ' 5 Ibidetn. Agradezco a monseñor Infantes Florido el haberme facilitado el texto de su ponencia que recoge el ihforme remitido al monarca por Delgado y Venegas en marzo de 1768. '0 Ibidetn. 2' ALONSO M ORGADO, J.: Prelados sevillanos o Episcopologio de lo Santa Iglesia Metropolitana y Patriarcal de Sevilla. Sevilla, 1906. p. 675. Damián de Castro, con el que le une una gran amistad. Ambos se cono-cieron en la antigua sede califal, donde el prelado había ocupado la canonjía Magistral. El mecenazgo significa que las realizaciones del orfe-brero alcanzan una difusión importante en varios puntos de la geografía española. El artista consigue un destacado prestigio en el archipiélago canario gracias al patrocinio e influencia del titular de'la mitra. Hernández Perera afirma que ((Damián de Castro es el orfebre español al que más deben las Canarias por la calidad y cuantía de su producción remitida a las Islas y la influencia que sobre los artífices isleños ejerció hasta más de la mitad del siglo XJX»*8. La primera obra de Castro enviada a territorio insular es una custodia de plata dorada y pedrería que ejecuta en 1768 con destino a la parroquia de la Concepci6.n de La Orotava. A finales del febrero de ese año, don Francisco J. Delgado, a raíz de una visita pastoral, contribuye con un denativo de 2GQ peses. .A partir de ahora son numerosos Ins encargos-recibidos. En 1771 labra una cruz procesional de plata sobredorada a instancias del Cabildo catedralicio y, poco después, una custodia. Piezas coetáneas son dos custodias de plata dorada que ejecuta a petición de los conventos franciscanos de Telde y Gáldar repectivamente. La basílica de Nuestra Señora del Pino en Teror conserva una cruz procesional del mismo material. La producción artística de Damián de Castro presenta bastante noto-riedad no sóio en Gran Canaria sino también en la isia tinerfeña. En la iglesia mayor de La Orotava, aparte de la custodia antes mencionada, se localizan otros objetos de plata sobredorada: un cáiiz, un copón, una corona imperial y un juego ae vinajeras y campanillas. Piezas salidas de SUS manos se encuentran en La Laguna: un cáiiz y un juego de vinajeras y campanillas: todo en plata dorada. Por último, dos portapaces en la parroquia de la Concepción de Santa Cruz de ñenerife, donados por Delgado y Venegas, siendo obispo de Sigüenza29. Los obsequios del prelado continúan después de abandonar Ias Islas, lo que prueba el grato recuerdo y afecto hacia la primera diócesis que ocupb. Así, en 1776, cuando rige ¡os destinos del arzobispado hispalense, rcgaia un y UE de a catedra! de Las ;R2!mas30. La presencia de la orfebrería cordobesa en el archipiélago es impor-tante. Junto a las piezas de Damián de Castro, figuran numerosas obras labradas por artistas nacidos en la antigua sede califal. Hernández Pereda, especialista en el tema, afirma que «la plateria cordobesa se pcso '8 IIERNANDEZ PERERA, J.: Orfebrería de Canarias. Madrid, i055. p. 120 29 Vid, HERNANDEZ PERERA, J.: «Ea obra del platero cordobés Darnián de Castro en Canarias». Archivo Español de Arre, 98 (1952). pp. 1 1 1-128. 30 Idem: Orfebrería de Canarias. p. !46. de moda en las islas por los años finales del siglo XVIII. Las iglesias y los particulares acudían a Córdoba en demanda de piezas de plata. Como consecuencia de esta importación, bastantes piezas con el punzón de Córdoba se encuentran por Gran Canaria y Tenerifen-". El Obispo Delgado y Venegas quiere conocer de manera directa la situación y problemas que afectan a la diócesis. Durante su corto pontifi-cado, recorre el territorio insular en visita pastoral. El primer desplaza-tniento lo hace a las islas orientales de Lanzarote y Fuerteventura. En 1767 se traslada a Tenerife, donde tiene un incidente protocolario con las autoridades municipales de La Laguna. En 1768 se dirige a las de Ea Palma, Hierro y Gomera, regresando ese mismo año a Tenerife. Precisa-mente, aquí tiene noticia de su traslado ai obispado de Sigüenza. El 12 de noviembre embarca en el puerto de Santa Cruz rumbo a la Peninsula3?. E1 balance de su gestión al frente de la mitra canaria arrojaun saldo positivo. Las líneas de actuación se centran, de un lado, en la formación y .,;xncto o1 A;" ,401 ,-lorn ,-fin DI fin ,L hrirrnr of;no-, l o loknr AO ,...-o rln nl..-n~ ~ U C J L U (II UIU U C I C I ~ I Ub,u 1 1 - 2 1111 uc I IUCCI CI ICUL 1 a L L ~ V V L U+ + U I Q U+ al t luxa, y, de otro, en una generosidad plasmada en cuantiosas limosnas a los grupos sociales más necesitados, en donativos destinados a financiar las obras de iglesias y en ios objetos de orfebrería regalados a los templos. Viera y Clavijo, destacada figura de la Ilustración canaria, enjuicia la labor de desarrollada por Delgado y Venegas en estos términos: <(Visitó con admirable diligencia la diócesis: fomentó el estudio,.de la sana moral, disciplina y ritos eclesiásticos, estableciendo en .las qario-quias las conferencias entre los respectivos cleros. Examinó ia'suficiencia de los sacerdotes y confesores y les intimó la asistencia,a"ios Oficios Divincs y .Coro en los dcmingos y festivisia.de.%más solemnes. Exerció con magnificiencia sus funciones gpiscopaies, aunque casi no predicó. Contri-bayo a 12 f£.hr.ica y -&* & ,&S templos. Xepartió abundantes !imosnas»33. La eficaz acerración al frente de la diócesis canaria le vde la designa-ción para ocupar la mitra de Sigüenza. El I I de marzo de !769, el deán don Anemia Carril!o de Mendoza toma posesión en su nombre del cbispado, ya que la e n t r d a oficial tiene lugar e1 24 ae septiembre de1 mismo año. Durante su breve etapa de gobierno mantiene una línea de cundibcia siifiiIar e la aicfi.ipi(..ago. La a iss pobres y necesitados constituye una de las iareas primordiales. Asimismo, son numerosas las donaciones de o-ietos de culto, tanto a ¡a catedral cono a los templos pertenecientes a la demarcación territorial diocesana. Entre elios, cabe destacar por su importancia artistica la desaparecida citstcdia regala02 a la iglesia mayor. La pieza es obra dr Damián de IBitler>i. p. 13X. 3' VIERA Y CI.AVIJ0, J.: Op. cit. pp. 198-199. Ihidei~~pp. . !97-198. Castro, orfebre al que dispensó durante toda su vida una protección y afecto personal inq~ebrantable'~. El nombramiento en 1776 como arzobispo de Sevilla significa un jalón más en la brillante carrera eclesiástica del obispo Delgado y Vene-gas35. De nuevo, la asistencia a la masa de indigentes constituye un rasgo sobresaliente de su gobierno. También regala a la catedral distintas piezas de orfebrería, obras del artífice cordobés Damián de Castro3" La estancia en la capital hispalense va a ser fugaz, ya que a finales de julio se traslada a la Corte, donde recibe nuevas distinciones. El rey le nombra Canciller de la Orden de Carlos 111, vicario general de los Ejércitos y Patriarca de las Indias. La culminación de su fulgurante trayectoria llega en 1778, fecha en la que Pío VI le otorga el capelo cardenalicio. Sin duda, el apoyo de Carlos 111 fue decisivo en sus rápidos ascensos, lo que permite colegir que Delgado y Venegas se identifica de alguna forma con las directrices de la política religiosa puesta en marcha por el monarca ilustrado. Muere en Madrid a los 67 años, siendo enterrado, a finales de 1781, en la capilla mayor del convento de agustinos recoletos??. 34 En torno al pontificado del obispo Delgado y Venegas en la diócesis de Sigüenza. MINGUELLA Y ARNEDO, T.: Op. cit. pp. 168-179. 35 Vid, ALONSO MORGADO, J.: Op. cit. pp. 674-689. :^ Las obias Se Eamián de Castro eii :a catidíal de Sevilla han sido estüdiadas pui M. J. SAN2 SERRANO: «Orfebrería cordobesa en la Catedral de Sevilla>>A cras I Congreso de Historia de Andalucía. Andalucía Moderna 1V. Córdoba, 1978. pp. 275-288. 37 VIERA Y CLAVIJO, J.: Op. cit. p.199. APENDICE DOCUMENTAL Documento 1. Partida de bautismo de Francisco J. Delgado y Venegas ((En la villa de Villanueba del Ariscal en diez y nue'be, digo en diez y ocho dias del mes de Diziembre de mil1 setezientos y catorze años, yo el Lizenciado D. Lorenso Suares de Figueroa, del orden de Santiago, Cura propio de la Parroquia1 de la villa del Arroio de San Servando, con lizencia del Señor D. Francisco Botte de Monrroy y Figueroa, de dicha Orden, vicario y Juez ordinario de dicha villa, baptize y puse los Santos Oleos a Francisco, hijo lexítimo de D. Juan Delgado de Luna y de Da Cathalina de Torres su legitima muger y vezinos de esta dicha villa, fue su padrino D. Thomas de Torres y Venegas, clérigo presbytero, a quien adverti ei pareritesco espiiiiuai y deiiiks obiigaciones, siendo testigos Fer-nando Muñoz, D. Pedro Basquez Cavallero y D. Pedro de la Parra, y por verdad lo firmé ut supra = D. Lorenzo Suarez de Figueroa)). (A. C. C. Expedientes de limpieza de sangre, Caja 5054). Documento 2. Informe dirigido al obispo de Córdoba por el canónigo don Antonio de Castillejo y Velasco sobre el expediente de limpieza de sangre del Magistral electo Delgado y Venegas Illmo Señor ((Obedeciendo lo mandado por V. S. en la comisión, con que se sirvió honrarme pasé a las villas de Villanueba de el Ariscal y Umbrete, a hacer las informaciones de la naturaleza y limpieza de sangre de el Doctor Don Francisco Delgado, provisto por V. S. canónigo Magistral de esa Santa Yglessia i en cada una de dichas villas examiné doze testigos y más quatro de abono, todos de mayor excepción los que uniformemente combienen e.n el conocimiento de el Pretendiente, sus Padres, y Abuelos Paternos y iii---i.i..ili- - - - - J . - ~ - l - ~ J - x 7 . * * - i iaLcitlus a c . x ~ c ~ ~ iuúe1 u11 10 O uos uc 1 0 u~e viiianüeba que no conocie-ron a la Abuela paterna, pero tienen individuales noticias de ella; que el pretendiente y su madre son naturales de dicha villa de Villanueba del Ariscal de donde lo fueron sus Abuelos Maternos y que el Padre y Abue-los Paternos fueron naturales de esta villa de Umbrete y que el dicho pretendiente es hijo lejítimo de lejítimo matrimonio de sus Padres y que estos !o son de sus Ahne!es y qne todec e!!m y SCI mt ep~sadusm s i d ~y son cristiznos viejos y limpios y de limpia Casta y Generación sin raza ni mácula de judíos, moros, herejes ni recién combertidos a nuestra Santa fe Cathólica ni penitenciados por el Santo Officio de la Ynquisición ni por otro alguno tribunal de que se les aya seguido nota de infamia y que en esta buena opinión, reputación y trama de tales cristianos viejos y limpios de todo mal orijen y ascendencia an sido y son havidos, nenidos y reputa-dos cada uno e s su tiempo, sin que se aya dadado de su Iimpiezv de sangre, y que tai a sido y es ia piibiica voz y fama y opinión, sin cosa en contrario, lo que se comprueba de que e! Pretendiente es Collejial Mayor de el Coliegio de Sar? Yldefonso Oe Aicaiá y Canhigo Mcgistrz! de la Santa Yg!essia de Badajoz, y don Manuel Delgado, ermano entero de el Pretendiente, es assimismo Coliegial actual del referido Coliegio mayor, y don Fernando Criado, srr primo, ermano, hijo de ermana de su madre, es Prebendado de la Santa Ygiessia de Sevilla, y don Juan Curiel, :Col!egial Mayor de*luensa, Cabaliero de el Orden de Calatraba y &al de el Real Consejo de Hacienda, y don Pedro Curiel, Collegial Mayor de Cuenca, Ynquisidor de Sevilla y Canónigo de la Santa Ygiessia de dicha ciudad, y dor, Joseph y don Miguel Curiel, Cavalleros de e! orden de Santiago, son parientes en grado mui inmediato y conocido de ia madre de .e! P.r eten-diente, y don Diego de Torres y don Thornás de Torres? Comraarios de!! Santo Tribunal de la Ynquisición, fueron ermanos enteros, aquel de e¡ Visabueio y este de la Abuela materna. Y por la línea Paterna tocante a esta villa, son assimismo parientes rnui inmediatos de el Pretendiente !os referidos Curieles, y es cosa constante en esta villa que desde que se estableció en Seviiia la Ynquisición, an estado sus familiaturas en esta familia, siendo familiares de dicho Santo Officio don Bartolomé Delgado, tio del padre del pretendiente, y Juan Castaño, Rodrigo Castaño, y Alonso Castaño, tercero, quarto y quinto Abuelos de el Pretendiente, y Hernán Gómez de Luna, otro quarto Abuelo Paterno de el Pretendiente, y otros muchos sus Parientes transversales. Y de los que deponen Ios testigos, informes extrajudiciales y de lo que he visto, me consta que el Pretendiente, assi por su línea materna en Vilianueba como por ia paterna en esta villa, es lo primero de ambas de nobleza notoria, donde tienen sus gozes mui sentados y antiguos. Y su padre, abuelos ytíos, an obtenido y he visto que actualmente obtienen los officios honoríficos y distintibos de su estado y que son mui atendidos y estimados en ambas villas, lo que saben los testigos por averlo visto ser y pasar así. Califican por limpios y de cristianos biejos, los apellidos que tocan pretendiente, y DKe fio ha side religioso e:: :e!igiS:: alguna. Esto, Señor Iilmo, es lo que por mayor resulta de las informaciones ante escriptas de averlas hecho con toda rectitud, fidelidad y en concien-cia, sin aver sabido, oido, ni entendido cosa en contrario. Lo que juro en forma de derecho y se remite a V. S. para que en su vista determine ¡o que sea más de su agrado. Y lo firmé en timbrete en treinta días de Diziembre be mil1 setezientos y quarenta y quatro asos. Antonio de Castiliexo y Velasco. Rubricado)) (A. C. C: Expedientes de limpieza de sangre, Caja 5054) Documento 3. ;$idtalo de presentación del Obispado de Canarias tnfavor de don Francisco 9; Delgado y Venegcas. «Don Carlos ... Venerab!e Dsáln y Cauildo de la Iglesia Catedral de Canaria, Concejo, Justicia, Regidores, Cwaileros, oficiales y hombres buenos, asi de esa Ciudad, como de todas bs demás ciudades, villas y lugares de ese Obispado, y a otra cualesquier personas en cuyo podes, y m en qualquiea manera, haya estado y está al presente la administración de E dicho Obispado, y a los Alcaldes de las fortalezas y Casas Obispales de !as O dichas ciudades y de otras cualesquier personas, a quienes lo contenido en n es$a mi toca o tocar eíi qUalquier r,anera Uiio - m O gualquiera de vos, saved que yo como Patrono que soy de las Iglesias, E E Arzobispados y Obispos de estos mis Reynos, presenté a S. S. para ese 2E Obispado a Don Francisco Delgado, en lugar y por la renuncia que de él - ha hecho el Reverendo en Cristo Padre Don Fray Valentín Morán, y S. 3 S., en virtud de la dicha mi presentación, le mandó dar y di6 sus Bulas de - él, en veinte y cinco de maio deste, a las quales presentó mi Consejo a la - 0 m Cámara y me suplicó y me pidió por merced le mandase dar mis cartas E executoriales para los Provisores, Vicarios y Oficiales de ese dicho mi O Obispado o como mi merced fuese. n Y haviéndose visto las dichas Bulas en el dicho mi Consejo de la -E Cámara, mandé dar esta mi carta para vosotros en la dicha razón, por Ia - a qual os mando veais las dichas Bulas que por parte del dicho Don Fran- 2 n cisco Delgado os serán presentadas y, al tenor y conforme a ellas, deis y n hagáis dar a la persona o personas que su poder tubiere la posesión de esa 3 HgIesia y Obispado, y le tengáis por Obispo y Prelado de él, acudiéndole y O haziéndole acudir con los frutos, rentas y otras cosas que corno Obispo de esa Iglesia y Obispado le pertenecen, y le dejéis y consistáis hazer su oficio pastoral y exercer la función episcopal por sí y a sus oficiales, Vicarios y otros ivlaestros en aqueiias cosas y casos que, según derecho y conforme a las dichas Bulas y leyes destos nuestros Reinos, deue y puede usar que yo por la presente reciuo y he por receuido al dicho Obispado al requerido Don Francisco Delgado, al tenor y forma de las dichas Bulas, y mandado a vos los dichos Alcaides y personas, en cuio poder y mano están Ias fortalezas y casas de la dignidad episcopal que luego se la deis y endregueis u 2 SU c i e r t ~m adícrln con !ns pertr~chos,l astimmtns y noras c ~ s a cso n que ias reciuisteis, que haciéndolo y cumpliéndolo así, yo por %a presente os quito qualquier pleito omenagr ... Y así mismo mando a vos a las dichas personas que huvieredes recluido y cobrado en qualquier manera las dichas rentas, que luego acudáis y hagáis dar, acudir y pagar al dicho con Francisco Delgado, o quien su poder huuiere, con la renta de dinero, pan y otras cosas que le perteneciere y ha de hauer conforme a las dichas Bulas, no embargante qualesquier depósito o secuestro que en ello esté hecho que yo por la presente, para este efecto, lo ago y quito, y los unos y los otros no hagáis cosas en contrario en manera alguna so pena de la mi merced y de diez mil maravedis para la mi Cámara y mando que desta mi carta se tome la razón en la Cámara de la mia renta ecclesiástica y sin hauerse echo no se le de cumplimiento, fecha en ... a veinte y nuebe de Junio de mil1 sete-ciento sesenta y uno. Yo el Rey. Yo Don Andrés de Otamendi, secretario del rey nuestro señor lo hize escribir por su mandado. Rubricado)). (A. H. N. Consejos. Legajo 5849.) ~ o c ume n t o4'. Ceremonial de consagración del doctor Delgado y Vene-unr nhi rnn 0 1 0 ~ t n& C Q ~ Q ~ ~!Q~ nS/ lo, Z nl i i tn- rntoJrnl & Cd,v:*_h= D..", -"."y" +.+I.V y-".. V U ' C I I , U. ((Primeramente en virtud del llamamiento ante diem para oir el informe de los Señores Diputados comisionados sobre el modo de la consagración del Señor Magistral Doctor Don Francisco Xavier Del-gado, obispo de Canarias, fue en la forma siguiente. Cumpliendo con la comisión que V. S. se sirvió fiar a nuestro cuidado habernos solicitado exemplares de consagración de Señores Obispos en esta Santa Yglesia y sólo havemos encontrado la del Señor Don Juan Pérez Delgado, canónigo Doctoral, electo Obispo de Ciudad Rodrigo, en el año de 1647. Y por los Autos Capituales de 29 y 30 de Marzo de dicho año consta que V. S. acordó que en el día de la consagración (que fue el 31 de Marzo de dicho año de 1647, Dominica quarta de Quaresma) se adelantase la campana y se suspendiese la proseción y sermón; que acabada tercia, pasase todo el Cavildo con todos los Ministros al salón de Palacio desde donde acompañasen a los Señores Obispos; que la misa combentual fuese la de la consagración, para la que se nombraron los dos Señores Canónigos más antiguos para Diácono y Subdiácono, y los demás Señores asistentes y para Mitra y Báculo según costumbre. Que al salir Cavildu esperase el rcpiqUe de campanas, y al con los Señores Obispos tocasen los instrumentos de Música. Que la víspera de la consagración hubiese repique y luminarias en la torre; todo lo qual consta por apuntaciones particulares que se executó así, y que los Señores Obispos asistentes con el Señor Obispo consa-grando venían en medio del Cavildo, presidiendo el Señor Pimentel que entonces era Obispo de esta ciudad, y señor consagrante. De cuyo exemplar havemos dado noticia a su Iluma y está conforme en que la presente consagración se efectúe del mismo modo, o del que V. S. le fuese más cómodo: por lo que pareciéndonos, que acordando V. S. este mismo méthodo, podrá haver menos incomvenientes que si la misa fuera resada, por ser Preciso cumplir antes la combentud y no haber ceremonial arreglado para el caso, en que V. S. en este punto lo que tenga por más combeniente. Y por lo que mira al aparato de la Capilla mayor, parece preciso y correspondiente que se forme un tablado que coja todo el Presbiterio hasta las verjas, en donde por el Maestro de Ceremonias y el Sacristán mayor se dispongan los altares y creencias que prebienen los ceremoniales con la mayor desencia. Que se cuelgue la Capilla mayor con la colgadura de damasco, y se adorne con la plata y cera que se acostumbra en los días de mayor solemnidad. Que en el tablado se pongan bancas para los Señores padrino, oferentes y demás personas convidadas; sobre todo, lo que V. S. podrá determinar lo que tenga por más combeniente. Diputa-ción, Julio 20 de 1761, firmado de los Señores Don Joseph de Medina y Don Francisco de Castillejo. -Fn v. i-c - t-n - r-i p-l - -i -n -f -n r-m - - ~q cp antecede zcgrdb e! CZV~ !q~gQp r e cb~erxje!u mismo en la presente consagración del Señor Magistral de esta Santa Yglesia Doctor Don Fernando Xavier Delgado, electo obispo de Cana-rias, y que los dichos Señores Diputados comisionados, den parte a el Señor Obispo, nuestro Prelado, de todo lo determinado y que su Illma mande ese repique en todas las parroquias y demás yglesias de su jurisdic-ción. Visto que en nuestra torre no los pueden haver, ni menos fuegos y luminarias, que en semejantes casos se han practicado, por estarse haciendo y reparando dicha torre de las ruinas y destroso causado del grande terremoto padecido aqui en el año de 1755; y no obstando lo dicho, acordó el Cavildo se pusiesen luminarias alrededor de la yglesia la víspera de la consagración y el día de ella se dixese esta por los ~a~ellanes, mientras el Cavildo pasava a Pa!acio por los Señores Obispos)). (A. C. C. Actas Capitulares. Tomo 81. Sesión 20-Julio-1761. S/f)
Click tabs to swap between content that is broken into logical sections.
Calificación | |
Título y subtítulo | Francisco J. Delgado y Venegas, prelado de la Diócesis Canaria (1714-1781) |
Autor principal | Aranda Doncel, Juan |
Publicación fuente | V Coloquio de historia canario - americano |
Numeración | Coloquio 05. Tomo 2 |
Tipo de documento | Congreso y conferencia |
Lugar de publicación | Las Palmas de Gran Canaria |
Editorial | Cabildo Insular de Gran Canaria |
Fecha | 1982 |
Páginas | p. 772-791 |
Materias | Congresos ; Historia ; Canarias ; América |
Notas | Coordinación y prólogo de Francisco Morales Padrón |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 1182018 Bytes |
Texto | FRANCISCO J. DELGADO Y VENEGAS, PRELADO LA DIOCESIS CANARIA (1714 - 1781) Juan Aranda Doncel A lo largo de la centuria del Setecientos, se desarrolla en Canarias un - 'importante movimiento cultural. La corriente ilustrada repercute en el archipiélago con mayor fuerza que en la península, debido a una serie de factores específicos que propician una rápida e intensa difusión de los nuevos presupuestos ideológicos que configuran el llamado Siglo de las Luces. La entrada clandestina de obras europeas, sobre todo francesas, y la existencia en las Mas de una nutrida colonia extranjera favorecen la circulación de libros prohibidos. Al mismo tiempo, las llamaradas reno-vadoras prenden en un grupo de intelectuales, reclutados entre los miem-bros de la nobleza, clero y burguesía mercantil, que acoge, fervoro-samente, los aires vanguardistas. Estas inquietudes se materializan en una verdadera eclosión de publicaciones. Sin duda, e1 ambiente cultural encuentra en determinados sectores eclesiásticos una caja de resonancia. Un ejemplo bien significativo lo tenemos en el obispo Tavira y Almazán que rigió los destinos de la diócesis canaria en la última década del XVIII. La controvertida figura de este prelado, tachado de jansenista, ha sido objeto de un estudio ejemplar por monseñor Infantes Florido, quien analiza el pensamiento del ilustre jiennense a través de las obras de su biblioteca particular'. El movimiento ilustrado afecta a una minoría de intelectuales pertene-cientes a las altas capas sociales y se localiza en el medio urbano. En contrapartida, el mundo rural ofrece una situación bastante precaria. Tales contrastes y la atomización y lejanía de las tierras que componen la diócesis de Canarias provocan serias dificultades a la hora de desarrollar una labor pastoral. Así mismo, debemos tener en cuenta que la inmensa mayoría de los titulares del obispado reside muy poco tiempo en las Islas y, por tanto, las acciones emprendidas carecen de continuidad. La falta de arraigo obedece, en parte, a que los prelados son de origen peninsular, salvo el caso excepcional de Verdugo y Albiturria. 1 INFANTES FLORIDO, J. A.: Crisis religiosa e Ilustración. Un horizonte desde la biblitoteca de Tavira: Ventanal sobre la Iglesia del siglo XVIII. El Museo Canario. Las Palmas de Gran Canaria, 1981. En torno a la figura de este prelado, vid, SAUGNIEUX, J.: Un Prélat idairé: Don Antonio Tavira y Almazán, 1737-1807. Contribution á I'élude du ,jansinisme espagnol. Toulouse, 1970. Una de las personalidades más destacadas del episcopado canario en el siglo XVIII es la de Francisco J. Delgado y Venegas, que estuvo al frente de la diócesis desde 1761 hasta 1768. Protagoniza uila brillante carrera eclesiástica que corrobora, de alguna forma, su valía y dotes personales. Las realizaciones llevadas a cabo en el territorio insulkr mar-caron una profunda huella. El balance de su gestión tiene un signo posi-tivo. El futuro cardenal nace en Villanueva del Ariscal, localidad del Aljarafe sevillano, en 1714 y el 18 de diciembre de ese mismo año recibe las aguas bautismales en la iglesia parroquia1 de la citada villa. Sus padres, don Juan Delgado de Luna y doña Catalina de Torres y Venegas, disfrutan de una posición enconómica desahogada y ectrz los miembros de la familia encontramos varios clérigos que, posiblemente, orientaron la vocación religiosa del neófito. Uno de ellos, don Tomás de Torres y Venegas, actúa de padrino en el bautizo2. En la capital hispalense inicia los primeros estudios, que más tarde compieraría con ios de Fiiosoh y Teoiogía en ei Coiegio i2.ldyoi de Sañiü Tomás, regido por los dominicos. En Sevilla, los clérigos muestran predi-lección por este centro frente al de Santa María de Jesús3. Posterior-mente, ingresa como becario en el célebre Colegio Mayor de San Idelfonso, fundado en 1508 por el cardenal Cisneros y núcleo de la Uni-versidad de Alcalá de Henares4. Tras superar las difíciles pruebas de ingreso, reside varios años y el 12 de enero de 1739 logra alcanzar el grado de doctor en Derecho Civil y Canónico5. En su origen, el Colegio de San Ildefonso estaba dedicado por com-pleto a la formación teológica con el objetivo de preparar a sus miembros para atender las necesidades espirituales de la Iglesia. Sin embargo, a finales del siglo XVII, los juristas canónicos representan más de un 40% de los estudiantes admitidos. El hecho hay que relacionarlo con la impor-tancia creciente del Derecho en el marco de los estudios universitarios, preponderancia que irá aumentando en la centuria siguiente en detri- . . mento de la ciencia sagrada6. La posesión del doctorado en las dos ramas jurídicas y el haber sido colegial en el Mayor de San Ildefonso significa una garantia a la hora de 2 Sus abuelos maternos, don Bernardo Venegas y doña Maria de Torres son naturales de Villanueva del Ariscal, mientras que los paternos, don Martín Garcia Delgado y doña Ana Josefa Bernal, habían nacido en la cercana localidad de Umbrete. 3 KACAN, R. L.: Universidad-ysocieduden lo Espuño Moderno. Madrid, 1981. p. 230. 4 Los Colegios Mayores más importantes eran seis. Cuatro se localizan en Salamanca (San Bartolomé. Cuenca. Oviedo y Arzobispo), uno en Vaiiaaoiid (Canta Cruzj y orro en Alcalá de Henares (San Ildefonso). 5 Vid. J. DE RUJU 1 .A Y OCHOTORENA: Indice de los colegiales del Muyor de Son ildefonso y Menores de Alcalá. Madrid, 1946. p. 196. KAGAN, R. L.: Op. cir. p. 179. acceder a cargos importantes. Un porcentaje de los miembros de los Consejos, Reales Chancillerías, prebendados de los Cabildos catedra-licios y obispos de las diócesis castellanas, se eligen entre los becarios de los seis Colegios Mayores más poderosos y distinguidos. Delgado y Venegas, tras finalizar los estudios superiores, tiene por delante un brillante porvenir y se dedica por entero a su vocación reli-giosa. El 27 de mayo de 174 1 se ordena de presbítero y, a partir de esa fecha, comienza una nueva etapa en su vida, alcanzando puestos de gran responsabilidad en compensación a una sólida formación y destacados mér.itos personales. A mediados de mayo de 1743, el doctor Delgado se presenta a la canonjía Magistral de Badajoz, vacante en febrero de ese año por falleci- m D miento de su titular don Juan Casas. A la oposición también concurren el E licenciado don José Gregorio Saenz Redondo, procedente del Colegio O - Mayor Santa Cruz de Valladolid; el licenciado don Jerónimo Cavero, -- m formado en el Colegio Mayor Oviedo de Salamanca; el doctor don Fran- O E cisco Luis Vilar, colegial del Maese Rodrigo de Sevilla y el doctor don SE Mateo Mortola, manteísta de Cádiz. Los méritos académicos de los aspi- E rantes constituyen una prueba bien elocuente del nivel cultural de los - clérigos integrantes de los Cabildos catedralicios. 3 Una vez celebrados los diversos ejercicios, el 6 de junio resulta elegido, - - 0 al primer escrutinio, el doctor Delgado, quien toma posesión de la plaza m E al mes siguiente. Su estancia en la capital pacense va a ser fugaz, menos de O dos años, ya que pasa a ocupar la misma canonjía en Córdoba. A pesar . c de residir tan corto espacio de tiempo, guarda un recuerdo imborrable, n pues al morir dona un cáliz de oro y otros objetos7. -E a El nuevo prebendado de Badajoz sube un peldaño más en su carrera l eclesiástica al obtener el cargo de magistral en la antigua sede califal. Las n actas capitulares del Cabildo ofrecen una minuciosa información sobre n los aspirantes a la plaza y el desarrollo de las pruebas realizadas. Los O3 ejercicios para proveer el canonicato vacante se inician el 4 de octubre de 1744 y concurren un total de 11 clérigos. Veamos la identidad de los opositores, edad y tituiacion académica: Opositor Edad Titulación José Capilla Bravo 33 Doctor por la Universidad de Avila. Francisco j. ijeigado Doctor por ia üniversidaa de y Venegas 30 Alcalá de Henares. Pedro J. de Baeza 41 Doctor por la Universidad de Granada ' Vid, Historiu eclesiásticu de lu ciududy ohispudo de Budajoz. 11. Badajoz, 1945. p. 167. La obra del autor anbnimo es continuación de la escrita por Solano de Figueroa. Pedro Carrillo Gregorio F. Campos Francisco García Colorado Francisco Bocanegra Luis A. de Quesada Francisco Cordero Chinchilla Francisco García Mirasierra José López de Baena 25 Doctor por la Universidad de Osuna. 26 Doctor por la Universidad de Sevilla. 21 Doctor por la Universidad de Osuna. 35 Licenciado por la Universidad de Granada. 35 Licenciado por la Universidad de Granada. 27 Licenciado por la Universidad de Avila. 22 Licenciado por la Universidad de Almagro 23 Licenciado por la Universidad de Osuna. La edad de los candidatos arroja una media de 29 años y el número de doctores supera ligeramente el de licenciados. Otros dos rasgos convienen destacar. De un lado. los aspirantes, en su mayoría, son andaluces y, de otro, un alto porcentaje se ha graduado en centros universitarios de la región. Sólo cuatro opositores forman parte del clero catedraiicio o disfrutan de canonjías. Capilla Bravo, prebendado en la Santa Iglesia de Córdoba. Delgado y Venegas ocupa el puesto de Magistral en Badajoz. El licen-ciado Bocanegra desempeña el cargo de Peninteciario en Coria. Por último, el doctor Baeza, canonigo en la Colegiata del Sacromonte de Granada. Este pequeño grupo es el que tiene mayores posibilidades de conseguir la plaza vacante que, a juzgar por la cuantía de solicitudes, resulta muy atrayente, debido, entre otras razones, a los sustanciosos ingresos. Llama poderosamente la atención el hecho de que los miembros del Cabildo cordobés reciban, consignándose en las actas, cartas de recomen-dación en favor de todos y cada uno de los aspirantes. Valgan como botón de muestra los escritos remitidos por diversas personas e instituciones, de los que se da cuenta en la sesión celebrada el 30 de septiembre de 1744, pocos días antes de comenzar la oposición: «-Item se leieron dos cartas, una de la Santa Iglesia de Coria y otra de su Illmo. Prelado, recomendado a el Licenciado Don Francisco Boca-negra, canónigo peninteciario de aquella Santa Iglesia i opositor a la Magistral de esta, i se dio comisión a los señores Diputados de el concurso pra responderlas. -1tem se leieron otras dos cartas, una de La Santa Iglesia de Badajoz i otra de el Colexio Maior de San Ildefonso, Universidaa de Alcalá, reco- mendando a el Doctor Don Francisco Delgado, canónigo magistral de aquella Santa iglesia i colegial maior de aquel colexio y opositor al cano-nicato magistral, i se dio comisión a dichos señores para responderlas. -1tem se leio otra carta de el Colexio Real de Granada, recomen-dando a el Licenciado Don Luis de Quesada, opositor a dicho canonicato i colexial de dicho Colexio, i se dio. la misma comisión:P. Los ejemplos citados podrían multiplicarse, lo que indica que el envio de misivas vonderando los méritos de los candidatos era una costumbre generalizada. No obstante, las auténticas presiones e influencias van por otros conductos más reservados y, por ende, no se constata en Ia docu-mentación oficial. La oposición consta de dos ejercicios orales. En el primero, los aspi- m D aantes desarrollan un tema que eligen de tres sacados a suerte del libro E Maestro de las Sentencias, obra de Pedro Lombargo, teólogo del siglo XII que gercaó una influenciia b~enp atente en la escolástica. E1 segundo O-- =m consiste en predicar acerca de uno o varios capitulas de los Evangelios. Al O E igual que en la prueba anterior, un niño de coro se encarga de señalar al E 2 azar en una Biblia tres puntos, de los que los candidatos optan por uao de E ellos. = Delgado y Venegas hizo gala de una sellida formación que se puso de manifiesto en ei transcurso de la oposición. En ia primera prueba se inclina por la distinción veintitrés de1 Libro segundo, mientras que en la úiltirna comenta el capítulo dkcimo del Evangelio de San Lincasg. La brillante actuación queda corroborada al fina! por la votación unánime de todos los miembros del Tribunal. El 6 de noviembre de 1344, es designado para ocupar el canonicato Magistral en h Santa Iglesia de Celrdoba'o. 2 A partir de esa fecha comienzan Bos trámites para llevar a cabo el n expediente de limpieza de sangre, requisito inrdispensab!e para tomar 0 . 2 posesión de la canonjía de oficio. El 16 de noviembre del mismo 220, el O3 Cabildo catedralicio y el prelado de la diouésis comisionan al canónigo don Antonio de Castillejo y Qelasco para realizar la probanza en las u--,.l:2-A-,. 2- A - - A - 2,. 1- r--:1:- 2-1 ---,---A--,- -?--A- r - 1 :-r-- n w e e i i u a u c a UG u w u u ~yi er~cuc~ c il a~ul~iuac1 ~ PGUCI IUBUUC IGLLLI. P;I i i~iui - mante sale de Córdoba el 21 de diciembre en dirección a Villanueva del Ariscal donde recoge las declaraciones de los testigos. Pocos días más tarde, se desplaza a Umbrete y repite Ia investigación jurádica. Los testimonios de los vecinos aportan sana valiosa información de czrácter geneaiógico. Responden a un formulario de nueve preguntas I*.~-GPI-;AOL'i . 10 ; A P ~ I ; A O Ax, l , . enF An m.,ri;m;nmcn. Ao I r \ " -.,ri.rnr r r oL..ilIrin A-1 I'L.lCl>U6LIP U 1'4 I Y % I I L I U U Y J 1L15Uli UC I I U C I S I I I b L l L U U\, iUí> YaU2-J UVUC-IVJ ULI pretendiente. También son interrogados acerca de si tienen noticia de que 8 (A)rchivo (C)atedrai de (C)órdoba. Acias Capitulures. Torno 77.Fols. 31 v-32 r. 9 Ibidcvn. Fols. 41 r y 49 r. '0 Ibidem. Fok. 51 v-52 v. «ellos ni sus antepasados, ni alguno de ellos no han sido moros, ni judios, y todos ellos han sido y son christianos viejos, limpios de limpia casta y generación, sin mácula ni raza de judios, moros, ni conversos, ni de ello son ni han sido infamados»ll. Por último, si el recién elegido canónigo ha profesado en alguna orden religiosa. El expediente instruido contiene referencias en torno a los familiares que ocupan puestos destacados y que, probablemente, ayudaron a Del-gado y Venegas en su futura carrera eclesiástica. Entre ellos caben men-cionar a don Juan y a don Pedro Curiel Venegas. El primero, caballero del hábito de Alcántara, había sido becario en el colegio mayor de Cuenca de Salamanca y en 1744 desempeña el cargo de fiscal en el Con-sejo Real de Hacienda. El segundo también fue colegial en Salamanca y, en esa fecha, es canónigo de la Santa Iglesia de Sevilla e inquisidor en el Tribunal del Santo Oficio hispalense. Una vez cumplimentadas las diligencias burocráticas, toma posesión del canonicato a principios de 1745. El doctor Delgado reside en Córdoba hasta 1761, fecha en la que será propuesto para la mitra de Canarias. Durante esta dilatada etapa participa, de manera activa, en el seno del Cabildo catedralicio formando parte de numerosas comisiones. El tras-lado a Córdoba significa una promoción importante en todos los aspectos. A nivel económico, obtiene unos saneados ingresos, ya que las propie-dades y rentas de la mesa capitular alcanzan un volumen destacado. Como punto de referencia, el arcediano Medina y Corella percibe en estas fechas alrededor de 1500 ducados de oro anualesI2. Los beneficios deriva-dos de la prebenda que disfruta el magistral Delgado se pueden calcular de forma aproximada. Desde junio de 1760 hasta el mismo mes del año siguiente, es decir, en fechas inmediatas al nombramiento como titular de la diócesis de Canarias, obtiene 367 fanegas de trigo y 184 fanegas de cebada. Las rentas en especie proceden de las propiedades rústicas del Cabildo y de los diezmos. Además recibe un centenar de gallinas y 4.775 reales en metálico13. El doctor Delgado permanece una larga y fructífera etapa en Cór-doba. Aparte de las tareas propias de su cargo: mantiene un estrecho contacto con algunas personalidades de la cultura española, lo que consti-tuye una prueba bien elocuente del interés por la corriente ilustrada. En 1 1 Idem. E-rpedientes de limpieza de sangre. Caja 5054. Agradecemos a J. R. Vazquez Lesnies la ayuda prestada, al poner a nuestra disposicih su obra inédita. Archivo Catedral de Córdoba: Catálogo de expedientes de limpieza de sangre (1564-1834). Vid, NIETO CUMPLIDO, M.: « Medina y Corella y su legado fundacional». Hisroria del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba. Córdoba, 1979. p. 84. 11 A. C. C. Mesa Capirular. Doc 2147. El documento nos ha sido facilitado por J. Moya Ulldernolins, quien prepara su tésis doctoral sobre los bienes y rentas del Cabildo Catedral de Córdoba en el periodo 1750-1841. este sentido, cabe destacar los fuertes lazos de amistad que le unen al célebre historiador P. Flórez desde que se conocieron en la Universidad de Alcalá de HenaresI4. En la antigua sede califal, se relaciona con el célebre platero Damián de Castro, quien, posteriormente, realiza numerosas obras con destino a las Islas que influyen, de manera directa, en la orfebre~ja canaria. La dilatada estancia en la capital cordobesa se prolonga hasta 1761, fecha en la que Carlos 111 le propone como titular de la diócesis de . . Canarias, mitra que había quedado vacante en ese mismo año por renun-cia de fray Valentín de Morán y Estrada. La designación recae en un antiguo miembro del influyente y pode-roso Colegio Mayor de San ldelfonso, donde obtiene la graduación de m doctor en Derecho Civil y Canónico, doble titulación que acredita una E sólida formación. Debemos tener en cuenta que, entre los colegiales O mayores, se r ~ ~ ! uuf na elevado pnrcentaje d_e nuevos obispos. AS, un 7-94 - -- m de los prelados nombrados para ocupar la sede canaria en el periodo O E 160 1-1 700 ha cursado estudios en alguno de los seis colegios Mayores más E 2 importantes de la Corona de Castillals. E Así mismo, el clero catedralicio de Córdoba está formado por sujetos de un gran prestigio, como lo prueba el hecho de que, a lo largo de la 3 segunda mitad del XVIII, varios de sus miembros sean llamados para - regir los destinos de diócesis castellanas y americanas. En 1790 don F r a k - 0 m E cisco 1. Gutiérrez Vigil, que sustituye a Delgado y Venegas en el canoni-cato Magistral, pasa a ocupar el obispado de Astorga. Caballero y O Góngora recibe en 1774 el nombramiento como obispo de Chiapa y, años u más tarde, los de arzobispo de Santa Fe de Bogotá y virrey de Nueva E Granada. A principios de la centuria siguiente, en 1806, otro canónigo, a don Diego Navarro Martín de Villodres, resulta elegido obispo de Con- - cepción en Chilelb. El doctor Delgado accede a la dignidad episcopal con 47 años y, a 3 partir de este momento, irá escalando los puestos más importantes de su , . O fulgurante trayectoria eclesiástica. El 14 de abril de 1761, el monarca hace la presentación para el obispado de Cafiarias y, el 25 de mayo de ese mismo año, ia Santa Seae acepta ia propuesta y remite ias corresponciien-tes bulas acreditativas. A petición del Consejo de la Cámara, Carlos 111 escribe el 29 de junio al Cabildo catedralicio y a las autoridades de las Islas, comunicando la designación del nuevo preladol7. 14 Vid. MlNGUELLA Y ARNEDO, T.: Historia de la- diócesis de Sigüenza y sus ohispos.lll. Madrid, 19 13. p. 169. ' 5 Cfr, KAGAN, R. L.: Op. cit. p. 146. 1" NIETO CUMPLIDO, M.: Op. cit. p. 70. 17 (A)rchivo (H)istÓrico (N)acional. Consejos. Leg 5849. Traslado del titulo de presenta-ción del Obispado de Canarias. 29-Junio-1761. Delgada y Venegas profesa un grar? cariño a @&doha, ya que ha residido en !a ciudad durante 17 añlos, y la figura de! clérigo sevillano ha despertado la admiración de los diversos estamentos sociaies. Una prueba evidente vo a ser la elección de ice Mezquita-Catedral como narco para !a ceremonia de c~nsagraclón.E ? 10 de julio de 1761, el deán participa a los capitulares 10s deseos del magistral y seeala !a conveniencia de nombrar tina comisión integrada por dos prebendados (para qrte euidzsen de pre-venir a SU WIma., ofreciéndole el altar mayor i presviterio i todo quanto de Ygiesia fcrse necesario, pues se hacía obsequio en esto a el sefior Magistral»la. El zrcedtano don José Medkz y Corella y e! racionero don Francisco de Castillejo y Cebalios se encargan de todos los preparativos relaciona-dos con el solemne acto. Los comisionados informan. diez &as más tarde. a Ios miembros de1 Cabildo qze, a tenor de Ias inveseigaciones reaio'zadas, únicamente han podido localizar un ejemplar de !as ceremonias que tuvie-ron lugar en i647 con motivo de ia consagración Gei canónigo iectorai don Juan Pérez, obispo electo de Ciudad Rodrigo. Veamos el protocolo. El pieno de! Cabildo se ,traslada a! palacio episcopal y en compañía del obispo consagrante y de los prelados asisfen-tes, el cortejo vuelve al templo mayor donde es recibido con acordes musicales. A continuación tiene lugar la ceremonia religiosa en el altar mayor, en ei que se coloca un tablado que ocupa el presbiterio, con bancos destinados al padrino y demás personas invitadas. La víspera de la consagración repican las campanas de todas las parroquias e iglesias de la ciudad y en la torre de la Catedral hay luminarias. El mismo protocolo, con ligeras variantes, se aplica en esta ocasion, salvo los fuegos artificiales en la torre «por estarse haciendo y reparando dicha torre de las ruinas y destroso causado del grande terremoto pade-cido aquí en el año de 1755~19. Sin duda, ei solemne acto constituye un auténtico acontecimiento en la vida de la población cordobesa, ya que, desde mediados del siglo anterior, no se había realizado la consagración de ur, obispo en el marco de la Mezquita-Catedral, El 24 de juiio de 176I, Delgado y Venegas asiste, por última vez, a la sesión del Cabildo. En esta ocasión se limita a expresar la pena que sentía al separarse de sus compañeros. Las palabras del recién nombrado obispo de Canarias, corroboran ei sentimiento de tristeza, después de haber convivido a lo largo de varios lustros, pero, al mismo tiempo, de alegria por haber accedido a la dignidad episcopa!: «Primeramente, el señor Doctor don Francisco Xavier De!ga$o y Venegas, Canónigo Magistral desta Santa lgiesia, dijo a! Cavi'1d 0 como haviéndola eI Rey, que Dios guarde, hecho la gracia del Obispado de 18 A. C. C. Actas Cq?itiilores. Tomo 81. S/f. '9 dbidem. Canarias, y teniendo ya presentadas sus Bullas, llegaba, assimismo, el día de Ia consagrazión en esta Santa Yglesia para mayor honor de dicho señor, que sería el dia 26 deste mes, y también avía en este día llegado el del mayor dolor de dicho señor de,averse de separar y apartar de un Cuerpo tan venerado como su amadíssimo Cavildo, del que por tiempo de 18 años avía sido su ]individuo, y que este dolor y pena lo sentía en su alma y corazón, acordándose de los muchos benefizios y honrras que en este tiempo le avía merezido a todos y a cada uno rfe sus Individuos, y pedía con humildes y rendidas súplicas al Cavildo que por la passión y muerte de nuestra Redemptor y Señor Jesuchristo, le perdonasse el Cavildo cuanto en este tiempo hubiesse sido causa de mal exemplo, y le tubiesse presente para mandarle quanto e! Cavildo quisiera y fuera de su beneplácito y satisfacción»?o. En nombre de !os capitulares, el deán responde a las sentidas palabras de! hasta ahera magistral, p v n i e n d ~d e relieve !os méri:os y cüaiidodes personales que se han visto ~ecompensados con la designación para regir los destinos de la diócesis canaria. Dos días más tarde, coincidiendo con la festividad de Santa Ana, bajo cuya advocacióri se levanta el templo catedralicio de Las Palmas, tiene lugar la consagración del doctor Delgado y Venegas por e! obispo de Córdoba don Martín de Barcia, siendo el padrino don Bernardo de Rojas y Contreras que desempeña el cargo de intendente. La ceremonia reli-giosa cuenta con la asistencia de los obispos auxiliares de Sevilla y Carta-gena, el Cabildo catedralicio en pleno y las autoridades municipales. Delgado y Venegas no se incorpora a su nuevo destino hasta 1736. El retraso en el traslada al archipiélago canario esta motivado por la insegu-ridad de la ruta atlántica a raíz del enfrentamiento de España con Inglate-rra. No obstante, antes de su llegada, toma posesión del obispado en su nombre don Estanislao de Lugo, miembro del Cabildo3. La etapa de gobierno va a ser breve, poco más de cinco años, ya que en 1768 se traslada a la diócesis de Sigüenza. Veamos cuáles fueron las grandes líneas de actuación durante su corto pontificado. En primer lugar cabe destacar una patente preocupación por la for-macion del clero. El bajo nivel de preparación y el fuerte aislamiento dei estamento eclesiastico, sobre todo en el medio rural, obstacuiizan la efica-cia de una labor pastoral. Intenta solucionar tan grave problema mediante la implantación de las llamadas Conferencias Morales en todas las localidades. El objetivo que se persigue con esta medida es una puesta al día de los sacerdotes a fin de que ejerzan su ministerio con mayor pruvecito. Las directrices impartidas se concretan en una carta pastoral 21 VIERA Y CLAVlJB, J.: .Voricias de lo Hisroria General de /as Islas Canarias. 1V. Madrid, 1783, p. 197. dirigida al clero diocesano. El documento especifica el método, lugar, tiempo y aspectos doctrinales que deberían estudiarse. Así mismo, ordena que trimestralmente le hagan un informe de los resultados obtenidos22. Delgado y Venegas está convencido de que la preparación del clero constituye un paso muy importante para atajar los peligros a los que se tiene que enfrentar la Iglesia a diario, sobre todo los que provienen de los numerosos comerciantes europeos. En 1765 remite un escrito a Carlos 111, desde la localidad grancanaria de Telde, con alusiones directas a la difícil situación planteada por los extranjeros en el plano religioso: «Estas Islas son muy frecuentadas de extranjeros, expecialmente de los países del norte infectados de herejías. Y por lo mismo se necesita poner especial cuidado en todo lo perteneciente a sacramentos y precep-tos de la Iglesia, que son los puntos más impugnados y aborrecidos de los herejesd3. El texto refleja, de manera elocuente, los temores del prelado y, al mismo tiempo, expiica ei decidido empeño por eievar ei nivei de ios sacerdotes en materia doctrinal que sería deficiente, a juzgar por la urgen-cia en llevar a la práctica las medidas antes mencionadas. La educación constituye otra de sus grandes preocupaciones. El obispo considera que las necesidades más perentorias en este campo son los estudios destinados a combatir la elevada tasa de analfabetos. La solución del problema ofrece escollos casi insalvables, debido a la escasez de maestros de primeras letras y a los precarios recursos económicos de la mayoría de los municipios. La postura del titular de la diócesis queda perfectamente definida en 1767. Carlos 111 impulsa desde arriba un ambicioso programa educativo. La renovación de los planes de estudio va acompañada de la potenciación y creación de establecimientos de enseñanza. De esta manera trata de paliar los efectos de la expulsión de los jesuítas que tenían en sus manos un destacado número de colegios. Precisamente, la confiscación de los bienes pertenecientes a la Compañía de Jesús es el orígen de las propuestas suscritas por la capital del obispado y la ciudad de La Laguna para crear instituciones educativas en los edificios abandonados. Infantes Florido señala que. en abril de 1767. el Cabildo catedralicio pide al monarca el colegio de Las Palmas para crear un seminario. pocos días más tarde, las autoridades locales laguneras realizan una petición semejante'4. A finales de ese año, el rey solicita a Delgado y Venegas un informe en torno a la solicitud del municipio tinerfeño. El obispo se ? 1bidem.p. 198. 2' A. H. S . Estado. Leg 2x44. Apud, INFANTES FLORIDO, J. A.: Op. cit. p. 35. lSFASTES FLORIDO, J. A.: (Canarias: retablo de duelos. Panorama socio-cultural según documentos diocesanos del siglo XVIIIn. Ponencia presentada al V Coloquio de Hisroria Canurio-A1~7eri<~anLaa.s Palmas, 19x2. muestra contrario al proyecto, ya que, en su opinión, existen otras priori-dades en el ámbito educativo: «...la notable falta que hay de maestros de leer, escribir y gramática ... Antes se debe ocurrir a esta necesidad, para no fundar torres sobre arena o sin cimientos. Y no bastará poner escuelas en la ciudad de La Laguna sólamente, porque la isla es grande g tiene muchas otras poblaciones a distancias considerables de caminos asperísimos ... Las otras seis islas carecen más que la de Tenerife de tan necesaria educación, sin medios para conseguirlas ...»*5. En principio, resulta contradictorio que el prelado muestre una clara oposición a que se fundara un seminario, cuando una de sus mayores preocupaciones desde la llegada a las islas había sido, precisamente, la formación y puesta al día del clero diocesano. ¿Influyen motivaciones de otra índole? Infantes Florido apunta la posibilidad de que la negativa de don Francisco J. Delgado esté influenciada por el Cabildo catedralicio que veía en la propuesta lagunera un serio obstáculo para la fundación deun seminario en la capital grancanaria. El tema queda en suspenso por el momento. Carlos 111 se muestra dispuesto a cumplir las disposiciones de Trento y, con este fin, ordena la erección de centros formativos en aque-llas diócesis que hasta la fecha carecían de ellos. La iniciativa real crista-liza durante el pontificado del franciscano fray Juan Bautista Cervera, sucesor de Delgado y Venegas en la mitra canaria, quien erige el Semina-rio conciliar en la ciudad de Las Palmas26. Otro rasgo que caracteriza la actuación del obispo Delgado va a ser la generosidad, plasmada en frecuentes y abundantes limosnas a los pobres de la diócesis. En cada una de las localidades que recorre con motivo de las visitas pastorales entrega dinero para vestir a los fieles que se hallan sumidos en la indigencia y reparte millares de fanegas de trigo y maíz. Asimismo, costea la dote de numerosas doncellas. El socorro a los menes-terosos se complementa con los sustanciosos donativos realizados para financiar las construcciones de templos: 40.000 pesos destinados a la conclusión de la iglesia parroquia1 de Teror, 54.060 para restaurar la de La Gretata y 53.0% pra invertir eii !as cjbras de :a Catedral??. Los objetos de plata regalada a las iglesias de la diócesis, constituyen una prueba más de la generosidad del obispo Delgado y Venegas. Las piezas, en su mayoría, se deben a la mano del célebre platero cordobés ' 5 Ibidetn. Agradezco a monseñor Infantes Florido el haberme facilitado el texto de su ponencia que recoge el ihforme remitido al monarca por Delgado y Venegas en marzo de 1768. '0 Ibidetn. 2' ALONSO M ORGADO, J.: Prelados sevillanos o Episcopologio de lo Santa Iglesia Metropolitana y Patriarcal de Sevilla. Sevilla, 1906. p. 675. Damián de Castro, con el que le une una gran amistad. Ambos se cono-cieron en la antigua sede califal, donde el prelado había ocupado la canonjía Magistral. El mecenazgo significa que las realizaciones del orfe-brero alcanzan una difusión importante en varios puntos de la geografía española. El artista consigue un destacado prestigio en el archipiélago canario gracias al patrocinio e influencia del titular de'la mitra. Hernández Perera afirma que ((Damián de Castro es el orfebre español al que más deben las Canarias por la calidad y cuantía de su producción remitida a las Islas y la influencia que sobre los artífices isleños ejerció hasta más de la mitad del siglo XJX»*8. La primera obra de Castro enviada a territorio insular es una custodia de plata dorada y pedrería que ejecuta en 1768 con destino a la parroquia de la Concepci6.n de La Orotava. A finales del febrero de ese año, don Francisco J. Delgado, a raíz de una visita pastoral, contribuye con un denativo de 2GQ peses. .A partir de ahora son numerosos Ins encargos-recibidos. En 1771 labra una cruz procesional de plata sobredorada a instancias del Cabildo catedralicio y, poco después, una custodia. Piezas coetáneas son dos custodias de plata dorada que ejecuta a petición de los conventos franciscanos de Telde y Gáldar repectivamente. La basílica de Nuestra Señora del Pino en Teror conserva una cruz procesional del mismo material. La producción artística de Damián de Castro presenta bastante noto-riedad no sóio en Gran Canaria sino también en la isia tinerfeña. En la iglesia mayor de La Orotava, aparte de la custodia antes mencionada, se localizan otros objetos de plata sobredorada: un cáiiz, un copón, una corona imperial y un juego ae vinajeras y campanillas. Piezas salidas de SUS manos se encuentran en La Laguna: un cáiiz y un juego de vinajeras y campanillas: todo en plata dorada. Por último, dos portapaces en la parroquia de la Concepción de Santa Cruz de ñenerife, donados por Delgado y Venegas, siendo obispo de Sigüenza29. Los obsequios del prelado continúan después de abandonar Ias Islas, lo que prueba el grato recuerdo y afecto hacia la primera diócesis que ocupb. Así, en 1776, cuando rige ¡os destinos del arzobispado hispalense, rcgaia un y UE de a catedra! de Las ;R2!mas30. La presencia de la orfebrería cordobesa en el archipiélago es impor-tante. Junto a las piezas de Damián de Castro, figuran numerosas obras labradas por artistas nacidos en la antigua sede califal. Hernández Pereda, especialista en el tema, afirma que «la plateria cordobesa se pcso '8 IIERNANDEZ PERERA, J.: Orfebrería de Canarias. Madrid, i055. p. 120 29 Vid, HERNANDEZ PERERA, J.: «Ea obra del platero cordobés Darnián de Castro en Canarias». Archivo Español de Arre, 98 (1952). pp. 1 1 1-128. 30 Idem: Orfebrería de Canarias. p. !46. de moda en las islas por los años finales del siglo XVIII. Las iglesias y los particulares acudían a Córdoba en demanda de piezas de plata. Como consecuencia de esta importación, bastantes piezas con el punzón de Córdoba se encuentran por Gran Canaria y Tenerifen-". El Obispo Delgado y Venegas quiere conocer de manera directa la situación y problemas que afectan a la diócesis. Durante su corto pontifi-cado, recorre el territorio insular en visita pastoral. El primer desplaza-tniento lo hace a las islas orientales de Lanzarote y Fuerteventura. En 1767 se traslada a Tenerife, donde tiene un incidente protocolario con las autoridades municipales de La Laguna. En 1768 se dirige a las de Ea Palma, Hierro y Gomera, regresando ese mismo año a Tenerife. Precisa-mente, aquí tiene noticia de su traslado ai obispado de Sigüenza. El 12 de noviembre embarca en el puerto de Santa Cruz rumbo a la Peninsula3?. E1 balance de su gestión al frente de la mitra canaria arrojaun saldo positivo. Las líneas de actuación se centran, de un lado, en la formación y .,;xncto o1 A;" ,401 ,-lorn ,-fin DI fin ,L hrirrnr of;no-, l o loknr AO ,...-o rln nl..-n~ ~ U C J L U (II UIU U C I C I ~ I Ub,u 1 1 - 2 1111 uc I IUCCI CI ICUL 1 a L L ~ V V L U+ + U I Q U+ al t luxa, y, de otro, en una generosidad plasmada en cuantiosas limosnas a los grupos sociales más necesitados, en donativos destinados a financiar las obras de iglesias y en ios objetos de orfebrería regalados a los templos. Viera y Clavijo, destacada figura de la Ilustración canaria, enjuicia la labor de desarrollada por Delgado y Venegas en estos términos: <(Visitó con admirable diligencia la diócesis: fomentó el estudio,.de la sana moral, disciplina y ritos eclesiásticos, estableciendo en .las qario-quias las conferencias entre los respectivos cleros. Examinó ia'suficiencia de los sacerdotes y confesores y les intimó la asistencia,a"ios Oficios Divincs y .Coro en los dcmingos y festivisia.de.%más solemnes. Exerció con magnificiencia sus funciones gpiscopaies, aunque casi no predicó. Contri-bayo a 12 f£.hr.ica y -&* & ,&S templos. Xepartió abundantes !imosnas»33. La eficaz acerración al frente de la diócesis canaria le vde la designa-ción para ocupar la mitra de Sigüenza. El I I de marzo de !769, el deán don Anemia Carril!o de Mendoza toma posesión en su nombre del cbispado, ya que la e n t r d a oficial tiene lugar e1 24 ae septiembre de1 mismo año. Durante su breve etapa de gobierno mantiene una línea de cundibcia siifiiIar e la aicfi.ipi(..ago. La a iss pobres y necesitados constituye una de las iareas primordiales. Asimismo, son numerosas las donaciones de o-ietos de culto, tanto a ¡a catedral cono a los templos pertenecientes a la demarcación territorial diocesana. Entre elios, cabe destacar por su importancia artistica la desaparecida citstcdia regala02 a la iglesia mayor. La pieza es obra dr Damián de IBitler>i. p. 13X. 3' VIERA Y CI.AVIJ0, J.: Op. cit. pp. 198-199. Ihidei~~pp. . !97-198. Castro, orfebre al que dispensó durante toda su vida una protección y afecto personal inq~ebrantable'~. El nombramiento en 1776 como arzobispo de Sevilla significa un jalón más en la brillante carrera eclesiástica del obispo Delgado y Vene-gas35. De nuevo, la asistencia a la masa de indigentes constituye un rasgo sobresaliente de su gobierno. También regala a la catedral distintas piezas de orfebrería, obras del artífice cordobés Damián de Castro3" La estancia en la capital hispalense va a ser fugaz, ya que a finales de julio se traslada a la Corte, donde recibe nuevas distinciones. El rey le nombra Canciller de la Orden de Carlos 111, vicario general de los Ejércitos y Patriarca de las Indias. La culminación de su fulgurante trayectoria llega en 1778, fecha en la que Pío VI le otorga el capelo cardenalicio. Sin duda, el apoyo de Carlos 111 fue decisivo en sus rápidos ascensos, lo que permite colegir que Delgado y Venegas se identifica de alguna forma con las directrices de la política religiosa puesta en marcha por el monarca ilustrado. Muere en Madrid a los 67 años, siendo enterrado, a finales de 1781, en la capilla mayor del convento de agustinos recoletos??. 34 En torno al pontificado del obispo Delgado y Venegas en la diócesis de Sigüenza. MINGUELLA Y ARNEDO, T.: Op. cit. pp. 168-179. 35 Vid, ALONSO MORGADO, J.: Op. cit. pp. 674-689. :^ Las obias Se Eamián de Castro eii :a catidíal de Sevilla han sido estüdiadas pui M. J. SAN2 SERRANO: «Orfebrería cordobesa en la Catedral de Sevilla>>A cras I Congreso de Historia de Andalucía. Andalucía Moderna 1V. Córdoba, 1978. pp. 275-288. 37 VIERA Y CLAVIJO, J.: Op. cit. p.199. APENDICE DOCUMENTAL Documento 1. Partida de bautismo de Francisco J. Delgado y Venegas ((En la villa de Villanueba del Ariscal en diez y nue'be, digo en diez y ocho dias del mes de Diziembre de mil1 setezientos y catorze años, yo el Lizenciado D. Lorenso Suares de Figueroa, del orden de Santiago, Cura propio de la Parroquia1 de la villa del Arroio de San Servando, con lizencia del Señor D. Francisco Botte de Monrroy y Figueroa, de dicha Orden, vicario y Juez ordinario de dicha villa, baptize y puse los Santos Oleos a Francisco, hijo lexítimo de D. Juan Delgado de Luna y de Da Cathalina de Torres su legitima muger y vezinos de esta dicha villa, fue su padrino D. Thomas de Torres y Venegas, clérigo presbytero, a quien adverti ei pareritesco espiiiiuai y deiiiks obiigaciones, siendo testigos Fer-nando Muñoz, D. Pedro Basquez Cavallero y D. Pedro de la Parra, y por verdad lo firmé ut supra = D. Lorenzo Suarez de Figueroa)). (A. C. C. Expedientes de limpieza de sangre, Caja 5054). Documento 2. Informe dirigido al obispo de Córdoba por el canónigo don Antonio de Castillejo y Velasco sobre el expediente de limpieza de sangre del Magistral electo Delgado y Venegas Illmo Señor ((Obedeciendo lo mandado por V. S. en la comisión, con que se sirvió honrarme pasé a las villas de Villanueba de el Ariscal y Umbrete, a hacer las informaciones de la naturaleza y limpieza de sangre de el Doctor Don Francisco Delgado, provisto por V. S. canónigo Magistral de esa Santa Yglessia i en cada una de dichas villas examiné doze testigos y más quatro de abono, todos de mayor excepción los que uniformemente combienen e.n el conocimiento de el Pretendiente, sus Padres, y Abuelos Paternos y iii---i.i..ili- - - - - J . - ~ - l - ~ J - x 7 . * * - i iaLcitlus a c . x ~ c ~ ~ iuúe1 u11 10 O uos uc 1 0 u~e viiianüeba que no conocie-ron a la Abuela paterna, pero tienen individuales noticias de ella; que el pretendiente y su madre son naturales de dicha villa de Villanueba del Ariscal de donde lo fueron sus Abuelos Maternos y que el Padre y Abue-los Paternos fueron naturales de esta villa de Umbrete y que el dicho pretendiente es hijo lejítimo de lejítimo matrimonio de sus Padres y que estos !o son de sus Ahne!es y qne todec e!!m y SCI mt ep~sadusm s i d ~y son cristiznos viejos y limpios y de limpia Casta y Generación sin raza ni mácula de judíos, moros, herejes ni recién combertidos a nuestra Santa fe Cathólica ni penitenciados por el Santo Officio de la Ynquisición ni por otro alguno tribunal de que se les aya seguido nota de infamia y que en esta buena opinión, reputación y trama de tales cristianos viejos y limpios de todo mal orijen y ascendencia an sido y son havidos, nenidos y reputa-dos cada uno e s su tiempo, sin que se aya dadado de su Iimpiezv de sangre, y que tai a sido y es ia piibiica voz y fama y opinión, sin cosa en contrario, lo que se comprueba de que e! Pretendiente es Collejial Mayor de el Coliegio de Sar? Yldefonso Oe Aicaiá y Canhigo Mcgistrz! de la Santa Yg!essia de Badajoz, y don Manuel Delgado, ermano entero de el Pretendiente, es assimismo Coliegial actual del referido Coliegio mayor, y don Fernando Criado, srr primo, ermano, hijo de ermana de su madre, es Prebendado de la Santa Ygiessia de Sevilla, y don Juan Curiel, :Col!egial Mayor de*luensa, Cabaliero de el Orden de Calatraba y &al de el Real Consejo de Hacienda, y don Pedro Curiel, Collegial Mayor de Cuenca, Ynquisidor de Sevilla y Canónigo de la Santa Ygiessia de dicha ciudad, y dor, Joseph y don Miguel Curiel, Cavalleros de e! orden de Santiago, son parientes en grado mui inmediato y conocido de ia madre de .e! P.r eten-diente, y don Diego de Torres y don Thornás de Torres? Comraarios de!! Santo Tribunal de la Ynquisición, fueron ermanos enteros, aquel de e¡ Visabueio y este de la Abuela materna. Y por la línea Paterna tocante a esta villa, son assimismo parientes rnui inmediatos de el Pretendiente !os referidos Curieles, y es cosa constante en esta villa que desde que se estableció en Seviiia la Ynquisición, an estado sus familiaturas en esta familia, siendo familiares de dicho Santo Officio don Bartolomé Delgado, tio del padre del pretendiente, y Juan Castaño, Rodrigo Castaño, y Alonso Castaño, tercero, quarto y quinto Abuelos de el Pretendiente, y Hernán Gómez de Luna, otro quarto Abuelo Paterno de el Pretendiente, y otros muchos sus Parientes transversales. Y de los que deponen Ios testigos, informes extrajudiciales y de lo que he visto, me consta que el Pretendiente, assi por su línea materna en Vilianueba como por ia paterna en esta villa, es lo primero de ambas de nobleza notoria, donde tienen sus gozes mui sentados y antiguos. Y su padre, abuelos ytíos, an obtenido y he visto que actualmente obtienen los officios honoríficos y distintibos de su estado y que son mui atendidos y estimados en ambas villas, lo que saben los testigos por averlo visto ser y pasar así. Califican por limpios y de cristianos biejos, los apellidos que tocan pretendiente, y DKe fio ha side religioso e:: :e!igiS:: alguna. Esto, Señor Iilmo, es lo que por mayor resulta de las informaciones ante escriptas de averlas hecho con toda rectitud, fidelidad y en concien-cia, sin aver sabido, oido, ni entendido cosa en contrario. Lo que juro en forma de derecho y se remite a V. S. para que en su vista determine ¡o que sea más de su agrado. Y lo firmé en timbrete en treinta días de Diziembre be mil1 setezientos y quarenta y quatro asos. Antonio de Castiliexo y Velasco. Rubricado)) (A. C. C: Expedientes de limpieza de sangre, Caja 5054) Documento 3. ;$idtalo de presentación del Obispado de Canarias tnfavor de don Francisco 9; Delgado y Venegcas. «Don Carlos ... Venerab!e Dsáln y Cauildo de la Iglesia Catedral de Canaria, Concejo, Justicia, Regidores, Cwaileros, oficiales y hombres buenos, asi de esa Ciudad, como de todas bs demás ciudades, villas y lugares de ese Obispado, y a otra cualesquier personas en cuyo podes, y m en qualquiea manera, haya estado y está al presente la administración de E dicho Obispado, y a los Alcaldes de las fortalezas y Casas Obispales de !as O dichas ciudades y de otras cualesquier personas, a quienes lo contenido en n es$a mi toca o tocar eíi qUalquier r,anera Uiio - m O gualquiera de vos, saved que yo como Patrono que soy de las Iglesias, E E Arzobispados y Obispos de estos mis Reynos, presenté a S. S. para ese 2E Obispado a Don Francisco Delgado, en lugar y por la renuncia que de él - ha hecho el Reverendo en Cristo Padre Don Fray Valentín Morán, y S. 3 S., en virtud de la dicha mi presentación, le mandó dar y di6 sus Bulas de - él, en veinte y cinco de maio deste, a las quales presentó mi Consejo a la - 0 m Cámara y me suplicó y me pidió por merced le mandase dar mis cartas E executoriales para los Provisores, Vicarios y Oficiales de ese dicho mi O Obispado o como mi merced fuese. n Y haviéndose visto las dichas Bulas en el dicho mi Consejo de la -E Cámara, mandé dar esta mi carta para vosotros en la dicha razón, por Ia - a qual os mando veais las dichas Bulas que por parte del dicho Don Fran- 2 n cisco Delgado os serán presentadas y, al tenor y conforme a ellas, deis y n hagáis dar a la persona o personas que su poder tubiere la posesión de esa 3 HgIesia y Obispado, y le tengáis por Obispo y Prelado de él, acudiéndole y O haziéndole acudir con los frutos, rentas y otras cosas que corno Obispo de esa Iglesia y Obispado le pertenecen, y le dejéis y consistáis hazer su oficio pastoral y exercer la función episcopal por sí y a sus oficiales, Vicarios y otros ivlaestros en aqueiias cosas y casos que, según derecho y conforme a las dichas Bulas y leyes destos nuestros Reinos, deue y puede usar que yo por la presente reciuo y he por receuido al dicho Obispado al requerido Don Francisco Delgado, al tenor y forma de las dichas Bulas, y mandado a vos los dichos Alcaides y personas, en cuio poder y mano están Ias fortalezas y casas de la dignidad episcopal que luego se la deis y endregueis u 2 SU c i e r t ~m adícrln con !ns pertr~chos,l astimmtns y noras c ~ s a cso n que ias reciuisteis, que haciéndolo y cumpliéndolo así, yo por %a presente os quito qualquier pleito omenagr ... Y así mismo mando a vos a las dichas personas que huvieredes recluido y cobrado en qualquier manera las dichas rentas, que luego acudáis y hagáis dar, acudir y pagar al dicho con Francisco Delgado, o quien su poder huuiere, con la renta de dinero, pan y otras cosas que le perteneciere y ha de hauer conforme a las dichas Bulas, no embargante qualesquier depósito o secuestro que en ello esté hecho que yo por la presente, para este efecto, lo ago y quito, y los unos y los otros no hagáis cosas en contrario en manera alguna so pena de la mi merced y de diez mil maravedis para la mi Cámara y mando que desta mi carta se tome la razón en la Cámara de la mia renta ecclesiástica y sin hauerse echo no se le de cumplimiento, fecha en ... a veinte y nuebe de Junio de mil1 sete-ciento sesenta y uno. Yo el Rey. Yo Don Andrés de Otamendi, secretario del rey nuestro señor lo hize escribir por su mandado. Rubricado)). (A. H. N. Consejos. Legajo 5849.) ~ o c ume n t o4'. Ceremonial de consagración del doctor Delgado y Vene-unr nhi rnn 0 1 0 ~ t n& C Q ~ Q ~ ~!Q~ nS/ lo, Z nl i i tn- rntoJrnl & Cd,v:*_h= D..", -"."y" +.+I.V y-".. V U ' C I I , U. ((Primeramente en virtud del llamamiento ante diem para oir el informe de los Señores Diputados comisionados sobre el modo de la consagración del Señor Magistral Doctor Don Francisco Xavier Del-gado, obispo de Canarias, fue en la forma siguiente. Cumpliendo con la comisión que V. S. se sirvió fiar a nuestro cuidado habernos solicitado exemplares de consagración de Señores Obispos en esta Santa Yglesia y sólo havemos encontrado la del Señor Don Juan Pérez Delgado, canónigo Doctoral, electo Obispo de Ciudad Rodrigo, en el año de 1647. Y por los Autos Capituales de 29 y 30 de Marzo de dicho año consta que V. S. acordó que en el día de la consagración (que fue el 31 de Marzo de dicho año de 1647, Dominica quarta de Quaresma) se adelantase la campana y se suspendiese la proseción y sermón; que acabada tercia, pasase todo el Cavildo con todos los Ministros al salón de Palacio desde donde acompañasen a los Señores Obispos; que la misa combentual fuese la de la consagración, para la que se nombraron los dos Señores Canónigos más antiguos para Diácono y Subdiácono, y los demás Señores asistentes y para Mitra y Báculo según costumbre. Que al salir Cavildu esperase el rcpiqUe de campanas, y al con los Señores Obispos tocasen los instrumentos de Música. Que la víspera de la consagración hubiese repique y luminarias en la torre; todo lo qual consta por apuntaciones particulares que se executó así, y que los Señores Obispos asistentes con el Señor Obispo consa-grando venían en medio del Cavildo, presidiendo el Señor Pimentel que entonces era Obispo de esta ciudad, y señor consagrante. De cuyo exemplar havemos dado noticia a su Iluma y está conforme en que la presente consagración se efectúe del mismo modo, o del que V. S. le fuese más cómodo: por lo que pareciéndonos, que acordando V. S. este mismo méthodo, podrá haver menos incomvenientes que si la misa fuera resada, por ser Preciso cumplir antes la combentud y no haber ceremonial arreglado para el caso, en que V. S. en este punto lo que tenga por más combeniente. Y por lo que mira al aparato de la Capilla mayor, parece preciso y correspondiente que se forme un tablado que coja todo el Presbiterio hasta las verjas, en donde por el Maestro de Ceremonias y el Sacristán mayor se dispongan los altares y creencias que prebienen los ceremoniales con la mayor desencia. Que se cuelgue la Capilla mayor con la colgadura de damasco, y se adorne con la plata y cera que se acostumbra en los días de mayor solemnidad. Que en el tablado se pongan bancas para los Señores padrino, oferentes y demás personas convidadas; sobre todo, lo que V. S. podrá determinar lo que tenga por más combeniente. Diputa-ción, Julio 20 de 1761, firmado de los Señores Don Joseph de Medina y Don Francisco de Castillejo. -Fn v. i-c - t-n - r-i p-l - -i -n -f -n r-m - - ~q cp antecede zcgrdb e! CZV~ !q~gQp r e cb~erxje!u mismo en la presente consagración del Señor Magistral de esta Santa Yglesia Doctor Don Fernando Xavier Delgado, electo obispo de Cana-rias, y que los dichos Señores Diputados comisionados, den parte a el Señor Obispo, nuestro Prelado, de todo lo determinado y que su Illma mande ese repique en todas las parroquias y demás yglesias de su jurisdic-ción. Visto que en nuestra torre no los pueden haver, ni menos fuegos y luminarias, que en semejantes casos se han practicado, por estarse haciendo y reparando dicha torre de las ruinas y destroso causado del grande terremoto padecido aqui en el año de 1755; y no obstando lo dicho, acordó el Cavildo se pusiesen luminarias alrededor de la yglesia la víspera de la consagración y el día de ella se dixese esta por los ~a~ellanes, mientras el Cavildo pasava a Pa!acio por los Señores Obispos)). (A. C. C. Actas Capitulares. Tomo 81. Sesión 20-Julio-1761. S/f) |
|
|
|
1 |
|
A |
|
B |
|
C |
|
E |
|
F |
|
M |
|
N |
|
P |
|
R |
|
T |
|
V |
|
X |
|
|
|