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DIARIO PATETICO DE UN EMIGRANTE FRANCISCO MORALES PADRON INTRODUCCION Alosé M&e/ Af2o/B, amigo fraterno Andrés Navarro Torrent, autor de este Diario, nació en Las Palmas de Gran Canaria en el afio de 1843. Estudió medicina en Madrid y amplió su saber en París. A partir de 1869 será profesor del Instituto de Segunda En-señanza y del Colegio de San Agustiri; médico en los hospitales de San Mar-tfn y San Lázaro; y titular de la Beneficencia Municipal. Figura entre los miembros de El Museo Canario y destaca como hombre preocupado por la es-tética urbana, debiéndose a él la plantación de palmeras en el Parque de San Telmo, y otros paseos. Nada de esta actividad hacia presagiar que un mal día Navarro Torrent decidiera abandonar todo y lanzarse a la dudosa aventura americana Por que. No era la ciudad de Las Palmas de entonces un medio sin oportunida-des. Viviase un momento de florecimiento. Es entonces cuando se funda el Ga&jdte L;terü& y pVfiijdo (-riiiür;ú, se e; Ilisdtuto de Elise$mm Me-dia y el Colego de San Agustfn; se construye el teatro Cairasco. La electrici-dad y los tranvías ponen una nota de modernidad urbana. En medio de estos aires de adelanto Navarro Torrent ejercia su profesión sin problemas algu-nos. Pero un mal día nuestro médico recibe unas cartas de México hablándo-le de minas de oro. Los firmantes son sus cuñados, Alfredo y Federico Man-iy. Navarro Torrent decide abandonar su apaciDie situación y meterse a &a-cer la América», como cualquier emigrante de entonces y de antes desprovis-to de presente y futuro en sus islas. Trece personas integran el grupo que el médico grancanario cobija en un barco donde marchan también cómicos y cantantes que van a actuar en La Habana y en Veracruz. Diario patético de un emigrante Desde el 11 de marzo de 1888 al 30 de junio de 1889 don Andrés Na-varro Torrent redactará un Diario, escrito en un cuaderno apaisado con letra clara, en cuyo texto se han hecho unas pocas tachaduras, a%ididos e interli-neado~. Destaca las faltas de ortograffa, propia de las escrituras de entonces, aun las debidas a universitarios o gente culta. El original del Diario se con-serva entre los fondos de El Museo Canario, a cuyo director actual, Jost Mi-guel Alzola, debemos su conocimiento. El contenido del Diario es patético. Prima la desilusión y las angustias desde el mismo instante de la despedida. No es el diario de un viajero que va contrastando su sensibilidad y conocimientos con lo que ve. Es un diario de un alma. Faltan las impresiones sobre el entorno, sobre el paisaje. Estos as-pectos los debió consignar -asf lo dice- en las continuas cartas que escribe a sus padres y amigos. Por eso el Diario es una historia de sus tribulaciones y de sus relaciones epistolares con sus padres. Morbosamente detallista, Nava-rro Torrent debió ser hombre suspicaz. Pese a la orfandad de esas notas que suelen adornar a los diarios de viajeros, hemos de anotar en tste la entrevista que sostiene en La Habana con el moribundo y pobre Antonio López Botas, la relación de gastos diarios que se hace en su casa de Mtxico, lo que se co-braba por los servicios médicos, la lista de las haciendas de Puebla en manos de españoles, la relación que nos brinda de palabras nahualt más usadas en el lenguaje coloquial mexicano, y una serie de noticias referidas a Las Palmas. Porque el médico-emigrante no pierde el contacto con el acontecer diario de su ciudad y, a través de la correspondencia, según confiesa en el Diario, se hace eco de la climatología o de sucesos que alteraron a la sociedad granca-naria (naufragio de un barco italiano, relaciones de la célebre Raque1 con el cura de San Francisco, etc.) Es de notar que para él, Canaria es siempre Las Palmas. El final de su Diario se torna torvo, y el lector sufre sintiendo las es- . . c-^-L---" A- --c- :l..-- -..- A-:A ..a- C ..--- --...-. *- -c--lA- --- ..- L-1-, E1 LLCCIICLCD uc CDLC UUDU yuc UCJU uua uuclla ~ ~ I L I V aI uI d luu p~LL LI L a k u LI-dorado. El lector llega a enojarse con el autor, y con sus cuñados que lo han engañado. Al lector le molesta la picaresca de los parientes que le atrajeron a México con engafiosas promesas, y le irrita la actitud de Navarro Torrent, un tanto fatalista. Su vida fue una vida de adversidades. Morirá pobre, traba-jando silenciosamente y con eficacia, en 1920. La experiencia mexicana de- , ., DIO dererminar para siempre su peripecia vital. Pensamos, en un principio, enriquecer el texto con algunas notas acla-ratorias, incluso establecer relaciones con diarios redactados por viajeros que visitan México en esa época. Pero nos ha parecido que lo que había que acla- 5 Francisco Morahs Padrón rir no era mucho y que el texto de Navarro Torrent nos sirve más para co-nocer al personaje y a su medio insular que al escenario mexicano, donde no llegó a ser feliz. Nuestra transcripción ha procurado ser fiel al original, introduciendo únicamente acentos. El texto del Diario, conocido por Jordé (José Suárez Fal-cón) fue glosado por éste en Bocetos Biograj2os, donde traza las biografias de Antonio López Botas, Antonio Artiles Ortega y Andrei Navarro Torrent. Jordé conoció a nuestro médico-emigrante y pinta lo que fuera su vida en Las Palmas después de su regreso a México. Del mismo ]ordé es un original a miqUiii¿r sobre el tema que se guarda en io5 fondos de Eí Museo Canario y que el estudioso interesado puede consultar con indudable provecho. La existencia de estos textos, precisamente, ha determinado la concisión de nuestra introducción, dedicada tan sólo a presentar el Diario. Estimamos que está en él, en su lectura, el mejor aprovechamiento que se pueda hacer de tan singular pieza historiográfica. Diario patético de un emigrante 8 dos de la tarde; se despidió de mí hasta más tarde; pero me sospecho que no vuelva, pues, me pareció verlo conmovido al marcharse. Mi falta de entere-za para despedirme de las personas que me tocan más de cerca hace que yo por mi parte evite las escenas de despedida. Mis hermanas Juana y Lola han estado una gran parte del &a acompa-ñando a Rosa Mis cuñados, Pancho, Chano y Figuera, me ayudan á los pre-parativos de marcha lo mismo que Gerónimo Falcón. A Pancho le dejo en-cargado haga repartir después de mi marcha las tarjetas de des-pedida confor-me a una lista que dejo en su poder. A Gerónimo Falcón dejo el cuidado de entregar las llaves de la casa, cuando nos marchemos, a su dueño Don Juan Rodriguez y González, después que se haya limpiado y alveado [sic] la dicha casa pues deseo corresponder á las atenciones que conmigo ha tenido el di-cho Rodriguez, mientras he vivido su casa. Esta tarde, al oscurecer, según había convenido, en cartas anteriores, puse un telegrama á México para mi cuñado Alejandro anunciándole que sa-líamos mañana: y otro a mi hermano Juan á Cáceres diciéndole lo mismo. He entregado hoy á mi inmejorable amigo D. José Franchy un pliego con instrucciones de lo que deben hacer mis apoderados y los de la testa-mentaria de Castillo sobre varios particulares que en el mismo le detallo. No he podido evitar el tener que despedirme de algunos de mis amigos que han estado á visitarme, como el ingeniero D. Juan de León y Castillo, Don Tomás Zárate (padre), el Conde de Vega Grande, Don Fernando del Castillo y sus hermanos Agustin y Pedro. Hasta esta hora que son las diez y media de la noche hemos continuado los preparativos de viage. Me acompañan en este momento Gerónimo Fal-cón, mis cunados Antonio, Pancho y Cnano y Figuera; y arriba esrán con mi suegra y Rosa, doña Rafaela Azofra y su hermana Dofia Josefa con sus hijas Concha, Paca y Mohema. Gustavo y Rosita están dormidos. Los tapamos con mantas de viaje y entramos en el coche que nos espera á la puerta para conducirnos al Puerto de la Luz. Al pasar por la calle de los Malteses no pude reprimir mis iágrimas ai mirar la casa de mis padres; sin duda no estaban aún acostados pues se perci-bía luz al través de las ventanas. Antes de echar a andar el coche se despidió de nosotros Jorge Rodri-guez. Mis cuñados y Gerónimo fueron al puerto en otro coche en unión de Soledad con su familia. Francisco Morales Padrón Llegamos al Puerto de la Luz a las once de la noche y allf nos manifestó mi amigo el secretario de sanidadDon José Déniz, en cuya casa paramos, que el vapor no saldría hasta mafiana por la mailana; par lo que nos invitó a pasar el resto de la noche en su casa donde ya nos tenia preparada una cena y habitaciones de dormir. En vista de esto lo aceptamos, haciendo los hono-res de la casa mi antigua amiga Pino Morales, reciente esposa de Déniz. MARZO 13. PUERTO DE L A LUZ A las seis de la mañana nos des-pedimos de nuestos amables amigos Dé-niz y su esposa. Al entrar en la lancha tuve la satisfacción de que me tragemn de casa de Déniz un bulto conteniendo varios papeles y documentos que llevaba á la mano y que no pude encontrar por mas diligencias que hice. Creyendo que se me había perdido en el trayecto de Las Palmas al puerto en la noche ante-rior habia, desde muy temprano, cuando lo eché de menos, mandado a Las Palmas un propio a buscarlo por si acaso se habia quedado olvidado en algún rincón del coche que nos habia traído que era de Juanito Vila. Pero al fin creo que pareció en un rincón de la habitación donde dormimos e infructuo-samente yo lo havía buscado. Mucho me alegré al allazgo pues dentro de di-cho bulto tenía todos los documentos de mis servicios públicos, las partidas de nacimiento de mi familia, árbol genealógico etc., etc. 1888. A BORDO DEL CATALUNA Estamos en el vapor «Cataluña». Se despidieron de nosotros Pancho, Figuera, Antonio y Alejandro Navarro el que me presentó y recomendó al sobrecargo cuyo nombre no recuerdo. Don Manuei Sarmiento me recomen-dó también al mayordomo del mismo vapor. A Rosa le han entregado en estos momentos una carta de mi sobrina Carlota Melián, residente en el Puerto de la Luz, en la que le dice que no puede despedirse de nosotros por haber caido malo su marido D& Juan An-túnez. Hemos tomado por economia pasaje en 22 cámara y un pasaje en 3a pre-ferente para Juana, el ama que cría a Rosita; en la esperanza de que nos per-mitan dejarla con nosotros en la misma cámara. Procedo ahora a hacer la re-lación de todos los individuos de familia que vamos, expresando sus respecti-vas edades Diario patético de un emerante lo. Andrés Navarro Torrens de 43 años. 2". Rosa Manly de Navarro de 34 años. 3". Federico del Castillo Manly de 8 años. 4". Gustavo Navarro Manly de 2 años. 5". Rosa Navarro Manly de 1 año. 6". Juana Santana (soltera) nodriza de Rosita y de 24 años. 7". Doña Alejandra Adra viuda de Manly de 68 años. 8". Doña Soledad Barbosa de Manly de 31 años. 9". Doña Alejandra Manly de Barbosa de 12 años. 10". Doña Juana Manly de Barbosa de 9 años. 2 N 1 lo. Doña Soledad Manly de Barbosa de 6 años. E 12". Doña Rosa Manly de Barbosa de 3 años. O 13". Don Federico Manly de Barbosa de meses. n-- m Somos pues 13 individuos de familia; nos embarcamos el día 13 y en O E E martes. 2 E En un camarote nos hemos acomodado con Doña Alejandra y Juana y - en otro Soledad con su familia. 3 El vapor levó el ancla después de las siete de la mañana. -- 0 m E MARZO 14. ALTA MAR o n En alta mar. El tiempo está bueno; ia mar tranquila. Sin embargo Rosa E está muy molesta con el mareo y sobre todo con el extraordinario calor del a camarote que recibe el calor directo de la máquina. n n Habia tomado pasaje de 3. preferente para Juana el ama, confiado en que con la carta de recomendación que habia obtenido del Sr. Bayona, direc- 3 O tor de la Compañía Trasatlántica y con las recomendaciones que personal-mente me había hecho mi primo Aiejanciro, conseguiría faciimente que ia de-jarían á dormir en 2a con nosotros pagando en todo caso el exceso de fonda. Pero no pude conseguirlo del sobrecargo a quien se lo propuse por medio del camarero Máximo, viéndome obligado entonces á pagar la diferencia ó sea 60 duros, para que Juana quedase con nosotros en 2 a y no se separe de Rosita de noche. La sociedad en 2. no es escogida que digamos. La mayor parte se com-pone de cómicos y cantantes que van destinados a La Habana o a Veracruz. Francisco Morales Padrón MARZO 22. ALTA MAR El tiempo sigue inmejorable. No hemos tenido ninguna novedad a bor-do. La mesa es bastanta buena. Los niños, que en los primeros días se habían mareado algo, escepto Federico que siempre se conservó bueno, están ya ale-gres, contentos y con buen apetito. Rosa, hasta aqui ha estado molesta con el mareo que si bien no le produce vómito, le causa un gran malestar y angus-tia notable; pero comienza a reponerse y acompañarnos a la mesa donde come alguna cosa. Doña Alejandra y Soledad bastante bien. Hay pocos va- !ames y e! m p r marcha cm- repilaridad. En la toldilla se siente fresco agra-dable, pero no sucede lo mismo desde que se baja al comedor ó a los cama-rotes, donde el calor es cada vez más insoportable. Cuando no nos ponen hielo en el agua, no se puede beber ésta. Yo, salvo las molestias del calor en la litera, me encuentro muy bien. No sólo no me he mareado sino que por el contrario estoy fuerte y con esce-lente apetito, cosa que no me había pasado nunca abordo. Federico, come como un desesperado, está gordo a reventar y en continuo movimiento. Como de costumbre ha travado relaciones con todos los de abordo y más de una vez ha habido que llamarlo al orden para evitarle peligros y riesgos. Me he ocupado en escrivir a mis padres y a mi hermano Juan por echar las cartas al correo tan pronto lleguemos á La Habana; también he escrito a Celestino González y á Gerónimo Falcón. En días pasados tuve una cuestión de palabras con un comandante de infantería que viene abordo, cruzándose palabras de desafio entre los dos. El hecho fue motivado porque un jovencito hijo del dicho oficial se per-mitió en la toldilla algunas libertades con Alejandrita la hija mayor de Sole-dad. Me dirigí con dicho motivo a su padre para que tuviese á bien evitarlo para io sucesivo y se permitió contestarme con insoiente aitanería. Tanto por este motivo, como por que creo observar cierta frialdad de parte del so-brecargo y de algunos oficiales de abordo, incluso el capitán, quizá por que Uegaron a su noticia algunas espresiones desagradables que no pude reprimir cuando me vi obligado á pagar el eceso de pasage por Juana el ama, frecuen-tamos lo menos posible la sociedad de la toldilla. Sin embargo en los ratos en que no leo o escribo suelo pasar el rato conversando con el médico de abordo, Don Vicente Ferrer, á quien me ha-bía recomendado Pepe Déniz, con un señor antiguo oficial de marina a quien me habia recomendado también Pedro del Castillo la víspera de em-barcarnos, con un cuñado de la esposa del brigadier Pérez Galdós y, final- Diario patético de un emigrante 12 mente, con un oficial de ejército destino á Puerto Rico, dibujante correspon-sal de que no sé qué periódico ilustrado. No recuerdo los nombres de dichos señores, s610 sé que desembarcarían a La Habana á tomar alií posesión de sus destinos. Entre los oficiales de abordo el único que nos trata con afabilidad es [.........], se acerca a nosotros con frecuencia y parece distinguirnos con sus simpatías. Rosa y su madre suelen pasar ratos entretenidas con una de las señoras pasageras, Doña Milagros Castaños de Ascensi, que acompañada de una hija de unos doce años, nos ha ofrecido su casa en Puerto Rico calle de San Francisco n" 12. Para evitar cuestiones sucesivas he amonestado á Federico y a las niñas de Soledad para que no intimen con los demás niños de abordo. En la mañana temprano de hoy fondeamos en la bahía de Puerto Rico. Para evitar molestias y gastos no hemos querido saltar a tierra. La población desde el mar es de regular aspecto, nada más. Por la tarde levamos ancla y sigue el vapor para La Habana. 1888. LA HABANA Hoy por la mañana entramos en la bahía de La Habana. A todos nos ha sorprendido el precioso aspecto de la bahia. Labeteada materialmente de bu-ques de bela y vapor de todos pabellones. Estuvieron á visitarnos abordo mis amigos, DioniSio Molina y Antonio del Castillo, empleados ambos en La Habana y ocupando el último el cargo de secretario contador de la Junta de la deuda, recide en el hotel «Te!kgra-fos ». Por mediación de éste eché al correo las cartas que tenía escritas para mi familia. También vino a visitarnos abordo Don Manuel Ecay Rojas, pri-mo de María Santos, á quien ésta, lo mismo que á su hermana Caridad Ecay, casada con un Sr. Paredes, le había prevenido de nuestra próxima llegada. Nos hizo los ofrecimientos de costumbre y convenimos en que mañana 26 !E i r fzm~r virit~er n !a C& &Je& y Mari2 17. MARZO 26. HABANA Como el vapor atraca al costado de uno de los muelles de La Habana, 13 Francisco Morah Padm'n nos ha sido fácil desembarcar para visitar á la familia de Ecay hasta cuya casa nos acompañó el buen amigo Dionisio Molina. Mucha calor en la ciudad. Acompañados de Ecay, su hermana Caridad, que está embarazada de meses, y su marido Paredes, fuimos en tranvías Doña Alejandra, Rosa, Fede-riquito y yo á visitar las afueras de La Habana por un sitio llamado «La Cho-rrera » o «Venado»; y al regresar comimos y pasamos el resto del día en casa de dichos señores, donde, fuimos tratados con mucho agasajo tanto por las personas citadas como por la señora madre de ios Ecay y su hija menor. Gustavito fue muy ceiebrado por todos y sabido que sus padrinos eran Ceies-tino y María, fueron éstos el objeto preferente de nuestras conversaciones. MARZO 27. HABANA El vapor no saldrá hasta el 31. Mientras tanto se surte de carbón; lo que produce abordo un polvo y suciedad inaguantable. Con este motivo he determinado que Rosa y su madre descansen algunos días en tierra en el ho-tel «Mascotte» donde está alojado Dionicio en compañía de su simpática es-posa Teresita y su hija también Teresita. El resto de la familia seguimos dur-miendo y comiendo abordo por no ser posible aumentar los gastos. MARZO 28. HABANA Acompañado de Dionicio fui a visitar en la calle de Sulueta no 36 a mi respetable amigo Don Antonio López Botas; tanto por deseo propio como en atención a la íntima y antigua amistad con mi padre y porque así lo había prometido en Las Palmas a Doña Concha y a Doña Josefa y Diego Mesa. Profundísima pena me ocasionó el aspecto de dicho señor. Postrado en cama, lleno de dolores, escuálido y demacrado, con la barba crecida, se en-contraba, echándose de ver la falta de recursos y comodidades, el ilustre abo-gado, insigne patricio, el inolvidable rector y director del «Colegio de San Agustinn a quien todos debemos nuestra actual posición; el que yo había co-nocido toda mi vida ocupando el primer y principal papel en todos los asun-tos de Gran Canaria y aun de la provincia entera. Además de la postración física en que se hallaba ocasionada probablemente por lesión medular le noté debilidad en su inteligencia y un estado de fría resignación propia del que todo lo ha perdido y nada espera. Apenas me hizo algunas preguntas respec-to a la salud de mi padre y familia y hablándole yo y Dionicio de la conve- Diario patético de un em~&ante 14 niencia de que regresara a Las Palmas nos contestó con aire de profunda tristeza «que no estaba para determinar nada, sino para que otros determina-sen por él». Que él no contaba con ninguna clase de recursos para hacer via-je, ni con fuerzas para conducirse solo. Parece que la patrona de la casa de huéspedes donde le vi le trataba bastante bien y con desinteresado celo pues él, desde hace tiempo, no había podido pagar hospedaje. Movido de la curiosidad fui también a visitar al célebre médico Gordi- 110, hermano por madre de mi consecuente amigo D. Joaquin Moreno. Es un ochentón, con bigote teñido; me recibió con afabilidad, y se acordaba de mi padre. Me pareció que con los años se le habia debilitado algo la inteligencia. Recuerdo que me habló con mucho entusiasmo de un especialista que en la actualidad estaba en La Habana y que diagnosticaba la presencia de la solita-ria con sólo mirar la conjuntiva ocular, admirándose de los remedios infali-bles de que se valía para hacerla arrojar. Como se comprenderá muy bien no se trataba sino de tantos charlatanes que con maniobras de prestidigitación estaban y están sacando dinero al público. Según me dijo Dionicio el Dr. Gordillo no estaba en el &a bien de inte-reses y habfa tenido que recarir a un establecimiento de baños artificiales donde le visitamos. En su despacho habfa mucho de museo: aves disecadas etc.; en el saguán tenía encerrada en una jaula a un boa cubano. Con motivo de estas visitas hemos recorrido hoy casi toda la población de La Habana; la que me ha gustado bastante apesar del mal pavimento de las calles que da poca comodidad hasta en carruage y la falta de limpieza, en general, especialmente por las inmediaciones dc la marina. Las tiendas son de mucho lujo, y es grande la circulación de coches y de transeúntes. Los ca-fés, plazas y jardines son magníficos, especialmente en la parte nueva de la población. MARZO 29. HABANA También me acompañó Dionicio a visitar en tranvía en Jesús del Monte a Don Enrique Martínez, corresponsal de mi amigo Don José Franchy a quien yo había conocido en Las Palmas prestándole su asistencia médica. El día antes le habíamos visto en la ciudad lo mismo que a su compañero Mén-dez y nos había invitado a que pasásemos el día de hoy en su casa de Jesús del Monte, donde nos dio de comer en compañia de su esposa y hermana. Me he valido del dicho Martínez para tomar al cambio alguna moneda mexi-cana y encargar por su mediación unas camisas de cuello bajo, pues con el Francisco Morales Padróti mucho calor no puedo resistir las que tengo todas de cuello alto. Hoy con motivo de ser Semana Santa no circulan carruajes. Contra mi primer propósito he determinado que los que hemos quedado abordo del vapor nos traslademos también al hotel «Mascotte» a reponernos algo de las molestias insoportables del polvo del carbón abordo; el vapor no saldrá hasta pasado mañana. Todos estamos buenos. Evitamos, haciendo uso de un buen régimen, especialmente en la comida, el contraer la fiebre de que hay siempre aquí al-gunos casos. Rosita muy encariñada con Juana no quiere cuentas con nadie. Gustavillo al principio se asustaba cuando veía a algún negro o negra, pero como éstos son generalmente alegres y cariñosos, les ha perdido el miedo y se deja acariciar de ellos. Nos ha acompañado á.la mesa unas dos veces D. Alejandro Azofra, an-tiguo empleado en polisfa, hoy cesante, hermano de mi suegra. Nos han venido también a visitar Celia Romero con su marido, médico de la armada. MARZO 30. HABANA Hoy puse un telegrama a mi cuñado Diego en México, calle de Nuevo México no 1 1 anunciándole que salíamos mañana. MARZO 3 l. HABANA Anoche, después de haber pagado la cuenta del hotel, que por cierto fue importante, nos instalamos de nuevo en el «Cataluña». Ayer nos despedimos de la familia de Ecay. Hoy nos acompaña a al-morzar abordo Dionicio [sic]. Antonio del Castillo vino a despedirse de nosotros. Me dijo que pronto regresaria a Canaria. A las tres de la tarde levó anclas el vapor para Progre-so. El calor nos sigue persiguiendo. La ropa la tenemos siempre empapada de sudor; gracias al hielo se puede beber agua, pues de otra manera produce náuseas. ABñIL 2. PROGRESO El tiempo bueno nos ha seguido favoreciendo si bien con la la insepara-ble molestia del calor. Rosa, salvo esta última incomodidad, á que siempre ha sido muy sensible, no tiene mareo y está animada y con apetito; lo mismo el Diario patético de m emigrante resto de la familia. Hoy por la mañana hemos llegado á Progreso, puertecillo de poca im-portancia de la República mexicana. Esta noche á las diez seguiremos para Veracruz. Habíamos visto algunos tiburones en la bahía de Puerto Rico y de La Habana pero nunca tan abundantes como en esta rada. La gente de abordo trató de pescar uno, por cierto muy grande pero rompió el gancho 6 anzuelo en el momento de guindar10 abordo. A B R E 4. VERACRUZ Por fin nos acercamos al término de nuestro viaje. Hoy por la mañana llegamos a Veracruz sin esperirnentar novedad ninguna en la travesía. Que triste aspecto el de esta bahía ... ! Después de haber visto la de La Habana tan animada con sus innumerables buques, no encontramos aquí sino un peque-ño vapor norteamericano y algunos pailebotes de cabotaje. Pasada la visita de sanidad tuvimos la agradable sorpresa de recibir abordo la visita de mis cuñados Diego y Alfredo, acompañados de Domingo Gonzáiez Guerra que, desde hace años, radica en esta República. Habían ve-nido desde México, capital, a esperarnos y nos manifestaron que Federico y Alejandro se encontraban en Tampico, echo cargo el primero de las hacien-das de Alfredo en ausencia de éste. Desembarcamos en Veracruz, yo el último acompañado de Domingo González Guerra por tener que recontar y recoger el numeroso equipa-ge que traemos, que consiste en 46 bultos entre los que, están unas cajas de vino bueno y un barril de pescado salado que tuvo la bondad de regalarme Don Rafael Garcia Sarmiento. Todo ha parecido menos el dicho barril; y cansado de esperar abordo y deseando reunirme a la familia que está en tie-rra, hace ya horas, dejo dicho que cuando aparezca el suso dicho barril se lo den al Contramaestre del vapor para que lo use á mi nombre. Aunque en los primeros días de nuestro embarque, el Señor Sobrecargo de abordo me habia llamado la atención sobre nuestro numeroso equipage y la necesidad de pagar esceso de peso, he salido del vapor, después de propi-nar a los mozos de cámara y despedirme de todos, sin que nadie me haya pe-dido nada por el referido equipage. Será esto el único servicio que tenga que agradecer del vapor «Cataluña», donde a pesar de tanta recomendación, no he quedado ni con mucho satisfecho del trato que nos han dispensado. Al llegar a tierra me incorporé con la familia en el hotel ((Dilig~ncias~, Frankco Morales Padrón que Alfredo me habia recomendado en su última carta. Veracruz es una población bien cortada; su rada está abierta a los vien-tos del norte que soplan con mucha frecuencia, imposibilitando las operacio-nes de embarque y desembarque y poniendo en gran peligro a las embarca-ciones menores y mayores. Está defendida por una fortaleza del tiempo de los españoles llamada San Juan de Ulúa, sita a poca distancia de Veracruz, en un arrecife o islote. Sus calles, y plazas son anchas, provistas casi todas de tranvias; tiene luz eléctrica; pero poca concurrencia en las calles y su aspecto en general es triste. Nos llamó la atención el gran número de unos buitres negros que aquí llaman «sopilotes» que, acompañados de muchos tordos, también negros, revoloteaban por las calles y tejados sin asustarse casi de los transeúntes. Se echaban con avidez sobre las basuras que encontraban en las calles y sobre los carros que trasportaban la dicha basura. Según me dijeron, aquí acostumbran respetar a estas aves por que las consideran como poderosos agentes de desinfección limpiando a la pobla-ción de toda clase de inmundicias. El caso es que hasta el aspecto de los so-pilotes influyó para que todo me pareciese más triste, despertándome los te-mores, que casi habia olvidado, de ser contagiados de la peste amarilla y de-seando salir lo más pronto posible de esta población. En el hotel, que es bastante malo, aun cuando pasa por ser de los mejo-res, le pregunté a Alfredo que cuándo saiíamos para Tampico, término de nuestro dilatado viage. Me dijo que por ahora iríamos mañana a México, ca-pital, pues estaba allí ultimando la venta de las haciendas de Aldama, para con el producto de dicha venta comprar otras en México, o en sus inmedia-ciones donde todos tendriarnos ocasión de hacer buenos negocios. Respecto del negocio de minas estuvo más esplicito que en su última carta, diciéndo- -m--e- nrie en 105 ÚItinlns írfiáfisis be! me t d h&gfi tefij& e! &en--ñn A- 3-- 6'w" UC 'IUL era cobre lo que habian considerado oro. Esta confesión me produjo bastantes inquietudes pues siempre partia-mos del supuesto, al emprender el viage, de que en el caso de no dar resulta-do el negocio de minas se nos abriria un porvenir seguro en las haciendas de Aldama. Pero medio que me tranquilizó el tono de confianza con que Alfre-de c?e useg~z-6 sEestrs neFk estaba eil !a cqkal &ii& pronta cüiita-ría con valiosos elementos que a todos nos proporcionarían grandes venta-jas. Me añadió que tenia poder de su suegra, esposa y cuñado para permutar o vender las tiaciendas según lo creyese mis conveniente. Diario patético de un emerante 18 Acompañado del mismo Aifredo puse un telegrama a mi padre a Las Palmas noticiándole que habfamos llegado buenos. Alfredo pagó el dicho parte. Hoy probé en la fonda el célebre pulque, lfquido fermentado de unas pi-tas llamadas maguey. El olor y savor no lo recomiendan. REPUBLICA MEXICAN.4. MEXICO. 1888 ABRIL 5. MEXICO Pasamos la noche en el hotel «Diligencias», mortificados por el calor y los mosquitos. Salimos de Veracruz para México en el tren a las siete de la maiíana. Alfredo nos tomó billetes de pasage en tren de primera; encontrándose éste escaso de fondos le facilité 150 pesos mexicanos para atender a los gastos de pasage y de 45 bultos que serán facturados en el tren de carga, por ser así más barato; y a cuyo fin se queda en Veracruz Domingo González. Como viene con el equipage algunas cajas de v i n ~y, vagilla fina, todo lo que paga derechos en la aduana. Alfredo consiguió del administrador que fuese registrado el dicho equipzge en la aduana de México donde él tenia re-laciones- de que sacaria partido para que se pagasen los menos derechos posi-bles. A la mano no llevamos sino lo más preciso. Los coches del ferrocarril no son como los de Europa, sino grandes sa-lones que permiten pasear por el medio, con servicio de agua y de letrinas. En el trayecto del camino almorzamos de prisa, á las diez de la mañana, en Orizaba de donde toma su nombre el pico, montaña de nieves perpetuas, la más alta de México. Media hora después pasamos por Fortfn, desde donde se ve una profunda barranca 'bestida de seiva e imponente por su profundi-dad. Más tarde en Esperanza comimos todos. Los pasageros del coche obse-quiaron con frutas y dulces varias veces a nuestros niños. Precioso es el trayecto de ferrocarril hasta la llanura meseta central de México. Por todos lados bosques frondosos, selvas, riachuelos y curbas atre-vidas. Desde la dicha meseta central hasta la capital el trayecto es bastante árido; casi no se ven sino magueyes de los que se saca el pulque y se esperi-menta mucha molestia con el polvo del camino. Gustavito se impresionó cuando' pasábamos por algún túnel. Ya cerca de la capital se sienten muchas molestias. Con la gran trepida- 19 Francisco Morales Padrón ción de los coches ocasionada por el clesnibel de los railes. Llegamos a México a las ocho de la noche. Allí vimos a Viriato Gonzá-lez que nos esperaba y a quien encontramos muy flaco y casi afónico. En co-che fuimos a la casa no 9 de la calle 2a de San Juan que mi cuñado Aifredo nos habfa alquilado y provista de los más indispensables muebles. Elofsa Ferrugia ha venido a visitarnos; y acompaliados de ésta, Diego y Aifredo, hemos cenado con comida que este último habfa hecho traer de la fonda donde él para, que es el hotel «Hurnbolt». ABRIL 6 m E En la casa que vibimos están a nuestro servicio el portero de la casa que O se llama Angel y de cocinera Susana su muger. La casa es bastante amplia y n =m cómoda, y la calle muy frecuentada, aunque muy sucia. A Rosa y a mi nos ha O E parecido todo feo, acostumbrados como estamos a vivir con las comodidades que se acostumbran en Las Palmas. Según tengo entendido en esta casa vivi- E remos todos reunidos hasta que Federico venga de Tampico, á donde regre- 3 sará llevándose a su familia, dado caso que no se realice la proyectada venta - de las haciendas. 0m E Por lo que respecta a nosotros no sé á punto fijo los proyectos que abri- O gue Alfredo; aún no he tenido ocasión de hablarle con libertad. Con Diego he visitado lo principal de la población que me ha parecido n E hermosa Calles anchas casi todas, cruzadas de tranvías, mucho movimiento a de gentes á pie y en carruage y menos y antiguos edificios, como la Minerfa, n catedral y palacio nacional; edificios todos del tiempo de la dominación espa-ñola. Los jardines públicos son bastante bonitos. 30 Hoy escribo a mi padre hablándole de nuestra llegada a esta capital y manifestáncioie que estamos pendientes dei resdtado de ios negocios de Ai-fredo para adoptar nuestra definitiva resolución. Hasta aquí ha remitido mi cuñado Alfredo el almuerzo y comida de la fonda en que vive. Contando con Susana la cocinera romos 14 in&vidi?nr. Desde hoy Rosa se ha hecho cargo de los gastos de casa. Todos los artfculos de primera necesidad los encontramos muy caros, y de aquí que los fondos que me restan no den para mucho, pues no pasan de unos 85 o 90 pesos me-xicanos. Como yo no contaba con fondos hasta llegar a Tampico, con la idea Diario patético de un emigrante 20 siempre de que allí me habia de reembolsar Alfredo los antici-pos que he he-cho por su familia, no me es posible seguirme sosteniendo aquí sin ninguna clase de ingresos. Veremos si Alfredo nos saca de este atolladero, pues esta situación no puede prolongarse sino muy poco más. Me dice Alfredo que la carta de recomendación de Castelar que me ha-bía pedido en su telegrama a Las Palmas, era para que la utilizara con el ac-tual presidente de la República Don Porfirio Diaz, el cual atiende mucho a ias recvmendacionrs dr aquri iiustre hombre púbico; y que en esre concep to, tenía la seguridad de que presentándome yo al presidente con la referida carta conseguirfa fácilmente un buen destino con que poder hacer frente a los gastos en esta capital mientras él no resuelva los asuntos que trae entre manos de la venta de las haciendas. Esta declaración que-estaba lejos de esperar, pues hasta aquí estaba creí-do que Alfredo me había pedido la carta de recomendación de Don Emilio Castelar, para utilizarla en sus propios asuntos de minas etc., me sorprendió desagradablemente y necesité hacer un gran esfuerzo de disimular para ocul-tar mi contrariedad y disgusto. Pues en efecto, nunca ni remotamente llegué yo a soñar que después de más de veinte años de egercer mi profesión en mi país, habria de salir de éste para ensayar el egercerla en otro extrangero, con el inconveniente de tener probablemente que revalidar el titulo y otros mu-chos que no se ocultan a mi esperiencia. Y digo esto por que suponiendo que el Presidente quisiera o pudiera favoreserme, mucho no seria dándonie una cátedra o una plaza de hospital con la que ni con mucho pudiera yo sostener-me y de aquí la necesidad imperiosa de tener que recurrir al egercicio de la profesión con los inconvenientes ya apuntados. Mucho más me duele el estremo á que han llegado las cosas cuando me pongo a pensar que he abandonado en Las Palmas una regular clientela, mi cátedra en el Colegio de San Agustin y la plaza de médico titular del Ayunta-miento y que además malvaraté mi casa, todo, llevado de las promesas que mi cuñado Federico, por su cuenta y á nombre de Alfredo, me hacia en la carta que motivó nuestro viage. Mi cuñado me añadió que en uno de estos días me presentarfa y pon-dria en contacto con un diputado y senador llamado Don Antonio Arguin-zonis (hotel del Bazar no 22), persona influyente en el elemento oficiaJ. y con quien él estaba en relaciones para el negocio de la venta de las Inaciendas, 2 1 Francisco Morales Padrón para que por su mediación y en los términos que él me aconsejase, solicitase una audiencia del Presidente. Cuando, a la noche, Rosa y yo nos encontramos solos le cuento lo que su hermano Alfredo me habfa dicho y comunicándole mis desagradables im-presiones concluyo con la siguiente espresión «En que ratonera hemos caf-do! .... » Ella participa de las mismas inquietudes que yo; convenimos en que no podfamos pensar en regresar a Las Palmas por que habfamos, al salir ((quemado las naves»; sin casa, sin sueldos y con clientela que encontraría mermada, nuestra situación alií seria muy diffcil; y por temer todo, temimos hasta el ridículo que afecta a los que como nosotros salimos con el aire de confianza de los que esperan un brillante porvenir y regresan después más pobres y con menos recursos.. Pero, como de los malos caminos hay que ele-gir el menos malo, estuvimos de acuerdo en la necesidad de utilizar la suso dicha carta de Castelar como único recurso en las actuales circunstancias. ABRIL 10 Domingo González, que desde hace días llegó de Veracruz y está aloja-do en el mismo hotel que Alfredo, me ha dicho que ya llegaron los bultos de nuestro equipage facturados en el tren de carga. Falta nos hacia, pues no te-nemos ya ropa limpia que mudarnos. Hemos sacado el equipage. Alfredo pagó los derechos por las cajas de vino y consiguió que el resto del equipage pasase sin registros. El oro español se cambia en plata mexicana con ganancia de 28%y a ve-ces más; la plata española se cambia en plata mexicana con ventaja de 18%. Viriato González, que está colocado en el escritorio del acaudalado ban-quero Don Sebastián Camacho, en la Casa de la Moneda, nos viene a ver con frecuencia y demuestra mucho interés por nuestra situación. Me ha ma-nifestado que comprendiendo la ligereza de mis cuñados mandándonos a buscar sin tener ningún proyecto maduro aconsejó á Alfredo lo de la carta de rernmen&&n & Cart&r & 12 ~p 61 qce p& ~ K =E? l&c rm--lt-i-- do. Pena me da considerar a este joven tan juicioso e inteligente con la im-presión de una grave enfermedad que se revela en su voz apagada y estrema-da flaqueza Diario patético de un emigrante 22 Me dediqué ayer a escribir a la familia. Soledad dio hoy a Rosa diez pe-sos para contribuir a los gastos de casa. Ha llegado de Tampico mi cuñado Federico, y le entregó a Rosa 50 pe-sos para contribuir a los gastos de casa. Don Antonio Arguinzonis, a quien conozco por Alfredo, me propuso presentarme a un ayudante de confianza del Presidente para que me facilitase la audiencia con éste. Me dijo además que el Presidente, entre cátedras y pla-zas de hospital podía darme más de lo necesario para sostenerme en esta ca-pital. Pero Arguinzonis ha caído malo en estos días y he tenido que aplazar el asunto. En días pasados fui también presentado por Alfredo al abogado Don Demetrio Salazar que le dirige en sus asuntos de interés (calle de la Monteri-lla no 11); y al agente de negocios Don Gregorio Palacios, español que vive calle de Sanos fui también presentado por Alfredo al abogado Don Demetrio Salazar que le dirige en sus asuntos de interés (calle de la Monterilla no 11); y al agente de negocios Don Gregorio Palacios, español que vive calle de San Agustfn no 13. Ambos frecuentan mucho la sociedad de Arguinzonis, quien, en realidad, parece ser persona influyente. Hace pocos dias visitamos Rosa y yo, acompañados de Diego y Alfredo, á una familia amiga especialmente del primero. El jefe de la casa es Don Ni-colás Tellitu y Salinas; sus hermanas Dolores, Carmen e Isabel y la madre de todos Doña Amada Salinas. En esta casa fui presentado al nobio Don Lo-renzo Aguilar, al joven Don Ramón Yarza y, finalmente, a Don Ramón Bo-rrel que en unión de su esposa Doña Asunción Bauza se pusieron al piano y cantaron. ABRIL 27 Ayer, día de correo, me olvidé de escribir a mis padres. La verdad es que no sé que decirles. No quisiera despertarles inquietudes describiéndoles mi indefinida situación, cuando aún está tan reciente su pena y disgusto por nuestra separación. En m última, escrita el 16 del corriente, me limitaba a decirles que aún Alfredo no habfa podido terminar sus asuntos, les hablaba del estado fatal en que encontré a Don Antonio López en La Habana y el resto de la carta lo llené contándole mis impresiones de viage. 23 Francisco Morales Padrón Mi cuñado Federico no me ha dicho hasta la fecha nada de lo que pien-sa sobre mis asuntos. ABRIL 28 Viriato González me propone que trabaje por mi cuenta y no conffe en promesas de nadie. A este propósito ha convenido conmigo en obtener para mi una esquela de invitación para un baile que dará la Embajada francesa el dia 31 por la noche en obsequio a Don Porfirio Diaz, que recientemente ha ..:a,. A,..."-;"a,. ,..,.... 1" -...... da 1: l-A&- a- L....,... 11- "=,.a:& -.-e "-..t" 3 1 u w a g A a c l a u v cwu L a pal l CI- uc L a I C ~ LWI I uc IIWIIWL. LVIC allacuw ~ U 3CC l l a esto una buena oportunidad para pedirle entonces al dicho presidente una audiencia para presentarle la carta de Castelar. Como por otra parte, con motivo de la enfermedad de Argunzonis se va aplazando este paso y nuestra situación de por venir la veo cada día más obscura, no he dudado en admitir la propuesta de Viriato y he determinado concurrir al dicho baile. De algunos dias a esta parte nos encontramos muy abatidos, Rosa y yo. El estado moral, unido al género de alimentos de este pafs á que no podemos acostumbrarnos, nos ha hecho perder muchas fuerzas. La falta de vino, por-que es muy caro, y que nunca podrá suplirse con el pulque, lo mismo que la falta de presión atmosférica en los que acostumbramos a vivir en puertos de mar, contribuyen notablemente a nuestra actual decadencia. Nuestros hijos, incluso el robusto Federiquito, comienzan a resentirse también de las causas indicadas. Acostumbrados a vivir solos y con independencia no podemos avenirnos a los inconvenientes de tanta aglomeración de individuos. Cuánto echamos de menos nuestra casa de Las Palmas y todas las comodidades que alU dejamos ... Esta noche, bestidos de fraque y de toda etiqueta hemos concurrido Vi-riato y yo al baile de la Embajada francesa. El trayecto lo hicimos en un co-che que trajo el mismo Viriato. El salón de baile era bastante pequeño y no muy bien ornamentado; el orcpestfn me pareció muy pobre, y s?!temdx c m u n2 h e & militar n7i-i-p te-caba en el patio. En cambio los concurrentes disponfamos de departamentos cómodos para fumar y descansar; el buffet bueno y elegante. Aprovechando un momento que me pareció oportuno me acerqué al General Porfirio Dfaz y le pedí audiencia para presentarle una carta de Don Diario patético de un emigrante 24 Emilio Castelar. Ascedió con mucha cortesía a mi demanda, señalándome el miércoles inmediato, esto es el día 2 de mayo, a las cuatro de la tarde en el Palacio nacional, y preguntándole yo de que medios me valdría para ser in-troducido me dijo que bastaba con una targeta mía. El presidente es una persona de mediana edad y de aspecto bastante agradable y simpático. Estaba de fraque y con la condecoración de la legión de honor. La sociedad de baile se componía de muchas familias a la Colonia fran-cesa y de varios personajes a la poiítica. La esposa del general estaba también en el baile. Yo, una ves obtenido mi obgeto, pasé el tiempo entre el buffet y fu-mando en los salones de descanso; esperando para marcharme á que se in-corporase conmigo Viriato que estaba en los salones entretenido con las jó-venes amigas de su conocimiento. En uno de los pocos momentos que estuve en los salones del baile travé conocimiento con el abogado Don Manuel Anda (Mirador de la Alameda no 71/4) quien me presentó a su señora, a la que tuve ocasión de acompañar al buffet . Regresamos a nuestras casas en coche después de media noche. A Viriato lo he reconocido en días pasados. No le he encontrado lesión manifiesta de los pulmones por lo que creo que hasta el día no se trata sino de una lamigitis tuberculosa probablemente. Le he prescrito el tratamiento que a mi juicio debe seguir. MAYO 2 Estoy preparado para concurrir esta tarde a la audiencia del Presidente; en un coche de plaza he ido al palacio nacional á las cuatro de la tarde. Hasta después de las cinco y media no lleg6 el presidente. El bedel lla-mó para audiencia a algunos generales y personajes políticos y, recibidos és-tos, dijo «á nombre del Sr. Presidente termina la audiencia por hoy». Me aconsejó el teniente Coronel Maineros, a quien habia sido presentado días pasados por Arguinzonis, y a quien vi de casualidad en la antesala y le entre- -& al bedel una targeta mía a la que agregó con lapiz que soy -portador de una carta de Don Emilio Castelar. A los pocos momentos el bedel me dijo que habia dado la targeta al ayudante de órdenes del general y que me pasase a otro salón de inmediato. Los demás individuos que esperaban audiencia y que eran lo menos unos Francisco Morales Padrón cincuenta se retiraron. Ai cabo de unos tres cuartos de hora de espera fui llamado por el presi-dente por medio de su ayudante. El general me saludó muy friarnente y después de haber leido con mu-cha atención la carta de Castelar me indicó que es lo que yo deseaba y en que podía complacerme. Le hice una relación sucinta de lo que habfa motivado nuestro viage, los desengaños que habfa recibido y la dificil situación en que me encontraba por la falta de ingresos en un país estrangero y la dificultad de regresar a mi pis donde con mi salida habfa perdido todoi !e a&& mi de-seo de poder servir a la República en una plaza de hospital ó en otro cargo que estubiese dentro de mis facultades. El presidente me dijo que las plazas de hospital estaban muy mal dotadas y que él podía hacer en mi obsequio otra cosa mejor y era nombrarme médico militar. Yo traía a la mano un rollo de papeles donde constaban los servicios que habfa prestado en Las Palmas, certificados por el Cónsul de México en Las Palmas, mi amigo Don Fidel Dfaz. Le dige al presidente que a quién en-tregaria los dichos documentos que acreditaban mi personalidad y servicios; a lo que me contestó que si bien la carta del Sr. Castelar bastante sobraba para recomendarme, siendo inútil todo lo demás, bastaba que yo los hubiese trafdo a la mano para que él los recogiese, encargándose de remitirmelos a su tiempo a mi domicilio del que dejó nota, lo mismo que de mi nombre en un libro de memorias. Después de frfos ofrecimientos de su parte, me despedí dándole las más sinceras gracias. Eran ya las ocho de la noche cuando regresé a casa bastante contento, dándole cuenta a Rosa y resto de la familia de lo que me habfa ocurrido. Poco me duró la satisfación ocasionada por el buen recibimiento del ge-neral presidente. A las diez de la noche, cuando Rosa y yo estubimos solos, me dijo ésta que habfa tenido un gran disgusto con su hermano Federico. Pa-rece que éste llebado de su habitual violencia habia amenazado castigar a Jua-na nuestra criada que con motibo de haber sido despedida Susana la cocinera lo mismo que a su marido por rateros, estaba sirviéndonos a todos de criada, cocinera y además de ama de nuestra Rosita. Rosa intervino en el asunto de-fendiendo a Juana y entonces Federico se travó de palabras con ella dirigién-doles espresiones injuriosas y ofensivas. A Rosa la encontré notablemente afectada con la anterior escena y sin ningún esfuerzo de mi parte convine con ella en la urgente necesidad de mu-darnos de casa y vivir separadamente. Diario patético de un emigrante 26 Como para todo, desgraciadamente se necesita dinero y a mi no me queda casi ninguno, pienso mañana hablar con Alfredo á ver si me puede fa-cilitar algunos fondos con que atender a la mudanza. MAYO 3 No he podido hoy encontrar á Alfredo. Rosa no quiere continuar al frente de los gastos de la casa; le entregó a Soledad 15 pesos que le han sobrado del último dinero que le habia dado Fe-derico para que ella continúe en lo sucesivo, si quiere, disponiendo lo nece-sario de la casa. MAYO 5 Alfredo a quien he visto me ha ofrecido facilitarme 200 pesos tan pron-to los adquiera. Hoy es día de fiesta nacional. Se celebra la retirada de los franceses de Puebla, siendo el héroe de la jornada el general Zaragoza por lo que se deter-minó que en vez de llamarse Puebla de los Angeles se llamase desde enton-ces Puebla de Zaragoza. Ha habido gran parada militar. MAYO 7 Preocupado con mi pensamiento fijo se me pasó el día de ayer sin escri-bir tampoco a mi familia. He reconocido con Diego una gran parte de la población en busca de una vivienda a donde mudarnos sin haber conseguido aún nada por ser to-das las que hemos visto malas o caras. Por fin anoche hemos visto una vi-vienda baja en la avenida de Juárez (antes Calvario), casa no 7, que adminis-tra doña Indalecia Gómez, amiga bastante intima de Elofsa Farrugia. A vi-riato le gusta mucho el sitio y Diego ha quedado encargado de conseguir que Elofsa responda por nosotros á la indicada señora. El alquiler es de 40 pesos adelantados. MAYO 8 Avenida de Juarez no 7. Está ya comprometida la vivienda, Doña Indalecia se conforma con que responda por nosotros Elofsa Farriaga sin exigir fiador comerciante como de Francisco Morales Padrón costumbre. Alfredo aún no me ha traído el dinero que quedó en darme desde ayer. Cada día tenemos más apuros Rosa y yo en mudamos por lo que con el em-peño de unas prendas de esta Ultima que produjo 60 pesos, hemos pagado los 40 pesos adelantados convenidos y trasladamos nuestros muebles a la nueva casa. Doña Alejandra a quien propuso Rosa que la acompañase, no ha creido conveniente hacerlo y se quedakon Federico y Soledad; Despdr de mi"rl_ddos hl !!egad~ _A_Eredne ~treg&fic!c!rn!ees 2QG peses 1 que me habfa prometido. Si no se tarda mucho el empleo que me ofreció el Presidente cuento con que poder sostenerme algún tiempo. MAYO 17 Se pasó el día de ayer y he cometido la imperdonable falta de no haber escrito a mi familia. Mucho me preocupa la idea de que mis queridos padres atribuyan mi silencio a motivos graves. MAYO 18 Desde hace &as nos hemos provisto de los muebles más indispensables para nuestro servicio procurando dejar lo más decente la sala que mira a la calle que he convertido en despacho. Como se tarda el empleo que me ofreció el Presidente, Viriato me con-siguió una carta de Don Fernando Camacho hijo del banquero, recomendán-dome a Don Rafael Chansal secretario particular del general Porfirio Diaz. Varias veces he intentado ver al referido secretario que recibe en un departa-mento del mismo palacio nacional y no he podido conseguirlo hasta hoy. Le manifesté lo que me habia ofrecido el presidente y mi deseo de que averiguara lo que haya sobre el particular y quedó convenido en hacerlo con bastante agrado, al parecer. En la tarde de este &a, con el fin de interesar a Chmra! en rr?i f i x r crei conveniente remitirle a su casa un regalo consistente en una canastilla con una docena de botellas del buen vino que trage de Canaria, adornada con dulces finos y cubierta con un bonito cobertor bordado que habiamos traido; Juana lo llevó a su casa, con una carta mia. De las cajas de vino que traje de las Palmas he dado una a Alfredo para Diario patético de un emigrante regalarla si no recuerdo mal a su abogado D. Dernetrio Salazar. La casa en que vivimos es bastante cómoda, si bien muy húmeda. Me he apercibido sin embargo que aquí no hace la humedad el daño que era de esperar, quizá por la rápida evaporación ocasionada por la falta de presión atmosférica. Hace pocos das me presentó Viriato al Dr. Don Ricardo Fuentes, jo-ven mexicano que estudió en Alemania y que se ha dedicado a la especiali-dad de la parotomfas con bastante crédito. Eloisa Farrugia nos viene á ver con frecuencia manifestándonos, mu-cho interés. Le he regalado una buena cala de pinturas de acuarela que yo te-nia. Elofsa me anima á que egerza la profesión para lo que debo poner placa en la puerta de la casa. No me decido a hacerlo hasta no recibir el empleo ofrecido por el presidente por creer que necesito de reválida y asi precisa-mente me lo dijo el Dr. Fuentes, cuando le hablé del caso el otro día. MAYO 26 He vuelto á visitar al Sr. Chansal; me dijo que habia averiguado que el presidente habia hecho mi propuesta en el ministerio de la guerra, prome-tiéndome activar alií el nombramiento. Me añadió además que él se haria cargo de recoger los documentos que quedaron en poder del mismo presi-dente la noche que me dio audiencia. He quedado bastante satisfecho de esta entrevista pues tengo ya la seguridad de tener un empleo que me proporcio-ne algunos ingresos. Don Antonio Arguinzonis y el mismo Alfredo me dicen que un empleo militar no es lo que mejor me conviene y que preferirian cátedras o plazas de hospital. Yo, hoy por hoy, me doy por satisfecho con cualquier cosa que me produzca algunos ingresos y me dé tiempo á hacer algo por la profesión. Ar-guinzonis, sin embargo, se ha empeñado en presentarme al Gobernador mili-tar, general Carrillo, para influir con éste á fui de que mi nombramiento lo troque por otro más de su gusto. Yo accedo a todo, pero es el caso que Ar-guinzonis falta todos los días á las citas que me da por lo que he determinado prescindir en lo sucesivo de su mediación. La buena Eloisa, procurando siempre abrirme el camino, me ha dado una targeta del diputado Don Epigrnenio Pineda recomendándome al dicho Gobernador militar Don Hermenegildo Carrillo y con otra suya propia para el mismo señor, á fin de que éste me active en las oficinas de Guerra mi nombramiento. 29 Frannj,, Morales Padrón Se me habia olvidado decir que el da 12 del corriente recibi la primera carta de mi padre fechada en ~as'Palmase l 22 de Marzo, pocos dias despuei de nuestra salida, participándome que no habia ocurrido novedad particular en la familia. Me refería, sin embargo, un detalle que me conmovió mucho y es que mi pobre madre no se apercibi6 sino dias después de mi marcha, de mi ausencia, y que se quedó cuando lo supo, muy afectada y dolorida; pero que ya comenzaba a reponerse y estaban todos ansiosos de tener noticias nuestras. Hoy he recibido varias cartas. Una de mi padre fecha del 28 de Marzo en la que se refiere a la anterior del 22. Me dice que mi madre tuvo unos cólicos que padece de que ya estaba completamente restablecida. Me pregunta por Don Antonio López Botas, y entre otras cosas me dice que se habia visto en la necesidad de romper rela-ciones con mi primo Luis Navarro, por su torcida conducta y mal proceder en la cuestión de mi plaza de médico titular. Otra de mi hermano Juan, fechada en Cáceres el 7 de Abril, en la que entre otras particulares me dice que si por circunstancias no previstas, no diere resultado el negocio de minas que regresásemos á Europa, donde de acuerdo con él determinariamos lo más conveniente. Es de admitir como á tanta distancia de nosotros ha sido profeta! Otra de mi padre, fecha 13 de abril, diciéndome que el 5 del mismo mes á las 7 y media de la mañano recibió mi telegrama de Veracruz fechado el 5 del mismo dia a la una y cuarenta y cinco minutos de la mañana. Me acusa además recibo de mi carta de La Habana y me incluye un suelto publicado en el Liberal' el 13 de Marzo en que se hace de mi un elogio muy satisfacto-rio. En ésta lo mismo que en las anteriores parte del supuesto de que esta-mos en Tampico. Otra de mi amigo Don José Franchy, fecha del 12 de Abril, refiriéndose al telegrama, sino de Veracruz. Y otra, finalmente, de mi hermano Juan fecha 12 del pasado refiriéndo-se á la mía que le escribi desde la Habana con fecha de 24 de Marzo. Todas estas cartas las he recibido con atraso, porque conforme á lo con-venido a mi salida de Las Palmas habian sido dirigidas a Tampico, de donde han sido devueltas por Anibal González que recide allí empleado en las ha-ciendas de AEredo. Diario patético de un emigrante MAYO 28 Sin hacer uso de la mediación del diputado Pineda para quien me había dado una carta de recomendación Eloísa, me presenté hoy al Comandante militar Don Hermenegildo Carrillo en sus oficinas del Palacio Nacional. Me introdujo el teniente coronel, ayudante de órdenes de Carrillo, el joven espe-cial Sr. Cuvas que ha parecido simpatizar conmigo. El general Carrillo sirvió al imperio, cuando Maximiliano, y a pesar de esto ocupa un puesto importante en el Gobierno por ser querido y estimado de todos. Es una persona muy llana y afable con todo el mundo. Se penetró de mis deseos y me dijo que activaría mi nombramiento en las oficiiias de Guerra citándome para pasado mañana. Los días en que sale el correo de Veracruz para Europa son los 8, 18 y 28, debiendo escribirse aquí dos días antes esto es el 6, 16 y 26; porque el tren para Veracruz en correo sale por la mañana temprano a las seis, llega por la noche y hasta el día siguiente no es recogida la correspondencia por los vapores de la Trasatlántica Española. Esto me ha hecho pensar que la carta que escribi a mi padre y eche al correo ayer 27 debe haberse quedado en Veracruz sin alcanzar al vapor. Esto me ha contrariado mucho, pues pre-cisamente en dicha carta me escusaba de no haber escrito en los anteriores correos, y les hablaba de las esperanzas que tenía de un empleo. Para atenuar en lo posible esta falta mia me decidí ayer a ponerle un telegrama noticián-doles que estábamos buenos. Hoy escribo á Juan, en carta certificada por via «El Paso» diciéndole el fracaso que hemos tenido en nuestros cálculos y las esperanzas de destino. También por la misma vía le pongo otra carta certificada á Celestino González a Madrid, calle del Barquillo 45, 2" centro, en la que le hablo con franqueza de todo lo que nos ha ocurrido. Por más que costó un verdadero sacrificio gastar 5,05 en el telegrama á mis padres, atendiendo á mi escases de fondos, he quedado, no obstante, sa-tisfecho y tranquilo con la idea de quizá en estos momentos han tenido la noticia de que estamos buenos; lo que atenuará el disgusto que se tengan por falta de mis cartas en los correos anteriores. MAYO 30 Ayer puse en el correo vía «El Paso» una carta de atención para D. José Franchy y otra pra mi padre por la misma vía en la que, entre otras cosas, le Francisco MoraLes Padrón sigo contando mis impresiones de viaje. A las ocho o nueve de la mañana de hoy he vuelto a visitar al general Carrillo; se acusó de oividadizo y me volvió a citar para maííana a las cuatro en las oficinas del Ministerio de Guerra. Cuando regresé a casa después de esta visita tuve la agradable sorpresa de recibir una carta de D. Rafael Chansal incluyéndome un nombramiento de Capitán 1" Médico Cirujano del Cuerpo médico militar con el haber anual de 1200.85, e incluyéndome otra del mismo Chansal presentándome al D. Antonio Maineros, teniente coronel del 4" regimiento de Caballería á cuyo servicio he sido destinado. ,, - E MAYO 3 1 o - Hoy me he presentado en el Cuartel de Santiago al teniente coronel m O E Maineros, á quien yo conocía por haberle visto en casa de Arguinzonis. Le E 2 entregué la carta de Chansal. He convenido con Maineros en pasar la viw.' ta a E las diez de la mañana. 3 - JUNIO 1 - 0 m E Por primera vez paso hoy la visita en el regimiento de Caballería a que O estoy incorporado. El teniente Coronel Maineros me presentó a toda la ofi- - cialidad del cuerpo. -E El mayor Don Juan M. Gómez a quien me habfa particularmente reco- a 2 mendado Maineros se ha servido acompañarme á las oficinas de la zona mili- -- tar, en el Palacio militar, donde por la mediación del Capitán de Caballería Navarro me presentó al Coronel de mi cuerpo Don Juan Castellano quien a 3 O su vez me presentó también a los demás compafíeros médico cirugapos. El Mayor me presentó también en los departamentos de tesorería que están en el mismo palacio nacional, al Comisario de guerra Callejas y al paga-dor Rivera, dejando todo dispuesto para la toma de poseción de mi destino. Entre las obligaciones de mi empleo está la de presentarme todos los días á las 12 en la oficina o departamento de la Sección Sanitaria de la zona militar, para tomar órdenes y sentar en un libro de registros las partes de en-fermedad que ocurran en el cuerpo que visito espresando el diagnóstico de la enfermedad etc. etc. y montar guardia en dicha zona el día que me toque por turno. También me ha manifestado mi coronel que indispensablemente necesi- Diario patético de un emigrante 32 to del uniforme pues en las revistas de Comisario no se paga si no se lleva el dicho uniforme. Por via el Paso escribo á mi padre, á mi hermano Juan y a Celestino González participándoles mi nombramiento. He recibido hoy carta de Juan, fecha del 7 de Mayo, en la que entre otros particulares me dice que accediendo á los deseos de Geromita de cm-biar el dicho nombre por el de María, se le puso este recientemente en el de la confinmaci6n. Y de qGe en Iv sUces&o se !!mar& M-,r--, Ge-rónima. Otra de mi padre; fecha del 13 de mayo, diciéndome que el día de San Pedro Mártir (29 de abril) fue el entierro de Doña Eufemiana Jurado Do-mínguez, que había muerto de pulmonía; el de Doña Rafaela del Castillo Oli-vares á consecuencia de una congestión pulrnonar, lo mismo que también el de Doña Marfa del Pino Déniz, la suegra de Manuelita González Avilés. Me añadió además que el desgraciado Doctor Don Antonio López Botas había fallecido en La Habana el 16 de Abril sufragando sus gastos de entierro el médico isleño Cuvas y Antonio del Castillo. Mamá seguía bastante bien, Agustín mi sobrino bueno y contento en Barcelona. Pero que mis sobrinas Teresa y Candelaria estaban en cama inva-didas del sarampión, pero sin síntomas que inspirasen cuidado. Otra carta del procurador Don Francisco Bello, manifestándome que se había ganado en la audiencia el pleito de mi cuñado Federico con Calderfn, gracias a las buenas gestiones de mi amigo Don Felipe Massieu a quien habla yo interesado mucho en el asunto antes de mi salida de Las Palmas. Gerónimo también me escribió acusando la mía de La Habana y dicién-dome que tenía en la actualidad (Mayo 12) malos catarro pulmonar á Gero-mito, mi ahijado y a Josefinita. Sigo visitando con regularidad a las diez de la mañana al 4" Regimiento á que estoy agregado. A dicha hora tomo todos los días frente al palacio del Congreso el tran-vía de vía angosta (Angeles y Guerrero)) y para regresar, después de hecha la visita el de ((Santa Maria y Santiago)). Al toque de corneta de «hospital y parten que se hace a mi llegada al cuartel, el oficial de semana de cada uno de los 4 escuadrones en que está di-vidido el regimiento, acompañado del sargento o cabo, me presentan el parte 33 Francisco Morales Padrón de enfermos. Conforme al parte voy llamando y examinando a cada uno de ellos. A los que no tienen sino indisposiciones ligeras les prescribo lo conve-niente para que se curen dentro del cuartel, dándoles de baja en el servicio activo dos o tres días hasta que recobren su salud. De éstos dejo una nota, particular mía para mi gobierno. Por lo que respecta a los que tienen enfer-medades que necesitan de asistencia facultativa los doy de baja mandándolos al hospital militar. De estos últimos lleva la nota diariamente á las doce del día a la zona militar, donde después de haberlo comunicado verbalmente al que esté de jefe de la sección Sanitaria, le doy asiento en un libro destinado a registro, espresando el diagnóstico de las enfermedades que han sido despe-didos para el hospital. En el mismo departamento en que se hace esto, espresamos allí todos los médicos militares y los veterinarios a que se lea la orden del día de la pla-za y concluida esta lectura nos despedimos del gefe, que generalmente es nuestro coronel y en la ausencia el de más categoría o el más antiguo de los que concurren, generalmente estamos libres á las doce y,media. En la orden del día se nos designa por turno el día que nos toca estar de guardia en la zona, y el que nos toca visitar el fortín de Santa Fe; o bien se nos da la orden de incorporarnos a algún otro cuerpo, se sefiala la revista de comisario. Concurrir en las solennidades de las fiestas nacionales etc. etc. El día que nos corresponde estar de guardia en la zona vamos desde la maiiana temprano á la mayoría de plaza a tomar órdenes y tenemos obliga-ción de permanecer en los departamentos de la zona desde entonces hasta el día siguiente de la maiíana en que nos releva el que le toca en turno. En este día tenemos obligación de reconocer a los voluntarios o reemplazos que se nos remitan, dándoles asiento en un libro con la espresión de «útiles o inúti-les »; expresando en este ?í!timo ras^ 12 cnfemedíld cpe cstC c ~ q x e n&d aen el cuadro de escepciones. También se nos obliga en este día a prestar servi-cios en cualquier cuartel donde falte el médico y ocurra alguna novedad. Los reconocimientos de voluntarios o de reemplazos pueden hacer tam-bién en los cuarteles á petición del gefe del cuerpo cualquier día sin ser pre-cisamente el de guardia, en cuyo caso les damos asiento en el libro referido, en e! t&=c & ei. n , le~s h c ems . Nuestro Coronel nos ha tolerado que en los días de guardia nos mar-chemos á nuestras casas dando una o dos vueltas durante el día por la zona y dejando encargado á alguno de los oficiales que están de guardia que nos lla-men dado caso que ocurra algo. A este fin en un cuadro constan nuestros Diario patético de un emigrante 34 domicilios. Y aun cuando así lo hacemos no estamos esentos de responsabili-dad si se nos necesita y no se nos encuentra como suele suceder cuando ocu-rre algún accidente en el mismo departamento de la zona o en algún cuartel y se acude al mkdico de guardia y no se le encuentra. A algunos de mis com-pañeros le ha costado esta falta un arresto en la prisión militar de Santiago. El fortín de Santa Fe, 6 sease la fábrica nacional de pólvora, es un fuer-te desde el tiempo de los españoles á una hora de distancia de Chapultepek; se va en tranvía hasta este sitio y desde aquí en un guayín (carrichoche) hasta el indicado fuerte donde se pasa visita a la guarnición, consignándose el re-s&& e! libro & asientos, La ievista de comisario se hace de riguroso uniforme conforme lo esta-blece la orden de la plaza; de no concurrir en corporacion se sigue que no se nos estiende la nómina del mes. Las revistas de comisario se hacen en los departamentos de la tesoreria donde el comisario nos va llamando por lista que tiene en su poder, se hace generalmente en los primeros días del mes. Los médicos cirujanos que en la actualidad forman la Sección Sanitaria de esta 8" Zona militar son: El Coronel Don Juan N. Castellanos. El Teniente Coronel Don Vicente Fonseca que visita los almacenes de construcción. El Teniente Coronel Don Eduardo R. García que visita el 21 batallón. En la actualidad está nombrado para visitar la esposición universal de París en comisión de servicio. El Mayor Don Antonio G. Trugillo, visita 4" batallón de artilleros. En la actualidad está en iicencia por malo de una mano. El mayor Francisco López Barón, visita batallón de ingenieros. Ausente hoy. El mayor Francisco Sánchez visita bataiión de inváiidos. El mayor Manuel Mateos visita 1 batallón de artilleros. El mayor Ramón Galán visita 3er batallón de artilleros. El mayor Manuel Iglesias visita el 18 batallón (y el cuarto regimiento antes de mi). El mayor Justiniano Mondragón, visita el 7" Regimiento. Está ausente. El mayor José G. Castellanos (hermano del Coronel) visita el 9' bata-llón. El Capitán lo Genaro Pérez visita 2" batallón de artilleros y gendarmías de ejército. Francisco Morales Padrón E1 Capitán lo Marcelino Mendoza visita el 24 batallón. E1 Capitán lo Everardo Molina visita el le' batallón de infanterfa. Y finalmente el Capitán lo Andrés Navarro y Torrens que visita el 4" Regimiento. Los oficiales del egercito Mexicano, según su gerarquía son los siguien-tes lo. Alférez una franja en la manga; 2". teniente 2 franjas; 3". Capitán 2". tres franjas siendo la del medio de distinto color según sea caballería o infan-terfa; 4". Capitán 1" tres franjas; 5". Mayor, tres franjas, siendo la del medio más ancha; 6". Teniente Coronel, tres franjas anchas las de los lados y estre-cha la del dio, 7". Coronel, tres franjas anchas; 8". general de brigada y 9". m - general de división. E El uniforme nuestro consiste en kepi, levita y pantalón de paño con es- o n pada sable; las mangas del levita tienen vueltas de terciopelo carmesi; en la manga derecha, como en el kepi el escudo del cuerpo médico que consiste en la serpiente de .Esculapio; el pantalón tiene dos franjas doradas estrechas. He encargado el uniforme, al sastre Garcfa Benites, calle de Jesús no 3. que sin contar la espada me cuesta 80 pesos que pagaré en tres plazos. Para la espada sable me ha ofrecido crédito para tomarla á plazos en la zrmerfa de la calle 2" de Plateros, mi Coronel D. Juan Castellanos. El sastre me ha ofre-cido hacerme el uniforme para la primera revista de Comisario que será en los primeros días del próximo. En el cuartel, todos los oficiales, lo mismo que los compañeros de la sección Sanitaria, me tratan con cortesía y finura. Por más, que término-medio me pasarán de 90 pesos mensuales el suel-do por mi empleo militar, yo procurarfa irme sosteniendo en esto, animado de la esperanza de ir adquiriendo alguna cosa por el ejercicio de la profesión. Pero me he enterado de que el día menos pensado, quizá muy pronto, tendré que salir de esta capital por riguroso turno y ser trasladado a otro cuerpo de cualquiera de los diferentes estados de la República. En este caso se echan todos mis cálculos por tierra, pues en esta forma nunca podré tener clientela fija y por otra parte no podré sufragar los gastos de traslación de mi familia. En este concepto preciso intentar conseguir un destino en la embajada española o en el consulado o tal ves igualas en alguna hacienda del interior en empresas de minas que produzcan lo necesario para sostenerme de pronto y dar lugar a que la profesión me produzca algo. Viriato, con quien he habla-do de estos asuntos, es del mismo modo de pensar. Por de pronto en las car2 tas a mi padre le pedirá me solicite cartas de recomendación para el elemen- Diario patético de un emigrante 36 to oficial de aquí por medio de León o de Matos en Madrid para con dichas infiuencias hacer frente a cualquier dificultad que me cree mi destino. La buena Eloísa nos ve con alguna frecuencia y suele acompañarnos á comer de noche. JUNIO 6 Escribo a mi padre acusándole recibo de las anteriores, le continúo las informaciones de viage y concluyo pidiéndole cartas de recomendación para el elemento oficial de aqui. Ocultándole mis temores de tener que dejar el destino iiiás O iiieiius tarde. Le escribo también á Juan y a Celestino; á este último por duplicado, certificando una de las cartas e indicándole por las razones ya espuestas la conveniencia de que esté preparado para otro destino en el caso de que tenga que renunciar el mío. Le propongo utilice sus influencias para cmseguirme un destino en la Embajada o Consulado español. A mi padre le pongo otra carta por vía El Paso para juzgar cuál de las dos llega primero. De nuevo tengo que recurrir á empeño de prendas: como he tenido que pagar anticipadamente el alquiler de la vivienda me he quedado escaso de fondos. Aifredo lejos de poder ayudarme le pidió el otro día a Rosa 10 pesos, lo que me indica que anda apurado y que sus negocios no van viento en popa. JUNIO 12 Afortunadamente el sueldo por mi destino nos lo dan en tres plazos de cada diez días aproximadamente cada uno, liquidando en el último el des-cuento del haber; ayer cobré 20 á cta. Rosa y yo hacemos constantes cálculos para reducir lo más posible nuestros gastos domésticos. Por más que tratamos de hacerlos los más mo-destos posibles no podemos alterar el siguiente presupuesto: Alquiler de la vivienda Portero Pensión de Federico FF7ann'scoM orales Padrón Tranvfas a 0,06 diario Sellos de cartas Gastos de escritorio Labado y planchado Gastos de comida 98,30 Mis ingresos se reducen a 90 por término medio del cargo de médico militar y de aquí que quedemos en descubierto con la diferencia, o sea 8,30, ~ L I hPa bremos de raríirlor de empeños de prendas mientras nos duren éstas si Dios no pone antes remedio. Para que se vea que mis cálculos no son exagerados no hay mas que echar la vista sobre el presupuesto de gastos de comida que á continuación espongo; en él no es posible rebajar un centavo. -Gasto diario en la comida- Leche para los niños 0,12 O, 12 Carne de vaca 0,21 0,21 Pan 0,14 0,14 Azúcar 0,04 0,04 Huevos 0,12 0,12 Papas 0,12 0,12 Garbanzos 0,02 0,02 Manteca de puerco 0,12, 0,12 Chocolate para el desayuno 0,09 0,09 Café 0,03 ' 0,03 Carbón 0,09 0,09 Petróleo 0,05 0,05 Velas 0,02 0,02 Jabón de cocina para labar 0,09 0,09 Lechugas o tomates etc. 0,02 0,02 Sal 0,O 1 0,Ol Aceite para comer, para la lámpara y vinagre 0,04 Pulque 0,03 0,03 Suma 1,36 Que multiplicados por 30 días importan la dicha cantidad de 40,80. He puesto en !a nota anterior la pensión de Federico en un colegio por-que aun cuando hasta hoy día no nos ha sido posible mandarlo á un &l&io, Diario patético de un emigrante 38 tenemos determinado Rosa y yo el hacerlo lo más pronto posible, pues está muy atrasado la educación de este niso. Como se ve por las notas anteriores, con noventa duros, de los únicos ingresos fijos hasta el día tenemos que hacer frente á los referidos gastos mensuales, dentro de los que no he hecho mensión de la reposición de ropa, calzado y desembolso por mi uniforme y otros muchos imprevistos. Asl es que por primera providencia hemos determinado mudarnos a otra vivienda, aunque sea interior y no esté en otra calle tan buena como ésta. En realidad en la actual casa tenemos bastante comodidad. Prescindien-do de su humedad que llega al estremo de encontrarse lombrices de hume-dad hasta en las habitaciones interiores, tenemos en cambio un patiecito a propósito para labar y secar la ropa, de cuya operación se ocupa Juana en los ratos en que la dejan libre la niña Rosita y los quehaceres de la cocina, pues no nos ha sido posible entrar otra criada. Mi despacho es amplio y cómodo. Tenemos además la ventaja de tener frente a nuestra casa al grande y bonito paseo de la Alameda la que es un gran recurso para que nuestros nifios pa-seen y se distraigan en los días y a las horas que lo permite el tiempo. Pues en esta estación, desde las tres de la tarde, generalmente todos los días, caen llubias abundantes acompañadas inseparablemente de ruidosos truenos y de relámpagos. En esta casa hemos trabado relaciones con Doña Isabel Ferrer de Gi-ménez, pariente, creo, de la segunda esposa de Federico el hermano de Eloi-sa Ferrugia, y con una familia de origen francés que mora en una vivienda, parte á la nuestra. La administradora de la casa Doña Indalecia, también nos trata con bastante afabilidad. No podemos decir lo mismo del viejo portero que nos fastidia con su carácter seco e interesado, aburriéndonos con el son-sonete de un arpa que toca a todas las horas del día y parte de la noche. JUNIO 13 He tenido cartas de Canaria. De mi padre dos; una del 22 de Abril en la que me supone en México presentando la carta de Castelar; abriga la presun-ción de que tal vez me convenga establecerme en dicha capital en el caso de que ei proyecto de minas no de resuitado; en ia otra, fecha dei 27 de Abrii, me dice que Teresa mi sobrina estaba ya completamente [sic] del sarampión y que mi cuñado Pancho estaba en la actualidad empleado casa de Gómez, ganando 30 pesos mensuales; me dice entre otras cosas que fracasó el 39 Francisco Morales Padrón proyecto de la gran fonda que a mi salida trataba de establecerse en la casa de la calle de los Balcones, donde Ramón tenia la suya, y en cuyo proyecto se decía que tomaba parte entre otros, Luis Navarro. Mi hermana Juana esta-ba mejor de su gastridimia. Pancho me escribió también, lamentándose el pobre de lo poco que le favorece la suerte. En diferentes ocasiones, unas veces por la mañana y otras por la tarde, he intentado visitar a Don Rafael Chansal, secretario particular de D. Porfi-rio Diaz: séase por que no ha querido recibirme o por que en realidad no es-tuviese en su oficina del palacio nacional, ni en su casa, calle de San Andrés, ei caso es que he perdido muchas horas de antesala sin conseguir verle. Mi obgeto era para darle directamente las gracias por Ia parte que ha tomado ac-tivando mi nombramiento de médico militar y recordarle, al mismo tiempo, me compiiese la promesa de recogerme los documentos que quedaron en po-der del Presidente el día que me concedió audiencia. Por dicho motivo, me limito hoy a escribirle dándole las gracias e indi-cándole por qué no lo he hecho personalmente. También lo hago con el Pre-sidente, a quien he debido haber escrito desde hace días; pero vale más tarde que nunca. JUNIO 16 Escribo a mi padre; le incluyo dentro de la carta unos rizos de Gustavo y de Rosita. Al primero, casi desde que nos embarcamos ha ido perdiendo el ensortijado bonito que tenía, y Rosita, que en cambio tenía el pelo lasio, se le ha puesto rizo. Le escribo también a mi cuñado Pancho y a mi compañero Vicente Ruano, que quedó encargado del servicio del hospital de elefarcia- COS. JUNIO 17 Por vía El Paso escribo a mi hermano Juan y le repito otra a mi padre, incluyéndole semillas de césped inglés, para que lo siembre en una maceta. También he escrito a Gerónimo Falcón. JUNIO 18 Por vía El Paso escribo a mi cuñado Antonio Figuera y Chano. Diario patético de un em&ante JUNIO 20 Hoy por la misma vía lo hago a Agustín Pérez, Jorge Rodriguez y a Diego del Castillo, a quien no olvido su buena y correcta conducta cuando el asunto de mi plaza de médico titular. He tenido carta de mi padre fecha del 22 de Mayo. Me acusa haber reci-bido la mía del 16 de Abril y espera que pueda sacar partido de mi perma-nencia en esta capital. Pancho, mi cuñado, me pregunta en carta suya de la misma fecha me pregunta si yo creo que él pudiese hacer aquí algo, pues en Las Palmas no puede seguir sosteniéndose. Le escribo hoy á mi padre, hablándole de que tengo intención de mu-darme y como no sé aún que casa, le recomiendo que las próximas cartas cartas me las dirija a mi cuñado Diego, calle de Nuevo México no 11. Hoy, pagando los premios devengados, saqué las prendas empeñadas el dia 7 de Mayo, para empeñarlas de nuevo en el Monte de Piedad, donde dan menos, pero le pagan menos premios y es más fácil sacarlas. Dejo alquihda hoy en la calle hueva no10 una vivienda baja interior no 7, por 18 pesos mensuales pagaderos a su vencimiento. Valeria, la muger de confianza de Eloisa, y que parece agradecieron al-gunas recetas gratis que les he hecho, ha conseguido que salga por fiador mío para con Don Ignacio Iturbe, el administrador de la referida casa, un comer-ciante de abarrotes que ella conoce y que vive en la esquina de la calle de Nuevo México. Don Ignacio Iturbe, que tiene su despacho en la calle del Coliseo nue-vo, parece una persona muy afable. Hemos visto la vivienda Rosa y yo y no nos desagrada, pues es nueva y limpia, aun con el inconveniente de ser interior; pero a esto nos obliga nues-tra situasión de hacer economias. Como hasta el 8 no se cumple el alquiler adelantado de la casa en que vivimos no nos damos prisa en mudarnos. Esta casa tieiic también la ventaja de que quedamos siempre cerca de la Alameda y de no ser húmcda como la actual. Francisco Morales Padrón JULIO 3 He tenido carta de mi padre con fecha del 13 del pasado. El 27 del pa-sado, á las once de la noche había recibido mi último telegrama en que le participaba que estábamos buenos para suplir con esto la falta de mis cartas. Entre otras cosas me dice que tenían determinado salir el día siguiente para Bandama en la Vega. Que mamá seguía bastante bien tomando el asceniato de sosa. Se lamenta de las pocas honrras que le han hecho a la memoria del fallecido Don Antonio López Botas reducidas a cambiar el nombre de la ca- 11- A- inc r n - X - ; ~ - ~ p-- -1 AP T ÁMII R-+OC --;--A- n~ m;rmn n~ 11& U& lV., UaIIVIII6 V ., LUI1 -1 U& Y V p Y Yuca.,, Y"III&LIUU a1 LlllLIlllV L 1 b l l lY " LA nombre de D. Cristóbal del Castillo a la de Puertas; y en leer su biografía y panegírico en el Gabinete a cuyo efecto se había prestado Fernando Inglot. Me añade también que lo habian desairado Casa del Conde de Vega Grande consultando a sus espaldas con Don José Hemández, para una indis-posición del mismo Conde; por lo que se había visto obligado a indicar a éste su deseo de no seguir prestando servicios médicos en su casa. Otra de Juan, fecha del 15 pasado, preguntándome por mi verdadera si-tuación y estrañando mi reserva. Otra de mi cuñado Antonio, fecha del 12, pidiéndome le consiga aquí del elemento oficial, contratas de inmigrantes á cuyo frente pudiera ponerse él y obtener por el Consulado de México; asuntos de los cuales me había ha-blado en Las Palmas días antes de mi partida. Otra de Gerónimo Falcón, del 12, participando que sus niños estaban ya buenos después de haber pasado por un estado bastante grave; y, fmal-mente, otra de Felipe Massieu de la misma fecha en la que me participa ha-berse ganado en la audiencia el pleito de mi cuñado Federico contra Calde-rón. Hoy por primera vez me visto de uniforme para concurrir en corpora-ción a la revista de Comisario. Antes de ayer por mediación de mi Cónsul Don Juan Castellanos, con una targeta suya, conseguí que me diesen á plazos In ,, ln n,,c(n A- 1" rnll- A- DIn+,..,.- ia r.ayaua LII *a auiiLria ur. ia barir. ur. A iacr.rva. He tenido hoy dolor de muelas que concluyeron con una fuerte jaqueca. Le he mandado la carti de Felipe Massieu á Federico con su misma ma-dre Doña Alejandra que ha estado hoy á vemos. Se han mudado á la 3. An-cha de San Bernardo 14 1/2, á la casa que llaman de Hidalgo. Diario patética de un emigrante JULIO 6 Escribf a mi padre contestando sus últimas. Anoche, dormimos en esta casa; la mudada la hicimos ayer mismo. He tenido que comprar algunos muebles. Alfredo nos ayudó con veinte pesos. Tuvimos que adquirir fundas el día 2 utilizando el recurso de nuestras pren-das en el Monte de Piedad. Para intentar el ejercicio de la propina necesita-moq tener; ya qup no !legoj por lo menos alguna decencia en la casa, JULIO 8 He tenido carta de mi sobrino Agustín, fecha del 10 de Mayo, y que por haber sido dirigida á Tampico ha llegado con retraso. Me acusa haber recibido la libranza por 15 que le había yo mandado poco antes de embarcarme; dice que está contento con su empleito en el Gobierno de Barcelona y que se está preparando para los próximos exámenes. La dirección es Bajada de Santa Eulalia 4-2.0 JULIO 9 Si he de ejercer la profesión, para que sean válidos los certificados de defunciones etc., es necesario que me inscriba en el registro de contribu-ciones. A este fin, por medio de una targeta de D. J. Ag. de Castro que me consiguió Eloisa, me presenté ayer a Don Wenceslao Briseño, juez primero del estado civil que tiene su despacho en el Zócalo, cerca del ayuntamiento. ¿e manifesté mi situación y me dijo que yo necesitaba presentar y registrar mi título en el Consejo de salubridad para que desde este fuese la nota al juzgado y de aquí a la administración de contribu-ciones. De esta misma opinión fue mi compañero D. Everardo Molina, joven que me distingue con sus simpatías y a quien consulté el caso en su casa, caiie de Ceiaya n.Q 6. Al indicado fin, y con targeta del juez Briseño, me he presentado hoy al secretario del Consejo Superior de Salubridad Don Juan José Arellano, (callejon de Hicotencatl) el que me espuso que no podía registrar mi titulo, apesar de mi nombramiento de médico militar, sin la 43 Francisco Morales Padrón previa reválida que exige la ley. Pero que pudiera solicitar del referido Consejo que se me permitiera egercer, con el cese de todos los derechos, durante un año, con el compromiso de mi parte de hacer los egercicios de rebálida en el referido plazo; añadiéndome que dicha instancia será atendida favorablemente en el Consejo pues existen precedentes de la misma. Me añadió, además, la conveniencia de que hablase al Dr. Don Eduardo Liciaga, presidente actual, del referido Consejo Superior de Salubridad. JULIO 13 Tengo en mi poder una placa niquelada con mi nombre anunciándo-me como médico al público. Pero no me he determinado a ponerla en la puerta mientras no resuelva el asunto de legalización del. titulo. Cada día estoy más inquieto con la posibilidad de que me obliguen a salir d'e esta Capital con motivo de mi destino; Por turno ha salido para Chiapa (creo), D. Genaro Pérez; se habla de que también saldrá pronto el que le sigue, ó sease, D. Marcelino Mendoza; después me toca a mi, pues Don Everardo Molina ha salido ya prestando sus servicios de campaña en el estado de Sonora. JULIO 16 Hoy he pasado por la enojosa operación de reconocimiento de órganos sexuales del regimiento por orden del Teniente Coronel Maine-ros. JULIO 18 Hoy, aniversario de la muerte de Don Benito Juárez, es fiesta nacional y desde temprano hemos concurrido en corporación al panteón acompañando al elemento oficial. Concurrió el Presidente. Nos reunimos todos en un antiguo edificio de aduanas del tiempo de los españoles y de allí fuimos al panteón donde se leyeron versos y discursos que me parecieron todos bastante malos; y todabía me parecieron peores con la molestia que experimentaba ocasionada por la insolación que cogimos en todo el trayecto, al mesiiradn paro de procesión. Tuve carta de Juan fechada el 27 de Junio: había recibido en un mismo día las mías del 28 del pasado y de 1 .Q de Junio por vía El Paso, a los veinte días. En la primera le contaba mi situación y en la segunda le participaba mi nombramiento de médico militar. Diario patético de un emigrante Hay días en que veo las cosas de color menos obscuro. (>uiz;i ticpmd:~ del estado de mi salud, que no es nada buena. Desde hace cerca Jc un nic\ esperimento dispepsia acompañada de un catarro intestinal que aunquc. no graduado es lo suficiente para quebrantarme las fuerzas y abatir mi ánimo. Lo atribuyo a mi estado moral y á lo poco que repone las fuerzas ia alimcnra-ción de este país, donde tanto Rosa como yo encontramos todo soso ) sin sustancia. De cuando en cuando tenemos que hacer el sacrificio de comprar algunos artículos, como longanisa, queso, etc. para estimular algo nuestros debiies estomagos. Lo mismo ie pasa a nuestros niños, apesar de que no ies economisamos la leche que no es muy cara y parece de buena calidad. Como decía antes, me encuentro en uno de los días en que estoy menos mal y con la esperanza de poder hacer algo en la profesión. A este efecto, me he decidido á tomar, además de la vivienda que alquilamos, otra más peque-ña que está continuación con el número 8. Me cuesta 15 mensuales y Al-fredo me consiguió por fiador al comerciante Don Manuel Vega. Con la nueva habitación tenemos bastante comodidad, pues sólo para poder acomodar el gran número de baúles y cajas tuvimos que poner los ca-tres de los ninos encima de un piso hecho con aquellas. El comedor lo tene-mos independiente, mientras que antes teníamos que comer en la misma ha-bitación de dormir. Mi despacho, aunque pequeño, está independiente. JULIO 24 Previendo todo lo que necesito para el egercicio de la profesión he ad-quirido de mi compañero Molina, joven inteligente y que se me figura que hará carrera, los siguientes datos de las tarifas más corrientes que tipnen es-tabiecidas los médicos en esta capital. Visitas médicas a las personas pudientes desde 2 á 3 pesos. A los pobres generalmente 1/2 peso. Consulta á domicilio para los primeros 1 peso. Partos fisiológicos, 10 a 15 pesos. Distocicos de 20 a 60 pesos. Visitas de noche desde 3 á 6 pesos. Amputaciones desde 60 á 100 pesos. Inyecciones hipodérmicas 1 peso. Cateteniano 2 á 5 pesos. Certificados 2 pesos. 45 Francisco Morales Padrón Visitas extramuros en carruage 5 pesos por legua; y en ferrocarril 2 por idem. Análisis de orinas 3 pesos. Cura de heridas, reducción de fracturas, luxaciones etc. de 6 a 15 pesos. Consultas pedidas con la asistencia de otro médico 5 pesos para el pro-fesor llamado. El de cabecera no time derecho á emolumento alguno. Todabía no he podido conseguir los documentos que dejé en poder del Presidente el día de la audiencia y no se a punto fijo donde sé encuentren. Hablando de este asunto con Alfredo me prometió valerse de un agente, co-noctdo suyo, que conseguiría de Chansal el buscarlos y entregármelos. Pero se ha pasado el tiempo y nada se ha conseguido tampoco por este lado. Con este motivo intento esta tarde obtener una audiencia del mismo Presidente y voy a Palacio á las cuatro de la tarde. Todabía no había tenido ocasión de dar mi targeta al bedel, cuando este cantó la conocida frase «No hay audiencia esta tarde)). 1Mi intención era, con el pretesto de darle las gra-cias por mi nombramiento, pedirle los dichos documentos, y según la situa-ción de ánimo en que lo encontrara, pedirle que influyera para que no me hi-cieran salir de la capital aun cuando por turno me tocare. Abrigaba la espe-ranza de ser recibido recordándole en mi targeta la carta de Castelar. Cuando regresé a casa se me aumentó el mal humor que traía con la gran mojada que sufrí en la calle por efecto de una copiosa Ilubia, mandando en hora mala a los dichosos documentos, y prometiéndome no volver á ocu-parme de ellos. JULIO 25 He tenido, con fecha del 21 de Junio, carta de mi padre escrita en Ban-dama (de la Vega de Santa Brígidaj. Me dice que mamá está bastante bien. Que Carolina Bethancourt, la cual había curado de la pulmonía, padeci, de diabetes que la tenía en muy mal estado. Me añadió que habían pasado por el disgusto de que mi sobrino Agustín no se había querido presentarse a exá-menes en Barcelona por no encontrarse bastante preparado. Parece que la compañía del chico mayor de Antonio del Castillo y de Pepito Franchy han sido causa de que se distragese mas de ia cuenta durante ei curso. Que Fran-chy había llamado a Las Palmas a dicho Pepito, y que finalmente mi herma-na Rosario, lo mismo que Pancho, estaban muy disgustados con el fracaso de Agustin, cuyo juicio y aplicación nadie había puesto en duda. He recibido también una carta de Franchy devuelta de Tampico, escrita Diario patético de rln emigrante 46 el 12 de Junio. Me habla de cuentas de la Testamentaría de Castillo y tic otras mías y entre otras cosas me dice que entre los acreedores se distingue por su exigencia el célebre Don Juan Hidalgo. Escribo a mi padre y á Juan. También lo hago a Pepe Déniz, a Alejan-dro Navarro y á Victoriano. JULIO 27 \ Con carta de recomendación de una amiga de Eloísa, llamada Clemen-cia,' visito a Don Eduardo Liciaga, presidente del Consejo Superior de Salu-bridad y uíio de los médicos de más celebridad de esta capital. Le espuse mi pretención respecto á la legalización del título, y séase por que no tubiese muchas ganas de servirme o por que en realidad lo ignorase, el caso es que me dijo que no conocía ningún presidente en el Consejo, como yo le decía, con referencia al Secretario Arellano y que procuraría enterarse. No quedé satisfecho de esta entrevista por más que dicho señor me hizo toda clase de cumplidos y que me había admitido en su despacho, alterando el turno, á la sóla presentación de una targeta mía JULIO 28 Viriato tiene empeño que me ponga en relaciones con el elemento espa-ñol influyente. Me ha dado una carta de presentación para el encargado de negocios de España, el varón de la Barre, que en la actualidad representa al embajador que está ausente. Le he visto en la mañana de hoy, me recibió muy friamente en el palacio de la embajada, calle de Bathenitas. Le espuso mi situación, y la posibilidad de tener que dejar mi destino después que hu-biese de salir de la capital y mi deseo (según me había indicado Viriato) de que me diese una carta de recomendación para el presidente del Casino espa-ñol Don Juan Harnedo, a lo que accedió con mucho gusto. Aunque tarde he utilizado hoy una carta de recomendación que desde la Habana me habia dado Dionicio Molina para Don Angel Maedo, agente es-pañol de bastante crédito en esta capital. Me recibió esta tarde en su casa, calle de San Agustin; le pregunté si por sus influencias y conocimientos pu-diera conseguirme en el interior alguna iguala ventajosa en empresas de mi-nas o en haciendas y quedó, manifestando al parecer mucha voluntad de ser- 47 Francisco mora le^ Padrón virme, en pedir datos en San Luis de Potosi donde tenía amigos españoles de toda su confianza. JULIO 29 Escribí a Franchy via El Paso. JULIO 30 Hoy por la mañana encontré en su calle de San Agustín no 15, inmedia-ta a ia de ~ a e d oa, Don Juan Hamedo para quien me habia dado carta de re-comendación el barón de la Barre. Después de haberme oído con mucha atención, me dijo que «le gustaba dar soluciones prontas)) y que en este concepto me ofrecfa cartas de reco-mendación para varios hacendados españoles del estado de Puebla, donde él tenia intereses. Concediéndome él, desde luego, iguala en su hacienda de Ta-mariz, que está a 5 horas de ferrocarril de Puebla y frente al pueblo de Nopa-lucas. Me añadió que para no obrar de ligera y que yo mismo estudiase el asunto de cerca, pidiese una licencia temporal, para ir al referido sitio y de-terminar entonces lo más conveniente. Quedé muy satisfecho de esta entrevista y dispuesto á frecuentar las re-laciones con Hamedo, que además de sus muchas influencias con el elemen-to español, las tiene también según de pública se asegura, con el Presidente Don Porfirio Diaz. Tanto Rosa como yo nos reanimamos con las esperanzas que me hizo concebir Harnedo. Hemos tenido que recurrir hoy otra vez al Monte de Piedad. No he encontrado en su casa dos ó tres veces que lo he solicitado en la calle de Cordobanes no 12 á Don José Román y Leal, para quien me había dado también Dionicio una carta de recomendación. Este señor escribe en un diario español que tiene aquí bastante aceptación, pero pasa, según infor-mes, por ser raro y estrafaiario. Mi propósito en el día es el adquirir el mayor número de relaciones para utilizarlas en los casos que se me vayan presentando. Diario patético de un emigrante AGOSTO 2 Anticipándome al día 4, Santo Domingo, le he puesto un telegrama de felicitación á mi padre, tomando en consideración la gran diferencia de horas para que llegue la víspera o el día mismo. AGOSTO 4 Mucho me he acordado hoy del Santo de mi padre. Por primera vez después de muchos en que le he acompañado en este día, estoy ausente y =ius sabe hasta bs retratuS U, ,i y de mi sacados pr mi de unas fotografías los he puesto en sus marcos. Siento haber tenido que echar mano de los vidrios del país, que son malísimos por que los buenos es-trangerzs son extraordinariamente malos. [sic]. Los retratos los he puesto en el gabinete que tenemos de sala. AGOSTO 6 He recibido correo de Canaria. Una carta de Franchy, fecha 12 de Julio, en que me habla de mis asuntos de interés que quedaron á su cuidado. Que Micaela, su hija, casada con Don Pantaleón Quevedo, había tenido con feli-cidad una niña; y que él no se encontraba mejor de su hespatismo por lo que estaba medio determinado a ir a España á tomar baños minerales. Una de Celestino, certificada del 30 de junio, diciéndome que en la em-bajada española no puedo yo ser empleado por que yo he perdido mi nacio-nalidad desde el momento que he aceptado un empleo mexicano sin autori-zación de mi Gobierno, pero que en cambio tengo obción al Consulado. Otra de Juan, del 7 de Julio, en la que me habla del júbilo de todos y es-pecialmente de mi padre al saber anticipadamente por telegrama que ie puse que yo había sido nombrado médico militar. No he tenido hoy carta de mi padre. No me produce gran inquietud esta falta por que Franchy, lo mismo que Juan, me hacen referencia á mi fa-milia diciendo que todos seguían buenos. Sospecho que al mandar mi padre su carta desde La Vega á Las Palmas no la hayan echado con oportunidad al correo que salió el 13 de Julio como de costumbre. Hoy le escribo por via ordmaria. AGOSTO 7 Cansado de las dificultades con que se tropieza en este país para resol- Frann'jco Morales Padrón ver cualquier asunto, me refiero á la legalización de mi titulo, s i p el consejo de Eloisa Farrugia y pongo en la puerta mi placa anunciándome al público. La portera por otro peso de gratificación se hace cargo de ponerla por la ma-ñana y quitarla por la noche pues en este país de rateros y ladrones hay que , tomar precauciones para todo. AGOSTO 9 Por mediación de Eloisa, he conseguido poner á Federico en un colegio de Doña Julia Jaúregui; calle de Nuevo _Mkkon n- r- r-l-n -c w- 9- -n - -r~ -n -e m-al!&, L~f r pensiones en los demás colegios católicos son de tres ó cuatro duros. En los colegios públicos del Gobierno, si bien no se lleva nada no se permite ense-ñar ninguna religión positiva por cuya razón no he querido ponerlo. AGOSTO 13 He tenido hoy la satisfacción de recibir la carta de mi padre que me fal-tó el día 6. Me empieza á escribir en ella en Bandama el día 4 de Junio y concluye el 12. Me habla con entusiasmo de mi nombramiento que supo an-ticipadamente por el telegrama de Juan que él equivocadamente suponía que yo se lo habia puesto al mismo Juan, y me anuncia remitirme junto cartas de León y de Matos para el elemento oficial de aquí y concluye con las esperan-zas fundadas que abriga de que yo he de hacer mucho en la profesión con el ausilio de las relaciones y ventajas que me dará mi nuevo empleo. Con esta fecha le pongo a Celestino una carta certificada via E! Paso pi-diéndole que interponga sus influencias en Madrid para conseguirme aquí el Consulado español. Según nota que me ha dado Viriato, que tiene mucho empeño en que yo lo consiga, le digo en la referida carta que el actual Cón-sul se llama Don José Perniat, sobrino y protegido del general Terreros; re-cide aquí hace seis años, pero ha dicho que desea ser trasladado. Cuenta con la protección del actual embajador o ministro plenipotenciario, Don Joaquín Becerra Armesto, que en la actualidad está ausente, creo que en Madrid. Don Juan Hamedo está ausente en sus haciendas de Puebla. Tanto por esta causa como por tener entre manos otro proyecto para dado raso y e me dé resultado lo del Consulado, no he querido precipitarme a pedir la licencia que me aconsejó Hamedo. El proyecto á que me refiero es el siguiente. Diego, mi cuñado me ha- } bia dicho, y me lo confirmó uno de sus amigos Don Benito Marim, comer- Diario patético de un emigrante 50 ciante de Pachuca, que á unas siete leguas de esta población, está bacante una plaza de médico en las tres haciendas de beneficio de minas de San Mi-guel, San Antonio y Regla, con el sueldo semanal respectivamente de 10, 20 y 20. Lo que suma en las cuatro semanas la cantidad de p.200. Se tiene la obligación de facilitar por el mismo médico además de la asistencia a los tra-bajadores, los medicamentos necesarios, y se le facilita al dicho médico casa donde vivir gratis en la hacienda indicada de San Miguel. Diego y el mismo Don Benito Marfn me han aconsejado que solicite de una persona influyente, que lo mejor seria el mismo Presidente, una carta de recomendación para el capitalista Don José Landero y Cos á cuya esposa Doña Elena conoce mucho Elofsa Farrugia, y que es el director de las dichas minas. Marfn me informó de la bondad del clima de Pachuca y me añadió que fuera de las igualas de minas conseguiese también bastante por la profesión. AGOSTO 16 Le escribo a mi padre indicándole mis proyectos y le welvo a escribir a ; Celestino por la vfa ordinaria insistiendo sobre mis deseos del consulado. AGOSTO 18 Carta de mi padre del 21 de Julio desde Bandarna; me anuncia remitir-me probablemente para el próximo correo las cartas de León y de Mato. Pancho en Santa C m negociando con sus hermanos un proyecto de consul-ta sobre tabacos, con el fin de establecerse allí con su familia si se lleva á cabo dicho proyecto. Agustfn escribia que estaba preparándose con mucho empeño para presentarse á exámenes en Setiembre; me añade que Luis Na-varro habfa idc, con L-&ta Frailaa p- que esta t~masea! E hL+,",=s lagrosos de Nuestra Señora de Lourdes, y finalmente que se habian regocija-do con los nietos de Gustavo y Rosita lo mismo que con el dibujo que les mandé de las manos de éstos y de Federico. Me ha dicho Diego que Juan Martin (alias Galbán) de quien dava infor-mes la familia de Vila, vive en la calle de la Joya y tiene un establecimiento de reiogeria tituiacio «&eiogería, La Españoim. Domingo González, a quien he preguntado por el paradero del joben Nicolás Benftez, me ha dicho que cree que está en San Juan del Rfo, estado de Veracruz; que hace un año paraba en la fábrica de tabacos «La Prueba» Francisco Morales Padrón existente en Veracruz. El padre de este joven, Don Nicolás Benites (alias Oramas), me habia encargado averiguase su paradero. AGOSTO 26 Hamedo ha regresado pero por efecto de un golpe en una canilla está imposibilitado de salir de su habitación por lo que no ha podido salir para re-comendarme á fui de que me otorguen la licencia que tengo proyectada de acuerdo con él para visitar a Tamariz la hacienda. Escrihf a mi padre y a Jilin, !o mismo qx 2 rP!ertLm, recordáfiddc á este último mi petición de Consulado. AGOSTO 30 Tal es mi escaces de recursos que hoy no he podido obs eq~a ra Rosa con motivo del Santo sino con unasgolosina por valor todo a 4 rs. Por mano de Alfredo, Rosa empeñó hoy quizá el rresto de sus joyas para poder atender a los gastos precisos. No sé a donde iremos á parar si Dios no pone pronto remedio. La Señora Doña Julia Jáuregui, directora del colegio donde está Federi-quito, ha mandado a decir que no lo quiere tener más en el dicho estableci-miento por que Ie da mucho que hacer en la cuestión de conducta. Con este motivo entra hoy en otro nuevo colegio: calle de San HiFlito nol l? con cuyo director el Sr. Monederos ha hablado recomendándolo eficazmente. SETIEMBRE 5 Carta de mi padre de Bandama; fecha 11 de Agosto, entre otros parti-culares me dice que Mr. Bhndy el inquilino de nuestra casa de Triana, se queja del humo ocasionado por unas chimeneas que los hermanos Hemán-dez, cerrageros, han establecido en la casa inmediata a Borges, que viven en la actualidad. Me íncluye tres cartas de recomendación conseguidas por An-tonio Matos en Madrid, una del escritor mexicano Rivas Palacios, encargado de la legación de esta República en Madnd para Don Joaquín Baranda, mi- Diario patético de un emigrante 5 2 nistro de Justicia é instrucción pública en ésta, y otra para el Doctor Don José María Bandera; también me manda otra de Don J. Zenil para el Doctor San Juan, especialista en enfermedades de mugeres. Me dice que Luis Nava-- rro no se cansa de decir a todo el mundo que su hija Luisita se ha curado ra-dicalmente con el uso de las aguas de Lourdes. Que murió Carolina Bethan-court dejando por herederos a mis primas las solteras de Navarro y [sostén] a la hija de Aberlardo Penichi, que la acompañaba y unos legados a Paulita Morales y a mis primos Nicolás y Miguel. A Rosa también le escribió tam-bién mi padre [sic]. cPa. -n- a u3c- JT~U. . -Y IIri,c- -cIr..i a 7 3 - A --.A- : - - l . . . . 2 - 3 -.A- 3. 1 uc ngu:ubLu, ~i i c iuyc i iuu~u~1i.~a cc aria uc rccuiiicii-dación de uno de sus amigos de Cáceres, el comerciante Don Clemente Sán-chez para su hermano Don Fermin, establecido en ésta; es en la actualidad director de la Compañia del ferrocarril interocceánico entre Acapulco y Ve-racruz y vive en la calle de San Agustín. Otra de Franchy, 12 de Agosto, en la que me dice no está mejor de sus dolencias y que de un día á otro se va a embarcar para España a tomar baños minerales. Su hijo Andrés empleado como ingeniero de minas en una empre-sa de Buenos Aires, donde está contento y con esperanzas de hacer fortuna. Se queja de las exigencias de Don Juan Hidalgo por que se le pague lo que quedó a deberle a mi salida. Una carta de atención de Don Ramón Chesa contestando á la mfa. Y otra, finalmente, a Gerónimo Falcón en la que me dice que los asun-tos que agencia de la vinculación van tomando buen aspecto y se promete buenos resultados. Me pregunta con reserva sobre rompimientos havidos en-tre mi familia y mis cuñadas y que han llegado a su noticia. Hoy mismo he visto a Don F e d n Sánchez, que me dijo no tenia reh-ciones con Landero 'para quien le pedi una recomendación para el asunto de minas. Lo mismo me dijo el otro día Hamedo á quien le hice la misma pro-posición. SETIEMBRE 6 A última hora escribo a mi padre muy corto y le anuncio hacerlo más estensamente por via El Paso. A Franchy también lo hago. Don Juan Hamedo, que sigue malo de la pierna, me ha recomendado directamente al general Escudero, secretario de Guerra y que va a comer con frecuencia en su casa, para que me concedan la licencia que voy a pedir. Tanto por que quiero de una vez ver de cerca si me convienen el proyecto 53 Francisco Morales Padrón de Hamedo como por tratar de eximirme de concurrir á la parada que se ce-lebra el 16 del corriente aniversario de la Independencia de esta República me decido á pedir licencia de un mes. SETIEMBRE 7 Bajo la dirección del Capitán Navarro, empleado en la zona y a quien trato con bastante confianza, he pedido un mes de licencia, con fecha de ayer para ir a Puebla. Esta noche a las ocho fui a visitar a mi Coronel, Don Juan Castellanos, a la calle de San Diego frente a uno de los costados de la Alameda, para á nombre de Hamedo recordarle que informe bien mi instancia de licencia. Estando de conversación con él en su despacho esperimenté una especie de mareo en que me pareció que me faltaba el piso y resultó un temblor de tie-rra que duró unos segundos bajo la forma de oscilaciones ligeras. Cuando lle-gué a casa Rosa me contó que Juana se había asustado mucho por que había visto moverse los trastos de cocina que estaban colgados. Escribo a mi padre indicándole algo de mis proyectos. Estando hoy por la mañana en las oficinas de la Secretaría de la Sección Sanitaria para averiguar noticias de mi soiicitud de licencia ternpoia!, uno de sus empleados, que es vecino nuestro y a quien conocía de vista, me dijo que allí estaban los célebres documentos que ifrutuosamente había solicitado en todas partes; añadiéndome que bastaba una solicitud de mi parte para que dichos documentos volviesen a mi poder. Grande, grandísima ha sido mi satisfacción por haber salido del cuidado que me ha traído tan preocupado hasta el día. Con esta misma fecha he he-cho la solicitud convenida. Ayer recibió Rosa una esquelita de Eloísa en la que le decía que no era necesario que yo buscase recomendaciones para Landero por que ella se ha-bía apersonado con Doña Elena su esposa, y esta le prometió que tan pronto llegase su marido ausente en el &a, se encargaba de solicitar la plaza de mé-dico de minas para mi. Diario patéfico de un emigrante SETIEMBRE 14 Sigo con regularidad visitando por la maiíana a las diez el 4" regimien-to. Poco me da que hacer. Hoy me ha dicho en la zona, mi coronel, que habfa recibido una comu-nicación de Guerra, denegándome la licencia pedida que no se proveerfa has-ta pasado el 16 próximo . Conffo en que con las influencias de Hamedo pueda conseguir que me eximan d.e concurrir á la parada a la que se habfa de ir a caballo costándome el equipo de silla, mantilla, pistoleras y arneses de reglamento, lo menos unos cien duros. Según me ha dicho el Capitán Navarro, mi coronel, en la lista que ha formado nos ha dejado fuera, a un joben (cuyo nombre no re-cuerdo) con el grado de mayor, trasladado a ésta de Veracmz y que ha pedi-do su absoluta, y á mí. Pero dado caso que por cualquier circunstancia me obligasen a ir preferida pasar por el castigo de una prisión de Santiago antes que verme obligado á hacer un gasto superior a mis recursos. Le hablé sin embargo á Hamedo y he comprendido por sus palabras que el general Escudero esté dispuesto á progeterme. SETIEMBRE 15 Hoy tiene besa manos el presidente D. Porfirio Diaz por ser su natali-cio, cumple 58 años. Hemos ido a visitarle oficialmente. Creo que no me co-noció el general cuando me tocó la vez de saludarle. Gracias a Dios que hoy por primera vez me han llamado para ver una niña de la vecindad que se habia cafdo. Primer dinero que me ingresa por el egercicio de la profesión, dos duros por dos visitas. Hoy han sido las fiestas nacionales por el aniversario de la Independen-cia de México. He tenido la fortuna de que no se me haya obligado a concu-rrir. Nuestra Sección Sanitaria ha sido distribuida en los diferentes cuerpos que concurren en la parada. Reci'bf hoy una carta de mi cuñado Antonio en TP me dice c p I mi hamíinajiiana le ha probado bien para su gastrodirnia el plan que le ha dispuesto mi compañero Federico León. Le escribo á mi pa-dre diciéndole que estoy pendiente de la licencia que he pedido para ir a Pue-bla á estudiar un proyecto de igualas. Francisco Morales Padrón SETIEMBRE 17 Con la carta de Rivas Palacio me presento hoy en el ministerio de Justi-cia e Instrucción Pública al ministro D. Joaqufn Baranda; me recibe con amabilidad y habiéndole espuesto mis deseos me promete conseguirme del Presidente una carta de recomendación para Landero. SETIEMBRE 2 1 Visiro hoy á Hamedo, a quien oculto el nuevo proyecto que traigo entre manos por parecerme de notorio resultado; me refiero a las minas de Lande-ro que por de pronto estoy dispuesto á aceptar antes que otros proyectos de éxito dudoso. Me propuso el dicho Hamedo, por indicación de un señor español que estaba alif de visita, que en lugar de establecerme por el rumbo de la hacien-da de Tamariz, fijara mi recidencia en San Martfn de Texmelucan del mismo estado de Puebla, y de cuya población no dista sino unas horas de tranvía, teniendo muy cerca la hacienda de San Bartolomé, propiedad de Hamedo, donde desde luego me facilitarfa iguala y otras muchas haciendas de espaiio-les ricos con quien él me pondrfa en contacto. Me dio las gracias por unas botellas de buen vino que le mandé el otro día. El ministro Baranda á quien he vuelto a ver hoy [sic] que el presidente se habia resistido a darme carta de recomendación para Landero, en primer lugar por que no tenia relaciones con dicho señor y en segundo pol que yo era un empleado de la República. Traté sin embargo de sacar algún partido de esta mdiencia por lo que respecta a la legalización de mi titulo, que Baranda, como ministro de Ins-trucción pública, podía resolver y no le encontré muy dispuesto a hacer nada concreto y decisivo. Nuevas esperanzas defraudadas. A esto se aiíade que mi situación eco-nómica me ha obligado hoy a dejar la vivienda no 8 que para mayor comodi-dad habia tomado y concretarme a la otra con todas las incomodidades y es-trecheces consiguientes. Nadie me llama para visitas a pesar de la placa. Diario patético de un emigrante Carta de mi padre (Bandama 22 de Agosto). Me dice que el gobierno de la República argentina había nombrado cónsul general de la dicha en Las Palmas a un Señor argentino, con lo que desaparecía la reñida cuestión entre Jorge Rodríguez y Agustín Pérez por el referido consulado. Me añade que había llegado de La Habana Antonio del Castillo y se decía que con una buena fortuna. Que Franchy se había marcha-do por fin á España para tomar baños minerales; y Fialmente que la viuda de Ten había pasado por el terrible dolor de perder una de sus hijas que se ahogó tomando un baño de mar. Le escribo hoy como de costumbre. E!q he visitado al Dr. San Juan, con la carta de recomendación del Sr. Zenil. Mi obgeto era ver si pudiera recomendarme con Landero para la cues-tión de minas; pero me dijo no tenía relaciones con dicho señor. Tanto el despacho de este médico como el del Dr. Liciaga me han llamado la atención por su lujo y elegancia. Para hacer algo en esta Capital, me he convencido que se necesita estilo americano; mucho ruido, carruage y bombo. El que vive modestamente difícilmente llega nunca a ser algo. SETIEMBRE 27 Por fin gracias, a una carta de recomendación que me dio Hamedo para el general Escudero, a quien vi ayer, me han concedido hoy la Licencia pedi-da, con fecha de ayer. Comienzo á hacer uso de ella hoy mismo, por temor á que en estos días, según se susurra, me manden salir de esta capital, pero no emprenderé todavía el viage a Puebla para pasar aquí la revista de comisario en los primeros días del próximo. i-ie vueiro esra rarcie casa de Landero pues Cioísa, en cuya casa me ha-bía recomendado, me ha dicho que ya había llegado del interior. Tanto Doña Elena como el mismo Landero me dijeron que lo sentían mucho pero que con anterioridad á una carta de Eloísa en que había pedido la plaza de minas para mí, estaba ya ocupada la plaza vacante por no sé que médico de Guana-juato. Me pareció que no había obrado con sinceridad No me queda otro recurso que pensar en ia propuesta de Hamedo. Ci corredor o agente de negocios á quien me había recomendado en carta Dio-nicio Molina, me dijo el otro día que no había tenido noticias satisfactorias de San Luis de Potosí. Francisco Morales Padrh SETIEMBRE ?O Carta certificada de Celestino del 5 de septiembre de Madrid. Me mani-fiesta que el Consulado según sus informes está dentro de la carrera diplo-mática y que no puedo optar á él; se esfuerza por animarme á que saque par-tido del ejercicio profesional, cm mucho bomboy platillo, estilo americano. En correos pasados le habia yo dicho que Viriato estaba quejoso de que Celestino no le contestaba ni escribia y me dice en ésta que no lo ha hecho ni lo hará para castigarlo de no sé que tonterfa dijo en una de sus cartas a Ma-r i ~h. h sabe Ce!cs&,?s e! fatal estada de sehd en qie a . a ~ zLi e i .ste~ e ncüeli-tra el pobre Viriato pues conociendo como yo conosco su buen corazón prescindirfa de pequeñeces é intentarfa consolarle con sus cartas. Marfa Santos siempre tan buena y consecuente escribe con frecuencia a Rosa interesándose siempre vivamente por nuestra situación. OCTUBRE 1 Después de pasada hoy la revista de Comisario me manifestó el coronel, el Dr. Castellanos, que le habian pedido médico para el cuerpo que está en Sonora y que en riguroso turno me tocaba á d. Que me lo advertfa para que yo determinase lo más conveniente á mis intereses dentro del periodo de tiempo de mi licencia temporal. Cualquiera que sea el resultado de mis gestiones en las igualas que voy á solicitar en San Martin de Texmelucan no tendré otro remedio que pedir mi licencia absoluta antes que espire el plazo de la temporal que solicito. Por mas que el viaje a Sonora, no me costaria mucho á beneficio del pa-saporte militar, no sucederla lo mismo con mi familia á la que por ningún concepto dejarfa yo sola en esta capital; ni tendrh medios par2 tr~s!x!~r!~~?; i podria tampoco sostenerla aquí en mi ausencia. Y aún cuando esta fuese po-sible no lo haria por que no me encuentro capaz de soportar la ausencia de mi querida Rosa y de mis hijos en un país donde no tengo confianza en nada ni en nadie. Afiádanse á estas consideraciones la no menos importante de que según informes fidedignos en el estado a Sonora me esperan jornadas fa-tigosas, c i n t h a s ! d x r c m !m y q i s , Y ~ & ~estc, !e s i ~ c ~me i i i i i adt cc ~ un clima estremado, el escorbuto, etc. etc. todo lo que pudiera soportar en el buen período de mi juventud, pero que hoy no resistiría mi debilitada salud. Escribo a mi padre y a Juan, sobre mi viaje a Puebla y su objeto. Diario patético de un emigrante OCTUBRE 2 Puebla de los Angeles (ó de Zaragoza) A las seis y media de la mañana he tomado el tren para Puebla, con pasage de 13 y que no me ha costado sino 1,50 á beneficio de mi pasaporte militar de que estoy provisto desde ayer: A la una y cuarto de hoy presenté éste en la Comandancia militar de esta plaza y estoy alojado en el ((Hotel América» á donde llega el tranvfa desde la esta-ción de ferrocarril. He traído conmigo las cartas de recomendación que ayer me dio Don Juan Hamedo; para Don Frigidiano Reigadas, administrador de la hacienda de (han Bartoio)), propiedad dei mismo amed do; para Don Francisco Seia en la hacienda de ((San Damián)), para Don Bernardo Caso, en «Nativitas» y para Don Félix Pérez en el mismo Puebla; todos son españoles propietarios de haciendas. Traigo además una carta de recomendación de Viriato Gonzá-lez para Don Alberto Garcfa Granados en la hacienda de «Chahuae». El tranvfa que me ha de llevar a San Bartolo, en cuya hacienda he de parar, según me dispuso Hamedo, sale á las seis de la mañana. Para pasar el tiempo hasta mañana recorro lo principal de la población que me ha pareci-do muy limpia y bastante bonita. Todas las calles están adoquinadas forman-do cunetas al medio para el curso de las aguas, y con puentecillos en las bo-cacalles para los transeúntes de a pie. La Catedral es magnffica, a pesar del abuso de dorados y de ornamentación interior. En este hotel cuyo adminis-trador es un señor cubano bastante amable, hay ascensor que da comodidad; las comidas son bastante malas. Sin saber que hacer por la noche me fui á un teatro, á las ocho, á oír el Drama NIWOb, astante mal ejecutado por cierto. Entre los actores conocf al-gunos de los que vinieron con nosotros en el Catalwja; son artistas del cono-cido empresario en Csta Sr. Buron. OCTUBRE 3. SAN BARTOLO Hoy á las diez de la mañana he llegado á San Bartolo donde he dado a Don Frigidiano Reigadas la carta de Harnedo. En la aaualidad se encuentra en esta hacienda Don Angel Sánchez y Femández, espairol administrador general de &cho fiarnedo. Los empleados en ésta, además de1 administrador Reigadas, son el escribiente Don Antonio Buzo joven malaguefio; Don To& Ferrer, mecánico, encargado de las má-quinas agrícolas, catalán, Don José Femández, trojem, astuniano y el mayor- Francisco Morales Padrón domo Rafael Díaz, mexicano. Esta hacienda está en el valle de San Martfn de Termilucan que es muy grande. Dominándolo está el célebre volcán Popocatépelt, cuya corona está vestida de nieves perpetuas y la montafía llamada el Ixtlauhuat que forma una alta cordillera. Tanto estas montañas, como las otras que limitan al va-lle, están vestidas en sus faldas de frondosos bosques de los pinos motes, etc. El río Atoyac serpentea por dicho valle recogiendo algunos ramales como el Xopinac, el Cosala y otros afluentes. Radican a@ varios pueblecitos de los que los más importantes son San Martfn de Termelucan y Huljoszingo capital del distrito municipal. Esta se-parado o mejor dicho interrumpido este valle por un cerro bajo entrando la otra parte en el inmediato estado de Tlascala. Su estención puede calcularse en unas cuarenta leguas cuadradas. La habitación que me destinaron para dormir es bastante húmeda; pasé mal la noche sintiendo mucho frfo. Don Frigidiano ha salido desde ternpra-no á caballo á inspeccionar los trabajos de la hacienda y sin haberme dicho nada de los pasos que piensa dar a mi favor. La actitud de recerba tanto del administrador como de Don Angel Sánchez a quien todos consideran mucho aquí, no me tiene contento. Aquí en la misma hacienda hay estación telegráfica. Le pongo el si-guiente parte a Rosa: «Rosa Monly de Navarro. México calIe nueva no 10. Bueno - todavía no he salido de esta hacienda - Espero hoy visitar ha-cendados. Andrés». Me entero que de los hacendados á quienes vengo recomendado por Hamedo es Don Francisco Sela el más próximo y a quien se le encuentra to-dos los días en la hacienda de «San Lucas)) propiedad de su hermano Don Alejandro. A las diez tomo el tranvía y al cuarto de hora llego á la indicada de «San Lucas~. En esta he conocido a Alejandrito, sobrino de Don Francisco e hijo de Don Alejandro; á Don Miguel Barrera, espafíol, sobrino de los Sela y em-pleado en «San Lucas~,;á un joven inglés empleado también en la misma ha- Diario paté2ico de un emigrante 60 ciencia; al viejo empleado Don Gaspar Sánchez, mexicano; y, finalmente, á Don Miguel Presno, espailol, sobrino también de los Sela, hermano de Don Marcelino propietario de la hacienda de Molina de Guadalupe y que es yerno de Don Bernardo Caso, propietario a su vez de la hacienda de dativitas)) para quien traigo carta de recomendación. Al sentamos en la mesa á la una y media Ueg6 de San Damián, que dis-ta unos diez minutos de ésta, D. Francisco Sela, á quien le di la carta de Ha-medo. Me dijo que no era de opinión de igualas pues todas las que hasta la fecha se habfan interesado habían fracasado ante la falta de costumbre de los hacendados; pero que sin embargo, basta con que yo estubiera recomendado por Don Juan Harnedo, para que él hiciese de su parte todo lo conducente. Con este motivo me llevó después de comer, a caballo, á visitar su hacienda de «San Darniánn, separada de ésta casi por el río que vadeamos. Me ofreció, dado caso que me decidiese a radicar por aquellos rumbos, que me estable-ciese en su propia casa de «San Damián)), que él no habitaba, pues comía y dormía siempre a la inmediata de su hermano Alejandro; y de allí fuimos á visitar al pueblo de San Martin de Texrnelucan, que me pareció menos mala de lo que yo me había figurado. Tanto él como Alejandrito nie instaron á que pasase la noche en «San Lucas)) en una buena habitación que pusieron a mi disposición. Esta hacienda es muy bonita. Tiene una buena huerta y jardh, con co-nejera, buenas cuadras y palomar. La casa está provista de muchísimas co-modidades, y hasta con lujo. En conferencia que tuve a la noche con Don Francisco le ensefié algu-nos de mis documentos que llevaba conmigo, certificaciones de servicios etc., etc., de lo que pareció quedar satisfecho. Me dijo que no me tardase en visitar a los propietarios para quienes venía recomendado y que empezase mis esploraciones por Don _Alh-en Gafa CTr=~dis, par2 qlim me di6 m u carta de recomendación. Don Francisco Sela, parece que es la persona de gran confianza de D. Juan Hamedo, y tiene cierta intervención en la dirección de los cultivos de «San Bartolo)). Acompafiado de Alejandrito hemos ido en coche á la hacienda inmed.ia-ta de «San Pedro)), propiedad de Don Alejandro Sela, que en unión de su es-posa y demás hijos se encuentran en la actualidad en México. «San Pedro)), 6 1 Francisco Morales Padrdn es también bonita hacienda, con un jardin muy lindo. La casa, que está en proyecto de reedificación, es vieja. Inmediato a la dicha hacienda está un pueblecito compuesto en su totalidad de jacales o sean chozas de adobes con techos de caíia de forma bastante pintoresca, llamado «San Mateo». Alejandrito es muy &cionado á plantas y a animales. En el jardín tenia un coyote @erro salvaje) enjaulado y un oso negro. A las 9 y 1/2 regresé en coche de «San Lucas» a «San Bartolo», provisto de una esquela de D. Francisco para Reigadas á quien le decía que me facili-tase caballo y un mozo para visitar a los hacendados. Reigzdzs m cstah en la casa, pero E. hgei Sánciiez dispuso me ciie-sen un caballo y mozo que me acompañase á la hacienda de «Chahuac» a ver a D. Enrique Garcfa Granados. Salimos á las once. La distancia entre «San Bartolo» y la hacienda de «Chahuao> será de unas 4 leguas. Al cuarto de hora de salir de «San Bartolo» se ve en el trayecto a Santa Ana de Xalrnimiluco. Y aproximadamente a la mitad del trayecto se pasa por Huljotzingo, capital del distrito municipal, donde tomé una ración de jamón con pan y una copita de cognac. A las dos de la tarde, llegué á Chahuac, hacienda casi de monte. Presen-té a Don Alberto, las cartas de D. Francisco y de Viriato y me invitó, por ser ya tarde, á pasar el resto del día en su casa, donde conocf a su sefiora ma-dre y hermana dofia Ursuia. Esta familia recidió unos 20 años en Alemania, á donde fue en la época de la intervención armada. OCTUBRE 6 Después de habernos desayunado hoy á las siete de la mañana, me dijo D. Alberto que él por su parte se cree recidir bastante lejos de «San Martfn» pr- y e !e cmvifiiesefi igdas; pers cp me d d a -üim czaz de recamen&- ción para F. Francisco Fernández Ibarra (hermano de la esposa de D. Alejan-dro Sela) en la hacienda de «San Martín», cerca de Huljoszingo recomendán-dome al mismo tiempo que por mediación del dicho Fernández me pusiera en contacto con Monsdor Guillovo, obispo de Guanajuato y propietario de la hacienda de «Chantla», en este valle. SdLmas de iCh\üacii a !as L'4 y kgamos a «San Mateo» á ias 10 1/2, presentando mi carta al D. Francisco Fernández. Comí casa de este se-ñor en unión de su esposa Dofia Concha y de sus nifios. Don Francisco Fernández, á quien di a leer también mis documentos, me hizo toda clase de apreciamientos, incluso el de ofrecerme un caballo Diario patético de un emigranfe 62 para mis escursiones mientras, yo no adquiriese alguna. Me aconsejó que me estableciese preferentemente en «San Martfn» en vez de «Nativitas», donde tal vez me aconsejaron hacerlo los españoles allí recidentes, y me añadió que el obispo Guillovo no estaba en la actualidad por aquellos rumbos. Por lo que respecta á la propuesta de igualas estaba Fernández reservado conmigo. No me hizo ningunas clase de ofrecimientos. Este Sr. Fernández no está, según el mismo me ha dicho, en buenas re-laciones con Don Francisco Sela. La casa y hacienda son muy buenas y boni-tas. A las cinco de la tarde regresamos a «San Bartolo». Todo ei trayecto tanto de ida como de vuelta lo hice despacio pues me molesta mucho la silla baquera, donde no puedo tomar una posición cómoda. Escribí hoy a Rosa. OCTUBRE 8 Me habían dicho que D. Bernardo Caso no estava en «Nativitas» sino el lunes ó martes por lo que desde ayer me he pasado el tiempo en la hacienda de «San Lucas». He paseado á caballo acompafiado de Alejandrito y de su primo Barrera por la hacienda de «San Pedro)). Alli vi las tinas de cuero don-de se echa el agua miel sacado del maguey. El maguey es un Agave, parecido á nuestras pitas, que se cultiva en los terrenos más secos por lo que generalmente se-cultiva en los cerros o terre-nos inclinados para evitar el inconveniente de la mucha agua. Cuando la planta está bastante desarrollada, que no es sino a los cuatro o cinco años, se procede a la operación que llaman capar, que consiste en cortarle el pimpollo o grupo central de hojas cerca del pie. Después con un instrumento acerado, de forma algo análoga á una azada pequeiia llamado raspador, se raspa perió-dicamente la foceta del corte, dentro de cuya foceta se va depositando un li-cor dulce y potable, agua md Esta es recogida en un nirr6n provisto de un sifón, y es llevada al tinacal o sea departamento de muchas tinas de cuero de buey donde el agua miel fermenta á las doce o veinticuatro horas y se con-vierte elpulqile que en grandes cueros o zurrones es llebado al mercado. Alejandrito y su primo
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Título y subtítulo | Diario patético de un emigrante |
Autor principal | Morales Padrón, Francisco |
Publicación fuente | V Coloquio de historia canario - americano |
Numeración | Coloquio 05. Tomo 1 (segunda parte) |
Tipo de documento | Congreso y conferencia |
Lugar de publicación | Las Palmas de Gran Canaria |
Editorial | Cabildo Insular de Gran Canaria |
Fecha | 1982 |
Páginas | p. 0575-0671 |
Materias | Congresos ; Historia ; Canarias ; América |
Notas | Coordinación y prólogo de Francisco Morales Padrón |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 4448951 Bytes |
Texto | DIARIO PATETICO DE UN EMIGRANTE FRANCISCO MORALES PADRON INTRODUCCION Alosé M&e/ Af2o/B, amigo fraterno Andrés Navarro Torrent, autor de este Diario, nació en Las Palmas de Gran Canaria en el afio de 1843. Estudió medicina en Madrid y amplió su saber en París. A partir de 1869 será profesor del Instituto de Segunda En-señanza y del Colegio de San Agustiri; médico en los hospitales de San Mar-tfn y San Lázaro; y titular de la Beneficencia Municipal. Figura entre los miembros de El Museo Canario y destaca como hombre preocupado por la es-tética urbana, debiéndose a él la plantación de palmeras en el Parque de San Telmo, y otros paseos. Nada de esta actividad hacia presagiar que un mal día Navarro Torrent decidiera abandonar todo y lanzarse a la dudosa aventura americana Por que. No era la ciudad de Las Palmas de entonces un medio sin oportunida-des. Viviase un momento de florecimiento. Es entonces cuando se funda el Ga&jdte L;terü& y pVfiijdo (-riiiür;ú, se e; Ilisdtuto de Elise$mm Me-dia y el Colego de San Agustfn; se construye el teatro Cairasco. La electrici-dad y los tranvías ponen una nota de modernidad urbana. En medio de estos aires de adelanto Navarro Torrent ejercia su profesión sin problemas algu-nos. Pero un mal día nuestro médico recibe unas cartas de México hablándo-le de minas de oro. Los firmantes son sus cuñados, Alfredo y Federico Man-iy. Navarro Torrent decide abandonar su apaciDie situación y meterse a &a-cer la América», como cualquier emigrante de entonces y de antes desprovis-to de presente y futuro en sus islas. Trece personas integran el grupo que el médico grancanario cobija en un barco donde marchan también cómicos y cantantes que van a actuar en La Habana y en Veracruz. Diario patético de un emigrante Desde el 11 de marzo de 1888 al 30 de junio de 1889 don Andrés Na-varro Torrent redactará un Diario, escrito en un cuaderno apaisado con letra clara, en cuyo texto se han hecho unas pocas tachaduras, a%ididos e interli-neado~. Destaca las faltas de ortograffa, propia de las escrituras de entonces, aun las debidas a universitarios o gente culta. El original del Diario se con-serva entre los fondos de El Museo Canario, a cuyo director actual, Jost Mi-guel Alzola, debemos su conocimiento. El contenido del Diario es patético. Prima la desilusión y las angustias desde el mismo instante de la despedida. No es el diario de un viajero que va contrastando su sensibilidad y conocimientos con lo que ve. Es un diario de un alma. Faltan las impresiones sobre el entorno, sobre el paisaje. Estos as-pectos los debió consignar -asf lo dice- en las continuas cartas que escribe a sus padres y amigos. Por eso el Diario es una historia de sus tribulaciones y de sus relaciones epistolares con sus padres. Morbosamente detallista, Nava-rro Torrent debió ser hombre suspicaz. Pese a la orfandad de esas notas que suelen adornar a los diarios de viajeros, hemos de anotar en tste la entrevista que sostiene en La Habana con el moribundo y pobre Antonio López Botas, la relación de gastos diarios que se hace en su casa de Mtxico, lo que se co-braba por los servicios médicos, la lista de las haciendas de Puebla en manos de españoles, la relación que nos brinda de palabras nahualt más usadas en el lenguaje coloquial mexicano, y una serie de noticias referidas a Las Palmas. Porque el médico-emigrante no pierde el contacto con el acontecer diario de su ciudad y, a través de la correspondencia, según confiesa en el Diario, se hace eco de la climatología o de sucesos que alteraron a la sociedad granca-naria (naufragio de un barco italiano, relaciones de la célebre Raque1 con el cura de San Francisco, etc.) Es de notar que para él, Canaria es siempre Las Palmas. El final de su Diario se torna torvo, y el lector sufre sintiendo las es- . . c-^-L---" A- --c- :l..-- -..- A-:A ..a- C ..--- --...-. *- -c--lA- --- ..- L-1-, E1 LLCCIICLCD uc CDLC UUDU yuc UCJU uua uuclla ~ ~ I L I V aI uI d luu p~LL LI L a k u LI-dorado. El lector llega a enojarse con el autor, y con sus cuñados que lo han engañado. Al lector le molesta la picaresca de los parientes que le atrajeron a México con engafiosas promesas, y le irrita la actitud de Navarro Torrent, un tanto fatalista. Su vida fue una vida de adversidades. Morirá pobre, traba-jando silenciosamente y con eficacia, en 1920. La experiencia mexicana de- , ., DIO dererminar para siempre su peripecia vital. Pensamos, en un principio, enriquecer el texto con algunas notas acla-ratorias, incluso establecer relaciones con diarios redactados por viajeros que visitan México en esa época. Pero nos ha parecido que lo que había que acla- 5 Francisco Morahs Padrón rir no era mucho y que el texto de Navarro Torrent nos sirve más para co-nocer al personaje y a su medio insular que al escenario mexicano, donde no llegó a ser feliz. Nuestra transcripción ha procurado ser fiel al original, introduciendo únicamente acentos. El texto del Diario, conocido por Jordé (José Suárez Fal-cón) fue glosado por éste en Bocetos Biograj2os, donde traza las biografias de Antonio López Botas, Antonio Artiles Ortega y Andrei Navarro Torrent. Jordé conoció a nuestro médico-emigrante y pinta lo que fuera su vida en Las Palmas después de su regreso a México. Del mismo ]ordé es un original a miqUiii¿r sobre el tema que se guarda en io5 fondos de Eí Museo Canario y que el estudioso interesado puede consultar con indudable provecho. La existencia de estos textos, precisamente, ha determinado la concisión de nuestra introducción, dedicada tan sólo a presentar el Diario. Estimamos que está en él, en su lectura, el mejor aprovechamiento que se pueda hacer de tan singular pieza historiográfica. Diario patético de un emigrante 8 dos de la tarde; se despidió de mí hasta más tarde; pero me sospecho que no vuelva, pues, me pareció verlo conmovido al marcharse. Mi falta de entere-za para despedirme de las personas que me tocan más de cerca hace que yo por mi parte evite las escenas de despedida. Mis hermanas Juana y Lola han estado una gran parte del &a acompa-ñando a Rosa Mis cuñados, Pancho, Chano y Figuera, me ayudan á los pre-parativos de marcha lo mismo que Gerónimo Falcón. A Pancho le dejo en-cargado haga repartir después de mi marcha las tarjetas de des-pedida confor-me a una lista que dejo en su poder. A Gerónimo Falcón dejo el cuidado de entregar las llaves de la casa, cuando nos marchemos, a su dueño Don Juan Rodriguez y González, después que se haya limpiado y alveado [sic] la dicha casa pues deseo corresponder á las atenciones que conmigo ha tenido el di-cho Rodriguez, mientras he vivido su casa. Esta tarde, al oscurecer, según había convenido, en cartas anteriores, puse un telegrama á México para mi cuñado Alejandro anunciándole que sa-líamos mañana: y otro a mi hermano Juan á Cáceres diciéndole lo mismo. He entregado hoy á mi inmejorable amigo D. José Franchy un pliego con instrucciones de lo que deben hacer mis apoderados y los de la testa-mentaria de Castillo sobre varios particulares que en el mismo le detallo. No he podido evitar el tener que despedirme de algunos de mis amigos que han estado á visitarme, como el ingeniero D. Juan de León y Castillo, Don Tomás Zárate (padre), el Conde de Vega Grande, Don Fernando del Castillo y sus hermanos Agustin y Pedro. Hasta esta hora que son las diez y media de la noche hemos continuado los preparativos de viage. Me acompañan en este momento Gerónimo Fal-cón, mis cunados Antonio, Pancho y Cnano y Figuera; y arriba esrán con mi suegra y Rosa, doña Rafaela Azofra y su hermana Dofia Josefa con sus hijas Concha, Paca y Mohema. Gustavo y Rosita están dormidos. Los tapamos con mantas de viaje y entramos en el coche que nos espera á la puerta para conducirnos al Puerto de la Luz. Al pasar por la calle de los Malteses no pude reprimir mis iágrimas ai mirar la casa de mis padres; sin duda no estaban aún acostados pues se perci-bía luz al través de las ventanas. Antes de echar a andar el coche se despidió de nosotros Jorge Rodri-guez. Mis cuñados y Gerónimo fueron al puerto en otro coche en unión de Soledad con su familia. Francisco Morales Padrón Llegamos al Puerto de la Luz a las once de la noche y allf nos manifestó mi amigo el secretario de sanidadDon José Déniz, en cuya casa paramos, que el vapor no saldría hasta mafiana por la mailana; par lo que nos invitó a pasar el resto de la noche en su casa donde ya nos tenia preparada una cena y habitaciones de dormir. En vista de esto lo aceptamos, haciendo los hono-res de la casa mi antigua amiga Pino Morales, reciente esposa de Déniz. MARZO 13. PUERTO DE L A LUZ A las seis de la mañana nos des-pedimos de nuestos amables amigos Dé-niz y su esposa. Al entrar en la lancha tuve la satisfacción de que me tragemn de casa de Déniz un bulto conteniendo varios papeles y documentos que llevaba á la mano y que no pude encontrar por mas diligencias que hice. Creyendo que se me había perdido en el trayecto de Las Palmas al puerto en la noche ante-rior habia, desde muy temprano, cuando lo eché de menos, mandado a Las Palmas un propio a buscarlo por si acaso se habia quedado olvidado en algún rincón del coche que nos habia traído que era de Juanito Vila. Pero al fin creo que pareció en un rincón de la habitación donde dormimos e infructuo-samente yo lo havía buscado. Mucho me alegré al allazgo pues dentro de di-cho bulto tenía todos los documentos de mis servicios públicos, las partidas de nacimiento de mi familia, árbol genealógico etc., etc. 1888. A BORDO DEL CATALUNA Estamos en el vapor «Cataluña». Se despidieron de nosotros Pancho, Figuera, Antonio y Alejandro Navarro el que me presentó y recomendó al sobrecargo cuyo nombre no recuerdo. Don Manuei Sarmiento me recomen-dó también al mayordomo del mismo vapor. A Rosa le han entregado en estos momentos una carta de mi sobrina Carlota Melián, residente en el Puerto de la Luz, en la que le dice que no puede despedirse de nosotros por haber caido malo su marido D& Juan An-túnez. Hemos tomado por economia pasaje en 22 cámara y un pasaje en 3a pre-ferente para Juana, el ama que cría a Rosita; en la esperanza de que nos per-mitan dejarla con nosotros en la misma cámara. Procedo ahora a hacer la re-lación de todos los individuos de familia que vamos, expresando sus respecti-vas edades Diario patético de un emerante lo. Andrés Navarro Torrens de 43 años. 2". Rosa Manly de Navarro de 34 años. 3". Federico del Castillo Manly de 8 años. 4". Gustavo Navarro Manly de 2 años. 5". Rosa Navarro Manly de 1 año. 6". Juana Santana (soltera) nodriza de Rosita y de 24 años. 7". Doña Alejandra Adra viuda de Manly de 68 años. 8". Doña Soledad Barbosa de Manly de 31 años. 9". Doña Alejandra Manly de Barbosa de 12 años. 10". Doña Juana Manly de Barbosa de 9 años. 2 N 1 lo. Doña Soledad Manly de Barbosa de 6 años. E 12". Doña Rosa Manly de Barbosa de 3 años. O 13". Don Federico Manly de Barbosa de meses. n-- m Somos pues 13 individuos de familia; nos embarcamos el día 13 y en O E E martes. 2 E En un camarote nos hemos acomodado con Doña Alejandra y Juana y - en otro Soledad con su familia. 3 El vapor levó el ancla después de las siete de la mañana. -- 0 m E MARZO 14. ALTA MAR o n En alta mar. El tiempo está bueno; ia mar tranquila. Sin embargo Rosa E está muy molesta con el mareo y sobre todo con el extraordinario calor del a camarote que recibe el calor directo de la máquina. n n Habia tomado pasaje de 3. preferente para Juana el ama, confiado en que con la carta de recomendación que habia obtenido del Sr. Bayona, direc- 3 O tor de la Compañía Trasatlántica y con las recomendaciones que personal-mente me había hecho mi primo Aiejanciro, conseguiría faciimente que ia de-jarían á dormir en 2a con nosotros pagando en todo caso el exceso de fonda. Pero no pude conseguirlo del sobrecargo a quien se lo propuse por medio del camarero Máximo, viéndome obligado entonces á pagar la diferencia ó sea 60 duros, para que Juana quedase con nosotros en 2 a y no se separe de Rosita de noche. La sociedad en 2. no es escogida que digamos. La mayor parte se com-pone de cómicos y cantantes que van destinados a La Habana o a Veracruz. Francisco Morales Padrón MARZO 22. ALTA MAR El tiempo sigue inmejorable. No hemos tenido ninguna novedad a bor-do. La mesa es bastanta buena. Los niños, que en los primeros días se habían mareado algo, escepto Federico que siempre se conservó bueno, están ya ale-gres, contentos y con buen apetito. Rosa, hasta aqui ha estado molesta con el mareo que si bien no le produce vómito, le causa un gran malestar y angus-tia notable; pero comienza a reponerse y acompañarnos a la mesa donde come alguna cosa. Doña Alejandra y Soledad bastante bien. Hay pocos va- !ames y e! m p r marcha cm- repilaridad. En la toldilla se siente fresco agra-dable, pero no sucede lo mismo desde que se baja al comedor ó a los cama-rotes, donde el calor es cada vez más insoportable. Cuando no nos ponen hielo en el agua, no se puede beber ésta. Yo, salvo las molestias del calor en la litera, me encuentro muy bien. No sólo no me he mareado sino que por el contrario estoy fuerte y con esce-lente apetito, cosa que no me había pasado nunca abordo. Federico, come como un desesperado, está gordo a reventar y en continuo movimiento. Como de costumbre ha travado relaciones con todos los de abordo y más de una vez ha habido que llamarlo al orden para evitarle peligros y riesgos. Me he ocupado en escrivir a mis padres y a mi hermano Juan por echar las cartas al correo tan pronto lleguemos á La Habana; también he escrito a Celestino González y á Gerónimo Falcón. En días pasados tuve una cuestión de palabras con un comandante de infantería que viene abordo, cruzándose palabras de desafio entre los dos. El hecho fue motivado porque un jovencito hijo del dicho oficial se per-mitió en la toldilla algunas libertades con Alejandrita la hija mayor de Sole-dad. Me dirigí con dicho motivo a su padre para que tuviese á bien evitarlo para io sucesivo y se permitió contestarme con insoiente aitanería. Tanto por este motivo, como por que creo observar cierta frialdad de parte del so-brecargo y de algunos oficiales de abordo, incluso el capitán, quizá por que Uegaron a su noticia algunas espresiones desagradables que no pude reprimir cuando me vi obligado á pagar el eceso de pasage por Juana el ama, frecuen-tamos lo menos posible la sociedad de la toldilla. Sin embargo en los ratos en que no leo o escribo suelo pasar el rato conversando con el médico de abordo, Don Vicente Ferrer, á quien me ha-bía recomendado Pepe Déniz, con un señor antiguo oficial de marina a quien me habia recomendado también Pedro del Castillo la víspera de em-barcarnos, con un cuñado de la esposa del brigadier Pérez Galdós y, final- Diario patético de un emigrante 12 mente, con un oficial de ejército destino á Puerto Rico, dibujante correspon-sal de que no sé qué periódico ilustrado. No recuerdo los nombres de dichos señores, s610 sé que desembarcarían a La Habana á tomar alií posesión de sus destinos. Entre los oficiales de abordo el único que nos trata con afabilidad es [.........], se acerca a nosotros con frecuencia y parece distinguirnos con sus simpatías. Rosa y su madre suelen pasar ratos entretenidas con una de las señoras pasageras, Doña Milagros Castaños de Ascensi, que acompañada de una hija de unos doce años, nos ha ofrecido su casa en Puerto Rico calle de San Francisco n" 12. Para evitar cuestiones sucesivas he amonestado á Federico y a las niñas de Soledad para que no intimen con los demás niños de abordo. En la mañana temprano de hoy fondeamos en la bahía de Puerto Rico. Para evitar molestias y gastos no hemos querido saltar a tierra. La población desde el mar es de regular aspecto, nada más. Por la tarde levamos ancla y sigue el vapor para La Habana. 1888. LA HABANA Hoy por la mañana entramos en la bahía de La Habana. A todos nos ha sorprendido el precioso aspecto de la bahia. Labeteada materialmente de bu-ques de bela y vapor de todos pabellones. Estuvieron á visitarnos abordo mis amigos, DioniSio Molina y Antonio del Castillo, empleados ambos en La Habana y ocupando el último el cargo de secretario contador de la Junta de la deuda, recide en el hotel «Te!kgra-fos ». Por mediación de éste eché al correo las cartas que tenía escritas para mi familia. También vino a visitarnos abordo Don Manuel Ecay Rojas, pri-mo de María Santos, á quien ésta, lo mismo que á su hermana Caridad Ecay, casada con un Sr. Paredes, le había prevenido de nuestra próxima llegada. Nos hizo los ofrecimientos de costumbre y convenimos en que mañana 26 !E i r fzm~r virit~er n !a C& &Je& y Mari2 17. MARZO 26. HABANA Como el vapor atraca al costado de uno de los muelles de La Habana, 13 Francisco Morah Padm'n nos ha sido fácil desembarcar para visitar á la familia de Ecay hasta cuya casa nos acompañó el buen amigo Dionisio Molina. Mucha calor en la ciudad. Acompañados de Ecay, su hermana Caridad, que está embarazada de meses, y su marido Paredes, fuimos en tranvías Doña Alejandra, Rosa, Fede-riquito y yo á visitar las afueras de La Habana por un sitio llamado «La Cho-rrera » o «Venado»; y al regresar comimos y pasamos el resto del día en casa de dichos señores, donde, fuimos tratados con mucho agasajo tanto por las personas citadas como por la señora madre de ios Ecay y su hija menor. Gustavito fue muy ceiebrado por todos y sabido que sus padrinos eran Ceies-tino y María, fueron éstos el objeto preferente de nuestras conversaciones. MARZO 27. HABANA El vapor no saldrá hasta el 31. Mientras tanto se surte de carbón; lo que produce abordo un polvo y suciedad inaguantable. Con este motivo he determinado que Rosa y su madre descansen algunos días en tierra en el ho-tel «Mascotte» donde está alojado Dionicio en compañía de su simpática es-posa Teresita y su hija también Teresita. El resto de la familia seguimos dur-miendo y comiendo abordo por no ser posible aumentar los gastos. MARZO 28. HABANA Acompañado de Dionicio fui a visitar en la calle de Sulueta no 36 a mi respetable amigo Don Antonio López Botas; tanto por deseo propio como en atención a la íntima y antigua amistad con mi padre y porque así lo había prometido en Las Palmas a Doña Concha y a Doña Josefa y Diego Mesa. Profundísima pena me ocasionó el aspecto de dicho señor. Postrado en cama, lleno de dolores, escuálido y demacrado, con la barba crecida, se en-contraba, echándose de ver la falta de recursos y comodidades, el ilustre abo-gado, insigne patricio, el inolvidable rector y director del «Colegio de San Agustinn a quien todos debemos nuestra actual posición; el que yo había co-nocido toda mi vida ocupando el primer y principal papel en todos los asun-tos de Gran Canaria y aun de la provincia entera. Además de la postración física en que se hallaba ocasionada probablemente por lesión medular le noté debilidad en su inteligencia y un estado de fría resignación propia del que todo lo ha perdido y nada espera. Apenas me hizo algunas preguntas respec-to a la salud de mi padre y familia y hablándole yo y Dionicio de la conve- Diario patético de un em~&ante 14 niencia de que regresara a Las Palmas nos contestó con aire de profunda tristeza «que no estaba para determinar nada, sino para que otros determina-sen por él». Que él no contaba con ninguna clase de recursos para hacer via-je, ni con fuerzas para conducirse solo. Parece que la patrona de la casa de huéspedes donde le vi le trataba bastante bien y con desinteresado celo pues él, desde hace tiempo, no había podido pagar hospedaje. Movido de la curiosidad fui también a visitar al célebre médico Gordi- 110, hermano por madre de mi consecuente amigo D. Joaquin Moreno. Es un ochentón, con bigote teñido; me recibió con afabilidad, y se acordaba de mi padre. Me pareció que con los años se le habia debilitado algo la inteligencia. Recuerdo que me habló con mucho entusiasmo de un especialista que en la actualidad estaba en La Habana y que diagnosticaba la presencia de la solita-ria con sólo mirar la conjuntiva ocular, admirándose de los remedios infali-bles de que se valía para hacerla arrojar. Como se comprenderá muy bien no se trataba sino de tantos charlatanes que con maniobras de prestidigitación estaban y están sacando dinero al público. Según me dijo Dionicio el Dr. Gordillo no estaba en el &a bien de inte-reses y habfa tenido que recarir a un establecimiento de baños artificiales donde le visitamos. En su despacho habfa mucho de museo: aves disecadas etc.; en el saguán tenía encerrada en una jaula a un boa cubano. Con motivo de estas visitas hemos recorrido hoy casi toda la población de La Habana; la que me ha gustado bastante apesar del mal pavimento de las calles que da poca comodidad hasta en carruage y la falta de limpieza, en general, especialmente por las inmediaciones dc la marina. Las tiendas son de mucho lujo, y es grande la circulación de coches y de transeúntes. Los ca-fés, plazas y jardines son magníficos, especialmente en la parte nueva de la población. MARZO 29. HABANA También me acompañó Dionicio a visitar en tranvía en Jesús del Monte a Don Enrique Martínez, corresponsal de mi amigo Don José Franchy a quien yo había conocido en Las Palmas prestándole su asistencia médica. El día antes le habíamos visto en la ciudad lo mismo que a su compañero Mén-dez y nos había invitado a que pasásemos el día de hoy en su casa de Jesús del Monte, donde nos dio de comer en compañia de su esposa y hermana. Me he valido del dicho Martínez para tomar al cambio alguna moneda mexi-cana y encargar por su mediación unas camisas de cuello bajo, pues con el Francisco Morales Padróti mucho calor no puedo resistir las que tengo todas de cuello alto. Hoy con motivo de ser Semana Santa no circulan carruajes. Contra mi primer propósito he determinado que los que hemos quedado abordo del vapor nos traslademos también al hotel «Mascotte» a reponernos algo de las molestias insoportables del polvo del carbón abordo; el vapor no saldrá hasta pasado mañana. Todos estamos buenos. Evitamos, haciendo uso de un buen régimen, especialmente en la comida, el contraer la fiebre de que hay siempre aquí al-gunos casos. Rosita muy encariñada con Juana no quiere cuentas con nadie. Gustavillo al principio se asustaba cuando veía a algún negro o negra, pero como éstos son generalmente alegres y cariñosos, les ha perdido el miedo y se deja acariciar de ellos. Nos ha acompañado á.la mesa unas dos veces D. Alejandro Azofra, an-tiguo empleado en polisfa, hoy cesante, hermano de mi suegra. Nos han venido también a visitar Celia Romero con su marido, médico de la armada. MARZO 30. HABANA Hoy puse un telegrama a mi cuñado Diego en México, calle de Nuevo México no 1 1 anunciándole que salíamos mañana. MARZO 3 l. HABANA Anoche, después de haber pagado la cuenta del hotel, que por cierto fue importante, nos instalamos de nuevo en el «Cataluña». Ayer nos despedimos de la familia de Ecay. Hoy nos acompaña a al-morzar abordo Dionicio [sic]. Antonio del Castillo vino a despedirse de nosotros. Me dijo que pronto regresaria a Canaria. A las tres de la tarde levó anclas el vapor para Progre-so. El calor nos sigue persiguiendo. La ropa la tenemos siempre empapada de sudor; gracias al hielo se puede beber agua, pues de otra manera produce náuseas. ABñIL 2. PROGRESO El tiempo bueno nos ha seguido favoreciendo si bien con la la insepara-ble molestia del calor. Rosa, salvo esta última incomodidad, á que siempre ha sido muy sensible, no tiene mareo y está animada y con apetito; lo mismo el Diario patético de m emigrante resto de la familia. Hoy por la mañana hemos llegado á Progreso, puertecillo de poca im-portancia de la República mexicana. Esta noche á las diez seguiremos para Veracruz. Habíamos visto algunos tiburones en la bahía de Puerto Rico y de La Habana pero nunca tan abundantes como en esta rada. La gente de abordo trató de pescar uno, por cierto muy grande pero rompió el gancho 6 anzuelo en el momento de guindar10 abordo. A B R E 4. VERACRUZ Por fin nos acercamos al término de nuestro viaje. Hoy por la mañana llegamos a Veracruz sin esperirnentar novedad ninguna en la travesía. Que triste aspecto el de esta bahía ... ! Después de haber visto la de La Habana tan animada con sus innumerables buques, no encontramos aquí sino un peque-ño vapor norteamericano y algunos pailebotes de cabotaje. Pasada la visita de sanidad tuvimos la agradable sorpresa de recibir abordo la visita de mis cuñados Diego y Alfredo, acompañados de Domingo Gonzáiez Guerra que, desde hace años, radica en esta República. Habían ve-nido desde México, capital, a esperarnos y nos manifestaron que Federico y Alejandro se encontraban en Tampico, echo cargo el primero de las hacien-das de Alfredo en ausencia de éste. Desembarcamos en Veracruz, yo el último acompañado de Domingo González Guerra por tener que recontar y recoger el numeroso equipa-ge que traemos, que consiste en 46 bultos entre los que, están unas cajas de vino bueno y un barril de pescado salado que tuvo la bondad de regalarme Don Rafael Garcia Sarmiento. Todo ha parecido menos el dicho barril; y cansado de esperar abordo y deseando reunirme a la familia que está en tie-rra, hace ya horas, dejo dicho que cuando aparezca el suso dicho barril se lo den al Contramaestre del vapor para que lo use á mi nombre. Aunque en los primeros días de nuestro embarque, el Señor Sobrecargo de abordo me habia llamado la atención sobre nuestro numeroso equipage y la necesidad de pagar esceso de peso, he salido del vapor, después de propi-nar a los mozos de cámara y despedirme de todos, sin que nadie me haya pe-dido nada por el referido equipage. Será esto el único servicio que tenga que agradecer del vapor «Cataluña», donde a pesar de tanta recomendación, no he quedado ni con mucho satisfecho del trato que nos han dispensado. Al llegar a tierra me incorporé con la familia en el hotel ((Dilig~ncias~, Frankco Morales Padrón que Alfredo me habia recomendado en su última carta. Veracruz es una población bien cortada; su rada está abierta a los vien-tos del norte que soplan con mucha frecuencia, imposibilitando las operacio-nes de embarque y desembarque y poniendo en gran peligro a las embarca-ciones menores y mayores. Está defendida por una fortaleza del tiempo de los españoles llamada San Juan de Ulúa, sita a poca distancia de Veracruz, en un arrecife o islote. Sus calles, y plazas son anchas, provistas casi todas de tranvias; tiene luz eléctrica; pero poca concurrencia en las calles y su aspecto en general es triste. Nos llamó la atención el gran número de unos buitres negros que aquí llaman «sopilotes» que, acompañados de muchos tordos, también negros, revoloteaban por las calles y tejados sin asustarse casi de los transeúntes. Se echaban con avidez sobre las basuras que encontraban en las calles y sobre los carros que trasportaban la dicha basura. Según me dijeron, aquí acostumbran respetar a estas aves por que las consideran como poderosos agentes de desinfección limpiando a la pobla-ción de toda clase de inmundicias. El caso es que hasta el aspecto de los so-pilotes influyó para que todo me pareciese más triste, despertándome los te-mores, que casi habia olvidado, de ser contagiados de la peste amarilla y de-seando salir lo más pronto posible de esta población. En el hotel, que es bastante malo, aun cuando pasa por ser de los mejo-res, le pregunté a Alfredo que cuándo saiíamos para Tampico, término de nuestro dilatado viage. Me dijo que por ahora iríamos mañana a México, ca-pital, pues estaba allí ultimando la venta de las haciendas de Aldama, para con el producto de dicha venta comprar otras en México, o en sus inmedia-ciones donde todos tendriarnos ocasión de hacer buenos negocios. Respecto del negocio de minas estuvo más esplicito que en su última carta, diciéndo- -m--e- nrie en 105 ÚItinlns írfiáfisis be! me t d h&gfi tefij& e! &en--ñn A- 3-- 6'w" UC 'IUL era cobre lo que habian considerado oro. Esta confesión me produjo bastantes inquietudes pues siempre partia-mos del supuesto, al emprender el viage, de que en el caso de no dar resulta-do el negocio de minas se nos abriria un porvenir seguro en las haciendas de Aldama. Pero medio que me tranquilizó el tono de confianza con que Alfre-de c?e useg~z-6 sEestrs neFk estaba eil !a cqkal &ii& pronta cüiita-ría con valiosos elementos que a todos nos proporcionarían grandes venta-jas. Me añadió que tenia poder de su suegra, esposa y cuñado para permutar o vender las tiaciendas según lo creyese mis conveniente. Diario patético de un emerante 18 Acompañado del mismo Aifredo puse un telegrama a mi padre a Las Palmas noticiándole que habfamos llegado buenos. Alfredo pagó el dicho parte. Hoy probé en la fonda el célebre pulque, lfquido fermentado de unas pi-tas llamadas maguey. El olor y savor no lo recomiendan. REPUBLICA MEXICAN.4. MEXICO. 1888 ABRIL 5. MEXICO Pasamos la noche en el hotel «Diligencias», mortificados por el calor y los mosquitos. Salimos de Veracruz para México en el tren a las siete de la maiíana. Alfredo nos tomó billetes de pasage en tren de primera; encontrándose éste escaso de fondos le facilité 150 pesos mexicanos para atender a los gastos de pasage y de 45 bultos que serán facturados en el tren de carga, por ser así más barato; y a cuyo fin se queda en Veracruz Domingo González. Como viene con el equipage algunas cajas de v i n ~y, vagilla fina, todo lo que paga derechos en la aduana. Alfredo consiguió del administrador que fuese registrado el dicho equipzge en la aduana de México donde él tenia re-laciones- de que sacaria partido para que se pagasen los menos derechos posi-bles. A la mano no llevamos sino lo más preciso. Los coches del ferrocarril no son como los de Europa, sino grandes sa-lones que permiten pasear por el medio, con servicio de agua y de letrinas. En el trayecto del camino almorzamos de prisa, á las diez de la mañana, en Orizaba de donde toma su nombre el pico, montaña de nieves perpetuas, la más alta de México. Media hora después pasamos por Fortfn, desde donde se ve una profunda barranca 'bestida de seiva e imponente por su profundi-dad. Más tarde en Esperanza comimos todos. Los pasageros del coche obse-quiaron con frutas y dulces varias veces a nuestros niños. Precioso es el trayecto de ferrocarril hasta la llanura meseta central de México. Por todos lados bosques frondosos, selvas, riachuelos y curbas atre-vidas. Desde la dicha meseta central hasta la capital el trayecto es bastante árido; casi no se ven sino magueyes de los que se saca el pulque y se esperi-menta mucha molestia con el polvo del camino. Gustavito se impresionó cuando' pasábamos por algún túnel. Ya cerca de la capital se sienten muchas molestias. Con la gran trepida- 19 Francisco Morales Padrón ción de los coches ocasionada por el clesnibel de los railes. Llegamos a México a las ocho de la noche. Allí vimos a Viriato Gonzá-lez que nos esperaba y a quien encontramos muy flaco y casi afónico. En co-che fuimos a la casa no 9 de la calle 2a de San Juan que mi cuñado Aifredo nos habfa alquilado y provista de los más indispensables muebles. Elofsa Ferrugia ha venido a visitarnos; y acompaliados de ésta, Diego y Aifredo, hemos cenado con comida que este último habfa hecho traer de la fonda donde él para, que es el hotel «Hurnbolt». ABRIL 6 m E En la casa que vibimos están a nuestro servicio el portero de la casa que O se llama Angel y de cocinera Susana su muger. La casa es bastante amplia y n =m cómoda, y la calle muy frecuentada, aunque muy sucia. A Rosa y a mi nos ha O E parecido todo feo, acostumbrados como estamos a vivir con las comodidades que se acostumbran en Las Palmas. Según tengo entendido en esta casa vivi- E remos todos reunidos hasta que Federico venga de Tampico, á donde regre- 3 sará llevándose a su familia, dado caso que no se realice la proyectada venta - de las haciendas. 0m E Por lo que respecta a nosotros no sé á punto fijo los proyectos que abri- O gue Alfredo; aún no he tenido ocasión de hablarle con libertad. Con Diego he visitado lo principal de la población que me ha parecido n E hermosa Calles anchas casi todas, cruzadas de tranvías, mucho movimiento a de gentes á pie y en carruage y menos y antiguos edificios, como la Minerfa, n catedral y palacio nacional; edificios todos del tiempo de la dominación espa-ñola. Los jardines públicos son bastante bonitos. 30 Hoy escribo a mi padre hablándole de nuestra llegada a esta capital y manifestáncioie que estamos pendientes dei resdtado de ios negocios de Ai-fredo para adoptar nuestra definitiva resolución. Hasta aquí ha remitido mi cuñado Alfredo el almuerzo y comida de la fonda en que vive. Contando con Susana la cocinera romos 14 in&vidi?nr. Desde hoy Rosa se ha hecho cargo de los gastos de casa. Todos los artfculos de primera necesidad los encontramos muy caros, y de aquí que los fondos que me restan no den para mucho, pues no pasan de unos 85 o 90 pesos me-xicanos. Como yo no contaba con fondos hasta llegar a Tampico, con la idea Diario patético de un emigrante 20 siempre de que allí me habia de reembolsar Alfredo los antici-pos que he he-cho por su familia, no me es posible seguirme sosteniendo aquí sin ninguna clase de ingresos. Veremos si Alfredo nos saca de este atolladero, pues esta situación no puede prolongarse sino muy poco más. Me dice Alfredo que la carta de recomendación de Castelar que me ha-bía pedido en su telegrama a Las Palmas, era para que la utilizara con el ac-tual presidente de la República Don Porfirio Diaz, el cual atiende mucho a ias recvmendacionrs dr aquri iiustre hombre púbico; y que en esre concep to, tenía la seguridad de que presentándome yo al presidente con la referida carta conseguirfa fácilmente un buen destino con que poder hacer frente a los gastos en esta capital mientras él no resuelva los asuntos que trae entre manos de la venta de las haciendas. Esta declaración que-estaba lejos de esperar, pues hasta aquí estaba creí-do que Alfredo me había pedido la carta de recomendación de Don Emilio Castelar, para utilizarla en sus propios asuntos de minas etc., me sorprendió desagradablemente y necesité hacer un gran esfuerzo de disimular para ocul-tar mi contrariedad y disgusto. Pues en efecto, nunca ni remotamente llegué yo a soñar que después de más de veinte años de egercer mi profesión en mi país, habria de salir de éste para ensayar el egercerla en otro extrangero, con el inconveniente de tener probablemente que revalidar el titulo y otros mu-chos que no se ocultan a mi esperiencia. Y digo esto por que suponiendo que el Presidente quisiera o pudiera favoreserme, mucho no seria dándonie una cátedra o una plaza de hospital con la que ni con mucho pudiera yo sostener-me y de aquí la necesidad imperiosa de tener que recurrir al egercicio de la profesión con los inconvenientes ya apuntados. Mucho más me duele el estremo á que han llegado las cosas cuando me pongo a pensar que he abandonado en Las Palmas una regular clientela, mi cátedra en el Colegio de San Agustin y la plaza de médico titular del Ayunta-miento y que además malvaraté mi casa, todo, llevado de las promesas que mi cuñado Federico, por su cuenta y á nombre de Alfredo, me hacia en la carta que motivó nuestro viage. Mi cuñado me añadió que en uno de estos días me presentarfa y pon-dria en contacto con un diputado y senador llamado Don Antonio Arguin-zonis (hotel del Bazar no 22), persona influyente en el elemento oficiaJ. y con quien él estaba en relaciones para el negocio de la venta de las Inaciendas, 2 1 Francisco Morales Padrón para que por su mediación y en los términos que él me aconsejase, solicitase una audiencia del Presidente. Cuando, a la noche, Rosa y yo nos encontramos solos le cuento lo que su hermano Alfredo me habfa dicho y comunicándole mis desagradables im-presiones concluyo con la siguiente espresión «En que ratonera hemos caf-do! .... » Ella participa de las mismas inquietudes que yo; convenimos en que no podfamos pensar en regresar a Las Palmas por que habfamos, al salir ((quemado las naves»; sin casa, sin sueldos y con clientela que encontraría mermada, nuestra situación alií seria muy diffcil; y por temer todo, temimos hasta el ridículo que afecta a los que como nosotros salimos con el aire de confianza de los que esperan un brillante porvenir y regresan después más pobres y con menos recursos.. Pero, como de los malos caminos hay que ele-gir el menos malo, estuvimos de acuerdo en la necesidad de utilizar la suso dicha carta de Castelar como único recurso en las actuales circunstancias. ABRIL 10 Domingo González, que desde hace días llegó de Veracruz y está aloja-do en el mismo hotel que Alfredo, me ha dicho que ya llegaron los bultos de nuestro equipage facturados en el tren de carga. Falta nos hacia, pues no te-nemos ya ropa limpia que mudarnos. Hemos sacado el equipage. Alfredo pagó los derechos por las cajas de vino y consiguió que el resto del equipage pasase sin registros. El oro español se cambia en plata mexicana con ganancia de 28%y a ve-ces más; la plata española se cambia en plata mexicana con ventaja de 18%. Viriato González, que está colocado en el escritorio del acaudalado ban-quero Don Sebastián Camacho, en la Casa de la Moneda, nos viene a ver con frecuencia y demuestra mucho interés por nuestra situación. Me ha ma-nifestado que comprendiendo la ligereza de mis cuñados mandándonos a buscar sin tener ningún proyecto maduro aconsejó á Alfredo lo de la carta de rernmen&&n & Cart&r & 12 ~p 61 qce p& ~ K =E? l&c rm--lt-i-- do. Pena me da considerar a este joven tan juicioso e inteligente con la im-presión de una grave enfermedad que se revela en su voz apagada y estrema-da flaqueza Diario patético de un emigrante 22 Me dediqué ayer a escribir a la familia. Soledad dio hoy a Rosa diez pe-sos para contribuir a los gastos de casa. Ha llegado de Tampico mi cuñado Federico, y le entregó a Rosa 50 pe-sos para contribuir a los gastos de casa. Don Antonio Arguinzonis, a quien conozco por Alfredo, me propuso presentarme a un ayudante de confianza del Presidente para que me facilitase la audiencia con éste. Me dijo además que el Presidente, entre cátedras y pla-zas de hospital podía darme más de lo necesario para sostenerme en esta ca-pital. Pero Arguinzonis ha caído malo en estos días y he tenido que aplazar el asunto. En días pasados fui también presentado por Alfredo al abogado Don Demetrio Salazar que le dirige en sus asuntos de interés (calle de la Monteri-lla no 11); y al agente de negocios Don Gregorio Palacios, español que vive calle de Sanos fui también presentado por Alfredo al abogado Don Demetrio Salazar que le dirige en sus asuntos de interés (calle de la Monterilla no 11); y al agente de negocios Don Gregorio Palacios, español que vive calle de San Agustfn no 13. Ambos frecuentan mucho la sociedad de Arguinzonis, quien, en realidad, parece ser persona influyente. Hace pocos dias visitamos Rosa y yo, acompañados de Diego y Alfredo, á una familia amiga especialmente del primero. El jefe de la casa es Don Ni-colás Tellitu y Salinas; sus hermanas Dolores, Carmen e Isabel y la madre de todos Doña Amada Salinas. En esta casa fui presentado al nobio Don Lo-renzo Aguilar, al joven Don Ramón Yarza y, finalmente, a Don Ramón Bo-rrel que en unión de su esposa Doña Asunción Bauza se pusieron al piano y cantaron. ABRIL 27 Ayer, día de correo, me olvidé de escribir a mis padres. La verdad es que no sé que decirles. No quisiera despertarles inquietudes describiéndoles mi indefinida situación, cuando aún está tan reciente su pena y disgusto por nuestra separación. En m última, escrita el 16 del corriente, me limitaba a decirles que aún Alfredo no habfa podido terminar sus asuntos, les hablaba del estado fatal en que encontré a Don Antonio López en La Habana y el resto de la carta lo llené contándole mis impresiones de viage. 23 Francisco Morales Padrón Mi cuñado Federico no me ha dicho hasta la fecha nada de lo que pien-sa sobre mis asuntos. ABRIL 28 Viriato González me propone que trabaje por mi cuenta y no conffe en promesas de nadie. A este propósito ha convenido conmigo en obtener para mi una esquela de invitación para un baile que dará la Embajada francesa el dia 31 por la noche en obsequio a Don Porfirio Diaz, que recientemente ha ..:a,. A,..."-;"a,. ,..,.... 1" -...... da 1: l-A&- a- L....,... 11- "=,.a:& -.-e "-..t" 3 1 u w a g A a c l a u v cwu L a pal l CI- uc L a I C ~ LWI I uc IIWIIWL. LVIC allacuw ~ U 3CC l l a esto una buena oportunidad para pedirle entonces al dicho presidente una audiencia para presentarle la carta de Castelar. Como por otra parte, con motivo de la enfermedad de Argunzonis se va aplazando este paso y nuestra situación de por venir la veo cada día más obscura, no he dudado en admitir la propuesta de Viriato y he determinado concurrir al dicho baile. De algunos dias a esta parte nos encontramos muy abatidos, Rosa y yo. El estado moral, unido al género de alimentos de este pafs á que no podemos acostumbrarnos, nos ha hecho perder muchas fuerzas. La falta de vino, por-que es muy caro, y que nunca podrá suplirse con el pulque, lo mismo que la falta de presión atmosférica en los que acostumbramos a vivir en puertos de mar, contribuyen notablemente a nuestra actual decadencia. Nuestros hijos, incluso el robusto Federiquito, comienzan a resentirse también de las causas indicadas. Acostumbrados a vivir solos y con independencia no podemos avenirnos a los inconvenientes de tanta aglomeración de individuos. Cuánto echamos de menos nuestra casa de Las Palmas y todas las comodidades que alU dejamos ... Esta noche, bestidos de fraque y de toda etiqueta hemos concurrido Vi-riato y yo al baile de la Embajada francesa. El trayecto lo hicimos en un co-che que trajo el mismo Viriato. El salón de baile era bastante pequeño y no muy bien ornamentado; el orcpestfn me pareció muy pobre, y s?!temdx c m u n2 h e & militar n7i-i-p te-caba en el patio. En cambio los concurrentes disponfamos de departamentos cómodos para fumar y descansar; el buffet bueno y elegante. Aprovechando un momento que me pareció oportuno me acerqué al General Porfirio Dfaz y le pedí audiencia para presentarle una carta de Don Diario patético de un emigrante 24 Emilio Castelar. Ascedió con mucha cortesía a mi demanda, señalándome el miércoles inmediato, esto es el día 2 de mayo, a las cuatro de la tarde en el Palacio nacional, y preguntándole yo de que medios me valdría para ser in-troducido me dijo que bastaba con una targeta mía. El presidente es una persona de mediana edad y de aspecto bastante agradable y simpático. Estaba de fraque y con la condecoración de la legión de honor. La sociedad de baile se componía de muchas familias a la Colonia fran-cesa y de varios personajes a la poiítica. La esposa del general estaba también en el baile. Yo, una ves obtenido mi obgeto, pasé el tiempo entre el buffet y fu-mando en los salones de descanso; esperando para marcharme á que se in-corporase conmigo Viriato que estaba en los salones entretenido con las jó-venes amigas de su conocimiento. En uno de los pocos momentos que estuve en los salones del baile travé conocimiento con el abogado Don Manuel Anda (Mirador de la Alameda no 71/4) quien me presentó a su señora, a la que tuve ocasión de acompañar al buffet . Regresamos a nuestras casas en coche después de media noche. A Viriato lo he reconocido en días pasados. No le he encontrado lesión manifiesta de los pulmones por lo que creo que hasta el día no se trata sino de una lamigitis tuberculosa probablemente. Le he prescrito el tratamiento que a mi juicio debe seguir. MAYO 2 Estoy preparado para concurrir esta tarde a la audiencia del Presidente; en un coche de plaza he ido al palacio nacional á las cuatro de la tarde. Hasta después de las cinco y media no lleg6 el presidente. El bedel lla-mó para audiencia a algunos generales y personajes políticos y, recibidos és-tos, dijo «á nombre del Sr. Presidente termina la audiencia por hoy». Me aconsejó el teniente Coronel Maineros, a quien habia sido presentado días pasados por Arguinzonis, y a quien vi de casualidad en la antesala y le entre- -& al bedel una targeta mía a la que agregó con lapiz que soy -portador de una carta de Don Emilio Castelar. A los pocos momentos el bedel me dijo que habia dado la targeta al ayudante de órdenes del general y que me pasase a otro salón de inmediato. Los demás individuos que esperaban audiencia y que eran lo menos unos Francisco Morales Padrón cincuenta se retiraron. Ai cabo de unos tres cuartos de hora de espera fui llamado por el presi-dente por medio de su ayudante. El general me saludó muy friarnente y después de haber leido con mu-cha atención la carta de Castelar me indicó que es lo que yo deseaba y en que podía complacerme. Le hice una relación sucinta de lo que habfa motivado nuestro viage, los desengaños que habfa recibido y la dificil situación en que me encontraba por la falta de ingresos en un país estrangero y la dificultad de regresar a mi pis donde con mi salida habfa perdido todoi !e a&& mi de-seo de poder servir a la República en una plaza de hospital ó en otro cargo que estubiese dentro de mis facultades. El presidente me dijo que las plazas de hospital estaban muy mal dotadas y que él podía hacer en mi obsequio otra cosa mejor y era nombrarme médico militar. Yo traía a la mano un rollo de papeles donde constaban los servicios que habfa prestado en Las Palmas, certificados por el Cónsul de México en Las Palmas, mi amigo Don Fidel Dfaz. Le dige al presidente que a quién en-tregaria los dichos documentos que acreditaban mi personalidad y servicios; a lo que me contestó que si bien la carta del Sr. Castelar bastante sobraba para recomendarme, siendo inútil todo lo demás, bastaba que yo los hubiese trafdo a la mano para que él los recogiese, encargándose de remitirmelos a su tiempo a mi domicilio del que dejó nota, lo mismo que de mi nombre en un libro de memorias. Después de frfos ofrecimientos de su parte, me despedí dándole las más sinceras gracias. Eran ya las ocho de la noche cuando regresé a casa bastante contento, dándole cuenta a Rosa y resto de la familia de lo que me habfa ocurrido. Poco me duró la satisfación ocasionada por el buen recibimiento del ge-neral presidente. A las diez de la noche, cuando Rosa y yo estubimos solos, me dijo ésta que habfa tenido un gran disgusto con su hermano Federico. Pa-rece que éste llebado de su habitual violencia habia amenazado castigar a Jua-na nuestra criada que con motibo de haber sido despedida Susana la cocinera lo mismo que a su marido por rateros, estaba sirviéndonos a todos de criada, cocinera y además de ama de nuestra Rosita. Rosa intervino en el asunto de-fendiendo a Juana y entonces Federico se travó de palabras con ella dirigién-doles espresiones injuriosas y ofensivas. A Rosa la encontré notablemente afectada con la anterior escena y sin ningún esfuerzo de mi parte convine con ella en la urgente necesidad de mu-darnos de casa y vivir separadamente. Diario patético de un emigrante 26 Como para todo, desgraciadamente se necesita dinero y a mi no me queda casi ninguno, pienso mañana hablar con Alfredo á ver si me puede fa-cilitar algunos fondos con que atender a la mudanza. MAYO 3 No he podido hoy encontrar á Alfredo. Rosa no quiere continuar al frente de los gastos de la casa; le entregó a Soledad 15 pesos que le han sobrado del último dinero que le habia dado Fe-derico para que ella continúe en lo sucesivo, si quiere, disponiendo lo nece-sario de la casa. MAYO 5 Alfredo a quien he visto me ha ofrecido facilitarme 200 pesos tan pron-to los adquiera. Hoy es día de fiesta nacional. Se celebra la retirada de los franceses de Puebla, siendo el héroe de la jornada el general Zaragoza por lo que se deter-minó que en vez de llamarse Puebla de los Angeles se llamase desde enton-ces Puebla de Zaragoza. Ha habido gran parada militar. MAYO 7 Preocupado con mi pensamiento fijo se me pasó el día de ayer sin escri-bir tampoco a mi familia. He reconocido con Diego una gran parte de la población en busca de una vivienda a donde mudarnos sin haber conseguido aún nada por ser to-das las que hemos visto malas o caras. Por fin anoche hemos visto una vi-vienda baja en la avenida de Juárez (antes Calvario), casa no 7, que adminis-tra doña Indalecia Gómez, amiga bastante intima de Elofsa Farrugia. A vi-riato le gusta mucho el sitio y Diego ha quedado encargado de conseguir que Elofsa responda por nosotros á la indicada señora. El alquiler es de 40 pesos adelantados. MAYO 8 Avenida de Juarez no 7. Está ya comprometida la vivienda, Doña Indalecia se conforma con que responda por nosotros Elofsa Farriaga sin exigir fiador comerciante como de Francisco Morales Padrón costumbre. Alfredo aún no me ha traído el dinero que quedó en darme desde ayer. Cada día tenemos más apuros Rosa y yo en mudamos por lo que con el em-peño de unas prendas de esta Ultima que produjo 60 pesos, hemos pagado los 40 pesos adelantados convenidos y trasladamos nuestros muebles a la nueva casa. Doña Alejandra a quien propuso Rosa que la acompañase, no ha creido conveniente hacerlo y se quedakon Federico y Soledad; Despdr de mi"rl_ddos hl !!egad~ _A_Eredne ~treg&fic!c!rn!ees 2QG peses 1 que me habfa prometido. Si no se tarda mucho el empleo que me ofreció el Presidente cuento con que poder sostenerme algún tiempo. MAYO 17 Se pasó el día de ayer y he cometido la imperdonable falta de no haber escrito a mi familia. Mucho me preocupa la idea de que mis queridos padres atribuyan mi silencio a motivos graves. MAYO 18 Desde hace &as nos hemos provisto de los muebles más indispensables para nuestro servicio procurando dejar lo más decente la sala que mira a la calle que he convertido en despacho. Como se tarda el empleo que me ofreció el Presidente, Viriato me con-siguió una carta de Don Fernando Camacho hijo del banquero, recomendán-dome a Don Rafael Chansal secretario particular del general Porfirio Diaz. Varias veces he intentado ver al referido secretario que recibe en un departa-mento del mismo palacio nacional y no he podido conseguirlo hasta hoy. Le manifesté lo que me habia ofrecido el presidente y mi deseo de que averiguara lo que haya sobre el particular y quedó convenido en hacerlo con bastante agrado, al parecer. En la tarde de este &a, con el fin de interesar a Chmra! en rr?i f i x r crei conveniente remitirle a su casa un regalo consistente en una canastilla con una docena de botellas del buen vino que trage de Canaria, adornada con dulces finos y cubierta con un bonito cobertor bordado que habiamos traido; Juana lo llevó a su casa, con una carta mia. De las cajas de vino que traje de las Palmas he dado una a Alfredo para Diario patético de un emigrante regalarla si no recuerdo mal a su abogado D. Dernetrio Salazar. La casa en que vivimos es bastante cómoda, si bien muy húmeda. Me he apercibido sin embargo que aquí no hace la humedad el daño que era de esperar, quizá por la rápida evaporación ocasionada por la falta de presión atmosférica. Hace pocos das me presentó Viriato al Dr. Don Ricardo Fuentes, jo-ven mexicano que estudió en Alemania y que se ha dedicado a la especiali-dad de la parotomfas con bastante crédito. Eloisa Farrugia nos viene á ver con frecuencia manifestándonos, mu-cho interés. Le he regalado una buena cala de pinturas de acuarela que yo te-nia. Elofsa me anima á que egerza la profesión para lo que debo poner placa en la puerta de la casa. No me decido a hacerlo hasta no recibir el empleo ofrecido por el presidente por creer que necesito de reválida y asi precisa-mente me lo dijo el Dr. Fuentes, cuando le hablé del caso el otro día. MAYO 26 He vuelto á visitar al Sr. Chansal; me dijo que habia averiguado que el presidente habia hecho mi propuesta en el ministerio de la guerra, prome-tiéndome activar alií el nombramiento. Me añadió además que él se haria cargo de recoger los documentos que quedaron en poder del mismo presi-dente la noche que me dio audiencia. He quedado bastante satisfecho de esta entrevista pues tengo ya la seguridad de tener un empleo que me proporcio-ne algunos ingresos. Don Antonio Arguinzonis y el mismo Alfredo me dicen que un empleo militar no es lo que mejor me conviene y que preferirian cátedras o plazas de hospital. Yo, hoy por hoy, me doy por satisfecho con cualquier cosa que me produzca algunos ingresos y me dé tiempo á hacer algo por la profesión. Ar-guinzonis, sin embargo, se ha empeñado en presentarme al Gobernador mili-tar, general Carrillo, para influir con éste á fui de que mi nombramiento lo troque por otro más de su gusto. Yo accedo a todo, pero es el caso que Ar-guinzonis falta todos los días á las citas que me da por lo que he determinado prescindir en lo sucesivo de su mediación. La buena Eloisa, procurando siempre abrirme el camino, me ha dado una targeta del diputado Don Epigrnenio Pineda recomendándome al dicho Gobernador militar Don Hermenegildo Carrillo y con otra suya propia para el mismo señor, á fin de que éste me active en las oficinas de Guerra mi nombramiento. 29 Frannj,, Morales Padrón Se me habia olvidado decir que el da 12 del corriente recibi la primera carta de mi padre fechada en ~as'Palmase l 22 de Marzo, pocos dias despuei de nuestra salida, participándome que no habia ocurrido novedad particular en la familia. Me refería, sin embargo, un detalle que me conmovió mucho y es que mi pobre madre no se apercibi6 sino dias después de mi marcha, de mi ausencia, y que se quedó cuando lo supo, muy afectada y dolorida; pero que ya comenzaba a reponerse y estaban todos ansiosos de tener noticias nuestras. Hoy he recibido varias cartas. Una de mi padre fecha del 28 de Marzo en la que se refiere a la anterior del 22. Me dice que mi madre tuvo unos cólicos que padece de que ya estaba completamente restablecida. Me pregunta por Don Antonio López Botas, y entre otras cosas me dice que se habia visto en la necesidad de romper rela-ciones con mi primo Luis Navarro, por su torcida conducta y mal proceder en la cuestión de mi plaza de médico titular. Otra de mi hermano Juan, fechada en Cáceres el 7 de Abril, en la que entre otras particulares me dice que si por circunstancias no previstas, no diere resultado el negocio de minas que regresásemos á Europa, donde de acuerdo con él determinariamos lo más conveniente. Es de admitir como á tanta distancia de nosotros ha sido profeta! Otra de mi padre, fecha 13 de abril, diciéndome que el 5 del mismo mes á las 7 y media de la mañano recibió mi telegrama de Veracruz fechado el 5 del mismo dia a la una y cuarenta y cinco minutos de la mañana. Me acusa además recibo de mi carta de La Habana y me incluye un suelto publicado en el Liberal' el 13 de Marzo en que se hace de mi un elogio muy satisfacto-rio. En ésta lo mismo que en las anteriores parte del supuesto de que esta-mos en Tampico. Otra de mi amigo Don José Franchy, fecha del 12 de Abril, refiriéndose al telegrama, sino de Veracruz. Y otra, finalmente, de mi hermano Juan fecha 12 del pasado refiriéndo-se á la mía que le escribi desde la Habana con fecha de 24 de Marzo. Todas estas cartas las he recibido con atraso, porque conforme á lo con-venido a mi salida de Las Palmas habian sido dirigidas a Tampico, de donde han sido devueltas por Anibal González que recide allí empleado en las ha-ciendas de AEredo. Diario patético de un emigrante MAYO 28 Sin hacer uso de la mediación del diputado Pineda para quien me había dado una carta de recomendación Eloísa, me presenté hoy al Comandante militar Don Hermenegildo Carrillo en sus oficinas del Palacio Nacional. Me introdujo el teniente coronel, ayudante de órdenes de Carrillo, el joven espe-cial Sr. Cuvas que ha parecido simpatizar conmigo. El general Carrillo sirvió al imperio, cuando Maximiliano, y a pesar de esto ocupa un puesto importante en el Gobierno por ser querido y estimado de todos. Es una persona muy llana y afable con todo el mundo. Se penetró de mis deseos y me dijo que activaría mi nombramiento en las oficiiias de Guerra citándome para pasado mañana. Los días en que sale el correo de Veracruz para Europa son los 8, 18 y 28, debiendo escribirse aquí dos días antes esto es el 6, 16 y 26; porque el tren para Veracruz en correo sale por la mañana temprano a las seis, llega por la noche y hasta el día siguiente no es recogida la correspondencia por los vapores de la Trasatlántica Española. Esto me ha hecho pensar que la carta que escribi a mi padre y eche al correo ayer 27 debe haberse quedado en Veracruz sin alcanzar al vapor. Esto me ha contrariado mucho, pues pre-cisamente en dicha carta me escusaba de no haber escrito en los anteriores correos, y les hablaba de las esperanzas que tenía de un empleo. Para atenuar en lo posible esta falta mia me decidí ayer a ponerle un telegrama noticián-doles que estábamos buenos. Hoy escribo á Juan, en carta certificada por via «El Paso» diciéndole el fracaso que hemos tenido en nuestros cálculos y las esperanzas de destino. También por la misma vía le pongo otra carta certificada á Celestino González a Madrid, calle del Barquillo 45, 2" centro, en la que le hablo con franqueza de todo lo que nos ha ocurrido. Por más que costó un verdadero sacrificio gastar 5,05 en el telegrama á mis padres, atendiendo á mi escases de fondos, he quedado, no obstante, sa-tisfecho y tranquilo con la idea de quizá en estos momentos han tenido la noticia de que estamos buenos; lo que atenuará el disgusto que se tengan por falta de mis cartas en los correos anteriores. MAYO 30 Ayer puse en el correo vía «El Paso» una carta de atención para D. José Franchy y otra pra mi padre por la misma vía en la que, entre otras cosas, le Francisco MoraLes Padrón sigo contando mis impresiones de viaje. A las ocho o nueve de la mañana de hoy he vuelto a visitar al general Carrillo; se acusó de oividadizo y me volvió a citar para maííana a las cuatro en las oficinas del Ministerio de Guerra. Cuando regresé a casa después de esta visita tuve la agradable sorpresa de recibir una carta de D. Rafael Chansal incluyéndome un nombramiento de Capitán 1" Médico Cirujano del Cuerpo médico militar con el haber anual de 1200.85, e incluyéndome otra del mismo Chansal presentándome al D. Antonio Maineros, teniente coronel del 4" regimiento de Caballería á cuyo servicio he sido destinado. ,, - E MAYO 3 1 o - Hoy me he presentado en el Cuartel de Santiago al teniente coronel m O E Maineros, á quien yo conocía por haberle visto en casa de Arguinzonis. Le E 2 entregué la carta de Chansal. He convenido con Maineros en pasar la viw.' ta a E las diez de la mañana. 3 - JUNIO 1 - 0 m E Por primera vez paso hoy la visita en el regimiento de Caballería a que O estoy incorporado. El teniente Coronel Maineros me presentó a toda la ofi- - cialidad del cuerpo. -E El mayor Don Juan M. Gómez a quien me habfa particularmente reco- a 2 mendado Maineros se ha servido acompañarme á las oficinas de la zona mili- -- tar, en el Palacio militar, donde por la mediación del Capitán de Caballería Navarro me presentó al Coronel de mi cuerpo Don Juan Castellano quien a 3 O su vez me presentó también a los demás compafíeros médico cirugapos. El Mayor me presentó también en los departamentos de tesorería que están en el mismo palacio nacional, al Comisario de guerra Callejas y al paga-dor Rivera, dejando todo dispuesto para la toma de poseción de mi destino. Entre las obligaciones de mi empleo está la de presentarme todos los días á las 12 en la oficina o departamento de la Sección Sanitaria de la zona militar, para tomar órdenes y sentar en un libro de registros las partes de en-fermedad que ocurran en el cuerpo que visito espresando el diagnóstico de la enfermedad etc. etc. y montar guardia en dicha zona el día que me toque por turno. También me ha manifestado mi coronel que indispensablemente necesi- Diario patético de un emigrante 32 to del uniforme pues en las revistas de Comisario no se paga si no se lleva el dicho uniforme. Por via el Paso escribo á mi padre, á mi hermano Juan y a Celestino González participándoles mi nombramiento. He recibido hoy carta de Juan, fecha del 7 de Mayo, en la que entre otros particulares me dice que accediendo á los deseos de Geromita de cm-biar el dicho nombre por el de María, se le puso este recientemente en el de la confinmaci6n. Y de qGe en Iv sUces&o se !!mar& M-,r--, Ge-rónima. Otra de mi padre; fecha del 13 de mayo, diciéndome que el día de San Pedro Mártir (29 de abril) fue el entierro de Doña Eufemiana Jurado Do-mínguez, que había muerto de pulmonía; el de Doña Rafaela del Castillo Oli-vares á consecuencia de una congestión pulrnonar, lo mismo que también el de Doña Marfa del Pino Déniz, la suegra de Manuelita González Avilés. Me añadió además que el desgraciado Doctor Don Antonio López Botas había fallecido en La Habana el 16 de Abril sufragando sus gastos de entierro el médico isleño Cuvas y Antonio del Castillo. Mamá seguía bastante bien, Agustín mi sobrino bueno y contento en Barcelona. Pero que mis sobrinas Teresa y Candelaria estaban en cama inva-didas del sarampión, pero sin síntomas que inspirasen cuidado. Otra carta del procurador Don Francisco Bello, manifestándome que se había ganado en la audiencia el pleito de mi cuñado Federico con Calderfn, gracias a las buenas gestiones de mi amigo Don Felipe Massieu a quien habla yo interesado mucho en el asunto antes de mi salida de Las Palmas. Gerónimo también me escribió acusando la mía de La Habana y dicién-dome que tenía en la actualidad (Mayo 12) malos catarro pulmonar á Gero-mito, mi ahijado y a Josefinita. Sigo visitando con regularidad a las diez de la mañana al 4" Regimiento á que estoy agregado. A dicha hora tomo todos los días frente al palacio del Congreso el tran-vía de vía angosta (Angeles y Guerrero)) y para regresar, después de hecha la visita el de ((Santa Maria y Santiago)). Al toque de corneta de «hospital y parten que se hace a mi llegada al cuartel, el oficial de semana de cada uno de los 4 escuadrones en que está di-vidido el regimiento, acompañado del sargento o cabo, me presentan el parte 33 Francisco Morales Padrón de enfermos. Conforme al parte voy llamando y examinando a cada uno de ellos. A los que no tienen sino indisposiciones ligeras les prescribo lo conve-niente para que se curen dentro del cuartel, dándoles de baja en el servicio activo dos o tres días hasta que recobren su salud. De éstos dejo una nota, particular mía para mi gobierno. Por lo que respecta a los que tienen enfer-medades que necesitan de asistencia facultativa los doy de baja mandándolos al hospital militar. De estos últimos lleva la nota diariamente á las doce del día a la zona militar, donde después de haberlo comunicado verbalmente al que esté de jefe de la sección Sanitaria, le doy asiento en un libro destinado a registro, espresando el diagnóstico de las enfermedades que han sido despe-didos para el hospital. En el mismo departamento en que se hace esto, espresamos allí todos los médicos militares y los veterinarios a que se lea la orden del día de la pla-za y concluida esta lectura nos despedimos del gefe, que generalmente es nuestro coronel y en la ausencia el de más categoría o el más antiguo de los que concurren, generalmente estamos libres á las doce y,media. En la orden del día se nos designa por turno el día que nos toca estar de guardia en la zona, y el que nos toca visitar el fortín de Santa Fe; o bien se nos da la orden de incorporarnos a algún otro cuerpo, se sefiala la revista de comisario. Concurrir en las solennidades de las fiestas nacionales etc. etc. El día que nos corresponde estar de guardia en la zona vamos desde la maiiana temprano á la mayoría de plaza a tomar órdenes y tenemos obliga-ción de permanecer en los departamentos de la zona desde entonces hasta el día siguiente de la maiíana en que nos releva el que le toca en turno. En este día tenemos obligación de reconocer a los voluntarios o reemplazos que se nos remitan, dándoles asiento en un libro con la espresión de «útiles o inúti-les »; expresando en este ?í!timo ras^ 12 cnfemedíld cpe cstC c ~ q x e n&d aen el cuadro de escepciones. También se nos obliga en este día a prestar servi-cios en cualquier cuartel donde falte el médico y ocurra alguna novedad. Los reconocimientos de voluntarios o de reemplazos pueden hacer tam-bién en los cuarteles á petición del gefe del cuerpo cualquier día sin ser pre-cisamente el de guardia, en cuyo caso les damos asiento en el libro referido, en e! t&=c & ei. n , le~s h c ems . Nuestro Coronel nos ha tolerado que en los días de guardia nos mar-chemos á nuestras casas dando una o dos vueltas durante el día por la zona y dejando encargado á alguno de los oficiales que están de guardia que nos lla-men dado caso que ocurra algo. A este fin en un cuadro constan nuestros Diario patético de un emigrante 34 domicilios. Y aun cuando así lo hacemos no estamos esentos de responsabili-dad si se nos necesita y no se nos encuentra como suele suceder cuando ocu-rre algún accidente en el mismo departamento de la zona o en algún cuartel y se acude al mkdico de guardia y no se le encuentra. A algunos de mis com-pañeros le ha costado esta falta un arresto en la prisión militar de Santiago. El fortín de Santa Fe, 6 sease la fábrica nacional de pólvora, es un fuer-te desde el tiempo de los españoles á una hora de distancia de Chapultepek; se va en tranvía hasta este sitio y desde aquí en un guayín (carrichoche) hasta el indicado fuerte donde se pasa visita a la guarnición, consignándose el re-s&& e! libro & asientos, La ievista de comisario se hace de riguroso uniforme conforme lo esta-blece la orden de la plaza; de no concurrir en corporacion se sigue que no se nos estiende la nómina del mes. Las revistas de comisario se hacen en los departamentos de la tesoreria donde el comisario nos va llamando por lista que tiene en su poder, se hace generalmente en los primeros días del mes. Los médicos cirujanos que en la actualidad forman la Sección Sanitaria de esta 8" Zona militar son: El Coronel Don Juan N. Castellanos. El Teniente Coronel Don Vicente Fonseca que visita los almacenes de construcción. El Teniente Coronel Don Eduardo R. García que visita el 21 batallón. En la actualidad está nombrado para visitar la esposición universal de París en comisión de servicio. El Mayor Don Antonio G. Trugillo, visita 4" batallón de artilleros. En la actualidad está en iicencia por malo de una mano. El mayor Francisco López Barón, visita batallón de ingenieros. Ausente hoy. El mayor Francisco Sánchez visita bataiión de inváiidos. El mayor Manuel Mateos visita 1 batallón de artilleros. El mayor Ramón Galán visita 3er batallón de artilleros. El mayor Manuel Iglesias visita el 18 batallón (y el cuarto regimiento antes de mi). El mayor Justiniano Mondragón, visita el 7" Regimiento. Está ausente. El mayor José G. Castellanos (hermano del Coronel) visita el 9' bata-llón. El Capitán lo Genaro Pérez visita 2" batallón de artilleros y gendarmías de ejército. Francisco Morales Padrón E1 Capitán lo Marcelino Mendoza visita el 24 batallón. E1 Capitán lo Everardo Molina visita el le' batallón de infanterfa. Y finalmente el Capitán lo Andrés Navarro y Torrens que visita el 4" Regimiento. Los oficiales del egercito Mexicano, según su gerarquía son los siguien-tes lo. Alférez una franja en la manga; 2". teniente 2 franjas; 3". Capitán 2". tres franjas siendo la del medio de distinto color según sea caballería o infan-terfa; 4". Capitán 1" tres franjas; 5". Mayor, tres franjas, siendo la del medio más ancha; 6". Teniente Coronel, tres franjas anchas las de los lados y estre-cha la del dio, 7". Coronel, tres franjas anchas; 8". general de brigada y 9". m - general de división. E El uniforme nuestro consiste en kepi, levita y pantalón de paño con es- o n pada sable; las mangas del levita tienen vueltas de terciopelo carmesi; en la manga derecha, como en el kepi el escudo del cuerpo médico que consiste en la serpiente de .Esculapio; el pantalón tiene dos franjas doradas estrechas. He encargado el uniforme, al sastre Garcfa Benites, calle de Jesús no 3. que sin contar la espada me cuesta 80 pesos que pagaré en tres plazos. Para la espada sable me ha ofrecido crédito para tomarla á plazos en la zrmerfa de la calle 2" de Plateros, mi Coronel D. Juan Castellanos. El sastre me ha ofre-cido hacerme el uniforme para la primera revista de Comisario que será en los primeros días del próximo. En el cuartel, todos los oficiales, lo mismo que los compañeros de la sección Sanitaria, me tratan con cortesía y finura. Por más, que término-medio me pasarán de 90 pesos mensuales el suel-do por mi empleo militar, yo procurarfa irme sosteniendo en esto, animado de la esperanza de ir adquiriendo alguna cosa por el ejercicio de la profesión. Pero me he enterado de que el día menos pensado, quizá muy pronto, tendré que salir de esta capital por riguroso turno y ser trasladado a otro cuerpo de cualquiera de los diferentes estados de la República. En este caso se echan todos mis cálculos por tierra, pues en esta forma nunca podré tener clientela fija y por otra parte no podré sufragar los gastos de traslación de mi familia. En este concepto preciso intentar conseguir un destino en la embajada española o en el consulado o tal ves igualas en alguna hacienda del interior en empresas de minas que produzcan lo necesario para sostenerme de pronto y dar lugar a que la profesión me produzca algo. Viriato, con quien he habla-do de estos asuntos, es del mismo modo de pensar. Por de pronto en las car2 tas a mi padre le pedirá me solicite cartas de recomendación para el elemen- Diario patético de un emigrante 36 to oficial de aquí por medio de León o de Matos en Madrid para con dichas infiuencias hacer frente a cualquier dificultad que me cree mi destino. La buena Eloísa nos ve con alguna frecuencia y suele acompañarnos á comer de noche. JUNIO 6 Escribo a mi padre acusándole recibo de las anteriores, le continúo las informaciones de viage y concluyo pidiéndole cartas de recomendación para el elemento oficial de aqui. Ocultándole mis temores de tener que dejar el destino iiiás O iiieiius tarde. Le escribo también á Juan y a Celestino; á este último por duplicado, certificando una de las cartas e indicándole por las razones ya espuestas la conveniencia de que esté preparado para otro destino en el caso de que tenga que renunciar el mío. Le propongo utilice sus influencias para cmseguirme un destino en la Embajada o Consulado español. A mi padre le pongo otra carta por vía El Paso para juzgar cuál de las dos llega primero. De nuevo tengo que recurrir á empeño de prendas: como he tenido que pagar anticipadamente el alquiler de la vivienda me he quedado escaso de fondos. Aifredo lejos de poder ayudarme le pidió el otro día a Rosa 10 pesos, lo que me indica que anda apurado y que sus negocios no van viento en popa. JUNIO 12 Afortunadamente el sueldo por mi destino nos lo dan en tres plazos de cada diez días aproximadamente cada uno, liquidando en el último el des-cuento del haber; ayer cobré 20 á cta. Rosa y yo hacemos constantes cálculos para reducir lo más posible nuestros gastos domésticos. Por más que tratamos de hacerlos los más mo-destos posibles no podemos alterar el siguiente presupuesto: Alquiler de la vivienda Portero Pensión de Federico FF7ann'scoM orales Padrón Tranvfas a 0,06 diario Sellos de cartas Gastos de escritorio Labado y planchado Gastos de comida 98,30 Mis ingresos se reducen a 90 por término medio del cargo de médico militar y de aquí que quedemos en descubierto con la diferencia, o sea 8,30, ~ L I hPa bremos de raríirlor de empeños de prendas mientras nos duren éstas si Dios no pone antes remedio. Para que se vea que mis cálculos no son exagerados no hay mas que echar la vista sobre el presupuesto de gastos de comida que á continuación espongo; en él no es posible rebajar un centavo. -Gasto diario en la comida- Leche para los niños 0,12 O, 12 Carne de vaca 0,21 0,21 Pan 0,14 0,14 Azúcar 0,04 0,04 Huevos 0,12 0,12 Papas 0,12 0,12 Garbanzos 0,02 0,02 Manteca de puerco 0,12, 0,12 Chocolate para el desayuno 0,09 0,09 Café 0,03 ' 0,03 Carbón 0,09 0,09 Petróleo 0,05 0,05 Velas 0,02 0,02 Jabón de cocina para labar 0,09 0,09 Lechugas o tomates etc. 0,02 0,02 Sal 0,O 1 0,Ol Aceite para comer, para la lámpara y vinagre 0,04 Pulque 0,03 0,03 Suma 1,36 Que multiplicados por 30 días importan la dicha cantidad de 40,80. He puesto en !a nota anterior la pensión de Federico en un colegio por-que aun cuando hasta hoy día no nos ha sido posible mandarlo á un &l&io, Diario patético de un emigrante 38 tenemos determinado Rosa y yo el hacerlo lo más pronto posible, pues está muy atrasado la educación de este niso. Como se ve por las notas anteriores, con noventa duros, de los únicos ingresos fijos hasta el día tenemos que hacer frente á los referidos gastos mensuales, dentro de los que no he hecho mensión de la reposición de ropa, calzado y desembolso por mi uniforme y otros muchos imprevistos. Asl es que por primera providencia hemos determinado mudarnos a otra vivienda, aunque sea interior y no esté en otra calle tan buena como ésta. En realidad en la actual casa tenemos bastante comodidad. Prescindien-do de su humedad que llega al estremo de encontrarse lombrices de hume-dad hasta en las habitaciones interiores, tenemos en cambio un patiecito a propósito para labar y secar la ropa, de cuya operación se ocupa Juana en los ratos en que la dejan libre la niña Rosita y los quehaceres de la cocina, pues no nos ha sido posible entrar otra criada. Mi despacho es amplio y cómodo. Tenemos además la ventaja de tener frente a nuestra casa al grande y bonito paseo de la Alameda la que es un gran recurso para que nuestros nifios pa-seen y se distraigan en los días y a las horas que lo permite el tiempo. Pues en esta estación, desde las tres de la tarde, generalmente todos los días, caen llubias abundantes acompañadas inseparablemente de ruidosos truenos y de relámpagos. En esta casa hemos trabado relaciones con Doña Isabel Ferrer de Gi-ménez, pariente, creo, de la segunda esposa de Federico el hermano de Eloi-sa Ferrugia, y con una familia de origen francés que mora en una vivienda, parte á la nuestra. La administradora de la casa Doña Indalecia, también nos trata con bastante afabilidad. No podemos decir lo mismo del viejo portero que nos fastidia con su carácter seco e interesado, aburriéndonos con el son-sonete de un arpa que toca a todas las horas del día y parte de la noche. JUNIO 13 He tenido cartas de Canaria. De mi padre dos; una del 22 de Abril en la que me supone en México presentando la carta de Castelar; abriga la presun-ción de que tal vez me convenga establecerme en dicha capital en el caso de que ei proyecto de minas no de resuitado; en ia otra, fecha dei 27 de Abrii, me dice que Teresa mi sobrina estaba ya completamente [sic] del sarampión y que mi cuñado Pancho estaba en la actualidad empleado casa de Gómez, ganando 30 pesos mensuales; me dice entre otras cosas que fracasó el 39 Francisco Morales Padrón proyecto de la gran fonda que a mi salida trataba de establecerse en la casa de la calle de los Balcones, donde Ramón tenia la suya, y en cuyo proyecto se decía que tomaba parte entre otros, Luis Navarro. Mi hermana Juana esta-ba mejor de su gastridimia. Pancho me escribió también, lamentándose el pobre de lo poco que le favorece la suerte. En diferentes ocasiones, unas veces por la mañana y otras por la tarde, he intentado visitar a Don Rafael Chansal, secretario particular de D. Porfi-rio Diaz: séase por que no ha querido recibirme o por que en realidad no es-tuviese en su oficina del palacio nacional, ni en su casa, calle de San Andrés, ei caso es que he perdido muchas horas de antesala sin conseguir verle. Mi obgeto era para darle directamente las gracias por Ia parte que ha tomado ac-tivando mi nombramiento de médico militar y recordarle, al mismo tiempo, me compiiese la promesa de recogerme los documentos que quedaron en po-der del Presidente el día que me concedió audiencia. Por dicho motivo, me limito hoy a escribirle dándole las gracias e indi-cándole por qué no lo he hecho personalmente. También lo hago con el Pre-sidente, a quien he debido haber escrito desde hace días; pero vale más tarde que nunca. JUNIO 16 Escribo a mi padre; le incluyo dentro de la carta unos rizos de Gustavo y de Rosita. Al primero, casi desde que nos embarcamos ha ido perdiendo el ensortijado bonito que tenía, y Rosita, que en cambio tenía el pelo lasio, se le ha puesto rizo. Le escribo también a mi cuñado Pancho y a mi compañero Vicente Ruano, que quedó encargado del servicio del hospital de elefarcia- COS. JUNIO 17 Por vía El Paso escribo a mi hermano Juan y le repito otra a mi padre, incluyéndole semillas de césped inglés, para que lo siembre en una maceta. También he escrito a Gerónimo Falcón. JUNIO 18 Por vía El Paso escribo a mi cuñado Antonio Figuera y Chano. Diario patético de un em&ante JUNIO 20 Hoy por la misma vía lo hago a Agustín Pérez, Jorge Rodriguez y a Diego del Castillo, a quien no olvido su buena y correcta conducta cuando el asunto de mi plaza de médico titular. He tenido carta de mi padre fecha del 22 de Mayo. Me acusa haber reci-bido la mía del 16 de Abril y espera que pueda sacar partido de mi perma-nencia en esta capital. Pancho, mi cuñado, me pregunta en carta suya de la misma fecha me pregunta si yo creo que él pudiese hacer aquí algo, pues en Las Palmas no puede seguir sosteniéndose. Le escribo hoy á mi padre, hablándole de que tengo intención de mu-darme y como no sé aún que casa, le recomiendo que las próximas cartas cartas me las dirija a mi cuñado Diego, calle de Nuevo México no 11. Hoy, pagando los premios devengados, saqué las prendas empeñadas el dia 7 de Mayo, para empeñarlas de nuevo en el Monte de Piedad, donde dan menos, pero le pagan menos premios y es más fácil sacarlas. Dejo alquihda hoy en la calle hueva no10 una vivienda baja interior no 7, por 18 pesos mensuales pagaderos a su vencimiento. Valeria, la muger de confianza de Eloisa, y que parece agradecieron al-gunas recetas gratis que les he hecho, ha conseguido que salga por fiador mío para con Don Ignacio Iturbe, el administrador de la referida casa, un comer-ciante de abarrotes que ella conoce y que vive en la esquina de la calle de Nuevo México. Don Ignacio Iturbe, que tiene su despacho en la calle del Coliseo nue-vo, parece una persona muy afable. Hemos visto la vivienda Rosa y yo y no nos desagrada, pues es nueva y limpia, aun con el inconveniente de ser interior; pero a esto nos obliga nues-tra situasión de hacer economias. Como hasta el 8 no se cumple el alquiler adelantado de la casa en que vivimos no nos damos prisa en mudarnos. Esta casa tieiic también la ventaja de que quedamos siempre cerca de la Alameda y de no ser húmcda como la actual. Francisco Morales Padrón JULIO 3 He tenido carta de mi padre con fecha del 13 del pasado. El 27 del pa-sado, á las once de la noche había recibido mi último telegrama en que le participaba que estábamos buenos para suplir con esto la falta de mis cartas. Entre otras cosas me dice que tenían determinado salir el día siguiente para Bandama en la Vega. Que mamá seguía bastante bien tomando el asceniato de sosa. Se lamenta de las pocas honrras que le han hecho a la memoria del fallecido Don Antonio López Botas reducidas a cambiar el nombre de la ca- 11- A- inc r n - X - ; ~ - ~ p-- -1 AP T ÁMII R-+OC --;--A- n~ m;rmn n~ 11& U& lV., UaIIVIII6 V ., LUI1 -1 U& Y V p Y Yuca.,, Y"III&LIUU a1 LlllLIlllV L 1 b l l lY " LA nombre de D. Cristóbal del Castillo a la de Puertas; y en leer su biografía y panegírico en el Gabinete a cuyo efecto se había prestado Fernando Inglot. Me añade también que lo habian desairado Casa del Conde de Vega Grande consultando a sus espaldas con Don José Hemández, para una indis-posición del mismo Conde; por lo que se había visto obligado a indicar a éste su deseo de no seguir prestando servicios médicos en su casa. Otra de Juan, fecha del 15 pasado, preguntándome por mi verdadera si-tuación y estrañando mi reserva. Otra de mi cuñado Antonio, fecha del 12, pidiéndome le consiga aquí del elemento oficial, contratas de inmigrantes á cuyo frente pudiera ponerse él y obtener por el Consulado de México; asuntos de los cuales me había ha-blado en Las Palmas días antes de mi partida. Otra de Gerónimo Falcón, del 12, participando que sus niños estaban ya buenos después de haber pasado por un estado bastante grave; y, fmal-mente, otra de Felipe Massieu de la misma fecha en la que me participa ha-berse ganado en la audiencia el pleito de mi cuñado Federico contra Calde-rón. Hoy por primera vez me visto de uniforme para concurrir en corpora-ción a la revista de Comisario. Antes de ayer por mediación de mi Cónsul Don Juan Castellanos, con una targeta suya, conseguí que me diesen á plazos In ,, ln n,,c(n A- 1" rnll- A- DIn+,..,.- ia r.ayaua LII *a auiiLria ur. ia barir. ur. A iacr.rva. He tenido hoy dolor de muelas que concluyeron con una fuerte jaqueca. Le he mandado la carti de Felipe Massieu á Federico con su misma ma-dre Doña Alejandra que ha estado hoy á vemos. Se han mudado á la 3. An-cha de San Bernardo 14 1/2, á la casa que llaman de Hidalgo. Diario patética de un emigrante JULIO 6 Escribf a mi padre contestando sus últimas. Anoche, dormimos en esta casa; la mudada la hicimos ayer mismo. He tenido que comprar algunos muebles. Alfredo nos ayudó con veinte pesos. Tuvimos que adquirir fundas el día 2 utilizando el recurso de nuestras pren-das en el Monte de Piedad. Para intentar el ejercicio de la propina necesita-moq tener; ya qup no !legoj por lo menos alguna decencia en la casa, JULIO 8 He tenido carta de mi sobrino Agustín, fecha del 10 de Mayo, y que por haber sido dirigida á Tampico ha llegado con retraso. Me acusa haber recibido la libranza por 15 que le había yo mandado poco antes de embarcarme; dice que está contento con su empleito en el Gobierno de Barcelona y que se está preparando para los próximos exámenes. La dirección es Bajada de Santa Eulalia 4-2.0 JULIO 9 Si he de ejercer la profesión, para que sean válidos los certificados de defunciones etc., es necesario que me inscriba en el registro de contribu-ciones. A este fin, por medio de una targeta de D. J. Ag. de Castro que me consiguió Eloisa, me presenté ayer a Don Wenceslao Briseño, juez primero del estado civil que tiene su despacho en el Zócalo, cerca del ayuntamiento. ¿e manifesté mi situación y me dijo que yo necesitaba presentar y registrar mi título en el Consejo de salubridad para que desde este fuese la nota al juzgado y de aquí a la administración de contribu-ciones. De esta misma opinión fue mi compañero D. Everardo Molina, joven que me distingue con sus simpatías y a quien consulté el caso en su casa, caiie de Ceiaya n.Q 6. Al indicado fin, y con targeta del juez Briseño, me he presentado hoy al secretario del Consejo Superior de Salubridad Don Juan José Arellano, (callejon de Hicotencatl) el que me espuso que no podía registrar mi titulo, apesar de mi nombramiento de médico militar, sin la 43 Francisco Morales Padrón previa reválida que exige la ley. Pero que pudiera solicitar del referido Consejo que se me permitiera egercer, con el cese de todos los derechos, durante un año, con el compromiso de mi parte de hacer los egercicios de rebálida en el referido plazo; añadiéndome que dicha instancia será atendida favorablemente en el Consejo pues existen precedentes de la misma. Me añadió, además, la conveniencia de que hablase al Dr. Don Eduardo Liciaga, presidente actual, del referido Consejo Superior de Salubridad. JULIO 13 Tengo en mi poder una placa niquelada con mi nombre anunciándo-me como médico al público. Pero no me he determinado a ponerla en la puerta mientras no resuelva el asunto de legalización del. titulo. Cada día estoy más inquieto con la posibilidad de que me obliguen a salir d'e esta Capital con motivo de mi destino; Por turno ha salido para Chiapa (creo), D. Genaro Pérez; se habla de que también saldrá pronto el que le sigue, ó sease, D. Marcelino Mendoza; después me toca a mi, pues Don Everardo Molina ha salido ya prestando sus servicios de campaña en el estado de Sonora. JULIO 16 Hoy he pasado por la enojosa operación de reconocimiento de órganos sexuales del regimiento por orden del Teniente Coronel Maine-ros. JULIO 18 Hoy, aniversario de la muerte de Don Benito Juárez, es fiesta nacional y desde temprano hemos concurrido en corporación al panteón acompañando al elemento oficial. Concurrió el Presidente. Nos reunimos todos en un antiguo edificio de aduanas del tiempo de los españoles y de allí fuimos al panteón donde se leyeron versos y discursos que me parecieron todos bastante malos; y todabía me parecieron peores con la molestia que experimentaba ocasionada por la insolación que cogimos en todo el trayecto, al mesiiradn paro de procesión. Tuve carta de Juan fechada el 27 de Junio: había recibido en un mismo día las mías del 28 del pasado y de 1 .Q de Junio por vía El Paso, a los veinte días. En la primera le contaba mi situación y en la segunda le participaba mi nombramiento de médico militar. Diario patético de un emigrante Hay días en que veo las cosas de color menos obscuro. (>uiz;i ticpmd:~ del estado de mi salud, que no es nada buena. Desde hace cerca Jc un nic\ esperimento dispepsia acompañada de un catarro intestinal que aunquc. no graduado es lo suficiente para quebrantarme las fuerzas y abatir mi ánimo. Lo atribuyo a mi estado moral y á lo poco que repone las fuerzas ia alimcnra-ción de este país, donde tanto Rosa como yo encontramos todo soso ) sin sustancia. De cuando en cuando tenemos que hacer el sacrificio de comprar algunos artículos, como longanisa, queso, etc. para estimular algo nuestros debiies estomagos. Lo mismo ie pasa a nuestros niños, apesar de que no ies economisamos la leche que no es muy cara y parece de buena calidad. Como decía antes, me encuentro en uno de los días en que estoy menos mal y con la esperanza de poder hacer algo en la profesión. A este efecto, me he decidido á tomar, además de la vivienda que alquilamos, otra más peque-ña que está continuación con el número 8. Me cuesta 15 mensuales y Al-fredo me consiguió por fiador al comerciante Don Manuel Vega. Con la nueva habitación tenemos bastante comodidad, pues sólo para poder acomodar el gran número de baúles y cajas tuvimos que poner los ca-tres de los ninos encima de un piso hecho con aquellas. El comedor lo tene-mos independiente, mientras que antes teníamos que comer en la misma ha-bitación de dormir. Mi despacho, aunque pequeño, está independiente. JULIO 24 Previendo todo lo que necesito para el egercicio de la profesión he ad-quirido de mi compañero Molina, joven inteligente y que se me figura que hará carrera, los siguientes datos de las tarifas más corrientes que tipnen es-tabiecidas los médicos en esta capital. Visitas médicas a las personas pudientes desde 2 á 3 pesos. A los pobres generalmente 1/2 peso. Consulta á domicilio para los primeros 1 peso. Partos fisiológicos, 10 a 15 pesos. Distocicos de 20 a 60 pesos. Visitas de noche desde 3 á 6 pesos. Amputaciones desde 60 á 100 pesos. Inyecciones hipodérmicas 1 peso. Cateteniano 2 á 5 pesos. Certificados 2 pesos. 45 Francisco Morales Padrón Visitas extramuros en carruage 5 pesos por legua; y en ferrocarril 2 por idem. Análisis de orinas 3 pesos. Cura de heridas, reducción de fracturas, luxaciones etc. de 6 a 15 pesos. Consultas pedidas con la asistencia de otro médico 5 pesos para el pro-fesor llamado. El de cabecera no time derecho á emolumento alguno. Todabía no he podido conseguir los documentos que dejé en poder del Presidente el día de la audiencia y no se a punto fijo donde sé encuentren. Hablando de este asunto con Alfredo me prometió valerse de un agente, co-noctdo suyo, que conseguiría de Chansal el buscarlos y entregármelos. Pero se ha pasado el tiempo y nada se ha conseguido tampoco por este lado. Con este motivo intento esta tarde obtener una audiencia del mismo Presidente y voy a Palacio á las cuatro de la tarde. Todabía no había tenido ocasión de dar mi targeta al bedel, cuando este cantó la conocida frase «No hay audiencia esta tarde)). 1Mi intención era, con el pretesto de darle las gra-cias por mi nombramiento, pedirle los dichos documentos, y según la situa-ción de ánimo en que lo encontrara, pedirle que influyera para que no me hi-cieran salir de la capital aun cuando por turno me tocare. Abrigaba la espe-ranza de ser recibido recordándole en mi targeta la carta de Castelar. Cuando regresé a casa se me aumentó el mal humor que traía con la gran mojada que sufrí en la calle por efecto de una copiosa Ilubia, mandando en hora mala a los dichosos documentos, y prometiéndome no volver á ocu-parme de ellos. JULIO 25 He tenido, con fecha del 21 de Junio, carta de mi padre escrita en Ban-dama (de la Vega de Santa Brígidaj. Me dice que mamá está bastante bien. Que Carolina Bethancourt, la cual había curado de la pulmonía, padeci, de diabetes que la tenía en muy mal estado. Me añadió que habían pasado por el disgusto de que mi sobrino Agustín no se había querido presentarse a exá-menes en Barcelona por no encontrarse bastante preparado. Parece que la compañía del chico mayor de Antonio del Castillo y de Pepito Franchy han sido causa de que se distragese mas de ia cuenta durante ei curso. Que Fran-chy había llamado a Las Palmas a dicho Pepito, y que finalmente mi herma-na Rosario, lo mismo que Pancho, estaban muy disgustados con el fracaso de Agustin, cuyo juicio y aplicación nadie había puesto en duda. He recibido también una carta de Franchy devuelta de Tampico, escrita Diario patético de rln emigrante 46 el 12 de Junio. Me habla de cuentas de la Testamentaría de Castillo y tic otras mías y entre otras cosas me dice que entre los acreedores se distingue por su exigencia el célebre Don Juan Hidalgo. Escribo a mi padre y á Juan. También lo hago a Pepe Déniz, a Alejan-dro Navarro y á Victoriano. JULIO 27 \ Con carta de recomendación de una amiga de Eloísa, llamada Clemen-cia,' visito a Don Eduardo Liciaga, presidente del Consejo Superior de Salu-bridad y uíio de los médicos de más celebridad de esta capital. Le espuse mi pretención respecto á la legalización del título, y séase por que no tubiese muchas ganas de servirme o por que en realidad lo ignorase, el caso es que me dijo que no conocía ningún presidente en el Consejo, como yo le decía, con referencia al Secretario Arellano y que procuraría enterarse. No quedé satisfecho de esta entrevista por más que dicho señor me hizo toda clase de cumplidos y que me había admitido en su despacho, alterando el turno, á la sóla presentación de una targeta mía JULIO 28 Viriato tiene empeño que me ponga en relaciones con el elemento espa-ñol influyente. Me ha dado una carta de presentación para el encargado de negocios de España, el varón de la Barre, que en la actualidad representa al embajador que está ausente. Le he visto en la mañana de hoy, me recibió muy friamente en el palacio de la embajada, calle de Bathenitas. Le espuso mi situación, y la posibilidad de tener que dejar mi destino después que hu-biese de salir de la capital y mi deseo (según me había indicado Viriato) de que me diese una carta de recomendación para el presidente del Casino espa-ñol Don Juan Harnedo, a lo que accedió con mucho gusto. Aunque tarde he utilizado hoy una carta de recomendación que desde la Habana me habia dado Dionicio Molina para Don Angel Maedo, agente es-pañol de bastante crédito en esta capital. Me recibió esta tarde en su casa, calle de San Agustin; le pregunté si por sus influencias y conocimientos pu-diera conseguirme en el interior alguna iguala ventajosa en empresas de mi-nas o en haciendas y quedó, manifestando al parecer mucha voluntad de ser- 47 Francisco mora le^ Padrón virme, en pedir datos en San Luis de Potosi donde tenía amigos españoles de toda su confianza. JULIO 29 Escribí a Franchy via El Paso. JULIO 30 Hoy por la mañana encontré en su calle de San Agustín no 15, inmedia-ta a ia de ~ a e d oa, Don Juan Hamedo para quien me habia dado carta de re-comendación el barón de la Barre. Después de haberme oído con mucha atención, me dijo que «le gustaba dar soluciones prontas)) y que en este concepto me ofrecfa cartas de reco-mendación para varios hacendados españoles del estado de Puebla, donde él tenia intereses. Concediéndome él, desde luego, iguala en su hacienda de Ta-mariz, que está a 5 horas de ferrocarril de Puebla y frente al pueblo de Nopa-lucas. Me añadió que para no obrar de ligera y que yo mismo estudiase el asunto de cerca, pidiese una licencia temporal, para ir al referido sitio y de-terminar entonces lo más conveniente. Quedé muy satisfecho de esta entrevista y dispuesto á frecuentar las re-laciones con Hamedo, que además de sus muchas influencias con el elemen-to español, las tiene también según de pública se asegura, con el Presidente Don Porfirio Diaz. Tanto Rosa como yo nos reanimamos con las esperanzas que me hizo concebir Harnedo. Hemos tenido que recurrir hoy otra vez al Monte de Piedad. No he encontrado en su casa dos ó tres veces que lo he solicitado en la calle de Cordobanes no 12 á Don José Román y Leal, para quien me había dado también Dionicio una carta de recomendación. Este señor escribe en un diario español que tiene aquí bastante aceptación, pero pasa, según infor-mes, por ser raro y estrafaiario. Mi propósito en el día es el adquirir el mayor número de relaciones para utilizarlas en los casos que se me vayan presentando. Diario patético de un emigrante AGOSTO 2 Anticipándome al día 4, Santo Domingo, le he puesto un telegrama de felicitación á mi padre, tomando en consideración la gran diferencia de horas para que llegue la víspera o el día mismo. AGOSTO 4 Mucho me he acordado hoy del Santo de mi padre. Por primera vez después de muchos en que le he acompañado en este día, estoy ausente y =ius sabe hasta bs retratuS U, ,i y de mi sacados pr mi de unas fotografías los he puesto en sus marcos. Siento haber tenido que echar mano de los vidrios del país, que son malísimos por que los buenos es-trangerzs son extraordinariamente malos. [sic]. Los retratos los he puesto en el gabinete que tenemos de sala. AGOSTO 6 He recibido correo de Canaria. Una carta de Franchy, fecha 12 de Julio, en que me habla de mis asuntos de interés que quedaron á su cuidado. Que Micaela, su hija, casada con Don Pantaleón Quevedo, había tenido con feli-cidad una niña; y que él no se encontraba mejor de su hespatismo por lo que estaba medio determinado a ir a España á tomar baños minerales. Una de Celestino, certificada del 30 de junio, diciéndome que en la em-bajada española no puedo yo ser empleado por que yo he perdido mi nacio-nalidad desde el momento que he aceptado un empleo mexicano sin autori-zación de mi Gobierno, pero que en cambio tengo obción al Consulado. Otra de Juan, del 7 de Julio, en la que me habla del júbilo de todos y es-pecialmente de mi padre al saber anticipadamente por telegrama que ie puse que yo había sido nombrado médico militar. No he tenido hoy carta de mi padre. No me produce gran inquietud esta falta por que Franchy, lo mismo que Juan, me hacen referencia á mi fa-milia diciendo que todos seguían buenos. Sospecho que al mandar mi padre su carta desde La Vega á Las Palmas no la hayan echado con oportunidad al correo que salió el 13 de Julio como de costumbre. Hoy le escribo por via ordmaria. AGOSTO 7 Cansado de las dificultades con que se tropieza en este país para resol- Frann'jco Morales Padrón ver cualquier asunto, me refiero á la legalización de mi titulo, s i p el consejo de Eloisa Farrugia y pongo en la puerta mi placa anunciándome al público. La portera por otro peso de gratificación se hace cargo de ponerla por la ma-ñana y quitarla por la noche pues en este país de rateros y ladrones hay que , tomar precauciones para todo. AGOSTO 9 Por mediación de Eloisa, he conseguido poner á Federico en un colegio de Doña Julia Jaúregui; calle de Nuevo _Mkkon n- r- r-l-n -c w- 9- -n - -r~ -n -e m-al!&, L~f r pensiones en los demás colegios católicos son de tres ó cuatro duros. En los colegios públicos del Gobierno, si bien no se lleva nada no se permite ense-ñar ninguna religión positiva por cuya razón no he querido ponerlo. AGOSTO 13 He tenido hoy la satisfacción de recibir la carta de mi padre que me fal-tó el día 6. Me empieza á escribir en ella en Bandama el día 4 de Junio y concluye el 12. Me habla con entusiasmo de mi nombramiento que supo an-ticipadamente por el telegrama de Juan que él equivocadamente suponía que yo se lo habia puesto al mismo Juan, y me anuncia remitirme junto cartas de León y de Matos para el elemento oficial de aquí y concluye con las esperan-zas fundadas que abriga de que yo he de hacer mucho en la profesión con el ausilio de las relaciones y ventajas que me dará mi nuevo empleo. Con esta fecha le pongo a Celestino una carta certificada via E! Paso pi-diéndole que interponga sus influencias en Madrid para conseguirme aquí el Consulado español. Según nota que me ha dado Viriato, que tiene mucho empeño en que yo lo consiga, le digo en la referida carta que el actual Cón-sul se llama Don José Perniat, sobrino y protegido del general Terreros; re-cide aquí hace seis años, pero ha dicho que desea ser trasladado. Cuenta con la protección del actual embajador o ministro plenipotenciario, Don Joaquín Becerra Armesto, que en la actualidad está ausente, creo que en Madrid. Don Juan Hamedo está ausente en sus haciendas de Puebla. Tanto por esta causa como por tener entre manos otro proyecto para dado raso y e me dé resultado lo del Consulado, no he querido precipitarme a pedir la licencia que me aconsejó Hamedo. El proyecto á que me refiero es el siguiente. Diego, mi cuñado me ha- } bia dicho, y me lo confirmó uno de sus amigos Don Benito Marim, comer- Diario patético de un emigrante 50 ciante de Pachuca, que á unas siete leguas de esta población, está bacante una plaza de médico en las tres haciendas de beneficio de minas de San Mi-guel, San Antonio y Regla, con el sueldo semanal respectivamente de 10, 20 y 20. Lo que suma en las cuatro semanas la cantidad de p.200. Se tiene la obligación de facilitar por el mismo médico además de la asistencia a los tra-bajadores, los medicamentos necesarios, y se le facilita al dicho médico casa donde vivir gratis en la hacienda indicada de San Miguel. Diego y el mismo Don Benito Marfn me han aconsejado que solicite de una persona influyente, que lo mejor seria el mismo Presidente, una carta de recomendación para el capitalista Don José Landero y Cos á cuya esposa Doña Elena conoce mucho Elofsa Farrugia, y que es el director de las dichas minas. Marfn me informó de la bondad del clima de Pachuca y me añadió que fuera de las igualas de minas conseguiese también bastante por la profesión. AGOSTO 16 Le escribo a mi padre indicándole mis proyectos y le welvo a escribir a ; Celestino por la vfa ordinaria insistiendo sobre mis deseos del consulado. AGOSTO 18 Carta de mi padre del 21 de Julio desde Bandarna; me anuncia remitir-me probablemente para el próximo correo las cartas de León y de Mato. Pancho en Santa C m negociando con sus hermanos un proyecto de consul-ta sobre tabacos, con el fin de establecerse allí con su familia si se lleva á cabo dicho proyecto. Agustfn escribia que estaba preparándose con mucho empeño para presentarse á exámenes en Setiembre; me añade que Luis Na-varro habfa idc, con L-&ta Frailaa p- que esta t~masea! E hL+,",=s lagrosos de Nuestra Señora de Lourdes, y finalmente que se habian regocija-do con los nietos de Gustavo y Rosita lo mismo que con el dibujo que les mandé de las manos de éstos y de Federico. Me ha dicho Diego que Juan Martin (alias Galbán) de quien dava infor-mes la familia de Vila, vive en la calle de la Joya y tiene un establecimiento de reiogeria tituiacio «&eiogería, La Españoim. Domingo González, a quien he preguntado por el paradero del joben Nicolás Benftez, me ha dicho que cree que está en San Juan del Rfo, estado de Veracruz; que hace un año paraba en la fábrica de tabacos «La Prueba» Francisco Morales Padrón existente en Veracruz. El padre de este joven, Don Nicolás Benites (alias Oramas), me habia encargado averiguase su paradero. AGOSTO 26 Hamedo ha regresado pero por efecto de un golpe en una canilla está imposibilitado de salir de su habitación por lo que no ha podido salir para re-comendarme á fui de que me otorguen la licencia que tengo proyectada de acuerdo con él para visitar a Tamariz la hacienda. Escrihf a mi padre y a Jilin, !o mismo qx 2 rP!ertLm, recordáfiddc á este último mi petición de Consulado. AGOSTO 30 Tal es mi escaces de recursos que hoy no he podido obs eq~a ra Rosa con motivo del Santo sino con unasgolosina por valor todo a 4 rs. Por mano de Alfredo, Rosa empeñó hoy quizá el rresto de sus joyas para poder atender a los gastos precisos. No sé a donde iremos á parar si Dios no pone pronto remedio. La Señora Doña Julia Jáuregui, directora del colegio donde está Federi-quito, ha mandado a decir que no lo quiere tener más en el dicho estableci-miento por que Ie da mucho que hacer en la cuestión de conducta. Con este motivo entra hoy en otro nuevo colegio: calle de San HiFlito nol l? con cuyo director el Sr. Monederos ha hablado recomendándolo eficazmente. SETIEMBRE 5 Carta de mi padre de Bandama; fecha 11 de Agosto, entre otros parti-culares me dice que Mr. Bhndy el inquilino de nuestra casa de Triana, se queja del humo ocasionado por unas chimeneas que los hermanos Hemán-dez, cerrageros, han establecido en la casa inmediata a Borges, que viven en la actualidad. Me íncluye tres cartas de recomendación conseguidas por An-tonio Matos en Madrid, una del escritor mexicano Rivas Palacios, encargado de la legación de esta República en Madnd para Don Joaquín Baranda, mi- Diario patético de un emigrante 5 2 nistro de Justicia é instrucción pública en ésta, y otra para el Doctor Don José María Bandera; también me manda otra de Don J. Zenil para el Doctor San Juan, especialista en enfermedades de mugeres. Me dice que Luis Nava-- rro no se cansa de decir a todo el mundo que su hija Luisita se ha curado ra-dicalmente con el uso de las aguas de Lourdes. Que murió Carolina Bethan-court dejando por herederos a mis primas las solteras de Navarro y [sostén] a la hija de Aberlardo Penichi, que la acompañaba y unos legados a Paulita Morales y a mis primos Nicolás y Miguel. A Rosa también le escribió tam-bién mi padre [sic]. cPa. -n- a u3c- JT~U. . -Y IIri,c- -cIr..i a 7 3 - A --.A- : - - l . . . . 2 - 3 -.A- 3. 1 uc ngu:ubLu, ~i i c iuyc i iuu~u~1i.~a cc aria uc rccuiiicii-dación de uno de sus amigos de Cáceres, el comerciante Don Clemente Sán-chez para su hermano Don Fermin, establecido en ésta; es en la actualidad director de la Compañia del ferrocarril interocceánico entre Acapulco y Ve-racruz y vive en la calle de San Agustín. Otra de Franchy, 12 de Agosto, en la que me dice no está mejor de sus dolencias y que de un día á otro se va a embarcar para España a tomar baños minerales. Su hijo Andrés empleado como ingeniero de minas en una empre-sa de Buenos Aires, donde está contento y con esperanzas de hacer fortuna. Se queja de las exigencias de Don Juan Hidalgo por que se le pague lo que quedó a deberle a mi salida. Una carta de atención de Don Ramón Chesa contestando á la mfa. Y otra, finalmente, a Gerónimo Falcón en la que me dice que los asun-tos que agencia de la vinculación van tomando buen aspecto y se promete buenos resultados. Me pregunta con reserva sobre rompimientos havidos en-tre mi familia y mis cuñadas y que han llegado a su noticia. Hoy mismo he visto a Don F e d n Sánchez, que me dijo no tenia reh-ciones con Landero 'para quien le pedi una recomendación para el asunto de minas. Lo mismo me dijo el otro día Hamedo á quien le hice la misma pro-posición. SETIEMBRE 6 A última hora escribo a mi padre muy corto y le anuncio hacerlo más estensamente por via El Paso. A Franchy también lo hago. Don Juan Hamedo, que sigue malo de la pierna, me ha recomendado directamente al general Escudero, secretario de Guerra y que va a comer con frecuencia en su casa, para que me concedan la licencia que voy a pedir. Tanto por que quiero de una vez ver de cerca si me convienen el proyecto 53 Francisco Morales Padrón de Hamedo como por tratar de eximirme de concurrir á la parada que se ce-lebra el 16 del corriente aniversario de la Independencia de esta República me decido á pedir licencia de un mes. SETIEMBRE 7 Bajo la dirección del Capitán Navarro, empleado en la zona y a quien trato con bastante confianza, he pedido un mes de licencia, con fecha de ayer para ir a Puebla. Esta noche a las ocho fui a visitar a mi Coronel, Don Juan Castellanos, a la calle de San Diego frente a uno de los costados de la Alameda, para á nombre de Hamedo recordarle que informe bien mi instancia de licencia. Estando de conversación con él en su despacho esperimenté una especie de mareo en que me pareció que me faltaba el piso y resultó un temblor de tie-rra que duró unos segundos bajo la forma de oscilaciones ligeras. Cuando lle-gué a casa Rosa me contó que Juana se había asustado mucho por que había visto moverse los trastos de cocina que estaban colgados. Escribo a mi padre indicándole algo de mis proyectos. Estando hoy por la mañana en las oficinas de la Secretaría de la Sección Sanitaria para averiguar noticias de mi soiicitud de licencia ternpoia!, uno de sus empleados, que es vecino nuestro y a quien conocía de vista, me dijo que allí estaban los célebres documentos que ifrutuosamente había solicitado en todas partes; añadiéndome que bastaba una solicitud de mi parte para que dichos documentos volviesen a mi poder. Grande, grandísima ha sido mi satisfacción por haber salido del cuidado que me ha traído tan preocupado hasta el día. Con esta misma fecha he he-cho la solicitud convenida. Ayer recibió Rosa una esquelita de Eloísa en la que le decía que no era necesario que yo buscase recomendaciones para Landero por que ella se ha-bía apersonado con Doña Elena su esposa, y esta le prometió que tan pronto llegase su marido ausente en el &a, se encargaba de solicitar la plaza de mé-dico de minas para mi. Diario patéfico de un emigrante SETIEMBRE 14 Sigo con regularidad visitando por la maiíana a las diez el 4" regimien-to. Poco me da que hacer. Hoy me ha dicho en la zona, mi coronel, que habfa recibido una comu-nicación de Guerra, denegándome la licencia pedida que no se proveerfa has-ta pasado el 16 próximo . Conffo en que con las influencias de Hamedo pueda conseguir que me eximan d.e concurrir á la parada a la que se habfa de ir a caballo costándome el equipo de silla, mantilla, pistoleras y arneses de reglamento, lo menos unos cien duros. Según me ha dicho el Capitán Navarro, mi coronel, en la lista que ha formado nos ha dejado fuera, a un joben (cuyo nombre no re-cuerdo) con el grado de mayor, trasladado a ésta de Veracmz y que ha pedi-do su absoluta, y á mí. Pero dado caso que por cualquier circunstancia me obligasen a ir preferida pasar por el castigo de una prisión de Santiago antes que verme obligado á hacer un gasto superior a mis recursos. Le hablé sin embargo á Hamedo y he comprendido por sus palabras que el general Escudero esté dispuesto á progeterme. SETIEMBRE 15 Hoy tiene besa manos el presidente D. Porfirio Diaz por ser su natali-cio, cumple 58 años. Hemos ido a visitarle oficialmente. Creo que no me co-noció el general cuando me tocó la vez de saludarle. Gracias a Dios que hoy por primera vez me han llamado para ver una niña de la vecindad que se habia cafdo. Primer dinero que me ingresa por el egercicio de la profesión, dos duros por dos visitas. Hoy han sido las fiestas nacionales por el aniversario de la Independen-cia de México. He tenido la fortuna de que no se me haya obligado a concu-rrir. Nuestra Sección Sanitaria ha sido distribuida en los diferentes cuerpos que concurren en la parada. Reci'bf hoy una carta de mi cuñado Antonio en TP me dice c p I mi hamíinajiiana le ha probado bien para su gastrodirnia el plan que le ha dispuesto mi compañero Federico León. Le escribo á mi pa-dre diciéndole que estoy pendiente de la licencia que he pedido para ir a Pue-bla á estudiar un proyecto de igualas. Francisco Morales Padrón SETIEMBRE 17 Con la carta de Rivas Palacio me presento hoy en el ministerio de Justi-cia e Instrucción Pública al ministro D. Joaqufn Baranda; me recibe con amabilidad y habiéndole espuesto mis deseos me promete conseguirme del Presidente una carta de recomendación para Landero. SETIEMBRE 2 1 Visiro hoy á Hamedo, a quien oculto el nuevo proyecto que traigo entre manos por parecerme de notorio resultado; me refiero a las minas de Lande-ro que por de pronto estoy dispuesto á aceptar antes que otros proyectos de éxito dudoso. Me propuso el dicho Hamedo, por indicación de un señor español que estaba alif de visita, que en lugar de establecerme por el rumbo de la hacien-da de Tamariz, fijara mi recidencia en San Martfn de Texmelucan del mismo estado de Puebla, y de cuya población no dista sino unas horas de tranvía, teniendo muy cerca la hacienda de San Bartolomé, propiedad de Hamedo, donde desde luego me facilitarfa iguala y otras muchas haciendas de espaiio-les ricos con quien él me pondrfa en contacto. Me dio las gracias por unas botellas de buen vino que le mandé el otro día. El ministro Baranda á quien he vuelto a ver hoy [sic] que el presidente se habia resistido a darme carta de recomendación para Landero, en primer lugar por que no tenia relaciones con dicho señor y en segundo pol que yo era un empleado de la República. Traté sin embargo de sacar algún partido de esta mdiencia por lo que respecta a la legalización de mi titulo, que Baranda, como ministro de Ins-trucción pública, podía resolver y no le encontré muy dispuesto a hacer nada concreto y decisivo. Nuevas esperanzas defraudadas. A esto se aiíade que mi situación eco-nómica me ha obligado hoy a dejar la vivienda no 8 que para mayor comodi-dad habia tomado y concretarme a la otra con todas las incomodidades y es-trecheces consiguientes. Nadie me llama para visitas a pesar de la placa. Diario patético de un emigrante Carta de mi padre (Bandama 22 de Agosto). Me dice que el gobierno de la República argentina había nombrado cónsul general de la dicha en Las Palmas a un Señor argentino, con lo que desaparecía la reñida cuestión entre Jorge Rodríguez y Agustín Pérez por el referido consulado. Me añade que había llegado de La Habana Antonio del Castillo y se decía que con una buena fortuna. Que Franchy se había marcha-do por fin á España para tomar baños minerales; y Fialmente que la viuda de Ten había pasado por el terrible dolor de perder una de sus hijas que se ahogó tomando un baño de mar. Le escribo hoy como de costumbre. E!q he visitado al Dr. San Juan, con la carta de recomendación del Sr. Zenil. Mi obgeto era ver si pudiera recomendarme con Landero para la cues-tión de minas; pero me dijo no tenía relaciones con dicho señor. Tanto el despacho de este médico como el del Dr. Liciaga me han llamado la atención por su lujo y elegancia. Para hacer algo en esta Capital, me he convencido que se necesita estilo americano; mucho ruido, carruage y bombo. El que vive modestamente difícilmente llega nunca a ser algo. SETIEMBRE 27 Por fin gracias, a una carta de recomendación que me dio Hamedo para el general Escudero, a quien vi ayer, me han concedido hoy la Licencia pedi-da, con fecha de ayer. Comienzo á hacer uso de ella hoy mismo, por temor á que en estos días, según se susurra, me manden salir de esta capital, pero no emprenderé todavía el viage a Puebla para pasar aquí la revista de comisario en los primeros días del próximo. i-ie vueiro esra rarcie casa de Landero pues Cioísa, en cuya casa me ha-bía recomendado, me ha dicho que ya había llegado del interior. Tanto Doña Elena como el mismo Landero me dijeron que lo sentían mucho pero que con anterioridad á una carta de Eloísa en que había pedido la plaza de minas para mí, estaba ya ocupada la plaza vacante por no sé que médico de Guana-juato. Me pareció que no había obrado con sinceridad No me queda otro recurso que pensar en ia propuesta de Hamedo. Ci corredor o agente de negocios á quien me había recomendado en carta Dio-nicio Molina, me dijo el otro día que no había tenido noticias satisfactorias de San Luis de Potosí. Francisco Morales Padrh SETIEMBRE ?O Carta certificada de Celestino del 5 de septiembre de Madrid. Me mani-fiesta que el Consulado según sus informes está dentro de la carrera diplo-mática y que no puedo optar á él; se esfuerza por animarme á que saque par-tido del ejercicio profesional, cm mucho bomboy platillo, estilo americano. En correos pasados le habia yo dicho que Viriato estaba quejoso de que Celestino no le contestaba ni escribia y me dice en ésta que no lo ha hecho ni lo hará para castigarlo de no sé que tonterfa dijo en una de sus cartas a Ma-r i ~h. h sabe Ce!cs&,?s e! fatal estada de sehd en qie a . a ~ zLi e i .ste~ e ncüeli-tra el pobre Viriato pues conociendo como yo conosco su buen corazón prescindirfa de pequeñeces é intentarfa consolarle con sus cartas. Marfa Santos siempre tan buena y consecuente escribe con frecuencia a Rosa interesándose siempre vivamente por nuestra situación. OCTUBRE 1 Después de pasada hoy la revista de Comisario me manifestó el coronel, el Dr. Castellanos, que le habian pedido médico para el cuerpo que está en Sonora y que en riguroso turno me tocaba á d. Que me lo advertfa para que yo determinase lo más conveniente á mis intereses dentro del periodo de tiempo de mi licencia temporal. Cualquiera que sea el resultado de mis gestiones en las igualas que voy á solicitar en San Martin de Texmelucan no tendré otro remedio que pedir mi licencia absoluta antes que espire el plazo de la temporal que solicito. Por mas que el viaje a Sonora, no me costaria mucho á beneficio del pa-saporte militar, no sucederla lo mismo con mi familia á la que por ningún concepto dejarfa yo sola en esta capital; ni tendrh medios par2 tr~s!x!~r!~~?; i podria tampoco sostenerla aquí en mi ausencia. Y aún cuando esta fuese po-sible no lo haria por que no me encuentro capaz de soportar la ausencia de mi querida Rosa y de mis hijos en un país donde no tengo confianza en nada ni en nadie. Afiádanse á estas consideraciones la no menos importante de que según informes fidedignos en el estado a Sonora me esperan jornadas fa-tigosas, c i n t h a s ! d x r c m !m y q i s , Y ~ & ~estc, !e s i ~ c ~me i i i i i adt cc ~ un clima estremado, el escorbuto, etc. etc. todo lo que pudiera soportar en el buen período de mi juventud, pero que hoy no resistiría mi debilitada salud. Escribo a mi padre y a Juan, sobre mi viaje a Puebla y su objeto. Diario patético de un emigrante OCTUBRE 2 Puebla de los Angeles (ó de Zaragoza) A las seis y media de la mañana he tomado el tren para Puebla, con pasage de 13 y que no me ha costado sino 1,50 á beneficio de mi pasaporte militar de que estoy provisto desde ayer: A la una y cuarto de hoy presenté éste en la Comandancia militar de esta plaza y estoy alojado en el ((Hotel América» á donde llega el tranvfa desde la esta-ción de ferrocarril. He traído conmigo las cartas de recomendación que ayer me dio Don Juan Hamedo; para Don Frigidiano Reigadas, administrador de la hacienda de (han Bartoio)), propiedad dei mismo amed do; para Don Francisco Seia en la hacienda de ((San Damián)), para Don Bernardo Caso, en «Nativitas» y para Don Félix Pérez en el mismo Puebla; todos son españoles propietarios de haciendas. Traigo además una carta de recomendación de Viriato Gonzá-lez para Don Alberto Garcfa Granados en la hacienda de «Chahuae». El tranvfa que me ha de llevar a San Bartolo, en cuya hacienda he de parar, según me dispuso Hamedo, sale á las seis de la mañana. Para pasar el tiempo hasta mañana recorro lo principal de la población que me ha pareci-do muy limpia y bastante bonita. Todas las calles están adoquinadas forman-do cunetas al medio para el curso de las aguas, y con puentecillos en las bo-cacalles para los transeúntes de a pie. La Catedral es magnffica, a pesar del abuso de dorados y de ornamentación interior. En este hotel cuyo adminis-trador es un señor cubano bastante amable, hay ascensor que da comodidad; las comidas son bastante malas. Sin saber que hacer por la noche me fui á un teatro, á las ocho, á oír el Drama NIWOb, astante mal ejecutado por cierto. Entre los actores conocf al-gunos de los que vinieron con nosotros en el Catalwja; son artistas del cono-cido empresario en Csta Sr. Buron. OCTUBRE 3. SAN BARTOLO Hoy á las diez de la mañana he llegado á San Bartolo donde he dado a Don Frigidiano Reigadas la carta de Harnedo. En la aaualidad se encuentra en esta hacienda Don Angel Sánchez y Femández, espairol administrador general de &cho fiarnedo. Los empleados en ésta, además de1 administrador Reigadas, son el escribiente Don Antonio Buzo joven malaguefio; Don To& Ferrer, mecánico, encargado de las má-quinas agrícolas, catalán, Don José Femández, trojem, astuniano y el mayor- Francisco Morales Padrón domo Rafael Díaz, mexicano. Esta hacienda está en el valle de San Martfn de Termilucan que es muy grande. Dominándolo está el célebre volcán Popocatépelt, cuya corona está vestida de nieves perpetuas y la montafía llamada el Ixtlauhuat que forma una alta cordillera. Tanto estas montañas, como las otras que limitan al va-lle, están vestidas en sus faldas de frondosos bosques de los pinos motes, etc. El río Atoyac serpentea por dicho valle recogiendo algunos ramales como el Xopinac, el Cosala y otros afluentes. Radican a@ varios pueblecitos de los que los más importantes son San Martfn de Termelucan y Huljoszingo capital del distrito municipal. Esta se-parado o mejor dicho interrumpido este valle por un cerro bajo entrando la otra parte en el inmediato estado de Tlascala. Su estención puede calcularse en unas cuarenta leguas cuadradas. La habitación que me destinaron para dormir es bastante húmeda; pasé mal la noche sintiendo mucho frfo. Don Frigidiano ha salido desde ternpra-no á caballo á inspeccionar los trabajos de la hacienda y sin haberme dicho nada de los pasos que piensa dar a mi favor. La actitud de recerba tanto del administrador como de Don Angel Sánchez a quien todos consideran mucho aquí, no me tiene contento. Aquí en la misma hacienda hay estación telegráfica. Le pongo el si-guiente parte a Rosa: «Rosa Monly de Navarro. México calIe nueva no 10. Bueno - todavía no he salido de esta hacienda - Espero hoy visitar ha-cendados. Andrés». Me entero que de los hacendados á quienes vengo recomendado por Hamedo es Don Francisco Sela el más próximo y a quien se le encuentra to-dos los días en la hacienda de «San Lucas)) propiedad de su hermano Don Alejandro. A las diez tomo el tranvía y al cuarto de hora llego á la indicada de «San Lucas~. En esta he conocido a Alejandrito, sobrino de Don Francisco e hijo de Don Alejandro; á Don Miguel Barrera, espafíol, sobrino de los Sela y em-pleado en «San Lucas~,;á un joven inglés empleado también en la misma ha- Diario paté2ico de un emigrante 60 ciencia; al viejo empleado Don Gaspar Sánchez, mexicano; y, finalmente, á Don Miguel Presno, espailol, sobrino también de los Sela, hermano de Don Marcelino propietario de la hacienda de Molina de Guadalupe y que es yerno de Don Bernardo Caso, propietario a su vez de la hacienda de dativitas)) para quien traigo carta de recomendación. Al sentamos en la mesa á la una y media Ueg6 de San Damián, que dis-ta unos diez minutos de ésta, D. Francisco Sela, á quien le di la carta de Ha-medo. Me dijo que no era de opinión de igualas pues todas las que hasta la fecha se habfan interesado habían fracasado ante la falta de costumbre de los hacendados; pero que sin embargo, basta con que yo estubiera recomendado por Don Juan Harnedo, para que él hiciese de su parte todo lo conducente. Con este motivo me llevó después de comer, a caballo, á visitar su hacienda de «San Darniánn, separada de ésta casi por el río que vadeamos. Me ofreció, dado caso que me decidiese a radicar por aquellos rumbos, que me estable-ciese en su propia casa de «San Damián)), que él no habitaba, pues comía y dormía siempre a la inmediata de su hermano Alejandro; y de allí fuimos á visitar al pueblo de San Martin de Texrnelucan, que me pareció menos mala de lo que yo me había figurado. Tanto él como Alejandrito nie instaron á que pasase la noche en «San Lucas)) en una buena habitación que pusieron a mi disposición. Esta hacienda es muy bonita. Tiene una buena huerta y jardh, con co-nejera, buenas cuadras y palomar. La casa está provista de muchísimas co-modidades, y hasta con lujo. En conferencia que tuve a la noche con Don Francisco le ensefié algu-nos de mis documentos que llevaba conmigo, certificaciones de servicios etc., etc., de lo que pareció quedar satisfecho. Me dijo que no me tardase en visitar a los propietarios para quienes venía recomendado y que empezase mis esploraciones por Don _Alh-en Gafa CTr=~dis, par2 qlim me di6 m u carta de recomendación. Don Francisco Sela, parece que es la persona de gran confianza de D. Juan Hamedo, y tiene cierta intervención en la dirección de los cultivos de «San Bartolo)). Acompafiado de Alejandrito hemos ido en coche á la hacienda inmed.ia-ta de «San Pedro)), propiedad de Don Alejandro Sela, que en unión de su es-posa y demás hijos se encuentran en la actualidad en México. «San Pedro)), 6 1 Francisco Morales Padrdn es también bonita hacienda, con un jardin muy lindo. La casa, que está en proyecto de reedificación, es vieja. Inmediato a la dicha hacienda está un pueblecito compuesto en su totalidad de jacales o sean chozas de adobes con techos de caíia de forma bastante pintoresca, llamado «San Mateo». Alejandrito es muy &cionado á plantas y a animales. En el jardín tenia un coyote @erro salvaje) enjaulado y un oso negro. A las 9 y 1/2 regresé en coche de «San Lucas» a «San Bartolo», provisto de una esquela de D. Francisco para Reigadas á quien le decía que me facili-tase caballo y un mozo para visitar a los hacendados. Reigzdzs m cstah en la casa, pero E. hgei Sánciiez dispuso me ciie-sen un caballo y mozo que me acompañase á la hacienda de «Chahuac» a ver a D. Enrique Garcfa Granados. Salimos á las once. La distancia entre «San Bartolo» y la hacienda de «Chahuao> será de unas 4 leguas. Al cuarto de hora de salir de «San Bartolo» se ve en el trayecto a Santa Ana de Xalrnimiluco. Y aproximadamente a la mitad del trayecto se pasa por Huljotzingo, capital del distrito municipal, donde tomé una ración de jamón con pan y una copita de cognac. A las dos de la tarde, llegué á Chahuac, hacienda casi de monte. Presen-té a Don Alberto, las cartas de D. Francisco y de Viriato y me invitó, por ser ya tarde, á pasar el resto del día en su casa, donde conocf a su sefiora ma-dre y hermana dofia Ursuia. Esta familia recidió unos 20 años en Alemania, á donde fue en la época de la intervención armada. OCTUBRE 6 Después de habernos desayunado hoy á las siete de la mañana, me dijo D. Alberto que él por su parte se cree recidir bastante lejos de «San Martfn» pr- y e !e cmvifiiesefi igdas; pers cp me d d a -üim czaz de recamen&- ción para F. Francisco Fernández Ibarra (hermano de la esposa de D. Alejan-dro Sela) en la hacienda de «San Martín», cerca de Huljoszingo recomendán-dome al mismo tiempo que por mediación del dicho Fernández me pusiera en contacto con Monsdor Guillovo, obispo de Guanajuato y propietario de la hacienda de «Chantla», en este valle. SdLmas de iCh\üacii a !as L'4 y kgamos a «San Mateo» á ias 10 1/2, presentando mi carta al D. Francisco Fernández. Comí casa de este se-ñor en unión de su esposa Dofia Concha y de sus nifios. Don Francisco Fernández, á quien di a leer también mis documentos, me hizo toda clase de apreciamientos, incluso el de ofrecerme un caballo Diario patético de un emigranfe 62 para mis escursiones mientras, yo no adquiriese alguna. Me aconsejó que me estableciese preferentemente en «San Martfn» en vez de «Nativitas», donde tal vez me aconsejaron hacerlo los españoles allí recidentes, y me añadió que el obispo Guillovo no estaba en la actualidad por aquellos rumbos. Por lo que respecta á la propuesta de igualas estaba Fernández reservado conmigo. No me hizo ningunas clase de ofrecimientos. Este Sr. Fernández no está, según el mismo me ha dicho, en buenas re-laciones con Don Francisco Sela. La casa y hacienda son muy buenas y boni-tas. A las cinco de la tarde regresamos a «San Bartolo». Todo ei trayecto tanto de ida como de vuelta lo hice despacio pues me molesta mucho la silla baquera, donde no puedo tomar una posición cómoda. Escribí hoy a Rosa. OCTUBRE 8 Me habían dicho que D. Bernardo Caso no estava en «Nativitas» sino el lunes ó martes por lo que desde ayer me he pasado el tiempo en la hacienda de «San Lucas». He paseado á caballo acompafiado de Alejandrito y de su primo Barrera por la hacienda de «San Pedro)). Alli vi las tinas de cuero don-de se echa el agua miel sacado del maguey. El maguey es un Agave, parecido á nuestras pitas, que se cultiva en los terrenos más secos por lo que generalmente se-cultiva en los cerros o terre-nos inclinados para evitar el inconveniente de la mucha agua. Cuando la planta está bastante desarrollada, que no es sino a los cuatro o cinco años, se procede a la operación que llaman capar, que consiste en cortarle el pimpollo o grupo central de hojas cerca del pie. Después con un instrumento acerado, de forma algo análoga á una azada pequeiia llamado raspador, se raspa perió-dicamente la foceta del corte, dentro de cuya foceta se va depositando un li-cor dulce y potable, agua md Esta es recogida en un nirr6n provisto de un sifón, y es llevada al tinacal o sea departamento de muchas tinas de cuero de buey donde el agua miel fermenta á las doce o veinticuatro horas y se con-vierte elpulqile que en grandes cueros o zurrones es llebado al mercado. Alejandrito y su primo |
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