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EXPANSIÓN PORTUGUESA Y URBANIZACIÓN ATLÁNTICA (SIGLOS XV-XIX)
PORTUGUESE EXPANSION AND ATLANTIC URBANIZATION (15TH – 19TH CENTURIES)
Laurent Vidal
RESUMEN
Apoyándome en los cuestionamientos y orientaciones de la “New Atlantic His-tory”, mi propósito consistirá en avanzar algunas hipótesis para estudiar la espe-cificidad del “universo urbanístico por-tugués” en el espacio atlántico.
En primer lugar, quisiera insistir en la invención de las formas urbanísticas “atlánticas” de parte de los portugueses, desde el siglo XV —no sólo las islas (Azores, Madera, Cabo Verde) sino también el litoral marroquí quedarán es-tudiados como unos lugares privilegia-dos de experimentación social y urba-nística.
En segundo lugar, se cuestionará el desplazamiento de estas formas en el espacio atlántico —lo que nos llevará a tomar la medida de su transformación, adaptación y mutación, tanto en la Áfri-ca negra como en Brasil.
En tercer lugar, evocaré el caso paroxís-tico de Mazagán, “la ciudad que cruzó
ABSTRACT
Basing on the questionings and orienta-tions of the “New Atlantic History”, my purpose will consist in reaching some hypothesis to study the specificity of the “Portuguese urban universe” in the Atlantic space.
In first place, I would like to insist in the Portuguese invention of the “Atlantic” urban forms from the 15th Century —not only the Islands (Azores, Madera, Cabo Verde) but also the Moroccan coast will be studied as privileged places of social and urban experimenta-tion.
In second place, the displacement of these forms in the Atlantic space will be questioned —which will lead us to take measures of its transformation, adapta-tion and mutation, in Black Africa as well as in Brazil.
In third place, I will evoke the paroxysm of the case of Mazagan, “the city that crossed the Atlantic” —the Portuguese
Laurent Vidal: Historiador. Prof. Dr. en la Université de La Rochelle (Francia). Director-adjunto del «Centre de Recherche en Histoire Internationale et Atlantique». 26, rue du Général Guillaumat, 17000 La Rochelle (Francia). Tlfo. : 00 336 15 90 64 51. Correo electró-nico : lvidal@univ-lr.fr
Este texto es una síntesis de las ideas desarrolladas en mi obra: Mazagão, la ville qui traversa l’Atlantique. Du Maroc à l’Amazonie (1769-1783), París, Aubier, 2005. Nos remitimos a esta obra para todas las referencias. La cartaografía es original: © L.Vidal, P. Brunello, 2010.
Expansión portuguesa…
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el Atlántico” —la fortaleza portuguesa implantada en Marruecos cuyos habitan-tes van a ser desplazados (por fuerza) para fundar una Nueva Mazagán en Amazonia.
PALABRAS CLAVE: imperio portugués, historia atlántica, urbanismo, ciudades, desplazamiento.
fortress implemented in Morocco whose inhabitants were forced to move to es-tablish a New Mazagan in Amazonia.
KEYWORDS: portuguese empire, atlantic history, urbanism, cities, displacement.
Quisiera presentarles la invención de las formas urbanísticas “atlánticas” de parte de los portugueses, desde el siglo XV —no sólo las islas (Azores, Madera, Cabo Verde) sino también el litoral marroquí, África occidental y Brasil. Dicha aventura urbanística va incluida en una historia compleja marcada por la circulación de los hombres y de las experiencias.
Quiero primeramente, intentar un bosquejo cartográfico para señalar los ritmos históricos de esta urbanización atlántica.
Despues, iré desarrollando más concretamente un caso que he tenido ocasión de estudiar recientemente, el de Mazagão.
BOSQUEJO HISTORICO-CARTOGRAFICO DE LA URBANIZACIÓN ATLÁNTICA DE LOS PORTUGUESES
Se pueden destacar cinco momentos en la implantación de una red de ciudades, factorías y fortalezas a lo largo del atlántico por los portugueses.
El tiempo de las islas, fortalezas y factorias (1415 – 1530)
Cuatro lógicas definen este primer tiempo: la Reconquista (expansión a lo largo del litoral marroquí, para la conversión de los infieles); la ocupación de los lugares estratégicos por los rumbos de la navegación atlántica; la explo-ración del azúcar: en Madera y Cabo Verde; la exploración de la madeira brasil.
XIX Coloquio de Historia Canario-Americana
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El tiempo del azúcar: ingenios y villas (1530 – 1580)
A los treinta años del descubrimiento del Brasil, Portugal asienta una política para dar valor a su colonia.Se trata de dividir el Brasil en capitanías y atribuir a cada capitán poderes extraordinarios para fundar villas, implantar el cultivo de la caña de azúcar (introduciendo a esclavos africanos) pero tam-bién defender el território (contra las amenazas indias y européas).
São Vicente, primera ciudad en Brasil (1532).
Aquel período queda marcado por la fundación de Salvador, capital del Brasil (1549) y de Río de Janeiro (1565) –las dos primeras ciudades del Brasil.
Paralelamente a la ocupación del Brasil, instalación de unas factorías en África: la de Luanda (1576) marca una nueva era.
Cabe notar aquí que los portugueses, al contrario de los españoles, no fundan ciudades: en 1573, los españoles fundaron 359 villas y 8.000 a 9.000 poblaciones de índios, los portugueses, a lo más algunas decenas. Expansión portuguesa…
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El Atlántico portugués y la unificación de las Coronas (1580 – 1640)
El período queda marcado por la unificación de las Coronas ibéricas que emprende la urbanización a la vez en Brasil y en África, y por la política expansionista de las Provincias Unidas y de la Compañia de las Indias occi-dentales (la famosa WIC holandesa).
Los conflictos europeos se instalan en el terreno colonial —Guerra de los Treinta Años en el Atlántico del sur 1618-1648 —Primera Guerra Mundial segunda Richard Boxer).
Los holandeses se instalam en el Pernambuco y fundan ciudades en el Ceará, al norte.
Intentan ocupar Salvador, mas la ciudad está recuperada en 1625.
En África, ocupan Arguin y San Jorge da Mina
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El tiempo del Atlántico del sur (1640 – 1750)
Estos ciento diez años, a caballo entre dos siglos, pueden ser consi-derados como el gran momento del Brasil, con la urbanización del litoral, la penetración en el interior, con el descubrimiento del oro. Esta economía pre-cisa de esclavos: Ángola e Dahomey son las dos grandes regiones atlánticas para la recuperación de cautivos.
Algunos hechos importantes deben ser destacados: en 1641, el gobierno holandés de Pernambuco ataca y toma Angola; en 1648, los portugueses y los colonos del Brasil lanzan, a partir de Río una expedición para reconquis-tar Angola (Salvador de Sá, gobernador de Río, com 1200 hombres recupera Luanda), en 1654, los portugueses expulsan a los holandeses de Recife. Expansión portuguesa…
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La reorganización del imperio (1750 – 1808)
El año de 1750 queda marcado con dos acontecimientos:
— La instalación en el trono de Portugal de don José, con Pombal primer ministro, y su hermano Mendonza Hurtado, ministro de ultramar, que van a reorganizar la política imperial.
— La renegociación del Tratado de Tordesillas Tratado de Madrid (1750)
Asistimos a un gran momento de urbanización de los márgenes: creación del Estado de Grão Pará y Marañon (Belém es su capital).
Dos acontecimientos marcan este periodo:
— El abandono de la fortaleza de Mazagão en Marruecos, y el traslado de los habitantes para la Amazonia (1769) XIX Coloquio de Historia Canario-Americana
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— El traslado de la corte de Portugal para el Brasil (1807-08).
Quiero aquí insistir sobre este caso particular. Me permitirán subrayar el primer y el último período de esta historia de la urbanización del Atlántico, ya que Mazagão nació en el movimiento de la Reconquista (1549) y quedó desplazado en el momento de la reorganización del imperio portugués (1769). Ilustra a la perfección la circulación de hombres e ideas dentro del universo atlántico de los portugueses.
MAZAGÃO, LA CIUDAD QUE ATRAVIESA EL ATLÁNTICO DESDE MARRUECOS HASTA LA AMAZONIA (1769-1783)
Una plaza fuerte marroquí
Mazagão se encuentra en el litoral atlántico de Marruecos, entre Tánger y Agadir. Su construcción (entre 1509 y 1541) se inscribe en el movimiento de la Reconquista de las Coronas ibéricas. Concebida para ser una plaza fuerte del occidente cristiano en tierras musulmanas, debe permitir la conversión de los infieles —bereberes (que viven en tribus nómadas) o moros (que viven en ciudades). Se trata de una fortaleza bastionada, construida según los pla-nos de un arquitecto italiano, Benedetto da Ravenna. A caballo entre la tierra Expansión portuguesa…
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y el océano, posee dos puertas de acceso: la puerta del gobernador, que da a la tierra, y la puerta del mar, que se abre al océano, y que queda fuera del alcance del enemigo. En las proximidades de la fortaleza se cultivan campos de trigo, cebada y centeno.
La fortaleza cuenta aproximadamente con 2.000 personas, que forman una población heterogénea. En primer lugar encontramos militares: soldados de infantería (unos 600) y de caballería (un centenar). Estos últimos son jó-venes nobles: para ellos, Mazagão es un lugar de aprendizaje del manejo de las armas. Se les denomina fronteiros. Encontramos asimismo familias: las de los soldados, y también familias instaladas en la fortaleza desde hace ge-neraciones. Se trata de los moradores. Entre ellos hay artesanos, agriculto-res, etc., A esto hay que añadir los religiosos, algunos esclavos africanos, moros (esclavos o conversos), y prisioneros políticos (Mazagão es un lugar de destierro en el imperio portugués). En el siglo XVIII encontramos igualmente familias procedentes de las Azores: han obtenido del rey la autorización de abandonar su archipiélago a causa del hambre debida a la superpoblación.
Todos esos habitantes sólo esperan y desean una cosa: que estalle un gran combate. En esta espera, pueden soportar el aislamiento, el hambre, el abu-rrimiento… En efecto, la guerra ofrece la ocasión de distinguirse mediante una acción heroica. El héroe puede obtener el título de “Caballero de la Orden de Cristo”, lo que equivale a un título de nobleza. Para los moradores y los azorenses la guerra ofrece la oportunidad de conocer otro destino social. Puede ser un instrumento de movilidad social. Para los fronteiros significa sencillamente el gran combate que les permitirá volver antes a Portugal.
Mazagão ya conoció en 1561 un gran asedio: 120.000 soldados moros y bereberes asediaron la fortaleza. 20.000 soldados portugueses que acudieron de refuerzo desde Lisboa, permitieron rechazar el asalto de los infieles. Este acto de valentía se difundió por toda la cristiandad, labrando la reputación de Mazagão como fortaleza inexpugnable.
El asedio de Mazagão (diciembre de 1768 – marzo de 1769)
En diciembre de 1768, Mazagão es asediada nuevamente por 120.000 soldados, moros y bereberes, reunidos por el sultán Mohamed. Para hacer frente a este asedio y al ultimatum del sultán, el gobernador de Mazagão pide ayuda a Lisboa. Como respuesta recibe, en 1769, la orden de abandonar la fortaleza.
En su carta al gobernador, el rey explica que ha constatado desde hace mucho tiempo la inutilidad de esta fortaleza para el imperio portugués. Por esta razón, deseoso de ahorrar la vida de sus hombres, prefiere ayudarles a abandonar la fortaleza dignamente. XIX Coloquio de Historia Canario-Americana
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Podemos imaginar sin demasiado esfuerzo la desilusión de los habitantes, especialmente los moradores, que finalmente veían sonar la hora del gran combate. Fue esta espera la que justificaba tantas privaciones y sufrimientos. Y repentinamente el rey niega a estos soldados de la fe la posibilidad de combatir y demostrar su valor en la batalla.
Tras haber amenazado al gobernador, se apodera de la población un auténtico frenesí: unos cortan las patas de los caballos, otros arrojan los cañones al mar o destrozan los altares de las iglesias. Las calles se cubren de muebles hechos astillas.
Primer movimiento: la ciudad flotante
Las órdenes que llegan de Lisboa son una especie de guía práctica para un desplazamiento eficaz:
— el gobernador deberá negociar una tregua de tres días.
— la salida de los habitantes se realizará por la puerta del mar. Unas cha-lupas les llevarán hacia los 14 navíos que el rey ha enviado para su transporte.
— para evitar el caos, el gobernador deberá hacer que se cumpla un orden estricto de salida: las mujeres saldrán en primer lugar, a continuación el clero con las imágenes piadosas, los objetos de plata de las iglesias y los registros parroquiales; seguirán los funcionarios, las compañías de infantería y la ca-ballería, los prisioneros, y finalmente los ancianos, que durante la salida per-manecían en las murallas para repeler los ataques enemigos.
El 11 de marzo, se asiste a la retirada organizada de una ciudad militar, una ciudad huérfana de sus muros y sus muertos. Una ciudad repartida en 14 barrios flotantes navega hacia Lisboa (el viaje dura unos10 días).
En tránsito hacia Lisboa (1)
Después de la etapa del movimiento viene la del tránsito. Para la administración portuguesa, la estancia de los mazaganenses en Lisboa se limitará a un momento de tránsito. El ministro de marina y ultramar (Men-donza Hurtado) ha convencido al primer ministro (el marqués de Pombal) de la necesidad de fundar una Nueva Mazagão en Amazonia. La justificación oficial es permitir que esos soldados puedan reponerse de los sufrimientos que han soportado durante tantos años.
Pero para comprender bien esta decisión se deben presentar los nuevos datos de la geopolítica de Brasil y de la Amazonia en esta segunda mitad del siglo XVIII. La decisión de crear una Nueva Mazagão se inscribe en el Expansión portuguesa…
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contexto del trabajo de las comisiones de las fronteras. En el Tratado de Madrid, firmado en 1750, para la renegociación de las fronteras entre las posesiones portuguesas y españolas en América, se aplicó el principio jurídico de uti possedetis. Este permite asignar los territorios reclamados a cualquiera de las Coronas siempre que puedan probar la presencia regular de colonos. Portugal intenta entonces poblar las fronteras de sus posesiones: al sur de Brasil y en Amazonia. Mendonza Hurtado conoce particularmente bien la Amazonia, ya que fue el primer gobernador del Estado de Grão Pará e Maranhão (a partir de 1751). De este modo, ha impulsado una política de creación de aldeas (vilas). La mayoría nace de la transformación de antiguas misiones jesuitas. Han sido bautizadas con nombres portugueses y no indios. La creación de una Nueva Mazagão toma forma en este marco.
Por lo tanto, la creación de una ciudad colonial significa que los mazaga-nenses ya no volverán a ser soldados de la fe sino colonos del Nuevo Mundo. Para la administración el tiempo de tránsito servirá para organizar este cambio de estatus e inventar una ciudad colonial. Se pone en marcha una maquinaria implacable: en primer lugar se hace un recuento de mazaga-nenses (2092 personas), a continuación se hace un listado de familias (436), clasificadas a su vez por orden alfabético. Esta decisión equivale a una negación de la estructura social de la fortaleza: la comunidad de Mazagão es reducida a un conjunto de familias intercambiables.
El 11 de agosto, todos los cabezas de familia son reunidos para recibir el pago de los sueldos, rentas y pensiones que la Corona adeuda a estos antiguos soldados. El rey ha decidido, unilateralmente, poner fin a su estatus de soldados de la fe. Desde ese momento, libres de ataduras, pueden conver-tirse en colonos del Nuevo Mundo. Es la condición obligatoria para que vea la luz una ciudad colonial. Pero el rey sólo les paga parte de sus salarios: el resto lo recibirán cuando lleguen a Belém.
Esta espera de los mazaganenses en Lisboa sirve también para otros objetivos: preparar los navíos de transporte, advertir al gobernador de Grão Pará e Maranhão de la llegada de 2000 personas y de la necesidad de buscar un emplazamiento para la fundación de la Nueva Mazagão.
En tránsito hacia Lisboa (2)
Si se quiere comprender lo que esa estancia en Lisboa pudo significar para los mazaganenses, aquí comienzan los problemas para el historiador. Los documentos que se han conservado en los archivos (se trata esencial-mente de documentos administrativos) no dan directamente la palabra a los individuos. Por lo tanto, si se quiere comprender cuál fue la actitud de los mazaganenses en ese tránsito, el historiador debe trabajar a partir de simples XIX Coloquio de Historia Canario-Americana
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indicios, mezclando hipótesis y conjeturas. Y debe aceptar los riesgos de esta metodología.
— ¿Qué se sabe entonces? La única certidumbre es que cuando llegan a Lisboa, los mazaganenses ignoran su destino.
— ¿Cuándo lo conocerán? No lo sé exactamente, pero probablemente muy pronto. Los soldados sin familia y los nobles de sangre no están obliga-dos a instalarse en Amazonia. Pero todos los demás deben continuar el viaje. Esperando este viaje, viven agrupados alrededor del monasterio de los Je-rónimos.
— ¿Quién puede saber cuál es su estado de ánimo? Podemos barajar la hipótesis de un choque psicológico en el momento de su llegada a Lisboa. Han pasado del universo cerrado de una fortaleza al universo abierto de una gran ciudad. Pasan del ritmo lento de una fortaleza al ritmo rápido de una capital en plena reconstrucción (terremoto de 1755). Este choque debe pro-vocar un desdoblamiento, en una situación intermedia, toman conciencia de que ya no pertenecen a la fortaleza, y que aún no han llegado a pertenecer a la capital del imperio portugués.
Desde el punto de vista de esta comunidad perdida entre dos mundos, ¿cómo analizar el significado del día 11 de agosto? Los cabezas de familia son invitados a firmar un certificado por las cantidades recibidas. ¿Qué sig-nifica este gesto? ¿Se trata de la aceptación de su destino de colono? No lo creo. No pueden saber lo que significa exactamente. Hay otra cosa en el gesto de esos cuerpos que se inclinan para firmar. Veo en ello un momento fundamental, en el que los mazaganenses se afirman como una comunidad de destino. Realmente no saben hacia donde van ni por qué, pero saben que van juntos.
A partir de ese momento asistimos a diversos escenarios:
— Algunos, en realidad pocos, intentan huir. Todos serán atrapados.
— Los que piden audiencia a la corte ven sus demandas sistemáticamente rechazadas.
— Hay que destacar asimismo que la mayoría de las familias se reorganiza para afrontar el viaje. Acogen a un padre, un tío, un hermano, agregados (es decir, una persona o una familia que desee instalarse en Ama-zonia y que se una a una familia de Mazagão)…
— Pero sobre todo, tras haber perdido sus muros de piedra, los maza-ganenses intentan reconstruir otros muros, bastante más sólidos que los de piedra: los muros de la memoria. He descubierto en los archivos un poema épico, escrito durante la estancia en Lisboa. Narra el encuentro de un miem-bro de la corte y un mazaganense, en el momento de la llegada de los navíos a Lisboa. Expansión portuguesa…
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Desde la primera estrofa se revela la incomprensión del cortesano, a la que responde la incredulidad del mazaganense:
Pezame amigo meu do coraçáo
De te ver táo aflito em o tratado
Como deixas áo nosso Mazagam
Quando esta pellos Mouros cetiado ?
(…)
Nam respondes amigo náo me falas
He por falta de valor o teu calar ?
Náo pertendas mostrame tanto
As más novas que assim intentas dar
(…)
Donde esta o valor dos Africanos
A donde as façanhas tam notorias
A donde estam tantos mortes, tantos danos
A donde emfim estam tantas vitorias
Que de vós conta a fama a tantos annos
E tem dado asumptos as estorias
(…)
Ay amigo responde o Africano
em lagrimas banhado e com suspiros
Ja ficou Mazagam abandonado
Ja a Praça ficou em seu puder
Je ficou todo o povo despejado
Ja náo ha em Mazagam mais que fazer
Ja tudo pelo mar vem embarcado
Que mais quereis saber de húo desgrassado
Vê se agora e me chorar meu peito erra
Pois me vi em húo instante obrigado
A perder para sempre minha terra
Ficando atrito, nû despadafiado
Y el cortesano responde:
He precizo o valor e a constancia,
Que seja em os homens mais crecidos
He precizo o haver mais tolerencia ;
Náo mostrarce áo golpe táo rendido
Haja pois em hesse peito arogancia
Náo se faça mais caso do partido XIX Coloquio de Historia Canario-Americana
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Que se Deos nos envia estes clamores
Bem sabe o que convem áos pecadores.
El mazaganista inicia, entonces, la narración:
Aqui o Africano suspirou
E fazendo das tripas coraçáo
Em funeste relaçáo tudo contou.
(…)
athe o outro dia desta sorte
a gente nam parou de discorer
quando a ordem se deo o lance forte
que El Rey quer a Praça defender
porém que se embarquem para a Corte as mulheres por alguá nam morer
(…)
Apennas se devulga este manadado
Na Praça entre os seus habitadores
O povo fica todo desmaiado
De susto vay mudando ja as corer
Quazi ficou amotinado
Com palavras envoltas en furores
As mulheres comessam a publicar
Que de medo nenhum se han de embarcar.
(…)
que teatro lastimoso se admira
naquela infeliz Praça assistabra
hum grita, outro clama, outros suspira
o povo tristemente aflito obra
qual no cavalo executa sua hira
qual o Alfaya pulido atira fora
toda a casta de animal, gado e reres
experimentam estes talhos e reveres
hera huo cahos de triste confuzam
hera vale verdadeiro de gemidos
de suspiros lamento afliçam
se veem aqueles peitos guarnecidos
hera pois chorado Mazagam
depois de que seos filhos ve perdidos
retrato vivo do abismo eterno
se pode haver retratos do Inferno. Expansión portuguesa…
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(…)
esta pois he amigo a minha estoria
este o estado do nosso Mazagam
de que apennas há hoje por memoria
as ruinas da sua perdiçam.
En Lisboa asistimos a un divorcio entre la Corona y los mazaganenses. Frente a la ciudad colonial inventada por la Corona, los mazaganenses se apegan a una ciudad de la memoria. Este tiempo de espera, lejos de ser un momento de inercia, ha sido, por el contrario, un tiempo de ruptura.
Segundo movimiento: una ciudad desplazada atraviesa el Atlántico
El 14 de septiembre de 1769, en la violencia y la confusión, comienza el segundo movimiento. Las 340 familias, repartidas en 10 navíos, abandonan Lisboa para atravesar el Atlántico en dirección a Belém, capital del Estado de Grão Pará e Maranhão. Mazagão semeja entonces un gran puzzle, ya que la ciudad parece haber desaparecido completamente. Los navíos trans-portan a familias indistintas de colonos. Pero el gobernador de Grão Pará e Maranhão dispone de todos los elementos para reconstruir la ciudad: física-mente (martillos, clavos, cerraduras de puertas, fusiles y arados) y social-mente (cartas de nombramiento de funcionarios). Lo que viaja es un kit de ciudad que viene con su manual de instrucciones.
Belém, ciudad de espera (1)
Pongámonos en el lugar de la administración e intentemos describir lo que ocurre en Belém en esos momentos.
En primer lugar, el gobernador debe elegir un lugar para la construcción de la Nueva Mazagão. Para ello, Mendonza Hurtado le ha dado indicaciones precisas: hay que instalar la Nueva Mazagão en la orilla norte del Amazonas. Unos años antes (en 1763), 15.000 colonos franceses intentaron establecerse en Kourou (Guayana). Muchos murieron, pero Portugal temía que si una base francesa viera la luz, su control de la orilla norte del Amazonas se vería amenazado. Y como lo muestra el mapa realizado por el cartógrafo italiano Galuzzi a petición de Mendonza Hurtado, Portugal no está muy presente en esta región. Se impone a toda costa la presencia portuguesa. Así, en caso de ataque contra el fuerte de Macapá, los habitantes de la Nueva Mazagão podrían acudir como refuerzo a repeler la amenaza. El gobernador encarga al arquitecto italiano Domingos Sambucetti un plan de urbanismo, y al capitán Moraes Sarmento la organización de la construcción. XIX Coloquio de Historia Canario-Americana
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El gobernador debe prever asimismo el recibimiento y el avituallamiento de 2.000 personas en una ciudad de 10.000 habitantes. Los mazaganenses se alojarán en casa de los habitantes. Esta situación durará hasta 1776.
Pero también se trata de que los mazaganenses sientan que su estancia en Belém sólo es transitoria. De ahí la propuesta de crear una parroquia especí-fica para los mazaganenses. Una parroquia sin asentamiento territorial, que no puede tener ningún contacto con las otras dos parroquias de Belém. Con esta decisión, la administración da la impresión de que los mazaganenses evolucionan en un espacio distinto al de los habitantes de Belém. Una vez más se les mantiene en una situación intermedia.
El gobernador también debe regular la segunda parte del pago de los sala-rios. En esta ocasión el pago se realiza en especie (en esclavos y material).
Finalmente debe organizar el traslado progresivo de las familias, a medida que se avanza en la construcción de las casas (a partir de mayo de 1771).
Belém, ciudad de espera (2)
Ahora veamos esta situación desde el punto de vista de los mazaganen-ses. Afrontan una nueva época de espera. Deben vivir esperando ser llama-dos para instalarse en la Nueva Mazagão. ¿Qué se sabe de ellos?
— Primero permanecen juntos durante dos años. Después, a partir de mayo de 1771, vivirán al ritmo de las salidas progresivas y noticias que reci-ben de Nova Mazagão. Las noticias dicen que esta ciudad es una ruina, un lugar de perdición…
— En Belém, las familias reciben esclavos africanos. Aprenderán a con-vivir con ellos.
— En cambio, los más jóvenes no pasarán su tiempo esperando. Buscarán un empleo (muchos se convertirán en soldados, como sus padres). Y muchos se casarán también. Estudiando cada uno de estos matrimonios, se observan auténticas estrategias matrimoniales. Exceptuando el caso de los nobles, que procuran casarse entre ellos, dentro de la comunidad, los demás intentan casarse sistemáticamente con uno o una habitante de Belém. A continuación solicitan la autorización para instalarse en otra aldea que no sea Nova Maza-gão, para quedarse cerca de su mujer o marido. Si lo consiguen, los padres piden la autorización para permanecer cerca de su hijo o hija. De este modo escapan a la obligación de instalarse en Nova Mazagão. Las autoridades úni-camente se dan cuenta de este juego tras una veintena de solicitudes, lo que permite que las familias eludan las órdenes de Lisboa.
Observamos que, alargándose el tiempo de espera, la vida comienza a hacer fisuras en el edificio social levantado por la administración. La ciudad en kit y en listas puede hacer aguas. Se asiste a la llegada de un nuevo actor: la ciudad vivida. Expansión portuguesa…
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Tercer movimiento: una ciudad punteada se dirige hacia sus muros
Cuando una familia es llamada, comienza el tercer movimiento.
No he conseguido averiguar por qué una familia era llamada antes de otra. Simplemente, cuando las viviendas estaban acabadas, el gobernador or-ganizaba el desplazamiento de familias, procurando que se cumpliera el orden de las listas elaboradas en Lisboa. Para cada familia una vivienda. El viaje dura aproximadamente 15 días. Las familias son transportadas en ca-noas, con esclavos, armas, equipajes y herramientas. Entre 1771 y 1778 se transporta a unas 1.800 personas.
El renacimiento de Mazagão
Antes de su reconstrucción, Mazagão, ciudad desplazada, vio nacer tres conceptos de ciudad: la ciudad colonial, la ciudad de la memoria y la ciudad vivida. En estas condiciones, ¿cuál puede ser el objetivo del renacimiento de Mazagão? ¿El proyecto de urbanismo puede conciliar estos conceptos de ciudad?
El arquitecto Domingos Sambucetti optó por construir la ciudad en el lugar de una población india (lugar de Santa Ana). Los indios son despla-zados y su pueblo se derriba (con excepción de la iglesia). Por esta razón Nova Mazagão no es una ciudad creada ex nihilo sino ex novo. Sambucetti prevé un trazado regular para esta nueva ciudad, y el emplazamiento de 340 casas (una familia, una casa). Existen dos tipos de casas (de 4 y 6 habita-ciones), según el tamaño de la familia. A pesar de su aspecto de ciudad abierta, el urbanista realizó una ciudad cerrada.
Pero entre el proyecto y la realidad aparecerán grandes diferencias… Los constructores de Nova Mazagão son indios. Son aproximadamente 150, procedentes de toda la Amazonia, y son sustituidos regularmente. Las técni-cas de construcción también son indias: en lugar de utilizar clavos, los indios prefieren lianas vegetales. La alimentación es igualmente india. Nova Maza-gão renace como una ciudad india. Es esta ciudad india en construcción la que descubren las familias de Mazagão cuando las canoas se aproximan a Nova Mazagão.
Por tanto el renacimiento de Mazagão no es una reproducción idéntica de la antigua fortaleza. Es una ciudad palimpsesto que adquiere forma. A la ciudad de papel (paralizada en unas listas administrativas o en un plan de urbanismo), se añaden la ciudad india, la ciudad en obras y la ciudad colonial (con los esclavos africanos). De todo ello nace la ciudad mestiza.
XIX Coloquio de Historia Canario-Americana
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La podredumbre de la ciudad
Esta ciudad mestiza conocerá nuevos problemas. De hecho, al mismo tiempo que brota de la tierra, se pudre (social y físicamente). El clima social se deteriora rápidamente: desde la salida de Lisboa, han nacido hijos, han muerto cabezas de familia, han aparecido nuevas familias. Las listas elabo-radas en Lisboa dejan de rendir cuentas de la situación social de Mazagão. De ahí las luchas incesante para la asignación de las casas y las raciones alimenticias. Mientras la administración colonial reclama que se respeten las listas, los representantes de los habitantes piden que se tengan en cuenta los cambios producidos durante el desplazamiento. Las listas o la vida.
Los neomazagenenses se enfrentan a unas dificultades de producción agrícola (arroz y algodón). Los esclavos no tienen ningún conocimiento de la región y los indios no tienen derecho a participar en los trabajos agrícolas. Las enfermedades y las epidemias se abaten sobre estos cuerpos debilitados.
Pero tampoco se debe olvidar la podredumbre de las casas y otras construcciones. El lugar elegido es pantanoso. En 1779, la iglesia se derrum-ba, en 1786 le toca a la casa da câmara e cadéia.
Hacia el abandono de Nova Mazagão
Muchos neomazagenenses intentan huir o solicitan a la reina la autori-zación para regresar a Portugal. Las quejas no dejan de amontonarse sobre las mesas de la administración. Hay que decir que en 1777, el marqués de Pombal es apartado del poder. Entonces se hacen oír las voces. Podría ser la misma Corona la que involuntariamente haya provocado esta reacción: en 1777, tras el fallecimiento de Don José I, Lisboa pide que cada región del imperio organice una fiesta para “celebrar con aplausos la aclamación de la reina Nuestra Señora y la boda de Nuestro Serenísimo Príncipe”. El gober-nador transmite la orden al senado de la cámara de Nova Mazagão, a prin-cipios del mes de septiembre. Se organizan ocho días de fiesta, entre el 16 de noviembre y el 1 de diciembre.
En la Amazonia de finales del siglo XVIII, en los confines del imperio portugués, una comunidad arrodillada intenta recuperar su dignidad. Envía, en forma de un discurso codificado, un mensaje a la Corona: “la injusticia de una decisión (el abandono) se debe revelar para que se finalice el castigo y se abra el camino de vuelta”.
El mensaje tardará en llegar, pero poco a poco los mazagenenses acaban haciéndose entender. En 1783, la Corona decide poner fin a la obligación de los mazagenenses de residir en Nova Mazagão. No obstante, no se prevé nada para repatriarlos… Así finaliza esta trágica odisea.