TRADICION Y MÉTODO CIENTÍFICO: LAS CANARIAS EN
LA COSMOGRAF~A ALEMANA DEL SIGLO XVI
Concebido dentro del marco de un estudio consagrado a
elucidar las relaciones entre la percepción del mundo y el méto-do
científico, este trabajo tiene por objeto establecer las trans-formaciones
operadas en la imagen de Canarias en la literatura
cosmográfica alemana de la primera mitad del siglo XVI.
Desde el punto de vista de la etiología, de la problemática
y del método científico, la visión cosmográfica de las Cananas
durante ese período tiene una importancia capital. Próximas al
límite extremo del mundo geográfico conocido desde la antigüe-dad,
las Cananas eran testigo fiel de una tradición científica fir-me
e ininterrumpida. Paralelamente, y a un ritmo siempre cre-ciente
durante el siglo XV y principios del XVI, las Canarias, al
par que fueron integradas dentro de la economía europea, se
convirtieron en laboratorio de ensayo y cabecera de puente de
la empresa castellana en América.
Por ende, la medida en que la cosmografía de la época re-flejó
los cambios reales que tuvieron lugar en el conocimiento
de las Canarias y en las actividades humanas allí desarrolladas
tiene una importancia histonográfica singular. El tiempo reque-rido
para hacene eco de esos cambios es un índice revelador del
peso de la tradición y los precedentes en la metodología científi-ca
de la época: ergo, de la importancia relativa de factores ex-ternos
en el desarrollo interno de la ciencia cosmográfica.
Pese al temprano aunque cnptico interés en los aconteci-mientos
del archipiélago expresado por Nicolaus Germanus, y a
la existencia de información oral, impresa y visual bastante más
precisa y en abierta contradicción con la imagen tradicional de
las Canarias, ésta, en última instancia demostró poseer un ex-traordinario
poder de supervivencia.
Hunque esla imagen h é ocasionaimenie desechada en el
caso de obras especializada, concebidas con una finalidad prác-tica,
tales como la Suma Geográfica de Martin Fernández de
Carlos- Alberto Campos
Enciso, en el campo estrictamente académico, la metodología
de este autor estuvo muy lejos de constituir la pauta general; el
tratamiento tradicional de las Canarias, con matices, prevaleció
en la literatura cosmográfica de la primera mitad del siglo XVI.
Los resultados de este trabajo ponen en duda un aspecto
importante del método historiográfico tradicional: el asumido
paralelismo entre los cambios «objetivos» habidos en el ámbito
externo y el desarrollo interno de la ciencia cosmográfica. Esta
correlación, que confiere un carácter automático a cambios per-ceptuales
indispensables al nivel individual, no fué puesta en
evidencia en la metodología de los cosmógrafos aquí estudiados.
m
cD4.
Concebido dentro del marco de un estudio consagrado a eluci-- E
dar las relaciones entre la percepción del mundo y el método cientí- O
n fico, este trabajo tiene por objeto establecer las transformaciones -
um
operadas en la imagen de Canarias en la literatura cosmográfíca ale- E£
mana de la primera mitad del siglo XVI. S
E
El enfoque de esta comunicación y el tratamiento del material -
aquí examinado tiene por base un sustentáculo teórico extensamente 3
desarrollado en un trabajo precedente, «Technology, Sotific Specula- --
tion and the Great Discovenes)), al que debe remitirse por detalles l .
0
m
E
No obstante es importante subrayar aquí que, partiendo la pre- O
misa de que las acciones humanas son en esencia la materia de la
historia y por medio de un bagaje multidisciplinario capaz de expli- n
E car al hombre como tal, no como un ente abstracto, se intentó esta- -
a
blecer allí al proceso generador de la acción humana. Se hizo notar 2
n
entre otros, que tanto los trabajos en psicología teórica de Friedrich n
n
von Hayek, como los de Karl Popper en la psicología y filosofía del 3
conocimiento, de 4lfred Schütz en fenomenología, de Ludwig von O
Bertalanffy y Konrad Lorenz en la biología del conocimiento, y las
de Sir John Eccles, Speny Rand y V.B. Mountcastle en la neurofisio-logía
del conocimiento, han destacado por una parte el «r6le» funda-mentai
de ia percepcion en los procesos de selección y de decisión
que preceden las acciones humanas y por otra parte el carácter acti-vo,
selectivo, abstracto, subjetivo y cambiante de la percepción hu-
!. CPhnPGU, C~,r!ns-A!bertn. ::Techne!egy, Scientific Specü!a:ion And The
Great Discoveries», 4th. International Reunion for [he History of Nauzical Science and
Hydrography, Lagos-Sagres, 4th.-tth. july, 1983, passim y particularmente section 1.
Tradición y método cienlífico ... 787
mana, lo que en parte explica la acumulación de experiencias y los
procesos cognitivos del hombre.
Amén de subrayar que el proceso de múltiples selecciones y cla-sificaciones
que hacen posible la percepción del mundo exterior es
un prerrequisito de la acción humana, un auténtico «a priorh en el
sentido lato de Immanuel Kant, todas y cada una de esas fuentes
multidisciplinarias ponen de relieve la importancia del complejo de
ideas que,en parte heredado y en parte adquirido e influenciado por
factores circunstanciales y del medio ambiente forman una visión del
mundo, una «gestalt», que es una teoría de como funciona y que de-termina
su percepción al nivel individual.
Se desprende de ello que los «principios ordenadores)) que go-biernan
la percepción del individuo son solamente relativamente es-tables
y que carecen de la uniformidad requerida para asegurar una
percepción idéntica de ob~etosy acontecimientos que tienen lugar en
el mundo exterior. Unos y otros pueden pasar literalmente desaper-cibidos
o ser interpretados de una manera que va desde la indiferen-cia
hasta la determinación de una acción concreta del individuo y, a
veces, de un cambio en los mismos ((principios ordenadores».
Este ne sS!e hu side amp!iamente co::aba:ado e:: e! terreno ex-perimental,
pero también por los resultados obtenidos en el trabajo
aludido. En este último, se puso de relieve la relación estrecha entre
la visión del mundo, su percepción y la metodología científica y, lo
que también es de especialimportancia para este trabajo, que la mera
existencia de «información», e incluso el libre acceso a la misma, no
permite asumir efecto alguno en la conducta de un individuo.
La historiografía tradicional, dejando de lado los aspectos bioló-gicos,
psicologicos, y neurofisiológicos de la conducta humana, ha
depositado una gran fe en la importancia de acontecimientos exter-nos,
a los que asigna un valor decisivo para explicar subsecuentes
acun~ecimieri& h&óricos. ejenipio ciásico es sin duda ei de los
Grandes Descubrimientos y los asumidos cambios «objetivo que
ellos suscitaron en el «conocimiento» del mundo y su consiguiente
«efecto» en el pensamiento científico.
Implícita o explícitamente, esta premisa de la historiografía tra-dicional
tiene por base la psicología objetivista y.mecánica de Pavlov
y von Bechterev o la de la «Behaviourist School)) de Watson, que
atribuyen una relación automática entre los cambios «objetivos»
operados en el mundo y la conducta individual. En el terreno con-
788 Carlos- Alberto Campos
cretamente científico, ese punto de vista de la historiografía tradicio-nal
atribuye a la información derivada de los Grandes Descubri-mientos
una influencia directa y decisica en la metodología seguida
por los científicos del siglo XVI.
Nada más apropiado para verificar esa aseveración que el cam-po
de la cosmografía, que en su aspecto global estaba consagrado a la
descripción del universo, o el de dos de sus ramas especializadas, la
geografía y la corografía o topología, cuyo objeto era, respectivamen-te,
la descripción del globo terrestre y de una región o localidad cir-cunscrita
del mismo. Tanto en la rama de la geografía como en la de
la corografía, la convención y la tradición metodológica tenían un
acentuado matiz histórico, evidente incluso en el ámbito de la des-cripción
puramente física de un lugar.
Es por ello que desde el punto de vista de la epistemología de la
ciPnci2 y e! de etie!ngi2 y 12s Cnn&CinneqSc p tjpndpn 2 f211nrecer
las innovaciones científicas, la visión cosmográfica de las Canarias
durante la primera mitad del siglo XVI tiene una importancia singu-lar.
También la tiene para determinar la validez del método historio-gráfico
tradicional por una parte, y por la otra, poner a prueba una
vez más los argumentos y evidencias que lo contradicen.
Situadas en los confines del mundo conocido, las Canarias eran
testigo fiel de una tradición científica firme e ininterrumpida. Ese ca-rácter
remoto, frontera entre el mito y la realidad geográfica, confe-rían
un tono especial a la visión cosmográfica de las Canarias. De un
lado, la descripción multicolor y ubérrima de Plinio el Viejo, y del
otro la obscura y estéril de Solinus, eran los dos extremos de la escala
cromática de esa imagen, al par que cénit del interés científico des-pertado
por las islas. Ellos fueron dos de los maestros de la ancieni-dad
-y los dos más respetados en el siglo XVI- que hablaran con
mayor detenimiento de ella contrariamente a la mayoría de los auto-res
clásicos que en general se contentaron con mencionarlas, sin en-txr
en mayerer detu!!es sobre e! curácter de !as Can2T;Ius.
A lo largo del siglo XV, las islas efectivamente dejaron de ser
forntera entre el mito y la realidad. Exploradas, conquistadas, y
disputadas en el nombre de las Coronas de Castilla y Portugal, las
Canarias fueron progresivamente incorporadas al seno de la econo-mía
europea, al par que fueron ((laboratorio de ensayo» y cabecera
de puente de ia empresa casteiiana en América. Fue sin ducia en este
último aspecto en el que la nueva «realidad» canaria debiese haberse
puesto de relieve con mayor rapidez, dado la importancia que las is-
T~adicidn y método científico ... 789
las tuvieron como base de avituallamiento y de reparaciones de las
flotas destinadas a América y de retorno de ella.
Las Canarias, por lo tanto, no sólo habían surgido de entre las
brumas de lo remoto, pero habían adquirido cierta relevancia tangi-ble.
Este sensible cambio, una vez conocido, permitía suponer que
no hubiese podido menos que acrecentar la importancia técnica que,
de hecho, las Canarias tenían en el mundo científico. Fue una auto-ridad
de la envergadura de Ptolomeo, la que le había conferido ese
status científico a las Canarias. En el Libro VII, cap. 5 de su Cosmo-graphia,
Ptolomeo había escrito: «El límite Este de la tierra conoci-da
está demarcada por el meridiano trazado a través de la metrópolis
del Sinaí ... el límite Oeste, por el meridiano trazado a través de las
islas Afortunadas ... su distancia. desde el meridiano situado al extre-mo
Este es de 180° de un semicírculo. Ptolomeo había trazado el
meridiano base a través de las Canarias por ser la tierra más occiden-tal
conocida en su tiempo: «Dividimos el ecuador en ... 1800 y distri-buimos
los números, comenzando a partir del meridiano más occi-dent
a l~2.
Es este status científico de vieja data lo que en definitiva otorga
a las Canarias un interés y una relevancia historiográfica muy espe-cial,
dado que la medida en que la cosmografia de la época reflejó los
cambios «reales» que tenían lugar en el conocimiento de las Islas y
de las actividades humanas allí desarrolladas es un índice revelador
del impacto de esos cambios en el pensamiento científico de la épo-ca.
Ese índice revelador lo es, en primer lugar, de la importancia re-lativa
de factores externos en el desarrollo interno de la ciencia cos-mográfica.
Consecuentemente, y en segundo lugar, ese es también un
índice revelador de la relativa importancia explicativa que historio-gráficamente
se puede atribuir a acontecimientos externos como fac-tores
de cambios perceptuales y metodológicos en el campo científi-co.
Para poder arribar a conclusiones firmes sobre el particular no
bastaría un análisis estadístico del contenido de las publicaciones
cosmográficas aparecidas en la primera mitad del siglo XVI. De las
características de la percepción humana esbozadas con anterioridad
2. DONIS, Nicolaus Germanus (Edit). CI. ptolemaeii Cosmographia, Ulme, per
Leonardum Hol, 1482, Liber 1, cap. 24.
790 Carlos - Alberto Campos
puede inferirse que tal objetivo requiere la consideración de las cir-cunstancias
personales de cada cosmógrafo examinado, y en especial,
del ambiente en que trabajó.
Con ese propósito, las ventajas de agrupar a los cosmógrafos son
tan obvias como las que ofrecen los alemanes como grupo inicial a in-vestigar.
Si había entre los cosmógrafos un grupo predispuesto a las in-novaciones
no cabe duda que era el de los alemanes. Esa predisposi-ción,
de viejas raíces, estaba fundada en la notoria insuficiencia de la
geografía clásica con respecto a Alemania3 que invitaba a cubrir cla-ros,
y al hecho de que muchos de los cosmógrafos alemanes habían
llegado a la geografía por vía de la astronomía y las matemáticas, no-tablemente
el influyente Johannes Müller (Regiomontanus). Eso les ,,
hacía herederos de una larga línea de científicos que se remontaba a N
E
Heinrich von Langenstein, cuyo énfasis en observación, experimenta- O
ción, y el desarrollo de los instrumentos necesarios para llevarlas a n -
cabo, los hacia naturaimente prociives a ia revisión de ios ciasicos. m
0
E
Las razones invocadas y el trabajo llevado a cabo por Regio- s£ montanus en su proyecto de revisión de la Cosmographia de Ptolo- E
meo interrumpido por su temprana muerte en 1476, ejemplifica esa
actitud mental y esa motivación entre los cosmógrafos alemanes4. 3
La primera alusión concreta a cambios en las Canarias hechos O-m
por ellos apareció impresa en Ulm, en 1482. La suntuosa e impeca- E
blemente académica versión de la Cosmographia de Ptolomeo, edi- O
tada por el Benedictino Nicolaus Germanus e impresa por Leonar- n
dus Hol, contenía 32 mapas grabados por Johannes Schnitzer, entre E
los cuales había 4 modernos: de Prusia, que incluía Escandinavia, y a
los de Francia, Italia y Tierra Santa.En el Libro 11, cap. 10, se incluía n
también una «Tabula Moderna Extra Ptolomeumn, que reflejando n
3
O
3. BUCHNER, Dr. Andreas. Ueber die Einwohner Deutschlands im zweyten
Jahrhundert der christlichen Zeitrechnung, narnentlich über Sachsen und Bayem nach
Claudius Ptolemaeus», Abhandlungen der Historischen Classe der Koniglich Bayeris-chen
Akadernie der Wissenschafien, Zweiten Bandes, Zweite Abtheilung, München,
1839, pp. 1-90,
4. ZINNER, Emst. Leben und Wirken des Johannes Müller von Konigsberg,
gennant Regiomontanus, München, C. H. Beck'sche Verlagsbuchhandlung, 1938,
passim.
Para obtener una impresión directa de la actitud científica de Regiomontanus,
véase: Regiomontanus, Johannes, Scripta clarissimi ..., Nonmbergae, Apud Ioannem
Montanum y Ulricum Neuber, M. D. XLIV, passim. Otros detalles y bibliografia pue-den
verse en Campos, Technology, section 111 A.
Tradición y método científico ... 79 1
los intereses de los alemanes, exponía los nombres y la posición de
ciudades como Hamburg, Lübeck, Stettin, Rostock y Danzig5.
En el Registrum Alphabeticum, Nicolaus Germanus hizo alu-sión
a la reciente «Reconquista 'Cristiana de las Islas Afortunadas».
Aunque por lo demás escueta, esta críptica mención transmite la ale-gría
genuina de un cristiano propagando la buena nueva de la evan-gelización
de una partida remota del mundo. Sin embargo, ni ese ob-vio
sentimiento religioso, ni la curiosidad científica, impulsaron a
Nicolaus Germanus a dar otra información sobre las Canarias o a
modificar el tratamiento de la misma por Ptolomeo. Una nueva edi-ción,
impresa también en Ulm por Iohannes Reger en 1486, perma-neció
idéntica a la anterior, a excepción de la organización del Li-bro6.
Una versión manuscrita dirigida al Marqués Borsio d'Est es
también idéntica a las anteriores en lo que respecta a las Canarias7.
Once años más tarde el poder de supervivencia del tratamiento
clásico de las Canarias se ponía de manifiesto una vez mas. En julio
de 1493 apareció en la vecina Nürnberg, también en la Alemania de1
Sur, el Liber Chronicarum8, y en octubre del mismo año la versión
alemana, Das Buch Der Chroniken9. Impresa por el famoso Anto-nius
Koburger y financiada principalmente por el astrónomo y anti-cuario
Sebald Schreyer, esta obra, vastamente superior a cualquiera
del género, era notable tanto por la caiidad de su contenido -en al-guos
casos tan reciente como la caída de Granada- como por la de
sus ilustraciones. También notable por haber demandado la mayor
inversión conocida en su tiempo, el Liber Chronicarum era el produc-to
de un grupo de científicos dirigidos por el Dr. Hartmann Schedel,
médico, cosmógrafo y dueño de una famosa biblioteca. Este grupo de
destacadas figuras incluía un geógrafo y fabricante de instrumentos
científicos como el Dr. Erhard Etzlaub, que en 1491 hizo el primer
mapa de Nürnberg y sus alrededores, el primer plano impreso de ese
tipo, y que en 1501 produjo el primer mapa de carreteras de Alema-nia.
Otros científicos innovadores de este equipo eran el Dr. Hyero-nimus
ivíünzer, autor ciei primer mapa impreso de Aieñia~iia,i nclul-
5. GERMANUS. Cosmographia, Liber 11, cap. X.
6. GERMANUS. Cosmographia, Ulme, Iohannem Reger, M.CCCC. LXXXVI.
7. Bibliotheque Nationale, París, Code Latin 4805.
8. UCEEDFL, Urirtminn. Libor rhrnninr!m, Nuremhergae, A. Koberger, 1493.
9. SCHEDEL, Hartmann. Das Buch der Chroniken, Nümberg, A. Koburger,
1493.
792 Carlos- Alberto Campos
do en el Liber Chronicarum, Conrad Celtis creador de una nueva
forma de geografía descriptiva, evidenciada en una descripción de
primera mano de la región del Herz, y Martín Behaim, autor del pri-mer
globo terráqueo lo.
En ese globo, Behaim, que había vivido en Portugal y en las
Azores, identificó correctamente a las Canarias con su moderna no-menclatura
y las situó en el correcto orden de Este a Oeste, a excep-ción
de la transposición de Hierro y Gomera. Behaim también ubicó
correctamente a las Canarias bajo la jurisdicción de Castilla. Amén
de esa información visual, expuesta desde 1492 en el municipio de
Nümberg, que había comisionado a Behaim la construcción del glo- ,,
bo, y de la adición de un capitulo donde se hacia mención de los via- DN
jes de Diego Cio, fruto del conocimiento directo de Behaim y de la E
pluma de Münzer, el Liber Chronicarum siguió describiendo a las 1s- O
n -
las Afortunadas de la manera habitual ' l .
=
oi
u
Este poder de supervivencia de la imagen tradicional de las Ca- E
E
narias es doblemente sorprendente. En primer lugar porque es evi- 2
E
dente que Münzer y los demás editores tenían considerable informa- =
ción adicional sobre el, archipiélago, puesta de manifiesto en una car- 3
ta de Münzer al rey Juan 11 de Portugal, escrita mientras preparaba - - 0
las adiciones al Liber Chronicarum demandadas por él, y también m
E
por una nota escrita por Schedel para el globo de Behaim. En segun- O
do lugar, la actitud de los editores para con las Canarias es sorpren-dente
por el espíritu científico y el medio ambiente imperante en n
-E
Nürnberg, que es importante destacar. a
Nürnberg no sólo era el centro geográfico del Imperio, pero 2
n
también su centro comercial y científico, lo que resultaba en una 0
simbiosis entre la especulación científica -estimulada por un patri- 3
ciado generoso en su mecenazgo- y la producción y comercializa- O
ción de instrumentos y libros científicos. El hecho de que Antonius
Koburger solamente era el dueño de 24 imprentas en 16 ciudades y
tenía una red de distribución extendida a través de toda Europa, da
una idea de la vitalidad comercial y las posibilidades de acceso a in-formación
de todo género existente en Nürnberg. Esta Última estaba
también asegurada por un voluminoso intercambio epistolar y, al ni-i0.
CAivíPOS. Technoiogy, section iii ( ~ j .
1 1. SCHEDEL. Liber Chronicarum, Fol. X I X .
SCHEDEL. Das Buch, Fol. X I X .
Tradición y método científico ... 793
ve1 académico, por grandes bibliotecas de impresos y manuscritos,
como los de Sebald Schreyer, Hartmann Schedel, Willibald Pirckhei-mer
(que contenía extensos fondos provenientes de la biblioteca del rey
Mathias Corvinus), Münzer y Bemhard Walther, discípulo y mecenas
de Regiomontanus, que incluía la biblioteca y papeles privados de éste
Último.
Regiomontanus fue en definitiva el que galvanizó y dio una
orientación firme al mundo científico de Nümberg, con su marcada
y temprana inclinación por la verificación empírica y el método ex-perimental.
En ese sentido, Regiomontanus era una síntesis de las
enseñanzas de Heinrich von Langenstein, Johannes von Gmuden y
Georg von Peurbach, del espíritu inquisitivo y libre del cardenal Ni-kolaus
von Kues (Cusanus), y de la insistencia de trabajar con los
originales griegos expresada por el cardenal Bessarion. Fue Regio-montanus
el que popularizó estas fuentes en Nümberg, y aunque
sólo vivió allí los últimos años de su breve vida, su imprenta, su ob-servatorio
y su fabricación de instrumentos resultaron ser una com-binación
tan perdurable en la vida científica de Nümberg como la
problemática y el método que heredaron sus cosmógrafos después de
su muerte en 1476. En el terreno puramente geográfico, su influen-cia
se tradujo en una aplicación creciente de las matemáticas, en es-fuerzos
para mejorar los instrumentos de mensura y la representa-ción
de la realidad geográfica, así como también el cálculo de distan-cias
y la determinación de la locación exacta de un lugar.
Pese a ese espíritu innovador, el considerable dinamismo de los
cosmógrafos de Nürnberg continuó absorbido por esa rica problemáti-ca,
fruto del desarrollo interno de la ciencia. La considerable informa-ción
económica y científica que arrivaba a Nümberg, constatada en la
lectura de varios miles de cartas de hombres prominentes en la vida
política y científica, denota poco interés en la nueva «realidad» geo-gráfica,
incluso en el caso de hombres que como el Dr. Conrad Peu-tinger,
yerno y abogado de Anton Welser, tenían información precisa
y m a participacibn directa en !OS aspertns ec~nbmimsd e esa nueva
«realidad». El Dr. Münzer fue también recipiente de algunas de esas
noticias fidedignas que hubiesen rubricado espléndidamente un ma-nuscrito,
De Inventione Ajicae, preparado durante su viaje a la Pe-nínsula
Ibérica entre 1494 y 1495. Fruto en parte de conversaciones
mantenidas con los Reyes de Castilla y Portugal, Münzer escribió ex-tensamente
sekre !u restu urcidentu! de Pfi-ica y !us is!us de! P.t!intire,
incluyendo las Canarias, pero ni él ni el círculo científico y comercial
de Nürnberg parecen haber tenido interés en publicarlo.
794 Carlos- Alberto Campos
La literatura cosmográfica producida en Nürnberg durante más
de 40 años después de la publicación del Liber Chronicarum no re-flejó
la nueva «realidad» canaria. La imagen tradicional repetida por
los autores locales no fue influenciada por informaciones directas ni
por un conocimiento comprobado de los descubrimientos, por lo
que no puede sorprender que tampoco lo fuera por la numerosa lite-ratura
de viajes publicada regularmente en Nürnberg desde princi-pios
del siglo XVI a pesar de la influencia que la historiografía tradi-cional
atribuye a esas publicaciones. Tampoco parecen haber tenido
mayor efecto sobre ellos la imagen visual del globo de Behaim, exhi-bido
en el municipio, los que en gran número y con nueva informa-ción
fabricaba Johannes Schoner o el mapamundi de Johannes Stab,
Konrad Heinvogel y Albrecht Dürer, impreso en 15 1 5 y que seguía a
Behaim en el tratamiento de las Canariasi2.
Por no citar más que aigunos ejempios, ia exceiente traciucción
del griego del Primun Librum Geographiae de Ptolomeo, publicada
en 15 14 y que insumiera más de quince años de labor a Johannes
Werner, no cambió en absoluto el tratamiento de las Canarias. Obra
abstracta y teóricamente innovativa, el trabajo de Werner estaba ba-sado
en resultados experimentales y en la interpretación matemática
de observaciones astronómicas propias y de Peurbach, para obtener
medidas exactas de distancias y locaciones y calcular otras por in-ducción.
Los descubrimientos y los resultados de las nuevas navega-ciones
no tuvieron ninguna influencia visible en este primer tratado
de geografía matemática13.
Lo mismo puede decirse de una obra que apareció once años
más tarde en 1525, Claudii Ptolemaei Geographicae Enarrationes
Libri octo. Su autor fue Willibald Pirckheimer, figura central de la
vida científica, política y económica de Nürnberg, así como amigo y
mecenas de Johannes Werner. El trabajo de Pirckheimer, como el de
Werner, estaba basado en notas y proyectos dejados por Regiomon-tanus,
que fueron publicados en un anexo. La edición de Pirckhei-mer
fue también un gran paso adelante en términos técnicos, lingüís-
12. Para todo lo referente al mundo científico de Nürnberg, con amplias refere-nias
que no pueden reproducirse aquí ver Campos, Technology, section 111, (A).
13. WERNER, Johannes. Nova Translatio Libri Geographia CI. Ptolomeai ...,
Nurembergae, Ioanne Stuchs, 15 14.
Tradición y método científico ... 795
ticos y matemáticos, pero tampoco introdujo cambio alguno en el
tratamiento tradicional de las CanariasI4.
En una carta fechada en 1530, Pirckheimer expresó el deseo de
incrementar y reeditar su versión de Ptolomeo, sin elaborar los planes
que tenía in mente. A diferencia de Werner, Pirckheimer dio pruebas
fehacientes de estar al tanto del alcance de los descubrimientos en
América y de haber pensado en las ventajas económicas que le deven-garían
a la «mísera Hispanim. No obstante ello, en los otros trabajos
de cosmografía de este autor o en los de Johannes Wemer no se ha po-dido
encontrar mención alguna de la nueva «realidad» canaria.
En 1534, 41 años después de la aparición del Liber Chronica-rum
y 52 años después del triunfante anuncio de Nicolaus Germa-nus
sobre la reconquista cristiana, Johannes Schoner publicó en
Nümberg su conocido Opusculum, Geographicum.
A diferencia de los otros autores mencionados, Schoner obtenía
parte de sus ingresos con la fabricación de globos, a los que incorpo-raba
los resultados de los nuevos descubrimientos -o su interpreta-ción
de ellos- y, para acompañarlos, había publicado en Nümberg
la Luculentissima Quaedam Terra Totius Descriptio ..., en 15 15, y
De Nuper Sub Castilliae Ac Portugaliae ..., en 1523. En el Opuscu-lum,
obra breve y concisa, Schoner dedicó bastante espacio a los des-cubrimientos
y también se mostró crítico de los clásicos, pero en lo
que respecta a las Canarias (Ptolomeum Olim Fortunata), que elevó
a diez islas en total, el tratamiento no fue considerablemente supe-rior
al de esos autoresI5.
Schoner, como sus otros colegas de Nürnberg, no se sintió incli-nado
a corregir la imagen tradicional de las Canarias o a explayarse
sobre la nueva «realidad» geográfica, humana o económica del Ar-chipiélago.
En las obras aquí mencionadas, Schoner exhibió cierto
individualismo que pudiera pensarse capaz de haberle inclinado en
esa dirección. Sin embargo, la nueva «realidad» canaria fue tan ajena
a esos cambios metodológicos como a los de los otros autores de
hLT:Y:,L,U,, I I IU,G, L,..,~LA, , ,+:A, ,A,.,:, , ,o,, L, -. 611 I I I U ~ I I U JJ GIILIUUJ ~ I U I I G I U J G luuuvauulca, ~ L I Uul aa 111
memente ligados al desarrollo interno de la cosmografía alemana.
14. PIRCKHEIMER, Willibald. CIaudi Ptolemaei Geographicae Enarrationes
Libri Octo ..., Argentoragi, Iohannes Grieningerus, Communibus loannis Koberger Im-pensis
excudebat, M.D.XXV.
15. SCHONER, Iohannes. Opusculum Geographicum ..., ex urbe Norica 1533,
cap. XIII.
796 Carlos - Alberto Campos
Una actitud científica similar puede detectarse en un gran nú-mero
de cosmógrafos alemanes, intelectualmente vinculados a este
grupo que, igualmente innovadores y pioneros en muchos aspectos
de la ciencia cosmográfica, jugaron un papel descollante en el desa-rrollo
de esta disciplina -y de la cultura europea- durante la pri-mera
mitad de1,siglo XVI.
Entre ellos, Johannes Honter, conocido también como Honterus
nacido en Kronstadt en 1498 y muerto en Viena en 1549, que fue,
como muchos de sus colegas, impresor, grabador, fabricante de ins-trumentos
cientíicos y gramático. Este hombre polifacético fue el au-tor
de un mapa de su región del Siebenbürger o Transylvania, repro-ducido
al final de su Chorographiae Transylvaniae, publicada en Ba-silea
en 1532 y que no fue superado hasta fines del siglo XVIIII6.
Autor de gran éxito, su Rudimentarum Cosmographiae fue reimpre-sa
8 veces en 19 años. La primera edición fue publicada en Cracovia
por Mathias Scharfenberg en 153017, y reproducida en 1535 en la
Margarita Filosójca de Gregor Reisch 18.
En 154 1 apareció en Kronstadt otra obra de Honterus: Rudi-menta
Cosmographia Cum Vocabulis Rerum ... 19, que escrita en ver-so
era puramente descriptiva, sin ocuparse de problemas técnicos
como la anterior. Fue también en Kronstadt y en 1542, cuando se
publicó otra edición del Rudimentarum Cosmograhiae. El texto era
idéntico al de 1530 y también el auniversalis Geographiae Typusn,
donde se veía claramente a América. Pero esa nueva edición traía un
nuevo globo terráqueo, que mostraba a América, y un número de
mapas, que incluían una ~UniversalisC osmographia», firmada por
Honterus y fechada en 1542, un mapa de Madeira y otro de Cuba20.
16. NETOLICZKA, Dr. Oskar. Johannes Honterus Ausgewahlte Schriften,
Wien/Hermannstadt, Verlag von Carl Graeser/Buchhandlung W. Kraft, 1898, p. 11.
TEUTSCH, Dr. Fr. «Drei Sachsische Geographen des Sechzehnten Jahrhunderts~,
" . . - l . : . . A-- rr :.-- e:- C:-L,.."L::",..?" -%.A"*) ,,,m," r i r ~ r r r v UCJ v r r r r r r 3 JMt o l cUCI IU~ l ~ lL' JULlfliCeI FJRMNlleJüCe, Fo!ge, Fühxhr??er
Band, 1. Heft, Hermanstadt, 1879, pp. 586-652.
17. HONTERUS, Johannes. Rudimentarum Cosmographiae Libri Duo, Craco-via,
Mathias Scharfenberg, 1530, vide: «Nomina Insularum Oceani et Maris)).
18. REISCH, Gregor. Margarita Philosophica ..., Basileam, excudebat Henricus
Petrus, M.D.XXXV, p. 147.
19. HONTERUS, lohannes. Rudimenla Cosmographica Cum Vocabulis Rerum,
ch T--I:.- T I ..-- :-a 0 r . ~n V T T i ;ha- I I I i i i u i r a 1 i a i i a y i v a i i i a c . Luiuiia, IVI.Y.ALI, LIVGL nnn.
20. HONTERUS, Johannes. Rudimenta Cosmographica ... Impressum ... Corona,
M.D. XLII., «Nomina Insularum ...M
Tradición y método cient$co ... 797
Las nuevas ediciones de estas obras, aparecidas en Zürich en
15492', 155222, 158323, y 159624, en Amberes, en25, y en Basilea en
1561 26 y 1 58527, lo fueron en general acompañadas por los mismos
mapas. En ambas obras también se sigue repitiendo sin variantes la
simple mención de las Islas Afortunadas hecha respectivamente en
1530 y 1541.
Joachim von Watt, conocido con el nombre de Vadianus, naci-do
en Sankt Gallen en 1484 y fallecido allí en 1551, es otro promi-nente
cosmógrafo alemán a ser considerado dentro de este grupo.
Formado en la Universidad de Viena, donde fue profesor, Vadianus
fue una figura respetada como médico, político, poeta y como hom-bre
de una extraordinaria cultura, a juzgar por el tenor de su corres-pondencia
y la calidad de sus correspondentes.
En 15 18 Vadianus publicó una edición comentada de la conoci-da
obra de Pomponius Mela, De Orbis Situ Libri Tres, impreso en
Viena a expensas de Lucas Alantse por Johannes S i n g r e n i ~ s ~El~ .
texto y el escolio eran idénticos a la edición de 15 12, que junto con
un magnífico índice fue obra de Johannes C a m e r ~(~na~ci,d o en Ca-merino
en 1468, su verdadero nombre era Giovani Ricuzzi Vellini).
Profesor en la Universidad de Viena desde 1499 y decano de la mis-
2 1. HONTERUS, IOHANNES. Rudimentorum Cosmographicorum Ioan. Hon-teri
Coronensis Libri III, Tigun, Apud Froschovemm Anno, M.D.XLIX, f. Cg (verso).
22. HONTERUS, lohannes. Rudimentorum Cosmographicorum ..., Tiguri, Apud
Froschoverium, M.D.LII, Liber 111, La «Universalis Cosmographiae)), fechada en Ti-guri
en 1546 era similar al mapa de Honterus de 1542.
23. HONTERUS, Iohannes. Rudirnentorum Cosmographicum ..., Tiguri, Apud
Froschoverum, 1583.
24. HONTERUS, Iohannes. Enchiridion Cosmographiae ..., Tigun, Apud lohan
Wolphium, 1596, f. C2 (recto).
25. HONTERUS, Iohannes. Rudimentorum Cosmographicorum, Antwerpiae,
A....A 1 D:nl.n..A..... 1 </a 1 ;ha,. 111 npUU J. ' \ l b l & ~ " U U B l L , 1 JVV, L i I V - L 111.
26. HONTERUS, lohannes. ... De Cosmographiae Rudimentis ... Rudimentorum
Cosmographiae ..., Basileae, Henricum Petn, 156 1, pp. 875 y 972.
27. HONTERUS, Iohannes. De Cosmographiae Rudimentis ... Geographiae Prin-cipiis
..., Basilea, Henricum Petn, pp. 697 y 723.
28. VADIANUS, Joachim. Pomponi Melae Hispani, Libri de Situ Orbis Tris ...
Viennae Pannoniae, expensis Lucas Alantse ..., Ioannem Singrenium, M.D.XVII1, f.
i i8 verso.
29. CAMERTIS, Johannes. Pornponii Melae de Situ Orbis ... M.D. XII (en la de-dicación)
S.L.N.D. ff. XLlV recto et verso.
798 Carlos- Alberto Campos
ma, falleció allí en 1556, por lo que se le debe considerar práctica-mente
un miembro de ese «milieu» académico)30.
En De Orbis Situ, Liber 111, cap. 11, Pomponius Mela hacía re-ferencia
a las Islas Afortunadas. El breve escolio de Camers simple-mente
contraponía la visión opuesta de las Canarias que tenían Pli-nius
y Solinus y simplemente acotaba que Pomponius Mela las con-sideraba
ubérrimas. La edición de Vadianus de 15 18 incluía el texto
de una famosa carta a Rudolf Agrícola, su preceptor en Viena, donde
mencionaba a las navegaciones portuguesas y a autores contemporá-neos,
como Volaterranus y Johannes Stabius.
Vadianus también acotó una larga explicación en la que después ,,
de elogiar a Camers pasaba a comentar los puntos en que estaba en N
E
desacuerdo con él. Como en la carta a Agrícola, el objeto principal O
era el problema de las Antípodas, y en este caso se hace al final una n
. = r , . l.,.,, , ..o.,,
m
aluoivii a Ameiica. Siíi erilbiiig~,c íi esie aiiexu eii el qüe Ya- U
E
dianus exhibía un profundo conocimiento de los clásicos, el origen SE de sus dudas con referencia a algunos de sus argumentos era la igno- E
rancia que demostraban de las fuentes del Danubio3'. Esto es meto-dológicamente
significativo, ya que como otros geógrafos alemanes, 3
Vadianus basaba sus dudas no en informaciones sobre los descubri- em-mientos,
de los que estaba al tanto, sino en un aspecto de la geografia E
alemana que él conocía bien. O
Las reediciones de esta obra aparecidas en Basilea en 1 52232, n
París 153033 y 154034, y Basilea en 155735 siguieron a la letra aquella E
de 1518. No deja de ser interesante en este sentido que en 1520, Jo- a
hannes Camers había publicado la obra de Solinus, con un escolio n
sobre las «Fortunate Insula)) que, aunque seguía basado en los argu-
3
O
30. ASCHBACH, Joseph, Ritter Von. Geschichte Der Wiener Universitat, Wien,
Verlag des K.K. Universitat, 1865, Vol. 1 pp. 172- 174. -
3 1. VADIANUS. Pomponi Melae, 15 18, folio sin numerar en la edición de 1522,
ver f. A a3 (verso).
32. VADIANUS. Pomponii Melae de Orbis Situ ... Basileam, Apud Andream
Cratandrum, M.D.XXI1, pp. 2 18-2 19.
33. VADIANLJS. Pomponii Melae de Orbls Situ ..., Lutetia, Parisorum,
M.D.XXX., p. 194.
34. VADIANLJS. Pomponii Melae ..., Parisiis, Apud Christianum Wechelum,
M.D.XL., p. 194.
35. VADIANUS. Pomponii Melae ..., Basileae, Apud Henricurn Petri, 1557, p.
2 18.
Tradicion y método cientíjico ... 799
mentos de los clásicos, era mucho mas extenso y erudito que el dedi-cado
a Mela3'j. Amén de ello Camers mencionaba específicamente a
Vadianus, e incluía un mapa hecho por Apianus, un «Typus Orbis
Universalis)), que adicionaba al de Ptolomeo las informaciones de
Vespucio, que mostraba a las Afortunadas y hubiese sugerido un tra-tamiento
diferente de las mismas.
En 1534 Vadianus publicó su Epitome Trium Terrae, que deno-ta
un mayor interés en los grandes descubrimientos, al mencionar a
((América y las Nuevas Islas al Oeste de African, sin hacer referencia
alguna a las Canarias3'. La edición de 1548, pese a algunos adita-mentos
que incluían los mapas y el globo de Honterus (1 542), guar-dó
también silencio sobre el particular38.
Una serie de circunstancias hacen de ésta una omisión sugestiva.
La voluminosa correspondencia de Vadianus revela la extensión y la
cu!idud & sus fiLrntes ir?fcrmaciSIi, 2Ei cemc e! espirifU cn
hombre al tanto y activo en el mundo que lo circundaba. Vadianus
aparece allí en contacto con hombres como Johannes Flachsbinder
(Dantiscus), Obispo de Ermland en Prusia, amigo y correspondente
de Hernán Cortés, u otro tan bien informado de la nueva «realidad»
geográfica como Bartholomaeus We l ~ e r ~E~n .a ctivo intercambio
epistolar con Vadianus se encontraban también dos figuras claves:
Johannes Grynaeus y Hieronymus Frobenius40.
El primero de ellos, Grynaeus, que como Vadianus vivió en Ba-silea
entre 1530 y 1534, y que la correspondencia revela haber sido
un íntimo amigo de Vadianus, fue el compilador de una obra muy
36. CAMERS, Johannes, Ioannis Cameritis. Minoritani ... In C. iuli Solini ... Ena-rrationes,
Vienna Austriae, per Ioannem Singrenium, M.D.XX, pp. 335-336.
37. VADIANUS. Epitome Trium Terrae Partium ..., Tiguri, Apud Christopho-rum
Froschoverum, M.D.XXXIV. El tópico de las pp. 549, 55 1 , y 555 brindaba mu-cnas
oponuniciacies para por io menos mencionar a ¡as Canarias.
38. VADIANUS. Epitome Trium Terrae Partiu m..., Tiguri, Apud Frosch,
M.D.XLVII1. Las mismas oportunidades presentes aquí en paginas 504, 505, 508, 5 1 1
y 5 16. Entre los mapas, la «Universalis Cosmographim, aunque similar estaba firmada
y fechada en Tiguri, 1546)).
39. CAMPOS. Technology, section IIIA.
40. ARBENZ, E. ... Und Hermann Wartmann. die Vadianische Briefsammlung
der Stadtbibliothek St. Callen, Mitteilungen Zur Vaterlandischen Geschichte, XXIV(,),
XXV, XXVIk,,, XXVII, XXIX, XXX, XXX(,,, St. Callen, E. Fehr, 1890- 1913, Fasc.
XXX(,, Brief. 40, 68.
8 00 Carlos- Alberto Campos
difundida, que bajo el nombre abreviado de Novus Orbis, incluía en-tre
otras los relatos de Alvise Ca'da Mosto, con su conocida descrip-ción
de las Canarias. El Novus Orbis también incluía las relaciones
de Colón y Vespucio, que aun cuando no describían «in extenso» a
las Canarias, ponían bien de relieve la importancia logística de las is-las.
La primera edición de este libro apareció en París" y es raro que
Vadianus no estuviese al tanto de él, particularmente en una época
en que estaba en estrecho contacto con su amigo Grynaeus3?. Si en
verdad existió, esta información no tuvo influencia alguna sobre Va-dianus
en lo que concierne a las Canarias.
Sin embargo, hay una prueba más fehaciente que Vadianus co-nocía
los cambios que habían tenido lugar en las Canarias. Hierony-mus
Frobenius, el impresor de Basilea, al que puede verse en la co-rrespondencia
teniendo al tanto a Vadianus de las novedades publi-cadas
o a publicarse, había reimpreso en 1530 el Commentariorum
Urbanorum de Raphael Maffei de Volaterran, por ello conocido
como Volaterranus (nacido en 145 1, muerto en Roma en 1522), que
incluía un comentario sobre las Canarias y la costa oeste de Africa
con información bastante i n t e r e~a n t e~L~a . primera edición del
Commentariorum Urbanorum apareció en 1506 y Vadianus ya hizo
referencia específica a este autor en su carta a Rudolf Agrícola, fe-chada
en Viena en 15 12. Vadianus también lo tuvo presente cuando
estaba escribiendo el Epitome Triurn Terrae Partium, donde refería
al lector a este autor y a su popular y difundida enciclopedia justa-mente
con relación a la carta de Africa y a las islas nuevamente des-cubiertas
en el Océano Oc~idental~~.
Vadianus volvió a hacer lo propio en otra obra geográfica, el
Epitorne Topogaphica Totius Orbis, impresa en Amberes en 1535
por Iohannes Grapheus. Vadianus no alteró aquí el tratamiento de
esas regiones, y las Canarias continuaron ignorada^^^. Al remitir al
lector a un autor y una obra muy populares en su tiempo podría
4 1. GRINAEUS, Simon. Novus Orbis Regtonum Ac Insularum Veteribus Incog-nitarum
... Pansiis, Apud Galeatum a Prato, 1532.
42. ARBENZ. Die Vadianisch Briefsammlung. Fasc. XXX(,), Brief 710, (Nota).
43. MAFFEI, Raphael (Volaterranus). Commentariorum Urbanorum ..., Basileae,
In oficina Frobeniana, M.D.XXX. ff. 139,- 140,.
AA x r A n r a w r r c E,;,,,, r,:,., r, ,,,, o,.,:.., .... G G I GC-I G G ~
77. v n v i n i ~ u u ~. l p r r v r r i c2 i i u r r r A c i i u c 1 U I L L I * ~ , L ..., pp. J J L - J J L , J J J .
45. VADIANUS. Epitome Topograhica Totius Orbis ..., Antverpiae, lohan Gra-pheum,
1535, f. 108 verso.
Tradición y método cientifico ... 80 1
conjeturarse que Vadianus no quería tal vez repetir algo que sus con-temporáneos
conocían bien. Al mismo tiempo, el tratamiento del
tema en el texto sugiere que Vadianus posiblemente no daba a esa
información una gran relevancia científica, y ciertamente que no ha-bía
extraído de ella ninguna conclusión metodológica.
Heinrich Loritus, nacido en Glaris en 1468 -por eso conocido
como Glareanus- y muerto en Freiburg-um-Breisgau en 1563, fue
un destacado contemporáneo de Vadianus. Poeta Laureado del Im-perio
como él, Glareanus fue un hombre de una vasta y reconocida
cultura. Con intereses que iban de las matemáticas a la música, lo
que, teniendo en cuenta a los pitagóricos y al mismo Ptolomeo, ex-plica
tal vez su inclinación por los aspectos más abstractos de la cos-mografía,
Glareanus fue también un historiador de nota, aunque me-nos
inclinado que Vadianus a la geografía histórica. En este sentido
es de destacar su Helvetia Descriptio, un poco al estilo de Celtis, que
incorporaba también detalles modernos, notablemente en las ilustra-
~ i o n e s P~r~of.e sor en la Universidad de Basilea y en el College de
France, Glareanus terminó por fundar su propia academia en Frei-burg-
im- Breisgau.
En De Geographia, aparecida por primera vez en Basilea en
1527, y después en Freiburg-im- Breisgau en 1530, Glareanus hizo
gala de su espíritu innovador en la primera parte, consagrada a los
problemas técnicos de la cosmografía matemática y geométrica.. No
obstante ello, en materia descriptiva esta obra no tenia ese carácter.
Aunque el cap. XL y último estaba dedicado a De Regionibus Extra
Ptolemaum, era por lo demás breve y sólo menciona por nombre a
las Islas Afortunadas4'. Subsecuentes ediciones impresas en París en
1542" y 157749 y Colonia en 1581 50, reprodujeron este capítulo sin
modificación.
46. LSRITTUTM, Heiiirich (C:aieaiiüij. Eelveíiü Descripiiu ... Basiiea: per iaco-bum
Parcum, M.D.LIV.
47. LORITI, Heinrich (Glareanus). ... De Geographia Liber Unus ... Friburgum
Brisgaudiae, Ioannes Faber, M.D.XXX, ff. 35 recto-35 verso.
48. LORITI, Heinrich (Glareanus). ... De Geographia ... Parisiis, Apud Guiliel-mum
Rikart, 1542, FF. 35R-35v.
49. LORITI Heinrich (Glareanus). ... De Geobraphia ... Parisiis, Apud Hierony-
A- Rdnr-.Ja+ P...I:,l-..- P -..- l l 1 C 7 7 -- LC c7
L I ~ U I ~ uL b IVI I I I I LCL C L U U I I ~ I I I I U I I IL C I V C I I , 1 J I 1 , pp. U J - U l .
50. LORITI Heinrich (Glareanus). ... De Geographia ..., Coloniae Agrippinae,
Apud Haeredes A. Birckmanni, 158 1, pp. 254-256.
802 Carlos- Alberto Campos
El mismo capítulo fue incluido en la edición que Glareanus
hizo de una obra de Aeneas Silvio Piccolimini: Asiae et Europae
Eleganti Descriptione. Aeneas Silvius fue elegido Papa Pío 11 en
1457 y fue alrededor de esta época en que escribió esta obra. Aunque
la parte dedicada a Europa central era excelente y fue largamente
utilizada en el Liber Chronicarum, Aeneas Silvio siguió estrictamen-te
a Ptolomeo en lo que respecta a la costa occidental de Africa e is-las
adyacentes, haciendo caso omiso de las muchas Bulas a que las
Canarias ya habían dado lugar. La edición de Glareanus fue publica-da
en París en 1534 y el capítulo XXI estaba dedicado a De Regioni-bus
Extra Ptolomaeum5'. Antes de 1549 Glareanus había hecho
también correcciones a De Situ Orbis de Strabón, cuya primera par-te
apareció en Lyon en 1559. En el Liber 111 se menciona a las Islas
Afortunadas, pero esta parte de la obra estaba consagrada solamente
a! texto origina!52.
Razones de tiempo y espacio demandan dejar de lado a un nu-mero
de cosmógrafos alemanes para considerar tan sólo aquí a los
dos más representativos de la orientación científica heredada de Re-giomontanus
durante el segundo cuarto del siglo XVI: Apianus y
Münster.
Peter Bienewitz o Bennewitz, mejor conocido como Apian o
Apianus, nacido en Leisnig, Sajonia, en 1495 y desaparecido en
1552 fue uno de los ejemplos más típicos en su generación de la sim-biosis
entre el hombre de ciencia, el fabricante de instrumentos cien-tíficos
y el impresor. Esas dotes, su imaginación y su espíritu innova-dor
fueron puestos de manifiesto en su magnífico Astronomico Cae-sareum,
que publicó en su imprenta en Ingolstadt en 1540. Apianus
ilustró allí bellamente en colores los resultados de sus observaciones
sistemáticas de cometas, la fabricación de aparatos de observación y
un método diagramático ideado por él para determinar en todo mo-mento
la posición de los astros53. Apianus demostró el mismo espíri-
E in.i.,=y&+e infemaBxJe~ e f!iz pI.h!icución & tr&ainJc- - A-P- r-n-l-e--
5 1. LORITI, Heinrich (Glareanus). Pii II. Pon. Max. Asiae, Europaeque Elegan-tissima
Descriptio, Parisiis, Apud Claudium Chevallonium, 534, pp. 520-522.
57 LORITI, Heinrirh (Glareanus). Strahonis de Situ Orbis Libri XVIZ .,... Lugdu-ni,
Apud C. Coterium, 1559, Liber 111, p. 301.
53. APIANUS, Petrus. Astronomicum Caesareum, Ingolstadt, 1540.
Tradicion y método cient$co ... 803
gas, como el excelente mapa moderno de Hungría obra de Johannes
Cuspinian y Lazarus Tannstetter, en 1 52854.
En 1533, Apianus publicó en Ingolstadt su Introductio Geo-graphica,
consagrado a problemas de geografía matemática y geomé-trica,
que incluía comentarios sobre el trabajo ya mencionado de Jo-hannes
Werner y una famosa carta de Regiomontanus al Cardenal
Bessarion sobre la construcción y uso del meteoroscopio armilla+.
Problemas técnicos similares, principalmente la obtención de la
longitud por medio de los movimientos de la luna, calculados por su
distancia a una estrella fija cercana a la eclíptica, método que Apia-nus
fue entre los primeros en desarrollar, y los principios y funciona-miento
de un aparato de su invención, el «Espejo de la Cosmogra-fía,
fueron también tratados por Apianus en su Cosmographia.
Aparecida por primera vez en 1524, la edición de 1540 fue corregida
y aumentada por Gemma Phrisius, conocido médico, profesor en
Louvain, y como Apianus, matemático y fabricante de instrumentos.
En la sección de geografía descriptiva, esa edición de la Cosmogra-phia
traía noticias de los descubrimientos, incluso del Perú, reciente
entonces; pero la única referencia a las Islas Afortunadas, a las que
«ahora se llama Canarias», era la concerniente a su locación, muy si-milar
a la Ptolemaica dada por Nicolaus Germanus ochenta años an-tes.
Salvo este pequeño ajuste, las Islas seguían siendo identificadas
en la manera Pt~lemaica~~.
Una edición francesa de la Cosmographia, publicada como la
anterior en Amberes en 1544, permaneció sin cambio alguno en lo
referente a las Canariass7. En cuanto a la nueva edición en latín que
apareció en Amberes en 1550, traía una adición a la tabla de loca-ciones
correspondiente a América, pero no fue puesta al día en lo
concerniente a las Canarias. El tratamiento Ptolemaico se mantuvo
pues con todo su vigor58.
54. ANKWICZ-VON-KLEEHOVEN, Hasns. Der Wiener Humanist Johannes
Cuspinian, GrazIKoln, Hermann Bohlausnachf, 1959, pp. 253-255.
55. APIANLJS. Introductio Geographica ..., Ingolstadt, M.D.XXXII1.
56. APIANLJS. Petri Apiani Cosmographia, per Gemmam Phrisium ..., Antwer-piae,
Amoldo Berckmanno, M.D.XL., fol. XLII verso.
57. GEMMA FRISIUS. La Cosmographie de Pierre Apian, Anvers, par Gillis de
Diest, 1544, Fol. XLV recto.
58. GEMMA FRISIUS. Cosmographia. Petri Apiani, per Gemmam Frisium ...,
Antwerpiae, Gregorio Bontio, M.D.D., fol. 46 recto, 48 recto.
804 Carlos- Alberto. Campos
Con Sebastian Münster, nacido en Ingelheim en 1485 y muerto
en Basilea en 1552, se concretó el arduo y largo esfuerzo de poner al
día la geografía descriptiva de Alemania. El punto de partida de ese
esfuerzo fue el nuevo mapa preparado en la primera mitad del siglo
XV (en 1439) por el Cardenal Nikolaus von Kues, cuya tabla, como
Münster explicara en una carta escrita a Conrad Peutinger en agosto
de 1530, sirvió de base a su Gerrnaniae Descriptio, publicada ese
mismo año en Basilea por Andrea Cr~ttander~~.
Con esa primera descripción integral de la Alemania moderna
Münster concretó, unificó y expandió ese objetivo caro al Cardenal
Cusanus y a Regiomontanus y sus émulos. En la misma carta antes
mencionada, Münster reconoció los beneficios que habia derivado
para este trabajo de la obra de contemporáneos como Schoner y
Apianus. A partir de entonces, Münster nunca cesó en sus esfuerzos
para obtener información directa de cada iocaiidad aiemana y nue-vos
mapas, tales como el de Oegidius Tschudi, el primero de Suiza,
con el objeto de mejorar constantemente su geografía descriptiva de
Alemania. En ese sentido, su método fue una aplicación sistemática
y sostenida del que había puesto en práctica Hartmann Schedel para
preparar el Liber Chronicarum.
Münster, como Apianus, se distinguió como fabricante de ins-trumentos
científicos y como divulgador de sus usos y métodos de
construcción. Prueba fehaciente de ello son su H~rologr aphi ae~l ~
Organum CTranicurn6', y el Canones Super Novurn Instrumentum
Luminarium ...62. En estos libros, Münster hizo gala de su experien-cia
como observador sistemático y sus conocimientos en matemáti-cas,
geometría y astronomía. Amigo de Vadianus y Glareanus,
Münster publicó también un gran numero de trabajos de filosofía,
historia y religión, factores que esos autores destacaron en su aproxi-mación
a la geografía.
59. KONIG, Erich. Konrad Peutingers Briefwechsel, München, C.H. Becksche
Verlagsbuchhandlung, Oskar Beck, München, M.CM.XXII1, Brief. 28, pp. 458 -460.
60. MUNSTER, Sebastian. Horolographia ... Basileae, excudebat Henricus Pe-trus,
M.D.XXXII1, ver por ejemplo pp. 28-35,261-268.
6 ! . MUNSTER, Seh-stiin. CJrgcm~mL hxicci m..., Rasi!ex, FTenriciim Petnm,
M.D.XXXV1, ver por ejemplo pp. 12-29.
62. MÜNSTER, Sebastian. Canones Super Novum Instrumentum Luminnrium ...
Basileae, Apud And. Cratandrum, M.D.XXXIV.
Tradición y .rzétodo cientifico ... 805
A diferencia de ellos, sin embargo, no cabe duda de que Münster
conocía bien la literatura reciente sobre Canarias. Fue él quien escri-bió
la larga introducción y explicación del contenido del Novus Or-bis
de Simon Grynaeus en 1532, y también el mapa de la edición de
Basilea de 1537, que reemplazara al de Orontius Fine y claramente
.mostraba las «Insule Canariae»'j3. Poco después Münster dio nuevas
muestras de sus conocimientos del archipiélago.
En 1538, fue publicado en Basilea la Rerum Toto Urbe ... de So-linus
y el De Situ Orbis ... de Pomponius Mela, comentados por Jo-hannes
Camers. El escolio de este ultimo, sin embargo, es muy dife-rente
al de las mencionadas ediciones de 15 12 y 15 18, más en línea'
con la literatura reeditada en el Novus 0rbiP4. LO mismo puede de-cirse
sobre el escolio del texto de S o l i n ~ s t~am~ p, oco concordante
con el de Camers, aparecido en 1520@j, y que sería reeditado íntegra-mente
en !
Una lectura atenta de la edición combinada de Solinus y Mela
de 1538 revela, que el autor del Comentario no fue Camers sino
Münster. Más interesante aún es la razón por lo cual Münster lo
puso de manifiesto: su inspección ocular de las fuentes del Danubio
para resolver las disputas sobre su verdadera locación68.
No obstante ello, esa postura metodológica de Münster, que lo
Ilevó a viajar bastante y a su constante búsqueda de información a
través de corresponsales locales estaba estrictamente limitada a Ale-mania.
Esto puede comprobarse en su Cosmographiae, Bescheibung
Aller Lender, publicada en Basilea en 1544. Excelente en lo que res-pecta
a la geografía descriptiva de Alemania, esta obra estaba lejos de
serlo en el tratamiento de Francia, Italia y la Península Ibérica.
Münster atribuyó esta disparidad a la entusiasta acogida que sus de-
63. GRYNAEUS. Novus Orbis, «Typi Cosmographici et Declaratio et usus per
Sebastianum Munsterum. En ¡a edición ae Basiiea por 10. ~ervagiumi,v í.U.XXnYii, ei
texto de Münster era idéntico al de la edición de París de 1532.
64. CAMERS, Iohannes. C. Julii Solini Polyhistor, Rerum Toto Urbe Memorabi-lium
Thesauros ... Pomponii Melae de Situ Orbis ... Basileae, Apud, M. Isingrinum et
H. Petri, 1538, p. 148, en lo referente a las Canarias.
65. IBID, p. 66.
66. CAMERS. In C. Iulii Solini..:, p. 335 -336.
67. CAMEKS. Commentaria in C. iuiii Soiini Poiyhiscoria ..., Basiieae, Apud
Henricum Petri, 1557.
68. CAMERS. C. Julii Solini Polyhistor ..., p. 46.
806 Carlos- Alberto Campos
mandas para obtener información encontraron por toda Alemania, a
diferencia del extranjero. Si sus esfuerzos habían sido en realidad
comparables, los resultados sugerirían una actitud muy diferente por
parte de sus colegas alemanes. El interés de éstos en la geografía local
ya había sido puesto en evidencia en la época Liber Chronicarum,
para compilar el cual se utilizó en parte el método seguido por
Münster, que-había sido también la base de algunos proyectos de
Conrad Celtis y las «Sodalitates» de su creación.
Los mapas de la Cosmographiae son un 'reflejo vivo de esas
preocupaciones. El primero de ellos, ({Ptolemaisch General Tafel»,
mostraba claramente a las (dnsules Fortunatae)) y al meridiano base
pasando por ellas y la Isla de «Medera». El meridiano aparece tam-bién
en el segundo de los mapas, ((Ptolemaisch General Tafel ... »
pero sin trazado o referencia alguna a las Islas. Las «Insule Canarie))
estaban claramente marcadas en otro de los mapas de la Cosmograp-hiae,
«Des Ciantzen Lands Afnce ... », y en el ultimo de ellos, «Die
Newe Insulen ...» , otra vez bajo el nombre de ((Fortunate Insulae~A.
continuación de los mapas, Münster trató en el Libro 1 una serie de
problemas técnicos, que incluían el uso de aparatos de observación y
de mensura, la proyección cartográfica, y un método para calcular la
latitud, por medio de un eclipse lunar observado en Basilea y Gro-ningen,
cuyo objetivo era obtener la locación terrestre. Algunos de
estos tópicos, o el del cap. 24, que hablaba de longitudes, latitudes y
meridianos, pudo haber dado lugar a la consideración técnica de las
Canarias, pero la oportunidad fue pasada por alto. La misma suerte
corrieron las Islas en la mención de las navegaciones portuguesas y
castellanas en el Libro 1. Los descubrimientos fueron considerados
con más detenimiento en el Libro V, «Von den Neiiwen Inseln~,
donde Münster hizo alusión breve a las ({Hundisch Inseln», («Fortu-nates
» y ahora «Canarias»), diciendo que habían servido de base a
Colón y asociando al nombre de Vespucio con las Islas. Sin embar-go,
el capítulo consagrado a las Canarias en el Libro V, es tan sólo
marginaimenie más expiíciio que ios mencionados escoiios de ios
textos de Solinus y Pomponius Mela, aparecidos en 1 53869.
Las sucesivas ediciones de la Cosmographiae, Beschreibung
Aller Lender denotan un constante progreso en lo referente a la geo-
69. MUNSTER, Sebastian. Cosmographia, Beschreibung Aller Lender ..., Basel,
Gedruckt durch H. Petri, 1544, f. DCXXXVII recto.
Tradicidn y método cientifico ... 807
grafía descriptiva de Alemania, y sobre todo en los magníficos bos-quejos
y planos de ciudades, que eran rudimentarios en la primera
edición. Sin embargo, en lo referente a las Canarias, las ediciones en
latín de 1 5X170, y 15547', en francés de 1 55z7= y 156573, en italiano
de 1 55874, y en alemán de 1 56775, no fueron revisadas. En todas ellas
se mantuvo el tratamiento de las Canarias seguido en la primera edi-ción,
en 1544.
La misma suerte corrió la información sobre Canarias contenida
en otra obra de Münster: la Geographia G7niversalis Vetusta Et
Nova ..., una reedición corregida de la Geographia de Ptolomeo, pu-blicada
en Basilea en 1540. En el Liber IV, donde Ptolomeo se ocu-para
de las «Fortunate Insulae~M, ünster agregó una pequeña nota
donde se indicaba su nueva nomenclatura y el hecho de que «Cada-mosto
» las creía más septentrionales que Ptolomeo.
Sin embargo, la tabla de locación, exactamente igual a la de
Apianus, repetía ia icientificación de Pioionieo y, como ya enpresa-do,
casi sus mismos valores para su locación76.
Reimpresa en Basilea en 154277 y en 1545'*, y en Venecia en
1548, traducida al italiano por el Dr. Pietro Andrea Ma t i ~ l ol~a ~ta,-
bla de las Canarias de la Geographia C7niversalis continuó siendo un
-
a
Q
B
70. MUNSTER, Sebastian. Cosmographiae Universalis Libri VI. .., Basileae, O
ApudHenncumPetri, 1552,p. 1101, 1112-1113. S
7 1. Münster, Sebastian. Cosmographiae LTniversalis Lib. VI ..., Basileae, Apud -
Henncum Petn, 1554, pp. 1101, 11 12-1 113. $ 72. MÜNSTER, Sebastian. La Cosmographie CTniversell.e.. , Basilea, Aux des-pens
de Henry Pierre, 1556, pp. 14 19- 1420. A-
73. MÜNSTER, Sebastian. La Cosmographie Universelle ..., Basileae, Aux des- --
pens de H e y P ierre. .., 1565, pp. 1327- 1328. 5S
74. MUNSTER, Sebastian. Sei Libri della Cosrnograjia Universale ..., Basileae, O
Stampato aBpese di Henrigo Pietro Basiliense, 1558, p. 11 91 - 1192.
75. MUNSTER, Sebastian. Cosmographey, oder Beschreibung Aller Ban-der
..., Gedruckt zu Basel in der officin Henricpetnna im Jar M.D.LXVII., pp.
M.CCCCXVI1-M.CCCC.XVIII.M.CCCC.XXII1.
76. MuNSTER, Sebastian. Sebastianus Munsterus Geographia üniversaiis, Ve-tus
et Nova Cornplectens. Claudii Prolemaei Alexandrini Enarrafiones Libro VIII, Ba-sileae,
per Henncum Petrum, MDXL, p. 76.
77. MUNSTER, Sebastian. ... Geographia CTniversali.s. ., Basileae, Apud Henn-cum
Petrum, 1542, p. 76.
78. MÜNSTER, Sebastian. ... Geographia LTniversalis.. ., Basileae, per Henncum
Petrum, MDXLV, p. 76.
o i r L . + : -,,.., c, 2. PI , . . ,~. D , ~ L , ~ , rnn AI,,..,.,; pn. 1 7 . i v l u i u a 1 Gn, i>Gvaociaii. Lü vrvgruj 'u ui ~ i u r * u LC1 rvivi r icv. . . ~ v i~i x i g - f s ~
menti E Aggiunti Fattevi da Sebastiano Munstero ..., In Venetia, per GioZ Baptista
Pedrezano, M.D.XLVII1, f. 125 verso.
Carlos- Alberto Campos
calco del Modelo Ptolomaico, al que ni siquiera se le acotaba la
equivalencia entre la vieja y la nueva nomenclatura para permitir
una identificación rápida y precisa de las Islas. Es probable, y tal vez
posible, que el consejo de Maxirnilianus Transylvanus, sugiriendo
una extrema prudencia al considerar los cálculos de los navegantes,
justamente con relación a una distancia de las Canarias obtenida por
MagallanesgOh, aya jugado su parte en la decisión de Münster. El no
sólo conocía bien a este trabajo de Transylvanus, pero su propia ex-periencia
en la dificultad de obtener locaciones exactas en tierra lo
hubiese tal vez llevado a una conclusión similar. A pesar de éstas u
otras explicaciones igualmente especulativas, el hecho indudable es
que 80 años después del críptico comentario de Nicolaus Germanus
y de un volumen considerable de información adicional en su poder,
Münster en lo que a las Canarias se refiere, prácticamente repetía a
su ilustre antecesor.
Esta persistencia del tratamiento tradicional de las Canarias, que
sugiere una cierta indiferencia hacia las mismas, es en marcado con-traste
con el que Münster dedicara a Alemania. Ese contraste es par-ticularmente
agudo al constatarse el esfuerzo continuo de Münster
por mejorar e incluir nueva información en su geografía descriptiva
de Alemania, al par que la amplitud de miras de este autor, el interés
que demostrara en obtener locaciones y mensuras exactas, y su espí-ritu
innovador y divulgador en los aspectos teóricos, técnicos y tec-nológicos
de la cosmografía.
En suma, Sebastian Münster, que consumó un objeto secular de
los cosmógrafos alemanes y que encamó muchos aspectos de la acti-tud
innovadora y preocupación metodológica de ese grupo, tampoco
se apartó de los aquí examinados en su tratamiento de las Canarias.
La imagen tradicional del archipiélago mantenida por estos au-tores
aparece en marcado contraste con la visión fresca, decidida-mente
no académica, evocada en 15 19 por Martín Fernández de En-cisos'.
Armador, piloto y alguacil mayor de Castilla de Oro, Femán-dez
de Enciso era un hombre de acción directamente asociado a los
descubrimientos. Su Suma de Geografía es una muestra cabal de
80. MAXIMILIANI RANSILVANI. De Moluccis Insulis Atque Aliis Pluribus
Mi rc~di sq, ~ n ,eh imissi,%~C US!C!!GW,-~,,V~:~ vip!ioS e~crenhI ,%pernt~risC ürc!:' , !' e:
Grynaeus, Novus Orbis, p. 583.
81. FERNANDEZ DE ENCISO, Martin. Suma de Geografia ..., Sevilla, Jacobo
Croberger 15 19, Fol. iii recto et verso.
Tradicidn y método cientifico ... 809
ello. Aunque evidentemente había estudiado a cosmógrafos académi-cos
y en ciertos aspectos parece haber seguido de cerca a Pedro Cirue-lo
en su. edición del C7berrimus Sphere Mundi ...,*,, Femández de Enci-so
era hombre capaz de crear en tres folios una vista a vuelo en pájaro
de las condiciones actuales de la costa y puertos principales de Lepe a
Bayonnea3. Femández de Enciso sabía el uso que podía derivar de ese
esbozo ágil el público que tenía en mira: pilotos que navegarían con
un colega experto o con una carta de marear «ad hoc~.
Reimpresa en 1530 y 1548, es difícil estimar el grado de difusión
alcanzado por esta obra, que además, en el caso concreto de Alema-nia,
hubiese sido necesariamente limitado por estar escrita en castella-no.
Lo importante, sin embargo es que la Suma De GeograJia es re-presentativa
de un género muy particular de literatura científica, obra
de divulgación de cosmógrafos prácticos asociados a los descubrimien-tos
y concretamente avocacios a resoiver iüs prwbiemas te6rküs y ik-nicos
creados por ellos. Muchos de estos cosmógrafos «prácticos»
-en el sentido de estar llamados a resolver los que hoy serían proble-mas
de ciencia aplicada- han sido estudiados por la profesora Ursula
Lamb, y una idea de conjunto sobre ellos, su formación y sus trabajos
podrá formarse con la publicación de su libro en curso de prepara-cióna4.
A pesar de ello, es de momento evidente que este género de
cosmógrafos constituyó una minoría dentro de la profesión, que meto-dológicamente
debe ser considerada una categona aparte.
La imagen tradicional de las Canarias mantenida por los cosmó-grafo~
a lemanes aquí estudiados aparece también en marcado con-traste
con una cartografía marítima especializada que reflejaba paso
a paso los conocimientos adquiridos sobre las Canarias y otras islas
atlánticas, documentada exhaustivamente por el profesor Charles
82. IXG. Por rjeiiipb aigüíiieiitu de :a esfeiicidad de !a Ticrn j: de! CTnirenu,
fols. Aiij ( v e ~ o ) - ~ i(iriejc to).
CIRUELO, Pedro. L'berrimus Sphere Mundi C o m h m.. . questiunibus Domini Petri
de Aliaco Nuper Magna CU diligetia Castigatü, Pansiis, Iehan Petit, 1508, fol. E i rec-to
et verso.
83. FERNANDEZ DE ENCISO. Suma, fols. B~~ (vers0)'~~11(r1e cto).
84. LAMB URSULA. ~Nautical Scientists And Their Clients In Iberia
( i 5% - i 624) Science From imperiai Penpeciivesn, 4 ih. íiiíerriücioiiül Reüiiion für
the History of Nauticai Science and Hydrography, Sagres-Lagos 4 th-7 th. july 1983.
Contiene numerosas referencias a trabajos previos y en vías de publicación.
LAMB URSULA. Comunicación Personal.
8 10 Carlos - Alberto Campos
Verlinden en el coloquio Canario - Americano de 1982 85. Esa carto-grafía
especializada, el acceso al cual era restringido o casi nulo, co-rrió
a veces en materia de difusión una suerte a todas luces compara-ble
con la de mapas terrestres como el primero de Suiza, obra de
Conrad Türst en 1497. Así como no supieron de la existencia de
éste, que les concernía directamente y estaba en su propio territorio,
es dudoso que la cartografía especializada, que mostraba a las Cana-rias
con mayor precisión que Behaim, haya sido conocida por los
cosmógrafos alemanes aquí considerados.
Aunque es evidente que tanto estos últimos, como Fernández de
Enciso y los cosmógrafos y cartógrafos directamente asociados a los
descubrimientos eran hombres fuertemente motivados, y en un grado
tal vez enteramente comparable, sus objetivos científicos carecían de
puntos de contacto.
Esta diferencia de objetivos, que con sus prioridades propias im-plica
también una diversidad .de concepciones globales de la materia,
explica en gran parte la diferencia de resultados. Si pese a la impor-tancia
teórica y técnica que Ptolomeo había impartido a las Cana-rias,
y a las informaciones existentes sobre la nueva «realidad» de las
Islas, la imagen de las mismas permaneció inalterada entre los cos-mógrafo~
alemanes al cerrarse la primera mitad del siglo XVI, ello
no puede atribuirse a un tradicionalismo «a outrance)) de su parte.
Aunque justamente apreciado y respetado, Ptolomeo fue criticado, y
la necesidad de revisarlo había sido expresada por Regiomontanus y,
de hecho, entre otras cosas con un nuevo mapa de Alemania, por el
Cardenal Cusanus, con antelación a él (en 1439).
Cronológicamente anterior a la ocupación de ias Cananas, pn-mera
etapa en la empresa de los descubrimientos, la problemática y
las preocupaciones metodológicas de los cosmógrafos alemanes fue-ron
también independientes de esos acontecimientos. Inspirada por
hombres que habían llegado a la geografía por vía de la astronomía y
las matemáticas, una gran parte de la problemática geográfica de los
cosmógrafos alemanes aquí examinados conservó un sello distintiva-mente
cuantitativo y determinó un interés metodológico en la obser-vación,
la verificación empírica y la experimentación que había ca-
85. VERLINDEN, Charles. «Descubrimientos y cartografia: Canarias, Maderas,
Azores, Cabo Verde, Islas de Guinea», V Coloquio de Historia Canario-Americana,
Las Palmas 1982.
Tradicidn y metodo cientifico ... 81 1
racterizado ya a Regiomontanus y a predecesores como Peurbach,
Johannes von Gmuden y Heinnch von Langenstein.
La definición de esos problemas fue lo suficientemente marcada
como para atraer el interés de hombres asociados social y cultural-mente
a los cosmógrafos, pero que estrictamente no lo eran como
Albrecht Dürer, seducido por el método de representación cartográ-fico,
que estudió a fondos6. Fruto de ese interés fueron el mapamun-di
y el mapa celeste que hiciera juntamente con Johanne Stab (o Sta-bius)
y Konrad Heinvogel. El primero de esos mapas refleja la in-fluencia
del globo de Behaim y el mapa celeste, el primero impreso
de este tipo, fue también el primero en representar el grado de bri-llantez
de las estrellas por medio de imágenes graduadas.
Factores locales, notablemente la pobreza de los clásicos frente a
la realidad geográfica y humana de la Alemania en que vivían, confi-rió
también matices a 1a pioblemáii~ad e s ~ cs~s r i l6gid0~.
Al mismo tiempo esa realidad geográfica y humana tal vez la limitó,
si se considera que todo el desarrollo teórico y el trabajo expenmen-tal
para obtener locaciones y distancias precisas, así como los nuevos
métodos de proyección cartográfica eran específicamente terrestres en
su mayoría, reflejo quizás de las demandas y oportunidades de expe-rimentación
que ofrecía el medio ambiente8'. (Es significativo que el
primer tratado que menciona la posibilidad de tomar la latitud en el
mar es el Astrolabij Declaratio de Jacob Kobel (Kobelius) (Heidel-berg,
1462-Oppenheim, 1533), escrito y publicado en 1532, en Ma-gunciaS8,
y reimpreso en Pans en 1 54589, l 55z9O y 1 5859'.
Desde el punto de vista de la etiología de la problemática y del
método científico, no cabe duda que todo ello fue producto del desa-rrollo
interno de la cosmografía alemana. Factores estrictamente ex-ternos
al medio ambiente alemán, como los cambios «objetivos» ha-
86. E ~ R E R ,A !brecht. A!bei-ks DUEÍÜ~N U~embuge~sPisic te: ... I??s:i:x!iv",nt(rn
Geometricam ... Lutetiae, Apud Christianum Wechelum, in via Jawbaea, M.D.XXXI1.
87. CAMPOS. Technology, section 111 a.
88. KOBEL, Jacob. Astrolabii Declaratio ..., Mogütiae, Petrus lordan excudebat,
M.D.XXXI1, Caput Duodecimum.
89. KOBEL, Jacob. Koebelio, Iacobo. Astrolabii Declaratio ..., Parisiis, apud
Ioannem Ludocum ex adverso Collegij Remensis, M.D.XLV, Caput Duodecimum.
90. ~ R E LJa,co h. A.rtrolahii Beclaratio ...; Pansiis, Guliemum Canellas, 1552,
Caput Duodecimum.
91. KOBEL, Jacob. Astrolabii Declaratio ..., Parisiis, Hieronymus de Memef &
viuduam Guillelmi Canellas, 1585, Caput Duodecimum.
812 Carlos- Alberco Campos
bidos en el conocimiento geográfico del «mundo» no tuvieron una
influencia discernible en la evolución de la cosmografía alemana.
Y es precisamente la persistencia del tratamiento tradicional de
las Canarias, que pese a su importancia teórica y técnica se mantu-vieron
al margen de la especulación científica de ese grupo, la prue-ba
más fehaciente del poco interés que esos cambios «objetivos» sus-citaran
en ese sector de la ciencia cosmográfica.
Que la existencia de áreas «innovativas», extraordinariamente
dinámicas, dentro de la cosmografía alemana, no fuesen obstáculo
para el mantenimiento de largas áreas «tradicionales», prácticamente
estáticas, no puede dar lugar a sorpresa alguna. La coexistencia de
ambas demuestra que las «innovaciones» científicas raramente abar-can
la totalidad de una disciplina o necesariamente resultan mutua-mente
exclusivas. Esta coexistencia, como lo afirma Karl Popper, no
sólo es normal, sino tal vez indispensable para la supervivencia de
una disciplina científica.
La persistencia de la imagen tradicional de las Canarias entre los
cosmógrafos alemanes, evidencia clara de que la nueva «realidad» de
las islas no se había registrado entre ellos al nivel perceptual, no im-pidió
que la problemática y la metodología de muchos de ellos exhi-biera
precisamente las características que la histonografía tradicional
atribuye a una transformación epistemológica rápida, resultado de
los cambios «objetivos» que los descubrimientos aportaron al cono-cimiento
del mundo. Ese paralelismo y esa reacción automática fren-te
a acontecimientos externos estuvo lejos de manifestarse aquí; y
mucho más lejos aún de revelarse como condición necesaria para la
existencia de una problemática y una metodología con característi-cas
«modernas».
Es de esperar, que futuros trabajos, algunos ya en curso de ejecu-ción
y la crítica de los mismos, permitirá refinar las conclusiones es-bozadas
aquí. Es de esperar también, que ello permitirá verificar o
falsificar premisas esenciales del método histórico tradicional, y es-clarecer
aspectos fundamentales de la etiología de la problemática y
del método científico, particularmente de las condiciones que tien-den
a favorecer su desarrollo sostenido. Esto tiene una profunda im-portancia
histórica. Al mismo tiempo, dada la relación estrecha en-tre
el desarrollo científico y el desarrollo económico, caro a los pue-blos
ibéricos a que se dedica este congreso, el elucidar la mecánica de
ese proceso podría resultar, tal vez, no exento de sugerencias para el
avenir.