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EL CÁLCULO MEDIEVAL DE LA LONGITUD DEL
ARCO ECUATORIAL.
RAIMON LLULL, LA CARTA PISANA Y EL DIARIO
COLOMBINO
José Antonio Hurtado García
LA NAVEGACIÓN DESCRITA POR LLULL EN ARS MAGNA
En principio puede sorprender el título de este comunicado, pero en él voy a mostrar que
tanto el sistema de coordenadas geográficas ortogonales que Colón definió como longitud del
occidente y latitud del equinoccial, así como la forma de navegar basada en ese sistema de
coordenadas y que presenté en el Congreso Internacional Valladolid 2006. V Centenario de
la muerte del Almirante, 1 aparecen reflejados en la llamada Carta Pisana, primer mapa
científicotécnico
de la cultura de Occidente que ha llegado hasta nuestros días.
Y para fijar la parte correspondiente a la navegación medieval hay que recurrir a la única
fuente documentada existente que nos describe cómo se navegaba en el siglo XIII: Raimon
Llull.
La navegació naix i se deriva de la Geometria i de l’Aritmètica, doncs la nau que a
un temps donat es troba en un lloc, en un altre temps se troba en un altre lloc
diferent. I, suposant que en el punt en el qual vénen a reunirse
els quatre angles
aguts sia la tramuntana, o el port de la nau, i que la nau vol navegar vers Orient, anirà
per Xaloc (Sureste) i quant vagi per la quarta milla, aquestes quatre milles gairebé no
compten per Xaloc, sinó per Llevant... i quan la nau camini vuit milles, en direcció a
Xaloc, no compten sinó sis per Orient. 2
La navegación nace y se deriva de la Geometría y de la Aritmética, porque la nave
que en un momento dado se encuentra en un lugar, en otro momento se encuentra en
otro lugar distinto. Suponiendo que en el punto donde vienen a reunirse los cuatro
ángulos agudos sea la “estrella del norte” o el puerto de la nave, y que la nave quiera
navegar hacia Oriente, irá por el Sudeste y cuando vaya por la cuarta milla, estas
cuatro millas no cuentan por el Sudeste si no por Levante… y cuando la nave camine
ocho millas, en dirección al Sudeste, no cuentan si no seis por el Oriente. 3
La primera afirmación del intelectual mallorquín es taxativa: “la navegación nace y se
deriva de la Geometría y de la Aritmética”. ¿Qué significa eso? No lo podemos captar en toda
su profundidad si no nos percatamos que Llull es un intelectual medieval que dio clases en La
Sorbona, es un hombre de su época; y en su época, los conocimientos que hoy definimos
como de ciencias estaban agrupados en el quadrivium: Aritmética, Geometría, Música y
AstrologíaAstronomía.
Y ahora es cuando podemos entender la plenitud de la afirmación
luliana, la navegación no tiene relación con la Astronomía, al igual que no la tiene con la
Música.
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El cálculo medieval de la longitud del arco ecuatorial...
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Cualquier intento de estudio de la navegación que Llull describe en ese párrafo debe de
ceñirse a los conocimientos que en esa época se tenían sobre esas dos ciencias. Esos
conocimientos deben ser necesarios y suficientes para el estudio de la navegación, y cualquier
conocimiento adicional debe de ser considerado espurio. Técnicamente y con los
conocimientos actuales, nos encontramos ante un problema, elemental, de cinemática sobre
una esfera inmóvil, y todos los cálculos son realizables mediante aritmética y geometría, eso y
únicamente eso, nos debe de bastar para definir esa navegación. Ni estrellas en las esferas
tolemaicas, ni brújula, ni isóclinas forman parte de los conceptos lulianos de la navegación
medieval. Eso si queremos ser consecuentes con la propia rigurosidad universitaria del
intelectual que nos ha legado los conceptos.
La segunda afirmación, aunque un poco más confusa por su redacción, es conceptualmente
igual de clara: lo que hoy definimos como “Rosa de los Vientos”, vocablo que no existía en el
siglo XIII al igual que tampoco existía meridiano, debe de situarse en el puerto de salida. Yo
he traducido “tramuntana” como “estrella del norte” porque así está acreditado, 4 pero el
concepto que nos quiere transmitir el mallorquín es que en el puerto de salida se sitúa el
meridiano local, y en ese mismo punto una línea sobre la esfera perpendicular a él nos marca
la dirección del viento esteoeste,
y a partir de ahí cada cuadrante se divide en cuatro partes
que nos dan esos cuatro ángulos agudos y que se corresponden a los vientos de una Rosa de
16 vientos. Los vientos son líneas sobre la superficie de la tierra, y la nave se desplaza sobre
esas líneas, eso está implícito en el párrafo.
La última parte es la más importante, la nave se dirige “hacia” el sudeste por una derrota
inexplicada y cuando navega 4 millas en esa dirección, se cuentan 3 millas por la dirección
del viento del este. Colón lo expresó en otra forma; decía que cuando navegaba una legua de
cuatro millas “de las que se usan en la mar” contaba una legua de 3 millas por el viento del
Poniente. Es importante remarcar que Llull señala que no importa lo navegado por la derrota,
lo que verdaderamente “cuenta” es lo navegado por el viento de Levante ¿por qué? La Figura
I nos ayuda a entenderlo.
Las dos derrotas en dirección al sudeste nos dan la misma proyección sobre el viento de
Levante, y ambos puntos están situados sobre el mismo meridiano. Llull sabía muy bien lo
que dejaba escrito, indicaba la forma de establecer la longitud ecuatorial de la derrota
navegada, problema que no se resolvió hasta la llegada del reloj de ballestilla en el siglo XVIII.
Figura I.
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Más tarde, Colón al tramo de derrota proyectado sobre el viento de Levante le denominaría
“longitud del occidente” y a la latitud del puerto de partida “latitud o distancia del
equinoccial”. 5
Hay un detalle adicional que podemos valorar en la Figura II. La gráfica de la derecha
muestra la síntesis de la navegación que describe Llull mientras que en la izquierda aparece
una navegación loxodrómica de distanciarumbo;
en ese tipo de navegación, la distancia
navegada a lo largo de la derrota es un parámetro fundamental, mientras que como acabamos
de ver no lo es en la navegación del beato mallorquín. Se puede considerar que la navegación
medieval fue loxodrómica, pero no pasa de ser una opinión que no puede sustentarse en la
documentación luliana, porque además necesita del elemento brújula que nos desvirtúa la
situación del Polo y nos impide el cálculo aritmético o geométrico de la diferencia de
longitud.
La navegación que describe el franciscano se basa en el norte geográfico, los cálculos
matemáticos de la diferencia de longitud se resuelven en la forma que mostraré más adelante
y se llevan directamente a la carta plana, que es consecuencia de una proyección acimutal y de
la utilización de las coordenadas colombinas.
Una navegación medieval loxodrómica, es decir, por rumbo distancia es tan improbable
como el suceso imposible, cuya probabilidad, por definición, es cero.
LA CARTA PISANA
Descripción metrológica
El estudio que muestro aquí lo he realizado sobre una fotografía digitalizada en muy alta
resolución obtenida del original que se conserva en la B.N.F. comprada por mí a dicha
institución.
Figura II.
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La Carta Pisana , Figura III, veremos que es una carta de navegación luliana que marca las
diferencias de longitud midiendo en el eje que dibuja entre Tortosa y el castillo de Tortosa en
Palestina, navegación que no pudo ser realizada hasta una fecha próxima a la mitad del siglo
XIII al quedar despejado de piratas el mar en torno al archipiélago balear por su conquista
(excepto Menorca) por Jaume I de Aragón. Si tenemos en cuenta que Ars Magna fue escrito
sobre 1290, es muy posible que la Carta sea anterior a su actual datación o que existiesen
cartas previas de donde se ha copiado la que ha llegado hasta nosotros.
En la Carta se pueden estudiar los siguientes puntos:
Una primera escala que es la que aparece reflejada en los trazos que a tal efecto tiene el
mapa, donde se mide un grado en leguas castellanas “de a veinte”, es decir, un grado se divide
en veinte partes, lo que se corresponde con el valor que utilizó Colón en su Primer Viaje. Esta
sería la escala de la Carta , Figura IV.
Una segunda escala que es el doble de la anterior aunque ya no tiene subdivisiones, y una
última cuya relación es de tres cuartos (3/4) de la anterior.
La escala de la Carta corresponde a una unidad castellana que fue introducida desde el
mundo islámico a través de los traductores toledanos y que tiene como base la división de un
grado en diez partes, tal y como se puede comprobar en la figura anterior. Exactamente esas
son las leguas con las que el Tratado de Tordesillas situará siglos después la línea de división
Figura III.
Figura IV.
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del Nuevo Mundo: a 37º al oeste de Cabo Verde que coincide con los 90º también al oeste del
meridiano de Rodas.
Análisis métrico de las líneas del pergamino
Para medir en mm actuales sobre el pergamino, lo primero que hice fue ajustar la escala
del programa al valor de 10 cm que marca la BNF en la tarjeta blanca de la zona superior
izquierda de la imagen. En la Figura V se puede apreciar la deformación transversal del
círculo del oeste y la deformación en ambos sentidos del círculo oriental. La similitud de
400,4 del diámetro longitudinal del círculo occidental con el 27,27 medido sobre la escala
hace que haya dado ese valor de 400,4 como válido para el tamaño de todos los círculos.
La Figura VI muestra cómo, aún a pesar de las deformaciones del pergamino, se puede
deducir que de los cuadrados interiores a los círculos los de mayor lado se corresponden a un
valor de 3º multiplicados por lo que denominé escalímetro de La Gomera (17/18), 6 la misma
relación que Colón utiliza en el mapa que Colón describe a los Católicos en su Relación del
Segundo Viaje.
Laguarda Trías afirma 7 que la escala vertical de los portulanos se corresponde a una
longitud de 3º con un valor de 170 millas en lugar de las 180 millas náuticas que sería su valor
real, y que tal relación fue tomada por la distancia existente entre Lisboa y unas islas costeras
Figura V.
Figura VI.
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situadas al norte del Tajo, pero en esta carta no aparece dibujado ninguno de esos puntos de
referencia, y la relación 17/18 afecta a todas las líneas trazadas en el pergamino, incluidos los
diámetros de los círculos. Nada he medido todavía sobre los puntos geográficos de la carta,
ese escalímetro de La Gomera es un coeficiente que se aplica única y exclusivamente a los
círculos de vientos y a las figuras geométricas que de ellos dependen.
Las unidades con las que fue diseñada la carta
La Carta Pisana cumple, según se deduce de los análisis metrológicos, dos condiciones
fundamentales: el lado del cuadrado mayor tiene un valor sobre la esfera de 3º, y el radio de
los círculos se midió en 10 dedos. Para que ello sea posible se deben cumplir dos condiciones:
primera, que los valores medidos sobre la carta en cualquier dirección estén en relación con su
arco sobre la esfera de 18/17 (escalímetro de La Gomera) lo que viene a significar que la carta
es una proyección acimutal donde cada grado contado a 62 millas náuticas sobre la superficie
se mide sobre la carta en 56 millas y 2/3 con la escala correspondiente. Estas millas tienen un
valor dimensional de millas náuticas (esta es la conocida milla de Alfragrano).
La segunda condición es que el valor de un pie sea de 18 dedos, y esa reforma metrológica
fue llevada a cabo por el califa AlMammun
en la segunda década del siglo IX. Con esas dos
premisas cumplidas, el valor de un grado sobre la carta pisana es de ¾ x 0,1 pies lo que nos da
para el radio de cada círculo la magnitud de 10 dedos.
Con estos valores me ha sido posible reconstruir mediante ploting un mapa idéntico a la
Carta tal y como fue dibujada hace más de siete siglos.
Tras este estudio se puede afirmar que los portulanos tienen su origen en la “Casa de
Sabiduría” de Bagdag en el siglo IX durante el reinado del califa AlMammun.
Análisis de la imagen geográfica del pergamino
En la Figura VII ya se puede apreciar que las líneas representadas en la Carta no son líneas
reales; la línea TortosaCastillo
de Tortosa en la Carta pasa por el denominado ombligo de la
misma, mientras que en la realidad para cumplir esa condición son necesarias dos líneas
ortodrómicas distintas.
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El ombligo no parece ser un punto cualquiera dado que la distancia entre el castillo de
Tortosa y ese punto es la de un diámetro del círculo cuyo cuadrado de lado mayor sabemos
que tiene 3º y parece ser un valor predeterminado, aunque pudiera ser consecuencia de un
cálculo que aún no se ha puesto de manifiesto. La situación de ese punto condicionará
también el resto de líneas que en la Carta aparecen como paralelas al eje principal.
El ombligo de la Pisana parece tener una función específica dentro del conjunto de la
proyección de la silueta del Mediterráneo.
EL PERFIL DEL MEDITERRÁNEO EN LA CARTA
Análisis con la proyección acimutal de los puntos geográficos
La Figura VIII compara una proyección acimutal del Mediterráneo real tomando el
ombligo de la Carta como centro de proyección, con el perfil del Mediterráneo obtenido de la
propia Carta, de tal forma que coincida el meridiano de los punto B y B’ lo que origina que el
Estrecho de Gibraltar se desplace hacia el oeste sobre su posición real como consecuencia de
las deformaciones de la Carta.
La imagen muestra cómo fue construida la geografía de las costas orientales del
Mediterráneo; el punto A, junto con una serie de costas a él asociadas, se giró hasta pasar a la
posición A’ engordando la masa de tierra de la península italiana. El punto B y otras costas
asociadas con él pasó a la posición B’ (siempre con el ombligo como centro de giro) de forma
que Tortosa, el ombligo y el Castillo de Tortosa quedasen en la misma línea. Y el punto C
pasó a la posición C’ con lo que el golfo de Libia pierde la masa que se había ganado en la
península Itálica. Esta comparación muestra claramente que La Pisana no es una carta
arrumbada, si el pergamino estuviese en las condiciones en que fue dibujado, las costas del
Mediterráneo occidental serían prácticamente coincidentes.
Figura VII.
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Análisis con la proyección de Mercator de los puntos geográficos
La Figura IX muestra el perfil del Mediterráneo de La Pisana comparado con el mapa
oficial de navegación de dicho mar ajustando la longitud de los meridianos extremos y
girando el perfil de La Pisana de forma que el eje coincidiese con el eje del mar de la carta de
navegación. Lógicamente el ombligo queda desplazado hacia el este por las deformaciones del
pergamino.
Independientemente de la distinta altura de las costas del Adriático y de Libia y la práctica
coincidencia de las grandes islas de Sicilia, Córcega y Cerdeña, la comparación derriba
totalmente la teoría de que La Pisana es una carta arrumbada, porque se pueden ver varios
puntos donde un mismo meridiano por encima del eje del mar se desvía hacia el este, mientras
que por debajo se desvía hacia el oeste y viceversa, especialmente en aquellas zonas donde se
ha ganado o perdido masa. Nuevamente queda constancia de que La Pisana no es una carta
arrumbada.
Figura IX.
Figura VIII.
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LAS PROPIEDADES MATEMÁTICAS DEL OMBLIGO DE LA CARTA
Figura X.
Acabamos de ver que el ombligo es el nudo Gordiano de la Carta. Desde ese punto se
realizan los giros de los puntos del Mediterráneo oriental que situarán al Castillo de Tortosa
en línea con el propio punto de giro y con el puerto inicial de Tortosa; además, parece ser que
su distancia ortodrómica (línea recta sobre una esfera) al puerto de destino está condicionada
de tal forma que el cuadrado que se enfrenta al ángulo de 22,5º del círculo de vientos vale 3º,
así que el diámetro de ese círculo de vientos, que es la distancia entre el ombligo y el puerto
de destino, ya está condicionada. Pero aún así hay infinidad de puntos donde situar ese
ombligo. La Figura X nos muestra las condiciones matemáticas que se cumplen cuando el
ombligo se sitúa sobre la esfera terrestre en la posición que tiene sobre la Carta.
Antes de dibujar la Carta, el ombligo ya cumple la condición de que la suma de distancias
que le separan de los puertos de partida y llegada es tal que multiplicada por la relación 17/18
da exactamente las tres cuartas partes de la diferencia de longitud ecuatorial entre los puertos
de partida y destino.
Es evidente que eso no es una casualidad, y que además se plantea previamente al dibujo
de la Carta, y que con el nivel de las matemáticas del siglo XIII la posición del ombligo
solamente pudo ser resuelta sobre un plano y no sobre una esfera, es decir, que se ha trabajado
con algún tipo de proyección acimutal que proporciona un sistema de coordenadas similar al
expuesto por Colón y que desarrollé en el trabajo tantas veces mencionado en este
documento. 8
La Carta Pisana es un mapa de coordenadas, con más de un meridiano inicial, transformada
parcialmente por giros y/u homotecias de tal forma que sobre su eje se cumpla la siguiente
relación que se obtuvo matemáticamente de forma previa a la construcción de la Carta:
(d1 + d2) x (17/8) = ¾ x (L2 L1)
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Figura XI.
Y esa propiedad de la Carta nos va a permitir conocer en todo momento la posición en
longitud ecuatorial de la nave en una navegación que se proyecte sobre el eje de La Pisana. La
Figura XI muestra sobre la carta la ecuación anterior.
Como ya conocemos, la deformación del pergamino en vez de sumar el diámetro del
círculo de vientos del este del mapa, he realizado la suma con el diámetro del círculo
occidental, y he ajustado el programa de ordenador para que mida directamente en grados a
fin de mejorar la precisión del resultado.
Sobre la figura tenemos en leguas castellanas de a veinte, tanto la suma de distancias sobre
el eje como la diferencia de longitudes ecuatoriales y se puede apreciar que la diferencia es
menor que ocho leguas en un total de más de 700 leguas. La Carta Pisana resuelve el cálculo
de la posición de una nave en longitud que siempre se había creído irresoluble para la
navegación medieval.
EL CÁLCULO DE LA LONGITUD SOBRE LA CARTA PISANA
La ecuación de más arriba la podemos escribir de otra forma. Supongamos que D es la
distancia navegada sobre la superficie de la Tierra, según el viento del sudeste, medida por el
piloto en leguas de a veinte:
D x (17/18) = ¾ x (L2 L1)
(L2 L1)
= (17/18) x (4/3) x D
(L2 L1)
≈ D/0,8
Los ¾ de 18/17 son aproximadamente 0,8 lo que hace que todos aquellos que han medido
sobre portulanos encuentren el valor:
0,8 x (L2 L1)
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Si la diferencia de longitudes está en millas náuticas, ese valor son millas romanas y es lo
que han creído encontrar todos los tratadistas en los portulanos: que la escala horizontal del
Mediterráneo estaba en millas romanas. Ahora pondré en evidencia que ese producto de 0,8
no es ninguna casualidad.
Vamos a calcular la diferencia de longitud inicial y final en las condiciones de navegación
que he descrito al principio. Supongamos que desde un punto cualquiera de la Carta y del
Mediterráneo, el piloto dice que se han navegado 64 leguas de “a veinte” por el viento del
LesteSudeste.
Figura XII.
Calculamos la mitad: 32
Volvemos a calcular la mitad: 16 (anotamos ese número)
Volvemos a calcular la mitad: 8
Y, nuevamente, calculamos la mitad: 4
La nave ha avanzado 4º en dirección al puerto de destino. Así de simple.
Y eso es así merced a que se ha medido en leguas de a veinte, y el coeficiente de cálculo es
de 0,8.
Ahora volvamos al número que teníamos anotado 16, calculamos su tercera parte 5 1/3.
Desde el punto inicial de la navegación trazamos una perpendicular al eje de la Carta, y
dibujamos sobre ese eje un segmento de 5 1/3 grados; por el punto final trazamos una
perpendicular al eje hasta que corte al viento del sudeste por el que se ha navegado, y ese es el
punto de la posición de la nave.
El sistema de cálculo es perfecto para aquellos que utilizaban los números romanos, puesto
que las operaciones se podían realizar sin ábaco, los pilotos de las naves bastaba con que
supiesen su profesión y utilizar una carta; ninguna cuestión aritmética o geométrica de
Figura XII.
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envergadura les impedía situar a su nave; compárese con la teoría del regimiento de las
alturas del siglo XVI, o con las lecturas del sextante y las salas de derrotas tras el reloj de
ballestilla en el siglo XVIII.
Como decía Colón, las leguas de a 4 (dividir 16 entre 4) son las que se usan en la mar
(véase en la Figura I la construcción de la derrota de la nave) y nos dan la diferencia de
longitud, mientras que las leguas de a 3 se trazan sobre el eje y nos permiten conocer la
posición final de la nave, aunque eso lo callaba el Almirante.
Como se ve, La Pisana cumple fielmente lo que explica Llull, lo importante es lo que se
navega por el viento de Levante que son exactamente los 4/3 de los 4º que en este caso se han
navegado sobre el LesteSudeste,
pero que podían haberse navegado en cualquier otra
dirección, y todo ello gracias a la Aritmética y la Geometría, y quiero hacer notar que para
cumplir con estos cálculos tal cual los he realizado hay que partir de la legua de a veinte como
cantidad navegada y se obtiene el resultado en grados que, además, es la escala que se marca
en La Pisana; con millas, grados o cualquier otra magnitud no se pueden realizar así los
cálculos.
La Pisana es una carta diseñada exclusivamente para la navegación entre dos puertos:
Tortosa y el Castillo de Tortosa.
Por extensión, podemos pensar que en el Medievo se necesitaba una carta distinta para
cada pareja de puertos de navegación y la labor de los maestros cartógrafos, que poseían un
mapa de coordenadas de las costas mediterráneas, consistía en hacer mapas para sus clientes
buscando el ombligo para que el cálculo de la longitud y la situación de la nave pudiese
realizarse siempre por esa técnica de reducción de mitades. No debemos de olvidar que eso es
consecuencia del producto de 17/18 coeficiente de la proyección acimutal, por 4/3 que es el
número que buscaban los maestros cartógrafos al construir las cartas de navegación. En el
siglo XIV, el auge del comercio con el Atlántico, la caída de los estados francos de ultramar y
la gran peste de mitad del siglo facilitaron la desaparición y el olvido de esta forma de
navegación.
EL DIARIO DE A BORDO COLOMBINO
Como expliqué en Valladolid, 9 Colón cree que la distancia ortodrómica entre El Hierro y el
punto donde abandonó a la Santa María es de 51º y su diferencia de longitudes es de 54º y eso
es lo que reflejan las llamadas cuentas del Diario, que proporcionan sus cantidades en leguas
castellanas de a veinte.
Cuenta Secreta: 54 grados x 20 leguas/grado = 1.080 leguas.
Y tal es la cantidad que se puede sumar en dicha cuenta.
Cuenta Pública: 51 grados x 17/18 x ¾ = 36,125 grados.
36,125 x 20 leguas/grado = 722,5 leguas.
La suma en el Diario es de 722 leguas.
Pero observemos cómo Colón ha multiplicado la cantidad navegada por dos coeficientes
que acabamos de presentar en La Pisana: 17/18 y 3/4, ¿por qué?
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Porque el Diario pretende reflejar una navegación por un portulano similar a La Pisana. Si
el Diario es verdadero, Colón navegó hasta La Española mediante un portulano con lo que
ello significa de tiempo de descubrimiento previo para calcular el punto ombligo, etc.
Pero si el Diario es falso (como propuse en Valladolid), Colón en su falsificación desea
mostrar que siguió ese portulano y que llegó al punto correcto; en ambos casos el Caribe
llevaba tiempo descubierto, tanto como para conocer perfectamente la situación de algunos
puntos y realizar los cálculos matemáticos necesarios para dibujar un portulano estilo Pisana
que es el que Colón pretende haber seguido en su Diario. Eso implica que los que
patrocinaron esa navegación conocían perfectamente la existencia de tal mapa y el auténtico
destino del Primer Viaje; porque eso era lo que había descubierto el Almirante antes de viajar
a ningún lado, un portulano que él sabía, o creía que sabía, interpretar y pretendía que tal
hallazgo le fuese reconocido en las Capitulaciones de Santa Fe.
El profesor Manzano tenía razón, hubo un predescubrimiento, aunque no de un nauta
casual sino de todo un equipo que supo elaborar cartas de navegación hasta el Caribe que
permitían el Viaje conociendo la posición de la nave en longitud, por el método mostrado con
La Pisana.
CONCLUSIONES
La navegación que explica Llull, por la necesidad de la proyección acimutal sobre un plano
que refleja el escalímetro de La Gomera (17/18), es una navegación ortodrómica.
La Carta Pisana, y por extensión el resto de portulanos, no es una carta arrumbada. La
Pisana es una carta construida para navegar entre Tortosa y el Castillo de Tortosa, puertos de
la Orden del Temple, presunto cliente de los maestros cartógrafos que la desarrollaron.
La Carta Pisana necesitó para su confección un mapa previo del Mediterráneo con las
costas bien definidas, así como la situación geográfica de los puertos de salida y llegada y el
conocimiento exacto de la longitud del círculo máximo terrestre.
Los cálculos del prediseño de La Pisana, por los conocimientos matemáticos de la época,
tuvieron que ser realizados con un sistema de coordenadas similar al descrito por Colón,
basado en una proyección acimutal, lo que concuerda con la utilización del coeficiente de
17/18 en las longitudes sobre las líneas de la Carta.
El “Diario de a bordo” refleja una navegación ligada a un portulano similar a La Pisana, lo
que significa que el punto donde quedó abandonada la Santa María era conocido con la
antigüedad suficiente como para poder realizar un portulano hasta él con los cálculos y
conocimientos de posición geográfica que eso conlleva.
Colón admite haber utilizado un sistema de coordenadas de proyección acimutal (prólogo
del Diario) y el escalímetro de La Gomera (Relación del Segundo Viaje), ambos de uso en la
confección de La Pisana.
Colón miente descaradamente en las apostillas cuando afirma que la longitud de un grado
en el ecuador es de 56 millas y 2/3 porque, como acabamos de comprobar, ese es el valor de
60 millas náuticas de longitud de arco cuando se proyectan sobre un plano para un portulano
como La Pisana. Es un valor encubierto en todos los portulanos que han llegado hasta
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nosotros, y Colón lo utiliza en la cuenta pública de su Primer Viaje en ese sentido, tal y como
he mostrado aquí.
Colón realizó su Primer Viaje mediante un portulano, lo que significa que existió un
predescubrimiento con la antelación suficiente como para realizar los cálculos que conlleva
tal tipo de carta. La Aritmética, la Geometría y la Cartografía medievales apoyan la tesis del
profesor Manzano.
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NOTAS
1 HURTADO GARCÍA, José Antonio. “La longitud del occidente y la latitud del equinoccial, un sistema de
coordenadas geográficas, ortogonal”, inédito. Valladolid, Actas del Congreso Internacional Valladolid
2006.
2 Tomado de SUREDA BLANES, Josep. Ramon Llull i l’origen de la cartografía mallorquina , Barcelona,
1969.
3 Traducción del autor de este trabajo.
4 Diccionari catalávalenciábalear
, Institut d’Estudis Catalans, http://dcb.iecat.net
5 HURTADO GARCÍA, José Antonio. Op. cit.
6 HURTADO GARCÍA, José Antonio. Op. cit.
7 LAGUARDA TRÍAS, Rolando. Estudios de Cartología , Madrid, 1981.
8 Op. cit.
9 Op. cit.
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