mdC
|
pequeño (250x250 max)
mediano (500x500 max)
grande
Extra Large
grande ( > 500x500)
Alta resolución
|
|
XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014) ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, 2016, XXI-084, pp. 1-15 1 © 2016 Cabildo de Gran Canaria. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional. * Doctora en Prehistoria. Cabildo Insular de Lanzarote. Calle León y Castillo, 6. 35500. Arrecife, Lanzarote. España. Teléfono: +34928810100 extension 3010; correo electrónico: nonaperera@cabildodelanzarote.com CUCHILLETE DE BUENAVISTA. LAS PALABRAS REPETIDAS DE LA POBLACIÓN MAXIE DE FUERTEVENTURA CUCHILLETE OF BUENAVISTA. THE REPEATED WORDS OF THE MAXIE POPULATION OF FUERTEVENTURA María Antonia Perera Betancort* Cómo citar este artículo/Citation: Perera Betancor, M. A. (2016). Cuchillete de Buenavista. Las palabras repe-tidas de la población Maxie de Fuerteventura. XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014), XXI-084. http://coloquioscanariasmerica.casadecolon.com/index.php/aea/article/view/9564 Resumen: Se estudia un yacimiento rupestre, emplazado en las coladas de lava en la cima de una cordillera, que posee inscripciones líbico-canario y líbico-bereber. Toda la grafía líbico-bereber se sitúa en un solo sector y siem-pre compartiendo superficie con la otra. Se investiga la relación entre ambos alfabetos probablemente escritos por el mismo grupo humano. Palabras clave: cordillera; inscripciones; líbico-canario; líbico-bereber; asociación; paneles Abstract: It is studied a Rock art site, situated in a casting of lava at the top of a mountain range, which has lybian-canaria and lybian-bereber writings. All the spelling lybian-bereber it´s found only in one sector, always sharing surface with the other one. It´s investigated the relation between both alphabets probably written by the same human group. Keywords: mountain range; inscription; lybian-canario; lybian-bereber; association; panels Introducción Este yacimiento arqueológico eminentemente rupestre mantiene la pauta de la generalidad de las unidades escriturarias de la isla, al albergar líneas de signos gráficos pertenecientes a ambos sistemas alfabéticos presentes en ella, líbico-canario y líbico-bereber. Este registro resulta similar al de los yaci-mientos Barranco del Cavadero, Morro de la Galera, Montaña Blanca de Arriba, Montaña del Sombrero y Morrete de la Tierra Mala, todos ellos sitios rupestres de Fuerteventura. Por el contrario, se ha escrito solo grafía líbico-canaria en Pico de la Fortaleza, Montaña de Enmedio o Jaifa, Morro Pinacho y Jaco-mar. Conocemos un único enclave —Montañeta de Adrián— con una línea de caracteres gráficos líbico-bereber, asociada a diversos paneles con motivos incisos geométricos, preferentemente de desarrollo rectilíneo. El balance que presenta uno y otro alfabeto varía con respecto al que se constata para Lanzarote, donde la norma refleja que la mitad de los yacimientos escriturarios acoge exclusivamente grafía líbico-bereber. Cuchillete de Buenavista responde a un sitio rupestre parietal de altura, ya que las intervenciones en las paredes de piedra natural se ubican en la cresta del citado cuchillo, siendo por ello uno de los dos lugares presentes en la isla que aloja los dos abecedarios localizados en una unidad geográfica de cordi-llera. Si bien, la totalidad de los yacimientos con signos gráficos de la isla se estaciona en puntos altos, excepto el Barranco del Cavadero. María Antonia Perera Beta ncort 2 XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014) ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, 2016, XXI-084, pp. 1-15 Situación El yacimiento se instala en las partes altas de Cuchillete de Buenavista, aunque la unidad geográfi-ca de acogida cultural es la cordillera. La existencia estrictamente rupestre queda reducido a la cresta, tomamos en consideración las diferentes unidades arqueológicas arquitectónicas que se ubican en su entorno y la convicción —siguiendo el patrón insular— que lo determinante para elegir éste y otros lugares de la isla para grabar es la altitud, la cota que alcanza, en este caso, la cordillera establecida en 350 m.s.n.m. Ésta se despliega en el área central del este insular con una proyección perpendicular a la costa, al sur de la Rosa del Taro y contiguo y en el mismo escenario que Montaña Blanca de Arriba y Montaña del Sombrero, ambos yacimientos arqueológicos rupestres con inscripciones de ambos siste-mas escriturarios. Por sus lados norte y noroeste se extiende la llanura que conecta con la localidad de Triquivijate, y posee un relevante remate rocoso basáltico augítico-olivínicos que corresponde a la Serie I con una edad entre 22 —13 millones de años. Se asienta en extremo sur del edificio en escudo norte, septentrional o Tetir cuya parte más elevada se situaba en la zona de Los Molinos— La Parcelas. Es un relieve residual del proceso de erosión del mencionado edificio volcánico. Contenido y entorno arqueológico El yacimiento rupestre, tal y como hemos adelantado, se instala en la cresta del cuchillete en su alineación sur, desde donde se domina el curso del Barranco de la Torre y los yacimientos arqueológi-cos que jalonan su trayectoria acuífera. La consideramos la zona más antropizada de la cultura maxie en Fuerteventura, al establecerse en ella fundamentalmente asentamientos de significativa envergadura como son Los Corrales de la Torre, Rosita del Vicario, Altos de Miraflor, etc. De igual manera se trata del sector con el más alto índice de contenido rupestre alfabetiforme, aglutinando en su espacio más próximo los yacimientos de Morro Pinacho, Montaña del Sombrero, Montaña Blanca de Arriba, además del propio Cuchillete de Buenavista. De las unidades arqueológicas habitacionales destacan la significa-tiva amplitud de conjuntos constructivos, destacando el tamaño de los bloques basálticos que conforman las diferentes unidades arquitectónicas, especialmente las destinadas a habitación. Del mismo modo se anotan diversos Asientos, estructuras de formato de tendencia elipsoidal o circular conformadas por pie-dras hincadas —que hemos identificado en otros trabajos como efequenes—, otras unidades similares cuyo interior se halla parcialmente empedrado y diversos módulos edificatorios de tipo tumular. En la cima de Cuchillete de Buenavista se dispersa un conjunto de 8 unidades de factura tumular para cuya construcción se ha elegido piedras de conformación elipsoidal similares entre sí, aunque los diferentes módulos de obra presentan variado desarrollo, pero similar tipología. Comienzan a emplazarse desde la cresta norte hasta el área en la que se ubica el sector 4 de este enclave rupestre. En la ladera sur del cuchillo y orientado hacia el despliegue del Barranco de la Torre se instalan distintos dispositivos arqui-tecturales de función ganadera con registro de material arqueológico en superficie adscrito a la cultura indígena. Igualmente hemos advertido la existencia de un fragmento de pared, que pudiera tratarse de la división física de los límites pertenecientes a uno u otro reino —Guise y Ayose— de la isla. Posee un sistema constructivo similar a la de La Pared de Jandía, aunque en este caso sus diversos extremos se hallan mutilados no pudiéndose localizar su inicio y final, si bien permanecen diversos tramos o frag-mentos de ella. Desde este lado sur, Cuchillete de Buenavista resulta de difícil acceso dado el escarpe del terreno, el tamaño que alcanzan las diferentes coladas que se superponen y que conforman el edificio basáltico, la descomposición del suelo y su pronunciada pendiente. Por la cara norte resulta más fácil alcanzar la cima, existiendo por esta parte 2 acumulaciones de piedras asociadas a material arqueológico aborigen, que pudieran corresponderse con módulos tumulares o acumulaciones de piedras, entendiendo por ello una unidad arqueológica de función cultual, similar a multitud de otras que se dispersan por la geografía insular. En el Llano de Triquivijate y próximo a las laderas norte del Cuchillete de Buenavista se ubica otra construcción1 de desarrollo complejo debido a su estado de preservación. En él se distin- 1 28R0605197/313143009. 3 CUCHILLETE DE BUENAVISTA. LAS PALABRAS REPETIDAS DE LA POBLACIÓN MAXIE... XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014) ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, 2016, XXI-084, pp. 1-15 guen 3 unidades conectadas entre sí por cimientos, respondiendo una de ellas a un perfil de cista. En este mismo Llano de Triquivijate y en suelos más cercanos a la actual carretera que comunica la localidad de Triquivijate con Caleta de Fuste se encuentran similares unidades de obra. Se conserva a nivel de cimientos y algunas de sus paredes adquieren una proyección curva o recta formando varias esquinas. En esta misma base llana del cuchillete se disponen aisladas entre sí dos piedras hincadas y calzadas, si-milares a las que se encuentran en los márgenes del Barranco de la Torre o bien en la zona de Las Nieves en la isla de Lanzarote. Vemos pues que las unidades arqueológicas vinculadas espacial y culturalmente con este yacimiento rupestre se conforman principalmente de disposiciones tumulares y acumulaciones de piedras situadas en su ladera norte y en la cresta del cuchillo. Con respecto a la llanura sur y al curso del Barranco de la Torre resaltamos el carácter defensivo que refleja la unidad arquitectónica principal del yacimiento Rosita del Vicario territorialmente vinculada a los límites de los dos reinos que transcurriría desde el Barranco de la Torre al Barranco de la Peña, desarrollándose desde una costa a otra de la isla, en consonancia a lo que sucede con La Pared de Jandía, aunque probablemente y en base a nuestra propuesta poseería más connotaciones económicas que el carácter político de la división de dos jefaturas. Contenido: inscripciones, técnicas, orientación, otras temáticas Estrictamente la intervención rupestre se emplaza en las 3 últimas superposiciones de coladas ba-sálticas con las que se remata la cúspide del cuchillo. Consta de 28 paneles (a partir de ahora “P”), organizados en 4 sectores (a partir de ahora “S”) atendiendo a su criterio de distribución, que a su vez contienen 1, 6, 17 y 4 paneles respectivamente. De los 28 paneles de los que a día de hoy conocemos de este yacimiento en estudio, 18 de ellos presentan líneas de signos gráficos líbico-canario2; 4 soportes contienen además de la escritura líbico-canaria, grafía líbico-bereber3 un panel representa un motivo geométrico conformado por formas circulares concéntricas ejecutados con un piqueteado continuo ade-más de lo que pudiera ser signos sueltos líbico-canarios y líbico-bereber. En otro panel4 existe al menos un signo suelto líbico-bereber y los 4 paneles restantes se han cumplimentado con motivos geométricos5. El compendio y las características de cada uno cambian notablemente, a pesar de la presencia de una cierta homogeneidad en el compendio escriturario de algunos soportes acogidos en la parte gruesa o más importante desde la óptica cuantitativa y documental del yacimiento, comprendida en los sectores 2 y fundamentalmente el 3. El S1 se asienta en el extremo oeste de la cresta, mientras que los demás se van instalando en direc-ción este, mientras la ubicación de algunos de ellos baja de cota. El P1 del S1 se compone de un solo panel que pudiera contener un signo suelto de cada uno de ambos alfabetos, si bien lo que más llama la atención es un motivo de desarrollo laberíntico conformado por 4 figuras circulares o elipsoidales que se han ejecutado con la técnica del piqueteado continuo. El soporte, de mediano formato6 acoge en la parte inferior central a esta intervención, además de presentar en el área superior diversos trazos que pudieran corresponder con grafía líbico-bereber o líbico-canaria o bien líneas geométricas rectilíneas que casualmente derivan en una sucesión de letras líbico-canario. Al contrario, el signo líbico-bereber que identificamos corresponde a la letra latina ‘B’, en su formato rectangular, por lo que atendiendo a su representación (rectángulo en cuyo interior de sitúa una cruz) y la circunstancia de que se encuentra sola, sin superposiciones resulta imposible que el resultado sea casual, pudiéndose contabilizar como signo aislado. Algo alejado de éste se sitúa el S27 conformado por 6 paneles. Exceptuando el primero en el que se ha representado lo que pudiera ser una ‘S3’, los demás soportes albergan en su totalidad grafía 2 S2P2, S2P3, S2P4, S2P5, S2P6, S3P4, S3P5, S3P6, S3P7, S3P8; S3P9, S3P10, S3P11, S3P13, S3P16, S3P17, S4P1 y S4P3. 3 S3P1, S3P2, S3P3 y S3P12. 4 S2P1. 5 S3P14, S3P15, S4P2 y S4P4. 6 1.45 por 1.20 m. 7 280603731/3142132. 4 María Antonia Perera Beta ncort XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014) ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, 2016, XXI-084, pp. 1-15 líbico-canaria confeccionada con la técnica incisa. El S2P2, de pequeño formato8 acoge a una serie de 6 signos de desarrollo oblicuo en sentido izquierda-derecha de los que llama la atención el último dado su menor tamaño, dándose así un ejemplo de la constante centrada en la preferencia de cambiar el tamaño de las letras dentro de una misma línea. Ésta posee una ‘A’ invertida y otra ordenada. El S2P3 es uno de los paneles más atractivos del panorama insular dada la cantidad de líneas (7 u 8) que aloja, su orga-nización en el plano del soporte, la existencia de superposiciones, sin que sea posible determinar cuál se encuentra debajo o arriba de la otra con los medios técnicos de los que disponemos, disposición en sentido vertical, con trayectoria de escritura horizontal y recta, además de reproducirse dos signos ‘O’ de consumada manufactura incisa contraviniendo la norma de representarlos con formas angulosas frente a las redondeadas. Tres de las sucesiones de signos resultan idénticas, lo que pudiera dejar entrever la existencia de una planificación en la repetición del encadenamiento y orden de signos gráficos. En la alineación este de este panel y a unos 50 m de distancia se sitúa el S2P4 (de significativas dimensiones alcanzando los 2.80 por 1.80 m de alto), que asimismo presenta diversas peculiaridades que enumera-mos. En este soporte se han escrito 5 líneas en diferente sentido de escritura y lectura. De ellas destacan 2 por estar unidas con un carácter (+) que hemos documentado en otros yacimientos escriturarios de la Isla, aparentando ser o funcionar como una conjunción. La primera línea acoge 7 signos y 5 la segunda, exhibiendo ambas dos ligaduras. Estas líneas se han consumado con incisiones superficiales por lo que han adquirido una tonalidad más clara que el plano del soporte. El S2P5 (con medida de 3.10 por 1.80 m de alto) como resultado del rayado con el que se han plasmado los trazos escriturarios éstos poseen una tonalidad más albúmina. Contiene una serie de signos en proyección oblicua compuesta por un carácter separado y al menos 6 de los que tres de ellos pueden ser tomados por ligaduras. Uno de los signos de ‘A’ se ha representado invertido, estando a su vez uno afectado por un lasqueado natural debido a la erosión que experimenta el soporte caracterizado por desprenderse una capa superficial de la piedra. El último panel de este sector (S2P6) resulta más complejo aunque contiene menor número de sucesiones de signos gráficos. En la parte superior izquierda se halla una línea conformada por 5 signos, el primero reproducido en posición invertida. Separado de esta unidad se localiza otra correlación de 4 signos. En la parte más inferior se puede observar la existencia de otra hilera de difícil identificación dado su su-perficial rayado, empleado como técnica de escritura, aunque perfectamente se observa la presencia de un signo de desarrollo vertical de línea quebrada, atravesado su parte inferior por un corto trazo. A su derecha se halla un dibujo de estrella de 6 puntas. Todos los signos de este segundo sector se ha realizado con técnica incisa excepto el P5 que el resultado del rayado, con un total de 18 líneas líbico-canarias y posiblemente un signo suelto de adscripción líbico-bereber, al que ya nos hemos referido. En dirección este y en otro piso de la sucesión de coladas basálticas en diferente cota se sitúa el S3, el más profuso del enclave. Está conformado por bloques basálticos de significativo desarrollo poliédrico del que destaca la limpieza de sus formas geométricas. De igual manera se han elegido soportes provis-tos de caras con superficies homogéneas, aunque no todas ellas albergan expresiones rupestres. Si bien se han desechado superficies de similares características físicas, en su conjunto este sector comprende 17 paneles, en su mayoría con registro líbico-canario, y de igual manera es donde se concentra la pre-sencia de sucesiones de signos gráficos líbico-bereber que posee este yacimiento. El S3P19 es un panel de significativo desarrollo10, cuya superficie útil resulta inferior. Contiene una línea de caracteres en la parte alta del lado derecho surtida por 5 signos, el último de los cuales responde a una tipología quebrada, de las que existen escasos ejemplos en la isla. Debajo del antepenúltimo sig-no comienza una hilera de 4 signos líbico-bereber, pero el último de ellos permanece algo separado. A su vez, en la parte inferior izquierda se conserva otra sucesión de signos gráficos formada por 5 letras, teniendo la ‘S’ un acabado anguloso, al igual que la totalidad de los signos excepto dos ‘I’ que se inter-calan en la línea. En este soporte se articulan líneas de signos de ambos alfabetos. A 4 m de distancia en dirección suroeste dispone el S3P2 compuesto por un bloque basáltico de significativo desarrollo11. Se 8 0.45 por 0.58 m de alto. 9 28325930/13562985. 10 0.60 m por 3.50 m de alto. 11 Cuyo ancho es de 0.52 por 3.20 de altura. 5 CUCHILLETE DE BUENAVISTA. LAS PALABRAS REPETIDAS DE LA POBLACIÓN MAXIE... XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014) ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, 2016, XXI-084, pp. 1-15 trata de otras de las superficies en las que se han escrito con ambas representaciones de signos alfabéti-cos, por lo que es posible teorizar sobre la articulación espacial que se manifiesta entre ambos sistemas, reflejándose la casi subordinación del espacio que ocupa la línea de desarrollo vertical líbico-bereber. Asimismo contiene lo que interpretamos como una palabra que se ha escrito en otro yacimiento de la isla y que pudiera responder a un antropónimo, atendiendo a la propuesta de Werner Pichler12. En la porción superior hay una hilera de signos líbico-canarios conformada por 8 signos (‘TIMAMASI’), que algo más abajo se repite añadiéndose un signo nuevo al final (‘AMAMASIR’) a la vez que las 3 últimas letras cambian de tamaño, alcanzando una escala superior en su hechura. En la parte inferior se ha escrito (‘AUMACURAN’) que al igual que la palabra anterior pudiera res-ponder a otro antropónimo13. En este caso se recurre a 2 ligaduras, representándose los 2 signos últimos —ligados— de un tamaño superior. En el extremo inferior derecho se ha reproducido en desarrollo ver-tical una hilera de 5 signos líbico-bereber de manufactura incisa, aparentando una cierta característica de permanecer recluida. Muy próximo a éste y en dirección suroeste se ubica el soporte (S3P3) con características similares de las dos últimas unidades de paneles que hemos descrito. Comparte medidas14, y se alinea al suroeste. En su fragmento superior de ha escrito una línea líbico-canaria agregada de 7 signos. Debajo hay un signo inciso (+) idéntico al que ya hemos citado. A su vez, en su fracción inferior se ha escrito otra hilera similar a las del panel anterior (‘TIMAMASIN’) recurriendo a una ligadura —ausente en los registros anteriores—. Inmediatamente en orden subyacente se ha repetido la línea que encabeza el panel. A su iz-quierda se conserva una hilera de tratamiento vertical de caracteres líbico-bereber, en la que el signo que se posiciona en su parte inferior mantiene una estrecha relación con una de las seis letras líbico-canarias que se ha reproducido en desarrollo horizontal. Se peculiariza porque la primera y segunda letra son de mayor tamaño y el último signo líbico-bereber casi se encuentra en el interior de la ‘V’ líbico-canaria. A su derecha se registra una reiteración de ‘TIMAMASIR’, ligando las letras ‘A’ con las ‘M’. A su izquier-da y en un espacio inferior se hallan 2 líneas líbico-canaria, para finalizar con otra situada a la derecha de esta misma escritura, para la que se ha recurrido a una ligadura ‘VR’, con unas mayores medidas. Muy próximo a éste y a 0.70 m del antepuesto está el S3P4 en una superficie orientada al sur de un bloque15. Los signos del panel son líbico-canarios, representándose con un rayado que deja un surco muy claro y tenue, dos líneas. La ceñida en la parte superior posee 6 letras reproducidas en sentido horizontal de las que una es ‘T’, casi ausentes en otros yacimientos16, con inscripciones de la isla y que en este sitio se encuentra bien representada, al haberse reproducido al menos en 6 ocasiones17; si bien conocemos aunque no tenemos localizada la línea ‘IATATAN’ siendo los 2 últimos caracteres una ligadura. La ‘T’ normalmente se representa con la grafía ‘ү’ aunque con la línea vertical recta. En la línea inferior se constata el mayor tamaño de la primera letra. A continuación de este panel se ubica el S3P5, que si bien se encuentra en un bloque basáltico de significativo largo18, la superficie que se ha tenido en cuenta para grabar es de 1.70 m de alzada. El las-queado natural producido por agentes atmosféricos y por las características naturales de la superficie rocosa ha repercutido en los grabados, afectando a dos líneas de las 4 existentes. Contiene 7, 6, 5 y 5 signos respectivamente, siendo preferentemente el carácter “V” invertido, ligaduras de “A” y “V” y II. La técnica incisa que se ha empleado para su manufactura es muy superficial manteniéndose una co-loración clara con respecto a la superficie de la piedra. Seguidamente se localiza el S3P619 orientado al este, siendo el mismo bloque pétreo que el panel anterior. Se ha intervenido con un rayado cuyo surco posee una tonalidad muy clara que resalta de la oscura superficie de la losa. En ella y con significativo 12 PICHLER (2003), p. 172. 13 PICHLER (2003), p. 173. 14 Ya que éste alcanza un ancho de 0.82 por 3.26 m de alto. 15 De 0.90 m por 3.26 de alto. 16 Documentándose solo una vez en Morro Pinacho y otra en Barranco Cavadero, dos de los yacimientos con mayor cantidad de sucesiones de signos gráficos líbico-canario. 17 S3P2 2 veces, S3P3 2 veces, S3P4 una vez y S3P13 una vez. 18 0.66 por 3.20 m de alto. 19 0.42 por 1.77 m de alto. 6 María Antonia Perera Beta ncort XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014) ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, 2016, XXI-084, pp. 1-15 formato se han grabado 6 signos líbico-canario de significativas dimensiones que conforman 2 líneas de 2 y 4 signos, ligeramente desplazadas una de la otra fila. La representación adquiere una disposición oblicua quedando el segmento izquierdo de la primera línea en el lado superior izquierda del panel y en una posición inferior y a la derecha el desarrollo de la segunda línea. A continuación de esta columna se sitúa el S3P7, pequeño panel20 en el que se han rayado 3 signos líbico-canarios de tamaño significativo que con el paso del tiempo poseen una estría muy brillante. Al este del S3P6 y a 4 m de él se ubica un bloque basáltico natural21 en el que ha alineado una sucesión de signos líbico-canarios de muy difícil percepción en una zona estimada de 1.50 m de alto. Las notas de campo tomadas y el contraste de la documentación gráfica nos indican la presencia de al menos 6 signos, uno de los cuales es una ligadura (‘M’ + ‘A’). La técnica de rayado elegida, el reflejo más claro y la brillantez que adquiere el trazo dificultan una clara visión para obtener una certera intervención rupestre. A 0.72 m al este y empleando la misma técnica que el panel anterior se localiza el S3P9 con un rayado muy superficial en el que pueden diferenciarse 2 líneas de caracteres, una de ellas conformada por 4 signos y otra es 1 solo que bien pudieran ser 2. Contiguo a éste se ubica el siguiente S3P10 que siguiendo la tónica de este sector lo conforma un bloque poliédrico22. En él existe una línea de 2 signos escritas en proyección oblicua y algo más abajo y afectado por exfoliaciones naturales de la superficie de la piedra hay 2 ó 3 signos incisos que conserva el mismo color que la superficie del soporte pétreo. Es probable que uno de los signos sea una ligadura ‘A’ doble o bien una ‘I’ y una ‘A’. Los 4 paneles siguientes23 muy próximos entre sí se ubica el S3P11 y S3P12 uno a continuación del otro. El primero S3P11 orientado al este24 posee un conjunto de letras líbico-canarias dispuestas en sentido vertical computándose 4 de ellas. A su derecha se ubica el S3P12 con una letra ‘V’ en la parte superior bajo la cual se instala una sucesión de signos líbico-canarios conformada por 5 caracteres de los que destaca el último por ser el de desarrollo quebrado, de limitado registro ya que aunque con diferente trayectoria solo se documenta en este yacimiento y otra tipológicamente muy parecida en Montaña de Jaifa o de Enmedio, en esta isla, donde el signo es una línea recta incisa fraccionada en varias partes cada una de ellas en sentido contrario a la anterior. Debajo de esta sucesión lineal de caracteres se aprecia en trayectoria vertical 4 signos de la escritura líbico-bereber de manufactura incisa, al igual que los trazos superiores. Destacamos el último signo líbico-bereber de trayecto quebrado que solo hemos documenta-do una vez en Fuerteventura. La arista de la columna basáltica situada en la parte inferior de este panel se ha sometido a golpeo o percusión obteniéndose como resultado de ello un lasqueado continuado de dicho borde. En alineación este se ubica otro de los soportes más singulares de este enclave. Se trata del S3P13 que con orientación suroeste25, y contiene en la fracción derecha un signo y algo separado 4 caracteres más, todos ellos del alfabeto líbico-bereber. En la base de esta formación y a su izquierda se sitúa en desarrollo vertical un grupo de 4 signos líbico-bereber que pudiera ser similar al anterior, aun-que los espacios de intersección o conjunción entre los diferentes trazos no queda claro si se trata de la letra ‘N’ o ‘IV’ invertida. En la franja existente entre ambas columnas documentales se ha escrito 3 ó 4 signos líbico-canarios sin superponerse y con la misma técnica de elaboración. En un yacimiento rupestre siempre existen paneles que por su contenido escriturario o grabatorio se convierten en únicos, singulares e incluso definidores de ese enclave. Parejo a la existencia de estos y muy próximos a los paneles determinantes se agolpan muchos otros, que en el caso de este yacimiento resultan escasos, y que incluyen como repertorio grabado sólo algunos trazos, generalmente geométri-cos rectilíneos. En el intento de inventariar para no olvidar toda expresión grabada en piedra de estas unidades rupestres, los tenemos en cuenta evidenciando en ocasiones como es la que nos ocupa a conti-nuación, que parejo a la praxis escrituraria se hallan otros paneles casi sin características representativas que ayudan a la comprensión e incluso a la conformación de los enclaves y al encadenamiento del proce-so de labra o escritura de sus piedras. De esta manera, con un carácter secundario se halla el S3P14, que 20 De formato cuadrado de 1 por 1 m. 21 De 3.50 m de alto. 22 De 0.50 m de ancho por 3.90 m de alto. 23 S3P11, S3P12, S3P13 y S3P14. 24 Con 0.38 m de ancho y 2.10 m de alto. 25 Con unas medidas de 0.96 por 4 m de altura. 7 CUCHILLETE DE BUENAVISTA. LAS PALABRAS REPETIDAS DE LA POBLACIÓN MAXIE... XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014) ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, 2016, XXI-084, pp. 1-15 orientado al suroeste, responde a pequeñas dimensiones26 en el que se han incidido y rayado un conjunto de pequeños trazos geométricos fundamentalmente rectilíneos. No muy lejos de esta zona se estaciona el último conjunto de paneles de este sector. El S3P15, orien-tado al suroeste revela el mismo caso que acabamos de describir, aunque de dimensiones más amplias, solo fue intervenido para grabar algunas líneas rectas rayadas que en la actualidad alcanzan un acabado pulido y brillante que los hace perceptibles a una normal visión. Se han realizado a la misma altura de la que se encuentran los siguientes paneles. El S3P16, con análoga orientación que el anterior y con unas dimensiones relevantes27 posee una serie incisa líbico-canaria integrada por 6 signos, dos de ellos ligados, siendo la primera de las letras de una proporción mayor que los demás caracteres de la serie. Seguidamente se ubica el último panel de este sector (S3P17) que con orientación suroeste y con dimensiones menores28 se ha grabado sobre él lo que aparenta ser una línea líbico-canaria algo contro-vertida toda vez que no se testimonia claramente dadas las características del trazo y el actual estado de conservación. El S4 se localiza algo alejado29 del anterior S3, en coladas lávicas que se sitúan en cotas menores. Todos los paneles que lo conforman se organizan juntos en una sucesión de bloques poliédricos carac-terizados por un homogéneo desarrollo de sus formas ocupando un largo total de 2.25 m. El S4P1 se estaciona en la parte más al norte del sector, con unas dimensiones de 0.90 por 1.50 m de alto y orien-tado al sur, en su superficie se ha incidido un conjunto de trazos entre los que se distingue una línea de escritura líbico-canaria entre cuyos signos se encuentra ‘M’ escasamente representada en la isla. En el Cuchillete de Buenavista además de su personificación ligada a otros signos se ha reproducido 5 veces. Seguidamente en alineación este se sitúa el S4P2 con orientación oeste conformado por un estrecho bloque pétreo30 en el que sólo se han consumado 2 trazos rectilíneos. A 0.58 m el este y después de dos columnas basálticas de proyección vertical se instala el S4P3 orientado al sur en el que se representa un conjunto de 5 ó 6 signos —dos de ellos (‘A’ y ‘N’) ligados, en posición vertical, aunque con sentido de escritura horizontal. Adyacente a él se halla el último soporte natural intervenido por la población aborigen que se concreta en un trazo geométrico rectilíneo junto a una forma de ‘>’. Resulta llamativo que la escritura líbico-canarias exclusiva por ahora de las islas de Fuerteventura y Lanzarote contenga un conjunto importante de ligaduras patentizando así su grado de desarrollo como escritura. Identificamos 24 ligaduras en las 52 líneas que contabilizamos en Cuchillete de Buenavista. La más frecuente a nivel insular ‘AV’ o ‘AN’ es la que alcanza mayor contabilidad (6) en este yacimien-to31. De igual manera la segunda más reiterada en la isla ‘MA’ o ‘NA’ es asimismo la segunda habitual de este yacimiento (S2P4 —2 veces—, S3P2, S3P3 —2 veces—). Una ligadura escasa ‘VS’ en el ámbito insular, aquí se ha repetido en 3 ocasiones, con mayor frecuencia se anota en la isla la ligadura ‘VR’ mientras que aquí se reincide 2 veces. De distinta manera ocurre con ‘Ah’ que se encuentra bien perso-nificada y aquí solo se hay escrito en una ocasión, al igual que ‘MM’, ‘NB’. ‘AA’, ‘SV’, ‘AY’, A˄’. Las ligaduras o unión de 2 o más caracteres se entiende como recurso que existe en la escritura para realizar menor cantidad de trazos y poder escribir en un espacio menor. Igualmente se entiende que se trata de un aspecto que indica evolución en la escritura, siendo asimismo un indicador temporal de la presencia de este sistema de escritura en Fuerteventura, al poder comparar la presencia de ligaduras en los alfa-betos que existen en el Norte de África. Las ligaduras que hemos presentado como más frecuentes en Cuchillete de Buenavista ‘AN’, ‘AV’, ‘MA’, ‘NA’, ‘VS’, etc., están documentadas en el alfabeto latino, e incluso algunas de las que han sido escasamente reiteradas como ‘VR’ o ‘AY’. Llamamos la atención sobre la presencia de los dos signos quebrados (S3P1 y S3P11) en tanto se muestran ausentes en el al-fabeto latino, pudiendo ser un préstamo de la escritura líbico-bereber, del carácter ‘I’ y similar al que se 26 0.19 por 0.40 m. 27 0.71 por 3.20 m de altura. 28 0.80 por 1.90 m de alto. 29 No sabemos hacerla corresponder con algunas de las líneas citadas por W. PICHLER (2003), pudiendo ser la BI10 o BI12. 30 0.29 por 1.10 m de alto. 31 S2P4, S3P2, S3P3, S3P5 –2 veces–, S4P3. 8 María Antonia Perera Beta ncort XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014) ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, 2016, XXI-084, pp. 1-15 encuentra en Montaña de Enmedio (S1P9), aunque con un desarrollo más anguloso. Con respecto a la contabilidad de los diferentes caracteres que se citan en este yacimiento, tenemos que el signo más frecuente ‘I’ se ha reconocido 54 veces, mientras que este signo en el ámbito insular presenta una contabilidad media. A éste le sigue en frecuencia el ‘A’ con 35 unidades, además de 8 más de ligeras variantes y conformando ligaduras. El carácter ‘V’ se ha reproducido 25 veces y ‘˄’ 15, ade-más de 2 ‘VR’ como ligadura. Por su parte ‘S’ se exhibe 12 veces más 2 con formas más angulares. Con una frecuencia de 8 se halla ‘II’, ‘I I’, ‘C’, ‘M’ y ‘N’. Los 2 últimos caracteres presentan un conjunto de 9 y 3 ligaduras. El signo ‘N’ invertido se ha escrito 3 veces. En 6 líneas se reproducen los signos ‘Y’, ‘T’, ‘R’ invertida y 1 vez más a la inversa. Finalmente con tres registros se halla ‘R’, ‘D’; ‘O’ 2 veces y ‘Ç’ una sola vez. De este tedioso registro de caracteres contenidos en los soportes que acogen las expresiones rupestres en el Cuchillete de Buenavista, reflexionamos diversos extremos como es el aspecto espacial general y de cada uno de los 4 sectores que conforman este sitio arqueológico. Advertimos en este sentido que la altitud debe de ser una variable a tener en cuenta, tal y como refleja la casi totalidad de los lugares con presencia de escritura en la isla. Hemos expresado que se trata de uno de los dos yacimientos de altura que contiene ambas grafías aborígenes, pero los demás lugares igualmente han optado por cotas altas, como Montaña de Jaifa o de Enmedio, Pico de la Fortaleza, Jacomar, Morrete de la Tierra Mala, etc. Todas las expresiones que responden a escritura sea líbica-canaria o líbica-bereber se emplazan en mon-tañas o cordilleras excepto Barranco del Cavadero. Por tanto, la cota altimétrica es una norma y como tal un elemento determinante para intervenir en la organización del espacio. El S1 puede no estar relacionado con los demás sectores al fijarse bastante alejado de los demás, recluyéndose en el extremo norte de la cresta del cuchillo, representar una tipología diferentes y esca-samente personificada en la isla, así como su técnica de ejecución. Ello no implica una autoría diferente a la que ejecutó ambas escrituras, pues podría tratarse de un caso similar al de Montaña del Sombrero donde en el extremo sur existen dos siluetas de huellas o de pies elaboradas con una técnica diferente a los demás motivos que se acreditan en el yacimiento. (Igual comentario lo podemos hacer de la isla de Lanzarote con respecto a la Peña María Herrera donde igualmente está presente un motivo laberintifor-me cuya tipología o desarrollo gráfico resulta ajena a la norma insular). Este S1P1 lo tenemos en reserva en tanto pudiera ser un código de comportamiento de determinados lugares rupestres. De él destacamos los motivos orbiculares raros en la isla y escasamente representados en Lanzarote, con solo el ejemplo que acabamos de citar de Peña de María Herrera, en el municipio de Haría, así como la técnica de pi-queteado continuo. Esta técnica se ha reservado para labrar los caracteres líbico-canarios del Barranco del Cavadero, los motivos podomorfos de Montaña Tindaya y los demás ejemplos de esta tipología en la isla, una línea de escritura líbico-bereber, la única que advertimos sin estar asociada espacialmente a la grafía líbico-canaria que se instala en Montañeta de Adrián. A lo largo de 28 paneles distribuidos en 4 sectores se registran líneas de escritura líbico-canaria (en 17 de ellos), más 5 en los que este alfabeto aparece junto a líneas de signos líbico-bereber y en otros 5 paneles solo representa temática geométrica rectilínea. Con respecto a la alineación, la mayoría (12 paneles) lo hace al suroeste, 8 al sur, 4 al este, 2 al su-reste y 2 paneles al oeste y al sureste respectivamente. Mayoritariamente se ha elegido la técnica de la incisión para su ejecución (en 19 paneles), en 8 el rayado y en 1 el piqueteado continuo. A este último procedimiento responde un motivo de desarrollo laberíntico con formas circulares concéntricas, a modo de la temática tradicionalmente adscrita a la población benahoarita de La Palma. Cuchillete de Buenavista responde a la tónica insular al mostrar un mayor registro líbico-canario (en 18 paneles) frente al líbico-bereber (5 paneles). Este último siempre comparte soporte con la escritura líbico-canaria (S3P1, S3P2, S3P3, S3P12 y S3P13). La contabilidad de las líneas escritas por uno u otro alfabeto es de 52 sucesiones de signos líbico-canario (18 líneas en el S2, 32 líneas en el S3 y 2 en el S4). Con respecto a la grafía líbico-bereber existen 8 líneas localizadas en el S3. En estas superficies las dife-rentes líneas escriturarias de ambos sistemas solo hemos advertido la superposición de dos caracteres en el S3P3 ‘˄S’, sin que quede claro cuál se sobrepone. En otros yacimientos rupestres insulares como Barranco del Cavadero y Montaña del Sombrero, ambos en Fuerteventura si existe superposición, escribiéndose 9 CUCHILLETE DE BUENAVISTA. LAS PALABRAS REPETIDAS DE LA POBLACIÓN MAXIE... XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014) ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, 2016, XXI-084, pp. 1-15 el signo líbico-bereber sobre el líbico-canario. Si se yuxtaponen los caracteres de ambos sistemas y en ocasiones se concentran en un área del soporte. Asimismo no existe ningún carácter o sucesión de letras que experimenten golpes, lasqueados, rotos o mutilaciones. Quien o quienes escriben en el orden que sea tienen en cuenta la línea preexistente para incorporar la nueva traza. En ocasiones la línea líbico-bereber (S3P1) se sitúa debajo de otra líbico-canaria de las que se re-gistran 2 en el soporte o la escritura líbico-bereber, sin que ambas ocupen el mismo espacio o la última incorporación cubra la precedente. El S3P2 exhibe una ocupación reservada o secundaria de la línea líbico-bereber de 5 caracteres, al confinarse ésta en la esquina inferior derecha del soporte, mientras que el espacio central se extiende 3 sucesiones de signos gráficos líbico-canario. Por el contrario, en la superficie del S3P3, la grafía líbico-bereber se ha colocado en el lateral izquierdo de la mitad del panel, situándose 3 líneas líbico-canarias encima de ésta en el sector derecho y 5 filas en la parte inferior a la línea líbico-bereber. Llama la atención que el signo emplazado en la parte inferior se introduce parcial-mente en el interior del sigo ‘V’ líbico-latino de la línea. Este panel domina de manera clara el espacio tomado por las 8 series de signos gráficos líbico-bereber. Finalmente en este mismo sector existen 2 paneles más con escritura líbico-bereber. En uno de ellos se ha situado una línea de 4 signos debajo de otra fila líbico-canaria (S3P12), si bien esta hilera líbico-bereber ocupa una parte central en cantidad significativa del soporte. En el siguiente panel (S3P13) evidencia una organización curiosa al disponerse 2 líneas líbico-bereber en el lateral derecho del paño y otras 2 en la parte izquierda. En medio de las dos líneas situadas en la parte inferior y a ambos lados del panel se ha escrito una hilera de 3 ó 4 signos líbico-canarios. Asimismo 3 de las 4 líneas líbico-bereber presentan los mismos signos en el mismo orden, mientras que la 4ª línea alineada en la parte superior del panel reproduce los 2 signos inferiores. Advertimos que es posible que sobre éstos existan otros 2 más, ya que se trata de soportes de significa-tivo desarrollo (4 metros de altura), para los que no disponemos de material de escalada necesario a fin de estudiar de cerca los grabados y poder percibirlos de manera óptima). Todas las líneas líbico-bereber presentan un desarrollo vertical, mientras que la grafía líbico-canaria, aunque preferentemente elige la horizontalidad, se ha escrito también en desarrollo oblicuo y en vertical, aunque los signos siempre mantienen una posición de lectura horizontal, estando ausentes las líneas de caracteres invertidos. Llamamos la atención sobre las palabras que pudieran responder a antropónimos atendiendo a la propuesta de Werner Pichler (2003: 171-181) tales como ‘AUMACURAN’ (S3P2) si bien existe una va-riante (‘makuran’, ‘un akuran’), ‘TIMAMASIR’ o ‘GIMAMASIR’ y variantes (S3P2, S3P3), ‘ANÍBAL’ (S3P5) similar al registro de Morro Pinacho en donde se han escrito dos variantes (‘anbal’), yacimiento arqueológico de naturaleza rupestre visible desde Cuchillete de Buenavista; ‘Auotin’ ó ‘Auotin’ (S2P3). Pichler32 entiende que ‘TIMAMASIR’ o ‘GIMAMASIR’ es un constituyente de diversos antropóni-mos y de denominaciones de tribus como MASSYLI, MASTIENI, etc. La raíz MS(N) está muy presente en el registro líbico-canario de Fuerteventura, considerándose una variante con correspondencia en las inscripciones líbicas del norte de África. En Cuchillete de Buenavista se ha citado la existencia de ‘i-mase’ aunque no lo hemos localizado, y variantes suyas en Barranco del Cavadero (‘nugmasa’, ‘salufi’, la variante ‘masen’), Montaña Blanca de Arriba (‘mase*’), Montaña de Jaifa o de Enmedio (‘masun’), en Morro Pinacho (‘masen’ y ‘mu*asan’). A este listado recientemente hemos incorporado Jacomar (S3P3) con ‘MASACITIε’. A modo de síntesis planteamos que todos los grabados se han podido realizar adoptando una postura de pie, requiriendo algunos de ellos algún soporte de ayuda, una piedra en la que apoyarse para alcan-zar la altura en la que se ha escrito. Las sucesiones de signos que se escriben varias veces pueden ser repeticiones de una palabra o de una fórmula a modo de expresión recurrente pero no sabemos si son unidades léxicas. Pensamos que las sucesiones de signos gráficos son palabras. Las líneas que estudiamos de este u otro enclave rupestre de Fuerteventura o Lanzarote constituyen palabras sueltas, de manera excepcional unidas, tal y como sucede en el S2P4 y en el S3P3 de Cuchillete de Buenavista, en donde se vinculan 2 de ellas con el signo ‘+’. No son líneas conformadas por 2 ó más palabras yuxtapuestas y asociadas, sino por una 32 PICHLER (2003), p. 172. 10 María Antonia Perera Beta ncort XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014) ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, 2016, XXI-084, pp. 1-15 serie de signos alfabéticos vinculados espacialmente en el panel rupestre al conformar una palabra. En este yacimiento no existe grafía escrita en posición girada o vuelta, tal y como resulta habitual en otros enclaves rupestres de las islas de Fuerteventura y Lanzarote. De tratarse de un sistema escriturario creado en Fuerteventura que pasaría luego a Lanzarote o bien el mismo grupo humano llega a ambas realidades insulares, su autoría no sería bereber, que es lo que nos indica el contexto cultural de ambas islas. Los módulos constructivos, la cultura material o las propias inscripciones líbico-bereber que hemos heredado de la población indígena indica que se trata de grupos bereberes, pero de ser una creación insular o de las 2 islas, la población sería romana, capacitada para escribir en una sistema de inspiración latina. Por ello resulta más procedente pensar —ante la ausencia de otras evidencias— que se trata de una escritura traída del norte de África por bereberes romanizados pero, ¿qué lengua le pertenecería o correspondería a la escritura líbico-canaria? No parece que sea latina. ¿Si no es latina, pudiéramos pensar que la población romana hablara una lengua que no fuera suya? No parece que sea así, ¿Qué causas justificarían que la población romana asentada o pobladora de Fuerteventura y Lanzarote abandonara su lengua para adoptar como propia la líbica? Por el contrario, pensamos que pudiera tratarse de población bereber que conocien-do y usando su lengua líbica-bereber, como resultado del contacto con naturales romanos, escribiera latín dada la estrecha relación que pudieran haber mantenido con grupos romanos en el norte de África y en un periodo tardío, cuando se desarrolla el proceso de romanización del Norte de África. En Fuerteventura y Lanzarote encontramos ejemplos que evidencian una estrecha relación física entre ambos alfabetos, líbico-bereber y líbico-canario en el mismo panel y en la misma línea, entendiéndose en ocasiones como una contaminación. Igualmente pensamos en la posibilidad de que ambas líneas fueran escritas por la misma cultura e incluso por una única persona, que en avanzado estado de contacto con grupos romanos acabaran adoptándola, adaptándola y escribiéndola a la par que conservando su lengua líbico-bereber. Así podría-mos explicar la probable presencia de signos líbico-bereber en algunas sucesiones de grafía líbico-canario. En aquel entonces, cuando la totalidad de las islas canarias estaban pobladas por grupos bereberes, en correspondencia con su origen norteafricano, su lengua autóctona sería el resultado de un agrupamiento complejo de lenguas emparentadas entre sí de procedencia líbico-bereber. Fuerteventura y Lanzarote pudieron poblarse más tarde, o experimentar un repoblamiento de grupos bereberes que ya vivían en contacto con la cultura romana en el norte de África, trayendo la escritura resultante de la adopción del alfabeto latino. De ser así, el alfabeto líbico-canario se tendría que documentar en el continente africano. En Zinchekra, emplazada cerca de Germa, Líbia vive población romana junto a las comunidades libias, naturales de la zona. Como resultado de ello, por ejemplo en las pirámides de Charaig, fabricadas con ladrillos de adobe sin guisar o con piedra y barro se encuentran en superficie fragmentos cerámicos ads-critos al mundo romano junto a otros fabricados a mano, con engobe blancuzco y pintura ocre que nos recuerda a la cerámica pintadas del El Mojón, en Lanzarote. En la cima de Zinchekra se conservaban hasta el año 2000 cuando pudimos estudiar este enclave, un conjunto de estructuras tumulares junto a cazoletas, grabados de tipología podomorfa, garamantes, jinetes guerreros, inscripciones líbico-bereber, tifinagh, motivos geométricos, pentagramas, etc., así como sucesiones de signos semejantes a los carac-teres líbico-canario de Fuerteventura y Lanzarote. Todos los signos que pudimos registrar están presen-tes en ambas islas. Los sillares o bloques de piedra trabajados del anfiteatro y teatro de Sabrata, Tunez como marcas de cantería se registran signos del alfabeto líbico-bereber, así como del líbico-canario — latino del norte de África— variantes que en estas dos islas se acredita en escasa proporción. Estas ideas o contenidos pudieran contribuir parcialmente a discutir ¿qué relación mantenían ambos alfabetos?, ¿por qué esa estrecha relación en los paneles, o superposiciones de técnicas como sucede en el Barranco del Cavadero donde la ‘A’ piqueteada se ha realizado sobre la ‘A’ incisa, o la figura podomorfa piqueteada se ha ejecutado sobre una ‘A’ líbico-canaria en Cueva Palomas, en Lanzarote, o bien en las ocasiones que ha podido constatarse los caracteres líbico-bereber se han grabado sobre los líbico-canarios. Pensamos que la respuesta se encuentra en que ambos sistemas responden a una única autoría. En algunos paneles, las líneas de signos de ambos alfabetos muestran un curioso ensamble o articu-lación (S3P1, S3P2, S3P3 y especialmente el S3P13), al igual que en soportes con solo grafía líbico-canaria donde ésta muestra una curiosa conjunción (S2P3 y S3P3), una organización espacial caracteri-zada por la libre disposición ordenada de sus líneas (S2P2), o bien destaca la repetición de palabras en 11 CUCHILLETE DE BUENAVISTA. LAS PALABRAS REPETIDAS DE LA POBLACIÓN MAXIE... XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014) ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, 2016, XXI-084, pp. 1-15 el mismo panel o en varios soportes. Esta característica iterativa la poseen los dos sistemas de escritura, aunque el líbico-canario lo expresa con mayor énfasis. La presencia del sistema líbico-canario por ahora exclusiva en las islas de Fuerteventura y Lanzarote pudiera indicar la no llegada a las demás islas de población bereber que en el continente vive en contacto con poblaciones romana —ignorando en qué grado de convivencia pacífica o bélica. Una cuestión es abordar el origen y procedencia de la escritura líbico-canaria de Fuerteventura y Lan-zarote y su relación con el sistema líbico-bereber presente en todas las islas canarias. Y otra es desarrollar propuestas convincentes del protagonismo que desempeñan las piedras como recurso para organizar el territorio. La persona o la comunidad que elige un lugar para grabar, una piedra como soporte grabatorio recurre a la escritura o a una más amplio espectro temático para organizar y estratificar el territorio. Con su intervención le aporta un significado expreso en este caso a la cordillera Cuchillete de Buenavista, y le proporciona un valor cultural sin que podamos precisar si su matiz responde a una naturaleza política, económica, cultual, etc., en tanto coopera a sistematizar y estructurar el espacio del propio yacimiento y el circundante, antropizándolo e integrándolo en su organización territorial. Ignoramos si la intervención rupestre caracterizada por distinguir o escoger unos soportes pétreos entre otros responde a una planificación previa o se trata de una elección libre donde los bloques que no se han grabado pero están dotados de características físicas similares a los elegidos para trazar signos, poseen un valor similar a los silencios en un acorde musical, en el que también éstos marcan la pauta y organizan la música al formar parte de ella, posibilitando su existencia. Resulta determinante lo que se escribe, dado que se trata de la finalidad más pura, pero también tras-ciende el lugar en que se escribe. Si la escritura adopta las características del área en la que se emplaza, es la propia orografía la que determina su elección, o es la escritura la que proporciona de manera exclu-siva el valor a los yacimientos arqueológicos. De tratarse de un enclave con cierto componente sagrado o cultual, éste deriva del significado y contenido escriturario o participa también o de manara exclusiva de las connotaciones mágicas que pudiera tener las cotas altas de montañas y cordilleras. Los grabados localizados en estas elevaciones ya adquieren naturaleza sagrada que pudiera estar implícita en su geo-grafía. Ignoramos si la relevante aglomeración de manifestaciones culturales indígenas que se agolpan en la franja este de esta zona de Fuerteventura se sustenta en la presencia del Barranco de la Torre, y si éste, con su curso de agua permanente, determinó el establecimiento de la división dual de la isla al menos en una etapa próxima a su conquista en 1403. En este contexto llamamos la atención del carácter de fortaleza que posee el denominado yacimiento de Rosita del Vicario y la configuración de torre que le han asignado algunas personas investigadoras, entre ellas Sebastián Jiménez Sánchez. A este propósito apuntamos el carácter de frontera de reinos o jefaturas que adquiere el Barranco de la Torre limitado en su desarrollo norte por el Cuchillete de Buenavista, y por consiguiente la estructura arquitectónica em-plazada en su margen derecha, así como todos los yacimientos de esta área (Altos de Miraflor, Corrales de Miraflor, Tamia, Corrales de la Torre, las estructuras de base circular de piedras hincadas de Alares, los módulos arquitectónicos de base circular de piedras hincadas con suelo empedrado de Montaña de María Hernández, etc.). ¿El yacimiento rupestre de Cuchillete de Buenavista participa de este contexto político? Éste se entiende embutido en el paisaje arqueológico en el que contribuye a su estructuración. Pensamos que para la población aborigen la orografía de Cuchillete de Buenavista es una variable rela-tivamente determinante, ya que lo que nos parece concluyente es la presencia del Barranco de la Torre y su permanente acuífero. Este trabajo contribuye a conocer la diversidad escrituraria de la población maxie de Fuerteventura y sus preferencias territoriales, a la vez que la propia escritura entendida como recurso maleable para orga-nizar y humanizar el paisaje. Es importante el contenido escriturario, pero también el lenguaje implícito en la relación dialéctica que mantiene la escritura con un conjunto de elementos tales como la orografía, espacio y situación, además de establecerla con los asentamientos, unidades tumulares, paredes, etc. en base a una estructura y necesidades sociales determinadas y determinantes. Nos parece que su particular orografía rematada en su cumbre por la disposición de bloques basálticos de significativo desarrollo, que van conformando terrazas o franjas entre unas y otras coladas volcánicas, no resulta determinante, tal y como hemos expresado anteriormente, o bien su situación geográfica. Esa 12 María Antonia Perera Beta ncort; XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014) ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, 2016, XXI-084, pp. 1-15 particular topografía debe encajar con la cosmogonía con la que participan las manifestaciones rupestres y con las relaciones sociales que experimenta la isla en la época en la que se escribe en Cuchillete de Buenavista. Tal es así que de existir una elevación aislada, y no una cordillera, los grabados se habrían realizado igualmente si implícito en ellos se encuentra un carácter político, de apropiación, etc. El estudio de este enclave nos permite añadir sus signos escriturarios adscritos al alfabeto líbico-be-reber y al líbico-canario al recuento general que se elabora en el ámbito del Archipiélago, previo al estu-dio global de ambas grafías a nivel insular. Con respecto a la escritura líbico-canaria, la investigación se adscribe al ámbito de Fuerteventura y Lanzarote al ser éste el territorio en el que por ahora se documenta este alfabeto. La población bereber que la emplea en su escritura no parece que poblaran las demás islas del archipiélago, si bien esta propuesta posee carácter temporal hasta que la escritura líbico-canaria de localice en alguna de ellas, probablemente aquellas islas que experimentan un aporte poblacional tardío. Nota El trabajo arqueológico de campo desarrollado para cumplimentar esta publicación forma parte del “Proyecto Intervenciones Arqueológicas de documentación y reproducción de manifestaciones rupestres y prospección en el ámbito de la isla de Fuerteventura” que constituye la tercera parte de la fase IV del proyecto que afecta al Archipiélago de Canarias, autorizado por la Dirección General de Cooperación y Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias mediante resolución número LRS2012KA00062 de fecha 12 de marzo de 2012, así como los trabajos de campo efectuados en Fuerteventura sin que mediara para ello autorización alguna y al objeto de redactar la Carta Arqueológica y Etnográfica de Fuerteventura, durante los años 1984-1993, así como la tesis doctoral de una de las autoras. Anexo fotográfico Foto n.º 1. Ladera sureste de Cuchillete Buenavista. Estructura arquitectónica número 1. Al fondo cima del Cuchillete. Foto: María Antonia Perera. 13 CUCHILLETE DE BUENAVISTA. LAS PALABRAS REPETIDAS DE LA POBLACIÓN MAXIE... XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014) ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, 2016, XXI-084, pp. 1-15 Foto n.º 2. Vista del Sector 2 y Sector 3 desde el Sector 4. Foto: María Antonia Perera. Foto n.º 3. Panel 2 del Sector 3. Tres líneas líbico-canario en horizontal y una vertical líbico-bereber en la parte inferior derecha del soporte. Foto: María Antonia Perera. 14 María Antonia Perera Beta ncort XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014) ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, 2016, XXI-084, pp. 1-15 Foto n.º 4. Vista del Panel 3 del Sector 3. Contiene siete líneas líbico-canarias y una líbico-bereber. Foto: María Antonia Perera. Foto n.º 5. Panel 13 del Sector 3. Contiene dos líneas líbico-bereber y una líbico-canaria. Foto: María Antonia Perera. 15 CUCHILLETE DE BUENAVISTA. LAS PALABRAS REPETIDAS DE LA POBLACIÓN MAXIE... XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014) ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, 2016, XXI-084, pp. 1-15 BIBLIOGRAFÍA BELMONTE, J.A.; SPRINGER BUNK, R. y PERERA BETANCORT, M.A. (1998). “Análisis estadístico y estudio compa-rativo de las escrituras líbico-beréberes de las Islas Canarias, el noroeste de África y el Sahara”. Rev. Acad. Canar. Cienc., X, La Laguna, pp. 9-33. BELMONTE, J.A.; PERERA BETANCORT, M.A. y GONZÁLEZ GARCÍA, C. (2010). “Análisis estadístico y estudio genético de la escritura líbico-bereber de Canarias y Norte de África. VII congreso de Patrimonio de Lanzarote” Arrecife. CRIADO HERNÁNDEZ, C. (1991). La evolución del relieve de Fuerteventura. Puerto del Rosario: Servicio de Publicaciones del Excmo. Cabildo Insular de Fuerteventura. FARRUJIA DE LA ROSA, J.A.; PICHLER W.; RODRIGUE, A. y GARCÍA MARÍN, S. (2009). “Las escrituras líbico-bereber y latino-canaria en la secuenciación del poblamiento de las Islas Canarias”. El Museo Canario, LXIV. Las Palmas de Gran Canaria, pp. 9-50. LEON HERNÁNDEZ, J.; PERERA BETANCOR, M.A. y ROBAYNA FERNÁNDEZ, M.A. (1988). “La importancia de las vías metodológicas en la investigación de nuestro pasado, una aportación concreta: los primeros grabados latinos hallados en Canarias”. Tebeto, 1. Fuerteventura, pp. 129-202. PERERA BETANCORT, M.A.; SPRINGER BUNK, R. A. y TEJERA GASPAR, A. (1997). “La estación rupestre de Femés, Lanzarote”. Anuario de Estudios Atlánticos, 44. Madrid-Las Palmas, pp. 19-65. PERERA BETANCORT, M.A.; SPRINGER BUNK, R. A.; CEJUDO BETANCORT, M. Y LEÓN HERNÁNDEZ, J. (1999). “Las inscripciones líbico-bereberes de la isla de Lanzarote.” VIII Jornadas de Estudios sobre Lanzarote y Fuerteventura. Tomo II. Historia del Arte, Literatura, Lengua, Prehistoria, Arqueología. pp. 489-519. PICHLER, W. (2003). Las inscripciones rupestres de Fuerteventura. Traducción Marcos Sarmiento Pérez y Elena Alsó Juan. Puerto del Rosario, Fuerteventura: Servicio de Publicaciones del Cabildo Insular de Fuerteventura. VV.AA. (2011). Grabados rupestres de Fuerteventura. Puerto del Rosario: Cabildo de Fuerteventura. Mapa Geológico de España 1:50.000 Puerto de Cabras, n.º de mapa nacional 1.106-1.107, n.º Orden de Publicación 183. Insti-tuto Geológico y Minero de España en colaboración con el Instituto Lucas Mallada de Investigaciones Geológicas C.S.I.C.
Click tabs to swap between content that is broken into logical sections.
Calificación | |
Título y subtítulo | Cuchillete de Buenavista. Las palabras repetidas de la población Maxie de Fuerteventura = Cuchillete of Buenavista. The repeated words of the maxie population of Fuerteventura |
Autor principal | Perera Betancort, María Antonia |
Entidad | Cabildo de Gran Canaria |
Publicación fuente | XXI Coloquio Historia canario - americana |
Numeración | Coloquio 21 |
Sección | Arqueología |
Tipo de documento | Congreso y conferencia |
Lugar de publicación | Las Palmas de Gran Canaria |
Editorial | Cabildo Insular de Gran Canaria |
Fecha | 2014 |
Páginas | pp. 0914-0925 |
Materias | Congreso ; Historia ; Canarias ; América ; Inscripciones ; Líbico-canario ; Líbico-bereber |
Enlaces relacionados | http://coloquioscanariasamerica.casadecolon.com/ |
Notas | Se estudia un yacimiento rupestre, emplazado en las coladas de lava en la cima de una cordillera, que posee inscripciones líbico-canario y líbico-bereber. Toda la grafía líbico-bereber se sitúa en un solo sector y siempre compartiendo superficie con la otra. Se investiga la relación entre ambos alfabetos probablemente escritos por el mismo grupo humano. |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 6363592 Bytes |
Texto | XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014) ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, 2016, XXI-084, pp. 1-15 1 © 2016 Cabildo de Gran Canaria. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional. * Doctora en Prehistoria. Cabildo Insular de Lanzarote. Calle León y Castillo, 6. 35500. Arrecife, Lanzarote. España. Teléfono: +34928810100 extension 3010; correo electrónico: nonaperera@cabildodelanzarote.com CUCHILLETE DE BUENAVISTA. LAS PALABRAS REPETIDAS DE LA POBLACIÓN MAXIE DE FUERTEVENTURA CUCHILLETE OF BUENAVISTA. THE REPEATED WORDS OF THE MAXIE POPULATION OF FUERTEVENTURA María Antonia Perera Betancort* Cómo citar este artículo/Citation: Perera Betancor, M. A. (2016). Cuchillete de Buenavista. Las palabras repe-tidas de la población Maxie de Fuerteventura. XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014), XXI-084. http://coloquioscanariasmerica.casadecolon.com/index.php/aea/article/view/9564 Resumen: Se estudia un yacimiento rupestre, emplazado en las coladas de lava en la cima de una cordillera, que posee inscripciones líbico-canario y líbico-bereber. Toda la grafía líbico-bereber se sitúa en un solo sector y siem-pre compartiendo superficie con la otra. Se investiga la relación entre ambos alfabetos probablemente escritos por el mismo grupo humano. Palabras clave: cordillera; inscripciones; líbico-canario; líbico-bereber; asociación; paneles Abstract: It is studied a Rock art site, situated in a casting of lava at the top of a mountain range, which has lybian-canaria and lybian-bereber writings. All the spelling lybian-bereber it´s found only in one sector, always sharing surface with the other one. It´s investigated the relation between both alphabets probably written by the same human group. Keywords: mountain range; inscription; lybian-canario; lybian-bereber; association; panels Introducción Este yacimiento arqueológico eminentemente rupestre mantiene la pauta de la generalidad de las unidades escriturarias de la isla, al albergar líneas de signos gráficos pertenecientes a ambos sistemas alfabéticos presentes en ella, líbico-canario y líbico-bereber. Este registro resulta similar al de los yaci-mientos Barranco del Cavadero, Morro de la Galera, Montaña Blanca de Arriba, Montaña del Sombrero y Morrete de la Tierra Mala, todos ellos sitios rupestres de Fuerteventura. Por el contrario, se ha escrito solo grafía líbico-canaria en Pico de la Fortaleza, Montaña de Enmedio o Jaifa, Morro Pinacho y Jaco-mar. Conocemos un único enclave —Montañeta de Adrián— con una línea de caracteres gráficos líbico-bereber, asociada a diversos paneles con motivos incisos geométricos, preferentemente de desarrollo rectilíneo. El balance que presenta uno y otro alfabeto varía con respecto al que se constata para Lanzarote, donde la norma refleja que la mitad de los yacimientos escriturarios acoge exclusivamente grafía líbico-bereber. Cuchillete de Buenavista responde a un sitio rupestre parietal de altura, ya que las intervenciones en las paredes de piedra natural se ubican en la cresta del citado cuchillo, siendo por ello uno de los dos lugares presentes en la isla que aloja los dos abecedarios localizados en una unidad geográfica de cordi-llera. Si bien, la totalidad de los yacimientos con signos gráficos de la isla se estaciona en puntos altos, excepto el Barranco del Cavadero. María Antonia Perera Beta ncort 2 XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014) ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, 2016, XXI-084, pp. 1-15 Situación El yacimiento se instala en las partes altas de Cuchillete de Buenavista, aunque la unidad geográfi-ca de acogida cultural es la cordillera. La existencia estrictamente rupestre queda reducido a la cresta, tomamos en consideración las diferentes unidades arqueológicas arquitectónicas que se ubican en su entorno y la convicción —siguiendo el patrón insular— que lo determinante para elegir éste y otros lugares de la isla para grabar es la altitud, la cota que alcanza, en este caso, la cordillera establecida en 350 m.s.n.m. Ésta se despliega en el área central del este insular con una proyección perpendicular a la costa, al sur de la Rosa del Taro y contiguo y en el mismo escenario que Montaña Blanca de Arriba y Montaña del Sombrero, ambos yacimientos arqueológicos rupestres con inscripciones de ambos siste-mas escriturarios. Por sus lados norte y noroeste se extiende la llanura que conecta con la localidad de Triquivijate, y posee un relevante remate rocoso basáltico augítico-olivínicos que corresponde a la Serie I con una edad entre 22 —13 millones de años. Se asienta en extremo sur del edificio en escudo norte, septentrional o Tetir cuya parte más elevada se situaba en la zona de Los Molinos— La Parcelas. Es un relieve residual del proceso de erosión del mencionado edificio volcánico. Contenido y entorno arqueológico El yacimiento rupestre, tal y como hemos adelantado, se instala en la cresta del cuchillete en su alineación sur, desde donde se domina el curso del Barranco de la Torre y los yacimientos arqueológi-cos que jalonan su trayectoria acuífera. La consideramos la zona más antropizada de la cultura maxie en Fuerteventura, al establecerse en ella fundamentalmente asentamientos de significativa envergadura como son Los Corrales de la Torre, Rosita del Vicario, Altos de Miraflor, etc. De igual manera se trata del sector con el más alto índice de contenido rupestre alfabetiforme, aglutinando en su espacio más próximo los yacimientos de Morro Pinacho, Montaña del Sombrero, Montaña Blanca de Arriba, además del propio Cuchillete de Buenavista. De las unidades arqueológicas habitacionales destacan la significa-tiva amplitud de conjuntos constructivos, destacando el tamaño de los bloques basálticos que conforman las diferentes unidades arquitectónicas, especialmente las destinadas a habitación. Del mismo modo se anotan diversos Asientos, estructuras de formato de tendencia elipsoidal o circular conformadas por pie-dras hincadas —que hemos identificado en otros trabajos como efequenes—, otras unidades similares cuyo interior se halla parcialmente empedrado y diversos módulos edificatorios de tipo tumular. En la cima de Cuchillete de Buenavista se dispersa un conjunto de 8 unidades de factura tumular para cuya construcción se ha elegido piedras de conformación elipsoidal similares entre sí, aunque los diferentes módulos de obra presentan variado desarrollo, pero similar tipología. Comienzan a emplazarse desde la cresta norte hasta el área en la que se ubica el sector 4 de este enclave rupestre. En la ladera sur del cuchillo y orientado hacia el despliegue del Barranco de la Torre se instalan distintos dispositivos arqui-tecturales de función ganadera con registro de material arqueológico en superficie adscrito a la cultura indígena. Igualmente hemos advertido la existencia de un fragmento de pared, que pudiera tratarse de la división física de los límites pertenecientes a uno u otro reino —Guise y Ayose— de la isla. Posee un sistema constructivo similar a la de La Pared de Jandía, aunque en este caso sus diversos extremos se hallan mutilados no pudiéndose localizar su inicio y final, si bien permanecen diversos tramos o frag-mentos de ella. Desde este lado sur, Cuchillete de Buenavista resulta de difícil acceso dado el escarpe del terreno, el tamaño que alcanzan las diferentes coladas que se superponen y que conforman el edificio basáltico, la descomposición del suelo y su pronunciada pendiente. Por la cara norte resulta más fácil alcanzar la cima, existiendo por esta parte 2 acumulaciones de piedras asociadas a material arqueológico aborigen, que pudieran corresponderse con módulos tumulares o acumulaciones de piedras, entendiendo por ello una unidad arqueológica de función cultual, similar a multitud de otras que se dispersan por la geografía insular. En el Llano de Triquivijate y próximo a las laderas norte del Cuchillete de Buenavista se ubica otra construcción1 de desarrollo complejo debido a su estado de preservación. En él se distin- 1 28R0605197/313143009. 3 CUCHILLETE DE BUENAVISTA. LAS PALABRAS REPETIDAS DE LA POBLACIÓN MAXIE... XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014) ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, 2016, XXI-084, pp. 1-15 guen 3 unidades conectadas entre sí por cimientos, respondiendo una de ellas a un perfil de cista. En este mismo Llano de Triquivijate y en suelos más cercanos a la actual carretera que comunica la localidad de Triquivijate con Caleta de Fuste se encuentran similares unidades de obra. Se conserva a nivel de cimientos y algunas de sus paredes adquieren una proyección curva o recta formando varias esquinas. En esta misma base llana del cuchillete se disponen aisladas entre sí dos piedras hincadas y calzadas, si-milares a las que se encuentran en los márgenes del Barranco de la Torre o bien en la zona de Las Nieves en la isla de Lanzarote. Vemos pues que las unidades arqueológicas vinculadas espacial y culturalmente con este yacimiento rupestre se conforman principalmente de disposiciones tumulares y acumulaciones de piedras situadas en su ladera norte y en la cresta del cuchillo. Con respecto a la llanura sur y al curso del Barranco de la Torre resaltamos el carácter defensivo que refleja la unidad arquitectónica principal del yacimiento Rosita del Vicario territorialmente vinculada a los límites de los dos reinos que transcurriría desde el Barranco de la Torre al Barranco de la Peña, desarrollándose desde una costa a otra de la isla, en consonancia a lo que sucede con La Pared de Jandía, aunque probablemente y en base a nuestra propuesta poseería más connotaciones económicas que el carácter político de la división de dos jefaturas. Contenido: inscripciones, técnicas, orientación, otras temáticas Estrictamente la intervención rupestre se emplaza en las 3 últimas superposiciones de coladas ba-sálticas con las que se remata la cúspide del cuchillo. Consta de 28 paneles (a partir de ahora “P”), organizados en 4 sectores (a partir de ahora “S”) atendiendo a su criterio de distribución, que a su vez contienen 1, 6, 17 y 4 paneles respectivamente. De los 28 paneles de los que a día de hoy conocemos de este yacimiento en estudio, 18 de ellos presentan líneas de signos gráficos líbico-canario2; 4 soportes contienen además de la escritura líbico-canaria, grafía líbico-bereber3 un panel representa un motivo geométrico conformado por formas circulares concéntricas ejecutados con un piqueteado continuo ade-más de lo que pudiera ser signos sueltos líbico-canarios y líbico-bereber. En otro panel4 existe al menos un signo suelto líbico-bereber y los 4 paneles restantes se han cumplimentado con motivos geométricos5. El compendio y las características de cada uno cambian notablemente, a pesar de la presencia de una cierta homogeneidad en el compendio escriturario de algunos soportes acogidos en la parte gruesa o más importante desde la óptica cuantitativa y documental del yacimiento, comprendida en los sectores 2 y fundamentalmente el 3. El S1 se asienta en el extremo oeste de la cresta, mientras que los demás se van instalando en direc-ción este, mientras la ubicación de algunos de ellos baja de cota. El P1 del S1 se compone de un solo panel que pudiera contener un signo suelto de cada uno de ambos alfabetos, si bien lo que más llama la atención es un motivo de desarrollo laberíntico conformado por 4 figuras circulares o elipsoidales que se han ejecutado con la técnica del piqueteado continuo. El soporte, de mediano formato6 acoge en la parte inferior central a esta intervención, además de presentar en el área superior diversos trazos que pudieran corresponder con grafía líbico-bereber o líbico-canaria o bien líneas geométricas rectilíneas que casualmente derivan en una sucesión de letras líbico-canario. Al contrario, el signo líbico-bereber que identificamos corresponde a la letra latina ‘B’, en su formato rectangular, por lo que atendiendo a su representación (rectángulo en cuyo interior de sitúa una cruz) y la circunstancia de que se encuentra sola, sin superposiciones resulta imposible que el resultado sea casual, pudiéndose contabilizar como signo aislado. Algo alejado de éste se sitúa el S27 conformado por 6 paneles. Exceptuando el primero en el que se ha representado lo que pudiera ser una ‘S3’, los demás soportes albergan en su totalidad grafía 2 S2P2, S2P3, S2P4, S2P5, S2P6, S3P4, S3P5, S3P6, S3P7, S3P8; S3P9, S3P10, S3P11, S3P13, S3P16, S3P17, S4P1 y S4P3. 3 S3P1, S3P2, S3P3 y S3P12. 4 S2P1. 5 S3P14, S3P15, S4P2 y S4P4. 6 1.45 por 1.20 m. 7 280603731/3142132. 4 María Antonia Perera Beta ncort XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014) ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, 2016, XXI-084, pp. 1-15 líbico-canaria confeccionada con la técnica incisa. El S2P2, de pequeño formato8 acoge a una serie de 6 signos de desarrollo oblicuo en sentido izquierda-derecha de los que llama la atención el último dado su menor tamaño, dándose así un ejemplo de la constante centrada en la preferencia de cambiar el tamaño de las letras dentro de una misma línea. Ésta posee una ‘A’ invertida y otra ordenada. El S2P3 es uno de los paneles más atractivos del panorama insular dada la cantidad de líneas (7 u 8) que aloja, su orga-nización en el plano del soporte, la existencia de superposiciones, sin que sea posible determinar cuál se encuentra debajo o arriba de la otra con los medios técnicos de los que disponemos, disposición en sentido vertical, con trayectoria de escritura horizontal y recta, además de reproducirse dos signos ‘O’ de consumada manufactura incisa contraviniendo la norma de representarlos con formas angulosas frente a las redondeadas. Tres de las sucesiones de signos resultan idénticas, lo que pudiera dejar entrever la existencia de una planificación en la repetición del encadenamiento y orden de signos gráficos. En la alineación este de este panel y a unos 50 m de distancia se sitúa el S2P4 (de significativas dimensiones alcanzando los 2.80 por 1.80 m de alto), que asimismo presenta diversas peculiaridades que enumera-mos. En este soporte se han escrito 5 líneas en diferente sentido de escritura y lectura. De ellas destacan 2 por estar unidas con un carácter (+) que hemos documentado en otros yacimientos escriturarios de la Isla, aparentando ser o funcionar como una conjunción. La primera línea acoge 7 signos y 5 la segunda, exhibiendo ambas dos ligaduras. Estas líneas se han consumado con incisiones superficiales por lo que han adquirido una tonalidad más clara que el plano del soporte. El S2P5 (con medida de 3.10 por 1.80 m de alto) como resultado del rayado con el que se han plasmado los trazos escriturarios éstos poseen una tonalidad más albúmina. Contiene una serie de signos en proyección oblicua compuesta por un carácter separado y al menos 6 de los que tres de ellos pueden ser tomados por ligaduras. Uno de los signos de ‘A’ se ha representado invertido, estando a su vez uno afectado por un lasqueado natural debido a la erosión que experimenta el soporte caracterizado por desprenderse una capa superficial de la piedra. El último panel de este sector (S2P6) resulta más complejo aunque contiene menor número de sucesiones de signos gráficos. En la parte superior izquierda se halla una línea conformada por 5 signos, el primero reproducido en posición invertida. Separado de esta unidad se localiza otra correlación de 4 signos. En la parte más inferior se puede observar la existencia de otra hilera de difícil identificación dado su su-perficial rayado, empleado como técnica de escritura, aunque perfectamente se observa la presencia de un signo de desarrollo vertical de línea quebrada, atravesado su parte inferior por un corto trazo. A su derecha se halla un dibujo de estrella de 6 puntas. Todos los signos de este segundo sector se ha realizado con técnica incisa excepto el P5 que el resultado del rayado, con un total de 18 líneas líbico-canarias y posiblemente un signo suelto de adscripción líbico-bereber, al que ya nos hemos referido. En dirección este y en otro piso de la sucesión de coladas basálticas en diferente cota se sitúa el S3, el más profuso del enclave. Está conformado por bloques basálticos de significativo desarrollo poliédrico del que destaca la limpieza de sus formas geométricas. De igual manera se han elegido soportes provis-tos de caras con superficies homogéneas, aunque no todas ellas albergan expresiones rupestres. Si bien se han desechado superficies de similares características físicas, en su conjunto este sector comprende 17 paneles, en su mayoría con registro líbico-canario, y de igual manera es donde se concentra la pre-sencia de sucesiones de signos gráficos líbico-bereber que posee este yacimiento. El S3P19 es un panel de significativo desarrollo10, cuya superficie útil resulta inferior. Contiene una línea de caracteres en la parte alta del lado derecho surtida por 5 signos, el último de los cuales responde a una tipología quebrada, de las que existen escasos ejemplos en la isla. Debajo del antepenúltimo sig-no comienza una hilera de 4 signos líbico-bereber, pero el último de ellos permanece algo separado. A su vez, en la parte inferior izquierda se conserva otra sucesión de signos gráficos formada por 5 letras, teniendo la ‘S’ un acabado anguloso, al igual que la totalidad de los signos excepto dos ‘I’ que se inter-calan en la línea. En este soporte se articulan líneas de signos de ambos alfabetos. A 4 m de distancia en dirección suroeste dispone el S3P2 compuesto por un bloque basáltico de significativo desarrollo11. Se 8 0.45 por 0.58 m de alto. 9 28325930/13562985. 10 0.60 m por 3.50 m de alto. 11 Cuyo ancho es de 0.52 por 3.20 de altura. 5 CUCHILLETE DE BUENAVISTA. LAS PALABRAS REPETIDAS DE LA POBLACIÓN MAXIE... XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014) ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, 2016, XXI-084, pp. 1-15 trata de otras de las superficies en las que se han escrito con ambas representaciones de signos alfabéti-cos, por lo que es posible teorizar sobre la articulación espacial que se manifiesta entre ambos sistemas, reflejándose la casi subordinación del espacio que ocupa la línea de desarrollo vertical líbico-bereber. Asimismo contiene lo que interpretamos como una palabra que se ha escrito en otro yacimiento de la isla y que pudiera responder a un antropónimo, atendiendo a la propuesta de Werner Pichler12. En la porción superior hay una hilera de signos líbico-canarios conformada por 8 signos (‘TIMAMASI’), que algo más abajo se repite añadiéndose un signo nuevo al final (‘AMAMASIR’) a la vez que las 3 últimas letras cambian de tamaño, alcanzando una escala superior en su hechura. En la parte inferior se ha escrito (‘AUMACURAN’) que al igual que la palabra anterior pudiera res-ponder a otro antropónimo13. En este caso se recurre a 2 ligaduras, representándose los 2 signos últimos —ligados— de un tamaño superior. En el extremo inferior derecho se ha reproducido en desarrollo ver-tical una hilera de 5 signos líbico-bereber de manufactura incisa, aparentando una cierta característica de permanecer recluida. Muy próximo a éste y en dirección suroeste se ubica el soporte (S3P3) con características similares de las dos últimas unidades de paneles que hemos descrito. Comparte medidas14, y se alinea al suroeste. En su fragmento superior de ha escrito una línea líbico-canaria agregada de 7 signos. Debajo hay un signo inciso (+) idéntico al que ya hemos citado. A su vez, en su fracción inferior se ha escrito otra hilera similar a las del panel anterior (‘TIMAMASIN’) recurriendo a una ligadura —ausente en los registros anteriores—. Inmediatamente en orden subyacente se ha repetido la línea que encabeza el panel. A su iz-quierda se conserva una hilera de tratamiento vertical de caracteres líbico-bereber, en la que el signo que se posiciona en su parte inferior mantiene una estrecha relación con una de las seis letras líbico-canarias que se ha reproducido en desarrollo horizontal. Se peculiariza porque la primera y segunda letra son de mayor tamaño y el último signo líbico-bereber casi se encuentra en el interior de la ‘V’ líbico-canaria. A su derecha se registra una reiteración de ‘TIMAMASIR’, ligando las letras ‘A’ con las ‘M’. A su izquier-da y en un espacio inferior se hallan 2 líneas líbico-canaria, para finalizar con otra situada a la derecha de esta misma escritura, para la que se ha recurrido a una ligadura ‘VR’, con unas mayores medidas. Muy próximo a éste y a 0.70 m del antepuesto está el S3P4 en una superficie orientada al sur de un bloque15. Los signos del panel son líbico-canarios, representándose con un rayado que deja un surco muy claro y tenue, dos líneas. La ceñida en la parte superior posee 6 letras reproducidas en sentido horizontal de las que una es ‘T’, casi ausentes en otros yacimientos16, con inscripciones de la isla y que en este sitio se encuentra bien representada, al haberse reproducido al menos en 6 ocasiones17; si bien conocemos aunque no tenemos localizada la línea ‘IATATAN’ siendo los 2 últimos caracteres una ligadura. La ‘T’ normalmente se representa con la grafía ‘ү’ aunque con la línea vertical recta. En la línea inferior se constata el mayor tamaño de la primera letra. A continuación de este panel se ubica el S3P5, que si bien se encuentra en un bloque basáltico de significativo largo18, la superficie que se ha tenido en cuenta para grabar es de 1.70 m de alzada. El las-queado natural producido por agentes atmosféricos y por las características naturales de la superficie rocosa ha repercutido en los grabados, afectando a dos líneas de las 4 existentes. Contiene 7, 6, 5 y 5 signos respectivamente, siendo preferentemente el carácter “V” invertido, ligaduras de “A” y “V” y II. La técnica incisa que se ha empleado para su manufactura es muy superficial manteniéndose una co-loración clara con respecto a la superficie de la piedra. Seguidamente se localiza el S3P619 orientado al este, siendo el mismo bloque pétreo que el panel anterior. Se ha intervenido con un rayado cuyo surco posee una tonalidad muy clara que resalta de la oscura superficie de la losa. En ella y con significativo 12 PICHLER (2003), p. 172. 13 PICHLER (2003), p. 173. 14 Ya que éste alcanza un ancho de 0.82 por 3.26 m de alto. 15 De 0.90 m por 3.26 de alto. 16 Documentándose solo una vez en Morro Pinacho y otra en Barranco Cavadero, dos de los yacimientos con mayor cantidad de sucesiones de signos gráficos líbico-canario. 17 S3P2 2 veces, S3P3 2 veces, S3P4 una vez y S3P13 una vez. 18 0.66 por 3.20 m de alto. 19 0.42 por 1.77 m de alto. 6 María Antonia Perera Beta ncort XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014) ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, 2016, XXI-084, pp. 1-15 formato se han grabado 6 signos líbico-canario de significativas dimensiones que conforman 2 líneas de 2 y 4 signos, ligeramente desplazadas una de la otra fila. La representación adquiere una disposición oblicua quedando el segmento izquierdo de la primera línea en el lado superior izquierda del panel y en una posición inferior y a la derecha el desarrollo de la segunda línea. A continuación de esta columna se sitúa el S3P7, pequeño panel20 en el que se han rayado 3 signos líbico-canarios de tamaño significativo que con el paso del tiempo poseen una estría muy brillante. Al este del S3P6 y a 4 m de él se ubica un bloque basáltico natural21 en el que ha alineado una sucesión de signos líbico-canarios de muy difícil percepción en una zona estimada de 1.50 m de alto. Las notas de campo tomadas y el contraste de la documentación gráfica nos indican la presencia de al menos 6 signos, uno de los cuales es una ligadura (‘M’ + ‘A’). La técnica de rayado elegida, el reflejo más claro y la brillantez que adquiere el trazo dificultan una clara visión para obtener una certera intervención rupestre. A 0.72 m al este y empleando la misma técnica que el panel anterior se localiza el S3P9 con un rayado muy superficial en el que pueden diferenciarse 2 líneas de caracteres, una de ellas conformada por 4 signos y otra es 1 solo que bien pudieran ser 2. Contiguo a éste se ubica el siguiente S3P10 que siguiendo la tónica de este sector lo conforma un bloque poliédrico22. En él existe una línea de 2 signos escritas en proyección oblicua y algo más abajo y afectado por exfoliaciones naturales de la superficie de la piedra hay 2 ó 3 signos incisos que conserva el mismo color que la superficie del soporte pétreo. Es probable que uno de los signos sea una ligadura ‘A’ doble o bien una ‘I’ y una ‘A’. Los 4 paneles siguientes23 muy próximos entre sí se ubica el S3P11 y S3P12 uno a continuación del otro. El primero S3P11 orientado al este24 posee un conjunto de letras líbico-canarias dispuestas en sentido vertical computándose 4 de ellas. A su derecha se ubica el S3P12 con una letra ‘V’ en la parte superior bajo la cual se instala una sucesión de signos líbico-canarios conformada por 5 caracteres de los que destaca el último por ser el de desarrollo quebrado, de limitado registro ya que aunque con diferente trayectoria solo se documenta en este yacimiento y otra tipológicamente muy parecida en Montaña de Jaifa o de Enmedio, en esta isla, donde el signo es una línea recta incisa fraccionada en varias partes cada una de ellas en sentido contrario a la anterior. Debajo de esta sucesión lineal de caracteres se aprecia en trayectoria vertical 4 signos de la escritura líbico-bereber de manufactura incisa, al igual que los trazos superiores. Destacamos el último signo líbico-bereber de trayecto quebrado que solo hemos documenta-do una vez en Fuerteventura. La arista de la columna basáltica situada en la parte inferior de este panel se ha sometido a golpeo o percusión obteniéndose como resultado de ello un lasqueado continuado de dicho borde. En alineación este se ubica otro de los soportes más singulares de este enclave. Se trata del S3P13 que con orientación suroeste25, y contiene en la fracción derecha un signo y algo separado 4 caracteres más, todos ellos del alfabeto líbico-bereber. En la base de esta formación y a su izquierda se sitúa en desarrollo vertical un grupo de 4 signos líbico-bereber que pudiera ser similar al anterior, aun-que los espacios de intersección o conjunción entre los diferentes trazos no queda claro si se trata de la letra ‘N’ o ‘IV’ invertida. En la franja existente entre ambas columnas documentales se ha escrito 3 ó 4 signos líbico-canarios sin superponerse y con la misma técnica de elaboración. En un yacimiento rupestre siempre existen paneles que por su contenido escriturario o grabatorio se convierten en únicos, singulares e incluso definidores de ese enclave. Parejo a la existencia de estos y muy próximos a los paneles determinantes se agolpan muchos otros, que en el caso de este yacimiento resultan escasos, y que incluyen como repertorio grabado sólo algunos trazos, generalmente geométri-cos rectilíneos. En el intento de inventariar para no olvidar toda expresión grabada en piedra de estas unidades rupestres, los tenemos en cuenta evidenciando en ocasiones como es la que nos ocupa a conti-nuación, que parejo a la praxis escrituraria se hallan otros paneles casi sin características representativas que ayudan a la comprensión e incluso a la conformación de los enclaves y al encadenamiento del proce-so de labra o escritura de sus piedras. De esta manera, con un carácter secundario se halla el S3P14, que 20 De formato cuadrado de 1 por 1 m. 21 De 3.50 m de alto. 22 De 0.50 m de ancho por 3.90 m de alto. 23 S3P11, S3P12, S3P13 y S3P14. 24 Con 0.38 m de ancho y 2.10 m de alto. 25 Con unas medidas de 0.96 por 4 m de altura. 7 CUCHILLETE DE BUENAVISTA. LAS PALABRAS REPETIDAS DE LA POBLACIÓN MAXIE... XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014) ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, 2016, XXI-084, pp. 1-15 orientado al suroeste, responde a pequeñas dimensiones26 en el que se han incidido y rayado un conjunto de pequeños trazos geométricos fundamentalmente rectilíneos. No muy lejos de esta zona se estaciona el último conjunto de paneles de este sector. El S3P15, orien-tado al suroeste revela el mismo caso que acabamos de describir, aunque de dimensiones más amplias, solo fue intervenido para grabar algunas líneas rectas rayadas que en la actualidad alcanzan un acabado pulido y brillante que los hace perceptibles a una normal visión. Se han realizado a la misma altura de la que se encuentran los siguientes paneles. El S3P16, con análoga orientación que el anterior y con unas dimensiones relevantes27 posee una serie incisa líbico-canaria integrada por 6 signos, dos de ellos ligados, siendo la primera de las letras de una proporción mayor que los demás caracteres de la serie. Seguidamente se ubica el último panel de este sector (S3P17) que con orientación suroeste y con dimensiones menores28 se ha grabado sobre él lo que aparenta ser una línea líbico-canaria algo contro-vertida toda vez que no se testimonia claramente dadas las características del trazo y el actual estado de conservación. El S4 se localiza algo alejado29 del anterior S3, en coladas lávicas que se sitúan en cotas menores. Todos los paneles que lo conforman se organizan juntos en una sucesión de bloques poliédricos carac-terizados por un homogéneo desarrollo de sus formas ocupando un largo total de 2.25 m. El S4P1 se estaciona en la parte más al norte del sector, con unas dimensiones de 0.90 por 1.50 m de alto y orien-tado al sur, en su superficie se ha incidido un conjunto de trazos entre los que se distingue una línea de escritura líbico-canaria entre cuyos signos se encuentra ‘M’ escasamente representada en la isla. En el Cuchillete de Buenavista además de su personificación ligada a otros signos se ha reproducido 5 veces. Seguidamente en alineación este se sitúa el S4P2 con orientación oeste conformado por un estrecho bloque pétreo30 en el que sólo se han consumado 2 trazos rectilíneos. A 0.58 m el este y después de dos columnas basálticas de proyección vertical se instala el S4P3 orientado al sur en el que se representa un conjunto de 5 ó 6 signos —dos de ellos (‘A’ y ‘N’) ligados, en posición vertical, aunque con sentido de escritura horizontal. Adyacente a él se halla el último soporte natural intervenido por la población aborigen que se concreta en un trazo geométrico rectilíneo junto a una forma de ‘>’. Resulta llamativo que la escritura líbico-canarias exclusiva por ahora de las islas de Fuerteventura y Lanzarote contenga un conjunto importante de ligaduras patentizando así su grado de desarrollo como escritura. Identificamos 24 ligaduras en las 52 líneas que contabilizamos en Cuchillete de Buenavista. La más frecuente a nivel insular ‘AV’ o ‘AN’ es la que alcanza mayor contabilidad (6) en este yacimien-to31. De igual manera la segunda más reiterada en la isla ‘MA’ o ‘NA’ es asimismo la segunda habitual de este yacimiento (S2P4 —2 veces—, S3P2, S3P3 —2 veces—). Una ligadura escasa ‘VS’ en el ámbito insular, aquí se ha repetido en 3 ocasiones, con mayor frecuencia se anota en la isla la ligadura ‘VR’ mientras que aquí se reincide 2 veces. De distinta manera ocurre con ‘Ah’ que se encuentra bien perso-nificada y aquí solo se hay escrito en una ocasión, al igual que ‘MM’, ‘NB’. ‘AA’, ‘SV’, ‘AY’, A˄’. Las ligaduras o unión de 2 o más caracteres se entiende como recurso que existe en la escritura para realizar menor cantidad de trazos y poder escribir en un espacio menor. Igualmente se entiende que se trata de un aspecto que indica evolución en la escritura, siendo asimismo un indicador temporal de la presencia de este sistema de escritura en Fuerteventura, al poder comparar la presencia de ligaduras en los alfa-betos que existen en el Norte de África. Las ligaduras que hemos presentado como más frecuentes en Cuchillete de Buenavista ‘AN’, ‘AV’, ‘MA’, ‘NA’, ‘VS’, etc., están documentadas en el alfabeto latino, e incluso algunas de las que han sido escasamente reiteradas como ‘VR’ o ‘AY’. Llamamos la atención sobre la presencia de los dos signos quebrados (S3P1 y S3P11) en tanto se muestran ausentes en el al-fabeto latino, pudiendo ser un préstamo de la escritura líbico-bereber, del carácter ‘I’ y similar al que se 26 0.19 por 0.40 m. 27 0.71 por 3.20 m de altura. 28 0.80 por 1.90 m de alto. 29 No sabemos hacerla corresponder con algunas de las líneas citadas por W. PICHLER (2003), pudiendo ser la BI10 o BI12. 30 0.29 por 1.10 m de alto. 31 S2P4, S3P2, S3P3, S3P5 –2 veces–, S4P3. 8 María Antonia Perera Beta ncort XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014) ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, 2016, XXI-084, pp. 1-15 encuentra en Montaña de Enmedio (S1P9), aunque con un desarrollo más anguloso. Con respecto a la contabilidad de los diferentes caracteres que se citan en este yacimiento, tenemos que el signo más frecuente ‘I’ se ha reconocido 54 veces, mientras que este signo en el ámbito insular presenta una contabilidad media. A éste le sigue en frecuencia el ‘A’ con 35 unidades, además de 8 más de ligeras variantes y conformando ligaduras. El carácter ‘V’ se ha reproducido 25 veces y ‘˄’ 15, ade-más de 2 ‘VR’ como ligadura. Por su parte ‘S’ se exhibe 12 veces más 2 con formas más angulares. Con una frecuencia de 8 se halla ‘II’, ‘I I’, ‘C’, ‘M’ y ‘N’. Los 2 últimos caracteres presentan un conjunto de 9 y 3 ligaduras. El signo ‘N’ invertido se ha escrito 3 veces. En 6 líneas se reproducen los signos ‘Y’, ‘T’, ‘R’ invertida y 1 vez más a la inversa. Finalmente con tres registros se halla ‘R’, ‘D’; ‘O’ 2 veces y ‘Ç’ una sola vez. De este tedioso registro de caracteres contenidos en los soportes que acogen las expresiones rupestres en el Cuchillete de Buenavista, reflexionamos diversos extremos como es el aspecto espacial general y de cada uno de los 4 sectores que conforman este sitio arqueológico. Advertimos en este sentido que la altitud debe de ser una variable a tener en cuenta, tal y como refleja la casi totalidad de los lugares con presencia de escritura en la isla. Hemos expresado que se trata de uno de los dos yacimientos de altura que contiene ambas grafías aborígenes, pero los demás lugares igualmente han optado por cotas altas, como Montaña de Jaifa o de Enmedio, Pico de la Fortaleza, Jacomar, Morrete de la Tierra Mala, etc. Todas las expresiones que responden a escritura sea líbica-canaria o líbica-bereber se emplazan en mon-tañas o cordilleras excepto Barranco del Cavadero. Por tanto, la cota altimétrica es una norma y como tal un elemento determinante para intervenir en la organización del espacio. El S1 puede no estar relacionado con los demás sectores al fijarse bastante alejado de los demás, recluyéndose en el extremo norte de la cresta del cuchillo, representar una tipología diferentes y esca-samente personificada en la isla, así como su técnica de ejecución. Ello no implica una autoría diferente a la que ejecutó ambas escrituras, pues podría tratarse de un caso similar al de Montaña del Sombrero donde en el extremo sur existen dos siluetas de huellas o de pies elaboradas con una técnica diferente a los demás motivos que se acreditan en el yacimiento. (Igual comentario lo podemos hacer de la isla de Lanzarote con respecto a la Peña María Herrera donde igualmente está presente un motivo laberintifor-me cuya tipología o desarrollo gráfico resulta ajena a la norma insular). Este S1P1 lo tenemos en reserva en tanto pudiera ser un código de comportamiento de determinados lugares rupestres. De él destacamos los motivos orbiculares raros en la isla y escasamente representados en Lanzarote, con solo el ejemplo que acabamos de citar de Peña de María Herrera, en el municipio de Haría, así como la técnica de pi-queteado continuo. Esta técnica se ha reservado para labrar los caracteres líbico-canarios del Barranco del Cavadero, los motivos podomorfos de Montaña Tindaya y los demás ejemplos de esta tipología en la isla, una línea de escritura líbico-bereber, la única que advertimos sin estar asociada espacialmente a la grafía líbico-canaria que se instala en Montañeta de Adrián. A lo largo de 28 paneles distribuidos en 4 sectores se registran líneas de escritura líbico-canaria (en 17 de ellos), más 5 en los que este alfabeto aparece junto a líneas de signos líbico-bereber y en otros 5 paneles solo representa temática geométrica rectilínea. Con respecto a la alineación, la mayoría (12 paneles) lo hace al suroeste, 8 al sur, 4 al este, 2 al su-reste y 2 paneles al oeste y al sureste respectivamente. Mayoritariamente se ha elegido la técnica de la incisión para su ejecución (en 19 paneles), en 8 el rayado y en 1 el piqueteado continuo. A este último procedimiento responde un motivo de desarrollo laberíntico con formas circulares concéntricas, a modo de la temática tradicionalmente adscrita a la población benahoarita de La Palma. Cuchillete de Buenavista responde a la tónica insular al mostrar un mayor registro líbico-canario (en 18 paneles) frente al líbico-bereber (5 paneles). Este último siempre comparte soporte con la escritura líbico-canaria (S3P1, S3P2, S3P3, S3P12 y S3P13). La contabilidad de las líneas escritas por uno u otro alfabeto es de 52 sucesiones de signos líbico-canario (18 líneas en el S2, 32 líneas en el S3 y 2 en el S4). Con respecto a la grafía líbico-bereber existen 8 líneas localizadas en el S3. En estas superficies las dife-rentes líneas escriturarias de ambos sistemas solo hemos advertido la superposición de dos caracteres en el S3P3 ‘˄S’, sin que quede claro cuál se sobrepone. En otros yacimientos rupestres insulares como Barranco del Cavadero y Montaña del Sombrero, ambos en Fuerteventura si existe superposición, escribiéndose 9 CUCHILLETE DE BUENAVISTA. LAS PALABRAS REPETIDAS DE LA POBLACIÓN MAXIE... XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014) ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, 2016, XXI-084, pp. 1-15 el signo líbico-bereber sobre el líbico-canario. Si se yuxtaponen los caracteres de ambos sistemas y en ocasiones se concentran en un área del soporte. Asimismo no existe ningún carácter o sucesión de letras que experimenten golpes, lasqueados, rotos o mutilaciones. Quien o quienes escriben en el orden que sea tienen en cuenta la línea preexistente para incorporar la nueva traza. En ocasiones la línea líbico-bereber (S3P1) se sitúa debajo de otra líbico-canaria de las que se re-gistran 2 en el soporte o la escritura líbico-bereber, sin que ambas ocupen el mismo espacio o la última incorporación cubra la precedente. El S3P2 exhibe una ocupación reservada o secundaria de la línea líbico-bereber de 5 caracteres, al confinarse ésta en la esquina inferior derecha del soporte, mientras que el espacio central se extiende 3 sucesiones de signos gráficos líbico-canario. Por el contrario, en la superficie del S3P3, la grafía líbico-bereber se ha colocado en el lateral izquierdo de la mitad del panel, situándose 3 líneas líbico-canarias encima de ésta en el sector derecho y 5 filas en la parte inferior a la línea líbico-bereber. Llama la atención que el signo emplazado en la parte inferior se introduce parcial-mente en el interior del sigo ‘V’ líbico-latino de la línea. Este panel domina de manera clara el espacio tomado por las 8 series de signos gráficos líbico-bereber. Finalmente en este mismo sector existen 2 paneles más con escritura líbico-bereber. En uno de ellos se ha situado una línea de 4 signos debajo de otra fila líbico-canaria (S3P12), si bien esta hilera líbico-bereber ocupa una parte central en cantidad significativa del soporte. En el siguiente panel (S3P13) evidencia una organización curiosa al disponerse 2 líneas líbico-bereber en el lateral derecho del paño y otras 2 en la parte izquierda. En medio de las dos líneas situadas en la parte inferior y a ambos lados del panel se ha escrito una hilera de 3 ó 4 signos líbico-canarios. Asimismo 3 de las 4 líneas líbico-bereber presentan los mismos signos en el mismo orden, mientras que la 4ª línea alineada en la parte superior del panel reproduce los 2 signos inferiores. Advertimos que es posible que sobre éstos existan otros 2 más, ya que se trata de soportes de significa-tivo desarrollo (4 metros de altura), para los que no disponemos de material de escalada necesario a fin de estudiar de cerca los grabados y poder percibirlos de manera óptima). Todas las líneas líbico-bereber presentan un desarrollo vertical, mientras que la grafía líbico-canaria, aunque preferentemente elige la horizontalidad, se ha escrito también en desarrollo oblicuo y en vertical, aunque los signos siempre mantienen una posición de lectura horizontal, estando ausentes las líneas de caracteres invertidos. Llamamos la atención sobre las palabras que pudieran responder a antropónimos atendiendo a la propuesta de Werner Pichler (2003: 171-181) tales como ‘AUMACURAN’ (S3P2) si bien existe una va-riante (‘makuran’, ‘un akuran’), ‘TIMAMASIR’ o ‘GIMAMASIR’ y variantes (S3P2, S3P3), ‘ANÍBAL’ (S3P5) similar al registro de Morro Pinacho en donde se han escrito dos variantes (‘anbal’), yacimiento arqueológico de naturaleza rupestre visible desde Cuchillete de Buenavista; ‘Auotin’ ó ‘Auotin’ (S2P3). Pichler32 entiende que ‘TIMAMASIR’ o ‘GIMAMASIR’ es un constituyente de diversos antropóni-mos y de denominaciones de tribus como MASSYLI, MASTIENI, etc. La raíz MS(N) está muy presente en el registro líbico-canario de Fuerteventura, considerándose una variante con correspondencia en las inscripciones líbicas del norte de África. En Cuchillete de Buenavista se ha citado la existencia de ‘i-mase’ aunque no lo hemos localizado, y variantes suyas en Barranco del Cavadero (‘nugmasa’, ‘salufi’, la variante ‘masen’), Montaña Blanca de Arriba (‘mase*’), Montaña de Jaifa o de Enmedio (‘masun’), en Morro Pinacho (‘masen’ y ‘mu*asan’). A este listado recientemente hemos incorporado Jacomar (S3P3) con ‘MASACITIε’. A modo de síntesis planteamos que todos los grabados se han podido realizar adoptando una postura de pie, requiriendo algunos de ellos algún soporte de ayuda, una piedra en la que apoyarse para alcan-zar la altura en la que se ha escrito. Las sucesiones de signos que se escriben varias veces pueden ser repeticiones de una palabra o de una fórmula a modo de expresión recurrente pero no sabemos si son unidades léxicas. Pensamos que las sucesiones de signos gráficos son palabras. Las líneas que estudiamos de este u otro enclave rupestre de Fuerteventura o Lanzarote constituyen palabras sueltas, de manera excepcional unidas, tal y como sucede en el S2P4 y en el S3P3 de Cuchillete de Buenavista, en donde se vinculan 2 de ellas con el signo ‘+’. No son líneas conformadas por 2 ó más palabras yuxtapuestas y asociadas, sino por una 32 PICHLER (2003), p. 172. 10 María Antonia Perera Beta ncort XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014) ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, 2016, XXI-084, pp. 1-15 serie de signos alfabéticos vinculados espacialmente en el panel rupestre al conformar una palabra. En este yacimiento no existe grafía escrita en posición girada o vuelta, tal y como resulta habitual en otros enclaves rupestres de las islas de Fuerteventura y Lanzarote. De tratarse de un sistema escriturario creado en Fuerteventura que pasaría luego a Lanzarote o bien el mismo grupo humano llega a ambas realidades insulares, su autoría no sería bereber, que es lo que nos indica el contexto cultural de ambas islas. Los módulos constructivos, la cultura material o las propias inscripciones líbico-bereber que hemos heredado de la población indígena indica que se trata de grupos bereberes, pero de ser una creación insular o de las 2 islas, la población sería romana, capacitada para escribir en una sistema de inspiración latina. Por ello resulta más procedente pensar —ante la ausencia de otras evidencias— que se trata de una escritura traída del norte de África por bereberes romanizados pero, ¿qué lengua le pertenecería o correspondería a la escritura líbico-canaria? No parece que sea latina. ¿Si no es latina, pudiéramos pensar que la población romana hablara una lengua que no fuera suya? No parece que sea así, ¿Qué causas justificarían que la población romana asentada o pobladora de Fuerteventura y Lanzarote abandonara su lengua para adoptar como propia la líbica? Por el contrario, pensamos que pudiera tratarse de población bereber que conocien-do y usando su lengua líbica-bereber, como resultado del contacto con naturales romanos, escribiera latín dada la estrecha relación que pudieran haber mantenido con grupos romanos en el norte de África y en un periodo tardío, cuando se desarrolla el proceso de romanización del Norte de África. En Fuerteventura y Lanzarote encontramos ejemplos que evidencian una estrecha relación física entre ambos alfabetos, líbico-bereber y líbico-canario en el mismo panel y en la misma línea, entendiéndose en ocasiones como una contaminación. Igualmente pensamos en la posibilidad de que ambas líneas fueran escritas por la misma cultura e incluso por una única persona, que en avanzado estado de contacto con grupos romanos acabaran adoptándola, adaptándola y escribiéndola a la par que conservando su lengua líbico-bereber. Así podría-mos explicar la probable presencia de signos líbico-bereber en algunas sucesiones de grafía líbico-canario. En aquel entonces, cuando la totalidad de las islas canarias estaban pobladas por grupos bereberes, en correspondencia con su origen norteafricano, su lengua autóctona sería el resultado de un agrupamiento complejo de lenguas emparentadas entre sí de procedencia líbico-bereber. Fuerteventura y Lanzarote pudieron poblarse más tarde, o experimentar un repoblamiento de grupos bereberes que ya vivían en contacto con la cultura romana en el norte de África, trayendo la escritura resultante de la adopción del alfabeto latino. De ser así, el alfabeto líbico-canario se tendría que documentar en el continente africano. En Zinchekra, emplazada cerca de Germa, Líbia vive población romana junto a las comunidades libias, naturales de la zona. Como resultado de ello, por ejemplo en las pirámides de Charaig, fabricadas con ladrillos de adobe sin guisar o con piedra y barro se encuentran en superficie fragmentos cerámicos ads-critos al mundo romano junto a otros fabricados a mano, con engobe blancuzco y pintura ocre que nos recuerda a la cerámica pintadas del El Mojón, en Lanzarote. En la cima de Zinchekra se conservaban hasta el año 2000 cuando pudimos estudiar este enclave, un conjunto de estructuras tumulares junto a cazoletas, grabados de tipología podomorfa, garamantes, jinetes guerreros, inscripciones líbico-bereber, tifinagh, motivos geométricos, pentagramas, etc., así como sucesiones de signos semejantes a los carac-teres líbico-canario de Fuerteventura y Lanzarote. Todos los signos que pudimos registrar están presen-tes en ambas islas. Los sillares o bloques de piedra trabajados del anfiteatro y teatro de Sabrata, Tunez como marcas de cantería se registran signos del alfabeto líbico-bereber, así como del líbico-canario — latino del norte de África— variantes que en estas dos islas se acredita en escasa proporción. Estas ideas o contenidos pudieran contribuir parcialmente a discutir ¿qué relación mantenían ambos alfabetos?, ¿por qué esa estrecha relación en los paneles, o superposiciones de técnicas como sucede en el Barranco del Cavadero donde la ‘A’ piqueteada se ha realizado sobre la ‘A’ incisa, o la figura podomorfa piqueteada se ha ejecutado sobre una ‘A’ líbico-canaria en Cueva Palomas, en Lanzarote, o bien en las ocasiones que ha podido constatarse los caracteres líbico-bereber se han grabado sobre los líbico-canarios. Pensamos que la respuesta se encuentra en que ambos sistemas responden a una única autoría. En algunos paneles, las líneas de signos de ambos alfabetos muestran un curioso ensamble o articu-lación (S3P1, S3P2, S3P3 y especialmente el S3P13), al igual que en soportes con solo grafía líbico-canaria donde ésta muestra una curiosa conjunción (S2P3 y S3P3), una organización espacial caracteri-zada por la libre disposición ordenada de sus líneas (S2P2), o bien destaca la repetición de palabras en 11 CUCHILLETE DE BUENAVISTA. LAS PALABRAS REPETIDAS DE LA POBLACIÓN MAXIE... XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014) ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, 2016, XXI-084, pp. 1-15 el mismo panel o en varios soportes. Esta característica iterativa la poseen los dos sistemas de escritura, aunque el líbico-canario lo expresa con mayor énfasis. La presencia del sistema líbico-canario por ahora exclusiva en las islas de Fuerteventura y Lanzarote pudiera indicar la no llegada a las demás islas de población bereber que en el continente vive en contacto con poblaciones romana —ignorando en qué grado de convivencia pacífica o bélica. Una cuestión es abordar el origen y procedencia de la escritura líbico-canaria de Fuerteventura y Lan-zarote y su relación con el sistema líbico-bereber presente en todas las islas canarias. Y otra es desarrollar propuestas convincentes del protagonismo que desempeñan las piedras como recurso para organizar el territorio. La persona o la comunidad que elige un lugar para grabar, una piedra como soporte grabatorio recurre a la escritura o a una más amplio espectro temático para organizar y estratificar el territorio. Con su intervención le aporta un significado expreso en este caso a la cordillera Cuchillete de Buenavista, y le proporciona un valor cultural sin que podamos precisar si su matiz responde a una naturaleza política, económica, cultual, etc., en tanto coopera a sistematizar y estructurar el espacio del propio yacimiento y el circundante, antropizándolo e integrándolo en su organización territorial. Ignoramos si la intervención rupestre caracterizada por distinguir o escoger unos soportes pétreos entre otros responde a una planificación previa o se trata de una elección libre donde los bloques que no se han grabado pero están dotados de características físicas similares a los elegidos para trazar signos, poseen un valor similar a los silencios en un acorde musical, en el que también éstos marcan la pauta y organizan la música al formar parte de ella, posibilitando su existencia. Resulta determinante lo que se escribe, dado que se trata de la finalidad más pura, pero también tras-ciende el lugar en que se escribe. Si la escritura adopta las características del área en la que se emplaza, es la propia orografía la que determina su elección, o es la escritura la que proporciona de manera exclu-siva el valor a los yacimientos arqueológicos. De tratarse de un enclave con cierto componente sagrado o cultual, éste deriva del significado y contenido escriturario o participa también o de manara exclusiva de las connotaciones mágicas que pudiera tener las cotas altas de montañas y cordilleras. Los grabados localizados en estas elevaciones ya adquieren naturaleza sagrada que pudiera estar implícita en su geo-grafía. Ignoramos si la relevante aglomeración de manifestaciones culturales indígenas que se agolpan en la franja este de esta zona de Fuerteventura se sustenta en la presencia del Barranco de la Torre, y si éste, con su curso de agua permanente, determinó el establecimiento de la división dual de la isla al menos en una etapa próxima a su conquista en 1403. En este contexto llamamos la atención del carácter de fortaleza que posee el denominado yacimiento de Rosita del Vicario y la configuración de torre que le han asignado algunas personas investigadoras, entre ellas Sebastián Jiménez Sánchez. A este propósito apuntamos el carácter de frontera de reinos o jefaturas que adquiere el Barranco de la Torre limitado en su desarrollo norte por el Cuchillete de Buenavista, y por consiguiente la estructura arquitectónica em-plazada en su margen derecha, así como todos los yacimientos de esta área (Altos de Miraflor, Corrales de Miraflor, Tamia, Corrales de la Torre, las estructuras de base circular de piedras hincadas de Alares, los módulos arquitectónicos de base circular de piedras hincadas con suelo empedrado de Montaña de María Hernández, etc.). ¿El yacimiento rupestre de Cuchillete de Buenavista participa de este contexto político? Éste se entiende embutido en el paisaje arqueológico en el que contribuye a su estructuración. Pensamos que para la población aborigen la orografía de Cuchillete de Buenavista es una variable rela-tivamente determinante, ya que lo que nos parece concluyente es la presencia del Barranco de la Torre y su permanente acuífero. Este trabajo contribuye a conocer la diversidad escrituraria de la población maxie de Fuerteventura y sus preferencias territoriales, a la vez que la propia escritura entendida como recurso maleable para orga-nizar y humanizar el paisaje. Es importante el contenido escriturario, pero también el lenguaje implícito en la relación dialéctica que mantiene la escritura con un conjunto de elementos tales como la orografía, espacio y situación, además de establecerla con los asentamientos, unidades tumulares, paredes, etc. en base a una estructura y necesidades sociales determinadas y determinantes. Nos parece que su particular orografía rematada en su cumbre por la disposición de bloques basálticos de significativo desarrollo, que van conformando terrazas o franjas entre unas y otras coladas volcánicas, no resulta determinante, tal y como hemos expresado anteriormente, o bien su situación geográfica. Esa 12 María Antonia Perera Beta ncort; XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014) ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, 2016, XXI-084, pp. 1-15 particular topografía debe encajar con la cosmogonía con la que participan las manifestaciones rupestres y con las relaciones sociales que experimenta la isla en la época en la que se escribe en Cuchillete de Buenavista. Tal es así que de existir una elevación aislada, y no una cordillera, los grabados se habrían realizado igualmente si implícito en ellos se encuentra un carácter político, de apropiación, etc. El estudio de este enclave nos permite añadir sus signos escriturarios adscritos al alfabeto líbico-be-reber y al líbico-canario al recuento general que se elabora en el ámbito del Archipiélago, previo al estu-dio global de ambas grafías a nivel insular. Con respecto a la escritura líbico-canaria, la investigación se adscribe al ámbito de Fuerteventura y Lanzarote al ser éste el territorio en el que por ahora se documenta este alfabeto. La población bereber que la emplea en su escritura no parece que poblaran las demás islas del archipiélago, si bien esta propuesta posee carácter temporal hasta que la escritura líbico-canaria de localice en alguna de ellas, probablemente aquellas islas que experimentan un aporte poblacional tardío. Nota El trabajo arqueológico de campo desarrollado para cumplimentar esta publicación forma parte del “Proyecto Intervenciones Arqueológicas de documentación y reproducción de manifestaciones rupestres y prospección en el ámbito de la isla de Fuerteventura” que constituye la tercera parte de la fase IV del proyecto que afecta al Archipiélago de Canarias, autorizado por la Dirección General de Cooperación y Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias mediante resolución número LRS2012KA00062 de fecha 12 de marzo de 2012, así como los trabajos de campo efectuados en Fuerteventura sin que mediara para ello autorización alguna y al objeto de redactar la Carta Arqueológica y Etnográfica de Fuerteventura, durante los años 1984-1993, así como la tesis doctoral de una de las autoras. Anexo fotográfico Foto n.º 1. Ladera sureste de Cuchillete Buenavista. Estructura arquitectónica número 1. Al fondo cima del Cuchillete. Foto: María Antonia Perera. 13 CUCHILLETE DE BUENAVISTA. LAS PALABRAS REPETIDAS DE LA POBLACIÓN MAXIE... XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014) ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, 2016, XXI-084, pp. 1-15 Foto n.º 2. Vista del Sector 2 y Sector 3 desde el Sector 4. Foto: María Antonia Perera. Foto n.º 3. Panel 2 del Sector 3. Tres líneas líbico-canario en horizontal y una vertical líbico-bereber en la parte inferior derecha del soporte. Foto: María Antonia Perera. 14 María Antonia Perera Beta ncort XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014) ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, 2016, XXI-084, pp. 1-15 Foto n.º 4. Vista del Panel 3 del Sector 3. Contiene siete líneas líbico-canarias y una líbico-bereber. Foto: María Antonia Perera. Foto n.º 5. Panel 13 del Sector 3. Contiene dos líneas líbico-bereber y una líbico-canaria. Foto: María Antonia Perera. 15 CUCHILLETE DE BUENAVISTA. LAS PALABRAS REPETIDAS DE LA POBLACIÓN MAXIE... XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014) ISSN 2386-6837, Las Palmas de Gran Canaria. España, 2016, XXI-084, pp. 1-15 BIBLIOGRAFÍA BELMONTE, J.A.; SPRINGER BUNK, R. y PERERA BETANCORT, M.A. (1998). “Análisis estadístico y estudio compa-rativo de las escrituras líbico-beréberes de las Islas Canarias, el noroeste de África y el Sahara”. Rev. Acad. Canar. Cienc., X, La Laguna, pp. 9-33. BELMONTE, J.A.; PERERA BETANCORT, M.A. y GONZÁLEZ GARCÍA, C. (2010). “Análisis estadístico y estudio genético de la escritura líbico-bereber de Canarias y Norte de África. VII congreso de Patrimonio de Lanzarote” Arrecife. CRIADO HERNÁNDEZ, C. (1991). La evolución del relieve de Fuerteventura. Puerto del Rosario: Servicio de Publicaciones del Excmo. Cabildo Insular de Fuerteventura. FARRUJIA DE LA ROSA, J.A.; PICHLER W.; RODRIGUE, A. y GARCÍA MARÍN, S. (2009). “Las escrituras líbico-bereber y latino-canaria en la secuenciación del poblamiento de las Islas Canarias”. El Museo Canario, LXIV. Las Palmas de Gran Canaria, pp. 9-50. LEON HERNÁNDEZ, J.; PERERA BETANCOR, M.A. y ROBAYNA FERNÁNDEZ, M.A. (1988). “La importancia de las vías metodológicas en la investigación de nuestro pasado, una aportación concreta: los primeros grabados latinos hallados en Canarias”. Tebeto, 1. Fuerteventura, pp. 129-202. PERERA BETANCORT, M.A.; SPRINGER BUNK, R. A. y TEJERA GASPAR, A. (1997). “La estación rupestre de Femés, Lanzarote”. Anuario de Estudios Atlánticos, 44. Madrid-Las Palmas, pp. 19-65. PERERA BETANCORT, M.A.; SPRINGER BUNK, R. A.; CEJUDO BETANCORT, M. Y LEÓN HERNÁNDEZ, J. (1999). “Las inscripciones líbico-bereberes de la isla de Lanzarote.” VIII Jornadas de Estudios sobre Lanzarote y Fuerteventura. Tomo II. Historia del Arte, Literatura, Lengua, Prehistoria, Arqueología. pp. 489-519. PICHLER, W. (2003). Las inscripciones rupestres de Fuerteventura. Traducción Marcos Sarmiento Pérez y Elena Alsó Juan. Puerto del Rosario, Fuerteventura: Servicio de Publicaciones del Cabildo Insular de Fuerteventura. VV.AA. (2011). Grabados rupestres de Fuerteventura. Puerto del Rosario: Cabildo de Fuerteventura. Mapa Geológico de España 1:50.000 Puerto de Cabras, n.º de mapa nacional 1.106-1.107, n.º Orden de Publicación 183. Insti-tuto Geológico y Minero de España en colaboración con el Instituto Lucas Mallada de Investigaciones Geológicas C.S.I.C. |
|
|
|
1 |
|
A |
|
B |
|
C |
|
E |
|
F |
|
M |
|
N |
|
P |
|
R |
|
T |
|
V |
|
X |
|
|
|