Entre los aííos de 1778 y 1783, mas de dos mil canarios emigraron a la L u. ;. s ~ ~e sEp k h U+ e! ziisp.i u.u del gabiem~'.S etecientos be ellos Íüeron
llevados allí como reclutas para el nuevo batallón del regimiento fijo de la
Luisiana. Pero una vez llegados a la colonia, el Gobernador Bernardo de
Gálvez, viendo que muchos de ellos tedan familias numerosas que no po-dían
mantener con su pequefío sueldo militar, decidió utilizarlos como po-bladores
para cuatro nuevos establecimientos: San Bernardo, cerca de Nueva
Orleans; Barataria, también cerca de Nueva Orleans pero al otro lado del rio
MisisipG Galveztown, en la confluencia del río Amite y el bayú Manchac; y
Valenmela en el bayú Lafourche, cerca del río Misisipf. Con el estableci-miento
de Nueva Iberia con familias malagudas, &tos fueron los únicos
centros de población espafiola erigidos en la Luisiana. De ellos muy pronto
fracasó Barataria, sin duda por razón de dos huracanes que causaron inunda-ciones
en 1779 y 1780. Muchos de los pobladores de Barataria se traspasa-ron
al establecimiento de San Bernardo mientras que unos pocos subieron a
Nueva 0rleans2.
De las otras tres poblaciones, la segunda que fracasó fue la favorita de
Don Bernardo de Gálvez: Galveztown. Fundada en 1779, duró apenas hasta
el comienzo de la época americana. Colocada a unas pocas leguas al este del
1. Esta ponencia está basada en las investigaciones hedias por el autor para un estudio titu-kdo
T hC a~tyIs l'mrdsrs ofLmrriaM
2. DIN, Gilbert C.: SplUlir6 Imm;Srafition to a Frcncb W. Revue de Louisianehuisiana Re-vies,
V, no 1 (Eté/Summer, 1976), págs. 6380; Liclctnumt CdmI Frlmcism BaJgny and tbc Mda-
Se&%& rrt Netv Ibma, 1779. Louisiana History, XW, no 3 (Summer, 1976), págs.
187-202; y Spruir's ImmgrrrfrrrfrPoonii cy and Effkts in hirk D m q tbc R*mmcanñ euakh'm Louisia-
.na Studies, XTV, no 3 (Fa& 1975), w. 241-257. Ver también por el mismo autor, CdoMpnón
en b Lvisimur q%&k, tesis doctoral inédita, Universidad de Madrid, Facultad de Filosofía y Le-tras.
1960.
Canarios en h LuisiaM en el s@a XIX 4
Misisipf, padeció varias calamidades. La viruela se llevó muchas vidas entre
los 300 a 400 pobladores españoles, a veces acabando con familias enteras.
Mal situada en terreno bajo, sufrió repetidamente inundaciones que des-truyeron
cosechas y ahogaron animales. En otras ocasiones la sequía hizo
fracasar los esfuerzos de los colonos para cultivar sus propios víveres. Por
más de dos décadas las familias canarias padecieron continuamente un azota-zo
tras otro de la naturales. Cuando España devolvió la Luisiana a Francia,
-y Francia la vendió a los Estados Unidos-, veintinueve familias canarias hi-cieron
una solicitud en 1803 para continuar bajo el dominio español en la
colonia vecina de la Florida Occidental que permanecía en manos españo-las3.
Para 1806 muchos de los pobladores de Galveztown ya se habian trasla-dado
a Baton Rouge. Pero algunas familias prefirieron quedarse cerca de
2
Galveztown que ya' estaba abandonada por todos. Allí en sus tierras conti- :. E nuaron la vida agrícola. Hacia el año 1830 una pequeíía aldea llamada Gái- E
vez surgió a una legua del antiguo puesto de Galveztown, que continúa hasta =
hoy día. Las ruinas del fortin español, algunas casas y el cementerio de Gal- f
veztown se pudieron distinguir hasta mediados del siglo diecinueve4. SE
Muchos de los pobladores de Galveztown hicieron el corto viaje de seis 1
leguas a Baton Rouge, donde en la Florida Occidental recibieron lotes y ca- E 3
sas a la sombra de1 fuerte. Allí vivieron bajo el gobierno español hasta el ;
1810, cuando da revolución de West Florida», hecha por los pobladores B
E americanos, tomó el distrito de Baton Rouge para los Estados Unidos. Este E
hecho fue legalizado en 1819 con el tratado de Adams y Onis, en que Espa-ña
cedió ambas Floridas, Occidental y Oriental, a los Estados unidos5. Aun-que
bajo el dominio de un gobierno extraño, esta vez la mayoría de los cana-rios
de Baton Rouge, que formaban una minoria entre la población anglo-sajona,
quedaron en sus tierras. Y en la aldea de Baton Rouge una parte con-
3
O
3. Solicitud de Joseph Pereira y otros al gobierno, Galveztown, 14 de diciembre de 1803,
Archivo General de Indias, Papeles procedentes de la isla de Cuba, legap (citado de aquí en ade-lante
como AGI, PC, kg.) 139. Vea también SCRAMUZZA, V. M.: Galocztm, A Spmish Se#/e-menf
of CoImrinl L m r k Louisiana Historical Quarterly, Xm (1930)$ págs. 553-609, y su tesina
de licenciatura con el mismo titulo de Louisiana State University, 1924. Scrarnuíza, quien murió
en 1960, escribi6 de una manera muy hostil y negativa acerca de los emigrantes canarios.
4. MARCHAND Sr., Sidney Aibea: Tk Stmy ofAscensia Parisb, LarLriunu (Donaldsonville,
Louisiana, 1931).
5. COX, Isaac Joslin: Tk West F M a Confrmcry, 1798-1813 maltimore, 1918); y
BROOKS, Philip C.: D$hmacy and tk Bordcrunds: Tbt Adms-O& T- of 1819 (Bericeley,
1939).
timó con el nombre de «Spanish Town» durante el siglo diecinueve6. Toda-.
vía hoy día existen familias en Baton Rouge Parish (solamente en la Luisiana
se usa aparisb para la división política que en los otros estados es «countp)
, con apellidos españoles que son descendientes de los pobladores que vinie-ron
de Canarias y la casi olvidada aldea de Galveztown.
Los establecimientos canarios que sobrevivieron la época española fue-ron
los de San Bernardo y Valenmela. De los dos, San Bernardo (St. Ber-nard)
continúa hoy día en la división polltica de la Luisiana llamada St. Ber-nard
Parish. Fue aqui donde el sentido de comunidad española, o «isleña»
como allí se llaman, ha continuado hasta el presente. En el bayú de Terre-aux-
Boeufs (Tierra de Bueyesj reci~ieronti erras para empezar su vi& agrí-cola.
Como los otros pobladores canarios, el gobierno les dio ropa, utensi-lios,
animales, fusiles con pólvora, y raciones hasta que pudieron valerse por
sí solos. Alrededor de 1787, el gobierno estableció una iglesia en San Ber-nardo
y el cura parroquia1 vino a ejercer un papel importante en la vida de
estos pobladores religiosos7. La mayoria de ellos fueron agricultores y se de-dicaron
al cultivo de vegetales que vendfan al mercado francés en Nueva Or-leans,
que quedaba a una distancia de cinco o seis leguas. Algunos pocos de
los canarios se dedicaron a la pesca y a la caza. La mayor parte del distrito de
San Bernardo consistía en marismas y pantanos, y Terre-aux-Boeufs era so-lamente
un terreno estrecho en ambos lados del bayú. Circundados por agua
por todas partes los pobladores encontraron sin dificultad pescados, gambas,
langostinos, ostiones, almejas y otras especies de mariscos en abundancia.
Hoy dia San Bernardo continúa siendo una región riquísima de mariscos.
También no había falta de caza. Como animal para comer predominaba el
venado, pero otros fueron valiosos por sus pieles como la rata almizclera, el
armiño, la nutria y algunos más8.
6. Survey of Federal Archives, Spanish West Florida Domments, 18 volúmenes, Louisiana State
Universty; LORET, Joseph A.: Notes on tbe SpanMh Regime in Eart Baton Rouge. Proceedings of the
Historical Society o€ East and West Baton Rouge, 1 (1916-1917), 29-30; The Southern Manufac-turer,
Baton Rouge o j Today, Tk Capital Cio ar a Commercial, Railwuy, Finuncid md Industrial Centre
(New Orleans, 1909); y JOHNSON, Donald W. y otros: 1830 Enumeratim Cmus ofEart Baton
Rouge Purish. Louisiana. [Baton Rouge], 1974.
7. Para la historia de la iglesia católica en la Luisiana, ver la obra de BAUDIER, Roger: Tbe
Catbolic Churcb M Louisiunu (New Orleans, 1939). Aún no existe un estudio sobre el estableci-miento
de San Bernardo en la epoca colonial. Los primeros pobladores de San Bernardo están
apuntados en el «Libro Maestro para sentar el cargo a las Familias de la Nueva Población de Tie-rra
de Bueyes)), AGI, PC, kg. 568.
Canarios en la L.nLFiana en el siglo XZX 6
El otro establecimiento canario que duró todo el siglo diecinueve fue el
de Valenzuela, establecido en la orilla del bayú Lafourche, a poca distancia
del Misisipi y a treinta leguas de Nueva Orleans. Antes de llegar los prime-ros
canarios en 1779, algunos acadianos fueron llevados alií en 1770 a la ca-beza
del bayú, a Lafourche de Chetimachas (hoy día Donddsonville). Al ile-gar
los canarios, fueron colocados más adentro sobre el bayú, con algunas
familias establecidas en la pequeña aldea de Valenzuela, donde vivía el co-mandante.
(Hoy día Lafourche consiste en Ascension, Assumption y Lafour-che
Parishes). Más tarde una iglesia fue erigida un poco más abajo de Valen-zuela
en un lugar que se llama ahora la aldea de Plattenville. Poco después
de llegar los canarios, en 1785, centenares de familias acadianas, traídas de
Francia por cuenta del rey español, se establecieron a lo largo del bayú, más !
abajo de los canarios, en Assumption y Lafourche Parishes. Como los acadia-nos,
llamados vulgarmente «Cajuns» ahora, fueron mucho más numerosos d -
que los canarios, la cultura e idioma acadiano vinieron a predominar en el
bayú ~afouche~. E
E
2 En la primera mitad del siglo diecinueve en San Bernardo y Valenzuela -
la vida cambió poco para los canarios. Ahora sin la protección del gobierno, $
los pobladores continuaron las mismas tareas del campo. Más que nada hubo -
un resurgimiento de la lengua francesa al desaparecer el gobierno español.
Por varias décadas el francés fue el idioma más usado en el campo y en Nue- E
va Orleans. En vez de aprender inglés, muchos de los canarios se hicieron 6
bilingües con el francés. Esto fue el comienzo de la asimilación de muchos
de los canarios de Lafourche con los acadianos. Apellidos españoles cambia- k
2
8. Public Affairs Research Council o€ Louisiana, Inc., Sfufisfical Profile ofSainf B m r d Parisb
(Baton Rouge, 1973); The Histoncal Remrds Survey, Imentq ofthe P&b Archives oflouisiana,
N' 44, St. Bernard Parish (Louisiana State University, 1938); y MAXWELL, Murvan M.: Lond
Omtrs mrd Fnmiliie~ of Emly Sr. Bmrard Parish, New Orleans Genesis, Vol. 19 (January 1980),
13-17,42.
9. No hay estudio sobre Valenmela en la época colonial. Los primeros pobladores canarios
en Valemuela fueron apuntados en el «Libro Maestro pa el Cargo a las Familias de la Nueva
Población de Valenzuela Yndice de las Familias Ysleiias que han de Establecer la Nueva Pobla-ción
de Valenzuelan, 5 de mayo de 1779, AGI, PC, leg. 568. Censos espafioles del bayú Lafour-che
han sido publicados por ROBICHAUX Jr., Albert: Colad Settlers Almg Bnyow L.fórcbe
(1770- 1798), Vol. 11 (New Orleans, sin fecha). Se ha publicado mucho de los acadianos que fue-ron
I! --*L &*xch~; \J17LNzEqL&?G, Q r ~ 'Xz'i& &=: -&&m o&$$B(R Y~RI?eu 6n'e>
1955); SOLANO COSTA, Fernando: Lo emigación acadiana a la Lwisiana española (1 783- 1789,
Cuadernos de Historia Jerónimo Zurita, 11 (1954), págs. 82-125; y RIEDER, Jr., Milton P. y
GAUDET RIEDER, Norma: The Crm mrd Parsenger &gishahon i 3 f s q'fbe S m Acadian Eupedi-tim
q' 1785 (Metarie, Louisiana, 1965).
Gilbert C. Din
ron. Por ejemplo, Rodrfguez vino a ser Rodrigue, Placencia fue alterado a
Plaisance y Acosta de convirtió en D'Acoste. Muchos de los viajeros de la
primera mitad del siglo diecinueve pasaron por el bayú Lafourche sin darse
cuenta que alií vivfan espafioles. Pero la asimilación de algunos de los cana-rios
en Lafourche nunca sucedió en San Bernardo, donde ellos siempre pre-dominaron
y continuaron el uso de sus costumbres y lengua. Aunque algu-nos
de ellos aprendieron francés, la lengua que más se usaba y la de la ense-fianza,
casi nadie, ni en San Bernardo ni en Valenzuela, aprendió ingl&lO.
En el bayú Lafourche, que incluía Valenzuela, vino en los aiios de los
veinte y treinta del siglo diecinueve, la edad de las grandes haciendas de aní-car.
Personas adineradas, muchos de ellos americanos, empezaron a comprar
las tierras pequeñas de los canarios y acadianos para formar haciendas de
800 a 2.000 arpanes de tamaño o aun más grande. Los pequeños agricultores
se retiraron de la orilla del bayú a las tierras detrás de las haciendas, donde
quemaron la vegetación para fundar sus granjas. Estos sitios, llamados brulées
(«quemados») como los de Brulée Sacramento, Brulée St. Vicent y Brulée St.
Maurin, fueron los poblados donde los canarios conservaron sus costurn-bresl'.
Los brulées, colocados a menos de diez millas de Donaldsonville, in-cluían
a Valenzuela. Pero muchos de los canarios que se quedaron en la ori-lla
del bayú Lafourche fueron asimilados. Bodas entre canarios y acadianos
fueron muy comunes en el siglo diecinueve. Sin embargo, algunos de los es-
10. LE BKETTON, Marietta Marie: A Hisfory of the Tenytory of Orleans, 1803- 18 12. Tesis
doctoral, Louisiana State University, 1969, CREE, Liliane: Da+ Life in Louisiana 1815- 1830
(Baton Rouge, 1981X para el cambio de apellidos espaÍíoles, ver Diocese of Baton Rouge, Catho-lic
Church Remrds, 1770-1803, Vol. 11 (Baton Rouge, 1980); y Paroisse Saint Bernard. Etat de la
Luisiane, A. D. 1835. Louisiana Historical Center (New Orleans), Archives. BRUNNER, E. B,
en History ofLwisima,from Its First Dismuery atad SettIement to thc Present Time (New York, 1841),
nota que solamente la sexta parte de la población de la Luisiana podía hablar inglés.
ün autor que se dio cuenta que habia espailoies en Lafourche fue BRACKÉNRIDGE,
Heqry Marie: Vi's ofhuisiana, togefher with a uoyage up the Missoun' Riuer, in 18 14 (Pittsburgh,
1814). Escribió de ellos en una manera mala: «They are a poor and miserable population; they
seem lazy and careless, and so destitute of those little cornfoas, and that neatness, which a e
found in the cottages of the poorest French creolem.
11. MARCHAND: Tbe Story of Arceniion Parish, Louisima, 114: También habia canarios en
Bmiée McCall y Brulée Capite. Para bodas entre canarios y acadianos, ver MURRAY, Nicholas
Russell: Lofurcbe Parish, Luisiana, 1805- 1845. Computer Inaéxex Mamage Retords (Hammond,
Louisima, sin techa); FORSYTH, Alice Daly: Louisiana Marriages, Vol 1. A Collection of Marria-ge
Records from the St. Louis Cathedral in New Orleans during the Spanish Remige and the
Early American Period, 1784-1806 (New Orleans, 1977); y la revista ge'neNalógica Orftans
Genesis.
Canarios en fa Luisiana en e/ sigo XIX 8
pañoles que no vendieron sus tierras formaron haciendas y cultivaron la
caña de azúcar. El cultivo de la caña fue posible solamente para los grandes
hacendados porque requería mucha tierra, esclavos, animales y capital y todo
esto estaba afuera del alcance de los pequeños agricultores12.
En las primeras décadas del siglo diecinueve no se escribió casi nada so-bre
los canarios de la Luisiana. No fue hasta 1838 que el redactor del perió-dico
de Nueva Orleans, Weekly Picayune, en un artículo breve dio un bosque-jo
de la vida de los canarios de San Bernardo que ya estaban en la segunda y
tercera generación de su estancia en la Luisiana. Más que nada describió a
los canarios que iban al ((mercado vegetal» de Nueva Orleans para vender
sus cosechas de batatas, ajos, calabazas, cebollas y otras legumbres. Llegaban
de San Bernardo en sur rarrnr tirador por bueyes a media rinche, y plrahíin
la mañana siguiente vendiendo sus vegetales. Después visitaban una tienda
de comestibles donde el dueño, otro español, les daba el desayuno y ellos
compraban lo necesario. Todos hablaban español. Su modo de vestir y sus
costumbres eran distintos del resto de la población. Calculaba el redactor,
que en 1803, al tiempo de adquirir la Luisiana los Estados Unidos, el núme-ro
de canarios de San Bernardo pasaba de 8 0 0 ~ ~ .
Para enterarse mejor de la vida de los españoles, el redactor hizo un
viaje a San Bernardo. Muchos de los canarios continuaban siendo pequeños
agricultores aunque algunos se ganaban la vida cazando y pescando para su-ministrar
al mercado de Nueva Orleans. Eran gente sencilla, con una corte-sía
natural y una conducta franca. Respetaban a los ancianos y, según el re-dactor
(pro en realidad faltando a la verdad), se casaban eqtre sí solamente.
Les encantaba ir de paseo y visitar a sus vecinos. El camino de Terre-aux-
Boeufs estaba lleno los domingos de sus cabriolés, que eran nada más que un
simple carro. La iglesia de San Bernardo era bonita, sencilla por fuera y con
muchos ornamentos por dentro. Detrás de la iglesia se encontraba el cemen-terio
público. (La iglesia de San Bernardo de hoy día se localiza en el mismo
iugarj. ¿os «isieños», continuó ei redactor, eran una gente ieiiz pero sin
grandes luces. Sin embargo, poseían una virtud social noble: ninguno gozaba
un placer sin compartirlo con sus vecinos. Finalmente, era de la opinión el
periodista que dentro de poco tiempo una marea de progreso, innovaciones
." T..... :.<--
13. rnluw. .~w,a itec Some inreresfing Gíimpses oj¿orrisiana a Cenfury& u, iouisima Histcr
rica1 Quarterly, 24, n" 1 (January, 1941), 43-48. El articulo fue publicado por primera vez en el
Weekly Picayune (New Orleans), el 28 de octubre de 1838.
9 Gilbert C. Din
y americanismos iba a vencer el establecimiento y dejarlo sin rasgo de su he-rencia
española. Pero el redactor no tuvo razón y San Bernardo de hoy día
aún conserva su comunidad «isleña»14.
Es dificil encontrar datos buenos sobre los canarios en la Luisiana antes
de la Guerra Civil de los Estados Unidos. Entre lo poco que existe están los
censos de cada diez años que dan una idea leve de su vida. Según el padrón
de 1840, la mayorfa de los descendientes de los canarios todavfa continuaban
en la agricultura. Eran pequeños granjeros y muy pocos entre ellos poseían
esclavos negros. Sin embargo, se puede notar que Félix Marrero, de Ascen-sion
Parish, era el dueño de siete esclavos. Mientras tanto en Assumption
Parish, donde la mayorfa de los canarios vivfan, la viuda de Antonio Allman
Aunque no se sabe mucho de los detalles, en 1845 se podían distinguir O
las haciendas de Manuel Fernández, Antonio Vela, y dos personas con el - m
apellido Truxillo. Tal vez uno de los Truxillo-fue Augustus D. Truxillo, que O
E
en el año de 1838 era representante en el gobierno estatal. Parece que fue el E
2
primero, o entre los primeros, de los canarios en ser elegido a la legislatura E
del estado de la iuisiana. En los años siguientes, otros de ellos servirían en 3
el gobierno del estadof6. -
El padrón del aíío de 1850 incluyó información sobre el valor de la 0
m
propiedad de cada cabeza de familia. En Ascensión Parish el único canario O
que sobresalía era Mathías Rodrfguez, hacendado, con propiedad por valor
de $50.000. El que más se le aproximaba, pero quedando muy lejos, fue
Francis Hidalgo, también hacendado, con propiedad de solamente $3.000 de
valor. En Assumption Parish, es decir un poco más abajo en el bayú Lafour-che,
habfa los siguientes hacendados con el valor de su propiedad: Antonio
Diez, $7.500; Hypolite Vives, $25.000; Mathfas Martinez, $7.000; André
Truxillo, $8.000; Desiré Plasencia, $10.000; Manuel Fernández, $70.000; la
viuda de Santiago Truxillo, $8.000; y Antonio Vila (Vela), $96.000ii.
Mientras que habfa varios hacendados canarios cuyas fortunas camina-ban
delante en el bayú Lafourche, en San Bernardo solamente se poda dis-
14. Ibid.
15. United States Census Off~ces, Sixth Census (1840), Ascension And Assumption Paris-hes.
16. La Tourefte's Referente Map of the Stote of huisiuna... (New Orleans, 1845); Gihson's Guide
and Diredoy 4 t h Sfafe ofkiziana (New Orleans, 1838).
Canariar en la Lttisiana m el siglo XZX 10
tinguir uno. Allí el hacendado Antonio Marrero en el año de 1860 era el
dueño de $100.000 de propiedad Gran parte de esta cantidad de dinero se
basaba en el valor de sus 71 esclavos. Era el dueño de 600 hectáreas de te-rreno
cerca de erre-aux-~oeufsl~.
En ese mismo año de 1860, en Assuption Parish, los hacendados más
notables fueron varios. Los herederos de Manuel Femández tenian 134 es-clavos
y propiedad por valor de $105.000. También Antonio Vela, cuya ha-cienda
estaba vinculada a la de un tal Truxillo, tenía 99 esclavos y propiedad
por un valor de $99.000. Finalmente, Nurna Vives era el dueño de 70 escla-vos
negros y de 1.900 acres de terreno19.
Con estos datos se puede notar que algunos de los descendientes de los
canari~s,y a en la tercera generación después de llegar sus abuelos a la Lui-sima
con nada o casi nada, habian prosperado bastante. Pero ia mayorfa de
ellos continuaban como pequeños agricultores y labradores. Desafortunada-mente
para ellos, la época de adelantamiento de las haciendas terminó en el
año de 1860 al estallar la Guerra Civil de los Estados Unidos, que duró entre
los años de 1861 y 1865. Para muchos de los canarios la guerra causó un
daño irreparable y cambió el modo de vivir.
En la controversia el gobierno federal de los Estados Unidos trató de
conservar la integridad de la nación mientras los Estados Unidos Confedera-dos
quisieron separarse para continuar la esclavitud negra. Aunque muy po-cos
de los canarios fueron dueños de esclavos, ellos y casi toda la población
blanca de la Luisiana siguieron el destino de su gobierno estatal. Al separar-se
los Estados Confederados, empezó la guerra. Pronto canarios de todas
clases se alistaron en compañias y regimientos que se formaron para el ejér-cito
confederado. Entre ellos, Antonio Marrero de San Bernardo formó un
17. United States Census Office, Seventh Census (1850), Ascension and Assurnption Paris-hes.
Tarnbien ver Cohm's Nnv Orkans Dircrtmyfor 1855 ..., Direcio9 oftk Cotton ami Sugar Planta-tiOm
oj¿ouisUlna a& Mississippi (Ñew Orieans, 1859; Caben's Nw Orieans and louthm Dzrecfo'y for
1856 ... (New Orleans, 1856) y HENRY, Adolphe y GERODLAS, Viaor: Tbe Louisiana Coart
Diredory oftbt ñighf and L.-$ Bank 4th Mississippi Riuerfionz its Marth to Baton Rouge (New 01-
leans, 1857).
18. MENN, Joseph Karl: Tbe Large SImebolder~ oflouisizna, 1860 (New Orleans, 1964),
págs. 341-342. A pesar de la mucha propiedad que tenía Antonio Marrero, casi todos los otros
hacendados de %n Bernardo posefan más que 61. Vea también ROLAND, Charles Pierre: hui-s
i m Stgm Pkzntatim during tbe Americmr Cllif War (Leiden, 1957).
19. United States Census Office, Eighth Census (1860), Ascension and Assumption Paris-hes.
11 Gilbetl C. Din
regimiento, sin duda con muchos hombres de su región. Hubiera recibido el
grado de coronel, pero por motivos desconocidos, se quedó en casa. Entre
otros oficiales de ascendencia canaria destaca el Capitán Joseph González de
Ascension Parish, quien formó una compañía de caballería llamada los «New
River Raidersn. Peleó por tres años contra las fuerzas federales hasta que se
rindió en marzo de 1865. Aunque no se sabe la suerte de los soldados de San
Bernardo, muchos de los del bayú Lafourche estuvieron en la defensa de
Vicksburg en 1863 (Nogales en la época española donde también fue eregido
un fuerte por el Gobernador Carondelet). Allí fueron tomados prisioneros y
pasaron los últimos dos &os de la guerra en cárceles. Otros, en' unidades
militares en Misisipi, Alabama, Luisiana y Tejas continuaron la lucha. Ellos
sufrieron la misma suerte del resto del ejército confederado, cayendo en la
batalla, rindiéndose o sobreviviendo a la guerra. En la primavera de 1862,
gran parte de la Luisiana cayó bajo las fuerzas federales por causa de la inva-sión
marítima hecha por el almirante David Farragut, quien tomó posesión
del bajo río Misisipi y de Nueva Orleans. En el verano de aquel año, bom-bardeó
a Donaldsonville y a Baton Rouge, sitios donde vivían canarios. Sin
duda, ninguno de ellos sospechaba que el padre de Farragut, era español de
Palma de ~ a l l o r c a ~ ~ .
El gobierno confederado perdió la Guerra Civil y se rindió en 1865.
Con el fin de la guerra se terminó la esclavitud negra y los dueños de ellos
perdieron toda su inversión en la esclavitud. También sufrieron los hacenda-dos
otros daños. La Luisiana fue conquistada por el ejército federal y gran
parte desolada. El valor de casi toda la propiedad bajó mucho. En el mismo
año que se acabó la guerra, el gobierno federal puso un impuesto leve
(0,153%) sobre el valor de la propiedad de los residentes de la Luisiana. Esta
tasa nos informa algo de la cantidad de dinero que fue recogido por el go-bierno
tanto como el valor de las propiedades de los canarios. Entre ellos
Antonio Marrero de San Bernardo fue ordenado a pagar $48,6Q, los herede-ros
de Solís $9,72 y la vinda de Acosta $11,34. Mientras tanto en Assump
20. No hay ningún estudio sobre los canarios que sirvieron en la Guerra'Civil de los Estados
Unidos. Alguna información se puede encontrar en MARCHAND Sr., Sidney Albert: Tbe Fligt
of a Centuty (1800- 1900) in Ascension Parish, buisiah (Donaldsonville, Louisiana, 1936), y aun
más en su otra obra: Forgotten F+bters7 186 I- 1865 @onri!dsonvi!!~, L~iiirims, 1966). Ver t z ~ -
bien BARTLETT, Napier: Militaty Record of Louisiam includng Biographicui and Historical Papers
rehting to the Milita9 Organiwtion oftbe Sfafe (Baton Rouge, 1964); y EVANS, Gen. Clement A,:
Co$ederate Milifaty HHisfor3: A Libraty DfCogederate States Histoty, 12 vols. (Atlanta, 1899), X.
Canarios en la Lnisiana en el siglo XIX 12
tion Parish Nurna Vives fue tasado $39,75, Baltazar Alleman (Alemán)
$1 5,9O, Florentine Rodríguez $12,72, y Juan González e hijos $1 l,6l. En
Ascension Parish los más prósperos, por motivo de los impuestos, fueron
Francois Alemand (Alemán) con $10,36 y Manuel Rodríguez con $14,23.
Para muchos de los otros, su participación vino a ser menos de un dó1ar21.
En la postguerra, los blancos del sur se sintieron conquistados y por un
periodo de once años el ejército federal se encargó de dominar la Luisiana.
Durante este tiempo el gobierno federal trató de mejorar la vida de los ne-gros
emancipados. Los que más se resistieron a este nuevo ambiente político
y social fueron los blancos pobres y entre ellos se encontraban los canarios
de San Bernardo, donde Ia mayoría de la población vivia como pequeiios
agricultores y pescadores. Las relaciones entre las dos razas empeoraron y de
vez en cuando sucedieron motines. El año de 1868 fue notable por los mu-chos
disturbios que hubo por el estado a causa de las elecciones de aquel
año. Cuando bandas politicas desfilaron por las calles, casi siempre termina-ban
con pleitos. En San Bernardo sucedió igual. En octubre un grupo de ne-gros
atacó la tienda de Felio Pablo (¿Félix Pablo?), quien fue muerto en un
tiroteo. En los dos días siguientes hubo más choques entre blancos y negros.
Al restablecerse !a paz quedaron dos blancos y nueve negros muertos y más
heridos. Las relaciones entre los blancos y los negros de San Bernardo no
han mejorado mucho hasta hoy
Antes de la Guerra Civil muchos de los descendientes de los canarios
tardaron en mejorar de vida. Una razón importante fue el dominio del go-bierno
y la sociedad por los grandes hacendados. Ellos disfrutaban de la bue-na
vida y no tenían interés en hacer mejor el sistema de enseñanza pública
que era bastante mala para los pobres. Después de la Guerra Civil, la época
de las haciendas cedió a las compañías y corporaciones grandes que vinieron
a dominar el cultivo de la caña de azúcar. Pero también vino un mejora-miento
del sistema de enseñanza. Las familias que ponían valor en la educa-
&:: -~%-c:: :: SU&. A l p e s & c anxi~s~ ~inipre2o s er &omrlnp e - - - - 7
21. Cit- ofhisianafrom Whom the United Stdes Dirert Tax w ~ üCo ffertedi n 1865 (Baton
Rouge, 1892).
22. LEE, J. M.: Repon? S& Bemard Riot, 7868, New Orleans, Luisiana, 27 de noviembre
de 1868, manuscrito pasado a máquina, St. Bemard Parish Library, Chalmette, Louisiana. Otra
+a, t.' vez de! &gind, esti en Louisiana Hiitorical Center (New Orleans), Archives. Ver
también TAYLOR, Joe Gray: hisiana Reconstmcfed, 1863-1877 (Baton Rouge, 1974), págs.
167-173.
médicos, dentistas y maestros de escuela, entre otras profesiones. Estos afor-tunados
entraron en la clase media. También como la sociedad de la Luisia-na
estaba dividida entré blancos y negros, los blancos aunque de clase humil-de
podan votar mientras se les negaba este derecho a los negros. En San
Bernardo los canarios entraron en la vida política en una escala grande.
Mientras que canarios solamente de vez en cuando gozaron posiciones politi-cas
en Ascension, Assumption, Lafourche y East Baton Rouge Parishes, en
St. Bernard Parish fueron ellos quienes dominaron los puestos del gobierno
local. Allí fueron sheriffs, jueces y fiscales, y disfrutaban puestos en la comi-sión
de policía (Police Jury), la comisión de las escuelas (School Board), y la
comisión del agua del lago Borgne (Lake Borke Water Commision). Entre
ellos destacaron los apellidos de Estopinal, NUiiez, Serpas y Marrero. Ya an-tes
de terminar el siglo diecinueve habían tomado cargo del gobierno de St.
Bemard Parish y en gran parte desde aquel tiempo hasta el actual han domi-nado
la vida política de San ~ e r n a r d o ~ ~ .
Entre los canarios que ganaron fama y fortuna en los últimos años del
siglo diecinueve sobresalen Albert Estopinal, padre, y Louis H. Marrero. Es-topinal
de San Bernardo ha sido el único descendiente de los canarios que ha
servido en el Congreso de los Estados Unidos. Nació en San Bernardo en
1845, hijo de Joseph Estopinal y Felicia Gonzáles (también canaria) de San
Bernardo, y nieto de canarios nacidos en las islas. Parece que pasó la juven-tud
sin recibir una educación buena. En 1862, a la edad de diecisiete, se alis-tó
en las guardias de San Bernardo del ejército confederado. Después de tres
años de guerra, salió del ejército ileso. Entró en negocios por unos años has-ta
que fue elegido sheriff por San Bernard Parish, cuyo puesto gozó durante
ocho os. En 1880 fue elegido senador por su distrito y sirvió en la legisla-tura
estatal durante los veinte años siguientes. En esta época Estopinal ganó
fama por todo el estado de la Luisiana que le ayudó a ser elegido en 1900 al
puesto de teniente gobernador del estado. En 1904 fue elegido representante
por su distrito al Congreso de los Estados Unidos, donde permaneció hasta
23. Police Jury Minutes, Transcriptions of Pari* Records, N" 44, St. Bernard Parish, Vols.
1-111 (1870-1914), (Louisiana State University, Baton Rouge, 1941). Ver también el periódico se-manal,
St. Bernard Voice (Arabi, Louisiana), 1890--; CARMOUCHE, Norman E.: Tbe Deuef~p-ment
ofPubfic Mumtion m hsu~b t i onP anibfrom 1807 fo 1943, te&% de hwnrmz-in, Lmiskc2
State University, 1944; RENAUD, Louise Marie: Tbe HUtq ofPub/c Scboolr in Sf. Bernard Par&
to 1877, tesina de iicenciatura, Tulane University, 1946; y HARRIS, Thomas H.: The History of
Pubfic Edumtion in Louisim, tesina de licenciatura, Louisiana State University, 1924.
Canarios en la hisiana en el siglo XIX 14
su muerte en 1919. Aunque en la Guerra Civil no pasó del grado de sargen-to,
después de la guerra fue miembro de muchos grupos de veteranos y por
cerca de treinta años de su vida gozó el título honorffico de «general». Tarn-bién
subió su fortuna y fue el dueño de una hacienda de San Bernardo llama-da
Kennilworth. De sus nueve hijos, todos tuvieron carreras de importancia.
Varios fueron abogados, uno médico y otro juez. De ellos Albert Estopinal,
hijo, tuvo una carrera casi tan distinguida como la de su padre, siendo abo-gado,
fiscal, sheriff y por último juez. Aún continua la familia Estopinal en
San Bernardo y en Nueva ~ r l e a n s ~ ~ .
También de St. Bernard Parish se destacó Louis H. Marrero. Aunque
nació en Alabama en 1847, su padre Bastian (?Sebastián?) fue nativo de San
Bernardo, y sus abuelos o bisabuelos nativos de las Islas Canarias. A la edad
de quince, Louis entró en el ejército confederado. En 1867 Bastian y Louis
regresaron a San Bernardo donde fueron agricultores hasta el año 188 1. Bas-tian
era primo de Antonio Marrero, el rico hacendado de San Bernardo,
Louis se casó con la hija de Antonio, Elodie Marrero. La madre de su esposa
pertenecia a la familia Serpas que también fue muy distinguida en San Ber-nardo.
Los hijos de Luis y Elodie Marrero fueron descendientes de canarios
por ambos lados. En 188 1 Louis Marrero y su padre, ya viejo, se mudaron a
Jefferson Parish, al otro lado del Misisipi de Nueva Orleans. Allf entró Louis
en negocios donde tuvo mucho éxito y estableció la ciudad de Marrero, Lui-siana.
Vino a ser sheriff y sirvió en la cámara de senadores durante los años
de 1892 a 1896. En sus últimos años fue conocido por el título honorífico
de «coronel». Los hijos y nietos de Louis H. Marrero también se destacaron
y en los alrededores de Nueva Orleans, tanto como en la ciudad, viven hoy
&a muchos con este nombre25.
Mientras que los apellidos de Estopinal y Marrero vinieron a ser muy
conocidos en St. Bernard y Jefferson Parishes, en Ascension Parish resalta el
apellido de González. Joseph González, padre, nació en 1810, en East Baton
D-..-- D--:-L L-1 ---- -- 1- -l2-- A- D,c,, ,.,U C: , %.A, ,:-:.l,, A- -,
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&es que emigraron de las Islas Canarias y que habian vivido en Galveztown.
24. Biograpbicaf and Historicaf Memoirs of Louisiana, 3 vols. (Chicago, 1892), 1, 403; FOR-TIER,
Alcée: Louisiana, Cotnpniing Sketches ofparisbes, Tom, Events, Imtifutiom and Persons, Aran-ged
in Cycfwedic Form, 3 vols. (sin lugar, 1914), 11, págs. 151-152.
76 Eicge$&~' -Mistn.ricd Me.mni.rs g,f Laqisie, E, 238; RRI'YN, Dme !-!.:A -Hi'>q 'f -e.
Wbo's Who in Louisiana Politia in 19 16 (sin lugar, 19 16), pág. 21 8; Membersbip in fbe LegisIature of
Louisiana, 1880- 1890 (Baton Rouge, 1979).
Fue agricultor en la vecindad del antiguo establecimiento de Galveztown
donde, con su esposa, tuvo cuatro hijos. Joseph González, hijo, nació en
1835, y parece que pasó la juventud en Gálvez o muy cerca de alli. Como su
padre, el hijo también fue agricultor. Cuando empezó la Guerra Civil, Joseph
hijo, formó una compaiiía de caballería para el ejército de la confederación.
Con el grado de capitán, peleó contra las fuerzas federales en la Luisiana,
Misisipi y Alabama. Después de la guerra, fue sheriff de Ascension Parish
por dos años (1866-1868), y por varios años más perteneció a la comisión de
policía (Police Jqq)ue gobernaba Ascension Parish. Fue conocido como
«Big Joe» para distinguirle de su hijo quien también 'se llamaba Joe o Joseph.
«Big Joe», era el dueño de doscientos acres de tierra y algodón y de una tien-da
de mercancías en un cruce en el campo que vino a ser el núcleo de la al-dea
de Gonzáles. Cuando el gobierno federal estableció una casa de correos
junto a la tienda, dio un gran impulso al crecimiento del sitio. Pero no fue
hasta 1906 que su hijo Joseph subdividió su tie r.pra formar el pueblo de
Gonzáles. Hoy día Gonzáles, aunque todavfa un pueblo de tamaño modesto,
es uno de los más grandes de Ascension Parish y el único de importancia en-tre
Nueva Orleans y Baton Rouge. Como queda en el centro entre el bayú
Lafourche y el antiguo establecimiento de Galveztown, muchos de los des-cendientes
de los canarios viven alií, incluyendo miembros de la familia
~ o n z á l e s ~ ~ .
Con estos bosquejos de Estopinal, Marrero y los González se puede ver
que los descendientes de los canarios en la Luisiana iban adaptándose más y
más a la cultura de los Estados Unidos y teniendo éxito en carreras nuevas.
Al terminar el siglo diecinueve, en crecido número dejaban las comunidades
agrícolas y aisladas con su antiguo modo de vivir para buscar la fortuna en
las ciudades como Nueva Orleans y Baton Rouge o en los pueblos más cer-canos
como Donaldsonville y Gonzáles. Por lo general, al abandonar el cam-po
rompían los lazos con el pasado y con las costumbres de la juventud. En
los nuevos establecimientos fueron asimilados por la cultura predominante
que era ahora más americana que francesa o acadiana. Esta asimilación de
los canarios en la cultura americana tendría más éxito en el siglo veinte que
en el diecinueve.
En los brulées de Ascension y Assumption Parishes los canarios del an-
26. Biographical and Historical Memoirs oflouirima, 1, 449; MARCHAND: Fligbt ofa Cenhrry,
págs. 228-234; MARCHAND: Sto9 ofAscension Parirh, págs. 162-163.
Canarios m ka Luisiana en el siglo XLX 16
tipo establecimiento de Valenmela conservaron su idioma por más tiempo.
Esto duró hasta mediados del siglo veinte cuando por fin penetró hasta estos
sitios remotos la cultura americana, facilitada por carreteras, el cine, la radio
y la televisión. Hace tiempo que no hay nadie que s610 hable español. Los
pocos de hoy día que aún hablan español son personas mayores y todos ellos
bilingües. Sus hijos y nietos solamente conocen el inglés. Pero mientras po-cos
hablan español en el bayú Lafourche, en San Bernardo la comunidad «is-leña
» aún tiene vida. Es aquí donde más se encuentran personas canarias de
habla española y con un sentido genuino de ser canario. Aquí persiste aún el
vinculo con el pasado y existe una sociedad para la gente de ascendencia ca-naria.
Aunque mucho de la vida del siglo diecinueve ha cedido paso a los
cambios de lo actual, la comunidad canaria de San Bernardo parece que va a
permanecer hasta el comienzo del siglo venidero por lo menos2'.
D
E
O
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O
27. En San Bernardo existe Tbe Id& Heritage Mucha Grurias So&& y se publica allí una re-vista
genealógica, L'Heritage, desde enero de 1978, que tiene muchos datos acerca de los cana-ries.
Desde 1980 hay -n msee en San Be~.ardn dedicado a !es csmarios de Tm-a=-Rneufr.
Quiero agradecer la información de varias personas de ascendencia canaria quienes me han ayu-dado,
especialmente al Sr. Frank Fernández, historiador de St. Bernard Parish.