XXII Coloquio de Historia Canario-Americana
ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2017), XXII-134, pp. 1-13
LAS MONTAÑAS TOCADAS: EL CARDÓN Y MELINDRAGA. PÁJARA, FUERTEVENTURA. ARCHIPIÉLAGO DE CANARIAS
THE MOUNTAINS WITH: EL CARDÓN AND MELINDRAGA. PÁJARA, FUERTEVENTURA. ARCHIPIÉLAGO DE CANARIAS
María Antonia Perera Betancor*; Laura García Pérez**; Antonio Montelongo Franquis***; Antonio Cabrera Robayna***; Julián Rodríguez Rodríguez***; Carlos Cabrera Cabrera***; Marcial Medina Medina***; Maximinio Álvarez Pérez*** y Blas González Santana***
Cómo citar este artículo/Citation: Perera Betancor, Mª. A.; García Pérez, L.; Montelongo Franquis, A.; Cabrera Robayna, A.; Rodríguez Rodríguez, J.; Cabrera Cabrera, C.; Medina Medina, M.; Álvarez Pérez, M. y González Santana, B. (2017). Las montañas tocadas: el cardón y melindraga. Pájara, Fuerteventura. Archipiélago de Canarias. XXII Coloquio de Historia Canario-Americana (2016), XXII-134. http://coloquioscanariasmerica.casadecolon.com/index.php/aea/article/view/10071
Resumen: Ciertas montañas y cuevas de Fuerteventura organizan aspectos de la realidad mágico-religiosa de su población aborigen. El Cardón y su entorno, en el que se inserta la Montaña de Melindraga, conservan principalmente una arqueología de función cultual y funeraria. La cresta de El Cardón, silueteada por resaltes rocosos, contiene un elevado número de unidades arqueológicas, como la pared que bordea El Castillete, la Cueva del Majo, Cementerio de los Niños, Cueva del Gigante, Cuevas Labradas, Cueva del Queso o la Iglesia de los Majos. La cima de Melindraga acoge la estructura arquitectónica de montaña de mayor envergadura que conocemos en la isla. Con planta elipsoidal se delinea por construcciones circulares de piedras hincadas en cuyo sector noreste existe una estructura de carácter tumular, escalonada con hileras de piedras.
A enterramientos en cuevas artificiales, círculos de piedras hincadas, grabados podomorfos, etc. le adicionamos las referencias al sepulcro del Gigante Mahan.
Palabras clave: Arqueología de montaña, podomorfos, cuevas labradas, Gigante Mahan
Abstract: Some mountains and caves of Fuerteventura organize aspects of the magic-religious reality of their aboriginal population. El Cardón and his environment where is placed the Melindraga Mountain, they preserve an archaeology with a cultural and mortuary function mainly. The crest of El Cardón, with a rocky outline, it contains a big number of archaeological units, like the wall that borders El Castillete. Also the Cueva del Majo, Cementerio de los Niños, Cueva del Gigante, Cuevas Labradas, Cueva del Queso o la Iglesia de los Majos. The top of Melindraga have the bigger mountain architectural structure of the island. It has a trend for the Ellipsoidal plant drawn by circular stone constructions, in the northeast sector there is a tombstone structure, staggered by rows of stones.
To burials in artificial caves, circles of stones, podomorphs engravings, etc. we added the references of the tomb of the Giant Mahan.
* Arqueóloga, doctora en Prehistoria. Cabildo Insular de Lanzarote, Calle León y Castillo, 6. 35500 Arre-cife, Lanzarote. España. Teléfono: +34 928810100 ext. 30101; correo electrónico: nonapere-ra@cabildodelanzarote.com
** Licenciada en Historia, Universidad Autónoma de Madrid, Máster en Antropología Física y Evolución. Calle Canalejas, 1. 4º B. 35500. Arrecife, Lanzarote. España. Teléfono: +34 66620165; correo electrónico: lau-ragarp@hotmail.com
*** Equipo de personas estudiosas de la Historia y Arqueología de las islas canarias; Calle Camino Cho Pilas, 8. 35572. Tías, Lanzarote. España. Teléfono: +34 627215435; correos electrónicos: chimanfa-ya@yahoo.es, terequey@gmail.com , jrodriguez@ayuntamientodetias.es, majanopajara@hotmail.es, marcialme-dina53@gmail.com , maxi_lanzarote@yahoo.es y casnavieja@yahoo.es
MARÍA ANTONIA PERERA BETANCOR Y OTROS
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Keywords: Mountain archaeology, podomorphs, worked caves, Giant Mahan
INTRODUCCIÓN
Los clérigos cronistas Pierre Boutier y Jean Le Verrier que acompañan a los normandos en la expedición de conquista de las islas en 1402 con la finalidad de detallar este propósito señalaron1, que Los habitantes son…, muy firmes en sus creencias y tienen una iglesia en la que hacen sus sacrificios. Doscientos años después, en 1592, el ingeniero militar Leonardo Torriani2 llegó a Fuerteventura para planificar su defensa, escribió que sus gentes... Adoraban un ídolo de forma humana, pero no se sabe quién era. Concreta3 que El ídolo que adoraban era de piedra. Fray Juan Abreu Galindo4 reproduce ciertos datos de Torriani pero puntualiza que en Fuerteventura Adoraban a un Dios, levantando las manos al cielo y agrega que hacían sacrificios en las montañas, derramando leche de cabras con vasos que llaman gánigos, hechos de barro.
La arqueología acredita que ciertas montañas fueron tenidas en cuenta por la población indígena para organizar el territorio cultual y sacro, a la vez que el funerario. El Cardón y la Montaña de Melindraga contienen un elevado número de enclaves arqueológicos, pero también Tirba, Tamasite, El Cantil, elevaciones próximas a las dos primeras o visibles desde ellas como Gran Montaña y Risco Blanco, que conservan enterramientos en sus cumbres entre otros yacimientos de diversas funciones, algunas de ellas, aún sin definir. El contexto arqueológico de El Cardón y de Montaña de Melindraga no desempeña una función antagonista, sino por el contrario extraordinaria e imprescindible para entender ambas cordilleras, ya que la existencia de otros yacimientos arqueológicos en el entorno y específicamente en las cimas de otras montañas como las citadas Tirba o Tamasite y las características de las construcciones arquitectónicas que documentan, revelan que no permanecieron ajenas a la práctica funeraria. El grado de complejidad y la exclusividad que refleja la construcción emplazada en la cima de Montaña de Melindraga advierten que esta se distinguió entre las demás cumbres.
Fray Abreu Galindo5 también se ocupa de la arquitectura destinada a la devoción6 refiriendo a los círculos de piedras hincadas que se distribuyen de manera heterogénea y en alta cantidad por el espacio insular. Pedro Gómez Escudero7 registra que disponían de templos en los que quemaban alimentos, cuyo humo servía para descifrar el futuro. También anota que llamaban a los espíritus de sus progenies que estaban por el mar. Tomás Marín y Cubas insiste en este testimonio, si bien lo concreta8.
1 Le Canarien (2003), p. 347.
2 TORRIANI (1978), p. 41.
3 TORRIANI (1978), p. 77.
4 ABREU GALINDO (1977), p. 57.
5 ABREU GALINDO (1977), pp. 56-57.
6 Parece que por lo que los Maxoreros i Canarios creían, admitían la inmortalidad de el alma, que no sabían luego explicar. Tenían los de Lançarote y Fuerte Ventura unos lugares o cuebas a modo de templos, onde hacían sacrificios o agüeros, según Juan de Leberriel, onde haciendo humo de ciertas cosas de comer, que eran de los diesmos, quemándolos tomaban agüero en lo que hauían de emprender mirando a el jumo, i dicen que llamaban a los Majos que eran los spíritus de sus antepasados que andaban por los mares…
7 MORALES PADRÓN (1993), p. 439: ... Tenían los de Lançarote y Fuerte Ventura unos lugares o cue-vas a modo de templos, onde hacían sacrificios o agüeros […] onde haciendo humo de ciertas cosas de comer, que eran de los diesmos, quemándolos tomaban agüero en lo que hauían de emprender mirando a el jumo, i dicen que llamaban a los Majos que eran los espíritus de sus antepasados que andaban por los mares y venían allí a darles aviso…
8 MARÍN Y CUBAS (1993), p. 104: …tienen templos onde hassen sacrificios, con humo de cosas que queman como no sea carne, sino cevada, dátiles, asisten hombres y mugeres […] sus havitaciones son cassas de piedra sola, hubolas muy grandes y redondas las entradas/mui pequeñas, onde hacían sus sacrificos, ofrecian LAS MONTAÑAS TOCADAS...
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Esta introducción nos permite ambientar un aspecto determinante, que es la existencia de dos cordilleras próximas entre sí con elevado registro arqueológico de función cultual y funeraria.
En el verano de 1877 Ramón Fernández Castañeyra sube a la que ya desde la visita de Torriani se designa Montaña de Cardones y delinea a pluma el contorno de su cumbre contemplado desde Montaña de Melindraga. Entre Tacojaire y Huertas [de Chilegua] perfila la cresta y sitúa El Castillo y Cuevas Labradas, anotando en su lateral restos humanos. También traza el interior de una de las cavidades de Cuevas Labradas con cuatro perímetros, encontrando en uno de ellos huesos humanos de reveladora magnitud. Anota parte de lo que observa9 y entiende que son los lugares frecuentados por uno de los reyes de la isla, pero en la montaña no advierte la presencia de ningún componente sacro. Sabemos por este explorador que a finales del siglo XIX El Cardón conservaba el remate de la cueva artificial situada en la cima de El Castillete con apariencia de cimborrio, y sostenido por columnas talladas de cuerpo cilíndrico y localizado a una altura a la que solo pueden acceder las personas más ágiles. Con posterioridad a esta fecha esta coronación rocosa se desplomó, y así caída se conservaba cuando subimos la primera vez a la cima en 1984.
Sabino Berthelot10 duplica la información de Fernández Castañeyra, ya que es quien se la facilita, añadiendo su estimación personal con respecto a la estatura de las personas a las que pertenecían las piezas óseas que observó Castañeyra11. Sobre la base de la información de Castañeyra, Sabino Berthelot12, asigna indirectamente a las construcciones de la cima un carácter megalítico, pero sin asociarle componente mágico-religioso, en consonancia con su informante Castañeyra13.
René Verneau14 es la primera persona que apunta una vinculación a aspectos cultuales, al considerar que es una formación natural consagrada a la religión. También es quien le presta atención al fervor que existe a La Virgen, vigente en la actualidad. El santuario de La Virgen
leche, manteca, menos carne; esta fiesta o sacrificio llamaban efequenes, de todos los frutos a modo de limosna recogen cierta porcion mas no es en forma de diezmo; quemaban cevada en el sacrificio, y por el humo derecho o ladeado jusgaban la forma de mal o bien las cassas de sus moradas mui pequeñasy hediondissima a carniza, sebo, carne podrida, y assi ellos lo mismo…
9 CASTAÑEYRA (1877)… En su cima se ven ruinas venerables de sus recintos cubiertos, bóvedas cir-culares de piedra que según la arqueología prehistórica pudieran clasificarse de monumentos megalíticos. Mi-rando a Oriente, desde el Rincón del Pedregullo hasta el risco que sirve de base a “El Castillo”, cúpula atrevi-da y vistosa que se eleva sobre la cúspide de la montaña, de acceso dificilísimo, obra de la naturaleza, y morada según la tradición de uno de los Reyes que dominaban á Hervania, se encuentran abundantes restos de vivien-das construidas en la superficie, y en las sinuosidades de la montaña, grutas abiertas en la roca, de donde toma origen la denominación de “Cuevas Labradas” con que se conoce aquel sitio. Entre todas las grutas que hoy existen merecen mención una (diseño nº 2) de cuatro departamento, habiéndose encontrado en el departamento interior del frente huesos humanos, cuyo tamaño revelan que pertenecen á aquella generación gigantesca.
— La montaña de Cardones con las habitaciones de los maxos (frases del país) con los frecuentes descu-brimientos de curiosos objetos de alfarería, y con su vistosa cúpula que á la distancia representan un hermoso cimborrio sostenido por columnas, bajo el cual se halla una cámara de 6 mts. aproximadamente donde pueden penetrar tan solo los indígenas más ágiles y prácticos, denota la Montaña Cardones. predilección que mereció del pueblo aborigen.
10 BERTHELOT (1980), pp. 144-145.
11 BERTHELOT (1980), pp. 145-145: Don Ramón añade, en este pasaje de su narración, que estos hue-sos, por su tamaño, parecen haber pertenecido a una generación de gigantes; pero al hablar así, sin duda, sólo ha querido adaptarse a las tradicionales exageraciones de las gentes del país, sin dar ninguna importancia a sus suposiciones.
12 CASTAÑEYRA (1878), p. 252.
13 ... un inmenso monolito designado con el nombre de Sancerro [El Cencerro], parece una fortaleza gigan-tesca. Otro peñón, El Castillo, tiene en su cima una especie de edificio natural que sirvió para las ceremonias de culto de los antiguos habitantes. En las proximidades, innumerables cuevas también sirvieron de viviendas o de cementerios. Situadas en los lugares más escarpados, solamente se puede explorar con muchas precauciones.
14 VERNEAU (1987), pp. 151-152. MARÍA ANTONIA PERERA BETANCOR Y OTROS
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del Tanquito, es referido por René Verneau, quien narra15 un milagro centrado en la aparición de la Virgen a un conjunto de creyentes. La etnoarqueología concreta que son pastores los que oyen llorar al Niño.
Sebastián Jiménez Sánchez16 no debió subir a El Cardón sino que escuetamente cita Cuevas Labradas y copia el dibujo de la planta de una de las cuevas que delineara Fernández Castañeyra. Dominik Josef Wölfel17 recoge la costumbre de las mujeres tuaregs de acudir con indumentaria festiva a los antiguos sepulcros, sepulturas megalíticas, de los gigantes para implorar a los espíritus de los Idebri y pernoctar en las tumbas para averiguar el destino de las personas muertas.
EL GIGANTE MAHAN
El gigante Mahan debió ser un altahay a quien los normandos e indígenas de Lanzarote sorprenden y matan junto a otras nueve personas de Fuerteventura. El contingente aborigen de Lanzarote fue trasladado a Fuerteventura para lograr el rendimiento de su población. Al Gigante lo sacrifican aparentemente contraviniendo las órdenes de Gadifer, o de Bethencourt, y de las diez personas que matan en este enfrentamiento ese día Le Canarien solo facilita el nombre de Mahan, reflejo de su consideración.
En el registro documental advertimos varias diferencias. El ingeniero italiano18 denomina Mahan a la montaña -montaña que ellos decían Mahan (que hoy día se llama Cardones)-, mientras que Marín y Cubas19 emplea este vocablo para designar al gigante. Es posible que el nombre del gigante, o de la generación gigantesca en palabras de Ramón Fernández Castañeyra, a partir de su muerte pasara a denominar a la montaña, no porque en ella se encuentre o estuviera la sepultura, que también puede suceder, sino porque fuera el escenario del ataque que relata Le Canarien20, y tal y como ha quedado en la memoria de la población.
El sacerdote José de Viera y Clavijo21 en 1731 escribe sobre la Muerte de cierto majorero de una estatura gigantesca, introduciendo en su texto nuevos datos, que algunos contradicen a los de Le Canarien22.
15 VERNEAU (1987), p. 151... una capilla que tiene un origen singular. No hace muchos años un cura pretendía haber tenido una aparición. La Virgen le había revelado que una imagen milagrosa se encontraba debajo de una piedra, en un lugar que ella le había señalado. El padre reunió a sus fieles e hizo quitar, una a una, todas las rocas que cubrían el lugar indicado. Este trabajo fue coronado por el éxito, llegando a la cima de la montaña se encontró una imagen de Epinal que representaba una Virgen. Evidentemente se trataba de un milagro, y en el mismo sitio los fieles se pusieron a edificar la pequeña capilla que se ve hoy día.
16 JIMÉNEZ SÁNCHEZ (1946), p. 20.
17 WÖLFEL (1960), p. 440.
18 TORRIANI (1978), pp. 73-74.
19 MARÍN Y CUBAS (1993), 106.
20 LE CANARIEN (2003), p. 364 [B].
21 VIERA Y CLAVIJO (1982), pp. 326-327.
22 LE CANARIEN (2003), p. 364... Entre tanto, queriendo aprovecharse nuestro conquistador de la su-perioridad que sus armas iban tomando sobre los majoreros, hizo fortificar de nuevo el importante puesto de Rico-Roque, trajo a la isla un refuerzo de milicias lanzaroteñas y destacó este cuerpo el día primero de noviem-bre, bajo las órdenes de Juan le Courtois y de Guillermo de Andrac, a fin de batir el terreno a lo largo de aque-llas costas. Esta expedición empezaba a ser un verdadero pasatiempo, supuesto que no se ejercitaban sino en pescar, cuando una cuadrilla de sesenta majoreros bien armados les embistió con tal denuedo, que los lanzaro-teños hubieran sido destrozados, si Juan le Courtois, rehaciéndose muchas veces, no hubiese hecho una retirada honrosísima, repasando los dos leguas que se habían alejado de la plaza, siempre combatiendo y descargando sus flechas y ballestas con estrago del enemigo.
En otra acción, que tres días después sostuvieron los nuestros, fueron también batidos los majoreros, de tal modo, que Juan le Courtois y Aníbal de la Salle formaron el proyecto de internarse hacia el corazón de la isla a la cabeza de las milicias de Lanzarote. Esta marcha se ejecutó tranquilamente. Encontraron al paso cierta LAS MONTAÑAS TOCADAS...
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Ilsen Schwidetzky23 en el estudio de cincuenta huesos largos de hombres de Fuerteventura concluye que pertenecían a personas de estatura de 1.71, 1+ - 72 cm. El estudio de algunos huesos observados en la década de los ochenta del pasado siglo en el interior de la Cueva del Majo elaborado por la Universidad de las Palmas24, señala la robustez, más que la altura de parte de uno de los dos esqueletos adultos analizados.
población numerosa y la atacaron con fortuna. Los habitantes, viéndose desbaratados y perseguidos, tomaron la fuga después de haber dejado diez muertos en el campo. Entre éstos fué hallado aquel isleño, hombre famoso por su estatura gigantesca que, según nuestros autores, tenía nueve pies. Mirando a este bárbaro el señor de Béthencourt como una de las cosas más singulares que había en las islas, tenía dada orden expresa para que nadie le matase, sino de que se buscase modo de aprisionarle; sin embargo parece que fue más fácil hacerle morir y más importante traer a la plaza mil cabezas de ganado que un gigante vivo.
Como las pérdidas hacían a los majoreros más inflexibles, llegó a tal el extremo de su animosidad, que obligaron a tomar las armas a todos los hombres de diez y ocho años arriba, y se aplicaron con indecible ardor a formar emboscadas contra los europeos, quienes muchas veces retornaron a sus cuarteles abatidos y ahuyen-tados; pero habiendo tenido éstos aviso de que los bárbaros se habían ocultado en cierto paraje con los mismos designios, procuraron sacarlos mañosamente hasta el pie de un collado, donde, precipitándose sobre ellos con el mayor ímpetu, consiguieron desbaratarlos y ponerlos en fuga.
23 SCHWIDETZKY (1963).
24 El conjunto óseo que hemos denominado El Cardón 1 cuenta con un limitado número de piezas que por lo que se deduce del material -coherencia anatómica, tamaño, morfología, etc.- todas podrían pertenecer a una misma persona. En términos generales, pese a la escasa representación anatómica, presentan un óptimo estado de conservación. Las fracturas observables son posdeposicionales, apreciándose igualmente alteraciones propias de la exposición de los tejidos óseos a los agentes atmosféricos. Los rasgos presentes en la pelvis permiten diagnos-ticar su sexo femenino, en particular atendiendo a la presencia de un marcado surco preauricular y una escotadu-ra ciática con una apertura de más de 45º. También, los cambios macroscópicos observables en la superficie auricular permiten situar su muerte entre los 40 y los 50 años aproximadamente. Se trataría por tanto de una mujer adulta madura. Ninguna de las piezas óseas observadas presenta lesiones degenerativas, si bien las particu-laridades de la muestra observada no permiten descartar la presencia de otras afecciones, en especial teniendo en cuenta el rango de edad. Su altura pudo estimarse a partir de la longitud máxima del radio derecho, de lo que se deriva que esta mujer debió mediar en torno a 1,59 m.
El conjunto denominado El Cardón 2 también observados en la denominada Cueva del Majo cuenta con una cantidad de elementos óseos algo mayor que el anterior, pudiéndose estimar también una cierta coherencia anató-mica de conjunto. El número mínimo de esqueletos calculado fue de dos: una persona adulta y una infantil. El pri-mero de ellos aparece representado con mayor presencia de piezas anatómicas, mientras que para el segundo solo se documenta el cúbito izquierdo, incompleto. En términos generales puede defenderse un óptimo estado de conserva-ción de los materiales y, a diferencia del Cardón 1, hay una mayor diversidad de elementos esqueléticos, correspon-dientes tanto a la extremidad superior como a la inferior, así como al raquis vertebral en mayor abundancia. Presen-ta signos de que parte de los huesos, ya descarnados, estuvieron expuestos a agentes atmosféricos.
A pesar de la inexistencia de aquellas regiones anatómicas que tienen mayor capacidad de diagnóstico en la estimación del sexo, existen pocas dudas de que el material esquelético del adulto se corresponda con un varón. Las dimensiones óseas y, en especial, su acentuada robustez y la hipertrofia de las áreas de inserción muscular así per-miten sostenerlo. Son pocos los indicios para estimar la edad de muerte, si bien puede apuntarse que teniendo en cuenta el final esternal de la clavícula ya habría superado la veintena. Para tratar de precisar esta variable se obser-varon los cambios producidos en el extremo esternal de la primera costilla, estimándose una edad de muerte com-prendida, grosso modo, entre los 50 y 60 años. En todo caso hay que ser extremadamente cautos con este diagnósti-co pues los marcadores de actividad física identificados tanto en la clavícula, como en los extremos vertebrales de las demás costillas, hacen pensar que parte de las modificaciones de la primera pieza costal sean atribuibles también a una intensa sobrecarga mecánica. Por su parte sí presenta lesiones degenerativas (osteartritis) en los tarsos, en especial en ambos escafoides. A ello se suma una fractura completamente consolidada en el quinto metatarso iz-quierdo, compatible con lo que se ha denominado fracturas por sobrecarga. Como se indica, la recuperación es completa, aunque la lesión le motivó modificaciones en la región articular proximal.
La estatura solo pudo ser calculada a partir de la longitud de los metacarpos, lo que introduce mayor in-certidumbre que otros procedimientos. Con todo, la medición del quinto y tercer metacarpo proporciona una talla de entre 1,73 y 1,75 m. MARÍA ANTONIA PERERA BETANCOR Y OTROS
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Antonio Tejera y José Carlos Cabrera25 explican la medición del Gigante o de su sepultura referida por Torriani, Abreu Galindo y Marín y Cubas, puntualizada en 22 pies de largo -2,25 m- como un engrandecimiento de la figura de Mahan resultante de la transmisión oral, sin embargo ya Le Canarien lo consideró gigante, -geant- cuando lo matan en 1403.
LA SEPULTURA DEL GIGANTE MAHAN
En El Cardón se encuentra o estaba el sepulcro del gigante Mahan, bien en una de sus cuevas o en su base si atendemos a lo escrito por Leonardo Torriani26…en la cueva de una montaña que ellos decían Mahan (que hoy día se llama Cardones), por Fray Juan Abreu27 …Hállase sepultura al pie de una montaña que dicen de Cardones, que tiene de largo veinte y dos pies, de once puntos cada pie, que era de uno que decían Mahán, y por Tomás Arias Marín y Cubas28 respectivamente, quien refiere ..., hállase la sepultura del gigante Mahan, que ellos dicen,…a el pie de la Montaña Cardones.
Resulta probable que su sepultura se halle al pie del Cardón o en una cueva, y que su vivienda fuera la denominada Cueva del Gigante, de El Cardón, pero no existe referencia alguna a que fuera ella solo atendiendo a su nombre. Pensamos que esta montaña no se consagró por acoger el cuerpo del Gigante Mahan sino ya debió ser sagrada con anterioridad, ya que su muerte acaeció en el desenlace de la conquista. Juzgamos su sacralidad por la presencia de estructuras que así consideramos su función, como los círculos de piedras hincadas, además de los grabados podomorfos situados en las paredes de El Castillejo, cazoletas en Cuevas Labradas, etc.
El tamaño del cuerpo del gigante que señala Torriani29 un cadáver largo de 22 pies… la facilita Fray Juan Abreu30 y Tomás Marín y Cubas31 para la sepultura.
A las personas fundadoras de un linaje o grupo social se les rinde especial veneración y en su sepulcro se llevan a cabo los juramentos32, existiendo una estrecha relación entre el culto a las antepasadas y las personas santas. En las cimas de las montañas de Tindaya, La Muda, La Fortaleza, Tirba, Gran Montaña, Montaña de Melindraga y El Cardón se localizan elementos arqueológicos significativos, tales como grabados rupestres podomorfos (Tindaya, Melindraga y El Cardón), enterramientos (La Muda y La Fortaleza), estructuras de carácter tumular (Tindaya, Tirba, Gran Montaña, El Cardón), cuevas artificiales (El Cardón); “tagoror” (Degollada del Pico de la Fortaleza), iglesias de los majos o sacristías de los canarios o de los majos (La Muda y El Cardón); círculos de piedras hincadas (La Muda, Tirba, Melindraga, El Cardón), etc.
En lo que respecta al esqueleto infantil (Cardón 2b), solo puede apuntarse que se trataría de un individuo de corta edad, probablemente menor a 2-3 años. No presenta signos patológicos reconocibles en el cúbito. La pieza se encontraba incompleta por lo que no pudo medirse.
25 TEJERA y CABRERA (1989), pp. 237-246.
26 TORRIANI (1978), pp. 73-74.
27 ABREU GALINDO (1977), 55-56.
28 MARÍN Y CUBAS (1993), p. 106.
29 TORRIANI (1978), pp. 73-74.
30 ABREU GALINDO (1977), pp. 55-56.
31 MARÍN Y CUBAS (1993), p. 106.
32 WÖLFEL (1960), p. 445. LAS MONTAÑAS TOCADAS...
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LA ARQUEOLOGÍA DE EL CARDÓN
El Cardón, con 691 m es la cumbre más elevada de la isla después del pico de Jandía (807 m s. n. m.), el cual se observa en la lejanía, distanciado por el jable del istmo. El Cardón resulta llamativo en el paisaje al presentar cuerpo de baluarte natural coronado por una cresta alargada con diversas prominencias y desarrollo en “U”, en la que destacan los resaltes rocosos alineados de norte a sur, El Cardón, El Castillete con su remate denominado El Campanario, El Cencerro, y algo más separado, Areguía. En el destacamos las siguientes unidades arqueológicas: En la base: El Enerisco, Majada de las Brujas y Fuente del Mojón de Jochae; en la ladera baja: Tablada del Vachuelo en La Cuesta Vieja y El Topito de Cuevas Labradas; en las partes altas: El Pedregullo, Base del Castillete, Cumbre del Castillete, Cuevas Labradas, Cueva del Gigante, Cueva del Majo, Cueva del Queso, Iglesia de los Canarios, Cazoletas en Cuevas Labradas, El Cementerio de los Niños, El Agujero, Degollada Colorada y Base de El Cencerro; en la base suroeste: Corral de las Hermosas.
A partir de la Majada de las Brujas y de la Fuente del Mojón de Jochae se llega por la Cuesta Vieja a La Tablada del Vachuelo. Este yacimiento se compone de cuatro construcciones separadas entre sí emplazadas en la suave loma. Dos de ellas son de tipología tumular, una de planta semicircular y otra cuadrangular. En todas ellas se registra material arqueológico en superficie, preferentemente fragmentos cerámicos, piezas líticas y malacofauna. En una cota más alta y en una corta planicie se sitúa El Pedregullo, caracterizado por acumularse en él una importante cantidad de piedras despeñadas de los sectores más altos que parcialmente ocultan las construcciones y suelo arqueológico. Entre el derrumbe se advierten distintas estructuras arquitectónicas entre las que destacamos cuatro círculos de piedras hincadas y un recinto de base elíptica desde el que se accede a un conjunto de pequeñas construcciones anejas con bases de tendencia oval con paredes que tienden a curvarse. Aunque muy oculto por la referida avalancha de piedras, no aparenta responder a un uso habitacional y aunque se registran piezas arqueológicas, especialmente cerámicas, estas no son abundantes. En este mismo yacimiento hay un bloque basáltico en el que crece un liquen del género Ramalina (Ramalina decipiens) que crece aparentando una figura solar, y así se le conoce, el Sol del Pedregullo, y se utiliza como referencia por los ganaderos que frecuentaban la zona. En la parte alta de El Pedregullo y conforme se asciende a El Castillete se halla El Agujero, tradicional lugar para abastecerse de huevos de aves.
Con el topónimo Cuevas Labradas se conoce al conjunto de más de veinte cuevas excavadas, probablemente aprovechando oquedades naturales para iniciar su labra, algunas de las cuales cuentan con abertura hacia la vertiente suroeste de la montaña. Sobresale el buen acabado de la talla de algunas cavidades y su ordenamiento a lo largo de la veta geológica que posibilitó su esculpido, situándose en diferentes alturas y todas ellas muy próximas entre sí. También destacan los diferentes recintos que componen unidades más complejas, en ocasiones, con espacios trabajados a ambos lados del acceso principal. Ramón Fernández cuando las visita en el verano de 1877 se sorprende de una de ellas33, mientras que de todas, destacamos la Cueva del Majo por su mayor capacidad. En su interior se puede observar una piedra de molino de tipología naviforme y una alta cantidad de material cerámico, y en menor medida de malacofauna, lítico y óseo. En las proximidades de algunas de estas cavidades artificiales y entre ellas existen estructuras de tipología tumular. Algunas de las cuevas situadas en cotas menores presentan igualmente abundante material arqueológico entre el significativo volumen de piedras caídas. De ellas, sobresale una cavidad por su desarrollo
33 CASTAÑEYRA (1877), manuscrito s/p… entre todas las grutas que hoy existen merece mención una de cuatro departamentos, habiéndose encontrado en el departamento interior del frente huesos humanos, cuyo tamaño revela que pertenecen á aquella generación gigantesca. MARÍA ANTONIA PERERA BETANCOR Y OTROS
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tubular, enclavada en la cara sur y con salida al oeste. Ciertas paredes de cuevas excavadas muestran señales de su ejecución y adaptadas con piedras en el acceso, fondo y laterales. El exterior de las cuevas labradas muestra hileras de piedras semienterradas bordeando los accesos y recordándonos a las intervenciones de los enterramientos en solapones acondicionados de La Muda y del Pico de la Fortaleza, por lo que pudieron estar selladas.
Una de las cavidades intervenidas denominada Cueva del Queso porque en su interior se localizó una pinta lítica de medidas considerables en la que la información oral refiere que los majos hacían el queso en ella, se encuentra algo separada de las demás y cuenta con interesante registro arqueológico.
En el área de Cuevas Labradas se conserva una piedra de cuerpo rectangular -1.40 por 1 m- con una cazoleta excavada de formato rectangular -de 0.8 por 0.4 m-, posicionada transversal al desarrollo del panel y orientada a Montaña de Tirba, que resalta en el paisaje. Próximo a ella existe otro bloque pétreo cuya parte superior posee una superficie plana y rectangular -de 1 por 0.37m- con una cazoleta también cuadrangular, de 0.9 por 0.5,5 m, alineada asimismo a Tirba e instalada transversalmente al cuerpo del bloque pétreo que la acoge. A partir de Cuevas Labradas y en el lado sureste de la cima por la que se asciende a El Castillete existe el trazado de una pared que serpentea el risco, probablemente para impedir su subida, ya arriesgada sin ese paramento. Destaca por el lugar en el que se circunvala el risco y se instaló solo en los tramos donde la orografía posibilita el paso, dado el pronunciado escarpe de sus paredes naturales. Una vez superada esta cota se sitúa otro conjunto de cavidades excavadas y a partir de ellas se ascienda a El Castillete. En su cresta fue donde Fernández Castañeyra en 1877 describió34 El Campanario, hoy desplomado. Esta pudiera ser la Cueva del Gigante en la que viviera Mahan, pero no fue su sepultura, situada en la base de El Cardón si atendemos a las referencias de Abreu Galindo, o bien en la cueva artificial que dibuja Ramón Fernández Castañeyra en la que halló huesos de la generación gigantesca, expresión utilizada y además si consideramos la anotación de Torriani, quien sitúa el sepulcro… en la cueva de una montaña que ellos decían Mahan (que hoy día se llama Cardones). En una de las cuevas desplomadas de El Castillete pudimos observar un conjunto de cuatro pequeñas lajas, de formato elipsoidal, lasqueadas en su contorno, de las que en dos de ellas y por ambas caras se grabaron con técnica incisa diversas líneas a modo de reticulado o de signos líbico-bereberes. Similares lajas, que aparentan servir de tapas de vasijas, si atendemos a la etnoarqueología, también las hemos observado en superficie en otros yacimientos arqueológicos, por ejemplo, en la cima de Montaña de Melindraga. En la primera excavación realizada en Cueva de los Ídolos, atendiendo a la documentación gráfica y manuscrita de este trabajo se extrajeron piezas similares, que también documentamos en Cueva de los Pascuales.
Frente a esta cueva deshecha y a escasos metros existe una superficie acotada por labra con planta “C” cuyo arranque de paredes igualmente se han labrado en toba. El Castillete es un resalte rocoso cuyo lado suroeste es de pronunciada verticalidad que linda con la Degollada Colorada. En ella se hallan tres estructuras circulares de piedras hincadas, de bases elipsoidales orientadas de este a oeste y de medidas similares35. Hacia el poniente se desarrolla la cordillera en la que la cumbre de El Cencerro es su cota más alta. En la base este
34 CASTAÑEYRA (1877), manuscrito s/p… hasta el risco que sirve de base a “El Castillo” cúpula atre-vida y vistosa que se eleva sobre la cúspide de la montaña, de acceso dificilísimo, obra de la naturaleza y mora-da según la tradición, de uno de los Reyes que dominaban á Hervania,… y con su vistosa cúpula que á la dis-tancia representa un hermoso cimborrio sostenido por columnas, bajo el cual se halla una cámara de 6 metros próximamente donde pueden penetrar tan solo los indígenas más ágiles y prácticos, denota la predilección que mereció del pueblo aborigen.
35 De 9.80 por 9.20 m; 9.20 por 7.70 m y 10 por 6 m. Entre las dos últimas estructuras y a modo de pasillo o corredor existe una distancia de 6 m en la que se encuentra una estructura de tipología tumular de 2.50 por 3 m de diámetro. LAS MONTAÑAS TOCADAS...
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de esta protuberancia rocosa existe un círculo de piedras hincadas, con planta de tendencia elipsoidal, de 6.50 por 5 m próximo a una estructura de tipo tumular de 7 por 5 m de diámetro. Este lugar es susceptible de que acoja al sepulcro del Gigante Mahan, pues estaría al pie de El Cencerro, resalte de El Cardón.
En la base noreste de El Castillete y en el desarrollo de una cresta alargada se dispersa un conjunto de estructuras organizadas en base a una hilera de grandes piedras hincadas. El depósito de piedras caídas en el interior de los recintos dificulta la observación correcta de las plantas, aunque probablemente responda a un perfil elipsoidal. Separado de esta unidad y en sus inmediaciones se hallan diversas construcciones de carácter tumular asentadas en la cresta, o bien en su sector este de la cúspide. En las paredes bajas del perfil oeste de El Castillete y próximo a las construcciones arquitectónicas que acabamos de citar, existen varios paneles con grabados podomorfos ejecutados por percusión continua, solo visibles por la proyección oblicua de los rayos de sol. Desde este lugar, justo frente a los grabados, y algunos días al año se observa El Teide y Las Nieves en Tenerife y Gran Canaria respectivamente.
En Topito de Cuevas Labradas, en la ladera media este de El Cardón existen diversos solapones acondicionados, y en uno de ellos Juan Curbelo Armas halló un esqueleto humano del que se conservan algunos huesos junto a ramas y piedras que cerraban la oquedad. Este tipo de enterramiento usa este elemento orográfico, sea solapón o covacha, para conformar con escasa modificación el nicho mortuorio, cuya osamenta puede disponerse sin enterrar. En Montaña de la Muda, el cuerpo o los cuerpos se cubrieron con la tierra extraída, nivelándola e instalando un empedrado en superficie.
En cotas más altas a Topito de Cuevas Labradas existen diversos bloques basálticos que contienen grabados rupestres de tipología geométrica y barquiforme.
Una de las Cuevas Labradas se denomina Iglesia de los Canarios. En su interior existe un bloque de piedra a modo de altar y que recibe este nombre, pudiendo ser la denominada Cueva del Queso, topónimo creado hace treinta años por un pastor -Padilla- al estimar que la piedra es la pinta en la que elaboraba el queso la población aborigen. La primera vez que subimos a esta cordillera en 1984, nuestro acompañante nos mostró dicha cueva, provista de una entrada angosta y una primera sala. Vicente Ruiz, promotor del denominado Museo de Betancuria, nos informó de diversos hallazgos36.
En la cara oeste existe un oratorio de montaña37 en el que concluye la Romería a la Virgen del Tanquito. En el lateral derecho del santuario dos jóvenes de Pájara localizaron una vasija de cerámica enterrada en posición invertida junto a la capilla.
El Cementerio de los Niños se sitúa en la cumbre oeste de El Cardón, componiéndose de un conjunto de estructuras de tipología externa elipsoidal y cruciforme su interior. En superficie escasea el material arqueológico y de él destacan las lajas de piedras de pequeño tamaño con las que se ha cumplimentado la fábrica de los diferentes recintos.
LA ARQUEOLOGÍA DE MELINDRAGA
36 Comunicación oral: Efectuados por quien fue alcalde de la Villa, Benito de Vera Herrera, quien en 1971 recogió diversas vasijas, dientes y huesos humanos en varias cavidades. También en 1945 y 1946, un equi-po topográfico cuando trabajaba localizó en el interior de las cuevas diverso material arqueológico, sin poder concretar los extremos de este hallazgo.
37 De la oralidad hemos recogido que unos pastores cuando pernoctaban con el ganado, oyeron llorar a un niño. Preocupados por el llanto decidieron prestar ayuda, hallando a la Virgen María con el Niño en sus brazos, por lo que les dieron cobijo en la pequeña cueva que hoy es santuario. MARÍA ANTONIA PERERA BETANCOR Y OTROS
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Esta elevación se alza al norte de El Cardón. Sus laderas y las cimas del entorno acogen diversos enclaves arqueológicos, preferentemente de destino ganadero. En su acceso por la ladera noreste existe una construcción de círculo de piedras hincadas de base elipsoidal -de 6.60 por 5 m, y 11.70 por 8.80 m de diámetro respectivamente orientada este-oeste, cuyo interior exhibe dos hileras de piedras hincadas. En la cima de Melindraga se halla la construcción de mayor envergadura que conocemos en las dos islas orientales, siendo por ahora, único y excepcional. De base elipsoidal y significativo eje, bordea toda la cúspide y se ha fabricado con sucesivas unidades de círculos de piedras hincadas que van definiéndola. El nivel de derribo de las construcciones no nos permite una clara descripción de cada una de estas unidades, pero sí es observable la repetición de las unidades elipsoidales de piedras hincadas a lo largo de su perímetro. A su vez, en el sector central ligeramente alineado al sureste se sitúa lo que aparenta ser una construcción de carácter tumular fabricada con sucesivas hileras de círculos de piedra que se van escalonando hasta acabar en un contorno de cista en la parte central. A escasos metros, y en afloramientos rocosos se han grabados figuras podomorfas.
ANEXO FOTOGRÁFICO
N. º 1. Tramo de pared que rodea el resalte rocoso de El Castillejo.
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N. º 2. Cueva labrada en la cima de El Castillejo.
N. º 3 y 4. Piezas líticas con bordes trabajados e incisiones en ambas caras realizadas con la técnica de la fricción.
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N. º 5. Estructuras arquitectónicas de base circular cumplimentadas con piedras hincadas localizadas en Degollada Colorada, El Cardón.
N. º 6. Vista de estructura arquitectónica de planta cuadrangular localizada en la base de El Castillejo.
N. º 7. Vista parcial de El Cementerio de los Niños, en el filo de El Cardón.
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N. º 8. Una de las cuatro construcciones localizadas en Tablada del Vachuelo, en la base de El Cardón.
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