mdC
|
pequeño (250x250 max)
mediano (500x500 max)
grande
Extra Large
grande ( > 500x500)
Alta resolución
|
|
XXII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2017), XXII-128, pp. 1-14 LAS INSCRIPCIONES RUPESTRES DE LANZAROTE. GENERALIDADES, PARTICULARIDADES Y ESTADO ACTUAL DEL CONOCIMIENTO THE ROCK INSCRIPTIONS OF LANZAROTE. GENERALITIES, PARTICULARITIES AND THE CURRENT STATE OF KNOWLEDGE Antonio Tejera Gaspar* y María Antonia Perera Betancor** Cómo citar este artículo/Citation: Tejera Gaspar, A. y Perera Betancor, Mª. A. (2017). Las inscripciones rupestres de Lanzarote. Generalidades, particularidades y estado actual del conocimiento. XXII Coloquio de Historia Canario-Americana (2016), XXII-128. http://coloquioscanariasmerica.casadecolon.com/index.php/aea/article/view/10067 Resumen: Las inscripciones rupestres de Lanzarote la forman los alfabetos líbico-bereber y líbico-canario, de los que, y a pesar de que han transcurrido algo más de 33 años desde que se descubriera esta segunda grafía, y de que, en apariencia la hayamos podido identificar, poco o nada sabemos con certeza para su precisa determinación cultural. Bajo estas circunstancias, y sin que por ahora desechemos ninguna vía de investigación sobre su origen, abordamos el estudio de 17 estaciones rupestres en las que se han grabado caracteres de uno u otro de estos alfabetos. En este trabajo planteamos una serie de aspectos que abarcan desde el modo en el que se han ejecutado los signos, en lo que se refiere a su representación, a las técnicas, superposiciones, centralidad de las líneas, relación entre los de una y otra adscripción, hasta la consideración de que un signo grabado en diferentes lugares de la Isla no posee el mismo significado, como sucede con los caracteres monumentales. Otro aspecto que se deriva de nuestro análisis es que nos ha permitido establecer las evidentes semejanzas de estos alfabetos con otros de características parecidas que han sido documentados en Fuerteventura. Palabras clave: Inscripción, líbico-bereber, líbico-canario, majos, Lanzarote Abstract: The rock inscriptions of Lanzarote belong to the lybian-bereber and lybian-canary alphabets, and despite the fact that more than 33 years have passed since we realized the existence of this second spelling, nowadays although we have apparently indentified it, little or nothing we know certainly about the identity of the second alphabet. Under these circumstances and without discarding any other way of investigating its origin, we undertake the study of 17 rock stations in which they have engraved characters of one, another or both alphabets. We have raised a series of aspects that embraces from the way in which the signs have been executed in terms of their representation, techniques, overlap, the centrality of the lines, the relation between the signs of one and the other, etc. To the consideration that a sign engraved in different places of the island does not have the same meaning, as for example, with the monumental characters. Some of the aspects which are derived to our analysis have allowed us to contrast them with others of similar characteristics located in Fuerteventura. Keywords: Inscription, líbico-bereber, líbico-canario, majos, Lanzarote * Catedrático de Arqueología. Departamento de Prehistoria, Antropología e Historia Antigua. Universidad de La Launa. Campus de Guajara. 38205. La Laguna. Santa Cruz de Tenerife. España. Teléfono: +34 922317728; correo electrónico: atejera@ull.es ** Arqueóloga, doctora en Prehistoria. Cabildo Insular de Lanzarote. Calle León y Castillo, 6. 35500 Arrecife de Lanzarote. España. Teléfono: +34 928810100 ext. 3010; correo electrónico: nonapere-ra@cabildodelanzarote.com ANTONIO TEJERA GASPAR Y MARÍA ANTONIO PERERA BETANCOR 2 XXII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2017), XXII-128, pp. 1-14 INTRODUCCIÓN Han transcurrido más de 30 años desde que se localizara en Fuerteventura y Lanzarote una serie de inscripciones de tipología diferente a las líbico-bereberes, de las que en la actualidad disponemos de un rico repertorio epigráfico que es característico únicamente de las poblaciones indígenas de ambas islas. Su registro se halla precisado de una constante revisión y actualización de los caracteres que han sido grabados en un buen número de estaciones ya publicadas, así como de la necesidad de incorporar otras que no han sido aún reseñadas, por su reciente localización, que en muchos casos hemos podido conocer como resultado de una serie de visitas nocturnas que facilitan la realización de esta labor mediante el uso de lentes de aumento que permiten anotar un buen número de caracteres alfabetiformes, que a simple vista pasarían inadvertidos. Disponemos en la actualidad de una base lo suficientemente sólida para establecer una categoría de este este tipo de inscripciones, a sabiendas de que se halla incompleta, no solo por el número de estaciones rupestres que han desaparecido en la Isla, sino también por las muchas que aún no han sido encontradas. En cuanto al estudio de esta escritura hay una serie de aspectos a considerar, entre los que se hallan, además del valor intrínseco de los signos, el de su significado, que es mucho más que la suma de las líneas de signos, ya que al valor de lo que dicen los caracteres, ha de tenerse en cuenta el interés del sitio y del entorno en donde se encuentran, de los que uno muy destacado es, sin duda, el carácter visual, como bien se refleja en la estación de Castillejo II, situada en el término de Yaiza. En ella un signo líbico-bereber puede haberse transformado en un símbolo, que se ha representado con variantes hasta alcanzar un tamaño monumental que parece responder a una imagen memorizada, y simbolizada con sentido y también con valor distinto al signo alfabetiforme propiamente dicho. Estudiar el registro rupestre de esta Isla, si bien resulta complejo, es no obstante abordable, para lo que ha de ser tenido en cuenta el interés del motivo reproducido, el soporte, el sector del territorio en el que se encuentra, su vinculación con el medio físico en donde se inserta, la frecuencia, el uso del lugar, así como la asociación con las demás manifestaciones rupestres en la propia estación. Para su estudio es conveniente valorar además los datos relativos a la orientación, la técnica, su inclinación, la preparación de la superficie en donde se ha intervenido, la organización espacial de los grabados, la presencia de caracteres de uno o de los dos alfabetos, entre otras muchas cuestiones. Una misma sucesión de líneas puede que no signifique lo mismo si se encuentra en 2 lugares diferentes y dudamos de que ambas tengan el mismo valor cultural y de significación, por lo que resulta de gran importancia la unidad geográfica de acogida y el entorno cultural en el que se halla. LAS INSCRIPCIONES ALFABETIFORMES DE LANZAROTE Conocemos en la actualidad veinte estaciones de grabados con inscripciones alfabetiformes, entre las que destacamos la Peña Luis Cabrera, Barranco del Mojón, Barranco Piletas, Barranco Mulión, Cortijo del Majo, Peña Juan del Hierro, Peña del Cuenquito, Peña del Letrero, todas ellas situadas en el término de Teguise; Montaña Tenésara en Tinajo; Montaña de Guatisea en San Bartolomé; Montaña Ortis y Montaña Cardona en Tinajo, y Cueva Palomas, El Castillejo, Cejo Romero, Peña del Corral del Rincón de la Gambuesa y Ajache Chico en Yaiza. Contamos además con yacimientos susceptibles de incorporarse a esta lista conforme avancemos en su estudio, como las estaciones de Tinasoria, Las Breñas o Castillejo II. En este estudio no tenemos en cuenta 3 de ellas por ser de reciente localización. De las 17 estaciones, 8 poseen caracteres de ambos alfabetos: Barranco del Mojón, Barranco Piletas, Montaña Tenésara, Montaña Ortis, Cueva Paloma, Castillejo, Cejo Romero y Peña del Rincón del Corral de la Gambuesa; otras 8 poseen solo inscripciones líbico-bereberes: LAS INSCRIPCIONES RUPESTRES DE LANZAROTE... 3 XXII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2017), XXII-128, pp. 1-14 Peña Luis Cabrera, Barranco Mulión, Peña en Los Ancones, Peña del Cuenquito, Peña Juan del Hierro, Montaña Guatisea y Ajache Chico); y de ellas, con escritura exclusivamente líbico-canaria, solo conocemos la de la Peña del Letrero y Montaña Cardona. En la estación Cueva Palomas se documentan figuras podomorfas junto a las inscripciones, aunque las 3 peñas de La Castellana, distanciadas escasos metros entre sí denominadas Peña del Cuenquito, del Letrero y del Conchero, situadas en el entorno del núcleo central del asentamiento de Zonzamas las podríamos considerar como una unidad, a pesar de ser afloramientos distintos y que las inscripciones de ambos alfabetos y las figuras de pies están asociadas. Los trazos geométricos están presentes en la mayoría de las estaciones, siendo numerosos en Cueva Palomas, y en menor cantidad se hallan principalmente en Castillejo, Cejo Romero, Peña Juan del Hierro, Peña Luis Cabrera, Peña en Los Ancones y Peña del Letrero. La distribución espacial de las estaciones puede dar a entender que los lugares elegidos para grabar en piedra de soporte fijo, se hallan próximos a las zonas en las que se concentra la población. Sin embargo, en el norte de la isla existen asentamientos y no conocemos ninguna estación rupestre con inscripciones, de tal forma que su asociación con hábitats se restringe al sector de Los Ancones-Zonzamas, si bien el binomio más estrecho es el existente entre escritura líbico-bereber, asentamientos y agua de lluvia. Se trata de una asociación diferente a la que comprobamos en Fuerteventura, ya que en el entorno de la mayor concentración de hábitat asociada a barrancos por los que fluye el agua durante todo el año de lluvias abundantes, prevalece el registro de escritura líbico-canaria, al igual que en toda la isla. En Lanzarote comprobamos igualmente que en el sector con mayor nivel de asentamientos se concentra el número más elevado de inscripciones, destacando sobre todo las líneas de escritura líbico-bereberes. Esta isla no muestra la estrecha vinculación que se constata en Fuerteventura entre inscripciones rupestres y unidades arquitectónicas de carácter funerario, como sucede en Pico de la Fortaleza, Montaña de Jaifa, Montaña Blanca de Arriba, etc. En todas las estaciones, los signos de escritura poseen peculiaridades comunes en cuanto al tamaño, rasgos, técnicas de ejecución, etc., excepto en Montaña de Guatisea, que se diferencia en su técnica y tamaño, así como en la estación de Castillejo II, donde prima la simbología, aparentemente conformada a partir de un signo líbico-bereber que adopta un carácter monumental, alcanzando 0.42 m de alto y 0.33 de ancho, y cuya manufactura está realizada mediante micropiqueteado. Hace años estimábamos excepcional el pequeño tamaño de los caracteres de la Peña del Cuenquito, ya que su única línea vertical mide 0.3 m, en donde se grabaron 4 signos; sin embargo, hemos localizado medidas similares para caracteres líbico-canarios en Fuerteventura, de los que el ejemplo más significativo es la estación de Morrete de la Tierra Mala. UNIDADES GEOGRÁFICAS DE LAS ESTACIONES El registro de las unidades geográficas de Lanzarote en donde aparecen estas inscripciones resultan muy variadas, al documentarse en peñas, montañas, barrancos, cordilleras y piedras sueltas, aunque estas últimas no constituyen específicamente una unidad geográfica, aunque en apariencia, lo determinante para grabar fue la existencia de la piedra exenta de mayor volumen que las presentes en su entorno, como la localizada en la ladera suroeste de Ajache Chico, a 293 m s. n. m. La peña es, sin duda, la unidad de uso más frecuente para grabar, aunque su distribución no refleja determinación alguna, pues 5 de ellas se sitúan en la franja central, mientras que la Peña del Corral, del Rincón de la Gambuesa, se localiza en el sur, en el Malpaís del Mojón, en el término municipal de Yaiza. En las peñas se ha escrito preferentemente en caracteres ANTONIO TEJERA GASPAR Y MARÍA ANTONIO PERERA BETANCOR 4 XXII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2017), XXII-128, pp. 1-14 líbico-bereber, destacando 30 líneas frente a 11 de líbico-canarias. A su vez las 11 líneas de esta última escritura se hallan en su totalidad en la estación de la Peña del Corral del Rincón de la Gambuesa, por lo que si prescindimos de ella, en las demás peñas se documenta líbico-bereber y se concentran casi la mitad de las líneas que conocemos de esta escritura en Lanzarote, que alcanza las 64 unidades. En 7 estaciones se grabaron exclusivamente inscripciones líbico-bereberes, de las que 4 son peñas y las demás se localizan en barrancos, como el de Mulión, o en montaña, como la de Guatisea, o en piedra exenta, como la de Ajache Chico; las peñas acogen 28 líneas, mientras que en las demás unidades solo figuran 3 líneas, lo que demuestra su preferencia para escribir en ellas con caracteres líbico-bereberes. En lo que se refiere a la frecuencia de registro le sigue la montaña con 5 estaciones: Tenésara, Ortis, Cardona, Guatisea y Castillejo. En ocasiones, como sucede con la última estación que hemos citado, resulta difícil establecer si la unidad es una cordillera, o por el contrario si el sitio se consideró una montaña, y en todo caso, constituye un afloramiento rocoso que surge en su ladera por lo que no nos queda claro si la ubicación de este afloramiento fue determinante para escribir en él, y no en otra superficie rocosa de la montaña, insertada en un extremo de la cordillera. Las 4 primeras estaciones forman espacialmente una línea curvada en su extremo sur, mientras que la de Castillejo permanece alejada de las anteriores. En las montañas se ha escrito con ambas grafías que suman un total de 29 líneas, 21 de las cuales son líbico-canarias y 8 líbico-bereberes, lo que evidencia una preferencia por esta unidad para la escritura líbico-canaria, si bien tenemos en cuenta que 15 de estas líneas se concentran en la Montaña de Tenésara, mientras que en barranco hemos localizado 3 estaciones. En este mismo barranco se localizan otras 2 estaciones que no sometemos a estudio, de las que una contiene escritura de tipo líbico-bereber y la otra de líbico-canario, que se distribuyen en las proximidades de la Peña Luis Cabrera. La peculiaridad de esta última estación es que, además del lítófono, es la que contiene más líneas líbico-bereberes de la Isla y es asimismo la única grafía que se documenta en el yacimiento. En 2 de los 3 tramos del barranco se ha escrito un total de 11 líneas con ambos alfabetos, de las que 6 son líbico-bereberes. En Fuerteventura, la unidad geográfica de barranco solo está representada por el Barranco del Cavadero, donde se recurrió únicamente a la técnica de percusión para grabar la mayoría de las líneas líbico-canarias, que suman 68 líneas líbico-canarias y 3 líbico-bereberes. Conocemos 2 estaciones asentadas en cordillera. Se trata de Los Ajaches, en donde una se sitúa a continuación de la otra, si bien ubicadas a distinta cota altimétrica, ya que Cueva Paloma se halla en la cumbre, a 437 m s. n. m., y Cejo Romero en una de las sucesiones de coladas lávicas a 327 m s. n. m. que coronan Ajache Grande. En ambas estaciones -Cueva Palomas y Cejo Romero- suman 62 líneas de caracteres, 42 de ellas líbico-canarias y 20 líbico-bereberes. De manera individualizada, Cueva Palomas posee 54 líneas, 37 líbico-canarias y 17 líbico-bereberes, mientras que en Cejo Romero se contabilizan 8 unidades, de las que 5 son de líbico-canario y 3 de líbico-bereber. Finalmente, solo conocemos una estación en la ladera sureste de Ajache Chico, compuesta por una piedra exenta en la que se ha grabado una línea de líbico-bereber, formada por 5 o 6 caracteres que fueron ejecutados con incisión muy fina y superficial. LAS INSCRIPCIONES DE AMBOS ALFABETOS En este conjunto de estaciones sumamos 221 paneles grabados, de los que 39 poseen inscripciones líbico-canarias y 26 líbico-bereberes, mientras que en 10 paneles se grabaron ambas grafías. En los yacimientos con los 2 alfabetos, 10 de los paneles tienen signos líbico-bereberes y 38 líbico-canarios. En las 2 estaciones que solo poseen signos líbico-canarios se contabilizan 3 líneas líbico-canarias, mientras que las 7 estaciones que solo tienen líbico-LAS INSCRIPCIONES RUPESTRES DE LANZAROTE... 5 XXII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2017), XXII-128, pp. 1-14 bereber suman 31 líneas. Teniendo en cuenta el tiempo estimado para el desarrollo de la sociedad indígena en la isla, podemos entender que se pudo escribir poco en soportes fijos. Las 17 estaciones suman un total de 221 paneles distribuidos en 28 sectores. De ellos, 39 paneles tienen grafía líbico-canaria y 26 líbico-bereberes, mientras que en 9 paneles se grabaron signos de ambos alfabetos. En este número de soportes se organizan 82 líneas líbico-canarias y 64 líbico-bereberes, que completan un total de 146 líneas de las conocidas y estudiadas en Lanzarote. En los 17 yacimientos rupestres con inscripciones contamos con un total de 146 líneas, pero existen además signos sueltos y otro conjunto de trazos de los que no tenemos total certeza de que se trate efectivamente de escritura. Las 146 líneas se reparten en 221 paneles, de los cuales la estación de Cueva Paloma con 86 unidades, es la que posee mayor cantidad, seguida por Peña del Letrero con 23, pero mientras en Cueva Paloma existen 21 paneles con inscripciones líbico-canarias, 7 líbico-bereberes y 2 con ambos alfabetos que suman 54 líneas, 37 de líbico-canarias y 17 líbico-bereberes; la estación Peña del Letrero, sin embargo, que cuenta con 23 paneles solo incorpora 2 líneas líbico-canarias. Ello indicaría que a Peña del Letrero al menos se acudió en 2 ocasiones para escribir, y en otros casos se trazaron líneas, mientras que en Cueva Palomas se reiteró su visita, e incluso se acudió a ella para desarrollar alguna otra actividad, teniendo en cuenta las construcciones que se conservan en la superficie. Algo similar sucede en la estación de la Peña Juan del Hierro, que con 23 paneles grabados solo posee 2 líneas líbico-bereberes, mientras que en las otras superficies grabadas aparecen motivos rectilíneos y geométricos. Las estaciones de Cejo Romero y Peña del Corral del Rincón de la Gambuesa, poseen cada una de ellas 16 paneles, también con diferente contenido. Ambas se localizan en el sur de la isla; la primera en soportes rocosos que se localizan en la cordillera de Los Ajaches y la segunda en un afloramiento rocoso en la llanura de El Mojón, próxima a El Janubio. Cejo Romero incluye 3 paneles con inscripciones líbico-canarias, 1 con líbico-bereber y 1 también con ambas grafías, que en total suman 5 líneas líbico-canarias y 3 líbico-bereberes. Por el contrario, la Peña del Corral del Rincón de la Gambuesa posee 6 paneles con grafía líbico-canaria, 2 líbico-bereberes y 1 con ambos alfabetos que suman 11 líneas líbico-canarias y 2 líbico-bereberes. La Peña Luis Cabrera y Montaña de Tenésara poseen 14 paneles cada una de ellas. La primera cuenta con 8 paneles con signos líbico-bereberes que acumulan 23 líneas, mientras que Tenésara, con ambas grafías tienes 3 paneles líbico-canarios, 2 con líbico-canario, y de líbico-bereber 18 líneas, de las que 15 son de líbico-canario y 3 líbico-bereberes; en la Peña en Los Ancones se contabilizan 13 paneles, de los que solo 1 responde a 1 línea de tipo líbico-bereber, mientras que los demás motivos son geométricos; en el Barranco Piletas se documentan 8 soportes, de los que 1 posee una línea gráfica líbico-canaria y otro 2 líneas líbico-bereberes; en el Barranco del Mojón y Castillejo figuran en cada 1 de ellos 4 paneles. El primero tiene 2 paneles líbico-canarios y uno posee ambos alfabetos que suman 4 líneas líbico-canarias y 3 líbico-bereberes, mientras que Castillejo, aunque tiene 4 soportes, es en uno de ellos en el que únicamente se han representado caracteres de ambos alfabetos, en concreto 5 líneas líbico-canarias y 1 de líbico-bereber. Finalmente 6 estaciones suman un solo panel: Barranco Mulión, Peña del Cuenquito, Montaña de Guatisea, Montaña Ortis, Montaña Cardona y Ajache Chico. En el único panel de Barranco Mulión se grabaron 3 líneas líbico-bereberes, y 1 en Peña del Cuenquito, Montaña de Guatisea y Ajache Chico, mientras que Montaña Ortis conserva 1 línea líbico-canaria y 2 líbico-bereberes, y en Montaña Cardona existe exclusivamente 1 línea líbico-canaria. Si realizamos un procedimiento similar, pero ajustado a la cantidad de líneas grabadas, vemos que Cueva Palomas es la estación que suma más grafía, alcanzando 54 líneas, de las que 37 son líbico-canarias y 17 líbico-bereberes. Quienes escribieron en la estación utilizaron caracteres de ambos alfabetos, unas veces escribieron líbico-bereber y otras de líbico-canario, ANTONIO TEJERA GASPAR Y MARÍA ANTONIO PERERA BETANCOR 6 XXII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2017), XXII-128, pp. 1-14 en diferentes épocas del desarrollo de la cultura indígena, con la particularidad de que alguien escribió líbico-canario sobre un podomorfo. Si las líneas de escritura que observamos es el resultado de una intervención concreta, o bien alargada en el tiempo ¿cómo se refleja una u otra circunstancia en la piedra? ¿cómo podemos saber si fue una misma persona la que escribió con caracteres alineados que forman una palabra en líbico-bereber o en líbico-canaria? La Peña Luis Cabrera con 24 líneas líbico-bereberes es la estación con mayor número de líneas de este alfabeto, por lo que quienes se acercaron a ella con este propósito ¿solo sabían escribir líbico-bereber? ¿tuvo la peña una consideración diferente por este motivo? ¿existió alguna vinculación entre el litófono y la escritura? Los grabados de Montaña de Tenésara con 15 líneas líbico-canarias y 3 de líbico-bereberes se hallan en el afloramiento rocoso de El Castillejo, ubicado en el sector noreste del borde del cráter de Tenésara. A su vez, en la ladera oeste y en la del noreste de la montaña, existen 2 estaciones rupestres compuestas por canales, cazoletas y peldaños, pero no sabemos establecer ninguna relación entre ellas más allá de la cultural, como tampoco cómo asociar este contexto rupestre con el asentamiento que se halla situado en la falda sureste de la montaña, ya sea sirviéndose del ambiente rupestre que reseñamos, o al contrario. La Peña del Corral del Rincón de la Gambuesa suma 11 líneas líbico-canarias y 2 líbico-bereberes. Se trata de una estación peculiar formada por un afloramiento que es un taller lítico y en algunos de los paneles en los que se escribió muestran un lasqueado por percusión directa. La peña se ubica en el interior de una gambuesa en donde se localiza material arqueológico de época aborigen, y sus paredes frenaron por el oeste el avance de la lava de las erupciones volcánicas de Timanfaya, impidiendo de ese modo que invadieran su interior, por lo que las paredes de la gambuesa aborigen evitaron que el yacimiento fuera sepultado por la roca fluida. Más allá de ello, nos preguntamos: ¿Cuál fue la relación existente entre las inscripciones, el taller lítico y la gambuesa? El acto de escribir, tallar la piedra y encerrar el ganado después de apañarlo, ¿fueron actividades desarrolladas simultáneamente? o ¿cada una de estas funciones se sucedió de manera independiente a lo largo del tiempo? En la estación de Cejo Romero se grabaron 8 líneas, 5 líbico-canarias y 3 líbico-bereberes. Para llegar hasta allí se requiere ascender hasta cotas significativas si tenemos en cuenta que el asentamiento más próximo, aunque a poca distancia, es Morro Cañón, para lo que se requiere salvar una cota bastante alta. De todos sus paneles destaca el Sector 2, Panel 3 (a partir de aquí, S2 P3), porque combina 2 líneas líbico-canarias próximas cada una de ellas a otras 2 líneas líbico-bereberes. El lugar que constituye la estación rupestre no permite realizar muchas actividades diferentes a las de vigilar ganados, pues se trata de un paso estrecho y peligroso conformado por una superposición de columnas de piedras lisas y apiladas que contribuyeron a formar Los Ajaches. En su base existe una senda estrecha por la que se ha de transitar con cuidado, precisándose escalar para ascender a la cima o derrapar para bajar a la base de Los Ajaches. Además de acudir a este lugar y permanecer en él hasta culminar estas 6 líneas de escritura se siguió acudiendo a lo largo del tiempo, entre otros motivos, para grabar al menos 18 barcos con técnica incisa. Los barrancos Mojón y Piletas comparten un mismo ambiente. La primera estación acoge 4 líneas líbico-canarias y 3 líbico-bereberes, mientras que Piletas posee 1 de líbico-canaria y 2 líbico-bereberes, y además se encuentra muy cerca de la Peña de Luis Cabrera en la que se escribió exclusivamente líbico-bereber, al igual que en Barranco Mulión, más alejado, pero en el mismo curso de este barranco, donde toma otra denominación. Como ya hemos adelantado, en la Peña Luis Cabrera se contabilizó el máximo número de líneas líbico-bereberes que conocemos en la Isla, y en la otra estación solo 3 hileras de caracteres. Siguiendo con este recuento, Castillejo posee 4 paneles, pero solo en 1 de ellos se escribió en 5 líneas líbico-canarias y 1 de líbico-bereber. Se ubica muy cerca de Cueva Paloma y a escasos metros de LAS INSCRIPCIONES RUPESTRES DE LANZAROTE... 7 XXII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2017), XXII-128, pp. 1-14 Castillejo II. Se trata de un afloramiento rocoso emplazado en el lateral sureste de La Atalaya, en Femés. En apariencia es un lugar al que se acudió durante largo tiempo después de la conquista normanda, pues la presencia de grabados figurativos barquiformes así parece indicarlo. En los otros 3 paneles en los que no se escribió existen trazos geométricos y figuras reticuladas, mientras que en los grabados realizados en el S1 P1 figura una distribución peculiar, que nos recuerda a las de Fuerteventura, donde la línea líbico-bereber ocupa un espacio secundario con respecto a los sectores de la superficie que fueron elegidos para situar las líneas líbico-canarias que ocupan la parte más céntrica. En la vertiente este de la cumbre La Atalaya se excavó un conjunto de cazoletas y canalillos, y a pocos metros en dirección noreste se halla la estación Castillejo II, que no la incluimos en el registro de inscripciones, aunque sí la tengamos en cuenta. Posee un solo sector en el que se encuentran 2 paneles separados por una suave fisura. En el P1 se ha realizado un piqueteado muy pequeño y en su sector inferior 1 línea de 0.24 m de largo por 0.1 y 0.2.5 m de grosor, mientras en la zona central del P2 se realizó, del mismo modo, 1a figura ligeramente elipsoidal de 0.33 por 0.30 m de diámetro con un grosor de 0.2 m, en cuyo interior se trazaron con el mismo procedimiento 2 líneas cruzadas cuya longitud no supera el diámetro de la elipse. También en el sector inferior se percutió finamente un trazo vertical de 0.12 m de largo por 0.2 m de ancho, y del mismo modo en la parte baja se repitieron 2 figuras similares con diámetros más pequeños, de 0.17, a la vez que 1 de ellos posee un piqueteado de forma oval en su remate superior. La estación de Peña Juan del Hierro, junto con las 3 peñas de La Castellana en el entorno del complejo arqueológico de Zonzamas, contiene las inscripciones que se asientan en el ecosistema de El Jable, aunque Juan del Hierro y el conjunto señalado se distancian entre sí unos 10 Km. En esta última estación se grabaron 3 líneas líbico-bereberes junto a otros paneles con temática geométrica. Al pie de la peña se registra material arqueológico de los vestigios de un asentamiento, por lo que las inscripciones se encuentran en un medio habitacional. El conjunto formado por Montaña Ortis -con 1 línea líbico-canaria y 2 líbico-bereberes-, Peña del Letrero -con 2 líneas líbico-canarias- y las estaciones Barranco Mulión, Peña en Los Ancones, Peña del Cuenquito, Montaña de Guatisea, Montaña Cardona y Ajache Chico poseen todas ellas 1 sola línea líbico-bereber, excepto Montaña Cardona, que pertenece al líbico-canario. De estas estaciones destacamos las siguientes particularidades: Montaña Ortis, que a pesar de localizarse en la cota media de la ladera este de la elevación se halla casi totalmente cubierta por cenizas de las erupciones de Timanfaya, en donde se documentan diversos sectores con escaso material arqueológico que representa los indicios de la existencia de un hábitat en este lugar que cuenta con diferentes puntos de agua, pero ignoramos si este recurso es anterior a las fases eruptiva del siglo XVIII. Peña del Letrero, próxima a Peña del Cuenquito se complementa con Peña del Conchero, con quien forma el conjunto de estaciones que suman 2 líneas líbico-canarias -Letrero-, 1 línea líbico-bereber -Cuenquito- y 2 siluetas de pies -Conchero-. Entre ellas, aunque en un número escaso, se observan materiales arqueológicos en la superficie ocupada por suelo de jable, en ocasiones activo, así como diferentes perfiles de estructuras arquitectónicas. En un desnivel de Barranco Mulión que forma un chupadero o ere, se localiza la estación de esta depresión idénticamente nominada, asentada en el entorno del asentamiento de Muela Molino. Para grabar se debió disponer de piedras que subidas a ellas posibilitaran alcanzar la altura donde se incidió. En ella y con técnica incisa de diferentes grosores se grabaron al menos 3 líneas, si bien pudieran ser 4 totalmente mimetizadas con la coloración de la superficie pétrea y el rayado superficial de los trazos. En el mismo ambiente, pero alejada de esta estación, se halla Peña en Los Ancones, afloramiento rocoso con 14 paneles repartidos en 2 sectores. Todas estas superficies poseen trazos geométricos, zonas pulidas y percutidas y solo en uno de los paneles se grabó una línea de 5 caracteres líbico-bereberes con trayectoria horizontal y 4 signos separados de esta ANTONIO TEJERA GASPAR Y MARÍA ANTONIO PERERA BETANCOR 8 XXII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2017), XXII-128, pp. 1-14 alineación. En conjunto, Montaña Guatisea constituye una interesante estación rupestre compuesta por 40 canales excavados en la ladera sureste, junto a cazoletas y canalillos. En este ambiente se ha grabado con percusión continua en un afloramiento rocoso a nivel del suelo 1 línea vertical con 3 o 4 caracteres líbico-bereberes y algo más apartado y a la izquierda de los anteriores otro signo. Las dimensiones -0.24 y 0.35 m- que alcanzan los diferentes caracteres permite que los consideremos monumentales, en atención a esta particularidad y que solo encontramos paralelismo con otra línea de carácter escriturario localizada en Montaña Tinasoria. El mal estado de conservación de los trazos alfabetiformes en el soporte de toba exige tener la máxima cautela con la línea que en la actualidad aparenta pertenecer al alfabeto líbico-canario y que está conformada por 8 signos en proyección vertical, pero con sentido de escritura horizontal, junto a otros motivos de los que destacamos un reticulado, que también alcanza un tamaño significativo. En líneas generales, cada signo líbico-bereber realizado, con independencia de su tamaño o forma, posee un valor y responde a un concepto, que a su vez se puede complementar con el significado de los caracteres y motivos que le acompañan. La dimensión y la forma con que se han ejecutado los grabados poseen propiedades por sí mismas, ya que estas características originan un sentido y valor añadido, al ser en este caso intencionado y diferente a la norma. La estación Ajache Chico se compone de varios paneles, aunque el que nos interesa conforma el del Sector 1, al permanecer los demás alejados y con grabados que aparentan remontarse a una etapa postconquista. En el panel alfabetiforme, exento y situado en la ladera sureste de Ajache Chico, se grabaron 5 caracteres líbico-bereberes con incisión fina y superficial. A escasos metros en dirección a la cima de Ajache Chico, a 306 m s. n. m., existe otro panel con multitud de trazos rectilíneos de considerable grosor que alcanzan, en ocasiones, 0.1 m. En cotas superiores y en paredes basálticas se dibujaron multitud de trazos incisos geométricos, barquiformes, alfabetiformes subrecientes y de tipo juegos, lo que aparenta todo ello su pertenencia a etapas subactuales. ESCRITURA Y HÁBITAT En Lanzarote existe una mayor densidad de hábitat indígena en el área centro este, hecho que lo justificamos en la red natural de escorrentías por la que discurre buena parte del agua de las precipitaciones que desde las cotas altas, desde Las Nieves, converge en Los Ancones. Hasta el litoral va a parar la corriente de agua llegada desde las cotas altas, así como la que derrama el conjunto de maretas aborígenes situado en el sector medio de la Isla, como la Mareta de las Mares, Mareta Encantada o Mareta de las Arnillas, las 3 en el término de Teguise. Esta parte de la Isla se corresponde con la más alta concentración de escritura que se halla grabada en piedra, siendo posible por ello establecer una asociación entre asentamientos e inscripciones incisas en soporte fijo. La existencia de agua en superficie condicionó la presencia de hábitat, así como marcó límites territoriales si en algún momento la población se estructuró en 2 o más segmentos, atendiendo exclusivamente a la posesión de este recurso. La lluvia es, sin duda, una variable determinante en esta cultura y siendo ésta el área en la que se halla el trazado de la pared que en algún momento pudo dividirla en 2 segmentos tribales, semejante a la de Fuerteventura, y que con posterioridad evolucionó en un solo bando, atendiendo a los datos poblacionales que facilita (Le Canarien 2003: 78), cuando señala que existían en Lanzarote más de doscientas hombres de pelea cuando llegamos a ella. El manuscrito “G” (Le Canarien 2003: 142) recoge que esta isla de Lanzarote solía estar muy poblada, pero los españoles, los aragoneses y otros corsarios del mar los han capturado y reducido a servidumbre tantas veces que apenas queda gente, pues cuando llegamos nosotros solo había unas trescientas personas, que hemos apresado con mucha dificultad y esfuerzo. Aparentemente, la escasa LAS INSCRIPCIONES RUPESTRES DE LANZAROTE... 9 XXII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2017), XXII-128, pp. 1-14 población debió de ser un hecho específico, si nos atenemos a la referencia expresada en la Crónica de que solía estar muy poblada. Si ello fue así, el límite territorial de ambas fracciones se pudo establecer desde Punta de la Pared en la costa este del noreste insular hasta La Montaña, en el sector de Las Nieves. En el área de Los Ancones debió existir un mayor nivel de disponibilidad de agua durante el año, y no porque el índice pluviométrico de la Isla fuera más elevado, sino porque es donde ocupa más extensión el recorrido de la escorrentía. Y del mimo modo que sucede en Fuerteventura, pudo ser la causa de la abundancia de los asentamientos, y asociado a ellos, la presencia de la escritura. Es posible que las estaciones con motivos alfabetiformes en soporte fijo reflejen un acto muy específico, asociado a situaciones determinadas, y no un recurso al que se recurrió diariamente por quienes dominaban la escritura, o bien fuera la respuesta a la necesidad o a la práctica ya usual en ese entonces, de grabar nombres de personas como testimonio de su presencia cuando se acudiera o permaneciera en las estaciones con cualquier otro propósito, y en donde se grabarían antropónimos, etnónimos, gentilicios, etc., o bien conformando frases o mensajes cortos. De los 17 yacimientos rupestres con grabados alfabetiformes que estudiamos, 5 se concentran en el entorno Guatiza-Los Ancones, que aunque también se escribió con caracteres líbico-canarios y se documenta el mayor número de líneas líbico-bereberes de la Isla, alcanzando las 28 líneas. De las 3 estaciones que contienen exclusivamente este tipo de escritura destaca la Peña Luis Cabrera con 24 líneas ya que las otras 2, Barranco Mulión y Peña en Los Ancones, que es la estación que permanece más alejada de las demás suman 4. A esta concentración se añade la del Barranco del Mojón y Barranco Piletas que en conjunto y sumando sus signos a los 5 registros anteriores incorporan 33 líneas líbico-bereberes y 5 líbico-canarias. Este número resulta interesante porque en Fuerteventura existe la mayor cantidad de inscripciones en soporte fijo con una elevada proporción de líneas líbico-canarias, frente a las líbico-bereberes, que existen en un número más reducido, de manera contraria a lo que constatamos en Lanzarote. La otra centralización de inscripciones que advertimos en Lanzarote se sitúa en el sector sur, donde confluye la Peña del Corral del Rincón de la Gambuesa, con 13 líneas, 11 de ellas líbico-canarias y 2 líbico-bereberes; Castillejo con 6 líneas, 5 líbico-canarias y 1 líbico-bereber; Cueva Paloma, la estación de mayor complejidad de Lanzarote con 54 líneas 37 de ellas líbico-canarias y 17 líbico-bereberes; Cejo Romero con 8 líneas, 5 líbico-canarias y 3 líbico-bereberes y finalmente la estación Ajache Chico con un panel exento (de 0.80 por 0.34 m) en donde solo existe 1 única línea incisa. ASOCIACIÓN Y NÚMERO DE LOS 2 ALFABETOS El recuento total de paneles suma 222 unidades, de los que solo en 10 se documentan ambas escrituras. Si analizamos estas superficies vemos que pertenecen a 7 estaciones que contienen 1 o 2 paneles con ambas grafías, de los que 2 se documentan en sendas superficies en el Barranco del Mojón, Montaña de Tenésara y Cueva Palomas, mientras que poseen un solo soporte con los 2 alfabetos, en la Montaña Ortis, Castillejo, Cejo Romero y Peña del Corral del Rincón de la Gambuesa. A su vez en 4 estaciones coexisten ambos alfabetos -Barranco Piletas, Cueva Palomas, Cejo Romero y Peña del Corral del Rincón de la Gambuesa- y se concentran únicamente 10 paneles con escritura líbico-bereber, con distinta proporción que la constatada en 6 estaciones donde aparece escritura de los 2 alfabetos -Barranco del Mojón, Barranco Piletas, Montaña de Tenésara, Cueva Paloma, Cejo Romero y Peña del Corral del Rincón de la Gambuesa- y que reúnen 38 paneles con escritura líbico-canaria. Solo 2 estaciones que engloban 3 paneles contienen exclusivamente escritura líbico-ANTONIO TEJERA GASPAR Y MARÍA ANTONIO PERERA BETANCOR 10 XXII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2017), XXII-128, pp. 1-14 canaria, lo que resulta llamativo porque es justamente lo contrario de lo que conocemos en la isla de Fuerteventura, en donde los paneles más numerosos son los que muestran exclusivamente escritura líbico-canaria. Este registro también se distancia en Lanzarote con los paneles de estaciones en donde solo se documenta líbico-bereber, ya que 7 estaciones-Peña de Luis Cabrera, Barranco Mulión, Peña en Los Ancones, Peña Juan del Hierro, Peña del Cuenquito, Montaña de Guatisea y Ajache Chico-, reúnen 15 paneles. Atendiendo a las líneas conformadas por uno y otro alfabeto sumamos un total de 149, de las que 82 son líbico-canarias y 67 líbico-bereberes. Con respecto a las líbico-canarias, el yacimiento con mayor número de líneas es el de Cueva Paloma con 37; le sigue en cantidad la Montaña de Tenésara con 15, Peña del Corral del Rincón de la Gambuesa con 11 líneas, Castillejo y Cejo Romero con 5 cada uno. Las siguientes estaciones poseen, 4 en el Barranco del Mojón, 2 en la Peña del Letrero y con una sola línea en las estaciones del Barranco Piletas, Montaña Ortis y Montaña de Cardona, de lo que se deduce que las estaciones en donde se grabó el mayor número de líneas líbico-canarias son las que asimismo registran ambos alfabetos, lo que sin duda nos llama la atención. Si hacemos un ejercicio similar con las estaciones en las que se documentan líneas líbico-bereberes, vemos que la estación más numerosa es la Peña Luis Cabrera que únicamente posee 24 líneas de esta escritura. Por el contrario, el siguiente yacimiento en número de líneas -17- es Cueva Paloma donde también se grabó la mayor cantidad de líneas líbico-canarias que se conserva en la Isla. Las otras 13 estaciones con líbico-bereber poseen 3 en el Barranco del Mojón, Peña Juan del Hierro, Montaña de Tenésara, Barranco Mulión y Cejo Romero; 2 en el Barranco Piletas, Montaña Ortis y Peña del Corral del Rincón de la Gambuesa, y 1 en la Peña en Los Ancones, Peña del Cuenquito, Montaña Guatisea, Castillejo y Ajache Chico. Es decir, aunque mayoritariamente se escribe sobre todo en 2 grandes estaciones -Peña Luis Cabrera y Cueva Paloma- que suman en ambas 40 líneas -24 y 17- 25 líneas se encuentran en estaciones con 3, 2 y 1 línea. Los yacimientos en los que se documentan ambas escrituras y los paneles en los que confluyen las 2 son: — Barranco del Mojón: S1 P3 con 2 líneas líbico-canarias y 3 líbico-bereberes. Esta estación en diferentes paneles posee: S1 P2 y S1 P4: 1 línea líbico-canaria en cada uno. Ello significa que de 7 líneas (4 son líbico-canarias y 3 líbico-bereberes), 2 líneas líbico-canarias y 3 líbico-bereberes comparten superficie. — Barranco Piletas: Ningún panel posee ambas grafías. — Montaña de Tenésara: S1 P5 con 2 líneas líbico-canarias y 1 línea líbico-bereber. En general esta estación contiene 18 líneas, 15 de ellas líbico-canarias y 3 líbico-bereberes. Ello significa que de 18 líneas de uno y otro alfabeto, 2 líbico-canarias y 1 líbico-bereber comparten soporte. — Montaña Ortis: Estación con un solo panel -S1 P1- con 1 línea líbico-canaria y 2 líbico-bereberes. — Cueva Palomas: S1 P20 con 1 línea líbico-canaria, 1 línea líbico-bereber y 2 figuras podomorfas; S2 P3 con 1 línea líbico-canaria, 1 línea líbico-bereber y 2 figuras de podomorfos. Además de este registro la estación posee: S1 P3: 9 líneas líbico-bereberes; S1 P19: 1 línea líbico-canaria; S1 P31, 1 línea líbico-canaria; S1 P32: 1 línea líbico-bereber; S1 P36: 1 línea líbico-canaria; S1 P37: 1 línea líbico-canaria; S2 P2: 1 línea líbico-canaria; S2 P4: 1 línea líbico-canaria; S2 P9: 2 líneas líbico-canarias; S2 P15: 1 línea líbico-canaria; S2 P16: 1 línea líbico-canaria; S2 P18: 1 línea líbico-bereber; S2 P23: 1 línea líbico-bereber; S2 P35: 1 línea líbico-canaria; S2 P40: 1 línea líbico-canaria; S2 P42: 1 línea líbico-canaria; S2 P43: 1 línea líbico-canaria; S2 P44: 4 líneas líbico-canarias y S2 P45: 1 línea líbico-canaria; etc. Ello significa que de 54 líneas -37 líbico-canarias y 17 líbico-bereberes- solo 2 líneas LAS INSCRIPCIONES RUPESTRES DE LANZAROTE... 11 XXII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2017), XXII-128, pp. 1-14 líbico-canarias y 2 líbico-bereberes comparten superficie y en ambos casos también en el mismo soporte se grabaron figuras podomorfas. — Castillejo: S1 P1 con 5 líneas líbico-canarias y 1 líbico-bereber, mientras que los otros 3 paneles albergan motivos geométricos. — Cejo Romero: S2 P3 con 2 líneas líbico-canarias y 2 líbico-bereberes. Además de este soporte posee: S1 P1: 1 línea líbico-canaria; S3 P1: 1 línea líbico-bereber; S4 P1: 1 línea líbico-canaria y S4 P2: 1 línea líbico-canaria. Ello significa que de 8 líneas (5 líbico-canarias y 3 líbico-bereber), 2 líneas líbico-canarias y 2 líbico-bereberes comparten superficie. — Peña del Corral del Rincón de la Gambuesa: ningún panel muestra ambos alfabetos. CONCLUSIONES De las 8 estaciones que muestran ambas escrituras y que en total suman 147 paneles, solo 7 registran caracteres de las 2. En estos 7 paneles se hallan 13 líneas líbico-canarias y 9 líbico-bereberes. La población aborigen de esta isla utilizó 2 alfabetos para escribir y recurrió a ellos para comunicarse en algunos momentos de su vida. La grafía en soporte fijo pudo desempeñar un protagonismo relevante en la toma de acuerdos, en el establecimiento de señalizaciones en el territorio, etc. Probablemente pudo responder también a otras funciones que en la actualidad se nos escapan. Si ello fue así, los signos representarían una serie de códigos importantes para esta comunidad en momentos concretos y cuando tenían lugar acontecimientos sobresalientes y decisivos, como la distribución del espacio, su reestructuración por mecanismos determinantes que se sustentaban en variantes ambientales, y que pudieron dejar constancia, y que más tarde fue reflejada en un texto escrito en piedra fija. La población pudo haber subido a Cueva Paloma en diversas ocasiones para construir las estructuras que aún permanecen en el subsuelo, o para grabar motivos geométricos, pero también para escribir líbico-canario, líbico-bereber y para piquetear siluetas de pies sobre líneas de escritura líbico-canaria, en superficies que se hallaban dispuestas en posición vertical y en horizontal. Esta estación es, sin duda, el resultado de un acto reiterado de grabar y no solo en un momento determinado y concreto. Debió de ser una actividad redundante, con la diferencia de que en la Peña Luis Cabrera no se escribió usando el alfabeto líbico-canario, que se halla, en cambio, muy presente en Cueva Paloma, sino exclusivamente líbico-bereber, además de unos pocos signos geométricos fundamentalmente rectilíneos. Como yacimiento epigráfico, Cueva Paloma con 54 líneas es el de mayor envergadura de la Isla, que resulta muy particular debido a su ubicación -Otras 2 estaciones se encuentran en la misma cordillera-, y porque es el único en el que se documentan motivos podomorfos estrechamente asociados a las inscripciones. Posee la mayor cantidad de líneas -54- pero no el mayor número de escritura líbico-bereber -17-, ya que la Peña Luis Cabrera le supera con 24 líneas. La estación de Cueva Palomas se caracteriza sobre todo por la existencia de 2 técnicas de ejecución, que atendiendo a la acción con la que se realizaron, destaca la percusión continua, la incisión simple, la repasada, que llega a ser una acanaladura, así como el rayado. De ella destacamos también la situación de peligro a la que se expusieron quienes allí escribieron, ya que los paneles del S2 situados en la cara noreste se hallan en caída libre, en la cabecera del barranco. No disponemos de la totalidad de las inscripciones que grabó la población aborigen sobre un soporte fijo, pues además de que existe una elevada probabilidad de localizar nuevos enclaves, muchas otras líneas de escritura se habrán perdido para siempre, sepultadas bajo coladas lávicas, ocultas por cenizas, jable, vías de comunicación, desmenuzadas por palas mecánicas, o también bajo los cimientos de distintos tipos de construcciones. Consideramos ANTONIO TEJERA GASPAR Y MARÍA ANTONIO PERERA BETANCOR 12 XXII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2017), XXII-128, pp. 1-14 igualmente la existencia de signos alfabéticos en piedras de pequeño tamaño, como parece inferirse de la laja que constituye el P24 S3 de Montaña Blanca de Arriba, Fuerteventura, en la que en una superficie de 0.11 por 0.27 m se grabaron signos líbico-bereberes; así como la escritura sobre tierra o arena, cerámica fresca, piel, cuero o madera, que debió de ser una práctica común, como lo es en las culturas afines del norte de África. Anotar en una pequeña piedra permite moverse con ella y portar un mensaje a la vez que no participa plenamente de las connotaciones que le pudiera transmitir el lugar en el que se encontrara si fuese una superficie fija. La escritura sobre tierra resulta efímera, mientras que la grabada en piedra fija alcanza una mayor permanencia, al contrario que la piedra exenta, a la que además del desplazamiento no la asociamos a un lugar concreto, excepto si el material de su composición, por restringido, así lo permite, o como en este caso, en que el referido grabado forma parte de la estación de Montaña Blanca de Arriba, si bien una vez cumplimentado, pudo ser trasladado hasta allí. En ocasiones, los signos de uno u otro alfabeto se han grabado únicamente en una estación, bien sea líbico-canario (2 estaciones) o líbico-bereber (7 estaciones), pero otras veces (8 estaciones), los caracteres de uno y otro alfabeto comparten estación y, al contrario que en Fuerteventura, en escasas ocasiones lo hacen en el mismo panel. Los datos disponibles en Lanzarote reflejan entre ambos alfabetos una relación cuantitativa más equilibrada que en Fuerteventura. Las estaciones rupestres que contienen signos de uno y otro son mayoría en ambas islas, si bien en Lanzarote, al contrario que en Fuerteventura, solo se contabilizan 7 paneles con una y otra grafía de los 8 yacimientos en donde se encuentra. La estación Cueva Palomas evidencia una estrecha unión espacial entre inscripciones y motivos podomorfos, en la que con 86 paneles, 30 de ellos con inscripciones, de los que en 2 se hallan figuras podomorfas y ambos alfabetos (S1 P20, S2 P3), e incluso con superposiciones, como sucede en el S1 P7, en el que el piqueteado continuo del contorno del pie se sobrepone a una línea incisa líbico-canaria. Por el contrario, no se refleja una estrecha relación espacial entre las inscripciones de ambos alfabetos y en otras manifestaciones rupestres, como canales, cazoletas o canalillos, si bien en la parte superior de esta estación se halla una cazoleta. En este sentido Montaña de Guatisea resulta una excepción, como también lo es el tamaño de sus caracteres líbico-bereberes piqueteados, y es igualmente singular la técnica de manufactura, ya que solo se documenta en este soporte. Esta técnica también resulta de uso limitado en Fuerteventura, reservándose para algunas inscripciones líbico-canarias de Barranco del Cavadero y la línea líbico-bereber de Montañeta de Adrián. La técnica de ejecución de los grabados es mayoritariamente la fricción, y específicamente la incisión simple y la repasada, y con menor uso la percusión o piqueteado continuo y discontinuo, raspado, rayado y la abrasión. Lanzarote se singulariza por la existencia de estaciones rupestres con inscripciones que poseen un solo panel -Barranco Mulión, Peña del Cuenquito, Montaña de Guatisea, Montaña Ortís, Montaña Cardona y Ajache Chico-, un número pequeño de ellos -Barranco del Mojón (4), Barranco Piletas (8), Peña en Los Ancones (13), Peña del Letrero (23) y Castillejo (5)-, cantidad media -Peña Luis Cabrera (23), Peña Juan del Hierro (23), Montaña de Tenésara (14), Cejo Romero (16) y la Peña del Corral del Rincón de la Gambuesa (16)- y cantidad significativa solo registrada en Cueva Palomas (86). La estrecha convivencia espacial de ambas escrituras a nivel insular se concreta en que las líneas de caracteres líbico-canarios comparten mayor cantidad de paneles con esta escritura, que con la líbico-bereber. En ocasiones, los caracteres líbico-bereberes se han realizado en el mismo soporte que la líbico-canaria, o simultáneamente, mientras que el líbico-bereber se escribió solo, especialmente en la Peña Luis Cabrera. De tal forma es así, que de las 67 líneas líbico-bereberes que conocemos en Lanzarote, 11 se grabaron en el mismo panel que la escritura líbico-canaria, y 56 lo hicieron en una superficie que con anterioridad, de forma simultánea, o con posterioridad, no se grabó en ese mismo soporte caracteres líbico-canarios. LAS INSCRIPCIONES RUPESTRES DE LANZAROTE... 13 XXII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2017), XXII-128, pp. 1-14 Hemos de buscar explicaciones de por qué ambas grafías no comparten un espacio más estrecho, tal y como sucede en Fuerteventura y recíprocamente. El registro de grabados alfabetiformes que conocemos en Lanzarote parece apuntar que el poblamiento de la Isla se produjo de una sola vez y por una única tribu, ya que no hemos documentado en ningún sector de la Isla un comportamiento diferente con respecto a las inscripciones, más allá de su ausencia o la mayor presencia de líneas líbico-canarias y líbico-bereberes, o del registro de las estaciones. Hemos expresado que desde el punto de vista cuantitativo, no parece que los grabados alfabetiformes incisos en piedra fija, respondiera a una práctica frecuente, a la que la población recurriera en múltiples ocasiones. Pero si bien hacemos esta observación, la expresamos ignorando el número total de escritura líbico-bereber que se contabiliza en el norte de África, donde la presencia de grabados de este o de cualquier otro alfabeto, si bien resulta frecuente, no es abundante. En este continente resulta determinante para el registro de la escritura líbico-bereber las estelas funerarias, por lo que disponemos de un significativo número de textos, pero además de esta realidad funeraria, en proporción no son muchas las inscripciones con relación a las dimensiones del Magreb y asimismo a la vigencia de la escritura líbico-bereber. La comparación interinsular resulta asimismo útil para profundizar en el conocimiento, no solo porque ambas islas compartan etnónimo, y con ello probablemente la pertenencia a una misma tribu, sino porque por ahora son las únicas en las que se documenta de manera inequívoca la escritura líbico-canaria, resultando atractivas las convergencias y divergencias entre una y otra realidad insular. Las únicas, o las escasas líneas líbico-bereberes y líbico-canarias de Peña en Los Ancones, Peña del Letrero, Peña del Cuenquito, Montaña Guatisea, pudieran apoyar el uso individual de la escritura. Esta cantidad contrasta con las 54 líneas que con caracteres de ambos alfabetos se escribieron en Cueva Paloma, resultado probablemente de una actividad colectiva y dilatada en el tiempo. Constatamos igualmente que existen yacimientos rupestres con escrituras -Barranco Mulión, Peña en Los Ancones, etc.- que se hallan insertados en un área de abundantes asentamientos -Teguereste, Saga, Muela Molino, Corral Hermoso, La Hondura, Zonzamas- y otras estaciones con alfabetiformes, junto a otros vestigios arqueológicos como Cueva Paloma y Castillejo -círculo de piedras hincadas y existencia de material arqueológico-, o bien permanecen distanciados de enclaves habitacionales como Guatisea o Cejo Romero, siendo el hábitat más próximo Las Cuestas y Morro Cañón respectivamente. Los yacimientos rupestres con registro alfabético que conocemos son solo una parte de la actividad epigráfica generada por la población. La mayoría de las estaciones alfabetiformes se hallan en la parte oriental, central y sur de la isla, al contrario de Fuerteventura que se encuentra restringida a la parte central, no documentándose por ahora en el sur y en el norte. En Lanzarote, el norte permanece exento de inscripciones, así como desde la línea transversal, mediante la que une imaginariamente las estaciones Montaña Tenésara, Ortis, Cardona y Guatisea, y por el sur el área al norte del trazo marcado por Peña del Corral del Rincón de la Gambuesa y Cueva Paloma, ya que el sector cubierto por las lavas de Timanfaya condiciona parcialmente que esta delimitación existiera en la etapa indígena. La escritura líbico-bereber permite que nos acerquemos al conocimiento de una serie de aspectos de la población, y asimismo nos permite relacionar Fuerteventura y Lanzarote con las demás islas. Ambas poseen características propias en cuanto a la grafía líbico-bereber de Canarias, de las que destacamos particularmente la estrecha relación de ambas islas con la escritura líbico-canaria. Los paneles de Lanzarote en los que conviven caracteres de uno y otro alfabeto no muestran una singular articulación, como sucede en Fuerteventura, excepto Castillejo en el término de Yaiza. Una cuestión es abordar el origen y procedencia de la escritura líbico-canaria de Fuerteventura y Lanzarote y su relación con el sistema líbico-bereber presente en todas las ANTONIO TEJERA GASPAR Y MARÍA ANTONIO PERERA BETANCOR 14 XXII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2017), XXII-128, pp. 1-14 islas canarias, excepto en La Graciosa, y otra bien distinta es desarrollar propuestas sobre la función que desempeñaron los distintos soportes como recurso para organizar el territorio. El acto de grabar le proporcionó un valor cultural al territorio, sin que podamos precisar si el hecho responde a una naturaleza política, económica, cultual, etc., en tanto coopera a sistematizar y estructurar el espacio del yacimiento, pero también la zona circundante, integrándolo en su organización territorial. La propia escritura es un recurso para organizar y humanizar el paisaje, siendo importante el contenido de lo escrito, pero también su relación con los diversos elementos de la naturaleza, como la orografía, el espacio, el emplazamiento, además de la vinculación que se establece con los asentamientos o cualquier otra unidad arqueológica. En Lanzarote conocemos 149 líneas de ambos alfabetos, de las que 82 son líbico-canarias (el 56.1 %) y 67 líbico-bereberes (44 %). En Fuerteventura conocemos 415 líneas de ambos alfabetos, de las que 381 son líbico-canarias (el 91.8%) y 34 líbico-bereberes (8.1 %). Ello puede significar que se trata de 2 facciones de una misma tribu que se asentaron en las 2 islas, pero que en origen la de Fuerteventura experimentó un contacto más estrecho con la población que utilizaba el alfabeto líbico-canario, mientras que la población aborigen de Lanzarote ese contacto no fue tan estrecho. ANEXO FOTOGRÁFICO Imagen n. º 1. Vista parcial y/o general de los paneles 3, 4, 5, 6 y 7 del Sector 1, todos ellos con inscripciones líbico-bereberes y/o líbico-canarias. BIBLIOGRAFÍA PERERA BETANCOR, M. A. (2015). Arqueología de Lanzarote. Particularidades Insulares. Naturaleza en-tre volcanes. Actas X semana Científica Telesforo Bravo. Puerto de la Cruz, Tenerife: Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias.
Click tabs to swap between content that is broken into logical sections.
Calificación | |
Título y subtítulo | Las inscripciones rupestres de Lanzarote. Generalidades, particularidades y estado actual del conocimiento |
Autor principal | Tejera Gaspar, Antonio |
Entidad | Cabildo de Gran Canaria |
Publicación fuente | XXII Coloquio Historia canario - americana |
Numeración | Coloquio 22 |
Sección | Tesis doctorales en curso |
Tipo de documento | Congreso y conferencia |
Lugar de publicación | Las Palmas de Gran Canaria |
Editorial | Cabildo Insular de Gran Canaria |
Fecha | 2016 |
Páginas | pp. 01229-1242 |
Materias | Congreso ; Historia ; Canarias ; América ; Arte rupestre ; Lanzarote |
Enlaces relacionados | Enlace al editor : http://coloquioscanariasamerica.casadecolon.com/ |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 397850 Bytes |
Texto | XXII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2017), XXII-128, pp. 1-14 LAS INSCRIPCIONES RUPESTRES DE LANZAROTE. GENERALIDADES, PARTICULARIDADES Y ESTADO ACTUAL DEL CONOCIMIENTO THE ROCK INSCRIPTIONS OF LANZAROTE. GENERALITIES, PARTICULARITIES AND THE CURRENT STATE OF KNOWLEDGE Antonio Tejera Gaspar* y María Antonia Perera Betancor** Cómo citar este artículo/Citation: Tejera Gaspar, A. y Perera Betancor, Mª. A. (2017). Las inscripciones rupestres de Lanzarote. Generalidades, particularidades y estado actual del conocimiento. XXII Coloquio de Historia Canario-Americana (2016), XXII-128. http://coloquioscanariasmerica.casadecolon.com/index.php/aea/article/view/10067 Resumen: Las inscripciones rupestres de Lanzarote la forman los alfabetos líbico-bereber y líbico-canario, de los que, y a pesar de que han transcurrido algo más de 33 años desde que se descubriera esta segunda grafía, y de que, en apariencia la hayamos podido identificar, poco o nada sabemos con certeza para su precisa determinación cultural. Bajo estas circunstancias, y sin que por ahora desechemos ninguna vía de investigación sobre su origen, abordamos el estudio de 17 estaciones rupestres en las que se han grabado caracteres de uno u otro de estos alfabetos. En este trabajo planteamos una serie de aspectos que abarcan desde el modo en el que se han ejecutado los signos, en lo que se refiere a su representación, a las técnicas, superposiciones, centralidad de las líneas, relación entre los de una y otra adscripción, hasta la consideración de que un signo grabado en diferentes lugares de la Isla no posee el mismo significado, como sucede con los caracteres monumentales. Otro aspecto que se deriva de nuestro análisis es que nos ha permitido establecer las evidentes semejanzas de estos alfabetos con otros de características parecidas que han sido documentados en Fuerteventura. Palabras clave: Inscripción, líbico-bereber, líbico-canario, majos, Lanzarote Abstract: The rock inscriptions of Lanzarote belong to the lybian-bereber and lybian-canary alphabets, and despite the fact that more than 33 years have passed since we realized the existence of this second spelling, nowadays although we have apparently indentified it, little or nothing we know certainly about the identity of the second alphabet. Under these circumstances and without discarding any other way of investigating its origin, we undertake the study of 17 rock stations in which they have engraved characters of one, another or both alphabets. We have raised a series of aspects that embraces from the way in which the signs have been executed in terms of their representation, techniques, overlap, the centrality of the lines, the relation between the signs of one and the other, etc. To the consideration that a sign engraved in different places of the island does not have the same meaning, as for example, with the monumental characters. Some of the aspects which are derived to our analysis have allowed us to contrast them with others of similar characteristics located in Fuerteventura. Keywords: Inscription, líbico-bereber, líbico-canario, majos, Lanzarote * Catedrático de Arqueología. Departamento de Prehistoria, Antropología e Historia Antigua. Universidad de La Launa. Campus de Guajara. 38205. La Laguna. Santa Cruz de Tenerife. España. Teléfono: +34 922317728; correo electrónico: atejera@ull.es ** Arqueóloga, doctora en Prehistoria. Cabildo Insular de Lanzarote. Calle León y Castillo, 6. 35500 Arrecife de Lanzarote. España. Teléfono: +34 928810100 ext. 3010; correo electrónico: nonapere-ra@cabildodelanzarote.com ANTONIO TEJERA GASPAR Y MARÍA ANTONIO PERERA BETANCOR 2 XXII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2017), XXII-128, pp. 1-14 INTRODUCCIÓN Han transcurrido más de 30 años desde que se localizara en Fuerteventura y Lanzarote una serie de inscripciones de tipología diferente a las líbico-bereberes, de las que en la actualidad disponemos de un rico repertorio epigráfico que es característico únicamente de las poblaciones indígenas de ambas islas. Su registro se halla precisado de una constante revisión y actualización de los caracteres que han sido grabados en un buen número de estaciones ya publicadas, así como de la necesidad de incorporar otras que no han sido aún reseñadas, por su reciente localización, que en muchos casos hemos podido conocer como resultado de una serie de visitas nocturnas que facilitan la realización de esta labor mediante el uso de lentes de aumento que permiten anotar un buen número de caracteres alfabetiformes, que a simple vista pasarían inadvertidos. Disponemos en la actualidad de una base lo suficientemente sólida para establecer una categoría de este este tipo de inscripciones, a sabiendas de que se halla incompleta, no solo por el número de estaciones rupestres que han desaparecido en la Isla, sino también por las muchas que aún no han sido encontradas. En cuanto al estudio de esta escritura hay una serie de aspectos a considerar, entre los que se hallan, además del valor intrínseco de los signos, el de su significado, que es mucho más que la suma de las líneas de signos, ya que al valor de lo que dicen los caracteres, ha de tenerse en cuenta el interés del sitio y del entorno en donde se encuentran, de los que uno muy destacado es, sin duda, el carácter visual, como bien se refleja en la estación de Castillejo II, situada en el término de Yaiza. En ella un signo líbico-bereber puede haberse transformado en un símbolo, que se ha representado con variantes hasta alcanzar un tamaño monumental que parece responder a una imagen memorizada, y simbolizada con sentido y también con valor distinto al signo alfabetiforme propiamente dicho. Estudiar el registro rupestre de esta Isla, si bien resulta complejo, es no obstante abordable, para lo que ha de ser tenido en cuenta el interés del motivo reproducido, el soporte, el sector del territorio en el que se encuentra, su vinculación con el medio físico en donde se inserta, la frecuencia, el uso del lugar, así como la asociación con las demás manifestaciones rupestres en la propia estación. Para su estudio es conveniente valorar además los datos relativos a la orientación, la técnica, su inclinación, la preparación de la superficie en donde se ha intervenido, la organización espacial de los grabados, la presencia de caracteres de uno o de los dos alfabetos, entre otras muchas cuestiones. Una misma sucesión de líneas puede que no signifique lo mismo si se encuentra en 2 lugares diferentes y dudamos de que ambas tengan el mismo valor cultural y de significación, por lo que resulta de gran importancia la unidad geográfica de acogida y el entorno cultural en el que se halla. LAS INSCRIPCIONES ALFABETIFORMES DE LANZAROTE Conocemos en la actualidad veinte estaciones de grabados con inscripciones alfabetiformes, entre las que destacamos la Peña Luis Cabrera, Barranco del Mojón, Barranco Piletas, Barranco Mulión, Cortijo del Majo, Peña Juan del Hierro, Peña del Cuenquito, Peña del Letrero, todas ellas situadas en el término de Teguise; Montaña Tenésara en Tinajo; Montaña de Guatisea en San Bartolomé; Montaña Ortis y Montaña Cardona en Tinajo, y Cueva Palomas, El Castillejo, Cejo Romero, Peña del Corral del Rincón de la Gambuesa y Ajache Chico en Yaiza. Contamos además con yacimientos susceptibles de incorporarse a esta lista conforme avancemos en su estudio, como las estaciones de Tinasoria, Las Breñas o Castillejo II. En este estudio no tenemos en cuenta 3 de ellas por ser de reciente localización. De las 17 estaciones, 8 poseen caracteres de ambos alfabetos: Barranco del Mojón, Barranco Piletas, Montaña Tenésara, Montaña Ortis, Cueva Paloma, Castillejo, Cejo Romero y Peña del Rincón del Corral de la Gambuesa; otras 8 poseen solo inscripciones líbico-bereberes: LAS INSCRIPCIONES RUPESTRES DE LANZAROTE... 3 XXII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2017), XXII-128, pp. 1-14 Peña Luis Cabrera, Barranco Mulión, Peña en Los Ancones, Peña del Cuenquito, Peña Juan del Hierro, Montaña Guatisea y Ajache Chico); y de ellas, con escritura exclusivamente líbico-canaria, solo conocemos la de la Peña del Letrero y Montaña Cardona. En la estación Cueva Palomas se documentan figuras podomorfas junto a las inscripciones, aunque las 3 peñas de La Castellana, distanciadas escasos metros entre sí denominadas Peña del Cuenquito, del Letrero y del Conchero, situadas en el entorno del núcleo central del asentamiento de Zonzamas las podríamos considerar como una unidad, a pesar de ser afloramientos distintos y que las inscripciones de ambos alfabetos y las figuras de pies están asociadas. Los trazos geométricos están presentes en la mayoría de las estaciones, siendo numerosos en Cueva Palomas, y en menor cantidad se hallan principalmente en Castillejo, Cejo Romero, Peña Juan del Hierro, Peña Luis Cabrera, Peña en Los Ancones y Peña del Letrero. La distribución espacial de las estaciones puede dar a entender que los lugares elegidos para grabar en piedra de soporte fijo, se hallan próximos a las zonas en las que se concentra la población. Sin embargo, en el norte de la isla existen asentamientos y no conocemos ninguna estación rupestre con inscripciones, de tal forma que su asociación con hábitats se restringe al sector de Los Ancones-Zonzamas, si bien el binomio más estrecho es el existente entre escritura líbico-bereber, asentamientos y agua de lluvia. Se trata de una asociación diferente a la que comprobamos en Fuerteventura, ya que en el entorno de la mayor concentración de hábitat asociada a barrancos por los que fluye el agua durante todo el año de lluvias abundantes, prevalece el registro de escritura líbico-canaria, al igual que en toda la isla. En Lanzarote comprobamos igualmente que en el sector con mayor nivel de asentamientos se concentra el número más elevado de inscripciones, destacando sobre todo las líneas de escritura líbico-bereberes. Esta isla no muestra la estrecha vinculación que se constata en Fuerteventura entre inscripciones rupestres y unidades arquitectónicas de carácter funerario, como sucede en Pico de la Fortaleza, Montaña de Jaifa, Montaña Blanca de Arriba, etc. En todas las estaciones, los signos de escritura poseen peculiaridades comunes en cuanto al tamaño, rasgos, técnicas de ejecución, etc., excepto en Montaña de Guatisea, que se diferencia en su técnica y tamaño, así como en la estación de Castillejo II, donde prima la simbología, aparentemente conformada a partir de un signo líbico-bereber que adopta un carácter monumental, alcanzando 0.42 m de alto y 0.33 de ancho, y cuya manufactura está realizada mediante micropiqueteado. Hace años estimábamos excepcional el pequeño tamaño de los caracteres de la Peña del Cuenquito, ya que su única línea vertical mide 0.3 m, en donde se grabaron 4 signos; sin embargo, hemos localizado medidas similares para caracteres líbico-canarios en Fuerteventura, de los que el ejemplo más significativo es la estación de Morrete de la Tierra Mala. UNIDADES GEOGRÁFICAS DE LAS ESTACIONES El registro de las unidades geográficas de Lanzarote en donde aparecen estas inscripciones resultan muy variadas, al documentarse en peñas, montañas, barrancos, cordilleras y piedras sueltas, aunque estas últimas no constituyen específicamente una unidad geográfica, aunque en apariencia, lo determinante para grabar fue la existencia de la piedra exenta de mayor volumen que las presentes en su entorno, como la localizada en la ladera suroeste de Ajache Chico, a 293 m s. n. m. La peña es, sin duda, la unidad de uso más frecuente para grabar, aunque su distribución no refleja determinación alguna, pues 5 de ellas se sitúan en la franja central, mientras que la Peña del Corral, del Rincón de la Gambuesa, se localiza en el sur, en el Malpaís del Mojón, en el término municipal de Yaiza. En las peñas se ha escrito preferentemente en caracteres ANTONIO TEJERA GASPAR Y MARÍA ANTONIO PERERA BETANCOR 4 XXII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2017), XXII-128, pp. 1-14 líbico-bereber, destacando 30 líneas frente a 11 de líbico-canarias. A su vez las 11 líneas de esta última escritura se hallan en su totalidad en la estación de la Peña del Corral del Rincón de la Gambuesa, por lo que si prescindimos de ella, en las demás peñas se documenta líbico-bereber y se concentran casi la mitad de las líneas que conocemos de esta escritura en Lanzarote, que alcanza las 64 unidades. En 7 estaciones se grabaron exclusivamente inscripciones líbico-bereberes, de las que 4 son peñas y las demás se localizan en barrancos, como el de Mulión, o en montaña, como la de Guatisea, o en piedra exenta, como la de Ajache Chico; las peñas acogen 28 líneas, mientras que en las demás unidades solo figuran 3 líneas, lo que demuestra su preferencia para escribir en ellas con caracteres líbico-bereberes. En lo que se refiere a la frecuencia de registro le sigue la montaña con 5 estaciones: Tenésara, Ortis, Cardona, Guatisea y Castillejo. En ocasiones, como sucede con la última estación que hemos citado, resulta difícil establecer si la unidad es una cordillera, o por el contrario si el sitio se consideró una montaña, y en todo caso, constituye un afloramiento rocoso que surge en su ladera por lo que no nos queda claro si la ubicación de este afloramiento fue determinante para escribir en él, y no en otra superficie rocosa de la montaña, insertada en un extremo de la cordillera. Las 4 primeras estaciones forman espacialmente una línea curvada en su extremo sur, mientras que la de Castillejo permanece alejada de las anteriores. En las montañas se ha escrito con ambas grafías que suman un total de 29 líneas, 21 de las cuales son líbico-canarias y 8 líbico-bereberes, lo que evidencia una preferencia por esta unidad para la escritura líbico-canaria, si bien tenemos en cuenta que 15 de estas líneas se concentran en la Montaña de Tenésara, mientras que en barranco hemos localizado 3 estaciones. En este mismo barranco se localizan otras 2 estaciones que no sometemos a estudio, de las que una contiene escritura de tipo líbico-bereber y la otra de líbico-canario, que se distribuyen en las proximidades de la Peña Luis Cabrera. La peculiaridad de esta última estación es que, además del lítófono, es la que contiene más líneas líbico-bereberes de la Isla y es asimismo la única grafía que se documenta en el yacimiento. En 2 de los 3 tramos del barranco se ha escrito un total de 11 líneas con ambos alfabetos, de las que 6 son líbico-bereberes. En Fuerteventura, la unidad geográfica de barranco solo está representada por el Barranco del Cavadero, donde se recurrió únicamente a la técnica de percusión para grabar la mayoría de las líneas líbico-canarias, que suman 68 líneas líbico-canarias y 3 líbico-bereberes. Conocemos 2 estaciones asentadas en cordillera. Se trata de Los Ajaches, en donde una se sitúa a continuación de la otra, si bien ubicadas a distinta cota altimétrica, ya que Cueva Paloma se halla en la cumbre, a 437 m s. n. m., y Cejo Romero en una de las sucesiones de coladas lávicas a 327 m s. n. m. que coronan Ajache Grande. En ambas estaciones -Cueva Palomas y Cejo Romero- suman 62 líneas de caracteres, 42 de ellas líbico-canarias y 20 líbico-bereberes. De manera individualizada, Cueva Palomas posee 54 líneas, 37 líbico-canarias y 17 líbico-bereberes, mientras que en Cejo Romero se contabilizan 8 unidades, de las que 5 son de líbico-canario y 3 de líbico-bereber. Finalmente, solo conocemos una estación en la ladera sureste de Ajache Chico, compuesta por una piedra exenta en la que se ha grabado una línea de líbico-bereber, formada por 5 o 6 caracteres que fueron ejecutados con incisión muy fina y superficial. LAS INSCRIPCIONES DE AMBOS ALFABETOS En este conjunto de estaciones sumamos 221 paneles grabados, de los que 39 poseen inscripciones líbico-canarias y 26 líbico-bereberes, mientras que en 10 paneles se grabaron ambas grafías. En los yacimientos con los 2 alfabetos, 10 de los paneles tienen signos líbico-bereberes y 38 líbico-canarios. En las 2 estaciones que solo poseen signos líbico-canarios se contabilizan 3 líneas líbico-canarias, mientras que las 7 estaciones que solo tienen líbico-LAS INSCRIPCIONES RUPESTRES DE LANZAROTE... 5 XXII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2017), XXII-128, pp. 1-14 bereber suman 31 líneas. Teniendo en cuenta el tiempo estimado para el desarrollo de la sociedad indígena en la isla, podemos entender que se pudo escribir poco en soportes fijos. Las 17 estaciones suman un total de 221 paneles distribuidos en 28 sectores. De ellos, 39 paneles tienen grafía líbico-canaria y 26 líbico-bereberes, mientras que en 9 paneles se grabaron signos de ambos alfabetos. En este número de soportes se organizan 82 líneas líbico-canarias y 64 líbico-bereberes, que completan un total de 146 líneas de las conocidas y estudiadas en Lanzarote. En los 17 yacimientos rupestres con inscripciones contamos con un total de 146 líneas, pero existen además signos sueltos y otro conjunto de trazos de los que no tenemos total certeza de que se trate efectivamente de escritura. Las 146 líneas se reparten en 221 paneles, de los cuales la estación de Cueva Paloma con 86 unidades, es la que posee mayor cantidad, seguida por Peña del Letrero con 23, pero mientras en Cueva Paloma existen 21 paneles con inscripciones líbico-canarias, 7 líbico-bereberes y 2 con ambos alfabetos que suman 54 líneas, 37 de líbico-canarias y 17 líbico-bereberes; la estación Peña del Letrero, sin embargo, que cuenta con 23 paneles solo incorpora 2 líneas líbico-canarias. Ello indicaría que a Peña del Letrero al menos se acudió en 2 ocasiones para escribir, y en otros casos se trazaron líneas, mientras que en Cueva Palomas se reiteró su visita, e incluso se acudió a ella para desarrollar alguna otra actividad, teniendo en cuenta las construcciones que se conservan en la superficie. Algo similar sucede en la estación de la Peña Juan del Hierro, que con 23 paneles grabados solo posee 2 líneas líbico-bereberes, mientras que en las otras superficies grabadas aparecen motivos rectilíneos y geométricos. Las estaciones de Cejo Romero y Peña del Corral del Rincón de la Gambuesa, poseen cada una de ellas 16 paneles, también con diferente contenido. Ambas se localizan en el sur de la isla; la primera en soportes rocosos que se localizan en la cordillera de Los Ajaches y la segunda en un afloramiento rocoso en la llanura de El Mojón, próxima a El Janubio. Cejo Romero incluye 3 paneles con inscripciones líbico-canarias, 1 con líbico-bereber y 1 también con ambas grafías, que en total suman 5 líneas líbico-canarias y 3 líbico-bereberes. Por el contrario, la Peña del Corral del Rincón de la Gambuesa posee 6 paneles con grafía líbico-canaria, 2 líbico-bereberes y 1 con ambos alfabetos que suman 11 líneas líbico-canarias y 2 líbico-bereberes. La Peña Luis Cabrera y Montaña de Tenésara poseen 14 paneles cada una de ellas. La primera cuenta con 8 paneles con signos líbico-bereberes que acumulan 23 líneas, mientras que Tenésara, con ambas grafías tienes 3 paneles líbico-canarios, 2 con líbico-canario, y de líbico-bereber 18 líneas, de las que 15 son de líbico-canario y 3 líbico-bereberes; en la Peña en Los Ancones se contabilizan 13 paneles, de los que solo 1 responde a 1 línea de tipo líbico-bereber, mientras que los demás motivos son geométricos; en el Barranco Piletas se documentan 8 soportes, de los que 1 posee una línea gráfica líbico-canaria y otro 2 líneas líbico-bereberes; en el Barranco del Mojón y Castillejo figuran en cada 1 de ellos 4 paneles. El primero tiene 2 paneles líbico-canarios y uno posee ambos alfabetos que suman 4 líneas líbico-canarias y 3 líbico-bereberes, mientras que Castillejo, aunque tiene 4 soportes, es en uno de ellos en el que únicamente se han representado caracteres de ambos alfabetos, en concreto 5 líneas líbico-canarias y 1 de líbico-bereber. Finalmente 6 estaciones suman un solo panel: Barranco Mulión, Peña del Cuenquito, Montaña de Guatisea, Montaña Ortis, Montaña Cardona y Ajache Chico. En el único panel de Barranco Mulión se grabaron 3 líneas líbico-bereberes, y 1 en Peña del Cuenquito, Montaña de Guatisea y Ajache Chico, mientras que Montaña Ortis conserva 1 línea líbico-canaria y 2 líbico-bereberes, y en Montaña Cardona existe exclusivamente 1 línea líbico-canaria. Si realizamos un procedimiento similar, pero ajustado a la cantidad de líneas grabadas, vemos que Cueva Palomas es la estación que suma más grafía, alcanzando 54 líneas, de las que 37 son líbico-canarias y 17 líbico-bereberes. Quienes escribieron en la estación utilizaron caracteres de ambos alfabetos, unas veces escribieron líbico-bereber y otras de líbico-canario, ANTONIO TEJERA GASPAR Y MARÍA ANTONIO PERERA BETANCOR 6 XXII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2017), XXII-128, pp. 1-14 en diferentes épocas del desarrollo de la cultura indígena, con la particularidad de que alguien escribió líbico-canario sobre un podomorfo. Si las líneas de escritura que observamos es el resultado de una intervención concreta, o bien alargada en el tiempo ¿cómo se refleja una u otra circunstancia en la piedra? ¿cómo podemos saber si fue una misma persona la que escribió con caracteres alineados que forman una palabra en líbico-bereber o en líbico-canaria? La Peña Luis Cabrera con 24 líneas líbico-bereberes es la estación con mayor número de líneas de este alfabeto, por lo que quienes se acercaron a ella con este propósito ¿solo sabían escribir líbico-bereber? ¿tuvo la peña una consideración diferente por este motivo? ¿existió alguna vinculación entre el litófono y la escritura? Los grabados de Montaña de Tenésara con 15 líneas líbico-canarias y 3 de líbico-bereberes se hallan en el afloramiento rocoso de El Castillejo, ubicado en el sector noreste del borde del cráter de Tenésara. A su vez, en la ladera oeste y en la del noreste de la montaña, existen 2 estaciones rupestres compuestas por canales, cazoletas y peldaños, pero no sabemos establecer ninguna relación entre ellas más allá de la cultural, como tampoco cómo asociar este contexto rupestre con el asentamiento que se halla situado en la falda sureste de la montaña, ya sea sirviéndose del ambiente rupestre que reseñamos, o al contrario. La Peña del Corral del Rincón de la Gambuesa suma 11 líneas líbico-canarias y 2 líbico-bereberes. Se trata de una estación peculiar formada por un afloramiento que es un taller lítico y en algunos de los paneles en los que se escribió muestran un lasqueado por percusión directa. La peña se ubica en el interior de una gambuesa en donde se localiza material arqueológico de época aborigen, y sus paredes frenaron por el oeste el avance de la lava de las erupciones volcánicas de Timanfaya, impidiendo de ese modo que invadieran su interior, por lo que las paredes de la gambuesa aborigen evitaron que el yacimiento fuera sepultado por la roca fluida. Más allá de ello, nos preguntamos: ¿Cuál fue la relación existente entre las inscripciones, el taller lítico y la gambuesa? El acto de escribir, tallar la piedra y encerrar el ganado después de apañarlo, ¿fueron actividades desarrolladas simultáneamente? o ¿cada una de estas funciones se sucedió de manera independiente a lo largo del tiempo? En la estación de Cejo Romero se grabaron 8 líneas, 5 líbico-canarias y 3 líbico-bereberes. Para llegar hasta allí se requiere ascender hasta cotas significativas si tenemos en cuenta que el asentamiento más próximo, aunque a poca distancia, es Morro Cañón, para lo que se requiere salvar una cota bastante alta. De todos sus paneles destaca el Sector 2, Panel 3 (a partir de aquí, S2 P3), porque combina 2 líneas líbico-canarias próximas cada una de ellas a otras 2 líneas líbico-bereberes. El lugar que constituye la estación rupestre no permite realizar muchas actividades diferentes a las de vigilar ganados, pues se trata de un paso estrecho y peligroso conformado por una superposición de columnas de piedras lisas y apiladas que contribuyeron a formar Los Ajaches. En su base existe una senda estrecha por la que se ha de transitar con cuidado, precisándose escalar para ascender a la cima o derrapar para bajar a la base de Los Ajaches. Además de acudir a este lugar y permanecer en él hasta culminar estas 6 líneas de escritura se siguió acudiendo a lo largo del tiempo, entre otros motivos, para grabar al menos 18 barcos con técnica incisa. Los barrancos Mojón y Piletas comparten un mismo ambiente. La primera estación acoge 4 líneas líbico-canarias y 3 líbico-bereberes, mientras que Piletas posee 1 de líbico-canaria y 2 líbico-bereberes, y además se encuentra muy cerca de la Peña de Luis Cabrera en la que se escribió exclusivamente líbico-bereber, al igual que en Barranco Mulión, más alejado, pero en el mismo curso de este barranco, donde toma otra denominación. Como ya hemos adelantado, en la Peña Luis Cabrera se contabilizó el máximo número de líneas líbico-bereberes que conocemos en la Isla, y en la otra estación solo 3 hileras de caracteres. Siguiendo con este recuento, Castillejo posee 4 paneles, pero solo en 1 de ellos se escribió en 5 líneas líbico-canarias y 1 de líbico-bereber. Se ubica muy cerca de Cueva Paloma y a escasos metros de LAS INSCRIPCIONES RUPESTRES DE LANZAROTE... 7 XXII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2017), XXII-128, pp. 1-14 Castillejo II. Se trata de un afloramiento rocoso emplazado en el lateral sureste de La Atalaya, en Femés. En apariencia es un lugar al que se acudió durante largo tiempo después de la conquista normanda, pues la presencia de grabados figurativos barquiformes así parece indicarlo. En los otros 3 paneles en los que no se escribió existen trazos geométricos y figuras reticuladas, mientras que en los grabados realizados en el S1 P1 figura una distribución peculiar, que nos recuerda a las de Fuerteventura, donde la línea líbico-bereber ocupa un espacio secundario con respecto a los sectores de la superficie que fueron elegidos para situar las líneas líbico-canarias que ocupan la parte más céntrica. En la vertiente este de la cumbre La Atalaya se excavó un conjunto de cazoletas y canalillos, y a pocos metros en dirección noreste se halla la estación Castillejo II, que no la incluimos en el registro de inscripciones, aunque sí la tengamos en cuenta. Posee un solo sector en el que se encuentran 2 paneles separados por una suave fisura. En el P1 se ha realizado un piqueteado muy pequeño y en su sector inferior 1 línea de 0.24 m de largo por 0.1 y 0.2.5 m de grosor, mientras en la zona central del P2 se realizó, del mismo modo, 1a figura ligeramente elipsoidal de 0.33 por 0.30 m de diámetro con un grosor de 0.2 m, en cuyo interior se trazaron con el mismo procedimiento 2 líneas cruzadas cuya longitud no supera el diámetro de la elipse. También en el sector inferior se percutió finamente un trazo vertical de 0.12 m de largo por 0.2 m de ancho, y del mismo modo en la parte baja se repitieron 2 figuras similares con diámetros más pequeños, de 0.17, a la vez que 1 de ellos posee un piqueteado de forma oval en su remate superior. La estación de Peña Juan del Hierro, junto con las 3 peñas de La Castellana en el entorno del complejo arqueológico de Zonzamas, contiene las inscripciones que se asientan en el ecosistema de El Jable, aunque Juan del Hierro y el conjunto señalado se distancian entre sí unos 10 Km. En esta última estación se grabaron 3 líneas líbico-bereberes junto a otros paneles con temática geométrica. Al pie de la peña se registra material arqueológico de los vestigios de un asentamiento, por lo que las inscripciones se encuentran en un medio habitacional. El conjunto formado por Montaña Ortis -con 1 línea líbico-canaria y 2 líbico-bereberes-, Peña del Letrero -con 2 líneas líbico-canarias- y las estaciones Barranco Mulión, Peña en Los Ancones, Peña del Cuenquito, Montaña de Guatisea, Montaña Cardona y Ajache Chico poseen todas ellas 1 sola línea líbico-bereber, excepto Montaña Cardona, que pertenece al líbico-canario. De estas estaciones destacamos las siguientes particularidades: Montaña Ortis, que a pesar de localizarse en la cota media de la ladera este de la elevación se halla casi totalmente cubierta por cenizas de las erupciones de Timanfaya, en donde se documentan diversos sectores con escaso material arqueológico que representa los indicios de la existencia de un hábitat en este lugar que cuenta con diferentes puntos de agua, pero ignoramos si este recurso es anterior a las fases eruptiva del siglo XVIII. Peña del Letrero, próxima a Peña del Cuenquito se complementa con Peña del Conchero, con quien forma el conjunto de estaciones que suman 2 líneas líbico-canarias -Letrero-, 1 línea líbico-bereber -Cuenquito- y 2 siluetas de pies -Conchero-. Entre ellas, aunque en un número escaso, se observan materiales arqueológicos en la superficie ocupada por suelo de jable, en ocasiones activo, así como diferentes perfiles de estructuras arquitectónicas. En un desnivel de Barranco Mulión que forma un chupadero o ere, se localiza la estación de esta depresión idénticamente nominada, asentada en el entorno del asentamiento de Muela Molino. Para grabar se debió disponer de piedras que subidas a ellas posibilitaran alcanzar la altura donde se incidió. En ella y con técnica incisa de diferentes grosores se grabaron al menos 3 líneas, si bien pudieran ser 4 totalmente mimetizadas con la coloración de la superficie pétrea y el rayado superficial de los trazos. En el mismo ambiente, pero alejada de esta estación, se halla Peña en Los Ancones, afloramiento rocoso con 14 paneles repartidos en 2 sectores. Todas estas superficies poseen trazos geométricos, zonas pulidas y percutidas y solo en uno de los paneles se grabó una línea de 5 caracteres líbico-bereberes con trayectoria horizontal y 4 signos separados de esta ANTONIO TEJERA GASPAR Y MARÍA ANTONIO PERERA BETANCOR 8 XXII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2017), XXII-128, pp. 1-14 alineación. En conjunto, Montaña Guatisea constituye una interesante estación rupestre compuesta por 40 canales excavados en la ladera sureste, junto a cazoletas y canalillos. En este ambiente se ha grabado con percusión continua en un afloramiento rocoso a nivel del suelo 1 línea vertical con 3 o 4 caracteres líbico-bereberes y algo más apartado y a la izquierda de los anteriores otro signo. Las dimensiones -0.24 y 0.35 m- que alcanzan los diferentes caracteres permite que los consideremos monumentales, en atención a esta particularidad y que solo encontramos paralelismo con otra línea de carácter escriturario localizada en Montaña Tinasoria. El mal estado de conservación de los trazos alfabetiformes en el soporte de toba exige tener la máxima cautela con la línea que en la actualidad aparenta pertenecer al alfabeto líbico-canario y que está conformada por 8 signos en proyección vertical, pero con sentido de escritura horizontal, junto a otros motivos de los que destacamos un reticulado, que también alcanza un tamaño significativo. En líneas generales, cada signo líbico-bereber realizado, con independencia de su tamaño o forma, posee un valor y responde a un concepto, que a su vez se puede complementar con el significado de los caracteres y motivos que le acompañan. La dimensión y la forma con que se han ejecutado los grabados poseen propiedades por sí mismas, ya que estas características originan un sentido y valor añadido, al ser en este caso intencionado y diferente a la norma. La estación Ajache Chico se compone de varios paneles, aunque el que nos interesa conforma el del Sector 1, al permanecer los demás alejados y con grabados que aparentan remontarse a una etapa postconquista. En el panel alfabetiforme, exento y situado en la ladera sureste de Ajache Chico, se grabaron 5 caracteres líbico-bereberes con incisión fina y superficial. A escasos metros en dirección a la cima de Ajache Chico, a 306 m s. n. m., existe otro panel con multitud de trazos rectilíneos de considerable grosor que alcanzan, en ocasiones, 0.1 m. En cotas superiores y en paredes basálticas se dibujaron multitud de trazos incisos geométricos, barquiformes, alfabetiformes subrecientes y de tipo juegos, lo que aparenta todo ello su pertenencia a etapas subactuales. ESCRITURA Y HÁBITAT En Lanzarote existe una mayor densidad de hábitat indígena en el área centro este, hecho que lo justificamos en la red natural de escorrentías por la que discurre buena parte del agua de las precipitaciones que desde las cotas altas, desde Las Nieves, converge en Los Ancones. Hasta el litoral va a parar la corriente de agua llegada desde las cotas altas, así como la que derrama el conjunto de maretas aborígenes situado en el sector medio de la Isla, como la Mareta de las Mares, Mareta Encantada o Mareta de las Arnillas, las 3 en el término de Teguise. Esta parte de la Isla se corresponde con la más alta concentración de escritura que se halla grabada en piedra, siendo posible por ello establecer una asociación entre asentamientos e inscripciones incisas en soporte fijo. La existencia de agua en superficie condicionó la presencia de hábitat, así como marcó límites territoriales si en algún momento la población se estructuró en 2 o más segmentos, atendiendo exclusivamente a la posesión de este recurso. La lluvia es, sin duda, una variable determinante en esta cultura y siendo ésta el área en la que se halla el trazado de la pared que en algún momento pudo dividirla en 2 segmentos tribales, semejante a la de Fuerteventura, y que con posterioridad evolucionó en un solo bando, atendiendo a los datos poblacionales que facilita (Le Canarien 2003: 78), cuando señala que existían en Lanzarote más de doscientas hombres de pelea cuando llegamos a ella. El manuscrito “G” (Le Canarien 2003: 142) recoge que esta isla de Lanzarote solía estar muy poblada, pero los españoles, los aragoneses y otros corsarios del mar los han capturado y reducido a servidumbre tantas veces que apenas queda gente, pues cuando llegamos nosotros solo había unas trescientas personas, que hemos apresado con mucha dificultad y esfuerzo. Aparentemente, la escasa LAS INSCRIPCIONES RUPESTRES DE LANZAROTE... 9 XXII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2017), XXII-128, pp. 1-14 población debió de ser un hecho específico, si nos atenemos a la referencia expresada en la Crónica de que solía estar muy poblada. Si ello fue así, el límite territorial de ambas fracciones se pudo establecer desde Punta de la Pared en la costa este del noreste insular hasta La Montaña, en el sector de Las Nieves. En el área de Los Ancones debió existir un mayor nivel de disponibilidad de agua durante el año, y no porque el índice pluviométrico de la Isla fuera más elevado, sino porque es donde ocupa más extensión el recorrido de la escorrentía. Y del mimo modo que sucede en Fuerteventura, pudo ser la causa de la abundancia de los asentamientos, y asociado a ellos, la presencia de la escritura. Es posible que las estaciones con motivos alfabetiformes en soporte fijo reflejen un acto muy específico, asociado a situaciones determinadas, y no un recurso al que se recurrió diariamente por quienes dominaban la escritura, o bien fuera la respuesta a la necesidad o a la práctica ya usual en ese entonces, de grabar nombres de personas como testimonio de su presencia cuando se acudiera o permaneciera en las estaciones con cualquier otro propósito, y en donde se grabarían antropónimos, etnónimos, gentilicios, etc., o bien conformando frases o mensajes cortos. De los 17 yacimientos rupestres con grabados alfabetiformes que estudiamos, 5 se concentran en el entorno Guatiza-Los Ancones, que aunque también se escribió con caracteres líbico-canarios y se documenta el mayor número de líneas líbico-bereberes de la Isla, alcanzando las 28 líneas. De las 3 estaciones que contienen exclusivamente este tipo de escritura destaca la Peña Luis Cabrera con 24 líneas ya que las otras 2, Barranco Mulión y Peña en Los Ancones, que es la estación que permanece más alejada de las demás suman 4. A esta concentración se añade la del Barranco del Mojón y Barranco Piletas que en conjunto y sumando sus signos a los 5 registros anteriores incorporan 33 líneas líbico-bereberes y 5 líbico-canarias. Este número resulta interesante porque en Fuerteventura existe la mayor cantidad de inscripciones en soporte fijo con una elevada proporción de líneas líbico-canarias, frente a las líbico-bereberes, que existen en un número más reducido, de manera contraria a lo que constatamos en Lanzarote. La otra centralización de inscripciones que advertimos en Lanzarote se sitúa en el sector sur, donde confluye la Peña del Corral del Rincón de la Gambuesa, con 13 líneas, 11 de ellas líbico-canarias y 2 líbico-bereberes; Castillejo con 6 líneas, 5 líbico-canarias y 1 líbico-bereber; Cueva Paloma, la estación de mayor complejidad de Lanzarote con 54 líneas 37 de ellas líbico-canarias y 17 líbico-bereberes; Cejo Romero con 8 líneas, 5 líbico-canarias y 3 líbico-bereberes y finalmente la estación Ajache Chico con un panel exento (de 0.80 por 0.34 m) en donde solo existe 1 única línea incisa. ASOCIACIÓN Y NÚMERO DE LOS 2 ALFABETOS El recuento total de paneles suma 222 unidades, de los que solo en 10 se documentan ambas escrituras. Si analizamos estas superficies vemos que pertenecen a 7 estaciones que contienen 1 o 2 paneles con ambas grafías, de los que 2 se documentan en sendas superficies en el Barranco del Mojón, Montaña de Tenésara y Cueva Palomas, mientras que poseen un solo soporte con los 2 alfabetos, en la Montaña Ortis, Castillejo, Cejo Romero y Peña del Corral del Rincón de la Gambuesa. A su vez en 4 estaciones coexisten ambos alfabetos -Barranco Piletas, Cueva Palomas, Cejo Romero y Peña del Corral del Rincón de la Gambuesa- y se concentran únicamente 10 paneles con escritura líbico-bereber, con distinta proporción que la constatada en 6 estaciones donde aparece escritura de los 2 alfabetos -Barranco del Mojón, Barranco Piletas, Montaña de Tenésara, Cueva Paloma, Cejo Romero y Peña del Corral del Rincón de la Gambuesa- y que reúnen 38 paneles con escritura líbico-canaria. Solo 2 estaciones que engloban 3 paneles contienen exclusivamente escritura líbico-ANTONIO TEJERA GASPAR Y MARÍA ANTONIO PERERA BETANCOR 10 XXII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2017), XXII-128, pp. 1-14 canaria, lo que resulta llamativo porque es justamente lo contrario de lo que conocemos en la isla de Fuerteventura, en donde los paneles más numerosos son los que muestran exclusivamente escritura líbico-canaria. Este registro también se distancia en Lanzarote con los paneles de estaciones en donde solo se documenta líbico-bereber, ya que 7 estaciones-Peña de Luis Cabrera, Barranco Mulión, Peña en Los Ancones, Peña Juan del Hierro, Peña del Cuenquito, Montaña de Guatisea y Ajache Chico-, reúnen 15 paneles. Atendiendo a las líneas conformadas por uno y otro alfabeto sumamos un total de 149, de las que 82 son líbico-canarias y 67 líbico-bereberes. Con respecto a las líbico-canarias, el yacimiento con mayor número de líneas es el de Cueva Paloma con 37; le sigue en cantidad la Montaña de Tenésara con 15, Peña del Corral del Rincón de la Gambuesa con 11 líneas, Castillejo y Cejo Romero con 5 cada uno. Las siguientes estaciones poseen, 4 en el Barranco del Mojón, 2 en la Peña del Letrero y con una sola línea en las estaciones del Barranco Piletas, Montaña Ortis y Montaña de Cardona, de lo que se deduce que las estaciones en donde se grabó el mayor número de líneas líbico-canarias son las que asimismo registran ambos alfabetos, lo que sin duda nos llama la atención. Si hacemos un ejercicio similar con las estaciones en las que se documentan líneas líbico-bereberes, vemos que la estación más numerosa es la Peña Luis Cabrera que únicamente posee 24 líneas de esta escritura. Por el contrario, el siguiente yacimiento en número de líneas -17- es Cueva Paloma donde también se grabó la mayor cantidad de líneas líbico-canarias que se conserva en la Isla. Las otras 13 estaciones con líbico-bereber poseen 3 en el Barranco del Mojón, Peña Juan del Hierro, Montaña de Tenésara, Barranco Mulión y Cejo Romero; 2 en el Barranco Piletas, Montaña Ortis y Peña del Corral del Rincón de la Gambuesa, y 1 en la Peña en Los Ancones, Peña del Cuenquito, Montaña Guatisea, Castillejo y Ajache Chico. Es decir, aunque mayoritariamente se escribe sobre todo en 2 grandes estaciones -Peña Luis Cabrera y Cueva Paloma- que suman en ambas 40 líneas -24 y 17- 25 líneas se encuentran en estaciones con 3, 2 y 1 línea. Los yacimientos en los que se documentan ambas escrituras y los paneles en los que confluyen las 2 son: — Barranco del Mojón: S1 P3 con 2 líneas líbico-canarias y 3 líbico-bereberes. Esta estación en diferentes paneles posee: S1 P2 y S1 P4: 1 línea líbico-canaria en cada uno. Ello significa que de 7 líneas (4 son líbico-canarias y 3 líbico-bereberes), 2 líneas líbico-canarias y 3 líbico-bereberes comparten superficie. — Barranco Piletas: Ningún panel posee ambas grafías. — Montaña de Tenésara: S1 P5 con 2 líneas líbico-canarias y 1 línea líbico-bereber. En general esta estación contiene 18 líneas, 15 de ellas líbico-canarias y 3 líbico-bereberes. Ello significa que de 18 líneas de uno y otro alfabeto, 2 líbico-canarias y 1 líbico-bereber comparten soporte. — Montaña Ortis: Estación con un solo panel -S1 P1- con 1 línea líbico-canaria y 2 líbico-bereberes. — Cueva Palomas: S1 P20 con 1 línea líbico-canaria, 1 línea líbico-bereber y 2 figuras podomorfas; S2 P3 con 1 línea líbico-canaria, 1 línea líbico-bereber y 2 figuras de podomorfos. Además de este registro la estación posee: S1 P3: 9 líneas líbico-bereberes; S1 P19: 1 línea líbico-canaria; S1 P31, 1 línea líbico-canaria; S1 P32: 1 línea líbico-bereber; S1 P36: 1 línea líbico-canaria; S1 P37: 1 línea líbico-canaria; S2 P2: 1 línea líbico-canaria; S2 P4: 1 línea líbico-canaria; S2 P9: 2 líneas líbico-canarias; S2 P15: 1 línea líbico-canaria; S2 P16: 1 línea líbico-canaria; S2 P18: 1 línea líbico-bereber; S2 P23: 1 línea líbico-bereber; S2 P35: 1 línea líbico-canaria; S2 P40: 1 línea líbico-canaria; S2 P42: 1 línea líbico-canaria; S2 P43: 1 línea líbico-canaria; S2 P44: 4 líneas líbico-canarias y S2 P45: 1 línea líbico-canaria; etc. Ello significa que de 54 líneas -37 líbico-canarias y 17 líbico-bereberes- solo 2 líneas LAS INSCRIPCIONES RUPESTRES DE LANZAROTE... 11 XXII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2017), XXII-128, pp. 1-14 líbico-canarias y 2 líbico-bereberes comparten superficie y en ambos casos también en el mismo soporte se grabaron figuras podomorfas. — Castillejo: S1 P1 con 5 líneas líbico-canarias y 1 líbico-bereber, mientras que los otros 3 paneles albergan motivos geométricos. — Cejo Romero: S2 P3 con 2 líneas líbico-canarias y 2 líbico-bereberes. Además de este soporte posee: S1 P1: 1 línea líbico-canaria; S3 P1: 1 línea líbico-bereber; S4 P1: 1 línea líbico-canaria y S4 P2: 1 línea líbico-canaria. Ello significa que de 8 líneas (5 líbico-canarias y 3 líbico-bereber), 2 líneas líbico-canarias y 2 líbico-bereberes comparten superficie. — Peña del Corral del Rincón de la Gambuesa: ningún panel muestra ambos alfabetos. CONCLUSIONES De las 8 estaciones que muestran ambas escrituras y que en total suman 147 paneles, solo 7 registran caracteres de las 2. En estos 7 paneles se hallan 13 líneas líbico-canarias y 9 líbico-bereberes. La población aborigen de esta isla utilizó 2 alfabetos para escribir y recurrió a ellos para comunicarse en algunos momentos de su vida. La grafía en soporte fijo pudo desempeñar un protagonismo relevante en la toma de acuerdos, en el establecimiento de señalizaciones en el territorio, etc. Probablemente pudo responder también a otras funciones que en la actualidad se nos escapan. Si ello fue así, los signos representarían una serie de códigos importantes para esta comunidad en momentos concretos y cuando tenían lugar acontecimientos sobresalientes y decisivos, como la distribución del espacio, su reestructuración por mecanismos determinantes que se sustentaban en variantes ambientales, y que pudieron dejar constancia, y que más tarde fue reflejada en un texto escrito en piedra fija. La población pudo haber subido a Cueva Paloma en diversas ocasiones para construir las estructuras que aún permanecen en el subsuelo, o para grabar motivos geométricos, pero también para escribir líbico-canario, líbico-bereber y para piquetear siluetas de pies sobre líneas de escritura líbico-canaria, en superficies que se hallaban dispuestas en posición vertical y en horizontal. Esta estación es, sin duda, el resultado de un acto reiterado de grabar y no solo en un momento determinado y concreto. Debió de ser una actividad redundante, con la diferencia de que en la Peña Luis Cabrera no se escribió usando el alfabeto líbico-canario, que se halla, en cambio, muy presente en Cueva Paloma, sino exclusivamente líbico-bereber, además de unos pocos signos geométricos fundamentalmente rectilíneos. Como yacimiento epigráfico, Cueva Paloma con 54 líneas es el de mayor envergadura de la Isla, que resulta muy particular debido a su ubicación -Otras 2 estaciones se encuentran en la misma cordillera-, y porque es el único en el que se documentan motivos podomorfos estrechamente asociados a las inscripciones. Posee la mayor cantidad de líneas -54- pero no el mayor número de escritura líbico-bereber -17-, ya que la Peña Luis Cabrera le supera con 24 líneas. La estación de Cueva Palomas se caracteriza sobre todo por la existencia de 2 técnicas de ejecución, que atendiendo a la acción con la que se realizaron, destaca la percusión continua, la incisión simple, la repasada, que llega a ser una acanaladura, así como el rayado. De ella destacamos también la situación de peligro a la que se expusieron quienes allí escribieron, ya que los paneles del S2 situados en la cara noreste se hallan en caída libre, en la cabecera del barranco. No disponemos de la totalidad de las inscripciones que grabó la población aborigen sobre un soporte fijo, pues además de que existe una elevada probabilidad de localizar nuevos enclaves, muchas otras líneas de escritura se habrán perdido para siempre, sepultadas bajo coladas lávicas, ocultas por cenizas, jable, vías de comunicación, desmenuzadas por palas mecánicas, o también bajo los cimientos de distintos tipos de construcciones. Consideramos ANTONIO TEJERA GASPAR Y MARÍA ANTONIO PERERA BETANCOR 12 XXII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2017), XXII-128, pp. 1-14 igualmente la existencia de signos alfabéticos en piedras de pequeño tamaño, como parece inferirse de la laja que constituye el P24 S3 de Montaña Blanca de Arriba, Fuerteventura, en la que en una superficie de 0.11 por 0.27 m se grabaron signos líbico-bereberes; así como la escritura sobre tierra o arena, cerámica fresca, piel, cuero o madera, que debió de ser una práctica común, como lo es en las culturas afines del norte de África. Anotar en una pequeña piedra permite moverse con ella y portar un mensaje a la vez que no participa plenamente de las connotaciones que le pudiera transmitir el lugar en el que se encontrara si fuese una superficie fija. La escritura sobre tierra resulta efímera, mientras que la grabada en piedra fija alcanza una mayor permanencia, al contrario que la piedra exenta, a la que además del desplazamiento no la asociamos a un lugar concreto, excepto si el material de su composición, por restringido, así lo permite, o como en este caso, en que el referido grabado forma parte de la estación de Montaña Blanca de Arriba, si bien una vez cumplimentado, pudo ser trasladado hasta allí. En ocasiones, los signos de uno u otro alfabeto se han grabado únicamente en una estación, bien sea líbico-canario (2 estaciones) o líbico-bereber (7 estaciones), pero otras veces (8 estaciones), los caracteres de uno y otro alfabeto comparten estación y, al contrario que en Fuerteventura, en escasas ocasiones lo hacen en el mismo panel. Los datos disponibles en Lanzarote reflejan entre ambos alfabetos una relación cuantitativa más equilibrada que en Fuerteventura. Las estaciones rupestres que contienen signos de uno y otro son mayoría en ambas islas, si bien en Lanzarote, al contrario que en Fuerteventura, solo se contabilizan 7 paneles con una y otra grafía de los 8 yacimientos en donde se encuentra. La estación Cueva Palomas evidencia una estrecha unión espacial entre inscripciones y motivos podomorfos, en la que con 86 paneles, 30 de ellos con inscripciones, de los que en 2 se hallan figuras podomorfas y ambos alfabetos (S1 P20, S2 P3), e incluso con superposiciones, como sucede en el S1 P7, en el que el piqueteado continuo del contorno del pie se sobrepone a una línea incisa líbico-canaria. Por el contrario, no se refleja una estrecha relación espacial entre las inscripciones de ambos alfabetos y en otras manifestaciones rupestres, como canales, cazoletas o canalillos, si bien en la parte superior de esta estación se halla una cazoleta. En este sentido Montaña de Guatisea resulta una excepción, como también lo es el tamaño de sus caracteres líbico-bereberes piqueteados, y es igualmente singular la técnica de manufactura, ya que solo se documenta en este soporte. Esta técnica también resulta de uso limitado en Fuerteventura, reservándose para algunas inscripciones líbico-canarias de Barranco del Cavadero y la línea líbico-bereber de Montañeta de Adrián. La técnica de ejecución de los grabados es mayoritariamente la fricción, y específicamente la incisión simple y la repasada, y con menor uso la percusión o piqueteado continuo y discontinuo, raspado, rayado y la abrasión. Lanzarote se singulariza por la existencia de estaciones rupestres con inscripciones que poseen un solo panel -Barranco Mulión, Peña del Cuenquito, Montaña de Guatisea, Montaña Ortís, Montaña Cardona y Ajache Chico-, un número pequeño de ellos -Barranco del Mojón (4), Barranco Piletas (8), Peña en Los Ancones (13), Peña del Letrero (23) y Castillejo (5)-, cantidad media -Peña Luis Cabrera (23), Peña Juan del Hierro (23), Montaña de Tenésara (14), Cejo Romero (16) y la Peña del Corral del Rincón de la Gambuesa (16)- y cantidad significativa solo registrada en Cueva Palomas (86). La estrecha convivencia espacial de ambas escrituras a nivel insular se concreta en que las líneas de caracteres líbico-canarios comparten mayor cantidad de paneles con esta escritura, que con la líbico-bereber. En ocasiones, los caracteres líbico-bereberes se han realizado en el mismo soporte que la líbico-canaria, o simultáneamente, mientras que el líbico-bereber se escribió solo, especialmente en la Peña Luis Cabrera. De tal forma es así, que de las 67 líneas líbico-bereberes que conocemos en Lanzarote, 11 se grabaron en el mismo panel que la escritura líbico-canaria, y 56 lo hicieron en una superficie que con anterioridad, de forma simultánea, o con posterioridad, no se grabó en ese mismo soporte caracteres líbico-canarios. LAS INSCRIPCIONES RUPESTRES DE LANZAROTE... 13 XXII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2017), XXII-128, pp. 1-14 Hemos de buscar explicaciones de por qué ambas grafías no comparten un espacio más estrecho, tal y como sucede en Fuerteventura y recíprocamente. El registro de grabados alfabetiformes que conocemos en Lanzarote parece apuntar que el poblamiento de la Isla se produjo de una sola vez y por una única tribu, ya que no hemos documentado en ningún sector de la Isla un comportamiento diferente con respecto a las inscripciones, más allá de su ausencia o la mayor presencia de líneas líbico-canarias y líbico-bereberes, o del registro de las estaciones. Hemos expresado que desde el punto de vista cuantitativo, no parece que los grabados alfabetiformes incisos en piedra fija, respondiera a una práctica frecuente, a la que la población recurriera en múltiples ocasiones. Pero si bien hacemos esta observación, la expresamos ignorando el número total de escritura líbico-bereber que se contabiliza en el norte de África, donde la presencia de grabados de este o de cualquier otro alfabeto, si bien resulta frecuente, no es abundante. En este continente resulta determinante para el registro de la escritura líbico-bereber las estelas funerarias, por lo que disponemos de un significativo número de textos, pero además de esta realidad funeraria, en proporción no son muchas las inscripciones con relación a las dimensiones del Magreb y asimismo a la vigencia de la escritura líbico-bereber. La comparación interinsular resulta asimismo útil para profundizar en el conocimiento, no solo porque ambas islas compartan etnónimo, y con ello probablemente la pertenencia a una misma tribu, sino porque por ahora son las únicas en las que se documenta de manera inequívoca la escritura líbico-canaria, resultando atractivas las convergencias y divergencias entre una y otra realidad insular. Las únicas, o las escasas líneas líbico-bereberes y líbico-canarias de Peña en Los Ancones, Peña del Letrero, Peña del Cuenquito, Montaña Guatisea, pudieran apoyar el uso individual de la escritura. Esta cantidad contrasta con las 54 líneas que con caracteres de ambos alfabetos se escribieron en Cueva Paloma, resultado probablemente de una actividad colectiva y dilatada en el tiempo. Constatamos igualmente que existen yacimientos rupestres con escrituras -Barranco Mulión, Peña en Los Ancones, etc.- que se hallan insertados en un área de abundantes asentamientos -Teguereste, Saga, Muela Molino, Corral Hermoso, La Hondura, Zonzamas- y otras estaciones con alfabetiformes, junto a otros vestigios arqueológicos como Cueva Paloma y Castillejo -círculo de piedras hincadas y existencia de material arqueológico-, o bien permanecen distanciados de enclaves habitacionales como Guatisea o Cejo Romero, siendo el hábitat más próximo Las Cuestas y Morro Cañón respectivamente. Los yacimientos rupestres con registro alfabético que conocemos son solo una parte de la actividad epigráfica generada por la población. La mayoría de las estaciones alfabetiformes se hallan en la parte oriental, central y sur de la isla, al contrario de Fuerteventura que se encuentra restringida a la parte central, no documentándose por ahora en el sur y en el norte. En Lanzarote, el norte permanece exento de inscripciones, así como desde la línea transversal, mediante la que une imaginariamente las estaciones Montaña Tenésara, Ortis, Cardona y Guatisea, y por el sur el área al norte del trazo marcado por Peña del Corral del Rincón de la Gambuesa y Cueva Paloma, ya que el sector cubierto por las lavas de Timanfaya condiciona parcialmente que esta delimitación existiera en la etapa indígena. La escritura líbico-bereber permite que nos acerquemos al conocimiento de una serie de aspectos de la población, y asimismo nos permite relacionar Fuerteventura y Lanzarote con las demás islas. Ambas poseen características propias en cuanto a la grafía líbico-bereber de Canarias, de las que destacamos particularmente la estrecha relación de ambas islas con la escritura líbico-canaria. Los paneles de Lanzarote en los que conviven caracteres de uno y otro alfabeto no muestran una singular articulación, como sucede en Fuerteventura, excepto Castillejo en el término de Yaiza. Una cuestión es abordar el origen y procedencia de la escritura líbico-canaria de Fuerteventura y Lanzarote y su relación con el sistema líbico-bereber presente en todas las ANTONIO TEJERA GASPAR Y MARÍA ANTONIO PERERA BETANCOR 14 XXII Coloquio de Historia Canario-Americana ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, (2017), XXII-128, pp. 1-14 islas canarias, excepto en La Graciosa, y otra bien distinta es desarrollar propuestas sobre la función que desempeñaron los distintos soportes como recurso para organizar el territorio. El acto de grabar le proporcionó un valor cultural al territorio, sin que podamos precisar si el hecho responde a una naturaleza política, económica, cultual, etc., en tanto coopera a sistematizar y estructurar el espacio del yacimiento, pero también la zona circundante, integrándolo en su organización territorial. La propia escritura es un recurso para organizar y humanizar el paisaje, siendo importante el contenido de lo escrito, pero también su relación con los diversos elementos de la naturaleza, como la orografía, el espacio, el emplazamiento, además de la vinculación que se establece con los asentamientos o cualquier otra unidad arqueológica. En Lanzarote conocemos 149 líneas de ambos alfabetos, de las que 82 son líbico-canarias (el 56.1 %) y 67 líbico-bereberes (44 %). En Fuerteventura conocemos 415 líneas de ambos alfabetos, de las que 381 son líbico-canarias (el 91.8%) y 34 líbico-bereberes (8.1 %). Ello puede significar que se trata de 2 facciones de una misma tribu que se asentaron en las 2 islas, pero que en origen la de Fuerteventura experimentó un contacto más estrecho con la población que utilizaba el alfabeto líbico-canario, mientras que la población aborigen de Lanzarote ese contacto no fue tan estrecho. ANEXO FOTOGRÁFICO Imagen n. º 1. Vista parcial y/o general de los paneles 3, 4, 5, 6 y 7 del Sector 1, todos ellos con inscripciones líbico-bereberes y/o líbico-canarias. BIBLIOGRAFÍA PERERA BETANCOR, M. A. (2015). Arqueología de Lanzarote. Particularidades Insulares. Naturaleza en-tre volcanes. Actas X semana Científica Telesforo Bravo. Puerto de la Cruz, Tenerife: Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias. |
|
|
|
1 |
|
A |
|
B |
|
C |
|
E |
|
F |
|
M |
|
N |
|
P |
|
R |
|
T |
|
V |
|
X |
|
|
|