LAS CANARIAS EN LA OBRA DE JULIO VERNE
JOSETTEC HANELT- ISSEAUde s ESCOTAIS
La afición por los largos viajes es notoria en la época de Julio
Verne. No resulta nada raro que, en la Serie de los Viajes Extraordi-narios
y con la firma de aquel, se publicara en 1907 ((L'Agence
Thompson and C.%*. En esta obra, poco conocida, un grupo de tu-ristas
que van navegando a bordo del vapor Steamew, hacen escala,
después de Madeira y las Azores, en Canarias y viven aventuras di-rectamente
relacionadas con la personalidad del Archipiélago. Con
el fin de conocer, con un concepto crítico, lo expuesto por Verne en
relación con estas islas, estudiaremos sucesivamente los criterios ver-tidos
por él, a través de ciento cincuenta páginas de prosa más nove-lesca
que científica. Siempre basados en los criterios del autor, objeto
de este estudio, intentaremos una clasificación que nos ayude a orde-nar
nuestra descripción.
Al principio de la obra, cuando los pasajeros visitaban Madeira
y las Azores, el novelista proporcionaba al lector mapas detallados
de las tierras que visitaban. pero, en el caso de Canarias, esto no su-cede.
Sin embargo procura situar; con mucha precisión, la localiza-ción
geográfica de las islas, según los cálculos de los navegantes del
fin del siglo XIX, sin mencionar detalles cartográficos particulares.
Describe de forma muy general estas tierras volcánicas, olvidán-dose
de la existencia de la Isla de La Palma. Las presenta de una for-airaciiva,
-a;alvajes, ijeiigrosas e iiiclUso &=gra&31cs, sill
encontrar rasgos peculiares que caractericen a cada una de ellas l.
* Véase nota bibliográfica. Mencionaremos para cada cita la página correspon-diente
en las dos ediciones existentes.
1. P. 254 o 37 e... différentes par leur taille, les Canaries se ressemblent toutes par
la sauvagerie de I'aspect. Ce ne sont que falaises de basalte a pic, a peine bordées d'une
866 Josette Chanel- Tisseau des Escotais
El estudio geológico es muy sucinto: habla del basalto, de la
lava, negra, de la piedra pómez, estriada (pero blanca en el Teyde) y
de escorias. Todo ello característico de cualquier tierra volcánica.
El suelo es siempre, según afirma, caótico y convulso; lo llama
el «Mal País. El azufre y el gas carbónico se derraman por el suelo,
procedentes de las fumarolas que salen por las «narizes». Sin embar-go,
en este paisaje muy atormentado se encuentran llanuras propi-cias
a la vida, y numerosos cráteres, muy verdes, designados con el
término de «caldeiras».
Con el fin de individualizar las islas, da una característica muy
somera de cada una de ellas. Así, Gran Canaria, la distingue por sus
dimensiones; Gomera, por la particularidad de haber acogido a Cris-tóbal
Colón; Montaña Clara (en la novela se llama Monta Clara) es
una simple roca muy peligrosa2; la Isla de Hierro se enorgullece de
ser el origen de todos los meridianos, en los tiempos antiguos. Se su-braya
la tentativa de especificación por la enumeración de las capita-les,
de las que menciona la vaga existencia de iglesias, calles, plazas,
casas, gentes, sin descender nunca al detalle. Las más importantes
presentan un toque de exotismo debido a la proximidad de Africa.
Tal vecindad determina un clima característico, seco y cálido;
ésto explica la canícula descrita en Santa Cruz (a principios de junio)
y los vientos del Este, también cálidos y procedentes de Africa. El no-velista
afirma que los Canarios los llaman «el Leste)). Justo antes que
llegaran los viajeros, ésos habían desecado las tierras y destruido las
cosechas, con la ayuda de nubes de arena y langostas3. El calor que
reina en todas partes motiva marchas precipitadas, descansos rápidos
que imposibilitan las descripciones precisas; los mosquitos rematan la
obra dantesca de las Canarias. Sin embargo, el autor admite un clima
agradable en algunas zonas, en particular los valles y calderas4, lo que
permite la instalación de hospitales para tuberculosos y leprosos veni-dos
de Europa. No obstante, jes peligroso para el reuma!s.
greve étroite. En voyant ces murailles de fer, on s'étonne de I'épithkte de «Fortunées»
jadis aplliquées a ces iles de si rébarbatif abord».
2. P. 242 o 21 «Monta Clara, simple rocher trop souvent funeste au naviga-teur
...).
3. P. 264 &es deux fléaux réunis ont tout brillé, tout saccagé, tout dévasté)).
A D ?<A .-. lQ ..- ,AS+,-,- .-.a~-A+31~l.. 7. i . LJ7 V J O <<LA1& 1+ U 1 1 p l l l l l C l l l p J p + I p + L U C i I I I .
5. P. 285 o 89 N,.. le lever du soleil ne laisse d'amener une certaine fdcheur fu-neste
aux rhumatismes)).
Las Canarias en la obra de Julio Verne 867
Con estas condiciones de suelo y de clima, escasea el agua. Ver-ne
habla de este problema y de las dificultades que experimentan los
insulares para abastecerse. ¡Paradójicamente los viajeros no sufrirán
jamás de esta carencia!
Según el novelista, aparecen dos tipos de vegetación. En los va-lles,
donde el hombre puede aportar su concurso, tenemos un despil-farro
de verde, particularmente en el valle de la 0rotava6. A lo largo
de las carreteras predominan el geranio y la pita; más allá se divisan
plantaciones de chumberas y palmeras, campos de cereales, viñas,
bosques de euforbios y castaños. Los eucaliptos abundan en la Lagu-na.
Cuanto más subimos hacia el Teyde u otros volcanes, más agres-te
y pobre se hace la vegetación: abetos en el Monte Verde, brezos
arbóreos hacia 1 .O00 m., citisos a partir de 1.400 m., matorrales espi-nosos
en las Cañadas. Veme consagra un estudio particular a la «eu-forbia
canariensiw y a la aeuforbia balsamiferm7. Pretende que un
viajero encuentre una violeta en la cima del ieyde; ja 3.8üü m.!"¡
autor se preocupa por la ecología de las islas: lamenta la desapari-ción
de algunas especies ocasionada por los mismos Canarios, la de
los pinos en particular9. En cuanto a las zonas que padecen sequías,
habla de estepas y menciona la existencia de una planta anónima,
tipo cactus, azulada, que crece en Lanzarote, por ejemplo lo.
De esta flora se aprovechan los animales, aunque son poco nu-merosos:
caballos y camellos en Gran Canaria; mulas en Tenerife a
causa del terreno montañoso. Pájaros, no hay, jexcepto los pinzones,
los ~fringillewd ice el novelista, y que localiza en la cima el Teyde!
Con respecto a los insectos, nos revela, él, la existencia de mosquitos
que abundan en las Palmas, mientras que las moscas y las abejas se
limitan al cráter del Teyde".
Pero lo que le interesa a Verne es el hombre, y más bien la co-existencia
de varias etnias. El novelista pretende que las Canarias
formaron parte de la Atlántida. Fueron, luego, ocupadas por los
Guanches, pueblo troglodita suprimido por los que le sucedieron.
6. P. 258 o 47 «les routes sont bordées de buissons fleuris, de bouquets d'arbres
ombreux ... » Veme habla de «une débauche de verdure)).
7. P. 273 o 69
8. P. 306 o 126 (<une violette cachee frileusement sous ses larges feuilles veluew.
9. P. 275 y 276 o 108.
10. P. 246 o 25.
11. P. 306 o 126.
868 Josetle Chanel- Tisseau des Escotais
Después, se instalaron reyes bereberes en GaldarI2: la bravura de que
hicieron gala cuando las incursiones de Bethencourt es el único ele-mento
digno de interés para él. La presencia española sólo se mani-fiesta
a nivel de administración, caracterizada por una gran negligen-cia
y apatía13, y a nivel de idioma, con el castellano; sin embargo,
parece que en la parte montañosa, unos pueblos hablan dialectos
que nadie puede comprenderI4. Un solo extranjero vive en estas is-
'las: se trata del posadero francés de la Orotava. Veme concluye, por
. fin, que unas 280.000 almas se reparten por una superficie de más de
275 leguas cuadradasI5.
La población autóctona, que practica la agricultura, vive en una
miseria tal que, en los pueblos, no tiene lo suficiente para levantar
casas y viene a ser troglodita. Así, en Artenara, sólo la iglesia eleva
sus muros al airet6.
Colonias de antiguos esclavos negros persisten todavía, en zonas
practicamente inaccesibles: ellos continuan recluidos dentro de sus
cavernas salvajes, viviendo en un aislamiento casi a b s o l ~ t oy' ~ a ta-can
de vez en cuando a los turistas '*.
La población blanca se concentra en las ciudades, las cuales pa-recen
tener, a primera vista, una influencia oriental, con sus casas
blancas adornadas con terrazas y balcones, de tal forma que Verne
utiliza para ellas el término de «KasbabI9. Sin embargo, son total-mente
europeas en su distribución. Todas, salvo en Las Palmas donde
la elegancia y la animación son de rigor, parecen abandonadas. Se-
12. P. 275 o 72.
13. P. 253 o 37.
14. P. 287 o 92 d'interprete ... ne s'en montra pas autrement surpris. 11 n'ignorait
pas I'incroyable diversité des patois de l'intérieum.
15. P. 252 o 30 ((280.000 ames réparties sur une superficie supérieure 275
lieues carrées.
16, P. 275 73: <sru!e !'ég!ise &!eve rocher dzES !'-r libre. Le, &zei?rrs des
humains sont creusées dans la muraille du cirque; elles s'étagent les unes sur les autres,
éclairées par des ouvertures qui jouent le r6le de fenitres. Le sol de ces maisons est
couvert de nattes sur lesquelles on s'assoit pour prendre ses repas. Quant aux autres
sikges et aux lits, la nature en a fait les frais et les ingénieux Canariens se sont conten-tés
de les sculpter dans le tub.
17. 284 o 88 ails continuent terrés au fond de leurs cavernes sauvages, a vivre un
irn!emxt prrsqx rksn!w.
18. P. 280 a 282 o de la P. 83 a 85.
19. P. 255 o 40.
Las Canarias en /a obra de Julio Veme 869
gún la obra, no presentan ningún atractivo turístico, a excepción de
Sta Cmz que proporciona al visitante largas calles y un obelisco
guardado por las estatuas de cuatro viejos reyes Guanches, situado
en la aplaza de la Constitución». Según el esquema europeo, en la
ciudad alta se concentran los nobles y funcionarios procedentes de
Madrid; los comerciantes prefieren la villa baja para sus actividades,
especialmente en Las Palmas.
Diferentes pueblos dejaron su huella, tanto a nivel de las creen-cias,
como a nivel de la mentalidad y de las costumbres. El catolicis-mo
se impone a todos por sus numerosas iglesias que dominan ciu-dades
y pueblos, aunque persisten todavía retazos de creencia guan-che.
De esta forma, el Teyde es considerado como una divinidad y
Veme cuenta que los autóctonos lo adoraban invocándole, llegando
al punto de mandar a Guayata, genio del mal que reside en el fondo
del cráter, a cualquiera que faltara a su palabra. El Teyde sigue apa-reciendo
como el padre de la isla y las rocas o picos que le rodean
son sus hijos20.
De las costumbres, se conserva el uso del gofio que constituye la
base de la alimentación: Veme lo define como una especie de papi-lla
de cebada o de trigo, muy tostada y diluida en leche; opina que
esta comida nacional es de un atractivo discutible2'.
El novelista obvia la cuestión de las costumbres para pasar rápi-damente
a la mentalidad. Estima que los Canarios son gente muy ce-rrada,
poco inclinada al contacto con los turistas, en oposición a lo
que pasa en Madeira o en las Azoresz2. Sin embargo, admite que tie-nen
grandes cualidades que los viajeros no tuvieron ocasión de des-cubrir,
en particular la cortesía y un pundonor muy a flor de piel; di-chas
cualidades están compartidas entre la gallardía del hidalgo y la
sencillez del Guanche, pero con matices ostentoso^^^.
29, er:s ;'zdoraieíi;, j.L.I-i a-i:G-i-i L+ - -- IÜ~.V.,-V .U.-a:I-G..I+I I c- EUU.L.LnJC.Z.nLL+L, nL6, -: .L111L UA,U. 1-.,1I 1 a 1 C-.(,U:I -L&b":iA1-U b
au fond du cratere, quinconque manquait a sa parole ... » p. 293 o 102.
2 1. P. 277 o 70 ((sorte de bouillie de fanne d'orge ou de blé, fortement torréfiée'et
délayée dans du lait, ce mets national est, en réalité, d'un agrément contestable».
22. P. 285 o 89 «beaucoup voient d'un tres mauvais oeil les étrangers arnver chez
eux en plus grand nombre chaque année».
23. P. 260-261 o p. 49-50 ((Avaient-.i ls vécu la vie de ce peuple pour pouvoir en , zpPi&i.er Ia p[i;esse c; I'&!igeasce i;c; Une .,+caatkqG i fait tr=í; s w e n t
sortir le couteau de sa gaine. Avaient-ils pénétré dans ces demeures aux correctes faca-des,
mais qui ne contiennent que des pieces dérisoires, toute la place ktant réservee au
870 Josette, Chanel- Tisseau des Escotais
Finalmente, Veme deja traslucir su admiración por aquellos
hombres, trabajadores e ingeniosos, que hacen grandes esfuerzos
para adaptarse a un medio adverso y unas circunstancias nada propi-cias.
En cuanto a los factores económicos, el novelista evoca la desa-parición
de la demanda de la caña de azúcar a favor de la remolacha,
y el abandono del cultivo de la orchilla o de la malva~ía~~.
Según el autor, la industria es muy rudimentaria: sólo menciona
la explotación del azufre y del carbón vegetal.
La actividad más importante es la agricultura: los campesinos
aprovechan la fertilidad de los valles regados por las lluvias aliseos.
En los antiguos cráteres, afirma el novelista que se dan hasta tres co-sechas
anuales25, pudiéndose encontrar productos europeos y tropi-cales.
La lucha contra la sequía es constante e intentan remediarla
con dos técnicas: sea mediante una red de acueductos que bajan el
agua de los picos nevados: sea, más rudimentariamente, cavando cis,
temas al pie de ios aiboies, para recoger ios hieios nocturnos que, se-gún
el autor, se derriten con el primer rayo del Veme sólo se
refiere a las islas de Tenerife y Gran Canaria, ya que el resto son islas
paupérrimas y de características exclusivamente volcánicas que im-piden
cualquier tipo de cultivo importante.
Veme estudia también el problema del turismo y admite que
existe cierta actividad. Así, en Puerto de la Luz, los canarios atien-den
a los viajeros que hacen escalaz7, y les alquilan coches para que
puedan visitar la isla. El autor lamenta que esta actividad no esté
más desarrollada. Aparece una sola fonda que tiene las instalaciones
adecuadas para las necesidades turísticas y aún así sólo puede alber-salon
d'apparat dans les dimensions duque1 rivalise I'orgueil des Cananens? Pou-vaient-
ils connaitre I'ime de cette population ou se mile la fierté de I'ancitre hidalgo
a l'orgueilleuse naiveté du Guanche, un autre ancitre, celui-ci désavoué?».
24.
25. P. 272-273 O 68.
26. d ' e s t un réseau serré d'acqueducs amenant dans les vallées les eaux des som-mets.
Ce sont des citemes creusées au pied des nopals, des aloes, dont les larges feuilles
recueillent I'humidité des nuits sous forme d'une gelée blanche que fond le premier
rayon de soleil».
27. P. 256 o 44 «... a proximité du port de la Luz, ou une petite ville s'est créée,
offrant toutes les ressources nécessaires aux navires en reliche ... ».
Las Canarias en la obra de Julio Verne 87 1
gar a una cincuentena de personas; de todas formas, este descuido no
lo reprocha a los isleños sino a la administración central de Ma-drid28.
Entre Canarias y España, las comunicaciones son fáciles y fre-cuentes;
diversos puertos de Inglaterra, Francia, Holanda e Italia tie-nen
líneas regulares con Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife. Una
compañía local efectúa travesías q~incenales*en~t re las diversas islas
del archipiélago, pero la navegación resulta difícil en estos parajes a
causa de los arrecifes, corrientes marinas y vientos: pocos extranjeros
se aventuran a otras islas que no sean Gran Canaria o Tenerife. Los
insulares, en este caso, viven muy apartados del resto del mundo30.
Las islas disponen de carreteras anchas y agradables, por las que
se puede circular, incluso en diligencia, y que unen los centros más
característicos. Junto a éstas, hay otro tipo de caminos, muy tortuosos
y poco seguros, que sólo se pueden recorrer con la ayuda de mulas.
Esto es lo que descubrieron los viajeros del Seamew: ahora se
trata de averiguar dónde acaba la realidad y empieza la imaginación
del autor.
Podemos hacer una reconstrucción del itinerario seguido por los
personajes de Veme, basándonos en la narración que éste hace (con-sultar
el resumen y los mapas adjuntos). Aun así, se observan ciertos
errores de bastante envergadura ya que la confusión de fechas quizás
no fuera más que un despiste o una errata. La localización de la
Playa Quemada no es correcta, puesto que él la sitúa en la parte
oriental de la isla de Lanzarote.
El recorrido por Gran Canaria es también problemático ya que
los turistas salen de Las Palmas por la carretera del Noroeste para lle-gar
al Pozo de las Nieves, pero pasando por la Caldera de Bandama,
San Lorenzo, Galdar, Agaete, Artenara, Tejeda en un día; al siguiente,
echan un vistazo a las cimas y vuelven a Las Palmas, cruzando por
Telde. Si consideramos que este viaje tuvo lugar a principios de siglo
en mulas y andando, no podemos pensar más que Veme viajaba con
grandes atletas de maratón o que sufnó una terrible confusión.
28. P. 256 o 44 41 faut admettre cette négligence de la métropole pour s'expli-quer
la médiocnti du commerce de cet archipel, qui, en raison de sa situation geogra-phiq~
cd, cxzi: &:re üne des i;iincii;a!es hS:e!!eries de !u gxnU'witr de !'C)cCann.
29. P. 290 o 87.
30. P. 3 14 o 137 en Gomera, «les insulaires y vivent séparés du reste du mondes.
872 Josette Chanel- Tisseau des Escofais
ITINERARIO TURÍSTICO
SEGUN LOS DATOS Y LA ORTOGRAFÍA DE VERNE
(Consultar los mapas adjuntos, teniendo en cuenta que los puntos de interro-gación
corresponden a un supuesto trayecto, porque Veme no menciona de-terminadas
localizaciones).
3 de junio
de madrugada, aparecen a la vista las Islas Canarias
a las 10, el barco pasa de largo la «Isla Allegranzm m
e a las 11, la tripulación divisa «Monta Clara» des- - N
pues la Isla Graciosa E
ente las 15 y 16, ven Lanzarote O
a las 16, Fuerteventura n - m
0
4 de junio
a las 12, arribada al puerto de la Luz
por la tarde, recorrido por las Palmas
5 de junio 3
a las 6, salida de las Palmas por la carretera del Noroeste
a las 8, recorrido por un bosque de euforbias -
0
m
a las 8 y 30 panorama de la «Caldeira de Bandana* y lue- E
go visita al cráter de la Cima de ~Giraman) O
a las 1 1, San Lorenzo-Comida
marcha de 3 horas hacia «Gualdan> n
E Agaete a
a las 5, Artenara n a las 6, Tejeda: alto para dormir n
6 de junio 3
Temprano: salida hacia el Pozo de Tijana («Pozzo de Ti- O
rajanm)
desaparición del guía
ataque de un pueblo negro troglodita
vuelta por el "Pozzo" de la Nieve, pasando sucesivamente por
«El Roque del Saucillo del Hublo» ,
«el Roque de Rentaigon
«el Roque de la Cuimbre))
a las 11, llegada a un pueblo de la Cumbre (la gente habla
un idioma incomprensible
e por la tarde, a la búsqueda de «Tedde», por el Sur y des-
-..A- --- -1 -1-2-
pUG3 pul Cl l Y U 1 LC
a las 19, llegada inesperada a las Palmas
Las Canarias en la obra de Julio Verne 873
7 de junio
o a las 1 1 y 30, salida de las Palmas a bordo del vapor «Sea-mew
a las 1 y 30, llegada a Sta Cruz
a las 1 8, visita rápida a la Laguna y descanso por la noche
8 de junio
o por la mañana: salida de -la Laguna en coche travesía de 4
horas pasando por Tacoronte, Sauzal, la Matanza, Victo-ria,
Santa-Ursula y llegada a la Orotava por la comida
(llegada simultánea del vapor al Puerto de la Luz)
o por la tarde: en La Orotava-preparativos para la próxima
excursión en el hotel francés de «Les Hespérides».
8 de junio (se repite la fecha)
r a ias ó: saiida para ei ~Teyden
recorrido por el Monte Verde
o a las 10: comida en la hierba, a la sombra de los citisos
Paso del Portillo
La Estancia de la Cera
Las Cañadas
escalada de la Montaña Blanca
a las 18, llegada a Alta Vista: cena y acampada por la no-che
9 de junio
a las 2, salida
0 al alba: llegada a la cima
o fin del día: descenso y retorno a la Luz
10 de junio: L.? (no lo menciona)
11 de mayo: (ipodría ser junio?)
e a,, i1a-0a iinv.. iIa,i,w-5~ai~i 1i.a-0.a animi inaririnara
o a las 13: pasan de largo la punta de Teno (Tenerife)
o a las 14: pasan de largo San Sebastián (Gomera)
a las 16 y 30: rodean la Isla de Hierro - tienen a la vista
el Cabo Restinga
a las 20: avería de motor a lo largo de la punta Nao, van a
la deriva
a partir del
12 de junio: deriva entre Canarias y Africa.
Las Canarias en la obra de Julio Verne 877
Encontramos ciertos topónimos en su narración que podemos
identificar: por ejemplo Ti rjana es en realidad Tirajana; Roque del
Saucillo del Hublo, el Roque Nublo; El Rentaigo como el pico Ben-taiga;
la Cuimbre como la Cumbre, considerando que no se refiere a
la zona montañosa, sino a un pico hipotético3'.
El regreso desde la parte montañosa es una incógnita para noso-tros,
ya que Verne no da ningún dato. Nos describe, con todo tipo de
detalles, la desaparición del guía, y la imposibilidad del intérprete de
hacerse entender por los nativos. Éstos, por lo visto, hablan una len-gua
extrañísima de la que no tenemos ninguna noción3*. Po lo tanto,
los viajeros van a la buena de Dios, sin saber por donde pasan y, en
vez de llegar a Telde, alcanzan milagrosamente las Palmas.
Esta falta de rigor aparece, también a nivel de las descripciones
de las cuales el autor no puede prescindir; se aplican ppr ser muy va-gas
y rápidas, a cualquier isla, tanto a las de Canarias como a las de
Azores o Madeira, y llegan, incluso a hacerse repetitivas o monóto-nas
33.
Estos tópicos dan paso a la propia imaginación del autor y a las
exageraciones. Así, los acantilados que defienden toda la Isla de Hie-rro
miden, todos, más de l .O00 metros sin fisura o cala alguna. Se di-ría
como una «muralla de estaño»34. Dicha exageración se repite una
.y otra vez, por ejemplo con la sistematización de ciertas técnicas de
regadío35, hasta tal punto que llegamos a incoherencias: los pájaros
de Canarias viven junto con las abejas en la cima del Teyde, a 3.800
m. precisa el novelista, al lado de las emanaciones de gas sulfúrico36.
También, allí, las violetas de tipo europeo esperan al escalador.
Observamos también que Verne utiliza para describir las zonas
volcánicas palabras, que no tienen nada que ver con el español: ha-bla
de «pozzos» de «narizes», de «caldeiras». Por lo visto, utiliza da-tos
encontrados en obras más o menos relacionadas con Canarias y
comprobamos que, de hecho, sabe muy poco del archipiélago.
3 1. P. 284 o 87.
32. P. 287 o 93.
33. «Ce spectacle merveilleux pour les yeux, mais toujours pa r e i l~p . 255 o 40.
34. P. 324 o 137: «de toutes parts, une falaise la borde, s'elevant verticalement a
plus de mille mktres de hauteur audessus des flots et la rend a peu prks inaccessible.
Pas une fissure, pas une crique cians cette muraiiie ci'etain».
35. P. 273 o 69.
- 36. P. 306 O 126.
878 Josette Chanel- Tisseau des Escotais
¿A qué se deben tantos fallos? Cabe recordar que «LYAgence
Thompson and C.% es apócrifa; la editaron en 1907, dos años des-pués
de la muerte del novelista. Investigaciones recientes y todavía
sin publicar, que Monsieur Roethel tuvo sin embargo la amabilidad
de comunicamos, demuestran que la obra fue redactada muy ante-riormente,
no por Julio Verne, sino que por su hijo, Michel. El fa-moso
novelista le dio la idea del tema en 1895, como lo indica en
una carta dirigida a su hermano el 12 de octubre del mismo año3'. El
especialista de la obra de Verne comprobó además que la grafía del
manuscrito de la novela sobre Canarias es del hijo y no del padre.
Este último tenía la ambición que Michel llegara a ser un buen
novelista. Desgraciadamente la falta de entusiasmo, a pesar de los
grandes desarrollos líricos, se deja ver en esta obra, cosa que llamaría
poderosamente la atención si se tratara de Julio Verne. Evidente-mente,
e! exnfigmn no le inteog, ni !as raractpristicas t í n i r x rnnn- --y---- -----
rias. Sino por el contrario, su chauvinismo francés le lleva incluso a
plantear la posibilidad de crear un albergue francés en la Orotava.
A la manera del padre, Michel gusta de la recopilación de datos
y de la buena información cuando se trata de desarrollar algún tema,
lo que parece bastante claro en la novela. Consulta las relaciones de
viajes realizados por sus contemporáneos y predecesores que hicie-ron
una escala más o menos larga en dichos lugares, y, hace suya la
experiencia de los demás. El problema es saber hasta que punto la
asimila, a través de las obras que podía tener a su alcance.
El Doctor Verneau publicó en 1891 su «Cinq années de séjour
aux Iles Ca n a r i e s ~E~l~ p.a saje que se refiere a Gran Canaria es muy
revelador. El autor describe cierto número de excursiones posibles:
la una, por el Noroeste, pasando por Mazagrán y Jinamar, (jsería el
Giramar de Veme?) camino a Gáldar y alcanzar luego Telde. La
otra, para visitar el Pozo de las Nieves, con un alto para dormir en
Tirajana, después de atravesar Tejeda39. La tercera, para visitar la
Cumbre. Verne hizo una mezcla de los tres recorridos, encontrándo-se
citas exactamente iguales en ambas obras. Además, Verneau men-
37. Carta del 12 de octubre escrita por Julio Verne M... Michel vient de passer une
huitaine ici apres avoir travaillé au rornan dont je lui ai donné l'idée, et qui sera une
prolonge a ceux que je fais ... ».
38. Véase nota Bibliográfica.
39. Verneau escribe «on pase le Bentayga, le Roque et il faut gravir le Nublo
pour arriver a Ti r j ana~p . 2 17 y cs.
Las Canarias en la obra de Julio Verne 879
ciona un pueblo de negros, cuyos antepasados eran esclavos, cerca
del Pozo de las Nieves. Veme sitúa en la misma zona el ataque .per-petrado
por un pueblo de negros contra sus viajeros. Podría tratarse,
perfectamente, del mismo pueblo. Caso parecido con el pueblo de
trogloditas que desconocen por completo el español; gracias a Ver-neau
podemos situarlo más precisamente: está cerca de Santa Lucía.
Muchas de las descripciones de este último se repiten en «La Agence
Thompson et C.")). Esta síntesis de las tres excursiones se podía ha-cer,
con la condición de conservar un d o u artistique)), es decir sin
dar detalles precisos que comprometieran al novelista. Lo consiguió
cuando decidió que los viajeros se iban a perder por la sierra.
Las analogías, a nivel de descripciones, se hacen más evidentes,
aún, cuando se trata de ir de Santa Cruz a La Laguna. Atraviesan las
mismas ciudades, descubren las mismas características, el Monte
Verde Y su panorama es idéntico, y por fin el propietario del hotel -
«Les Hespérides)) también es extranjero, ¡italiano en este caso!
No podemos olvidar, sin embargo, que Tenerife fue el lugar pre-dilecto
de Humboldt. Estuvo en esta isla del 17 al 25 de junio. ¿Sería
la explicación de la confusión de Veme, en cuanto a las fechas? «Les
Voyages dans 1'Amérique Equinoxiale -itinéraire» y «Les Lettres
Américaines du Docteur Alexandre de H umb o l d t ~so~n~ u na refe-rencia
para todos y especialmente para Verne. Por ejemplo el cientí-fico
cuenta, en una carta dirigida al Señor Delamétrie4', su expedi-ción
al Teyde. Encontramos muchísimos'puntos comunes con Verne
que ve aquí la ocasión de hacer una descripción detallada y porme-norizada.
El armazón proporcionado le da al francés la seguridad ne-cesaria
para desarrollar, con bastante maestría e ingenio, el tema. En
ambas obras, sufren, a la vez, del frío y del calor, recorren un itinera-
40. Véase nota bibliográfica.
41. iiüiiiboldt iii ieities aiiiéiieairies p., 32 N,.. iioüs domimes au ehii de Ía
lune, a 1200 toises de hauteur; la nuit, a deux heures, nous nous mimes en marche
vers la cime ou malgré le vent violent, la chaleur du sol nous consumait nos bottes et
malgré le froid percant nous arrivfimes a huit heures. Je ne vous dirai nen de ce spec-tacle
majestueux, des iles volcaniques de Lanzarote, Canane, Gomere que I'on voit a
ses pieds, de ce désert de vingt lieues carrées, couvert de pierres ponces et de laves, ha-bité
seulement par la Viola canariensis, désert qui nous sépare de ces bois touffus, de
iauiieis ei de bruykies de ees vigiioxes,,, xous eiiiiés jüsqüe dans ie eratere
meme qui n'a que 40 a 60 pieds de profondeun). -véase Verne, 11 parte, capítulo 5,
p. 290 hasta 307 o 97 hasta 127.
880 Josette Chanel- Tisseau des Escotais
rio idéntico, acampan en el mismo sitio, todos se levantan a las 2 de
la madrugada para concluir con la ascensión. El esquema, a nivel de
descripciones, es parecido. En otra carta, escrita el 23 de junio a W.
De H~mb o l d td~e~sc,u brimos la trama exacta de los acontecimientos
de la escalada. Son los mismos periplos, las mismas impresiones, los
mismos desarrollos líricos que se producen en unos lugares y en unos
momentos similares en los dos autores.
Sin embargo, Michel Veme comete, una vez más, errores de in-terpretación,
concretamente cuando Humboldt no dedica un estudio
especial a ciertos particularismos: por ejemplo, con la Viola Cana-riensis.
Esta planta, la conocemos gracias al libro de Dumont d'Urvii1e
«Les Voyages Pittoresques autour du Monde» publicado en 183443.
En la primera parte que contiene informaciones técnicas, el viajero
EQS exp!icl qce se trzta be un !in,uen c m flor amarilla, que no tiene
nada común con nuestra flor europea44; crece por las laderas del
Teyde, aunque no se puede encontrar en lo alto del pico. La segunda
parte, más entretenida, cuenta las experiencias turísticas del explora-dor;
esto llamó la atención de Veme, cuyo libro no es más que un
eco de la relación de Dumont d'urville. Como él, habla de la Atánti-da
que sería el origen de canaria^^^. Su descripción de las Islas Sal-vajes
corresponde, idea a idea, a la de la Isla de Hier1-0~O~t.r o tanto
ocurre con La Laguna, y la misma hierba «alfombra el pavimento de
las calles». De la ciudad, en decadencia, se desprende tal tristeza que
contamina de igual manera las descripciones de ambos autores.
También tienen que abandonar urgentemente Santa Cruz por el ca-lor
y los mosquitos; pero jeso sí! ninguno de los dos olvida mencio-
42. Idem «.. . vers 2 heures du matin nous nous sommes mis en route vers le der-frie;
cSfie, Le cie! étai: c=mp!&temente tGi!é, et !u cuit hyi!!uit d'cfi ~ C ) C X& !lt; mnlifC P
beau temps ne devait pas persister pour nous. La tempete commenca a gronder vio-lemment
autour du sommet, nous diimes nous cramponner fortement a la couronne
du crattre. L'air mugissait avec un bruit de tonnerre ... » -véase J. Veme, p. 306 y 307
o 126 y 127.
43. Véase nota bibliográfica.
44. Les Voyages pittoresques ... p. 22.
45. Idem, p. !7.
46. Idem, p. 15 «elle n'offre aucune plage, aucune anse praticable et les vagues se
brisent avec fureur contre les falaises escarpéesx
Las Canarias en la obra de Julio Verne 88 1
nar el Dumont dlUrvilie describe el sistema de recupera-ción
del agua, en tomo al G a r ~ eV~e~me. no hace más que sistemati-zar
y exagerar. La vegetación observada es idéntica: la enumeración
de la flora, repartida en zonas sucesivas se repite de la misma forma,
con la única diferencia de que Veme cambia el orden de los párrafos.
Así, en una obra, el estudio de los dos tipos de euforbia precede al
problema de la orchila; en la obra, lo antecede49.
Es posible que existan otras obras a las cuales haya acudido Ver-ne
para ilustrar la suya, cosa necesaria para el profano que necesita
datos auténticos, y para un novelista inexperimentado que se ve libe-rxdo
de los tópicos. Hay que admitir, para disculparle, que su fin no
era dedicarse a la pintura de un decorado, sino entregarse al desarro-llo
de las intrigas, utilizando cualquier telón de fondo.
Para concluir, observamos en a1'Agence Thompson and C."»
una acumulación de elementos descriptivos muy variados que po-drían,
por lo general, evocar las Islas Canarias. Sin embargo, el nove-lista
ambientó su obra en escenarios que desconocía por completo,
limitándose en tomar ideas de otros autores de tal forma que no con-siguió
ordenar debidamente los datos ajenos para dar verosimilitud
científica y adecuada ambientación a los hechos que trataba de rela-tar.
El genio de Julio Verne hubiera superado el obstáculo; la inex-periencia
de Michel, el cual intentó seguir, con esta novela, los pasos
paternales, hizo que tropezara. Está a gran distancia de la realidad
que vivía ya el turista a principios del siglo. Hay que esperar que al-gún
día, otro novelista francés se aproveche de su propia experiencia
y de las fuentes que están a su alcance para hacer del archipiélago un
lugar propicio a la verdad novelística y favorecer la verdad histórica.
47. Idem, p. 2 1 des maisons y sont grandes et bien baties, les mes Iarges quoique
remplies d'herbes ... L'ancienne capitale de 1'Ile est en décadence~. Véase Veme, p.
292 o 101 «en dépit de ses agréments, la Laguna est cependant une ville en décaden-ce...
L'herbe verdit le pavé de ses mes et jusqu'au toit de ses maisons».
48. P. 15 in les Voyages Pittoresques «ven le matin, quand le vent d'Est jetait des
nuages contre le rocher, ils se condensaient autour des branches~. Veme habla de hielo
nocturno, como lo vimos en las páginas anteriores.
49. Segun Dumont d'urviiie; p. 22 la euforbia cananensis contiene un dait caus-tique,
briilant et acre», la balsamifera echa «un liquide inoffensiii; según Veme, la pri-mera
contiene una «seve dont le poison est mortel», la segunda echa «un jet innocent
et doux». (p. 273 o 7&).
882 . Josette Chanel- Tisseau des Escotais
L'AGENCE THOMPSON AND C." en la serie de los VOYAGES EXTRAOR-DINAIRES
por Jules VERNE -iIIustration L. BENETT- Collec-tion
HETZEL -PARIS 1907- 2 tomos.
N. B. El tema de las Canarias sólo figura en el segundo tomo
-así que cada vez que nos referimos a una página, siempre
figura ésta en el segundo tomo.
L'AGENCE THOMPSON AND Co en la serie de 10s VOYAGES EXTRAORDI-NAIRES
por Jules VERNE -1hstrations de I'édition originale
HETZEL- Dessins par BENETT -Collection «Les Integrales ju-les
Vernen - Grandes oeuvres Editions Hachette - Coulom- m
miers - Novembre 1982.
N. B. Se supone que esta edición, recién salida, se encontrará O
más fácilmente que la primera, mencionada previamente (ago- n
=m
tada desde hace mucho, y de la cual siguen existiendo muy po- u
E
cos ejemplares). Por este motivo, siempre que tengamos que si- E
2
tuar un pasaje o una cita, mencionaremos en pimer lugar esta E
nueva edición, más al alcance del lector.
3
CINQ ANNEES DE SEJOUR AUX ILES CANARIES)) por le Docteur VER- -
NEAU Hennuyer, imprimeur - Editeur - Paris 189 1 -
0m
N. B. Consultar también ({RAPPORT SUR UNE MISSION SCIENTIGIQUE E
DANS L'ARCHIPEL CANARIEN)) por el Dr. VERNEAU - Imprime- O
rie Nationale - Paris 1887. n
«LETTRES AMERICAINES)) del Dr ALEXANDRE DE HUMBOLDT - Li- E a
brairie Orientale et Américaine - Editeur D. Guilmoto - Pa-ris
1904. n
N. B. Consultar también VOYAGES DANS L'AMERIQUE EQUINOXIALE
3 - ITINERAIRES DE HUMBOLDT. O
VOYAGE PITTORESQUE AUTOUR DU MONDE publié sous la direction
de DUMONT D'URVILLE - Tome 1 - Librairie Editeur TENRE
- Paris 1834.
Consuitar también BERTHELoT.