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XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 CERÁMICA PORTUGUESA IMPORTADA A GRAN CANARIA ENTRE LOS SIGLOS XVI Y XVII PORTUGUESE POTTERY IMPORTED TO GRAN CANARIA BETWEEN THE 16TH AND 17TH CENTURIES Pedro C. Quintana Andrés; Antonio M. Jiménez Medina Cómo citar este artículo/Citation: Quintana Andrés, P. C.; Jiménez Medina, A. M. (2020). Cerámica portuguesa importada entre los siglos XVI y XVII. XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana (2018), XXIII-045. http://coloquioscanariasamerica.casadecolon.com/index.php/CHCA/article/view/10440 Resumen: Desde finales del siglo XV comienzan a importarse al archipiélago canario diversas piezas cerámicas procedentes de Andalucía, Castilla y Valencia, destacando en importancia también las que llegaban de Portugal e incluso hay que destacar que algunos olleros de origen luso se asentaron en las Islas. La tipología de estas cerámicas portuguesas era variada: cazuelas, ollas, lebrillos, jarros, jarras, escudillas, platos, cántaros, tallas, palanganas, formas, sinos, etc. En las fuentes escritas (1537-1604) se citan 38.731 formas de azúcar y 17.923 piezas domésticas procedentes de Aveiro. Existe, además, la constatación arqueológica de algunos materiales que se han documentado: formas de azúcar, ollas y búcaros. Por otra parte parece existir una relación entre esta cerámica importada y la realizada a mano en Canarias, que se puede observar tanto en la copia de ciertas vasijas portuguesas (cazuelas, asaderas, braseros…), como en la adopción de términos portugueses (talha, frigideira o fogareiro) que se castellanizaron. Palabras clave: cerámica, importación, Portugal, Aveiro, Gran Canaria, siglos XVI y XVII. Abstract: Since the end of the 15th century, various pottery pieces have been imported from Andalusia, Castile and Valencia into the Canary Islands, emphasizing in importance the ones that arrives from Portugal, it should even be noted that some pots of Portuguese origin settled on the islands. The typology of these Portuguese pottery was varied: stewpots, pots, basins, jars, jugs, bowls, plates, amphoras, carvings, washbasins, sugar shapes, signs, etc. In written sources (1537-1604) are cited 41,900 forms of sugar and 17,923 domestic pieces from Aveiro. On one side there is also the archaeological confirmation of some materials that have been documented: sugar forms, pots and vases. On the other hand there seems to be a relationship between the imported ceramic and the handmade in the Canary Islands, which can be notice both in the copy of certain Portuguese pots (stewpots, grills or braziers), as in the adoption of Portuguese terms (talha, frigideira or fogareiro) that which are Castilianized. Keywords: pottery, importation, Portugal, Aveiro, Gran Canaria, 16th and 17th centuries. INTRODUCCIÓN1 Dr. en Historia Moderna. Instituto Universitario de Análisis y Aplicaciones Textuales (IATEX), Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Instituto de Educación Secundaria Isabel de España. Paseo de Tomás Morales, 39. 35003. Las Palmas de Gran Canaria. España. Teléfono: +34 928641145; correo electrónico: pquiand17@gmail.com Dr. en Historia, arqueólogo. Excmo. Ayuntamiento de Arucas. Concejalía de Patrimonio Histórico. Ca-sa de la Cultura. C/Gourié, 3. 35400. Arucas. Gran Canaria. España. Teléfono: +34 928621664; correo electróni-co: patrimoniohistorico@arucas.org 1 Queremos mostrar nuestro agradecimiento a Isabel Cristina Ferreira Fernandes, Guilherme Cardoso, Élvio Duarte Martins Sousa, Valentín Barroso Cruz, María del Cristo González Marrero, Gloria Santana Duchement, Juan Zamora Maldonado y José Ángel Hernández Marrero por todas sus valiosas aportaciones sobre los materia-les cerámicos, así como al Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada de Gáldar, en su nombre a su directora conservadora, Carmen Gloria Rodríguez Santana, José Ignacio Sáenz Sagasti, conservador y Jorge Onrubia Pin-tado, director científico, por las facilidades dadas a la hora de poder consultar materiales arqueológicos y la foto- © 2019 Cabildo de Gran Canaria. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional. PEDRO C. QUINTANA ANDRÉS; ANTONIO M. JIMÉNEZ MEDINA 2 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 Las influencias generadas sobre el modo de vida, la cultura o la economía por las aportaciones de los inmigrantes son una realidad cotidiana en la actualidad. La multiculturalidad es un hecho en alza, capaz de generar avances significativos en la demografía de países envejecidos, revitalizar la cultura, expandir los intereses comunes de la población o multiplicar las vías de enriquecimiento económico. Canarias como región situada entre tres continentes fue crisol de etnias y culturas con variadas características, cuya mezcla ha creado una sociedad con un reconocido mestizaje desde los primeros tiempos de la colonización, pese a las restricciones impuestas por la corona al volumen de bienes propiedad de extranjeros o el veto al paso de peninsulares no castellanos a América. Libres y esclavos fueron progresivamente antropizando el medio insular pero también dejando parte de su idiosincrasia, mayor según la proporción del número de individuos afincados o a la capacidad económica del grupo implicado. En el presente, tras las aportaciones de los investigadores, sería una falacia negar el considerable peso ejercido en nuestras tradiciones de las aportaciones de las culturas norteafricanas, genovesa, irlandesa o inglesa en la totalidad o parte de las islas. Discernir la fracción de la suma generada por los múltiples modelos de vida externos en la identidad de la población canaria en la actualidad es una tarea ardua sólo al alcance del personal investigador más riguroso. Uno de los elementos de multiculturalidad de ese legado es la cerámica, que constituye un material imprescindible en las labores del hogar2. Dentro del menaje doméstico destaca por su variedad y por su pervivencia durante muchos años. De hecho tanto la loza fina como la basta u ordinaria se solía heredar y es citada en diversos testamentos. Desde finales del siglo XV comienzan a importarse al Archipiélago Canario diversas piezas cerámicas procedentes de Andalucía, Castilla, Valencia, etc., destacando en importancia también las que llegaban de Portugal. Se sabe, además, que algunos olleros de origen luso se asentaron en las Islas, sobre todo en áreas próximas a los ingenios azucareros. Es plausible pensar que algunos de los olleros que trabajaban en estos ingenios, o en otros lugares, fueran portugueses, como se ha documentado en La Laguna en 1532 y que alguno de esos olleros tuvieran esclavos3, que una vez libertos o manumitidos podrían haber seguido practicando el único oficio de conocían, como aconteció con los caleros, los tejeros, los arrieros (almocrebes), o los canteros. La tipología de las cerámicas de la región portuguesa de Aveiro era singular por su brillo y calidad de cocido, manifestándose esas cualidades en varios contratos e inventarios de posesiones. Aunque sólo en algunos de ellos se hace referencia a que su pasta era de tono colorado o colorada de Aveiro. El presente trabajo pretende acercar el conocimiento que actualmente se posee sobre estos bienes cerámicos que parten del legado de los diversos grupos de población portuguesa que se asentaron en Canarias. Para ello se han analizado diversos documentos escritos, como compra-ventas, testamentos e inventarios de bienes en los que aparecen citadas numerosas piezas cerámicas importadas de Portugal y se han estudiado algunos materiales cerámicos procedentes de varios hallazgos arqueológicos que parecen ser originarios del citado país. Asimismo, se ha procedido a estudiar la tradición oral entre las loceras o alfareras grafía cedida. También a la Fundación para el Estudio y Desarrollo de la Artesanía Canaria (FEDAC), en su nombre a Caridad Rodríguez Pérez-Galdós, por la cesión de fotografías. Asimismo, a Miriam Cárdenes Suárez por la traducción al inglés. 2 ALEXANDRE-BRIDON (2005); CARO (2002); COOPER (1987); ORTON; TYERS & VINCE (1997). 3 Como fue el caso del ollero asentado en Arucas Mateos de Beas, tal vez originario de Huelva, que tenía un esclavo de origen berberisco llamado Baltasarico de unos 15 años de edad en 1532. LOBO CABRERA (1982), p. 200. Se desconoce si dicho esclavo aprendió el oficio de ollero, pero es muy probable que ayudase al citado ollero en sus labores cotidianas. CERÁMICA PORTUGUESA... 3 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 tradicionales de Gran Canaria, así como varias de las vasijas confeccionadas por las mismas que parecen proceder de tradiciones lusas de siglos anteriores. Evidentemente ésta no es una investigación cerrada, sino una primera aproximación que nos permita en un futuro seguir indagando y sobre todo analizando los materiales cerámicos que han sido documentados en intervenciones arqueológicas y que nos podrían acercar más a este comercio y su importancia en la historia del archipiélago. CANARIAS Y LA PRESENCIA PORTUGUESA En la historiografía regional ha sido abordada en numerosas ocasiones las relaciones sociales, económicas, literarias, lingüísticas o ideológicas entre el mundo luso y las islas4. Así la influencia portuguesa es palpable en la actual sociedad canaria5. No obstante la presencia portuguesa en Canarias fue anterior a la conquista castellana en su estrategia de expansión atlántica y africana. Pese a su antelación, los portugueses no lograron establecerse en las islas tras los acuerdos firmados por ambos países que decantaron su incorporación territorial a los estados de los Reyes Católicos. El Tratado de Alcáçovas (1479) puso fin a una serie de conflictos entre Portugal y Castilla sobre la sucesión dinástica sobre la corona del último reino y la expansión territorial en el ámbito Atlántico. Los castellanos vieron reconocidos sus derechos sobre Canarias mientras los lusos ratificaron su preeminencia sobre el resto de archipiélagos macaronésicos y las costas de África6. Tras la colonización europea de las islas, la distribución de tierras y el asentamiento del poder castellano a través de sus instituciones, la sociedad y economía de regional fueron plenamente castellanizadas, aunque ello no fue óbice para el progresivo arribo de un nutrido grupo de portugueses desplazados desde Madeira o el sur de Portugal, ya para su asentamiento definitivo o temporal. El trabajo especializado en las tareas de los cañaverales azucareros o en la posterior transformación del azúcar (Saccharum officinarum) fueron algunos de los focos de atracción de los inmigrantes, aportando una amplia mano de obra trabajando de arrieros, hortelanos o marineros. Los registros notariales, por ejemplo, muestran numerosos contratos de trabajo, acuerdos de arriendos, pago de salarios o testamentos de portugueses residentes en las islas, situación extensible a las otras de realengo7. La unión entre las coronas portuguesas y castellana de 1580 supuso un hecho internacional de notable repercusión, tal como sucedió con la separación de ambas en 1640. En ese largo tiempo la colonia portuguesa en las islas mantuvo su importancia y aún creció con la llegada de una mano de obra especializada y centrada en la artesanía, caso del cuero, tejidos, zapatos 4 SERRA RÁFOLS (1941); PÉREZ VIDAL (1968), pp. 41-106; PÉREZ VIDAL (1991); VERLINDEN (1970), pp. 411-423. FAJARDO SPÍNOLA (2002), pp. 310-320; MARTÍN SOCAS y LOBO CABRERA, (1983), pp. 678-701; ANAYA HERNÁDEZ y FAJARDO SPÍNOLA (1990), pp. 846-876. 5 Como se sabe existen en el archipiélago varios apellidos de origen portugués, que bien han conservado su grafía o han sido castellanizados, entre otros muchos, como Marrero, Sosa, Ferrera, Viera, Báez, Yánez, Acosta, Fleitas, Jorge, Silva, Barbosa, etc. Por otra parte, se han conservado algunas palabras o vocablos portu-gueses en el dialecto, o habla coloquial canaria, como millo (milho), liña (linha), caroso (caroço), támbara o támara (tâmara), magua (mágoa), margullo (mergulho), etc. También existe la costumbre portuguesa de deno-minar a ciertos árboles frutales con la terminación -ero (de -eiro), como naranjero, nisperero, aguacatero, zapote-ro, limonero, etc. Asimismo algunos platos de la cocina canaria son originarios de Portugal, como los huevos moles (ovos moles), el pescado a la portuguesa o el mojo (molho en portugués significa salsa). 6 JOHN (2001); LADERO QUESADA (2012); TORRES SANTANA (2006); SUÁREZ FERNÁNDEZ y FERNÁNDEZ ÁLVAREZ (1999). 7 CAMACHO PÉREZ-GALDÓS (1961), pp. 11-70; VIÑA BRITO (2014); RIVERO SUÁREZ y LOBO CABRERA (1991), pp. 17-131. PEDRO C. QUINTANA ANDRÉS; ANTONIO M. JIMÉNEZ MEDINA 4 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 o tenerías. Esta realidad queda reflejada en islas como Lanzarote donde una parte de los artesanos residentes en Teguise o Arrecife eran de origen portugués8. A fines del siglo XVII la influencia lusa experimentó una sensible disminución debido al propio crecimiento demográfico insular cuya mano de obra logró copar parte del nicho de trabajo de los inmigrantes; el arribo de otros grupos extranjeros -irlandeses, malteses, franceses- abriendo nuevos mercados; la política exterior seguida por la monarquía lusa a favor de las propuestas anglosajonas; o la atracción de las colonias del país sobre sus futuros emigrantes. La disminución de la presencia lusos en las islas no fue obstáculo para seguir sosteniendo unas relaciones con los archipiélagos portugueses durante la segunda parte de la Modernidad, pues, por ejemplo, los últimos fueron fondeaderos de corsarios ingleses, foro de compraventa de naves tomadas a españoles o mercados de intercambios de productos de primera necesidad en los tiempos de relaciones cordiales, caso de trigo (Triticum aestivum), vino o aguardiente9. Los intercambios económicos entre las áreas portuguesas y Canarias fueron de especial intensidad durante la primera fase de la Edad Moderna. Aún en los inicios del siglo XIX los intercambios con Madeira y Cabo Verde seguían existiendo con cierta asiduidad. Ilustrativo son los datos arrojados por los registros de naves entradas y salidas de los principales puertos canarios de 1800 a 1804. En ese quinquenio arribaron a Gran Canaria tres naves portuguesas y cinco españolas procedentes de los dos archipiélagos portugueses, suponiendo el origen del 38,0% de las naves entradas en el puerto de la Luz y Las Palmas en ese espacio de tiempo. Las salidas hacia ellas fueron cinco, representando el 55,5% de los destinos registrados en la aduana palmense. En el puerto de Santa Cruz de Tenerife las entradas totales anotadas en el citado quinquenio alcanzaron las 238, correspondiendo a barcos llegados de tierras lusas el 13,0%, siendo naos portuguesas sólo 26,1% de ellas, pues los barcos norteamericanos, ingleses, españoles o suecos coparon el resto del porcentaje de los llegados de Madeira -sobre todo-, Lisboa o Setúbal. Las salidas contabilizadas fueron 415, de las cuales 34 -el 8,1%- tenía como fin de travesía o escala un puerto de las islas macaronésicas portuguesas o Lisboa, representando las naves portuguesas el 26,4% de las navegadas hacia los citados destinos10. LA CERÁMICA PORTUGUESA IMPORTADA A GRAN CANARIA La producción cerámica de Aveiro La región de Aveiro, como ya hemos publicado en otros trabajos, fue un gran centro productor de cerámica, especialmente de la denominada “colorada”, tanto de formas y sinos de azúcar, como de toda clase de vasijas y otras piezas domésticas, al menos, desde el siglo XV hasta el XIX, así como un importante puerto comercial desde el siglo XVI hasta la actualidad11. En esta zona que se ubica en la costa central y norte de Portugal existen grandes depósitos de arcillas pertenecientes a la denominada formación geológica Argilas de Aveiro, datadas en el Cretácico superior, hace unos 85 millones de años. Estas arcillas que se formaron en ambientes lacustres, litorales y deltaicos, aparecen mezcladas con arena y cantos rodados (de tamaño muy pequeño12). Este último aspecto nos hace plantear que el barro se extraía directamente, sin necesidad de añadir ningún tipo de desgrasante, como hemos podido 8 BRITO GONZÁLEZ (1997); QUINTANA ANDRÉS (2000), pp. 97-130. 9 TORRES SANTANA (1991). Según la autora el número de navíos registrados en el comercio entre las Canarias orientales y Portugal entre 1600-1623 fue de 28. 10 ESCOLAR Y SERRANO (1983). 11 SOUSA; SILVA y GOMES (2005), p. 267. 12 ROCHA-ALMEIDA DA BENTA (2006). CERÁMICA PORTUGUESA... 5 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 observar en algunos fragmentos de formas de azúcar localizados en la superficie que ocupaba el antiguo ingenio de La Trinidad (Firgas) en el barranco de Azuaje13. La importancia de la producción cerámica de Aveiro se constata no sólo por las referencias escritas, sino por los hallazgos arqueológicos de restos cerámicos14, sobre todo por la serie de numerosas piezas completas que fueron documentadas en el proceso de intervención arqueológica subacuática, realizada entre 1997 y 1999 y posteriormente en 2002, en el pecio localizado en la Ría de Aveiro en 1992. La embarcación de madera que fue objeto de estudio llevaba como carga principal un repertorio importante de cerámicas, además de restos de barriles, cuerdas, tejidos y sobre todo de castañas (Castanea sativa), uvas (Vitis vinífera) y nueces (Juglans regia). Entre las piezas cerámicas destacan talhas (tallas), jarros (jarros), taças (tazas), garrrafas (botellas), panelas (ollas), bilhas (cántaros-jarras), alguidares (lebrillos), testos (tapas), potes (potes/jarros), terrinas (soperas), canecas (jarros como botellas pequeñas), bacios o penicos (bacines, orinales o escupideras), mealheiros (huchas o alcancías), cantarinhos (cántaros pequeños), púcaros (búcaros), pucarinhos (búcaros pequeños), tigelas (cuencos u hondillas), cântaros (cántaros), pratos (platos), pratos-testos (platos-tapas), atanores (caños), etc.15. La cerámica portuguesa en las fuentes escritas canarias En siglos anteriores, como apuntábamos, la situación difería de la reseñada en los inicios del siglo XIX, pues las relaciones económicas con los puertos portugueses fueron importantes16. Uno de los elementos de este comercio fueron las formas azucareras tan necesarias para el envasado, presentación y transporte del azúcar. Un ejemplo de la influencia de la producción portuguesa en este ramo los tenemos en Gran Canaria donde se han logrado referenciar contratos y contabilidades de ingenio donde se incluyen el número de formas azucareras compradas o existentes. En total se obtuvieron 23 relaciones, siendo el 34,7% de ellas cerámicas procedentes de Portugal, aunque en 13 escrituras se desconocía la procedencia de las piezas. El total de formas registradas fue de 59.352 y los sinos alcanzaron los 1.117, procediendo de tierras lusas el 64,3% de las primeras y el 50,9% de los segundos17. Es decir, que en torno a 38.731 formas y sinos fueron importados desde Portugal. La elevada presencia de cerámica portuguesa dedicada a la producción azucarera estaba unida a la primigenia demanda creada con la introducción de la caña de azúcar en Madeira desde mediados del siglo XV; la evidente fuerza del comercio luso en el Atlántico central; y a la notable concentración de capitales generados en la zona de Aveiro en la producción cerámica. Los alfares de la zona 13 El ingenio de La Trinidad, según Juan Zamora Maldonado, fue fundado sobre 1486 por Pedro de Lugo, hermano del conquistador que fuera Adelantado Alonso Fernández de Lugo y luego es vendido a Francisco Ri-berol (circa 1494-1495) tal vez para financiar la conquista de la isla de Tenerife. Es probable que el nombre de La Trinidad se relacione con la devoción de la familia Lugo procesaba por esta advocación, puesto que un tío carnal de ambos hermanos, Alonso de Lugo, fundó en Sanlúcar de Barrameda la cofradía de la Santísima Trini-dad en 1441, siendo uno de sus cofrades Pedro Fernández de Lugo, hermano de Alonso de Lugo y padre de los hermanos Pedro de Lugo y Alonso Fernández de Lugo. Parece ser que este ingenio estuvo en funcionamiento desde tal vez 1488 hasta 1514, cuando se traslada al Palmital de Guía. QUINTANA ANDRÉS; JIMÉNEZ ME-DINA; EXPÓSITO LORENZO; ZAMORA MALDONADO y JIMÉNEZ MEDINA (2018). 14 En los archipiélagos atlánticos ocupados por los portugueses, sobre todo en Madeira, entre otros luga-res, se han documentado numerosos restos de piezas cerámicas importadas desde Aveiro. Véase entre otras obras SOUSA (2006) y (2007). SOUSA y LIZARDO (2012). 15 ALVES, RODRIGUES; GARCIA y ALELUIA (1998). BETTENCOURT; CARVALHO; PEREIRA; OLIVEIRA y VENTURA (2003). 16 LOBO CABRERA (1988). 17 QUINTANA y otros (2018). PEDRO C. QUINTANA ANDRÉS; ANTONIO M. JIMÉNEZ MEDINA 6 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 lograron producciones a torno de gran calidad, bajo coste -donde influían los salarios más reducidos y un mayor número de horas de trabajo-, lograron un elevado número de pedidos y consiguieron precios sin posibles competencias. En Canarias las cerámicas portuguesas —pese a los costes de fletes— seguían siendo objetos competitivos en el mercado aunque no anularon la producción local o la eliminación de una mano de obra especializada en la producción de formas y sinos18. Hasta los albores del siglo XVII el mercado canario demando dichas cerámicas, para a partir de la reducción de la producción azucarera —mediados del siglo XVI— comenzar a disminuir su volumen. En el seiscientos cesó casi por completo la llegada de formas y sinos, aunque se mantuvo y, probablemente, creció la importación de cerámica portuguesa destinada al menaje del hogar. Una muestra de dicha presencia se obtiene a través de los fondos de los protocolos notariales, pese a ser relaciones fragmentadas y limitadas por la tipología de los concurrentes, pero que nos permiten acercarnos a una mínima realidad histórica de los grupos propietarios, los implicados habitualmente. El estudio de los testamentos y arras de bodas lanzaroteños durante el seiscientos ha permitido analizar el número y las características de las cerámicas registradas, además, en un reducido número de casos, su lugar de procedencia19. Los datos aportados por los 703 testamentos y las 465 dotes no permite obtener conclusiones definitivas sobre el tema estudiado, pero sí que los cántaros, tinajas y jarros de Aveiro estuvieron presentes a los largo de la centuria entre los lanzaroteños. El número de referencias en los testamentos a tenencia de cerámicas se reduce a un 3,2% —23—, mientras en el caso de las dotes se recogen en 289 registros —62,1%—, aunque sólo en 26 se referencia la procedencia de la cerámica, el 8,3%. De tal exiguo número en 11 referencias —42,3%— se menciona su origen portugués, en especial, de Aveiro. En el caso de las Islas Canarias además de conocer que esta producción cerámica portuguesa de Aveiro fue objeto de venta, se sabe, según se documenta en un acuerdo adoptado por el Cabildo de Tenerife el 19 de julio de 1532, que un ollero portugués20 se establece en La Laguna, Tenerife, tal y como consta en el acta del concejo celebrado dicho día: “se acordó con el maestro, portugués ollero conçierte Aguirre quanto se le ha de dar por cada atanor y se haga luego mil caños buenos a contento de Christóual Dias e del diputado Aguirre, regidor21”. Asimismo existen diversas alusiones a piezas cerámicas coloradas, que entendemos que proceden de Aveiro, dado que la tonalidad rojiza o anaranjada es muy frecuente en las pastas de las piezas cerámicas procedentes de esta localidad. En ese sentido, es de destacar los datos que se pueden leer en el inventario de posesiones de María Hernández, esclava liberta de color negro, que realizó su albacea y heredero Juan Ramírez, también de color moreno y, asimismo, antiguo esclavo, el 14 de diciembre de 1571 (el día posterior al fallecimiento de María Hernández), en el que se dice22: (…) dos lebrillos colorados; (…) ytem quatro cantarillos colorados, el uno sin asa; (…) ytem dos jarros medianos, uno colorado y otro verde; ytem otro cantarillo colorado viexo; ytem una escudilla colorada; (…) ytem una tapadera de talla y un jarro colorado. 18 QUINTANA ANDRÉS; JIMÉNEZ MEDINA; ZAMORA MALDONADO y HERNÁNDEZ MA-RRERO (2017). 19 QUINTANA ANDRÉS; JIMÉNEZ MEDINA y HERNÁNDEZ MARRERO (2017). 20 Que debía ser un alfarero experimentado y que tendría aprendices a su cargo, pues es citado como maestro. 21 ROSA OLIVERA y MARRERO RODRÍGUEZ (1986), p. 366. 22 Archivo Histórico Provincial de Las Palmas (AHPLP), sección protocolos notariales, legajo Nº 783, es-cribano Rodrigo de Mesa, folio 872 recto. 19-7-1532. LOBO CABRERA (1983), p. 94. CERÁMICA PORTUGUESA... 7 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 Generalmente cuando en la documentación se cita que una pieza es colorada se asocia al tipo de coloración rojiza que presenta la cerámica producida en la región de Aveiro, debido a la presencia de esas argilas que citamos anteriormente. De hecho, en varios documentos además de exponer que las piezas son coloradas, se añade que son de Avero (Aveiro). Sin embargo algunos autores han asociado esta coloración a la cerámica producida en Canarias, es decir a cerámica elaborada a mano, tal vez por la presencia del almagrado en la loza tradicional23. Por otra parte diversos autores denominan esta cerámica producida en Aveiro, que tiene la misma coloración que las conocidas formas de azúcar, como cerámica de barro rojo24. Esta cerámica colorada de Aveiro es citada en algunos documentos de compra venta. Así en 1597 Antón de Valenzuela, polvorista, recibe de Antonio Jorge, portugués de Aveiro, 780 docenas de jarritas, escudillas, platos y ollitas chiquitas de las coloradas de Aveiro y 760 cántaros y lebrillos de dicha loza (también coloradas de Aveiro), 66 tallas, 20 docenas de jarros y ollas y 12 docenas de jarros y ollas medianas. Si bien no aparecen reflejados los precios, el citado Antón vendería la loza por cuenta del portugués, llevando por su encomienda y almacenaje y ganaría sobre un 8%. En total ese estiman unas 10.570 piezas de importación. El vendedor debía entregar la loza que no hubiese vendido, bien entera, o quebrada, como estuviere, en el momento de arreglar las cuentas25. Unos años después encontramos al mismo Antonio Jorge en otro documento de compra venta. Concretamente en 1604 Gregorio Hernández, oficial de zapatero, Sebastián Enríquez y Teresa Alonso recibían del citado Antonio Jorge, vecino de la villa de Aveiro, 561 docenas de escudillas, platos y jarritos de “lossa colorada” realizados en dicha villa. A ello sumaba 150 lebrillos, 174 cántaros, 63 tallas, 9 docenas de jarros pequeños, 72 ollas, 18 ollas pequeñas y 36 cazuelas (en total unas 7.353 piezas), todo elaborado de la citada loza. Los tres receptores lo distribuyeron entre ellos en iguales partes “a los precios contenidos en una memoria firmada de su nombre, que para ello nos a de dexar para lo quales presios las avemos de bender y por los más que pudiéramos e le avemos de dar quenta dello26”. El contrato establecía entregar a Jorge las piezas quebradas y las no vendidas, dándoles éste por su trabajo y el alquiler de la casa donde se guardaban las piezas el 10% de las ventas. El citado Jorge debía ser un proveedor habitual de loza aveirense a la isla desde hacía tiempo27. Por otra parte, la historiadora Elisa Torres Santana plantea que, en época del reinado de Felipe III (1598-1621) se seguía importando loza fina del exterior, preferentemente de Portugal y, sobre todo, platos, escudillas y palanganas finas28. Las evidencias arqueológicas Citamos a continuación algunos ejemplos de piezas cerámicas que han sido documentadas a través de diversas intervenciones arqueológicas llevadas a cabo en Gran Canaria, destacando 23 NAVARO MEDEROS (1999), pp. 44 y 46. 24 ONRUBIA PINTADO; RODRÍGUEZ SANTANA; SÁENZ SAGASTI; GONZÁLEZ MARRERO y OLMO CANALES (1998), p. 652. 25 AHPLP, sección protocolos notariales, legajo Nº 964, escribano Francisco Ponce, folio 292 recto. 27-9-1597. 26 AHPLP, sección protocolos notariales, legajo Nº 975, escribano Lope Galán de Figueroa, folio 453 vuelto. 28-8-1604. 27 Además de las vasijas y otros recipientes de cerámica procedentes de Portugal, se sabe que en algunos momentos también se importaron otro tipo de piezas, como las elaboradas a molde, caso de las tejas y los ladri-llos. QUINTANA ANDRÉS; JIMÉNEZ MEDINA y ZAMORA MALDONADO (2016), p. 4. 28 TORRES SANTANA (1991), p. 219. PEDRO C. QUINTANA ANDRÉS; ANTONIO M. JIMÉNEZ MEDINA 8 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 los yacimientos de la Cueva Pintada de Gáldar, Las Candelarias (Agaete) y un solar en la calle San Marcial de Las Palmas de Gran Canaria. Tacho En el importante asentamiento indígena que formaba parte del antiguo poblado de Agáldar y que se ubica en el entorno de la Cueva Pintada de Gáldar se ha localizado (durante la intervención de la campaña 2013/2014), en el interior de uno de los antiguos silos de la denominada estructura 53, una pieza cerámica completa elaborada a torno denominada en portugués tacho (cacerola o caldero, que servía para cocinar guisos sobre braseros o fogueros, o incluso en hornos29). Los arqueólogos portugueses Isabel Cristina Ferreira Fernandes y Guilherme Cardoso consideran que los prototipos de este tipo de piezas se fechan en Portugal a lo largo del siglo XVI, alcanzando el XVII30. Figura 1. Figura 1: tacho localizado en la Cueva Pintada (siglos XVI-XVII). Foto: Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada de Gáldar, Cabildo de Gran Canaria/Tomás Correa. Formas de pan de azúcar Como acontece con la documentación escrita, las piezas cerámicas de origen portugués más numerosas son las denominadas formas de pan de azúcar. En otros trabajos hemos descrito las 29 La noticia fue publicada en la prensa local. Véase Canarias 7, 17-9-2014. Referencia electrónica: https://www.canarias7.es/hemeroteca/la_cueva_pintada_de_galdar_da_dos_idolos_y_una_pintadera_mas-DBCSN348865. Fecha de consulta: 13-07-2018. 30 Agradecemos a Jorge Onrubia Pintado toda la información facilitada por Isabel Cristina Ferreira Fer-nandes. Asimismo, agradecemos también las aportaciones del arqueólogo luso Guilherme Cardoso. CERÁMICA PORTUGUESA... 9 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 principales características de la denominada cerámica del azúcar, conformada por las formas, los sinos (probablemente formas de gran tamaño) y los porrones (ollas de purgación). En ese sentido, esta cerámica del azúcar alude a aquellas piezas cerámicas empleadas en el proceso de obtención del azúcar, siendo datadas, sobre todo, entre los siglos XVI y XVII. Se puede considerar como industrial, al elaborarse a torno en grandes cantidades, siguiendo unos patrones y medidas comunes, con una finalidad muy concreta y sin presentar variaciones tipológicas significativas, manteniéndose a lo largo del tiempo una continuidad morfológica. Básicamente las formas servían como moldes cerámicos para la confección de los llamados pilones o panes de azúcar de forma cónica, que son extraídos o separados de manera muy cuidadosa, según las diversas cualidades del azúcar producido (blanco, quebrado, de segunda, de tercera, etc.), para luego ser introducidos esos pilones en cajas de madera destinadas a su comercialización y exportación31. Las formas son piezas de tendencia cónica, con bocas cuyos diámetros varían entre 20 y 40 cm, con una longitud de hasta 45 y 50 cm y con paredes que oscilan entre 1 y 2 cm de grosor. En el yacimiento de Las Candelarias (Agaete) se han documento miles de fragmentos de formas algunos de los cuales proceden de Aveiro32. Figuras 2 y 3. Figuras 2 y 3: fragmento de forma de azúcar (siglo XVI) probablemente de origen portugués localizado en el ingenio de La Trinidad, Barranco de Azuaje (Firgas). Foto: Antonio Jiménez. Dibujo: Margarita I. Jiménez Medina. 31 QUINTANA; JIMÉNEZ; LORENZO; ZAMORA y JIMÉNEZ (2018). 32 BARROSO y MARRERO (2006), p. 8. PEDRO C. QUINTANA ANDRÉS; ANTONIO M. JIMÉNEZ MEDINA 10 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 Búcaros Por último, otra pieza curiosa es un fragmento de búcaro que se encuentra depositado en los fondos de El Museo Canario. Esta pieza se caracteriza por tener unos 7,5 cm de altura, por 9,04 cm de diámetro y unos 0,4 cm de grosor de la pared. Está elaborado a torno, con engobe rojo en toda la superficie (con la peculiaridad de estar decorado en el exterior con líneas de bruñido33), que se ha documentado en la intervención arqueológica desarrollada en el solar de la calle San Marcial, Nº 5, Las Palmas de Gran Canaria34, datado en torno al siglo XIX, si bien se desconoce la cronología exacta de la pieza (se expone que la producción de estas piezas tuvieron un especial auge entre los siglos XVI y XVII) y que procedería de Portugal35. En relación a los barros o búcaros son pequeños vasos olorosos o perfumados (pues estaban hechos con pastas aromatizadas), de paredes finas, de color rojo que servían para enfriar y servir un agua fragante y agradable y que fueron muy conocidos en los siglos XVII, XVIII y XIX. El término barro es la denominación castellana, mientras que la palabra búcaro procede del portugués púcaro, a su vez del latín poculum (taza, vaso), o del griego buqueros, incluso de buccaro o bucca, que equivale a carrillo hinchado. Algunos barros presentaban la peculiaridad de estar poco cocidos, diversos autores36 consideran que a este tipo de barros casi no se les puede denominar como céramicas, pues se disolvían en agua con cierta facilidad. Con unos determinados tipos de búcaros se practicaba la curiosa costumbre de la bucarofagia (sobre todo entre las damas de la aristocracia, quienes los masticaban después de haber bebido agua), acto tal vez procedente del mundo musulmán (donde existía el hábito, entre algunos miembros de la sociedad de comer ciertas arcillas), pues la ingestión y consumo de la arcilla de estos recipientes, entre otros, se ha asociado a elementos narcotizantes, anticonceptivos, inhibidores del hambre, alucinógenos, reguladores de la menstruación, e inclusive para mantener la tez blanca y los carrillos colorados37. Estos búcaros eran considerados una golosina y fueron muy consumidos por las damas desde edad temprana, para, entre otros, lograr una tez muy pálida, un rasgo que se consideraba de belleza y de distinción social; sin embargo, en algunos casos fue considerado como algo vicioso y peligroso, pues creaba adicción y se sabe de fallecimientos como consecuencia de obstrucciones intestinales38. Parece ser que existía una gran variedad de formas de búcaros, algunos se decoraban, otros no, y algunos servían para comer y otros para refrescar el agua, por lo que no eran consumidos39. Los búcaros más conocidos se fabricaron, entre otros lugares, en Lisboa, Nisa, Caldas, Pombal, Sandoal, Aveiro, Montemayor y Estremoz (Portugal), en Chile, Guadalajara (México), Natá (Honduras), Perú, Panamá, así como en Ciudad Rodrigo (Salamanca), Talavera de la Reina (Toledo), Valladolid, Palencia, Granada, Salvatierra de los Barros (Badajoz), Mérida (Badajoz) y Badajoz40. El consumo de estos barros perduró hasta el siglo XIX41 (figura 4). 33 En diversas localidades de la Península Ibérica se ha documentado el uso del bruñido, como en Extre-madura, donde precisamente las mujeres bruñían los búcaros, empleando arcilla más colorada (llamada tinta, que permite el bruñido), con cantos de río que humedecían con la saliva. SESEÑA DÍEZ (1997), pp. 202-203. 34 La excavación de este solar fue llevada a cabo por la empresa Tibicena, Arqueología y Patrimonio (2011). SANTANA CABRERA; ALAMÓN NÚÑEZ; MARRERO ROMERO y OJEDA OLIVA (2012). 35 DELGADO, CRUZ y SOSA (2014), pp. 31-32. 36 PLEGUEZUELO (2000), p. 130. 37 SESEÑA (1997), p. 195. 38 PLEGUEZUELO (2000), p. 130. 39 PLEGUEZUELO (2000), p. 133 40 PLEGUEZUELO (2000), pp. 131-132; ROVIRA y GAITIÁN (2010). 41 PLEGUEZUELO (2000), p. 130. CERÁMICA PORTUGUESA... 11 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 Figura 4: fragmento de búcaro localizado en la calle San Marcial, 5, Las Palmas de Gran Canaria. Foto: Antonio Jiménez. INFLUENCIAS PORTUGUESAS EN LA CERÁMICA TRADICIONAL A MANO A finales del siglo XVII el fraile José de Sosa42 alude a la fabricación de cerámica a mano, elaborada por mujeres que eran muy diestras, experimentadas y dedicadas a ese oficio, heredada (según el autor) del mundo indígena, para el servicio doméstico y común en el ambiente rural; mientras que en las ciudades existían los barros (de color rojo, para enfriar el agua, es decir búcaros) que se producían, sobre todo en la Ciudad de Telde y que se exportaban a otras islas y España, así como a otros lugares, que además podían competir con los búcaros de Aveiro y los barros y tallitas o alcarrazas blancas de Sevilla43. Esta cerámica, tanto la doméstica, como la más fina, era muy estimada y apreciada. Por tanto, se puede afirmar que en Telde en 1678 ciertas mujeres fabricaban a mano búcaros que probablemente eran copias de modelos portugueses y sevillanos. Esta es quizás la primera referencia escrita que existe sobre la copia de piezas portuguesas por parte de las alfareras o loceras tradicionales de la isla de Gran Canaria. Además de esta referencia que nos aporta Sosa, existen varios términos que son empleados tanto por las alfareras, como por la población de Canarias, que aluden a piezas cerámicas que proceden de vocablos portugueses que se han mantenido como bico (pico) y que, generalmente, son palabras que han sido castellanizadas, a partir de corrupciones fonéticas de las originales, como son los casos de friguera, asadera, foguero y rabilero o incluso mantienen la pronunciación portuguesa pero se escriben con diferente grafía, como es el caso de talla44. Asimismo, existe otro término que no hace referencia a una pieza cerámica, pero que sí está relacionado con el mundo alfarero, como es la palabra bujo45. 42 Concretamente entre 1678 y 1688 cuando se redactó el manuscrito de la obra de José de Sosa. 43 SOSA (1994), pp. 297-298. 44 JIMÉNEZ MEDINA (2015). 45 JIMÉNEZ MEDINA (2015). PEDRO C. QUINTANA ANDRÉS; ANTONIO M. JIMÉNEZ MEDINA 12 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 Talla Esta palabra que procede de talha46, a su vez del latín tinacula, diminutivo de tina, garrafa para vino47. Para los investigadores portugueses la talha es un recipiente de grandes dimensiones destinado al almacenamiento o transporte de grandes cantidades de líquido48. Sin embargo, en algunos lugares de Portugal (Selhariz ou Vilar de Nantes, Chaves, Bisalhães, Mondrões, Vila Real, Fazamões, Paus, Resende, Viseu, etc.) ciertas tallas se empleaban para almacenar o contener, además del agua, aceite, vino, aceitunas (Olea europaea), millo (Zea mays) y otros granos49. Este término aparece ya reflejado para el caso de Canarias en diversos documentos fechados entre 1506 y 152650, incluso en la redacción que el conquistador Antonio Sedeño hizo de la crónica de la conquista de Gran Canaria (original que debió ser redactado antes de 1495, año del fallecimiento del autor natural de Toledo), se cita que las mujeres indígenas hacían tallas que eran como tinajuelas51, es decir que ya a finales del siglo XV se empleaba esta palabra, si bien no debía estar muy extendida, o bien se expuso como aclaración a un público castellano más amplio que el residente en Canarias, porque el propio Sedeño tiene que explicar que la talla era como una tinaja pequeña. En la cerámica tradicional canaria la talla es un recipiente de forma compuesta, generalmente de panza globular, o bitroncocónica, base con tendencia plana y cuello cilíndrico, que se utiliza para transportar agua desde los puntos de abastecimiento (fuentes, pilares, acequias, barrancos, etc.) hasta los hogares. Suelen tener un cuello alto para poder colocar un trapo o paño, que se ata, o incluso para colocar una tapa, para evitar que el agua se salga, debido a los continuos movimientos oscilantes52. Algunas loceras exponen que las tallas deben tener el cuello de la barriga de la pieza, de cuatro dedos o más de alto, para que se pueda llevar y traer el agua bien y no se derrame53. Generalmente las mujeres se colocaban las tallas sobre sus cabezas para transportarlas. En Andalucía algunas alcarrazas blancas se denominaban tallas durante el siglo XVII54. Las tallas canarias poseen un volumen que oscila entre los cinco y los siete litros, si bien hay algunas que pueden llegar hasta los once o quince litros. En La Atalaya varias piezas cerámicas reciben el nombre de talla, talla de agua, talla de plantar (especie de maceta), talla de caño (a modo de porrón), etc. Las tallas para agua suelen medir entre 29 y 40 cm de diámetro, por unos 28-35 cm de alto y un grosor que varía entre 0,8 y 1,1 cm. Es probable que la palabra talla aluda a algún tipo de medida o cantidad de volumen55. En ese sentido, algunas tallas portuguesas presentan en las paredes exteriores unos resaltes, a modo de cordones, que circundan toda la superficie y que indican la cantidad grano, aceite, etc., que posee el recipiente y que va quedando a medida que se va consumiendo el contenido del interior. Por otra parte, en un acuerdo adoptado por el Cabildo de Tenerife el día 8 de noviembre de 1514 se alude al modelo de Sevilla que debían tener los cántaros que los 46 La talla se define en portugués como vasilha (geralmente de barro) de boca estreita e de grande bojo, em que se guarda azeite, vinho, etc., vasija (generalmente de barro) de boca estrecha y de barriga grande, en la que se guarda aceite, vino, etc. Consulta del Dicionário Priberam da Língua Portuguesa, 2008-2013, referencia electrónica: https://wwww.priberam.pt/DLPO/talha. Fecha de consulta: 10-07-2018. 47 SANTANA DUCHEMENT (2004). 48 CRUZ y CORREIA (2007), p. 72. 49 FERNANDES y TEIXEIRA (1997). 50 RONQUILLO RUBIO (1993). 51 SEDEÑO en MORALES PADRÓN (1993), pp. 370-372. 52 JIMÉNEZ MEDINA (2015). 53 SANTANA DUCHEMENT (2004). 54 PLEGUEZUELO (2000). 55 Agradecemos a Juan M. Zamora Maldonado los datos aportados, de quien además partió este planteamiento. CERÁMICA PORTUGUESA... 13 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 aguadores debían llevar a las fuentes, pues hasta ese momento no lo estaban haciendo56, dicho modelo debía tener un volumen concreto. En ese sentido, se sabe que el cántaro también era una medida de volumen, un cántaro de Canarias tenía que ser de cuatro azumbres, es decir de 8 litros, mientras que en Castilla la medida del cántaro era de 16 litros57 (figura 5). Figura 5: talla de La Atalaya, c. 1890-1920, localizada en Lereta, Guayadeque, Agüimes, depositada en el centro de interpretación de Guayadeque. Foto: Antonio Jiménez. Friguera Friguera, en Hoya Pineda (Gáldar), es el vocablo que denomina a los tostadores pequeños, o cazuelas, tanto para tostar café (Coffea arabica) como castañas (Castanea sativa). Tienen unas pequeñas elevaciones del borde, a modo de asas, dispuestos simétricamente y a las que se les realiza una perforación, para que puedan ser colgadas. Probablemente el término proce- 56 SERRA RÁFOLS y ROSA OLIVERA (1965), p. 55. 57 LOBO CABRERA (1983), p. 45. PEDRO C. QUINTANA ANDRÉS; ANTONIO M. JIMÉNEZ MEDINA 14 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 da del portugués frigideira58, tostador o sartén. En Portugal, desde el siglo XVI, las frigideiras se emplearon para freír alimentos en grasa de cerdo (Sus scrofa porcus), mantequilla o aceite de oliva y, más recientemente, con otros tipos de aceites. Generalmente se empleaban para cocinar carnes, pescados, pasteles, empanadas, croquetas, huevos, etc59. En una de las vitrinas del Museo de la Guardia Nacional Republicana, que se ubica en el antiguo Convento del Carmen, de Lisboa se puede apreciar una pieza cerámica modelada a torno denominada frigi-deira (localizada durante las intervenciones arqueológicas efectuadas en 2008) y que está fe-chada entre los siglos XVII y XVIII, que se parece tipológicamente mucho a una friguera o cazuela elaborada en 2006 por la locera Rafaela Santiago Suárez, hija de la conocida locera Juliana Suárez Vega (Julianita). Algunas frigueras pueden medir unos 20-30 cm de diámetro, por unos 5-7 cm de alto, mientras que el grosor de las paredes varía entre 0,5 y 1 cm. La frigideira portuguesa se caracteriza por ser un recipiente largo, abierto y con paredes bajas, que se usa en contacto con el fuego, a altas temperaturas60. En otras partes de la isla de Gran Canaria a las frigueras se les llama cazuelas (Tunte, San Bartolomé de Tirajana; La Atalaya, Santa Brígida y Lugarejos, Artenara). Figuras 6, 7 y 8. Figura 6: frigidieira (siglos XVII-XVIII) localizada en el antiguo Convento del Carmen, Lisboa, Museo de la Guardia Nacional Republicana (Lisboa). Foto: Antonio Jiménez. 58 Dicionário Priberam da Língua Portuguesa, 2008-2013, referencia electrónica: https://wwww.priberam.pt/DLPO/frigideira. Fecha de consulta: 10-07-2018. 59 Agradecemos la información a Guilherme Cardoso. 60 CRUZ y CORREIA (2007), p. 7. CERÁMICA PORTUGUESA... 15 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 Figura 7: friguera o cazuela (esquina inferior izquierda), fondos de El Museo Canario. Foto: Antonio Jiménez. Figura 8: friguera, alfar de Juliana Suárez Vega y Rafaela Santiago Suárez, Hoya de Pineda, Gáldar, 1998. Foto: Antonio Jiménez. PEDRO C. QUINTANA ANDRÉS; ANTONIO M. JIMÉNEZ MEDINA 16 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 Asadera La asadera es una pieza cerámica con forma de bandeja, que presenta paredes altas, fondo plano y dos asas (cada una en un extremo), que se emplea para guisar o cocinar alimentos, sobre todo carnes o pescados dentro de un horno. Este término podría proceder del portugués assadeira61. En Portugal (Carapinhal, Miranda do Corvo, Coimbra) existen piezas cerámicas muy parecidas a las elaboradas en la alfarería tradicional canaria62. En algunos lugares, como La Atalaya de Santa Brígida las asaderas son denominadas barcas, barquetas o barquinetas (dependiendo del tamaño). Sus medidas aproximadas son 9 cm de alto, 36 cm de ancho y 21 cm de largo. Su volumen es de 5 a 7 litros, si bien algunas alcanzan los 15 litros. Figuras 9 y 10. Figura 9: asaderas de La Atalaya de Santa Brígida (esquina superior derecha), detalle de una foto del horno de ladrillos realizado en el pabellón de alfarería de la “Fiesta de las Flores”, 1892. Foto: Luis Ojeda Pérez. Fondo fotográfico de la FEDAC. 61 Dicionário Priberam da Língua Portuguesa, 2008-2013, referencia electrónica: https://wwww.priberam.pt/DLPO/assadeira. Fecha de consulta: 10-07-2018. 62 FERNANDES y TEIXEIRA (1997). CERÁMICA PORTUGUESA... 17 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 Figura 10: asaderas, colección particular, Gran Canaria. Foto cedida por El Alfar. Foguero El foguero es una vasija cerámica destinada a depositar las brasas para cocinar en la bravera, que es la pieza complementaria a ésta. En Portugal (Modelos, Tondela y Viseu) existe una pieza muy parecida, si bien en realidad es un brasero (una única pieza en la que se combina el foguero y la bravera, como un sahumador de mayor tamaño), que se denomina fogareiro, que se emplea para asar, entre otros alimentos, castañas63. Algunos fogueros poseen un diámetro de 25-30 cm, una altura de 15-20 cm y un grosor de 0,8 cm. Figuras 11 y 12. 63 FERNANDES y TEIXEIRA (1997). PEDRO C. QUINTANA ANDRÉS; ANTONIO M. JIMÉNEZ MEDINA 18 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 Figuras 11 y 12: foguero y brasero elaborados por el locero Francisco Rodríguez Santana, “Panchito”, La Atala-ya, 1981, colección FEDAC. Foto: FEDAC. CERÁMICA PORTUGUESA... 19 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 Rabilera de vino Esta palabra podría proceder del portugués rabileiro, de tengedor de rabil, que pudo pasar a un valor análogo a parrandista, juerguista, pícaro. En el caso de la loza, creemos que existe una relación directa con el bagaje material, en las áreas de elaboración y almacenamiento de vinos64. La rabilera es una pieza que se emplea para contener y transportar vino, para el trasiego, durante su elaboración. Algunas rabileras poseen unas medidas de 10 cm de diámetro, 5 cm de alto y un grosor de 0,8 cm. Figura 13. Figura 13: rabilera de vino, colección FEDAC. Foto: FEDAC. Bico Se denomina bico a la lengüeta o pico vertedero que presentan ciertas vasijas elaboradas en la loza tradicional canaria65. Es un término de origen portugués, significa pico o punta de forma acanalada que poseen en el borde algunas vasijas cerámicas, para que viertan con facilidad el líquido que contienen66. 64 SANTANA DUCHEMENT (2004). 65 SANTANA DUCHEMENT (2004). 66 PÉREZ VIDAL (1991), p. 140. PEDRO C. QUINTANA ANDRÉS; ANTONIO M. JIMÉNEZ MEDINA 20 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 Bujo La palabra bujo podría proceder del portugués bojo67, bollo, bulto, barriga, parte convexa de una pieza cerámica68. En Hoya de Pineda (Santa María de Guía y Gáldar) se emplea para denominar a ciertos hornos y cuevas, como la Cueva del Bujo y el Horno del Bujo69. Asimismo, en Portugal existe la localidad de Bujos que se ubica próxima a Coimbra. Figuras 14 y 15. Figuras 14 y 15: Cuevas del Bujo, Barranco de la Hoya, Hoya de Pineda, Santa María de Guía. Foto: Antonio Jiménez. Dibujo: Margarita I. Jiménez Medina. 67 Dicionário Priberam da Língua Portuguesa, 2008-2013, referencia electrónica: https://wwww.priberam.pt/DLPO/bojo. Fecha de consulta: 10-07-2018. 68 CORRALES, CORBELLA y ÁLVAREZ (1996), p. 202. 69 ZAMORA y JIMÉNEZ (2008), pp. 71-85 y 174-175. CERÁMICA PORTUGUESA... 21 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 CONCLUSIONES A tenor de los datos expuestos se puede afirmar la importancia que tuvo la importación de este tipo de cerámica portuguesa, procedente sobre todo de Aveiro, que llegó a Canarias y que se documenta al menos desde unos años antes que se produjese la unión de la corona castellana y la corona portuguesa, c. 1571, hasta casi la separación de las mismas, 1621. Además de las citas que aparecen en los documentos escritos de los siglos XVI y XVII hay que destacar que en diversas intervenciones arqueológicas se han identificado piezas o fragmentos de formas de azúcar, tachos y búcaros portugueses y que probablemente en futuras pesquisas se puedan constatar la presencia de jarras (de diversos tamaños), jarros, escudillas, platos, ollas (de diversos tamaños), cazuelas, cántaros, tallas y lebrillos. Esta cerámica de origen portugués sufrirá un progresivo retroceso ante el empuje de los alfares andaluces, valencianos y extranjeros con la masiva introducción de la cerámica vidriada y de pisa, la cual se impone en la mayoría de Europa gracias a la notable actividad de los alfares ingleses capaces de abastecer a un amplio mercado gracias a su importante red comercial y de transporte. Una cuestión relacionada con el abanico de influencias portuguesas es el empleo de ciertos términos empleados en la alfarería elaborada a mano que parecen proceder del portugués, que denotaría un vínculo entre la loza tradicional y la cultura portuguesa del que desconocemos las vías de transmisión, etc. Entre otros portuguesismos destacan las piezas denominadas talla (talha, cántaro), asadera (assadeira, asador), friguera (frigideira, cazuela), rabilera (rabileiro), bico (pico vertedero) y el topónimo bujo (bojo). Es más que probable que todos estos términos de origen portugués hayan sido asimilados desde el siglo XVI, debido a la gran influencia que ejerció la población lusa asentada en Canarias, especialmente en zonas en los que se establecieron ingenios azucareros. El legado de los diversos grupos humanos acrisolados en las nuevas sociedades surgidas de la mesticidad tiene parte de todos no mostrando predominio de nada, al contrario, la mayoría realiza nuevas relecturas, crea nuevas síntesis y establecen códigos culturales reconocidos como propios. En este devenir histórico de la sociedad los objetos inmateriales y materiales se convierten en elementos de sincretismo, amalgama de la población y espejo de reconocimiento de un modelo social en continua transformación, aunque sea negado por una minoría irredenta cuyo fin, como se observa en la actualidad, es defender ideas xenófobas, chauvinistas y exclusivistas. BIBLIOGRAFÍA ALEXANDRE-BIDON, D. (2005). Une archéologie du goût. 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Calificación | |
Título y subtítulo | Cerámica portuguesa importada a Gran Canaria entre los siglos XVI y XVII |
Autor principal | Quintana Andrés, Pedro C. |
Autores secundarios | Jiménez Medina, Antonio M. |
Entidad | Cabildo de Gran Canaria |
Publicación fuente | XXIII Coloquio de historia canario - americana |
Numeración | Coloquio 23 |
Sección | Arqueología |
Tipo de documento | Congreso y conferencia |
Lugar de publicación | Las Palmas de Gran Canaria |
Editorial | Cabildo Insular de Gran Canaria |
Fecha | 2018 |
Páginas | pp. 0614-0638 |
Materias | Congreso ; Historia ; Canarias ; América ; Cerámica ; Portugal ; Gran Canaria (Canarias) ; Comercio ; Siglos XVI-XVII |
Enlaces relacionados | Enlace al editor : http://coloquioscanariasamerica.casadecolon.com/ |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 1239040 Bytes |
Texto | XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 CERÁMICA PORTUGUESA IMPORTADA A GRAN CANARIA ENTRE LOS SIGLOS XVI Y XVII PORTUGUESE POTTERY IMPORTED TO GRAN CANARIA BETWEEN THE 16TH AND 17TH CENTURIES Pedro C. Quintana Andrés; Antonio M. Jiménez Medina Cómo citar este artículo/Citation: Quintana Andrés, P. C.; Jiménez Medina, A. M. (2020). Cerámica portuguesa importada entre los siglos XVI y XVII. XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana (2018), XXIII-045. http://coloquioscanariasamerica.casadecolon.com/index.php/CHCA/article/view/10440 Resumen: Desde finales del siglo XV comienzan a importarse al archipiélago canario diversas piezas cerámicas procedentes de Andalucía, Castilla y Valencia, destacando en importancia también las que llegaban de Portugal e incluso hay que destacar que algunos olleros de origen luso se asentaron en las Islas. La tipología de estas cerámicas portuguesas era variada: cazuelas, ollas, lebrillos, jarros, jarras, escudillas, platos, cántaros, tallas, palanganas, formas, sinos, etc. En las fuentes escritas (1537-1604) se citan 38.731 formas de azúcar y 17.923 piezas domésticas procedentes de Aveiro. Existe, además, la constatación arqueológica de algunos materiales que se han documentado: formas de azúcar, ollas y búcaros. Por otra parte parece existir una relación entre esta cerámica importada y la realizada a mano en Canarias, que se puede observar tanto en la copia de ciertas vasijas portuguesas (cazuelas, asaderas, braseros…), como en la adopción de términos portugueses (talha, frigideira o fogareiro) que se castellanizaron. Palabras clave: cerámica, importación, Portugal, Aveiro, Gran Canaria, siglos XVI y XVII. Abstract: Since the end of the 15th century, various pottery pieces have been imported from Andalusia, Castile and Valencia into the Canary Islands, emphasizing in importance the ones that arrives from Portugal, it should even be noted that some pots of Portuguese origin settled on the islands. The typology of these Portuguese pottery was varied: stewpots, pots, basins, jars, jugs, bowls, plates, amphoras, carvings, washbasins, sugar shapes, signs, etc. In written sources (1537-1604) are cited 41,900 forms of sugar and 17,923 domestic pieces from Aveiro. On one side there is also the archaeological confirmation of some materials that have been documented: sugar forms, pots and vases. On the other hand there seems to be a relationship between the imported ceramic and the handmade in the Canary Islands, which can be notice both in the copy of certain Portuguese pots (stewpots, grills or braziers), as in the adoption of Portuguese terms (talha, frigideira or fogareiro) that which are Castilianized. Keywords: pottery, importation, Portugal, Aveiro, Gran Canaria, 16th and 17th centuries. INTRODUCCIÓN1 Dr. en Historia Moderna. Instituto Universitario de Análisis y Aplicaciones Textuales (IATEX), Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Instituto de Educación Secundaria Isabel de España. Paseo de Tomás Morales, 39. 35003. Las Palmas de Gran Canaria. España. Teléfono: +34 928641145; correo electrónico: pquiand17@gmail.com Dr. en Historia, arqueólogo. Excmo. Ayuntamiento de Arucas. Concejalía de Patrimonio Histórico. Ca-sa de la Cultura. C/Gourié, 3. 35400. Arucas. Gran Canaria. España. Teléfono: +34 928621664; correo electróni-co: patrimoniohistorico@arucas.org 1 Queremos mostrar nuestro agradecimiento a Isabel Cristina Ferreira Fernandes, Guilherme Cardoso, Élvio Duarte Martins Sousa, Valentín Barroso Cruz, María del Cristo González Marrero, Gloria Santana Duchement, Juan Zamora Maldonado y José Ángel Hernández Marrero por todas sus valiosas aportaciones sobre los materia-les cerámicos, así como al Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada de Gáldar, en su nombre a su directora conservadora, Carmen Gloria Rodríguez Santana, José Ignacio Sáenz Sagasti, conservador y Jorge Onrubia Pin-tado, director científico, por las facilidades dadas a la hora de poder consultar materiales arqueológicos y la foto- © 2019 Cabildo de Gran Canaria. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional. PEDRO C. QUINTANA ANDRÉS; ANTONIO M. JIMÉNEZ MEDINA 2 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 Las influencias generadas sobre el modo de vida, la cultura o la economía por las aportaciones de los inmigrantes son una realidad cotidiana en la actualidad. La multiculturalidad es un hecho en alza, capaz de generar avances significativos en la demografía de países envejecidos, revitalizar la cultura, expandir los intereses comunes de la población o multiplicar las vías de enriquecimiento económico. Canarias como región situada entre tres continentes fue crisol de etnias y culturas con variadas características, cuya mezcla ha creado una sociedad con un reconocido mestizaje desde los primeros tiempos de la colonización, pese a las restricciones impuestas por la corona al volumen de bienes propiedad de extranjeros o el veto al paso de peninsulares no castellanos a América. Libres y esclavos fueron progresivamente antropizando el medio insular pero también dejando parte de su idiosincrasia, mayor según la proporción del número de individuos afincados o a la capacidad económica del grupo implicado. En el presente, tras las aportaciones de los investigadores, sería una falacia negar el considerable peso ejercido en nuestras tradiciones de las aportaciones de las culturas norteafricanas, genovesa, irlandesa o inglesa en la totalidad o parte de las islas. Discernir la fracción de la suma generada por los múltiples modelos de vida externos en la identidad de la población canaria en la actualidad es una tarea ardua sólo al alcance del personal investigador más riguroso. Uno de los elementos de multiculturalidad de ese legado es la cerámica, que constituye un material imprescindible en las labores del hogar2. Dentro del menaje doméstico destaca por su variedad y por su pervivencia durante muchos años. De hecho tanto la loza fina como la basta u ordinaria se solía heredar y es citada en diversos testamentos. Desde finales del siglo XV comienzan a importarse al Archipiélago Canario diversas piezas cerámicas procedentes de Andalucía, Castilla, Valencia, etc., destacando en importancia también las que llegaban de Portugal. Se sabe, además, que algunos olleros de origen luso se asentaron en las Islas, sobre todo en áreas próximas a los ingenios azucareros. Es plausible pensar que algunos de los olleros que trabajaban en estos ingenios, o en otros lugares, fueran portugueses, como se ha documentado en La Laguna en 1532 y que alguno de esos olleros tuvieran esclavos3, que una vez libertos o manumitidos podrían haber seguido practicando el único oficio de conocían, como aconteció con los caleros, los tejeros, los arrieros (almocrebes), o los canteros. La tipología de las cerámicas de la región portuguesa de Aveiro era singular por su brillo y calidad de cocido, manifestándose esas cualidades en varios contratos e inventarios de posesiones. Aunque sólo en algunos de ellos se hace referencia a que su pasta era de tono colorado o colorada de Aveiro. El presente trabajo pretende acercar el conocimiento que actualmente se posee sobre estos bienes cerámicos que parten del legado de los diversos grupos de población portuguesa que se asentaron en Canarias. Para ello se han analizado diversos documentos escritos, como compra-ventas, testamentos e inventarios de bienes en los que aparecen citadas numerosas piezas cerámicas importadas de Portugal y se han estudiado algunos materiales cerámicos procedentes de varios hallazgos arqueológicos que parecen ser originarios del citado país. Asimismo, se ha procedido a estudiar la tradición oral entre las loceras o alfareras grafía cedida. También a la Fundación para el Estudio y Desarrollo de la Artesanía Canaria (FEDAC), en su nombre a Caridad Rodríguez Pérez-Galdós, por la cesión de fotografías. Asimismo, a Miriam Cárdenes Suárez por la traducción al inglés. 2 ALEXANDRE-BRIDON (2005); CARO (2002); COOPER (1987); ORTON; TYERS & VINCE (1997). 3 Como fue el caso del ollero asentado en Arucas Mateos de Beas, tal vez originario de Huelva, que tenía un esclavo de origen berberisco llamado Baltasarico de unos 15 años de edad en 1532. LOBO CABRERA (1982), p. 200. Se desconoce si dicho esclavo aprendió el oficio de ollero, pero es muy probable que ayudase al citado ollero en sus labores cotidianas. CERÁMICA PORTUGUESA... 3 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 tradicionales de Gran Canaria, así como varias de las vasijas confeccionadas por las mismas que parecen proceder de tradiciones lusas de siglos anteriores. Evidentemente ésta no es una investigación cerrada, sino una primera aproximación que nos permita en un futuro seguir indagando y sobre todo analizando los materiales cerámicos que han sido documentados en intervenciones arqueológicas y que nos podrían acercar más a este comercio y su importancia en la historia del archipiélago. CANARIAS Y LA PRESENCIA PORTUGUESA En la historiografía regional ha sido abordada en numerosas ocasiones las relaciones sociales, económicas, literarias, lingüísticas o ideológicas entre el mundo luso y las islas4. Así la influencia portuguesa es palpable en la actual sociedad canaria5. No obstante la presencia portuguesa en Canarias fue anterior a la conquista castellana en su estrategia de expansión atlántica y africana. Pese a su antelación, los portugueses no lograron establecerse en las islas tras los acuerdos firmados por ambos países que decantaron su incorporación territorial a los estados de los Reyes Católicos. El Tratado de Alcáçovas (1479) puso fin a una serie de conflictos entre Portugal y Castilla sobre la sucesión dinástica sobre la corona del último reino y la expansión territorial en el ámbito Atlántico. Los castellanos vieron reconocidos sus derechos sobre Canarias mientras los lusos ratificaron su preeminencia sobre el resto de archipiélagos macaronésicos y las costas de África6. Tras la colonización europea de las islas, la distribución de tierras y el asentamiento del poder castellano a través de sus instituciones, la sociedad y economía de regional fueron plenamente castellanizadas, aunque ello no fue óbice para el progresivo arribo de un nutrido grupo de portugueses desplazados desde Madeira o el sur de Portugal, ya para su asentamiento definitivo o temporal. El trabajo especializado en las tareas de los cañaverales azucareros o en la posterior transformación del azúcar (Saccharum officinarum) fueron algunos de los focos de atracción de los inmigrantes, aportando una amplia mano de obra trabajando de arrieros, hortelanos o marineros. Los registros notariales, por ejemplo, muestran numerosos contratos de trabajo, acuerdos de arriendos, pago de salarios o testamentos de portugueses residentes en las islas, situación extensible a las otras de realengo7. La unión entre las coronas portuguesas y castellana de 1580 supuso un hecho internacional de notable repercusión, tal como sucedió con la separación de ambas en 1640. En ese largo tiempo la colonia portuguesa en las islas mantuvo su importancia y aún creció con la llegada de una mano de obra especializada y centrada en la artesanía, caso del cuero, tejidos, zapatos 4 SERRA RÁFOLS (1941); PÉREZ VIDAL (1968), pp. 41-106; PÉREZ VIDAL (1991); VERLINDEN (1970), pp. 411-423. FAJARDO SPÍNOLA (2002), pp. 310-320; MARTÍN SOCAS y LOBO CABRERA, (1983), pp. 678-701; ANAYA HERNÁDEZ y FAJARDO SPÍNOLA (1990), pp. 846-876. 5 Como se sabe existen en el archipiélago varios apellidos de origen portugués, que bien han conservado su grafía o han sido castellanizados, entre otros muchos, como Marrero, Sosa, Ferrera, Viera, Báez, Yánez, Acosta, Fleitas, Jorge, Silva, Barbosa, etc. Por otra parte, se han conservado algunas palabras o vocablos portu-gueses en el dialecto, o habla coloquial canaria, como millo (milho), liña (linha), caroso (caroço), támbara o támara (tâmara), magua (mágoa), margullo (mergulho), etc. También existe la costumbre portuguesa de deno-minar a ciertos árboles frutales con la terminación -ero (de -eiro), como naranjero, nisperero, aguacatero, zapote-ro, limonero, etc. Asimismo algunos platos de la cocina canaria son originarios de Portugal, como los huevos moles (ovos moles), el pescado a la portuguesa o el mojo (molho en portugués significa salsa). 6 JOHN (2001); LADERO QUESADA (2012); TORRES SANTANA (2006); SUÁREZ FERNÁNDEZ y FERNÁNDEZ ÁLVAREZ (1999). 7 CAMACHO PÉREZ-GALDÓS (1961), pp. 11-70; VIÑA BRITO (2014); RIVERO SUÁREZ y LOBO CABRERA (1991), pp. 17-131. PEDRO C. QUINTANA ANDRÉS; ANTONIO M. JIMÉNEZ MEDINA 4 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 o tenerías. Esta realidad queda reflejada en islas como Lanzarote donde una parte de los artesanos residentes en Teguise o Arrecife eran de origen portugués8. A fines del siglo XVII la influencia lusa experimentó una sensible disminución debido al propio crecimiento demográfico insular cuya mano de obra logró copar parte del nicho de trabajo de los inmigrantes; el arribo de otros grupos extranjeros -irlandeses, malteses, franceses- abriendo nuevos mercados; la política exterior seguida por la monarquía lusa a favor de las propuestas anglosajonas; o la atracción de las colonias del país sobre sus futuros emigrantes. La disminución de la presencia lusos en las islas no fue obstáculo para seguir sosteniendo unas relaciones con los archipiélagos portugueses durante la segunda parte de la Modernidad, pues, por ejemplo, los últimos fueron fondeaderos de corsarios ingleses, foro de compraventa de naves tomadas a españoles o mercados de intercambios de productos de primera necesidad en los tiempos de relaciones cordiales, caso de trigo (Triticum aestivum), vino o aguardiente9. Los intercambios económicos entre las áreas portuguesas y Canarias fueron de especial intensidad durante la primera fase de la Edad Moderna. Aún en los inicios del siglo XIX los intercambios con Madeira y Cabo Verde seguían existiendo con cierta asiduidad. Ilustrativo son los datos arrojados por los registros de naves entradas y salidas de los principales puertos canarios de 1800 a 1804. En ese quinquenio arribaron a Gran Canaria tres naves portuguesas y cinco españolas procedentes de los dos archipiélagos portugueses, suponiendo el origen del 38,0% de las naves entradas en el puerto de la Luz y Las Palmas en ese espacio de tiempo. Las salidas hacia ellas fueron cinco, representando el 55,5% de los destinos registrados en la aduana palmense. En el puerto de Santa Cruz de Tenerife las entradas totales anotadas en el citado quinquenio alcanzaron las 238, correspondiendo a barcos llegados de tierras lusas el 13,0%, siendo naos portuguesas sólo 26,1% de ellas, pues los barcos norteamericanos, ingleses, españoles o suecos coparon el resto del porcentaje de los llegados de Madeira -sobre todo-, Lisboa o Setúbal. Las salidas contabilizadas fueron 415, de las cuales 34 -el 8,1%- tenía como fin de travesía o escala un puerto de las islas macaronésicas portuguesas o Lisboa, representando las naves portuguesas el 26,4% de las navegadas hacia los citados destinos10. LA CERÁMICA PORTUGUESA IMPORTADA A GRAN CANARIA La producción cerámica de Aveiro La región de Aveiro, como ya hemos publicado en otros trabajos, fue un gran centro productor de cerámica, especialmente de la denominada “colorada”, tanto de formas y sinos de azúcar, como de toda clase de vasijas y otras piezas domésticas, al menos, desde el siglo XV hasta el XIX, así como un importante puerto comercial desde el siglo XVI hasta la actualidad11. En esta zona que se ubica en la costa central y norte de Portugal existen grandes depósitos de arcillas pertenecientes a la denominada formación geológica Argilas de Aveiro, datadas en el Cretácico superior, hace unos 85 millones de años. Estas arcillas que se formaron en ambientes lacustres, litorales y deltaicos, aparecen mezcladas con arena y cantos rodados (de tamaño muy pequeño12). Este último aspecto nos hace plantear que el barro se extraía directamente, sin necesidad de añadir ningún tipo de desgrasante, como hemos podido 8 BRITO GONZÁLEZ (1997); QUINTANA ANDRÉS (2000), pp. 97-130. 9 TORRES SANTANA (1991). Según la autora el número de navíos registrados en el comercio entre las Canarias orientales y Portugal entre 1600-1623 fue de 28. 10 ESCOLAR Y SERRANO (1983). 11 SOUSA; SILVA y GOMES (2005), p. 267. 12 ROCHA-ALMEIDA DA BENTA (2006). CERÁMICA PORTUGUESA... 5 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 observar en algunos fragmentos de formas de azúcar localizados en la superficie que ocupaba el antiguo ingenio de La Trinidad (Firgas) en el barranco de Azuaje13. La importancia de la producción cerámica de Aveiro se constata no sólo por las referencias escritas, sino por los hallazgos arqueológicos de restos cerámicos14, sobre todo por la serie de numerosas piezas completas que fueron documentadas en el proceso de intervención arqueológica subacuática, realizada entre 1997 y 1999 y posteriormente en 2002, en el pecio localizado en la Ría de Aveiro en 1992. La embarcación de madera que fue objeto de estudio llevaba como carga principal un repertorio importante de cerámicas, además de restos de barriles, cuerdas, tejidos y sobre todo de castañas (Castanea sativa), uvas (Vitis vinífera) y nueces (Juglans regia). Entre las piezas cerámicas destacan talhas (tallas), jarros (jarros), taças (tazas), garrrafas (botellas), panelas (ollas), bilhas (cántaros-jarras), alguidares (lebrillos), testos (tapas), potes (potes/jarros), terrinas (soperas), canecas (jarros como botellas pequeñas), bacios o penicos (bacines, orinales o escupideras), mealheiros (huchas o alcancías), cantarinhos (cántaros pequeños), púcaros (búcaros), pucarinhos (búcaros pequeños), tigelas (cuencos u hondillas), cântaros (cántaros), pratos (platos), pratos-testos (platos-tapas), atanores (caños), etc.15. La cerámica portuguesa en las fuentes escritas canarias En siglos anteriores, como apuntábamos, la situación difería de la reseñada en los inicios del siglo XIX, pues las relaciones económicas con los puertos portugueses fueron importantes16. Uno de los elementos de este comercio fueron las formas azucareras tan necesarias para el envasado, presentación y transporte del azúcar. Un ejemplo de la influencia de la producción portuguesa en este ramo los tenemos en Gran Canaria donde se han logrado referenciar contratos y contabilidades de ingenio donde se incluyen el número de formas azucareras compradas o existentes. En total se obtuvieron 23 relaciones, siendo el 34,7% de ellas cerámicas procedentes de Portugal, aunque en 13 escrituras se desconocía la procedencia de las piezas. El total de formas registradas fue de 59.352 y los sinos alcanzaron los 1.117, procediendo de tierras lusas el 64,3% de las primeras y el 50,9% de los segundos17. Es decir, que en torno a 38.731 formas y sinos fueron importados desde Portugal. La elevada presencia de cerámica portuguesa dedicada a la producción azucarera estaba unida a la primigenia demanda creada con la introducción de la caña de azúcar en Madeira desde mediados del siglo XV; la evidente fuerza del comercio luso en el Atlántico central; y a la notable concentración de capitales generados en la zona de Aveiro en la producción cerámica. Los alfares de la zona 13 El ingenio de La Trinidad, según Juan Zamora Maldonado, fue fundado sobre 1486 por Pedro de Lugo, hermano del conquistador que fuera Adelantado Alonso Fernández de Lugo y luego es vendido a Francisco Ri-berol (circa 1494-1495) tal vez para financiar la conquista de la isla de Tenerife. Es probable que el nombre de La Trinidad se relacione con la devoción de la familia Lugo procesaba por esta advocación, puesto que un tío carnal de ambos hermanos, Alonso de Lugo, fundó en Sanlúcar de Barrameda la cofradía de la Santísima Trini-dad en 1441, siendo uno de sus cofrades Pedro Fernández de Lugo, hermano de Alonso de Lugo y padre de los hermanos Pedro de Lugo y Alonso Fernández de Lugo. Parece ser que este ingenio estuvo en funcionamiento desde tal vez 1488 hasta 1514, cuando se traslada al Palmital de Guía. QUINTANA ANDRÉS; JIMÉNEZ ME-DINA; EXPÓSITO LORENZO; ZAMORA MALDONADO y JIMÉNEZ MEDINA (2018). 14 En los archipiélagos atlánticos ocupados por los portugueses, sobre todo en Madeira, entre otros luga-res, se han documentado numerosos restos de piezas cerámicas importadas desde Aveiro. Véase entre otras obras SOUSA (2006) y (2007). SOUSA y LIZARDO (2012). 15 ALVES, RODRIGUES; GARCIA y ALELUIA (1998). BETTENCOURT; CARVALHO; PEREIRA; OLIVEIRA y VENTURA (2003). 16 LOBO CABRERA (1988). 17 QUINTANA y otros (2018). PEDRO C. QUINTANA ANDRÉS; ANTONIO M. JIMÉNEZ MEDINA 6 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 lograron producciones a torno de gran calidad, bajo coste -donde influían los salarios más reducidos y un mayor número de horas de trabajo-, lograron un elevado número de pedidos y consiguieron precios sin posibles competencias. En Canarias las cerámicas portuguesas —pese a los costes de fletes— seguían siendo objetos competitivos en el mercado aunque no anularon la producción local o la eliminación de una mano de obra especializada en la producción de formas y sinos18. Hasta los albores del siglo XVII el mercado canario demando dichas cerámicas, para a partir de la reducción de la producción azucarera —mediados del siglo XVI— comenzar a disminuir su volumen. En el seiscientos cesó casi por completo la llegada de formas y sinos, aunque se mantuvo y, probablemente, creció la importación de cerámica portuguesa destinada al menaje del hogar. Una muestra de dicha presencia se obtiene a través de los fondos de los protocolos notariales, pese a ser relaciones fragmentadas y limitadas por la tipología de los concurrentes, pero que nos permiten acercarnos a una mínima realidad histórica de los grupos propietarios, los implicados habitualmente. El estudio de los testamentos y arras de bodas lanzaroteños durante el seiscientos ha permitido analizar el número y las características de las cerámicas registradas, además, en un reducido número de casos, su lugar de procedencia19. Los datos aportados por los 703 testamentos y las 465 dotes no permite obtener conclusiones definitivas sobre el tema estudiado, pero sí que los cántaros, tinajas y jarros de Aveiro estuvieron presentes a los largo de la centuria entre los lanzaroteños. El número de referencias en los testamentos a tenencia de cerámicas se reduce a un 3,2% —23—, mientras en el caso de las dotes se recogen en 289 registros —62,1%—, aunque sólo en 26 se referencia la procedencia de la cerámica, el 8,3%. De tal exiguo número en 11 referencias —42,3%— se menciona su origen portugués, en especial, de Aveiro. En el caso de las Islas Canarias además de conocer que esta producción cerámica portuguesa de Aveiro fue objeto de venta, se sabe, según se documenta en un acuerdo adoptado por el Cabildo de Tenerife el 19 de julio de 1532, que un ollero portugués20 se establece en La Laguna, Tenerife, tal y como consta en el acta del concejo celebrado dicho día: “se acordó con el maestro, portugués ollero conçierte Aguirre quanto se le ha de dar por cada atanor y se haga luego mil caños buenos a contento de Christóual Dias e del diputado Aguirre, regidor21”. Asimismo existen diversas alusiones a piezas cerámicas coloradas, que entendemos que proceden de Aveiro, dado que la tonalidad rojiza o anaranjada es muy frecuente en las pastas de las piezas cerámicas procedentes de esta localidad. En ese sentido, es de destacar los datos que se pueden leer en el inventario de posesiones de María Hernández, esclava liberta de color negro, que realizó su albacea y heredero Juan Ramírez, también de color moreno y, asimismo, antiguo esclavo, el 14 de diciembre de 1571 (el día posterior al fallecimiento de María Hernández), en el que se dice22: (…) dos lebrillos colorados; (…) ytem quatro cantarillos colorados, el uno sin asa; (…) ytem dos jarros medianos, uno colorado y otro verde; ytem otro cantarillo colorado viexo; ytem una escudilla colorada; (…) ytem una tapadera de talla y un jarro colorado. 18 QUINTANA ANDRÉS; JIMÉNEZ MEDINA; ZAMORA MALDONADO y HERNÁNDEZ MA-RRERO (2017). 19 QUINTANA ANDRÉS; JIMÉNEZ MEDINA y HERNÁNDEZ MARRERO (2017). 20 Que debía ser un alfarero experimentado y que tendría aprendices a su cargo, pues es citado como maestro. 21 ROSA OLIVERA y MARRERO RODRÍGUEZ (1986), p. 366. 22 Archivo Histórico Provincial de Las Palmas (AHPLP), sección protocolos notariales, legajo Nº 783, es-cribano Rodrigo de Mesa, folio 872 recto. 19-7-1532. LOBO CABRERA (1983), p. 94. CERÁMICA PORTUGUESA... 7 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 Generalmente cuando en la documentación se cita que una pieza es colorada se asocia al tipo de coloración rojiza que presenta la cerámica producida en la región de Aveiro, debido a la presencia de esas argilas que citamos anteriormente. De hecho, en varios documentos además de exponer que las piezas son coloradas, se añade que son de Avero (Aveiro). Sin embargo algunos autores han asociado esta coloración a la cerámica producida en Canarias, es decir a cerámica elaborada a mano, tal vez por la presencia del almagrado en la loza tradicional23. Por otra parte diversos autores denominan esta cerámica producida en Aveiro, que tiene la misma coloración que las conocidas formas de azúcar, como cerámica de barro rojo24. Esta cerámica colorada de Aveiro es citada en algunos documentos de compra venta. Así en 1597 Antón de Valenzuela, polvorista, recibe de Antonio Jorge, portugués de Aveiro, 780 docenas de jarritas, escudillas, platos y ollitas chiquitas de las coloradas de Aveiro y 760 cántaros y lebrillos de dicha loza (también coloradas de Aveiro), 66 tallas, 20 docenas de jarros y ollas y 12 docenas de jarros y ollas medianas. Si bien no aparecen reflejados los precios, el citado Antón vendería la loza por cuenta del portugués, llevando por su encomienda y almacenaje y ganaría sobre un 8%. En total ese estiman unas 10.570 piezas de importación. El vendedor debía entregar la loza que no hubiese vendido, bien entera, o quebrada, como estuviere, en el momento de arreglar las cuentas25. Unos años después encontramos al mismo Antonio Jorge en otro documento de compra venta. Concretamente en 1604 Gregorio Hernández, oficial de zapatero, Sebastián Enríquez y Teresa Alonso recibían del citado Antonio Jorge, vecino de la villa de Aveiro, 561 docenas de escudillas, platos y jarritos de “lossa colorada” realizados en dicha villa. A ello sumaba 150 lebrillos, 174 cántaros, 63 tallas, 9 docenas de jarros pequeños, 72 ollas, 18 ollas pequeñas y 36 cazuelas (en total unas 7.353 piezas), todo elaborado de la citada loza. Los tres receptores lo distribuyeron entre ellos en iguales partes “a los precios contenidos en una memoria firmada de su nombre, que para ello nos a de dexar para lo quales presios las avemos de bender y por los más que pudiéramos e le avemos de dar quenta dello26”. El contrato establecía entregar a Jorge las piezas quebradas y las no vendidas, dándoles éste por su trabajo y el alquiler de la casa donde se guardaban las piezas el 10% de las ventas. El citado Jorge debía ser un proveedor habitual de loza aveirense a la isla desde hacía tiempo27. Por otra parte, la historiadora Elisa Torres Santana plantea que, en época del reinado de Felipe III (1598-1621) se seguía importando loza fina del exterior, preferentemente de Portugal y, sobre todo, platos, escudillas y palanganas finas28. Las evidencias arqueológicas Citamos a continuación algunos ejemplos de piezas cerámicas que han sido documentadas a través de diversas intervenciones arqueológicas llevadas a cabo en Gran Canaria, destacando 23 NAVARO MEDEROS (1999), pp. 44 y 46. 24 ONRUBIA PINTADO; RODRÍGUEZ SANTANA; SÁENZ SAGASTI; GONZÁLEZ MARRERO y OLMO CANALES (1998), p. 652. 25 AHPLP, sección protocolos notariales, legajo Nº 964, escribano Francisco Ponce, folio 292 recto. 27-9-1597. 26 AHPLP, sección protocolos notariales, legajo Nº 975, escribano Lope Galán de Figueroa, folio 453 vuelto. 28-8-1604. 27 Además de las vasijas y otros recipientes de cerámica procedentes de Portugal, se sabe que en algunos momentos también se importaron otro tipo de piezas, como las elaboradas a molde, caso de las tejas y los ladri-llos. QUINTANA ANDRÉS; JIMÉNEZ MEDINA y ZAMORA MALDONADO (2016), p. 4. 28 TORRES SANTANA (1991), p. 219. PEDRO C. QUINTANA ANDRÉS; ANTONIO M. JIMÉNEZ MEDINA 8 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 los yacimientos de la Cueva Pintada de Gáldar, Las Candelarias (Agaete) y un solar en la calle San Marcial de Las Palmas de Gran Canaria. Tacho En el importante asentamiento indígena que formaba parte del antiguo poblado de Agáldar y que se ubica en el entorno de la Cueva Pintada de Gáldar se ha localizado (durante la intervención de la campaña 2013/2014), en el interior de uno de los antiguos silos de la denominada estructura 53, una pieza cerámica completa elaborada a torno denominada en portugués tacho (cacerola o caldero, que servía para cocinar guisos sobre braseros o fogueros, o incluso en hornos29). Los arqueólogos portugueses Isabel Cristina Ferreira Fernandes y Guilherme Cardoso consideran que los prototipos de este tipo de piezas se fechan en Portugal a lo largo del siglo XVI, alcanzando el XVII30. Figura 1. Figura 1: tacho localizado en la Cueva Pintada (siglos XVI-XVII). Foto: Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada de Gáldar, Cabildo de Gran Canaria/Tomás Correa. Formas de pan de azúcar Como acontece con la documentación escrita, las piezas cerámicas de origen portugués más numerosas son las denominadas formas de pan de azúcar. En otros trabajos hemos descrito las 29 La noticia fue publicada en la prensa local. Véase Canarias 7, 17-9-2014. Referencia electrónica: https://www.canarias7.es/hemeroteca/la_cueva_pintada_de_galdar_da_dos_idolos_y_una_pintadera_mas-DBCSN348865. Fecha de consulta: 13-07-2018. 30 Agradecemos a Jorge Onrubia Pintado toda la información facilitada por Isabel Cristina Ferreira Fer-nandes. Asimismo, agradecemos también las aportaciones del arqueólogo luso Guilherme Cardoso. CERÁMICA PORTUGUESA... 9 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 principales características de la denominada cerámica del azúcar, conformada por las formas, los sinos (probablemente formas de gran tamaño) y los porrones (ollas de purgación). En ese sentido, esta cerámica del azúcar alude a aquellas piezas cerámicas empleadas en el proceso de obtención del azúcar, siendo datadas, sobre todo, entre los siglos XVI y XVII. Se puede considerar como industrial, al elaborarse a torno en grandes cantidades, siguiendo unos patrones y medidas comunes, con una finalidad muy concreta y sin presentar variaciones tipológicas significativas, manteniéndose a lo largo del tiempo una continuidad morfológica. Básicamente las formas servían como moldes cerámicos para la confección de los llamados pilones o panes de azúcar de forma cónica, que son extraídos o separados de manera muy cuidadosa, según las diversas cualidades del azúcar producido (blanco, quebrado, de segunda, de tercera, etc.), para luego ser introducidos esos pilones en cajas de madera destinadas a su comercialización y exportación31. Las formas son piezas de tendencia cónica, con bocas cuyos diámetros varían entre 20 y 40 cm, con una longitud de hasta 45 y 50 cm y con paredes que oscilan entre 1 y 2 cm de grosor. En el yacimiento de Las Candelarias (Agaete) se han documento miles de fragmentos de formas algunos de los cuales proceden de Aveiro32. Figuras 2 y 3. Figuras 2 y 3: fragmento de forma de azúcar (siglo XVI) probablemente de origen portugués localizado en el ingenio de La Trinidad, Barranco de Azuaje (Firgas). Foto: Antonio Jiménez. Dibujo: Margarita I. Jiménez Medina. 31 QUINTANA; JIMÉNEZ; LORENZO; ZAMORA y JIMÉNEZ (2018). 32 BARROSO y MARRERO (2006), p. 8. PEDRO C. QUINTANA ANDRÉS; ANTONIO M. JIMÉNEZ MEDINA 10 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 Búcaros Por último, otra pieza curiosa es un fragmento de búcaro que se encuentra depositado en los fondos de El Museo Canario. Esta pieza se caracteriza por tener unos 7,5 cm de altura, por 9,04 cm de diámetro y unos 0,4 cm de grosor de la pared. Está elaborado a torno, con engobe rojo en toda la superficie (con la peculiaridad de estar decorado en el exterior con líneas de bruñido33), que se ha documentado en la intervención arqueológica desarrollada en el solar de la calle San Marcial, Nº 5, Las Palmas de Gran Canaria34, datado en torno al siglo XIX, si bien se desconoce la cronología exacta de la pieza (se expone que la producción de estas piezas tuvieron un especial auge entre los siglos XVI y XVII) y que procedería de Portugal35. En relación a los barros o búcaros son pequeños vasos olorosos o perfumados (pues estaban hechos con pastas aromatizadas), de paredes finas, de color rojo que servían para enfriar y servir un agua fragante y agradable y que fueron muy conocidos en los siglos XVII, XVIII y XIX. El término barro es la denominación castellana, mientras que la palabra búcaro procede del portugués púcaro, a su vez del latín poculum (taza, vaso), o del griego buqueros, incluso de buccaro o bucca, que equivale a carrillo hinchado. Algunos barros presentaban la peculiaridad de estar poco cocidos, diversos autores36 consideran que a este tipo de barros casi no se les puede denominar como céramicas, pues se disolvían en agua con cierta facilidad. Con unos determinados tipos de búcaros se practicaba la curiosa costumbre de la bucarofagia (sobre todo entre las damas de la aristocracia, quienes los masticaban después de haber bebido agua), acto tal vez procedente del mundo musulmán (donde existía el hábito, entre algunos miembros de la sociedad de comer ciertas arcillas), pues la ingestión y consumo de la arcilla de estos recipientes, entre otros, se ha asociado a elementos narcotizantes, anticonceptivos, inhibidores del hambre, alucinógenos, reguladores de la menstruación, e inclusive para mantener la tez blanca y los carrillos colorados37. Estos búcaros eran considerados una golosina y fueron muy consumidos por las damas desde edad temprana, para, entre otros, lograr una tez muy pálida, un rasgo que se consideraba de belleza y de distinción social; sin embargo, en algunos casos fue considerado como algo vicioso y peligroso, pues creaba adicción y se sabe de fallecimientos como consecuencia de obstrucciones intestinales38. Parece ser que existía una gran variedad de formas de búcaros, algunos se decoraban, otros no, y algunos servían para comer y otros para refrescar el agua, por lo que no eran consumidos39. Los búcaros más conocidos se fabricaron, entre otros lugares, en Lisboa, Nisa, Caldas, Pombal, Sandoal, Aveiro, Montemayor y Estremoz (Portugal), en Chile, Guadalajara (México), Natá (Honduras), Perú, Panamá, así como en Ciudad Rodrigo (Salamanca), Talavera de la Reina (Toledo), Valladolid, Palencia, Granada, Salvatierra de los Barros (Badajoz), Mérida (Badajoz) y Badajoz40. El consumo de estos barros perduró hasta el siglo XIX41 (figura 4). 33 En diversas localidades de la Península Ibérica se ha documentado el uso del bruñido, como en Extre-madura, donde precisamente las mujeres bruñían los búcaros, empleando arcilla más colorada (llamada tinta, que permite el bruñido), con cantos de río que humedecían con la saliva. SESEÑA DÍEZ (1997), pp. 202-203. 34 La excavación de este solar fue llevada a cabo por la empresa Tibicena, Arqueología y Patrimonio (2011). SANTANA CABRERA; ALAMÓN NÚÑEZ; MARRERO ROMERO y OJEDA OLIVA (2012). 35 DELGADO, CRUZ y SOSA (2014), pp. 31-32. 36 PLEGUEZUELO (2000), p. 130. 37 SESEÑA (1997), p. 195. 38 PLEGUEZUELO (2000), p. 130. 39 PLEGUEZUELO (2000), p. 133 40 PLEGUEZUELO (2000), pp. 131-132; ROVIRA y GAITIÁN (2010). 41 PLEGUEZUELO (2000), p. 130. CERÁMICA PORTUGUESA... 11 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 Figura 4: fragmento de búcaro localizado en la calle San Marcial, 5, Las Palmas de Gran Canaria. Foto: Antonio Jiménez. INFLUENCIAS PORTUGUESAS EN LA CERÁMICA TRADICIONAL A MANO A finales del siglo XVII el fraile José de Sosa42 alude a la fabricación de cerámica a mano, elaborada por mujeres que eran muy diestras, experimentadas y dedicadas a ese oficio, heredada (según el autor) del mundo indígena, para el servicio doméstico y común en el ambiente rural; mientras que en las ciudades existían los barros (de color rojo, para enfriar el agua, es decir búcaros) que se producían, sobre todo en la Ciudad de Telde y que se exportaban a otras islas y España, así como a otros lugares, que además podían competir con los búcaros de Aveiro y los barros y tallitas o alcarrazas blancas de Sevilla43. Esta cerámica, tanto la doméstica, como la más fina, era muy estimada y apreciada. Por tanto, se puede afirmar que en Telde en 1678 ciertas mujeres fabricaban a mano búcaros que probablemente eran copias de modelos portugueses y sevillanos. Esta es quizás la primera referencia escrita que existe sobre la copia de piezas portuguesas por parte de las alfareras o loceras tradicionales de la isla de Gran Canaria. Además de esta referencia que nos aporta Sosa, existen varios términos que son empleados tanto por las alfareras, como por la población de Canarias, que aluden a piezas cerámicas que proceden de vocablos portugueses que se han mantenido como bico (pico) y que, generalmente, son palabras que han sido castellanizadas, a partir de corrupciones fonéticas de las originales, como son los casos de friguera, asadera, foguero y rabilero o incluso mantienen la pronunciación portuguesa pero se escriben con diferente grafía, como es el caso de talla44. Asimismo, existe otro término que no hace referencia a una pieza cerámica, pero que sí está relacionado con el mundo alfarero, como es la palabra bujo45. 42 Concretamente entre 1678 y 1688 cuando se redactó el manuscrito de la obra de José de Sosa. 43 SOSA (1994), pp. 297-298. 44 JIMÉNEZ MEDINA (2015). 45 JIMÉNEZ MEDINA (2015). PEDRO C. QUINTANA ANDRÉS; ANTONIO M. JIMÉNEZ MEDINA 12 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 Talla Esta palabra que procede de talha46, a su vez del latín tinacula, diminutivo de tina, garrafa para vino47. Para los investigadores portugueses la talha es un recipiente de grandes dimensiones destinado al almacenamiento o transporte de grandes cantidades de líquido48. Sin embargo, en algunos lugares de Portugal (Selhariz ou Vilar de Nantes, Chaves, Bisalhães, Mondrões, Vila Real, Fazamões, Paus, Resende, Viseu, etc.) ciertas tallas se empleaban para almacenar o contener, además del agua, aceite, vino, aceitunas (Olea europaea), millo (Zea mays) y otros granos49. Este término aparece ya reflejado para el caso de Canarias en diversos documentos fechados entre 1506 y 152650, incluso en la redacción que el conquistador Antonio Sedeño hizo de la crónica de la conquista de Gran Canaria (original que debió ser redactado antes de 1495, año del fallecimiento del autor natural de Toledo), se cita que las mujeres indígenas hacían tallas que eran como tinajuelas51, es decir que ya a finales del siglo XV se empleaba esta palabra, si bien no debía estar muy extendida, o bien se expuso como aclaración a un público castellano más amplio que el residente en Canarias, porque el propio Sedeño tiene que explicar que la talla era como una tinaja pequeña. En la cerámica tradicional canaria la talla es un recipiente de forma compuesta, generalmente de panza globular, o bitroncocónica, base con tendencia plana y cuello cilíndrico, que se utiliza para transportar agua desde los puntos de abastecimiento (fuentes, pilares, acequias, barrancos, etc.) hasta los hogares. Suelen tener un cuello alto para poder colocar un trapo o paño, que se ata, o incluso para colocar una tapa, para evitar que el agua se salga, debido a los continuos movimientos oscilantes52. Algunas loceras exponen que las tallas deben tener el cuello de la barriga de la pieza, de cuatro dedos o más de alto, para que se pueda llevar y traer el agua bien y no se derrame53. Generalmente las mujeres se colocaban las tallas sobre sus cabezas para transportarlas. En Andalucía algunas alcarrazas blancas se denominaban tallas durante el siglo XVII54. Las tallas canarias poseen un volumen que oscila entre los cinco y los siete litros, si bien hay algunas que pueden llegar hasta los once o quince litros. En La Atalaya varias piezas cerámicas reciben el nombre de talla, talla de agua, talla de plantar (especie de maceta), talla de caño (a modo de porrón), etc. Las tallas para agua suelen medir entre 29 y 40 cm de diámetro, por unos 28-35 cm de alto y un grosor que varía entre 0,8 y 1,1 cm. Es probable que la palabra talla aluda a algún tipo de medida o cantidad de volumen55. En ese sentido, algunas tallas portuguesas presentan en las paredes exteriores unos resaltes, a modo de cordones, que circundan toda la superficie y que indican la cantidad grano, aceite, etc., que posee el recipiente y que va quedando a medida que se va consumiendo el contenido del interior. Por otra parte, en un acuerdo adoptado por el Cabildo de Tenerife el día 8 de noviembre de 1514 se alude al modelo de Sevilla que debían tener los cántaros que los 46 La talla se define en portugués como vasilha (geralmente de barro) de boca estreita e de grande bojo, em que se guarda azeite, vinho, etc., vasija (generalmente de barro) de boca estrecha y de barriga grande, en la que se guarda aceite, vino, etc. Consulta del Dicionário Priberam da Língua Portuguesa, 2008-2013, referencia electrónica: https://wwww.priberam.pt/DLPO/talha. Fecha de consulta: 10-07-2018. 47 SANTANA DUCHEMENT (2004). 48 CRUZ y CORREIA (2007), p. 72. 49 FERNANDES y TEIXEIRA (1997). 50 RONQUILLO RUBIO (1993). 51 SEDEÑO en MORALES PADRÓN (1993), pp. 370-372. 52 JIMÉNEZ MEDINA (2015). 53 SANTANA DUCHEMENT (2004). 54 PLEGUEZUELO (2000). 55 Agradecemos a Juan M. Zamora Maldonado los datos aportados, de quien además partió este planteamiento. CERÁMICA PORTUGUESA... 13 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 aguadores debían llevar a las fuentes, pues hasta ese momento no lo estaban haciendo56, dicho modelo debía tener un volumen concreto. En ese sentido, se sabe que el cántaro también era una medida de volumen, un cántaro de Canarias tenía que ser de cuatro azumbres, es decir de 8 litros, mientras que en Castilla la medida del cántaro era de 16 litros57 (figura 5). Figura 5: talla de La Atalaya, c. 1890-1920, localizada en Lereta, Guayadeque, Agüimes, depositada en el centro de interpretación de Guayadeque. Foto: Antonio Jiménez. Friguera Friguera, en Hoya Pineda (Gáldar), es el vocablo que denomina a los tostadores pequeños, o cazuelas, tanto para tostar café (Coffea arabica) como castañas (Castanea sativa). Tienen unas pequeñas elevaciones del borde, a modo de asas, dispuestos simétricamente y a las que se les realiza una perforación, para que puedan ser colgadas. Probablemente el término proce- 56 SERRA RÁFOLS y ROSA OLIVERA (1965), p. 55. 57 LOBO CABRERA (1983), p. 45. PEDRO C. QUINTANA ANDRÉS; ANTONIO M. JIMÉNEZ MEDINA 14 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 da del portugués frigideira58, tostador o sartén. En Portugal, desde el siglo XVI, las frigideiras se emplearon para freír alimentos en grasa de cerdo (Sus scrofa porcus), mantequilla o aceite de oliva y, más recientemente, con otros tipos de aceites. Generalmente se empleaban para cocinar carnes, pescados, pasteles, empanadas, croquetas, huevos, etc59. En una de las vitrinas del Museo de la Guardia Nacional Republicana, que se ubica en el antiguo Convento del Carmen, de Lisboa se puede apreciar una pieza cerámica modelada a torno denominada frigi-deira (localizada durante las intervenciones arqueológicas efectuadas en 2008) y que está fe-chada entre los siglos XVII y XVIII, que se parece tipológicamente mucho a una friguera o cazuela elaborada en 2006 por la locera Rafaela Santiago Suárez, hija de la conocida locera Juliana Suárez Vega (Julianita). Algunas frigueras pueden medir unos 20-30 cm de diámetro, por unos 5-7 cm de alto, mientras que el grosor de las paredes varía entre 0,5 y 1 cm. La frigideira portuguesa se caracteriza por ser un recipiente largo, abierto y con paredes bajas, que se usa en contacto con el fuego, a altas temperaturas60. En otras partes de la isla de Gran Canaria a las frigueras se les llama cazuelas (Tunte, San Bartolomé de Tirajana; La Atalaya, Santa Brígida y Lugarejos, Artenara). Figuras 6, 7 y 8. Figura 6: frigidieira (siglos XVII-XVIII) localizada en el antiguo Convento del Carmen, Lisboa, Museo de la Guardia Nacional Republicana (Lisboa). Foto: Antonio Jiménez. 58 Dicionário Priberam da Língua Portuguesa, 2008-2013, referencia electrónica: https://wwww.priberam.pt/DLPO/frigideira. Fecha de consulta: 10-07-2018. 59 Agradecemos la información a Guilherme Cardoso. 60 CRUZ y CORREIA (2007), p. 7. CERÁMICA PORTUGUESA... 15 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 Figura 7: friguera o cazuela (esquina inferior izquierda), fondos de El Museo Canario. Foto: Antonio Jiménez. Figura 8: friguera, alfar de Juliana Suárez Vega y Rafaela Santiago Suárez, Hoya de Pineda, Gáldar, 1998. Foto: Antonio Jiménez. PEDRO C. QUINTANA ANDRÉS; ANTONIO M. JIMÉNEZ MEDINA 16 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 Asadera La asadera es una pieza cerámica con forma de bandeja, que presenta paredes altas, fondo plano y dos asas (cada una en un extremo), que se emplea para guisar o cocinar alimentos, sobre todo carnes o pescados dentro de un horno. Este término podría proceder del portugués assadeira61. En Portugal (Carapinhal, Miranda do Corvo, Coimbra) existen piezas cerámicas muy parecidas a las elaboradas en la alfarería tradicional canaria62. En algunos lugares, como La Atalaya de Santa Brígida las asaderas son denominadas barcas, barquetas o barquinetas (dependiendo del tamaño). Sus medidas aproximadas son 9 cm de alto, 36 cm de ancho y 21 cm de largo. Su volumen es de 5 a 7 litros, si bien algunas alcanzan los 15 litros. Figuras 9 y 10. Figura 9: asaderas de La Atalaya de Santa Brígida (esquina superior derecha), detalle de una foto del horno de ladrillos realizado en el pabellón de alfarería de la “Fiesta de las Flores”, 1892. Foto: Luis Ojeda Pérez. Fondo fotográfico de la FEDAC. 61 Dicionário Priberam da Língua Portuguesa, 2008-2013, referencia electrónica: https://wwww.priberam.pt/DLPO/assadeira. Fecha de consulta: 10-07-2018. 62 FERNANDES y TEIXEIRA (1997). CERÁMICA PORTUGUESA... 17 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 Figura 10: asaderas, colección particular, Gran Canaria. Foto cedida por El Alfar. Foguero El foguero es una vasija cerámica destinada a depositar las brasas para cocinar en la bravera, que es la pieza complementaria a ésta. En Portugal (Modelos, Tondela y Viseu) existe una pieza muy parecida, si bien en realidad es un brasero (una única pieza en la que se combina el foguero y la bravera, como un sahumador de mayor tamaño), que se denomina fogareiro, que se emplea para asar, entre otros alimentos, castañas63. Algunos fogueros poseen un diámetro de 25-30 cm, una altura de 15-20 cm y un grosor de 0,8 cm. Figuras 11 y 12. 63 FERNANDES y TEIXEIRA (1997). PEDRO C. QUINTANA ANDRÉS; ANTONIO M. JIMÉNEZ MEDINA 18 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 Figuras 11 y 12: foguero y brasero elaborados por el locero Francisco Rodríguez Santana, “Panchito”, La Atala-ya, 1981, colección FEDAC. Foto: FEDAC. CERÁMICA PORTUGUESA... 19 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 Rabilera de vino Esta palabra podría proceder del portugués rabileiro, de tengedor de rabil, que pudo pasar a un valor análogo a parrandista, juerguista, pícaro. En el caso de la loza, creemos que existe una relación directa con el bagaje material, en las áreas de elaboración y almacenamiento de vinos64. La rabilera es una pieza que se emplea para contener y transportar vino, para el trasiego, durante su elaboración. Algunas rabileras poseen unas medidas de 10 cm de diámetro, 5 cm de alto y un grosor de 0,8 cm. Figura 13. Figura 13: rabilera de vino, colección FEDAC. Foto: FEDAC. Bico Se denomina bico a la lengüeta o pico vertedero que presentan ciertas vasijas elaboradas en la loza tradicional canaria65. Es un término de origen portugués, significa pico o punta de forma acanalada que poseen en el borde algunas vasijas cerámicas, para que viertan con facilidad el líquido que contienen66. 64 SANTANA DUCHEMENT (2004). 65 SANTANA DUCHEMENT (2004). 66 PÉREZ VIDAL (1991), p. 140. PEDRO C. QUINTANA ANDRÉS; ANTONIO M. JIMÉNEZ MEDINA 20 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 Bujo La palabra bujo podría proceder del portugués bojo67, bollo, bulto, barriga, parte convexa de una pieza cerámica68. En Hoya de Pineda (Santa María de Guía y Gáldar) se emplea para denominar a ciertos hornos y cuevas, como la Cueva del Bujo y el Horno del Bujo69. Asimismo, en Portugal existe la localidad de Bujos que se ubica próxima a Coimbra. Figuras 14 y 15. Figuras 14 y 15: Cuevas del Bujo, Barranco de la Hoya, Hoya de Pineda, Santa María de Guía. Foto: Antonio Jiménez. Dibujo: Margarita I. Jiménez Medina. 67 Dicionário Priberam da Língua Portuguesa, 2008-2013, referencia electrónica: https://wwww.priberam.pt/DLPO/bojo. Fecha de consulta: 10-07-2018. 68 CORRALES, CORBELLA y ÁLVAREZ (1996), p. 202. 69 ZAMORA y JIMÉNEZ (2008), pp. 71-85 y 174-175. CERÁMICA PORTUGUESA... 21 XXIII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2018), XXIII-045, pp. 1-25 CONCLUSIONES A tenor de los datos expuestos se puede afirmar la importancia que tuvo la importación de este tipo de cerámica portuguesa, procedente sobre todo de Aveiro, que llegó a Canarias y que se documenta al menos desde unos años antes que se produjese la unión de la corona castellana y la corona portuguesa, c. 1571, hasta casi la separación de las mismas, 1621. Además de las citas que aparecen en los documentos escritos de los siglos XVI y XVII hay que destacar que en diversas intervenciones arqueológicas se han identificado piezas o fragmentos de formas de azúcar, tachos y búcaros portugueses y que probablemente en futuras pesquisas se puedan constatar la presencia de jarras (de diversos tamaños), jarros, escudillas, platos, ollas (de diversos tamaños), cazuelas, cántaros, tallas y lebrillos. Esta cerámica de origen portugués sufrirá un progresivo retroceso ante el empuje de los alfares andaluces, valencianos y extranjeros con la masiva introducción de la cerámica vidriada y de pisa, la cual se impone en la mayoría de Europa gracias a la notable actividad de los alfares ingleses capaces de abastecer a un amplio mercado gracias a su importante red comercial y de transporte. Una cuestión relacionada con el abanico de influencias portuguesas es el empleo de ciertos términos empleados en la alfarería elaborada a mano que parecen proceder del portugués, que denotaría un vínculo entre la loza tradicional y la cultura portuguesa del que desconocemos las vías de transmisión, etc. Entre otros portuguesismos destacan las piezas denominadas talla (talha, cántaro), asadera (assadeira, asador), friguera (frigideira, cazuela), rabilera (rabileiro), bico (pico vertedero) y el topónimo bujo (bojo). Es más que probable que todos estos términos de origen portugués hayan sido asimilados desde el siglo XVI, debido a la gran influencia que ejerció la población lusa asentada en Canarias, especialmente en zonas en los que se establecieron ingenios azucareros. El legado de los diversos grupos humanos acrisolados en las nuevas sociedades surgidas de la mesticidad tiene parte de todos no mostrando predominio de nada, al contrario, la mayoría realiza nuevas relecturas, crea nuevas síntesis y establecen códigos culturales reconocidos como propios. En este devenir histórico de la sociedad los objetos inmateriales y materiales se convierten en elementos de sincretismo, amalgama de la población y espejo de reconocimiento de un modelo social en continua transformación, aunque sea negado por una minoría irredenta cuyo fin, como se observa en la actualidad, es defender ideas xenófobas, chauvinistas y exclusivistas. BIBLIOGRAFÍA ALEXANDRE-BIDON, D. (2005). Une archéologie du goût. 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