DE LOS VIAJES ENTRE LAS CANARIAS, Y ENTRE
LAS CANARIAS Y EUROPA, A MEDIADOS DEL SIGLO XVIII
JUAN RÉGULO PÉREZ
Hasta comienzos de la Edad Contemporánea, viajar entre las Canarias
y Europa, o entre las Canarias y América, y viceversa, comportaba tantos y
tales riesgos, que era práctica corriente hacer testamento para regular el des-tino
de los intereses materiales y efectuar disposiciones de carácter personal,
por lo que pudiera suceder tanto sobre como allende la mar. Se corría el
riesgo de ser víctima de los elementos, de las enfermedades, de los piratas,
de las guerras, de la mala suerte. Después de los testamentos mortis cama,
las ordenaciones de última voluntad antes de una travesi'a (y hasta princi-pios
de la segunda mitad del siglo XX no hubo otra manera de viajar a las
Canarias y desde ellas) son las más abundantes en los oficios de los escriba-nos
isleños. Por ser actualmente poco conocidos los riesgos y peligros de la
navegación de los puertos canarios entre sí y, sobre todo, entre los puertos
insulares y los europeos, acaso no resulte del todo ociosa la publicación de
un documento del segundo tercio del siglo XVIII, en el que un palmero na-rra
los incidentes que le sobrevinieron, tanto al navegar entre las Canarias,
primero, como en un viaje que hizo a Andalucía e Italia, después, todo des-de
1762 hasta 1765.
El documento se halla en un libro manuscrito que nos legó un buen
amigo, ya fallecido, redactado por un maestro sedero de La Palma, con no-tas
empezadas en marzo de 1762 y que alcanzan, por lo menos, hasta marzo
de 1782. El libro mide 1 5 , j cm. de ancho por 20,5 cm. de alto y tiene 130
folios, es decir, 260 páginas. Su texto está constituido por una miscelánea
de anotaciones, que van desde el aprendizaje del oficio de sedero en Sevilla,
hasta las libras de seda que le traían sus clientes para tejer y el precio de su
labrado, noticias de su familia, su matrimonio, el nacimiento y bautizo de
sus hijos, etc. Están asimismo las cuentas de su tienda de sedas y paños, los
viajes que hizo a diversos iugares, compras de terreno, dinero que daba o
tomaba en préstamo, forma de montar un telar para diversas clases de teji-
dos (a veces con diseños muy elementales), recetas para teñir sedal, y, en ge-neral,
apuntes de cualquier asunto que llamaba su atención. El cuerpo del
libro está compuesto por una serie de cuadernillos, de número irregular de
hojas, escritas con pluma de ave y diversas clases de tinta, sobre papel bien
aprovechado, por lo que a veces los márgenes exteriores aparecen un poco
rozados, con pérdida de alguna(s) letra(s) al final de las líneas. También
contiene hojas sueltas, cosidas entre sí o a los pliegos.
Pues bien, entre las partes con datos biográficos del autor del libro, hay
un cuadernilllo formado por cinco hojas (nueve páginas y media del texto)
que, al parecer, estuvieron un tiempo sueltas, escritas con diversas tintas y
plumas de distinto corte, esto es, en diferentes épocas, que contienen la re-lación
de algunos de los viajes de Juan Antonio Castillo entre las Canarias y
de otro entre las Canarias, Andalucía e Italia, como hemos indicado. Se tra-ta,
pues, de un documento particular, al parecer redactado con posteriori-dad
a los hechos, sobre notas que el autor habría ido tomando de todo lo
que le parecía más interesante o significativo. Los 130 folios están sin nume-rar.
El libro está forrado con badana y tiene anotaciones hasta sobre la parte
interior del cuero.
Fue su autor el maestro sedero Juan Antonio Castillo Páiz, nacido
en Tijarafe (La Palma) el 23 de agosto de 1733 y muerto en Santa Cmz de
La Palma el 29 de septiembre de 1784. Tuvo su obrador en la calle Trasera
de esta ciudad, en cuya parroquia del Salvador casó, el 9 de noviembre de
1767, con Manuela Rocha, hija del capitán Juan Rocha y de Catalina Rodrí-guez
Montero. Juan Antonio fue hijo de Pedro Miguel del Castillo y Fer-nández
de Medina y de María de la Encarnación Fernández de Castro. Por el
Fernández de Medina descendía del alférez Agustín Fernández (o Hernán-dez)
de Medina de Paz (apellido este último también escrito en los docu-mentos
de la época Páiz o Pais, que arrastraron sus descendientes), casado
con María de Paz (o Páiz) , ambos naturales de Garafía (La Palma) y padres
de Lucía de Paz (o Píaz) Fernánde.2 de Medina (era costumbre, sobre todo
en familias oriundas de Portugal -y en Garafía hubo muchas-, anteponer
el apellido materno al paterno), nacida en el mismo lugar y bautizada en su
parroquia de la Luz el 25 de noviembre de 16672. Esta señora casó con Pe-
1. Cf. JUAN RÉGULO PÉREZ, Recetas canarias delsiglo INIIpara teñir seda, en Home-najea
Vicente GamíadeDiego, 11, Madrid, 1977. págs. 349-372.
2. El aiferez Agustín Fernández de Medina de Paz (o Páiz), hijo de Bartolomé Hernández,
bautizado en la parroquia de la Luz. de la Villa de Garafía. el 5 de agosto de 1614 (Libro 1" de
Bautismos, folio 45 vuelto) y de Lucía Hernández, es dos veces séptimo abuelo del autor de
este arrículo.
dro del Castillo Riverol, con quien formó el tronco agnado de nuestro Juan
Antonio Castillo Páiz. Juan Antonio fue recibido como maestro sedero el 3
de febrero de 1770, después de haber probado su suficiencia ante el concejo
de La Palma y en virtud del correspondiente título, expedido por la corpora-ción
insular3.
Nada sabemos de cómo se educó Juan Antonio Castillo, aunque es de
suponer que seria, como era usual entonces, en algunos de los conventos de
La Palma. Su letra es de buen trazo, siempre clara, bastante uniforme y de
no dificil lectura. Como sus cinco cuñados, hermanos de su mujer, fueron
sacerdotes, tres seculares y dos regulares dominicos, sospechamos que se for-maría
en este ambiente. Además de que en Santa Cruz de La Palma desde
un principio estuvo siempre bien relacionado, pues en sus anotaciones hace
referencias frecuentes a personas de la aristocracia insular, entre ellas a las
familias de Guisla, de Pinto, de Velez, a algunos de cuyos miembros trata
de compradres (don Juan de Guisla, don Antonio Pinto, doña Francisca Ve-lez)
y a otras con las que estuvo muy en contacto, como la de Massieu, por
medio de su buen amigo el coronel don Felipe Massieu y de su hija doña
Luisa Massieu y Fierro, etc., todos de la primera nobleza de Canarias*. Para
3. Este título aparece impreso en la pág. 372 del estudio citado en la nota 1 de este trabajo.
4. Para ambientar mejor el mundo social con el que estaba en relación Juan Antonio Cas-tillo,
damos a continuación resúmenes biográficos de algunas de las personas que cita: don
Juan de Guisla, don Antonio Pinto, don Felipe Massieu, doña Luisa Massieu. En nuestras no-tas
ponemos los nombres completos que estas personas usaban en ocasiones solemnes, en
fuerza de los mayorazgos y otras representaciones que ostentaban. Véanse, además, otras bio-grafías
en las Glosas al Documento.
Don Juan Domingo de Guisla Boot Salatar de Frías Abréu y Van de Walle, caballero de
Santiago, regidor perpetuo y preeminente del cabildo de La Palma, capitán de Reales Guar-dias,
prestó grandes servicios al rey don Felipe V en las guerras de Italia (Parma, Monferrato,
Milán), por lo que fue elevado a la dignidad de título de Castilla con la denominación de mar-qués
de Guisla Ghiselin. Nació en Santa Cruz de La Palma el 4 de noviembre de 173 1, ciudad
donde casó, el 31 de mayo de 1753, con doña Gabriela Van de Walle de Cervellón y Guisla, su
prima hermana, y íaiieció en La Laguna, sin posteridad, ei 29 de septiembre de 1785.
Don Antonio Ignacio de Guisla-Pinto y Matos Van de Walle de Cervellón y Arias de Esco-bar,
coronel de infantería de los Reales Ejércitos y gobernador de las armas de La Palma, nació
en Santa Cmz de La Palma el 10 de noviembre de 1743, y en esta ciudad contrajo dos matri-monios:
el primero, el 28 de diciembre de 1766, con doña Beatriz Vélez de Ontanilla y Pinto
de Guisla, de quien quedó viudo el 14 de julio de 1796; el segundo, el 10 de febrero de 1798,
con doña Josefa Narcisa María del Rosario Massieu y Massieu. El coronel don Antonio Ignacio
faiieci6 Sanca Cruz de La el 26 de diCieiilbie de 1824, siii dej&- hqoj de dos
matrimonios.
Don Felipe Manuel Massieu Van Dalle Fonte de las Cuevas nació en Santa Cruz de La Palma
el 26 de diciembre de 1712, fue coronel de las milicias de Canarias en 1763 y coronel de los
su época, cuando la isla de La Palma contaba con un 98% de analfabetos en
sus medios rurales, este campesino de Tijarafe era una persona cultivada,
por lo que, al escribir, procuraba amoldar su lengua a la de los modelos en
los que se había formado. As5 y todo, al no existir todavía entonces ortogra-fia
recibida alguna fuera de la latina, ni gramática normativa del español
comúnr, es interesante ver cómo se refleja su idioma en sus escritos.
Por lo demás;Juan Antonio, durante sus viajes, según se desprende
del documento que aducimos, nunca se vio en apuros económicos. No via-jaba
con dinero amonedado encima, excepto para los menudeos, sino que
se valía de letras de cambio, según expresa en otro lugar de su libro, al decir
que recibió una letra de 200 pesos para Genova, donde tomó 30 pesos fuer-tes
y letra por el resto para Roma, donde Joseph Hemma le dio 150 escudos
romanos; este señor le dio letra de 100 pesos, que le pagó en Sevilla don
Gregorio Ubiedo. Ubiedo le entregó en Sevilla 200 pesos en oro, y otros 200
de plata en Cadiz. Este dinero estaría girado por casas comerciales con re-presentación
en Canarias, como era usual entonces. O por medio de otras
relaciones. Por ejemplo, don Jerónimo de Guisla, a quien cita como com-pañero
de viaje de Sevilla a Cádiz en 1764, era un importante personaje
paimero, rico e influyente:. juan Antonio h e siempre un administrador
escrupuloso, a juzgar por su contabilidad.
Tuvo el matrimonio de Juan Antonio Castillo y Manuela Rocha diez
hijos, todos bautizados en la parroquia del Salvador de Santa Cruz de La
Palma, a saber: Antonio Juan (nacido el 09.09.1768), Nicolás Antonio
(06.12.69, Juan José (10.02.7 l), Pedro Miguel (2 1.02.72). José Juan
Reales Ejércitos en 1788. Casó, el 17 de febrero de 1743, con doña Ana Fierro y Torres, de la
familia sevillana de los marqueses de Casa Torres.
Doña Luisa Antonia Massieu y Fierro, hija del coronel don Felipe Manuel, nació en Santa
Cruz de La Palma el 26 de diciembre de 1747 y casó con su primo segundo don Nicolás Anto-nio
Massieu Salgado Van Dalle y Sotomayor, caballero de Alcántara, regidor perpetuo de La
Palma, sargento mayor de sus milicias, dndico personero general de Gran Canaria, etc. Doña
Luisa Antonia testó en Santa Cruz de La Palma, el 5 de marzo de 1725, viuda desde el 3 1 de
mayo de 1820.
5 . EL Dzcciona+ de AztoniAades, de la Real Acaüemia Española, 6 tomos, Madrid, 1726-
1739; la Orthographia Espanola, de la misma Academia, Madrid, 1741, y la Gramática a2 la
Lengua Castellana, compuesta también por la Real Academia, Madrid, 1771, no se habían
divulgado en Canarias en tiempos de Juan Antonio Castillo (la Gramática apareció cuando éste
tenía 38 años). En ninguna relación de libros, pública o privada. del siglo XVIII, hechaen Ca-narias,
de las que hemos podido ver, figuran estos libros de la Real Academia Española, ni
tampoco en las bibliotecas e inventarios de los conventos.
6. Cf. la nota bibliográfica que darnosal comentar el Documento, en la glosa 5 . 14.
(19.03.74, Catalina Antonia (02.11.75), Ma de los Angeles (O2.08.77),
Ma de la Concepción (07.12.78), Domingo Francisco (19.04.80) y Francisco
Gabriel (1 3.03.82), de algunos de los cuales hay descendencia al presente.
Mas, antes de pasar a transcribir el documento, digamos algo del am-biente
en el que se hizo hombre su autor.
La historia de la navegación en las Canarias se inscribe en la historia de
la navegación atlántica, sin particularismos dignos de mención. Que sepa-mos,
no hay técnicas de navegación propias de las Canarias, sino asimilación
y práctica del desarrollo náutico internacional'. Las condiciones normales de
la navegación a las Canarias, o desde ellas, eran las generales de las derrotas
del área marítima donde están ubicadas: más fácil la arribada a las Islas, por m
aprovechar los alisios y las corrientes, y más difícil la ida a Europa, casi siem- E
pre de bolina. La duración de los viajes no se podía calcular de antemano, O
por los muchos imponderables de la navegación a vela. Según Chaunu, la n -
=m
duración media de un viaje desde la Península (Sevilla, Cádiz, Sanlúcar, O
E
Lisboa) a Canarias era de unos trece dfas, aunque con buen tiempo podía E
2
hacerse en cinco; la duración máxima media era de treinta y un días. De Ca- E
=
narias a Londres, o al sur de Inglaterra, asimismo con buen tiempo, se tar- 3
daban unos veinticuatro días; de Canarias a Santo Domingo, en iguales --
condiciones, unos veinteiséis días. Para un viaje redondo a las ~ndiasc, alcu- 0m
E
lando las estadías para las aguadas (duraban hasta una semana), cargas y O
descargas, ventas y reventas de las mercaderías transportadas y otras demo-
7. Cf. MARIA LUISA FABRELLAS, Naves y m&os en Los comienzos hispánicos de Tene-rife,
en «Revista de Historia», XX, La Laguna, 1954, págs. 37-46; TOME CANO, Arteparafa-becar
y aparejar naos, Edición y prólogo de ENRIQUE MARCO DORTA, La Laguna, 1964;
ALEJANDRO CIORANESCU, Historh de Santa C m de Tenerife, 1, Santa Cmz de Tenerife,
1977, capítulo VI, con sus notas; HUGUETE ET PIERRE CHAUNU, Séville eet I'Atlaatipe
(IS04-16S0), 7 tomos en 8 volúmenes, Paris, 1955-1959; JOHN LYNCH, Spain under tbe
Habsburgs, 2 tomos, Oxíord, 1, 1965; 11, 1969 (Hay traducción española: España bajo los Am-t
s , Barcelona, 1970- 1972; 3a edic., 1975); FRÉDERIC MAURO, Le Portzlgalet I'Atl'antique
au XVII si2cle ((S 70- 1670). Étzlde économique, Paris, 1960, y I'Expansion européene (1 600-
7R7A), ?arls, 1964 (Hay tya&cci~i. espZ5&: e#a3;& ~ g , q f i:!~3&~1 700, Ba;ce!ona,
1968); FRANCISCO MORALES PADRON, El comercio canario-amerkano (siglos XVI, XVII
y XVIIIJ, Sevilla, 1955; JOSÉ PERAZA DE AYALA, El régimen comercial de Canarias con las
Indks en los siglosXVI, ATUy XVII, La Laguna, 1952, 2a edic., Sevilla, 1977; ARMANDO
YANES CARRILLO, Cosas viejus de la mar, Santa Cmz de La Palma, 1953. Cf. ahora, MA-NUEL
LOBO CABRERA, El mando del mar en 1á Gran Canaria del szglo XVI: navios, mani-nos,
vhjes, en «Anuario de Estudios Atlánticosu, Número 26, Madrid - Las Palmas, 1980,
págs. 103-350, y VICENTE STJÁREZ GRIMON, Co:linstfft&& n.ng.n!gGo c, . ennt i rn~e ;í!
Gran Cana* en ¿u segunda mitad del siglo XVIII, en.IV Coloquio de HütolZa Canario-Ame-h
a (19 80), 11, Las Palmas de Gran Canaria, 1982, págs. 785-879. La mayoría de estos traba-jos
contienen abundante bibliografia. .
ras usuales (aguardar tiempo favorable para zarpar, etc.), el ritmo era de un
barco por año. El tiempo no tenía el valor que le damos hoy. Todo se hacía
sin prisas. Hubo naos que estuvieron cargando, en Santa Cruz de Tenerife,
vino y harina para Santo Domingo, durante tres meses, a mediados del siglo
XVI.. .g.
En circunstancias excepcionales, un viaje podía prolongarse mucho
más. Como ejemplo puede servirnos el caso de Pedro Pablo de Párraga,
mensajero del cabildo de Tenerife a la corte. Salió de Santa Cruz el 10 de
octubre de 1555; a los siete días la nao hizo agua y, con tiempo contrario,
arribó a Funchal. Allí las autoridades locales la embargaron, por ir cargada
de trigo y escasear éste en Madeira. Una vez descargada, la nao quedó de-masiado
ligera, y su maestre se negó a seguir el viaje. Párraga embarcó en
otra nao con destino a Cádiz; pero, debido a un temporal, llegó, pasados
veinticinco días, al cabo de San Vicente, donde tropezaron con un barco
Íra~icC-qsu c los apresó y ios iievó duranre diez &as en dirección a Finisterre.
Luego, después de quitarles la carga, los abandonaron, y así el barco navegó
durante ocho días más, sin comida a bordo, hasta arribar, el 29 de noviem-bre,
a Pedernera, cerca de Mondego (Portugal). Pasaron a un batel, para de-sembarcar;
pero, debido al tiempo tormentoso, zozobraron, y Párraga per-dió
todo lo que le quedaba. Ya en tierra, el temporal se llevó el barco du-rante
la noche y éste no apareció más. Párraga había confiado su dinero al
maestre, que bajó con él en Pedernera. Al pedírselo, el maestre le dijo que
lo había ocultado en una cuaderna del barco y que allí se había quedado,
porque no había podido desclavar las tablas antes de desembarcar, debido a
la tormenta. Así el dinero se perdió con el barco. De Pedernera a Lisboa Pá-rraga
fue a pie, por no tener dinero; en Lisboa no le quisieron pagar las le-tras
que tenía sobre esta ciudad y la de Sevilla; y con temporal de lluvia Ile-gó
hasta Cádiz, por tierra, el 23 de diciembre, donde hizo información de
todo lo que le había sucedido. El viaje de Tenerife a Cádiz había durado se-tenta
y cuatro días9.
En e! dec~r scd e cimc sig!&, desde e! X!V a! XV! , a zhc s inc!~sk:e,
las Canarias no tuvieron paz. Primero, durante los siglos XIV y XV (y acaso
8. Cf. los libros citados en la nota 7, especialmente los de CIORANESCU y CHAUNU.
9. Denunció la existencia de este documento, por primera vez. LEOPOLDO DE LA ROSA
OLIVERA, Catúlogo delArchivo Munic<palde La Laguna (Sucesor del Antiguo Cabtldo de Te-nerife),
La Laguna, 1944-1960, pág. 81 (Expediente no l ) , y ahora ALEJANDRO CIORANES-CU,
Histori~d e Santa Cmz de Tenenfe, cit., 1, pág. 426, nota 186. El documento permanece
aún inédito.
desde finales del XIII)lO, las Islas fueron coto para caza de esclavos de euro-peos
y musulmanes. Y desde el mismo siglo XV, al estar en la ruta hacia tres
continentes y coincidiendo con la expansión del tráfico marítimo de Europa
con África, Asia y América, y con las rivalidades enue los españoles, de una
parte, y los portugueses, franceses, ingleses, holandeses, de otra, más las pi-raterías
ínsitas de argelinos, berberiscos y marroquíes, las Canarias estuvie-ron
permanentemente en la brecha y vivieron las angustias congénitas de un
pueblo fronterizo, de una extremadura marítima, cuyo último episodio fue
el ataque de Nelson a Santa Cmz de Tenerife en 1797.
En este doble paisaje espiritual, el de la navegación meteorológica-mente
azarosa y el de la piratería inherente a la indefensión crónica de Ca- . m -
narias, cobra todo su valor el documento que presentamos, el cual, en su E
parte histórica, se comenta por sí solo. Lo damos respetando cuidadosamen- O
te su ortografía original, con desarrollo de las abreviaturas, en las que supli- =m
mos con cursivas las letras que no aparecen en el texto. De esta manera, al O
E
tiempo que servimos a la historia general, servimos también a la historia lin- E
2
güística. E
Y, llegados aquí, permítasenos una disgresión didáctica. Nunca la- =
mentaremos bastante la práctica, generalizada en nuestros investigadores - 0
universitarios de historia, de no reproducir los documentos anteriores al si- m
E
glo XIX con la acribia positivista con que lo hacia Menéndez Pidal. Porque O
reproducirlos fielmente, tal como fueron redactados, nada les quita de su
valor para la historia y, en cambio, los dobla de un interés granasirno para E
la lingüística. Después de haber insistido en el departamento de paleografía a
de La Laguna y de encarecerlo con ahínco, lo más que hemos llegado a con- -
seguir es que a los índices tradicionales de nombres y temas se añadan las
dicciones más alejadas de la lengua normativa actual. Se sigue la doctrina 3
O
arraigada de «interpretam, personalmente, los documentos, y luego resu-mirlos,
con modernización de la ortografía y de la puntuación. Con esta
usanza inveterada, que linda con un automatismo que nos parece poco
afortunado, a veces se le hace decir al documento lo que realmente no dice
(otro lector puede einterpretm -y acaso mejor- y puntuar de otra ma-
10. Cf. EL~ASS ERRA RAFOLS, Los árabes y las Canarias prehispánicas, en «Revista de
Historia, XV, La Laguna, 1949, págs. 161-177, que nos da el texto de Ibn Jaldún, tomado de
sus Prolegómenos (alMuqaddina), escritos en la segunda mitad del siglo XIV, con noticias fi-dedignas
acerca de las Canarias. proporcionadas por esrlavor ir!eños vendides 2 ~ e d i a d c sY C
dicho siglo XIV al sultán de Marruecos. Cf. asimismo JUAN VERNET, Textos árabes de viaks '
por el Atl'ántico, en <Anuario de Estudios Atlánticos~, 17, Madrid-Las Palmas, 1971, págs.
401-427. Ambos estudios están muy bien documentados.
nera, y de ahí la importancia de presentar el documento de una forma asép-tica,
en su escrupulosa integridad, sin cambio alguno) y al mismo tiempo se
desecha y se prescinde de un trabajo valiosísimo de lectura paleográfica que
no todos los lingüistas están en condiciones de efectuar responsablemente.
Esperamos que las enseñanzas y técnicas del gran maestro de la historia y de
la filología españolas calen más hondo y lleguen a generalizarse y fructificar
ampliamente en nuestra historiografía.. .
EL DOCUMENTO
1762-1765
Relación de algunos viajes entre lh Canarzh, y de uno a Andalucta e
Itadia, que hizo entre 1 762 y 176s Juan Antonio Castillo Páiz, natural y ve-
&o de la ida de La Wmaj zcna de la~ Canma~.
[l] Viaje que ago, a Canaria, asacar las testimoniales para la dispensa 12
de Senora Doea Francisca Velez y Señor Don Juan pinto de Guisla 1762
Marzo 26 es 13 tedia meenvarque para la orotava, y por maltiempo mehe-charon
en 14 el puerto de Santiago y Camine por tierra apie hasta, tamaymo,
en donde mequede vnanoche, y alamañana Sali para ycod, envnamula 16
qzce me costo 10 deplata enycod fue presiso quedarme otra noche, y alama-ña
17 na, me Sali para la Villa delaorotava, en vna mula que me costo, a mi,
y a 18 vn maltes, llamado Agustin 8 deplata 4 cadavno, y andubimos esta 19
Jornada, Cadavno Sumitad acavallo, este mismodia viaje al 110 puerto de la
orotava, y hise allinoche, y alamañana siguiente 111 Cobre el Cofre de el
maestro de el varco, y sali para la laguna, yme 112 costo el tras porte 20 rrea-les
llegue, encasa de Senor Don Guillermo yañes 113 ymequede alli, vna no-che,
yalamañana, Vaje a Santa 114 Cruz. en donde estube tres dias, y me
embatque alaoracion 115 y alas 8 de lamañana Salte en el puerto de la luz en
cana 116 ria endonde estube quinse dias, y gose la Semana Santa y la 1'7 Pas-qua;
y negosie, la testimonia1;y me bolvi aenbarcar 118 para Santa Cruz, y
gaste en el mar tres dias, y por no poderCo 119 brar vnos pesos, de los hijos
de Don Roverto la hanti, me fue presiso 120 bolver conJuantaño, y otros,
para la orotava, y quiso Dios que el dia 121 que fuimos, nos mojaramos to-dos,
porque corrieron los varran 122 COSe, n la orotava estubimos 8 dias, es-perando
por tiempo para [2] en barcarnos, y es tos sepasaron bien mal, por-quenoseallaba
12 ni vna migaja, de pan, ni otra cosa que supliera sufalta 13
ynosmanteniamos Con pescado salado, y vino, amediodia 14 algunos dias, y
otros, lopasavamos, Conalmendra, y leche 15 y Con vnposuelo de chocolate,
y vnbiscocho que tomabamos 16 en las monjas, por las mañanas. y por la no-che
papas, y 17 vino, quando se conseguian, porque noseallaban, y vali 18 an
a 20 rreales la fanega en fin, me embarque para la Palma 19 con 5 biscochos,
dia de la santa cruz a las 10, y el dia 4 de Mayo 110 alas 7 de la mañana Salte
en la Palma, y el 13 de dicho 111 me volvi aenbarcar, y bolvi a arribar Juyen-do
de vn 112 nabio, y al Sigiente dia bolvi a salir para la orotava 1'3 con mi-hermano
Pedro Miguel, quien se quedo alli, y yo pase a Santa 114 Cruz
endonde estube acompañado conmimeso Joseph 115 Pintado Conquien fui a
Candelaria, la antevispera de 116 el Capitulo de los Padres Dominicos. y nos
quedamos alii vna 117 noche, y bolvi a Santa Cruz Con mi meso endonde es- ,,
tube hasta 118 el dia Ocho de Junio, a la oracion que me embarque para es E
119 paña en la tratana de el Capitan Nicolas Pasqual Manteri 120 y despues de O
n
navegados trese dias nos dio casa vn nabio y 121 con este motivo, y el de mal -- m
O
tiempo arribe a la ysla de [3] el ansarote, endonde estube ocho dias, y Sali EE
de alli vispera de 12 Señor San Pedro, y navegados 22 dias, y que se contavan S
E
20 de Julio 13 alas 7 de la mañana, fui apresado de los yngleses, porque -
ananesi 14 mos devajo de dos nabios, y no fue posibleJuir de ellos, el dia de 3
15 la magdalena, alas 3 de la tarde, me pusieron presiones en los pies y 16 - -
0
manos, y me hecharon a la estiva, ami y atodos, los prisioneros 17 y lo mas m
E
que me las timo fue, ver, que ni avn hijo de mi padre Santo 18 Dmomingo, O
reservaron de estaprision, qzle duro hasta poco antes de 19 la oracion = fui n
llevado a la ysla de la Madera a cuyo puertolle 110 gue dia 25 de Julio, y me -E
tubieron abordo 8 dias, y salte entierra vn 111 Domingo porla mañana Con a
2
motivo de Oyr misa, y estube entie 112 rra todo el dia, y me fue presiso n
n
alanochebolber abordo, porque 113 en tierra noalle mas, abrigo, ni caridad,
Sino un pedaso de pan 114 y bacalao, que me dieron, enlaporteria de mi pa- 3
O
dre San Francisco al 115 tiempo de repartir la limosna, asi estube tresdias,
dedia en tierra 1'6 y denoche abordo, y pasados estos se fue el nabio, onde es
taba y 1'7 hera presiso buscar onde dormir, y Como ya abia ablado algun 118
nos, suxetos me dieron notisia de vn ysleño que estava alli casado 119 fui
aberlo, salio ser Canario, Contele mi historia,^ supliquele 120 me dejara dor-mir
ensucasa. que es lo que mas Cuidado me dava, Conse 121 diomelo, y así
estube en dicha ysla hasta 24 de Agosto que bolvi a salir 122 para Cadiz, y el
dia 27 fuimos visitados dedos nabios ygleses [4] y el 28 veymos 5 barcacio-nes
[sic], y el 31 veymos vna que le l2 tubimos porcorsario, y paso por noso-tros
alas 10 de la noche y 13 no vino vino abordo.- el 3 de Septiembreporla
tarde seavistaron l4 tres embarcaciones, yvnadeellas ynglesa nos visito alas 15
tres de la mañana, y el 11 nosdieron Casa dos Xabeques 16 de moros, y nos
visitaron. alas 10 delanoche, todos estabamos 17 conmuchosusto porque no
saviamos que moros, serian por 18 quela vandera, tenia guerra Con los de
Sale, pero quiso Dios 19 fueran Argelinos. yno ysieron mas queber nuestro
pasa porte. y 110 luego se fueron quedando todos muy Contentos, avnque
duro 111 poco porque alamañana Siguiente dia de el nombre de Maria 112
amanesimos, devajo de otro Xabeque, que nos metio en mayor 113 Cuidado
que los, dos, porque Sus Señales eran deser Saletino 114 Conquien nuestra
vandera tenia guerra, y estubimos, en punto 115 de hecharnos ajuir Conla-lancha,
ynoseyso por estar muy 116 larga la tierra, Segundijo el Piloto, ydes-pues
Seconosio, enfin 117 yatodos nos asiamos Cautivos, pero quiso Dios
que nos engaño 118 el miedo, y Salio Ser tarnbien Argelino, ydes pues devi-sitarnos
119 yllebarse vna aguja, de marear, vn anteojo, y otras cosas, nos (20
soltaron, y sefueron; y luego nos sobrevino vn poco de viento I2l apopa
(porque hasta esta ora, no aviamos tenido ninguno 122 afavor desdeque Sali-mos
de la Madera) y nos duro y [5] avistamos tierra (dia de la exaltasion)
que salio ser el Cabo de Santa 12 maria, y Costa de ayamonte este mismo dia
avistamos sincoem 13 barcaciones, y nos malograron elgusto de aver visto la
tierra 14 perononos siguieron, y nos duro el tiempo, y dimos fondo en 15 Ca-diz,
el dia 15 de Septiembre alas 5 delatarde, y hisimos onse 16 dias de qua-rentena,
porlas visitas de los moros, y Salte en tie 17 rra el 26 de dicho, y es
tube alli hasta 6 de Otubre que me 18 embarque para el puerto de Santa Ma-ria,
alli hise mediodia, y 19 por la tarde pase a Sanlucar de barrameda, en-donde
meque 110 de aquella noche y al dia Siguiente; y por la noche me em-bar
111 que para Sevilla, ygaste por el rio dos noches y dia y medio 112 yllegue
a Sevilla el dia 7 de otubre alas 11 -endonde es tube 113 has [sic] 22 de he-nero
de1764 que Sali para Cadiz en compañia de 114 el Señor'Don Geroni-mo
de Guisla este dia andubimos 8 leguas 115 y nos quedamos en las Cave-sas,
y ala mañana Salimos y 116 fuimos a comer a Geres (lugar muy grande) y
de alli salimos 117 ala vna, y llegarnos al puer to de Santa Maria alas 6 en esta
118 Jornada fue la aventura de la Madama. el dia 24 fui de ei puer 1.9 t o a
San lucar abuscar vna piesade paño, y llegue de buelta al puerto a 120 las 7
de la noche, el 25 alas 9 Sali para Cadiz, y llegue alas 12 121 biaje muy feliz
porlo quieto deeimar y hermoso deeldia. en 122 donde es tuve hasta 2 de
otubre que me envar [6] que para Genova en vn nabio Ynglesnombrado la
,12 Cllpn M l r ; ~91 7T 9n;tln nnn Nbn11c Grixiglrln 13 ~7mpC IS~G e! fetc4 pe- U""'" L.'""" '"'"y .'"^. -",' A -"' "'
sos fuertes - y alos 7 dias aribe 14 enalicante puerto de españa ynmediato
aMa 15 drid, y abalensia, end0nde.e~tu be 2 dias y tres 16 noches y Sali para
Genoba y Sobre Mayorca nos 17 dio vnlevan te que noshiso corre vn dia vyna
[sic] 18 noche, y des pues Seguimos biaje has ta puerto 19 maon, y nos bolbio
a dar el lebante y bolbimos 110 a correr hasta el hueste de Mayorca, segui 111
mos el viaje entramos enel golfo de leon y la 112 vispera de todos los Santos
en la noche corrimos 113 vna borrasca con viento por el poniente quenosco 114
mio elviento las dos Gabias y eltriquete 1" y la noche de los difuntos nos dio
Otra fugada qae 116 secomio las dos Gabias y nos bimos muy aflixidos 117 pa-sado
esto compoco viento fuimos arecalar devajo 118 la ysla de Corsega qzGe
estavan los montes muy cubiertos de 119 Nieve ac&a vista estubimos quasi
en Calma tres Dias y 120 el 7 de Noviembre que es tavamos alamaneser sobre
Genova 121 nos dio, vn Juracan por el Sudeste que nos entro dentro de 122
Genova Corriendo con la mayor ytriquete, y nos vimos muy 123 afligidos
porqzle la tierra estavanublada y es tubimos muyser [i] cade aver varado,
porqzle conia mucha mar, resio viento sino ji Cojemos el puerto, qzle es de-boca
angosta, eraymposible dar 13 por davante, y noabia mas remedio que
varar, pero Dios 14 quiso Secojiera bien la boca de el puerto endonde dimos
fondo 15 a las 11 de el dia Con mucho contento por aber escapado de 16 tan
evidente peligro = en esta ciudad estuve 8 dias 17 y meembarque para roma
eldia 15 en vn nabichue 18 lo, y este mismo dia llegue a camuñes endonde
dormi 19 vna noche, y ala mañana Salimos y por maltiempo 1'0 arrive apuer-tofin
el dia 16 en donde es tuve has ta 111 eldia 20 vispera de San Andres
quenos larguemos alas 8 112 de la mañana y el dia Siguiente pasamos porde
113 lante deliborno biendo todo elpuerto, y laciudad que es 114 muy buena y
por maltiempo arive apuertoerculi 115 que es de napoles, el dia 3 1 de dicho
= puerto no malo, (16 pays yn feliz, aquies tuve has ta 3 de nobiembre 117
que sali para Sivitavequia, en cuyo puerto di 118 mos fon do alas 8 de la no-che,
y ala mañana nosdie 119 ron pratica, y es tu be en tierra todo eldia exer-sitado
120 en ver el pays, y las galeras de Su Santidad qzle son 121 sinco, y dos
nabios, y es tuve dentro de el mar her 122 moso, y tambien estuve dentro de
vna de las 123 galeras, enes te presidio abra mas de 4 galeotes 124 y moros
abra mas de 900 - ala oracion me bol [8] vi a en bar car; para ya por mar
has ta fiumisine 12 que es el rio que pasa por medio de roma, y por 13 mal-tiempo
bolvi aarivar asivitavequia, y 14 por no esperar por el tiempo, fui por
tierra hasta 15 Roma, qae Son 47 millas y las andube en 2 dias 16 y llegue
&oma eidia de nuestra Señora de con 1' sepcion a ia oracion = de Genova
aRoma me 18 costo el fleto 2 112 duros, y vna libra de Genova todos 19 los
dias por la Comida = 6 1 / 2 libras es vn peso fuerte. (10 el dia de Candelaria
asistiala funcion en monte 111 Calvario = y eldela encarnacion, fue Su San
112 tidad ala minerva y asistio ala funcion 113 en la que Sedestribuyeron 150
dotes a las mis 114 donsellas que hisieron prosecion endicho dia 115 el Do-mingo
de Ramos asisti ala funcion de palma 116 y pacion amonte calvario, y
Su Santidad des 117 tribuyo la Palma y el dia de candelaria la 118 vela = el
Jueves Santo asisti ala funcion en 119 San Pedro, = y el Domingo, de pas
qua di xo la 120 mi Sa Su San tidad en San Pedro Sali de Roma 121 el 11 de
Abril de 1765 para Sivitave quia, endonde llegue 122 el 12 y estube hasta el
28 que Sali alas 3 de latarde para 123 Marsella, y me Costo el fleto 27 pablos
- nabegue 124 4 dias y arrive avna ciudad deel es tado de Genova [9] aqui
estuve vn dia y vna noche y ala mañana Salimos 12 y andubimos todoeldia
por la costa biendo toda la Rivera 13 y ala noche dimos fondo en Otro pue-blo
de Xenoba yala 14 mañana dia de la Santa Cruz bolbi asalir al
seguimiento 15 de mibiaje y arive amarsella el 7 de mayo a las 4 16 de la tar-de
endonde estuve hasta 1 de Junio que Sali para 17 Xibrartar en vnberban-tin
Yngles. y el dia 9 errive 18 en armeria endonde estube hasta 12 de dzcho
que Sali enseguimiento 19 de mibiaje, y el dia 18 pasamos por la costa de
berveria biendo 110 la tierra de muy serca, ybila Ciudad de tetuan, y elpresi-diode
1" Seuta, y el dia 20 arrive a Xibrartar, endonde hise 8 dias 112 de
quarentena y la vispera de San Pedro me hecharon en lalinia 113 de españa,
por aber orden de el Governador para que ningun pa 1'4 sajero fuese entie-rra
de Xibrartar, dichodiapor lanoche llegue 115 a San roque que ay poco
mas de legua, endonde dormi, y oy, 116 misa dia de San Pedro. y Sali para
los varrios que abra leguay 117 media hise medio dia endicho lugar. y prose-gui
mi biaje y 118 poda noche me quede en vncortijo que llaman tay 119 villa,
y ala mañana Sali y llegue amediodia 120 y por la tarde anduve vna legua y
me quede 121 en vna era onde disen elaroyodelcojo y alama 122 ñana Sali para
chicla na en donde llegue a las 11 de el dia [lo] primero deJulio, ymequede
endicholugar hasta el otro 12 dia que me embarque para la Isla de leon que
ay 2 leguas, endon 13 de llegue alas 9 de el dia ymeestube biendo este pays 14
hasta la 3 de la tarde qze Sali por tierra para Cadiz en 15 donde llegue alas 6
de dicha tarde el dia 2 dejulio (ay 16 de Xibrartar a Cadiz 20 ieguas -j en
donde hestuve hasta 17 17 de Agosto que me embarque para thenerife en vn
bergan 18 tin Yngles nombrado la Ana Su Capitan Roberto CrarR 19 y llegue
a Santa CNZ el 28 de dicho endonde estuve hasta 110 16 de Septiembre que
fui para la oro tava endonde me embarque el dia 20 111 Para la Palma en-don&
llegue e!& 28 de Septiemb,~d e 1765 -
COMENTARIO LINGUISTICO GENERAL
El documento está escrito en canario, modalidad del castellano o espa-ñol
que se habla en Canarias.
El canario, o español de Canarias, no es un dialecto, en sentido propio,
pues no constituye un sistema de signos y de reglas combinatorias; es, antes,
un habla regional. Como tal, posee usos gramaticales, léxicos y fraseológicos
que le son peculiares, frente a otros muchos que le son comunes con otras
hablas y dialectos del español. ' ~ i n ~ u dneo su s rasgos fonéticos le es priva-tivo,
ni su íéxico ni su sintaxis están tan diferenciados de otros hispánicos
como para justificar una independencia o una individualidad sistemática.
Genéticamente, arranca del gran complejo que constituyen las hablas meri-dionaies
y occiden~aiesd e ia Península, en la que coinciden el español de
América y el canario con el extremeño y el andaluz. A pesar de su carácter
geográficamente periférico (y éste es un concepto que hay que precisar mu-cho
al hablar de Canarias), el canario nunca se ha estancado en su evolu-ción,
como alguna vez se ha dicho. Por ello, si bien en su origen es coetáneo
del español de los Reyes Católicos y del judeoespañol, no es afortunado
compararlo con éstos, como también se ha hecho. Aunque actualmente la
especificidad lingüística de Canarias pierde terreno con celeridad, al mez-clarse
con el español estándar, difundido por la enseñanza normativa y por
los medios de comunicación de masas, tomando como base el documento
arriba aducido, he aquí algunas características históricas del canario común,
donde apenas hay niveles sociológicos, debido a la pequeña geografía de las
Islas, pues en el canario influyen, se entrecruzan y mezclan, como en cual-quiera
otra habla regional española, usos rústicos y vulgares con el habla
más o menos culta, especialmente cuando se trata de la lengua escrita, como
es el caso que nos ocupa.
La iengua de Canarias dei sigio X-YIII, io mismo que ia actuai, compar-te,
en general, con el portugués, el extremeño y el andaluz, la debilitación
progresiva de las consonantes, debilitación que luego pasó a Latinoamérica.
Así, en Canarias, como se puede ver en nuestro texto, ha desaparecido por
completo el fonema interdental fricativo sordo / 81. Las únicas excepciones . + 1 1 7 " " ? ññ".-^ ,l P --,-
~ U ~LL L ~ L L LLLI ~IL I ~LV ( Y ~ t i * . L , IULÍ I *~V, L , ~ I C C A 14,/ EZ 15, OT&
ción 14, Cadiz 22, &dad 6, fanción 10, encarnación 1 1 ,
etc.) parecen deberse antes a un reflejo de la ortografía recibida, especial-mente
en lo tocante a nombres propios y a terminologja religiosa del am-
biente en que el autor se educó y se movía, que a su pronunciación real,
pues junto a estas formas concordes con la práctica ortográfica entonces más
generalizada en las obras impresas, hay desviaciones bien significativas: pa-cion
16, prosecion 14, yso .hizo' 15, asiamos .hacíamos7 17,
etc., etc.). En Canarias, según se desprende de todo el texto, no existía en-tonces,
ni existe actualmente, la oposición fonológica de 131 y / 81.
Por lo demás, la j y la gex j (Argelinos, afigidos) del texto tenían, y si-guen
teniendo, una realización fónica distinta a la del español normativo
peninsular, pues en Canarias no existe el fonema 1x1 del castellano, sino
que en su lugar se da una aspiración faríngea sorda o sonora (fonéticamen-te:
[h] y [h], a veces representada en el manuscrito con la antigua grafia x
(suxetos, Xabeque, Xibraltar) .
La desfonologización de lll y lyl no se daba en La Palma ni, en gene-rai,
en Canarias, en ei sigio n'v'íii, ni se da todavía en ias zonas ruraies, aun-que
desde hace algunos años se oye, cada vez más, con irradiaciones hacia
medios campesinos, especialmente desde la escuela, debido a la imitación
de una forma de hablar, la urbana, que se considera mejor recibida. Véanse
en el documento cavallo 9, Sevilla 1 1, frente a ayamonte 2, destri
Vup 16-17, etc., e x , con ambas failemas bieil difeieilciados. La -;inica
excepción, Mayorca 6 y 10, se debe a ser la pronunciación alternante con
Mdlorca, ambas procedentes del latín Maiorica ( maior). En los nombres
propios del autor usa formas más populares que en el resto de la narración,
como Xibra~tar [9] 7 , 11 y 14; armeria .Almería' [9] 8 (con la alternancia
vulgar L/$, Sivitaveqzia, etc., seguramente tomadas al oído del uso de la
tripulación.
Naturalmente, no podemos entrar en el estudio de la pronunciación
del fonema que en el texto aparece ortografiado con s, por razones obvias,
aunque conjeturamos que su realización sería muy semejante a la actual,
predorsoalveolar fricativa sorda, por lo general, en posición explosiva, y su-frida
las demás vicisitudes que corre actualmente en posición implosiva, de
pérdida total, de conservación como alveolar, de conservación como aspira-da
faríngea y de asimilación a la consonante siguiente.
Las consonantes agrupadas distintas de las líquidas caen, como tras
porte 12, otubre 7 y 22, pratica 19. Septiembre 3 y magdalena
5 son, sin duda alguna, cultismos gráficos, como otros ya citados, sobre
todo los términos relacionados con la religión.
La ortografía, al no haberse divulgado todavía en la Península, y
menos aún en Canarias, las normas académicas, según hemos visto en la no-
ta 5 , es caótica, si la juzgarnos con criterios actuales. El autor, que escribió
su relato, como dejamos apuntado, en épocas distintas, no tiene en cuenta
formas que ya ha usado, y así mezcla desordenadamente conocimientos li-brescos
(la existencia de la h, el grafema x para 1 X I y Isl , etc.) con una es-critura
fundamentalmente preocupada por reproducir los sonidos del
habla. En consecuencia, nos presenta ejemplos de otro modo inexplicables,
como 2/a .a'; embarque/en barcamos/enbarcm/envarqzce/enbarque;h e-charon;
henero . enero' ; hueste . oeste' ; Genova/ Genoba/Xenoba; v con va-lor
vocálico de zc en principio de palabra (un, una) y en compuestos (avn,
aunque), pero que se da igualmente com bilabial oclusiva sonora o bilabial
fricativa sonora (vandera, cavallo); etc. b y v se mezclan indistintamente
(bolver/bolber, embarcar/emvarcar, nabio/navio, etc.). La letra y se usa
como vocal (jso .hizo', oyr, y como representante del fonema prepalatal fri-cativo
sonoro i yi (ayamonte, juyendoj. ¿a -r- y ia -m vaien ambas iguai-mente
como vibrantes múltiples (aribadadar) . Y las mayúsculas y minús-culas,
a como caigan (la orotava, el ansarote .Lanzarote', ycod, etc., pero
Cofre, Ocho, Juracan, etc., aunque hay un predominio neto de nombres
propios con mayúscula inicial.
El concepto de frontera lingüística entre los elementos expresivos no
aparece bien delimitado en la escritura de nuestro autor, pues a veces une
en campos fónicos unidades morfológicarnente discretas, entre las que vir-tualmente
no hay pausas, como meenvarque, mehecharon, apie .a pie',
vnanoche, almañana, cadavno, conJuantaño, noseallaban, ynosmantenia-mos,
compoco .con poco', etc., y a veces las separa, verbigracia tras porte,
an barcamzos, elansarote -Lamarote', es taba, es tube, yn feliz, paraporte,
despus, etc., con predominio de las agrupaciones de los elementos sinca-tegoremáticos
alrededor de los constituyentes autosemánticos. El marcar las
fronteras lingüísticas de los constituyentes autosemáticos, unas veces, y de
las cláusulas oracionales, otras, están en la base de h puntuación tentativa
del autor, aparte de eso bastante anárquica.
El documento apenas presenta términos prehispánicos, que son escasos
en el habla corriente, aunque abundantes en la toponimia. Sólo aparecen
los topónimos tamayno, ycod, orotavu y thenerife.
Hay algunos arcdsmos hispánicos, como destbbuyo (con des- etimoló-
.-.:,.-A-ll..&<-nT~ A--T"-%.,V-~-\. :-.L/-L-- --- : " - J - A-11--< 1--..?7rr
S L L W ULl 1 U L i i l U13- UL UIJlKIDUCiíEJrjL4Lf (LWII f/ &l>lldUd, U C I ldUll V U l g A l riJ-GIRE);
onde ( lat. UNDE) alternante con el reforzado donde ( de + on-de);
veymos (con -y- por -í-).v imos1; larguemos .largamos'; corsario .corsa-rio',
triquete, . trinquete', etc.
La emigración portuguesa, desde la conquista de las Islas hasta 1640, y
las relaciones sociales y comerciales entre Portugal (Madeira, sobre todo) y
Canarias justifican que haya numerosos lusismos, especialmente léxicos y
semánticos, extendidos a cualquier clase de actividades. En las Glo~asc o-mentamos
especialmente saletinohaletina.
Por las relaciones de Canarias con América, sobre todo con las áreas del
Caribe, donde los colonizadores procedentes del occidente y del mediodía
de la Península dejaron huella indeleble, como en Canarias, los llamados
americanismos y canarismos coincidentes son más bien manifestaciones lin-güística~
d e origen común antes que americanismos o canarismos propios,
aunque aquí y allá haya habido cruces, adopciones y creaciones autóctonas.
En las Glosas comentamos aparte los americanismospapas yjuracan.
Por último, hay algunas aportaciones singulares, como el uopo comeron
los varrancos y las voces meso, zratana, estiva, ysieño, canario, iarga .lejos',
fieto, pratica, etc., con novedades formales y semánticas que reseñamos en
las Glosas.
(Los números entre corchetes envían a las páginas y los siguientes a las
líneas del documento).
[l] 2. Doña Francisca Velez. Se trata de doña Francisca Vélez de Onta-nilla
y Vélez de Ontanilla Pinto de Guisla y del Hoyo-Solórzano, nacida en
Santa Cruz de La Palma el 3 de octubre de 1740, que casó con su primo her-mano
donJuan Waldo de Guisla Pinto y Vélez de Ontanilla, teniente coro-nel
de artillería de las milicias de La Palma y caballero de la orden de Alcán-tara.
Éste es el Don Juanpinto de Guda de nuestro autor. Doña Francisca,
perteneciente a la primera nobleza de La Palma, falleció, sin hijos, el 3 de
abril de 1778. Su marido, también de la primera aristocracia insular, había
nacido en Santa Cruz de La Palma el 16 de mayo de 1733, y casó por segun-da
vez con doña María Altagracia de la Concepción Campos Massieu y Soto-mayor.
El teniente coronel don Juan Pinto de Guisla falleció en la ciudad de
su nacimiento el 29 de marzo de 1810, sin descendencia.
4. tamaymo; 5 . ycod; 7. orotava; 7. thenenfe. Son las úni-cas
voces prehispánicas que contiene el documento, todas usadas como to-pónimos,
todavía vigentes. Para su historia, variantes e interpretación,
véanse en DOMINIJKO SEFW 0 ~ ~ ~ ~ ;Mo n u r nLeinngt aua Canarzae. Die Rana-
rischen Sprachdenkmder. Eine Studie zur Vor- und Friihgeschichte Wei
afkkas, Graz - Austria, 1965: tamaymo, parte IV 5 399 y V 3 573; ycod,
parte V 5 322; orotava, parte V 5 472; .&enenfe, parte IV 5 485. La ortogra-fía
actual es Tamaimo, Icod, Orotava y Tenerife. thenerife, así en muchas
fuentes antiguas, es una hipercorrección, sin ningún apoyo etimológico,
acaso forjada sobre helenismos latinizados como theatro, Theodoro, theolo-gía,
thesoro, etc.
ICl] 19. Don Roverto la hanti. Se refiere a don Roberto La Hanty,
nacido en Carrick, condado de Pipprary, provincia de Leinster, en Irlanda,
bautizado en 10 de enero de 1710, que se estableció en Santa Cruz de Te-nerife,
donde fue regidor perpetuo del antiguo cabildo de La Laguna, reci- m
n
bid0 en 1758, y coronel del regimiento de forasteros de las milicias de Cana- E
rias. El coronel La Hanty, que había casado con doña Isabel Mac-Carty, na- o
n -
cida en Cadiz y también de !2 emigr&n he!mdesa, I X X I ~ ~ ~e n sc hxiendz =m
O
de Geneto (La Laguna) el 23 de febrero de 1762. Fundó una gran casa co- E
E
2 mercial en Santa Cruz de Tenerife y se enriqueció en el comercio con las In- e =
dias, como armador de barcos. Acaso por haber muerto don Roberto en fe-brero,
Juan Antonio Castillo no pudo cobrar a sus hijos, en abril del mismo 3
-
año, los pesos aludidos. -
0m
1111 2 1-22. corrieron los varancos .tener una avenida o crecida un ba- E
rranco de cauce normalmente seco'. En Canarias, donde no hay ríos, ba- o
g
ranco equivale a .cauce, vaguada, quiebra natural, por lo general profun- n
da, por donde corre agua sólo debido a lluvias abundantes'. Uso tropológi- -E
a
co canario, clasificable dentro de la figura llamada enálaxis o traslación. nl
[2] 1-2. porqusnoseallaba ni vna migaja, de pan. Durante los siglos n
0
XVII y XVIII, el azote del hambre fue constante en Canarias, sobre todo 3
cuando se presentaban años malos consecutivos. Las hambres fueron más O
extremas en Lanzarote y Fuerteventura, aunque se conocieron en todas las
islas. A partir de la generalización del cultivo de las papas, se empezó a pa-liar
esta calamidad, especialmente en !as i s ! ~ce ntra!es y mcidenta!er, d e n -
de en los años de escasez de cosechas emigraban masivamente lanzaroteños
y majoreros. Cf. ROBERTORO LDAN,E l hambre en Fuerteventura (1600-
1800). Aula de Cultura de Tenerife, 1968. Para La Palma, JOSE MIGUELA L-ZOLA,
El manuscrito de fray Juan de Medinilla, en Homenaje a E1ía.s Sera
R2fols, 1, La Laguna, 1970, págs. 164-1 65. ]OSE ANTONIOIN FANTEFSL ORI-DO,
Canarias: retablo de duelos. Panorama socio-cultural segzin documen-tos
diocesanos delszglo XVIII, ponencia leída el 8 de octubre de 1982 en el
V Coloquio de Historia Canano-Americana, Las Palmas de Gran Canaria,
dio a conocer un documento al que pertenece el trozo siguiente: «porque en
siguiéndose [. . . J tres o cuatro años malos no hay quien compre la más esti-mada
propiedad, y esto con plazos; como lo vimos en los años 69, 70, 71 y
parte del 72. En éstos se despobló la isla de Lanzarote y sus vecinos pasaron
a las otras con la esperanza de escapar con vida. A muchísimos, por no ha-ber
barcos que los estrahesen, mirábamos escarbar muladares buscando que
llevar a la boca como'aves; cargar con huesos áridos para aplicarlos al fuego y
roerlos como perros; juntar suelas crudas secas y podridas para guisarlas yco-merlas;
alguno hubo que hizo pillaje de asnos para alimentarse; guardar ba-jo
de pajas, que eran entonces los colchones, perros muertos que adietaban;
a mis oídos resonaba un continuo lastimoso eco: Ay, que me muero de
hambre; y de todos éstos muy pocos quedaron vivos.
[2] 6. papas .patatas'. Voz tomada del quichua para nombrar la planta
Solanum tuberosum, que introdujo en Canarias; en 1622, don Juan Bautis-ta
de Castro. Trajo sus tubérculos de Huamanga (Perú) y los sembró en sus
propiedades de Icod el Alto, desde donde, con cierta rapidez, se extendie-ron
por todas las Islas, para constituir, con el gofio, la base de la alimenta-ción
de los canarios desde el siglo XVIII hasta mediados del XX, cuando el
consumo del gofio empezó a ceder. El nombre peninsular, patatas, se debe
a un cruce con el nombre de la Batata edulis o batata. Hasta el si-g lo XVIII,
en la Península hubo confusión entre los nombres de la solanácea Sohnum
tuberosu y la convolvulácea Batatas edulis. En Canarias, desde su introduc-ción,
se ha dicho, siempre, papas, aunque, últimamente, algunos imitado-res
de una forma de hablar que consideran más académica comienzan a de-cirpatatas,
como dicen los peninsulares. Papas, pues, es un americanismo
generalizado en Canarias mucho antes que patatas en la Península. Cf.
JUAN RÉGULO PEREZ, El cd'tivo de La~papas en Canaria, <«El Día>>, Santa
Cruz de Tenerife, 9 de junio de 1973, págs. 10 y 17, con amplia informa-ción
histórica y lingüística.
)E21 14 y 17. meso. Muy probablemente se trata de un italianismo
que le quedó al autor de su viaje a Italia. Meso, en italiano messo, significa
.mandadero, cosario, recadero, especie de paje o sirviente', semantismo
que conviene al texto.
[2] 19. tratana. Metátesis de tartana .embarcación menor, de vela lati-na'.
Originariamente tartano o tartana significó .cernícalo'. Estamos ante
uno de los numerosos iioiiibies de caos derk<ados de animales: iZmbo, fila-ca,
galera, goleta, golondha, etc. tratana es metátesis no registrada en los
repertorios léxicos consultados.
[3] 1. elansarote. Está en lugar de Lanzarote. Se trata de una confu-sión
popular de la l- con el artículo, debido a la deglutinación o aféresis de
la 1- inicial, fenómeno bien documentado en español: a t d l e t d o latni,
del latln LECTORILuEm; bral lumbral (antes limbrar y limnar) , del latín LI-MINARIS;
etc. En canario tenemos agar lagar (plural: los agares); lapilla
la lapilla .cierta enfermedad de los árboles producida por parásitos pareci-dos
a lapitas', que en frases como <este año los perales no dieron nada, por-que
les cayó lapilla>, se presta a un falso corte, la pilla, tanto más que el
diminutivo en -illo/illa es actualmente improductivo en Canarias.
[3] 3. fuiapresado de los yngleses. En efecto, España estaba en guerra
con Inglaterra a consecuencia de haber suscrito Carlos 111 el llamado Pacto m
de FamiGia el 15 de agosto de 1761. Juan Antonio Castillo fue apresado el E
20 de julio de 1762. O
n [] 6. estiva. Aq3 'lugar para poner !a cirgz estihzda'. Ne ccmigmr -
m
O
E este substantivo, con la acepción de 'lugar', ninguno de los registros consul- E
2 tados. E
[3] 18. ysleño 'natural de Canarias'. Con este significado, ishño es co-
-
nacido también en Cuba y Venezuela, pero no lo registran los diccimarios 3
-
normativos. -
0
m
[3] 19. canario 'natural de Gran Canaria'. En los documentos primiti- E
vos, se llama así sólo a los indígenas prehispánicos de Gran Canaria, isla co- O
múnmente llamada Canaria desde mucho antes de la conquista. El Archi- n
piélago fue denominado primero Idas de Canaria, por antonomasia, y lue- E a-go
Idas Canarias. Fuera del Archipiélago, hoy canario es gentilicio antono- nl
mástico para el nacido en cualquiera de las islas; dentro del Archipiélago, n
n
los gentilicios son: gomero, (gran)canario, hereño, lanzaroteño, majorero 3
'natural de Fuerteventura', pahero y tinerfeño, este último derivado de la O
variante Tinerfe del nombre de la isla de Tenerife.
[4] 1. veymos 'vimos' con -y- por -C. Hoy es un vulgarismo, sobre el
paradigma arcaico yo vide, tzi vezste, él vido, nosotrns ?o&zos.. . , que Ax=
DRES BELLOco ndena en sus Advertencias sobre e l uso de la Lengza Castella-na,
dirigidas a los padres de familia, profesores de los colegios i maestros de
escgela, en Opzisczlos Gramaticales, Obras Completas, Vol. VIII, Santiago,
1933, págs. 481-498, 5 24. Lo registra para Puerto Rico MANUEÁL LVAREZ
NAZARIOE,l ' arcazsmo vdgar en el español de Puerto Rico, Mayagüez -
Puerto ~ i c o1,9 57, 5 92. En Canarias suelen usar estas formas personas poco
educadas, cuando pretenden mejorar su conversación con interlocutores
que consideran más instruidos. Estos arcaísmos son una mezcla de formas
etimológias y analógicas, como han expuesto FEDERICHOA NSENG, ramática
HzStórica de La Lengua Españoia, Halle, 1913, 222, 238, 257, etc.; RA-MON
MENENDEPZI DALM, anual de Gramática Histórica Española, ba edic.,
Madrid, 1941, S§ 31, 53, 113, 120, etc.; y otros tratadistas.
[4] 2. cosario. Forma antigua, c o s h , de la actual corsario, todas de-rivadas
del latín CURSUS 'corrida, acción de correr'. Del mismo étimo proce-de
coso.
[4] 13. Salétino. Moro o corsario de Salé. ciudad marroquí de la costa
atlántica, cercana a Rabat, donde hallaron refugio numerosos moriscos
andaluces expulsados de España en el siglo XVII. En esta época -y durante
largo tiempo- Salé se convirtió en una ciudad de piratas, prácticamente
independiente, contra la que lucharon en vano muchas expediciones euro-peas.
En árabe, la ciudad se llama Sala, nombre que, por imela, pasó a Salé'
en el árabe peninsular. En portugués existe la dicción salatinos 'Moiros ou
corsarios de Salé. Nome despreciativo, que o rapazio de Coimbra dá aos
seus adversarios. Ant. Lavradores dos arredores de Lisboa, procedentes
daqueles Moiros. Saloios' (Figueiredo). Traemos estas acepciones ponugue-sas
aquí, porque en La Palma y en el norte de Tenerife vive esta palabra,
exclusivamente en su forma femenina, saletina, aplicada a una 'muchacha o
mujer bullanguera, un poco libre y desenvuelta, que se sale de las normas
sociales registradas, a veces maliciosamente enredadora'. No registran la voz
los vocabularios canarios, aunque en la isla de La Palma tiene vigencia ge-neral
y bien arraigada.
[4] 16. larga 'lejos'. Tiene el mismo valor que el adjetivo largo usado
con el significado adverbial de 'lejos', pero no recogen esta fosma concerta-da,
también de valor adverbial, los diccionarios consultados.
[5] 14. el Señor Don Geronimo de Guisla. Con este nombre se refiere
a don Jerónimo Antonio de Guisla Boot Salazar de Frías Lorenzo de Monte-verde
y Van de Walle, poseedor de varios mayorazgos, capitán de las mili-
,-;,, CaI,;-:,-, A, r,,,.;,, +,h,ll~-~ A, A l,-S-+nrn AP 111 n r ; m ~ r r >nn hl-vo
C I y i~u v u j I - l a I L J U L k a u a l l a a , I - a v a u C I u UL I I I L ~ I I L ~ IU~L, i a y t i l i i i i ~ i ar r v v i b r a
isleña, nacido en Santa Cruz de La Palma el 21 de noviembre de 1694 y
fallecido en La Laguna el 26 de enero de 177 1, casado, desde el 9 de junio
de 1720, con su prima doña Francisca Margarita de Salazar de Frías Abréu y
Reje, hermana de don Cristóbal de Salazar de Frías, segundo conde del Va-lle
de Salazar. marqués de Extremiana. etc.
[5] 18. la aventura de la Madama. Juan Antonio Castillo tiene, en este
momento, comienzos de 1764, 30 años. Se había formado en un medio pa-cato,
rodeado de clérigos y en trato cuasirreverencid con la aristocracia pal-
mera, la más cerrada y ensoberbecida de Canarias. Cuando se casa, tres años
después, lo hace con una mujer de este ambiente, que tiene cinco hermanos
sacerdotes. Pues bien, durante este viaje, en compañía de don Jerónimo de
Guisla, aristócrata mundano, de 69 &os (Véase la glosa [5] 14), Juan Anto-nio,
hombre tímido y mirado, como se ve en otros lugares de sus apuntes,
por la prudencia de sus gastos y por su delicadeza en la comunicación con
las personas, seguramente virgen aún, tiene una aventura con una madama.
Es significativa la voz usada, que parece tener el sentido de 'casi señora'. En
esta historia menuda que nos legó Juan Antonio, nos ha parecido que bien
merecía una glosa amable el hecho de que considerara necesario incorporar
a la narración del viaje de su vida -el viaje a Roma para ver al papa y asistir
a la Semana Santa, pues ya no volvió a salir de La Palma- el acontecimien-to
polar de que las formas del amor se le revelaran, en un lugar remoto y
obscuro, introducido por un señor de mucha suposición, e iniciado por una
madama.. . Con todo, la lectura de esta anotación nos puso una veta de tris-teza,
al considerar el inmovilismo y la privación a los que el dogmatismo
educativo de la España tradicional sometió a tantas generaciones de jóvenes.. .
[6] 3 y [8] 23. fleto 'flete'. La forma en -o no aparece registrada en los
diccionarios corrientes, aunque todavía es popular en La Palma.
[6]114. triquete. Forma antigua de trinquete, más próxima al étimo
probable de esta voz, el francés triquet, diminutivo de t e u e 'bastón', por
ser el más pequeño de los tres mástiles principales. Aquí significa 'vela que
se pone en el trinquete'.
[6]21. Juracan. Es la palabra taína de hurakán, con h- aspirada, pro-nunciación
que se conserva todavía en Cuba y Santo Domingo.
[7] 7-8. navichzlela. Si bien es ésta una forma conocida en español co-mo
diminutivo de nave, opinamos que antes se trata de un eco del italiano
navicello, que el autor oiría durante su viaje, que del diminutivo español,
drsusadu rri Canarias.
[7] 11. larguemos 'largamos'. Arcaísmo analógico. Cf. lo dicho en sub
la glosa [4] 1 y la bibliografía allí citada.
[7] 19. pratica 'práctico'. La forma en -a, con el sentido de 'gúia para
atracar.9 , n.o figura en los repertorios consultados. Fonéticamente se trata de nin qnt<nivirmr\ h;c+\i;n;rn U" ""L'yU'n.'"" I.IUy'a<illl\rV.
[8] 11- 12. Su Santidad. Era entonces papa Clemente XIII.
[8] 23. pablos. Con el apelativo de pablo o paulo se designaba a una
moneda romana que llevaba la efigie de un papa de este nombre.