ALGUNAS NOTICIAS SOBRE MOBILIARIO URBANO
DE PRINCIPIOS DE SIGLO EN LAS PALMAS: KIOSCOS
ANOTACIONSEOSB RE EL TEMA
Los grandes temas de la Historia del Arte atraen, frecuentemen-te,
la atención de aficionados y entendidos, dejando a un lado parce-las
consideradas como menores de l a praxis artística. Esta posible
marginación viene dada por lo efímero y banal, en ocasiones, de las
obras que no son del agrado del académico riguroso y virtuosista,
que supedita la creación a las normas de las Bellas Artes.
Es otra la postura que hoy tomamos frente a un tema que pue-de
ser calificado de «novedoso»; etiqueta que podremos mantener
siempre y cuando nos ciñamos al territorio insular canario. No son
muchos los estudios que sobre mobiliario urbano se han realizado a
nivel mundial y, por lo general, los existentes adolecen de la pose-sión
de una guía-patrón que modele todo este tipo de construcción.
Es por ello por lo que dos sistemas habituales de investigación -la
fuente bibliográfica y la observación in situ- quedan paralizados
en nuestro caso. No obstante, ello no es excusa válida donde poda-mos
escudarnos a la hora del desarrollo del trabajo pues, con la
ayuda de la documentación original -licencias de construcción-,
notas' de hemeroteca y anotaciones verbales, hacen posible el estu-dio.
Antes de entrar de pleno en el tema, hemos de dejar bien claro
algunos conceptos y, especialmente, daremos luz sobre el título del
ensayo: Mobiliario Urbano: Es éste un término acuñado por Ignacio
Solá-Morales en una de sus páginas quincenales de Tele/Express y
que luego han compartido otros autores. El arquitecto J. Alemany se
decidió por una definición algo mas ambiguaj que incluía toda una
serie de construcciones que, por su carácter, las llamó «Elementos
ambientales independientes», dando una extensa denominación a to-
506 A. Sebastián Hernández Gutiérrez
dos «...aquellos ambientes cuya forma ha sido decidida en situación
de relativa independencia respecto al sistema ambiental tradicional,
los edificios ... se caracterizan, como consecuencia de ello, por la cir-cunstancia
de haber sido resueltos, en general, por profesionales oca-sionales,
industriales, inventores o comerciantes, pertenecientes a
grupos alejados del que podría llamarse el mundo de la arquitectura
y del diseño. Son buenos ejemplos de ello, entre otros, las barracas
de feria, las churrerías, puestos de mercado, kioskos, los mismos ele-mentos
ciudadanos, fuentes públicas, urinarios, cabinas telefónicas,
etc ... N'. Alemany engloba, así, todo un nuevo modo de construir que
trae consigo unos elementos propios que le son característicos: aleja-miento
del modo tradicional de construir -levantar edificios riguro-samente
reglamentados por los cánones clásicos o proclásicos- y
que sean los mismos profesionales los que establezcan las medidas y
prqmrcimes de sus pestes de ventas.
Nosotros, por nuestro lado, desechamos algunos de estos ele-mentos
ambientales y sólo nos referiremos a un tipo'de los llamados
elementos: el kiosco.
Tomamos el kiosko como puesto de venta ambulante y no como
construcción arquitectónica relacionado con el ocio -kiosco musi-cal
de frecuente instalación en plazas y avenidas- y tan sólo siendo
válida la madera como material de edificación; queda, por tanto, ex-cluido
del presente trabajo el magnífico ejemplar modemista ubica-do
en la Plaza de San Telmo y otras obras coetáneas que aún pemi-ven
en la ciudad.
Junto a estas limitaciones, debemos sumar otras espaciales y
temporales. Así pues, nos referimos a las instalaciones de kioscos en
la zona de Triana y Vegueta, centro comercial e histórico de Las Pal-mas
en los años que están comprendidos entre 1895 y 1920. Justifi-camos
nuestra actitud y razonamos que es en estas fechas cuando el
movimiento eclé.c tico. cobra el mayor número de víctimas en el ar- c-1x-:1-::p1-1-- clagu &amillu, . - - l - - :A- - - -&A- 1-m - -"-m A- --l.:1:--:- ... .L--- IIILIUIUUS C x a u IUS LaSub UG uluuluallu uluauu
que nos atañen.
1. (Cuadernos de Arquitectura y Urbanismo)). Colegio Oficial de Arquitectos de
Baleares-Cataluña. Barcelona, 1972. n . O 87, pág. 132.
Algunas noticias sobre mobiliario urbano ... 507
INTRODUCCIÓN AL COTTAGE: EL KiOSCO
Debemos la existencia de este tipo de construcciones en Europa
-y, por simpatía, en Canarias al gusto orientalizante que invadió el
Viejo Continente en la segunda mitad del siglo XVIII. De hecho, eti-mológicamente,
la palabra viene del vocablo turco «Kyosked»: casa
de recreo o pabellón, consistente en pequeños edificios de origen
egipcio pertenecientes a la época saita, formados a modo de peque-ñas
tribunas «... constituidas por unos intercolumnios antepechados,
en los que se abrían pequeños huecos; estos kioscos tenían una gra-cia
y una elegancia inigualable y se encontraban distribuidos a lo lar-go
del cauce del Nilo, sobre todo en las islitas de éste»'.
La cultura del paisaje o Art of Landscape gestada en ~nglaterra
entre 1750 y 1790, tuvo como principal misión la fundición de di-versas
manifestaciones estéticas -tendencia a lo que más tarde sería
la Obra de Arte Total-, pintura, poesía, arquitectura y jardinería,
dando lugar al pintoresquismo dieciochesco. Tomando en sus últi-mas
consecuencias este pintoresquismo llega el cottage, estilo identi-ficado
plenamente con su país de origen. Aglutina elementos arqui-tectónicos
de clara influencia oriental con las soluciones autóctonas
inglesas. Nace la idea neomedievalista de teóricos tan prestigiosos
como William Morris y John Ruskin, que trabajaron en estrecha co-laboración
con los arquitectos consagrados: Soane, Wood, Nash,
Webb, Pugin ... tomando con relativa prontitud carácter identificati-vo
con la patria británica. El Cottage posee una gran libertad de
construcción siendo su base la arquitectura popular inglesa, que ad-mite
aportaciones a las tierras «pertenecientes al Imperio Británico».
Así, la cultura hindú, japonesa ... suministran elementos plásticos
que enriquecen la villa del burgués inglés. Dentro de esta corriente
de cesión del patrimonio estético de los países orientales, debemos
enmarcar la explotación del kiosco en Gran Bretaña. Inglaterra con-tamina
de jardines orientales, especialmente el chinesco, que plan-tean
ia incorporación cie eiementos arquitectónicos junto a ias vere-das
y recovecos naturales, donde las reglas matemáticas quedan sus-tituidas
por el gusto de lo natural.
-3. ClnTn U T n A 1 cn, 1nnnii;n. n i r f innnr in & t á rminnr nrnr r i tor tAni rnr rnnr . "V. V "'Y' L ' U V "YYYU .a-. Y.CC.V..UI.Y 'C, ll'.l.YI Y,"II.LCC.Y.I.CV"< C Y l l l
tructivos, biográficos y de temologia de los oficios. Instituto Geográfico y Catastral.
Madrid. 1960. pág. 59.
508 A. Sebastián Hernández Gutiérrez
El kiosko fue apreciado por el Cottage y toda una corriente revi-val
azotb a Europa y América. Fue ésta la época donde la edición
del libro-patrón o «patternbooks» tuvo su mayor auge. Libros que
venían plagados de diseños y modelos de pequeños edificios, casas y
construcciones varias (kioscos) que se caracterizan por su composi-ción
irregular, con una ambientación naturalista y una libertad de
expresión desprejuiciada, posibilidades derivadas del hecho de cons-truir
una especie de zona franca, no sometida al mundo académico,
que puede considerarse también como prólogo a la ostentación más
irregular del eclecticismo burgués del siglo XIX3.
COTTAGEEN CANARIAESL. CASO DE GRANC ANARIA
La influencia que el Imperio Británico, en la época victoriana,
ejerció sobre las gentes del pueblo canario, es cosa harto probada por
historiadores de conocida valía. Es el desarrollo económico del Puer-to
de la Luz obra, no sólo del hombre canario, sino que debemos, en
honor a la verdad, barajar apellidos extranjeros cuando menciona-mos
tal adelanto. La llegada del inglés a la ciudad de Las Palmas
coincide -y no por casualidad- al momento de expansión del re-cién
inaugurado Puerto; la instalación del capital, navieras y consig-natario~
d e nombre extranjero dejan traslucir los intereses europeos
en la escala atlántica. Sería, en nuestro caso, un hecho irónico pre-tender
rizar el rizo una vez más, dada la existencia de estudios eco-nómicos
y sociales que desvelan la importancia del asentamiento an-glosajón
en Canarias, más concretamente en determinadas zonas de
Las Palmas de Gran Canaria.
Pero lo que sí nos atañe directamente es la llegada a Las Palmas
de un británico que, por momentos, se nos revela más y más intere-sante.
Se trata del arquitecto escocés James Maclaren4, autor que in-
3. ARGAN, Giulio Carlo: El pasado en el presente. Luciano Patteta «Los revi-vals
en Arquitectura». C. Gili, Barcelona, 1974, pág. 13 1.
4. SERVICE, Alasteir: «James Maclaren and the Godwin Legacp. The Architec-tural
Review. London, 1973. N.O 9 18, pag. 1 1 1.
James Maclaren murió en Octubre de 1890 -a la edad de 47 años- dejando tras
J.. -: ..- l--,.- h:-+..-:-1 ,.., -.., ,+, , ; , : , , , , . , , -h-. ,,, ,:-t , ,,,.,lar A,A;Afi - 1- f - l t ~
UG 31 Uii i P i & U L I I D L U I I P I qUG P U l l l l U J 1 1 U L I C I I C . L C C U I k U C I Z l l l C l l L W Y W p Y i Y I UIViUV u iu .ui-de
un estudio serio que respalde su actuación.
Fue el hombre clave que aceleró conceptos Modemistas para la escuela escocesa,
Algunas noticias sobre mobiliario urbano ... 509
fluyó en el que sería máximo exponente del Liberty Style: Char-les
Rennie Mackintosh.
Maclaren fue traído a Gran Canaria bajo el contrato que firmó
en Londres con The Grand Canary Island Company Limited, por el
cual se comprometía con el Coronel Craf a diseñar y realizar el que
sería Hotel Santa Catalina. El proyecto firmado en el año 1889, fue
llevado a cabo durante los dos años siguientes y, comenzado enero
de 1.890, se inauguró con la pomposidad que el hecho requería. Esta
edificación constituirá la piedra angular de la introducción del Cot-tage
en Gran Canaria. El hotel, construído casi enteramente en ma-dera
va a servir de guía, a nuestro entender, para posteriores edifica-ciones
propiedad de los ingleses, que configuraban la colonia británi-ca.
Dichas construcciones -hoy conservamos muy pocas-se en-contraban
localizadas en zonas residenciales, tranquilas y apartadas
de! mundunu! mide, principu!mente er! Taf rg y rr? !u Vega de Santu
Catalina, lugar que albergó al Hotel Santa Catalina.
El arquitecto Pérez Parrillas da una valoración técnica, del todo
que más tarde tendría como líder indiscutible a Mackintosh. Enlaza el ideal de Mward
Godwin -sobre el diseño de las casas- con las tendencias más progresistas de la ipo-ca
que venían abanderadas por arquitectos como Prior, Newton, Stokes, Voysey y
otros. Tal vez sea esta labor la nota más significativa de su existencia.
Maclaren nació en el año 1843 en el pueblo de Stirling, donde curs(, los estudios
primarios bajo el amparo de su padre, Juez de Paz de una vecina localidad llamada
Middleton (Pertshire). Su introducción a la arquitectura ya fue brillante desde el pnnci-pio
cuando entró a trabajar en el Taller de Campbell Douglas and Stevenson, en Glas-gow.
Estos maestros aportan notas básicas para lo que más tarde-llegaría a ser la obra de
Maclaren, pero fue Stevenson el que más fuerte pegó en el desarrollo de las ideas del jo-ven
James. Así, los conceptos revivals en las edificaciones foráneas y la posterior adapta-ción
al solar británico, son obra del maestro Stevenson. Este dicidió instalarse por sí sólo,
para lo que abandonó Escocia y buscó fortuna en Londres, donde llegó a ser figura desta-cada
de la Escuela Queen Anne. James Maclaren mantuvo siempre con su maestro una
er\.tr!Yfi~h!ree !rciSn qlie h e a inir rcanc!~é ste se tm!& a Londres ya= vnlver a en-contrarlo
y trabajar, ya como colegas, en proyectos comunes.
Después de su llegada a la capital inglesa, su vida está llena de pequeños éxitos
profesionales que comparten una dura enfermedad pulmonar.
Es en la revista inglesa «The Bntish Architect~la que, al final de sus días, nos ha-bla
de su labor en una esquela redactada a su memoria. En 1889 buscó un clima que le
fuera benigno para su salud, llegándose hasta Eugadine, en Suiza, para luego, por reco-mendación
maitu, vizja: a Ca~ariusL, us Pa!ms. Aqi?i r~pe rvi z!!Y qlie pndnamns
considerar su ÚItima creación: el Hotel Santa Catalina.
5. PEREZ PARRILLA, Sergio T.: La Arquitectura de Las Palmas delprimer ter-cio
del siglo XX. Col. Guagua. Las Palmas, 198 1, pág. 23.
510 A. Sebastián Hernandez Gutiérrez
apropiada, sobre el tipo de construcción que estamos abordando.
Se trataba «... sólo de una decoración exterior a un tipo funcional
clásico -la casa patio o la casa palacete- a la que superponía toda
una jerga lingüística, a base de pequeñas cúpulas de bulbo, arcos de
herradura, cenefas de encajes victorianos en modo de cornisas y ca-racteres
neogóticos y aspecto, en general, medievalista».
Se produce, por tanto, junto a los ingleses, la llegada de un estilo
foráneo que no caló en la gran masa, pero que causó e efecto apro-piado
en el burgués capitalino relacionado con las promesas mercan-tiles
ofrecidas por el Puerto de la Luz.
Dm
EL KIOSCO EN LASP ALMADSE GRANC ANARI(A18 95 - 1920) E
o
n
E! aUge riiercaiíiil psm cii euidciicia üii nuevo coñcepto de aia - m
O
tienda». La venta ambulante toma carácter definitorio en varios pai- E
E
ses europeos y tiene lugar el nacimiento del kiosco urbano como for- 2
ma común de establecimiento que vende todo tipo de mercaderías.
Poseemos el ejemplo que da Michel Ragon6 del mobiliario urbano 3
que triunfa en el Segundo Imperio francés. El mobiliario urbano está e- igualmente relacionado con las nuevas tendencias que en los últimos m
E
años del siglo XIX toma el periodismo, pues en un intento de acer- o
camiento popular se requieren locales adecuados para la adquisición 6
de los ejemplares. A la par, el cartel hace buen uso de ese poste cir- n
E
cular donde pueda pegarse el anuncio de tal o cual estrella especta- a
cular. n
Canarias, Las Palmas, participa también de toda esta corriente
europea -aunque, como es constante histórica, con el retraso cro- 3
nológico correspondiente- y la iniciativa privada y pública pro- O
mueve la creación de estos establecimientos. Un ejemplo altamente
significativo de la puesta en contacto de indígenas canarios con idea-les
« ~ h i ~e»s ,la propuesta que presenta en ei año i88ó don Bartoio-mé
Apolinario y Macías para la fabricación de unos urinarios que
deberían ser colocados entre la Alameda de Colón y la de Cairasco.
6. RAGON, Michd: Historia mundial de la Arquitectura y el Urbanismo. Ed
Destino, Barcelona, 1979. pág. 75.
Algunas noticias sobre mobiliario urbano ... 51 1
En el expediente7 que presenta al Ayuntamiento, declara que el
dibujo (plano) (c.. adjunto representa un kiosco copia de los instala-dos
en los paseos públicos de París, con el nombre de Chalet de ne-cessitésw.
Este urinario, no sólo sería un servicio pUblico que su due-ño
brindaba al pueblo, sino que se pretendía obtener beneficios, pues
la ((puerta de entrada de cada uno de los gabinetes se abre automáti-camente,
por medio de un sistema especial, con sólo dejar caer en
una abertura ad hoc una pieza de diez céntimos, la cual abertura
queda cerrada mientras el gabinete esté ocupado)).
Las motivaciones que impulsan tanto a la iniciativa privada
como a la púbica, están claramente marcadas por el éxito mercantil
que, a ojos vista, estos locales ofrecían. Su situación en medio de
plazas o calles concurridas era golosina que reclama a los concesio-narios.
Como dato curioso, y a la vez esclarecedor, poseemos un
A--.&- LCALU que acümpafiv al expedienteo peticionario de don Jaime
Company Escandell (1902), que viene redactado en los siguientes
términos: «... dado el progreso de esta ciudad, donde diariamente
concuren personas extranjeras por la afluencia de pasajeros que
conducen los vapores que hacen escala en este puerto, es un hecho
público que, a imitación de otras poblaciones importantes de Euro-pa,
deban existir kioscos en varios puntos de esta ciudad, donde se
le proporcionen a los viajeros toda clase de comodidades, entre
otras, compra de tabaco, periódicos y otros artículos de manufactu-ra
del país, para evitar, de este modo, los abusos que se vienen co-metiendo
por los intérpretes y guías)). No sólo el extranjero será
cliente del puesto, sino que la especialización de cada kiosco, junto
a la ubicación, reclaman a un determinado tipo de cliente. Los ar-tículos
que normalmente allí se expedían eran: tabaco, helados, re-frescos,
bebidas espirituosas, periódicos, productos confitados, bi-lletes
de lotería ... y sólo tenemos una noticia que se sale de la tóni-
7. Archivo Histórico Provincial (Las Palmas). Obras Públicas. Legajo 12, Exp.
264.
El mismo don Bartolomé Apolinario habla de la figura «octogonal de su planta
de tres metros de diámetro y comprende, a la derecha e izquierda, dos gabinetes de
excusados inodoros, con servicio de iavabos; enire eilos, y ai frente, se encuentra un
pequeño departamento en que el guarda del local puede dedicarse a la venta de li-bros,
periódicos u otros objetos y detris un departamento de urinario público».
8. A.H.P. (LP). Obras Públicas, Legajo 12, Exp. 264.
512 A. Sebastian Hernández Gutikrrez
ca: será el puesto de don Francisco Sosa Hemández, situado en el
andén del Puente López Botas (1908), que estaba dedicado a la
venta de gallinas, pollos y huevos.
Debemos hacer una diferencia a la hora del estudio de las peti-ciones
de kioscos. De un lado estarán las propuestas que la munici-palidad
hace a los ciudadanos, dándoles la oportunidad de estable-cerse
por su propia cuenta, pero sin gasto alguno en la tramitación
de dicho establecimiento, pues unos planos propiedad del Ayunta-miento
son cedidos a los concesionarios con la única premisa, in-cuestionable,
de que deben hacer solamente lo que el referido
proyecto autoriza. De otro lado, están las peticiones privadas, que no
siempre están de acuerdo con los preceptos municipales y que, en m
0"
mas de una ocasión, sólo velaban por los intereses particulares, des- E
preocupándose de las Ordenanzas Municipales que cuidaban del or- o
E&^ r ~mmi t a r h . n-- m
Al primer grupo, es decir, a las propuestas públicas pertenecen O
E
dos interesantes proyectos que a continuación vamos a historiar. E
2
Corría el año de 1898 y el arquitecto municipal don Laureano -E
Arroyo presenta dos modelos de kioscos para la venta de periódicos 3
en las vías públicas de Las Palmas. Ambos proyectos vienen con for- -
mas similares, por lo que podríamos decir que se trata de variaciones -
0
m
sobre el mismo tema, sólo los elementos decorativos diferencian las E
propuestas, pues la estructura base se mantiene intacta. En todo este o
6
proyecto se respira un aire afrancesado. Su presupuesto ascendía a n
934,80 pts., con las que se cubrían la madera de riga, las escamas de -E
a
zinc -para la cubierta-, los cristales de las seis caras y el resto de l
los materiales que lo componían9. n
n
Un segundo caso viene representado por el acontecimiento más
interesante del presente trabajo. Se trata de la regulación y ordena- 3
O
ción, por parte del Ayuntamiento, que intenta poner en orden, ante
la avalancha de peticiones para la instalación de puestos de venta
~rnhlllgntnn iin 1-c lleaa 11 r n m ~ n 7 a er! n r ~ c ~ snigt !~~*. si, e! CQnCe- uiiivuiuiirv yuv iuu iiuau ui -uiii-i---i
jal Sr. Melo, en sesión ordinaria de 21 de febrero de 1902, pide a los
«Sres. Arquitectos titulares estudien y propongan el proyecto corres-pondiente,
los diversos centros y sitios frecuentados en la ciudad en
que pueden, sin perjuicio para la circulación, autorizarse la subasta
9. A.H.P. (LP). Obras Públicas, Legajo 13, Exp. 287.
Algunas noticias sobre mobiliario urbano ... 5 13
pública a las mejores ofertas de instalación de kioscos» lo. Por ello se
reúnen don Fernando Navarro y don Laureano Arroyo y deciden
cinco puntos de la ciudad que consideran idóneos para la instalación
de cinco modelos de kioscos que ellos mismos han diseñado '' :
-Parque de San Telmo, chaflán del ángulo norte.
-Plaza de San Bernardo, el burladero donde está el árbol vol-taico.
-Alameda de Colón, el ángulo nordeste, frente al Gabinete Li-
, terario.
-Plazuela de la Democracia (hoy Hurtado de- Mendoza) el
punto medio de la línea perpendicular a la del pretil del muro
del barranco.
-Plaza de Santa Ana.
Los diseños de los kioscos están firmados individualmente por
sus respectivos autores; los modelos 1 .O y 2.0 por Laureano Arroyo y
el 3.0,4.0 y 5 . O por Fernando Navarro. Sin lugar a dudas, las solucio-nes
más interesantes en este caso concreto, las aporta don Fernando
\iT-u..---.a vaiiu, m-m- -p- - - b;alii-i--c4i- iLc en d moddu que viefie bajo e: número ciii-co.
Este ejemplar se llegó a realizar -cosa que no ocurrió con el
resto y que aún podemos observar algunos ángulos de lo que pudo
ser, en sus buenos tiempos. Nos referimos al par de kioscos que se
colocaron en la Plazoleta de la Democracia y que caían en volado
hacia el barranco de Guiniguada. Llaman poderosamente la aten-ción
el magnífico desarrollo, tanto en la planta como en alzado, de
la conjunción de las líneas rectas con las curvas. Hay una tendencia
-sencilla- a la descripción de un movimiento de zig-zag; así,
cualquier contorno que escojamos para la observación hace que
nuestra mirad.a s. e balancee.
Las rmd:c:ones füc~!ta;;tiias qüe normí;!izaban este noevo tipo
10. No era la primera vez que la Corporación pedía auxilio técnico en asuntos de
ventas ambulantes y podemos tomar como precedente el informe emitido en 1875 por
ei arquiiecto titular, aon José A. Echegarreta, ante una petición firmada por dona Ma.
Dolores Rodriguez.
1 1 . A.H.P. (LP). Obras Públicas, Legajo 14, Exp. 336. «Expediente sobre instala-ción
de kioskos en varios sitios de esta ciudad, mediante concesión temporal otorgada
en subasta pública». Año 1902.
514 A. Sebas~ian Hernandez Gutiérrez
de edificaciónI2 tardaron algún tiempo en ser redactadas, pero al fin,
el día 28 de junio de 1906, estaban listas para ser presentadas ante la
sesión ordinaria correspondiente que diera la oportuna aprobación.
En ellas, no sólo se va a regular la fabricación, sino que hay un apar-tado
especial a la administración y titulación de la misma.
- - ~p
12. A.H.P. (LP). Obras Públicas. Legajo 14, Exp. 336. ((Pliego de condiciones fa-cultativas
a que se habrá de sujetar la construcción de varios kioscos en diversos pun-tos
de la ciudad.
Art. 1 .O: Los kioscos a que se refiere este pliego se construirán conforme a los modelos
señalados con los números 1,2, 3,4 y 5, siendo de cuenta de los concesionarios todos
los gastos que ocasione la ejecución de los mismos, con arreglo a los detalles o instruc-ciones
que para su desarrollo solicitarán, respectivamente, del Arquitecto autor del
proyecto.
Art. 2.": Se empleará en la construcción de los kioscos madera de riga, que esté com-pletamente
seca, limpia de albura o sámago y de los nudos saltadizos, así como de
todo otro defecto que tienda a disminuir la duración de la obra o que le de mal aspec-to.
Art. 3.": A pesar de los que se dice en el artículo anterior, podrán ejecutarse de madera
de pinsapo los estantes, venas para cristales y adornos que, por su índole especial, con-venga
sean hechos de madera menos fibrosa y más elástica que la riga para dicha clase
de trabajos.
Art. 4.O: Las dimensiones de los kioscos se ajustarán a las que se representan y acotan
en los modelos respectivos, debiéndose todos los enlaces y ensambles, así como las
molduras y demás detalles de labra, con la debida perfección para que, dentro del di-bujo
que cada modelo representa, resulte la obra del mejor aspecto posible.
Art. 5.": La parte interior de los kioscos en que se ha de formar la estanteria puede ser
ejecutada dentro de las dimensiones que el modelo reclame, conforme a las necesida-des
o destino que haya de tener el kiosco, pudiendo, por tanto, hacerse los aparadores
cerrados con hojas de cristales o quedar abiertos por su frente.
Art. 6.": Las puertas o cierres de los huecos de los kioscos se harán de cortinas de pa-lastro
ondulado o de red de alambre de hierro galvanizado, las cuales se arrollarán por
la parte superior, debiendo tener, sea una u otra la clase adoptada, un funcionamiento
perfecto.
Art. 7.0: En ios modeios en que no sea püsibie por su traza 1a eülocaciün de las puertas
metálicas, se harán éstas de tableros, que se retirarán diariamente, colocándolos dentro
del kiosco y nunca en la vía pública.
Art. 8.": En el caso que la persona que obtenga la construcción de un kiosco convenga
hacer, dentro del emplazamiento del mismo, un foso o cueva de 2 metros de altura,
siempre que el terreno lo permita, podrá ejecutarlo, debiendo estar hecho con fabrica
de ladrillo, enlucido interiormente con mortero de cemento hidráulico, para evitar hu-medades.
Art. 9.0: El piso de los kioscos se formará sobre un hormigón hidráulico, revestido in-teriormente
con un encintado de cantería formando un resalto de 0,17 metros sobre la
rasante del terreno y sobre este forjado, en el que se apoyará la obra de carpintería, se
colocará un pavimento de baldosín de cemento hidráulico de buena calidad.
Algunas noticias sobre mobiliario urbano ... 515
Como botón de muestra esta la petición formal que realiza don
Eufemiano Fuentes Cabrera, el día 27 de septiembre de 1906, aco-giéndose
a la publicación de la subata que editó el Boletín Oficial
de la Provincia (6 de agosto), por petición del Ayuntamiento granca-nario.
Art. 10.": Las cubiertas de los kioscos se ejecutarán segun corresponda al modelo res-pectivo,
de piezas o escamas de barro cocido, esmaltadas de colores de pizarra, de plo-mo,
zinc o cualquier otro material que, a la par de buen aspecto y la ligereza que se re-quiera,
sea de buena calidad y duración y se hallen perfectamente colocados para evi-tar
las goteras.
Art. 1 1 .O: Las canales para recoger las aguas se ejecutarán de plomo y se las dari salida
por caños convenientemente colocados para que no perjudiquen el buen aspecto del
kiosco, colocándose, donde sea posible, bajantes ya exteriores, ya interiores, que He-guen
hasta el piso y viertan al barranco.
Art. 12.": El sitio asignado a cada modelo será el siguiente: * Los modelos numero 1 y
2, pueden ejecutarse en el Parque San Telmo, Plaza de San Bernardo, fuera del empla-zamiento
del arco voltáico y calle Obispo Codina, frente a la Catedral.
* El modelo número 3 puede ejecutarse en el Parque San Telmo y en el extremo NE
de la Alameda de Colón.
* El modelo número 4 se ejecutará en los extremos SE y SO de la Alameda de
Colón y el modelo número 5 se colocará en el muro de la Plazuela, volandolo en su
parte sobre el barranco. Este modelo puede simplificarse ya por razón de su coste, ya
por la capacidad del mismo, ejecutando solamente la parte central, de suerte que re-sulte
la planta cuadrada con dos metros de lado y cuatro chaflanes en los ángulos. En
tal forma puede colocarse el modelo ya sobre la misma muralla del barranco o en
cualquier otro sitio en que se puedan construir los restantes modelos
Art. 13.0: Ya sea el modelo numerc! 5 completo, o ya el cuerpo central el que adopte
para cada uno de los tres kioscos que corresponden a la Plazuela antes de proceder a la
colocación, deberán examinarse las condiciones de resistencia que ofrezca el muro de
contención en los sitios elegidos y, caso de que se crea que carece de la seguridad debi-da,
habrá de rehacerse con mortero de cal, arena y cemento, para formar los compor-tamientos
de las vigas de hierro y tornapuntas que la suspensión en voladizo exige
para los expresados kioscos.
Al mismo tiempo, se construirá un prisma de hormigón hidráulico debajo del piso
de la Plazuela, para afirmar en cada una de las cuatro vigas de hierro que servirán para
formar ia piataforma que ha se sustentar la construcción. También ¡as vigas y toma-puntas
que forman la palomilla que sostiene la parte saliente del kiosco se revestirán
exteriormente de una capa de hormigón hidráulico armado con varillas de hierro en la
que se moldeará la forma decorativa que hayan de tener las expresadas tomapuntas.
Art. 1 4 . O : Todos los kioscos se pintarán interior y exteriormente con tres manos de
pintura al óleo, después de haber cubierto los nudos y empastado todas las superficies
para corregir las pequeñas desigualdades que son naturales en una obra de madera.
La pintura exterior se ejecutará combinando coiores y haciendo resaltar con ciiversos
tonos dentro de éstos, las molduras, chaflanes y demás adornos, todo ello conforme con
las instrucciones que, al efecto, reciba del Arquitecto que sea Director del mismo.
5 16 A. Sebastian Hernandez Gutikrrez
En lo referente a la iniciativa privada, tenemos interesantes noti-cias
de la tipología empleada en el momento de la construcción.
Existen una serie de kioscos que tienden hacia el estilo neogótico, in-fluidos
por las oleadas revivals europeas. Pertenecen al mencionado
estilo los diseños presentados por don Pedro Carvajal y Rodríguez
(en 1896) don Fernando Cabrera y Rodríguez (1901) y don Jaime
Company Escandell(l902).
Otras tendencias estéticas menos sofisticadas, pero más en con-sonancia
con los tiempos que corrían y las modas centroeuropeas -
existe una identificación plena con la marquetería que adorna toda
la arquitectura doméstica tirolesa- muy a lo Cottage. Aquí la fili-grana
de la madera, la libertad de la geometrización a que están so-metidos
todos los materiales y el ritmo que poseen, acapara la aten-ción
del espectador que deja para segundos análisis la contemplación
«desorganizada» de las estructuras de la obra. Con estas característi-cas
juegan los proyectos presentados por don Pedro Carvajal y Ro-dríguez
(1896), don Domingo Valido y Barrera (1896), don Rafael
Juan Roca (1 896) y don Agustín Viera González (1 90 1 ).
En cuanto a aspectos formales debemos destacar varios ejemplos
que se salen de la ((norma general)), siendo no sólo por ello, del inte-rés
en el presente estudio, sino que en posteriores ensayos, podrían
ser de mucha ayuda para desatar los lazos del eclecticismo en Cana-rias.
Atienden estos kioscos, más que nada, a motivaciones grandilo-cuentes,
donde la fantasía de sus diseñadores tiene rienda suelta y se
manifiesta con clara tendencia a un primerizo arte «kitch». Cumple
con lo dicho los proyectos que exponía en 1912 don Germán de
León y Castillo, en un trabajo firmado por don Fernando Navarro de
un kiosco que debería ser colocado en la Alameda de Colón, cuya
influencia mudejarista -incluidas las inscripciones arábicas- da-ban
mucho de sí. En la misma línea estaban las pretensiones de don
Manuel Jorge Garcia (1 9 18) que quería levantar un pequeño palace-te
medieval, pero de proporciones reducidas. Su traza nos recuerda
mucho ai tipo de edificio burgués que sirve de acotación en la zona
denominada ciudad-jardín, que hoy ha quedado como característica
local. Este es, hasta la fecha, el único ejemplar que posee fachada
principal y torreón mirador; su estructura en dos pisos y su planta en
forma de «L» no cumplen con lo exigido en la normativa de lo que
debe ser un kiosco, ya que, debido a su ubicación exenta desconoce
conceptos tan relacionados con el edificio- habitat como el pórtico.
Existen en el campo de la iniciativa privada varios casos que son
Algunas noticias sobre mobiliario urbano ... 517
interesantes, pero sólo podremos tratar uno en profundidad atendien-do
a razones sentimentales, ya que muchos de nuestros mayores aún
conservan caliente el recuerdo de su existencia. Se trata de los kioscos
situados en el Puente de Palastro, o Puente de López Botas. Un acla-rador
expediente13 del año 1896, presentado por el comerciante gran-canario
Rafael Juan Roca, pidiendo licencia para fabricar unos kios-cos
junto al ensanche del Puente, corriendo por cuenta y riesgo suyo
toda la obra. El Ayuntamiento aprobó el proyecto en sesión ordinaria,
a lo que respondió el Sr. Roca con una nueva petición (8 de octubre)
para que se le permitieran nuevas construcciones en el lugar antes se-ñalado.
De todo ello se hace eco la prensa l4 al mismo tiempo que nos
da a entender la existencia de otros kioscos con esa misma localiza-ción
15. Estos kioscos tomaron forma con el tiempo y fueron frecuentes
las reparaciones y reformas, dado el excesivo uso a que estaban some-tidos.
En 1916, concretamente, se realizaron obras de reparación Ile-vadas
a cabo por el carpintero local que los había levantado años
atrás, don Ildefonso Pérez Guerra, según indicaciones dadas por el Ar-quitecto
municipal, don Laureano Arroyo.
Llegado el momento de finalizar el presente trabajo, hemos de
hacer una anotación que está relacionada con la fabricación de unos
kioscos, que en principio podían quedar fuera de las coordenadas es-tablecidas
pero ante la importancia de ellos, hemos decidido intro-ducirlos.
Este caso lo protagoniza el súbdito alemán Mr. Blottnitz, con
una serie de peticiones a la municipalidad, pidiendo autorización
para colocar kioscos en los alrededores del Hotel Santa Catalina. Es-tos
fueron traídos de Alemania, donde habian servido de estand para
la Exposición de Berlín. Allí fueron adquiridos por el militar germa-no
y traídos a Gran Canaria. El diseño, la forma, no difiere mucho
de los anteriores ejemplos y no es por ello por lo que más nos intere-sa,
sino que su importancia está relacionada con la mano especiali-zada
que ensambló la obra. Así lo entendemos cuando el tal Blott-nitz
escribe una segunda petición rogando a la Corporación Munici-
13. A.H.P. (LP). Obras Públicas, Legajo 13, Exp. 287.
14. «Diano de Las Palmas», Las Palmas, n.O 2280 (29. Octubre. 1896).
i 5. En efecto, el A.K.P. CPj, eri su kgajo l i, Cnp. síii, posee üiia nota manüs-cnta
que así lo refleja, exactamente dice: «Kiosco del Puente (1895) en poder de don
Ant. Arencibia 12- 12 -942)).
518 A. Sebastian Hernández Gutiérrez
pal se decida aprobar su proyecto c.. con lo que evitaría grandes
perjuicios, porque los carpinteros venidos de Alemania han de estar
con los brazos cruzados ... »'!. ia obra fue por fin aprobada el 26 de
Diciembre de 1907 y levantada bajo la supervisión de don Laureano
Arroyo, quien no intervino directamente en la invención de estos
seis kioscos.
Este hecho de no participar en la creación de las obras no tiene
nada de particular, pues en muchas ocasiones los titulares de los
proyectos sólo prestaban la firma a diseños salidos de otras manos no
amparadas por la legalidad.
Tanto el Sr. Arroyo como su colega más allegado, don Fernando
Navarro, poseían en estas fechas un volumen de trabajo que eran in-capaces
de atender; al tiempo, el capricho de los propietarios de las
obras hacía que no todas sus realizaciones estuvieran de acuerdo con
su modo de actuar estético. Igualmente, su capacidad creativa no era
un vaior innato, sino que, junto a ios estudios académicos, hay que
sumar los progresos propios y las aportaciones cedidas por mentes
brillantes, noticias revolucionarias y publicaciones periódicas Ilega-das
a sus manos. Queremos, en este sentido, hacer constar un texto
que hemos hallado manuscrito de propia mano del Sr. Arroyo, que
en el año 189 1 tuvo que presentar un presupuesto para un kiosko
musical que quería erigir un grupo de vecinos de Las Palmas. El mis-mo
decía: {{Presupuesto de un kiosko para música, según la Revista
del Carpintero y el Ebanista»17.
Con ello cerramos este ensayo que sólo ha pretendido crear una
vinculación fundamentada entre el quehacer artístico canario y las
tendencias más progresistas de la Europa de principios del siglo XX.
16. A.H.P. (LP). Obras Públicas, Legajo 15, Exp. s/n.
17. A.H.P. (LP). Obras Públicas, Legajo 1 1 , Exp. 229.
Algunas noticias sobre mobiliario urbano ...
1 . Plaza Santa Ana-Calle Obispo Codina
2. Puente López Botas-Plaza del Mercado
3. Plazoleta de la Democracia
4. Alameda de Colón
5. Plaza Cairasco
6. Plaza de San Bernardo
7. Plaza de San Telmo
TRIANA
LOCALIZACI~ND E KIOSCOS EN LAS PALMAS
Plano y iotografia histórica de un kiosco de reducidas dimensiones, destinado a la ven-ta
de periódicos, que fue ubicado en diferentes puntos de la ciudad de Las Palmas. Su
autor fue el Arquitecto Mpal. Laureano Arroyo, (1898).