mdC
|
pequeño (250x250 max)
mediano (500x500 max)
grande
Extra Large
grande ( > 500x500)
Alta resolución
|
|
547 TEJERA: UN CANARIO QUE DEJÓ SU HUELLA EN CIENFUEGOS Victoria María Sueiro Rodríguez PRELIMINARES Las historias de vida cotidiana de los inmigrantes canarios en Cuba merece atención, por cuanto recrean en muchos casos la suerte, y en otros, las difíciles situaciones por las que atravesaron en la Isla. El acontecer diario del inmigrante en su mundo laboral y sociocultural son elementos de primer orden para rescatar del tiempo y del olvido a estos hombres que se adaptaron a un nuevo medio, lo tomaron como su segunda patria, y se sintieron mitad españoles mitad cubanos, por el arraigo que tuvieron por esta tierra sin olvidarse de su terruño natal. El estudio de las migraciones ibéricas deviene objeto importante, si se tiene en cuenta la necesidad de rescatar la vida y obra de la gran cantidad de intelectuales, artistas y escritores, que se han visto forzados a salir de sus respectivas regiones y buscar refugio en otras partes del mundo por disímiles causas. Tal fue el caso del escritor que nos ocupa, que por razones económicas primero, y políticas después, vivió casi toda su vida en Cuba, y específicamente en Cienfuegos, ciudad ubicada en el centro-sur de la Isla. Esbozar el fenómeno migratorio en sus diversas facetas y vertientes, y dar vida a lo que ha quedado en la historia: los sufrimientos del inmigrante, sus anhelos, sus vicisitudes, trabajos, reuniones, tradiciones, espacios de sociabilidad y costumbres, entre otros aspectos, son los elementos que se han tenido en cuenta para estudiar la personalidad y obra del tinerfeño Saturnino Tejera García (Tenerife, 1900-Cienfuegos, 1956). Toda tarea de investigación en el decursar del tiempo y el laboreo de búsqueda y fichaje, encuentra escollos que son difíciles de cruzar; esto es, en ocasiones quedan huecos y lagunas que son imposibles de cubrir por la ausencia de datos en algunos casos, y en otros, por la pérdida del rastro de lo que se investiga. En nuestro caso particular, han atentado contra esta situación ambas razones; además de otras, que están dadas por la lejanía donde se encuentran algunas fuentes y el difícil acceso a ellas. No obstante, creemos representativo el material con que se ha trabajado, puesto que hemos podido conformar e ir anudando la cadena de hechos y acontecimientos que reflejan la vida de Saturnino Tejera, tanto en Canarias como en Cienfuegos. Esta comunicación forma parte de otro trabajo mayor que sobre la vida de este inmigrante he venido realizando durante algún tiempo, incluida una recopilación de su obra en prosa y verso, así como la bibliografía pasiva dispersa en publicaciones © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 XV Coloquio de Historia Canario-Americana 548 cienfuegueras durante las dos etapas de su vida que estuvo en esta ciudad: la emigración y el exilio. El trabajo que se presenta ha quedado estructurado en cuatro partes: - La emigración hasta 1933. - El regreso a Canarias en 1933. La Guerra civil. - El exilio (1945-1956). - Vesperal. LA EMIGRACIÓN HASTA 1933 Saturnino Tejera García nació en La Laguna, Santa Cruz de Tenerife, el 22 de noviembre de 1900.1 Hijo de Antonio y Buenaventura. En su natal Tenerife vivió los primeros años de su vida, fue monaguillo, pero la difícil situación por la que atravesaba su familia lo hizo emigrar en busca de trabajo y fortuna, cuando todavía era adolescente. Llegó a Cuba y todo parece indicar que se estableció inicialmente en el poblado de Yaguajay, al norte de la antigua provincia de Las Villas, pues algunos trabajos de crítica remitidos por él a Canarias están fechados en 1917. Ya en 1923 se encuentra en Cienfuegos vinculado a las labores agrícolas como obrero azucarero. Hacia 1928 vemos aparecer su firma en el periódico La Correspondencia como periodista no profesional, era tipógrafo y atendía los linotipos. De estos años datan algunos trabajos suyos de crítica literaria, poemas, notas breves y narraciones cortas. Junto a la huella histórica de tanta letra que pasó por su máquina, puede encontrarse también la marca propia de su existir; los versos del poeta. Su deseo de hacer literatura lo llevó a ocupar el cargo de responsable de la página “De la vida literaria”, sección semanal dominical que comenzó a ver la luz a partir del 8 de julio de 1928; también tuvo en su haber las secciones fijas tituladas “Comentarios” y “Facetas”. Entre sus colaboraciones de estos años figuran los poemas: “Este viejo mendigo”, “Cofre de sándalo”, “Noche galante”, “Viernes santo en la aldea”, “El lobo”, y otros; además de algunas crónicas como las tituladas: “Ventanas”, “Nuestro señor el mendigo”, “La mujer que pudiera ser princesa”, “La cantinela de la falda corta”, “Dos Cristos”, “Una Estela... Un amor”, “ Ante un enigma”, “Carnaval”, “Apostillas”, y su cuento “ La muñeca nueva”. En el 1929, hizo la disertación en el Roof Garden del Hotel San Carlos para hacer su entrada al Ateneo de Cienfuegos, con el trabajo titulado La Poesía. En ese mismo año tuvo una sección fija en La Correspondencia denominada “Pequeños Comentarios”, que firmaba con el seudónimo de TINERFE, donde diariamente publicaba una crónica, entre las que merecen ser citadas: “Páginas doctrinales”, “A lo que da derecho la amistad”, “Del momento político”, “La cultura y la vida”. Por estos años ya había conformado su familia cubana. Contrajo matrimonio con Zoila Montejo Robledo del cual tuvo dos hijos: Nivaria2 y Tinerfe. © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Tejera: un canario que dejó su huella en Cienfuegos 549 Los inicios de Saturnino en el mundo de la Fraternidad hay que buscarlos en la Logia AJEF (Asociación de Jóvenes Esperanza de la Fraternidad). Allí se inició a mediados de los años veinte. Esta asociación era algo así como el primer paso antes de pasar a ser miembro de una logia donde se estudiaban algunos postulados teóricos de la fraternidad. Perteneció a los rosacruces y a los bahais; pero su entrada a la masonería ocurrió el 11 de diciembre de 1929, a la Logia Fernandina de Jagua, y ya el 8 de mayo de 1930 había recibido el segundo grado; el 24 de marzo de 1930 se inició en La Orden Oddfelows “Caballeros de la Luz”. A partir de entonces, consagró su vida a la masonería local y “donde más alto enarboló su penacho”.3 Conoció y amó profundamente la vida y obra martianas y el 19 de mayo de 1930 dictó una conferencia sobre José Martí en Fernandina de Jagua, lo hacía como cálido tributo de admiración y respeto a la memoria del Apóstol.4 Perteneció al Liceo Canario y figuró entre sus directivos y al Nuevo Centro Canario de Las Villas, fundado en 1930. En junio de 1930 se produjo la segunda visita de Federico García Lorca a esta ciudad,5 y Tejera publicó una crónica titulada “La Tangibilidad de los Ídolos”, en la cual realiza una crítica desfavorable al poeta gitano, lo que suscitó comentarios y fuertes respuestas por parte de la intelectualidad cienfueguera. Cito a Tejera: Más interesante aún que García Lorca y su obra resulta en el actual mundo literario de Cienfuegos, la algarabía de críticos, critiquillos y comentaristas que se ha movido en torno a la última conferencia del literato de vanguardia que nos ha visitado, maestro indiscutible de toda una juventud intelectual española (...) vamos a resumir lo que ha pasado ¿que un buen día se aparece el poeta gitano y nos dispara una melopea sobre Góngora que nos dejó boquiabiertos, al señalarnos una crítica nueva, algo parecida a la que ya habíamos encontrado impresa por otros autores del poeta de las “Soledades”(...) el caso aquí se limita a Lorca y al público cienfueguero, aquel se empeña en hacerse comprender (...) surgen (...) los comentaristas –y aquí entro yo– Lorca escribe en Lorca como Lorca. El público no lo ha entendido o no se haya preparado para entenderlo(...).6 No es menos cierto que lo que Lorca exponía era muy novedoso para el momento literario de Cienfuegos, y era difícil de comprenderlo, pero la crítica realizada por Tejera fue demasiado aguda y punzante, no solo para Lorca sino para las instituciones que patrocinaban estas conferencias: el Ateneo y la Filial de la Institución Hispanocubana de Cultura. Por ello, el caricaturista Rafael Pérez Morales le contestó: “En su iracundo escrito nos golpea, nos muerde y nos araña de una manera cruel. Se convierte usted en un toro furioso; que arremete enloquecido (...) no tiene usted motivo para injuriar torpemente a quienes no le han ofendido. Y menos aún a los que, como yo, siempre lo han considerado como un formidable periodista y un inspirado poeta”.7 Con motivo de la visita en noviembre de 1930, del cónsul de España, el Licenciado Francisco Campos Aravaca, Tejera fue uno de los más entusiastas organizadores del homenaje por parte del Liceo Canario y de la Hispanocubana en esta ciudad de la que © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 XV Coloquio de Historia Canario-Americana 550 era miembro y activo colaborador. Las palabras centrales del acto corrieron a su cargo, donde expresó: Yo quiero explicar, –único objeto de estas cuartillas–, el por qué de este testimonio de gratitud y afecto, que tan cariñosa acogida ha tenido, no solamente entre las más destacadas figuras de la colonia española, sino también de la sociedad cienfueguera (…). Cuando la iniciativa fue lanzada por un grupo de miembros de la colonia canaria, deseosos de exteriorizar de alguna forma al Lcdo. F. Campos Aravaca, las simpatías que su obra benéfica y altruista, contribuyendo en todo momento a facilitar la repatriación de numerosos elementos que se hallaban en el mayor desamparo, y a veces, hasta remediando sus necesidades más íntimas de su peculio particular, aparte de la admiración producida entre los mismos desde la tribuna del Ateneo de Cienfuegos y la de la Hispanocubana de Cultura se pensó que tal testimonio consistiese en una comida íntima, en la que un grupo destacado de personas participase y compartiese familiarmente unos momentos de grata expansión espiritual (...) La iniciativa, pues, de aquel grupo, llevada al seno de la Directiva del Casino Español, fue convertida en símbolo superior. En esta obra de comprensión y de compenetración, con sana levadura hispana, siempre habéis puesto vuestros mejores deseos y entusiasmos seguros de que, conocernos es ya comenzar a amarnos; y compenetrándonos nosotros por nuestra parte con los hombres representativos de nuestra nación –representativos, no solo por el título, sino por su mentalidad y por sus hechos–, es buscar un acomodo digno en la entraña misma de la patria española. 8 A pesar de que Saturnino se había imbricado en el entramado social cienfueguero y era querido y admirado en esta ciudad, su lejana tierra le hacia subir las musas. Así, en 1931, escribió las décimas que titulo Tenerife:9 No cesa de fluir el mar que besa el fuego desnudo, latente el beso, lo anudo a mi pecho para andar. regreso siempre a tu hogar, a tu abrazo más despierto, y el mundo se me hace cierto cuando emerge en esa chispa, la voluntad de tu alpizpa, como oráculo de un puerto. Los rescoles de mi tierra en mi seguirán viviendo, eternamente creciendo porque es tu amor quien lo encierra. toda mi vida se aferra a tu vigilia y tu aroma y en tu resurgir se asoma la flor del rojo más pleno, y de tuneras voy lleno conversando nuestro idioma. © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Tejera: un canario que dejó su huella en Cienfuegos 551 La nostalgia que sentía por su terruño unido a la crítica situación que presentaba Cuba en esos años, y los avatares de la vida devolvieron a Tejera a sus playas en 1933, donde continuó su labor periodística. En este, como en la mayoría de los casos se pone de manifiesto que: “El regreso del emigrante sería la culminación del proceso migratorio objetivo que la mayor parte de las veces no se cumple, casi siempre la emigración se convierte en definitiva, sin conseguir el éxito que se anhelaba antes de partir”.10 EL REGRESO A CANARIAS EN 1933. LA GUERRA CIVIL El regreso de Tejera a Canarias se produjo en 1933. Como a tantos otros emigrados españoles “La realidad encontrada en Cuba chocaba con los sueños de todos los jóvenes que veían en América la tierra de jauja, donde el trabajo sería mucho más liviano que el dejado atrás y donde pronto la fortuna les sonreiría.11 La situación cada día se hacía más crítica en Cuba y se agudizaba la crisis económica y política. Llegó a Tenerife con su familia y se reintegró a las labores del periodismo vinculado a Hoy (Diario Republicano de Tenerife), La Prensa, La Tarde, donde publicaba noticias del acontecer cubano. En este sentido resulta de singular importancia el artículo aparecido en Hoy, fechado en agosto de 1933, entonces reflexionaba con profundo sentir: Cuando escribimos estas líneas, las informaciones que se reciben de Cuba nos dicen que aquel país ha entrado de nuevo por los cauces de la normalidad, cosa que nos ha producido una satisfacción íntima, pues las desdichas del pueblo cubano ejercen en nosotros honda tristeza, del mismo modo que regocijo sus venturas. En las horas inciertas que han transcurrido en estos últimos días, nuestros votos han sido de súplica –de súplica apasionada–, porque aquella sociedad saliera de la gran crisis política que sufría.12 De la misma manera expresaba: No sabemos qué saldrá en definitiva de lo que ocurre en la República hermana. Barcos de guerra fondean, amenazadores, en la bahía de La Habana. Lo que no hicieron en momentos de angustias, cuando el peso de una dictadura con todas las agravantes del asesinato y del crimen, aplastaba al pueblo cubano, lo hacen ahora, cuando la tiranía fue (sic) desecha por la revolución triunfante. Deseamos vivamente que la suerte sea propicia a aquel bello país. Lo deseamos como si se tratara de nuestra propia tierra.13 Así amaba Tejera a Cuba, y a Cienfuegos, especialmente, que lo acogió como a un hijo y donde había dejado a amigos, camaradas y parientes cercanos de su familia cubana. Se vinculó a los círculos artísticos y literarios de Tenerife, conoció a la intelectualidad tinerfeña del momento, intimó con Luis Álvarez Cruz y con el poeta Pedro García Cabrera, militante de izquierda del PSOE. Los tiempos difíciles por los que atravesaba su terruño producto de la crisis económica mundial, obligaron a Saturnino a viajar a la parte continental de España en © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 XV Coloquio de Historia Canario-Americana 552 busca de mejores horizontes de trabajo; y cuando ya había obtenido alguna mejoría en sus propósitos se produjo la sublevación franquista de 1936 en contra de la República. Las referencias encontradas refieren su estancia en Madrid. Militó en el PSOE y fue dirigente político. En Madrid lo sorprendió la guerra y por republicano y su militancia de izquierda sufrió cárcel y campos de concentración. Fue también procesado en el Tribunal Supremo de Represión de la Masonería de Madrid por defender los ideales y postulados de la misma. La realidad vivida por Nivaria, su hija pequeña que sufrió y sintió de cerca la guerra y los difíciles días por los que atravesó su padre encarcelado, encontraron luego reflejo artístico en las páginas de su novela El Barranco, dedicada en la primera edición cubana a su padre “Hasta mi padre en su muerte, en nombre suyo a todos los españoles, raza de humillados,14 y le anteceden unas palabras suyas: Ay, la tierra de mi corazón donde tú estás para siempre subterráneo para siempre inmóvil en paz ya. Citamos un fragmento de El Barranco: Desde el suelo escuché que los traían de Los Rodeos. Me levanté para alcanzar de nuevo algún camión. (Allí debía estar papá). Me pude colgar de una rejilla. Los llevaban atados, sí, escondidos debajo de enormes paquetes, envueltos en sacos como reses. La sangre rodaba alrededor. Algunos sacos estaban totalmente teñidos de rojo. Era imposible reconocerlos así. Yo miraba a todos con impaciencia. Me parecía que de pronto su cabeza iba a asomar. “Estás ahí?”, grité. (Tal vez se resistieron a entrar en el camión de ese modo y los molieron a palos). Un morocho me guindó por el vestido la punta del fusil. “Vamos, vamos, espanta, tú, golfa, periguera” y me pateó hasta hacerme caer de nuevo. Pero ahora no quise levantarme y desde allí los miré alejarse. (Bestias, bestias). “Bestias”, grité llorando “.15 En 1945, cuando Tejera decidió abandonar para siempre su terruño como exiliado político traía parabienes y saludos para Francisco Cañellas, un cienfueguero que había sido cónsul de Cuba en Tenerife durante 1921 y 1922, de aquellos viejos camaradas de los círculos y tertulias del Ateneo, dice Saturnino: “Han pasado muchos años. Sin embargo, al partir de Tenerife a Cuba nuevamente, amigos queridos: Leoncio Rodríguez, fundador y director del principal periódico de Canarias, “Carlos Cruz”, José Manuel Guimerá, escritores; Bonnin, pintor, y otros muchos intelectuales, me hablaron en los mismos o parecidos términos: -Si ves a Cañellas, dale un abrazo de mi parte (...)”.16 A partir de su llegada su patria sería Cienfuegos, la ciudad cubana que le acogió en su seno como emigrado, la ciudad de su familia, y a ella se entregó en cuerpo y alma para toda su vida. © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Tejera: un canario que dejó su huella en Cienfuegos 553 EL EXILIO (1945-1956) En marzo de 1945 ya Saturnino se encuentra nuevamente en Cienfuegos, y el 10 de abril de ese año, se anunciaba la llegada de los esposos Tejera-Montejo, cuya residencia fijarían en la calle de Arguelles, 121. En esta ocasión llegaba no en busca de fortuna, sino buscaba refugio para dar paz a su vida que durante años sufrió los vejámenes de las prisiones y los campos de concentración. Esta vez el diario El Comercio le abrió sus puertas y Tejera volvía a su noble oficio de fundir ideas en barritas de plomo, y le quedó tiempo para hacer periodismo y poesía. Su ocupación fundamental era mecánica de Linotipo, y le llamaban “el médico de las locas”17 en alusión a una película de igual nombre, y la locas eran precisamente los linotipos. Su vida fue la imprenta. Además de su trabajo en El Comercio tenía una contrata en La Correspondencia. Lincoln George quien fuera colega de Saturnino en la redacción del citado diario refiere una anécdota contada por éste a su llegada: Allí pasó cerca de tres años de trabajos y privaciones, hasta que puesto de acuerdo con otro cautivo planearon y lograron escapar, pues la prisión estaba asentada en una elevada altura que la serpenteaba un río, que lograron cruzar a nado y después continuar caminando por varios días hasta llegar a la frontera francesa, donde tras interrogativas y limitaciones pudieron permanecer allí un tiempo. Llegado el momento oportuno luego de varias gestiones, él pudo tomar un barco con destino a Cuba. Su compañero de prisión quedó allá por otras exigencias de tramitación. La esposa con sus dos hijos por otras vías pudo embarcar hacia Cuba después.18 De su entrada al periódico El Comercio refería: (...) en la vida del periodista o del escritor hay jornadas de dificultad que se alargan hasta la desesperación. Este es el caso de muchos. Por eso no puedo presentarme a los lectores con las palabras de ritual, porque no las se escribir; ni quiero que me presente nadie. En el suceder de los días ya se me conocerá. Os habla un hombre que se obstina en llevar consigo, a lo largo de todas las rutas, un poco de niñez, de adolescencia, de poesía, y una brizna de picardía, acaso no más que la que le enseñó la vida. George lo conoció a profundidad, aunque refiere no haber sido su amigo íntimo, debido a que Tejera era muy parco para sus asuntos personales, pero tuvo que acercarse a él por varias razones: en primer lugar, fue Tejera quien lo enseñó a trabajar en el linotipo, y al morir Saturnino él pudo sustituirlo, y porque la vida de la fraternidad los unió en un mismo ideal. Otro colega de la redacción de El Comercio lo recuerda como “un hombre de carácter fuerte pero afable, introvertido, eso sí, exigente para recibir los trabajos y por sus gestiones la administración tuvo que comprar para cada linotipista un litro de leche diario, y reservar vacaciones anuales en la playa; pero nunca le oyó hablar de la guerra”.20 © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 XV Coloquio de Historia Canario-Americana 554 En diciembre de 1945 trasladó su residencia para la calle de San Fernando, 72, donde vivió hasta los días finales de su vida. Allí montó su pequeña imprenta con un linotipo viejo que él compró al diario El Comercio, de noche y los domingos realizaba trabajos de modelajes y tarjetas para las industrias de Cienfuegos. Perteneció al Sindicato de Artes Gráficas de Cienfuegos y sus anexos de la jurisdicción, y aunque tenía experiencia anterior como orientador sindical, no quiso figurar nunca como directivo. Su excusa la fundamentaba “en que conocido como simpatizador del movimiento social comunista, y como en aquella época prevalecía la imposición mujalista, no era oportuna su presencia como dirigente. No obstante, se ofreció como orientador sindical en cualquier causa que se debatiera, y en cuestión se le pedía opiniones en los asuntos en que la organización se viera enfrascada”.21 Su obra literaria y periodística es extensa y variada. Dentro de su obra en prosa de estos años destacan las que resaltan sus ideales republicanos: En recuerdo de Manuel Azaña, ¡Catorce de abril! 1931, 14 de abril de España, Un hombre de suerte (dedicada a Franco), 14 de abril; las que ponen de manifiesto la entrañable nostalgia por su patria y sus Islas Canarias, y las que abordan la figura de José Martí, entre ellas: Martí en Canarias y La voz de la sangre en Martí; así como también crónicas artísticas, históricas y literarias entre las que deben citarse: “Amanecer y ocaso”, “La responsabilidad histórica”, “La obra artística de Hilda Bembibre”, “Carlos Era: El caballero del arte”, “Misión histórica y poética del Ateneo”, “Caracol: eslabón entre dos épocas”, “Signo: Revista de Arte”; y otras, donde refiere el tema de la guerra: “Justicia de guerra”, “El archivo nazi”, “El pájaro herido”, “El dolor de Europa”, etc. En esta etapa se reintegró a las actividades del Ateneo al cual había pertenecido durante su etapa de emigrado, y al Círculo de Amigos de la Cultura, como también frecuentó las distintas organizaciones fraternales en las que ofrecía discursos y conferencias. En el Oasis Teosófico Martiano disertó en varias oportunidades sobre José Martí y en las fechas de celebración del Día del Idioma, como el del año 1955, donde Saturnino dio lectura a unas emotivas cuartillas, haciendo un somero recorrido por la historia española de fines del siglo XIX, enfocando seguidamente la labor inmensa de dos genios de la literatura española: Lope de Vega y Cervantes.22 Participó y ganó varios concursos periodísticos. En 1948 obtuvo el premio del Concurso Literario del Sindicato Unión de Empleados del Comercio de Cienfuegos con su trabajo El movimiento obrero en España y en 1951 el del Ateneo sobre Antonio Bachiller y Morales, leído por su autor el día 7 de junio, “DÍA DEL LIBRO CUBANO” en los salones de aquella institución. Desde Cienfuegos mantuvo contactos con antiguos amigos y escritores canarios como Pedro García y Luis Álvarez Cruz. De este último publicó una crónica que tituló “Versos que llegan de lejos” y comentó: De lejos nos llega un libro de versos “Rincón de provincia” es su título. Autor Luis Alvarez Cruz, un querido amigo y compañero del cronista. Compañero en las letras y compañeros de vicisitudes. Alvarez Cruz es un poeta “isleño”. Gran sonetista, que en las Islas Afortunadas (Canarias) tiene su residencia, pero su nombre, sus versos, su numen magnífico de poeta Atlántico han traspasado ya la sonoridad isleña para adentrarse en los ámbitos literarios de España y © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Tejera: un canario que dejó su huella en Cienfuegos 555 América (...) Sonetos. Sonetos perfectos llenan el libro. Inspiración, elevada inspiración los ha construido maravillosamente. Por ello Manuel Verdugo, el maestro, su maestro –el mejor sonetista de España en la hora actual– lo prologa también con un soneto impecable. Su sucesor, Luis Alvarez Cruz, ha hecho lo demás(...).23 En carta fechada el 5 de mayo de 1952 Pedro García le escribe a Tejera: Querido amigo: Me produjo una gratísima sorpresa tu carta, que llegó con retraso de meses y cuando ya estaba casi con un pie en el barco que habría de conducirme a Sevilla, de paso para Madrid, a donde tuve que ir a operarme una pierna, concretamente la rodilla derecha, como consecuencia de una vieja herida sufrida durante la guerra española. De regreso, con la pierna bien, voy a darte noticias... Después de verse mi causa en Granada me trajeron aquí, donde tenía otra pendiente. Quedé libre en mayo de 1945 (...) He escrito mucho. Tengo inéditas unas 6 obras de poesía y sigo siempre trabajando en terno a ese eje donde da vuelta mi vida. Te enviaré mi único libro publicado desde el 36 (...) En los periódicos locales sólo de muy tarde en tarde publico alguna cosa poética y sistemáticamente me niego a tomar parte en actos literarios (…) Este año pasado ha sido de gran movimiento literario. Hay algunas figuras nuevas de bastante interés, en período de formación aún, aunque les falta clima propicio para entregarse de lleno a la aventura poética .24 Luego Tejera le cuenta en una carta sobre el libro Luz de Lágrimas, de su hija Nivaria, que posteriormente Clavijo Torres le hizo llegar. Pedro García le escribe a ella el 2 de junio de 1952 diciéndole: Ya su padre me había anunciado sus noticias. Suponían fueran algo protocolario (...) Me interesa usted por lo que es (...) Me unió siempre un gran afecto por nuestro Saturnino. Teníamos similar concepto de lo político-social. Apreciaba en él finas calidades humanas. Nos distanciaban concepciones del arte. Pero nuestras particularidades no eran agresivas. Sosteníamos la armonía de los colores del arco iris. La luz blanca de la amistad nos unificaba.25 Asimismo, en carta del 21 de abril de 1953 Pedro García le expresa a Saturnino sus opiniones sobre el libro de su hija: Es un libro excelente, de una potencialidad pocas veces igualadas. Comprendo que esa poesía no entra en los gustos en que te has formado. Y por eso, espontáneamente, te escribo para decirte que esa poesía es una verdadera revelación en el marco del quehacer poético actual (...) Tiene la talla de una Storni (...) Comprendo que te duela alguna parte del libro. No le des más importancia que a otra cualquiera del mismo. El poema es así y no de otra manera. Puedes estar contento de tu hija: su poesía me hace ser más amigo tuyo todavía (...).26 Entusiasta promotor cultural, perteneció a cuantos comités a favor del bienestar de Cienfuegos pudieron existir. Integró el claustro de la Escuela de Periodismo Florencio R. Velis y estuvo al frente de la Cátedra de Tipografía y Linotipo, a partir de enero de 1953, fecha en que fue fundada la citada institución. © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 XV Coloquio de Historia Canario-Americana 556 Su labor como conferencista en los círculos sociales y literarios de Cienfuegos fue encomiable. De su conferencia titulada “El soneto en los poetas castellanos contemporáneos”, ofrecida desde la tribuna del Grupo Ariel y en el Ateneo, una crónica destacaba la repercusión de las mismas para el auditorio: “Fue (sic) una gran jornada de arte y el poeta Tejera alcanzó uno de sus mejores triunfos en su larga carrera literaria; en realidad su trabajo minucioso y amenísimo resultó de extraordinario interés y quedará como uno de los mejores pronunciamientos culturales que hemos realizado en Cienfuegos.27 Luchó incansablemente por la masonería local, a la que dio todo su aliento y esfuerzo y donde su ejecutoria fue más intensa hasta su muerte. No sólo en Cienfuegos, sino en las diferentes logias de la jurisdicción, y otros lugares de Cuba dejó su vasta cultura. Tuvo en su haber la sección “Fraternales” en la que diariamente reflejaba el acontecer de la fraternidad en esta ciudad, donde reseñaba actos masónicos, lo acontecido en las tenidas blancas, biografías de maestros de la Fraternidad Universal y Local, conferencias sobre escritores y literatos masones como Rubén Darío, el padre del Modernismo latinoamericano. Todos sus trabajos en esta etapa aparecen firmados bajo el seudónimo de SATURNO; también divulgó los postulados de la masonería a través del programa radial la HORA FRATERNAL DOMINICAL, que eficazmente inauguró y llevó a cabo durante el año 1949. En ocasión de otorgársele el grado de Maestro Masón, el hermano Ricardo Peña de Armas destacaba sus dotes y cualidades: De este grupo se destaca, por sus conocimientos teosóficos, el culto compañero, hombre modesto, pero cultísimo, que sabe ya de los sufrimientos de las persecuciones a la Masonería en tierras del dictador español (...) Como hombre de principios y masón (...) este noble hermano logró escapar con vida de aquel infierno de persecuciones y llegar hasta nuestras playas, donde él sabe que se le estima y quiere. Aquí enseguida comenzó su labor de reconstrucción espiritual y material, en esta propia ciudad (...) Hombre de elevados principios morales y profundamente fraternal el querido hermano Tejera se vinculó estrechamente a todos los círculos de superación espiritual, y su labor se ha distinguido, y nos ha servido y sirve para encaminar e inspirar nuestros pasos por los senderos de la coordinación de nuestros valores fraternales (...) En el periodismo local (...) mantiene una sección diaria con el título de Fraternales que es un himno vivo a nuestras preocupaciones y un nexo de unidad más perfecta y sincera de todas las fraternidades .28 En varias oportunidades resultó electo Orador Adjunto, cargo que desempeñó eficazmente, y por este nombramiento participaba constantemente en actos de toma de posesión de diferentes logias de hombres y mujeres; en una ocasión expresó en la Asociación Fraternal Hijas de Acacia 32 lo siguiente: “Quisiéramos ver armonizados los sentimientos fraternales del hombre y de la mujer, porque pensamos siempre que cuando el alma pone visión de amor en las cosas, empezamos por encontrar en las dispares recíprocas resonancias, como si unas cosas fecundaran a las otras, como si cada una reflejara a las restantes”.29 © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Tejera: un canario que dejó su huella en Cienfuegos 557 Recibió constantes homenajes y condecoraciones de las logias de Cienfuegos, Palmira y Cumanayagua por su elocuente discurso y su labor fraternal. Pero su mayor ejecutoria y desvelo fue fundar, en 1953, la tercera Logia Masónica de Cienfuegos “Federico Capdevila”, junto a otros hermanos masones; desempeñó el cargo en varias directivas de Primer Vigilante; fue además, Diputado y el representante por esta logia ante la Gran Logia de Cuba en La Habana. Durante mucho tiempo se mantuvo alejado del Oddfelismo y pide su reingreso en 1955 en Jagua No 21 de la IOOF; en las palabras que pronunció por tal motivo expresó: “(...) Los oddfelows no podemos ser nunca simples espectadores, como en el teatro de ficción. Por eso he querido entrar en la vida activa del oddfelismo, para ser actor de mayor o menor categoría, pero intérprete al fin, de la magna obra, de nuestra obra, de la obra de todos”.30 A finales de 1955 ya se encontraba enfermo, y la nostalgia y los recuerdos lo consumían y le hacían traer a su mente sus años de emigrado cuando hacían tertulias en los viejos cafés cienfuegueros. En su trabajo “La tarde de domingo” así lo expresa: La tarde de domingo me ha conducido a escribir en un café. Un café modernizado. Me gustaba más cuando tenía mesas de mármol y rincones semiobscuros y sirvientes sin uniforme y colador cónico (...) Entonces podíamos encontrarnos frecuentemente a Hilarión, Soto, Rumbaut, López Dorticós, Alfonso Camín, etc., haciendo tertulia literaria y consumición espirituosa, cuando a alguno de ellos le molestaba en el bolsillo el milagro de un peso en plata. En estos cafés de ahora se pierde la línea que separa la vida de la literatura, rebajando la alegría y la tristeza por las cosas literarias. Diríamos mejor, anulándolas.31 El día 17 de noviembre de 1956 a las 4 de la tarde, llegaba el fin de su vida tras larga y penosa enfermedad; padecía de cáncer de pulmón y su muerte se certificó por colapso funcional del corazón; estaba recluido en el Sanatorio de la Colonia Española. Sus restos fueron sepultados en la sección Y-16, del Lote No 98, del Panteón de la Logia Jagua No 21, y el 17 de noviembre de 1959 fueron exhumados y aún permanecen guardados en el mismo panteón de la citada logia, en la misma sección, Lote 21. Su muerte conmovió a la sociedad cienfueguera y los periódicos publicaron sentidas crónicas por su fallecimiento. Una crónica expresaba: “Había salido expatriado de su lejana tierra, y tenía ese pálido reflejo del hogar allende los mares. Quiso con sinceridad rayana en lo idealista, a la tierra cubana que le acogió en su seno. Quizás Cienfuegos tenga con él la deuda de un amor constante y efusivo, tanto a la ciudad que revivió de un poco de felicidad sus postreros años, como por lo mucho que él quiso a la Perla del Sur”.32 Otra crónica de la redacción del diario La Correspondencia expresaba: Fue Tejera un eterno enamorado de las letras, a las que consagró constante dedicación, haciéndose de una extensa cultura, que llevó siempre con una extrema modestia. Espíritu sensible, fue siempre leal a su vocación, a sus grandes amores: su patria, su familia, su trabajo, despertando la admiración y el © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 XV Coloquio de Historia Canario-Americana 558 respeto de cuantos le conocieron. De prosa atildada y de natural inspiración, como escritor y como poeta llevó siempre a los demás su inquebrantable sentido de solidaridad humana, del amor y de los más bellos ideales (...) Colaboró con entusiasmo en todas las tareas por elevar el nivel cultural de la ciudad y estuvo presente en toda labor de caridad y cooperación humanas (...) Los que trabajamos junto a él aprendimos a quererlo y admirarlo por su invariable espíritu de camaradería, por su discreción y su caballerosidad, por su fervoroso amor al género humano. Las páginas de los periódicos locales, como aquellos de La Habana y España en que él colaborara, han recogido a través de los años sus palpitaciones, sus afanes y desvelos por hacer llegar a los demás sus nobles y exaltados sueños de poeta.33 Los poetas locales también se inspiraron ante la muerte de Tejera. Segundo Serrano Fernández le dedicó un poema titulado “In memoriam” (A Saturnino Tejera García) y Luis F. Gallardo lo tituló “A Saturnino Tejera” que reproducimos a continuación: “A Saturnino Tejera” Si muero, Dejad el balcón abierto García Lorca. A él también manos amigas, dejadle el balcón abierto, para que sus ojos fijos sigan podando su pecho. Sus jardines de ternura que le aromaban el aliento, y le prendía en los labios una azucena riendo. Para que puedan sus manos acariciar su desvelo. Para que sueñe dormido lo que ya soñó despierto, desenhebrando distancias con agujas de silencio. A él también manos amigas, dejadle el balcón abierto. En el primer aniversario de su muerte se le dedicó el programa “Versos a las seis” que se trasmitía los domingos, y en carta enviada por Jorge Peña, productor de Programas de Radio Popular de Cienfuegos se lo hacía saber al Director de El Comercio: “se ha acordado dedicar el próximo domingo 24 (de noviembre) a rendir homenaje de admiración y respeto, a ese gran periodista y poeta cienfueguero Saturnino Tejera, mediante una audición extraordinaria”.34 © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Tejera: un canario que dejó su huella en Cienfuegos 559 También en esta ocasión se publicó el poema “Primer aniversario”, de Florentino Morales donde expresó: Aún flamea a los vientos la bandera que izó para nosotros tu amistad... aún el eco de tu voz sincera es una enredadera abrazada al recuerdo fraternal... Juan Ferrán por su parte, le dedica un soneto titulado “A SATURNO”, que en sus primeras estrofas dice así: Poeta fecundo, amigo gentil; escritor sincero, orador airoso; en ti se compendiaban el saber ansioso y el verso melódico, castizo, sutil. Nunca tu criterio, pudo acatar servil el mandato altivo, falso, imperioso; Por valer de verdad no eras vanidoso, Había en tu palabra como un afán febril. VESPERAL Su único libro de versos Vesperal al que le corrigió las pruebas de plana días antes de su muerte, vio la luz postmortem, en marzo de 1957. La publicación estuvo a cargo de la sección de Literatura del Ateneo de Cienfuegos, presidida por Florentino Morales Hernández, quien expresó en las palabras que le escribiera en el reverso de la portada: (...) su espíritu vivió siempre enamorado de la poesía, en la que no llegaron a cuajar plenamente, por urgencias materiales inmediatas, los sueños y visiones que siempre lo acompañaron, lo mismo en las horas de alegría que en las de dolor. Muchas veces nos dio que su máxima aspiración era alcanzar a través de su hija Nivaria, que era como una prolongación de su vida, la plenitud a que había aspirado inútilmente. La selección y revisión de los poemas contenidos en este libro, que terminó precisamente la víspera de su muerte (...) endulzó seguramente el dolor de sus últimos días en la tierra. Muchas veces contemplamos cómo la lectura de una imagen o un giro que le complacía borraba con una leve sonrisa el amargo rictus que la cruel enfermedad había tallado en sus labios... Tejera será siempre recordado con cariño de hermano por quienes tuvimos el privilegio de acercarnos al tierno reducto de su intimidad, asistiendo al maravilloso espectáculo de un puro corazón de poeta sempiterno y de un cerebro siempre en tensión, como un arco, hacia todos los vientos del espíritu.35 Vesperal fue su último adiós. En el título del libro está implícito el contenido del mismo. Libro de canto llano que contiene el de vísperas,36 y ya Saturnino estaba en la víspera de su muerte, de ahí el título que lleva su libro. La dedicatoria es todo un poema en sí: “Con perdón de Nivaria, mi hija, me doy esta escapada por la puerta lírica antes © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 XV Coloquio de Historia Canario-Americana 560 que se ponga el sol, para dejarle siquiera unas raíces verdes del árbol que quiso ser y no fue”. Para valorar la profundidad de su obra citemos unos versos de su poema “Los zapatos nuevos” contenido en este libro: Por los caminos viejos voy buscando las piedras de la infancia, pero no las encuentro...(...) Cincuenta años es más que media vida para un corazón que se cansó prematuramente, de tanto caminar sobre las piedras, de tanto resbalar por las prisiones de los políticos rencores, de tanta humillación de las espuelas de tanta ingratitud de camaradas; de tanta razonada sinrazón ... En el libro dejó sus sueños de poeta, sus anhelos y sus sentimientos, como se aprecia en estos versos de su poema “Volutas de humo”: El mundo es de los que caminan: rapsodista o buhonero, peregrino o emigrante, misionero o trovador... La vida es de los que andan: la estrella y el caminante; el poeta y el mendigo hacen pequeña la tierra; con los pies, con carabelas, con ruedas, ideas, alas.... y también con voluntades. Por más que Saturnino nació y vivió en dos islas rodeadas de mar, y haya tenido que cruzar el mar hacia la emigración y el exilio, no encontramos, sin embargo, referencias marcadas en su libro del motivo marinero. De los once poemas que lo integran sólo hace alusión al mar o a la flora y fauna marinas en cuatro de ellos: “Abismales”, “Volutas del humo”, “Barquitos de papel”, y “Sol”. En el libro no aparece el mar como identidad de todos o de la gran mayoría de los escritores y poetas canarios.37 En “Abismales” recrea la fauna: los peces, los pulpos y las sirenas adornan el poema. En “Volutas de humo” el mar aparece como experiencia vivida: “Ya el mar ha sido explorado; el mar, el cielo y el alma...”; sin embargo, en “Barquitos de papel” logra captar la realidad del ambiente marino: la orilla serena del mar, la arena parda, la espuma, el fondo del mar, los caracoles, la brisa, las conchas submarinas, los corales rojos, los peces, las algas, el paisaje submarino y las olas; todo ello matizado con el deseo de volver a nacer, ser niño, jugar con los barquitos, “para esperar la aurora y comenzar la vida”. Cierra el libro el poema “Sol”, en él, el ambiente está desolado: la arena es caliente, el mar está seco, el viento petrificó las espumas y él, le implora © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Tejera: un canario que dejó su huella en Cienfuegos 561 Padre Sol...; y sin embargo tú eres un dios y la vida; lo eres todo y soy tu hijo; soy tu luz y tu calor; por ti es noche y el día... Y porque tú maduraste La manzana del pecado Original de mi ser, Yo enciendo en mi corazón La luz de mi pensamiento, Para alumbrarme las sombras En las horas de tu ausencia... Era ya el ocaso de una vida que se apagaba para siempre, se ocultó el sol radiante para el tinerfeño Saturnino Tejera García. Este es nuestro modesto homenaje para Tejera con quien Cienfuegos tiene una deuda que saldar, quien tanto aportó a la literatura, al periodismo y la fraternidad locales, por el bienestar sociocultural de la ciudad y a la que le entregó los mejores años de su vida que ha quedado reflejada y olvidada en el linotipo ardiente del recuerdo. © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 XV Coloquio de Historia Canario-Americana 562 NOTAS 1 Algunas fuentes indican la fecha de nacimiento el 1 de noviembre, se toma el 22 porque aparece con mayor frecuencia en los documentos. 2 Nivaria nació en Cienfuegos, el 30 de septiembre de 1929. Muy pequeña fue llevada por sus padres a Tenerife donde vivió toda su infancia. 3 GEORGE, Lincoln. Saturnino Tejera García. Datos extraídos de los archivos de las logias de Cienfuegos. 4 Véase La Correspondencia, 20 de mayo de 1930, página 12. 5 La primera visita fue en el mes de abril de ese mismo año. 6 Obra citada. La Correspondencia, “Pequeños Comentarios”, 10 de Junio de 1930, p. 12. 7 Véase La Correspondencia (Cienfuegos), 12 de Junio de 1930, p. 1 8 La correspondencia (Cienfuegos), 25 de noviembre de 1930, p. 5. 9 Décimas enviadas por Tejera a Florentino Morales en 1941, estaban fechadas en 1931, este a su vez se la entregó a Mariano Ferrer para su trabajo sobre La décima en Cienfuegos, y Ferrer me las facilitó para esta investigación. 10 SANTANA PEREZ Juan Manuel y SANCHEZ SUAREZ, José Antonio. Emigración por reclutamiento. Canarios en Luisiana. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Servicio de Publicaciones, Colección Monografias, Serie Humanidades, N° 2, p.16. 11 NARANJO OROVIO, Consuelo. “Memoria de los trabajos y los días. Historias de la emigración a Cuba”. Anuario TEBETO IX. Archivo Histórico Insular de Fuerteventura, 1995, pp. 92-93. 12 TEJERA, S. Un libro abierto: Cuba. Actualidad y enseñanza de una revolución. Ob. Cit. 17 de agosto de 1933, p. 1. 13 Ídem. 14 TEJERA MONTEJO, Nivaria. El Barranco. Santa Clara, Universidad Central de Las Villas, Departamento de Relaciones Culturales, /Impresiones Ucar, García, S.AI, 1959. 15 TEJERA MONTEJO, Nivaria. El Barranco. Islas Canarias, Viceconserjería de cultura y deportes, 1989, p. 138. (Biblioteca Básica Canaria, 52). 16 TEJERA, Saturnino. Carta-crónica a Francisco Cañellas. El Comercio 2 de octubre de 1945, p.5. 17 GEORGE, Lincoln. Entrevista concedida el 24 de octubre del 2000 a la edad de 82 años. 18 GEORGE, Lincoln. Saturnino Tejera García evadido de prisión. Anécdota. Material facilitado por su autor. 19 SATURNO (Seud.). Cuartillas sinceras. El Comercio (Cienfuegos), Sección Pequeños Comentarios, 12 de septiembre de 1945, p. 5. 20 MORALES, Ignacio Adauto. Entrevista concedida el 2 de septiembre del 2002. 21 GEORGE, Lincoln. Entrevista concedida el 24 de octubre del 2000 © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Tejera: un canario que dejó su huella en Cienfuegos 563 22 Véase “Se conmemoró solemnemente el Día del Idioma en el Oasis Teosófico Martiano. El Comercio 3 de mayo de 1955, p. 'Y2. En aquella ocasión el acto fue pospuesto para el día Iro de mato. 23 TEJERA, Saturnino. “Acuse de recibo. Versos que llegan de lejos”. El Comercio, 2 de abril de 1946, p. 6. 24 Documento atesorado en la Sala de Fondos Raros y Valiosos de la Biblioteca Provincial de Cienfuegos, que fuera enviado por Jacinto R. Ramírez Sánchez desde Tenerife. 25 Idem. 26 Idem. El poema del que se habla en la carta se titula “Me visita tu ausencia”. 27 Véase “Saturnino Tejera pronunció una amena charla literaria”. El Comercio, 22 de diciembre de 1953, p. 3 28 SATURNO (Seud.). “Fraternales”. El Comercio, 29 de octubre de 1948, p. 3. 29 SATURNO (Seud.). “Fraternales”. El Comercio, 22 de marzo de 1950, p. 3. 30 SATURNO (Seud.). “Fraternales”. El Comercio. 18 de julio de 1955, p. 8. 31 TEJERA, Saturnino. Op. cit. El Comercio, 26 de diciembre de 1955, p. 6. 32 FERRÁN, Juan. El deceso de Saturnino Tejera. El Comercio (Cienfuegos), 23 de noviembre de 1956, p. 6. 33 La Correspondencia (Cienfuegos), 19 de noviembre de 1956, p. 1. 34 Véase “Cartas al Director. Homenaje a Tejera”. El Comercio, 21 de noviembre de 1957, p. 8. 35 MORALES, Florentino. Nota-Prólogo al libro Vesperal, de Saturnino Tejera. 2. Cienfuegos, Ateneo de Cienfuegos, marzo de 1957. 36 Según se define en el Diccionario Manual de la Lengua Española, la víspera es el día que antecede inmediatamente a otro determinado 37 Véase al respecto el artículo publicado por LEON BARRETO, Luis. “El mar en la poesía de Tomás Morales y Pedro García Cabrera”. Revista de Filología, Universidad de La Laguna, No. 6 y 7, 1987/1988, pp. 227-238. © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
Click tabs to swap between content that is broken into logical sections.
Calificación | |
Título y subtítulo | Tejera: un canario que dejó su huella en Cienfuegos |
Autor principal | Sueiro Rodríguez, Victoria María |
Publicación fuente | XV Coloquio de historia canario - americano |
Numeración | Coloquio 15 |
Sección | Historia Social |
Tipo de documento | Congreso y conferencia |
Lugar de publicación | Las Palmas de Gran Canaria |
Editorial | Cabildo Insular de Gran Canaria |
Fecha | 2002 |
Páginas | P. 0547-0563 |
Materias | Congresos ; Historia ; Canarias ; América |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 306935 Bytes |
Texto | 547 TEJERA: UN CANARIO QUE DEJÓ SU HUELLA EN CIENFUEGOS Victoria María Sueiro Rodríguez PRELIMINARES Las historias de vida cotidiana de los inmigrantes canarios en Cuba merece atención, por cuanto recrean en muchos casos la suerte, y en otros, las difíciles situaciones por las que atravesaron en la Isla. El acontecer diario del inmigrante en su mundo laboral y sociocultural son elementos de primer orden para rescatar del tiempo y del olvido a estos hombres que se adaptaron a un nuevo medio, lo tomaron como su segunda patria, y se sintieron mitad españoles mitad cubanos, por el arraigo que tuvieron por esta tierra sin olvidarse de su terruño natal. El estudio de las migraciones ibéricas deviene objeto importante, si se tiene en cuenta la necesidad de rescatar la vida y obra de la gran cantidad de intelectuales, artistas y escritores, que se han visto forzados a salir de sus respectivas regiones y buscar refugio en otras partes del mundo por disímiles causas. Tal fue el caso del escritor que nos ocupa, que por razones económicas primero, y políticas después, vivió casi toda su vida en Cuba, y específicamente en Cienfuegos, ciudad ubicada en el centro-sur de la Isla. Esbozar el fenómeno migratorio en sus diversas facetas y vertientes, y dar vida a lo que ha quedado en la historia: los sufrimientos del inmigrante, sus anhelos, sus vicisitudes, trabajos, reuniones, tradiciones, espacios de sociabilidad y costumbres, entre otros aspectos, son los elementos que se han tenido en cuenta para estudiar la personalidad y obra del tinerfeño Saturnino Tejera García (Tenerife, 1900-Cienfuegos, 1956). Toda tarea de investigación en el decursar del tiempo y el laboreo de búsqueda y fichaje, encuentra escollos que son difíciles de cruzar; esto es, en ocasiones quedan huecos y lagunas que son imposibles de cubrir por la ausencia de datos en algunos casos, y en otros, por la pérdida del rastro de lo que se investiga. En nuestro caso particular, han atentado contra esta situación ambas razones; además de otras, que están dadas por la lejanía donde se encuentran algunas fuentes y el difícil acceso a ellas. No obstante, creemos representativo el material con que se ha trabajado, puesto que hemos podido conformar e ir anudando la cadena de hechos y acontecimientos que reflejan la vida de Saturnino Tejera, tanto en Canarias como en Cienfuegos. Esta comunicación forma parte de otro trabajo mayor que sobre la vida de este inmigrante he venido realizando durante algún tiempo, incluida una recopilación de su obra en prosa y verso, así como la bibliografía pasiva dispersa en publicaciones © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 XV Coloquio de Historia Canario-Americana 548 cienfuegueras durante las dos etapas de su vida que estuvo en esta ciudad: la emigración y el exilio. El trabajo que se presenta ha quedado estructurado en cuatro partes: - La emigración hasta 1933. - El regreso a Canarias en 1933. La Guerra civil. - El exilio (1945-1956). - Vesperal. LA EMIGRACIÓN HASTA 1933 Saturnino Tejera García nació en La Laguna, Santa Cruz de Tenerife, el 22 de noviembre de 1900.1 Hijo de Antonio y Buenaventura. En su natal Tenerife vivió los primeros años de su vida, fue monaguillo, pero la difícil situación por la que atravesaba su familia lo hizo emigrar en busca de trabajo y fortuna, cuando todavía era adolescente. Llegó a Cuba y todo parece indicar que se estableció inicialmente en el poblado de Yaguajay, al norte de la antigua provincia de Las Villas, pues algunos trabajos de crítica remitidos por él a Canarias están fechados en 1917. Ya en 1923 se encuentra en Cienfuegos vinculado a las labores agrícolas como obrero azucarero. Hacia 1928 vemos aparecer su firma en el periódico La Correspondencia como periodista no profesional, era tipógrafo y atendía los linotipos. De estos años datan algunos trabajos suyos de crítica literaria, poemas, notas breves y narraciones cortas. Junto a la huella histórica de tanta letra que pasó por su máquina, puede encontrarse también la marca propia de su existir; los versos del poeta. Su deseo de hacer literatura lo llevó a ocupar el cargo de responsable de la página “De la vida literaria”, sección semanal dominical que comenzó a ver la luz a partir del 8 de julio de 1928; también tuvo en su haber las secciones fijas tituladas “Comentarios” y “Facetas”. Entre sus colaboraciones de estos años figuran los poemas: “Este viejo mendigo”, “Cofre de sándalo”, “Noche galante”, “Viernes santo en la aldea”, “El lobo”, y otros; además de algunas crónicas como las tituladas: “Ventanas”, “Nuestro señor el mendigo”, “La mujer que pudiera ser princesa”, “La cantinela de la falda corta”, “Dos Cristos”, “Una Estela... Un amor”, “ Ante un enigma”, “Carnaval”, “Apostillas”, y su cuento “ La muñeca nueva”. En el 1929, hizo la disertación en el Roof Garden del Hotel San Carlos para hacer su entrada al Ateneo de Cienfuegos, con el trabajo titulado La Poesía. En ese mismo año tuvo una sección fija en La Correspondencia denominada “Pequeños Comentarios”, que firmaba con el seudónimo de TINERFE, donde diariamente publicaba una crónica, entre las que merecen ser citadas: “Páginas doctrinales”, “A lo que da derecho la amistad”, “Del momento político”, “La cultura y la vida”. Por estos años ya había conformado su familia cubana. Contrajo matrimonio con Zoila Montejo Robledo del cual tuvo dos hijos: Nivaria2 y Tinerfe. © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Tejera: un canario que dejó su huella en Cienfuegos 549 Los inicios de Saturnino en el mundo de la Fraternidad hay que buscarlos en la Logia AJEF (Asociación de Jóvenes Esperanza de la Fraternidad). Allí se inició a mediados de los años veinte. Esta asociación era algo así como el primer paso antes de pasar a ser miembro de una logia donde se estudiaban algunos postulados teóricos de la fraternidad. Perteneció a los rosacruces y a los bahais; pero su entrada a la masonería ocurrió el 11 de diciembre de 1929, a la Logia Fernandina de Jagua, y ya el 8 de mayo de 1930 había recibido el segundo grado; el 24 de marzo de 1930 se inició en La Orden Oddfelows “Caballeros de la Luz”. A partir de entonces, consagró su vida a la masonería local y “donde más alto enarboló su penacho”.3 Conoció y amó profundamente la vida y obra martianas y el 19 de mayo de 1930 dictó una conferencia sobre José Martí en Fernandina de Jagua, lo hacía como cálido tributo de admiración y respeto a la memoria del Apóstol.4 Perteneció al Liceo Canario y figuró entre sus directivos y al Nuevo Centro Canario de Las Villas, fundado en 1930. En junio de 1930 se produjo la segunda visita de Federico García Lorca a esta ciudad,5 y Tejera publicó una crónica titulada “La Tangibilidad de los Ídolos”, en la cual realiza una crítica desfavorable al poeta gitano, lo que suscitó comentarios y fuertes respuestas por parte de la intelectualidad cienfueguera. Cito a Tejera: Más interesante aún que García Lorca y su obra resulta en el actual mundo literario de Cienfuegos, la algarabía de críticos, critiquillos y comentaristas que se ha movido en torno a la última conferencia del literato de vanguardia que nos ha visitado, maestro indiscutible de toda una juventud intelectual española (...) vamos a resumir lo que ha pasado ¿que un buen día se aparece el poeta gitano y nos dispara una melopea sobre Góngora que nos dejó boquiabiertos, al señalarnos una crítica nueva, algo parecida a la que ya habíamos encontrado impresa por otros autores del poeta de las “Soledades”(...) el caso aquí se limita a Lorca y al público cienfueguero, aquel se empeña en hacerse comprender (...) surgen (...) los comentaristas –y aquí entro yo– Lorca escribe en Lorca como Lorca. El público no lo ha entendido o no se haya preparado para entenderlo(...).6 No es menos cierto que lo que Lorca exponía era muy novedoso para el momento literario de Cienfuegos, y era difícil de comprenderlo, pero la crítica realizada por Tejera fue demasiado aguda y punzante, no solo para Lorca sino para las instituciones que patrocinaban estas conferencias: el Ateneo y la Filial de la Institución Hispanocubana de Cultura. Por ello, el caricaturista Rafael Pérez Morales le contestó: “En su iracundo escrito nos golpea, nos muerde y nos araña de una manera cruel. Se convierte usted en un toro furioso; que arremete enloquecido (...) no tiene usted motivo para injuriar torpemente a quienes no le han ofendido. Y menos aún a los que, como yo, siempre lo han considerado como un formidable periodista y un inspirado poeta”.7 Con motivo de la visita en noviembre de 1930, del cónsul de España, el Licenciado Francisco Campos Aravaca, Tejera fue uno de los más entusiastas organizadores del homenaje por parte del Liceo Canario y de la Hispanocubana en esta ciudad de la que © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 XV Coloquio de Historia Canario-Americana 550 era miembro y activo colaborador. Las palabras centrales del acto corrieron a su cargo, donde expresó: Yo quiero explicar, –único objeto de estas cuartillas–, el por qué de este testimonio de gratitud y afecto, que tan cariñosa acogida ha tenido, no solamente entre las más destacadas figuras de la colonia española, sino también de la sociedad cienfueguera (…). Cuando la iniciativa fue lanzada por un grupo de miembros de la colonia canaria, deseosos de exteriorizar de alguna forma al Lcdo. F. Campos Aravaca, las simpatías que su obra benéfica y altruista, contribuyendo en todo momento a facilitar la repatriación de numerosos elementos que se hallaban en el mayor desamparo, y a veces, hasta remediando sus necesidades más íntimas de su peculio particular, aparte de la admiración producida entre los mismos desde la tribuna del Ateneo de Cienfuegos y la de la Hispanocubana de Cultura se pensó que tal testimonio consistiese en una comida íntima, en la que un grupo destacado de personas participase y compartiese familiarmente unos momentos de grata expansión espiritual (...) La iniciativa, pues, de aquel grupo, llevada al seno de la Directiva del Casino Español, fue convertida en símbolo superior. En esta obra de comprensión y de compenetración, con sana levadura hispana, siempre habéis puesto vuestros mejores deseos y entusiasmos seguros de que, conocernos es ya comenzar a amarnos; y compenetrándonos nosotros por nuestra parte con los hombres representativos de nuestra nación –representativos, no solo por el título, sino por su mentalidad y por sus hechos–, es buscar un acomodo digno en la entraña misma de la patria española. 8 A pesar de que Saturnino se había imbricado en el entramado social cienfueguero y era querido y admirado en esta ciudad, su lejana tierra le hacia subir las musas. Así, en 1931, escribió las décimas que titulo Tenerife:9 No cesa de fluir el mar que besa el fuego desnudo, latente el beso, lo anudo a mi pecho para andar. regreso siempre a tu hogar, a tu abrazo más despierto, y el mundo se me hace cierto cuando emerge en esa chispa, la voluntad de tu alpizpa, como oráculo de un puerto. Los rescoles de mi tierra en mi seguirán viviendo, eternamente creciendo porque es tu amor quien lo encierra. toda mi vida se aferra a tu vigilia y tu aroma y en tu resurgir se asoma la flor del rojo más pleno, y de tuneras voy lleno conversando nuestro idioma. © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Tejera: un canario que dejó su huella en Cienfuegos 551 La nostalgia que sentía por su terruño unido a la crítica situación que presentaba Cuba en esos años, y los avatares de la vida devolvieron a Tejera a sus playas en 1933, donde continuó su labor periodística. En este, como en la mayoría de los casos se pone de manifiesto que: “El regreso del emigrante sería la culminación del proceso migratorio objetivo que la mayor parte de las veces no se cumple, casi siempre la emigración se convierte en definitiva, sin conseguir el éxito que se anhelaba antes de partir”.10 EL REGRESO A CANARIAS EN 1933. LA GUERRA CIVIL El regreso de Tejera a Canarias se produjo en 1933. Como a tantos otros emigrados españoles “La realidad encontrada en Cuba chocaba con los sueños de todos los jóvenes que veían en América la tierra de jauja, donde el trabajo sería mucho más liviano que el dejado atrás y donde pronto la fortuna les sonreiría.11 La situación cada día se hacía más crítica en Cuba y se agudizaba la crisis económica y política. Llegó a Tenerife con su familia y se reintegró a las labores del periodismo vinculado a Hoy (Diario Republicano de Tenerife), La Prensa, La Tarde, donde publicaba noticias del acontecer cubano. En este sentido resulta de singular importancia el artículo aparecido en Hoy, fechado en agosto de 1933, entonces reflexionaba con profundo sentir: Cuando escribimos estas líneas, las informaciones que se reciben de Cuba nos dicen que aquel país ha entrado de nuevo por los cauces de la normalidad, cosa que nos ha producido una satisfacción íntima, pues las desdichas del pueblo cubano ejercen en nosotros honda tristeza, del mismo modo que regocijo sus venturas. En las horas inciertas que han transcurrido en estos últimos días, nuestros votos han sido de súplica –de súplica apasionada–, porque aquella sociedad saliera de la gran crisis política que sufría.12 De la misma manera expresaba: No sabemos qué saldrá en definitiva de lo que ocurre en la República hermana. Barcos de guerra fondean, amenazadores, en la bahía de La Habana. Lo que no hicieron en momentos de angustias, cuando el peso de una dictadura con todas las agravantes del asesinato y del crimen, aplastaba al pueblo cubano, lo hacen ahora, cuando la tiranía fue (sic) desecha por la revolución triunfante. Deseamos vivamente que la suerte sea propicia a aquel bello país. Lo deseamos como si se tratara de nuestra propia tierra.13 Así amaba Tejera a Cuba, y a Cienfuegos, especialmente, que lo acogió como a un hijo y donde había dejado a amigos, camaradas y parientes cercanos de su familia cubana. Se vinculó a los círculos artísticos y literarios de Tenerife, conoció a la intelectualidad tinerfeña del momento, intimó con Luis Álvarez Cruz y con el poeta Pedro García Cabrera, militante de izquierda del PSOE. Los tiempos difíciles por los que atravesaba su terruño producto de la crisis económica mundial, obligaron a Saturnino a viajar a la parte continental de España en © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 XV Coloquio de Historia Canario-Americana 552 busca de mejores horizontes de trabajo; y cuando ya había obtenido alguna mejoría en sus propósitos se produjo la sublevación franquista de 1936 en contra de la República. Las referencias encontradas refieren su estancia en Madrid. Militó en el PSOE y fue dirigente político. En Madrid lo sorprendió la guerra y por republicano y su militancia de izquierda sufrió cárcel y campos de concentración. Fue también procesado en el Tribunal Supremo de Represión de la Masonería de Madrid por defender los ideales y postulados de la misma. La realidad vivida por Nivaria, su hija pequeña que sufrió y sintió de cerca la guerra y los difíciles días por los que atravesó su padre encarcelado, encontraron luego reflejo artístico en las páginas de su novela El Barranco, dedicada en la primera edición cubana a su padre “Hasta mi padre en su muerte, en nombre suyo a todos los españoles, raza de humillados,14 y le anteceden unas palabras suyas: Ay, la tierra de mi corazón donde tú estás para siempre subterráneo para siempre inmóvil en paz ya. Citamos un fragmento de El Barranco: Desde el suelo escuché que los traían de Los Rodeos. Me levanté para alcanzar de nuevo algún camión. (Allí debía estar papá). Me pude colgar de una rejilla. Los llevaban atados, sí, escondidos debajo de enormes paquetes, envueltos en sacos como reses. La sangre rodaba alrededor. Algunos sacos estaban totalmente teñidos de rojo. Era imposible reconocerlos así. Yo miraba a todos con impaciencia. Me parecía que de pronto su cabeza iba a asomar. “Estás ahí?”, grité. (Tal vez se resistieron a entrar en el camión de ese modo y los molieron a palos). Un morocho me guindó por el vestido la punta del fusil. “Vamos, vamos, espanta, tú, golfa, periguera” y me pateó hasta hacerme caer de nuevo. Pero ahora no quise levantarme y desde allí los miré alejarse. (Bestias, bestias). “Bestias”, grité llorando “.15 En 1945, cuando Tejera decidió abandonar para siempre su terruño como exiliado político traía parabienes y saludos para Francisco Cañellas, un cienfueguero que había sido cónsul de Cuba en Tenerife durante 1921 y 1922, de aquellos viejos camaradas de los círculos y tertulias del Ateneo, dice Saturnino: “Han pasado muchos años. Sin embargo, al partir de Tenerife a Cuba nuevamente, amigos queridos: Leoncio Rodríguez, fundador y director del principal periódico de Canarias, “Carlos Cruz”, José Manuel Guimerá, escritores; Bonnin, pintor, y otros muchos intelectuales, me hablaron en los mismos o parecidos términos: -Si ves a Cañellas, dale un abrazo de mi parte (...)”.16 A partir de su llegada su patria sería Cienfuegos, la ciudad cubana que le acogió en su seno como emigrado, la ciudad de su familia, y a ella se entregó en cuerpo y alma para toda su vida. © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Tejera: un canario que dejó su huella en Cienfuegos 553 EL EXILIO (1945-1956) En marzo de 1945 ya Saturnino se encuentra nuevamente en Cienfuegos, y el 10 de abril de ese año, se anunciaba la llegada de los esposos Tejera-Montejo, cuya residencia fijarían en la calle de Arguelles, 121. En esta ocasión llegaba no en busca de fortuna, sino buscaba refugio para dar paz a su vida que durante años sufrió los vejámenes de las prisiones y los campos de concentración. Esta vez el diario El Comercio le abrió sus puertas y Tejera volvía a su noble oficio de fundir ideas en barritas de plomo, y le quedó tiempo para hacer periodismo y poesía. Su ocupación fundamental era mecánica de Linotipo, y le llamaban “el médico de las locas”17 en alusión a una película de igual nombre, y la locas eran precisamente los linotipos. Su vida fue la imprenta. Además de su trabajo en El Comercio tenía una contrata en La Correspondencia. Lincoln George quien fuera colega de Saturnino en la redacción del citado diario refiere una anécdota contada por éste a su llegada: Allí pasó cerca de tres años de trabajos y privaciones, hasta que puesto de acuerdo con otro cautivo planearon y lograron escapar, pues la prisión estaba asentada en una elevada altura que la serpenteaba un río, que lograron cruzar a nado y después continuar caminando por varios días hasta llegar a la frontera francesa, donde tras interrogativas y limitaciones pudieron permanecer allí un tiempo. Llegado el momento oportuno luego de varias gestiones, él pudo tomar un barco con destino a Cuba. Su compañero de prisión quedó allá por otras exigencias de tramitación. La esposa con sus dos hijos por otras vías pudo embarcar hacia Cuba después.18 De su entrada al periódico El Comercio refería: (...) en la vida del periodista o del escritor hay jornadas de dificultad que se alargan hasta la desesperación. Este es el caso de muchos. Por eso no puedo presentarme a los lectores con las palabras de ritual, porque no las se escribir; ni quiero que me presente nadie. En el suceder de los días ya se me conocerá. Os habla un hombre que se obstina en llevar consigo, a lo largo de todas las rutas, un poco de niñez, de adolescencia, de poesía, y una brizna de picardía, acaso no más que la que le enseñó la vida. George lo conoció a profundidad, aunque refiere no haber sido su amigo íntimo, debido a que Tejera era muy parco para sus asuntos personales, pero tuvo que acercarse a él por varias razones: en primer lugar, fue Tejera quien lo enseñó a trabajar en el linotipo, y al morir Saturnino él pudo sustituirlo, y porque la vida de la fraternidad los unió en un mismo ideal. Otro colega de la redacción de El Comercio lo recuerda como “un hombre de carácter fuerte pero afable, introvertido, eso sí, exigente para recibir los trabajos y por sus gestiones la administración tuvo que comprar para cada linotipista un litro de leche diario, y reservar vacaciones anuales en la playa; pero nunca le oyó hablar de la guerra”.20 © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 XV Coloquio de Historia Canario-Americana 554 En diciembre de 1945 trasladó su residencia para la calle de San Fernando, 72, donde vivió hasta los días finales de su vida. Allí montó su pequeña imprenta con un linotipo viejo que él compró al diario El Comercio, de noche y los domingos realizaba trabajos de modelajes y tarjetas para las industrias de Cienfuegos. Perteneció al Sindicato de Artes Gráficas de Cienfuegos y sus anexos de la jurisdicción, y aunque tenía experiencia anterior como orientador sindical, no quiso figurar nunca como directivo. Su excusa la fundamentaba “en que conocido como simpatizador del movimiento social comunista, y como en aquella época prevalecía la imposición mujalista, no era oportuna su presencia como dirigente. No obstante, se ofreció como orientador sindical en cualquier causa que se debatiera, y en cuestión se le pedía opiniones en los asuntos en que la organización se viera enfrascada”.21 Su obra literaria y periodística es extensa y variada. Dentro de su obra en prosa de estos años destacan las que resaltan sus ideales republicanos: En recuerdo de Manuel Azaña, ¡Catorce de abril! 1931, 14 de abril de España, Un hombre de suerte (dedicada a Franco), 14 de abril; las que ponen de manifiesto la entrañable nostalgia por su patria y sus Islas Canarias, y las que abordan la figura de José Martí, entre ellas: Martí en Canarias y La voz de la sangre en Martí; así como también crónicas artísticas, históricas y literarias entre las que deben citarse: “Amanecer y ocaso”, “La responsabilidad histórica”, “La obra artística de Hilda Bembibre”, “Carlos Era: El caballero del arte”, “Misión histórica y poética del Ateneo”, “Caracol: eslabón entre dos épocas”, “Signo: Revista de Arte”; y otras, donde refiere el tema de la guerra: “Justicia de guerra”, “El archivo nazi”, “El pájaro herido”, “El dolor de Europa”, etc. En esta etapa se reintegró a las actividades del Ateneo al cual había pertenecido durante su etapa de emigrado, y al Círculo de Amigos de la Cultura, como también frecuentó las distintas organizaciones fraternales en las que ofrecía discursos y conferencias. En el Oasis Teosófico Martiano disertó en varias oportunidades sobre José Martí y en las fechas de celebración del Día del Idioma, como el del año 1955, donde Saturnino dio lectura a unas emotivas cuartillas, haciendo un somero recorrido por la historia española de fines del siglo XIX, enfocando seguidamente la labor inmensa de dos genios de la literatura española: Lope de Vega y Cervantes.22 Participó y ganó varios concursos periodísticos. En 1948 obtuvo el premio del Concurso Literario del Sindicato Unión de Empleados del Comercio de Cienfuegos con su trabajo El movimiento obrero en España y en 1951 el del Ateneo sobre Antonio Bachiller y Morales, leído por su autor el día 7 de junio, “DÍA DEL LIBRO CUBANO” en los salones de aquella institución. Desde Cienfuegos mantuvo contactos con antiguos amigos y escritores canarios como Pedro García y Luis Álvarez Cruz. De este último publicó una crónica que tituló “Versos que llegan de lejos” y comentó: De lejos nos llega un libro de versos “Rincón de provincia” es su título. Autor Luis Alvarez Cruz, un querido amigo y compañero del cronista. Compañero en las letras y compañeros de vicisitudes. Alvarez Cruz es un poeta “isleño”. Gran sonetista, que en las Islas Afortunadas (Canarias) tiene su residencia, pero su nombre, sus versos, su numen magnífico de poeta Atlántico han traspasado ya la sonoridad isleña para adentrarse en los ámbitos literarios de España y © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Tejera: un canario que dejó su huella en Cienfuegos 555 América (...) Sonetos. Sonetos perfectos llenan el libro. Inspiración, elevada inspiración los ha construido maravillosamente. Por ello Manuel Verdugo, el maestro, su maestro –el mejor sonetista de España en la hora actual– lo prologa también con un soneto impecable. Su sucesor, Luis Alvarez Cruz, ha hecho lo demás(...).23 En carta fechada el 5 de mayo de 1952 Pedro García le escribe a Tejera: Querido amigo: Me produjo una gratísima sorpresa tu carta, que llegó con retraso de meses y cuando ya estaba casi con un pie en el barco que habría de conducirme a Sevilla, de paso para Madrid, a donde tuve que ir a operarme una pierna, concretamente la rodilla derecha, como consecuencia de una vieja herida sufrida durante la guerra española. De regreso, con la pierna bien, voy a darte noticias... Después de verse mi causa en Granada me trajeron aquí, donde tenía otra pendiente. Quedé libre en mayo de 1945 (...) He escrito mucho. Tengo inéditas unas 6 obras de poesía y sigo siempre trabajando en terno a ese eje donde da vuelta mi vida. Te enviaré mi único libro publicado desde el 36 (...) En los periódicos locales sólo de muy tarde en tarde publico alguna cosa poética y sistemáticamente me niego a tomar parte en actos literarios (…) Este año pasado ha sido de gran movimiento literario. Hay algunas figuras nuevas de bastante interés, en período de formación aún, aunque les falta clima propicio para entregarse de lleno a la aventura poética .24 Luego Tejera le cuenta en una carta sobre el libro Luz de Lágrimas, de su hija Nivaria, que posteriormente Clavijo Torres le hizo llegar. Pedro García le escribe a ella el 2 de junio de 1952 diciéndole: Ya su padre me había anunciado sus noticias. Suponían fueran algo protocolario (...) Me interesa usted por lo que es (...) Me unió siempre un gran afecto por nuestro Saturnino. Teníamos similar concepto de lo político-social. Apreciaba en él finas calidades humanas. Nos distanciaban concepciones del arte. Pero nuestras particularidades no eran agresivas. Sosteníamos la armonía de los colores del arco iris. La luz blanca de la amistad nos unificaba.25 Asimismo, en carta del 21 de abril de 1953 Pedro García le expresa a Saturnino sus opiniones sobre el libro de su hija: Es un libro excelente, de una potencialidad pocas veces igualadas. Comprendo que esa poesía no entra en los gustos en que te has formado. Y por eso, espontáneamente, te escribo para decirte que esa poesía es una verdadera revelación en el marco del quehacer poético actual (...) Tiene la talla de una Storni (...) Comprendo que te duela alguna parte del libro. No le des más importancia que a otra cualquiera del mismo. El poema es así y no de otra manera. Puedes estar contento de tu hija: su poesía me hace ser más amigo tuyo todavía (...).26 Entusiasta promotor cultural, perteneció a cuantos comités a favor del bienestar de Cienfuegos pudieron existir. Integró el claustro de la Escuela de Periodismo Florencio R. Velis y estuvo al frente de la Cátedra de Tipografía y Linotipo, a partir de enero de 1953, fecha en que fue fundada la citada institución. © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 XV Coloquio de Historia Canario-Americana 556 Su labor como conferencista en los círculos sociales y literarios de Cienfuegos fue encomiable. De su conferencia titulada “El soneto en los poetas castellanos contemporáneos”, ofrecida desde la tribuna del Grupo Ariel y en el Ateneo, una crónica destacaba la repercusión de las mismas para el auditorio: “Fue (sic) una gran jornada de arte y el poeta Tejera alcanzó uno de sus mejores triunfos en su larga carrera literaria; en realidad su trabajo minucioso y amenísimo resultó de extraordinario interés y quedará como uno de los mejores pronunciamientos culturales que hemos realizado en Cienfuegos.27 Luchó incansablemente por la masonería local, a la que dio todo su aliento y esfuerzo y donde su ejecutoria fue más intensa hasta su muerte. No sólo en Cienfuegos, sino en las diferentes logias de la jurisdicción, y otros lugares de Cuba dejó su vasta cultura. Tuvo en su haber la sección “Fraternales” en la que diariamente reflejaba el acontecer de la fraternidad en esta ciudad, donde reseñaba actos masónicos, lo acontecido en las tenidas blancas, biografías de maestros de la Fraternidad Universal y Local, conferencias sobre escritores y literatos masones como Rubén Darío, el padre del Modernismo latinoamericano. Todos sus trabajos en esta etapa aparecen firmados bajo el seudónimo de SATURNO; también divulgó los postulados de la masonería a través del programa radial la HORA FRATERNAL DOMINICAL, que eficazmente inauguró y llevó a cabo durante el año 1949. En ocasión de otorgársele el grado de Maestro Masón, el hermano Ricardo Peña de Armas destacaba sus dotes y cualidades: De este grupo se destaca, por sus conocimientos teosóficos, el culto compañero, hombre modesto, pero cultísimo, que sabe ya de los sufrimientos de las persecuciones a la Masonería en tierras del dictador español (...) Como hombre de principios y masón (...) este noble hermano logró escapar con vida de aquel infierno de persecuciones y llegar hasta nuestras playas, donde él sabe que se le estima y quiere. Aquí enseguida comenzó su labor de reconstrucción espiritual y material, en esta propia ciudad (...) Hombre de elevados principios morales y profundamente fraternal el querido hermano Tejera se vinculó estrechamente a todos los círculos de superación espiritual, y su labor se ha distinguido, y nos ha servido y sirve para encaminar e inspirar nuestros pasos por los senderos de la coordinación de nuestros valores fraternales (...) En el periodismo local (...) mantiene una sección diaria con el título de Fraternales que es un himno vivo a nuestras preocupaciones y un nexo de unidad más perfecta y sincera de todas las fraternidades .28 En varias oportunidades resultó electo Orador Adjunto, cargo que desempeñó eficazmente, y por este nombramiento participaba constantemente en actos de toma de posesión de diferentes logias de hombres y mujeres; en una ocasión expresó en la Asociación Fraternal Hijas de Acacia 32 lo siguiente: “Quisiéramos ver armonizados los sentimientos fraternales del hombre y de la mujer, porque pensamos siempre que cuando el alma pone visión de amor en las cosas, empezamos por encontrar en las dispares recíprocas resonancias, como si unas cosas fecundaran a las otras, como si cada una reflejara a las restantes”.29 © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Tejera: un canario que dejó su huella en Cienfuegos 557 Recibió constantes homenajes y condecoraciones de las logias de Cienfuegos, Palmira y Cumanayagua por su elocuente discurso y su labor fraternal. Pero su mayor ejecutoria y desvelo fue fundar, en 1953, la tercera Logia Masónica de Cienfuegos “Federico Capdevila”, junto a otros hermanos masones; desempeñó el cargo en varias directivas de Primer Vigilante; fue además, Diputado y el representante por esta logia ante la Gran Logia de Cuba en La Habana. Durante mucho tiempo se mantuvo alejado del Oddfelismo y pide su reingreso en 1955 en Jagua No 21 de la IOOF; en las palabras que pronunció por tal motivo expresó: “(...) Los oddfelows no podemos ser nunca simples espectadores, como en el teatro de ficción. Por eso he querido entrar en la vida activa del oddfelismo, para ser actor de mayor o menor categoría, pero intérprete al fin, de la magna obra, de nuestra obra, de la obra de todos”.30 A finales de 1955 ya se encontraba enfermo, y la nostalgia y los recuerdos lo consumían y le hacían traer a su mente sus años de emigrado cuando hacían tertulias en los viejos cafés cienfuegueros. En su trabajo “La tarde de domingo” así lo expresa: La tarde de domingo me ha conducido a escribir en un café. Un café modernizado. Me gustaba más cuando tenía mesas de mármol y rincones semiobscuros y sirvientes sin uniforme y colador cónico (...) Entonces podíamos encontrarnos frecuentemente a Hilarión, Soto, Rumbaut, López Dorticós, Alfonso Camín, etc., haciendo tertulia literaria y consumición espirituosa, cuando a alguno de ellos le molestaba en el bolsillo el milagro de un peso en plata. En estos cafés de ahora se pierde la línea que separa la vida de la literatura, rebajando la alegría y la tristeza por las cosas literarias. Diríamos mejor, anulándolas.31 El día 17 de noviembre de 1956 a las 4 de la tarde, llegaba el fin de su vida tras larga y penosa enfermedad; padecía de cáncer de pulmón y su muerte se certificó por colapso funcional del corazón; estaba recluido en el Sanatorio de la Colonia Española. Sus restos fueron sepultados en la sección Y-16, del Lote No 98, del Panteón de la Logia Jagua No 21, y el 17 de noviembre de 1959 fueron exhumados y aún permanecen guardados en el mismo panteón de la citada logia, en la misma sección, Lote 21. Su muerte conmovió a la sociedad cienfueguera y los periódicos publicaron sentidas crónicas por su fallecimiento. Una crónica expresaba: “Había salido expatriado de su lejana tierra, y tenía ese pálido reflejo del hogar allende los mares. Quiso con sinceridad rayana en lo idealista, a la tierra cubana que le acogió en su seno. Quizás Cienfuegos tenga con él la deuda de un amor constante y efusivo, tanto a la ciudad que revivió de un poco de felicidad sus postreros años, como por lo mucho que él quiso a la Perla del Sur”.32 Otra crónica de la redacción del diario La Correspondencia expresaba: Fue Tejera un eterno enamorado de las letras, a las que consagró constante dedicación, haciéndose de una extensa cultura, que llevó siempre con una extrema modestia. Espíritu sensible, fue siempre leal a su vocación, a sus grandes amores: su patria, su familia, su trabajo, despertando la admiración y el © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 XV Coloquio de Historia Canario-Americana 558 respeto de cuantos le conocieron. De prosa atildada y de natural inspiración, como escritor y como poeta llevó siempre a los demás su inquebrantable sentido de solidaridad humana, del amor y de los más bellos ideales (...) Colaboró con entusiasmo en todas las tareas por elevar el nivel cultural de la ciudad y estuvo presente en toda labor de caridad y cooperación humanas (...) Los que trabajamos junto a él aprendimos a quererlo y admirarlo por su invariable espíritu de camaradería, por su discreción y su caballerosidad, por su fervoroso amor al género humano. Las páginas de los periódicos locales, como aquellos de La Habana y España en que él colaborara, han recogido a través de los años sus palpitaciones, sus afanes y desvelos por hacer llegar a los demás sus nobles y exaltados sueños de poeta.33 Los poetas locales también se inspiraron ante la muerte de Tejera. Segundo Serrano Fernández le dedicó un poema titulado “In memoriam” (A Saturnino Tejera García) y Luis F. Gallardo lo tituló “A Saturnino Tejera” que reproducimos a continuación: “A Saturnino Tejera” Si muero, Dejad el balcón abierto García Lorca. A él también manos amigas, dejadle el balcón abierto, para que sus ojos fijos sigan podando su pecho. Sus jardines de ternura que le aromaban el aliento, y le prendía en los labios una azucena riendo. Para que puedan sus manos acariciar su desvelo. Para que sueñe dormido lo que ya soñó despierto, desenhebrando distancias con agujas de silencio. A él también manos amigas, dejadle el balcón abierto. En el primer aniversario de su muerte se le dedicó el programa “Versos a las seis” que se trasmitía los domingos, y en carta enviada por Jorge Peña, productor de Programas de Radio Popular de Cienfuegos se lo hacía saber al Director de El Comercio: “se ha acordado dedicar el próximo domingo 24 (de noviembre) a rendir homenaje de admiración y respeto, a ese gran periodista y poeta cienfueguero Saturnino Tejera, mediante una audición extraordinaria”.34 © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Tejera: un canario que dejó su huella en Cienfuegos 559 También en esta ocasión se publicó el poema “Primer aniversario”, de Florentino Morales donde expresó: Aún flamea a los vientos la bandera que izó para nosotros tu amistad... aún el eco de tu voz sincera es una enredadera abrazada al recuerdo fraternal... Juan Ferrán por su parte, le dedica un soneto titulado “A SATURNO”, que en sus primeras estrofas dice así: Poeta fecundo, amigo gentil; escritor sincero, orador airoso; en ti se compendiaban el saber ansioso y el verso melódico, castizo, sutil. Nunca tu criterio, pudo acatar servil el mandato altivo, falso, imperioso; Por valer de verdad no eras vanidoso, Había en tu palabra como un afán febril. VESPERAL Su único libro de versos Vesperal al que le corrigió las pruebas de plana días antes de su muerte, vio la luz postmortem, en marzo de 1957. La publicación estuvo a cargo de la sección de Literatura del Ateneo de Cienfuegos, presidida por Florentino Morales Hernández, quien expresó en las palabras que le escribiera en el reverso de la portada: (...) su espíritu vivió siempre enamorado de la poesía, en la que no llegaron a cuajar plenamente, por urgencias materiales inmediatas, los sueños y visiones que siempre lo acompañaron, lo mismo en las horas de alegría que en las de dolor. Muchas veces nos dio que su máxima aspiración era alcanzar a través de su hija Nivaria, que era como una prolongación de su vida, la plenitud a que había aspirado inútilmente. La selección y revisión de los poemas contenidos en este libro, que terminó precisamente la víspera de su muerte (...) endulzó seguramente el dolor de sus últimos días en la tierra. Muchas veces contemplamos cómo la lectura de una imagen o un giro que le complacía borraba con una leve sonrisa el amargo rictus que la cruel enfermedad había tallado en sus labios... Tejera será siempre recordado con cariño de hermano por quienes tuvimos el privilegio de acercarnos al tierno reducto de su intimidad, asistiendo al maravilloso espectáculo de un puro corazón de poeta sempiterno y de un cerebro siempre en tensión, como un arco, hacia todos los vientos del espíritu.35 Vesperal fue su último adiós. En el título del libro está implícito el contenido del mismo. Libro de canto llano que contiene el de vísperas,36 y ya Saturnino estaba en la víspera de su muerte, de ahí el título que lleva su libro. La dedicatoria es todo un poema en sí: “Con perdón de Nivaria, mi hija, me doy esta escapada por la puerta lírica antes © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 XV Coloquio de Historia Canario-Americana 560 que se ponga el sol, para dejarle siquiera unas raíces verdes del árbol que quiso ser y no fue”. Para valorar la profundidad de su obra citemos unos versos de su poema “Los zapatos nuevos” contenido en este libro: Por los caminos viejos voy buscando las piedras de la infancia, pero no las encuentro...(...) Cincuenta años es más que media vida para un corazón que se cansó prematuramente, de tanto caminar sobre las piedras, de tanto resbalar por las prisiones de los políticos rencores, de tanta humillación de las espuelas de tanta ingratitud de camaradas; de tanta razonada sinrazón ... En el libro dejó sus sueños de poeta, sus anhelos y sus sentimientos, como se aprecia en estos versos de su poema “Volutas de humo”: El mundo es de los que caminan: rapsodista o buhonero, peregrino o emigrante, misionero o trovador... La vida es de los que andan: la estrella y el caminante; el poeta y el mendigo hacen pequeña la tierra; con los pies, con carabelas, con ruedas, ideas, alas.... y también con voluntades. Por más que Saturnino nació y vivió en dos islas rodeadas de mar, y haya tenido que cruzar el mar hacia la emigración y el exilio, no encontramos, sin embargo, referencias marcadas en su libro del motivo marinero. De los once poemas que lo integran sólo hace alusión al mar o a la flora y fauna marinas en cuatro de ellos: “Abismales”, “Volutas del humo”, “Barquitos de papel”, y “Sol”. En el libro no aparece el mar como identidad de todos o de la gran mayoría de los escritores y poetas canarios.37 En “Abismales” recrea la fauna: los peces, los pulpos y las sirenas adornan el poema. En “Volutas de humo” el mar aparece como experiencia vivida: “Ya el mar ha sido explorado; el mar, el cielo y el alma...”; sin embargo, en “Barquitos de papel” logra captar la realidad del ambiente marino: la orilla serena del mar, la arena parda, la espuma, el fondo del mar, los caracoles, la brisa, las conchas submarinas, los corales rojos, los peces, las algas, el paisaje submarino y las olas; todo ello matizado con el deseo de volver a nacer, ser niño, jugar con los barquitos, “para esperar la aurora y comenzar la vida”. Cierra el libro el poema “Sol”, en él, el ambiente está desolado: la arena es caliente, el mar está seco, el viento petrificó las espumas y él, le implora © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Tejera: un canario que dejó su huella en Cienfuegos 561 Padre Sol...; y sin embargo tú eres un dios y la vida; lo eres todo y soy tu hijo; soy tu luz y tu calor; por ti es noche y el día... Y porque tú maduraste La manzana del pecado Original de mi ser, Yo enciendo en mi corazón La luz de mi pensamiento, Para alumbrarme las sombras En las horas de tu ausencia... Era ya el ocaso de una vida que se apagaba para siempre, se ocultó el sol radiante para el tinerfeño Saturnino Tejera García. Este es nuestro modesto homenaje para Tejera con quien Cienfuegos tiene una deuda que saldar, quien tanto aportó a la literatura, al periodismo y la fraternidad locales, por el bienestar sociocultural de la ciudad y a la que le entregó los mejores años de su vida que ha quedado reflejada y olvidada en el linotipo ardiente del recuerdo. © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 XV Coloquio de Historia Canario-Americana 562 NOTAS 1 Algunas fuentes indican la fecha de nacimiento el 1 de noviembre, se toma el 22 porque aparece con mayor frecuencia en los documentos. 2 Nivaria nació en Cienfuegos, el 30 de septiembre de 1929. Muy pequeña fue llevada por sus padres a Tenerife donde vivió toda su infancia. 3 GEORGE, Lincoln. Saturnino Tejera García. Datos extraídos de los archivos de las logias de Cienfuegos. 4 Véase La Correspondencia, 20 de mayo de 1930, página 12. 5 La primera visita fue en el mes de abril de ese mismo año. 6 Obra citada. La Correspondencia, “Pequeños Comentarios”, 10 de Junio de 1930, p. 12. 7 Véase La Correspondencia (Cienfuegos), 12 de Junio de 1930, p. 1 8 La correspondencia (Cienfuegos), 25 de noviembre de 1930, p. 5. 9 Décimas enviadas por Tejera a Florentino Morales en 1941, estaban fechadas en 1931, este a su vez se la entregó a Mariano Ferrer para su trabajo sobre La décima en Cienfuegos, y Ferrer me las facilitó para esta investigación. 10 SANTANA PEREZ Juan Manuel y SANCHEZ SUAREZ, José Antonio. Emigración por reclutamiento. Canarios en Luisiana. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Servicio de Publicaciones, Colección Monografias, Serie Humanidades, N° 2, p.16. 11 NARANJO OROVIO, Consuelo. “Memoria de los trabajos y los días. Historias de la emigración a Cuba”. Anuario TEBETO IX. Archivo Histórico Insular de Fuerteventura, 1995, pp. 92-93. 12 TEJERA, S. Un libro abierto: Cuba. Actualidad y enseñanza de una revolución. Ob. Cit. 17 de agosto de 1933, p. 1. 13 Ídem. 14 TEJERA MONTEJO, Nivaria. El Barranco. Santa Clara, Universidad Central de Las Villas, Departamento de Relaciones Culturales, /Impresiones Ucar, García, S.AI, 1959. 15 TEJERA MONTEJO, Nivaria. El Barranco. Islas Canarias, Viceconserjería de cultura y deportes, 1989, p. 138. (Biblioteca Básica Canaria, 52). 16 TEJERA, Saturnino. Carta-crónica a Francisco Cañellas. El Comercio 2 de octubre de 1945, p.5. 17 GEORGE, Lincoln. Entrevista concedida el 24 de octubre del 2000 a la edad de 82 años. 18 GEORGE, Lincoln. Saturnino Tejera García evadido de prisión. Anécdota. Material facilitado por su autor. 19 SATURNO (Seud.). Cuartillas sinceras. El Comercio (Cienfuegos), Sección Pequeños Comentarios, 12 de septiembre de 1945, p. 5. 20 MORALES, Ignacio Adauto. Entrevista concedida el 2 de septiembre del 2002. 21 GEORGE, Lincoln. Entrevista concedida el 24 de octubre del 2000 © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Tejera: un canario que dejó su huella en Cienfuegos 563 22 Véase “Se conmemoró solemnemente el Día del Idioma en el Oasis Teosófico Martiano. El Comercio 3 de mayo de 1955, p. 'Y2. En aquella ocasión el acto fue pospuesto para el día Iro de mato. 23 TEJERA, Saturnino. “Acuse de recibo. Versos que llegan de lejos”. El Comercio, 2 de abril de 1946, p. 6. 24 Documento atesorado en la Sala de Fondos Raros y Valiosos de la Biblioteca Provincial de Cienfuegos, que fuera enviado por Jacinto R. Ramírez Sánchez desde Tenerife. 25 Idem. 26 Idem. El poema del que se habla en la carta se titula “Me visita tu ausencia”. 27 Véase “Saturnino Tejera pronunció una amena charla literaria”. El Comercio, 22 de diciembre de 1953, p. 3 28 SATURNO (Seud.). “Fraternales”. El Comercio, 29 de octubre de 1948, p. 3. 29 SATURNO (Seud.). “Fraternales”. El Comercio, 22 de marzo de 1950, p. 3. 30 SATURNO (Seud.). “Fraternales”. El Comercio. 18 de julio de 1955, p. 8. 31 TEJERA, Saturnino. Op. cit. El Comercio, 26 de diciembre de 1955, p. 6. 32 FERRÁN, Juan. El deceso de Saturnino Tejera. El Comercio (Cienfuegos), 23 de noviembre de 1956, p. 6. 33 La Correspondencia (Cienfuegos), 19 de noviembre de 1956, p. 1. 34 Véase “Cartas al Director. Homenaje a Tejera”. El Comercio, 21 de noviembre de 1957, p. 8. 35 MORALES, Florentino. Nota-Prólogo al libro Vesperal, de Saturnino Tejera. 2. Cienfuegos, Ateneo de Cienfuegos, marzo de 1957. 36 Según se define en el Diccionario Manual de la Lengua Española, la víspera es el día que antecede inmediatamente a otro determinado 37 Véase al respecto el artículo publicado por LEON BARRETO, Luis. “El mar en la poesía de Tomás Morales y Pedro García Cabrera”. Revista de Filología, Universidad de La Laguna, No. 6 y 7, 1987/1988, pp. 227-238. © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 |
|
|
|
1 |
|
A |
|
B |
|
C |
|
E |
|
F |
|
M |
|
N |
|
P |
|
R |
|
T |
|
V |
|
X |
|
|
|