XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014)
ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, 2016, XXI-083, pp. 1-15 1
© 2016 Cabildo de Gran Canaria. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.
* Doctora en Filología. C/ Achimencey 11. 38250 Bajamar. San Cristóbal de La Laguna. Tenerife. España. Correo elec-trónico:
renataspringer@yahoo.es
** Doctora en Prehistoria. Cabildo Insular de Lanzarote. Calle León y Castillo, 6. 35500. Arrecife, Lanzarote. España.
Teléfono: +34928810100 extensión 3010; correo electrónico: nonaperera@cabildodelanzarote.com
MONTAÑA DEL SOMBRERO. LA ESCRITURA LÍBICO-BEREBER Y
LÍBICO-CANARIA DE FUERTEVENTURA
MONTAÑA DEL SOMBRERO. LIBYCO-BERBER AND LIBYCO-CANARIAN
SCRIPTURE FROM FUERTEVENTURA
Renata Ana Springer Bunk*; María Antonia Perera Betancort**
Cómo citar este artículo/Citation: Springer Bunk, R. A.; Perera Betancort, M. A. (2016). Montaña del sombrero.
La escritura Líbico-Bereber y Líbico-Canaria de Fuerteventura. XXI Coloquio de Historia Canario-Americana
(2014), XXI-083. http://coloquioscanariasmerica.casadecolon.com/index.php/aea/article/view/9563
Resumen: Se presenta el estudio de un yacimiento en Fuerteventura, con inscripciones realizadas mediante las
escrituras líbico-bereber y líbico-canario, de las que la primera se documenta en todas las islas del archipiélago
canario, mientras que la última se presenta con carácter exclusivo en Fuerteventura y Lanzarote. Al mismo tiempo
se pretende conocer la relación existente entre estas dos grafías y las consecuencias que pueden derivarse de ellas
en relación a las sociedades que poblaron el archipiélago.
Palabras clave: montaña; inscripciones rupestres; escritura líbico-bereber y líbico-canaria; motivos podomorfos;
superposiciones; ámbito cultural aborigen
Abstract: This research shows an archeological site in Fuerteventura, Montaña del Sombrero, with libyco-berber
and libyco-canarian scripture, first of them found in all islands, last of them only in Fuerteventura and Lanzarote. At
the same the authors study the relationship of this two scriptures and what is the meaning for the old canary people.
Keywords: mountain inscriptions; libyco-berber and libyco-canarian scripture; podomorphs; superpositions; ca-nary
people culture
Introducción
El presente estudio se concretó sobre unas fuentes documentales obtenidas por el desarrollo del pro-yecto
“Intervenciones arqueológicas de documentación y reproducción de manifestaciones rupestres y
prospección en el ámbito de la isla de Fuerteventura”, con la segunda parte de la fase IV del proyecto
que afecta al archipiélago de Canarias, autorizado por la Dirección General de Cooperación y Patrimo-nio
Cultural del Gobierno de Canarias mediante resolución número LRS2012KA00062 de fecha 12 de
marzo de 2012, así como los trabajos de campo efectuados en Fuerteventura, para la realización de la
Carta Arqueológica y Etnográfica de Fuerteventura, durante los años 1984-1993.
En este trabajo se ha pretendido valorar la presencia de inscripciones dentro de su contexto icono-gráfico,
incorporando en el estudio los demás motivos que acompañan a los textos escritos. Especial
atención se ha prestado a la conformación del yacimiento, las características de los grabados y de las
inscripciones. El objetivo se centra en un estudio conjunto para determinar de qué modo se relacionan
entre sí los diversos grabados y responder con ello a las condiciones sociales en las que se generaron, así
como analizar qué grupos humanos pueden ser los autores de los mismos.
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El yacimiento ha sido localizado por el grupo de arqueólogos que realizó la carta arqueológica de
Fuerteventura en el curso de los trabajos de campo y publicado un primer avance1 con la finalidad de
presentar los textos alfabéticos líbico-bereberes recién encontrados, que ampliaron el corpus de lo co-nocido
en aquellas fechas.
Localización geográfica de la Montaña del sombrero
La estación rupestre denominada Montaña del Sombrero se encuentra en la zona central de Fuerte-ventura.
Dicha montaña presenta una orografía llamativa, elevándose en una planicie surcada por un
barranco de significativo desarrollo. Su cumbre posee un resalte basáltico que dio lugar a su denomina-ción
de “sombrero” por el modo de copa de su cresta. El hecho de haber sido seleccionada una vertiente
en la cumbre de las montañas para realizar los grabados se repite con gran frecuencia en la isla, seguido
solamente por la de superficies en las márgenes de algunos barrancos.
En esta misma zona y en relativa cercanía se hallan otros importantes yacimientos: en su lado norte
se sitúa Morro Pinacho y algo más alejado en la misma alineación Pico de la Fortaleza, Morro de la
Galera y Montaña de Tejuate o Montaña de Enmedio. En el lado sur se halla Montaña Blanca de Arriba
y Cuchillete de Buenavista. Estos yacimientos poseen gran número de manifestaciones rupestres, en-tre
ellas inscripciones alfabéticas, al combinarse en sus paneles el mayor número de textos redactados
mediante signos líbico-bereberes y líbico-canarios. Existen también algunas estaciones en el norte, así
como en el sur de la isla, pero que deben considerarse de carácter más bien secundario en relación a la
cantidad de inscripciones contabilizadas.
El contexto arqueológico, si se atiende a una zona más amplia, incluye, además de las mencionadas
estaciones rupestres, otros yacimientos relacionados con el hábitat poblacional de los aborígenes.
Metodología empleada
En esta comunicación se estudian los yacimientos en los que se combinan los diversos tipos de ma-nifestaciones
rupestres, tanto escriturarios como de tipo geométrico o simbólico. Con la finalidad de
reflejar la organización espacial en base a la cual fueron seleccionados los paneles por los autores de
los grabados, se ha efectuado su enumeración atendiendo a un orden en la ubicación de los mismos. De
esta manera los sectores y los paneles del yacimiento han sido contabilizados de izquierda a derecha (lo
que se corresponde con una línea de noroeste a sureste) y desde las cotas superiores a inferiores. Al ser
frecuente que ciertas áreas de un yacimiento combinen grabados que proceden mayoritariamente de una
época (aborigen o posterior a ella), la estructura del mismo resulta ser de gran interés para tratar de reco-nocer
en qué orden cronológico se procedió a ocupar la actual zona arqueológica. De este modo, el tra-bajo
se engloba en una línea metodológica en base a la que se han investigado los últimos yacimientos2.
Una primera división se realizó para diferenciar distintos sectores en el yacimiento: ciertas agru-paciones
de paneles, entre las que queda un espacio libre de intervenciones que puede ser de mayor o
menor tamaño, independientemente de que el tipo de piedras existentes en esta área hubiera permitido su
uso. Dentro de los sectores se enumeran los diferentes paneles con grabados. Este nombre de paneles se
asigna a una superficie continua que puede ser considerada como “escriturable”, separada de la siguiente
por un espacio, por una fisura de mayor importancia en la roca, o por una orientación diferente o “cara”
de la superficie.
Como se entenderá fácilmente, se trata de unidades de trabajo, establecidas para poder describir la
extensión y estructura del yacimiento y que no necesariamente coinciden con cómo habían planteado los
autores la organización de dicho espacio para sus intervenciones. Como resultado de este procedimien-
1 SPRNGER BUNK y PERERA BETANCORT (1996).
2 SPRINGER BUNK y SÁNCHEZ PERERA (2011), PERERA BETANCORT, SPRINGER BUNK, CEJUDO BE-TANCORT
y LEÓN HERNÁNDEZ (1999).
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to, se determinó en la Montaña del Sombrero la existencia de tres sectores, denominados como sector 1,
2 y 3, en un orden desde el noroeste al sureste, en los que se enumeraron los paneles en el mismo orden,
además de seguir desde las cotas más altas a las más bajas.
De entre las características de interés que se documentan, cuenta la coordenada geográfica, la nume-ración
del sector y la del panel, así como distancia que mantiene cada uno frente a los siguientes paneles,
tamaño, orientación e inclinación de los mismos. En cuanto al contenido temático, éste viene dividido en
un primer lugar por su carácter escriturario (escritura líbico-bereber y líbico-canario, excepcionalmen-te,
nuestra escritura actual), motivos geométricos (incisiones rectilíneas en su mayor grado), así como
algunos motivos figurativos. Finalmente, se hace alusión a la técnica empleada, que puede ser la de la
incisión o la del picado, refiriéndose además a los resultados obtenidos, distinguiéndose los realizados
con mayor fuerza o mediante repetición, lo que produce una mayor profundidad de los surcos y colora-ción
más intensa de éstos.
Estructura del yacimiento y contenido de los paneles
Los sectores 1 y 2 ocupan la mayor parte de los paneles siguiendo la línea de paredes basálticas que
se encuentra por debajo de la cima, mientras que el sector 3 se corresponde con la punta este, a su vez ex-tremo
de la montaña, y donde algunos están emplazados en la propia cima. Los paneles que conforman
el yacimiento suman un total de 60, todos ellos se encuentran en una zona próxima, ya que los espacios
intermedios no son importantes. Se ha procedido a la enumeración de dichos paneles con dos cifras, co-rrespondiéndose
la primera con el número del sector, seguida por la correlativa al panel. De esta forma
resulta fácil ubicar un panel que se describe por su contenido u otro aspecto, ya que se indica el sector y
dentro de él, el orden aproximado.
Sector 1: 23 paneles (se enumeraron 21 paneles, aunque en fecha posterior se hallaron otros 2, que
recibieron el número de 1-16A y 1-16B, por encontrarse inmediatamente posterior al panel 16.
Sector 2: 29 paneles
Sector 3: 8 paneles
Orientación de los grabados
Los grabados, principalmente los del sector 1 y 2, fueron realizados en la pared Sur, a escasa dis-tancia
por debajo de la cima de la montaña, generalmente a unos 3 m., aunque dicha cota puede variar.
En su mayor parte se trata de paneles verticales. Están orientados de forma predominante hacia el Sur,
aunque con unas variaciones que abarcan desde el E/SE al O/SO de la ladera (43), mientras que solo 5
están dirigidos hacia el N o, en su caso, NO y NE. Hacia el cenit se orientan 12 paneles que se hallan
sobre superficies horizontales y que están ubicados en el sector 2 y 3.
Teniendo en cuenta esta distribución, cabe deducir que la orientación S-SE-SO de los paneles ha sido
seleccionada de forma intencionada. Uno de los motivos podría ser el que se encuentran a salvo de las
inclemencias del tiempo, al resguardo de los vientos y de la lluvia, que vienen generalmente desde el
norte, por lo que la conservación de los grabados tiene mejores posibilidades si no están expuestos hacia
este lado. Este mismo fenómeno se observa por lo demás en toda la isla de Fuerteventura, así como en
las demás islas del archipiélago, donde mayoritariamente se selecciona la orientación sur para las ma-nifestaciones
rupestres.
En relación a la orientación y los sectores resulta llamativo que en todo el sector 1 no se haya utilizado
ninguna superficie horizontal, mientras que ésta se utiliza 8 veces en el sector 2, y 3 en el sector 3, donde
constituyen en torno a un tercio del total.
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Orientación Sector 1 Sector 2 Sector 3
Sur 7 (1-3, 1-4, 1-16, 1-18,
1-19, 1-20, 1-21)
7 (2-1, 2-9, 2-10, 2-11,
2-23, 2-26, 2-28) 2 (3-2, 3-6)
Oeste 6 (1-2, 1-5, 1-6, 1-14,
1-15, 1-16A) 2 (2-12, 2-25) 2 (3-7, 3-8)
Suroeste 7 (1-1, 1-7, 1-9, 1-10,
1-12, 1-13, 1-17)
5 (2-3, 2-4, 2-14, 2-17,
2-19)
Este 1 (1-16B) 1 (3-1)
Sureste 3 (2-2, 2-18, 2-22) 1
Suma O-S-E 21 17 6
Norte (NE-NO) 2 (1-8, 1-11) 3 (2-7, 2-13, 2-20)
Cenit 9 (2-5, 2-6, 2-8, 2-15, 2-16,
2-21, 2-24, 2-27, 2-29) 3 (3-3, 3-4, 3-5)
Total paneles 23 29 8
Tabla 1. Orientación de los paneles con grabados rupestres.
Clasificación de los motivos empleados
Los motivos empleados pueden ser separados en tres categorías diferentes atendiendo a su naturaleza,
cronología y significado. Un primer grupo lo conformarían las incisiones rectilíneas, que coinciden con el
tipo de intervención más numerosa en cuanto a su aparición sobre la roca. En este grupo se inscriben líneas
rectas, líneas paralelas o cruzadas, también algunos rectángulos subdivididos que aparentan ser juegos. Por
su frecuencia habrá que nombrar en segundo lugar a las inscripciones alfabéticas, pertenecientes a dos escri-turas:
la denominada líbico-canaria y la líbico-bereber. Entre ellas, es la primera la que ostenta un lugar pre-dominante,
mientras que la otra ocupa un puesto mucho más modesto. Existen paneles en los que se observan
textos de las dos grafías, aunque también se da el caso de otros con una de ellas solamente.
Los motivos figurativos comprenden los grabados que tratan de representar cierto tema con más o me-nos
realismo para hacerlo reconocible. De época claramente aborigen se inscribe en este yacimiento sólo
uno que pertenece a esta categoría, tratándose de la planta de los pies. Ésta ha sido realizada mediante una
técnica distinta a la de los demás grabados, mediante la del picado, mientras que prácticamente el resto fue
hecho mediante incisiones. En muchos casos, estos podomorfos como se les suele denominar, están aso-ciados
a la escritura líbico-bereber, lo que se comprueba igualmente en el norte de África y Sáhara, lugar
de donde procede, ya que se adscriben al ámbito cultural de dichas sociedades3.
Finalmente queda por nombrar algún barco trazado mediante la técnica de la incisión. Si aceptamos que se
trata de una representación de “su original” que se veía en el océano, se podría deducir que fueron realizados a
partir de momentos, en los que surcaron los mares delante de nuestras islas. Nada se opone a pensar que estas
imágenes sean fruto de los grupos humanos recién llegados, tal vez incluso en estas naves; en este caso se tra-
3 LETAN (1966).
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taría de la población que se instalaría después de la conquista. Pero resulta igualmente posible que los propios
aborígenes, observándolas desde tierra, las incorporaron en su iconografía sobre las paredes de las rocas.
Teniendo en cuenta la importante presencia de la escritura, nos interesa estudiar la ubicación de las ins-cripciones
alfabéticas en los lugares en concreto. En este sentido, es en los sectores 1 y 2, donde fueron
encontradas las pertenecientes a las dos grafías, reservándose el sector 3 para un solo panel con caracteres
líbico-canarios, además de intervenciones más recientes. Es llamativo por lo demás que en el sector 1 se
encuentra el mayor número de líneas líbico-bereberes, mientras que en el 2 predominan las líbico-canarias,
concluyendo con el sector 3, el del menor número de manifestaciones rupestres aborígenes, al menos, en
cuanto sea posible determinar por las características inherentes a ellos. Parece que la población aborigen ha
ido grabando en primer lugar sobre las paredes situadas a cierta distancia debajo de la cima, mientras que
la propia cima ha sido el lugar predilecto en fechas más próximas a las de la conquista y posteriores a ella.
Este patrón de selección tampoco es exclusivo de la estación rupestre de nuestro estudio: sin ir más lejos, lo
comparte con Cuchillete de Buenavista y Montaña Blanca, esta última casi en frente a la del Sombrero, y en
la que igualmente los paneles más próximos a la cima coinciden con ser los más recientes.
Líbico-bereber y líbico-canario Líbico-bereber solo Líbico-canario solo
Sector 1 1-5, 1-6, 1-9, 1-8, 1-17 1-11, 1-12, 1-13 1-20
Sector 2 2-7 2-5, 2-8, 2-12, 2-14,
2-17, 2-25
Sector 3 3-2
Tabla 2. Paneles con inscripciones líbico-bereberes y líbico-canarias. El primer número señala el sector
donde éste se encuentra, el segundo número el panel.
Como se verá, destaca la grafía líbico-canaria, numéricamente muy por encima de la líbico-bereber.
Con ello se confirma lo que se ha ido describiendo para el resto de los yacimientos de Fuerteventura,
donde la primera grafía ha sido empleada de forma mucho más frecuentemente. Hasta la fecha, solo en
un yacimiento de la isla existe la escritura líbico-bereber de forma exclusiva, en Montañeta de Adrián,
que además ha sido realizada mediante una técnica distinta al resto de las manifestaciones. Aparente-mente,
la población optó en un momento dado por sustituir la grafía líbico-bereber por la líbico-canaria.
Cómo, cuándo y por qué ocurrió este cambio aún se desconoce. Lo único seguro es que ambas perdura-ron
conjuntamente durante cierto tiempo.
Significado de los temas
Incisiones rectilíneas, motivos geométricos rectilíneos
Las incisiones rectilíneas son conocidas prácticamente en la totalidad de los yacimientos isleños. No
obstante, son, a la vez, las que presentan los mayores problemas a la hora de facilitar su adscripción a
una cultura en concreto. Este tipo de manifestaciones es conocido en el continente africano, entre otros,
en el contexto de las inscripciones líbico-bereberes, también es cierto que en el archipiélago puede tra-tarse
de intervenciones que se originaron en fechas posteriores a la conquista, como parece demostrar
su aparición junto a nombres latinos, cruces cristianas, etc. realizados mediante la misma técnica. En
algunos casos puede tratarse de una esquematización a partir de formas figurativas o simbólicas, como
se ha visto en múltiples ocasiones en este mismo ámbito cultural. El análisis de algunas de éstas, como el
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de la cruz para una figura humana se estudia por lo general dentro de las tipologías para antropomorfos,
existiendo varios ejemplos de dicho empleo, hecho que no puede descartarse para algunas de las formas
geométricas en el archipiélago.
Motivos simbólicos
Los motivos denominados como “podomorfos” han sido adscritos al ámbito cultural bereber, cono-ciéndose
su uso en regiones geográficas alejadas, como puede ser el Sáhara argelino o libio, pero tam-bién
el sur de Marruecos, como en Ouaremdaz (Ighrem) por nombrar solo un ejemplo. En cualquiera
de estas zonas geográficas es frecuente hallarlos junto a inscripciones líbico-bereberes, incluso se da el
caso de que dentro de la planta del pie se encuentran caracteres escriturarios. Dichas representaciones
han tenido un valor simbólico entre estas sociedades hasta prácticamente fechas actuales, lo que ha po-dido
ser recogido por varios investigadores del s. XIX. Ya hablamos de Igherm (Marruecos) donde el
reconocimiento del significado de dichos motivos fue hecho por una persona de cierta edad, que señaló
un poder para sanear
Significado de las dos escrituras y la relación entre ambas
Las inscripciones líbico-bereberes reproducen textos redactados en el lenguaje de estos pueblos, por
tanto, se las reconoce como patrimonio cultural bereber. Se trata de un argumento que ha sido utilizado
desde los principios de la investigación para situar el origen de los autores de estos textos. En Fuerte-ventura
y, por extensión, en las Islas Canarias, existen además otros múltiples testimonios que permiten
identificar a las sociedades bereberes con los pobladores del archipiélago en fechas anteriores a la con-quista:
además de la escritura e iconografía empleada, lo confirman restos arqueológicos, referencias en
las crónicas y, por último, diversos estudios antropológicos.
La escritura líbico-bereber, su historia y distribución en el Norte de África y Sáhara están relativamente
bien documentadas. Su presencia en áreas tan vastas de este continente, además de la larga duración de su
empleo (desde aproximadamente mediados del último milenio a.C. hasta la actualidad entre los tuareg),
ha condicionado una evolución que culminó con importantes diferencias entre las distintas modalidades
de esta grafía, que afectan a de los sistemas fonológicos. Los investigadores, fundamentalmente los que
se dedicaron a su estudio hacia finales del siglo XIX y primera mitad del s. XX4 han establecido clasifi-caciones
de los grupos en base a su lugar y época de empleo. Si bien en la actualidad habría que añadir
importantes matizaciones, se reconocen sin embargo ciertas características que les son propias a las
modalidades empleadas más hacia el Norte, en los denominados alfabetos líbicos (orientales y occiden-tales),
así como en las zonas situadas más al Sur, que comprenden básicamente desde el Alto Atlas hasta
el desierto del Sáhara, tratándose por lo general de grabados rupestres. Las inscripciones del archipié-lago
canario, en lo que ha sido posible estudiar hasta ahora, guardan una relación más estrecha con las
modalidades líbicas5, aunque al mismo tiempo señalan algunas influencias de zonas más hacia el sur. A
partir de allí nosotros podemos deducir similitudes o un parentesco más estrecho con las regiones dónde
las modalidades líbicas estuvieron en uso, lo que tiene por consecuencia que ciertos acontecimientos
históricos que tuvieron lugar en el norte de África hayan podido ser testimoniados por las poblaciones
que llegaron después a Canarias, lo que es un dato de sumo interés a la hora de analizar la otra escritura
existente, la líbico-canaria.
De hecho, la escritura conocida como líbico-canaria no ha permitido hasta la fecha reconocer su
adscripción a un sistema alfabético importado desde el exterior, por lo que se desconoce su historia y
procedencia desde un lugar en concreto. Formalmente alberga grandes parecidos con la escritura latina,
4 CHABOT (1940-1941), FOUCAULD (1920).
5 BELMONTE, SPRINGER BUNK y PERERA BETANCORT (1998); BELMONTE, PERERA BETANCORT y
GONZÁLEZ GARCIA (2010).
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lo que justifica que en un principio fuera denominada como escritura latina o latino-pompeyana. No obs-tante,
ninguno de los especialistas en epigrafía latina ha podido precisar su empleo en una zona o época,
aunque también hay que reconocer que no ha habido una dedicación muy amplia a ello, quizás debido a
que su presencia se da en un ámbito geográfico muy reducido, en las dos islas orientales del archipiélago
canario con carácter exclusivo en cuanto se sabe hasta ahora.
Es más que probable que la escritura líbico-canaria se haya originado bajo influencia de las otras dos
escrituras existentes. En los yacimientos de Lanzarote y Fuerteventura se trata presumiblemente de una
sola población que es autora de los textos redactados mediante estas dos grafías. Los libios habían tenido
en su lugar de origen, prolongados contactos con los romanos, por lo que una parte de las sociedades,
como mínimo, debía tener conocimientos rudimentarios de su cultura. Para seguir con este plantea-miento,
sería necesario desde luego investigar la relación aparente que mantienen entre sí la escritura
líbico-bereber y líbico-canaria, donde la Montaña del Sombrero muestra el patrón conocido que viene
observándose como habitual en las islas de Lanzarote y en Fuerteventura: su presencia en el mismo ya-cimiento,
el empleo de la misma técnica, organización del espacio para los textos de ambas grafías sobre
el panel, idéntico contexto iconográfico, arqueológico, etc.
De hecho, el contexto en el que se integran las dos grafías coincide en todos los sentidos (iconográfi-co
y arqueológico), por lo que en ningún caso cabe señalar entre los componentes una diferencia que se
relacionara con uno solo de los dos tipos de inscripciones. Cuando en un panel se hallan inscripciones de
ambas escrituras, resulta asombroso constatar hasta qué punto éstos respetan mutuamente el espacio a
compartir, de modo que las superposiciones son generalmente ausentes, o solo se producen excepcional-mente.
Estas escasas superposiciones no han permitido hasta la fecha suponer una anterioridad de una de
ellas con carácter sistemático, ya que la letra más antigua puede ser cualquiera de los alfabetos. Un último
argumento para mantener que ambas grafías sean coetáneas es que ya han sido encontradas varias líneas,
en las que se ha comenzado a redactar el texto mediante una de las grafías, para seguir y concluir a partir
de cierto punto mediante signos de la otra escritura, con la misma técnica y profundidad de los surcos, así
como igual tamaño de los caracteres, como p.ej. en Femés, Lanzarote6. Todo ello nos lleva a concluir que
los autores de ambas escrituras han sido los mismos, y que la población era conocedora de dos sistemas
escriturarios que, al menos durante cierto tiempo, utilizarían simultáneamente.
Con vistas a una comprensión de los hábitos escriturarios de la población aborigen, nos interesan es-pecialmente
aquellas superficies en las que conviven ambos sistemas escriturarios, la líbico-bereber y la
líbico-canaria (1-5, 1-6, 1-8, 1-9, 1-17 y 2-7). De entre los paneles resulta especialmente llamativo el 1-5
al contener una línea líbico-bereber de desarrollo vertical compuesta por 21 letras, un tamaño muy por
encima de la norma habitual. En esta misma superficie se ha escrito 4 líneas líbico-canarias en las que en
dos ocasiones, el trazo que conforma un signo líbico-bereber se superpone a uno líbico-canario. Pero en
otra ocasión esta superposición no queda clara, pudiendo invertirse el orden temporal de la escritura.
La técnica empleada para elaborar los grabados y, específicamente los alfabéticos, es la incisión. Entre
ellas, la profundidad de los surcos varía, pudiendo ir desde una incisión muy superficial hasta la realizada
con mediana profundidad. En algunos casos, la nitidez y profundidad aparenta destacar algunos elementos
en concreto, como lo son los caracteres escriturarios. Solo en un caso (2-12) se ha optado por el piqueteado
continuo de pequeño tamaño para escribir 3 signos líbico-canarios, la misma técnica que la del motivo po-domorfo.
Teniendo en cuenta la técnica empleada en la mayor parte de los yacimientos de Fuerteventura,
esta estación aparenta seguir la línea habitual que se observa en este tema.
La escritura Líbico-Bereber
Las inscripciones líbico-bereberes de la Montaña del Sombrero suman un total de 9 paneles, con 10
líneas verticales de diferente tamaño, de entre 2 a 21 signos. Con ello se ha llegado a recopilar 52 recu-rrencias,
pertenecientes a unos 15 signos escriturarios diferentes.
De entre ellas, 4 líneas cuentan entre 3 y 6 caracteres, lo que se viene observando como un número bas-
6 PERERA BETANCOR, SPRINGER BUNK y TEJERA GASPAR (1997)
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tante habitual en las Islas Canarias. Hay que mencionar una línea susceptiblemente mayor, de 21 signos,
que se encuentra en el panel 1-5 y constituye una excepción, secundada solamente por otra en la isla de El
Hierro, en el Camino Ancho. Por el contrario, un número muy bajo lo registraran los paneles 1-8, 1-12, 1-13,
1-17 con sólo 2 signos líbico-bereberes respectivamente. Estas líneas se recopilaron con ciertas reservas; no
siempre puede descartarse el hecho de que sean formas geométricas del mismo tamaño y alineadas por puro
azar. Pero su aparición continuada y, en ocasiones, incluidas en un texto mayor (en este yacimiento existe un
ejemplo en el panel 2-7, cuya primera línea consta de 2 y la segunda de 6 caracteres escriturarios) no justi-ficaría
su exclusión en el registro de inscripciones. Este fenómeno se da por lo demás en todas las islas y no
siempre ha tenido un tratamiento homogéneo, además de que estas combinaciones, al igual que los signos
aislados, están necesitados de una urgente atención en la investigación.
Todas las inscripciones fueron trazadas mediante la técnica de incisión, como suele ser lo habitual en
la isla para este tipo de manifestaciones. La dirección de las líneas es la vertical, lo que de nuevo coin-cide
con la dirección predominante en Fuerteventura, y también en el resto de las islas.
Panel Líneas Signos Signos aislados
1-5 2 4/21
1-6 1 4
1-8 2
1-9 1 3
1-11 1 4
1-12 2
1-13 2
1-17 2
2-7 2 2/6
Tabla 3. Inscripciones líbico-bereberes recopiladas en Montaña del Sombrero en los diferentes
paneles: número de líneas y signos existentes en cada uno de ellos.
En comparación con las restantes estaciones que presentan inscripciones líbico-bereberes en Fuer-teventura,
se trata de un número relativamente alto de manifestaciones escriturarias, situándose este
yacimiento entre los más importantes. En este sentido conviene señalar que el total de los conocidos en
la actualidad se cifra en 8 yacimientos para Fuerteventura, de los que sólo tres aportan o incluso supe-ran
los 5 paneles con inscripciones líbico-bereberes: Montaña Blanca, Cuchillete de Buenavista y el de
nuestro estudio. Con ello se confirma que en la isla el uso de la escritura líbico-bereber se ha mantenido
en un puesto relativamente modesto, al menos, en relación con El Hierro, Gran Canaria y Lanzarote.
Para el conocimiento del o de los alfabetos utilizados por los aborígenes de Fuerteventura resulta obvio,
que solo la suma de los empleados en la isla puede cumplir con dicho objetivo, ya que cada uno de los
yacimientos por sí solo aporta un número de signos demasiado bajo para que el total de los existentes
sea incluido. Uno de los problemas añadidos que plantea el análisis pormenorizado del sistema escritu-rario
es el de las variantes, por las que un mismo sonido puede ser representado por medio de diferentes
formas, lo que varía en las diferentes modalidades líbico-bereberes. Quizás sea éste el principal motivo
por el que aún no se ha llegado a un consenso entre los especialistas para determinar cómo sería este o
estos alfabetos.
Por cuanto ha podido mostrarse hasta ahora, entre los caracteres utilizados en las distintas zonas de
uso de estas inscripciones líbico-bereberes, las afinidades más estrechas se encuentran en las inscrip-ciones
del norte de Túnez y noreste de Argelia, aunque conviene matizar que igualmente contamos con
algunas influencias de zonas situadas más hacia el sur. La presencia más que probable de diferentes
alfabetos en el archipiélago ya ha sido apuntada en más de una ocasión. En relación a ello debemos
mencionar el trabajo de W. Pichler, después el mismo autor con otros investigadores7, quienes hablaron
de dos alfabetos distintos en las islas, por lo que las inscripciones realizadas mediante la técnica del
7 PICHLER (2003), PICHLER (2007), FARRUJIA DE LA ROSA, PICHLER y RODRIGUE (2009).
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picado serían muy anteriores a las de la incisión (s. VI a.C. frente al cambio de era para las incisas). No
hemos podido estar de acuerdo con el planteamiento de los autores para estas fechas en concreto, ni con
los supuestos lugares de origen, que hacen llegar a las primeras desde el Alto Atlas. No obstante, y pese
a los razonamientos un poco desafortunados y tal vez demasiado simples en relación a la cronología y
el origen, la presencia de varios alfabetos en el archipiélago es un hecho no debería descartarse. Existen
varios factores que podrían haber condicionado la existencia no de uno, sino de varios sistemas gráficos,
como lo es la procedencia de la población desde distintas regiones del hábitat bereber o la propia evo-lución
de la lengua y escritura.
Aún se especula con la fecha posible de la llegada de esta escritura, que debería ir a la par con la
llegada de los bereberes al archipiélago, mientras que no se sabe hasta qué fecha ha estado vigente entre
los isleños. Por la datación de una inscripción (hasta ahora única) en El Hierro mediante radiocarbono
que proporcionó como fecha de realización el s. IX8, es posible que estuviera en uso en fechas relati-vamente
tardías (se supone que por entonces ya habría dejado de existir entre los alfabetos líbicos). Si
se supone su llegada junto con los primeros grupos bereberes, esta escritura podría haberse mantenido
vigente en el archipiélago durante unos 8 ó 9 siglos, en los que no sabemos precisar los movimientos
poblacionales que pudieron haber existido desde el norte de África hacia las islas. De haberse producido
varias llegadas de sociedades bereberes desde distintos lugares del norte de África, es muy probable
que junto con éstas se introdujeran nuevos signos. Pero también la evolución, que ejerce una influencia
notable en toda lengua y escritura, puede haber provocado modificaciones en el sistema gráfico instalado
en un principio.
El número de caracteres contabilizados en Montaña del Sombrero se remonta a 15, teniendo en
cuenta que 3 son, con toda probabilidad, variantes formales de otros signos utilizados. (Hemos señalado
probables y posibles variantes siguiendo la propuesta realizada en un estudio anterior sobre los carac-teres
empleados en la isla de El Hierro9. Al mismo tiempo y atendiendo el número de caracteres resulta
obvio que de este modo no figure el alfabeto al completo, que suele incluir entre unos 23 en alguno de
los tuareg de empleo actual10 y 28 en alguno de los líbicos11 como cifra más habitual. En este sentido, y
para la reconstrucción del alfabeto de Fuerteventura, se hace absolutamente necesario tener en cuenta las
inscripciones de los demás yacimientos que, sobre todo en las dos últimas décadas, han ido aumentando
el corpus de los signos empleados.
Por todo ello, el presente estudio del yacimiento de la Montaña del Sombrero tiene por finalidad
continuar la investigación de los grabados rupestres, las inscripciones líbico-bereberes y líbico-canarias,
en el ámbito de los hábitos sociales de los antiguos habitantes. Por un lado, se va ampliando el corpus
de textos para alcanzar mayor información sobre el uso de la escritura, como parcela que poco a poco
va completando el conocimiento de dicha grafía de los pueblos bereberes pero también, en un sentido
más amplio, para la historia de la escritura en general. Por otra parte, e igualmente de gran importancia,
es la información que aportan estos textos para intuir en qué situaciones sus autores se encaminaron
hacia lugares específicos destinados a dejar allí determinados mensajes que, si bien no somos capaces
de entenderlos hoy en día, sí que nos acercan a su modo de vida, por haber dejado constancia de algunos
de sus actos sociales.
8 CUSCOY GALAND (1975).
9 SPRINGER (2014).
10 AGHALI-ZAKARA y DROUIN. (2007).
11 CHABOT (1940-1941).
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Signos Variantes probables No. signos No. variantes
10
9
2
3
1 1
5
1 1
1
3 2
2
1
1 1
3
1
1
1
Tab. 4. Relación de signos de la Montaña del Sombrero y número de aparición de cada uno.
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Anexo foto gráfico
Foto 1 y Foto 2. Montaña del Sombrero. Cumbre
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Foto 3. Inscripción líbico-canaria.
Foto 4. Detalle del motivo podomorfo realizado mediante técnica de picado y con incisiones recientes superpuestas.
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Foto 5. Inscripción líbico-bereber y líbico-canaria superpuestas.
Foto 6. Detalle superposición de la misma inscripción líbico-bereber y líbico-canaria.
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Foto 7. Inscripción líbico-bereber.
Foto 8. Paneles ubicados en la parte superior del yacimiento.
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