LA HISTORIA DEL JARDIN BOTANICO DE TENERIFE
EN EL SIGLO XVIII. LAS FUENTES DOCUMENTALES
DEL A. G. 1. DE SEVILLA
A María Candelaria y a José, mis hermanos.
Plantas traídas de Asia y América fueron aclimatadas a fines del
siglo XVIII en las Islas Canarias. Apenas se encontrará -pensaban los
hombres de la décimo octava centuria- planta alguna en ningún Con-tinente
qije no prosperen aqle!!as I& y que, una vez c=ni,at.ura!i-zadas
en ellas, no puedan propagarse en Andalucía y sucesivamente en
toda o, al menos, en la mayor parte de la Península.
Cobran, ací, pues, estas tierras un nuevo interés al convertirse en
el lugar donde se establecería un Jardín Botánico. Jardín que está
dentro de la preocupación científica de las mentes ilustradas de Es-paña
y que va a tener el éxito no alcanzado por los de Madrid y Aran-juez
siendo esto debido, fundamentalmente, al clima y ~temperamen-to
» de las Islas, análogos al de los países de donde procedían estas
plantas '.
Básicamente un jardín botánico es un terreno dedicado al cultivo
de las plantas para el estudio de la botánica; no es sólo un lugar de
cultivo, sino que generalmente es un centro o instituto especializado
en el estudio de las plantas. Sus misiones son las de investigación v
educación. El origen de los jardines botánicos se puede situar en el
antiguo jardín donde se cultivaron plantas medicinales en las boticas del
siglo xv y en los jardines de amantes de la botánica que protegían o
1. En el Primer Congreso de Historia de Andalucia organizado por las Universida-des
de Córdoba, Granada y Sevilla el 14 al 19 de diciembre de 1976, presenté en colabo-ración
con Antonio Francisco Garcia González, profesor ayudante de la Facultad de Fi-losofía
y Lctras de la Universidad de Córdoba, una comunicación que fue leída el vier-nes
día 17 en la V Sección, titulada: *Los proyectos de jardines botánicos para acii-matar
plantas americanas en Andalucía (1780-1800).n Esta comunicación. que actual-mente,
una vez reestructurada, está en prensa y próxima a ser publicada, trataba de
lleno este tema de la preocupación científica de las mentes ilustradas españolas del XVIII.
vease JUANC ARLOSAR IAS DIVITO: Las expediciones científicas españolas durante el si-glo
XVIII. Expedición botánica de Nueva España, Madrid, 1968, pp. 17-20.
mantenían su desarrollo. En el siglo xvr los jardines botánicos son casi
exclusivamente de plantas medicinales.
En España el jardín botánico por antonomazia es el de Madrid.
Fundado en 1775 en el Soto de Migas Calientes por real orden de
Fernando VI y trasladado en 1781 a su actual emplazamiento del Paseo
del Prado por decreto de Carlos 111. El Jardín de La Orotava se
pensó para plantas que no resistirían los crudos inviernos de Aranjuez
y Madrid.
Pretende este estudio -simplemente- dejar constancia del esta-blecimiento
de ese Jardín y de sus principales vicisitudes históricas;
una aportación de estas páginas a juicio del autor -juicio siempre su-jeto
a error-, es presentar un apartado en el que se muestran las
plantas que se enviaron a Canarias desde lejanos y exóticos parajes.
En la actualidad, siguen abundando allí las plantas del Nuevo
Mundo, las palmeras africanas, las flores de pascua en invierno.. ., son
corrientes los geranios, rosas, claveles, crotos, hibiscos, helechos, pe-tunias
... «Se ven muchas flores que bordean las carreteras junto con
los eucaiiptus. Pero rambién se conremplan -y dan la nora fuer~e-nopales,
pimenteros peruanos, maguey, agaves ... A los nopales se les
llaman tuneuas, al maguey se le denomina pita o piteya. Las tuneras
fueron precisamente en el siglo XIX un magnífico basamento de la
economía isleña a! permitir el cultivo de la cochinilla importada de
México» '.
Se interrelacionan así, una vez más, Canarias, la Península y Améri-ca
'.
El objetivo de este trabajo es, en síntesis, presentar la documenta-ción
encontrada en el Archivo General de Indias de Sevilla sobre el
Jardín Botánico de Tenerife. Coleccionados los documentos hallados,
una de las posibles clasificaciones de esa documentación es la que ex-ponemos.
En primer lugar la puesta en práctica de la idea de la Corona
de fundar un jardín botánico en Canarias y los primeros ensayos que
se hacen en Tenerife con este fin. En segundo lugar el proyecto pre-vio
del Botánico que se quiere establecer. En tercer lugar las plantas
que desde Canarias se envían a la Península empezando de esta manera
a ccmPlir el Jar& fUi,ci6n. En cuarto lugar les de nY-l--~--n-- t g c
que a través del Atlántico llegan a Tenerife, y en último lugar las
incidencias de la construcción del Botánico.
He puesto en mi investigación límites cronológicos y de fuentes
documentales. Aquél es el siglo XVIII; éste, el Archivo de Indias.
2. FRANCISCOM ORALESP ADR~N.C: anarias en America y América en Canarias,. Se-parata
del núm. 62 de la revista Estudios Americanos, Sevilla, 1956. p. 356.
3. Cfr. FRANCISCOM ORALESP .ALIR~K:S evilla, Canarias y América, Gran Canaria, 1970.
Idem: Canarias y Sevilla en el comercio con América, Sevilla, 1952.
324
Deseo que la colección de documentos que presento en este ar-tículo
sirva para su divulgación sacándolos -como lo hago- a la
luz de la crítica. Y que sirva también como base documental o punto
de partida al cual poder hacer referencia en estudios y elaboraciones
posteriores 4.
Desde el curso 1974-1975 colaboro con la Cátedra de Urbaniza-ción
y Paisajismo de la Escuela de Ingenieros de Montes de la Uni-versidad
Politécnica de Madrid. Formo parte de un equipo que in-vestiga
las plantas ornamentales que en el siglo XVIII llegaron a España
d e ~ d ela s Indias Occidentales y Orientales. La idea era mía y me en-cargué
de su aspecto histórico. Especialistas en otras materias -in-genieros
de montes, botánicos, arquitectos de jardines, etc.- comple-tarán
mi aportación documental. Trabajando en este proyecto encon-tré
documentación de los jardines botánicos del siglo XVIII en Anda-lucía
y Canarias. Parte de esta documentación la he presentado en un
trabajo en colaboración con Antonio Francisco García González en el
lL;m~ *P nnrr*nrnr ln U;re,&rr rl- A n lnl..An. A+*, hnr c - lnr nrn n L r n r LLLULL LAALOLLDU UL r r i a L u A l a UL L x u - I a l u L I a , u u a ~ ~ L Lr aL oa Lu aiiulu 2
la luz. No soy botánico, no es esto un estudio botánico, de todas ma-neras
especialistas lo deberán estudiar desde otros puntos de vistas
diferentes al que yo he utilizado, es decir, desde otra perspectiva distin-ta
de la histórica y la documental.
En búsqueda de las fuentes documentales que presento en el apén-dice
y que son la base de este trabajo, hemos desempolvado los 4-
guientes legajos:
A. G. I. Sección V. Indiferente General.
Legajos números:
-1544 «Expedientes de remisiones de maderas, plantas, semillas
y otras producciones de América. 1779-1807~.
-1545 «Expedientes de remisiones de maderas, plantas, semillas
y otras producciones de América. 1779-1791~.
-1546 «Idem. 1792-1801~.
-1547 «Idem. 1802-1821~.
-3109 «Correspondencia con el J11c.z de Arribadas y expedientes
de partes. 1784-1822».
4. Podemos considerar este estudio como un primer escalón de la elaboración
a'ocumentai. Así queda justifica60 - e n ia manera quc nrcesiia jusiificdrsc ei eievadü
número de notas y de citas textuales. Este trabajo quiere sumarse a la línea de in-vestigación
que consiste en sacar a la luz del lector especializado los documentos que
atesoran los Archivos Históricos realizando una primera elaboración temática.
A. G. 1. Sección V I I . Secretaria del Juzgado de Arribadas y Comisaría
Interventova de Hacienda Pública en Cádit.
Legajos números:
«Correspondencia con el Ministerio de Indias. 1791».
«Correspondencia con el Ministerio de Gracia y Justicia.
1787-1789~.
«Idem. 1790-1792».
«Papeles varios antiguos y curiosos. 17 15- 18009.
«Cartas de y para Canarias. 1769-1794».
En cuanto a la bib!iografía sólo podemos hablar de su escasez. Co-nocemos
el trabajo contenido en el Boletín número 39 del Instituto
Nacional de Investigaciones Agronómicas, págs. 457 a 496, publicado
en diciembre de 1958 titulado «El Jardin de Aclimatación de Plantas
de La Orotava» que contiene tres estudios de Andrés García Cabezón,
Francisco Menéndez y Francisco P. Montes de Oca García. Existe tam-bién
una Guia descriptiva, de Andrés García Cabezón. En el Nobilia-rio
de Canarias, t. 11: p. 901 hay una sucinta biografía del fundador
del Jardín don Alonso de Nava. También don Tomás de Nava da no.
ticias sobre su ascendencia en su obra Abuelos de abuelos, La Laguna,
Imp. Afra, 1770. Hay otro trabajo de R. Morfener y Arguinbau: El
Jardin de Aclimataciórz de La Ovotava. La Orotava, 1911. Podemos
citar asimisino las obras de Masferrer: Jardin de Aclimatación de La
Orotava. Gabinete Científico de Santa Cruz de Tenerife, 62 págs. 1880.
Otra de este mismo autor: Una visita al Jardin Botánico de Aclinzata-ción
de La Orotava. Rev. de Canarias núm. 6-7. 6 (87-89), 7 (101-
102). Viera (Le Dru) tiene un Catálogo de las plantas del Jardín en
1799 en Diccionario de Historia Natzrral de las Islas Canavias. Pedro
Olive tiene un artículo sobre jardines en obra: Diccionario estadistico-administrativo
de las Islas Canarias. Berthelot: Reoiganisation du Jav
diia d'Aclimatation d'Orotava, en «Bulletin de la Societé d'Aclimata-tion
de P a r i s ~ .F . Menéndez tiene un Catálogo de las plantas existen-tes
en el Jardin de Aclimatación de La Orotaua. Ministerio de Fo-mento.
Dirección General de Agricultura y Montes. 1923. Y otro Cn-tdiogo
de las especies en ia actuaiidad existentes en el jardin de Acii-matación
de La Oiotava, 1923. Ha57 referencias en Jardines de Es-paña
(196). Noticiario Turístico, Sup. 242, 1968: 15. Y por ÚItimo
papeles del Marqués de Villanueva del Prado en Archivos Casa del
Marqués Nava. Sociedad Amigos del País, La Laguna. Agradezco es-tas
últimas informaciones a la amabilidad de don Pedro María EIe-jabeitia
Acevedo. Además, según nuestros conocimientos existen los
catálogos de plantas que publica el propio Jardín.
Sería injusto dejar de agradecer en estas líneas introductorias si-quiera
brevemente, la ayuda que algunas personas me han prestado.
Estas páginas de investigación histórica, en las que saco a la luz a la
vez que hilvano temáticamente la documentación hallada en el Archivo
de Indias sobre el Jardín de La Orotava, han sido escritas bajo unas
circunstancias anormales y difíciles. Por eso los que me han ayudado
merecen especialísimamente que yo deje constancia aquí de sus gene-rosos
nombres como prenda de mi agradecimiento difícil de agotar.
Puedo decir, sin caer en el tópico, que este trabajo no se hubiese es-crito
sin la valiosísima ayuda de mi gran amigo y excelente trabajador,
ordenado e incansable: José Manuel Parada Pons; no se hubiese es-crito
sin la colaboración de una experta investigadora y compañera
en las tareas de hacer la historia de Filipinas: Ana María Prieto Lucena;
ni se hubiese escrito sin la ayuda de Josep Alonso i Roca, de Silvio Ca-sado
Higuero y de Juan de Dios López Uceda. Cada uno de distinta
manera han contribuido a que este trabajo salga a la luz de la elabora-ción
erudita .
De otras personas he de dejar también constancia de mi agradeci-miento.
En primer lugar y muy especialmente, de don José Antonio
Calderón Quijano y de don Francisco Morales Padrón. En segundo
lugar de los siguientes señores que desde Canarias me han prestado ho
ras de trabajo y co!aboración: David Bramwell MSc., PhD., F. L. S.,
Director del Jardín Botánico «Viera y Clavija»; Leopoldo de la Rosa,
Director del Instituto de Estudios Canarios; Alfonso Armas Ayala,
Director de los Museos Insulares y de la Casa de Colón; Arnoldo Santos
Guerra, del Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias; Pedro
María Elejabeitia Acevedo, fngenicro Director del Centro Regional de
la División 1 la, Canarias (Institutc, Nacional de Investigaciones Agra-rias);
y el personal dcol Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de
Tenerife.
En ecte elenco están representados todos los que pudiesen faltar.
Y entramos a continuación a desarrollar la historia del Jardín Bo-tánico
de Tenerife desde sus fuentes sevillanas.
El 15 de agosto del año 1788 el Gobierno de España resuelve que
en las Islas Canarias se establecieran uno o varios plantíos 5, donde
se pretendía que prosperasen las plantas exquisitas cuyas semillas se
5. Minuta de real orden. San Ildefonso, 17 de agosto de 1788, al Marqués dc Villa-nueva
del Prado (A. G. 1.. Indiferente General, 1.544).
327
habían hecho traer así de Asia como de América, y que empezaron a
enviarse a Canarias en el verano de ese año. Para ello se dio comi-sión
a don Alonso de Nava Grimón y Benítez de Lugo, VI Marqués
de Villanueva del Prado -«celoso patricio»-, vecino de La Laguna,
para la dirección y fomento de esos plantíos. Estaba considerado en el
más alto concepto por sus luces7 y por su carácter. Era de familia
antigua que desde la conquista de Canarias había hecho a Ia Corona
y a su país grandes e importantes servicios8. Se le encargó que pu-siera
al corriente, con la frecuencia precisa, de las disposiciones que
tomase para realizar la idea que se le encomendaba. Se ordenó, de la
misma manera, que se le enviasen las semillas para ello dispuestas.
Desde entonces, en periódicas remesas, se comenzó a mandarle co-lecciones
de semillas de plantas diversas.
Así, pues, de:arrollamos a continuación la puesta en práctica de
los primeros ensayos del jardín botánico.
El 18 de septiembre de 1788 Villanueva del Prado acusa recibo
a la real orden de 17 de agosto anterior, según la cual la Corona que-ría
«hacer prosperar -en sus dominios de Europa» las plantas de otros
lugares del mundo. Queda Villanueva comisionado para llevar a cabo
este proyecto y comienza los primeros tanteos, los primeros experi-mentos,
que le proporcionaron las primeras experiencias botánicas '.
Para ello empieza visitando diversos terrenos de Tenerife. Pen-samos
que se fija desde el principio en el Valle de La Orotava, más
concretamente en el lugar situado entre la villa de La Orotava y el
puerto de la Cruz; es el que reúne las mejores condiciones: clima tem-plado
todo el año, fértil suelo y facilidad para las conducciones de!
agua. De todas maneras experimentaría en La Laguna, en Santa Ur-sula
y en algunos otros terrenos entre ellos uno que ofrece un anó-nimo
particular. Busca tierras de calidad y rechaza las comunes O de
valdío, pues aunque ahorraría costos, no son de calidad.
En este otoño de 1788 ~lanea fijar su residencia en esa zona, en
el Valle de La Orotava, para seguir de cerca estos primeros experi-mentos.
Con la real orden de 17 de agosto de 1788 habían llegado tam-bién
las primeras semillas. Las pone en tiestos como se hacia en ei
6. El V Marqués de Villanueva del Prado fue don Tomás de Nava Grimón y Por-
!ier y el VI1 don Tomás de Nava Grimón y Pérez de Barradas.
7. Expresión típica del siglo XVIII.
8. Véase FRANCISCOM ORALESP ADR~XE: l comercio canario-americano, Sevilla, 1955,
páginas 80 y 93. Son noticias de nuestro Marqués tomadas de JosÉ DE VIERA Y CLAVIJO:
Noticias de la Historia General de las islas de Canaria, Madrid, i772-i783. 4 tomos.
9. Villanueva del Prado a A. Porlier. Laguna de Tenerife, 18 de septiembre de 1788
(A. G. 1 , Indiferente General, 1.544).
Real Jardín Botánico de Madrid y hace las primeras experiencias, los
primeros ensayos, con la tierra canaria. En tiestos es más fácil regarlas
y resguardarlas «siempre que se presuma que el excesivo destemple
de las estaciones pueda retardar o impedir la germinación* lo.
Esto mismo se hace no sólo en La Orotava -que desde el prin-cipio
se sabe que es el lugar más idóneo- sino en La Laguna, Santa
Ursula y otros sitios de la Isla para elegir el mejor, el más apro-piado.
Procura no hacer gastos, pues piensa que las semillas primeramente
enviadas pueden venir en mal estado o simplemente pueden no adap-tarse
a las condiciones de Tenerife.
Estos primeros ensayos, estudiados por el Gobierno, son aproba-dos
en el octubre siguiente 'l.
El 12 de octubre de 1788 llega el duplicado de la real orden de
17 de agosto de 1788 y con ella el duplicado de las semillas antes
enviadas. Llegan en mal estado. El agua salada a lo largo de la tra-vesía
las había estropeado.
Buscando el mejor sitio, en octubre de 1788 plantó semillas en San-ta
Ursula donde había experiencias de algunos árboles de América.
Tenía hecho un plantío en La Laguna «en diferentes tiestos de barro
desde el día 9 del corriente (octubre), y ya me avisan que van bro-tando
en ellos las simientes de Cacanate, las Bombas o el fruto de la
Areca, las semillas del Tíndalo, y las de la Planta Tagaré de la Costa
de Coromandel, lo que puede servir de prueba del buen estado de
estas semillas, como de la analogía de este clima para su germina-ción
» 12.
Este es el plan previo de tanteo que la Corona aprueba en diciem-bre
de 1788 l3 como ya lo había hecho previamente 14.
La experiencia de La Laguna falló por el frío. Aquí no se utilizó
ninguna precaución artificial contra él. En Santa Ursula brotaron las
semillas de tagar& y chembé de la costa de Coromandel y un tallito
10. Villanueva del Prado a A. Porlier. Laguna de ?enenfe, 4 de octubre de 1788
(A. G. I., Indiferente General, 1.544). Al citar por primera vez textualmente un docu-
---A-L
L K ~ ~ W he de advertir que se ha modificado, en ocasiones, ia transcnpcion para una
mejor comprensión de! texto sin desfigurar en nada su contenido. Y he de recalcar
que con esta cita comenzamos a cumplir el objetivo de este trabajo al sacar a la luz
los documentos del A. G. 1. sobre el Jardín Botánico de Tenerife.
11. Minuta de real orden. San Lorenzo, 28 de octubre de 1788, al Marqués de Vi-
Ilanueva del Prado (A. G. I., Indiferente General, 1.544).
12. ~iflanueva del Prado a A. Porlier. Santa Ursula en Tenerife, 28 de octubre
de 1788 (A. G. I., Indiferente General, 1.544).
13. Minuta del real orden. Madrid, 20 de diciembre de 1788, al Marqués de Villa-nileva
de! Pral^ (A. G. I., Indiferente Genera!, 1.5444:.
14. Minuta de real orden. San Lorenzo, 28 de octubre de 1788. al Marqués de Vi-
Ilanueva del Prado (A. G. I., Indiferente General, 1.544).
del árbol llamado tíndalo; las otras -a pesar de que se tomaron
precauciones para resguardarlas del frío- se perdieron a los pocos
días de nacidas.
Estar plantaciones se hicieron en otoño (del 1788), piensa Villd-nueva
del Prado que mejor será volverlas a realizar en primavera. Para
el 1789 proyecta volver a plantar a fines de febrero y principios de
marzo en el sitio principal (Orotava) y en los demás para seguir com-parando
cuál es el mejor.
El 5 de noviembre de 1788 el Ayuntamiento le ofreció prestar su
colaboración a su ya entrega eficaz a tal proyecto 15.
Un oficio del 29 de noviembre de 1788 conducía a Tenerife un
nuevo envío de semillas de árboles y plantas ultramarinas cuyo exacto
contenido no conocemos. El marqués de Villanueva del Prado las plan-tó
en el plantío principal y en los otros. El invierno (1788-89) fue
duro: lluvias excesivas, frío. Todas perecieron. Ante este fracaso, algo
decepcionado, Villanueva se fue a su casa de La Laguna. Pero el 13
de enero de 1789 le comunican que en Santa Ursula brota el tíndalo y
esto hace renacer las esperanzas del marqués comunicando nuevamente
a la Corona que en la primavera será mejor momento para sembrar 16.
Pidió asesoramiento a don Casimiro Gómez Ortega. y en abril de
1789 plantó como había proyectado
Empezó en el plantío de Santa Ursula y ante: de los veinte dias
brotaron las malvas de la China, amarantos y nicaragua. Así como
la planta de tagar; íi chempé (que habían nacido en otoño v se hn-bían
perdido en invierno). A principios de mavo de 1789 no tenía
noticia del resultado de los demás plantíos 17. Dos meses más tarde,
en julio, ya puede escribir «que en el Plantío de simientes exóticas
hecho en esta primavera, han nacido últimamente la Canna Iridiflora,
el Hibiscus Cordifolius, las seííaladas con el nombre de Semina varia,
el Achiote. tanto aquel cuyas semillas venían sueltas, como el que
estaba conservado dentro de su canillo, la Chirimoy:i, el Tagaré y
el Chembé plantas de la Costa de Coromandel, y la nombrada suelda-diente,
en cuya producción se nota la particularidad de haber brotado
casi en el mismo di- las swnillas enterradas en la primavera v las que
lo habían sido por dos distintas veces en los pldntíos de otoño. de
modo que se hallan tres tiestos con esta planta igualmente lozana en
15. Villanueva del Prado a A. Porlier. Santa Ursula en Tenerife, 6 de aiciembre
de 1788 (A. G. I., Indiferente General, 1.544).
16. Villanueva del Prado a A. Porlier. Laguna de Tenerife, 13 de enero de 1789
(A. G. I., Indiferente General. 1.544).
17. Villanueva del Prado a A. Porlier. Laguna de Tmerife, 5 de mayo de 1789
:A. G. I., Indiferente General, 1.544).
todos y sumamente parecida a la mata de nuestras habichuelas. Entre
las flores han salido también el Carraspique, las Malvas, la Nicaragua,
las Perpetuas, las Lágrimas de Cocodrilo, y los Amarantos. Muchas de
ellas han florecido ya, y a mi parecer antes de llegar la planta a su
perfección, por lo que la flor no ha podido adquirir tampoco toda su
hermosura; pero no obstante puedo asegurar a V. E. que casi todas
estas flores son comunes en este país, las unas bajo de los mismos
nombres que traen desde el suyo, y las otras con nombre diferente,
como la Nicaragua que aquí Ilamatros Periquito, y las hay de muchas
especies, y las Lágrimas de Cocodrilo que conocemos bajo del nombre
de platanillo. Solamente el Carraspique es una flor nueva para noso-tros,
la qual es en figura de ramillete compuesto de varias florecillas,
cada una con quatro pétalos blancos dos de los quales son mayores que
los otros. Los arbolitos de Chembé, único resto de los plantíos de
Otoño que había escapado a los rigores del último invierno, aunque
sumamente maltratados, han vuelto a recobrar su lozanía, y a conti-
~ I I O C P,, Vb.b,Lv,AT ,l P ~ P + O ~ ; X ~ de mcde qüe -,,, - me ha sidc preciso trasp!antar
algunos del tiesto en donde estaban reunidos para colocarlos con se-paración,
y darles lugar a que extiendan sus raíces, lo que se ha execu-tado
con buen éxito» 18. Está hablando del plantío de Santa U r d a .
En el plantío hecho en La Laguna por la primavera no había brotado
hasta julio de 1789 ni una sola semilla. Sacamos como conclusión algo
que está implícito en la documentación: que Villanueva sabe que el
mejor sitio, el sitio idóneo es La Oxotava, pero que experimenta en
Santa Ursula y La Laguna para comprobarlo utilizando siempre tiestos.
En el verano de 1789 el éxito no había correspondido al número
de las simientes, ni al sumo desvelo que Villanueva ponía en ?u cultivo
haciendo continuos viajes para no perder de vista ningún plantío. Con-sideraba
Villanueva que el fracaso consistía en que la mayor parte de
las semillas con el transcurso del tiempo y de las largas travesías po-dían
perder fecundidad.
A:í lo sospechaba también una persona inteligente de la Isla de
Gran Canaria a quien Villanueva había enviado algunas semillas para
q ~ heic iera experimenter en aqliel !ligar cuyo clima es hartante ar -
diente, sin embargo de lo cual el ensayo no había sido positivo. «Yo
no dudo que repitiendo los ensayos con las nuevas simientes que pue-dan
venir de los mismos países, y teniendo cuidado de remitirlas in-mediatamente
lleguen a la Península, así como variando aquí de mu-chos
modos los procedimientos y el cultivo, se pueda al fin, con un
18. Villanueva del Prado a A. Porlier. Laguna de Tenerife, 7 de julio de 1789
(A. G. I., Indiferente General, 1.544).
33 1
poco de constancia, conseguir en esta Isla, cuyo temperamento es, sin
duda, muy templado, el establecimiento que S. M. desea para conna-turalizar
en sus Dominio. de Europa las Simientes de los de Asia y
América, enriqueciendo al mismo tiempo las producciones de esta par-te
del Mundo, y con ellas Ias Ciencias naturales; a cuyo importante
objeto del Real Servicio estaré siempre pronto a consagrar mi tiempo
y mis facultades con la mayor complacencia» 19.
La Corona anima al marqués y le ordena que continúe, que se le
seguirán remitiendo semillas y que procurará hacer que se exponga
menos la fecundidad de las que se envíen 'O.
En agosto de 1789, las plantas ya nacidas prosperaban, «habién-dose
solamente manifestado de nuevo algunas de las simientes que vie-nen
con el nombre de Turucassa. En el plantío de esta ciudad (Laguna
de Tenerife) han brotado también la Canna Yridifiora, el Hibiscus
cordifolius, y algunos de las señaladas bajo la denominación de semina
varia, todas las cuales son de las mismas que participé a V. E. quedar
nacidas en el terreno de Santa Ursula: lo que comprueba que estas
semillas eran Ias que llegaron en mejor estado* "'.
Se espera que las demás plantas v semillas germinaran sin compli-caciones.
Y esta es una fecha importante. Agosto de 1789. Los experimen-tos
están realizados, los primeros tanteos han dado resultados, hay
que formalizar la idea de1 Jardín. Así se solicita a Madrid.
Y la Corona, ante los informes que posee, pienza que la situación
positiva exige la fundación de un jardín botánico en Canarias. El 15
de septiembre de 1789, Madrid ordena que se haga un plan del pa-raje
y territorio más idóneo y un cómputo del coste de la conservación
y cuidado
Y en noviembre de ese año (1789) ya se habían empezado las di-ligencias,
examinados una vez más los terrenos y considerado que el
mejor sitio es el Valle de La Orotava, pero aún :e piensa en compro-barlo
definitivamente ''.
Pasan siete meses y en junio de 1790 una vez que Villanueva visi-ta
las plantas -enriquecidas con los últimos envíos- decide optar
19. Ibidewt.
20. Minuta de real orden. Madrid, 20 de agosto de 1789, al Marqués de Villanueva
del Prado (A. G. 1.. Indiferente General, 1.544).
21. Villanueva del Prado a A. Porlier. Laguna de Tenerife, 1 de agosto de 1789
(A. G. I., Indiferente General, 1.544).
22. Minuta de real orden. Madrid, 15 de septiembre de 1789, al Marqués de Villa-nue.
v a- dei Prado iA. G. 1.. indiíerenre Generai. i.5SSi.
23. Villanueva del prado a A. Porlier. santa Ursula en Tenerife, 16 de noviembre
de 1789 (A. G. I., Indiferente General, 1.544)
332
por el Valle de La Orotava. A principios de año (1790) las llevó en sus
tiestos a las «inmediaciones del Puerto de La Orotava».
El clima es favorable, análogo a los nativos. Desde que todas es-taban
en el Valle, no se perdió ninguna y adelantaban adecuadamente.
Y en ese verano decide el marqués de Villanueva alquilar un terreno
en el mismo Puerto de La Orotava, pues, entre otras cosas, algunas
necesitan ya terrenos para sus raíces. Ya está decidido el lugar del
Jardín Botánico ".
La Corona de todas maneras urgía. Y el 16 de junio de 1790 or-denaba
ya que se remitieran los planes de la realización del Jardín 25.
En agosto (1790) está decidido el lugar, como acabamos de ver,
pero no está hecho a satisfacción de Villanueva el plan del Botánico.
Ayudado por un aficionado de Santa Cruz promete cursar lo más ur-gentemente
posible el proyecto definitivo 26.
El éxito de estos primeros ensayosz7 hizo que la Corona, viendo
que los resultados correspondían a sus ilustradas y benéficas 28 inten-
24. Villanueva del Prado a A. Porlier. Laguna de Tenerife, 4 de junio de 1790. Mi-nuta
de real orden. Madrid, 21 de septiembre de 1790, al Marqués de Villanueva del
Prado (A. G. I., Indiferente General, 1.544).
25. Minuta de real orden. Aranjuez, 16 de junio de 1790, al Marqués de Villanueva
del Prado (A. G. I., Indiferente General, 1.544).
26. Villanueva del Prado a A. Porlier. Laguna de Tenerife, 3 de agosto de 1970
(A. G. 1.. Indiferente General, 1.544). Por la urgencia de la Corona, el plan del Jardin
que se envía es el realizado en enero de 1790 (ver Apéndice), aunque no fuera del
total agrado de Villanueva del Prado.
27. Estos primeros establecimientos tienen un carácter eminentemente provisional y
de prueba. Al tener éxito se decide establecer un Jardin Botánico.
28. .El hombre del siglo XVIII profundizó en las maravillas de la Naturaleza y
buscó las utilidades que ésta tenía. Así estudió en muchos casos las plantas y los
animales como capaces de producir bienes a la vida del hombre, porque le ayudaban
en su desarrollo y crecimiento, o porque le aliviaba en sus dolencias.* E L LU~WE AL-CAIDE:
La educacidn en Nueva España, Sevilla, 1970, p. 333.
La palabra benéfico la usamos nosotros como era usada en la época, en el sentido
de hacer bien en general, sin el matiz de uhacer caridad. que ahora puede tener. Hacer
el bien significaba racionalizar, estructurar, mostrar - e n nuestro caso- la Naturaleza
tal como es para el deleite racional y sentimental de los hombres. Hacer bien es asom-brarse
antes los acontecimientos y hechos que la Naturaleza proporciona al hombre.
Y znte este ~sombro,c oc 61, erfxdiar esos a ~ o n t e c h i e ~ t oys eses k e r k~c ,e nc c t r a r
sus leyes. ponerlos al alcance -al bien- de todos: beneficiar. Estas eran, entre otras,
las <benéficas intenciones* de la Corona.
Existía, indudablemente, un interés económico; pensaban los hombres del siglo xvirx
que era fácil concebir a qué punto de grandeza y prosperidad llegaría la Monarquía
trasladando tantas riquezas, el cacao, la vainilla, la canela, la nuez moscada. el al-canfor,
la grana, etc., a unas islas fertilísimas como son las Canarias; también estaba
en la mente de los organizadores del Jardín comerciar con las plantas; con so!o que
anualmente se venda diez o doce mil plantas tendrá el' Jardín sobrada renta para
mantenerse con esplendor y derramrft en e! país riqueza y prnsperidari_. En; p -
labra, por la abenignidado de aquel clima y con la situaci6n de estas Islas $e podía
procurar no s61o a la Península, sino a toda Europa la posesión de muchas produc-ciones
de que carece y que pueden hacer aumentar sus conocimientos y sus riquezas.
cione~, resolviera en 15 de septiembre del 1789 fundar un jardín bo-tánico
en las Canarias.
Con papel de 19 de enero de 1790 había dirigido el Conde de Flo-ridablanca
al Ministro de Gracia y Justicia de Indias una propuesta
de don Francisco Aguilera sobre el establecimiento de otro jardín
botánico en la costa de Granada 29 con el objeto de reparar las pér-didas
de las plantas que se remitían de América y Asia. Este pro-yecto
se pasó a informe de don Francisco Cerdá y de don Casimiro
Gómez Ortega 30. &tos apoyaron el pensamiento de establecer en
las costas meridionales de Espafia un jardín botánico con el objeto
propuesto por Aguilera. Cerdá consideraba más idóneo el sitio de
Puzol, en Valencia; y Gómez Ortega el del Puerto de Santa María ".
E1 Gobierno no convino en este nuevo establecimiento y mandó en
mayo de 1791 que las actividades en este sentido se dirigieran a po-tenciar
plenamente el proyecto del Jardín Botánico de Tenerife como
mucho más a propósito que todos los demás 'j.
Don Alonso de Nava recibió e! nuevo encargo de formar un plan
dei paraje más conveniente para esrabiecer el jardíri Bütirii~o y de
remitir un cómputo prudencial del costo de puesta en marcha y del que
necesitaría para mantenerlo.
Y en su consecuencia con la eficacia y rapidez propia del Mar-qués
34, remitió el plan del lugar donde convenía establecer el Jardín
y también el presupuesto de la obra necesaria regulado en 5.640 pesos
y 3 reales; su mantenimiento en lo sucesivo importaría un costo de
642 pesos con 7 reales anuales.
El terreno era de un particular que lo había cedido sratuitamente;
29. Cfr. .4s-rdzio G ~ n c iG OXZXLEyZ VICE~TREO DK~GLGEZA RC~Aop: . cit.; especial-inentc
el apartado dedicado a este proyecto de aclimatación en la Costa de Granadx.
30. Don Casimiro Gómez Ortega era sobrino del naturalista Ortega; estudió Boti-nica
en Bolonia, recorrió los principales jardines europeos y fue catedrático del Jardín
Botánico de Madrid. Cfr. ELISA LUQLTEA LCALDE:o p. cit., p. 334.
31. Sobre el Jardín BotAnico del Puerto de Santa María tengo un trabajo inédito
del que se hizo eco el Diario de Cádiz en e1 día 26 de junio de 1973.
32. Minuta de real orden al Marqués de Villanueva de! Prado. Aranjuez, 20 de mayo
dc 1791. Se acusa recibo de esta real orden en carta del Marqués de Villanueva del
Prado al 'Mal-qués de Bajamar. Laguna de Tenerife, 9 de julio de 1791 (A. G. 1.. Indi-ferente
General, 1.544).
3. Cfr. Axm: c C%?C$AC~ ?:ZALFLy VICEXTE RODR~GUEZ GARC~0.A0 : cit.
31. Personajes así fueron frecuentes en la España y la América de fines del si-
510 xvirr. Trabajadores, eficaces y entregados a su labor. conformaron el resurgir de
una extensa Hispania como fue la de siglos pasados. Son figuras mal llamadas de se-gunda
fila. iMal llamadas así porque gracias a su esfuerzo y precisamente porque era
u? szgundo escalón. y a veces en un tercer plano, donde se desenvolvían sus activida-des,
precisamente por eso, entretejían más completamente los impulsos tendentes a
niejorar la sociedad donde estaban, la sociedad española. Nuestras investigaciones per-sonales
y dz equipo así lo van confirmando; personajes de Filipinas, de America y de
Fcpafia con es!% c a r~~t e r i s t i~zsotns claros exponentes de la época ilustrada. De todas
maneras, en nuestro caso, no podemos pensar que Villanueva del Prado actuase solo,
que fuera eficaz en solitario; tenia su equipo, sus colaboradores más o menos eficaces.
la villa de La Orotava prestó su total colaboración y las aguas para su
riego fueron igual'mente concedidas gratuitamente. La Corona dio las
gracias a ese generoso particular don Francisco Bautista de Lugo 3%
la villa y a los dueños del agua.
Lo proyectado por Villanueva del Prado fue aprobado en Madrid.
Se libraron 90.000 reales sobre la renta de Correos de Cádiz; se nom-bró
Director Superintendente 3\l Marqués con facultad para rolici-tar
de América, Asia y Africa las plantas que juzgara convenientes, y
se le ofrecieron ulteriores auxilios. Estamos ya en 1791 en cuyo mes
de enero se comunicó todo esto a Canarias.
Desde entonces nosotros estamos informados de la historia del
Jardín por los avisos -al decir de la época- que periódicamente en-viaba
nuestro Marqués a la Península. Son estos las principales fuentes
que utilizamos.
Precisemos estas afirmaciones. Cumpliendo la real orden del 15
de septiembre de 1789 a la que ya hemos hecho referencia más arriba,
35. De familia muy arraigada en las Islas Canarias, véase FRANCISCMOO RALEPSA -
DR~N: =Canarias en el Archivo de Protocolos de Sevilla,,, Madrid-Las Palmas, Patronato
de la &asa de Colóna, Anuario de Esttadios Atlánticos, núm. 7, año 1961, y núm. 8,
año 1962. Documentos núms. 37, 43, 44, 59, 105, 131, 136, 149, 218, 265, 266, 269, 275, 284,
286, 328, 339, 341, 342, 352, 361, 369, 377, 378, 400, 427, 490, 491, 501, 502, 504, 507, 509,
510, 511, 512, 513, 519, 520, 521, 522, 525, 530, 535, 536, 537, 538, 539, 541, Apéndice 111 y IV.
Hemos encontrado documentos de esta familia en el legajo 3.109 de la Sección V, In-diferente
General, del A. G. 1.
36. d2apítulo 3.0 del Reglamento del Real Jardin Botánico aprobado por S. M. en
17 de marzo de 1783.
Habrá un Intendente que nombrará S. M., por la primera Secretaría de Estado, el
cual será facultativo, o aunque no lo sea, estará instruido en las materias respectivas
al Jardín Botánico y demás establecimientos que se le unan mientras no se nombre
(otro) tendrá todas las facultades y honores de Intendente el juez privativo y conde-corado
que el Rey destinare para el conocimiento y principal dirección de todo lo eco-nómico,
gubernativo y judicial, que ocurriese en dichos establecimiento s.^ Copia de
este capítulo 3.0 que se conserva en el A. G. 1.. Indiferente General, 1.544. Por una
serie de contratiempos ocurridos en la conducción de los materiales que se reunieron
para la fabricación del Jardín Botánico, el Marqués de Villanueva del Prado solicita
al Ministro Marqués de Bajamar facultades judiciales para resolver estos y otros se-mejantes
que se pudiesen plantear. Se temía fundamentalmente que robasen el agua
para riego o que alguien causase algún daño en el mismo Jardín. No pretendía Villa-nueva
autoridad especial ni jurisdicción, sino slas facultades absolutamente necesarias
para obrar con independencia y energía en su gobierno económico, porque el tener que
ocurrir cada vez que roben el agua o que suceda otro accidente semejante, a un Juez
que sin cnmprehender 1s irriportancia de !a Qhra, miraria estas quejas cni1 indiferencia,
y acaso con abandono, éstos sobre ser muy incomodo traería tambien el inconveniente
de no dar al vulgo la idea que debe tener de este sitio privilegiado para no atreverse
a cometer el menor exceso que pueda serle perjudiciala (Villanueva del Prado al Mar-qués
de Bajamar. Laguna de Tenerife, 1 de dicimbre de 1791. A. G. l., Indiferente Ge-neral,
1.544). Se le conceden las facultades que tiene el Director Superintendente del
Jardín de Madrid según el capítulo 3.0 del Reglamento de este Instituto .que hemos
mostrado al principio de esta nota. Cfr. Real orden a don Antonio Gutiérrez, Coman-dante
General de las Islas Canarias y Presidente de la Real Audiencia. Aranjuez, 3 de
noviembre de 1792; real orden al Marqi.16~ de Villan~ieva de! Pmdn, mismn lugar y
fecha. Antonio Gutiérrez al Marqués de Bajamar, Santa Cruz de Tenerife, 31 de marzo
de 1792, y Marqués de Villanueva del Prado al Marqués de Bajamar. Laguna de Te-nerife,
15 de abril de 1792 (A. G. I., Indiferente General, 1.544).
Villanueva del Prado remite a Madrid un plan del terreno más ade-cuado
para establecer el Jardín de Plantas de América y Asia, así como
los posibles gastos previstos de establecimiento, conservación y cui-dado
37.
Había escogido nuestro Villanueva un terreno en la cosa del norte
de Tenerife, distante del puerto de La Crotava un cuarto de Iegud.
Era el paraje más templado y más adecuada de todos los de la Isla
según había comprobado el Marqués a lo largo de sus primeros tan-teos;
además podía tener riego continuo.
Su figura era un «quadrilongo regular», el lado mayor de 187
varas, el menor de 115; tenía, pues, 21.505 varas cuadradas. Propie-dad
del señor de la isla de Fuerteventura don Francisco Bautista de
Lugo que lo cedió «graciosamente por servir a S. M.» ofreciendo ma-yor
extensión si fuese necesaria. El agua para riego la cedieron del
mismo modo los dueños de las aguas de la villa de La Orotava 38.
Para establecer el Jardín se estimó necesario poner una cerca de
material sólido de 5 varas de alta e incluyendo una de cimiento. Ten-dria
!a cerca !u extensiSn de 604 varas que a raz6n de 18 reales de
vellón/vara importarían 3.624 pesos corrientes de 15 reales. La pre-paración
de la cuarta parte del terreno, que es la que de momento se
dispuso para plantar y transplantar, y su mezcla con abonos ascende-ría
a 400 pesos. Para conducir el agua no se encontró medio mejor
que un canal de madera en alto el cual tendría 2.307 varas y su costo
1.166 pesos.
El estanque para contener el agua dentro del mismo Jardín y distri-buirla
después de allí para el riego necesario, se reguló por los espe-cialistas
en esta especie de obras en 500 pesos corrientes.
Suman estos gastos 5.690 pesos corrientes y 3 reales de vellón, a
los que se deberían añadir con el tiempo los que importare hacer un
37. El Marqués de Villanueva del Prado a don Antonio Porlier. Santa Ursula de
Tenerife, 12 de enero de 1790 (A. G. I., Indiferente General, 1.544).
Villanueva del Prado a A. Porlier. Hacienda del Durazno en Tenerife 1 de septiem-bre
de 1790 (A. G. I., Indiferente General, 1.544).
aNoticias acerca del Terreno que se ha considerado más a propósito para el Jardín
de Plantas Exóticas mandado establecer en esta Isla de orden de S. M.. por el Marqués
di Villanueva del Prado. Fechado en Santa Ursula de Tenerife, 12 de enero de 1790
(A. G. I., Indiferente General, 1.544). Ver apéndice documental.
38. Villanueva de1 Prado a la Muy Noble Junta de los Caballeros Duefios del Agua
de La Orotava. Hacienda del Barrancohondo, 26 de diciembre de 1789 (A. G. 1.. Indife-rente
General, 1.544).
La respuesta de la petición de agua que en el escrito anterior hace Villanueva es
un oficio mandado por dichos dueños del agua a través de don Francisco Bautista de
Lugo y Saavedra, fechado en La Orotava, 4 de enero de 1790 (A. G. I., Indiferente Ge-neral,
1.544).
Sobre el tema de las aguas de la villa de La Orotava se puede ver, GARPARF RUC-
.I'osO: LUS Islas Canarias (De eSaudades da terra.). Proiogo, traducción, glosario e
índices por E. Serra, J. Régulo y S. Pestana. La Laguna de Tenerife, 1964, pp. 25 s.s.
invernáculo y una casilla para el jardinero que de momento no eran
necesarias.
Los gastos anuales para el cultivo, cuidado y conservación del Jar-dín
se concretaron de la siguiente forma: para un jardinero a quien se
habrá de consignar al año 300 pesos; para jornales de trabajadores,
112 pesos; para la conducción de abonos, 12 pesos; además había que
continuar la preparación y abono del terreno y se supuso que se podía
hacer en seis años gastando en cada uno de ellos 200 pesos. Resultando
que el gasto anual en cada año de los seis primeros se proyectó en
624 pesos corrientes, 7 reales de vellón y 17 maravedíes y en los su-cesivos
424 pesos. A todo esto había que añadir alguna cantidad para
objetos eventuales, extraordinarios e imprevistos que no podían redu-cirse
a cálculo previo como, por ejemplo, reparación y composición de
la cerca, del canal, compra de macetas, instrumentos de jardinería, etc.
Don Alonso había tomado como dato para sus cálculos la ante-dicha
extensión de terreno la cual puede ser mayor o menor según las
intenciones del Gobierno central y en la misma razón aumentaría o
Uimii~iui~íeal gasto.
Se estaba haciendo un plano del terreno que, a la hora de terminar
el informe del proyecto, aún no estaba terminado; concluido en sep-tiembre
de 1790 lo envía a Madrid, ocho meses después de enviar di-cho
informe.
Todo esto se aprueba por la Corona en enero del año siguiente,
en 1791 39. Son 90.000 reales de vellón los que la Corona decide en-viar
a Canarias y son amplias las facultades que se dan a Villanueva.
Al recibir esta real orden plantea el Marqués nuevas cuestiones *'.
Acerca de los 90.000 reales dice que le acomoda tomarlos en Cádiz. En
cuanto a la facultad que se le concede para solicitar en los puertos de
39. Minuta de real orden al Marqués de Villanueva del Prado. Madrid, 24 de enero
de 1791 (A. G. 1.. Indiferente General, 1.544). Contenido de esta real orden:
1) Aprobación del sitio elegido para el Jardín Bothnico entre la villa y el puerto
de La Orotava.
2) Destinar 90.000 reales de vell6n para el proyecto.
3) Se espera que se puedan enviar las plantas a-u e n- erminen de Canarias a la Pe-ninsula.
4) Se nombra al Marqués de Villanueva del Prado, Director Y Superintendente con-cediéndole
la facultad de poder solicitar de los puertos de Asia, Afnca y America las
semillas y plantas que tenga por conveniente.
5) Envía semillas y participa enviar posteriores remesas.
6) Agradece de parte de S. M. la generosidad de cuantos han hecho posible la
realización del proyecto.
40. Villanueva del Prado a A. Porlier. Laguna de Tenerife, 27 de febrero de 1791
(A. G. I., Indiferente General, 1544). En enero de 1790 había sugerido que desde Ca-narias
se debería ir a América por semillas y evitar que pasaran estas por la Península,
alargándose así el viaje y la exposición de éstas a la infecundidad. Villanueva del Prado
a A. Porlier. Santa ürsuia de Tenerife, i2 de enero de 1790 (A. G. I., Indiferente Ge-neral,
1.544).
Asia, Africa y América las semillas que juzgue convenientes pregunta
si se pasaran por el Ministro órdenes a dichos puertos o si bastará que
él se dirija a los sujctcs que considere en ellos más a propósito. Añade
que desde luego le parece necesaria la consignación de un salario para
un jardinero porque debe haberle para cuidar las plantas que se habían
logrado ya y las que :e lograsen durante la obra y que desearía, siendo
asequible, se le enviara por jardinero un aprendiz del Jardín Botánico
de Madrid o una persona práctica en estas labores de que se carece
en Canarias. Son estas un conjunto de peticiones de necesidades del
Jardín. La Corona contesta oficialmente 41 y el ministro Porlier lo hace
familiarmente, en una carta personal que vamos a transcribir por su
interesante contenido:
«Copia. Mi eximado Sobrino: Por la de Oficio 43 te impondrás de
haberse dispuesto de la entrega de los noventa mil reales destinados
al establecimiento de el Jardín Botánico que S. M. ha resuelto estable-cer
en esa isla, al marqués de los Castillejos, para que los tenga a tu
disposición con lo cual se puede dar principio a las obras, que hayan
de hacerse, y en !as cuales seri preciso guurdar una prudente econnda;
y llevar una exacta cuenta y razón de la inversión de este dinero para
tener en todo evento la satisfacción de que nada se ha desperdiciado,
ni disipado.
Estos establecimientos rurales, no son de lujo, mayormente en las
provincias, bastará tengan la comodidad, y seguridad que convenga al
objeto de su erección, con alguna señal exterior que indique el fin, y el
autor de la obra, como sucede en Madrid con una sencilla inscripción
en la puerta, y unas armas reales encima.
Comprendo precisa la dotación de un jardinero, y un peón que le
asista, y para ello quedo pensando los arbitrios, sin gravar al Real
Erario, que no podrá en la actualidad hacer más derogaciones, y te avi-saré
lo que en este punto se resuelva.
De aquí tendré cuidado, y así me lo ha prevenido el Rey de remi-tirte
parte de las semillas, y plantas, que se remitan de Asia y Amé-rica,
las que tú podrás también encargar a tus conocidos, o corre:-
ponsales, aunque esta diligencia, no será tan eficaz, ni universal, como
qUe ya esti por Reales 2 los Míigirtrados y Rn-tánicos,
que S. M. tiene en ambas regiones.
41. minuta de real ordcn al Marqués de Villanueva del Prado. Aranjuez, 27 de mayo
de 1791 (A. G. I., Indiferente General, 1.544). Se acusa recibo de esa real orden en
carta de Villanueva del Prado al Marqués de Bajamar. Laguna de Tenerife, 9 de julio
de 1791 (A. G. I., Indiferente General, 1.544).
42. Copia de la Carta de don Antonio Porlier a su sobrino el Marques de Villanueva
del Prado, 26 de mayo de 1791 (A. G. I., Indiferente General, 1.544).
43. Cfr. nota anterior núm. 41.
Deberás remitir a menudo listas de las plantas exóticas, que ger-minen
en ese territorio, con expresión de su estado, progresos y demás
circunstancias, con sus nombres, etc., para que sobre estas notici-a s se
te puedan comunicar las Ordenes que convengan, y remitirse vivas a
España, para su cultivo en los Jardines del Rey, en esta Península,
evitando por este medio los excesivos gastos de su envío desde Amé-rica,
y Asia, que las más veces quedan infructuosas por morirse en tan
largas navegaciones.
Es cuanto por ahora tengo que advertirte en esta materia. Pásalo
bien, y con mil expresiones a toda tu familia, manda cuanto quieras a
tu affmo. Tio. Porlier. 26 de mayo de 91.
P.D. Haré diligencia de encontrar un jardinero, como me lo en-cargas.
Mi estimado sobrino Marqués de Villanueva del Prado».
Surge en esta carta un nuevo tema, una nueva función que va a
desempeñar el jardín botánico: enviar tanto las plantas Canarias, como
las extranjeras aclimatadas en él a la Península.
Mas tarde 44 Villanueva vuelve a insistir en la necesidad que de
jardinero tiene para poner en pieno funcionamiento ei Jardín Botánico
una vez que se concluyan las obras de instalación mínimamente nece-sarias.
«Lo hecho aquí no debe mirarse sino como un ensayo, que a la
verdad no ha salido mal.. ., pero cuyo fruto no se puede asegurar bas-tantemente
sino en el establecimiento que va a executarse» 45.
Desde mediados de 1791 comienza a desempeñar su misión botáni-ca
el Jardín de Tenerife cuando aún era casi solamente un proyecto en
el ánimo luchador de don Alonso de Nava.
Se trataba de enviar a los Jardines Reales una serie de árboles y
arbustos que se criaban en la isla de Tenerife 46.
Transcribimos a continuación un documento de interés que nos
muestra los árboles y plantas propias de Tenerife y que deben enviarse
-por decisión de la Corona- a los Reales Sitios.
44. Villanueva del Prado al Marques de Bajamar. Laguna de Tenerife, 9 de julio
dr 1791 (A. G. l., Indiferente General, 1.544).
45. Ibídem.
46. Felipe Martínez de Viergol a A. Porlier. Aranjuez, 24 de junio de 1791. Viergol
enviaba a Porlier la lista de plantas que la Corona quería tener en Madrid para sus
jardines. Porlier las debía enviar a su sobrino (nuestro Marqués) para que éste remi-tiera
dichas plantas a través del Juez de Arribadas de Cádiz, al jardinero mayor de
S. M. don Pablo Boutelou. Porlier así lo hace en real orden al Marqués de Villanueva
del Prado. Aranjuez, 27 de junio de 1791 (A. G. I., Indiferente General, 1.544).
«CATALOGO DE LOS ARBOLES Y PLANTAS QUE SE
CRIAN EN LA ISLA DE TENERIFE, UNA DE LAS CANARIAS,
Y PUEDEN CULTIVARSE EN LOS JARDINES DE ARANJUEZ*.
«Arboles de monte que se crían en los barrancos y laderas húmedas
y cuyo plantío se debe hacer en el mes de febrero, plantando las semi-llas,
huesos o pepitas en tiestos bien preparados y resguardados de las
nieves y lluvias.
Til: Arbol de primera magnitud; lleva la hoja todo el año, la made-ra
es bonita y propia para muebles.
Bavbzaano: Mantiene la hoja todo el año; la madera es oscura, fuerte
y buena para tornear.
Pinos de tea: Es el árbol más alto qut se cría en las Canarias. Los
más propios para coger las piñas, en las cuales contienen la si-miente,
son los que hay en las cumbres de Ycod. La madera es
incorruptible, encarnada y olorosa; produce mucha resina, da mu-cha
pez, y es de Liri uso genzrnl para la construcción de los edifi-cios.
Requieren montes.
Viñátigos: Tienen la hoja jazpeada, de encarnado y amarillo, y la ma-dera
es muy parecida a la caoba.
Cedro: Se cría en la falda del Teide. Esta especie es particular, y la
madera es dura, olorosa y fina.
Castaño: Los más frondoso y de mejor fruto, se crían en la Florida,
Hacienda del Marqués de este título. Requieren un temperamento
alto y húmedo.
Palo-Blanco: Los que se crían en el barranco del Agua son los mejo-res,
la madera es dura, blanca y fina.
Laureles: Se crían muy altos y gruesos.
Escobón: Se cría en el barranco del Agua; la madera es muy dura y
propia para ejes de carros.
Aderno: Tiene una madera muy dura y de mucha resistencia.
Mocan: Su madera es muy dura y fina y el fruto es pequeño, como una
guinda, y muy dulce cuando está maduro.
Linfa: De los montes de la ciudad de La Laguna, la madera es encar-nada,
dura, lustrosa y propia para muebles y obras de torno.
Haya: Conserva la hoja todo el año; la madera es amarilla y el frute-cillo
(que llaman crecez) es algo dulce y lo comen bien los cerdos.
P : A . . L - . c- -.A-.. "l+,." . ,
Llylt-J. dc Lllall llluy alLvU y le semiga se env:ara de los q e hay en
Ycod de los Vinos.
Sangino: Arbol de una hoja alegre, Ia madera es muy amarilla y lus-trosa.
Requiere humedad.
Naranjas cajeras: Tienen el gusto entre naranja agria y dulce, y son
muy estomacales. Las hay muy buenas en el jardín de Franchi.
Limones prezados: Esta casta particular de limones, la hay en la Ram-bla
de don Agustín de Betancourt y Castro.
Fdlao: Da la flor en ramilletes y es oloroso; las varas son propias para
arcos de cubas y para canastas.
Leña-Anuel: La madera es muy fina, olorosa, amarilla y propia para
cajas y obras delicadas.
Jaras: Su flor es como una rosa sencilla.
Gvanadillo: Da la flor amarilla.
Codezo: Su flor es amarilla y oloro~a, y las varas son propias para
hacer canastas para los trabajos.
Retama blanca: Se cría en la cumbre; da una flor blanca, menuda en
varillas que forman ramilletes, y el olor es muy delicado. Esta
especie es original de aquellas montañas.
Ynciensos: Es el Absinto Romano.
Pita: De la subida del Barranco Hondo del Marqués de Villanueva de!
Prado.
Sabila: Para poner en macetas y adornar los muro?.
Rosales g~andes: Esta casta de rosales se enredan en los árboles hasta
la altura de 15 varas, dan flor casi todo el año; son muy propios
para hacer esparelas, pirámides y formar calles, :e debe enviar un
pie frondoso con todas sus varas, pero cortadas, conservando un
par de ellas, de las más largas, las cuales deben envolverse alrede-dor
del canasto, en que debe venir con tierra suficiente. Los mas
altos son los que cubren los cipreses del Jardín de Franchi en La
nrGtaiu y Espar& de! de &pstjn de EetaacQUrt. Rnn71;r-
"-Y-'-
ren humedad.
Guindos: De la especie menuda que de la florida de la villa de La
Orotava. Estos crecen mucho y cargan prodigiosamente de frutos.
Garzotos: Da las flores encarnadas y amarillas, es muy bonito para
jardines. Requiere agua y un temperamento caliente.
Arbolitos amados: Es una especie de cacia que iieva todo ei año :a
flor en ramilletes amarillos.
Malvavisco: De los de La Laguna.
Poleo: Planta olorosa que se cría en la cumbre.
Nauta: Idem.
Tomillo.
Orégano.
Girbalbera: Planta enredadera de una hoja y verde muy fino y alegre.
Caracoles: Planta enredadera muy visto~a, sus flores tienen la figura
de un caracol violáceo y blanco.
Guaricos: Arbolillo que lleva todo el año la flor, que es encarnada,
sencilla y brillante, se multiplica de gajo, y de semilla, y son pro-pios
para guarnecer las bandas.
Cardo aristo: Da una flor blanca con el centro amarillo.
Perpetuas moradas.
Piojera pedicularia: Da la flor en ramilletes parecida a las espuelas
de caballero. Se crían en los caminos de Ycod.
Café: Debe pedirze que lo envíen plantado en un cajoncillo, o los
arbolitos ya grandecitos, pues son muy delicados.
mames: Esta planta cs muy vistosa para poner en las orillas de las
fuentes y a la sombra de los árboles que estén junto a los charcos.
Además de los árboles y plantas referidas se enviarán también se-millas
de todos ellos especificando los que se crían en los llanos, cos-tas
o alturas» 47.
El 30 de julio de ese año de 1791 estaban ya preparados -para
enviar a la Península- casi todos los barriles, arbustos y semillas que
se habían indicado en la real orden de 27 de junio 48; eran la mayoría
de los expuestos en el Catálogo anterior.
Pero se complica este importante envío con el problema del trans-porte
de Tenerife a Cádiz. En septiembre seguían preparadas las plantas
para ser conducidas a la Península -más otras que Villanueva añadió-y
aún no había salido ningún barco pzra Cádiz. Ya hubo que esperar,
pues a esa altura del año si las plantas saliesen, llegarían a los Reales
Jardines en invierno 10 que sería perjudicial para ellas. Más tarde
onrlrín envinr tarnbiPn semillas de Indias de las que «solo aguardo r -
-decía Villanueva- a que se cojan bien sazonadas en otoño» ".
47. .Catálogo de los Arboles y Plantas.. de Tenerife ... y pueden cultivarre en. ..
Aranjuez.,, Sin fecha y sin firma. Pensamos que es un Catálogo realizado por don Ca-simiro
Gómez Ortega (A. G. 1.. Indiferente General, 1.544).
48. Villanueva del Prado al Marqués de Bajamar. Laguna de Tenerife, 30 de julio
de 1791 (A. G. I., Indiferente General, 1.544).
49. Villanueva del Prado al Marqués de Bajamar. Valle de ia Ürotava, 5 ae sep-ti-
e~m- -b- r e de 1791. En real orden. San Lorenzo, 14 de noviembre de 1791, la Corona envía ~
el .enterado. a Villanueva (A. G. 1.. Indiferente General, 1.544).
En noviembre de 1791 continuaba es~erándose en Tenerife «a aue
se presentase embarcación que hiciese viaje en derechura a aquel des-tino
para enviar todas las que estuviesen bien prendidas» 50. La oca-sión
no llegaba, pues, aunque de Gran Canaria habían salido en eFos
meses tres barcos para Cádiz, de Tenerife hacía mucho tiempo que no
se despachaba ninguno. Hay que aguardar a la primavera de 1792.
Se piensa -y así se consulta a Madrid- en aprovechar este
viaje y enviar en esa primavera algunas de las plantas exóticas de In-dias
aue se encontraban en estado de ser trasladadas a la Península. Se
dio la circunstancia favorable de estar todavía -en noviembre de 1791--
en barriles por no haberse cercado aún el Jardín; así hacía menos arries-gada
su conducción al no ser preciso arrancarlas de la tierra. Además,
se conocería en Madrid los frutos de los primeros experimentos botá-nicos
en Canarias con plantas americanas y filipinas.
Esta espera, ocasionada por la falta de medio de transporte, sirvió
para que se pudiese aumentar el número de plantas propias de Tene-rife,
que había que enviar a los ReAes Jardines según el catálogo que
hemos transcrito y que tenía Villanueva. Se estaba realizando en las
Islas Canarias un doble proceso. Por un lado, el de formación y esta-blecinliento
del Jardín; por otro, el de recopilación de plantas canarias
para enviar a Madrid. Consideramos que esto último pertenece a la
misión botánica de aquél 'l.
En abril de 1792 se prevé enviar a Cádiz las plantas indígenas ca-narias
para el siguiente mes de mayo, las cuales estaban «prontas para
ser conducidas a los Reales Jardines de Aranjuez bajo las precauciones
y dirección adecuadas» ".
Así, en la primera embarcación que se presentó para Cádiz desde
el 19 de abril último (1792), en que hizo viaje para aquel destino un
barco pequeño de los del tráfico interior de las Islas, envió el Marq~és
de Villanueva, en los primeros días de junio 53, al Pre5idente Juez de
50. Villanueva del Prado al Marqués de Bajamar. Laguna de Tenerife, 3 de noviem-bre
de 1791 (A. G. I., Indiferente General, 1.544).
51. La Corona al poseer estos datos redacta una real orden fechada en Madrid
el 4 de enero de 1792 (A. G. I., Indiferente General, 1.544) en los siguientes términos:
1) que se remita por Cádiz con rapidez las plantas propias de Tenerife para que
no se malogren. De allí irán directamente a Aranjuez;
2) que se envíe el número de las plantas de América y Asia cuyas semillas hayan
germinado en el Real Jardín Botánico de Canarias con especificación de nom-bres
y estados en que están.
52. Villanueva del Prado al MarquBs de Bajamar. Laguna de Tenerife, 15 de abril
de 1792 (A. G. 1.. Indiferente General. 1.544). - ~--.
53. villanueva del prado al ~arqu'és de a aja mar. Valle de La Orotava, 30 de mayo
de 1792 (A. C. I., Indiferente General, 1.544): u... pero desde que salió de esta Isla para
aquel Puerto en 19 de abril próximo pasado un barco pequeño de los que se emplean
e11 !a pesca de !a cmts &. Africa ... üm (embarcaci6rij se esta aprontanao para salir
en los primeros días de junio y ya tengo ajustada con el Capitán la conducción de las
referidas plantas y de la provisión de agua que se necesita para su riego diario>.
Arribadas del puerto de Cádiz, las plantas vivas; desde hacía tiempo
estaba ordenado su envío y preparadas para ello. De Cádiz irían a po-der
de don Pablo BouteIou, jardinero mayor de S. M. El informe que
transcribimos a continuación es una completa relación de las plantas
que van y los motivos por los que van. Cabe añadir como caracterís-ticas
del tranyporte, por un lado, la corta capacidad del buque en que
se transportaban --el cual era una goleta pequeña-, y, por otro,
que sobre su cubierta no se podía colocar mayor número de pIantas
con comodidad y sin que estorbaran a la maniobra de dirección del bar-co.
El Marqués tenía, en mayo de 1792, la preocupación de mandar
entre las plantas que quedaban en su poder las que estuviesen en me
jor estado para resistir a los accidentes de un largo transporte, «y las
semillas de todas, las iré igualmente dirigiendo a medida de que se
sazonen en los árboles respectivos para que lleguen ahí más frescas
y se logre con mayor facilidad su germinación» 54.
Presentamos, pues, el catálogo de las «Plantas que se remiten, de
Real Orden, desde la Isla de 'Tenerife en Canarias, en la Goleta Nuer-tra
Señora del Rosario, su Capitán Don Domingo Vergara, al Presi-dente
Juez de Arribadas de Cádiz para que las pase a Don Pablo Bou-tdou,
Jardinero Mayor de S. M. las quales van en unos barrdes de
madera marcados copt los núme~osd el margen.
Barriles.
Uno con el Num." 1 .O . .
Otro con e1 num." 2." . .
Otro con el num." 3 .O . .
Plantas Propias de esta Isla.
Til. ArboI de primera magnitud: lleva la hoja
todo el año: la madera es bonita y propia para
muebles.
Barbusano. Mantiene la hoja todo el año: la
madera es oscura, fuerte y buena para tomar.
Pinos de Tea Es el árbol más alto que se
cría en las Canarias. La madera es incorrupti-ble,
encarnada y olorosa; produce mucha re-sina,
da mucha pez y es de un uso general
Pala 1- - - - - . - . . - - :A- J- 1-- ->:z:,.:-- 1" LUIl~LLUCClUll UC 1Ub CUll1ClUb.
Aunque en la lista que se remitió de Orden
de S. M. ce pedían estos árboles de los mon-tes
de Ycod por considerarse los mejores, los
que van en esta ocasión son los de los inme-diatos
a La Laguna y producidos de semilla
54. Villanueva del Prado al Marqués de Bajamar. Valle de La Orotava, 15 de junio
de 1792 (A. G. I., Indiferente General, 1.541).
Otro con el nurn." 4 .
Otro con el nurn." 7 .
Otro con el nurn." 8 .
Otro con el nurn." 10 .
Otro con el nurn." 11 .
Otro con el nurn." 12 .
'3t.o con el num." 13 .
Otro con el nurn." 15 .
Otro con el num." 16 .
Otro con el num." 18 .
en e1 mismo barril, pues los arbolitos peque-ños
que se plantaron en él, perecieron todos
sucesivamente. De los de Ycod hai plantados
también en otro barril en el mis~:o paraje en
que se crían, e irán quando se hallen más ade-lantadas,
como también las piñas cogidas en
el propio sitio.
Viñátigo. Tiene la hoja jaspeada de encarna-do
y amarillo, y la madera es muy parecida a
la caoba.
Pdo blanco. La madera es dura, blanca v fina.
Laurel Se crían muy altos y gruesos
Adevzo Tiene una madera muv dura y de mu-cha
resistencia
Mocan. Su madera es muy dura v fina, v el
fruto es pequeño como una guinda y de un
duIce insípido pando está madirro
Gynia. La madera es encarnada, dura, lustrosa
y propia para muebles jr obras de torno. Las
Ginjas de los montes de La Laguna son las
mejores.
Haya Conserva la hoja todo el año: la made-ra
es amarilla, y el frutecillo (aue llaman cre-res)
es algo dulce y 10 comen bien los cerdos.
Sunguino. Arbol de una hoja alegre; la made-ra
es muv amariIIa v lustrosa.
Follua. Da la flor blanca en ramilletes v es
olorosa, las baras son propias para arcos de
cubas y para canastas.
Jaras. Arbusto cuya flor es como una rosa :en-cilla.
Otro con el num." 19 . . . Grnnndillo. Arbusto que d7 la flor amarilla.
Otro con el nurn." 21 . . . Tí2cierzsos. Dícese que es el Absinto romano.
Otro con el num." 22 . . . Pita. Sirve en este país para cercas y vaIlados.
Otro con el nurn." 23 . . . Sabila. Para poner en macetas y adornar los
muros.
Otro con la letra A . . . Acebiño. Este árbol no venía incluido en :a
lista, pero por ser de los más apreciables de
estos montes, así por la calidad de su madera
que es buena para labrar, como por ia virtud
de sus bayas, cuyo jugo se aplica con buen
efecto para desvanacer las berrugas que nacen
sobre el cutis y para otros usos, ha parecido
regular remitirlo.
Otro con la letra B . . . Sauce. Tampoco erte árbol venía comprendi-do
en la lista de los que debían enviarse. Un3
descripción de sus qualidades sería superflua,
pero por si acaso el de Canarias fuera alguna
variedad de las especies conocidas en España,
se remite igualmente.
Notas
E.stos árboles son casi todos de los montes inmediatos a J2a Lagu-na,
en donde reina un temperamento húmedo y frío; y aunque pudie-ran
enviarse algunos más de los mismos parajes que están plantados,
el no dar todavía señas seguras de estar bien arraigados hace diferir
su remisión. Sólo se hallan enteramente perdidos el eccobón. el codezo
v el Texo, aunque se ha reiterado su plantío en distintas ocasiones.
En cada barril se enterraron mchas p1nn:as de las que nacian ex-pontáneamente
en el monte, y el notarse que en algunos no va más de
una. de~ende de haberse ralogrado las demás.
También se entrañará el poco aumento que han tenido e'tas plan-tas:
aquí se ha hecho el mismo reparo, pero se,$n !os informes que
se han tomado con este motivo, parece que las más de ellas en el
monte mismo crecen con lentitud; y en los barriles no les ha faltado
riego ni cuidado diario, siendo tambiCn el clima de la ciudad de La
Laguna en que se han conservado muy poco diferente del de 10s mon-tes
inmediatos.
Para el logro de las demás plantas que se pedían y que son de
otro territorio, ha sido preciso valerse de suqetos particulares, va por
criarse estas en sus propiedades (corno de algunas venfa indicado en
la propia lista) o ya por vivir ellos cerca de los parajes en que se pro-ducen.
A todos se les han su~ini s t radolo s barriles de madera necesa-rios
y se les han asegurado la satisfacción de qualquier costo ~luele s
ocasione semejante encargo. Pero aunque los nlantíos se han hecho,
juzgan que las plantcs no están tvduvfa en estado de ser transnortadas.
Quando se halle establecido el jardín botánico con los auxilios que
presenta su situación en medio de la isla, su clima templado, el riego
de que goza, etc., será más fácil e1 executar qualquiera operación
de e:tas bajo una cuerda (sic).
Las semillas de todos los árboles que contiene la lista se irán tam-bién
remitiendo sucesivamente en eí discurso de este año a medida de
que se vayan cogiendo frescas y sazonadas, para qile puedan estar todas
en los Reales Jardines por el mes de febrero próximo, que es el tiem-po
de empezar a plantarlas. Y conociendo los contratiempos que expe-rimentan
los arbolitos que se cogen en e1 monte para transportarlos,
se hará también aquí un plantío de lzs mismas semillas por si acaso
fuera del agrado de S. M. que se haga otro envío de las plantas que
produzcan.
Plantas exóticas
Barriles. De las semillas que vinieron en el año de 1788 y se plan-taron
en el mismo.
Uno con el numO 1 . . . . . . Chembé de la costa de Coromandel, una
planta.
Tres con el nurn." 11 ... Tuelda-diente Eriterina Oriental: tres plantas
grandes.
Dos con el nurn." 111 ... Malvas de China, dos plantas grandes, y se
advierte eii de estos li>arriJes va tam-bién
nacida una de Anona cuya semilla cze-ría
en él por casualidad.
De estas plantas quedan por ahora en el
depósito provisional de esta isla varios pies
de los que hai algunos- sumamente crecidos;
y a más, hai existentes de los plantíos del
mismo :+.no el gengibie que no se remite por
ser único y aguardar a que se propague.
De las semillas que vinieron en el año 1789 y se plantaron en e1
mismo.
Uno con el nurn." IV ... Especie de sida: una planta.
Y no se remiten por ser únicas otras dos especies del mismo gé-nero:
la Mimosa Peunambucanu: el Hibiscus Cordi-folius que está muy
crecido y un arbolito igualmente adelantado cuya semilla vino en el
mismo año entre otras que traían la sola denominación de semina
vaiia.
De las semillas que vinieron en el afio de 1790 y se plantaron en
el mismo.
Barriles
Dos con el nurn." V . . . Clavo: dos plantas; y se advierte que en el
papel en que venían estas semillas, las había
de dos especies, acaso por que se mezclarían
en él a otras diferentes. en cuvo caso no se
Uno con el nurn." VI .. .
Otro con el nurn." VI1 .
Otro con el num." VI11 . .
puede hasta ahora asegurar que las plantas
que han nacido y de que quedan aquí en
abundancia, sean verdaderamente las del cla-vo.
En uno de estos barriles va también una
planta del Chembd igual a la del num.O 1."
que germinó en este por la casualidad de ha-ber
caído alguna semilla.
Lágrimas de Cocodrilo. Una planta de cuya
especie quedan muchas en el jardín, y aún
son comunes en este país baxo el nombre
de Platanillo, por tener sus hijos mucha se-mejanza
con las del Plátano, Rana~za o Musn.
Planta desconocida de Fili~inas. Un pie.
Annona del Perú. Una planta y otra va na-cida,
como ya se ha dicho, en uno de 10s
barriles del nurn." tercero.
Otro con el nurn." IX ... Planta desconocidn de Filipinas. Un pie. v
es de advertir que con esta denominación vi-nieron
ur?a porción de papeles en el año de
90 con orden de 22 de marzo, todos baxo el
número once.
Otro barril con el nurn." X Planta desconocida un pie, v aquí quedan
otros muchos de los qua!es han llegado ya
algunos a dar semillas. Esta se contiene den-tro
de un fruto algo semejante a la berenge-na,
y es que cuando comienza a rodrirce
despide un olor fuerte y que no es desapra-dable.
Por únicas no se remiten pertenecientes a este mismo plantío la
flor de Acapulco de que hubo considerable número que se pcrdró
por el invierno: la Papaya del reyno del Perú y otras varias plantas
desconocidas las más por venir con este nombre, y las otras por ha-ber
el que hace el jardinero pasado las de unos tiestos a otros, confun-diendo
los números que las distinguían. La mayor parte de las que
quedan son de los géneros de Malvas, Sidas e Hibiscos; y ce puede
asegurar queentre ellas hay la Sida Palmta, la Sida panniculata, el Hi-biscus
mutabilis, la planta denominada Erythrina Coralodendron, vul-go,
Dap-dap, los ~e~v u e l v u l odse Lima, pues todas éstas se hailaban
nacidas en bastante porción y colocadas en mis apuntes, antes de aquel
trastorno que el jardinero hizo en mi ausencia.
El mismo notable descuido tuvo con el plantío del año 91, de
que sólo existen dos especies de plantas; y acaso a esto contribuiría
la precisión en que yo me vi (por los achaques que he padecido
en todo el discurso de él, y de que todavía no me hallo enteramente
restablecido) de retirarme por largas temporadas a mi casa que está
a más de cinco leguas de distancia, pero aunque no haya venido a es-tablecerme
ya de asiento en estos parajes; aunque no pierda diaria-mente
de vista las plantas, y aunque haya tomado para el nuevo plan-tío
la precaución de que se ponga en cada maceta un cañito tapado
dentro del cual se contenga un papel con el nombre de la semilla que
se ha enterrado allí, el qual pueda pasarse de un tiesto a otro, siem-pre
que sea preciso mudar la planta, como me han dicho que se prac-tica
en el Jardín Botánico de Madrid; sin embargo, bien se echa de
ver que a pesar de esta atención, es indispensable la venida del Jardi-nero
que S. M. tiene determinada y aún también convendría más inte-ligencia
en el Superintendente de este establecimiento. Yo confieso que
no tengo todo lo que se necesita, y si el corto sacrificio que hago con
estar lexos de mi casa y de mis ocupaciones por atender solamente
a esta comisión, si un celo el más desinteresado por el servicio del
Rey y mis eficaces deseos de que este proyecto corresponda pronta-mente
a las sabias intenciones de S. M. y de que los ensayos que se
practiquen entre tanto, no cuesten nada a su Real Erario, como ha
sucedido hasta aquí; si esto repito no basta para suplir en mí a los
conocimientos de que carezco, a lo menos servirá para probar que
hago cuanto puedo, y que nunca me considero tan honrado, como
quando consagro mi persona y mis facultades en obsequio del Sobe-rano
» ".
Los costos que produjeron estas plantas hasta dejarlas en estado
de embarque, así como los de su conducción y de la provisión de agua
que se necesitaba para su riego hasta Cádiz, los puso todos de su
cuenta el Marqués de Villanueva como había hecho igualmente con los
que causaban los plantíos, riego y cuidado de las semillas exóticas. Po-demos
decir -y es una afirmación, aunque de pasada, importante-
55. =Plantas que se remiten ... desde Tenerife.. Valle de La Orotava, 15 de junio
de 1792 (A. G. I., Indiferente General, 1.544). Relación firmada por el Marqués de Vi-llanueva
del Prado.
que la realización del Jardín de Tenerife es, en el siglo XVIII, obra de
una persona, de su dinero, que puede escribir: «sin atribuirme por
esto ninguna especie de mérito, pues mi fin es que no resulten en gra-vamen
del Real Erario las faltas que hasta aquí me ha hecho cometer
mi poca experiencia en el asunto. El llegar a desempeñar la comisión
que S. M. se ha dignado de poner a mi cargo de un modo que mere-ciese
su soberana aprobación así como es el blanco de mi celo, sería
también lo que, a mi entender, pudiera reputárseme por servicio» 56.
Así, pues, parte para Cádiz la Goleta Nuestra Señora del Rosario a
cargo de su capitán don Domingo Vergara con 33 barriles. El 15 de
junio de 1792 el Marqués pide al Presidente de la Contratación y Juez
de Arribadas de Cádiz que le comunique «con distinción las plantas
que llegasen en buen estado y las que se hubiesen perdido en el via-je
» para que «puedan suministrame luces sobre el mejor modo de pro-porcionar
los envíos que con frecuencia se ofrecerá executar en lo su-cesivo
de este Real Jardín de mi cargo» 57.
56. Vilianueva ael Prado ai ~ a r q u é s de Bajamar. Vaile de La Orotava, 15 de junio
de 1792 (A. G. I., Indiferente General, 1.544).
57. Villanueva del Prado al Sr. Presidente de la Contratación, Juez de Arribadas
en Cádiz. Valle de La Orotava, 15 de junio de 1792 (A. G. I., Arribadas, 346). Adjunta las
.Plantas que se remiten, de Real Orden de la Isla de Tenerife en Canarias, en la Go-leta
N. Sra. del Rosario, su Capitán don Domingo Vergara, al Sr. Presidente Juez de
Arribadas de Cádiz para que las pase a don Pablo Boutelou, Jardinero Mayor de S. M.:
las quales van en treinta y tres barriles de madera marcadas con los números del
margen.
Plantas propias de esta Isla
Número 1. Un barril con el árbol denominado TiI.
2. Un barril con el árbol denominado Barbusano.
3. Un barril con Pinos de Tea.
D 4. Un barril con el llamados Viñátigo.
D 7. Un barril con el árbol llamado Palo blanco.
D 8. Un barril con el árbol llamado Laurel.
10. Un barril con el árbol denominado Aderno.
11. Un barril con el árbol nombrado Mocan.
12. Un barril con el árbol llamado Cinja.
13. Un barril con e1 árbol denominado Haya.
15. Un barril con plantas de Sangino.
16. Un barril con plantas de Follao.
u 18. Un barril con plantas de Jaras.
19. Un barril con e1 arbusto llamado Granadillo.
U 21. Un barril con plantas de Ynciensos.
S 22. Un barril con plantas de Pita.
D 23. Un barril con plantas de Sábila.
Letra A,.. Un barril con el árbol llamado Acebiño.
Un barril con el árbol llamado Sauce.
Plantas exóticas
Número 1. Un barril con la planta llamada Chembé.
11. Tres barriles con la llamada Suelda-dientes, Eriterina oriental.
u 111. Dos barriles con Malvas de China.
u IV. Un barril con una Especie de Sida.
D V. Dos barriles con la planta llamada clavo.
VI. IJn barril con la denominada Lágrimas de Cocodri!~.
VII. Un barril con una planta desconocida de Filipinas.
U VIII. Un barril con la llamada Annona del Perú.
El 7 de agosto de 1792 ya había llegado a Cádiz las plantas de
Canarias 58. Estaba previsto recogerlas y conducirlas al Puerto de Santa
María para su cuidado 59.
En los dos días siguientes (8 v C, agosto 1792) Pedro Gutiérrez,
botánico encargado de la conservación del Jardín Botánico del Puerto
de Santa María, colocó las plantas en este lugar y, con la nota que
nosotros presentamos ahora, informó del estado en el que las plantas
llegaron. «Engüacharnada.:, abiertos algunos barriles y faltos de tie
rra» 60.
Empezó a cuidarlas para intentar salvar a las que arribaron et
peores condiciones. Pedro Gutiérrez pensaba que como las plantas que
llegaron perfectamente vivas no serían del menor aprecio en los Reales
Sitios por ser muy coniunes («como la Pita, la Cavila y las qüentas de
Ros0 que traen la denominación de lágrimas de cocodrilo» ", seríé.
conveniente omitir el dispendio que supondría su conducción a Ma
drid.
«Estado en que se han recibido las plantas remitidas por Red
Orden al Señor Juez de arrivadus de Cid&, de la Isla de Tenerife ea
Canarias en la Goleta Nuestra Señora del Rosario, su Capitán don
Domingo Vergara, para que se pasen a don Pablo Boutelozl, Jardinerd
maior de S. M.
n IX. Un barril con una planta desconocida de Filipinas.
D X. Un barril con otra planta desconocida.
Valle de la Orotava en la Isla de Tenerife, a 15 de junio de 1792.» Sin firma.
Adjunta también: .Conozco yo Don Domingo Bergara vecino de Santa Cruz de Te-nerife
Maestre ... de la Nao ... Nuestra Sra. del Rosario ... anclada en este Puerto de
Santa Cruz ... seguir ... viaje a Cádiz. Otorgo, y conozco, ... que ... cargado ... debaxo
de cubierta ... del Sr. Marqués de Villanueva del Prado, Gentilhombre de Cámara de S. M.
con entrada, Director Superintendente del Real Jardín Botánico de Tenerife, treinta y
tres barriles con varias plantas (al margen: Numerados). Y de ellos me doy por con-tento
y entregado a toda mi voluntad ... dar y entregar ... al Sr. Presidente Juez de Arri-badas
.de Cádiz, para los Reales Jardines ... y pagando de flete ... un peso fuerte por
cada barril, y m8s veinte y un pesos corrientes por el agua para regarlos ... Santa Cruz
de Tenerife, a quince días del mes de junio de mil 792~. Firmado Domingo Vergara.
58. *La embarcación en que remití a Cádiz parte de las plantas asi de este país
como exóticas que se me habfan pedido de orden de S. M., no s610 volvió a arribar
a esta Isla, después de haber salido de ella y tocado en la de Canaria, sino que des-pués
de su última salida de aquí, puso mas de treinta días para llegar a su destino,
según me han dado noticia. Así, las plantas estuvieron a bordo más de mes y medio,
para un viaje que en otras ocasiones se logra hacer en ocho o quince dias, y esta ca-sualidad
me hace temer que se hayan malogrado muchas en la navegación ... si no se
ha logrado por esta vez el objeto de su envio, a lo menos las perdidas no habrAn
gravado al Real Erari0.u Villanueva del Prado a Acuna. Valle de La Orotava, 31 de
agosto de 1792 (A. G. I., Indiferente General, 1.544); ya que es el Marqués quien de su
dinero pag6 todos los gastos.
59. Véase nota 31. En este trabajo queda detallada la importancia del Jardín Botá-nico
del Puerto de Santa María. Guiral a Acufia. Cádiz. 7 de agosto de 1792, núm. 71
(A. G. I., Indiferente General, 1.5443.
60. Pedro Gutiérrez al Juez de Arribadas. Puerto de Santa María, 9 de agosto de 1792
(A. G. I., Indiferente General, 1.544).
61. Ibidem.
Plantas indígenas o de esta Isla.
Número 1. Un Barril con el Arbol Til, perdido.
2. dho. con el Arbol Barbusano, dudoso.
3. dho. con el Pino de Tea, dudoso.
4. dho. con el denominado Piñatigo, perdido.
7. dho. con el Arbol Palo Blanco, perdido.
8. dho. con Laurel, perdido.
10. dho. con Aderno, dudoso.
11. dho. con Mocan, perdido.
12. dho. con Pinja, perdido.
13. dho. con Aya, perdido.
15. dho. con plantas de Sagino, perdido.
16. dho. con Follao, perdido.
18. dho. con Xaras, perdido.
19. dho. con el Arbusto Granadillo, perdido.
21. dho. con plantas de Incienso, perdido.
22. dho. con Pitas, en buen estado.
7 2 AL- Pn-. cfix.:l, en L,,,, ,,+,a, 6,. UIU. CUll U ' , Y I I U , "CILII C*lCLUVi
Letra A. dho. con el Arbol Acebiño, dudoso.
B. dho. con Sauce, perdido.
Plantas exóticas
1. dho. con la planta Chembé, perdida.
11. Tres dhos. con las plantas Suelda dientes o Cristerina Orl.,
perdida.
111. Dos dhos. de Malvas de China, dudosa.
IV. Uno dho. con una especie de Sida, perdida.
V. Dos dhos. con las plantas llamsdas Clavos. Una de ellas per
dida y la otra con algo de esperanza.
VI. Uno dho. con Lágrima de cocodrilo, en buen estado.
VII. Dho. con una planta de Filipinas desconocida, perdida.
VIII. dho. con la Annona del Perú, perdida.
IX. dho. con una planta desconocida de Filipinas, perdida o más
bien dudosa.
X. dho. con otra planta desconocida, perdida.
N. 3. Un barril con semillas sembradas que aún no han nacido» 62.
A través del Juez de Alzadas llega a la Corona estos informes. El
Juez previene al botánico del Puerto de Santa María que cuide con toda
61. .Estado en que se han reci'oido ias pb.iiías remitidas ... de Tencrife.~ P-erto de
Santa María, 9 de agosto de 1792, firmado Pedro Gutiérrez (A. G. 1. ,Indiferente Ge-neral,
1.544).
atención las que parece que están secas por si lograra que vuelvan a
reverdecer o retoñar como ha sucedido en dicho Jardín Botánico del
Puerto de Santa María otras veces 63.
Una real orden de pocos días más tarde, insiste en que con rapi-dez
se envíen las plantas canarias a Madrid 64. No conocía aún la Co-rona
el estado desastroso en que llegaron dichas plantas.
En marzo del año siguiente (1793), una vez que las plantas se
habían aclimatado y alguna de ellas recuperado en el Jardín Botánico
del Puerto de Santa María, se envían al jardinero mayor de Aranjuez
cuatro cajones cuyo contenido reproducimos a continuación.
d o t a de las plantas que conduce Don Nemesio Bares, Conductor
de S. M. que Dios gue. venidas de la Isla de Tenerife en Canarias,
en la Goleta Nra. Sra. del Rosario.
Propias de dicha Ysla de Tenerife
11. 19 el Arbusto Granadillo.Retoñando.
N. 11 Mocan, retoñando.
Plantas indígenas de Filipinas.
N. VI Lágrimas de cocodrilo. En buen estado.
N. 111 Malva de China. En buen estado» 65.
Estas son las únicas que se conservaron en el Puerto de Santa
María. El recorrido Tenerife-Cádiz había hecho fracasar, o al menos
impedir el exacto cumplimiento de los deseos botánicos de la Corona.
Era la primera experiencia ".
Las plantas antes citadas llegaron en perfecto estado a Aranjuez.
La Corona estima que no debieron permanecer tanto tiempo en el
Puerto de Santa María 67.
En resumen, las únicas plantas indígenas de Canarias que se con.
servaron y llegaron a los Reales Jardines de Aranjuez fueron «el nú-mero
19, el arbusto granadillo, retoñando, y el 11, Mocan, ídem» 68.
63. Véase nota 31. En este articulo queda detallada la función de aclimataci6n del
Jardín Botánico del Puerto de Santa María. Guiral a Acuña. Cádiz. 10 de agosto de 1972.
número 75 (A. G. I., Indiferente General, 1.544).
64. Minuta de real orden. San Ildefonso, 14 de agosto de 1792, al Presidente Juez
de Arribadas de Cádiz (A. G. I., Indiferente General, 1.544).
65. Nota adjunta a la carta de Guiral a Acusa. Cádiz, 29 de marzo de 1793, núm. 34
(A. G. I., Indiferente General, 1.544).
66. Guiral a Acuña. Cádiz, 29 de marzo de 1793, núm. 34 (A. G. I., Indiferente Ge-neral,
1.544).
67. Minuta de real orden. Aranjuez. 12 de abril de 1793, al Presidente de Cádiz.
(A. G. I., Indiferente General, 1.544).
68. Minuta de real orden. Aranjuez, 24 de mayo de 1793, al Marquds de Villanueva
del Prado (A. G. I., Indiferente General, 1.544).
Los envíos de plantas que hemos estudiado en el Archivo de In-dias,
van a ser expuestos a continuación. Presentamos, así pues, una
especie de catálogo; unas muestras -las halladas- del movimiento
burocrático para poner en práctica la idea del Jardín Botánico; los me-canismos
utilizados para suministrar plantas y semillas a dicho Botá-nico;
el contenido de los envíos; y todas las incidencias que nuestro
interés histórico ha recogido.
Ante la excesiva acumulación de datos, el índice cronológico va a
ser nuestro eje expositivo.
(1788) Y es el puerto de La Coruña el primero que ve partir -se-gún
nuestras fuentes- una nave con cargamento, semillas
con seguridad, para Canarias. Era el bergantín correo «San
R~rngrAnr\ hacia trlSTeSiY haSta Canta Cruz & TeEerife. Y'^LAY'UYII >
Llevaba un cajón rotulado al Marqués de Villanueva del Pra-do.
Salió el 3 de septiembre del 1788. No conocemos el con-tenido
exacto de este envío 69.
1788) Remitidas por los Botánicos de las Islas Filipinas y para en-tregar
a Villanueva del Prado llegan a Tenerife las siguientes
semillas que transcribimos literalmente:
«Simiente de Algodón.
Simiente de Achote.
Simiente de Tíndalo.
Bombas o el fruto de la Areca.
Pimienta negra sin escaldar.
Varias semillas.
Semilla de mangas.
Nuez moscada.
Calabacillas simiente algodón sangley.
Semillas de flores esquisitas.
69. Efectivamente, en los documentos del A. G. 1. con frecuencia hay constancia de
la existencia del envio de plantas y semillas, pero no del contenido concreto del envio.
Posteriores investigaciones podrán aquilatar más estas ausencias. Nos parece intere-
---A- A-:-- ----he--:- T - - A 2- 7- P....A..- AA-:..:-+-A-- de X f - - < + : - n c A-r
a i i L c ucjai c v i i a i a i~i a .* vi= u r ; A P L U L L U I ~ , ~ U L A Z A U L ~ L I ~ ~ ~VV~ l lrYa l r lYl l l l l l lVI --
Coruña a A. Porlier. La Coruña, 3 de septiembre de 1788 (A. G. I., Indiferente Gene-ral,
1.544).
Raíz de Gengibre.
Simiente de Cacanate.
Simiente de Tíndalo Arbol de madera mui fina y estimada.
Simiente de Salaquin.
Suelda diente Eriterina oriental.
Tierra de la Isla de Ceylan simiente de Canelos de Fili-pinas.
Simiente de Canela de Ceylan.
Banaba.
Calumpan Arbol grandísimo.
Semilla Batan.
Abridores fruta de España.
Ramas de la planta suforbia, afila, llamada por el bulgo
suelda y consuelda por su virtud astringente, puesta
en tierra arraiga facilísimamente aunque pa:en meses
de haberse cortado, pues conserva su substancia visco-sa
mucho tiempo.
Achote» ".
El navío «El Rey Carlos» las había traído de Filipinas y el
correo marítimo La Coruña-Santa Cruz de Tenerife llamado
«San Bernardo», las hizo llegar a Canarias. Villanueva del
Prado en el 4 de octubre de ese año (1788) acusa recibo. Esto
nos hace pensar, aunque sin suficientes pruebas que éste es
el primer envío de semillas antes citado, habiendo llegado a
través del Administrador General de Correos de Canarias 'l.
(1788) En el mes de septiembre del 1788 aparece en nuestra colec-ción
documental una real orden fechada el día 24 en San
Ildefonso. La Corona participa en ella el señor Administra-dor
de Correos de las Islas Canarias el envío de plantas y se-millas
diversas; en concreto un cajón pequeño rotulado a
nuestro Marqués. En ese mismo día otra real orden es fir-ma&
y dirigidl l! I\_&inirtra&r de C.~TT~=~ & &rEfir1
ordenándole envíe, hacia Canarias, las plantas y semillas que
70. Indice de semillas fechado en San Ildefonso, 27 de agosto de 1788, adjunto a
la real orden del mismo lugar y fecha 17 del mismo mes y año en la que se indica
que en los terrenos de aquellas islas más análogos a los de Asia y América se siembren
en uno o mPs plantíos (A. G. I., Indiferente General, 1.544).
71. Villanueva del Prado a A. Porlier. Laguna de Tenerife: 4 de octubre de 1788;
minuta de real orden al Marqués de Villanueva del Prado. San Lorenzo, 28 de octubre
de 1788 (A. C. I., Indiferente General, 1.544).
se le ponen - e n esa ocasión- a su cargo. No conocemos
el contenido botánico de estos envíos 72.
Entre el 2 de octubre de 1788 y el 1 de enero de 1790 sa-bemos
que sale del puerto de La Coruña hacia Santa Cruz
de Tenerlfe el bergantín correo «El Pinzón» con un cajón
de semillas para Villanueva 73.
Un mes más tarde, el 3 de noviembre llega a Santa Cruz un
barco del cual no nos consta el nombre, pero que supone-mos
es el anteriormente citado. Venía de La Coruña y llevaba
«un cajón rotulado» al Marqués de Villanueva. Ese mismo día
se acu:a el recibo de este envío de semillas 74.
En ese noviembre, el día 29, se redacta y se firma una real
orderi para Villanueva 75 en la que se le comunica el envío de
un cajón con varias semillas de árboles y plantas ultramarinas
y con algunas frutas exquisitas de España.
Se le advierte ese mismo día al Administrador de Correos
de La Coruña 76 sobre el mismo tema.
Otro bergantín «E1 Diligente», sale del puerto gallego para
Tenerife unos días más tarde, probablemente llevaba el envío
más arriba mencionado, aunque esto no nos consta, pues no
hemos encontrado la relación documental entre ambos hechoi.
Era el 3 de diciembre 77.
El 12 de diciembre del 1789 -notemos el vacío de un año;
que se invierte en realizar las colecciones de senillas y plantas
que desde las Indias Orientales y Occidentales se enviaron a
España posteriormente7*- es advertido el Administrador de
72. Dos minutas de reales órdenes fechadas ambas en San Ildefonso, 24 de septiem-bre
de 1788 (A. G. I., Indiferente General, 1.544).
73. José. de la Cuadra, Administrador de Correos Marítimos, a A. Porlier. La C@
ruña, 1 de octubre de 1788 (A. G. 1.. Indiferente General, 1.544).
74. Antonio Madán. Administrador de Correos de las Islas Canarias, a A. Porlier.
Santa Cruz de Tenerife, 3 de noviembre de 1788 (A. G. 1.. Indiferente General, 1.544).
-37 13. ivíiriuía de red orden. San Lorenzo, 29 de novimbre de 1788, r! Sr. MarqAs
de Villanueva del Prado (A. G. I., Indiferente General, 1.544).
76. Minuta de real orden. San Lorenzo, 29 de noviembre de 1788, al Administrador
dt Correros Marítimos de La Coruña (A. G. 1.. Indiferente General, 1.544).
77. Raimundo de Onis, Administrador de Correos Mantimos de La Coruña, a A. Por-lier.
La Coruña, 3 de diciembre de 1788 (A. G. I., Indiferente General, 1.544).
78. En este espacio de tiempo s61o nos consta que con oficio fechado en Madrid
el 23 de septiembre de 1789 se envió a Tenerife un cajoncito de semillas de Filipinas
para que se sembraran y cultivaran. Recibido en Tenerife, el 17 de noviembre de 1789,
eri a Pui-;iei-. i'.üestru "u"i>i i a--i i.u.-s v-.a- s-1i i..c--;:Lc..i vu de uA:i-cLi-i u ~- - . .id .i. v i u . E! contcilidu,
que desconocemos, lo puso en tiestos, comunicando a .la Corona que las plantas van
desarrollándose *bien que sus aumentos no parecen tan sensibles como lo serían en
Correos de La Coruña de que se le manda un nuevo envío de
semillas de Indias para Tenerife
(1790) Y el 9 de enero del 1790 sale el bergantín correo correspon-diente,
con el cajón de semillas, para Canarias 'O.
(1790) Con oficio fechado el 2 de marzo de 1790 se realiza un nue-vo
envío de ~emillas americanas y filipinas a Tenerife. En
mayo llegan a Canarias. De esta colección de semillas sólo
conocemos las que germinaron en los plantíos que se hacían
en Tenerife y que son las siguientes:
«Mimosa sensitiva, con el número 1.".
Sida plamata, con el número 2.".
Sida paniculata, con el número 6.".
Lantana, con el número 11.".
P P - ; ~OCde j'&ruio;,dt,, ces e! 9:;; A 'y'"'UV
En la fragata de la Real Compañía de Filipinas, llamada
«Nuestra Señora de las Nieves*, llega a España un cajh di-rigido
al Excmo. Sefior Don Antonio Porlier con semillas
para el Real Jardín Botánico de Madrid. Estas semillas las
enviaba el botánico Cuéllar que realizaba sus investigaciones
científicas en aquellas islas v lo hacía cuinpliendo órdene: de
la preocupación botánica de la Corona *'; era el 30 de enero
de 1789.
(1790) En Madrid se decide que esta colección de semillas se pase
su tierra natal.. Y se prepara para resguardarlas del invierno. Una real orden de 25 de
enero de 1790 comunica a Villanueva el aenteradox y confía en sus conocimientos téc-nicos
sobre el tema (A. G. 1.. Indiferente General, 1.544).
79. Minuta de real orden al Sr. Administrador de Correos de La Coruña. Madrid.
12 de diciembre de i789 (A. U. T., indiícrenre cienera!, i.544j.
80. Raimundo de Onís a A. Porlier. La Coruña, 26 de diciembre de 1789 (A. G. 1..
Indiferente General, 1.544). No nos consta que exista relación, como en un caso se-mejante
antes citado, pero ello se deduce cronológicamente. No tenemos constancia
documental del nombre de ese bergantín.
81. VBase las listas de semillas adjuntas a las cartas de Villanueva del Prado a
Porlier:
1) Laguna de Tenerife, 3 de agosto de 1790.
2) Hacienda del Durazno en Tenerife, 1 de septiembre de 1790.
(P C, 1. Tndifere~te Genera!, 1.544).
82. Cfr. AKTONIO FRANCISCGOA RC~GAO NZALEZY VICENTER ODR~GUGEAZR C~Aop: ctt ,
passim.
íntegramente a Tenerife. Y una real orden del 22 de marzo de
1790 así lo ordenaba 83.
Transcribimos a continuación la «Memoria de lo que con-tiene
el caxónw citado que llegaba de Manila:
«Un Talego con Café de la Hazienda de don Francisco
SaIgado señalado con el número 1.
Otro con la Nuez moscada. Cogida sin madurar en el Mon-te
Palayan, número 2.
Otro con SiIiquas de Cas:ia Tora. El Vulgo la llama flor
de Acapulco. Es vistosa para los jardines, número 3.
Otro Talego con simiente de Mangas señalado con el
número 4.
Otro con Caesalpina Sappan, con el número 5.
Otro con Hibiscus Cannabinus, con el número 6.
Otro Talego, número 7, con Simiente de Bonucalac de la
qual extrahen el Azeyte para hacer Javon ordinario.
dentro de un papel.
En otro Papel Simiente de Chicosapote.
En otro Papel Momordica trifoliata.
En otro Papel Sjmiente de Ates. an? Anona tuberosa.
En otro Ricinus ruber.
El otro Hibiscus mutabilis.
En otro Flos impiís Vulgo flor del Mandarín.
En otro Flos Manihanus.
En otro Pointiana clata.
En otro Papel, Camansa.
Otro Talego, número 8, con
Dolichos Tetragonolobus.
Dolichos Ensiformis.
Otro Talego, número 9, con el Fruto de la Tamboia do.
méstica.
Otro Talego, número 10. con
Flos Clitoruis. Vulgo Papo de Reyna
Id. Otra variedad de dha.
Erythrina Coralodendron. Vulgo Dapdap.
Simiente de Catanda.
Otro Talego, número 11, con varias semillas de Plantas
que no he visto ni me han dado nombre los que las
han remitido.
Otro Talego, número 12. con Bixa oreliana.
83. Minuta de real orden. Madrid, 22 de marzo de 1790. al MarquCs de Villanueva
del Prado (A. G. 1.. Indiferente General, 1.544).
Otro Talego, número 13, con semilla de Planta que no he
visto ni me han dado nombre» 84.
(1790) Llegaron a Tenerife en mayo de 1790 y según informa Villa-nueva
en 3 ~gos tod e ese año, habían germinado las siguientei
«Flor de Acapulco.
Convuélvulos de Lima.
Hibiscus mutabilis, con el número 7.
Erythrina Coralodendron, vulgo Dapdap, con el núm. 10.
Clavo, con el número 11.
Planta desconocida de Filipinas, bajo el mismo número.
Manta desconocida de Filipinas, con el número 13 » 85
(1790) Y según informe de 1 de septiembre habían germinado las si-guientes:
«Flor de Acapulco.
Yorotos o judíás.
Convuélvulos de Lima.
Hibiscus cannabinus, con el número 6.
Papaya, con el número 7.
Hibiscus mutabilis, con el mismo número.
Dolichos tetragonolobus, con el número 8.
Erythrina Coralodendron, vulgo Dapdap, ron el núm. 10.
Planta desconocida, con el número 11.
Clavo, con el mismo número
Planta desconocida, con el mismo número.
Nipai, con el mismo número.
Planta desconocida de Filipinas, con el mismo número.
Planta desconocida, con el mismo número.
Planta desconocida de Filipinas, con el mismo número.
Urucu o achote, con el número 12.
Planta desconocida de Filipinas, con el número 1 3» 86.
Son estas las primeras noticias de la germinación de la
flora americana y filipina en Tenerife. Se estaban realizando
las primeras experiencias, los primeros tanteos para el esta-blecimiento
del Jardín Botánico del Valle de La Orotava.
+ + Y
84. Memoria-lista fechada en Manila, 30 de enero de 1789, firmada por Cuéllar y
adiunta a la real orden citada en la nota anterinr.
85. Lista de semillas que acompaña a la carta de Villanueva del Prado a Porlier.
Laguna de Tenerife, 3 de agosto de 1790 (A. G. I., Indiferente General, 1.544).
86. Lista de semillas que acompaña a la carta de Villanueva Porlier. Hacienda de
Durazno en Tenerife, 1 de septiembre de 1790 (A. G. 1.. Indiferente General, 1.544).
(1790) Desde el Perú se llevan a España la siguiente colección de
semillas cuya fecha de recopilación es el día 17 de octubre
de 1789, en Lima:
«Número 1.
Número 2.
Número 3.
Número 4.
Número 5.
Número 6.
Número 7.
Número 8.
Número 9.
Número 10.
Número 11.
Número 12.
X7-C- --- IYCLIIICIV 13.
Casia Bijuga.
Cucurbita. Vulgo Potitos.
Cucurbita. Vulgo Mate.
Anacardium Acajan. Vulgo Pepitas del Mara-ñón.
Annona. Vulgo Chirimoya.
Coffea. Vulgo Café.
Cucurbita. Vulgo Mate de Chicha.
Cucurbita. Vulgo Zapayo Madre.
Capsicum. Vulgo Aji Mirasol.
Capsicum. Vulgo Aji Serrano.
Ignota.
Ricinus parvus. Vulgo Higerilla.
T~,l-u-p-t->.c v!,tm,.",,iL I,L,., gL;uUVudl.g = Pajaritos amo-rillos
» 87.
Posteriormente con enviadas las siguientes:
u Claviíías .
Canelas.
Ricinus Parvus. Vulgo Higuerilla.
Coffea. Vulgo Café.
Solanun. Vulgo Pepino.
Solanun. Vulgo Pepino varietas?
Gramen. Vulgo maizillos~
El 4 de abril de 1790 una real orden fechada en Madrid
ordenaba a1 Administrador de Coreos de La Coruña que diri-giese
estas semillas a Canarias *.
Un mes más tarde, el 6 de mayo, salió el bergantín correo
«El Quirós» con dichas semillas para Santa Cruz de Tene-rife
'O.
87. .Listas de Semillas que el Excmo. Sr. Virrey del Perú envió.* Lima, 17 de oc-tubre
de 1789. Listas adjuntas a la minuta de real orden, Aranjuez, 16 de junio de 1790,
dirigida a Villanueva del Prado (A. G. I., Indiferente General. 1.544).
88. Ibádem.
89. Minuta de real orden Madrid, 4 de abril de 1790, al Administrador de Correos
de La Coruña (A. G. 1.. Indiferente General, 1.544). Con estas semillas del Pení se en-vían
otras de Nueva Espana y Filipinas de las que no tenemos noticias documentales
roncretas.
90. Llevaba un cajón con las semillas rotulado al Marqués de Villanueva del Prado.
Carta de Rairnundo de Onis a A. Porlier. La Coruña, 8 de mayo de 1790 (A. G. I., In-diferente
General, 1.544).
(1790) En agosto informaba Villanueva del Prado que habían germi-nado
las siguientes:
~Cucurbita, vulgo Potitos, con el número 2.
Curcubita, vulgo Mate, con el número 3.
Cucurbita, vulgo Mate de Chicha, con el número 7.
Capsicum, vulgo Aji Mirasol, con e1 número 9» 91.
A modo de resumen de lo hasta ahora expuesto con relación a
las plantas que germinaron en Tenerife, presentamos las siguientes
listas:
(1790) «Lista de las semillas de Filipinas y del Perú, remitidas úl-timamente
de Madrid, v que han germinado ya en este país.
De las que vinieron en el mes de mayo de este año con orden
de 2 de marzo.
Mimosa sensitiva, con el número 1.
Sida palmata, con el número 3.
Sida panniculata, con el número 6.
Pepitas de tharañón, con el número 9.
(1790) De las que vinieron al. propio- tiempo, con orden de 22 de
iliarzo:
Flor de AcapuIco.
ConvuéIvulos de Lima.
Hibiscus mutábilis, con el número 7.
Erythrina Coralodendron, vulgo Dapdap, con el núm. 10.
Clavo, con el número 1 l.
Planta defconocida de Filipinas, bajo el mismo número.
Planta desconocida de Filipinas, con el número 13.
(1790) De las que vinieron el mes de julio con orden de -16 de junio.
Cucurbita, vulgo Potitos, con el número 2.
Cucurbita, vulgo Mate, con el número 3.
Cucurbita, vulgo Mate de Chicha, con el número 7.
Capsicum, vulgo Aji Mirasol, con el número 9» 92.
91. Lista de semillas que han germinado en Tenerife. Laguna de Tenerife. 3 de agos-to
di 1790. hdjiunta a la carta di VilIan~.~~vdea! Pr -do a Pnrlier, Laguna di Tinerife,
3 de agosto de 1790 (A. G. I., Indiferente GeneraI. 1.534).
92. Ibidem.
(1790) «Lista de las semillas que han germinado en otro plantío pos-terior
a aquel de cuyas resultas se dio cuestas con fecha 3 de
agosto último. De las que vinieron con orden 2 de marzo de
este año.
Mimo~a sensitiva, con el número 1.
Sida palmata, con el número 3.
Sida Paniculata. con el número 6.
Lantana, con el número 11.
(1790) De las que vinieron con orden de 22 del mismo mes de marzo.
Flor de Acapulco.
Porotos o Judías.
ConvuéIvulos de Lima.
Hibiscus cannabinus, con el número 6.
Papaya, con el número 7.
Hibiscus mutabilis, con el mismo número.
n - 1 : - 1 - - - T - ~,. .
UUIICIIUS I T I T ~ ~ Ü I I Ü ~ ~c~üun s e, l número 8.
Erythrina Caralodendron, vulgo Dapdap, con el núm. 10.
Planta desconocida con el número 11.
Clavo, con el mismo número.
Planta desconocida, con el mismo número.
Nipai, con el mismo número.
Planta desconocida de Filipinas, con el mismo número.
Planta desconocida, con el mismo número.
Planta desconocida de Filipinas, con el mismo número.
Urucu o achote, con el número 12.
Planta desconocida de Filipinas, con el número 13s
Y diremos que las plantas se conservaban con lozanía. per-fectamente
adaptadas a las características propias del clima y
de la tierra tinerfeña. Villanueva del Prado consideraba el
éxito de estos primeros ensayos, de estos primeros tanteos
-estudiados por nosntros a lo largo de estas páginas-, como
prueba de «lo proporcionado del país» para este género de
producciones. y como prueba del cuidado que se está ~onjen-do,
el esmero, la dedicación, con las plantas que hasta esos
momentos del 1790 habían logrado arraigar. Algunas de di-chas
plantas, que ya no se podían conservar en los tikstos en
93, Lisia jeiiii;;as que ;laIi geLiIiiiiado eIi Tenri-ife. Ha¿ie,~!da da; Dui-a¿no eii Te-nerife,
1 de septiembre de 1790. Adjunta a la carta de Villanueva del Prado a Porlier
del mismo lugar y fecha (A. G. I., Indiferente General, 1.544).
que habían nacido, las hizo poner en «tierra plana», pero
considerando que después sería más peligroso el trasplantarlas
de allí al Jardín que se había de formar, tomó la determina-ción
de colocarlas, a medida que iban creciendo, en unos gran-des
vasos de madera -en donde tenían bastante capacidad para
extender sus raíces mientras verificaba el establecimiento for-mal
del Botánico, al que de este modo le sería muy fácil trans-ferirlas
sin la menor lesión para las plantas 94. Pero sigamos
con nuestro catálogo.
(1791) Entramos en 1791. En su mes de febrero llegan a Tenerifee5
-para que se siembren en el Real Jardín Botánico de esa
Isla- las siguientes semillas procedentes de Filipinas en el
navío «Rey Carlos»:
«Caxon de Semillas número 13.
Especies de arroz a quien el vulgo llama Palay.
Número 1. Sinacsic.
Número 2. Binagontao.
Número 3. Cahanoing.
Número 4. Limpas.
Número 5. Tinalcus.
Número 6. Bigio.
Número 7. Dagui.
Número 8. Quinarayon.
Número 9. Lagqui tancantacay.
Número 10. Tinomá.
Número 11. Laolao.
Número 12. PiIin baibai.
Número 13. Piroroton.
Número 3 4. Agsanz.
Número 15. Magara.
Número 16. Quinangáang Pula.
Número 17. Mondoy.
Número 18. Quinastilla semejante al Castila.
Número 19. Binaco.
94. Villanueva del Prado a Porlier. Hacienda del Durazno en Tenerife, 1 de sep-tiembre
de 1790 (A. G. I., Indiferente General, 1.544).
95. Villanucva del Prado a Por!ier. l._mlna de Tenerife, 27 de Sebrer~ de 1791. Y
minuta de real orden, Madrid. 8 de enero de 1791, a1 Administrador General de Correos
Marítimos de La Coruña (A. G. I., Indiferente General, 1.544).
Número 20. Batibod.
Número 21. Ina languilan.
Número 22. Quinandang pula.
Número 23. Magaraoan Palay.
Número 24. Magava.
Número 25. Calibo.
Número 26. Piro datang.
Número 27. Bontotan Puti.
Número 28. Sanglay Puri.
Número 29. Caava.
Número 30. Guininto.
Número 31. Sanglay na Pula.
Número 32. Sacsic.
Número 33. Magasacan Palay.
Número 34. Menestizo.
Número 35. Mita.
Número 36. Balibot.
Número 37. init iogdaiag.
Número 38. Quinandang Puti.
Número 49. Denomero.
Número 40. Buntulang Pula.
Número 41. Binolaclac.
Número 42. Binatad.
Número 43. Quinangbling .
Número 44. Puhput.
Número 45. Naga.
Número 46. Bononbagio.
Número 47. SangIay.
Número 48. Pinagacpac.
Número 49. Ypot Ibon.
Número 50. Palay sin nombre por haverse perdido el
papel.
Semillas
Número 1. Malacamana. Arbol grande buena madera.
Número 2. Mabuc.
Número 3. Dulac.
Número 4. Cacumbo.
Número 5. Lugaha.
Número 6. Falivay.
Número 7. Camayuam.
Número 8. Bayungungua.
Número 9. MatangIand.
Número 10. Bayung, árbol grande de buena madera.
Número 11. Lubalub.
Número 12. Dulac, árbol madera fuerte.
Número 13. Bengac
Número 14. Baricay.
Número 15. Tapinag.
Número 16. Tapattapat.
Número 17. Caculut.
Número 18. Malasan madera buena.
Número 19. Barangoy .
Número 20. Taling.
Número 2 1. Tanguili.
Número 22. Apis Apis.
Número 23. Banana buena madera.
Número 24. Dalina árbol buena madera.
Número 25. Balnigasay.
Número 26. Bocbob.
Número 27. Malaube.
Número 28. Toto.
Número 29. Sivas (¿Livas?)
Número 30. Malabula árbol grande.
Número 31. Da.
Número 32. Del árbol de la Brea.
Número 33. De la Palma de cabo negro.
Número 34. DupeIa.
Número 35. Fruto del Bayut.
Número 36. Banaba fresca.
Número 37. Catumbaculao.
Número 38. Canela Silvestre vulgo Calinga.
Número 39. Flos impius Rumplici: vulgo flor de Manda-rin
» %.
Se plantan, según noticias de don Alonso de Nava en la in-mediaciones
del puerto de La Orotava. Se dkpuso que las
que germinasen se pasaran al Real Jardín Botánico que es-
96. Lista de semillas. sin fecha y sin lugar, adjunta a la minuta de real orden, Ma-drid,
8 de enero de 1791, al Marqués de Villanueva del Prado (A. G. 1.. Indiferente Ge-neral,
1.544).
97. Villanueva del Prado a Porlier, Laguna de Tenerife. 27 de febrero de 1791 (A. G. 1..
Indiferente General, 1.544).
taba a punto de establecerse definitivamente en local adecuado
y acondicionado; las plantas -sembradas antes- que habían
nacido en ese mismo paraje estaban en buenas condiciones y
sin haber sufrido por el frío del invierno (1790-1791) como
había sucedido en las que resultaron del ensayo -uno de
ellos- que Villanueva hizo al mismo tiempo en La Laguna;
en este lugar perecieron casi todas con el rigor de la estación
invernal.
* k *
(1792) En los primeros meses de 1792 se estableció el depósito pro-visional
de plantas mientras se acondicionaba el lugar definitivo
del Jardín Botánico. Las plantas de este depósito se pasarían
luego a dicho Jardín.
Vamos a transcribir la lista de algunas de las plantas exóti-cas
del depósito. Decimos de algunas y no de todas porque
además de éstas, había otras muchas plantas que por la con-lr.
u.->:Li-u li quc i-i-~-d-c-:c -iu ,-.. L-L-.. -1 :-..A:,,,, +,,,",l",+,A, 1,- pul uaun CI jaluiilclu LlauUpialiLauv iaa
de una macetas a otras sin pasar al mismo tiempo los números
que las distinguían --como se había avisado de oficio con fe-cha
de 3 de noviembre del año anterior (1791)---, no se podían
conocer dichas pIantas sino cotejando sus simientes con las
que se hallaban dentro de los papeles que conservaban sus co-rrespondientes
rótulos; lo que se realizó lo más detalladamente
que se pudo.
Así, pues, las plantas que hasta abril del 1792 se conocían
en el depósito del que hablamos son las siguientes:
«Plantas más crecidas
Anones.
Sueldadiente Eriterina Oriental.
Chiembé de la Costa de Coromandel.
Hibiscus cordifolius.
Tres especies de Malvas o Sidas.
Un arbolito producido de la simiente que venía con el nom-bre
de Semina varia.
Plantas que no están tan adelantadas
Flor de Acapulco.
Lágrimas de Cocodrilo.
Mimosa pernambucana.
Dos especies de plantas desconocidas de Filipinas.
Gramen, vulgo Maisillo.
Genjibre.
Sida Palmata.
Dos especies de Hibiscus»
(1792) En 1792 se comenzó a realizar las primeras pIantaciones en
el Real Jardín Botánico de Tenerife aún en construcción. Has-ta
agosto de ese año habían germinado las semillas que a con-tinuación
vamos a detallar.
De las remitidas por los botánicos de Nueva España y
que se recibieron en Tenerife con real orden de 24 de fe-brero
de este año 99 germinaban las siguientes:
«2 Salvia.
5 Coni Volbulus.
5 Ypomea Coccinea.
10 Casia Planysiliqua.
10 Casia Occidentalis.
10 Guilandina.
11 Triumpheta bartrama corruta prius-triloba.
13 Sin nombre.
14 Sin nombre.
16 Sida Rombifolia.
16 Sida Triquetra.
16 Sida Viscosa.
16 Hibiscus Brasiliensis.
16 Walteria Americana.
17 Erithrina Coralodendron.
17 Dolicos
17 Dolicus trilobus.
17 Hedisarum Canescens.
17 Citisus.
17 Sin nombre.
17 Nolia Fructicosa.
98. Lista fechada en Laguna de Tenerife, 15 de abril de 1792, adjunta a la carta
de Villanueva del Prado al Marqués de Bajamar. Lavna de Tenerife, 15 de abril de 1792
(A. G. I., Indiferente General, 1.544).
99. Minuta de real orden. Aranjuez, 24 de febrero de 1792, a villanueva del Prado
enviándole un cajón con semillas que mandaron los botánicos de Nueva Espaxia. Otra
real orden de la misma fecha ordenaba al Administrador de Correos de La C h ñ a que
enviara ese cajón a Canarias. Villanueva del Prado a Bajamar. Laguna de Tenenfe, 15 de
abril de 1792 (A. G. 1.. Indiferente General, 1.544).
19 Crisogonum.
2 1 Heliocarpus Americana.
21 Sycios triqiietra.
22 Cisampelos Pereira.
22 Sin nombre.
23 Sin nombre.
23 Sin nombre.
Sin número . . . . . . . . . Cisampelos Pereira.
Momordica Operculata.
Sin nombre.
Cynometra Quapinoli Sp. N.» '"
Los números que se ponen al margen parece que indican
-al decir de Villanueva -la clase botánica a que pertenece
cada planta según pudo verificar en muchas de ellas 'O1.
Este cajón con semillas de Nueva España salió de La Co-ruña
el 3 de marzo de 1792 'O2.
(1792) De las semillas remitidas por los botánicos del Perú y que
se recibieron con real orden de 28 de febrero de este mismo
año 'O3 germinaron las siguientes:
« 1 Sida Panniculata.
3 Sida frutescens vulgo escoba amarrona.
5 Maicillo ex Gramineis.
6 Cucurbita vulgo Yesqueros.
8 Genus novum ex Dioeciis. 3." especies vulgo Quillay,
et Guayo ex Chile, et Provincia Cante.
10 Cucurbita vulgo Macras.
11 Cucurbita vulgo Cajas.
12 Malva Coromandeliana.
13 Cucurbita vulgo Mates.
15 Cucurbita vulgo Porongos» 'O4.
:gD. Li s s de -e.ci!!ar a d j ~ ~ at a1 2 cartz de Villanueva del Prado a don Pedro de
Acuña. Valle de La Orotava, 31 de agosto de 1792 (A. G. 1.. Indiferente General, 1.544).
101. Parece ser que se sigue el sistema de Linneo. Villanueva del Prado a Bajamar.
Valle de La Orotava, 1 de agosto de 1792 (A. G. 1.. Indiferente General, 1.544).
102. Raimundo de Onis al Marques de Bajamar. La Coruña, 3 de marzo de 1793
(A. G. I., Indiferente General, 1.544).
103. Minuta de real orden. Aranjuez, 28 de febrero de 1790, al Marqués de Villanueva
del Prado enviando semillas recogidas por los botánicos agregados a la expedición del
Perú. Otra real orden de la misma Fecha ordenaba al Administrador de Correos de La
C~ruña que envizse ese paquete de semillas del Perú a Canarias. Villanueva del Prado
a Bajamar. Laguna de Tenerife, 15 de abril de 1792 (A. G. 1.. Indiferente General, 1.544).
104. Ver nota 100.
En este caso los números indicaban solamente el de los
papeles en que se contenían e:as semillas que eran diecisiete.
Este paquete de semillas de1 Perú salió para Tenerife des-de
La Coruña el 7 de marzo de 1792 ' O 5 .
(1792) De las semillas que llegaron con real orden de 27 de abril de
ese año 'O6, germinaion las siguientes; por un lado las proce-dentes
de Huanuco:
«7 3." Sp. G. N. ex Chile inqua Guayo, et in Canta. Ar-bol
de Cuentas.
12 Sida Mitis.
14 Sida Betonice folia» 'O7.
Por otro, las procedentes de Nueva Ecpaña de las cuales
no conocemos su nombre -ni tampoco en Tenerife- y con
sólo los números que traían los papeles:
La precisión con que Villanueva del Prado informa -y
que llega hasta la meticulosidad de la cita anterior- es debido
a que no quiere que ocurra lo que más arriba hemos explicado:
la confusión de plantas por error del jardinero encargado. Así
escribirá al Marqués de Bajamar, cuando en mayo acusaba re-cibo
de la real orden de 27 de abril y de estos envíos inmedia-tamente
arriba reseñados, lo siguiente: «en inteligencia de
que con las que ahora se logren no sucederá lo que con las
que nacieron de las primeras remesas, pues como yo estoi ya
105. Raimundo de Onis al Marques de Bajamar. La Coruña, 7 de marzo de 1792
(A. G. I., Indiferente General, 1.544).
106. Minuta de real orden. Aranjuez, 27 de abril de 1792, a Villanueva del Prado.
En un caión de madera oor el correo marítimo de La Coruña remite la Corona xvarias
porciones de semillasx que han enviado del Perú los botánicos agregados a la expe-dición
de aquel reino para que se planten en el Jardín Botánico de Tenerife. 'Acusa
recibo de este envio en carta de Villanueva del Prado al Marques de Bajamar. Valle
de La Orotava, 30 de mayo de 1792. En esta carta indica que las hará plantar inmedia-tamente
y que dará cuenta de sus progresos, así como de los que se noten en las del
mismo reino y del de Nueva España que habían venido anteriormente. En Aranjuez,
el 14 de abril de 1792 se firma una real orden dirigida al Administrador de Correos de
La Coruña ordenando enviar a Tenerife un cajón de semillas del Perú (A. G. I., Indife-rente
General, 1.544).
i67. Ver nora iG6.
108. Zbidem.
establecido (mayo del 1792) de asiento en este Valle para
cuidar de la Obra del Jardín, no las perderé de vista» 'Og.
(1792) También desde los Jardines de Aranjuez :e enviaron semillris
de las que se daban allí. En el verano de 1792 el jardinero
mayor del rey don Pablo Boutelou, hizo una selección de
esas semillas que con real orden de 17 de agosto se mandaron
para Tenerife "O. Con esta real orden se envían igualmente
algunas semillas procedentes del Perú.
Se plantaron en el Jardín Botánico de Tenerife y por el
mes de octubre de esc año habían gerrxinado las siguientes:
«De las ocho especies de árboles exóticos que se crían eii
el Real Sitio de Aranjuez:
Bignonia Catalpa: áibol Americano.
Sophora Japonica: árbol del Japón.
Fresno de ia Luisiana.
Plátano de Oriente de hoja chica.
De las veinte y ocho especies de flores que se dan en el
mismo Real Sitio:
Malva Real.
Capuchina.
Adormidera doble.
Amapola de varios colores.
Nicaragua.
Santimonio.
Aleli pagizo.
Coletui.
Pensies.
Guisantes de olor.
Malva Real: otra.
Retama.
Cruz de Jeri?sa!em.
Clavel Chino.
Adormidera.
109. Villanueva del Prado a Bajamar. Valle de La Orotava, 30 de mayo de 1792
(A. G. I., Indiferente General, 1.544):
110. Minuta de real orden. San Ildefonso, 17 de agosto de 1792, a Villanueva del
Prado. Esta porción de semillas iban *inclusas en un ca-xón., y cada especie en papel aeuarado con su coi~iesüoiidienie nombre. a üüe acomüana ipüalmente lista de todass.
L; real orden ordenaba-a Villanueva avisara cie las qué haya; prosperado (A. G. 1.. In-diferente
General, 1.544).
De las del Perú que vinieron en la misma ocasión
Maiz de Guinea, ex Cuchero.
Sida arborescens, ex Chichao» "l.
Cuando Villanueva acusa recibo de este envío de semillas
deja constancia de que si las plantas no germinan es porque
no vienen en adecuadas condiciones, no porque La Orotava
no reúna todo lo necesario y apropiado de un jardín botá-nico.
«Espero que han de germinar muchas más en pafando
el tiempo correspondiente y con particularidad todas las que
vienen mui frescas por haber sido cogidas en el Real Sitio de
Aranjuem '12.
Vamos a poner fin a este catálogo de listas de semillas
enviadas a Canarias a través del Atlántico. Son estas listas
expuestas ias que hemos encontrado en nuestras investigacio-nes
documentales en el Archivo General de Indias ciñándonos
cronológicamente al siglo XVIII.
( 1793) Así, pues, en 1793 se envía una colección de semillas llegadas
del Perú, recogidas por los botánicos agregados a la expedición
de aquel reino para plantarlas en el Real Jardín Botóaico de
Tenerife No conocemos el contenido de este envío. Sabe-mos
que son recibidas en Canarias y que el Marqués de Villa-nueva
del Prado las dirigió «a la persona que quedó encargada
por mí de la obra del Real Jardín Botánico a fin de que las
hiciese plantar en él sin demora y con las precauciones corres-podiente,
por haberme precisado el venir a pasar una tempo-rada
en mi casa de esta ciudad (La Laguna), a causa de algunas
ligeras indisposiciones de salud. Luego que me halle más res-tablecido
me restituiré a aquel destino, y daré puntual cuenta
a V. E. (Don Pedro de Acuña) de los progresos que se noten
111. Lista de semillas adjunta a la carta del Marqués de Villanueva a Pedro de
Acuña. Valle de La Orotava, 30 de octubre de 1792. Esta lista lleva una nota que dice:
<,Aunque además de los paquetes que contenían las semillas referidas, y otras que
todavía no han nacido, vino otro con doce especies de semillas que se decía también
ser del Perú; éstas no se han plantado por ser propias de este país, y de las mismas
que ae habían remitido desde aquí por Real Orden> (A. G. I., Indiferente General, 1.544).
112. Villanueva a Acuña. Valle de La Orotava, 30 de octubre de 1792 (A. G. I., In-diferente
General, 1.544).
113. Minuta de real orden. Madrid, 25 de julio de 1793, a Villanueva del Prado
(A. G. I., Indiferente General, 1.544).
ací en estos plantíos como en las que se han hecho anterior-mente
» l14.
(1794) En 1794, Casiziro Gómez Ortega hace enviar a través del
Ministro correspondiente un paquete de semillas-de Indias
para qae se plantaran en el Real Jardín Botánico de aquellas
:S&. Llegan a Tenerife, se plantan y de ellas germinan las
sigüientes por julio de ese año de 1794:
«Número 4. Momordica operculata.
Nümero 7. Bauhinia.
Número 8. Fraylecillo.
Número 12. PIumieria.
Niímero 17. Erytrir(v)a volubilis vulgo suchupa.
Número 26. Gosipium.
Número 28. Annona Squamosa.
NUmero 37. fapaya 13ueria.
Número 38. Monordica, an operculata?
50. Momordicam :alsam» "6.
Y en esta ocasión -una de Ias muy pocas- la Corona
envía una real orden de rutina dando el enterado, pero aña-diendo
quedar satisfecha «del esmero con que atiende V. S.
a tan importante objeto» "?.
Este es el panorama de la flora americana aclimatada en Tenerife
durante el siglo XVIII. El Jardín de La Orotava suplía ia función que
el clima impedía realizar a los Reales Jardines Botánicos de Madrid.
Queda por hacer un estudio botánico de estas plantas y queda tam-bién
que identificsr algunos nombres indígenas, raros, o mal transcri-tos
por los correspondientes copistas americanos; aquélla es tarea de
otros, ésta es tarea posterior nuestra. Las páginas anteriores son una
presentación documental de nuestras investigaciones que acaban en
114. Villanueva del Prado a Acuña. Laguna de Tenerife, 10 de septiembre de 1793
(A. G. I., Indiferente General, 1.544).
115. Minuta de real orden. Aranjue~, 2 de mayo de 1794, a Villanueva (A. G. I., In-diferente
General, 1.544).
116. Lista adjunta a 1a carta de Villanueva a don Eugenio Llaguno. Tenerife, 29 de
julio de 11Y4 (A. G. I., Indiferente Generai, i.544).
117. Minuta de real orden. San Lorenzo, 26 de noviembre de 1794, al Marqués de
Villanueva del Prado (A. G. I., Indiferente General, 1.541).
1794. De los seis años restantes del siglo XVIII no tenemos constancia
de que se realizaran envíos de plantas a Canarias. Muy probablemente
la situación política europea haría que la Corona desviase su atención
de este proyecto botánico. No obstante, la vida del Jardín continuaba.
5. CONSTRUCCIÓDNEL JARDÍND E LA OROTAVA
Para impulrar las obras de construcción del Jardín Botánico, una
vez aprobado el proyecto, Villanueva del Prado se traslada al valle
de La Orotava. Está al!í desde el 11 de agosto de 1791. Comienzan
las obras del Jardín; se acopian los materiales para ella v se prepara
la conducción del agua.
«Con el fin de disminuir el costo de la conducción de la piedra que
sería mui crecido, he hecho excavar en las inmediaciones del Sitio se-ñalado
para el Jardín, y he logrado descubrir una cantera que podrá
sumjnistrar mucha parte de aquel material con considerable economía;
he aju~tado la cal a un precio basta<lte cómodo, y sobre todo he pues-co
especial empefio en que ia madera que ha de servir para traer ei
agua (cuya conducción debe preceder a todo por los ahorros que de
estas en el mismo terreno se seguirán en la fábrica) se corte con la
P R ~ O p~ro ntitud y convenienca, de manera que dentro de un mes
podrá estar todo en este lugar.
Quizá en este artículo de la conducción del agua resultará en las
cuentas algún costo xás del que yo indiqué en el Proyecto que re-mití
a manos de V. E. porque siendo precico que aquello venga por
tierras de particulares y mui fácil que estos se aprovechen de ella nara
su utilidad, o usos domésticos si se trae en canales abiertas como allí
propuso conformándome a la práctica general de este país, he pensado
despué: que para evitar semejante inconveniente, será meior conducirla
por caños cerrados de la misma madera: lo que a la verdad hará subir
el pasto tanto porque estos cuestan más de abrir aiie las canales, como
porque para ellos se necesitan de palos mucho más gruesos cuyo aca-rreo
desde e! monte por cinco leguas de mal carrino aumenta .u valor
casi en la misma proporción; pero este mayor costo se compensará
no sólo con la ~egjridadd el ggua 4 ~ see !leva por ~ b j p t y~ ,c on la
más larga duración de los conductos practicados en esta forma, sino
aún también con los ahorros de que son suxeptibles las demás partes
de la obra, de modo que mi empeño es que, sin embargo, de este
aumento, el total de ella no exceda de la cantidad que yo propuse» Il8.
118. Villanueva del Prado a Bajamar. Valle de La Orotava, 5 de septiembre de 1791.
Minuta de real orden. San Lorenzo, 14 de noviembre de 1791, al Marqués de Villanueva
373
Se proyecta que al acabar 1791, y antes de su invierno, se hayan
juntado los materiales para 12 fábrica y se haya efectuado la conduc-ción
del agua hasta el terreno del Jardín. «Conseguido esto, se empe-zará
a trabajar en el estanque y en las cercas, luego que la yalida del
invierno de lugar a ello, y todo puede quedar concluido antes de que
llegue el otoño del año venidero, con no pequeña economía a favor de
los fondos destinados para el Jardín, que es el objeto que llevo en
esta distribución» 'lg.
En novierbre de 1791 parte de la piedra y de la madera que se
necesitaba ya estaba en los lugares dónde se iba a emplear, estaban
así mismo ajustadas varias partidas de cal.
En algunas otras partes de este trabajo hemos expuesto la nece-sidad
que el Botánico tenía de un jardinero experto. En la década final
del siglo XVIII Villanueva en numerosas ocasiones pide a la Corona un
jardinero entendido en botánica. El Jardín del Valle de La Orotava «no
puede mirarse sino como un ensayo, cuyo más favorable resultado se
reduce a que las plantas de Asia y América puedan prosperar en este
país, sin muchas precauciones ni costo. Pero para los objetos princi-pales
del establicimiento, no se puede todavía contar mucho sobre
mas plantas que no han podido ponerse en tierra franca, quando ya
lo exigía su corpulencia, que se han enviado provisionalmente en un
parage que carecía de alguna de las circunstancias necesarias para su
abrigo, y aun a veces del agua para su preciso riego: y en fin que han
sido cuidadas por un jardinero sin sa!ario, y que no podía hacer de
esto su principal ocupación» "O.
Villanueva dirigía las obras y los ensayos de aclimatación, pero ne-cesita
alguien experto que trabaje con más eficacia.
Durante el invierno 1791-1732 se detuvo la obra del Tardín BO-tíínico.
Los trabajos se reanudaron en febrero cuando don Alonso vuel-ve
al Valle de La Orotava. Pensaba cpe éstos acabarían a lo largo de
1792; a principios de ese ano vuelve a insistir en el tema del jardinero
que es casi obsesivo. Desea que «no falte aquí una persona inteligente
en el cultivo de las plantas, de quien pueda fiarse, qi?é de allí en ade-lante
llevará este negocio con !a formalidad correspondiente: en la inte-
1L: ~ ~ C U-1- C-.L-o -- -1 ..----- -- 1- -A" ----+ - ..-+ " CLC qLic 111c u ~ ~ C C~u lCl i~a >,,. a>p luiiLn v<ilikiiLad n satisfncer
del Prado; queda S. M. enterado de que Villanueva se trasladó al \'alle de La Orotava;
que ha empezado la construcción del Jardín Botánico; que se ha empezado la conduc-ción
del agua; y ordena que se concluya pronto dicha construcción (A. G. 1.. Indife-rente
General, 1.544).
119. Villanueva del Prado a Bajamar. Valle de La Orotava, 5 de septiembre de 1791
(A. G I . Indif~onte General, 1.544).
120. Villanueva del Prado a Bajamar. Laguna de Tenerife. 3 de noviembre de 1791
(A. G. 1.. Indiferente General, 1.544).
qualquier aumento de gasto que para esto se necesite, y aún haría gus-toso
la obligación de rembolsar a S. M. los seis mil pesos que se ha
dignado de librarme para esta fábrica, siempre que con el medio que
propongo no tuviesen entero efecto sus Reales y magnánimos desig-nios
» IZ1.
En realidad se puede considerar que el Jardín Botánico era aún
(abril 1792) un mero ensayo. Un ensayo de Jardín Botánico. Las plan-tas
-mientras se construye el Botánico- estaban en un depósito pro-visional
en La Orotava. Las trasladaron a ese depósito desde los lugares
provisionales de ensayo -que hemos estudiado más arriba- donde se
experimentaron su posible adaptación y aclimatación a Canarias y a las
peculiares características de suelo, clima y técnica conocida.
Así Villanueva -como acabamos de decir- consideraba lo hecho
como «un ensayo, y espera que los defectos que ahora se notan desapa-rezcan
luego que haya un jardín cerrado, agua corriente, y un jardi-nero
instruido, y con su correspondiente salario. El interés que yo
tengo en que mientras falten estas esenciales circunstancias, no se des-confíe
de mi cuidado, ni del buen éxito sucesivo del ertablecimiento
me hace acaso ser molesto en recomendarlas. V. Ex. sabrá disimular
esta inoportunidad y se servirá dar cuenta a S. M. de lo que juzgue
merecer su Soberana atención»
Ante la falta de pericia del jardinero que provisionalmente había,
Villanueva se dedicó a cuidar personalmente las plantas en espera de
otro más idóneo IZ3.
Una real orden de marzo de 1792 comunica a Canarias que la Co-rona
está gestionando el enviar un jardinero a Tenerife. Esto llena de
contento a Villanueva. «Persuadido por la experiencia de que este im-portante
establecimiento no podía prosperar sin el auxilio de un ope-rario
instruido, qual no se encuentra en este país, y que sin él todo
mi celo no bastaría para desempeííar exactamente la comisión con que
el Rey se ha dignado de honrarme; no pnedo menos de mirar esta
última resolución como una merced que se me dispensa, y de tribu-tar
a S. M. las más rendidas gracias por haberme puesto, por medio
de ella, en estado de emplearme con más utilidzd en su Real Servi-cio>>
lZ 4,
121. Villanueva del Prado a Bajamar. Valle de La Orotava, 22 de febrero de 1792.
Minuta de real orden. Aranjuez, 21 de marzo de 1792, a Villanueva del Prado (A. G. I.,
Indiferente General, 1.544).
122. Villanueva del Prado a Bajamar. Laguna de Tenerife, 15 de abril de 1792 (A. G. l.,
Indiferente General, 1.544).
123. Villanueva del Prado a Bajamar. Laguna qe Tenerife, 15 de abril de 1792 (A. G. 1..
Indiferente General, 1.544).
124. Villanueva del Prado a Bajamar. Valle de La Orotava, 30 de mayo de 1792 (A. G. l.,
Indiferente General, 1.544).
Se atrasan las obras del Jardín a lo largo de 1792. No es posib!e
trabajar con la rapidez requerida. «En la fábrica del Jardín se trabaja
con actividad. Lo que se había retardado más de lo que yo discurría
era la conducción del agua por la escasez de la madera y dificultad de
cortarla y coducirla desde Iejos y por mdos caminos. Pero ya este
obstáculo que era el mayor de la obra está vencido, las canales senta-das
y el agua tan necesaria, aun para empezar a levantar los muros a
menos costo, se haila corriendo dentro del paraje destinado para el
Jardín desde mitad del mes pasado; y como los demás materiales
cstán así mismo prontos se adelantarán las paredes en poco tiem-po
» l Z 5 .
Para ccmprender la evolución del Jardín Botánico en la década
final del sig!o XVIII, hay que hacer destacar dos aspectos: uno el de la
construcción del Jardín, y otro el de la evolución de los plantíos. El
terna de la construcción de1 Botánico lo estamos desarrollando en estas
líneas; el de la evolución de las distintas plantaciones y sus incidencias
lo estamos haciend