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JOSÉ CABRERA DÍAZ, UN CANARIO AL SERVICIO
DE CUBA
JOSÉ CABRERA DÍAZ, A CANARIAN AT THE
SERVICE OF CUBA
Juan Francisco González-Díaz
RESUMEN
Este artículo da a conocer las facetas
más trascendentes de la vida y la obra
de José Cabrera Díaz en Canarias y
Cuba. Pone de relieve su destacada
labor social y cultural de mecenas,
promotor y periodista durante los pri-meros
treinta años del siglo XX cubano.
Sobre todo en el interior de la provin-cia
de La Habana y desde el alejado
batey del central azucarero Mercedita,
en el municipio de Melena del Sur. En
el quehacer de Cabrera Díaz inciden y
determinan la raigambre canaria, su
condición de masón y las característi-cas
epocales cubanas.
PALABRAS CLAVE: mecenas, raigambre
canaria, masón, características epo-cales
cubanas, batey.
ABSTRACT
This article lest´s know the many faces
of the life and work of José Cabrera
Díaz in Canaria and Cuba. It shows his
distinguish social and cultural labor of
patron, promotor and jurnalist, during
the first 30 years af the cuban 20 cen-tury.
Above all in the interior of
Havana´s province and from the far
away center of the sugar canne central
“Mercedita”, in the municipality of
Melena del Sur. In te work of Cabrera
Díaz falls in and determine the canarian
mass of root, his condition of mason and
the cubans ephochal caracteristics.
KEYWORDS: patron, canarian mass of
roots, mason, cubans ephocal caracte-ristics,
away center.
VARIADAS Y ENCONTRADAS ARISTAS
Este tinerfeño nace en 1875 y en 1918 es el administrador general de una
de las compañías financieras y comerciales más rancia y poderosa de Cuba.
El emporio azucarero de don Andrés Gómez Mena, rico terrateniente y
empresario, natural de España: patriarca de una aristocrática y conservadora
familia.
Juan Francisco González-Díaz: antropólogo, psicoanalista. Calle Almagro 17, La Isleta,
35009, Las Palmas de Gran Canaria. Teléfono: 928 46 32 85.
Email: juanfrancisco@gmail.com
XIX Coloquio de Historia Canario-Americana
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José Cabrera Díaz, hombre de variadas y encontradas aristas, periodista,
luchador social y masón. Fundador de gremios obreros y gerente de una
poderosa compañía importadora. Partidario del nacionalismo canario y
dirigente del independentismo. Hombre de acción y de polifacética labor
intelectual. Partidario de las ideas anarquistas e integrante de diversas
asociaciones patronales. Filántropo y promotor cultural.
El club Mercedita, en los terrenos del central azucarero que él dirigía, y la
revista Cúspide, órgano periodístico del club de igual nombre, una de las
mejores publicaciones de Cuba en su época, constituyen la mayor
trascendencia de la variada y amplia obra de Cabrera Díaz. El Gobierno
cubano, por su extraordinaria labor en Cúspide, le confirió la Orden
Nacional de Mérito Carlos Manuel de Céspedes en el grado de Caballero, la
más importante de Cuba en aquel entonces.
NACIMIENTO Y FORMACIÓN
El 28 de mayo de 1875 nace en Santa Cruz de Tenerife, Islas Canarias,
José Cabrera Díaz. Juan Cabrera y Josefa Díaz son sus padres. En su ciudad
natal cursa la enseñanza primaria y se gradúa de Bachiller en el Instituto de
Segunda Enseñanza de Santa Cruz de La Palma. La difícil situación
económica de su familia no le permite cursar los estudios superiores, que
había de realizar en la Universidad Central de Madrid, España. “El joven
enjuto de cuerpo, ojillos vivaces y penetrantes y frente ancha... deviene un
autodidacto que devora cientos de libros” y “se convierte en todo un
especialista en materias económicas, complementada por una vasta cultura
literaria”1. En 1893 es iniciado en la masonería, institución rectora en su
vida, que lo forma en la concepción del libre pensamiento y en los preceptos
de la libertad, la igualdad y la fraternidad, y en la consecución del
mejoramiento humano.
Con 20 años, en 1895, comienza la labor de periodista en el semanario
juvenil republicano El Pueblo, donde denuncia los turbios manejos de la
Administración pública, la explotación de los obreros por los patronos y la
carencia de libertades.
En 1896, por la ley vigente y al arribar a los 21 años, lo recluta el Ejército
para servir en las “quintas” y lo envía a las islas Filipinas para luchar contra
los independentistas que querían liberarse del colonialismo. País desde
donde escribe en contra de las actuaciones del Ejército español, por lo que va
ser condenado y encarcelado. Al término del servicio militar, en 1898,
regresa a Santa Cruz de Tenerife, retoma la labor de periodista y colabora
con distintas publicaciones. Los semanarios republicanos El Pueblo, La
Palestra, La Luz, El Memorándum, El Iriarte y El Orden; los periódicos El
José Cabrera Díaz, un canario…
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Telégrafo, El Diario de Avisos y El Obrero, entre otros; y en las revistas
Gente Nueva, Noticiero Canario, Siglo XX y La Semana.
Los citados medios de comunicación eran los más democráticos de
Tenerife y en ellos Cabrera Díaz escribe, casi a diario, acerca de diversos
tópicos, destacándose en los temas relacionados con los trabajadores, las
mujeres y sus mejoramientos colectivos. Él, desde consideraciones
anarquistas, plantea propuestas educativas de tipo integral. Convencido de la
educación racionalista, propone la enseñanza popular como medio capaz de
sacar a los canarios del atraso cultural mediante la creación de escuelas
populares que erradiquen, a partir de la alfabetización y la cultura, las
costumbres habituales del caciquismo.
Por sus enfrentamientos hacia los poderosos intereses creados de los
sectores más enriquecidos de Tenerife, Cabrera Díaz se ve obligado a viajar
a La Habana en 1900. Desde allí prosigue escribiendo sus cuestionadores
artículos para la prensa canaria y comienza a colaborar con la de Cuba. Muy
especialmente con el Diario de la Marina, lo que es realmente sorprendente
dado el consuetudinario perfil retrógrado de este periódico.
LÍDER GREMIAL, DIRIGENTE DEL AUTONOMISMO Y PUBLICISTA
Está poco tiempo en Cuba. El 5 de agosto de 1900, con otros varios
colaboradores, entre quienes destacan Manuel Déniz Caballero y Antonio
Rodríguez, funda en la Gallera de Santa Cruz de Tenerife la Asociación
Obrera de Canarias. El Obrero, su órgano de expresión, sale al público al
siguiente mes, planteando que la situación de la clase obrera era insostenible
y la necesidad de crear un arma fuerte, una gran maquinaria, para poner fin a
las desigualdades sociales.
El acto de constitución de la Asociación Obrera de Canarias reúne a cerca
de mil quinientas personas. Acuerdan que la asociación trabajaría por gre-mios
independientes, unidos fraternalmente y constituyen las comisiones de
organización de los gremios de albañiles, carpinteros, zapateros, mecánicos,
tabaqueros, barberos, impresores, panaderos, marinos y empleados del carbón.
Con el número dos de El Obrero aparece un suplemento titulado
“Manifiesto de la Asociación al Pueblo de Canarias”, donde plantean los
propósitos por los que se constituyen, destacando la intención de equiparar la
subida de los jornales a la de los precios de los productos de primera
necesidad, extender el derecho a la educación y la representación de la clase
obrera en las esferas oficiales.
Por la publicación del artículo “Militares y paisanos”, donde critica al
Gobierno de Madrid y denuncia la represión a que estaba sometida la
población canaria, someten a juicio a Cabrera Díaz y lo condenan a ocho
años de prisión, aunque meses después lo amnistían. Funda gremios en Santa
XIX Coloquio de Historia Canario-Americana
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Cruz de Tenerife y para todas las islas del archipiélago canario. Lo eligen
presidente de los Tipográficos Retirados y de su agrupación regional. La
Casa Brage, compañía importadora canaria, lo nombra gerente y administra
el periódico El Obrero. Tiene encuentros con Secundino Delgado y junto al
padre del nacionalismo canario, a Tomás Morales y a Díaz Carballo,
participa en la publicación del famoso “¡Vacaguaré!”, grito de rebeldía y de
liberación.
En la materialización de la revista Vacaguaré recibe las influencias de las
transformaciones del pensamiento de Secundino Delgado, que desde un
latente anarquismo va al reclamo táctico del autonomismo para el archi-piélago
canario, sin tocar el objetivo estratégico de la independencia, ante la
realidad de los elevados niveles de ignorancia de la población. Participa de
manera muy activa en tareas prácticas y cotidianas en favor de materializar
una gran campaña autonomistas, que genere conciencia política en la gran
masa del pueblo, carente de ella. Este autonomismo perseguía un auténtico
régimen autonómico, que fuera capaz de alcanzar en los asuntos internos de
Canarias los amplios poderes concedidos a Canadá por Inglaterra.
A principios del siglo XX, estrechamente vinculado a la Asociación
Obrera Canaria presidida por José Cabrera, nace en Tenerife el Partido
Popular Autonomista, el PPA, primer partido constituido por trabajadores y
trabajadoras para todas las Islas Canarias que denuncia la realidad colonial y
el fin de la coexistencia de los canarios y los naturales del resto de los
territorios españoles. Cabrera Díaz está entre sus principales dirigentes y
pertenece desde su fundación, en 1902, a la junta directiva de la Asociación
de la Prensa de Tenerife.
DE NUEVO CUBA: OTROS EMPEÑOS Y REALIZACIONES
En 1909, por las dificultades que le acarrean sus constantes luchas a favor
de los trabajadores y los desposeídos, emigra a Cuba. Conoce este año, en La
Habana, a don Andrés Gómez Mena, presidente de la compañía azucarera
“Gómez Mena” S.A., dueño de numerosas industrias, quien le ofrece un
modesto empleo en su central azucarero Mercedita, del municipio de Melena
del Sur, a cincuenta kilómetros de La Habana. Rápidamente lo asciende a
jefe de oficinas del central. A los dos años, por su celo y competencia, lo
nombra administrador del Mercedita y en 1918 lo designan administrador
general de la compañía azucarera “Gómez Mena”, poderosa firma
oligárquica de la sacarocracia cubana.
Su cambio de vida, en lo económico y social, no le hace olvidar la
situación en la que prosiguen sus compatriotas al otro lado del océano, y con
otros compañeros intenta la formación de un grupo para luchar por la
libertad de Canarias. Bajo el pseudónimo del Ecónomo, atiende la sección
José Cabrera Díaz, un canario…
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masónica en el periódico habanero La Discusión. Colabora en periódicos y
revistas de La Habana y del interior del país con numerosos artículos sobre
las más diversas materias.
El 30 de enero de 1924, en La Habana, tiene lugar la creación del Partido
Nacionalista Canario (PNC). José Cabrera Díaz está entre los fundadores y lo
eligen presidente, además de administrador de la revista El Guanche,
segúnda época, órgano publicitario del partido, desde donde hace campañas
en defensa de Canarias. En el PNC coexisten dos maneras de entender el
futuro de las islas: unos partidarios de una verdadera y plena autonomía y
otros defensores de la total independencia, entre estos últimos está José
Cabrera.
Crea en mayo de 1927 la agrupación Ateneo Canario, con fines artísticos,
literarios y culturales, de la que es su presidente. Imparte infinidad de
conferencias sobre literatura, filosofía, sociología y política. Publica varios
folletos de temas pedagógicos, religiosos y masónicos.
En la década de 1930, bajo el gobierno dictatorial del general Gerardo
Machado y Morales, Cabrera Díaz forma parte de la dirigencia de la
organización celular, clandestina y terrorista ABC, que lucha contra la
dictadura cubana. Lo involucran en un hecho de sangre en 1933 y escapa a
los Estados Unidos, de donde regresa al año siguiente y demuestra su
inocencia. Tiene relaciones y proyectos con relevantes figuras artísticas,
culturales y docentes. Pertenece a la Asociación de Colonos y al Club
Rotario.
En el central azucarero Mercedita, del habanero municipio de Melena del
Sur, propiedad de la compañía azucarera “Gómez Mena”, y donde
precisamente José Cabrera inicia su meteórico desempeño como personal de
confianza de la empresa, había comenzado a gestarse desde noviembre de
1931 uno de los más interesantes y pródigos proyectos socioculturales de la
historia de la industria azucarera en la república neocolonial cubana: la
sociedad de recreo Club Mercedita, a la cual había contribuido, aunque sin
una posición de primera línea, el tinerfeño Cabrera.
El Club Mercedita, con una composición interclasista de obreros
azucareros y pequeña burguesía local, inaugura el 25 de diciembre de 1932
su edificio social, a la que asiste una destacada representación de artistas e
intelectuales de la época, a lo cual debe mucho la participación de Cabrera
Díaz. A partir de aquí y hasta 1936, el club materializa un buen número de
actividades culturales, siendo la más relevante la salida del pequeño
periódico Ciencia y Trabajo.
Enero de 1936 marca la mayoría de edad del Club Mercedita. José
Cabrera Díaz, administrador general de la empresa propietaria del central
azucarero donde estaba enclavado el club, es elegido presidente de la
sociedad de recreo. En pocos meses, y de manera paulatina pero constante, el
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nombre del Club Mercedita empieza a repercutir y a ser tenido en cuenta.
Primero en los espacios de la provincia habanera y en círculos cercanos a la
ciudad Habana. Después, en poco menos de un año, en otros contextos del
país. Y a partir del primer trimestre de 1937, con la salida del primer número
de la Revista Cúspide, empieza a tener una proyección totalmente nacional e
internacional que logra alcanzar, en el año de 1939, un marco de resonancias
en el continente americano.
A PARTIR DEL CLUB MERCEDITA
La proyección nacional de la impronta del quehacer económico, social y
cultural de José Cabrera Díaz se empieza a mostrar, sin lugar a dudas, a
partir de enero de 1936, cuando asume la presidencia del Club Mercedita.
Momento a partir del cual lo vemos intervenir de una manera directa en la
vida del país.
La pródiga obra cultural que en, y desde, el caserío de un central
azucarero dirigirá Cabrera Díaz, no tiene paragones ni semejanzas. No existe
ninguna otra igual, ni tan siquiera parecida, en la historia de Cuba.
Él hace que en la zona de Melena del Sur se tomen importantes medidas
para mejorar la situación de los campesinos. Materializa campañas de
repoblación forestal, crea un vivero de plantas cubanas y extranjeras de más
de diez mil posturas y las distribuye gratuitamente entre los campesinos de
Melena y las zonas colindantes. Instituye la Semana del Árbol.
Genera el fomento de cooperativas al modo europeo y toma como
ejemplo las de Dinamarca. Desarrolla en el club un ciclo de conferencias de
acreditados funcionarios daneses en La Habana, que son especialistas en el
tema. Edita un folleto, explicativo y práctico, del proyecto de cooperativas
agrícolas para almacenaje, distribución y venta de granos. Costea la
impresión de obras de escritores noveles. Instituye el premio Arango y
Parreño entre los niños escolares de los municipios de Güines y Melena del
Sur. Instala una planta radioemisora. Crea una biblioteca con más de tres mil
quinientos volúmenes, un kindergarten, un aula nocturna para adultos, un
aula de corte y costura, un parque y biblioteca infantiles, un grupo de
campos deportivos, una Casa de Socorros y la Sociedad Antonio Maceo en
Melena del Sur. Contribuye a la fundación del Instituto de Segunda
Enseñanza en Güines y de la Cámara de Comercio y Agrícola de esta
localidad. Organizó la Federación de Bibliotecas de Cuba, de la que fue su
presidente.
Colabora con las publicaciones España Nueva, El Anticlerical, La Gran
Logia, Mundo Masónico, Patria Isleña y Carteles. En sus artículos critica
duramente a los ineptos personeros del Gobierno, a quienes denuncia con
nombres y apellidos por el mal trabajo, sobre todo los de las dependencias
José Cabrera Díaz, un canario…
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relacionadas con la agricultura y la educación. En la revista Carteles se
destaca como incansable luchador a favor de la plena igualdad de la mujer.
El Instituto Nacional de Previsión y Reformas Sociales lo designa integrante
de la Comisión de Arte, donde impulsa un buen número de actividades. Es
Maestro de la logia masónica “Razón y Progreso” del municipio habanero de
San Nicolás de Bari. La Asociación de Escritores y Artistas de Cuba lo hace
uno de sus más distinguidos miembros. El 10 de octubre de 1938 lo
condecoran con la Orden Nacional de Mérito Carlos Manuel de Céspedes,
grado de Caballero, la más alta distinción que otorgaba el Estado cubano.
LA REVISTA CÚSPIDE
Publicación mensual, órgano del Club Mercedita. Director José Cabrera
Díaz, jefe de redacción Félix Muñoz, empleado de la oficina del central. Él y
Cabrera Díaz hacían casi todo el trabajo de Cúspide en hora extras, después
de terminar las respectivas jornadas laborales.
El primer número tiene la fecha del 15 de marzo de 1937, con veintidós
páginas y una tirada de ochocientos cincuenta ejemplares. Muy pronto va
arribar a las ciento cuarenta páginas y a sobrepasar los dos mil ejemplares en
cada edición. Treinta son los números que se editan de Cúspide.
Tenía las secciones fijas: Libros, atendida por Cabrera Díaz, con reseñas,
críticas y comentarios que valoraban libros y folletos; De la mujer, para la
mujer, consejos prácticos para el hogar y la apariencia femenina; Héroes en
la penumbra, atendía la historia, sobre todo de la guerra de Independencia, al
cuidado del coronel Lino D´ou, veterano de la contienda; Corte y costura,
enseñaba el dominio de esas labores; Páginas dedicadas a la mujer, con la
producción literaria de escritoras cubanas y latinoamericanas en prosa y en
verso, o comentarios y críticas sobre la obras de intelectuales femeninas;
Pequeñeces, consejos a los padres de cómo criar a los hijos, donde sin
tapujos abordaban asuntos de la educación sexual; Páginas campesinas, que
en prosa o en verso abordaba las situaciones del campo cubano, a cargo de
Dora Alonso, quien llegaría a ser una renombrada escritora para niños y
adultos, Premio Nacional de Literatura; Páginas centrales, divulgaba la vida
y obra de prestigiosos escritores cubanos desaparecidos; Rincón indoame-ricano,
aunque no muy estable, recogía trabajos de crítica literaria sobre la
obra de reconocidos escritores del continente americano.
En los primeros números hubo pequeños espacios de crónica social, sin
muchas alabanzas, que van desapareciendo con el aumento de los cola-boradores.
Y siempre con la presencia de un editorial, confeccionados en su
mayoría por José Cabrera Díaz, entre los cuales merecen destacarse:
“Mejoramiento de la vivienda campesina”, “La preparación de la mujer
campesina”, “Factores del drama campesino”, “La crisis del campesino”.
XIX Coloquio de Historia Canario-Americana
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El gran objetivo de la revista era contribuir a la formación de una nueva
generación literaria del interior del país, no perteneciente a los círculos
citadinos de La Habana. “De tierra adentro”, como se decía en aquellos años.
Por lo que siempre estuvo abierta a todas las colaboraciones, vinieran de
donde fuera y con los más variados matices filosóficos o políticos. De ahí
que encontremos en ella trabajos de figuras de mucho renombre, junto a las
de perfectos desconocidos que comenzaban. Un buen número llegaron a
ocupar un destacado papel en las letras de Cuba y del continente, otros
quedaron en el empeño. A vuela pluma, citaré solo algunos de dichos
nombres: Mercedes Pinto, Luis Gómez Wangüemert, Juan Ramón Jiménez,
Eduardo Salinas, Dora Alonso, Herminio Portell Vilá, Enrique Serpa, Mirta
Aguirre, Félix Lizaso, José Ángel Buesa, Ángel Augier, José Lezama Lima,
Fernando Ortiz, Josefina García Marruz, Medardo Vitier, Luis Felipe
Rodríguez, Serafina Núñez, Mariblanca Sabas Alomá, Emilio Ballagas,
Caridad Bravo Adams, Juana de Ibarbourou, Gabriela Mistral, Alfonsina
Storni, Octavio Paz, entre otros muchos.
Cúspide realizó dos concursos literarios, uno en 1937 y otro en 1938. En
ambos, los géneros a participar eran poesía y cuento y podían presentarse
cubanos o extranjeros, residentes o no en Cuba. Los jurados estaban
integrados por prestigiosas figuras de las letras cubanas. Al primero
asistieron 97 poemas y 93 cuentos, otorgándose en cuento tres premios y
recomendando la publicación de otros seis. En poesía, los galardonados
fueron dos y dos con mención honorífica. Al segundo de los concursos
asistieron 12 trabajos en prosa y 31 en verso, galardonando dos en poesía y
uno en prosa. Las premiaciones fueron verdaderas fiestas conmemorativas
con una buena divulgación y gran trascendencia.
Una revista local, de poetas y prosistas del interior del país y de
desconocidos jóvenes de La Habana, abre sus páginas a hombres y mujeres
de las letras en América Latina y llega a convertirse en una revista
continental. Sin dejar de mantener su objetivo básico de promocionar a los
escritores sin acceso a las consagradas publicaciones de la capital cubana. Y
brindó una información general variada al tocar de manera indirecta lo
político, desde un ideario reformista y democrático.
A la Gran Exposición Internacional de Publicaciones Periódicas,
organizada por la Biblioteca Pública de la ciudad de Matanzas los días 10,
11 y 12 de diciembre de 1937, asistieron 1.417 publicaciones de América,
Europa y Asia y casi todas las de Cuba. El jurado otorgó ciento cincuenta
premios, divididos en 25 Grandes Diplomas de Honor, 50 Diplomas de
Honor y 75 Diplomas de Mérito. Cúspide, a pesar que era de las de reciente
creación, estuvo entre las más distinguidas, al otorgarle uno de los Grandes
Diplomas de Honor.
José Cabrera Díaz, un canario…
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La repercusión de Cúspide fue tal que la emisora Builing Radio City de
New Yok le pidió a la revista que le hiciera llegar los poemas publicados
para trasmitirlos en uno de sus programas dedicados a la literatura
hispanoamericana.
Desde mediados de 1939 Cúspide estaba inmersa en los preparativos de
un Congreso Nacional de Intelectuales de “Tierra Adentro”, en Santa Clara,
al centro del país, convocado por la revista y del que Cabrera Díaz era la
máxima figura inspiradora.
El Grupo América de Matanzas decide homenajear a José Cabrera, en
reconocimiento a su destacadas labores, con un diploma. Y la Sección
Bolivia de ese grupo le otorga la condición de Miembro Correspondiente de
Honor. El 6 de agosto de 1939, en la Atenas de Cuba, se celebra el acto. En
el regreso hacia La Habana, en una de las curvas de la carretera central, el
coche que Cabrera conducía choca con otro vehículo y en el accidente pierde
la vida.
José Cabrera Díaz, un canario al servicio de Cuba, fue extremadamente
consecuente con el criterio de que la mejor manera de materializar la plena
libertad e igualdad de los seres humanos era mediante la educación y la
cultura. A más de sesenta años de su muerte, todos los recuerdos y apuntes,
tanto testimoniales como escritos, concuerdan en la calificación de que era
“un ser multifacético, humilde con los humildes, sencillo de maneras, dulce
y afable en la amistad y cuya máxima obra fue la fundación de Cúspide,
revista que rompió en su época con el monopolio intelectual habanero y trajo
a la luz la obra de muchos que permanecerían sumidos en el olvido o en el
total desconocimiento”2.
XIX Coloquio de Historia Canario-Americana
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BIBLIOGRAFÍA
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José Cabrera Díaz, un canario…
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NOTAS
1 Alicia Elizundia Ramírez y Joaquín Borges Triana: Cúspide: Evocación de un ayer con
presente, La Habana: Ediciones Unión, 1990, p. 74.
2 Alicia Elizundia Ramírez y Joaquín Borges Triana: Cúspide: Evocación de un ayer con
presente, La Habana: Ediciones Unión, 1990, p. 82.