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TURISMO Y ÁREAS NATURALES PROTEGIDAS EN
CANARIAS: EL USO DEL TERRITORIO Y EL VALOR
DEL PAISAJE. EL CASO DE LA ISLA CANARIA DE EL
HIERRO
Raquel de la Cruz Modino
DESARROLLO Y ÁREAS NATURALES PROTEGIDAS EN CANARIAS
Dentro del conjunto del territorio español, las Islas Canarias constituyen uno de los
destinos turísticos consolidados a nivel internacional más importantes. La economía del
archipiélago, de origen eminentemente agraria, desde principios de la década de los sesenta se
ha apoyado en el desarrollo del turismo y se ha orientado de forma notoria hacia el sector
servicios. A tenor del crecimiento económico experimentado gracias al desarrollo de estas
actividades y de la construcción ligada al turismo de masas, numerosas voces han afirmado en
las últimas décadas que es necesario reflexionar sobre la manera en que se debería conjugar la
actividad turística con la conservación y gestión del patrimonio natural y cultural del
archipiélago. En la actualidad, en Canarias se ha abierto un debate en torno a los conceptos de
capacidad de carga del territorio y desarrollo. En dicha discusión se han venido realizando
ciertas asunciones que debemos hacer explícitas:
1. Que cuando se habla de desarrollo en el marco insular generalmente se asocia este
concepto a la generación de beneficios económicos derivados del crecimiento
turístico, de la creación de empleo y del aumento del gasto medio realizado por los
visitantes que, se supone, tal crecimiento lleva aparejado;
2. Y que cuando se utiliza el concepto “capacidad de carga” en relación al territorio
insular, comúnmente se entiende que éste hace referencia a determinados límites;
los cuales se suelen traducir por el número máximo de plazas alojativas con las que
debe contar cada isla (techo alojativo).
A pesar de que en la actualidad existe un cierto consenso en el reconocimiento de que los
efectos sobre el medio ambiente no pueden ser vistos como problemas externos u ocasionales,
solucionables mediante la aplicación de determinadas medidas técnicas, en un contexto
globalizado sigue abierta la pregunta que versa sobre la manera de conjugar las necesidades y
aspiraciones de los diferentes grupos humanos en el presente sin comprometer las del mañana.
A nivel local, a fin de responder a esta pregunta se han generado multitud estrategias
materializadas en “Planes de Desarrollo Sostenible” o en “Planes de Ordenación” (por
ejemplo), que han impulsado la elaboración de diversos de instrumentos con una cobertura
legal específica de los que en Canarias tenemos importantes ejemplos. En la última década,
una estrategia común adoptada desde o derivada de dicha maniobra ha sido la creación de
diferentes figuras de protección aplicables a multitud de recursos. Mediante las declaraciones
de espacios protegidos, por ejemplo, se pretende regular los usos que se ejercen sobre
determinados recursos al fin de garantizar una explotación que asegure la continuidad de los
mismos. En este contexto, la conservación parece haberse convertido en la abanderada del
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desarrollo de muchos sectores. Y la aplicación de medidas de índole conservacionista se
defiende incluso como indispensable para garantizar la pervivencia de determinados rasgos
culturales e identitarios. No dejando de reconocer que existen unos claros límites ecológicos
en el uso de ciertos recursos, no podemos dejar de advertir que en ocasiones la adopción de
medidas conservacionistas no va acompañada de planes y estrategias de gestión adecuados.
En muchos casos, de la superposición de diferentes figuras de protección sobre un mismo
espacio y unos recursos, y de la integración de éstos en los planes mencionados
más arriba, tan sólo se siguen actuaciones encaminadas a asegurar el cumplimiento de ciertas
restricciones que las declaraciones proteccionistas llevan aparejadas. Y tal vez deberíamos
preguntarnos si la simple imposición de limitaciones sobre el uso de los recursos basta para
garantizar la conservación de los mismos y el desarrollo de las poblaciones vinculadas a éstos.
Dejando esta pregunta abierta, el objetivo de la presente exposición será analizar la relevancia
de la declaración de Reserva de la Biosfera de la isla de El Hierro, en el marco apuntado.
Con el nombre de Reserva de la Biosfera se conoce a una designación internacional de la
UNESCO para lugares seminaturales que contengan valores ambientales singulares en buen
estado de conservación y en los que existan comunidades humanas asentadas. Según se
recoge en el “Marco Estatutario de la Red Mundial de la Reserva de la Biosfera”, éstas son
“zonas de ecosistemas terrestres o costeros/ marinos, o una combinación de los mismos,
reconocidos en el plano internacional como tales en el marco del Programa sobre el Hombre y
la Biosfera (MAB) de la UNESCO”. 1 Es decir, con esta designación se valora el modelo de
desarrollo de ciertas poblaciones, las cuales han encontrado un modo de progresar económica
y socialmente al mismo tiempo que han cuidado los recursos ambientales que las sostienen.
Su declaración simplemente pretende incentivar un modelo de uso del territorio respetuoso
con el medio ambiente apoyado en el cumplimiento de al menos tres funciones básicas:
conservación (mantener la diversidad biológica, los recursos genéticos, el patrimonio cultural
de cada territorio y sus ecosistemas), desarrollo (en ellas se deben poner en marcha
programas reales de desarrollo sostenible) y logística (proporcionar una Red que permita el
trasvase de experiencias y la cooperación en materia de investigación y formación). Las
reservas de biosfera pretenden ser mucho más que simples zonas protegidas, quieren
significar un contexto en el que puedan desarrollarse plenamente todas y cuantas acciones
logren contribuir a satisfacer las necesidades presentes y futuras de las poblaciones, en
consonancia con la protección de los recursos locales. Pueden ser importantes instrumentos
para la investigación, la observación permanente y la capacitación; fomentando la educación,
el flujo de información y la cooperación entre países, y la participación social. Un objetivo
esencial de declaraciones como ésta es la elaboración de modelos de ordenación del territorio,
contando con el apoyo y la participación de las poblaciones locales, integrándolas en el
planeamiento regional e intentando lograr un ajuste equilibrado entre las distintas zonas de la
reserva y las actividades que se dan en ellas. 2 Las reservas de biosfera son designadas por el
Consejo Internacional de Coordinación del Programa MAB a petición del Estado interesado.
Aunque algunos países han promulgado leyes específicas para el establecimiento de sus
reservas de biosfera, en muchos otros, la zonificación puede incluír diversas categorías de
protección (como los parques nacionales y las reservas naturales), y/o otros reconocimientos
(como los Lugares de Interés Científico, por ejemplo). Las reservas pueden establecerse en
una amplia variedad de situaciones medioambientales; no obstante deben tener dimensiones
suficientes para cumplir las tres funciones de las reservas de biosfera mediante el siguiente
sistema de zonificación:
a. una o varias zonas núcleo jurídicamente constituidas, dedicadas a la protección a
largo plazo y de dimensiones suficientes para cumplir tales objetivos;
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b. una o varias zonas tampón claramente definidas, circundantes o limítrofes de la(s)
zona(s) núcleo, donde sólo puedan tener lugar actividades compatibles con los
objetivos de conservación;
c. una zona exterior de transición donde se fomenten y practiquen formas de
explotación sostenible de los recursos.
EL HIERRO, RESERVA DE LA BIOSFERA
En la actualidad, toda la superficie de la isla de El Hierro (278 Km 2 ) está declarada
Reserva de la Biosfera, y a los espacios protegidos, monumentos naturales, miradores y
lugares de interés natural y cultural, señalados en los mapas, hay que añadir desde 1996 la
reserva marina Punta de La RestingaMar
de Las Calmas (Orden de 24 de enero de 1996, BOE
nº 30, de 3 de febrero). Todas estas áreas protegidas de igual forma, aunque tengan diferentes
categorías, aspiran a conseguir unos objetivos que conjugan conservación y desarrollo con
diferentes usos, principalmente científicos, recreativos y educacionales. Según se desprende
de la información facilitada por los gestores locales de la Reserva de la Biosfera de El Hierro,
la declaración es como una denominación de origen en el caso de los vinos: dará renombre,
prestigio, sello de calidad e imagen exterior. Al mismo tiempo, facilitará la obtención de
recursos para los proyectos que se planteen en el futuro, aunque directamente no exista un
fondo para subvencionar a la Reserva.
Las reservas, como ya se apuntó, cumplen tres funciones: conservación, desarrollo y
logística. Para la Reserva de la Biosfera de El Hierro, la primera ha quedado enmarcada
dentro de la Ley de Espacios Naturales de Canarias y el Plan Insular. Sobre la segunda
función debemos señalar que los programas de desarrollo son definidos por el Programa de
Desarrollo Sostenible aprobado en 1997 por el Pleno de Cabildo Insular, desde el cual se han
impulsado entre otros: el Plan Insular de Residuos, el Plan Hidrológico Insular, el Turismo
Rural, la Agricultura y Ganadería Ecológica, el Asociacionismo, 3 las acciones Leader sobre el
medio rural (las cuales se han centrado en la restauración de la arquitectura tradicional para su
posterior empleo como alojamientos turísticos) y se ha apoyado al proyecto 100% Energías
Renovables para la isla de El Hierro. 4 En cuanto a la función logística, la Reserva de la
Biosfera de El Hierro se ha sumergido en una red de mundial conformada por más de 370
reservas, donde compartir información y experiencias. Aunque esto no ha supuesto iniciar
acciones concretas dirigidas a informar a la población local en su conjunto, con la salvedad de
las llevadas a cabo desde la Coordinación de la Reserva Marina Punta de La RestingaMar
de
Las Calmas en materia de educación medioambiental por los colegios de la isla.
La zonificación de la reserva se ajusta a la catalogación recogida en el Plan Insular, por lo
que la declaración no supone a priori restricciones adicionales al desarrollo o a la
construcción. Se ha definido una zona núcleo, de máxima protección, que incluye la reserva
Natural Integral de los Roques del Salmor, la Reserva Natural Especila de Tibataje, la
Reserva Natural Integral de Mencáfete y el área de reserva integral de la Reserva Marina
Punta de la RestingaMar
de las Calmas. En total, esto supone unas 1.219 has. La zona
tampón cubre el Parque Rural de Frontera, el Monumento Natural de Las Playas, el Paisaje
Protegido de Ventejís –Zona Especial para la Protección de las Aves, ZEPA– y el de
Timijiraque, las zonas costeras, el malpaís, los conos volcánicos y el resto de la Reserva
Marina. Ello comprende unas 13.148 has. El resto de la isla se halla catalogada como zona de
transición.
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Aunque la coordinación de la Reserva de la Biosfera en la isla de El Hierro se canaliza a
través del área de Medio Ambiente del Cabildo Insular, ésta se gestiona a través de un consejo
“de expertos”, técnicos dependientes de la administración local, y el Consejo Sectorial de la
Reserva de la Biosfera. Éste último es presentado como un importante foro de participación
social donde se encuentran multitud de representantes y vecinos de la isla.
Entre los múltiples beneficios que aporta la instauración de figuras proteccionistas como
ésta podríamos reconocer tres tipos de valores: los de tipo ambiental, derivados del
mantenimiento de procesos ecológicos y de la riqueza en biodiversidad; los de tipo recreativo,
que comprenden el potencial de uso público; y los de tipo productivo que se refieren a
cualquier tipo de aprovechamiento existente (reciclaje, potenciación de las fuentes de energía
renovables, innovación e impulso del sector primario…etc.) (Martín Esquivel, 2000, p. 152).
El área declarada de la isla de El Hierro contiene una serie de valores en teoría no
consumibles, culturales y estéticos que, resaltados tras la declaración de reserva, pueden ser
utilizados para construir una imagen turística del conjunto exportable y vendible. El paisaje
posee valor económico ya que puede ser explotado por la empresa turística de manera más o
menos explícita, directa o indirectamente. En este contexto en la isla de El Hierro estamos
asistiendo a la conversión de una serie de atributos en recursos económicos. La cultura, el
paisaje, el espacio, se están mostrando y promocionando como productos o elementos de
interés turístico. Declaraciones como aquéllas, más que premiar y reconocer la viabilidad del
modelo turístico desarrollado hasta la fecha en la isla, están impulsando la promoción turística
de todos los elementos que fueron en un momento determinado apreciados para que tal
declaración se llevase a cabo; y proyectan una imagen concreta de la isla dentro de la región
turística Canarias.
UN ESCENARIO COMÚN: TURISMOS ALTERNATIVOS Y DESARROLLO
Las declaraciones de espacios naturales protegidos han adquirido una enorme relevancia y
se han sucedido a gran velocidad en pocos años en todas las islas del archipiélago canario. No
obstante puede darse la situación de que los beneficiarios de este tipo de declaraciones y del
turismo que se está intentando atraer a las islas bajo una imagen de naturaleza y de una cultura
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conservada, que se apoya en las anteriores, no está siendo el conjunto de la población local
como se recoge en la teoría de las Reservas de la Biosfera. Con la declaración de estos
espacios protegidos o reservados se pretende, tal y como se apuntaba al comienzo, conciliar la
conservación de los recursos (biológicos, paisajísticos, históricos...) con su uso sostenible.
Aunque en existen razones para pensar que en ocasiones mediante la conservación
de determinados espacios lo que se persigue es conciliar un paisaje determinado y unos
recursos con su uso turístico. Tal y como se ha ido desprendiendo de la experiencia de
otras islas declaradas Reservas de la Biosfera con anterioridad, como Lanzarote, los más
favorecidos pueden ser los empresarios turísticos. Al margen de que se hayan cumplido o no
las funciones de la reserva (conservación, desarrollo y logística) es innegable que tal marca ha
constituido una exótica distinción, clave para promocionar una imagen de la isla contenida en
un emblema que conjuga la reserva marina del archipiélago Chinijo y Timanfaya. La
designación, como denuncian ciertos grupos ecologistas de Lanzarote, se ha convertido en
una especie de logotipo capaz de hacer saber al mundo –“y a nosotros mismos”– que esta isla
se ha convertido en Reserva de la Biosfera (Asociación cultural y ecologista de Lanzarote,
1997, p. 38).
En la isla de El Hierro, dentro de ua estrategia que intenta conjugar conservación y
desarrollo, se ha incentivado una forma de turismo “innovadora, de calidad y respetuosa con
los recursos”. En relación a la realización de actividades turísticas en entornos naturales o
naturalizados, sobre todos estos argumentos planea la idea de que estas formas “blandas” de
turismo no generan impactos medioambientales, que no degradan el medio físico, ni dañan la
biodiversidad que se pretende conservar; y que tampoco afectan negativamente a las
poblaciones locales, procurando por el contrario cuantiosos beneficios para ellas y
ayudándoles a preservar su identidad cultural y estilos de vida tradicional. Se ha apostado por
estos turismos alternativos promoviendo el desarrollo de nuevas actividades en los espacios
naturales protegidos y completando la oferta con visitas a Ecomuseos y complejos
medioambientales en los que se trabaja por recuperar especies animales autóctonas como el
Lagarto Gigante de El Hierro (Gallotia Simonyi). Al producto que se está intentando dibujar
en la isla se añade la promoción de deportes de aventura como del trekking, el parapente y del
submarinismo; ofreciendo para ello imágenes de una naturaleza apenas tocada y de unos
fondos marinos espectaculares y ricos, a través de campeonatos de fotografía submarina y de
concentraciones deportivas. Además se quiere potenciar el turismo de salud gracias a la
presencia del hotelbalneario
Pozo de la Salud. En cuanto al alojamiento, denominador común
utilizado para definir todas las posibles formas de turismo, el Cabildo de El Hierro ha
incentivado la rehabilitación de muchas casas deshabitadas en espacios no urbanos. 5 Al
margen de esto, hoy por hoy, la isla sólo cuenta con un producto sólido: la actividad del buceo
en el entorno de la Reserva Marina Punta de La RestingaMar
de Las Calmas; y posee un
logotipo bajo el que construye una imagen adaptada a las demandas del mercado. Como
espacio o área rural sobre la que se proyectan ciertas actividades y que cuenta con
alojamientos preparados en enclaves no urbanos, podríamos decir, aplicando las definiciones
pertinentes, que el tipo de turismo que llega a El Hierro es ecoturismo
o turismo rural. Pero
la referencia al turismo rural en la isla se apoya simplemente en una caracterización espacial
de la misma (Santana Talavera, 2002, p. 15). La imagen del destino ecoalternativo
y su oferta
de actividades, se conjugan sobre la representación de los valores más atractivos de la isla,
recursos ya presentes que se intentan activar como productos turísticos mediante la adopción
de una imagen simbólica, de una estética apropiada a las demandas del mercado y que
responden al discurso derivado del cuerpo teórico del ecoturismo. Con el fin de crear la
imagen de un producto adecuada a los elementos requeridos por el mercado, se ha tomado
como referencia un espacio rural naturalizado, en contraste con el paisaje de los núcleos
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turísticos más populares del Archipiélago, que ha sido legitimado como tal a nivel
institucional posteriormente. Por todo ello, me atrevo a afirmar que en este caso son los
rasgos de los turistas que los planificadores locales pretenden atraer hasta la isla, sus
expectativas y los estereotipos que acompañan a las actividades que aquellos podrían realizar,
los que están configurando y adecuando los recursos con los que El Hierro ya cuenta; recursos
que sólo se activarán posteriormente como productos (Santana Talavera, 2002,p. 25). La
imagen de este visitante contrasta con la del turista masa habitual de Tenerife o Gran Canaria.
Frente a éste último, la aparición del ecoturista o del turista verde, en el escenario de una isla
protegida y que se defiende “diferente”, debe ser entendida como una interpretación, una
construcción social de quienes ven en la naturaleza y su recreación un nuevo producto
inagotable al que le bastan un par de retoques para estar listo para consumir, muy útil para
reparar la negativa imagen anterior. Así, este turismo es legitimado y visto como un generador
de beneficios, a pesar de que no sea más que una construcción ideal (Miller, 1993, pp. 184 190).
La imagen que se está construyendo de isla de El Hierro es la de un lugar prístino,
auténtico y preservado, a diferencia del resto de las Canarias que (se asegura) han perdido no
sólo su paisaje originario sino su identidad. Pero, realmente ¿podríamos decir que este
nuevo turismo constituye una forma alternativa? ¿Y que la isla de El Hierro es un destino
alternativo?
En primer lugar, hemos de tener en cuenta que en un destino consolidado como Canarias
no hay forma de sustituir a medio plazo el tipo de turista que nos visita. En este sentido, los
nuevos turistas que se intentan atraer no son unos turistas alternativos. Por mucho que se
incentiven medidas para crear nuevos tipos de alojamientos en áreas rurales (es decir, que no
sean hoteles o apartamentos tradicionales al pie de la playa) el turismo que va a consumir la
nueva oferta no desplazará ni sustituirá al turismo de masas que sigue llegando a las islas en
busca de sol, la playa y el buen clima durante todo el año.
El ecoturismo, el turismo rural, el turismo de aventura, el turismo de salud, conforman
formas “sofisticadas” de turismo. Estos “turismos” que, bajo nuevos términos con un carácter
marcadamente comercial y siempre referidos a “formas diferentes de practicar turismo”, se
definen por utilizar los entornos no urbanos como eje para el pernocte y la realización
de ciertas actividades (Santana Talavera, 2002, p. 15), no hacen otra cosa que segmentar el
mercado, es decir, diversifican la oferta pero sobre la que ya existe en Canarias; motivo por
el cual no pueden ser consideradas formas alternativas de turismo sino un complemento.
Ciertamente, tal y como prescribe la teoría del turismo rural que considera la escasez en
número de visitantes una cualidad propia de esta nueva forma, hasta El Hierro llegan muchos
menos turistas pero sencillamente porque en estos momentos el número de alojamientos y
transportes disponibles es muy limitado; y porque la promoción que se ha llevado a cabo de la
isla, como destino turístico, está a años luz frente a las restantes. Otro de los pilares sobre el
que se apoyan todas estas nuevas formas de turismo es el de los bajos impactos, o mejor
dicho, la tesis de que sólo provocan efectos positivos sobre la población local, generando
empleo, y sobre el medio, ayudando a su preservación.
En relación al número de turistas, debemos recordar que aunque la capacidad de carga
pueda definirse como la densidad de población que puede soportar un área determinada con
unos recursos y unas tecnologías, un aumento de población no tiene por qué implicar una
mayor degradación del medioambiente. El impacto sobre el medio resulta no sólo de un
número de personas, sino de ese número multiplicado por su capacidad de consumo (Bifiani,
1999, p. 111). Al turista alternativo, activo o sostenido, hay que ofrecerle actividades en
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lugares y ámbitos determinados, como a cualquier otro turista, y ello siempre genera efectos.
Por otro lado, los beneficios de estas formas de turismo blandas dependerán de la cuantía de
las inversiones que se tengan que realizar para acondicionar las áreas receptoras de visitantes,
y de la capacidad de los locales para controlar los recursos y el mercado.
EL CASO DE LA RESERVA MARINA PUNTA DE LA RESTINGAMAR
DE LAS CALMAS
La Reserva Marina Punta de La RestingaMar
de Las Calmas, se ubica en el entorno de La
Restinga (municipio de Frontera), en el sur de la isla de El Hierro. La Restinga nació como
núcleo pesquero. En la actualidad esta actividad ocupa un lugar preferente en el pueblo,
aunque la presencia de playas cercanas, y la posibilidad de practicar buceo y otras actividades
turístico deportivas, tanto en el ámbito del Mar de las Calmas (excursiones en Kayak y pesca
deportiva) como en las áreas naturales adyacentes, 6 han convertido a esta zona en el “destino
turístico” 7 más importante de toda la isla. La mayor parte de las familias locales que tienen su
residencia fija en esta localidad dependen de la actividad pesquera profesional. Según el
último censo de embarcaciones autorizadas a pescar en la Reserva Marina Punta de La
RestingaMar
de Las Calmas (BOE nº19 de 22/01/2001), existen 48 embarcaciones con puerto
base en el pueblo; y según el censo de pescadores elaborado por la Viceconsejería de pesca
durante el año 2000, existen 44 pescadores inscritos en la Cofradía de Pescadores “Nuestra
Señora de Los Reyes” de La Restinga. Desde que se declarara en 1996 la reserva, estas cifras
prácticamente no han variado.
Desde 1989 existían proyectos de establecimiento de una reserva marina en las costas de la
isla de El Hierro, pero ésta no llegó a constituirse hasta 1996 con la mediación de los
pescadores. Dos años antes, en 1994, la Cofradía de Pescadores Nuestra Señora de los Reyes
de la isla de El Hierro elevó una petición por escrito al Director General de Pesca del
Gobierno de Canarias en la que exponía el interés de crear una reserva marina en el entorno
del Mar de Las Calmas (en las costas de La Restinga), por los beneficios que tal declaración
podría aportar al sector pesquero profesional de la zona. El proyecto, que contó en todo
momento con el asesoramiento y el apoyo de investigadores de la Universidad de La Laguna,
fue aprobado por la mayoría de los pescadores (y especialmente defendido por el que fuera
Vicepatrón de la Cofradía en aquel momento y que hoy en día es el Patrón Mayor)
principalmente porque la reserva marina se presentó al sector como una solución idónea para
reforzar la vigilancia de las aguas y defenderse de los pescadores furtivos y foráneos, tanto
deportivos como profesionales, que acudían al territorio de pesca por excelencia de los
profesionales de La Restinga.
Por otro lado, contando con la experiencia sobre la gestión de los recursos pesqueros que
tenían los pescadores locales, 8 una medida como ésta se presentaba como una ayuda más para
lograr que los profesionales de La Restinga llegaran a gestionar el monto de las capturas
realizadas en el área, obteniendo así un mayor control sobre el recurso en la zona. La
generación de puestos de trabajo relacionados con la vigilancia, que se iniciarían tras
la implantación de la reserva, y con la explotación de actividades turísticas (buceo y
excursiones marítimas concretamente) en el entorno de la misma, representaba otro
importante elemento sobre el que se apoyó la creación de la reserva. 9 En 1996, se votó la
definitiva aprobación de la implantación de la reserva marina, y de los 49 cofrades con
derecho a voto: 40 lo hicieron a favor. 10 Tal y como se desprende de la Orden de 24 de enero
de 1996 (BOE núm. 30 de 3 de Febrero de 1996), que declara la Reserva Marina Punta de la
Restinga – Mar de Las Calmas con la categoría de Reserva Marina de Interés Pesquero,
la elección de la zona protegida (desde la Punta de La Restinga hasta la Punta Lajas del
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Lance, en el sector oriental del Mar de las Calmas) se basó en criterios de potencialidad de los
recursos de fondos litorales dada su situación respecto a las corrientes, la variedad y
complejidad de los biotopos; así como su elevada riqueza de especies, alta diversidad,
representatividad y buen estado de conservación de las comunidades. Las 750 hectáreas que
comprende la reserva se reparten entre aguas exteriores (50%) y aguas interiores (50%), por lo
que su gestión se comparte entre la Secretaría General de Pesca Marítima y la Comunidad
Autónoma de Canarias. La reserva comprende tres sectores bien diferenciados:
Zona
de Reserva Integral: es la zona de máxima protección, localizada entre el Roque
de Naos y la Playa de la Herradura. En ella se excluye cualquier tipo de actividad
humana, con excepción de la pesca tradicional de túnidos y aquellas actuaciones que
tengan un interés científico. Y forma parte de la zona núcleo de la Reserva de Biosfera.
Zonas
de amortiguamiento o de usos restringidos: señaladas a ambos lados de la
reserva integral, sólo se permite la pesca profesional con liña y el buceo autónomo,
previa autorización y siempre que éste no se realice desde tierra. El uso del ancla para
fondear las lanchas de buceo está prohibido en toda la reserva.
En
el resto del área, además de los usos anteriores, se puede pescar profesionalmente
con las artes y aparejos tradicionalmente empleados. También está permitida la pesca
marítima de recreo con caña desde tierra (y tras obtener la licencia correspondiente en
las oficinas de la reserva).
Límites de la Reserva Marina Punta de La RestingaMar
de las Calmas
Aunque los pescadores colaboraron en el diseño de la reserva y tuvieron una participación
significativa durante el proceso previo a la creación de la misma, habría que señalar, en
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primer lugar, que los límites de la reserva se ampliaron con posterioridad a lo negociado
en las reuniones de la Cofradía. Si bien las prescripciones señaladas anteriormente no
supusieron grandes cambios para los pescadores de La Restinga, ni en cuanto a artes de pesca
ni sobre especies objetivo, puesto que ellos mismos habían vetado previamente el uso de artes
como las nasas o los palangres, los pescadores no contaban con la ampliación del área de
reserva en las zonas de amortiguamiento (unos 200 metros a cada lado de la zona integral). 11
Este hecho ha levantado las suspicacias de los profesionales ante la posibilidad de llevar a
cabo futuras ampliaciones del área protegida, y ha generado cierto sentimiento de engaño
frente a los administradores e impulsores de la reserva. Algunos de los vigilantes que
actualmente trabajan en la reserva ejercían con anterioridad la pesca profesional, pero no se ha
contado con la Cofradía para el desarrollo de las mismas ni para la elección de los empleados.
Recientemente, el Pleno del Cabildo de El Hierro aprobó la formalización de un convenio con
la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias para la ejecución en la isla de Planes de
dinamización Turística. Gracias a este convenio, el Cabildo Insular podrá comprar una
embarcación de fondo de cristal para realizar excursiones marítimas en la reserva, que sí será
gestionada por los pescadores de la Cofradía. La mayoría de los pescadores de La Restinga
aprueban las medidas (como éstas) tendentes a la generación de empleo, pero también
recuerdan que trabajos como los que ya realizan los anteriores (pescadores encargados de la
vigilancia de la reserva) y los que realizarán los futuros empleados del barco con fondos de
cristal, “no es pesca artesanal”.
La gestión de la reserva, creada en 1996, se inició en 1997 con la creación de una
Comisión Conjunta de Gestión y Seguimiento, en la que se encuentra representado un
pescador (el Patrón Mayor de la Cofradía) frente a múltiples representantes de las
administraciones locales y estatales (Cabildo de El Hierro, Gobierno de Canarias, Secretaría
General de Pesca…). “Pero la falta de un verdadero órgano gestor local, integrado por
científicos y asociaciones locales, capaz de evaluar de forma continua los recursos y hacer
efectivo un control real de los mismos, difumina las medidas reguladoras aprobadas por la
Comisión Conjunta y refuerza la idea de que la reserva marina es una idea impuesta por las
administraciones públicas” (Pascual Fernández, Santana Talavera, et al., 2001, p. 83). El
servicio de vigilancia es asumido por la Comunidad Autónoma de Canarias. En 2001, la
Secretaría General de Pesca Marítima instaló boyas en los puntos de buceo y contrató a un
técnico (a través de la empresa TRAGSA) que presta sus servicios en el Centro de Recepción de
Visitantes construido en 1999 por la Comunidad Autónoma de Canarias. 12 Éste se encarga de
aplicar las medidas y desarrollar los planes de actuación en el área protegida, de dirigir las
labores de vigilancia, informar sobre el estado y gestionar los permisos que se deban expedir
para realizar actividades tales como la pesca deportiva en la zona permitida. Además de poner
en marcha y desarrollar las campañas de educación medioambiental que se llevan a cabo en
los centros escolares de la isla. El papel de la población local vinculada se restringe a la
presencia del Patrón Mayor en unas reuniones que se celebran una vez al año. La gestión
relacionada con la reserva se limita a la salvaguarda del recurso, se materializa a través de las
limitaciones aprobadas y se desarrolla mediante las labores de vigilancia que persiguen
garantizar el cumplimiento de aquellas. Es decir, queda reducida al mero control de las
embarcaciones que acceden a la reserva, y a la vigilancia sobre el cumplimiento de
las medidas dictadas en las respectivas órdenes acerca de las artes de pesca permitidas.
A pesar de que en El Hierro el papel desempeñado por los profesionales fue decisivo en el
proceso de creación de la reserva marina, aunque la mayoría reconoce que la reserva se creó
por y para los pescadores y el conjunto de la población local respeta y acata las limitaciones
impuestas, en la actualidad desde el centro de coordinación no se mantiene relación alguna
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con los profesionales afectados. El contacto con éstos se circunscribe al encuentro que
anualmente se da en las reuniones de la Comisión y a la que asiste el Patrón Mayor de la
Cofradía. Los gestores de la reserva, salvo en raras ocasiones, no se dirigen a los pescadores;
no ofrecen información alguna sobre el estado de los recursos en la zona de reserva, y no
llevan a cabo ningún tipo de actuación o proyecto en común encaminado a mejorar la gestión
de los recursos pesqueros presentes. Únicamente, en el marco de la Reserva de la Biosfera se
han impulsado acciones encaminadas a la diversificación del sector pesquero local, mediante
la puesta en marcha de una envasadora de atún. Sin embargo, trascurrido un año de la
conclusión de las obras pertinentes para esta instalación, el proyecto se encuentra paralizado.
La ausencia de participación en la gestión puede conducir a contemplar la reserva como algo
ajeno y que en cierta forma les impone desde fuera restricciones que pueden resultar incluso
caprichosas desde su perspectiva (Pascual Fernández, 2003, p. 106).
Desde que se creara la reserva, los esfuerzos de la Administración Insular, a través de su
Patronato de Turismo, se han dirigido hacia la promoción del área como un entorno prístino y
auténtico en el que se puede disfrutar de la actividad del buceo, contando con un “plus” de
calidad y exclusividad por tratarse de una reserva marina. Para ello han organizado numerosos
campeonatos de fotografía submarina y han incorporado la figura de la esta última a la imagen
ecológica que la isla ofrece en su conjunto a través de la identificación del área con la Reserva
de la Biosfera. Pero a pesar del importante incremento en el número turistas que se desplazan
a La Restinga para bucear, la población local ha quedado en gran medida al margen de los
beneficios económicos directos que se derivan del desarrollo de esta actividad en el entorno
de la reserva. En la actualidad existen nueve centros de buceo con sede en el pueblo pero
todos ellos pertenecen a personas ajenas al sector pesquero. Los principales motivos que
impiden a pescadores acceder a las empresas dedicadas al turismo subacuático son: la fuerte
inversión de capital requerida inicialmente, la carencia de personal formado y de
conocimientos y contactos con empresarios, clubes, y tour operadores especializados en viajes
de buceo (De la Cruz Modino, 2004, pp. 187188).
Por otro lado, aunque una estrategia
común desarrollada en numerosas poblaciones litorales ha sido la inversión en tierra, en
apartamentos concretamente, según las estimaciones realizadas durante el trabajo de campo,
tan sólo un pescador posee un bloque entero de apartamentos. La mayoría de los alojamientos
turísticos (apartamentos en su mayoría) son propiedad de residentes de poblaciones cercanas y
de herreños que viven en las islas capitalinas (Tenerife y Gran Canaria) o en Venezuela. A
pesar de ello, el conjunto de la población reconoce que se ha beneficiado de la llegada de
visitantes durante gran parte del año. Numerosas mujeres de pescadores se ocupan de limpiar
y gestionar los apartamentos del pueblo; 13 y el aumento de la demanda ha favorecido al sector
de la restauración especialmente. 14
Las reservas marinas podrían ofrecer a los pescadores oportunidades importantes de
mejorar su nivel de vida, mediante una optimización de la gestión de los recursos pesqueros y
la diversificación del sector, que podría verse favorecida por la presencia de la reserva. La
presencia de la reserva marina y la declaración de Reserva de la Biosfera han contribuido a la
obtención de fondos para poner en marcha una gran variedad de proyectos e iniciativas, pero
la mayoría aún se encuentran en fase de desarrollo y, en muchas ocasiones, son desconocidas
para buena parte de la población local. Tal y como se desprende del corpus teórico de las
reservas de biosfera, declaraciones como aquéllas podrían ayudar a impulsar multitud
de estrategias capaces de compensar las pérdidas que la población local ha podido sufrir tras
la implantación de las figuras proteccionistas, con sus correspondientes limitaciones en el uso
de determinados recursos. No obstante sin la implicación de la población local en los
proyectos (en todas sus fases) y una participación real en la gestión de los mismos, muy
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probablemente los beneficios que puedan llegar a obtener serán mínimos. Una gestión que
implicase a los pescadores en las labores de mantenimiento de la reserva marina, por ejemplo,
no sólo contribuiría a optimizar las medidas de control y vigilancia que ya se ejercen en la
zona reservada, sino que contribuiría a la conservación de los valores que en teoría
impulsaron la protección del área.
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XVI Coloquio de Historia CanarioAmericana
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BIBLIOGRAFÍA
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y sociales de la Universidad de La Laguna, Revista de Turismo y Patrimonio Cultural, 2004, T. II (2),
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© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
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NOTAS
1 Comité MAB Argentino, Programa “El Hombre y la Biosfera” MAB–UNESCO, en
http://www.medioambiente.gov.ar/mab/programa/origen.htm
2 Para más información consultar “La Estrategia de Sevilla”, en http://www.medioambiente.gov.ar o
UNESCO / MAB (2000), Resolviendo el rompecabezas: el enfoque por Ecosistemas y las Reservas de
Biosfera, publicación online de acceso a través de http://www.unesco.org/mab
3 En la isla de El Hierro, la estructura de muchos de los subsectores de producción se aglutina en torno a
las Cooperativas. En el caso del sector primario, las distintas existentes (la Cooperativa del Campo de
Frontera, la Cooperativa de Ganaderos de El Hierros y la Cooeperativa del Mar Pescarestinga) se hallan
agrupadas en Mercahierro, una empresa que se encarga de la comercialización de los productos de la isla,
de la que también forma parte el Cabildo Insular y donde cada entidad se encuentra a representada en un
25% en el consejo de administración. El transporte y las empresas que intentan impulsar el turismo rural
en El Hierro están organizadas también entorno a cooperativas que han contando siempre con el apoyo de
la Administración local.
4 Esta información se recoge en la página web http://www.elhierro.
org/rbiosfera.
html
5 Gracias a la aplicación de los sucesivos programas Leader europeos
6 La Restinga limita al norte con la montaña Restinga, al este y oeste con territorios que forman parte del
Parque Rural de Frontera y al sur con el mar de las calmas, denominado así por el constante buen estado
de la mar que predomina en el área.
7 Hay que tener en cuenta que según los datos oficiales del Gobierno de Canarias, el número de plazas
hoteleras en el conjunto del municipio ascienden a 210, y las extrahoteleras a 435, según los últimos
datos estimados para el año 2001.
Fuente: http://www.gobiernodecanarias.org/istac/estadisticas/esta_insulares/713.html, 14/06/2004
8 En 1989 los pescadores de La Restinga habían creado una Asociación a la que entregaban el total de
túnidos producidos, cobrado una participación en el producto total por su trabajo y por los medios
de producción puestos por ellos al servicio de la misma (Galván, 1990), que más tarde (en 1997) se
transformó en la Cooperativa Pescarestinga.
9 Fuente: Actas de la Cofradía de Pescadores Nuestra Señora de Los Reyes de la isla de El Hierro
correspondientes a las reuniones celebradas en 3031995,
1111996,
421996,
1321996,
341996,
24101996,
25191996.
10 Acta de la reunión de la Cofradía de Pescadores Nuestra Señora de Los Reyes de la isla de El Hierro,
celebrada el 03 de Abril de 1996, p. 5.
11 Fuente: Acta de reunión de la Cofradía de Pescadores Nuestra Señora de Los Reyes, de la isla de El
Hierro, de 341996.
12 Para más información consultar: http://www.mapya.es/rmarinas/lasreservas/restinga/descripcion, y BOE nº
142 de 1561999.
13 Por lo menos 8, según las estimaciones realizadas durante el trabajo de campo.
14 En La Restinga existen 3 restaurantes de pescado fresco localizados en el pueblo, y un cuarto en una zona
recreativa cercana denominada Tacorón. Todos ellos pertenecen a vecinos de La Restinga, dos incluso
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están en manos de familias cuyos miembros ejercen la pesca profesional, y la totalidad de sus empleados
son naturales de La Restinga.
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