mdC
|
pequeño (250x250 max)
mediano (500x500 max)
grande
Extra Large
grande ( > 500x500)
Alta resolución
|
|
946 HISTORIOGRAFÍA, ENSEÑANZA DE LA HISTORIA Y CONSTRUCCIÓN DE LA MEMORIA PARA EL PRIMER CENTENARIO. LAS CANARIAS Y LA PENÍNSULA IBÉRICA EN LOS TEXTOS ESCOLARES ARGENTINOS, 1880-1910 HISTORIOGRAPHY, EDUCATION OF HISTORY AND CONSTRUCTION OF THE MEMORY FOR THE FIRST CENTENARY. THE CANARY ISLANDS AND THE IBERIAN PENINSULA IN ARGENTINE SCHOLASTIC TEXTS, 1880-1910 Marta Mercedes Poggi RESUMEN El proceso de construcción de la na-ción emprendido en la Argentina en el siglo XIX tuvo dos proyectos entre sus basamentos, uno historiográfico y otro educativo. Ambos confluyeron en los libros escolares. Las autoridades edu-cativas implementaron un sistema de control que permite reconocer en los libros aceptados y difundidos una de-terminada visión del pasado. El éxito del proyecto historiográfico se evidencia en la construcción de una gesta fundadora. Historia y memoria otorgaron a la Revolución de Mayo de 1810 un valor nodal y los textos fueron utilizados para insertar su conoci-miento en la memoria de los argenti-nos, distinguiendo nítidamente patrio-tas y enemigos. La versión escolar de la Revolución carece de variantes en ABSTRACT The construction process of the nation started in Argentina in the 19th century had two projects between its foundings, one historiographic and the other educa-tional. Both converged in school books. The authorities in charge of education stablished a control system that allows to recognize in accepted and widespread text books, an specific view of the past. The success of the historiographic pro-cess can be identified in the cons-truction of a founding deed. History and memory gave May Revolution in 1810 a nodal value, and textbooks were used to introduce its knowledge into the argen-tines memory, distinguishing between patriots and enemies. The school version of the Revolution, in texts books during this period was unique, but was during the historiographic production of the 20th Marta Mercedes Poggi: Instituto de Estudios Históricos, Universidad Nacional de Tres de Febrero, Los Aromos 6231, Palomar (B1684BYG) - Provincia de Buenos Aires. República Argentina. mmpoggi@untref.edu.ar; martampoggi@yahoo.com.ar Historiografía, enseñanza de la Historia… 947 los libros impuestos en este periodo. Versión homogénea en los textos, no lo fue en la producción historiográfica que en el siglo XX modificó esa pers-pectiva y revalorizó el legado penin-sular. Lentamente, los textos incorpo-raron esa nueva interpretación. PALABRAS CLAVE: historia, memoria, construcción de la nación, libros esco-lares, educación, Revolución de Mayo. century that this perspective was mo-dified, and the peninsular legacy gained a new value, and was slowly incorpo-rated in textbooks. KEYWORDS: history, memory, cons-truction process of the nation, school books, education, May Revolution. El proceso de construcción de la nación emprendido en la Argentina en la segunda mitad del siglo XIX tuvo dos proyectos fuertemente articulados entre sus basamentos, uno historiográfico y otro educativo, que contribuyeron a la integración de las nuevas generaciones y la nacionalización de la población extranjera que arribaba al país1. La educación fue utilizada como vehículo privilegiado de penetración ideológica2. Los libros escolares, pautados al igual que los programas y en concordancia con estos, ocuparon un destacado lugar en este proceso constituyéndose en su mejor rastro. La historiografía se volcó en los libros de texto otorgándoles un espacio preeminente en el que resultaron eficientes transmisores. En la década de los ochenta las autoridades educativas implementaron un sistema de control sobre los textos a utilizar en las escuelas. Este accionar, que se extendió por medio de licitaciones y concursos hasta 1904, es clave para reconocer en los libros aceptados y difundidos la visión del pasado que se consolidó y transmitió3. La renovación perceptible en la historiografía a principios del siglo XX, fundamentalmente en el análisis del periodo colonial, demoró en llegar a los textos y son pocos los cambios que se perciben en estos para el primer centenario4. Los libros escolares inventariaron lo que había que saber sobre la Argentina y conformaron un relato identificatorio cuyo esquema clásico fue compartido por la mayoría de la población. El carácter nacional de los contenidos, la difusión de libros autorizados y la subordinación de la escritura de la historia a los intereses políticos estaban relacionados con problemas considerados prioritarios, como la conformación del Estado y la conciencia nacional. Estos libros al impactar fuertemente en el compor-tamiento individual y colectivo favorecieron la formación de un imaginario compartido que garantizó un mínimo de cohesión5. Historia, memoria e identidad, sus vínculos, contraposiciones, yuxta-posiciones conforman un campo de estudio fértil y constantemente enriquecido por nuevos aportes6. Los estudios que analizan estas relaciones XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 948 están profundamente ligados a la construcción, revalorización o resignifi-cación de la nación y la nacionalidad. Este juego de interacción resulta particularmente interesante cuando gira en torno de los acontecimientos o procesos a los que la historia y la memoria otorgan un valor nodal. En la historia argentina, la Revolución de Mayo constituye un “lugar de memoria” sin parangón, consagrado por una historiografía abocada a la construcción de la nación7. El éxito del proyecto historiográfico encargado de dotar de una nación al Estado argentino se evidencia en la construcción de una gesta fundadora con un momento de nacimiento claro e identificable y un bagaje de elementos afectivos y simbólicos. Constituida como mito fundador, la Revolución de Mayo se transformó en elemento simbólico del patrimonio memorístico ar-gentino más allá de las diferencias culturales, étnicas o históricas. Los textos escolares fueron instrumentos utilizados para insertar en la memoria una revolución de carácter excepcional. Estos libros contribuyeron fuertemente a la constitución de explicaciones exitosas, compartidas por diferentes gene-raciones. Una historia utilizada para forjar una visión determinada del pasado8. La construcción de la memoria en torno a la Revolución de Mayo y la península ibérica se estudia en este trabajo a través de libros de texto utilizados en la enseñanza primaria argentina entre 1880 y 1925; las obras fundamentales de la producción historiográfica de fines del siglo XIX y principios del XX y El monitor de la educación común9. Se analiza, en la primera parte la construcción historiográfica de la Revolución de Mayo y los actores involucrados en ese proceso; en la segunda, las políticas implemen-tadas por el Estado nacional con respecto a los libros escolares entre 1880 y 1905; en la tercera, la versión escolar de la Revolución y sus actores en los textos de uso oficial y, para finalizar, los cambios producidos para el centenario en la historiografía y la educación. LA REVOLUCIÓN DE MAYO EN LA HISTORIOGRAFÍA. PATRIOTAS Y ENEMIGOS La formación de una historiografía compenetrada con un proyecto identitario nacional se originó poco tiempo después de acaecida la Revolu-ción de Mayo. Este proyecto historiográfico incrementó notablemente su importancia en la segunda mitad del siglo XIX cuando se buscó construir una nueva memoria histórica. En la consolidación de la versión canónica incidie-ron autores como Gregorio Funes, Manuel Moreno, Ignacio Núñez, Luís Do-mínguez, Vicente Fidel López y Bartolomé Mitre10. Figuras señeras, Mitre y López compartieron la apreciación de la impor-tancia de las invasiones inglesas y del accionar de Buenos Aires. Describe Mitre las invasiones cuidadosamente y explica que los invasores encontraron Historiografía, enseñanza de la Historia… 949 un ejército popular en el que “cada ciudadano era un soldado y cada soldado un héroe”11. Este pueblo es el de Buenos Aires. Las invasiones también pu-sieron en evidencia, para Mitre, dos razas distintas. Una acostumbrada a dominar y en cuya reacción pesaban elementos étnicos, sociales y políticos y otra que recién tomaba conciencia de su importancia, fundamento de su par-ticularismo nacional12. Colonia y metrópolis no constituían una sustancia homogénea y el único vínculo existente entre ambas, la persona del monarca absoluto, excluía la idea de una patria común. Esta debilidad orgánica origi-nó la teoría revolucionaria13. La visión de Mitre definía la nación por la emancipación. En este tema el disenso con López fue contundente14. López relativiza las implicancias del momento fundador proponiendo una interpretación general del proceso histórico menos centrado en la Revolución como ruptura y plantea que la nación argentina es heredera de la española y resultado de su evolución. Incluso critica la Revolución por haber destruido un orden sensato y con garantías sin remplazarlo por una organización libre y representativa. Considera la República Argentina como una evolución espontánea de la raza española y señala que es la historia colonial la que revela el desarrollo incipiente de una sociedad que desembocó en manifestaciones espléndidas y constituyó una vigorosa nación capaz de brindar inmensos servicios a la humanidad. Para López los mismos principios y acontecimientos obraban desde fines del siglo XVI ligando la historia colonial con la Revolución de Mayo15. Afirmó que “la revolución se produjo como una emergencia natural de sus propios antecedentes sin solución de continuidad” pues el presente, hijo del pasado, es el padre del porvenir16. Por el contrario, es una Revolución de Mayo promovida por nuevos actores e inicio de una nueva época, expresión de soberanía para la masa del pueblo y para quienes debían guiarla, la que conforma la visión de Bartolomé Mitre17. Sus dirigentes eligieron como teatro de operaciones el terreno legal y contando con el apoyo de la fuerza armada y la opinión impusieron a la revolución el sello de grandeza que la distingue entre todas las revoluciones. Sin violencias, pero con las tropas acuarteladas y prepara-das, con el sustento de la razón y la conveniencia pública “sacudiendo el pueblo con dignidad sus cadenas y tomando su actitud de soberano con un aplomo y una moderación de que la historia del mundo presenta pocos ejemplos” concretaron una transición sin convulsiones18. Ese pueblo inmen-so que llenó las avenidas y la plaza vibrante de indignación conformó una nueva entidad “que a la manera de las guerrillas que aclaran la marcha de los ejércitos, era precursora del pueblo próximo a moverse en masa”19. Pueblo que, intimida a los españoles, confraterniza con las tropas y en el que se destaca la juventud20. XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 950 El pueblo, hasta ese momento siervo de los españoles, había madurado y estaba en condiciones de seguir a la minoría inteligente que lo representaba y que conducía una revolución sin violencia21. Una revolución que, considera Mitre, se distinguía entre otras pues la democracia fue el resultado de esa transición sin convulsiones y obra de una elite que supo moderar el impulso de la masa22. Pensada, preparada, exitosa surgió al igual que la primera constitución política, en Buenos Aires23. El pueblo es, para Mitre, la reserva moral. La masa criolla que se deja guiar y que debe su ignorancia a la colonia. Para López la multitud puede ser una fuerza bruta que hay que controlar. Las tropas mantienen la paz y de-fienden la patria naciente cuando es necesario. La elite, una minoría ilustrada en la que se definen algunos nombres propios, defiende los derechos natura-les y establece la democracia. La componen, para López, los ricos propieta-rios y las mejores familias24. El “nosotros” utilizado hace de los intereses de unos, los intereses de todos. Los intereses son comunes pero el poder lo detentan, en nombre y beneficio de todos, sólo algunos cuantos que saben, al decir de Mitre, interpretar siempre la voluntad popular. Mitre consolidó y modeló un relato histórico sobre los orígenes de la nacionalidad. Convalidó una visión del pasado y una apreciación del presente, estrechamente ligadas a un bosquejo de la Argentina futura sustentada en un acontecimiento depurado de conflicto y válido como elemento de homogeneización de nuevas generaciones más heterogéneas que las anteriores. Al aceptar, criticar o rechazar las apreciaciones de autores pre-vios y contemporáneos estableció una lectura única de la historia argentina25. Esta visión constituyó una piedra angular de un proceso tendente a aglutinar una población variada y en constante transformación. Definió los valores y principios que identificarían la nacionalidad desde su origen, presidiendo y explicando su evolución y otorgó a la revolución de 1810 un sitio privilegiado en ese proceso. Fue su confianza en el destino nacional la que le permitió organizar “la historia de la nación argentina, como historia de un pasado no concluso, abierto al presente y al porvenir”26. Estos usos del pasado se prolongaron con una eficiente pedagogía patriótica estatal. El triunfo de Mitre con un dominio más seguro de los hechos no impidió que López, quien fue autor de textos para escolares y docentes, ejerciera una gran seducción sobre sus lectores. Es la interpretación de Mitre de la historia nacional y, fundamentalmente, de la Revolución de Mayo la que se percibe más nítidamente en los libros de texto. Discutida en el ámbito historiográfico, fue indiscutible en el ámbito de la enseñanza en este período. Esta visión de la historia de notable persis-tencia temporal, que la historiografía generó y los textos divulgaron, constru-yó la “Revolución de Mayo” como elemento simbólico fundacional de la nación y la historia argentinas. Historiografía, enseñanza de la Historia… 951 LA CONSTRUCCIÓN DE LA NACIÓN Y LOS TEXTOS ESCOLARES La grandeza de la república requería imprescindiblemente la apropiación por parte de la sociedad en su conjunto de una memoria común. La educa-ción resultó un eficaz instrumento para lograr las metas previstas y las tareas emprendidas demuestran la importancia que se le otorgó para la construcción de la nación y la expansión de la ciudadanía. Incrementar y perfeccionar la formación docente, modificar planes y programas de enseñanza y, especial-mente, depositar en los textos escolares el peso mayor en la transmisión de los contenidos, fueron algunas de las alternativas utilizadas. Pocos fueron los textos escolares que se utilizaron para la enseñanza de la historia argentina antes de 1880. Considerada alta enseñanza moral e intelectual contribuía a preparar al ciudadano para la vida pública, represen-taba al padre instruyendo a sus hijos y permitía reconocer los actos de virtud y heroísmo de los antepasados27. Entre los autores se encontraban Luís Domínguez, Juana Manso, Juan María Gutiérrez, Clemente Fregeiro y, a partir de 1880, Nicanor Larrain, Benigno T. Martínez, R. Cambón, Mariano Pelliza y Alfredo Grosso28. La Historia de Belgrano y, muy especialmente, la Galería de celebridades de Mitre ejercieron una gran influencia sobre los autores de textos29. En la década del ochenta las autoridades educativas implementaron un sistema de control sobre los textos a utilizar en las escuelas. Gradualmente, el número de libros y autores se fue incrementando. A partir de 1883 se realizaron licitaciones para abastecer las escuelas con los textos necesarios30. El consenso de las autoridades educativas con respecto a la necesidad de controlar y uniformar los libros escolares se fue acrecentando con el transcurso de la década. Los libros, considerados sustento esencial de la labor docente, debían responder fielmente a programas que cambiaban asiduamente31. Los concursos realizados para la selección de textos escolares en 1891, 1893, 1898 y 1901 contribuyeron a incrementar la cantidad de libros en circulación32. Pero, para esa fecha, la opinión mayoritaria a favor de los textos había desaparecido y los libros escolares perdieron la centrali-dad en el proceso educativo33. El concurso que debía realizarse en 1904 fue suspendido y en 1905 el inspector técnico general Pablo Pizzurno aconsejó, a título de ensayo, que el personal directivo y los docentes eligiesen los libros a utilizar fundamentando su decisión ante la Inspección General34. Los avances en la formación de maestros alteraron radicalmente el lugar ocupado por el texto en el trabajo docente. Ya no eran considerados indis-pendables y se limitó su número en asignaturas y cursos. Las voces de los propios maestros normalistas fueron creciendo y planteando la necesidad de otorgar una mayor libertad al docente para elegir sus auxiliares didácticos. Las opiniones opuestas a la homogeneización fueron ganando espacio clau-XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 952 surando una etapa singular de la historia de la educación argentina que otorgó a los textos, y a su control por parte del Estado, un lugar fundamental. Los libros escolares impuestos por las licitaciones y concursos realizados entre 1883 y 1901 comparten características comunes35. Están divididos en capítulos o lecciones y, en varios casos, en parágrafos numerados36. La mayoría incluye láminas entre las que se destacan los retratos de Liniers, Moreno y San Martín. Las tropas inglesas invadiendo Buenos Aires en 1806, el Cabildo abierto del 22 de mayo, el Cabildo de Buenos Aires, forman parte de las ilustraciones que acompañan las explicaciones. Los que presentan apéndice incluyen en estos cuadros tablas cronológicas, listas de batallas, listas de trofeos y el texto del Himno nacional37. En los libros de historia ar-gentina el énfasis estaba puesto en el estado del país a fines del siglo XIX, el significado de las fechas patrias, los rasgos biográficos de personajes desta-cados y, muy especialmente, en los acontecimientos principales realizados para conseguir los fines de la Revolución de Mayo38. LA REVOLUCIÓN DE MAYO EN LOS TEXTOS ESCOLARES. PATRIOTAS Y ENEMIGOS La relación entre los contenidos de estos libros y la historiografía fue esencial para la difusión y apropiación por parte de una sociedad en plena mutación de un determinado patrimonio memorístico y cultural. Programas y textos siempre otorgaron a la Revolución de Mayo un tratamiento preferencial y plantearon una versión altamente homogénea del proceso revolucionario. En los textos escolares la revolución tiene como antecedentes directos las invasiones inglesas, juzgadas como la última hora de la dominación españo-la39. La victoria sobre las tropas británicas como inicio de la historia nacional y el mal manejo colonial, la opresión de las leyes injustas, el monopolio y el estado miserable al que conducen en el siglo XVIII, son apreciaciones com-partidas al referirse a los orígenes del proceso revolucionario40. El primer paso consistió en establecer la diferencia entre americanos o criollos y españoles o godos. Esta distinción se funda en dos tópicos recurrentes. El monopolio es uno de ellos, el otro la inaccesibilidad de los cargos para los criollos. Pero fueron las invasiones inglesas, que consecuen-cias equiparables tuvieron para poner a prueba el amor a la patria como para activar la economía, las que actuaron como aceleradoras del proceso y catalizadores del enfrentamiento41. El pueblo argentino, en los textos escolares, nació en 1807 defendiendo la patria42. Esta victoria alteró el orden político y Buenos Aires, que nada podía esperar de las autoridades coloniales, convocó al vecindario para deliberar sobre su propia suerte43. Mientras “ideas confusas de independencia agitaban los espíritus, sin que por eso hubiese llegado aún el momento en que la Historiografía, enseñanza de la Historia… 953 conciencia del pueblo ya formada, le diese una seria convicción de sus derechos” el partido patriota se iba gestando44. Americanos y españoles defendieron el territorio contra los invasores45. Los textos destacan la participación masiva del pueblo y los batallones criollos. En una de las pocas menciones detalladas, Alfredo Grosso afirma que “todas las clases sociales estaban representadas en estos batallones: médicos, abogados, comerciantes, obreros, etc. hasta los niños…”46. Asevera que, pasado el peligro, la rivalidad entre ambos grupos fue creciendo y empezó a notarse nítidamente la existencia de dos partidos47. El contrabando es planteado como consecuencia directa del monopolio que tiraniza las colonias48. Esta vieja llaga que finalmente se ha gangrenado “producía estancación de frutos del país y una carestía insoportable de los géneros de comercio y artefactos europeos…”49. Las invasiones generaliza-ron las ideas de libre comercio que se impusieron como dominantes en Buenos Aires50. El Cabildo y el Consulado fueron escollos y esto se vincula con el segundo tópico recurrente. A las restricciones comerciales se suma que los empleos de consideración son para los españoles. Incluso los subalternos están prácticamente fuera del alcance de los criollos51. En tanto los americanos ya podían “presentir sus derechos como hombres libres”, los españoles “meditaban continuar su dominio por cuenta propia en detrimento de los hijos del país, heredar al rey y proseguir en su provecho el régimen colonial”52. En este juego, los emplea-dos españoles pugnaban para prolongar su dominación oponiéndose al progreso53. Los nombres propios empiezan a figurar. Se menciona a Manuel Bel-grano y Mariano Moreno. El libre comercio no convenía a los españoles que buscaron impedirlo y combatieron a Belgrano, en nombre “…de las viejas prácticas fundadas en la rutina de dos siglos de comercio prohibitivo”54. Los hacendados no vendían más que en pequeñas cantidades y a bajo precio. Moreno, como su apoderado general, reivindicó “nuestros menoscabados derechos y derribó las últimas barreras del poder colonial”55. Los enormes beneficios que produjo para el pueblo demostraron la importancia del libre comercio, considerado como victoria patriota56. Los textos consultados extienden a todos los habitantes los beneficios alcanzados por los hacen-dados, fundiendo los intereses de minorías y mayoría. Definidos los grupos antagónicos comienzan a identificarse sectores al interior de los revolucionarios. Asiduas son las menciones al componente militar. Varios de sus jefes son destacados. Las tropas hacen causa común con el pueblo57. El Cabildo abierto del 22 de mayo reúne a la parte sana del vecindario. No figuran objetivos económicos entre sus metas58. La juventud formará también parte. Manso alude a “oleadas humanas”, “muchedumbre XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 954 indignada”, “inmenso gentío, silencioso y grave”, “la justa ira de los ciu-dadanos”, “las masas condensadas en la plaza Mayor”59. La explicación de la Revolución de Mayo que estos libros presentan no tiene variantes sustanciales. El año de 1810, el mes de mayo, la semana del 25 y el día 25 son mencionados en forma destacada. Se resalta la importancia de este período como “testigo del espléndido triunfo de la santa causa de la libertad y la democracia en la vasta extensión de Sud América”60. Origen de la emancipación y fecha de la desaparición de los “mandones españoles” del Río de la Plata, el 25 es considerado el día más memorable de la historia patria. Principio de una nueva época, es el momento supremo que marca el paso de colonia esclavizada a nación libre61. En esta fecha “los pa-triotas de Buenos Aires” se liberaron del despotismo del gobierno español62. El régimen colonial es juzgado como un escollo que dificultaba el progreso. América, llegada a su mayoría de edad, podía ya ser dueña de sus actos y “su población, sus riquezas, su extensión territorial y sus progresos de todo género, exigían que estos pueblos gozasen de su autonomía”63. No fue la independencia el primer pensamiento de los argentinos que ambi-cionaban la libertad sin pretender aún liberarse del dominio peninsular. Pero la actitud de España, al intentar imponerse, provocó la guerra64. En este planteo la Revolución se analiza como preliminar de la grandiosa epopeya que culminaría en Ayacucho (1824) con la victoria definitiva65. La presentación de la revolución se acompaña con reflexiones relativas a su modalidad. Calificada reiteradamente como gloriosa, la causa de mayo justifica el eco que la posteridad debe repetir de generación en generación66. Manso elogia un proceso revolucionario que había pretendido “cambiar la faz de un mundo” constituyendo una empresa grandiosa que inmortalizó a los hombres de 181067. Los autores destacan que predominaron el derecho y la razón pues los “hijos del país” evitaron los tumultos para lograr la trans-formación política a la que tenían derecho y que no hubo ni derramamiento de sangre ni violencia68. Se consideraba que esta transformación pudo concretarse pues “las bases del nuevo orden de cosas fueron acordadas a la manera de las democracias antiguas” con la declaración de una voluntad que implicaba el fin de la soberanía de los virreyes69. Poco a poco la nación fue perfilándose70. La idea de independencia surgió ante el avance napoleónico. En Buenos Aires el rechazo al cambio de dominación fue un ensayo que condujo a liberarse de cualquier otro yugo puesto que “...los americanos, empezando a presentir sus derechos de hombres libres y que habían comprado con su sangre el de defender su patria, dignos por su valor de protegerla, entendían que su papel de colonos había finalizado, y que esa independencia debía ser en provecho del país y no de un puñado de hombres”71. Su aspiración era gobernarse sin inter-vención de un poder extraño72. Historiografía, enseñanza de la Historia… 955 La soberanía popular vincula las invasiones inglesas con la revolución. Y esta soberanía encontró en el Cabildo abierto, asamblea popular que deponía virreyes y autoridad que representaba los intereses populares, el ámbito propicio para desarrollarse73. Precursor del 25 de mayo, el Cabildo del 14 de agosto de 1806 fue pedido por el pueblo en ejercicio de su soberanía74. La participación popular es destacada insistentemente. La gran agitación que reinaba en Buenos Aires desembocó en la convocatoria al Cabildo abierto del 22. Calificado como memorable congreso que pretendía sacudir el yugo, amplió la senda del progreso y trocó la librea del esclavo por la túnica del hombre libre. Ese día el pueblo agolpado pedía gobierno libre y con la Revo-lución la causa nacional triunfó75. Ese mismo pueblo en masa desilusionado por el accionar del Cabildo, se levantó pidiendo la formación de una junta de su entera confianza y Cisneros fue doblegado por el encono popular76. Es el pueblo armado el que se aglomera el 25 en la plaza dispuesto a imponer su voluntad. La primera Junta surge de su decisión77. Su procla-mación produjo regocijo general. Todos los ciudadanos se felicitaban en nombre de la patria, la libertad y del triunfo del pueblo pues la autoridad política “pasaba sin violencia a manos de americanos acreditados por su patriotismo, sus virtudes y su talento”78. Las colonias españolas estaban apartadas del resto del mundo por un régimen opresor y para que una nación pueda ser bien dirigida es preciso que sea libre de gobernarse ella misma y “...el pueblo deseaba crear, en nombre de su propia soberanía, los poderes que en adelante debieran regir sus destinos”79. La opinión pública estará a favor de reconocer transitoriamente a Fernando VII, para luego desconocer toda dominación extraña80. La versión escolar de la Revolución de Mayo centró la atención en los porteños. Pero la Junta no podía encerrarse en estrechos límites y “trató de extender su esfera de acción, llevando a todos los pueblos la idea de revolución y buscando en ellos los elementos necesarios para combatir a los enemigos que iban a asediarla”81. Las resistencias que oponían las autoridades de Córdoba, Montevideo, Chuquisaca y Paraguay auguraban desolación para la patria pero la Junta, sin tomar en cuenta los riesgos y sacrificios que reclamaba una lucha tan desigual, resolvió resistir a unos e imponerse a otros para sostener la emancipación que el pueblo le confiara82. Las expediciones al interior son calificadas como auxiliares de los pueblos hermanos que no podían manifestarse por la influencia que conservaban los mandones; portadoras de las órdenes de la nueva autoridad y “chispa eléctrica que debía inflamar todos los pueblos con el entusiasmo santo de la independencia”83. Donde hubo reacciones la Junta actuó con firmeza demostrando que era digna de la misión confiada84. Los fines de la revolución están claramente expuestos. Se señala primero que un territorio colonial debía ser convertido en asiento de una nación, con XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 956 la consiguiente lucha armada que esto implicaba y segundo que el pueblo, la colectividad de ciudadanos, debía sustituir al rey como soberano. La transformación del colono en ciudadano es clave en este proceso y una nueva forma de gobierno emanada de la voluntad libre y del libre y espon-táneo consentimiento, su consecuencia85. Los textos de historia difundidos por el Estado entre 1881 y 1905 abundan en elementos tendentes a reforzar la adhesión emocional a la patria con diferentes niveles de apelación sentimental y simbólica. Pasado, presente y futuro se anudan cuando se hace referencia al legado a las futuras generaciones, la sangre derramada y el entusiasta amor patriótico86. Algunos de estos textos utilizan un “nosotros” inclusivo con la intención de implicar al lector en el desarrollo de la acción y reforzar la vinculación entre el pasa-do estudiado y el presente del alumno87. Estos libros no crearon la versión oficial de la Revolución de Mayo pero fueron fundamentales en la consolidación y difusión de una memoria histórica que anudó fuertemente un pasado heroico con su presente en plena transformación y un porvenir de prosperidad y grandeza. EL CENTENARIO. RENOVACIÓN Y TRADICIÓN La Argentina del Centenario no es idéntica a la de 1880. En lo político, en lo económico y en lo social se han producido cambios significativos. La percepción de la Nación, su devenir histórico y su futuro se han modificado ante la problemática que plantea la integración de los inmigrantes y la percepción de un orden social “asediado”88. Una nueva etapa se inició al aproximarse el cambio de siglo y para 1910 se perciben otras tendencias en la historiografía y en la enseñanza de la historia. La política implementada con respecto a los libros de texto también fue alterada. La opinión mayoritaria a favor de los textos y su homogeneización ha desaparecido89. Se considera a los textos de historia, con pocas excepciones, meras crónicas limitadas a lo militar y lo político en las que estaba ausente el aspecto económico90. Se señalaba que el problema era didáctico, estético y económico. Se criticaba textos por ser muy sintéticos o presentar conceptos superiores a los que los niños estaban en condiciones de captar. Consi-derados letra muerta, árida e insuficiente, sólo se aceptaba el de lectura. El nuevo axioma planteaba que sólo la palabra viva del maestro vivifica el espíritu91. Esta relegación del texto se acompañaba con otros cambios que afectaron la enseñanza de la historia. Se reclamaban más horas dedicadas a la lectura y la escritura. Pizzurno consideraba excesivas las horas dedicadas a la historia92. Paralelamente se verificaba en los programas un avance de la geografía sobre la historia. El uso de libros quedó restringido a los cursos Historiografía, enseñanza de la Historia… 957 superiores. Los docentes podían elegir los textos a utilizar. Pero los programas, las inspecciones y las instrucciones recibidas establecían eficien-tes formas de control sobre los contenidos93. La formación docente fue el eje sobre el cual giró la consecución de los objetivos y fines educativos. Contemporáneamente, un recambio se verifica entre los historiadores. Se señalaba la existencia de obras para los maestros como las de Mitre, López, Fregeiro, Pelliza, que descuidaron la parte civil adhiriendo casi unilateral-mente a la teoría del gran hombre, olvidando a la masa anónima, al ámbito social donde se desenvuelve el héroe. Estos defectos se encontraban en los libros primarios que los copiaron, sin investigación científica, constituyendo meras narraciones fácticas sin entusiasmo ni emotividad94 . En una primera etapa, José María y Francisco Ramos Mejía, Adolfo Saldías y Lucas Ayarragaray figuran entre los historiadores a imitar95. La importancia que otorgaron a los fenómenos sociales, económicos y cultura-les, y especialmente, la reorganización del relato histórico los diferencian de los historiadores precedentes. Desde la función pública y el cultivo de géneros diferentes propusieron “nuevas lecturas del pasado y nuevas ideas acerca de los usos que se les podía dar”96. Percibieron al mundo colonial, por su culto al coraje, como raíz de males tales como la delincuencia, la anarquía y el desprecio por la ley y se debatieron entre el optimismo y las dudas que raza y ambiente les provocaban. Les preocupaba la nación y la pedagogía patriótica pero no consideraron acorde a su categoría intelectual producir material escolar97. Es con la emergencia de la Nueva Escuela Histórica que se inicia una etapa de gran importancia para la historiografía argentina y para la enseñanza de la historia y los textos escolares98. A diferencia del grupo anterior, los integrantes de la Nueva Escuela, Rómulo Carbia, Ricardo Levenne, Diego Molinari, Emilio Ravignani y Luís M. Torres fueron muy activos al respecto. Desde la enseñanza y la publicación de libros para los alumnos incidieron fuertemente en la consolidación de una nueva memoria histórica ante la demanda de “reescritura de la historia patria capaz de satis-facer las expectativas depositadas en su poder cohesionador”99. Fueron con-temporáneos a la consolidación de espacios institucionales de producción, gestión y reproducción de saberes y la valoración del rigor metodológico y los documentos como fundamento del trabajo del historiador. Nacidos en la década del ochenta e integrantes de la Argentina aluvional, consideraban su meta una historia objetiva, no sometida a presiones facciosas100. La nueva historiografía modificó la visión de la historia colonial y, consecuentemente, la imagen de España. La época virreinal fue objeto de particular atención pues se consideraba imprescindible su estudio para el conocimiento de los sucesos revolucionarios de 1810. Los textos escolares no fueron reemplazados en forma inmediata y algunos se utilizaron en los XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 958 años sucesivos pero convivieron hasta ser gradualmente desplazados por otros que evidencian los nuevos enfoques. Ejemplos de este proceso, cronológicamente ordenados, son la Crónica de la Revolución de Mayo de Vicente Fidel López, La historia argentina de los niños en cuadros de los doctores Carlos Imhoff y Ricardo Levenne y La cartilla argentina de instrucción elemental a la enseñanza de la Historia de la patria de Rómulo Carbia101. En 1909 el CNE, presidido por José María Ramos Mejía, editó e imprimió 10.000 copias de un folleto con cartas de carácter particular intercambiadas entre los iniciadores del movimiento de Mayo de 1810102. Considerada magna empresa que “invoca en días de agitación la intersección luminosa” esta obra de Vicente Fidel López se difundió en las escuelas de la capital, las provincias y los territorios nacionales103. Señala López que estas cartas carecen de autenticidad pero no de interés pues permiten conocer día a día la revolución “popular y callejera”104. Hace mención al sol refulgente de la libertad que puso fin al oprobio de la esclavitud, la imbecilidad del virrey, el absurdo de que un pueblito de Cádiz pretendiera gobernar a América y el peligro que implican los mandones del interior105. Destaca la energía pública de Buenos Aires contra los tiranos, las ventajas que acarrea la muerte del monopolio, al pueblo como quien confiere autoridad y gobierna, a los jóvenes, señoras y muchachas que festejan a la patria106. Pero también alude a la violencia, la necesidad de contener al populacho y critica al proceso revolucionario107. Señala …es un trastorno tan profundo en todo lo que era y debía ser este país, que, para mí, han abierto una brecha funesta en el orden social; en la que no hemos de cosechar sino catástrofes, guerras civiles, odios de los unos contra los otros, confusión de ideas, proyectos sin asiento seguro, innovaciones de cada día, atrope-llamiento de derechos sagrados, rivalidades mezquinas; gobiernos sin respetabilidad y un caos por último que será el complemento de la ruina porque acabaremos devorándonos unos a otros, y cayendo por fin en manos de un poder extranjero, del inglés quizás, que barrerá de esta tierra nuestra lengua, nuestra religión, nuestras familias108. Curioso homenaje le permiten estas cartas anónimas rendir a López a un proceso que, a sus ojos, abrió un período trágico en la historia argentina. Poco después se editó La historia argentina de los niños en cuadros de Imhoff y Levenne109. Profusamente ilustrada esta edición diferencia la política de los reyes, que ordenaban se tratará con benevolencia a los indígenas, de la llevada a cabo por los encomenderos que no cumplían con la Historiografía, enseñanza de la Historia… 959 legislación y explotaban cruelmente a los indios110. Se hace mención a España como la “madre patria” al analizar las restricciones económicas. Restricciones que se consideran perjudiciales para el desarrollo de las riquezas naturales y las industrias111. Referencias positivas se encuentran con respecto a la evangelización, la sabiduría de los integrantes del Consejo de Indias, los Cabildos, Carlos III y algunos virreyes112. Elocuente es el análisis de la sublevación de Tupac Amaru pues, si bien se reconoce la justicia del levantamiento por la brutal explotación a la que eran sometidos los indígenas, se señala “felizmente la sublevación fue sofocada, pues de otro modo habría importado el triunfo de la barbarie en todo el virreinato”113. El enfrentamiento entre monopolistas españoles y librecambistas criollos marca las diferencias que se percibían en el seno de la sociedad rioplatense. En las invasiones inglesas se destaca el pueblo criollo y se personaliza el fracaso español en la defensa del territorio exclusivamente en el virrey que “Al primer cañonazo de los valientes. Disparó Sobremonte con los parientes”114. Las consecuencias de las invasiones cierran una etapa que se continúa en un nuevo apartado denominado “La Independencia”. La obe-diencia a Fernando VII no implica la obediencia a los españoles, por lo tanto, si el poder del primero caduca el pueblo quedaría en libertad de nombrar sus propias autoridades. De esta manera se establecen los fundamentos jurídicos de la revolución115. Los hacendados están en la miseria y “la causa única de la pobreza era el monopolio”116. Cuando Cisneros accede a abrir el puerto, la riqueza pública se incrementa más y más. Será el virrey quien ceda ante la voluntad del pueblo permitiendo la formación de un gobierno de origen popular. El texto marca nítidamente la diferencia entre el Cabildo abierto, Gran Asamblea, y el Cabildo que burla al pueblo. Los logros intelectuales de la revolución marcan la coronación del proceso117. Este texto se cierra con el Centenario señalando la riqueza y el progreso del país, la opulencia de Buenos Aires y el aporte de las colectividades generosamente acogidas. Se destaca especialmente a España con un texto que señala que “españoles y argentinos reconocen hoy los estrechos vínculos que los unen” y con una ilustración que evoca el monumento con que esta colectividad se asocia a los festejos118. Representante de la Nueva Escuela, al igual que Levenne, Rómulo Carbía es reconocido por su historia de la historiografía, múltiples investigaciones y su actividad docente. Fue autor de textos escolares pues los consideraba esenciales para la educación de los niños en los valores de la nacionalidad119. En su Cartilla Carbia incluye a la Argentina en la “raza latina” y destaca que la civilización llegó a América con la conquista europea120. Especifica que fue la nación española la que civilizó nuestros territorios por 300 años transformando a los indígenas en gente útil121. Considera al periodo colonial XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 960 como la infancia de un niño que su madre cuida como España lo hizo con Argentina razón por la cual “…como los niños hechos hombres deben amar y respetar a sus padres, así las naciones de América deben amar y respetar a España que las formó y educó en su civilización”122. Elocuente afirmación que marca la diferencia entre la versión decimonónica del proceso revolucionario y la que impone la Nueva Escuela, en una República que ya establecida enfrenta otros riesgos y requiere reformular su presente y, por ende, su pasado. CONCLUSIONES Los libros de texto primarios fueron uno de los temas centrales del proyecto educativo de la generación del ochenta. Las tareas emprendidas para su control y uniformidad en el período 1880-1905 demuestran la importancia otorgada a la educación para la construcción de la nación y la expansión de la ciudadanía. En este particular contexto, la enseñanza de la historia fue considerada fundamental y los libros escolares funcionaron como inventarios de los conocimientos que los habitantes de la Argentina debían hacer propios. Los juicios emitidos con respecto a libros nacionales y extranjeros en las diferentes instancias transparentan igualmente los cambios que se fueron produciendo en el ámbito educativo como resultado, en parte de los mismos logros del proyecto en la formación docente, pero también por el avance de una nueva visión de la Argentina que convirtieron a la historia y la geografía en uno de sus campos de disputa. En el proceso de apropiación de la historia nacional por parte de la sociedad los libros escolares fueron mucho más que simples difusores. Fueron funcionales al proyecto expandiendo y consolidando una memoria histórica consagrada por una historiografía abocada a la construcción de la nación en la que la Revolución de Mayo constituía la base simbólica indiscutida e indiscutible de la República Argentina. La valoración de la revolución requirió la identificación de enemigos cuya comparación destacara las virtudes locales. Sean denominados godos, españoles o mandones son quienes se enriquecen con medios espurios e injustos, abusan del poder y se aferran a un régimen que se cierra a alternati-vas más equitativas. Ante estos enemigos se presentan los patriotas, los argentinos, los “porteños”. Pueblo, elite y tropas conforman un todo que comparte ideas y fervor. Disidencias existen, pero los objetivos los vinculan con mayor fuerza que la que cualquier disensión pudiera tener. Esa nación nacida, en los textos analizados, con las invasiones inglesas emprende con la Revolución de Mayo un camino común. La gloria adju-dicada al proceso revolucionario es motivo de orgullo para sus herederos. Historiografía, enseñanza de la Historia… 961 Convoca a todos, a los argentinos del pasado que la llevaron a cabo, a los del presente que con su estudio incorporan sentido de pertenencia y de deber contraído con la gesta y sus autores, y a los ciudadanos del futuro, responsables de este patrimonio compartido. Esta gloriosa revolución permitió, según estos textos homogeneizados a fines del siglo XIX, dejar atrás el atraso y los defectos del largo y penoso dominio colonial. Es ese pasado colonial el que revisa la nueva historiografía que se impone a principios del siglo XX sostenida por un conjunto de historiadores que, además de ejercer la docencia fueron autores de textos escolares. Para el Centenario, en una Argentina que presenta agudas tensiones que algunos centran fundamentalmente en la inmigración, la visión de España como madre patria va difundiéndose en los textos que reflejan los avances logrados con la investigación documental. Un nuevo presente y un futuro incierto requirieron una revisión del pasado y esa revisión no podía eludir el análisis de una revolución considerada inicio y fundamento de la historia nacional. XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 962 BIBLIOGRAFÍA ALBERGUCCI, Roberto H.: Educación y estado. Organización del sistema educativo, Buenos Aires: Editorial Docencia, 1996. ALLIAUD, Andrea: Los maestros y su historia: los orígenes del magisterio argentino, Buenos Aires: Gránica, 2007. ARMOUX, Elvira N. de: “Reformulación y modelo pedagógico”, en el Compendio de la historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, en Signo y Seña, n.º 1, 1992, pp. 131-150. AUBIN, José María: Curso de historia nacional. Escrito con arreglo al nuevo programa de las escuelas comunes de la capital para 3° grado, Buenos Aires: Ángel Estrada, 1896. — Curso de historia nacional. Escrito con arreglo al nuevo programa de las escuelas co-munes. Aprobado por el CNE para 4° grado, Buenos Aires: Ángel Estrada, 1906 BERTONI, Lilia Ana: Patriotas, cosmopolitas y nacionalistas. La construcción de la na-cionalidad argentina a fines del siglo XIX, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2001. BRASLAVSKY, Cecilia: “Aprender de la historia para enseñar la historia”, en VÁZQUEZ, Zoraida y Pilar GONZALBO AIZPURU, comp.: La enseñanza de la his-toria, Washington, D.C.: OEA, 1994, pp. 75-87. CAMBÓN, R.: Breves lecciones de Historia Argentina. Arreglado al programa oficial para servir exclusivamente a niños de escuela elemental, Buenos Aires: Imprenta de Pablo E. Coni, 1884. CANDAU, Joel: Antropología de la memoria, Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión, 2002. — Memoria e identidad, Buenos Aires: Ediciones Del Sol, 2001. CARBIA, Rómulo D.: Historia crítica de la historiografía argentina (desde sus orígenes en el siglo XIX), Edición definitiva, Buenos Aires: Imprenta y casa editora “Coni”, 1940. — La Cartilla Argentina. Instrucción elemental a la enseñanza de la Historia de la Patria, Buenos Aires: Editores A. Kapelusz y Cía., 1925. CATTARUZA, Alejandro y Alejandro EUJANIAN: Políticas de la historia. Argentina 1860-1960, Buenos Aires: Alianza Editorial, 2003. DEVOTO, Fernando y Nora PAGANO: Historia de la historiografía argentina, Buenos Aires: Sudamericana, 2009. DEVOTO, Fernando J.: Nacionalismo, fascismo y tradicionalismo en la Argentina mo-derna. Una historia, Buenos Aires: Siglo Veintiuno de Argentina Editores, 2002. DOMÍNGUEZ, Luís: Historia argentina, Buenos Aires: Imprenta del Orden, 1861. EL MONITOR DE LA EDUCACIÓN COMÚN, Tomos I-XXXV, 1880-1910. ESCUDÉ, Carlos: El fracaso del proyecto argentino. Educación e ideología, Buenos Aires: Instituto Torcuato Di Tella/Conicet, 1990. FREGEIRO, C. I.: Compendio de la Historia Argentina. Desde el descubrimiento del Nue-vo Mundo (1492) hasta la muerte de Dorrego (1828) seguido de un sumario histórico que comprende los principales acontecimientos ocurridos hasta 1862, 2ª ed. Corregida y aumentada, Buenos Aires: Igon hermanos, 1881. FREGEIRO, Clemente: Lecciones de Historia Argentina profesadas en el Colegio Nacio-nal de la capital y arregladas al nuevo programa, 9ª ed., Buenos Aires: Librería “Riva-davia” de G. Mendesky e hijo, 1910. FUNES, Gregorio: “Bosquejo de nuestra Revolución desde el 25 de mayo de 1810 hasta la apertura del Congreso Nacional el 25 de marzo de 1816”, en FUNES, Gregorio: Ensayo de la historia civil de Buenos Aires, Tucumán y Paraguay, 2ª ed., t. 2, Buenos Aires: Imprenta Bonaerense, 1856, pp. 363-400. Historiografía, enseñanza de la Historia… 963 — Ensayo de la historia civil de Buenos Aires, Tucumán y Paraguay, 2ª ed., t. 2, Buenos Aires: Imprenta Bonaerense, 1856. GROSSO, Alfredo Bartolomé: Curso de historia nacional, Buenos Aires: Librería Económica, 1909. GUTIÉRREZ, Juan M.: La historia argentina al alcance de los niños. Desde el descubri-miento hasta la adopción de la Constitución Nacional, cuyo espíritu se esplica en este compendio histórico, 12ª edición corregida, Buenos Aires: Carlos Casavalle editor, 1893. HALPERIN DONGHI, Túlio: Ensayos de historiografia, Buenos Aires: Ediciones el Cielo por Asalto, 1996. IMHOFF, Carlos y Ricardo LEVENNE: La historia Argentina de los niños en cuadros, Buenos Aires: Librería Nacional de J. Lajouane & Cia. Editores, 1910. LARRAIN, Nicanor: Compendio de Historia Argentina para el uso de las escuelas y cole-gios de la República, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885. LÓPEZ, Vicente Fidel: Crónica de la Revolución de Mayo, Buenos Aires: Editorial Futuro S.R.L., 1960. — Historia de la revolución Argentina desde sus precedentes hasta el derrocamiento de la tiranía en 1852, Buenos Aires: Carlos Casavalle, editor, 1881a. — La revolución argentina. Sus orígenes, sus guerras y su desarrollo político hasta 1830, Buenos Aires: Imprenta y librería de Mayo de Carlos Casavalle, 1881b. — Manual de la Historia Argentina dedicado a los maestros y profesores que la enseñan, Buenos Aires: Imprenta y librería de Mayo de Carlos Casavalle, 1896. — Historia de la República Argentina, Su origen, su revolución y su desarrollo político hasta 1852, Buenos Aires: Carlos Casavalle, editor, 1883. LUNA, Antonino: Historia de la República Argentina y de las del Paraguay y Banda oriental desde el descubrimiento hasta nuestros días para el uso de sus escuelas, Bue-nos Aires: Imprenta de Pablo E. Coni, especial para obras, 1878. MADERO, Roberto: La historiografía entre la república y la nación: el caso de Vicente Fidel López, Buenos Aires: Catálogos, 2005. MANSO, Juana: Compendio de Historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata des-de su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881. MARTÍNEZ, Benigno T.: Curso elemental de Historia Argentina. Arreglado para el uso de los colegios nacionales y escuelas normales con notas críticas y de interés para los profesores y los alumnos, 2° ed., notablemente aumentada y corregida. Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885. — Nociones de historia argentina extractadas del resumen del curso de historia del profe-sor del Colegio Nacional del Uruguay. Aprobado por el Consejo General de Educación y por la Dirección de escuelas de la Provincia de Buenos Aires, 12° ed., Texto arre-glado al programa oficial para 3°, 4° y 5° grado de las escuelas comunes, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1895. — Nociones de historia argentina. Aprobado por el Consejo General de Educación de la Provincia de Buenos Aires, 6° ed., Texto arreglado al programa oficial para 3°, 4° y 5° grado de las escuelas comunes, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1888. MITRE, Bartolomé: Galería de celebridades Argentinas. Biografías de los personajes más notables del Río de la Plata, Buenos Aires: Ledouz y Vignal, editores, 1857. — Historia de Belgrano y de la independencia argentina, Buenos Aires: Ediciones Es-trada, 1947. MORENO, Manuel: “Vida del doctor Mariano Moreno” en Museo Histórico Nacional. Memorias y autobiografías, Buenos Aires: Imprenta de M.A. de Rosas, 1910. NORA, Pierre dir.: Les Lieux de Mémoire, París: Gallimard, 1984-1992. XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 964 NÚÑEZ, Ignacio: Noticias históricas de la República Argentina, 2ª ed. Corregida y au-mentada por el hijo del autor Julio Núñez, Buenos Aires: Litografía, Imprenta y encua-dernación de Guillermo Kraft, 1898. — Noticias históricas de la República Argentina, Buenos Aires: Imprenta de Mayo, 1857. — “Revista política de la Revolución de las Provincias Unidas del Río de la Plata, del carácter y curso de ella y de la organización social con que ha terminado” en NÚÑEZ, Ignacio: Noticias históricas de la República Argentina, 2ª ed. Corregida y aumentada por el hijo del autor Julio Núñez, Buenos Aires: Litografía, Imprenta y encuadernación de Guillermo Kraft, 1898, pp. 388-415. OSZLAK, Oscar: La formación del Estado argentino, Buenos Aires: Editorial Planeta Ar-gentina, 1999. PALTI, Elías José. “La Historia de Belgrano de Mitre y la problemática concepción de un pasado nacional”, en Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emi-lio Ravignani”, 2000, Tercera serie, n.º 21, 75-98. — La nación como problema. Los historiadores y la “cuestión nacional”, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2002. PELLIZA, Mariano A.: Historia Argentina al alcance de los niños. Texto preparado para las escuelas primarias, Buenos Aires: Juan A. Alsina, editor, 1892. — Historia Argentina al alcance de los niños. Nueva edición, Buenos Aires: Félix La-jouane, editor, 1898. PILIA DE ASSUNÇÃO, Nelda y Aurora RAVINA, editoras: Mayo de 1810. Entre la his-toria y la ficción discursiva, Buenos Aires: Biblos, 1999. PIZZURNO, Pablo: La escuela primaria, Buenos Aires: Libros para el maestro edición hecha por El Monitor de la Educación Común, 1906. POGGI, Marta Mercedes: “Los libros escolares primarios y la enseñanza de la historia, 1880-1905”, en V Jornadas de Investigadores del Departamento de Historia, Mar del Plata, Facultad de Humanidades, 2004, publicado en CD Rom. POGGI, Marta Mercedes: “Los libros escolares y la construcción de la ciudadanía, 1880-1890”, en IX Jornadas Interescuelas, Departamento de Historia, Córdoba, 2003, publi-cado en CD Rom. — “Una Nación en construcción. La Revolución de Mayo en los textos escolares, 1880-1905”, en XII Jornadas Interescuelas / Departamentos de Historia, San Carlos de Bari-loche, 2009, publicado en CD Rom. PUIGGRÓS, Adriana: Sujetos, disciplina y curriculum en los orígenes del sistema educa-tivo argentino 1885/1916, Buenos Aires: Galerna, 1990. RIEKENBERG, Michael, comp.: Latinoamérica: Enseñanza de la historia, libros de texto y conciencia histórica, Buenos Aires: Alianza Editorial/Flacso/ Georg Eckert Instituts, 1991. RODRÍGUEZ, Martha y Palmira DOBAÑO FERNÁNDEZ, comp.: Los libros de texto como objeto de estudio. Una apreciación desde la historia, Buenos Aires: Editorial La Colmena, 2001. ROMERO, Luís Alberto (coord.): La Argentina en la escuela. La idea de nación en los textos escolares, Buenos Aires: Siglo XXI Editores Argentina, 2004. ROSSI, Pablo: El pasado, la memoria, el olvido. Ocho ensayos de historia de las ideas, Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión, 2003. SAAB, Jorge; Carlos SUÁREZ; José MARISTANY y Laura SÁNCHEZ: “De Fregeiro a Levene. Apuntes para una historia de los manuales de historia” en RODRÍGUEZ, Martha y Palmira DOBAÑO FERNÁNDEZ, comp.: Los libros de texto como objeto de estudio. Una apreciación desde la historia, Buenos Aires: Editorial La Colmena, 2001, pp. 55-87. SHUMWAY, Nicolas: La invención de la Argentina. Historia de una idea, Buenos Aires: Emecé Editores, 1995. Historiografía, enseñanza de la Historia… 965 TEDESCO, Juan Carlos: Educación y sociedad en la Argentina 1880-1945, Prólogo de Gregorio Weinberg, Buenos Aires: Ediciones del Solar, 1986. TUFRÓ, Juan: Nociones de Historia General según E. Lavisse. Traducido del francés, y adaptado a los nuevos programas oficiales de fecha del 22 de diciembre de 1887 para 5° y 6° grado, [s.l.]: Félix Lajouane editor, 1890. WAINERMAN, Catalina y Mariana HEREDIA: ¿Mamá amasa la masa? Cien años de li-bros de lectura de la escuela primaria, Buenos Aires: Editorial de Belgrano, 1999. YERUSHALMI, Yosef; Nicole LORAUX; Hans MOMMSEN; Jean-Claude MILNER y Gianni VATTIMO: Usos del olvido. Comunicaciones al coloquio de Royaumont, Bue-nos Aires: Ediciones Nueva Visión, 1998. XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 966 NOTAS 1 Para la relación construcción de la nación – educación y el proyecto educativo de la genera-ción del ochenta ver Fernando J. Devoto: Nacionalismo, fascismo y tradicionalismo en la Argentina moderna. Una historia, Buenos Aires: Siglo Veintiuno de Argentina Edito-res, 2002; Lilia Ana Bertoni: Patriotas, cosmopolitas y nacionalistas. La construcción de la nacionalidad argentina a fines del siglo XIX, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2001; Oscar Oszlak: La formación del Estado argentino, Buenos Aires: Editorial Planeta Argentina, 1999; Roberto H. Albergucci: Educación y estado. Organi-zación del sistema educativo, Buenos Aires: Editorial Docencia, 1996; Adriana Puig-grós: Sujetos, disciplina y curriculum en los orígenes del sistema educativo argentino 1885/1916, Buenos Aires: Galerna, 1990; Juan Carlos Tedesco: Educación y sociedad en la Argentina 1880-1945, Prólogo de Gregorio Weinberg, Buenos Aires: Ediciones del Solar, 1986. 2 Oscar Oszlak: La formación del Estado argentino, Buenos Aires: Editorial Planeta Ar-gentina, 1999. 3 Marta Mercedes Poggi: “Los libros escolares primarios y la enseñanza de la historia, 1880-1905”, en V Jornadas de Investigadores del Departamento de Historia, Mar del Plata, Facultad de Humanidades, 2004, CD Rom. 4 Fernando Devoto y Nora Pagano: Historia de la historiografía argentina, Buenos Aires: Sudamericana, 2009; Cattaruza, Alejandro y Alejandro Eujanian: Políticas de la histo-ria. Argentina 1860-1960, Buenos Aires: Alianza Editorial, 2003. 5 Juan Carlos Tedesco: Educación y sociedad en la Argentina 1880-1945, Prólogo de Gre-gorio Weinberg, Buenos Aires: Ediciones del Solar, 1986; Carlos Escudé: El fracaso del proyecto argentino. Educación e ideología, Buenos Aires: Instituto Torcuato Di Te-lla/Conicet, 1990; Michael Riekenberg, comp.: Latinoamérica: enseñanza de la histo-ria, libros de texto y conciencia histórica, Buenos Aires: Alianza Editorial/Flacso/ Ge-org Eckert Instituts, 1991; Lilia Ana Bertoni: Patriotas, cosmopolitas y nacionalistas. La construcción de la nacionalidad argentina a fines del siglo XIX, Buenos Aires: Fon-do de Cultura Económica, 2001; Cecilia Braslavsky: “Aprender de la historia para en-señar la historia”, en Zoraida Vázquez y Pilar Gonzalbo Aizpuru, comp.: La enseñanza de la historia, Washington, D.C.: OEA, 1994, pp. 75-87; Catalina Wainerman y Maria-na Heredia: ¿Mamá amasa la masa? Cien años de libros de lectura de la escuela pri-maria, Buenos Aires: Editorial de Belgrano, 1999; Martha Rodríguez y Palmira Doba-ño Fernández, comp.: Los libros de texto como objeto de estudio. Una apreciación desde la historia, Buenos Aires: Editorial La Colmena, 2001; Luís Alberto Romero (coord.): La argentina en la escuela. La idea de nación en los textos escolares, Buenos Aires: Siglo XXI Editores Argentina, 2004; Marta Mercedes Poggi: “Los libros escola-res y la construcción de la ciudadanía, 1880-1890”, en IX Jornadas Interescuelas, Córdoba, Departamento de Historia, 2003, CD Rom; Roberto H. Albergucci: Educa-ción y estado. Organización del sistema educativo, Buenos Aires: Editorial Docencia, 1996; Roberto H. Albergucci.: Educación y estado. Organización del sistema educati-vo, Buenos Aires: Editorial Docencia, 1996; Andrea Alliaud: Los maestros y su histo-ria: los orígenes del magisterio argentino, Buenos Aires: Gránica, 2007. 6 Para memoria-historia-identidad ver Joel Candau: Memoria e identidad, Buenos Aires: Ediciones Del Sol, 2001; Joel Candau: Antropología de la memoria, Buenos Aires: Edi-ciones Nueva Visión, 2002; Pablo Rossi: El pasado, la memoria, el olvido. Ocho ensa-yos de historia de las ideas, Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión, 2003; Yosef Ye-rushalmi; Nicole Loraux; Hans Mommsen; Jean-Claude Milner y Gianni Vattimo: Usos Historiografía, enseñanza de la Historia… 967 del olvido. Comunicaciones al coloquio de Royaumont, Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión, 1998; Nora, Pierre dir.: Les Lieux de Mémoire, París: Gallimard, 1984-1992. 7 Para lugares de memoria ver Pierre Nora dir.: Les Lieux de Mémoire, París: Gallimard, 1984-1992 y para la Revolución de Mayo como lugar de memoria ver Marta Mercedes Poggi: “Una nación en construcción. La Revolución de Mayo en los textos escolares, 1880-1905” en XII Jornadas Interescuelas / Departamentos de Historia, San Carlos de Bariloche, 2009, Publicado en CD Rom; Nelda Pilia de Assunção y Aurora Ravina edi-toras: Mayo de 1810. Entre la historia y la ficción discursiva, Buenos Aires: Biblos, 1999. Para la relación entre historiografía y construcción de la nación ver Nicolas Shum-way: La invención de la Argentina. Historia de una idea, Buenos Aires: Emecé Editores, 1995; Túlio Halperin Donghi: Ensayos de historiografia, Buenos Aires: Ediciones el Cie-lo por Asalto, 1996; Elias Palti: La nación como problema. Los historiadores y la “cues-tión nacional”, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2002; Lilia Ana Bertoni: Patriotas, cosmopolitas y nacionalistas. La construcción de la nacionalidad argentina a fines del siglo XIX, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2001; Devoto, Fer-nando J.: Nacionalismo, fascismo y tradicionalismo en la Argentina moderna. Una his-toria, Buenos Aires: Siglo XXI de Argentina Editores, 2002; Alejandro Cattaruza y Alejandro Eujanian: Políticas de la historia. Argentina 1860-1960, Buenos Aires: Ali-anza Editorial, 2003. 8 Marta Mercedes Poggi: “Una nación en construcción. La Revolución de Mayo en los tex-tos escolares, 1880-1905” en XII Jornadas Interescuelas / Departamentos de Historia, San Carlos de Bariloche, 2009, Publicado en CD Rom. 9 Publicación oficial y periódica del Consejo Nacional de Educación (CNE), de distribución gratuita y difusión nacional que comenzó a publicarse en noviembre de 1881. 10 Gregorio Funes: Ensayo de la historia civil de Buenos Aires, Tucumán y Paraguay, 2ª ed., t. 2, Buenos Aires: Imprenta Bonaerense, 1856; Gregorio Funes: “Bosquejo de nuestra revolución desde el 25 de mayo de 1810 hasta la apertura del Congreso Nacional el 25 de marzo de 1816” en Gregorio Funes: Ensayo de la historia civil de Buenos Aires, Tu-cumán y Paraguay, 2ª ed., t. 2, Buenos Aires: Imprenta Bonaerense, 1856, pp. 363-400; Vicente Fidel López: Historia de la Revolución Argentina desde sus precedentes hasta el derrocamiento de la tiranía en 1852, Buenos Aires: Carlos Casavalle, editor, 1881a; Vicente Fidel López: La Revolución Argentina. Sus orígenes, sus guerras y su desarro-llo político hasta 1830, Buenos Aires: Imprenta y librería de Mayo de Carlos Casavalle, 1881b; Vicente Fidel López: Manual de la historia argentina dedicado a los maestros y profesores que la enseñan, Buenos Aires: Imprenta y librería de Mayo de Carlos Casa-valle, 1896; Vicente Fidel López: Historia de la República Argentina, Su origen, su re-volución y su desarrollo político hasta 1852, Buenos Aires: Carlos Casavalle, editor, 1883; Bartolomé Mitre: Galería de celebridades argentinas. Biografías de los persona-jes más notables del Río de la Plata, Buenos Aires: Ledouz y Vignal, editores, 1857; Bartolomé Mitre: Historia de Belgrano y de la independencia argentina, Buenos Aires: Ediciones Estrada, 1947; Manuel Moreno: “Vida del doctor Mariano Moreno” en Mu-seo Histórico Nacional. Memorias y autobiografías, Buenos Aires: Imprenta de M. A. de Rosas, 1910; Ignacio Núñez: Noticias históricas de la República Argentina, 2ª ed. Corregida y aumentada por el hijo del autor Julio Núñez, Buenos Aires: Litografía, Im-prenta y encuadernación de Guillermo Kraft, 1898; Ignacio Núñez: Noticias históricas de la República Argentina, Buenos Aires: Imprenta de Mayo, 1857; Ignacio Núñez: “Revista política de la revolución de las Provincias Unidas del Río de la Plata, del carácter y curso de ella y de la organización social con que ha terminado” en Ignacio Núñez: Noticias históricas de la República Argentina, 2ª ed. Corregida y aumentada XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 968 por el hijo del autor Julio Núñez, Buenos Aires: Litografía, Imprenta y encuadernación de Guillermo Kraft, 1898, pp. 388-415. 11 Bartolomé Mitre: Galería de celebridades argentinas. Biografías de los personajes más notables del Río de la Plata, Buenos Aires: Ledouz y Vignal, editores, 1857, p. 52; Bar-tolomé Mitre: Historia de Belgrano y de la independencia argentina, t.1, Buenos Aires: Ediciones Estrada, 1947, pp. 221. Cita tomada del Daily Advertiser, Londres, 14 de septiembre de 1807. 12 Bartolomé Mitre: Historia de Belgrano y de la independencia argentina, t.1, Buenos Aires: Ediciones Estrada, 1947, pp. 309, 311-312. 13 Bartolomé Mitre: Historia de Belgrano y de la independencia argentina, t.1, Buenos Aires: Ediciones Estrada, 1947, pp. 113. 14 Para la polémica Mitre-López ver Roberto Madero: La historiografía entre la república y la nación: el caso de Vicente Fidel López, Buenos Aires: Catálogos, 2005. Ver también Túlio Halperin Donghi: Ensayos de historiografia, Buenos Aires: Ediciones el Cielo por Asalto, 1996, p. 47; Nelda Pilia de Assunção y Aurora Ravina, editoras: Mayo de 1810. Entre la historia y la ficción discursiva, Buenos Aires: Biblos, 1999, pp. 36-37; Fer-nando J. Devoto: Nacionalismo, fascismo y tradicionalismo en la Argentina moderna. Una historia, Buenos Aires: Siglo Veintiuno de Argentina Editores, 2002, p. 9, nota 11; Alejandro Cattaruza y Alejandro Eujanian: Políticas de la historia. Argentina 1860-1960, Buenos Aires: Alianza Editorial, 2003, pp. 23-28, 32, 60-67. 15 Vicente Fidel López: Historia de la Revolución Argentina desde sus precedentes hasta el derrocamiento de la tiranía en 1852, Buenos Aires: Carlos Casavalle, editor, 1881a, introducción; Vicente Fidel López: La Revolución Argentina. Sus orígenes, sus guerras y su desarrollo político hasta 1830, Buenos Aires: Imprenta y librería de Mayo de Car-los Casavalle, 1881b, advertencia; Vicente Fidel López: Historia de la República Ar-gentina, Su origen, su revolución y su desarrollo político hasta 1852, Buenos Aires: Carlos Casavalle, editor, 1883, pp. VI-IX, XVIII, LIV- LX. 16 Vicente Fidel López: Historia de la República Argentina, Su origen, su revolución y su desarrollo político hasta 1852, Buenos Aires: Carlos Casavalle, editor, 1883, p. XVIII. 17 Bartolomé Mitre: Galería de celebridades argentinas. Biografías de los personajes más notables del Río de la Plata, Buenos Aires: Ledouz y Vignal, editores, 1857, pp. 53-54, 61, 64; Bartolomé Mitre: Historia de Belgrano y de la independencia argentina, t.1, Buenos Aires: Ediciones Estrada, 1947, pp. 193, 252-255, 353. 18 Bartolomé Mitre: Galería de celebridades argentinas. Biografías de los personajes más notables del Río de la Plata, Buenos Aires: Ledouz y Vignal, editores, 1857, p. 64. Ver también Bartolomé Mitre: Historia de Belgrano y de la independencia argentina, t.1, Buenos Aires: Ediciones Estrada, 1947, pp. 353-356, 361. Esta caracterización de la re-volución se reitera en la Biografía de Rivadavia de Juan María Gutiérrez. En Bartolomé Mitre: Galería de celebridades argentinas. Biografías de los personajes más notables del Río de la Plata, Buenos Aires: Ledouz y Vignal, editores, 1857, pp. 18-21. 19 Bartolomé Mitre: Galería de celebridades argentinas. Biografías de los personajes más notables del Río de la Plata, Buenos Aires: Ledouz y Vignal, editores, 1857, p. 69. 20 Bartolomé Mitre: Galería de celebridades argentinas. Biografías de los personajes más nota-bles del Río de la Plata, Buenos Aires: Ledouz y Vignal, editores, 1857, pp. 65-71; Bartolomé Mitre: Historia de Belgrano y de la independencia argentina, t.1, Buenos Aires: Ediciones Es-trada, 1947, pp. 364-368,373, 377-381, 385-386, 390. 21 Bartolomé Mitre: Galería de celebridades argentinas. Biografías de los personajes más nota-bles del Río de la Plata, Buenos Aires: Ledouz y Vignal, editores, 1857, pp. 53-54, 61, 64; Bar- Historiografía, enseñanza de la Historia… 969 tolomé Mitre: Historia de Belgrano y de la independencia argentina, t.1, Buenos Aires: Edi-ciones Estrada, 1947, pp. 193, 252-255, 353. 22 Bartolomé Mitre: Galería de celebridades argentinas. Biografías de los personajes más nota-bles del Río de la Plata, Buenos Aires: Ledouz y Vignal editores, 1857, pp. 53-57, 61; Barto-lomé Mitre: Historia de Belgrano y de la independencia argentina, t.1, Buenos Aires: Edicio-nes Estrada, 1947, pp. 196, 200-201, 210, 215, 254, 257, 259, 290, 328, 360-362, 379-386. 23 Bartolomé Mitre: Historia de Belgrano y de la independencia argentina, t.1, Buenos Aires: Ediciones Estrada, 1947, pp. 58-68, 77-78, 101, 396. 24 Vicente Fidel López: La Revolución Argentina. Sus orígenes, sus guerras y su desarro-llo político hasta 1830, t. 1, Buenos Aires: Imprenta y librería de Mayo de Carlos Casa-valle, 1881b, pp. 17-18; Vicente Fidel López: Manual de la historia argentina dedicado a los maestros y profesores que la enseñan, Buenos Aires: Imprenta y librería de Mayo de Carlos Casavalle, 1896, p. 21. 25 Para las referencias de Mitre a obras y autores previos y contemporáneos ver Bartolomé Mitre: Historia de Belgrano y de la independencia argentina, t. 1, Buenos Aires: Edi-ciones Estrada, 1947, pp. 17-22, 33, 36, 51-53, 245, 363, 385; Bartolomé Mitre: Galer-ía de celebridades argentinas. Biografías de los personajes más notables del Río de la Plata, Buenos Aires: Ledouz y Vignal, editores, 1857, pp. 64, 124. 26 Túlio Halperin Donghi: Ensayos de historiografia, Buenos Aires: Ediciones el Cielo por Asalto, 1996, p. 43. 27 Clemente Fregeiro: Lecciones de historia argentina profesadas en el Colegio Nacional de la capital y arregladas al nuevo programa, 9ª ed., Buenos Aires: Librería “Rivada-via” de G. Mendesky e hijo, 1910, 1° parte, pp.18-22. 28 Rómulo D. Carbia: Historia crítica de la historiografía argentina (desde sus orígenes en el siglo XIX), Edición definitiva, Buenos Aires: Imprenta y casa editora “Coni”, 1940, pp. 287-301. Para la política aplicada al respecto ver Poggi, Marta Mercedes: “Los li-bros escolares primarios y la enseñanza de la historia, 1880-1905”, en V Jornadas de Investigadores del Departamento de Historia, Mar del Plata, Facultad de Humanidades, 2004, publicado en CD Rom. Una opinión favorable de Mitre era fundamental para los autores que no se privaban de hacerla constar en los prefacios de sus escritos, además de incluir tanto citas como alusiones a su obra. Citan a Mitre explícitamente: Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, p. 170; Fregeiro, C. I.: Compendio de la historia argentina. Desde el descubrimiento del Nuevo Mundo (1492) hasta la muerte de Dorrego (1828) seguido de un sumario histórico que comprende los principales acontecimientos ocurridos hasta 1862, 2ª ed. Corregida y aumentada, Buenos Aires: Igon hermanos, 1881, pp. 6, 162; Nicanor Larrain: Compen-dio de historia argentina para el uso de las escuelas y colegios de la República, Bue-nos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, advertencia, p. 100. 29 Para inventariar los libros de textos y su filiación historiográfica ver Rómulo D. Carbia: Historia crítica de la historiografía argentina (desde sus orígenes en el siglo XIX), Edi-ción definitiva, Buenos Aires: Imprenta y casa editora “Coni”, 1940 y Lilia Ana Berto-ni: Patriotas, cosmopolitas y nacionalistas. La construcción de la nacionalidad argen-tina a fines del siglo XIX, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2001. Para escuela y nación ver Fernando J. Devoto: Nacionalismo, fascismo y tradicionalismo en la Argentina moderna. Una historia, Buenos Aires: Siglo Veintiuno de Argentina Edi-tores, 2002; para la influencia de Mitre en la educación formal y la constitución de la historia liberal porteña en historia oficial ver Elías José Palti: “La historia de Belgrano de Mitre y la problemática concepción de un pasado nacional”, en Boletín del Instituto XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 970 de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani”, 2000, Tercera serie, N.º 21, pp. 75-98; Nicolás Shumway: La invención de la Argentina. Historia de una idea, Buenos Aires: Emecé Editores, 1995; Fernando J. Devoto: Nacionalismo, fascis-mo y tradicionalismo en la Argentina moderna. Una historia, Buenos Aires: Siglo Veintiuno de Argentina Editores, 2002 y Fernando Devoto, y Nora Pagano: Historia de la historiografía argentina, Buenos Aires: Sudamericana, 2009. 30 El Monitor de la Educación Común, t. II, N.º 27 (1883), pp. 259-261; t. III, N.º 50 (1884), pp. 308-309; t. VI, N.º 110 (1887), pp. 316-317 y N.º 120 (1887), pp. 752 y ss; t. VIII, N.º 145(1888), p. 229 y N.º 153 (1889), pp. 679-680; año XI, N.º 154 (1889), pp. 713 y ss.; t. XI, N.º218 (1892), pp. 490-499; t. XII-XIII, N.º 245 (1894), pp. 775-776; N.º 247 (1894), p. 855; t. XV, N.º 298 (1898), pp. 859-861; t. XVI, N.º 303 (1898), p. 144; XVII, N.º 339 (1901), p. 1127. 31 El Monitor de la Educación Común, t. XI, N.º220 (1892), pp. 562-568; t. XV, N.º 283 (1897), pp. 97-107; t. XVI, N.º 314 (1899), p. 626; t. XVIII, N.º 344 (1901), pp. 193-194, 202-210; t. XXIV, N.º 413 o 2° serie N.º 33 (1907), pp. 438-441. El Monitor de la Educación Común presenta modelos de clase a seguir y recomendaciones para la apli-cación de los programas que contribuían a pautar la actividad docente. Ver El Monitor de la Educación Común, t. XI, N.º 203 (1891), pp. 53-58; t. XV, N.º 250 (1894), pp. 984-988; t. XV, N.º 294 (1897), pp. 626-627; t. XV, N.º 299 (1898), pp. 911-912. Para progra-mas de estudios y formación de ciudadanos ver Escudé, Carlos: El fracaso del proyecto argentino. Educación e ideología, Buenos Aires: Instituto Torcuato Di Tella/Conicet, 1990, pp. 1-4; Lilia Ana Bertoni: Patriotas, cosmopolitas y nacionalistas. La construc-ción de la nacionalidad argentina a fines del siglo XIX, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2001, pp. 45-46. Para formación de maestros ver Andrea Alliaud: Los maestros y su historia: los orígenes del magisterio argentino, Buenos Aires: Gránica, 2007. 32 El Monitor de la Educación Común, t. XI, N.º 218 (1892), pp. 490-499; t. XII-XIII, N.º 247 (1894), p. 855; t. XV, N.º 298 (1898), pp. 859-861; t. XVI, N.º 303 (1898), p. 144; t. XVII, N.º 339 (1901), p. 1127. En 1901 se presentaron 122 libros de historia. Ver El Monitor de la Educación Común, t. XVII, N.º 334 (1900), pp. 850-851; N.º 339 (1901), p. 1127; t. XVIII, N.º 341 (1901), pp. 46-48. 33 El Monitor de la Educación Común, t. XX, N.º 385 (2°serie N.º 5) (1905), CLXXV; t. XXIV, N.º 409 (2° serie N.º 29) (1907), p. 109. 34 Pablo Pizzurno: La escuela primaria, Buenos Aires: Libros para el maestro edición hecha por El Monitor de la Educación Común, 1906, pp. 34, 44, 99-106. 35 La historia general estaba representada fundamentalmente por la traducción y adaptación de un texto de Ernest Lavisse realizadas por Juan Tufró que incluye referencias a las invasiones inglesas, el 25 de mayo, las expediciones libertadoras y datos biográficos de San Martín y Bolivar. Tufró, Juan: Nociones de historia general según E. Lavisse. Tra-ducido del francés, y adaptado a los nuevos programas oficiales de fecha del 22 de di-ciembre de 1887 para 5° y 6° grado, [s.l.]: Félix Lajouane editor, 1890, pp. 132-138. Para la utilización del manual de Lavisse durante la III República francesa ver Nora, Pierre dir.: Les Lieux de Mémoire, París: Gallimard, 1984-1992. 36 Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881. Los cuestionarios de recapitulación eran usuales, ver Mariano A. Pelliza: Historia argentina al alcance de los niños. Nueva edición, Buenos Aires: Félix Lajouane, editor, 1898; Juan M. Gutiérrez: La historia argentina al alcance de los niños. Desde el descubri-miento hasta la adopción de la Constitución Nacional, cuyo espíritu se esplica en este Historiografía, enseñanza de la Historia… 971 compendio histórico, 12ª edición corregida, Buenos Aires: Carlos Casavalle editor, 1893. 37 R. Cambón: Breves lecciones de historia argentina. Arreglado al programa oficial para servir exclusivamente a niños de escuela elemental, Buenos Aires: Imprenta de Pablo E. Coni, 1884; Luís Domínguez: Historia argentina, Buenos Aires: Imprenta del Or-den, 1861; Benigno T. Martínez: Curso elemental de historia argentina. Arreglado pa-ra el uso de los colegios nacionales y escuelas normales con notas críticas y de interés para los profesores y los alumnos, 2° ed., notablemente aumentada y corregida. Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885; Benigno T. Martínez: Nociones de historia ar-gentina extractadas del resumen del curso de historia del profesor del Colegio Nacio-nal del Uruguay. Aprobado por el Consejo General de Educación y por la Dirección de escuelas de la Provincia de Buenos Aires, 12° ed., Texto arreglado al programa oficial para 3°, 4° y 5° grado de las escuelas comunes, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1895; Benigno T. Martínez: Nociones de historia argentina. Aprobado por el Consejo General de Educación de la Provincia de Buenos Aires, 6° ed., Texto arreglado al pro-grama oficial para 3°, 4° y 5° grado de las escuelas comunes, Buenos Aires: Igon Her-manos editores, 1888. 38 El Monitor de la Educación Común, t. II, N.º 23 (1883), pp. 75-78; t. XI, N.º 203 (1891), pp. 53-58. 39 José María Aubin: Curso de historia nacional. Escrito con arreglo al nuevo programa de las escuelas comunes de la capital para 3° grado. Buenos Aires: Ángel Estrada, 1896, pp. 58-59; Juan M. Gutiérrez: La historia argentina al alcance de los niños. Desde el descubrimiento hasta la adopción de la Constitución Nacional, cuyo espíritu se esplica en este compendio histórico, 12ª edición corregida, Buenos Aires: Carlos Casavalle edi-tor, 1893, p. 107; R. Cambón: Breves lecciones de historia argentina. Arreglado al pro-grama oficial para servir exclusivamente a niños de escuela elemental, Buenos Aires: Im-prenta de Pablo E. Coni, 1884, p. 27. 40 Alfredo Bartolomé Grosso: Curso de historia nacional, Buenos Aires: Librería Econó-mica, 1909, p. 109; Nicanor Larrain: Compendio de historia argentina para el uso de las escuelas y colegios de la República, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, p. 45. 41 Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, pp. 48-49, 65-66; Clemente Fregeiro: Lecciones de historia argentina profesadas en el Colegio Nacional de la capital y arregladas al nuevo programa, 9ª ed. Buenos Aires: Librería “Rivadavia” de G. Mendesky e hijo, 1910, p. 14. 42 Clemente Fregeiro: Lecciones de historia argentina profesadas en el Colegio Nacional de la capital y arregladas al nuevo programa. 9ª ed. Buenos Aires: Librería “Rivada-via” de G. Mendesky e hijo, 1910, advertencia de la 1° edición, 2° parte, p. 9. 43 José María Aubin: Curso de historia nacional. Escrito con arreglo al nuevo programa de las escuelas comunes de la capital para 3° grado, Buenos Aires: Ángel Estrada, 1896, pp. 50-52. 44 Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, p. 82. 45 Clemente Fregeiro: Lecciones de historia argentina profesadas en el Colegio Nacional de la capital y arregladas al nuevo programa. 9ª ed. Buenos Aires: Librería “Rivada-via” de G. Mendesky e hijo, 1910, p.14. 46 Alfredo Bartolomé Grosso: Curso de historia nacional, Buenos Aires: Librería Econó-mica, 1909, pp. 96-97. XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 972 47 Alfredo Bartolomé Grosso: Curso de historia nacional, Buenos Aires: Librería Econó-mica, 1909, p. 102. 48 Nicanor Larrain: Compendio de historia argentina para el uso de las escuelas y colegios de la República, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, pp. 45, 79-80. 49 Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, p. 96. 50 Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, pp. 82, 97; Clemente Fregeiro: Lecciones de historia argentina profesadas en el Cole-gio Nacional de la capital y arregladas al nuevo programa. 9ª ed. Buenos Aires: Li-brería “Rivadavia” de G. Mendesky e hijo, 1910, p. 14. 51 Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, p. 96; Clemente Fregeiro: Lecciones de historia argentina profesadas en el Colegio Nacional de la capital y arregladas al nuevo programa. 9ª ed. Buenos Aires: Librería “Rivadavia” de G. Mendesky e hijo, 1910, pp. 14-15. 52 Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, p. 85. 53 Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, p. 105; Alfredo Bartolomé Grosso: Curso de historia nacional, Buenos Aires: Librería Económica, 1909, p. 105. 54 Clemente Fregeiro: Lecciones de Historia Argentina profesadas en el Colegio Nacional de la Capital y arregladas al nuevo programa. 9ª ed. Buenos Aires: Librería “Rivada-via” de G. Mendesky e hijo, 1910, p. 55. 55 Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, p. 97; Alfredo Bartolomé Grosso: Curso de historia nacional, Buenos Aires: Librería Económica, 1909, p. 105. 56 Alfredo Bartolomé Grosso: Curso de historia nacional, Buenos Aires: Librería Econó-mica, 1909, p. 106; Nicanor Larrain: Compendio de Historia Argentina para el uso de las escuelas y colegios de la República, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, p. 85. 57 Nicanor Larrain: Compendio de historia argentina para el uso de las escuelas y colegios de la República, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, pp. 82-83; Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descu-brimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, pp. 100, 104, 118. 58 Clemente Fregeiro: Lecciones de historia argentina profesadas en el Colegio Nacional de la capital y arregladas al nuevo programa. 9ª ed. Buenos Aires: Librería “Rivada-via” de G. Mendesky e hijo, 1910, pp. 37-39. 59 Juana Manso: Compendio de Hhistoria de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, pp. 106-110. 60 Antonino Luna: Historia de la República Argentina y de las del Paraguay y Banda oriental desde el descubrimiento hasta nuestros días para el uso de sus escuela, Buenos Aires: Imprenta de Pablo E. Coni, especial para obras, 1878, p. 33. Historiografía, enseñanza de la Historia… 973 61 Luís Domínguez: Historia argentina, Buenos Aires: Imprenta del Orden, 1861, p. 203; José María Aubin: Curso de historia nacional. Escrito con arreglo al nuevo programa de las escuelas comunes de la capital para 3° grado, Buenos Aires: Ángel Es-trada, 1896, p. 69; Juan M. Gutiérrez: La historia argentina al alcance de los niños. Desde el descubrimiento hasta la adopción de la Constitución Nacional, cuyo espíritu se esplica en este compendio histórico, 12ª edición corregida, Buenos Aires: Carlos Ca-savalle editor, 1893, p. 102; C. I. Fregeiro: Compendio de la historia argentina. Desde el descubrimiento del Nuevo Mundo (1492) hasta la muerte de Dorrego (1828) seguido de un sumario histórico que comprende los principales acontecimientos ocurridos has-ta 1862, 2ª ed. Corregida y aumentada, Buenos Aires: Igon hermanos, 1881, pp. 6, 136; Clemente Fregeiro: Lecciones de historia argentina profesadas en el Colegio Nacional de la capital y arregladas al nuevo programa. 9ª ed. Buenos Aires: Librería “Rivada-via” de G. Mendesky e hijo, 1910, 2° parte, pp. 8-39; R. Cambón: Breves lecciones de historia argentina. Arreglado al programa oficial para servir exclusivamente a niños de escuela elemental, Buenos Aires: Imprenta de Pablo E. Coni, 1884, p. 31; Juana Manso: Compendio de Historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descu-brimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, p. 99; Juan Tufró: Nociones de Historia general según E. Lavisse. Traducido del francés, y adapta-do a los nuevos programas oficiales de fecha del 22 de diciembre de 1887 para 5° y 6° grado, [s.l.]: Félix Lajouane editor, 1890, p. 132; Benigno T. Martínez: Nociones de historia argentina. Aprobado por el Consejo General de Educación de la Provincia de Buenos Aires, 6° ed., Texto arreglado al programa oficial para 3°, 4° y 5° grado de las escuelas comunes, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1888, p. 56; Benigno T. Martínez: Curso elemental de historia argentina. Arreglado para el uso de los colegios nacionales y escuelas normales con notas críticas y de interés para los profesores y los alumnos, 2° ed., notablemente aumentada y corregida. Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, pp. 9-10. 62 Mariano A. Pelliza: Historia argentina al alcance de los niños. Texto preparado para las escuelas primarias, Buenos Aires: Juan A. Alsina, editor, 1892, p. 40; Nicanor Larrain: Compendio de historia argentina para el uso de las escuelas y colegios de la Repúbli-ca, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, p. 80. 63 Nicanor Larrain: Compendio de Historia Argentina para el uso de las escuelas y cole-gios de la República, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, p. 81. 64 Mariano A. Pelliza: Historia argentina al alcance de los niños. Texto preparado para las escuelas primarias, Buenos Aires: Juan A. Alsina, editor, 1892, p. 42. 65 Nicanor Larrain: Compendio de historia argentina para el uso de las escuelas y colegios de la República, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, p. 95; Juana Manso: Com-pendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimien-to hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, p. 126. 66 Juan M. Gutiérrez: La historia argentina al alcance de los niños. Desde el descubrimien-to hasta la adopción de la Constitución Nacional, cuyo espíritu se esplica en este com-pendio histórico, 12ª edición corregida, Buenos Aires: Carlos Casavalle editor, 1893, p. 113; R. Cambón: Breves lecciones de historia argentina. Arreglado al programa ofi-cial para servir exclusivamente a niños de escuela elemental, Buenos Aires: Imprenta de Pablo E. Coni, 1884, p. 33; Fregeiro, C. I.: Compendio de la historia argentina. Desde el descubrimiento del Nuevo Mundo (1492) hasta la muerte de Dorrego (1828) seguido de un sumario histórico que comprende los principales acontecimientos ocu-rridos hasta 1862, 2ª ed. Corregida y aumentada, Buenos Aires: Igon hermanos, 1881, p. 150; Clemente Fregeiro: Lecciones de historia argentina profesadas en el Colegio XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 974 Nacional de la capital y arregladas al nuevo programa, 9ª ed., Buenos Aires: Librería “Rivadavia” de G. Mendesky e hijo, 1910, 2º parte, p. 48; Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, p. 99; Antonino Luna: Historia de la República Argentina y de las del Paraguay y Banda oriental desde el descubrimiento hasta nuestros días para el uso de sus escuela, Buenos Aires: Imprenta de Pablo E. Co-ni, especial para obras, 1878, p. 36. 67 Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, pp. 100-101, 172. Este texto gozó de gran prestigio y difusión. Ver Marta Mercedes Poggi: “Los libros escolares y la construcción de la ciudadanía, 1880-1890”, en IX Jornadas Inter-escuelas, Departamento de Historia, Córdoba, 2003, Publicado en CD-R. 68 Juan M. Gutiérrez: La historia argentina al alcance de los niños. Desde el descubrimien-to hasta la adopción de la Constitución Nacional, cuyo espíritu se esplica en este com-pendio histórico, 12ª edición corregida, Buenos Aires: Carlos Casavalle editor, 1893, pp. 121, 125. 69 Benigno T. Martínez: Curso elemental de historia argentina. Arreglado para el uso de los colegios nacionales y escuelas normales con notas críticas y de interés para los pro-fesores y los alumnos, 2° ed., notablemente aumentada y corregida. Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, p. 10; Benigno T. Martínez: Nociones de historia argentina extractadas del resumen del curso de historia del profesor del colegio nacional del Uru-guay. Aprobado por el Consejo General de Educación y por la Dirección de escuelas de la Provincia de Buenos Aires, 12° ed., Texto arreglado al programa oficial para 3°, 4° y 5° grado de las escuelas comunes, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1895 pp. 49-51. 70 Juan Tufró: Nociones de historia general según E. Lavisse. Traducido del francés, y adaptado a los nuevos programas oficiales de fecha del 22 de diciembre de 1887 para 5° y 6° grado, [s.l.]: Félix Lajouane editor, 1890, pp. 153. Con respecto a nación y estado, su equivalencia y problemática en este periodo ver Lilia Ana Bertoni: Patriotas, cos-mopolitas y nacionalistas. La construcción de la nacionalidad argentina a fines del si-glo XIX, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2001; Fernando J. Devoto: Nacio-nalismo, fascismo y tradicionalismo en la Argentina moderna. Una historia, Buenos Aires: Siglo Veintiuno de Argentina Editores, 2002; Elias Palti: La nación como pro-blema. Los historiadores y la “cuestión nacional”, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2002. 71 Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, pp. 85-85. 72 José María Aubin: Curso de historia nacional. Escrito con arreglo al nuevo programa de las escuelas comunes de la capital para 3° grado, Buenos Aires: Ángel Estrada, 1896, p. 60; Nicanor Larrain: Compendio de historia argentina para el uso de las escuelas y colegios de la República, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, p. 80. 73 José María Aubin: Curso de historia nacional. Escrito con arreglo al nuevo programa de las escuelas comunes de la capital para 3° grado, Buenos Aires: Ángel Estrada, 1896, p. 66; Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Pla-ta desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, pp. 83-84; Juan M. Gutiérrez: La historia argentina al alcance de los niños. Des-de el descubrimiento hasta la adopción de la Constitución Nacional, cuyo espíritu se esplica en este compendio histórico, 12ª edición corregida, Buenos Aires: Carlos Casa-valle editor, 1893, p. 106. Historiografía, enseñanza de la Historia… 975 74 Antonino Luna: Historia de la República Argentina y de las del Paraguay y Banda oriental desde el descubrimiento hasta nuestros días para el uso de sus escuela, Buenos Aires: Imprenta de Pablo E. Coni, especial para obras, 1878, p. 26; R. Cambón: Breves lecciones de historia argentina. Arreglado al programa oficial para servir exclusivamente a niños de escuela elemental, Buenos Aires: Imprenta de Pablo E. Coni, 1884, p. 29. 75 Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, pp. 104-107. 76 Nicanor Larrain: Compendio de historia argentina para el uso de las escuelas y colegios de la República, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, p. 83; Benigno T. Martínez: Nociones de historia argentina extractadas del resumen del curso de historia del profesor del Colegio Nacional del Uruguay. Aprobado por el Consejo General de Educación y por la Dirección de escuelas de la Provincia de Buenos Aires, 12° ed., Texto arreglado al programa oficial para 3°, 4° y 5° grado de las escuelas comunes, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1895, pp. 49-51; José María Aubin: Curso de historia nacional. Escrito con arreglo al nuevo programa de las escuelas comunes de la capital para 3° grado, Buenos Aires: Ángel Estrada, 1896, p. 68. 77 Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, pp. 117-119; Juan M. Gutiérrez: La historia argentina al alcance de los niños. Desde el descubrimiento hasta la adopción de la Constitución Nacional, cuyo espíritu se esplica en este compendio histórico, 12ª edición corregida, Buenos Aires: Carlos Casavalle edi-tor, 1893, pp. 123-125; José María Aubin: Curso de historia nacional. Escrito con arre-glo al nuevo programa de las escuelas comunes de la capital para 3° grado, Buenos Aires: Ángel Estrada, 1896, p. 70; José María Aubin: Curso de historia nacional. Escri-to con arreglo al nuevo programa de las escuelas comunes. Aprobado por el CNE para 4° grado, Buenos Aires: Ángel Estrada, 1906, p. 89; Benigno T. Martínez: Curso ele-mental de historia argentina. Arreglado para el uso de los colegios nacionales y escue-las normales con notas críticas y de interés para los profesores y los alumnos, 2° ed., notablemente aumentada y corregida. Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, pp. 10-12; Mariano A. Pelliza: Historia Argentina al alcance de los niños. Texto prepa-rado para las escuelas primarias, Buenos Aires: Juan A. Alsina, editor, 1892, p. 46;. Ni-canor Larrain: Compendio de historia argentina para el uso de las escuelas y colegios de la República, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, p. 83. 78 Juan M. Gutiérrez: La historia argentina al alcance de los niños. Desde el descubrimien-to hasta la adopción de la Constitución Nacional, cuyo espíritu se esplica en este com-pendio histórico, 12ª edición corregida, Buenos Aires: Carlos Casavalle editor, 1893, p. 125; José María Aubin: Curso de historia nacional. Escrito con arreglo al nuevo programa de las escuelas comunes de la capital para 3° grado, Buenos Aires: Ángel Es-trada, 1896, pp. 65, 70-71; Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Uni-das del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Ai-res: Ángel Estrada, 1881, p. 102. 79 Antonino Luna: Historia de la República Argentina y de las del Paraguay y Banda oriental desde el descubrimiento hasta nuestros días para el uso de sus escuela, Buenos Aires: Imprenta de Pablo E. Coni, especial para obras, 1878, p. 34. 80 Antonino Luna: Historia de la República Argentina y de las del Paraguay y Banda oriental desde el descubrimiento hasta nuestros días para el uso de sus escuela, Buenos Aires: Imprenta de Pablo E. Coni, especial para obras, 1878, pp. 30, 35-36.. XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 976 81 Nicanor Larrain: Compendio de historia argentina para el uso de las escuelas y colegios de la República, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, p. 87. 82 Benigno T. Martínez: Curso elemental de historia argentina. Arreglado para el uso de los Colegios Nacionales y escuelas normales con notas críticas y de interés para los pro-fesores y los alumnos, 2° ed., notablemente aumentada y corregida. Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, pp. 10-12; Benigno T. Martínez: Nociones de historia argen-tina. Aprobado por el Consejo General de Educación de la Provincia de Buenos Aires, 6° ed., Texto arreglado al programa oficial para 3°, 4° y 5° grado de las escuelas comu-nes, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1888, pp. 56-57. 83 Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, p. 119; José María Aubin: Curso de historia nacional. Escrito con arreglo al nuevo programa de las escuelas comunes de la capital para 3° grado, Buenos Aires: Ángel Es-trada, 1896, p. 72; Juan M. Gutiérrez: La historia argentina al alcance de los niños. Desde el descubrimiento hasta la adopción de la Constitución Nacional, cuyo espíritu se esplica en este compendio histórico, 12ª edición corregida, Buenos Aires: Carlos Ca-savalle editor, 1893, pp. 126-128; Mariano A. Pelliza: Historia argentina al alcance de los niños. Texto preparado para las escuelas primarias, Buenos Aires: Juan A. Alsina, editor, 1892, p. 44. 84 La ejecución de Santiago de Liniers, reconocido como el héroe de la reconquista, es mencionada brevemente en los textos e incluida entre las acciones necesarias para sal-var a la Patria. Ver Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, p. 122. 85 Clemente Fregeiro: Lecciones de historia argentina profesadas en el Colegio Nacional de la capital y arregladas al nuevo programa, 9ª ed., Buenos Aires: Librería “Rivada-via” de G. Mendesky e hijo, 1910, advertencia de la 1° edición, segunda parte, pp. 10-11, 64; Nicanor Larrain: Compendio de historia argentina para el uso de las es-cuelas y colegios de la República, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, p. 93; Juan M. Gutiérrez: La historia argentina al alcance de los niños. Desde el descubri-miento hasta la adopción de la Constitución Nacional, cuyo espíritu se esplica en este compendio histórico, 12ª edición corregida, Buenos Aires: Carlos Casavalle editor, 1893, p. 132; Mariano A. Pelliza: Historia argentina al alcance de los niños. Nueva edición, Buenos Aires: Félix Lajouane, editor, 1898, pp. 46-47. 86 Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, p. 176; Antonino Luna: Historia de la República Argentina y de las del Paraguay y Banda oriental desde el descubrimiento hasta nuestros días para el uso de sus escuela, Buenos Aires: Imprenta de Pablo E. Coni, especial para obras, 1878, p. 36; Nicanor Larrain: Compendio de historia argentina para el uso de las escuelas y colegios de la Repúbli-ca, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, p. 81; Clemente Fregeiro: Lecciones de historia argentina profesadas en el Colegio Nacional de la capital y arregladas al nuevo programa, 9ª ed., Buenos Aires: Librería “Rivadavia” de G. Mendesky e hijo, 1910, 2° parte, pp. 42-43. 87 “Nuestras fuerzas se distribuyeron en las azoteas” en Juan M. Gutiérrez: La historia ar-gentina al alcance de los niños. Desde el descubrimiento hasta la adopción de la Cons-titución Nacional, cuyo espíritu se esplica en este compendio histórico, 12ª edición co-rregida, Buenos Aires: Carlos Casavalle editor, 1893, p. 110. Para el uso del “nosotros” ver Armoux, Elvira N. de: “Reformulación y modelo pedagógico en el Compendio de la Historiografía, enseñanza de la Historia… 977 historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata”, Signo y Seña, N.º 1, 1992, pp. 138.. 88 Fernando Devoto y Nora Pagano: Historia de la historiografía argentina, Buenos Aires: Sudamericana, 2009, p. 100. 89 El Monitor de la Educación Común, t. XX, N.º 385 (2° serie N.º 5), (1905), CLXXV; t. XXIV, N.º 409 (2° serie N.º 29) (1907), p. 109. 90 El Monitor de la Educación Común, t. XXXII, N.º 445 o 2° serie N.º 65 (1910), pp. 98-116. 91 El Monitor de la Educación Común, t. XX, N.º 387 o 2° serie N.º 7 (1905), pp. 684-690. 92 El Monitor de la Educación Común, t. XX, N.º 387 o 2° serie N.º 7 (1905), p. 700. 93 Marta Mercedes Poggi: “Los libros escolares primarios y la enseñanza de la historia, 1880-1905”, en V Jornadas de Investigadores del Departamento de Historia, Mar del Plata, Facultad de Humanidades, 2004, Publicado en CD Rom; Marta Mercedes Poggi: “Los libros escolares y la construcción de la ciudadanía, 1880-1890”, en IX Jornadas Interescuelas, Departamento de Historia, Córdoba, 2003, Publicado en CD-R. 94 El Monitor de la Educación Común, t. XXXII, N.º 445 o 2° serie N.º 65 (1910), pp. 98-116. 95 El Monitor de la Educación Común, t. XXXII, N.º 445 o 2° serie N.º 65 (1910), pp. 98-116. 96 Para una valoración de estos historiadores ver Fernando Devoto y Nora Pagano: Historia de la historiografía argentina, Buenos Aires: Sudamericana, 2009, p. 101. 97 Fernando Devoto y Nora Pagano: Historia de la historiografía argentina, Buenos Aires: Sudamericana, 2009, pp. 78-81, 107-112. 98 Para la Nueva Escuela Histórica ver Rómulo D. Carbia: Historia crítica de la historio-grafía argentina (desde sus orígenes en el siglo XIX), Edición definitiva, Buenos Aires: Imprenta y casa editora “Coni”, 1940; Alejandro Cattaruza y Alejandro Eujanian: Polí-ticas de la historia. Argentina 1860-1960, Buenos Aires: Alianza Editorial, 2003; Fer-nando Devoto y Nora Pagano: Historia de la historiografía argentina, Buenos Aires: Sudamericana, 2009. 99 Fernando Devoto y Nora Pagano: Historia de la historiografía argentina, Buenos Aires: Sudamericana, 2009, p. 143. 100 Fernando Devoto y Nora Pagano: Historia de la historiografía argentina, Buenos Aires: Sudamericana, 2009, pp. 145-146; Alejandro Cattaruza y Alejandro Eujanian: Políticas de la historia. Argentina 1860-1960, Buenos Aires: Alianza Editorial, 2003, p. 108. 101 El Monitor de la Educación Común (1909), t. XXIX, N.º 437, p. 401. López; Carlos Imhoff y Ricardo Levenne: La historia argentina de los niños en cuadros, Buenos Aires: Librería Nacional de J. Lajouane & Cia. Editores, 1910; Rómulo D. Carbia: La cartilla argentina. Instrucción elemental a la enseñanza de la historia de la patria, Buenos Aires: Editores A. Kapelusz y Cía., 1925. 102 El Monitor de la Educación Común (1909), t. XXIX, N.º 437, p. 401. Para la Gran sema-na de Mayo ver Jorge Saab; Carlos Suárez; José Maristany y Laura Sánchez. “De Fregeiro a Levene. Apuntes para una historia de los manuales de historia” en Martha Rodríguez y Palmira Dobaño Fernández, comp.: Los libros de texto como objeto de estudio. Una apre-ciación desde la historia, Buenos Aires: Editorial La Colmena, 2001, p. 67. 103 El Monitor de la Educación Común, t. XXXVI, N.º 425 o 2° serie N.º 45 (1908), p. 274. 104 Vicente Fidel López: Crónica de la Revolución de Mayo, Buenos Aires: Editorial Futu-ro S.R.L., 1960, p. 7. 105 Vicente Fidel López: Crónica de la Revolución de Mayo, Buenos Aires: Editorial Futu-ro S.R.L., 1960, p. 7, 12, 35, 53. 106 Vicente Fidel López: Crónica de la Revolución de Mayo, Buenos Aires: Editorial Futu-ro S.R.L., 1960, pp. 23-24, 33, 35, 45, 49, 53-55, 72. XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 978 107 Vicente Fidel López: Crónica de la Revolución de Mayo, Buenos Aires: Editorial Futu-ro S.R.L., 1960, pp. 7, 15-17, 19, 59-62, 67, 73. 108 Vicente Fidel López: Crónica de la Revolución de Mayo, Buenos Aires: Editorial Futu-ro S.R.L., 1960, p. 59. 109 Con prólogo de Joaquín V. González. 110 Carlos Imhoff y Ricardo Levenne: La historia argentina de los niños en cuadros, Buenos Aires: Librería Nacional de J. Lajouane & Cia. Editores, 1910, p. 43 111 Carlos Imhoff y Ricardo Levenne: La historia argentina de los niños en cuadros, Buenos Aires: Librería Nacional de J. Lajouane & Cia. Editores, 1910, pp. 63-64. 112 Carlos Imhoff y Ricardo Levenne: La historia argentina de los niños en cuadros, Buenos Aires: Librería Nacional de J. Lajouane & Cia. Editores, 1910, pp. 59, 65-69. 113 Carlos Imhoff y Ricardo Levenne: La historia argentina de los niños en cuadros, Buenos Aires: Librería Nacional de J. Lajouane & Cia. Editores, 1910, p. 70. 114 Carlos Imhoff y Ricardo Levenne: La historia argentina de los niños en cuadros, Buenos Aires: Librería Nacional de J. Lajouane & Cia. Editores, 1910, p. 74. 115 Carlos Imhoff y Ricardo Levenne: La historia argentina de los niños en cuadros, Buenos Aires: Librería Nacional de J. Lajouane & Cia. Editores, 1910, pp. 84-85. Interesantes son las ilustraciones que acompañan y refuerzan el texto. En la Jura a Fernando partici-pan todos sin diferencias; rechazan a Liniers sólo españoles uniformados; lo respaldan “los patriotas” tanto hombres como mujeres vestidos de civil. 116 Carlos Imhoff y Ricardo Levenne: La historia argentina de los niños en cuadros, Buenos Aires: Librería Nacional de J. Lajouane & Cia. Editores, 1910, p. 86. 117 Carlos Imhoff y Ricardo Levenne: La historia argentina de los niños en cuadros, Buenos Aires: Librería Nacional de J. Lajouane & Cia. Editores, 1910, pp. 86-92, 97. 118 Carlos Imhoff y Ricardo Levenne: La historia argentina de los niños en cuadros, Buenos Aires: Librería Nacional de J. Lajouane & Cia. Editores, 1910, p. 170. 119 Rómulo D. Carbia: La cartilla argentina. Instrucción elemental a la enseñanza de la historia de la patria, Buenos Aires: Editores A. Kapelusz y Cía., 1925, p. VII. 120 Rómulo D. Carbia: La cartilla argentina. Instrucción elemental a la enseñanza de la historia de la patria, Buenos Aires: Editores A. Kapelusz y Cía., 1925, p. 18. 121 Rómulo D. Carbia: La cartilla argentina. Instrucción elemental a la enseñanza de la historia de la patria, Buenos Aires: Editores A. Kapelusz y Cía., 1925, pp. 30-31. 122 Rómulo D. Carbia: La cartilla argentina. Instrucción elemental a la enseñanza de la historia de la patria, Buenos Aires: Editores A. Kapelusz y Cía., 1925, p. 31.
Click tabs to swap between content that is broken into logical sections.
Calificación | |
Título y subtítulo | Historiografía, enseñanza de la Historia y construcción de la memoria para el Primer Centenario. Las Canarias y la Península Ibérica en los textos escolares argentinos, 1880-1910 = Historiograpfy, education of History and construction of the memory... |
Autor principal | Poggi, Marta Merdeces |
Publicación fuente | XIX Coloquio Historia canario - americana |
Numeración | Coloquio 19 |
Tipo de documento | Congreso y conferencia |
Lugar de publicación | Las Palmas de Gran Canaria |
Editorial | Cabildo Insular de Gran Canaria |
Fecha | 2010 |
Páginas | pp. 0946-0978 |
Materias | Congreso ; Historia ; Canarias ; América ; Historiografía ; Libros de texto ; Argentina ; Educación ; Memoria histórica |
Enlaces relacionados | http://coloquioscanariasamerica.casadecolon.com/ |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 335 KB |
Texto | 946 HISTORIOGRAFÍA, ENSEÑANZA DE LA HISTORIA Y CONSTRUCCIÓN DE LA MEMORIA PARA EL PRIMER CENTENARIO. LAS CANARIAS Y LA PENÍNSULA IBÉRICA EN LOS TEXTOS ESCOLARES ARGENTINOS, 1880-1910 HISTORIOGRAPHY, EDUCATION OF HISTORY AND CONSTRUCTION OF THE MEMORY FOR THE FIRST CENTENARY. THE CANARY ISLANDS AND THE IBERIAN PENINSULA IN ARGENTINE SCHOLASTIC TEXTS, 1880-1910 Marta Mercedes Poggi RESUMEN El proceso de construcción de la na-ción emprendido en la Argentina en el siglo XIX tuvo dos proyectos entre sus basamentos, uno historiográfico y otro educativo. Ambos confluyeron en los libros escolares. Las autoridades edu-cativas implementaron un sistema de control que permite reconocer en los libros aceptados y difundidos una de-terminada visión del pasado. El éxito del proyecto historiográfico se evidencia en la construcción de una gesta fundadora. Historia y memoria otorgaron a la Revolución de Mayo de 1810 un valor nodal y los textos fueron utilizados para insertar su conoci-miento en la memoria de los argenti-nos, distinguiendo nítidamente patrio-tas y enemigos. La versión escolar de la Revolución carece de variantes en ABSTRACT The construction process of the nation started in Argentina in the 19th century had two projects between its foundings, one historiographic and the other educa-tional. Both converged in school books. The authorities in charge of education stablished a control system that allows to recognize in accepted and widespread text books, an specific view of the past. The success of the historiographic pro-cess can be identified in the cons-truction of a founding deed. History and memory gave May Revolution in 1810 a nodal value, and textbooks were used to introduce its knowledge into the argen-tines memory, distinguishing between patriots and enemies. The school version of the Revolution, in texts books during this period was unique, but was during the historiographic production of the 20th Marta Mercedes Poggi: Instituto de Estudios Históricos, Universidad Nacional de Tres de Febrero, Los Aromos 6231, Palomar (B1684BYG) - Provincia de Buenos Aires. República Argentina. mmpoggi@untref.edu.ar; martampoggi@yahoo.com.ar Historiografía, enseñanza de la Historia… 947 los libros impuestos en este periodo. Versión homogénea en los textos, no lo fue en la producción historiográfica que en el siglo XX modificó esa pers-pectiva y revalorizó el legado penin-sular. Lentamente, los textos incorpo-raron esa nueva interpretación. PALABRAS CLAVE: historia, memoria, construcción de la nación, libros esco-lares, educación, Revolución de Mayo. century that this perspective was mo-dified, and the peninsular legacy gained a new value, and was slowly incorpo-rated in textbooks. KEYWORDS: history, memory, cons-truction process of the nation, school books, education, May Revolution. El proceso de construcción de la nación emprendido en la Argentina en la segunda mitad del siglo XIX tuvo dos proyectos fuertemente articulados entre sus basamentos, uno historiográfico y otro educativo, que contribuyeron a la integración de las nuevas generaciones y la nacionalización de la población extranjera que arribaba al país1. La educación fue utilizada como vehículo privilegiado de penetración ideológica2. Los libros escolares, pautados al igual que los programas y en concordancia con estos, ocuparon un destacado lugar en este proceso constituyéndose en su mejor rastro. La historiografía se volcó en los libros de texto otorgándoles un espacio preeminente en el que resultaron eficientes transmisores. En la década de los ochenta las autoridades educativas implementaron un sistema de control sobre los textos a utilizar en las escuelas. Este accionar, que se extendió por medio de licitaciones y concursos hasta 1904, es clave para reconocer en los libros aceptados y difundidos la visión del pasado que se consolidó y transmitió3. La renovación perceptible en la historiografía a principios del siglo XX, fundamentalmente en el análisis del periodo colonial, demoró en llegar a los textos y son pocos los cambios que se perciben en estos para el primer centenario4. Los libros escolares inventariaron lo que había que saber sobre la Argentina y conformaron un relato identificatorio cuyo esquema clásico fue compartido por la mayoría de la población. El carácter nacional de los contenidos, la difusión de libros autorizados y la subordinación de la escritura de la historia a los intereses políticos estaban relacionados con problemas considerados prioritarios, como la conformación del Estado y la conciencia nacional. Estos libros al impactar fuertemente en el compor-tamiento individual y colectivo favorecieron la formación de un imaginario compartido que garantizó un mínimo de cohesión5. Historia, memoria e identidad, sus vínculos, contraposiciones, yuxta-posiciones conforman un campo de estudio fértil y constantemente enriquecido por nuevos aportes6. Los estudios que analizan estas relaciones XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 948 están profundamente ligados a la construcción, revalorización o resignifi-cación de la nación y la nacionalidad. Este juego de interacción resulta particularmente interesante cuando gira en torno de los acontecimientos o procesos a los que la historia y la memoria otorgan un valor nodal. En la historia argentina, la Revolución de Mayo constituye un “lugar de memoria” sin parangón, consagrado por una historiografía abocada a la construcción de la nación7. El éxito del proyecto historiográfico encargado de dotar de una nación al Estado argentino se evidencia en la construcción de una gesta fundadora con un momento de nacimiento claro e identificable y un bagaje de elementos afectivos y simbólicos. Constituida como mito fundador, la Revolución de Mayo se transformó en elemento simbólico del patrimonio memorístico ar-gentino más allá de las diferencias culturales, étnicas o históricas. Los textos escolares fueron instrumentos utilizados para insertar en la memoria una revolución de carácter excepcional. Estos libros contribuyeron fuertemente a la constitución de explicaciones exitosas, compartidas por diferentes gene-raciones. Una historia utilizada para forjar una visión determinada del pasado8. La construcción de la memoria en torno a la Revolución de Mayo y la península ibérica se estudia en este trabajo a través de libros de texto utilizados en la enseñanza primaria argentina entre 1880 y 1925; las obras fundamentales de la producción historiográfica de fines del siglo XIX y principios del XX y El monitor de la educación común9. Se analiza, en la primera parte la construcción historiográfica de la Revolución de Mayo y los actores involucrados en ese proceso; en la segunda, las políticas implemen-tadas por el Estado nacional con respecto a los libros escolares entre 1880 y 1905; en la tercera, la versión escolar de la Revolución y sus actores en los textos de uso oficial y, para finalizar, los cambios producidos para el centenario en la historiografía y la educación. LA REVOLUCIÓN DE MAYO EN LA HISTORIOGRAFÍA. PATRIOTAS Y ENEMIGOS La formación de una historiografía compenetrada con un proyecto identitario nacional se originó poco tiempo después de acaecida la Revolu-ción de Mayo. Este proyecto historiográfico incrementó notablemente su importancia en la segunda mitad del siglo XIX cuando se buscó construir una nueva memoria histórica. En la consolidación de la versión canónica incidie-ron autores como Gregorio Funes, Manuel Moreno, Ignacio Núñez, Luís Do-mínguez, Vicente Fidel López y Bartolomé Mitre10. Figuras señeras, Mitre y López compartieron la apreciación de la impor-tancia de las invasiones inglesas y del accionar de Buenos Aires. Describe Mitre las invasiones cuidadosamente y explica que los invasores encontraron Historiografía, enseñanza de la Historia… 949 un ejército popular en el que “cada ciudadano era un soldado y cada soldado un héroe”11. Este pueblo es el de Buenos Aires. Las invasiones también pu-sieron en evidencia, para Mitre, dos razas distintas. Una acostumbrada a dominar y en cuya reacción pesaban elementos étnicos, sociales y políticos y otra que recién tomaba conciencia de su importancia, fundamento de su par-ticularismo nacional12. Colonia y metrópolis no constituían una sustancia homogénea y el único vínculo existente entre ambas, la persona del monarca absoluto, excluía la idea de una patria común. Esta debilidad orgánica origi-nó la teoría revolucionaria13. La visión de Mitre definía la nación por la emancipación. En este tema el disenso con López fue contundente14. López relativiza las implicancias del momento fundador proponiendo una interpretación general del proceso histórico menos centrado en la Revolución como ruptura y plantea que la nación argentina es heredera de la española y resultado de su evolución. Incluso critica la Revolución por haber destruido un orden sensato y con garantías sin remplazarlo por una organización libre y representativa. Considera la República Argentina como una evolución espontánea de la raza española y señala que es la historia colonial la que revela el desarrollo incipiente de una sociedad que desembocó en manifestaciones espléndidas y constituyó una vigorosa nación capaz de brindar inmensos servicios a la humanidad. Para López los mismos principios y acontecimientos obraban desde fines del siglo XVI ligando la historia colonial con la Revolución de Mayo15. Afirmó que “la revolución se produjo como una emergencia natural de sus propios antecedentes sin solución de continuidad” pues el presente, hijo del pasado, es el padre del porvenir16. Por el contrario, es una Revolución de Mayo promovida por nuevos actores e inicio de una nueva época, expresión de soberanía para la masa del pueblo y para quienes debían guiarla, la que conforma la visión de Bartolomé Mitre17. Sus dirigentes eligieron como teatro de operaciones el terreno legal y contando con el apoyo de la fuerza armada y la opinión impusieron a la revolución el sello de grandeza que la distingue entre todas las revoluciones. Sin violencias, pero con las tropas acuarteladas y prepara-das, con el sustento de la razón y la conveniencia pública “sacudiendo el pueblo con dignidad sus cadenas y tomando su actitud de soberano con un aplomo y una moderación de que la historia del mundo presenta pocos ejemplos” concretaron una transición sin convulsiones18. Ese pueblo inmen-so que llenó las avenidas y la plaza vibrante de indignación conformó una nueva entidad “que a la manera de las guerrillas que aclaran la marcha de los ejércitos, era precursora del pueblo próximo a moverse en masa”19. Pueblo que, intimida a los españoles, confraterniza con las tropas y en el que se destaca la juventud20. XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 950 El pueblo, hasta ese momento siervo de los españoles, había madurado y estaba en condiciones de seguir a la minoría inteligente que lo representaba y que conducía una revolución sin violencia21. Una revolución que, considera Mitre, se distinguía entre otras pues la democracia fue el resultado de esa transición sin convulsiones y obra de una elite que supo moderar el impulso de la masa22. Pensada, preparada, exitosa surgió al igual que la primera constitución política, en Buenos Aires23. El pueblo es, para Mitre, la reserva moral. La masa criolla que se deja guiar y que debe su ignorancia a la colonia. Para López la multitud puede ser una fuerza bruta que hay que controlar. Las tropas mantienen la paz y de-fienden la patria naciente cuando es necesario. La elite, una minoría ilustrada en la que se definen algunos nombres propios, defiende los derechos natura-les y establece la democracia. La componen, para López, los ricos propieta-rios y las mejores familias24. El “nosotros” utilizado hace de los intereses de unos, los intereses de todos. Los intereses son comunes pero el poder lo detentan, en nombre y beneficio de todos, sólo algunos cuantos que saben, al decir de Mitre, interpretar siempre la voluntad popular. Mitre consolidó y modeló un relato histórico sobre los orígenes de la nacionalidad. Convalidó una visión del pasado y una apreciación del presente, estrechamente ligadas a un bosquejo de la Argentina futura sustentada en un acontecimiento depurado de conflicto y válido como elemento de homogeneización de nuevas generaciones más heterogéneas que las anteriores. Al aceptar, criticar o rechazar las apreciaciones de autores pre-vios y contemporáneos estableció una lectura única de la historia argentina25. Esta visión constituyó una piedra angular de un proceso tendente a aglutinar una población variada y en constante transformación. Definió los valores y principios que identificarían la nacionalidad desde su origen, presidiendo y explicando su evolución y otorgó a la revolución de 1810 un sitio privilegiado en ese proceso. Fue su confianza en el destino nacional la que le permitió organizar “la historia de la nación argentina, como historia de un pasado no concluso, abierto al presente y al porvenir”26. Estos usos del pasado se prolongaron con una eficiente pedagogía patriótica estatal. El triunfo de Mitre con un dominio más seguro de los hechos no impidió que López, quien fue autor de textos para escolares y docentes, ejerciera una gran seducción sobre sus lectores. Es la interpretación de Mitre de la historia nacional y, fundamentalmente, de la Revolución de Mayo la que se percibe más nítidamente en los libros de texto. Discutida en el ámbito historiográfico, fue indiscutible en el ámbito de la enseñanza en este período. Esta visión de la historia de notable persis-tencia temporal, que la historiografía generó y los textos divulgaron, constru-yó la “Revolución de Mayo” como elemento simbólico fundacional de la nación y la historia argentinas. Historiografía, enseñanza de la Historia… 951 LA CONSTRUCCIÓN DE LA NACIÓN Y LOS TEXTOS ESCOLARES La grandeza de la república requería imprescindiblemente la apropiación por parte de la sociedad en su conjunto de una memoria común. La educa-ción resultó un eficaz instrumento para lograr las metas previstas y las tareas emprendidas demuestran la importancia que se le otorgó para la construcción de la nación y la expansión de la ciudadanía. Incrementar y perfeccionar la formación docente, modificar planes y programas de enseñanza y, especial-mente, depositar en los textos escolares el peso mayor en la transmisión de los contenidos, fueron algunas de las alternativas utilizadas. Pocos fueron los textos escolares que se utilizaron para la enseñanza de la historia argentina antes de 1880. Considerada alta enseñanza moral e intelectual contribuía a preparar al ciudadano para la vida pública, represen-taba al padre instruyendo a sus hijos y permitía reconocer los actos de virtud y heroísmo de los antepasados27. Entre los autores se encontraban Luís Domínguez, Juana Manso, Juan María Gutiérrez, Clemente Fregeiro y, a partir de 1880, Nicanor Larrain, Benigno T. Martínez, R. Cambón, Mariano Pelliza y Alfredo Grosso28. La Historia de Belgrano y, muy especialmente, la Galería de celebridades de Mitre ejercieron una gran influencia sobre los autores de textos29. En la década del ochenta las autoridades educativas implementaron un sistema de control sobre los textos a utilizar en las escuelas. Gradualmente, el número de libros y autores se fue incrementando. A partir de 1883 se realizaron licitaciones para abastecer las escuelas con los textos necesarios30. El consenso de las autoridades educativas con respecto a la necesidad de controlar y uniformar los libros escolares se fue acrecentando con el transcurso de la década. Los libros, considerados sustento esencial de la labor docente, debían responder fielmente a programas que cambiaban asiduamente31. Los concursos realizados para la selección de textos escolares en 1891, 1893, 1898 y 1901 contribuyeron a incrementar la cantidad de libros en circulación32. Pero, para esa fecha, la opinión mayoritaria a favor de los textos había desaparecido y los libros escolares perdieron la centrali-dad en el proceso educativo33. El concurso que debía realizarse en 1904 fue suspendido y en 1905 el inspector técnico general Pablo Pizzurno aconsejó, a título de ensayo, que el personal directivo y los docentes eligiesen los libros a utilizar fundamentando su decisión ante la Inspección General34. Los avances en la formación de maestros alteraron radicalmente el lugar ocupado por el texto en el trabajo docente. Ya no eran considerados indis-pendables y se limitó su número en asignaturas y cursos. Las voces de los propios maestros normalistas fueron creciendo y planteando la necesidad de otorgar una mayor libertad al docente para elegir sus auxiliares didácticos. Las opiniones opuestas a la homogeneización fueron ganando espacio clau-XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 952 surando una etapa singular de la historia de la educación argentina que otorgó a los textos, y a su control por parte del Estado, un lugar fundamental. Los libros escolares impuestos por las licitaciones y concursos realizados entre 1883 y 1901 comparten características comunes35. Están divididos en capítulos o lecciones y, en varios casos, en parágrafos numerados36. La mayoría incluye láminas entre las que se destacan los retratos de Liniers, Moreno y San Martín. Las tropas inglesas invadiendo Buenos Aires en 1806, el Cabildo abierto del 22 de mayo, el Cabildo de Buenos Aires, forman parte de las ilustraciones que acompañan las explicaciones. Los que presentan apéndice incluyen en estos cuadros tablas cronológicas, listas de batallas, listas de trofeos y el texto del Himno nacional37. En los libros de historia ar-gentina el énfasis estaba puesto en el estado del país a fines del siglo XIX, el significado de las fechas patrias, los rasgos biográficos de personajes desta-cados y, muy especialmente, en los acontecimientos principales realizados para conseguir los fines de la Revolución de Mayo38. LA REVOLUCIÓN DE MAYO EN LOS TEXTOS ESCOLARES. PATRIOTAS Y ENEMIGOS La relación entre los contenidos de estos libros y la historiografía fue esencial para la difusión y apropiación por parte de una sociedad en plena mutación de un determinado patrimonio memorístico y cultural. Programas y textos siempre otorgaron a la Revolución de Mayo un tratamiento preferencial y plantearon una versión altamente homogénea del proceso revolucionario. En los textos escolares la revolución tiene como antecedentes directos las invasiones inglesas, juzgadas como la última hora de la dominación españo-la39. La victoria sobre las tropas británicas como inicio de la historia nacional y el mal manejo colonial, la opresión de las leyes injustas, el monopolio y el estado miserable al que conducen en el siglo XVIII, son apreciaciones com-partidas al referirse a los orígenes del proceso revolucionario40. El primer paso consistió en establecer la diferencia entre americanos o criollos y españoles o godos. Esta distinción se funda en dos tópicos recurrentes. El monopolio es uno de ellos, el otro la inaccesibilidad de los cargos para los criollos. Pero fueron las invasiones inglesas, que consecuen-cias equiparables tuvieron para poner a prueba el amor a la patria como para activar la economía, las que actuaron como aceleradoras del proceso y catalizadores del enfrentamiento41. El pueblo argentino, en los textos escolares, nació en 1807 defendiendo la patria42. Esta victoria alteró el orden político y Buenos Aires, que nada podía esperar de las autoridades coloniales, convocó al vecindario para deliberar sobre su propia suerte43. Mientras “ideas confusas de independencia agitaban los espíritus, sin que por eso hubiese llegado aún el momento en que la Historiografía, enseñanza de la Historia… 953 conciencia del pueblo ya formada, le diese una seria convicción de sus derechos” el partido patriota se iba gestando44. Americanos y españoles defendieron el territorio contra los invasores45. Los textos destacan la participación masiva del pueblo y los batallones criollos. En una de las pocas menciones detalladas, Alfredo Grosso afirma que “todas las clases sociales estaban representadas en estos batallones: médicos, abogados, comerciantes, obreros, etc. hasta los niños…”46. Asevera que, pasado el peligro, la rivalidad entre ambos grupos fue creciendo y empezó a notarse nítidamente la existencia de dos partidos47. El contrabando es planteado como consecuencia directa del monopolio que tiraniza las colonias48. Esta vieja llaga que finalmente se ha gangrenado “producía estancación de frutos del país y una carestía insoportable de los géneros de comercio y artefactos europeos…”49. Las invasiones generaliza-ron las ideas de libre comercio que se impusieron como dominantes en Buenos Aires50. El Cabildo y el Consulado fueron escollos y esto se vincula con el segundo tópico recurrente. A las restricciones comerciales se suma que los empleos de consideración son para los españoles. Incluso los subalternos están prácticamente fuera del alcance de los criollos51. En tanto los americanos ya podían “presentir sus derechos como hombres libres”, los españoles “meditaban continuar su dominio por cuenta propia en detrimento de los hijos del país, heredar al rey y proseguir en su provecho el régimen colonial”52. En este juego, los emplea-dos españoles pugnaban para prolongar su dominación oponiéndose al progreso53. Los nombres propios empiezan a figurar. Se menciona a Manuel Bel-grano y Mariano Moreno. El libre comercio no convenía a los españoles que buscaron impedirlo y combatieron a Belgrano, en nombre “…de las viejas prácticas fundadas en la rutina de dos siglos de comercio prohibitivo”54. Los hacendados no vendían más que en pequeñas cantidades y a bajo precio. Moreno, como su apoderado general, reivindicó “nuestros menoscabados derechos y derribó las últimas barreras del poder colonial”55. Los enormes beneficios que produjo para el pueblo demostraron la importancia del libre comercio, considerado como victoria patriota56. Los textos consultados extienden a todos los habitantes los beneficios alcanzados por los hacen-dados, fundiendo los intereses de minorías y mayoría. Definidos los grupos antagónicos comienzan a identificarse sectores al interior de los revolucionarios. Asiduas son las menciones al componente militar. Varios de sus jefes son destacados. Las tropas hacen causa común con el pueblo57. El Cabildo abierto del 22 de mayo reúne a la parte sana del vecindario. No figuran objetivos económicos entre sus metas58. La juventud formará también parte. Manso alude a “oleadas humanas”, “muchedumbre XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 954 indignada”, “inmenso gentío, silencioso y grave”, “la justa ira de los ciu-dadanos”, “las masas condensadas en la plaza Mayor”59. La explicación de la Revolución de Mayo que estos libros presentan no tiene variantes sustanciales. El año de 1810, el mes de mayo, la semana del 25 y el día 25 son mencionados en forma destacada. Se resalta la importancia de este período como “testigo del espléndido triunfo de la santa causa de la libertad y la democracia en la vasta extensión de Sud América”60. Origen de la emancipación y fecha de la desaparición de los “mandones españoles” del Río de la Plata, el 25 es considerado el día más memorable de la historia patria. Principio de una nueva época, es el momento supremo que marca el paso de colonia esclavizada a nación libre61. En esta fecha “los pa-triotas de Buenos Aires” se liberaron del despotismo del gobierno español62. El régimen colonial es juzgado como un escollo que dificultaba el progreso. América, llegada a su mayoría de edad, podía ya ser dueña de sus actos y “su población, sus riquezas, su extensión territorial y sus progresos de todo género, exigían que estos pueblos gozasen de su autonomía”63. No fue la independencia el primer pensamiento de los argentinos que ambi-cionaban la libertad sin pretender aún liberarse del dominio peninsular. Pero la actitud de España, al intentar imponerse, provocó la guerra64. En este planteo la Revolución se analiza como preliminar de la grandiosa epopeya que culminaría en Ayacucho (1824) con la victoria definitiva65. La presentación de la revolución se acompaña con reflexiones relativas a su modalidad. Calificada reiteradamente como gloriosa, la causa de mayo justifica el eco que la posteridad debe repetir de generación en generación66. Manso elogia un proceso revolucionario que había pretendido “cambiar la faz de un mundo” constituyendo una empresa grandiosa que inmortalizó a los hombres de 181067. Los autores destacan que predominaron el derecho y la razón pues los “hijos del país” evitaron los tumultos para lograr la trans-formación política a la que tenían derecho y que no hubo ni derramamiento de sangre ni violencia68. Se consideraba que esta transformación pudo concretarse pues “las bases del nuevo orden de cosas fueron acordadas a la manera de las democracias antiguas” con la declaración de una voluntad que implicaba el fin de la soberanía de los virreyes69. Poco a poco la nación fue perfilándose70. La idea de independencia surgió ante el avance napoleónico. En Buenos Aires el rechazo al cambio de dominación fue un ensayo que condujo a liberarse de cualquier otro yugo puesto que “...los americanos, empezando a presentir sus derechos de hombres libres y que habían comprado con su sangre el de defender su patria, dignos por su valor de protegerla, entendían que su papel de colonos había finalizado, y que esa independencia debía ser en provecho del país y no de un puñado de hombres”71. Su aspiración era gobernarse sin inter-vención de un poder extraño72. Historiografía, enseñanza de la Historia… 955 La soberanía popular vincula las invasiones inglesas con la revolución. Y esta soberanía encontró en el Cabildo abierto, asamblea popular que deponía virreyes y autoridad que representaba los intereses populares, el ámbito propicio para desarrollarse73. Precursor del 25 de mayo, el Cabildo del 14 de agosto de 1806 fue pedido por el pueblo en ejercicio de su soberanía74. La participación popular es destacada insistentemente. La gran agitación que reinaba en Buenos Aires desembocó en la convocatoria al Cabildo abierto del 22. Calificado como memorable congreso que pretendía sacudir el yugo, amplió la senda del progreso y trocó la librea del esclavo por la túnica del hombre libre. Ese día el pueblo agolpado pedía gobierno libre y con la Revo-lución la causa nacional triunfó75. Ese mismo pueblo en masa desilusionado por el accionar del Cabildo, se levantó pidiendo la formación de una junta de su entera confianza y Cisneros fue doblegado por el encono popular76. Es el pueblo armado el que se aglomera el 25 en la plaza dispuesto a imponer su voluntad. La primera Junta surge de su decisión77. Su procla-mación produjo regocijo general. Todos los ciudadanos se felicitaban en nombre de la patria, la libertad y del triunfo del pueblo pues la autoridad política “pasaba sin violencia a manos de americanos acreditados por su patriotismo, sus virtudes y su talento”78. Las colonias españolas estaban apartadas del resto del mundo por un régimen opresor y para que una nación pueda ser bien dirigida es preciso que sea libre de gobernarse ella misma y “...el pueblo deseaba crear, en nombre de su propia soberanía, los poderes que en adelante debieran regir sus destinos”79. La opinión pública estará a favor de reconocer transitoriamente a Fernando VII, para luego desconocer toda dominación extraña80. La versión escolar de la Revolución de Mayo centró la atención en los porteños. Pero la Junta no podía encerrarse en estrechos límites y “trató de extender su esfera de acción, llevando a todos los pueblos la idea de revolución y buscando en ellos los elementos necesarios para combatir a los enemigos que iban a asediarla”81. Las resistencias que oponían las autoridades de Córdoba, Montevideo, Chuquisaca y Paraguay auguraban desolación para la patria pero la Junta, sin tomar en cuenta los riesgos y sacrificios que reclamaba una lucha tan desigual, resolvió resistir a unos e imponerse a otros para sostener la emancipación que el pueblo le confiara82. Las expediciones al interior son calificadas como auxiliares de los pueblos hermanos que no podían manifestarse por la influencia que conservaban los mandones; portadoras de las órdenes de la nueva autoridad y “chispa eléctrica que debía inflamar todos los pueblos con el entusiasmo santo de la independencia”83. Donde hubo reacciones la Junta actuó con firmeza demostrando que era digna de la misión confiada84. Los fines de la revolución están claramente expuestos. Se señala primero que un territorio colonial debía ser convertido en asiento de una nación, con XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 956 la consiguiente lucha armada que esto implicaba y segundo que el pueblo, la colectividad de ciudadanos, debía sustituir al rey como soberano. La transformación del colono en ciudadano es clave en este proceso y una nueva forma de gobierno emanada de la voluntad libre y del libre y espon-táneo consentimiento, su consecuencia85. Los textos de historia difundidos por el Estado entre 1881 y 1905 abundan en elementos tendentes a reforzar la adhesión emocional a la patria con diferentes niveles de apelación sentimental y simbólica. Pasado, presente y futuro se anudan cuando se hace referencia al legado a las futuras generaciones, la sangre derramada y el entusiasta amor patriótico86. Algunos de estos textos utilizan un “nosotros” inclusivo con la intención de implicar al lector en el desarrollo de la acción y reforzar la vinculación entre el pasa-do estudiado y el presente del alumno87. Estos libros no crearon la versión oficial de la Revolución de Mayo pero fueron fundamentales en la consolidación y difusión de una memoria histórica que anudó fuertemente un pasado heroico con su presente en plena transformación y un porvenir de prosperidad y grandeza. EL CENTENARIO. RENOVACIÓN Y TRADICIÓN La Argentina del Centenario no es idéntica a la de 1880. En lo político, en lo económico y en lo social se han producido cambios significativos. La percepción de la Nación, su devenir histórico y su futuro se han modificado ante la problemática que plantea la integración de los inmigrantes y la percepción de un orden social “asediado”88. Una nueva etapa se inició al aproximarse el cambio de siglo y para 1910 se perciben otras tendencias en la historiografía y en la enseñanza de la historia. La política implementada con respecto a los libros de texto también fue alterada. La opinión mayoritaria a favor de los textos y su homogeneización ha desaparecido89. Se considera a los textos de historia, con pocas excepciones, meras crónicas limitadas a lo militar y lo político en las que estaba ausente el aspecto económico90. Se señalaba que el problema era didáctico, estético y económico. Se criticaba textos por ser muy sintéticos o presentar conceptos superiores a los que los niños estaban en condiciones de captar. Consi-derados letra muerta, árida e insuficiente, sólo se aceptaba el de lectura. El nuevo axioma planteaba que sólo la palabra viva del maestro vivifica el espíritu91. Esta relegación del texto se acompañaba con otros cambios que afectaron la enseñanza de la historia. Se reclamaban más horas dedicadas a la lectura y la escritura. Pizzurno consideraba excesivas las horas dedicadas a la historia92. Paralelamente se verificaba en los programas un avance de la geografía sobre la historia. El uso de libros quedó restringido a los cursos Historiografía, enseñanza de la Historia… 957 superiores. Los docentes podían elegir los textos a utilizar. Pero los programas, las inspecciones y las instrucciones recibidas establecían eficien-tes formas de control sobre los contenidos93. La formación docente fue el eje sobre el cual giró la consecución de los objetivos y fines educativos. Contemporáneamente, un recambio se verifica entre los historiadores. Se señalaba la existencia de obras para los maestros como las de Mitre, López, Fregeiro, Pelliza, que descuidaron la parte civil adhiriendo casi unilateral-mente a la teoría del gran hombre, olvidando a la masa anónima, al ámbito social donde se desenvuelve el héroe. Estos defectos se encontraban en los libros primarios que los copiaron, sin investigación científica, constituyendo meras narraciones fácticas sin entusiasmo ni emotividad94 . En una primera etapa, José María y Francisco Ramos Mejía, Adolfo Saldías y Lucas Ayarragaray figuran entre los historiadores a imitar95. La importancia que otorgaron a los fenómenos sociales, económicos y cultura-les, y especialmente, la reorganización del relato histórico los diferencian de los historiadores precedentes. Desde la función pública y el cultivo de géneros diferentes propusieron “nuevas lecturas del pasado y nuevas ideas acerca de los usos que se les podía dar”96. Percibieron al mundo colonial, por su culto al coraje, como raíz de males tales como la delincuencia, la anarquía y el desprecio por la ley y se debatieron entre el optimismo y las dudas que raza y ambiente les provocaban. Les preocupaba la nación y la pedagogía patriótica pero no consideraron acorde a su categoría intelectual producir material escolar97. Es con la emergencia de la Nueva Escuela Histórica que se inicia una etapa de gran importancia para la historiografía argentina y para la enseñanza de la historia y los textos escolares98. A diferencia del grupo anterior, los integrantes de la Nueva Escuela, Rómulo Carbia, Ricardo Levenne, Diego Molinari, Emilio Ravignani y Luís M. Torres fueron muy activos al respecto. Desde la enseñanza y la publicación de libros para los alumnos incidieron fuertemente en la consolidación de una nueva memoria histórica ante la demanda de “reescritura de la historia patria capaz de satis-facer las expectativas depositadas en su poder cohesionador”99. Fueron con-temporáneos a la consolidación de espacios institucionales de producción, gestión y reproducción de saberes y la valoración del rigor metodológico y los documentos como fundamento del trabajo del historiador. Nacidos en la década del ochenta e integrantes de la Argentina aluvional, consideraban su meta una historia objetiva, no sometida a presiones facciosas100. La nueva historiografía modificó la visión de la historia colonial y, consecuentemente, la imagen de España. La época virreinal fue objeto de particular atención pues se consideraba imprescindible su estudio para el conocimiento de los sucesos revolucionarios de 1810. Los textos escolares no fueron reemplazados en forma inmediata y algunos se utilizaron en los XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 958 años sucesivos pero convivieron hasta ser gradualmente desplazados por otros que evidencian los nuevos enfoques. Ejemplos de este proceso, cronológicamente ordenados, son la Crónica de la Revolución de Mayo de Vicente Fidel López, La historia argentina de los niños en cuadros de los doctores Carlos Imhoff y Ricardo Levenne y La cartilla argentina de instrucción elemental a la enseñanza de la Historia de la patria de Rómulo Carbia101. En 1909 el CNE, presidido por José María Ramos Mejía, editó e imprimió 10.000 copias de un folleto con cartas de carácter particular intercambiadas entre los iniciadores del movimiento de Mayo de 1810102. Considerada magna empresa que “invoca en días de agitación la intersección luminosa” esta obra de Vicente Fidel López se difundió en las escuelas de la capital, las provincias y los territorios nacionales103. Señala López que estas cartas carecen de autenticidad pero no de interés pues permiten conocer día a día la revolución “popular y callejera”104. Hace mención al sol refulgente de la libertad que puso fin al oprobio de la esclavitud, la imbecilidad del virrey, el absurdo de que un pueblito de Cádiz pretendiera gobernar a América y el peligro que implican los mandones del interior105. Destaca la energía pública de Buenos Aires contra los tiranos, las ventajas que acarrea la muerte del monopolio, al pueblo como quien confiere autoridad y gobierna, a los jóvenes, señoras y muchachas que festejan a la patria106. Pero también alude a la violencia, la necesidad de contener al populacho y critica al proceso revolucionario107. Señala …es un trastorno tan profundo en todo lo que era y debía ser este país, que, para mí, han abierto una brecha funesta en el orden social; en la que no hemos de cosechar sino catástrofes, guerras civiles, odios de los unos contra los otros, confusión de ideas, proyectos sin asiento seguro, innovaciones de cada día, atrope-llamiento de derechos sagrados, rivalidades mezquinas; gobiernos sin respetabilidad y un caos por último que será el complemento de la ruina porque acabaremos devorándonos unos a otros, y cayendo por fin en manos de un poder extranjero, del inglés quizás, que barrerá de esta tierra nuestra lengua, nuestra religión, nuestras familias108. Curioso homenaje le permiten estas cartas anónimas rendir a López a un proceso que, a sus ojos, abrió un período trágico en la historia argentina. Poco después se editó La historia argentina de los niños en cuadros de Imhoff y Levenne109. Profusamente ilustrada esta edición diferencia la política de los reyes, que ordenaban se tratará con benevolencia a los indígenas, de la llevada a cabo por los encomenderos que no cumplían con la Historiografía, enseñanza de la Historia… 959 legislación y explotaban cruelmente a los indios110. Se hace mención a España como la “madre patria” al analizar las restricciones económicas. Restricciones que se consideran perjudiciales para el desarrollo de las riquezas naturales y las industrias111. Referencias positivas se encuentran con respecto a la evangelización, la sabiduría de los integrantes del Consejo de Indias, los Cabildos, Carlos III y algunos virreyes112. Elocuente es el análisis de la sublevación de Tupac Amaru pues, si bien se reconoce la justicia del levantamiento por la brutal explotación a la que eran sometidos los indígenas, se señala “felizmente la sublevación fue sofocada, pues de otro modo habría importado el triunfo de la barbarie en todo el virreinato”113. El enfrentamiento entre monopolistas españoles y librecambistas criollos marca las diferencias que se percibían en el seno de la sociedad rioplatense. En las invasiones inglesas se destaca el pueblo criollo y se personaliza el fracaso español en la defensa del territorio exclusivamente en el virrey que “Al primer cañonazo de los valientes. Disparó Sobremonte con los parientes”114. Las consecuencias de las invasiones cierran una etapa que se continúa en un nuevo apartado denominado “La Independencia”. La obe-diencia a Fernando VII no implica la obediencia a los españoles, por lo tanto, si el poder del primero caduca el pueblo quedaría en libertad de nombrar sus propias autoridades. De esta manera se establecen los fundamentos jurídicos de la revolución115. Los hacendados están en la miseria y “la causa única de la pobreza era el monopolio”116. Cuando Cisneros accede a abrir el puerto, la riqueza pública se incrementa más y más. Será el virrey quien ceda ante la voluntad del pueblo permitiendo la formación de un gobierno de origen popular. El texto marca nítidamente la diferencia entre el Cabildo abierto, Gran Asamblea, y el Cabildo que burla al pueblo. Los logros intelectuales de la revolución marcan la coronación del proceso117. Este texto se cierra con el Centenario señalando la riqueza y el progreso del país, la opulencia de Buenos Aires y el aporte de las colectividades generosamente acogidas. Se destaca especialmente a España con un texto que señala que “españoles y argentinos reconocen hoy los estrechos vínculos que los unen” y con una ilustración que evoca el monumento con que esta colectividad se asocia a los festejos118. Representante de la Nueva Escuela, al igual que Levenne, Rómulo Carbía es reconocido por su historia de la historiografía, múltiples investigaciones y su actividad docente. Fue autor de textos escolares pues los consideraba esenciales para la educación de los niños en los valores de la nacionalidad119. En su Cartilla Carbia incluye a la Argentina en la “raza latina” y destaca que la civilización llegó a América con la conquista europea120. Especifica que fue la nación española la que civilizó nuestros territorios por 300 años transformando a los indígenas en gente útil121. Considera al periodo colonial XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 960 como la infancia de un niño que su madre cuida como España lo hizo con Argentina razón por la cual “…como los niños hechos hombres deben amar y respetar a sus padres, así las naciones de América deben amar y respetar a España que las formó y educó en su civilización”122. Elocuente afirmación que marca la diferencia entre la versión decimonónica del proceso revolucionario y la que impone la Nueva Escuela, en una República que ya establecida enfrenta otros riesgos y requiere reformular su presente y, por ende, su pasado. CONCLUSIONES Los libros de texto primarios fueron uno de los temas centrales del proyecto educativo de la generación del ochenta. Las tareas emprendidas para su control y uniformidad en el período 1880-1905 demuestran la importancia otorgada a la educación para la construcción de la nación y la expansión de la ciudadanía. En este particular contexto, la enseñanza de la historia fue considerada fundamental y los libros escolares funcionaron como inventarios de los conocimientos que los habitantes de la Argentina debían hacer propios. Los juicios emitidos con respecto a libros nacionales y extranjeros en las diferentes instancias transparentan igualmente los cambios que se fueron produciendo en el ámbito educativo como resultado, en parte de los mismos logros del proyecto en la formación docente, pero también por el avance de una nueva visión de la Argentina que convirtieron a la historia y la geografía en uno de sus campos de disputa. En el proceso de apropiación de la historia nacional por parte de la sociedad los libros escolares fueron mucho más que simples difusores. Fueron funcionales al proyecto expandiendo y consolidando una memoria histórica consagrada por una historiografía abocada a la construcción de la nación en la que la Revolución de Mayo constituía la base simbólica indiscutida e indiscutible de la República Argentina. La valoración de la revolución requirió la identificación de enemigos cuya comparación destacara las virtudes locales. Sean denominados godos, españoles o mandones son quienes se enriquecen con medios espurios e injustos, abusan del poder y se aferran a un régimen que se cierra a alternati-vas más equitativas. Ante estos enemigos se presentan los patriotas, los argentinos, los “porteños”. Pueblo, elite y tropas conforman un todo que comparte ideas y fervor. Disidencias existen, pero los objetivos los vinculan con mayor fuerza que la que cualquier disensión pudiera tener. Esa nación nacida, en los textos analizados, con las invasiones inglesas emprende con la Revolución de Mayo un camino común. La gloria adju-dicada al proceso revolucionario es motivo de orgullo para sus herederos. Historiografía, enseñanza de la Historia… 961 Convoca a todos, a los argentinos del pasado que la llevaron a cabo, a los del presente que con su estudio incorporan sentido de pertenencia y de deber contraído con la gesta y sus autores, y a los ciudadanos del futuro, responsables de este patrimonio compartido. Esta gloriosa revolución permitió, según estos textos homogeneizados a fines del siglo XIX, dejar atrás el atraso y los defectos del largo y penoso dominio colonial. Es ese pasado colonial el que revisa la nueva historiografía que se impone a principios del siglo XX sostenida por un conjunto de historiadores que, además de ejercer la docencia fueron autores de textos escolares. Para el Centenario, en una Argentina que presenta agudas tensiones que algunos centran fundamentalmente en la inmigración, la visión de España como madre patria va difundiéndose en los textos que reflejan los avances logrados con la investigación documental. Un nuevo presente y un futuro incierto requirieron una revisión del pasado y esa revisión no podía eludir el análisis de una revolución considerada inicio y fundamento de la historia nacional. XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 962 BIBLIOGRAFÍA ALBERGUCCI, Roberto H.: Educación y estado. Organización del sistema educativo, Buenos Aires: Editorial Docencia, 1996. ALLIAUD, Andrea: Los maestros y su historia: los orígenes del magisterio argentino, Buenos Aires: Gránica, 2007. ARMOUX, Elvira N. de: “Reformulación y modelo pedagógico”, en el Compendio de la historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, en Signo y Seña, n.º 1, 1992, pp. 131-150. AUBIN, José María: Curso de historia nacional. Escrito con arreglo al nuevo programa de las escuelas comunes de la capital para 3° grado, Buenos Aires: Ángel Estrada, 1896. — Curso de historia nacional. Escrito con arreglo al nuevo programa de las escuelas co-munes. Aprobado por el CNE para 4° grado, Buenos Aires: Ángel Estrada, 1906 BERTONI, Lilia Ana: Patriotas, cosmopolitas y nacionalistas. La construcción de la na-cionalidad argentina a fines del siglo XIX, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2001. BRASLAVSKY, Cecilia: “Aprender de la historia para enseñar la historia”, en VÁZQUEZ, Zoraida y Pilar GONZALBO AIZPURU, comp.: La enseñanza de la his-toria, Washington, D.C.: OEA, 1994, pp. 75-87. CAMBÓN, R.: Breves lecciones de Historia Argentina. Arreglado al programa oficial para servir exclusivamente a niños de escuela elemental, Buenos Aires: Imprenta de Pablo E. Coni, 1884. CANDAU, Joel: Antropología de la memoria, Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión, 2002. — Memoria e identidad, Buenos Aires: Ediciones Del Sol, 2001. CARBIA, Rómulo D.: Historia crítica de la historiografía argentina (desde sus orígenes en el siglo XIX), Edición definitiva, Buenos Aires: Imprenta y casa editora “Coni”, 1940. — La Cartilla Argentina. Instrucción elemental a la enseñanza de la Historia de la Patria, Buenos Aires: Editores A. Kapelusz y Cía., 1925. CATTARUZA, Alejandro y Alejandro EUJANIAN: Políticas de la historia. Argentina 1860-1960, Buenos Aires: Alianza Editorial, 2003. DEVOTO, Fernando y Nora PAGANO: Historia de la historiografía argentina, Buenos Aires: Sudamericana, 2009. DEVOTO, Fernando J.: Nacionalismo, fascismo y tradicionalismo en la Argentina mo-derna. Una historia, Buenos Aires: Siglo Veintiuno de Argentina Editores, 2002. DOMÍNGUEZ, Luís: Historia argentina, Buenos Aires: Imprenta del Orden, 1861. EL MONITOR DE LA EDUCACIÓN COMÚN, Tomos I-XXXV, 1880-1910. ESCUDÉ, Carlos: El fracaso del proyecto argentino. Educación e ideología, Buenos Aires: Instituto Torcuato Di Tella/Conicet, 1990. FREGEIRO, C. I.: Compendio de la Historia Argentina. Desde el descubrimiento del Nue-vo Mundo (1492) hasta la muerte de Dorrego (1828) seguido de un sumario histórico que comprende los principales acontecimientos ocurridos hasta 1862, 2ª ed. Corregida y aumentada, Buenos Aires: Igon hermanos, 1881. FREGEIRO, Clemente: Lecciones de Historia Argentina profesadas en el Colegio Nacio-nal de la capital y arregladas al nuevo programa, 9ª ed., Buenos Aires: Librería “Riva-davia” de G. Mendesky e hijo, 1910. FUNES, Gregorio: “Bosquejo de nuestra Revolución desde el 25 de mayo de 1810 hasta la apertura del Congreso Nacional el 25 de marzo de 1816”, en FUNES, Gregorio: Ensayo de la historia civil de Buenos Aires, Tucumán y Paraguay, 2ª ed., t. 2, Buenos Aires: Imprenta Bonaerense, 1856, pp. 363-400. Historiografía, enseñanza de la Historia… 963 — Ensayo de la historia civil de Buenos Aires, Tucumán y Paraguay, 2ª ed., t. 2, Buenos Aires: Imprenta Bonaerense, 1856. GROSSO, Alfredo Bartolomé: Curso de historia nacional, Buenos Aires: Librería Económica, 1909. GUTIÉRREZ, Juan M.: La historia argentina al alcance de los niños. Desde el descubri-miento hasta la adopción de la Constitución Nacional, cuyo espíritu se esplica en este compendio histórico, 12ª edición corregida, Buenos Aires: Carlos Casavalle editor, 1893. HALPERIN DONGHI, Túlio: Ensayos de historiografia, Buenos Aires: Ediciones el Cielo por Asalto, 1996. IMHOFF, Carlos y Ricardo LEVENNE: La historia Argentina de los niños en cuadros, Buenos Aires: Librería Nacional de J. Lajouane & Cia. Editores, 1910. LARRAIN, Nicanor: Compendio de Historia Argentina para el uso de las escuelas y cole-gios de la República, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885. LÓPEZ, Vicente Fidel: Crónica de la Revolución de Mayo, Buenos Aires: Editorial Futuro S.R.L., 1960. — Historia de la revolución Argentina desde sus precedentes hasta el derrocamiento de la tiranía en 1852, Buenos Aires: Carlos Casavalle, editor, 1881a. — La revolución argentina. Sus orígenes, sus guerras y su desarrollo político hasta 1830, Buenos Aires: Imprenta y librería de Mayo de Carlos Casavalle, 1881b. — Manual de la Historia Argentina dedicado a los maestros y profesores que la enseñan, Buenos Aires: Imprenta y librería de Mayo de Carlos Casavalle, 1896. — Historia de la República Argentina, Su origen, su revolución y su desarrollo político hasta 1852, Buenos Aires: Carlos Casavalle, editor, 1883. LUNA, Antonino: Historia de la República Argentina y de las del Paraguay y Banda oriental desde el descubrimiento hasta nuestros días para el uso de sus escuelas, Bue-nos Aires: Imprenta de Pablo E. Coni, especial para obras, 1878. MADERO, Roberto: La historiografía entre la república y la nación: el caso de Vicente Fidel López, Buenos Aires: Catálogos, 2005. MANSO, Juana: Compendio de Historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata des-de su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881. MARTÍNEZ, Benigno T.: Curso elemental de Historia Argentina. Arreglado para el uso de los colegios nacionales y escuelas normales con notas críticas y de interés para los profesores y los alumnos, 2° ed., notablemente aumentada y corregida. Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885. — Nociones de historia argentina extractadas del resumen del curso de historia del profe-sor del Colegio Nacional del Uruguay. Aprobado por el Consejo General de Educación y por la Dirección de escuelas de la Provincia de Buenos Aires, 12° ed., Texto arre-glado al programa oficial para 3°, 4° y 5° grado de las escuelas comunes, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1895. — Nociones de historia argentina. Aprobado por el Consejo General de Educación de la Provincia de Buenos Aires, 6° ed., Texto arreglado al programa oficial para 3°, 4° y 5° grado de las escuelas comunes, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1888. MITRE, Bartolomé: Galería de celebridades Argentinas. Biografías de los personajes más notables del Río de la Plata, Buenos Aires: Ledouz y Vignal, editores, 1857. — Historia de Belgrano y de la independencia argentina, Buenos Aires: Ediciones Es-trada, 1947. MORENO, Manuel: “Vida del doctor Mariano Moreno” en Museo Histórico Nacional. Memorias y autobiografías, Buenos Aires: Imprenta de M.A. de Rosas, 1910. NORA, Pierre dir.: Les Lieux de Mémoire, París: Gallimard, 1984-1992. XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 964 NÚÑEZ, Ignacio: Noticias históricas de la República Argentina, 2ª ed. Corregida y au-mentada por el hijo del autor Julio Núñez, Buenos Aires: Litografía, Imprenta y encua-dernación de Guillermo Kraft, 1898. — Noticias históricas de la República Argentina, Buenos Aires: Imprenta de Mayo, 1857. — “Revista política de la Revolución de las Provincias Unidas del Río de la Plata, del carácter y curso de ella y de la organización social con que ha terminado” en NÚÑEZ, Ignacio: Noticias históricas de la República Argentina, 2ª ed. Corregida y aumentada por el hijo del autor Julio Núñez, Buenos Aires: Litografía, Imprenta y encuadernación de Guillermo Kraft, 1898, pp. 388-415. OSZLAK, Oscar: La formación del Estado argentino, Buenos Aires: Editorial Planeta Ar-gentina, 1999. PALTI, Elías José. “La Historia de Belgrano de Mitre y la problemática concepción de un pasado nacional”, en Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emi-lio Ravignani”, 2000, Tercera serie, n.º 21, 75-98. — La nación como problema. Los historiadores y la “cuestión nacional”, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2002. PELLIZA, Mariano A.: Historia Argentina al alcance de los niños. Texto preparado para las escuelas primarias, Buenos Aires: Juan A. Alsina, editor, 1892. — Historia Argentina al alcance de los niños. Nueva edición, Buenos Aires: Félix La-jouane, editor, 1898. PILIA DE ASSUNÇÃO, Nelda y Aurora RAVINA, editoras: Mayo de 1810. Entre la his-toria y la ficción discursiva, Buenos Aires: Biblos, 1999. PIZZURNO, Pablo: La escuela primaria, Buenos Aires: Libros para el maestro edición hecha por El Monitor de la Educación Común, 1906. POGGI, Marta Mercedes: “Los libros escolares primarios y la enseñanza de la historia, 1880-1905”, en V Jornadas de Investigadores del Departamento de Historia, Mar del Plata, Facultad de Humanidades, 2004, publicado en CD Rom. POGGI, Marta Mercedes: “Los libros escolares y la construcción de la ciudadanía, 1880-1890”, en IX Jornadas Interescuelas, Departamento de Historia, Córdoba, 2003, publi-cado en CD Rom. — “Una Nación en construcción. La Revolución de Mayo en los textos escolares, 1880-1905”, en XII Jornadas Interescuelas / Departamentos de Historia, San Carlos de Bari-loche, 2009, publicado en CD Rom. PUIGGRÓS, Adriana: Sujetos, disciplina y curriculum en los orígenes del sistema educa-tivo argentino 1885/1916, Buenos Aires: Galerna, 1990. RIEKENBERG, Michael, comp.: Latinoamérica: Enseñanza de la historia, libros de texto y conciencia histórica, Buenos Aires: Alianza Editorial/Flacso/ Georg Eckert Instituts, 1991. RODRÍGUEZ, Martha y Palmira DOBAÑO FERNÁNDEZ, comp.: Los libros de texto como objeto de estudio. Una apreciación desde la historia, Buenos Aires: Editorial La Colmena, 2001. ROMERO, Luís Alberto (coord.): La Argentina en la escuela. La idea de nación en los textos escolares, Buenos Aires: Siglo XXI Editores Argentina, 2004. ROSSI, Pablo: El pasado, la memoria, el olvido. Ocho ensayos de historia de las ideas, Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión, 2003. SAAB, Jorge; Carlos SUÁREZ; José MARISTANY y Laura SÁNCHEZ: “De Fregeiro a Levene. Apuntes para una historia de los manuales de historia” en RODRÍGUEZ, Martha y Palmira DOBAÑO FERNÁNDEZ, comp.: Los libros de texto como objeto de estudio. Una apreciación desde la historia, Buenos Aires: Editorial La Colmena, 2001, pp. 55-87. SHUMWAY, Nicolas: La invención de la Argentina. Historia de una idea, Buenos Aires: Emecé Editores, 1995. Historiografía, enseñanza de la Historia… 965 TEDESCO, Juan Carlos: Educación y sociedad en la Argentina 1880-1945, Prólogo de Gregorio Weinberg, Buenos Aires: Ediciones del Solar, 1986. TUFRÓ, Juan: Nociones de Historia General según E. Lavisse. Traducido del francés, y adaptado a los nuevos programas oficiales de fecha del 22 de diciembre de 1887 para 5° y 6° grado, [s.l.]: Félix Lajouane editor, 1890. WAINERMAN, Catalina y Mariana HEREDIA: ¿Mamá amasa la masa? Cien años de li-bros de lectura de la escuela primaria, Buenos Aires: Editorial de Belgrano, 1999. YERUSHALMI, Yosef; Nicole LORAUX; Hans MOMMSEN; Jean-Claude MILNER y Gianni VATTIMO: Usos del olvido. Comunicaciones al coloquio de Royaumont, Bue-nos Aires: Ediciones Nueva Visión, 1998. XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 966 NOTAS 1 Para la relación construcción de la nación – educación y el proyecto educativo de la genera-ción del ochenta ver Fernando J. Devoto: Nacionalismo, fascismo y tradicionalismo en la Argentina moderna. Una historia, Buenos Aires: Siglo Veintiuno de Argentina Edito-res, 2002; Lilia Ana Bertoni: Patriotas, cosmopolitas y nacionalistas. La construcción de la nacionalidad argentina a fines del siglo XIX, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2001; Oscar Oszlak: La formación del Estado argentino, Buenos Aires: Editorial Planeta Argentina, 1999; Roberto H. Albergucci: Educación y estado. Organi-zación del sistema educativo, Buenos Aires: Editorial Docencia, 1996; Adriana Puig-grós: Sujetos, disciplina y curriculum en los orígenes del sistema educativo argentino 1885/1916, Buenos Aires: Galerna, 1990; Juan Carlos Tedesco: Educación y sociedad en la Argentina 1880-1945, Prólogo de Gregorio Weinberg, Buenos Aires: Ediciones del Solar, 1986. 2 Oscar Oszlak: La formación del Estado argentino, Buenos Aires: Editorial Planeta Ar-gentina, 1999. 3 Marta Mercedes Poggi: “Los libros escolares primarios y la enseñanza de la historia, 1880-1905”, en V Jornadas de Investigadores del Departamento de Historia, Mar del Plata, Facultad de Humanidades, 2004, CD Rom. 4 Fernando Devoto y Nora Pagano: Historia de la historiografía argentina, Buenos Aires: Sudamericana, 2009; Cattaruza, Alejandro y Alejandro Eujanian: Políticas de la histo-ria. Argentina 1860-1960, Buenos Aires: Alianza Editorial, 2003. 5 Juan Carlos Tedesco: Educación y sociedad en la Argentina 1880-1945, Prólogo de Gre-gorio Weinberg, Buenos Aires: Ediciones del Solar, 1986; Carlos Escudé: El fracaso del proyecto argentino. Educación e ideología, Buenos Aires: Instituto Torcuato Di Te-lla/Conicet, 1990; Michael Riekenberg, comp.: Latinoamérica: enseñanza de la histo-ria, libros de texto y conciencia histórica, Buenos Aires: Alianza Editorial/Flacso/ Ge-org Eckert Instituts, 1991; Lilia Ana Bertoni: Patriotas, cosmopolitas y nacionalistas. La construcción de la nacionalidad argentina a fines del siglo XIX, Buenos Aires: Fon-do de Cultura Económica, 2001; Cecilia Braslavsky: “Aprender de la historia para en-señar la historia”, en Zoraida Vázquez y Pilar Gonzalbo Aizpuru, comp.: La enseñanza de la historia, Washington, D.C.: OEA, 1994, pp. 75-87; Catalina Wainerman y Maria-na Heredia: ¿Mamá amasa la masa? Cien años de libros de lectura de la escuela pri-maria, Buenos Aires: Editorial de Belgrano, 1999; Martha Rodríguez y Palmira Doba-ño Fernández, comp.: Los libros de texto como objeto de estudio. Una apreciación desde la historia, Buenos Aires: Editorial La Colmena, 2001; Luís Alberto Romero (coord.): La argentina en la escuela. La idea de nación en los textos escolares, Buenos Aires: Siglo XXI Editores Argentina, 2004; Marta Mercedes Poggi: “Los libros escola-res y la construcción de la ciudadanía, 1880-1890”, en IX Jornadas Interescuelas, Córdoba, Departamento de Historia, 2003, CD Rom; Roberto H. Albergucci: Educa-ción y estado. Organización del sistema educativo, Buenos Aires: Editorial Docencia, 1996; Roberto H. Albergucci.: Educación y estado. Organización del sistema educati-vo, Buenos Aires: Editorial Docencia, 1996; Andrea Alliaud: Los maestros y su histo-ria: los orígenes del magisterio argentino, Buenos Aires: Gránica, 2007. 6 Para memoria-historia-identidad ver Joel Candau: Memoria e identidad, Buenos Aires: Ediciones Del Sol, 2001; Joel Candau: Antropología de la memoria, Buenos Aires: Edi-ciones Nueva Visión, 2002; Pablo Rossi: El pasado, la memoria, el olvido. Ocho ensa-yos de historia de las ideas, Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión, 2003; Yosef Ye-rushalmi; Nicole Loraux; Hans Mommsen; Jean-Claude Milner y Gianni Vattimo: Usos Historiografía, enseñanza de la Historia… 967 del olvido. Comunicaciones al coloquio de Royaumont, Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión, 1998; Nora, Pierre dir.: Les Lieux de Mémoire, París: Gallimard, 1984-1992. 7 Para lugares de memoria ver Pierre Nora dir.: Les Lieux de Mémoire, París: Gallimard, 1984-1992 y para la Revolución de Mayo como lugar de memoria ver Marta Mercedes Poggi: “Una nación en construcción. La Revolución de Mayo en los textos escolares, 1880-1905” en XII Jornadas Interescuelas / Departamentos de Historia, San Carlos de Bariloche, 2009, Publicado en CD Rom; Nelda Pilia de Assunção y Aurora Ravina edi-toras: Mayo de 1810. Entre la historia y la ficción discursiva, Buenos Aires: Biblos, 1999. Para la relación entre historiografía y construcción de la nación ver Nicolas Shum-way: La invención de la Argentina. Historia de una idea, Buenos Aires: Emecé Editores, 1995; Túlio Halperin Donghi: Ensayos de historiografia, Buenos Aires: Ediciones el Cie-lo por Asalto, 1996; Elias Palti: La nación como problema. Los historiadores y la “cues-tión nacional”, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2002; Lilia Ana Bertoni: Patriotas, cosmopolitas y nacionalistas. La construcción de la nacionalidad argentina a fines del siglo XIX, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2001; Devoto, Fer-nando J.: Nacionalismo, fascismo y tradicionalismo en la Argentina moderna. Una his-toria, Buenos Aires: Siglo XXI de Argentina Editores, 2002; Alejandro Cattaruza y Alejandro Eujanian: Políticas de la historia. Argentina 1860-1960, Buenos Aires: Ali-anza Editorial, 2003. 8 Marta Mercedes Poggi: “Una nación en construcción. La Revolución de Mayo en los tex-tos escolares, 1880-1905” en XII Jornadas Interescuelas / Departamentos de Historia, San Carlos de Bariloche, 2009, Publicado en CD Rom. 9 Publicación oficial y periódica del Consejo Nacional de Educación (CNE), de distribución gratuita y difusión nacional que comenzó a publicarse en noviembre de 1881. 10 Gregorio Funes: Ensayo de la historia civil de Buenos Aires, Tucumán y Paraguay, 2ª ed., t. 2, Buenos Aires: Imprenta Bonaerense, 1856; Gregorio Funes: “Bosquejo de nuestra revolución desde el 25 de mayo de 1810 hasta la apertura del Congreso Nacional el 25 de marzo de 1816” en Gregorio Funes: Ensayo de la historia civil de Buenos Aires, Tu-cumán y Paraguay, 2ª ed., t. 2, Buenos Aires: Imprenta Bonaerense, 1856, pp. 363-400; Vicente Fidel López: Historia de la Revolución Argentina desde sus precedentes hasta el derrocamiento de la tiranía en 1852, Buenos Aires: Carlos Casavalle, editor, 1881a; Vicente Fidel López: La Revolución Argentina. Sus orígenes, sus guerras y su desarro-llo político hasta 1830, Buenos Aires: Imprenta y librería de Mayo de Carlos Casavalle, 1881b; Vicente Fidel López: Manual de la historia argentina dedicado a los maestros y profesores que la enseñan, Buenos Aires: Imprenta y librería de Mayo de Carlos Casa-valle, 1896; Vicente Fidel López: Historia de la República Argentina, Su origen, su re-volución y su desarrollo político hasta 1852, Buenos Aires: Carlos Casavalle, editor, 1883; Bartolomé Mitre: Galería de celebridades argentinas. Biografías de los persona-jes más notables del Río de la Plata, Buenos Aires: Ledouz y Vignal, editores, 1857; Bartolomé Mitre: Historia de Belgrano y de la independencia argentina, Buenos Aires: Ediciones Estrada, 1947; Manuel Moreno: “Vida del doctor Mariano Moreno” en Mu-seo Histórico Nacional. Memorias y autobiografías, Buenos Aires: Imprenta de M. A. de Rosas, 1910; Ignacio Núñez: Noticias históricas de la República Argentina, 2ª ed. Corregida y aumentada por el hijo del autor Julio Núñez, Buenos Aires: Litografía, Im-prenta y encuadernación de Guillermo Kraft, 1898; Ignacio Núñez: Noticias históricas de la República Argentina, Buenos Aires: Imprenta de Mayo, 1857; Ignacio Núñez: “Revista política de la revolución de las Provincias Unidas del Río de la Plata, del carácter y curso de ella y de la organización social con que ha terminado” en Ignacio Núñez: Noticias históricas de la República Argentina, 2ª ed. Corregida y aumentada XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 968 por el hijo del autor Julio Núñez, Buenos Aires: Litografía, Imprenta y encuadernación de Guillermo Kraft, 1898, pp. 388-415. 11 Bartolomé Mitre: Galería de celebridades argentinas. Biografías de los personajes más notables del Río de la Plata, Buenos Aires: Ledouz y Vignal, editores, 1857, p. 52; Bar-tolomé Mitre: Historia de Belgrano y de la independencia argentina, t.1, Buenos Aires: Ediciones Estrada, 1947, pp. 221. Cita tomada del Daily Advertiser, Londres, 14 de septiembre de 1807. 12 Bartolomé Mitre: Historia de Belgrano y de la independencia argentina, t.1, Buenos Aires: Ediciones Estrada, 1947, pp. 309, 311-312. 13 Bartolomé Mitre: Historia de Belgrano y de la independencia argentina, t.1, Buenos Aires: Ediciones Estrada, 1947, pp. 113. 14 Para la polémica Mitre-López ver Roberto Madero: La historiografía entre la república y la nación: el caso de Vicente Fidel López, Buenos Aires: Catálogos, 2005. Ver también Túlio Halperin Donghi: Ensayos de historiografia, Buenos Aires: Ediciones el Cielo por Asalto, 1996, p. 47; Nelda Pilia de Assunção y Aurora Ravina, editoras: Mayo de 1810. Entre la historia y la ficción discursiva, Buenos Aires: Biblos, 1999, pp. 36-37; Fer-nando J. Devoto: Nacionalismo, fascismo y tradicionalismo en la Argentina moderna. Una historia, Buenos Aires: Siglo Veintiuno de Argentina Editores, 2002, p. 9, nota 11; Alejandro Cattaruza y Alejandro Eujanian: Políticas de la historia. Argentina 1860-1960, Buenos Aires: Alianza Editorial, 2003, pp. 23-28, 32, 60-67. 15 Vicente Fidel López: Historia de la Revolución Argentina desde sus precedentes hasta el derrocamiento de la tiranía en 1852, Buenos Aires: Carlos Casavalle, editor, 1881a, introducción; Vicente Fidel López: La Revolución Argentina. Sus orígenes, sus guerras y su desarrollo político hasta 1830, Buenos Aires: Imprenta y librería de Mayo de Car-los Casavalle, 1881b, advertencia; Vicente Fidel López: Historia de la República Ar-gentina, Su origen, su revolución y su desarrollo político hasta 1852, Buenos Aires: Carlos Casavalle, editor, 1883, pp. VI-IX, XVIII, LIV- LX. 16 Vicente Fidel López: Historia de la República Argentina, Su origen, su revolución y su desarrollo político hasta 1852, Buenos Aires: Carlos Casavalle, editor, 1883, p. XVIII. 17 Bartolomé Mitre: Galería de celebridades argentinas. Biografías de los personajes más notables del Río de la Plata, Buenos Aires: Ledouz y Vignal, editores, 1857, pp. 53-54, 61, 64; Bartolomé Mitre: Historia de Belgrano y de la independencia argentina, t.1, Buenos Aires: Ediciones Estrada, 1947, pp. 193, 252-255, 353. 18 Bartolomé Mitre: Galería de celebridades argentinas. Biografías de los personajes más notables del Río de la Plata, Buenos Aires: Ledouz y Vignal, editores, 1857, p. 64. Ver también Bartolomé Mitre: Historia de Belgrano y de la independencia argentina, t.1, Buenos Aires: Ediciones Estrada, 1947, pp. 353-356, 361. Esta caracterización de la re-volución se reitera en la Biografía de Rivadavia de Juan María Gutiérrez. En Bartolomé Mitre: Galería de celebridades argentinas. Biografías de los personajes más notables del Río de la Plata, Buenos Aires: Ledouz y Vignal, editores, 1857, pp. 18-21. 19 Bartolomé Mitre: Galería de celebridades argentinas. Biografías de los personajes más notables del Río de la Plata, Buenos Aires: Ledouz y Vignal, editores, 1857, p. 69. 20 Bartolomé Mitre: Galería de celebridades argentinas. Biografías de los personajes más nota-bles del Río de la Plata, Buenos Aires: Ledouz y Vignal, editores, 1857, pp. 65-71; Bartolomé Mitre: Historia de Belgrano y de la independencia argentina, t.1, Buenos Aires: Ediciones Es-trada, 1947, pp. 364-368,373, 377-381, 385-386, 390. 21 Bartolomé Mitre: Galería de celebridades argentinas. Biografías de los personajes más nota-bles del Río de la Plata, Buenos Aires: Ledouz y Vignal, editores, 1857, pp. 53-54, 61, 64; Bar- Historiografía, enseñanza de la Historia… 969 tolomé Mitre: Historia de Belgrano y de la independencia argentina, t.1, Buenos Aires: Edi-ciones Estrada, 1947, pp. 193, 252-255, 353. 22 Bartolomé Mitre: Galería de celebridades argentinas. Biografías de los personajes más nota-bles del Río de la Plata, Buenos Aires: Ledouz y Vignal editores, 1857, pp. 53-57, 61; Barto-lomé Mitre: Historia de Belgrano y de la independencia argentina, t.1, Buenos Aires: Edicio-nes Estrada, 1947, pp. 196, 200-201, 210, 215, 254, 257, 259, 290, 328, 360-362, 379-386. 23 Bartolomé Mitre: Historia de Belgrano y de la independencia argentina, t.1, Buenos Aires: Ediciones Estrada, 1947, pp. 58-68, 77-78, 101, 396. 24 Vicente Fidel López: La Revolución Argentina. Sus orígenes, sus guerras y su desarro-llo político hasta 1830, t. 1, Buenos Aires: Imprenta y librería de Mayo de Carlos Casa-valle, 1881b, pp. 17-18; Vicente Fidel López: Manual de la historia argentina dedicado a los maestros y profesores que la enseñan, Buenos Aires: Imprenta y librería de Mayo de Carlos Casavalle, 1896, p. 21. 25 Para las referencias de Mitre a obras y autores previos y contemporáneos ver Bartolomé Mitre: Historia de Belgrano y de la independencia argentina, t. 1, Buenos Aires: Edi-ciones Estrada, 1947, pp. 17-22, 33, 36, 51-53, 245, 363, 385; Bartolomé Mitre: Galer-ía de celebridades argentinas. Biografías de los personajes más notables del Río de la Plata, Buenos Aires: Ledouz y Vignal, editores, 1857, pp. 64, 124. 26 Túlio Halperin Donghi: Ensayos de historiografia, Buenos Aires: Ediciones el Cielo por Asalto, 1996, p. 43. 27 Clemente Fregeiro: Lecciones de historia argentina profesadas en el Colegio Nacional de la capital y arregladas al nuevo programa, 9ª ed., Buenos Aires: Librería “Rivada-via” de G. Mendesky e hijo, 1910, 1° parte, pp.18-22. 28 Rómulo D. Carbia: Historia crítica de la historiografía argentina (desde sus orígenes en el siglo XIX), Edición definitiva, Buenos Aires: Imprenta y casa editora “Coni”, 1940, pp. 287-301. Para la política aplicada al respecto ver Poggi, Marta Mercedes: “Los li-bros escolares primarios y la enseñanza de la historia, 1880-1905”, en V Jornadas de Investigadores del Departamento de Historia, Mar del Plata, Facultad de Humanidades, 2004, publicado en CD Rom. Una opinión favorable de Mitre era fundamental para los autores que no se privaban de hacerla constar en los prefacios de sus escritos, además de incluir tanto citas como alusiones a su obra. Citan a Mitre explícitamente: Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, p. 170; Fregeiro, C. I.: Compendio de la historia argentina. Desde el descubrimiento del Nuevo Mundo (1492) hasta la muerte de Dorrego (1828) seguido de un sumario histórico que comprende los principales acontecimientos ocurridos hasta 1862, 2ª ed. Corregida y aumentada, Buenos Aires: Igon hermanos, 1881, pp. 6, 162; Nicanor Larrain: Compen-dio de historia argentina para el uso de las escuelas y colegios de la República, Bue-nos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, advertencia, p. 100. 29 Para inventariar los libros de textos y su filiación historiográfica ver Rómulo D. Carbia: Historia crítica de la historiografía argentina (desde sus orígenes en el siglo XIX), Edi-ción definitiva, Buenos Aires: Imprenta y casa editora “Coni”, 1940 y Lilia Ana Berto-ni: Patriotas, cosmopolitas y nacionalistas. La construcción de la nacionalidad argen-tina a fines del siglo XIX, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2001. Para escuela y nación ver Fernando J. Devoto: Nacionalismo, fascismo y tradicionalismo en la Argentina moderna. Una historia, Buenos Aires: Siglo Veintiuno de Argentina Edi-tores, 2002; para la influencia de Mitre en la educación formal y la constitución de la historia liberal porteña en historia oficial ver Elías José Palti: “La historia de Belgrano de Mitre y la problemática concepción de un pasado nacional”, en Boletín del Instituto XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 970 de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani”, 2000, Tercera serie, N.º 21, pp. 75-98; Nicolás Shumway: La invención de la Argentina. Historia de una idea, Buenos Aires: Emecé Editores, 1995; Fernando J. Devoto: Nacionalismo, fascis-mo y tradicionalismo en la Argentina moderna. Una historia, Buenos Aires: Siglo Veintiuno de Argentina Editores, 2002 y Fernando Devoto, y Nora Pagano: Historia de la historiografía argentina, Buenos Aires: Sudamericana, 2009. 30 El Monitor de la Educación Común, t. II, N.º 27 (1883), pp. 259-261; t. III, N.º 50 (1884), pp. 308-309; t. VI, N.º 110 (1887), pp. 316-317 y N.º 120 (1887), pp. 752 y ss; t. VIII, N.º 145(1888), p. 229 y N.º 153 (1889), pp. 679-680; año XI, N.º 154 (1889), pp. 713 y ss.; t. XI, N.º218 (1892), pp. 490-499; t. XII-XIII, N.º 245 (1894), pp. 775-776; N.º 247 (1894), p. 855; t. XV, N.º 298 (1898), pp. 859-861; t. XVI, N.º 303 (1898), p. 144; XVII, N.º 339 (1901), p. 1127. 31 El Monitor de la Educación Común, t. XI, N.º220 (1892), pp. 562-568; t. XV, N.º 283 (1897), pp. 97-107; t. XVI, N.º 314 (1899), p. 626; t. XVIII, N.º 344 (1901), pp. 193-194, 202-210; t. XXIV, N.º 413 o 2° serie N.º 33 (1907), pp. 438-441. El Monitor de la Educación Común presenta modelos de clase a seguir y recomendaciones para la apli-cación de los programas que contribuían a pautar la actividad docente. Ver El Monitor de la Educación Común, t. XI, N.º 203 (1891), pp. 53-58; t. XV, N.º 250 (1894), pp. 984-988; t. XV, N.º 294 (1897), pp. 626-627; t. XV, N.º 299 (1898), pp. 911-912. Para progra-mas de estudios y formación de ciudadanos ver Escudé, Carlos: El fracaso del proyecto argentino. Educación e ideología, Buenos Aires: Instituto Torcuato Di Tella/Conicet, 1990, pp. 1-4; Lilia Ana Bertoni: Patriotas, cosmopolitas y nacionalistas. La construc-ción de la nacionalidad argentina a fines del siglo XIX, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2001, pp. 45-46. Para formación de maestros ver Andrea Alliaud: Los maestros y su historia: los orígenes del magisterio argentino, Buenos Aires: Gránica, 2007. 32 El Monitor de la Educación Común, t. XI, N.º 218 (1892), pp. 490-499; t. XII-XIII, N.º 247 (1894), p. 855; t. XV, N.º 298 (1898), pp. 859-861; t. XVI, N.º 303 (1898), p. 144; t. XVII, N.º 339 (1901), p. 1127. En 1901 se presentaron 122 libros de historia. Ver El Monitor de la Educación Común, t. XVII, N.º 334 (1900), pp. 850-851; N.º 339 (1901), p. 1127; t. XVIII, N.º 341 (1901), pp. 46-48. 33 El Monitor de la Educación Común, t. XX, N.º 385 (2°serie N.º 5) (1905), CLXXV; t. XXIV, N.º 409 (2° serie N.º 29) (1907), p. 109. 34 Pablo Pizzurno: La escuela primaria, Buenos Aires: Libros para el maestro edición hecha por El Monitor de la Educación Común, 1906, pp. 34, 44, 99-106. 35 La historia general estaba representada fundamentalmente por la traducción y adaptación de un texto de Ernest Lavisse realizadas por Juan Tufró que incluye referencias a las invasiones inglesas, el 25 de mayo, las expediciones libertadoras y datos biográficos de San Martín y Bolivar. Tufró, Juan: Nociones de historia general según E. Lavisse. Tra-ducido del francés, y adaptado a los nuevos programas oficiales de fecha del 22 de di-ciembre de 1887 para 5° y 6° grado, [s.l.]: Félix Lajouane editor, 1890, pp. 132-138. Para la utilización del manual de Lavisse durante la III República francesa ver Nora, Pierre dir.: Les Lieux de Mémoire, París: Gallimard, 1984-1992. 36 Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881. Los cuestionarios de recapitulación eran usuales, ver Mariano A. Pelliza: Historia argentina al alcance de los niños. Nueva edición, Buenos Aires: Félix Lajouane, editor, 1898; Juan M. Gutiérrez: La historia argentina al alcance de los niños. Desde el descubri-miento hasta la adopción de la Constitución Nacional, cuyo espíritu se esplica en este Historiografía, enseñanza de la Historia… 971 compendio histórico, 12ª edición corregida, Buenos Aires: Carlos Casavalle editor, 1893. 37 R. Cambón: Breves lecciones de historia argentina. Arreglado al programa oficial para servir exclusivamente a niños de escuela elemental, Buenos Aires: Imprenta de Pablo E. Coni, 1884; Luís Domínguez: Historia argentina, Buenos Aires: Imprenta del Or-den, 1861; Benigno T. Martínez: Curso elemental de historia argentina. Arreglado pa-ra el uso de los colegios nacionales y escuelas normales con notas críticas y de interés para los profesores y los alumnos, 2° ed., notablemente aumentada y corregida. Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885; Benigno T. Martínez: Nociones de historia ar-gentina extractadas del resumen del curso de historia del profesor del Colegio Nacio-nal del Uruguay. Aprobado por el Consejo General de Educación y por la Dirección de escuelas de la Provincia de Buenos Aires, 12° ed., Texto arreglado al programa oficial para 3°, 4° y 5° grado de las escuelas comunes, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1895; Benigno T. Martínez: Nociones de historia argentina. Aprobado por el Consejo General de Educación de la Provincia de Buenos Aires, 6° ed., Texto arreglado al pro-grama oficial para 3°, 4° y 5° grado de las escuelas comunes, Buenos Aires: Igon Her-manos editores, 1888. 38 El Monitor de la Educación Común, t. II, N.º 23 (1883), pp. 75-78; t. XI, N.º 203 (1891), pp. 53-58. 39 José María Aubin: Curso de historia nacional. Escrito con arreglo al nuevo programa de las escuelas comunes de la capital para 3° grado. Buenos Aires: Ángel Estrada, 1896, pp. 58-59; Juan M. Gutiérrez: La historia argentina al alcance de los niños. Desde el descubrimiento hasta la adopción de la Constitución Nacional, cuyo espíritu se esplica en este compendio histórico, 12ª edición corregida, Buenos Aires: Carlos Casavalle edi-tor, 1893, p. 107; R. Cambón: Breves lecciones de historia argentina. Arreglado al pro-grama oficial para servir exclusivamente a niños de escuela elemental, Buenos Aires: Im-prenta de Pablo E. Coni, 1884, p. 27. 40 Alfredo Bartolomé Grosso: Curso de historia nacional, Buenos Aires: Librería Econó-mica, 1909, p. 109; Nicanor Larrain: Compendio de historia argentina para el uso de las escuelas y colegios de la República, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, p. 45. 41 Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, pp. 48-49, 65-66; Clemente Fregeiro: Lecciones de historia argentina profesadas en el Colegio Nacional de la capital y arregladas al nuevo programa, 9ª ed. Buenos Aires: Librería “Rivadavia” de G. Mendesky e hijo, 1910, p. 14. 42 Clemente Fregeiro: Lecciones de historia argentina profesadas en el Colegio Nacional de la capital y arregladas al nuevo programa. 9ª ed. Buenos Aires: Librería “Rivada-via” de G. Mendesky e hijo, 1910, advertencia de la 1° edición, 2° parte, p. 9. 43 José María Aubin: Curso de historia nacional. Escrito con arreglo al nuevo programa de las escuelas comunes de la capital para 3° grado, Buenos Aires: Ángel Estrada, 1896, pp. 50-52. 44 Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, p. 82. 45 Clemente Fregeiro: Lecciones de historia argentina profesadas en el Colegio Nacional de la capital y arregladas al nuevo programa. 9ª ed. Buenos Aires: Librería “Rivada-via” de G. Mendesky e hijo, 1910, p.14. 46 Alfredo Bartolomé Grosso: Curso de historia nacional, Buenos Aires: Librería Econó-mica, 1909, pp. 96-97. XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 972 47 Alfredo Bartolomé Grosso: Curso de historia nacional, Buenos Aires: Librería Econó-mica, 1909, p. 102. 48 Nicanor Larrain: Compendio de historia argentina para el uso de las escuelas y colegios de la República, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, pp. 45, 79-80. 49 Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, p. 96. 50 Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, pp. 82, 97; Clemente Fregeiro: Lecciones de historia argentina profesadas en el Cole-gio Nacional de la capital y arregladas al nuevo programa. 9ª ed. Buenos Aires: Li-brería “Rivadavia” de G. Mendesky e hijo, 1910, p. 14. 51 Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, p. 96; Clemente Fregeiro: Lecciones de historia argentina profesadas en el Colegio Nacional de la capital y arregladas al nuevo programa. 9ª ed. Buenos Aires: Librería “Rivadavia” de G. Mendesky e hijo, 1910, pp. 14-15. 52 Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, p. 85. 53 Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, p. 105; Alfredo Bartolomé Grosso: Curso de historia nacional, Buenos Aires: Librería Económica, 1909, p. 105. 54 Clemente Fregeiro: Lecciones de Historia Argentina profesadas en el Colegio Nacional de la Capital y arregladas al nuevo programa. 9ª ed. Buenos Aires: Librería “Rivada-via” de G. Mendesky e hijo, 1910, p. 55. 55 Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, p. 97; Alfredo Bartolomé Grosso: Curso de historia nacional, Buenos Aires: Librería Económica, 1909, p. 105. 56 Alfredo Bartolomé Grosso: Curso de historia nacional, Buenos Aires: Librería Econó-mica, 1909, p. 106; Nicanor Larrain: Compendio de Historia Argentina para el uso de las escuelas y colegios de la República, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, p. 85. 57 Nicanor Larrain: Compendio de historia argentina para el uso de las escuelas y colegios de la República, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, pp. 82-83; Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descu-brimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, pp. 100, 104, 118. 58 Clemente Fregeiro: Lecciones de historia argentina profesadas en el Colegio Nacional de la capital y arregladas al nuevo programa. 9ª ed. Buenos Aires: Librería “Rivada-via” de G. Mendesky e hijo, 1910, pp. 37-39. 59 Juana Manso: Compendio de Hhistoria de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, pp. 106-110. 60 Antonino Luna: Historia de la República Argentina y de las del Paraguay y Banda oriental desde el descubrimiento hasta nuestros días para el uso de sus escuela, Buenos Aires: Imprenta de Pablo E. Coni, especial para obras, 1878, p. 33. Historiografía, enseñanza de la Historia… 973 61 Luís Domínguez: Historia argentina, Buenos Aires: Imprenta del Orden, 1861, p. 203; José María Aubin: Curso de historia nacional. Escrito con arreglo al nuevo programa de las escuelas comunes de la capital para 3° grado, Buenos Aires: Ángel Es-trada, 1896, p. 69; Juan M. Gutiérrez: La historia argentina al alcance de los niños. Desde el descubrimiento hasta la adopción de la Constitución Nacional, cuyo espíritu se esplica en este compendio histórico, 12ª edición corregida, Buenos Aires: Carlos Ca-savalle editor, 1893, p. 102; C. I. Fregeiro: Compendio de la historia argentina. Desde el descubrimiento del Nuevo Mundo (1492) hasta la muerte de Dorrego (1828) seguido de un sumario histórico que comprende los principales acontecimientos ocurridos has-ta 1862, 2ª ed. Corregida y aumentada, Buenos Aires: Igon hermanos, 1881, pp. 6, 136; Clemente Fregeiro: Lecciones de historia argentina profesadas en el Colegio Nacional de la capital y arregladas al nuevo programa. 9ª ed. Buenos Aires: Librería “Rivada-via” de G. Mendesky e hijo, 1910, 2° parte, pp. 8-39; R. Cambón: Breves lecciones de historia argentina. Arreglado al programa oficial para servir exclusivamente a niños de escuela elemental, Buenos Aires: Imprenta de Pablo E. Coni, 1884, p. 31; Juana Manso: Compendio de Historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descu-brimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, p. 99; Juan Tufró: Nociones de Historia general según E. Lavisse. Traducido del francés, y adapta-do a los nuevos programas oficiales de fecha del 22 de diciembre de 1887 para 5° y 6° grado, [s.l.]: Félix Lajouane editor, 1890, p. 132; Benigno T. Martínez: Nociones de historia argentina. Aprobado por el Consejo General de Educación de la Provincia de Buenos Aires, 6° ed., Texto arreglado al programa oficial para 3°, 4° y 5° grado de las escuelas comunes, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1888, p. 56; Benigno T. Martínez: Curso elemental de historia argentina. Arreglado para el uso de los colegios nacionales y escuelas normales con notas críticas y de interés para los profesores y los alumnos, 2° ed., notablemente aumentada y corregida. Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, pp. 9-10. 62 Mariano A. Pelliza: Historia argentina al alcance de los niños. Texto preparado para las escuelas primarias, Buenos Aires: Juan A. Alsina, editor, 1892, p. 40; Nicanor Larrain: Compendio de historia argentina para el uso de las escuelas y colegios de la Repúbli-ca, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, p. 80. 63 Nicanor Larrain: Compendio de Historia Argentina para el uso de las escuelas y cole-gios de la República, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, p. 81. 64 Mariano A. Pelliza: Historia argentina al alcance de los niños. Texto preparado para las escuelas primarias, Buenos Aires: Juan A. Alsina, editor, 1892, p. 42. 65 Nicanor Larrain: Compendio de historia argentina para el uso de las escuelas y colegios de la República, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, p. 95; Juana Manso: Com-pendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimien-to hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, p. 126. 66 Juan M. Gutiérrez: La historia argentina al alcance de los niños. Desde el descubrimien-to hasta la adopción de la Constitución Nacional, cuyo espíritu se esplica en este com-pendio histórico, 12ª edición corregida, Buenos Aires: Carlos Casavalle editor, 1893, p. 113; R. Cambón: Breves lecciones de historia argentina. Arreglado al programa ofi-cial para servir exclusivamente a niños de escuela elemental, Buenos Aires: Imprenta de Pablo E. Coni, 1884, p. 33; Fregeiro, C. I.: Compendio de la historia argentina. Desde el descubrimiento del Nuevo Mundo (1492) hasta la muerte de Dorrego (1828) seguido de un sumario histórico que comprende los principales acontecimientos ocu-rridos hasta 1862, 2ª ed. Corregida y aumentada, Buenos Aires: Igon hermanos, 1881, p. 150; Clemente Fregeiro: Lecciones de historia argentina profesadas en el Colegio XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 974 Nacional de la capital y arregladas al nuevo programa, 9ª ed., Buenos Aires: Librería “Rivadavia” de G. Mendesky e hijo, 1910, 2º parte, p. 48; Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, p. 99; Antonino Luna: Historia de la República Argentina y de las del Paraguay y Banda oriental desde el descubrimiento hasta nuestros días para el uso de sus escuela, Buenos Aires: Imprenta de Pablo E. Co-ni, especial para obras, 1878, p. 36. 67 Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, pp. 100-101, 172. Este texto gozó de gran prestigio y difusión. Ver Marta Mercedes Poggi: “Los libros escolares y la construcción de la ciudadanía, 1880-1890”, en IX Jornadas Inter-escuelas, Departamento de Historia, Córdoba, 2003, Publicado en CD-R. 68 Juan M. Gutiérrez: La historia argentina al alcance de los niños. Desde el descubrimien-to hasta la adopción de la Constitución Nacional, cuyo espíritu se esplica en este com-pendio histórico, 12ª edición corregida, Buenos Aires: Carlos Casavalle editor, 1893, pp. 121, 125. 69 Benigno T. Martínez: Curso elemental de historia argentina. Arreglado para el uso de los colegios nacionales y escuelas normales con notas críticas y de interés para los pro-fesores y los alumnos, 2° ed., notablemente aumentada y corregida. Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, p. 10; Benigno T. Martínez: Nociones de historia argentina extractadas del resumen del curso de historia del profesor del colegio nacional del Uru-guay. Aprobado por el Consejo General de Educación y por la Dirección de escuelas de la Provincia de Buenos Aires, 12° ed., Texto arreglado al programa oficial para 3°, 4° y 5° grado de las escuelas comunes, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1895 pp. 49-51. 70 Juan Tufró: Nociones de historia general según E. Lavisse. Traducido del francés, y adaptado a los nuevos programas oficiales de fecha del 22 de diciembre de 1887 para 5° y 6° grado, [s.l.]: Félix Lajouane editor, 1890, pp. 153. Con respecto a nación y estado, su equivalencia y problemática en este periodo ver Lilia Ana Bertoni: Patriotas, cos-mopolitas y nacionalistas. La construcción de la nacionalidad argentina a fines del si-glo XIX, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2001; Fernando J. Devoto: Nacio-nalismo, fascismo y tradicionalismo en la Argentina moderna. Una historia, Buenos Aires: Siglo Veintiuno de Argentina Editores, 2002; Elias Palti: La nación como pro-blema. Los historiadores y la “cuestión nacional”, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2002. 71 Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, pp. 85-85. 72 José María Aubin: Curso de historia nacional. Escrito con arreglo al nuevo programa de las escuelas comunes de la capital para 3° grado, Buenos Aires: Ángel Estrada, 1896, p. 60; Nicanor Larrain: Compendio de historia argentina para el uso de las escuelas y colegios de la República, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, p. 80. 73 José María Aubin: Curso de historia nacional. Escrito con arreglo al nuevo programa de las escuelas comunes de la capital para 3° grado, Buenos Aires: Ángel Estrada, 1896, p. 66; Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Pla-ta desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, pp. 83-84; Juan M. Gutiérrez: La historia argentina al alcance de los niños. Des-de el descubrimiento hasta la adopción de la Constitución Nacional, cuyo espíritu se esplica en este compendio histórico, 12ª edición corregida, Buenos Aires: Carlos Casa-valle editor, 1893, p. 106. Historiografía, enseñanza de la Historia… 975 74 Antonino Luna: Historia de la República Argentina y de las del Paraguay y Banda oriental desde el descubrimiento hasta nuestros días para el uso de sus escuela, Buenos Aires: Imprenta de Pablo E. Coni, especial para obras, 1878, p. 26; R. Cambón: Breves lecciones de historia argentina. Arreglado al programa oficial para servir exclusivamente a niños de escuela elemental, Buenos Aires: Imprenta de Pablo E. Coni, 1884, p. 29. 75 Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, pp. 104-107. 76 Nicanor Larrain: Compendio de historia argentina para el uso de las escuelas y colegios de la República, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, p. 83; Benigno T. Martínez: Nociones de historia argentina extractadas del resumen del curso de historia del profesor del Colegio Nacional del Uruguay. Aprobado por el Consejo General de Educación y por la Dirección de escuelas de la Provincia de Buenos Aires, 12° ed., Texto arreglado al programa oficial para 3°, 4° y 5° grado de las escuelas comunes, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1895, pp. 49-51; José María Aubin: Curso de historia nacional. Escrito con arreglo al nuevo programa de las escuelas comunes de la capital para 3° grado, Buenos Aires: Ángel Estrada, 1896, p. 68. 77 Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, pp. 117-119; Juan M. Gutiérrez: La historia argentina al alcance de los niños. Desde el descubrimiento hasta la adopción de la Constitución Nacional, cuyo espíritu se esplica en este compendio histórico, 12ª edición corregida, Buenos Aires: Carlos Casavalle edi-tor, 1893, pp. 123-125; José María Aubin: Curso de historia nacional. Escrito con arre-glo al nuevo programa de las escuelas comunes de la capital para 3° grado, Buenos Aires: Ángel Estrada, 1896, p. 70; José María Aubin: Curso de historia nacional. Escri-to con arreglo al nuevo programa de las escuelas comunes. Aprobado por el CNE para 4° grado, Buenos Aires: Ángel Estrada, 1906, p. 89; Benigno T. Martínez: Curso ele-mental de historia argentina. Arreglado para el uso de los colegios nacionales y escue-las normales con notas críticas y de interés para los profesores y los alumnos, 2° ed., notablemente aumentada y corregida. Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, pp. 10-12; Mariano A. Pelliza: Historia Argentina al alcance de los niños. Texto prepa-rado para las escuelas primarias, Buenos Aires: Juan A. Alsina, editor, 1892, p. 46;. Ni-canor Larrain: Compendio de historia argentina para el uso de las escuelas y colegios de la República, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, p. 83. 78 Juan M. Gutiérrez: La historia argentina al alcance de los niños. Desde el descubrimien-to hasta la adopción de la Constitución Nacional, cuyo espíritu se esplica en este com-pendio histórico, 12ª edición corregida, Buenos Aires: Carlos Casavalle editor, 1893, p. 125; José María Aubin: Curso de historia nacional. Escrito con arreglo al nuevo programa de las escuelas comunes de la capital para 3° grado, Buenos Aires: Ángel Es-trada, 1896, pp. 65, 70-71; Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Uni-das del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Ai-res: Ángel Estrada, 1881, p. 102. 79 Antonino Luna: Historia de la República Argentina y de las del Paraguay y Banda oriental desde el descubrimiento hasta nuestros días para el uso de sus escuela, Buenos Aires: Imprenta de Pablo E. Coni, especial para obras, 1878, p. 34. 80 Antonino Luna: Historia de la República Argentina y de las del Paraguay y Banda oriental desde el descubrimiento hasta nuestros días para el uso de sus escuela, Buenos Aires: Imprenta de Pablo E. Coni, especial para obras, 1878, pp. 30, 35-36.. XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 976 81 Nicanor Larrain: Compendio de historia argentina para el uso de las escuelas y colegios de la República, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, p. 87. 82 Benigno T. Martínez: Curso elemental de historia argentina. Arreglado para el uso de los Colegios Nacionales y escuelas normales con notas críticas y de interés para los pro-fesores y los alumnos, 2° ed., notablemente aumentada y corregida. Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, pp. 10-12; Benigno T. Martínez: Nociones de historia argen-tina. Aprobado por el Consejo General de Educación de la Provincia de Buenos Aires, 6° ed., Texto arreglado al programa oficial para 3°, 4° y 5° grado de las escuelas comu-nes, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1888, pp. 56-57. 83 Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, p. 119; José María Aubin: Curso de historia nacional. Escrito con arreglo al nuevo programa de las escuelas comunes de la capital para 3° grado, Buenos Aires: Ángel Es-trada, 1896, p. 72; Juan M. Gutiérrez: La historia argentina al alcance de los niños. Desde el descubrimiento hasta la adopción de la Constitución Nacional, cuyo espíritu se esplica en este compendio histórico, 12ª edición corregida, Buenos Aires: Carlos Ca-savalle editor, 1893, pp. 126-128; Mariano A. Pelliza: Historia argentina al alcance de los niños. Texto preparado para las escuelas primarias, Buenos Aires: Juan A. Alsina, editor, 1892, p. 44. 84 La ejecución de Santiago de Liniers, reconocido como el héroe de la reconquista, es mencionada brevemente en los textos e incluida entre las acciones necesarias para sal-var a la Patria. Ver Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, p. 122. 85 Clemente Fregeiro: Lecciones de historia argentina profesadas en el Colegio Nacional de la capital y arregladas al nuevo programa, 9ª ed., Buenos Aires: Librería “Rivada-via” de G. Mendesky e hijo, 1910, advertencia de la 1° edición, segunda parte, pp. 10-11, 64; Nicanor Larrain: Compendio de historia argentina para el uso de las es-cuelas y colegios de la República, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, p. 93; Juan M. Gutiérrez: La historia argentina al alcance de los niños. Desde el descubri-miento hasta la adopción de la Constitución Nacional, cuyo espíritu se esplica en este compendio histórico, 12ª edición corregida, Buenos Aires: Carlos Casavalle editor, 1893, p. 132; Mariano A. Pelliza: Historia argentina al alcance de los niños. Nueva edición, Buenos Aires: Félix Lajouane, editor, 1898, pp. 46-47. 86 Juana Manso: Compendio de historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde su descubrimiento hasta el año 1874, 9ª ed., Buenos Aires: Ángel Estrada, 1881, p. 176; Antonino Luna: Historia de la República Argentina y de las del Paraguay y Banda oriental desde el descubrimiento hasta nuestros días para el uso de sus escuela, Buenos Aires: Imprenta de Pablo E. Coni, especial para obras, 1878, p. 36; Nicanor Larrain: Compendio de historia argentina para el uso de las escuelas y colegios de la Repúbli-ca, Buenos Aires: Igon Hermanos editores, 1885, p. 81; Clemente Fregeiro: Lecciones de historia argentina profesadas en el Colegio Nacional de la capital y arregladas al nuevo programa, 9ª ed., Buenos Aires: Librería “Rivadavia” de G. Mendesky e hijo, 1910, 2° parte, pp. 42-43. 87 “Nuestras fuerzas se distribuyeron en las azoteas” en Juan M. Gutiérrez: La historia ar-gentina al alcance de los niños. Desde el descubrimiento hasta la adopción de la Cons-titución Nacional, cuyo espíritu se esplica en este compendio histórico, 12ª edición co-rregida, Buenos Aires: Carlos Casavalle editor, 1893, p. 110. Para el uso del “nosotros” ver Armoux, Elvira N. de: “Reformulación y modelo pedagógico en el Compendio de la Historiografía, enseñanza de la Historia… 977 historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata”, Signo y Seña, N.º 1, 1992, pp. 138.. 88 Fernando Devoto y Nora Pagano: Historia de la historiografía argentina, Buenos Aires: Sudamericana, 2009, p. 100. 89 El Monitor de la Educación Común, t. XX, N.º 385 (2° serie N.º 5), (1905), CLXXV; t. XXIV, N.º 409 (2° serie N.º 29) (1907), p. 109. 90 El Monitor de la Educación Común, t. XXXII, N.º 445 o 2° serie N.º 65 (1910), pp. 98-116. 91 El Monitor de la Educación Común, t. XX, N.º 387 o 2° serie N.º 7 (1905), pp. 684-690. 92 El Monitor de la Educación Común, t. XX, N.º 387 o 2° serie N.º 7 (1905), p. 700. 93 Marta Mercedes Poggi: “Los libros escolares primarios y la enseñanza de la historia, 1880-1905”, en V Jornadas de Investigadores del Departamento de Historia, Mar del Plata, Facultad de Humanidades, 2004, Publicado en CD Rom; Marta Mercedes Poggi: “Los libros escolares y la construcción de la ciudadanía, 1880-1890”, en IX Jornadas Interescuelas, Departamento de Historia, Córdoba, 2003, Publicado en CD-R. 94 El Monitor de la Educación Común, t. XXXII, N.º 445 o 2° serie N.º 65 (1910), pp. 98-116. 95 El Monitor de la Educación Común, t. XXXII, N.º 445 o 2° serie N.º 65 (1910), pp. 98-116. 96 Para una valoración de estos historiadores ver Fernando Devoto y Nora Pagano: Historia de la historiografía argentina, Buenos Aires: Sudamericana, 2009, p. 101. 97 Fernando Devoto y Nora Pagano: Historia de la historiografía argentina, Buenos Aires: Sudamericana, 2009, pp. 78-81, 107-112. 98 Para la Nueva Escuela Histórica ver Rómulo D. Carbia: Historia crítica de la historio-grafía argentina (desde sus orígenes en el siglo XIX), Edición definitiva, Buenos Aires: Imprenta y casa editora “Coni”, 1940; Alejandro Cattaruza y Alejandro Eujanian: Polí-ticas de la historia. Argentina 1860-1960, Buenos Aires: Alianza Editorial, 2003; Fer-nando Devoto y Nora Pagano: Historia de la historiografía argentina, Buenos Aires: Sudamericana, 2009. 99 Fernando Devoto y Nora Pagano: Historia de la historiografía argentina, Buenos Aires: Sudamericana, 2009, p. 143. 100 Fernando Devoto y Nora Pagano: Historia de la historiografía argentina, Buenos Aires: Sudamericana, 2009, pp. 145-146; Alejandro Cattaruza y Alejandro Eujanian: Políticas de la historia. Argentina 1860-1960, Buenos Aires: Alianza Editorial, 2003, p. 108. 101 El Monitor de la Educación Común (1909), t. XXIX, N.º 437, p. 401. López; Carlos Imhoff y Ricardo Levenne: La historia argentina de los niños en cuadros, Buenos Aires: Librería Nacional de J. Lajouane & Cia. Editores, 1910; Rómulo D. Carbia: La cartilla argentina. Instrucción elemental a la enseñanza de la historia de la patria, Buenos Aires: Editores A. Kapelusz y Cía., 1925. 102 El Monitor de la Educación Común (1909), t. XXIX, N.º 437, p. 401. Para la Gran sema-na de Mayo ver Jorge Saab; Carlos Suárez; José Maristany y Laura Sánchez. “De Fregeiro a Levene. Apuntes para una historia de los manuales de historia” en Martha Rodríguez y Palmira Dobaño Fernández, comp.: Los libros de texto como objeto de estudio. Una apre-ciación desde la historia, Buenos Aires: Editorial La Colmena, 2001, p. 67. 103 El Monitor de la Educación Común, t. XXXVI, N.º 425 o 2° serie N.º 45 (1908), p. 274. 104 Vicente Fidel López: Crónica de la Revolución de Mayo, Buenos Aires: Editorial Futu-ro S.R.L., 1960, p. 7. 105 Vicente Fidel López: Crónica de la Revolución de Mayo, Buenos Aires: Editorial Futu-ro S.R.L., 1960, p. 7, 12, 35, 53. 106 Vicente Fidel López: Crónica de la Revolución de Mayo, Buenos Aires: Editorial Futu-ro S.R.L., 1960, pp. 23-24, 33, 35, 45, 49, 53-55, 72. XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 978 107 Vicente Fidel López: Crónica de la Revolución de Mayo, Buenos Aires: Editorial Futu-ro S.R.L., 1960, pp. 7, 15-17, 19, 59-62, 67, 73. 108 Vicente Fidel López: Crónica de la Revolución de Mayo, Buenos Aires: Editorial Futu-ro S.R.L., 1960, p. 59. 109 Con prólogo de Joaquín V. González. 110 Carlos Imhoff y Ricardo Levenne: La historia argentina de los niños en cuadros, Buenos Aires: Librería Nacional de J. Lajouane & Cia. Editores, 1910, p. 43 111 Carlos Imhoff y Ricardo Levenne: La historia argentina de los niños en cuadros, Buenos Aires: Librería Nacional de J. Lajouane & Cia. Editores, 1910, pp. 63-64. 112 Carlos Imhoff y Ricardo Levenne: La historia argentina de los niños en cuadros, Buenos Aires: Librería Nacional de J. Lajouane & Cia. Editores, 1910, pp. 59, 65-69. 113 Carlos Imhoff y Ricardo Levenne: La historia argentina de los niños en cuadros, Buenos Aires: Librería Nacional de J. Lajouane & Cia. Editores, 1910, p. 70. 114 Carlos Imhoff y Ricardo Levenne: La historia argentina de los niños en cuadros, Buenos Aires: Librería Nacional de J. Lajouane & Cia. Editores, 1910, p. 74. 115 Carlos Imhoff y Ricardo Levenne: La historia argentina de los niños en cuadros, Buenos Aires: Librería Nacional de J. Lajouane & Cia. Editores, 1910, pp. 84-85. Interesantes son las ilustraciones que acompañan y refuerzan el texto. En la Jura a Fernando partici-pan todos sin diferencias; rechazan a Liniers sólo españoles uniformados; lo respaldan “los patriotas” tanto hombres como mujeres vestidos de civil. 116 Carlos Imhoff y Ricardo Levenne: La historia argentina de los niños en cuadros, Buenos Aires: Librería Nacional de J. Lajouane & Cia. Editores, 1910, p. 86. 117 Carlos Imhoff y Ricardo Levenne: La historia argentina de los niños en cuadros, Buenos Aires: Librería Nacional de J. Lajouane & Cia. Editores, 1910, pp. 86-92, 97. 118 Carlos Imhoff y Ricardo Levenne: La historia argentina de los niños en cuadros, Buenos Aires: Librería Nacional de J. Lajouane & Cia. Editores, 1910, p. 170. 119 Rómulo D. Carbia: La cartilla argentina. Instrucción elemental a la enseñanza de la historia de la patria, Buenos Aires: Editores A. Kapelusz y Cía., 1925, p. VII. 120 Rómulo D. Carbia: La cartilla argentina. Instrucción elemental a la enseñanza de la historia de la patria, Buenos Aires: Editores A. Kapelusz y Cía., 1925, p. 18. 121 Rómulo D. Carbia: La cartilla argentina. Instrucción elemental a la enseñanza de la historia de la patria, Buenos Aires: Editores A. Kapelusz y Cía., 1925, pp. 30-31. 122 Rómulo D. Carbia: La cartilla argentina. Instrucción elemental a la enseñanza de la historia de la patria, Buenos Aires: Editores A. Kapelusz y Cía., 1925, p. 31. |
|
|
|
1 |
|
A |
|
B |
|
C |
|
E |
|
F |
|
M |
|
N |
|
P |
|
R |
|
T |
|
V |
|
X |
|
|
|