XXII Coloquio de Historia Canario-Americana
ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2017), XXII-127, pp. 1-12
UN SANTUARIO EN EL BOSQUE DE LA FUENTE DEL SAUCE (ROQUE DEL FARO. GARAFÍA): UN VÍNCULO ENTRE GRABADO RUPESTRE Y YACIMIENTO FUNERARIO
A SANCTUARY IN THE FOREST OF FUENTE DEL SAUCE (ROQUE DEL FARO, GARAFÍA): A LINK BETWEEN PETROGLYPHS AND
FUNERARY DEPOSIT
Nuria Álvarez Rodríguez*; Felipe Jorge Pais Pais** y Carlos Asterio Abreu Díaz***
Cómo citar este artículo/Citation: Álvarez Rodríguez, N.; Pais Pais, F. J. y Abreu Díaz, C. A. (2017). Un santuario en el bosque de la Fuente del Sauce (Roque del Faro. Garafía): un vínculo entre grabado ruprestres y yacimiento funerario. XXII Coloquio de Historia Canario-Americana (2016), XXII-127. http://coloquioscanariasmerica.casadecolon.com/index.php/aea/article/view/10066
Resumen: El conjunto prehispánica de la Fuente del Sauce se aglutina en torno a un caboco de unas características muy similares al de La Zarza, tanto desde el punto de vista topográfico como cultual. El yacimiento se dispone alrededor de la Fuente del Sauce que mana en la base de los riscos. Junto este punto de agua aparece un panel de grabados rupestres similares a la Zarza. Justo al otro lado del caboco, nos encontramos con una enorme cavidad y una pequeña covacha en cuyo interior se depositaron restos humanos de varios individuos. Pero lo más interesante de todo es que este lugar de enterramiento está totalmente rodeado por unos gigantescos petroglifos geométricos que representan círculos-semicírculos concéntricos. Es uno de los pocos yacimientos donde se observa claramente la interrelación entre yacimiento funerario y grabados rupestres destacando así su importancia.
Palabras clave: santuario, grabados rupestres, mundo funerario, bioantropología
Abstract: The whole prehispanic Fuente del Sauce coalesces around a cave of very similar characteristics to that of La Zarza, both from the point of view topographic as cultic. The site is arranged around the Fuente del Sauce flowing at the base of the crags. Just across the cave, we find a huge cavity and a small cave within which human remains were deposited several individuals. But most interesting is that this burial site is completely surrounded by gigantic geometric petroglyphs representing concentric circles – semicircles. It is one of the few sites where the interplay between rock carvings and burial site clearly shows highlighting its importance.
Keywords: Sanctuary, petroglyphs, funerary, bioanthropology
INTRODUCCIÓN
El conjunto arqueológico de la Cueva del Sauce se sitúa en el paraje denominado Hoyo de La Machaca, en el tramo superior del barranco homónimo y que, a su vez, es subsidiario del Barranco de Carmona-Los Hombres, perteneciente al barrio de El Tablado (Villa de Garafía).
Estos parajes se emplazan sobre la cota altitudinal de los 970-1.000 metros, es decir, en plena zona de influencia de los alisios, cuya humedad constante permite el crecimiento de un frondoso bosque laurisilva con majestuosos ejemplares de laureles, viñátigos, tilos, fayas y brezos, así como una densa maraña arbustiva en la que destacan las zarzas, los helechos, las
* Alumna de doctorado por la Universidad de La Laguna. Santa Cruz de Tenerife. España. Correo electrónico: nuriaalvarezrodriguez@gmail.com
** Doctor en Arqueología por la Universidad de La Laguna. Santa Cruz de Tenerife. España. Correo electrónico: jorge.pais@cablapalma.es
*** Investigador
NURIA ÁLVAREZ RODRÍGUEZ; FELIPE JORGE PAIS PAIS Y CARLOS ASTERIO ABREU DÍAZ
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estrelladeras, etc. (Imagen 1). El relieve está formado por varios cabocos en permanente umbría en los que el agua es omnipresente en innumerables rezumes y goteos, charcas en el cauce del barranco y, sobre todo, por la presencia de la Fuente del Sauce.
Imagen 1. El entorno de los yacimientos.
Tanto el relieve como la vegetación, y todos los demás condicionantes naturales de la Fuente del Sauce, recuerdan sobremanera al Caboco de La Zarza, en el pago de La Mata (Villa de Garafía). Se trata de sendos espacios sagrados de la naturaleza1 cuyo comportamiento y uso por parte de los benahoaritas fue prácticamente idéntico, tal y como intentaremos demostrar en este trabajo.
En ambos yacimientos nos encontramos con magníficas representaciones de petroglifos geométricos, ejecutados con técnica de picado, cuya tipología y técnica es muy similar. En las laderas de ambos cabocos se abren cuevas naturales que fueron utilizadas, no sólo como vivienda estacional, sino también como lugar de enterramiento. Algunos motivos muy peculiares de la prehistoria de Benahoare sólo se han localizado, hasta el momento, en ambas zonas arqueológicas.
LA ZONA ARQUEOLÓGICA DE LA FUENTE DEL SAUCE
Los grabados rupestres de la Fuente del Sauce, a veces también denominada Fuente o Cueva del Sauco o Sauso, fueron descubiertos en 1960, posiblemente por Ramón Rodríguez
1 PAIS y TEJERA (2010), pp. 85-92. UN SANTUARIO EN EL BOSQUE...
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Martín, si bien los primeros datos fueron proporcionados por Elías Serra Ráfols2. La siguiente información fue proporcionada por Mauro Hernández Pérez3, aunque las referencias son bastante vagas e imprecisas. Finalmente, sólo nos resta por reseñar una escueta referencia de 1990 por parte de Ernesto Martín Rodríguez, J. Francisco Navarro Mederos y Jorge Pais Pais4, en la que apenas se limitan a reseñar que la estación cuenta con 9 paneles en los que se representan espirales, meandros y circuliformes. Por nuestra parte, visitamos el lugar por primera vez a principios de agosto de 2009 y, a partir de esa fecha, hemos realizado los distintos estudios que forman parte de este trabajo.
El conjunto arqueológico está formado por varias estaciones de grabados rupestres situados a ambos lados del caboco que aglutina todo el conjunto, una pequeña covacha funeraria, varias cuevas naturales de grandes dimensiones y una serie de canalillos y cazoletas que recorren una capa de almagre, si bien su adscripción prehistórica es, cuando menos, dudosa.
Las cuevas naturales
Una de las cuevas naturales se sitúa a media ladera del extremo más profundo de la margen izquierda del caboco, justo donde se ubica el salto de agua, quedando a unos 7 metros por encima del cauce actual del barranco. Se abre a unos 10 metros al oeste del extremo derecho de la covacha funeraria y, aproximadamente, a su misma altura.
Sus condiciones de habitabilidad son buenas en cuanto a dimensiones, luminosidad, exposición y protección contra las inclemencias meteorológicas. No obstante, existe una circunstancia, idéntica la que nos encontramos en el Caboco de La Zarza, que hace inviable su ocupación permanente, puesto que su interior es muy húmedo, con abundantes goteos y rezumes de agua, incluso en pleno verano. Por tanto, su habitación sería estacional y directamente relacionada con el aprovechamiento de los recursos forrajeros5 y el agua que abundan en estos parajes.
La boca de la cueva está expuesta hacia el noreste. Tiene una anchura en la entrada de unos 10 metros y 8 metros en la parte central, mientras que en el fondo apenas si llega a 4 metros. La profundidad alcanza los 12 metros y la altura pasa de 3 metros en la boca a 1,50 metros en la parte más profunda. El suelo es bastante regular.
La cueva ha sido intensamente reutilizada en época histórica como morada de pastor y encerradero de ovicápridos. En superficie aparecen numerosos desechos y basuras históricas, así como abundantes lapas y fragmentos óseos. Los únicos vestigios benahoaritas claros son pequeñas piezas líticas de basalto.
La otra cueva natural se encuentra justo en frente y al otro lado del caboco, es decir, en la margen derecha del mismo y a una altura bastante superior. El petroglifo de este lado se sitúa a apenas 10 metros del extremo izquierdo y está directamente expuesta hacia la entrada. La Fuente del Sauce está, además, en sus inmediaciones, justo debajo del grabado rupestre. Las características de esta cavidad en cuanto a condiciones de habitabilidad, morfología, dimensiones y reutilización son idénticas a la anteriormente descrita, por lo que no insistiremos en ello. La única diferencia es que la boca está expuesta al noroeste y la anchura es algo más pequeña. Se descubrieron 3 fragmentos de cerámica de la Fase IVa.
2 SERRA RÁFOLS (1974), pp. 351-357.
3 HERNÁNDEZ PÉREZ (1972), p. 617.
4 PAIS PAIS (1990), p. 173.
5 MARTÍN RODRÍGUEZ (1998), p. 21. NURIA ÁLVAREZ RODRÍGUEZ; FELIPE JORGE PAIS PAIS Y CARLOS ASTERIO ABREU DÍAZ
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Los grabados rupestres
El conjunto arqueológico de la Fuente del Sauce cuenta con dos grupos de petroglifos claramente diferenciados por su ubicación, tipología y relación con otros vestigios. Por todo ello, consideramos que su significación pudo ser, asimismo, bastante distinta.
El grupo más importante se ubica en la margen izquierda del caboco, a unos 10 metros por encima del cauce actual del barranco. Se aglutina y rodea completamente a una covacha funeraria que se abre en la base del risco. La estación cuenta, como mínimo, con 7 paneles en los que se representan 11 motivos de círculos concéntricos y unos semicírculos concéntricos. Su estado de conservación es bueno, si bien la superficie de las rocas está profusamente recubierta de musgos y líquenes (Imagen 2).
Imagen 2. Círculos concéntricos. Panel 3.
Estos paneles parecen estar custodiando el recinto funeraria. La morfología y la técnica de ejecución recuerdan poderosamente a los motivos más complejos de La Zarza, si bien algunos motivos individuales alcanzan mayores alturas o anchuras, varios de los cuales alcanzan los 70 centímetros.
El panel 1 está expuesto hacia el este. Tiene unas dimensiones de 1 metro de alto y 1,27 metros de ancho. El motivo representa los círculos concéntricos de mayor tamaño. La técnica de ejecución fue el picado de anchura y profundidad media.
El panel 2 se encuentra a un metro al oeste del anterior y, a diferencia de él la superficie no es plana sino curva. Tiene unas dimensiones de 80 por 39 centímetros y está expuesto hacia el noreste. El motivo es un círculo concéntrico bastante más pequeños que el ya descrito. La ejecución es similar en todos los paneles.
El panel 3 es contiguo al anterior por su extremo oeste y es uno de los más complejos. Está expuesto hacia el este. Sus dimensiones son de 1,90 metros de ancho por 1,10 metros de alto. Los motivos son dos representaciones de círculos concéntricos y el tercero unos semicírculos concéntricos, aunque podría tratarse de un panel mutilado.
El panel 4 es contiguo al anterior por su extremo occidental y un poco más alto. Está expuesto hacia el este. Sus dimensiones son de 65 centímetros de alto por 56 centímetros de ancho. El motivo central son unos círculos concéntricos y otro trazo que inicia un pequeño meandriforme. UN SANTUARIO EN EL BOSQUE...
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El panel 5 está expuesto hacia el oeste. Tiene unas dimensiones de 58 centímetros de alto por 48 centímetros de alto. El motivo es, una vez más, unos círculos concéntricos.
El panel 6 queda encima del 5 y es el que está situado a mayor altura de todo el conjunto. Está expuesto al sur y sus dimensiones son de 60 centímetros de alto por 55 centímetros de ancho. Tiene una particularidad que lo hace diferente a todos los demás y es que el motivo central no es circuliforme sino un pequeño rectángulo, que recuerda a un podomorfo, mientras que el resto son círculos perfectos.
El panel 7 es contiguo al 5 por su extremo occidental y es el más grande todo el conjunto. Sus dimensiones alcanzan los 2,70 metros de ancho por 1,10 metros de alto. Está expuesto al sureste. Está cubierto por 4 motivos de círculos concéntricos adosados unos a otros, sin prácticamente dejar espacio libre.
El segundo grupo de grabados rupestres se localiza en la margen derecha del caboco y a un nivel bastante más alto que el anterior, aunque a media ladera. Sólo cuenta con un único panel vertical que está expuesto hacia el este, hacia la boca de la cueva que dista unos 10 metros. La Fuente del Sauce queda justo debajo, y algo más desplazada hacia el oeste, aunque no se pueden ver entre sí.
En este caso y a diferencia del otro conjunto, los grabados rupestres están protegidos de la lluvia al emplazarse debajo de un cejo natural. No obstante, su superficie está cubierta por líquenes y musgos que dificultan su observación. Sus dimensiones superan el metro, tanto de alto como de anchura.
Otra diferencia reseñable y llamativa es la temática, ya que nos encontramos con sendas espirales entre las que se encaja otro motivo muy similar al de La Zarza que, para algunos, podría ser una representación de un falo. Y justo pegado a la otra espiral nos encontramos con unos semicírculos concéntricos con una raya central que podría indicar una vulva (Imagen 3). En La Zarza están enfrentados y ubicados en paneles distintos. Ambos motivos sólo han sido descubiertos, hasta la fecha, en los cabocos de La Zarza y Fuente del Sauce. Debajo de los 4 motivos centrales también aparece una pequeña espiral. Todos ellos fueron ejecutados con la técnica del picado de anchura media y superficial.
Imagen 3. Posible falo y vulva entre una espiral.
Justo en la parte inferior del panel y pegado al risco sobresale una piedra que constituye un asiento perfecto, tanto para observar los motivos como, incluso, para hacerlos. Tal es así que NURIA ÁLVAREZ RODRÍGUEZ; FELIPE JORGE PAIS PAIS Y CARLOS ASTERIO ABREU DÍAZ
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en uno de los motivos se utilizó una variante de picado que se prolonga con pequeñas rayas horizontales, mientras que en otro son verticales, justo de la única forma que se podían ejecutar por alguien que estuviese cómodamente sentado.
La Fuente del Sauce
La fuente, tal y como indicamos anteriormente, se localiza a media ladera de la margen derecha del caboco y en las inmediaciones del grabado rupestre descrito en el párrafo anterior. El topónimo obedece al hecho de que encima de la fuente existía un enorme sauce, hoy desaparecido. El agua mana aprovechando la existencia de una capa de almagre que recorre buena parte de este lado del barranco, llegando hasta la cueva natural que aparece en el centro del salto de agua principal. Y, precisamente en esa zona, se han realizado unos canalillos con la evidente intención de aprovechar los rezumes de agua en ese lugar. Estos canales pueden ser prehispánicos, aunque también han podido ejecutarse o modificarse en tiempos históricos mucho más recientes.
La presencia de los benahoaritas en toda esta zona ha quedado corroborada, asimismo, por el hallazgo de varios fragmentos de cerámica de la fase IV justo en la orilla superior del caboco, en pleno dominio del monte, exactamente igual que sucedió en La Zarza6.
La covacha funeraria
La cavidad sepulcral fue descubierta, de forma casual, por Diego Pérez López entre 1980 y 1983. Posteriormente, un visitante del lugar la volvió a redescubrir y, lamentablemente, decidió proceder a la extracción de los restos arqueológicos que estaban en el interior de la covacha. Los huesos fueron entregados a Diego quien, a su vez, se puso en contacto con nosotros, visitando la zona el 8 de agosto de 2009. Desgraciadamente, durante esta visita pudimos comprobar la destrucción total del yacimiento y sólo pudimos localizar una bolsa plástica, un cepillo de dientes y varios trozos de huesos largos. Los huesos fueron depositados en el Museo Arqueológico Benahoarita ese mismo día.
La covacha funeraria se sitúa en la parte media-baja de la margen izquierda del Barranco de la Machaca, a unos 10 metros por encima del cauce actual. Está localizada junto a un antiguo sendero que viene de Roque Faro, entra en el caboco de la Fuente del Sauce y desde aquí se dirige e a la Piedra del Quinto, en la bajada hacia El Tablado. Este camino ha sido completamente engullido por la vegetación. La covacha se abre en la base de un risco de 5 metros de altura, quedando completamente abrazado por la estación de grabados rupestres de la margen izquierda del caboco. La boca de la cavidad está expuesta hacia el este. La anchura máxima es de 1,51 metros. La profundidad es de apenas 80 centímetros y la altura no sobrepasa los 56 centímetros.
Todo parece indicar que la boca estaba tapiada con un murete de piedra seca, del que sólo se conserva la base. Parte de la raíz de un gran brezo sirvió como cerramiento del yacimiento funerario (Imagen 4).
6 MARTÍN RODRÍGUEZ (1998), pp. 19-20. UN SANTUARIO EN EL BOSQUE...
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Imagen 4. Boca de la cueva funeraria con círculos concéntricos a su derecha.
ESTUDIO BIOANTROPOLÓGICO PRELIMINAR
El estudio preliminar de los restos humanos que se expone en el presente trabajo procede de un yacimiento funerario singular por estar jalonado de grabados rupestres formados por círculos concéntricos y que fue expoliado. Estos escasos restos fueron transportados en una bolsa plástica hacia el Museo Arqueológico Benahoarita, hecho muy común en la isla de La Palma, que perjudica profundamente la reconstrucción bioantropológica de la vida de los Benahoaritas.
El conjunto está formado por 25 fragmentos óseos en mal estado de conservación procedentes de diversos grupos anatómicos: cráneo, columna vertebral, extremidades superiores, extremidades inferiores y tarsos. La primera impresión que transmite la agrupación ósea es que se trata de un depósito secundario. Esta se podría definir como aquellos rituales en los que el depósito definitivo se efectúa después de un proceso de descarnamiento parcial o total, natural (descomposición) o artificial (cremación, descarnamiento y desarticulación por medio de instrumentos cortantes) ocurrido en otro lugar. Eso implica un traslado de los restos óseos durante una segunda etapa y su acumulación dentro de un osario7. Esta hipótesis podrá ser corroborada cuando se excave el pequeño yacimiento ya que todavía presenta sedimento arqueológico entremezclado con pequeños fragmentos óseos indeterminados.
El Número Mínimo de Individuo (NMI) establecido para esta muestra es de dos: un posible individuo masculino y otro posible femenino o más joven por su gracilidad.
Los restos de cráneo están compuesto por ocho fragmentos, 7 del mismo individuo y la octava forma parte de una apófisis basilar con la sutura esfeno-occipital fusionada por lo que pertenecería a un individuo mayor de 21 años8. No se puede demostrar que la apófisis y los demás fragmentos sean del mismo individuo.
Los restos comunes del neurocráneo están formados por fragmentos de parietales, el frontal, el occipital y los temporales completos. Estos restos fueron unidos para reconstruir el cráneo. Cuando se efectuó su limpieza mediante el cepillado suave y agujas de madera para las zonas
7 PEREIRA (2007).
8 CAMPILLO y SUBIRA (2004). NURIA ÁLVAREZ RODRÍGUEZ; FELIPE JORGE PAIS PAIS Y CARLOS ASTERIO ABREU DÍAZ
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delicadas9, los canales auditivos, colmatados de sedimento, guardaban una sorpresa. Se pudieron recuperar tres de los huesos más pequeños del esqueleto humano: el martillo derecho y el yunque derecho e izquierdo. Los tres diminutos huesos fueron minuciosamente guardados ya que son los únicos ejemplares que conserva el Museo Arqueológico Benahoarita (Imagen 5).
Imagen 5. Martillo derecho.
No se pudo recuperar ningún fragmento del esplacnocráneo y menos aún piezas dentarias para la realización de valoraciones de carácter bioantropológico y cultural de mayor precisión. Es por ello que la edad aproximada del cráneo se estableció según el grosor de la cortical y la obliteración de las suturas. Buikstra y Ubelaker10 hablan de la edad del individuo estudiando la fusión de las suturas. Según el trabajo de Vallois, modificado por Olivier11, el individuo que nos ocupa tendría unos 20 años, edad establecida a raíz de la sutura sagital la cual era la única que no se encontraba separada. Hay que recordar que el establecimiento de la edad a través de las suturas es un método que ha sido profundamente discutido. Es por ello que la edad es dudosa. En definitiva, podría tratarse de un adulto joven. No se puede profundizar más debido a que el cráneo se encuentra incompleto.
En relación al sexo, se aprecia la cresta supraorbitaria marcada y unas mastoides fuertes con extensión del cigomático12, sin embargo, la cortical no es muy gruesa. Con estos patrones creemos que se trata de un individuo masculino pero no se puede asignar con seguridad por la falta de fragmentos que nos ayudaría a discriminar mejor.
Hay que señalar también que el cráneo presenta huesos supernumerarios o wormianos localizados en el occipital. Tradicionalmente se ha señalado que este tipo de huesos localizados en la sutura lambdoidea es la forma más frecuente de manifestarse.
Desde el punto de vista patológico, el cráneo reconstruido presenta una ligera cribra orbitalia. Esta es la lesión más frecuente dentro de las enfermedades metabólicas pero poco comunes para la isla de La Palma. Se trata de unas porosidades que se localiza en el techo de las órbitas y se caracteriza por la perforación de la tabla ósea cortical con expansión del diploe. En nuestro caso, este modelo morfológico aparece también, de forma ligera, en distintas zonas de la bóveda craneal, principalmente en el occipital y en los parietales. Este
9 BROTHWELL (1987).
10 BUIKSTRA y UBELAKER (1994).
11 OLIVIER (1960).
12 RAMEY BURNS (2008). UN SANTUARIO EN EL BOSQUE...
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hecho recibe el nombre de hiperostosis porótica. Lo normal es que esta patología se relacione con una deficiencia férrica vinculada con dietas inadecuadas o insuficientes o con problemas de absorción del tubo digestivo o hemorragias, entre otras causas13.
Otra patología que presenta es un pequeño traumatismo que se muestra a raíz de un rehundimiento en la sutura lambdoidea en su lado izquierdo que no afectó a la cara interna del endocraneo. En La Palma es muy común encontrar cráneos con este tipo de patologías que se muestran tanto en individuos infantiles como en adultos.
Por último y no por ello menos importante, el parietal izquierdo y parte del frontal presentan unas marcas de dudosas interpretación. Actualmente valoramos si son cortes antrópicos ó marcas producidas por acontecimientos tafonómicos.
El segundo conjunto óseo del que disponemos es el vertebral. Este está compuesto por un fragmento de axis, de atlas y de una vértebra cervical. Respecto a los dos primeros, el atlas y el axis no pertenecen al mismo individuo porque las carillas articulares del axis son más grandes que las del atlas. A su vez, la apófisis odontoides no conecta con la carilla articular para el arco anterior del atlas lo que nos indica que pertenecen a dos individuos diferentes, uno más grácil que otro. En cuanto a la vértebra cervical, de aspecto es pequeña y no conserva el cuerpo vertebral ni las apófisis transversas impidiéndonos comprobar la presencia o no de espículas óseas en el orificio transverso accesorio. Este carácter discreto responde a pequeñas anomalías óseas no patológicas que pueden presentarse en cualquier elemento anatómico del esqueleto. Tienen un origen polifactorial donde el componente genético es muy fuerte y su estudio ofrece numerosas aplicaciones14. En definitiva, se trata de tres vértebras pertenecientes al menos a dos individuos que no presentan patologías de ningún tipo.
El siguiente grupo anatómico es el de las extremidades superiores. Se trata de dos fragmentos de húmeros, uno derecho y otro izquierdo. Del derecho se conserva 75 mm de diáfisis próximo a la epífisis distal. Del izquierdo, el fragmento de diáfisis es más largo, 160 milímetros. En apariencia ambos son gráciles pero al medir el perímetro mínimo, única medida que permitieron los huesos, uno es más ancho que otro con una diferencia de 7 milímetro por lo que probablemente se trate, una vez más, de dos individuos diferentes.
En cuanto a las extremidades inferiores, el conjunto está compuesto por cuatro fragmentos de fémur de los cuales dos son izquierdas de diferentes individuos y otros dos no se pudieron establecer la lateralidad; y tres fragmentos de tibia de las cuales uno pertenece al lado derecho. Los fragmentos de fémures, cuya lateralidad ha sido identificada, se aprecia que uno pertenece a un individuo robusto debido a la prominencia de su línea áspera y el otro a una persona más grácil. Justamente este último presente unas marcas cuya morfología responde a mordedoras de roedores. Las tibias están representadas por fragmento de diáfisis que no presentan ninguna particularidad destacable salvo que pertenecen a un individuo adulto.
Por último nos encontramos con dos tarsos, un calcáneo y astrágalo derecho en mal estado de conservación que no nos aportan información.
CONCLUSIÓN: RESTOS HUMANOS Y SIGNIFICADO MÁGICO-RELIGIOSO DE LA FUENTE DEL SAUCE
Los conjuntos arqueológicos que se aglutinan en torno a las fuentes del Sauce (El Tablado) y La Zarza (La Mata) presentan una serie de similitudes y particularidades que los convierten en únicos dentro de la etapa prehistórica de La Palma. No solo presentan semejanzas en su cota de altitud, en la influencias de los vientos alisios y en la presencia del agua sino que también hay paralelismo en ciertos grabados rupestres encontrándonos con una similitud
13 SUBIRÁ; ALESAN y MALGOSA (1992).
14 CABRERA LÓPEZ (2010). NURIA ÁLVAREZ RODRÍGUEZ; FELIPE JORGE PAIS PAIS Y CARLOS ASTERIO ABREU DÍAZ
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asombrosa en cuanto a motivos, técnicas, momento de ejecución, si bien también aparecen una serie de peculiaridades bastante interesantes. Los motivos (espirales, círculos y semicírculos concéntricos) son los más abundantes, casi únicos, en ambos yacimientos. Esta semejanza también podemos trasladarla al campo de la técnica, con el predominio del picado de anchura y profundidad medias.
Uno de los rasgos más significativos de los petroglifos de la margen izquierda del caboco de la Fuente del Sauce es que éstos rodean completamente a la covacha funeraria15. Esta misma relación también se ha podido establecer en el cejo excavado en el caboco de La Zarza, donde apareció un pequeño grupo de restos humanos de un adulto joven de entre 17 y 25 años colocado sobre la roca madre de la cavidad16.
En nuestro caso, se trata también de un depósito secundario formado por al menos dos individuos, uno posiblemente adulto joven masculino y otro más grácil que presenta una hiperostosis porótica leve y unos cortes que pudieran ser antrópicos. Además en uno de los fémures se observan marcas de roedores que mordieron el hueso cuando ya estaba esqueletizado.
Pero es que, además, en los 7 paneles de grabados que rodean la covacha funeraria de la Fuente del Sauce, la inmensa mayoría de los motivos se corresponden con círculos concéntricos, salvo unos semicírculos concéntricos y un pequeño meandriforme. En La Zarza, igualmente, el cejo de ocupación estacional con restos humanos está custodiado por dos de los paneles más complejos del conjunto, el 3 y el 5, en los que, asimismo, también sobresalen los motivos de círculos y semicírculos concéntricos, entre otros17
En diferentes culturas europeas y del mediterráneo, el círculo simboliza la armonía, la inmutabilidad, el absoluto, la unidad símbolo del tiempo, sin principio ni fin, el movimiento del cosmos que regula el ciclo vital de la tierra y la ciclicidad de la misma, también simboliza la protección y defensa de quien se halla en su espacio interior18.
La propia cavidad de la Fuente del Sauce donde se depositaron los restos de dos individuos y que se encuentran flanqueados por los grabados puede tener también una simbología transcendental, es decir, es importante el contenido y el continente. La tumba no deja de ser un receptáculo semejante al seno materno, donde el difunto reposa y revive su vida anímica. Los individuos fallecidos vuelven a la tierra, lugar sagrado residencia de la Gran Madre, donde se da el fenómeno de la resurrección o el nacimiento de la vida19. A su vez, la cueva también puede ser interpretada como el trasunto de algo así como la puerta de acceso al mundo donde habitan los genios y otros seres sobrenaturales. Las paredes, techos y suelos de las cuevas, no son más que finas membranas que separan a los seres humanos de las criaturas y de los acontecimientos del mundo subterráneo20.
Es decir que, tanto en La Zarza como en La Fuente del Sauce, parece existir una estrecha relación entre yacimientos funerarios y círculos concéntricos por lo que puede que tenga un valor de protección o ayuda al difunto. Si bien tal asimilación es preciso corroborarla en otros conjuntos prehistóricos pero se presenta como una hipótesis de partida para siguientes investigaciones. Lo que tenemos claro es que no es casual ya que los motivos aparecen únicamente en las paredes que rodean la cavidad y no en otros paneles aledaños que también reúnen unas condiciones optimas para ello.
El segundo conjunto de grabados situados en la margen derecha del Caboco de la Fuente del Sauce también destaca por su singularidad y por su paralelismo, una vez más con la Zarza.
15 PAIS PAIS y TEJERA GASPAR (2010).
16 MARTÍN RODRÍGUEZ (1998), pp. 31-34.
17 MARTÍN RODRÍGUEZ (1998).
18 GUSI I JENER (2006).
19 GUSI I JENER (2006).
20 CLOTTES y LEWIS (2001). UN SANTUARIO EN EL BOSQUE...
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Se trata de dos espirales separadas entre sí por lo que nosotros denominamos como falo y una posible vulva representada por semicírculos concéntricos con una pequeña raya en el medio. Mientras que en la Zarza el falo y la vulva se encuentran enfrentados, en el yacimiento que nos ocupa se hallan conectados a través de una espiral. Los motivos que representan los genitales masculino y femenino son elementos iconográficos escasos en La Palma pero significativos dentro del mundo religioso de los benahoaritas, hoy en día desconocida en su mayoría.
La conexión de estos motivos con la espiral ya nos está indicando una característica del panel ya que la espiral puede ser interpretada como la vitalidad dinámica y fecundadora21, es decir, nos habla de la fertilidad y fecundidad quizás vinculada con el agua o con ritos agrarios.
En el Norte de África, tal y como se desprende de la tradición, en países como Argelia y sobre todo Marruecos, estos rituales agrarios se celebraban sobre todo en la primavera, en el momento en que brota de la tierra la vegetación, pero también se celebraban, aunque más raramente, durante el otoño, cuando la tierra, agotada tras la cosecha, atraviesa por un período crítico en el cual es preciso, mediante ciertos rituales, favorecer su resurrección22.
No hay que olvidar que este bosque sagrado tiene asociado una fuente de agua que lo hace más especial. En el mundo bereber las aguas nacidas en el seno de la tierra, sobre todo las que surgen en el interior de cuevas, poseen un poder potenciado más allá del poder fecundante, ya que también son aguas purificadoras y curativas. Estas fuentes subterráneas, custodiadas por divinidades benéficas, suelen marcar hitos destacados en la sacralización del territorio23
En definitiva, nos encontramos con dos conjuntos de grabados formados por motivos totalmente diferentes que presentan una interpretación distinta y novedosa que se tomará como hipótesis para siguientes investigaciones.
BIBLIOGRAFÍA
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