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APROXIMACIÓN A LA ARQUEOLOGÍA DEL CONFLICTO DEL SIGLO XX EN CANARIAS: COMPRENSIÓN DE SU ÁMBITO DE ACTUACIÓN Y GESTIÓN
APPROACH TO CONFLICT ARCHAEOLOGY FOR THE 20TH CENTURY IN THE CANARIES: UNDERSTANDING OF THE FIELD OF ACTION AND MANAGEMENT
Artemi Alejandro-Medina
RESUMEN
La Arqueología del Conflicto es una disciplina relativamente joven. Nace en los países anglosajones a fines de los sesenta, como una necesidad social de dar respuestas a los recientes conflictos armados en los que se vieron envueltos. Sin embargo, no será hasta mediados de los noventa que adquiera un recono-cimiento académico que la llevará a desarrollarse rápidamente desde ese momento, adquiriendo un notable prota-gonismo dentro de los organismos en-cargados de la gestión del patrimonio arqueológico.
Los objetivos de este articulo pretenden crear una visión general de las líneas de investigación actuales en países de nuestro entorno y como pueden ser estas aplicadas al caso de Canarias, valorando al mismo tiempo el estado de la cuestión en nuestro país y sus posibilidades.
ABSTRACT
Conflict Archaeology is a relatively new area of study. It appeared in Anglo-Saxon countries during the late sixties as a social need to give answers to the recent conflicts in which they have been involved. However, it is not until the mid-nineties that the discipline got aca-demic recognition, and it started to de-velop rapidly from then, gaining a re-markable place inside the organisations in charge of archaeological heritage management.
The aim of this article wants to create a global vision of the current field of re-search in countries of our surround-dings and how it can be put into practice in the Canary Islands, putting forward at the same time the situation of the ques-tion in our country and its possibilities.
Artemi Alejandro-Medina: Arqueólogo. INSITU Cultural Development. 6, Melbourne Street. YO10 5AQ. YORK. North Yorkshire. Reino Unido. E-mail: aalejandro@yahoo.es
Aproximación a la arqueología del conflicto…
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PALABRAS CLAVE: arqueología, con-flicto, búnker, militar, gestión, patrimo-nio, Guerra Mundial, Canarias.
KEYWORDS: archaeology, conflict, bunker, military, management, heritage, World War, Canaries.
Las fortificaciones de los siglos XVI-XVIII constituyen un aspecto que la Arqueología en Canarias ha trabajado mucho en los últimos años. Las re-cientes excavaciones del Castillo de Mata y del Castillo de La Luz1 han puesto de manifiesto una parte de nuestra historia que desconocíamos, modi-ficando nuestra percepción de la misma.
El debate que algunas de estas intervenciones ha suscitado en la sociedad y en los propios investigadores, a nuestro modo de ver, no sólo ha enrique-cido el proceso de excavación, sino que también ha permitido abordar cómo debe ser evaluado este tipo de patrimonio2.
Sin embargo, además de estos restos de nuestra historia moderna, Cana-rias posee un importante patrimonio relacionado con el convulso siglo XX. Desde la guerra de Cuba a la guerra fría, cada uno de los conflictos que se han desarrollado en la centuria pasada ha dejado su impronta en nuestro ar-chipiélago.
Son de especial importancia los restos materiales que se corresponden con la Segunda Guerra Mundial y el nuevo orden mundial surgido de la misma, la guerra fría. El valor y alcance de estos yacimientos es internacio-nal y forman parte de una cultura de la que todos somos herederos. Muchos de estos lugares han desaparecido para siempre. El importante desarrollo ur-banístico sufrido en nuestro país (en especial en las áreas costeras y turísti-cas) ha destruido buena parte del mismo.
Durante décadas los búnkers y otras estructuras militares, erigidos para defendernos de una invasión que nunca llegó, se fueron enterrando en la arena, pasaron a ser improvisados alpendres, hogares familiares, comunas hippies o basureros. Todos estos usos forman parte de la historia del lugar y cada uno de ellos nos habla de una época. Esta sola razón los hace valedores de su estatus histórico como observadores-sufridores del paso del tiempo.
ORIGEN Y MARCO DE LA ARQUEOLOGÍA DEL CONFLICTO PARA EL SIGLO XX
El tratamiento arqueológico de nuestra historia más reciente es tremen-damente popular, en parte porque impacta directamente sobre la vida de las personas y su memoria, al tiempo que destapa cierta curiosidad sobre lo que puede desvelar la Arqueología cuando aparentemente sabemos todo sobre nuestro pasado.
La cobertura que los medios de comunicación han dado a la Arqueología ha aumentado en la última década, con una creciente atención tanto en ar-XIX Coloquio de Historia Canario-Americana
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queología militar del siglo XX, como en yacimientos industriales3, consi-guiendo estos programas altos niveles de audiencia (Ascherson, N. 2004). Esto refleja un interés social por el pasado reciente.
Este interés en nosotros mismos llega en los años cincuenta, con el naci-miento de la Arqueología Industrial4. La transformación en sociedades post-industriales hizo reflexionar sobre los valores del patrimonio industrial en vías de desaparición; se empieza entonces a aplicar la Arqueología a este tipo de yacimientos (Cossons, N. 1975, Palmer, M., Neaverson, P. 1998) y los vestigios de nuestro pasado reciente adquieren los mismos derechos que hasta entonces solo estaban reservados para los restos mas antiguos.
La preocupación por la Arqueología del Conflicto es relativamente re-ciente y su trayectoria sigue pasos similares a lo que paso con la Arqueología Industrial.
En Francia, en los años cincuenta se abre un debate de carácter acadé-mico (Delesquen 1952, Eis 1959 y Virilio 1975), sobre el legado arquitectó-nico de la ocupación alemana creado durante la II Guerra Mundial, princi-palmente los búnkers. Este debate culminará con el reconocimiento de la importancia de este patrimonio y su consiguiente protección casi dos déca-das después.
No será hasta mediados de los ochenta cuando la arqueología del con-flicto comience a perfilarse como una disciplina independiente. La publica-ción por Henry Wills de Pillboxes (1985) marcará el punto de inflexión entre los estudios de carácter aficionado y la profesionalización de los mismos, que empieza con el interés del English Heritage5 por este patrimonio a prin-cipios de los noventa. La arqueología militar moderna comenzará desde ese momento a ser tratada de forma profesional. La importancia de este tipo de patrimonio, y el modo en que en el Reino Unido es interpretado y protegido, toma el relevo de los primeros trabajos franceses y se desmarca de ellos al innovar en el tipo de valores patrimoniales a defender.
La aproximación al campo de estudio de la arqueología de los conflictos modernos es multidisciplinar, teniendo su origen, como apunta Bourke, en la historia social (Schofield, J. 2005: 14). Desde este punto, se han ido incorpo-rando la antropología, historia política, gestión de patrimonio o museografía, hasta completar el marco donde hoy se desarrolla esta arqueología. Esto es debido, a la manera en que debe ser definida esta materia.
En la actualidad, el tópico de arqueología militar o de historia militar, en-tendida como el choque de dos ejércitos en un campo de batalla ha quedado desfasado. Los conflictos son estudiados en toda su escala. Es la necesaria respuesta a la drástica transformación de los conflictos actuales, que van de los efectos que la industria bélica tienen en la sociedad, a la percepción que del evento pueda tener un refugiado o un activista pacifista. Todo esto, deja vestigios materiales. La mayoría de estos conflictos son parte de una memo-Aproximación a la arqueología del conflicto…
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ria aun viva, lo que aporta un dato extra a la investigación, en el tratamiento de la misma. Como esta memoria es percibida y presentada pasa a ser mu-chas de las veces el elemento clave a descifrar. Así, estas vivencias serán distintas según se trate del soldado6 que luchó en el frente, o del que sirvió en la retaguardia; serán diferentes también para el obrero de una factoría o para quien ha vivido la niñez en el exilio, como ya se ha puntualizado antes. En consecuencia, el marco de trabajo no es exclusivamente la guerra, en el sentido de línea del frente o campo de batalla, no es solo el vestigio material: es también un trabajo sobre el patrimonio intangible.
De esta forma, como dice Schofield, la percepción de los conflictos desde múltiples ópticas ha de hacerse llegar a la sociedad de manera distinta a co-mo se ha venido haciendo hasta ahora.
No pensamos que la única interpretación válida sea la de describir los ya-cimientos como elementos o puntos de discordia o en palabras de Uzzell (Schofield, J. 2005: 16) como un patrimonio que hiere7. De estos yacimien-tos podemos sacar grandes posibilidades para redefinir los momentos histó-ricos que han marcado el siglo XX en Europa, y para el caso que nos ocupa, España y Canarias.
La Arqueología, y su tradicional interdisciplinariedad, junto a sus méto-dos, abre la posibilidad a una interpretación más precisa de este pasado y la posibilidad de cuestionar ideas preconcebidas sobre nosotros mismos.
En lo que se refiere a las fuentes, se dispone de mayores recursos docu-mentales, aunque no exentos de cierta problemática.
Uno de los principales problemas con este tipo de fuentes primarias es su accesibilidad8. Por razones de seguridad nacional gran parte de esta informa-ción es de limitado acceso cuando se trabaja con yacimientos militares. Esta información reservada podría ser dividida en cinco categorías: Seguridad e Inteligencia Nacionales, Defensa, Relaciones Internacionales, Seguridad Extranjera e información que podría conducir a delito.
Es aquí donde aparece la oportunidad para la Arqueología. Para yaci-mientos donde la documentación permanece secuestrada y las fuentes orales no son accesibles9, los únicos métodos de interpretación válidos son aquellos aportados por la Arqueología; de esta forma se provee de una alternativa viable a la investigación.
Otro aspecto con el que con frecuencia se tropieza al consultar las fuentes escritas, es que no siempre lo que se pretendió hacer llegó a terminarse, o tan siquiera a comenzarse. Este punto es bastante importante en el tema que tratamos, al no quedar muchas veces clara la diferencia entre lo planificado y lo ejecutado. Incluso cuando las fuentes escritas y orales son abundantes, esto no inhabilita a la Arqueología como una herramienta de validación10, des-de el momento en que puede añadir mayor detalle y usarse también para inter-pretar cómo se ejecutan las grandes decisiones o proyectos a escala local11. XIX Coloquio de Historia Canario-Americana
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La historia oral, incluso teniendo presente el paso del tiempo y los fallos de memoria dan un cuadro narrativo contado en primera persona muy va-lioso. Son un reflejo de la realidad, o cuando menos de la realidad vivida por el sujeto, y aportan frecuentemente un alto grado emocional a la visión que de un yacimiento podamos tener. Para los casos en que la disponibilidad de fuentes documentales sea limitada o nula su importancia será aun mayor.
Las fuentes orales a la Arqueología del Conflicto abren la puerta de una forma de interpretación y de acometer la tarea pocas veces al alcance del ar-queólogo. Aporta también explicaciones a elementos no recogidos en otro tipo de fuentes escritas y difíciles de interpretar mediante la Arqueología (Moshenska, G. 2007).
Durante las últimas décadas el valor de estas fuentes ha quedado reflejado en el esfuerzo de muchos estados europeos por consolidar fonotecas donde registrar las vivencias de sus ciudadanos. Estos esfuerzos han tenido su eje de trabajo en los dos grandes conflictos armados que han arrasado Europa. El caso español es muy desigual en sus resultados sobre la historia oral. Para la Guerra Civil Española y la II Guerra Mundial este problema se agudiza. Mientras algunas autonomías se han tomado muy en serio la conservación de su pasado oral, otras apenas han realizado trabajo alguno. En Canarias la situación no es de las mejores. A falta de una mayor coordinación del trabajo y recursos, el escaso material disponible está en manos de particulares o forma parte de limitados fondos de investigación con escaso acceso público. Esto choca con el esfuerzo realizado por el Reino Unido12, donde una plani-ficación comenzada hace décadas les ha llevado a tener uno de los mayores archivos de historia oral a nivel mundial. Si bien se ha centrado princi-palmente en su historia militar, en la actualidad sus intereses se han diversi-ficado hacia distintos campos de la historia social. En este sentido es de des-tacar un proyecto del Imperial War Museum sobre la Guerra Civil Española y la posguerra: The Spanish Civil War: Dreams and Nightmares. La idea arranca en 1976 y centró su esfuerzo en las Brigadas Internacionales, con el tiempo ha ido ampliando su trabajo a otros campos. En sus archivos pode-mos encontrar las experiencias de soldados republicanos o nacionales, cola-boradores humanitarios o refugiados. Actualmente ha lanzado un llama-miento internacional a todos los que la vivieron para participar en sus fondos.
La consulta, recopilación y conservación en soportes duros de las fuentes orales representa hoy uno de los grandes retos de nuestro país. Hasta el mo-mento no existe ningún trabajo de gran envergadura y alcance nacional que trabaje en ellos; el gran problema que plantean es su inminente desaparición, con lo que pasarán a ser irrecuperables para la historia reciente de España.
Respecto a los archivos históricos, ya hemos comentado algunas de sus limitaciones para los conflictos modernos, como los derivados de la seguri-dad nacional. Su valor en los casos en que es accesible es incalculable. El Aproximación a la arqueología del conflicto…
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trabajo con ellos requiere una destreza particular en su manejo e interpreta-ción, conocida sobradamente por el investigador, y su principal ventaja real es que pueden completar los restos arqueológicos.
Complementario al trabajo de campo es el uso de la fotografía aérea, pre-sente en estos archivos. Su uso se generalizó durante la II Guerra Mundial aunque hasta el año 1946 tanto EE.UU. como el Reino Unido no comenzarán el fotografiado de su territorio de forma sistemática. El trabajo con la foto-grafía es una interesante herramienta, que abre aun más posibilidades con la incorporación de bases de datos provenientes de los satélites13 (Winton, E. 2010). En Canarias el fotografiado sistemático del territorio comienza en los años sesenta, y su consulta ayuda a valorar el estado de los yacimientos en-tonces y su evolución hasta el presente. El valor estratégico de Canarias du-rante el siglo XX hace pensar en la existencia de fondos en otros archivos europeos. Los estudios realizados por la inteligencia alemana, británica y estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial seguramente contaron con un soporte gráfico que en la actualidad no ha sido localizado14. El uso de nuevas tecnologías por parte de los gobiernos, y las estrategias militares que desarrollen irán incorporando nuevos elementos de trabajo conforme pasen a disposición del investigador.
Las manifestaciones artísticas son el último de los puntos a tratar. Por to-dos son bien conocidas las implicaciones de propaganda y adoctrinamiento que se extraen de las mismas en los yacimientos con presencia militar15, aparece de manera bien diferenciada en espacios públicos (como murales con los lemas de la unidad o logos), y en espacios privados, con expresiones más libres en la temática. El significado de estas expresiones artísticas puede ayudar a comprender mejor la cultura de las diferentes Fuerzas Armadas (English Heritage: 2004).
La interpretación de estas manifestaciones deben comprender dos mo-mentos en su creación. El primero es el propio de la presencia de unidades militares. El segundo aparece tras la pérdida del carácter militar del yaci-miento. Ambos momentos son importantes en la interpretación y valores sociales de esta cultura material sin cuestionar su creación (Cocroft y Tho-mas 2003: 74-5).
GESTIÓN Y USOS DE LA ARQUEOLOGÍA DEL CONFLICTO EN CANARIAS
La mayoría del territorio usado por los ejércitos europeos durante el si-glo XX ha sido devuelto al uso civil en las últimas décadas. Para el territorio español ocurre lo mismo: la progresiva incorporación de España a los dis-tintos sistemas de defensa supranacionales así lo ha requerido, optimizando el Estado sus recursos. Los cambios en las estrategias militares han influido también en esta tendencia, debido a la profesionalización y tecnificación de XIX Coloquio de Historia Canario-Americana
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los ejércitos, dejando obsoletos gran parte de los sistemas de defensa del siglo XX.
Esta rápida liberación de terrenos ha provocado un aumento de la espe-culación sobre los mismos, con perjudiciales efectos sobre el patrimonio arqueológico. Muchos de estos yacimientos en su origen estuvieron en las periferias de las ciudades o en unas costas donde nadie quería habitar. En la actualidad, con el desarrollo urbanístico han quedado encajados en los cen-tros de las ciudades o en zonas turísticas, lo que hace de ellos un patrimonio en alto riesgo de desaparición.
En contra de lo que se piensa habitualmente, la defensa del patrimonio y el desarrollo urbanístico y turístico no tienen por qué estar enfrentados. La gestión del patrimonio que se ha hecho en países del área mediterránea plan-tea serias dudas sobre su viabilidad futura. Tradicionalmente la gestión en España ha seguido este patrón, que se caracteriza por una amplia inter-vención de las administraciones y mantiene un esquema descendente en su toma de decisiones. El peso de la gestión y conservación queda pues supe-ditado a la tutela del Estado, asegurándose de este modo su disfrute por el ciudadano. Esto esta reflejado en los presupuestos para cultura, que han mantenido una tónica ascendente desde mediados del siglo pasado, mos-trando un claro interés de las políticas nacionales de cualquier país por la preservación de su patrimonio.
Sin embargo, la tendencia actual ha dado un giro hacia las políticas de gestión de los países anglosajones, que han sabido crear un entramado social y económico encargado de la gestión y rentabilización del patrimonio. En él la administración se sustrae parcialmente de la gestión, cediendo parte de la gestión a las administraciones locales y fundaciones. Este sistema ha dado muy buenos resultados en las últimas décadas, aunque su evolución futura aún está por ver.
Nuestro ideal de gestión es más cercano a los planteamientos anglosajo-nes, aunque reforzando la presencia del Estado no solo como figura coordi-nadora, sino también cooperadora de todo el proceso, y destacando la pre-sencia de las comunidades locales. Esta línea intermedia es la que conside-ramos más equilibrada y aquella cuya aplicación más podría favorecer a Canarias, dada su condición de destino turístico.
A las Fuerzas Armadas se le debe dar un mayor protagonismo en la conser-vación de su propio patrimonio. El papel a desempeñar debería ser activo, pro-pio de su papel en la sociedad y acorde con las leyes de Defensa Nacional16.
Para la gestión del patrimonio militar, estamos ante las mismas pro-blemáticas que cualquier otro. El primer aspecto que debe ser tratado es el de su evaluación. Debemos conocer su alcance antes de actuar. Para ello es necesario completar la documentación existente en Canarias, muy desigual según las islas. Aproximación a la arqueología del conflicto…
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En Gran Canaria solo se cuenta con una prospección arqueológica parcial sobre los yacimientos militares de costa. En lo referente a los archivos y otro tipo de fuentes impresas, el trabajo está más avanzado. Las investigaciones de J. J. Díaz Benítez17 pueden considerarse el mejor punto de arranque para un proyecto de campo completo y detallado.
Gran Canaria es la isla donde la existencia del patrimonio militar es más relevante y por tanto aquella en la que la protección y gestión del mismo podría constituirse en referencia para el resto del archipiélago.
La implicación en la gestión de las administraciones y las Fuerzas Arma-das no es suficiente. La sociedad en su conjunto debe ser partícipe de cual-quier iniciativa que se proponga.
Las comunidades locales se han mostrado como los mejores gestores y los primeros en apuntar el valor que tenía el patrimonio militar. Su utiliza-ción como transmisores de ese valor aporta grandes beneficios. De un lado el económico, algo que se conoce y aprecia, se cuida, lo que permite dedicar a otras tareas parte de los siempre exiguos presupuestos. De otro, el beneficio social, pues el bien a proteger revierte directamente en la comunidad local y por tanto en toda la sociedad.
Los usos que podemos dar a este patrimonio son muchos. Una de las grandes ventajas del mismo es su multifuncionalidad que nos permite adap-tarlo a casi cualquier actividad actual que nos propongamos. El único limite que nos pone es el de decidir qué edificaciones o aspectos deben ser preser-vados en su estado original de cara a entablar una comunicación fluida con el espectador.
Quizás los búnkers pueden sintetizar esta idea mejor que ningún otro ya-cimiento de la arqueología del conflicto. El búnker es el elemento más ca-racterístico de este tipo de patrimonio. Es también el más cercano a socie-dad. Se encuentra en las laderas de montañas, desde donde domina las vistas de las ciudades o en las costas, donde pasamos nuestro tiempo de ocio. Es por tanto un icono, la estructura más claramente reconocible por todos.
En el Reino Unido y Francia se han solucionado los problemas de insalu-bridad que representaba su abandono, haciendo de ellos el centro de pro-yectos vecinales o medio ambientales. Así, entre los usos más comunes que podemos encontrar están el de puestos de observación de aves, investigación del cambio climático18, puestos de socorro, centros de buceo, senderismo o surf, asociaciones de vecinos... Los posibles usos son interminables. Ademas muchos de ellos forman parte de pequeños museos locales e itinerarios histó-ricos, fomentando el turismo y el conocimiento en las escuelas. En los casos en que su uso social no es posible pueden ser rellenados19, dándoles mayor estabilidad sobre el terreno e impidiendo su deterioro.
Con otro tipo de estructuras de mayor complejidad los pasos a seguir son los mismos, y las posibilidades que se abren, inmensas20. En este sentido, el XIX Coloquio de Historia Canario-Americana
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acuartelamiento Manuel Lois presenta un potencial muy alto para usos mu-seográficos. Sus particular historia y ubicación, podrían hacer de el, un lugar de fácil uso social y explotación turística. Yacimientos similares han abierto sus puertas en la última década en Francia y Bélgica, convirtiéndose en mo-tores económicos de regiones tradicionalmente fuera de las rutas turísticas y con capacidad de autofinanciación.
En cualquier caso, el acercamiento a este patrimonio debe ser integral.
CONCLUSIONES
Este trabajo solo pretende hacer una llamada de atención sobre uno de los patrimonios más amenazados en la actualidad por su falta de protección. Las actitudes sobre la arqueología del conflicto varían desde la que ve este pa-trimonio como unos restos fascinantes y excitantes, a la que los considera muy recientes y estéticamente incómodos para ser importantes. Para muchos es un pasado doloroso que no se quiere recordar, mientras los hay que por esas mismas razones defienden su preservación.
Trabajar en su conservación es importante porque representan los con-flictos globales que caracterizaron el siglo XX y que aún hoy lo siguen haciendo.
Canarias, tradicionalmente ha tenido un papel destacado en muchos de los conflictos de época moderna y contemporánea. Para el caso de la Se-gunda Guerra Mundial, el papel que tuvo reservado en una hipotética entrada en la guerra de España, fue importantísimo. Esto queda de manifiesto en el tremendo esfuerzo desplegado para la defensa y acondicionamiento de las islas durante este periodo. El plan anti-invasión y el de apoyo a la guerra submarina han dejado yacimientos únicas en España. Esto debe tenerse pre-senta y ser tomado en consideración en los planes futuros de protección. Son ademas, una oportunidad única para explicar una historia que parece olvi-dada por todos.
Las estructuras militares frecuentemente representan intervenciones sobre el paisaje a gran escala, teniendo sobre el medio urbano y natural un impor-tante impacto. En términos generales, este patrimonio nos cuenta cómo ha cambiado la forma de hacer la guerra, cómo afectó entonces a sus protago-nistas y como nos afecta hoy a todos nosotros.
El papel de las Fuerzas Armadas en la sociedad ha cambiado mucho en la última década. El papel que las mismas deben desempeñar en la preserva-ción y gestión de su propio patrimonio debería ser más activo, sacando ven-taja de lo que ello supondría para la propia institución. Los esquemas de modernización que han seguido, extraídos de otros ejércitos europeos, de-bería ir aun más lejos e incluir la defensa activa de un patrimonio del que pueden ser uno de sus mayores beneficiarios. Aproximación a la arqueología del conflicto…
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La Arqueología, centrada en la sociedad, estructuras y paisaje, puede con-tribuir al conocimiento de este periodo, que dispone de un amplio rango de fuentes.
El conocimiento del número y tipos de yacimientos militares recientes ha crecido en los últimos años, pero aún dista mucho de crear una auténtica base de conocimiento desde donde trabajar. Muchos lugares han desapare-cido y la gran mayoría de los que todavía perviven están en alto riesgo de desaparición. El estado de conservación de todos estos lugares es un aspecto que hoy necesita un exhaustivo plan de valoración y un urgente programa de actuación: estos restos son importantes y debemos trabajar para su adecuada protección legal. Esto significa desarrollar aspectos como su valor como recurso, su contribución a la diversidad de nuestro paisaje y su conservación, como elementos que son parte de nuestra historia y característicos de las comunidades que los albergan.
Una buena apreciación de nuestro patrimonio militar reciente es esencial si queremos preservarlo para el futuro. La Arqueología del Conflicto es una disciplina en alza en toda Europa. Canarias, por su riqueza en este patrimo-nio podría sacar ventaja de su privilegiada situación turística y liderar otro tipo de alternativas en la oferta de ocio y cultura.
Hacer del patrimonio una fuente de riqueza social y económica es el reto de los gestores de patrimonio para el siglo XXI, reto en el que todos debemos participar. XIX Coloquio de Historia Canario-Americana
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NOTAS
1 Para más información sobre el Castillo de La Luz consultar los trabajos de J. Cuenca; J. Tous; J. Guillén 2005. La memoria de las excavaciones del Castillo de Mata aún no ha sido publicada.
2 Las excavaciones del Castillo de La Luz y del Castillo de Mata fueron objeto de un se-guimiento desacostumbrado por parte de la prensa, con una interesante reacción de los lectores ante lo que se hacía. Se planteó de forma espontánea un debate sobre qué debía ser conservado y quién debía decidirlo que, partiendo de la sociedad, se trasladó luego a las instituciones.
3 En el Reino Unido, Time Team, el programa estrella de arqueología de Channel 4, ha centrado varios de sus capítulos en yacimientos de la II Guerra Mundial. Cada vez que lo ha hecho la audiencia ha marcado niveles récord. Los capítulos han tratado desde ex-cavaciones en campos de batalla a los efectos de los bombardeos en las ciudades britá-nicas, explorando también la relación entre la arqueología y la memoria histórica.
4 El primero en destacar su importancia será M. Rix (1955), que pondrá el énfasis en la protección de los restos materiales de la industrialización, acuñando el termino Arqueo-logía Industrial. Esto llevara al Council for British Archaeology en 1959 a constituir al Research Committee on Industrial Archaeology con la tarea de comenzar los trabajos de valoración de este patrimonio.
5 Nombre con el que se conoce al servicio de Patrimonio Histórico de Inglaterra.
6 La percepción del conflicto y cómo la personalidad queda modelada de por vida tras el mismo, es un campo de trabajo escasamente explorado en España. La adopción de acti-tudes comprensivas o empáticas sobre los mismos es un reflejo que hemos visto repeti-do en muchos testimonios sobre conflictos. Estos aspectos quedan muy bien reflejados en la serie de entrevistas realizadas a D. Antonio Medina Quintana, que participó en la guerra civil española entre 1936 y 1939 y D. Daniel Liebermann excombatiente de la Guerra de Argelia (1961-2)
7 En España la forma en que se ha interpretado la apertura de fosas de la Guerra Civil pue-de encajar en este apartado. En este caso, la clara politización de las aperturas y el com-portamiento de los mass media ha ayudado a crear este ambiente de crispación en la so-ciedad. La situación es observada desde Europa con cierto grado de perplejidad. Es desde luego un campo de estudio y reflexión muy interesante que deberá ser afrontado tarde o temprano en nuestro país.
8 Esta accesibilidad está limitada en el Reino Unido por The Thirty Year Rule y The Offi-cial Secrets Act 1989. Según las cuales ningún documento es de acceso público hasta, al menos, transcurridos treinta años. Para más información visitar: www.pro.gov.uk/about/access. El caso español, queda recogido con la Ley 16/1985 de 25 de junio de Patrimonio Histórico. En su articulo 57.1 hace referencia a los documen-tos que puedan afectar a la seguridad de las personas, honor intimidad, etc. En estos ca-sos solo podrá ser consultados con autorización previa del afectado o tras 25 años de su fallecimiento o 50 años a partir de la fecha de creación del documento.
9 En muchos casos este secreto abarca también al personal militar que formó parte de los equipos y que deben guardar silencio hasta la apertura de los archivos.
10 Un ejemplo de comprobación de fuentes orales y arqueológicas son las excavaciones que el English Heritage ha llevado a cabo en lugares donde la tradición oral situó las ciudades fantasma, señuelos que debían confundir a los aviadores alemanes en la II Guerra Mundial. Un despliegue de tal magnitud haría suponer de la exactitud de las fuentes orales, sin embargo la realidad arqueológica mostró grandes diferencias entre los lugares señalados y las ubicaciones de los reales. Aproximación a la arqueología del conflicto…
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11 El caso británico nos brinda una vez más un buen ejemplo de este aspecto. Las decisio-nes en los planes anti-invasión 1940-41 de las Islas Británicas tomadas desde los minis-terios competentes en Londres, adquieren una forma distinta a nivel local. En su puesta en práctica, se pasa de un plan abstracto y general a ver sobre el terreno lo que realmen-te se llego a construir, el tipo de armamento usado y quien debía servir en ellos.
12 Por poner un ejemplo, el Imperial War Museum mantiene un archivo de historia oral que abarca desde el siglo XIX al XXI, de la guerra de los Bóers a la actual guerra de Afga-nistán, con más de 50.000 horas de entrevistas y se mantiene actualizado en todo mo-mento con nuevas incorporaciones. A este archivo central podrían sumarse, además, los regionales y privados, dando al Reino Unido la primacía en este campo.
13 Un caso ejemplar del uso de datos de satélites son los trabajos de M. Fowler con los ya-cimientos de la Guerra Fría. Ante la prohibición de acceder a los mismos en territorios de la antigua Union Soviética, se sirvió de las imágenes para hacerse con la informa-ción (M. Fowler 2008)
14 Comunicación personal (J. J. Díaz Benítez 2010)
15 A este respecto el English Heritage ha realizado un buen trabajo de recopilación, que en sus puntos elementales queda reflejado en la obra W. Cocroft; D. Devlin; J. Schofield; R. Thomas (2006)
16 “El ministerio de Defensa proveerá el desarrollo de la cultura de defensa con la finalidad de que la sociedad española conozca, valore y se identifique con la historia y con el es-fuerzo solidario y efectivo mediante el que las Fuerzas Armadas salvaguardan los inter-eses nacionales. Asimismo, el resto de los poderes públicos contribuirán al logro de este fin”. Ley Orgánica 5/2005 de la defensa Nacional, artículo 31.
17 Un trabajo completo para el periodo de la Segunda Guerra Mundial en su aspecto histó-rico es la tesis doctoral de D. J. J. Díaz Benítez.
18 El Reino Unido los está usando como referencias fijas para medir la subida del nivel del mar y el alcance de las mareas (Winton, E. 2010).
19 El relleno con materiales de la zona, como callaos de costa y argamasa es lo único que se necesita. Es una manera sencilla de asegurarlo y de eliminar posibles vertederos in-controlados. El coste es mínimo y su ejecución podría incluso formar parte de un pro-grama de escuelas taller.
20 Las instalaciones militares del Barranco de Tamaraceite, Gran Canaria, poseen un alto valor histórico y de uso futuro. Su inclusión en un proyecto que las integrara a la socie-dad civil no debería plantear grandes problemas.