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A PROPÓSITO DE UNA MEDICINA POPULAR
TRASATLÁNTICA ENTRE CANARIAS Y CUBA.
UNA MIRADA DESDE LA ETNOBOTÁNICA
Israel Bernardo Torres Jiménez
Ignacio José Quintana Cárdenes 1
INTRODUCCIÓN
LA MEDICINA POPULAR CANARIA EN EL DEVENIR HISTÓRICO
A raíz de la conquista de Canarias, y con la posterior afluencia de familias de colonos
procedentes de la Península Ibérica: portugueses, gallegos, vascos, andaluces... etc., la
medicina primitiva de los guanches se fue transformando con las nuevas aportaciones y
remedios curativos originarios de Europa, y con la aparición de enfermedades que, hasta
entonces, eran desconocidas en las islas (sífilis, lepra, gripe europea, etc.).
La introducción de nuevas especies vegetales y animales y el desarrollo comercial
transoceánico con el Nuevo Mundo dieron lugar a una intensificación del tráfico marítimo,
con la consiguiente afluencia de personas, que, procedentes de distintos puntos geográficos,
se integraron con la población isleña, o elegían la ruta del Archipiélago, como lugar de
tránsito en sus viajes. De este modo aparecieron gérmenes, bacterias y virus dañinos, que
ocasionaron las primeras epidemias graves en Canarias, con el posterior aumento de recursos
medicinales.
Los frailes misioneros, cuya labor religiosa y cultural fue bastante meritoria y decisiva
en la evolución histórica de Canarias, profundizarían y estudiarían los rudimentarios
conocimientos de curación aborigen, conservando todo aquello que fuera verdaderamente útil
y provechoso para restituir la salud, y añadiendo las técnicas medicinales de mayor eficacia
para las enfermedades más dañinas.
A finales del siglo XV, se implantaría el cultivo de la caña de azúcar, traído desde Madeira
por los portugueses. Con el funcionamiento de los primeros ingenios azucareros se fue
incrementando una notable inclinación del habitante canario hacia el consumo de productos
azucarados o muy dulces, factor que si bien podría ser muy poco llamativo, motivaría a largo
plazo, el surgumiento de enfermedades de la civilización (diabetes, caries, descalcificación...
etc.), que no existían en épocas prehispánicas, según muestran las investigaciones llevadas a
cabo sobre restos de más de quinientos esqueletos aborígenes, pertenecientes a diferentes
islas. 2
Al parecer diversas modalidades de enfermedad, simultáneamente, se fueron descubriendo
una serie de plantas, cuyos principios activos contrarrestaban, y llegaban a curar todo tipo
de dolencias. Muchas de estas hierbas forman parte de la vegetación endémica propia de
Canarias, otras, sin embargo, son de introducción posterior, provenientes de las costas
mediterráneas, y del continente americano, que se adaptaron fácilmente a las características
peculiares del suelo canario, ya en forma asilvestrada (Marrubio, Pazote...) de cultivo de
huerta o de jardín (Ruda, Apio, Perejil).
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Durante la segunda mitad del siglo XX, a través de las sucesivas migraciones de canarios
hacia el continente americano, especialmente a Cuba y Venezuela, se introdujeron en el
Archipiélago, nuevas especies vegetales, frutos y semillas de fácil cultivo y adaptación a las
condiciones climatológicas del suelo isleño (papas, tomates, pepinos, berenjenas, etc.). Con la
llegada de nuevas plantas, poseedoras de cualidades benéficas, desconocidas hasta entonces,
se contribuyó al avance de las curaciones con “Yerbas”, sobre todo para combatir
enfermedades degenerativas (artritis, hipertensión, problemas circulatorios, enfermedades
psíquicas, etc.).
Junto a las aportaciones agrícolas procedentes del Nuevo mundo, también afloraron una
serie de costumbres y supersticiones afroamericanas,
con rituales mágicoreligiosos,
ensalmos, hechicería, brujería..., que darían lugar a una atmósfera de misterio y de muerte
alrededor del fenómeno de curación natural que poseen las hierbas medicinales, solamente por
sus contenidos bioquímicos con principios curativos científicamente comprobados.
De esta manera queda dividida por una parte la figura del curanderohechicero,
y la del
“Yerbero” propiamente dicho, que se apoya en la experiencia de recetas simples a base de
hierbas. Por lo general la gente suele desconfiar más del curanderohechicero,
que del
“yerbero”, tal vez por temor o incredulidad. (Jaén Otero, 1984, pp. 2122).
ACERCA DE UN FOLKLOR MÉDICO SINCRÉTICO: EL CASO DE CUBA Y CANARIAS
El conocimiento de la medicina tradicional constituye una valiosa fuente de información a
la hora de realizar tamizajes fitoquímicos y farmacológicos. Éste, entre otros motivos, ha
generado un auge en los últimos años en su estudio.
Por ello, numerosos países han emprendido el estudio de esta disciplina, que, además,
constituye un medio de recuperación de su acervo cultural en peligro de desaparecer ante el
avance de la “medicina moderna”.
Sensiblemente determinantes han sido los vínculos históricos y culturales del archipiélago
canario con Hispanoamérica, que han motivado la importación de modas o costumbres de
estos países y con ellas la introducción directa o indirecta de muchas especies de aquellas
tierras. 3
Por otra parte, como apunta Manuel Alemán, el canario ha sido y es un pueblo obligado a
la “aventura y a la incertidumbre”. Aventura ocasionada por la necesaria emigración. El
Archipiélago es a lo largo de las distintas centurias un trasiego de gente venida de todas partes
y con todos los objetivos: aventureros de fortuna, de paso para América, comerciantes
europeos, misioneros evangelizadores. Y así se va creando el “tipo”, el “modelo” del
emigrante que nuestra gente acepta, asimila y hace suyo cuando a ellos les llega también el
momento de emigrar. La juventud canaria en distintas etapas –así 1720, 1750, 1800, 1850–
marcha océano afuera en busca de fortuna, sobre todo al Caribe y a Venezuela. Es un
fenómeno permanente a través de toda la historia. 4 (Alemán, 1998, pp. 114115)
Uno de los elementos de convergencia a destacar es el hecho de que, a pesar de estar en
presencia de contextos tan distantes geográficamente, se generó una gran afinidad cultural
como consecuencia de lazos históricos de hermandad nacidos y generados por el constante
flujo migratorio, (propiciador de tanta afinidad desde el punto de vista folklórico; los isleños e
indianos que cubrían la ruta entre ambos lados del Atlántico llevaban consigo sus fitorecursos
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en sus viajes de ida y vuelta a través del Atlántico como un elemento más de su cultura como
son su música, su folclor, los fundamentos de sus relaciones filiares, sociales y económicas,
su idiosincrasia, su cultura culinaria, etc.
La comparación sobre la utilización de las plantas medicinales en los sistemas de medicina
tradicional entre regiones de diferentes continentes no sólo contribuye al aprovechamiento
práctico de estos conocimientos y al enriquecimiento cultural de cada etnia, sociedad o
civilización, sino que también enriquece el potencial de las fuentes para la obtención de
medicamentos. (Torres y Quintana, 2004)
En nuestro propósito plasmado en otros trabajos de establecer paralelos entre las plantas
medicinales utilizadas en la medicina tradicional de Cuba y Canarias, 5 hemos tratado de dar a
conocer las especies utilizadas en Canarias que también son empleadas en Cuba para iguales o
diferentes dolencias, lo que ha permitido a ambos pueblos el enriquecimiento mutuo a fin de
aprovecharlos en la realización de tamizajes fitoquímicos y farmacológicos, y aunar esfuerzos
en su conservación y uso sostenible.
Sin embargo, todo el potencial de fitorecursos que ambos pueblos tienen en común tiene el
valor añadido del mutuo enriquecimiento adquirido y asimilado por la herencia cultural, tanto
en su fitonimia (modo de nombrar a las plantas), como en el medio de transmisión por
antonomasia del patrimonio cultural intangible, la tradición oral.
Muchos autores definen la idea de que el modelo de relación de las familias emigrantes
asentadas en Cuba se caracterizaba por la intrafiliación. Aceptamos esta idea entendiendo que
por distintas necesidades, bien sean de conservación de rasgos culturales, genéticos o por la
necesidad de una mano de obra específica, los canarios, como muchas otras comunidades de
emigrantes, tendieran a la intrafiliación. Pero, paralelamente a este fenómeno, el complejo y
dinámico proceso de cubanización, los fenómenos socioculturales tendientes a la integración
interétnica y cultural se dieron cita en muchas dimensiones socioculturales como es el caso
del sincretismo religioso.
En este proceso se gesta un fenómeno cultural al que queremos denominar Folklor Médico
Sincrético. Un destacable ejemplo de este fenómeno lo encontramos en los distintos aportes
que culturas como la china, la africana y la canaria aportaron, y siguen aportando, a la
actual medicina natural y tradicional usada en Cuba desde que empezaron a relacionarse
interculturalmente con el resto de la de la cultura Taína y Araucana que sobrevivió a los
procesos de aculturación y al exterminio colonial.
Particularmente, el folklor médico canario fue uno de lo que más impacto produjo en todo
este proceso de gestación de una medicina tradicional criolla en cuba. Prueba de ello son los
comentarios recopilados y presentados a continuación y que han sido extraídos de una obra
sin precedentes en la historia de la etnografía cubana, El Folklor Médico en Cuba , de Seaone
Gallo.
Las fuentes que plasma el autor son esencialmente primarias obtenidas de informantes
clave haciendo uso de la entrevista. Es el resultado de varios años de trabajo de campo
desarrollado por el autor en la provincia de Camagüey (Cuba). La obra se presenta como un
manual de medicina popular donde se recogen numerosos remedios para distintas afecciones
del cuerpo y del alma. Únicamente nos hemos limitado a extraer aquellos ejemplos en los que
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se hace referencia a los conocimientos que los informantes obtuvieron directa o
indirectamente de nativos/as canarios/os o de criollos descendientes de éstos/as.
Particularmente se destacan aquéllos donde la mujer es la principal portadora del
conocimiento, guardianas por excelencia del patrimonio cultural intangible y cuya sabiduría
transmitida por la tradición oral, sigue presente en las memorias del habla de la oralidad
cubana, sobre todo cuando se hace uso del conocimiento empírico para la atención primaria
de la salud física y espiritual.
Veamos entonces lo que los informantes entrevistados por Seaone le contaron cuando éste
les preguntaba si conocían de algún remedio casero para determinadas enfermedades:
Acné
Esto que les voy a contar es tan cierto como que hay un Dios en el cielo y como que
me llamo Alberto. Cuando yo era jovencito tenía la cara malísima, de tanto grano
que me salía. Empezaron a salir cuando yo tenía diez o doce años, por los pómulos, y
me fueron invadiendo, la barbilla, la frente, las sienes y no se detuvieron ahí,
siguieron por la espalda y el cuello. Era un tipo de grano que nacía y se ponía rojo.
Después se hacía una especie de pelotica roja que no se reventaba. Era como un
grano ciego, que no contenía humor ni reventaba. No era como los granos que uno
conoce. Se parecía más bien a lo que antiguamente se conocía como divieso pero no
echaba humor. Además de éstos me salía un tipo de grano especial en la parte de
atrás del cuello. Duraba como quince días y después se iba como absorbiendo en la
piel, y cuando uno creía que a desaparecer, quedaba una verruga. Mire la edad que
tengo y todavía diez o doce verrugas en la parte de atrás del cuello. Yo estaba
desesperado, porque ya tenía quince o dieciséis años y estaba en la edad de la
jodedera; estaba en lo de las canturrías, en lo de los bailecitos de los domingos, en lo
de las serenatas por las noches. No sabía que hacer, porque la verdad es que tenía la
cara que me daba asco a mí mismo. Entonces una vieja que era isleña, que creo que
era madrina de la vieja mía, o algo así, no recuerdo bien porque hace ya muchos años
de esto, me dijo que eso se curaba de una manera sencilla, como si nada, y que ni
marcas me iban a quedar en el rostro. Tenía que buscarme una mujer que estuviera
en sus días críticos, con el periodo, para que me apretara los granos. Entonces yo se
lo dije a Manolo Estévez, que en paz descanse, que era de una vuelta de como quien
va para el Escambray por Trinidad, que era de mayor edad que yo y que tenía mucha
más experiencia. Él tenía en el pueblo una mujercita que era de medio pelo y que
tenía muy mala fama. Yo creo que hasta le daba dinero a Manolo. Pero eso a mí no
me importaba, porque en definitiva un hombre es un hombre siempre, y si una mujer
le quiere dar dinero, allá ella y allá él. Pero bueno, a lo que íbamos, yo le dije a
Manolo del asunto y él habló con la putiña para arreglar las cosas. Un domingo,
estando ella con el periodo, fuimos los dos al pueblo y ella me apretó los granos con
los dedos de las manos. Puedo decir, sin mentirle, que la pobre mujer me apretó
grano por grano, desde la frente hasta la cintura, porque hasta allí me llegaban.
Llegamos después del almuerzo y la operación se terminó a las cuatro de la tarde. Me
acuerdo de que, cuando terminó a las cuatro de la tarde. Me acuerdo de que, cuando
terminó, me pasó las palmas de las manos por la cara, por el cuello, los hombros, el
pecho, la espalda, la cintura, con fuerza. Después cogió un algodón, me frotó alcohol
y vi las estrellas ¡Cómo me ardía compadre! Para no cansarlo con la historia, le diré
que a los pocos días los granos se me fueron, los granos se me fueron secando y noté
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que no había salido ninguno nuevo. A los dos o tres meses no me quedaba un solo
grano en el cuerpo. Lo único que me quedó fueron las verrugas en la parte de atrás
del cuello, porque ahí los granos eran de un tipo especial. Yo no sé cómo explicar
esto, pero yo certifico que es la pura verdad. No sé que propiedad puede pueden tener
en las manos las mujeres con el periodo ¡Es un misterio!.
(Alberto, 72 años, campesino, Ciego de Ávila.)
Asma
El asma es una enfermedad que la produce el frío en el pecho, que se coge por andar
haciendo disparates cuando hay viento, lluvia o frío. El remedio que yo conozco y
recomiendo, porque lo tengo más comprobado, es el cocimiento de flor de majagua,
tomado bien caliente cuando se siente el pecho empezándose a apretar. El remedio
me lo enseñó mi abuela, que era isleña de Canarias.
(Adolfina, 45 años, campesina, Sola.)
Borrachera
Dicen que en la Gran canaria hacen un remedio para quitar la borrachera, que es
darle de tomar al borracho su propio orine con azúcar y decírselo después. Enseguida
vomita y se le quita la borrachera.. Le digo esto porque aquí en la mismísima
Camagüey hay quien lo hace, pero no lo dice.
(Estrella, 56 años, Camagüey)
Cáncer
Para evitar el cáncer del interior se toma cocimiento de hojas y raíz de bejuco
cundeamor. 6 Esto lo sé porque cuando yo vivía en el Escambray, allá por el año 20,
me lo aseguró una isleña de Canarias, y usted sabe que los isleños conocen de
remedios caseros lo que nadie conoce. Esta mujer se llamaba Lita, 7 y era tan famosa
que había siempre colas de enfermos en el bohío, 8 y daba turnos, igualito que un
médico, pero con la diferencia de que ella curaba siempre a todo el mundo, mientras
que el médico cura cuando acierta, no. No aceptaba dinero porque decía que la
Virgen María se lo tenía prohibido, pero la gente le llevaba, agradecida, regalos en
cantidades y ella los aceptaba. Yo en aquel entonces andaba medio enamorado de
una sobrina que la isleña tenía, que en realidad no era sobrina, sino una muchachita
que había recogido en Cienfuegos, hija de una mujer de la mala vida. Ella lo hizo por
caridad, porque la madre pensaba llevarla para La Habana, para entregarla a la
Beneficencia, y usted debe saber lo duro que debe ser criarse sin familia. Pero
también lo hizo porque estaba ya vieja, y no quería seguir viviendo sola en aquel
paraje.
(Pedro, 61 años, campesino, Camagüey.)
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Diarreas
La cidrera es una matica muy graciosa que la gente siembra en los patios, se cogen
tres cogollos, se hace con ellos un cocimiento y se toma al tiempo. Un solo
cocimiento es suficiente cuando se trata de diarrea de mala digestión. La cidrera es
una matica que usted siembra un gajito en la tierra y, si la deja, se extiende y se
extiende y se coge el patio entero. La hoja tiene un olorcito como a menta. No echa
flores, pero echa unas semillitas chiquiticas, larguitas y verdecitas. Esta mata la
trajeron los isleños. Dicen que en Canaria la Grande es tan abundante que hace ola
hasta las ciudades. Como los isleños tiene gran fama de que saben curar con yerbas,
y es verdad que saben, la trajeron a Cuba cuando empezaron a venir. La mata se
conoce también con el nombre de Yerba isleña.
(Luz, 54 años, campesina, Florida.)
Difteria
A mí siempre me hace daño el frijol negro cuando le echo comino y siempre se lo
hecho porque me gusta el sabor que le da. Lo como en el almuerzo y me produce una
llenura que me dura todo el santo día, además de que estoy eructando el sabor del
comino hasta media noche. Hace muchos años yo recibí una visita de una amiga mía
de Santa Cruz del Sur, que conoce bastante de remedios de yerbas porque su mama
era isleña, 9 y se lo dije. Entonces ella me recomendó el remedio del saúco blanco con
toronjil, que se echan en agua para hacer un cocimiento que se toma ligeramente
endulzado después de comer. Desde entonces yo lo hago y puedo comer frijol negro
con comino sin que me haga daño.
(Estelvina, 63 años, Florida.)
Erisipela
La erisipela la produce un calor muy grande que se mete en la carne; les sale
mayormente a las mujeres. La cura que yo conozco consiste en cortarla. Para hacerlo
se coge bagacillo de yerba mora machacada, se pasa tres veces en cruz por la
erisipela y se dice cada vez la oración de Santa María. No sé si usted sabe que Santa
María es el nombre que le dan a la yerba mora los isleños de Canarias. La oración
dice:
Jesús, mil veces Jesús,
que es un hombre de virtud.
Donde Jesús fue nombrado
todo lo malo fue quitado;
y así con estas palabras,
son ciertas, son verdaderas,
yo te corto erisipela
colorada, blanca o negra.
Salte del campo brilloso,
para curar de tu pena;
no pidas brasa de fuego,
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ni tampoco de candela,
porque el fuego abrasa y la candela quema.
Tú me pides que te corte,
tú me pides que te corte:
Córtame
con las palabras
del poder de Dios, que es grande,
y un gajo de Santa María,
para que yo descanse.
Hazlo tres veces al día,
córtame con un Padrenuestro
y con tres Avemarías,
y si no es con esto,
con la gracia de Dios, viva.
La parte que empieza: “Córtame con las palabras...” tiene que decirla el enfermo; la
otra, el que está haciendo la cura. Se hace tres veces al día y, luego de terminar de
decir la oración, el enfermo le pide la yerba mora al otro, la echa en las brasas de la
candela y sale rápidamente de la cocina, para no coger el humo. La isleña que estaba
haciendo la cura que vi me enseñó esta oración; yo nunca la he usado porque
supongo que habrá que tener alguna gracia para poder curar con ella.
(Luisa, 63 años, campesina. Ciego de Ávila.)
Huesos Rotos
Este remedio que le voy a dar sirve para curar cualquier tipo de hueso roto, aunque
esté astillado. Primero se le da de tomar a la persona un vaso lleno de agua ardiente,
para que aguante mejor el dolor; luego se le halan las dos partes de la rotura, para
que el hueso se le acomode en su lugar. Entonces se va al monte y se busca bastante
cantidad de un bejuco que se llama disciplina, se machaca bien el bejuco y se echa en
alcohol caliente, se moja un paño doble de lana y se pone una guataplasma que cubra
bien toda la parte donde está la rotura. Se hace por nueve días seguidos,; al décimo,
ya el hueso está soldado. Este remedio es isleño. Mi madre que era hija de isleños,
me lo enseñó.
(Aurora, 72 años, Hogar de Ancianos “Padre Valencia”, Camagüey.)
Mal de ojos
Si se le pone a un niño una cintica o una tirita colorada amarrada en el puño, de
seguro que no le cae el mal de ojos que pudieran echarle. El mal de ojos viene siendo
una enfermedad que les cae a los niños cuando alguien que tiene mala fuerza en la
vista los celebra. La fuerza mala es como decir mucha fuerza, como tener la mirada
cargada. ¿A usted no se le ha dado el caso de que hay personas que nos las puede
mirar a los ojos, porque hay algo que molesta, y tiene que cambiar la mirada?
Cuando eso le pase, no deje que esa persona le celebre a un niño, a un animal o una
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mata. Hay personas que tiene la propiedad de echar mal de ojos a las tres cosas,
niños, animales y matas, pero las hay que solamente pueden hacer daño a una sola
cosa. Yo conocí a un hombre que cuando celebraba a una vaca o a un caballo, la
bestia se enfermaba y se moría. Hay una oración para curarles el mal de ojos a los
animales, pero quien la sabe no la dice, y son muy pocos los que la saben. Lo único
que le dicen a usted es que la oración la inventó el Santo patrono de las Islas
Canarias.
(Rigoberto, 66 años, campesino, Morón)
Neuralgia
La neuralgia se debe a un aire que se coge dentro de la cabeza. No sé por dónde le
entra, porque el que entra por la nariz va para los pulmones... El caso es que le entra,
por algún lugar le entra... El remedio que yo preparo es coger tres hojas de salvia,
picarlas por la mitad y ponerlas en el fondo de una lata, formando una cruz una mitad
con la otra; luego se echa un poquito de hojas de té y se añade agua caliente, tapando
la lata; a los cinco minutos se destapa, se cuela el agua, se endulza con azúcar prieta
y se toma una taza grande. Debe tomarse tibio y hacer reposo después. La tisana
tiene un sabor muy sabroso. Este remedio me lo enseñó una isleña vieja cuando yo
me casé, hace más de cuarenta años.
(Evangelina, 71 años, campesina, Camagüey.)
Padrejón
Mi madre se murió muy joven a consecuencia del histerismo, que es una enfermedad
nerviosa de la boca del estómago. Al nacer, yo lo heredé de ella y lo padecía hasta
los doce años. Uno siente como una punzada sin categoría, como si un viento
sobrante se quisiera salir por la boca del estómago. Esta enfermedad viene de los
malos ratos. Un suponer, cuando se es joven se trabaja mucho, se alimenta uno mal,
duerme poco...; todo esto quiere decir que se sufre mucho por el trabajo que se pasa
para poder vivir buscando dinerito. Un ejemplo, yo empecé a sufrir cuando la Guerra
de Independencia; en aquel entonces fue que mi madre se murió en pleno monte a
consecuencia del histérico, porque la familia entera estaba alzada. Al poco tiempo
mataron a mi padre y yo quede solo en este mundo, en medio de una guerra. Me
dediqué a hacer mil menesteres distintos en medio de la tropa, por unas pocas
monedas, porque los mambises que estaban en Cuba casi no tenían dinero; los que lo
tenían eran los que estaban en Tampa o en cayo hueso y no lo podían mandar con
facilidad, por la guerra...Cuando aquello ya yo tenía el padrejón en su apogeo,
porque nací con él y la guerra me lo agravó, porque un niño solo en la guerra sufre
mucho más que los mayores, aunque la verdad es que todo el mundo me atendía y se
preocupaba por mi, por mi edad y también porque sabían de mi enfermedad; ésta fue
la razón por la que no me dejaban coger un fusil, aunque yo quería. Pero no sólo era
por eso. Como el padrejó me tenía sin apetito, yo estaba muy flaco y poco
desarrollado, porque casi no comía Yo tenía doce años y todo el mundo decía que
tenía seis. Tenía tan poco desarrollo que no me daba pena andar desnudo... por otro
lado nada me hubiera importado, porque casi todo el mundo andaba medio desnudo y
harapiento por falta de ropas...Un día un moreno prieto que había en la tropa me dijo:
“Dame acá tal dinero –no me acuerdo de la cantidad– que yo voy a curar tu padrejó.”
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Y compró con tal dinero que le dí una botella de aguardiente marca Isla del que se
hacía en Canarias, una isla que, como Cuba, era de España, que tenía fama de ser
curativo. Me acuerdo como si fuera hoy de la etiqueta de la botella: tenía siete islas
estampadas. El moreno le echó a la botella una mata que se llama yerba Luisa. Por
indicación del moreno yo me tomaba una tacita antes de desayunar. Enseguida
empezaba a sudar y a eructar; me acuerdo de que el olor de la yerba Luisa me salía
en el sudor por los poros, pero me secaba fácil porque casi siempre andaba desnudo.
Tomé de la botella hasta el final, pero desde mucho antes yo ya estaba curado. Puede
anotar el remedio con entera confianza; yo lo garantizo con la salud que tengo. Han
pasado más de sesenta años y nunca más he tenido padrejón a pesar de que me han
sobrado los motivos para tenerlo.
(Tomás, 78 años, campesino, Morón)
El padrejón se debe a que un residuo del estómago que proviene de la mala digestión
produce un latido en el medio del pecho; elimina el apetito y lo pone a uno muy
nervioso. Antiguamente había personas que sabían curar el padrejón pasándole la
mano al enfermo por la boca del estómago, hacia abajo, y haciendo un rezo que no le
decían a nadie, porque si lo decían, perdían la gracia. Esa gracia era un don que Dios
les había dado al nacer, igual que le da a otros la capacidad de jugar a la pelota mejor
que nadie. Siempre oí decir que los rezos eran de Canarias y parece que sea verdad,
porque a la mayoría de las mujeres que yo vi curando el padrejón eran isleñas. Yo
siempre he sido muy observador y noté que la isleña de Canarias tiene la
particularidad de que, cuando pasa de los cuarenta años, tiene muchos pelos blancos
en la parte del bigote y, sobre todo, en la parte de bajo de la cara, en ese lugar que en
las bestias se llama papada. Cuando yo era niño se decía que muchas de ellas tenían
barba y eran brujas, pero en honor a la verdad debo decir que nunca vi una barba
propia en una isleña; lo de los pelos blancos si lo noté...
(Come, 74 años, campesino, Nuevitas.)
Pujo
Para curarse el pujo lo mejor que hay es una matica que se llama bleo blanco, que no
es muy abundante. Se coge la matica entera, se le corta la raíz, se machaca para
sacarle el zumo y se toma por cucharadas. Por suerte echa bastante zumo. Se echa
cada tres horas. El remedio me lo hacía mi padre, que era isleño de la Gran Canaria
(Campesina, 56 años, Guayabal.)
Tiña
La tiña se coge porque el aura caga en el aire y riega en la atmósfera el microbio de
la enfermedad. Por algo hay un dicho que dice que cuando uno está saldo hasta los
perros lo mean y los pájaros lo cagan. Si un birriajo muy pequeño de la porquería del
aura le cae a uno en la cabeza, coge la tiña. Al aura le dicen tiñosa porque tiene tiña;
por eso pierde la pluma de la cabeza y del pescuezo y se queda toda pelada. De la
cabeza el microbio le pasa a la sangre, por eso es que al cagar lo contagia a uno. El
remedio que yo conozco que la cura es el zumo de cundeamor machacado, pero hay
que ser constante en la cura y caerle a la tiña con el cundeamor hasta una semana
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después de que se haya curado o de que parezca curado, porque puede tardarse de
una cura en falso al quedar el microbio en el pelo y poder volver a caer en la piel.
Como usted ve, la tiña tiene cura, y bastante fácil que es...Yo no me explico por qué
hay tanta gente que le tiene tanto temor. Antiguamente se corrían historias sobre la
tiña. Yo me acuerdo de que las viejas decían, sobre todo las isleñas –y me acuerdo de
que todas las que conocí eran narizonas–, que cuando una bruja no puede llevarse a
un niño para sus fechorías de chuparle la sangre, hace que un aura le cague en la
cabeza para que le salga tiña. Y había una tiña especial, la tiña embrujada, que no se
curaba con nada. Yo le puedo decir que en los años que tengo, que ya son unos
cuantos, nunca he visto un solo caso de tiña que no se haya curado más tarde o más
temprano. Y he visto muchos niños con tiña en la cabeza por muchísimo tiempo.
Pero no porque fuera tiña embrujada, sino por abandono de los padres. Se da el caso
del padre que ve al hijo con una postilla en la cabeza por muchísimo tiempo. y no le
pregunta si es un golpe o de otra cosa; si es tiña y el muchacho empieza a rascarse, él
mismo se la riega por toda la cabeza.
(Chito, 85 años, campesino, Morón)
CONCLUSIÓN
El objetivo principal de este trabajo ha sido el de intentar exponer, a través de la
presentación de estas fuentes recogidas por Seaone Gallo, argumentos que apoyen nuestra
tesis de una medicina popular trasatlántica, de Folklor Médico Sincrético entre Cuba y
Canarias. El método ha sido básicamente expositivo y descriptivo sin profundizar demasiado
en un análisis que requiere un tratamiento más profundo desde el punto de vista científico y
que estamos desarrollando en un trabajo más amplio, y que requiere unos medios económicos
de los que no disponemos ya que esto de la investigación lo hacemos por el mero gusto de
aportar nuestro grano de arena a las ciencias sociales, y en particular a la historia, como es el
caso que nos ocupa.
Queda expuesta la idea que defendemos de que la emigración canaria jugó un papel
significativo en el desarrollo de la medicina popular de aquellos lugares y culturas con las que
entabló relación en sus flujos migratorios en busca de nuevos horizontes. En el caso particular
de Cuba son evidentes las fuentes etnográficas e históricas que lo demuestran y que hoy en
día siguen presentes en las memorias del habla y en las prácticas médicas populares en lo que
la atención primaria se refiere incluidas aquéllas que implican un dimensión más espiritual y
metafísica de estos fenómenos.
También ha sido nuestra intención el de tratar de mostrarles nuestra inquietud por
incentivar, crear y desarrollar espacios para la reflexión interdisciplinar e invitar a los
interesados en la historia a la indagación científica que de forma dialéctica se relacione con
otras disciplinas, (etnobotánica, sociolinguística, antropología cultural, etc.) y así ampliar el
campo de su legitimidad teórica a efectos de descubrir y desarrollar nuevas aristas y líneas de
investigación acerca de las relaciones entre Canarias e Hispanoamérica.
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A propósito de una medicina popular trasatlántica...
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XVI Coloquio de Historia CanarioAmericana
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NOTAS
1 Israel B. Torres Jiménez es Licenciado en Pedagogía y Master en Educación por la Universidad de La
Laguna (Tenerife) y Master en Desarrollo Cultural Comunitario por la Universidad de Oriente (Santiago
de Cuba). Ignacio Quintana Cárdenes es Técnico Superior en Hortofruticultura y estudiante de Educación
Social.
2 Historia de la Medicina en Canarias, tomo I, Dr. Juan Bosch Millares, 1962. Ed. Excmo. Cabildo Insular
de Las Palmas. En Nuestras Hierbas Medicinales, Jaén Otero, José, Ed Caja Insular de Ahorros, Santa
Cruz de Tenerife, 1984.
3 Pereza de Paz, P. y Hernández Padrón, Consuelo E., Plantas medicinales o útiles en la Flora Canaria ,
Francisco Lemus Editor, La Laguna, 1999.
4 Psicología del Hombre Canario, Alemán Álamo, Manuel, Instituto Psicosocial Manuel Alemán Álamo,
Las Palmas de Gran Canaria, 1988.
5 Véase, de los mismos autores, “Análisis comparativo preliminar sobre el empleo de plantas medicinales
en la medicina tradicional de Cuba e islas Canarias”, Revista Cubana de Plantas Medicinales.
6 Los canarios llegaron a familiarizarse también con la flora cubana como se demuestra aquí.
7 Destacar el papel de las mujeres como las personas que más perpetúan las costumbres.
8 Típica casa cubana.
9 Aquí la confianza llega a tal punto que el simple hecho de que lo hubiere dicho un isleña aumenta la
credibilidad del remedio.
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