670
EL TERCER VIAJE DE COLÓN Y SU INCIDENCIA EN
LA CONQUISTA DE MELILLA
Jesús F. Salafranca Ortega
Hace tiempo nos venimos preocupando y nos esforzamos en estudiar los pormenores y
aspectos históricos y demográficos de la plaza fuerte y presidio de Melilla, e inclusive su
Ayuntamiento nos publicó en 1987 un libro a tal fin, 1 donde dábamos unas breves pinceladas
sobre la conquista de la ciudad norteafricana, reseñando que en 1497
fue abandonada, asolada y derribada por sus propios habitantes hartos de ser raziados
y molestados por las tropas y mesnadas de los reyes de Fez y Tremecén, pues ambos
monarcas se la disputaban como propia de sus dominios.
Conocidas estas nuevas por el rey don Fernando manda al comendador Martín
Galindo, que pase al continente africano y le informe de tales pormenores. El
informe de Galindo fue en extremo negativo, ya que al verla tan destruida y a tantos
moros que habitaban en sus alrededores “parescele que si allí se poblase, que antes se
llamaría carniceria de xpianos que poblacion dellos”. Ante tal informe desiste don
Fernando del intento, pero don Juan de Guzmán, duque de MedinaSidonia
se
encariña con la idea de la toma de Melilla...
Dispuesto el duque a ganar gloria para sí y su ilustre casa con la conquista de Melilla,
manda a su contador Pedro de Estopiñán a que haga un reconocimiento in situ, el
cual realiza y trae noticias que alientan el esforzado ánimo del duque”, que ordena
organizar una expedición formada por “...onbres de a pie é alguna gente de a cavallo
é mandó aparejar los navios en que fuesen, é hízolos cargar de mucha harina, vino,
tocino, carne, aceyte é todos los otros mantenimientos necesarios; é de artillería,
lanças, ballestas, espingardas é toda monición.
Y sin pegar un tiro como
se diría hoyPedro
de Estopiñán en nombre de su señor el
duque de MedinaSidonia,
tomaba en la noche del 17 de septiembre [1497] la
destruida y deshabitada ciudad de Melilla. 2
Hasta aquí no hay novedad o primicia histórica alguna, pero Rafael Fernández de Castro,
que fue cronista oficial de Melilla y miembro de la Real Academia de la Historia, en su ya
renombrada obra, 3 nos narra cómo a causa de la rivalidad entre el marqués de Cádiz y el
duque de MedinaSidonia,
los Reyes Católicos ordenaron al duque que abandonara Sevilla y
se recluyera en sus estados, lo que frustró la posibilidad de padrinazgo del primer viaje de
Colón por la casa ducal, a requerimientos del propio Almirante; lo que al parecer estaba
dispuesto a realizar a su costa y riesgo el propio duque don Enrique de Guzmán. Continúa
agregando el cronista de Melilla que la “nobleza española sentía en lo más profundo de su
alma, luego del glorioso éxito del descubrimiento de América, no haber tomado parte activa
en las primeras expediciones como hubiera podido ocurrir, dadas las buenas disposiciones que
en principio mostraran para ello tanto el duque de Medinaceli como D. Enrique de Guzmán,
duque de MedinaSidonia,
propósitos que desbarató la envidia de sus malos consejeros”, 4
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
El tercer viaje de Colón y su incidencia…
671
finalizando “que por entonces criticaba la corte no haber tomado a tiempo la activa
participación solicitada por Cristóbal Colón”. 5
Estas sí que son dos auténticas primicias históricas de primera magnitud:
a) A instancias de Colón, el duque de MedinaSidonia
estuvo dispuesto a sufragar todos los
gastos del viaje del descubrimiento.
b) La aristocracia andaluza estaba decidida a participar en las expediciones colombinas.
Primicias históricas que no hemos visto refrendadas por ningún investigador posterior, y
que no podemos testimoniar al no citar Fernández de Castro las fuentes documentales de
dichos asertos. ¿Estudió nuestro buen académico alguna memoria inédita de la Real
Academia de la Historia? ¿Se contienen los susodichos hechos en la “Crónica de los duques
de MedinaSidonia”
escrita por Pedro Medina en 1545? o por el contrario ¿se hallan en las
“Ilustraciones de la Casa de Niebla” escrita en 1540 por Pedro Barrantes Maldonado?
En cualquiera de los tres supuestos lamentamos no haber podido examinar dichos
documentos y sobre todo sentimos una vez más que Fernández de Castro no citara las fuentes
de estos textos, cuando tan pródigo es en citas y fuentes en otros párrafos de su obra. Nos
queda también la duda si estos sucesos se pudieran encontrar entre la ingente, variada e
interesantísima documentación del Archivo de la Casa Ducal de MedinaSidonia.
Estos
interrogantes pueden constituir un desafío para historiadores americanistas de tal período, por
lo que nos permitimos lanzar el guante que esperamos sea recogido por lo menos por algún
joven y bisoño investigador.
Volvamos grupas cronológicamente y a finales de agosto de 1497 se están llevando a cabo
en Sanlúcar de Barrameda, con toda urgencia, los preparativos de la expedición para la
ocupación de Melilla. Fernández de Castro se queja de que ni Medina ni Barrantes se dignen
comentar la oposición del Almirante Cristóbal Colón al proyecto de conquistar Melilla,
“actitud que tras causar viva sorpresa a todos, hubo de alcanzar resonancia en la corte,
conocedora en detalle de la opinión adversa... con respecto al éxito del desembarco en
Melilla...”. 6 Esta vez por suerte, Fernández de Castro sí cita las fuentes y reproduce el párrafo
en cuestión, pues el autor de esta tesis es Jerónimo de Zurita en su “Crónica del Rey Don
Hernando el Católico” escrita en 1580, al que nosotros vamos a reproducir también a través
de la obra del cronista melillense:
A los principios, pareció esta empresa de Melilla como de mucho más gasto que
provecho, con ocasión de la cual se quexaba el Almirante Colón de que procuraron
desviar al Rey de las cosas de las Indias, y ocupar la armada que tenía para aquel
descubrimiento, é impedirle en el mayor y mas importante negocio que se podía
emprender; el qual, o por enbidia, que es muy cierta en las grandes empresas, o por
otros respetos, tenía por cosa liviana y de ningún provecho; y así era odiado Colón y
mal bisto de muchos.
¿Nos está indicando sutilmente Zurita que por odio a Colón y para impedirle seguir
cosechando triunfos en las Indias se organizó la expedición a Melilla? La duda y el
escepticismo nos asaltan, pero continuemos con la pluma de Zurita:
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
XVII Coloquio de Historia CanarioAmericana
672
Dezía el Almirante que se ofrecía mas costo y gasto en lo de la defensa y guarda de
Melilla, que en lo que él pedía para proseguir sus descubrimientos y conquistas de
tierra firme, pues para sostener aquel lugar parecía que era menester tres mil onbres,
y con aquella gente no se tenía para mas que guardar a Melilla, y no para entrar a
ofender y continuar la conquista; y que no tenía tal puerto que fuese util sostenerlo
para la guerra de Africa, por que es allí travessía de Levante, que prevalece en todo
el Estrecho mas que otro viento. 7
Las tesis de Zurita son:
a) La expedición preparada para el tercer viaje de Colón fue desviada por
envidia de los
triunfos del Almirantepor
el duque de MedinaSidonia
para la toma de Melilla.
b) Colón se quejó de tal resolución aduciendo entre otras causas su alto costo mayor
que
el de las expediciones a las Indias,
su escaso provecho militar y la inoperancia de su puerto
neutralizado por los vientos de levante.
La primera premisa es aceptada sin discusión por otro académico de la Historia, León
Galindo, 8 aunque le agrega una tercera razón: el deseo del duque de hacer desaparecer el cubil
de piratas que era Melilla. Opinión asumida por Segarra, 9 que no tiene fundamento histórico
alguno, como hemos demostrado conjuntamente con casi todos los historiadores de Melilla, 10
ya que esta estaba destruida y desierta en 1497.
Compartimos plenamente la idea de Fernández de Castro de que difícilmente el duque de
MedinaSidonia
pudo disponer a su antojo de una armada real, y por lo tanto fuera de su
jurisdicción, para la conquista de Melilla. 11 Distinto es que el duque, a toda prisa, reclutara
hombres de mar y de armas para la empresa africana, y contratara los navíos libres que
hubiera en su puerto de Sanlúcar de Barrameda y, en consecuencia, algunos o bastantes de los
enrolados para el tercer viaje de Colón se alistaran bajo las banderas del duque. Si hacemos
un estudio comparativo de los cuadros de los alistados para el tercer viaje entre
abril y junio
de 1497y
el de los que efectivamente fueron en mayo de 1498, estudiados por Gil, 12 así
como con los que aproximadamente participaron en la expedición de Melilla en
septiembre
de 1497,
13 quizás lleguemos a la conclusión arriba indicada, pues las diferencias son
sustancialmente cuantitativas.
Queremos hacer constar que el número de expedicionarios a Melilla ha sido
considerablemente aumentado por los cronistas de la época proclives
suponemos a
magnificar al duque de MedinaSidoniallegando
en su exageración hasta los 5.000 hombres,
número de todo punto imposible con los medios técnicos y la limitada capacidad económica
de la casa ducal, pues se hubiesen necesitado aproximadamente unos 20.000.000 de
maravedíes y unos 50 buques. 14 En consecuencia creemos por tanto que su número pudo
fluctuar entre un millar como máximo y los 700 que fija el Asiento de Alcalá de Henares de
13 de abril de 1498 para la “guarda e proveimiento de la ciudad de Melilla”. Asiento que se
empezó a discutir a finales del mismo mes de septiembre del 47, lo que nos induce a creer que
se plasmó por escrito lo que formal y realmente había acaecido.
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
El tercer viaje de Colón y su incidencia…
673
Cargo, oficio o empleo 1497 1498 Melilla
1497
Escuderos a pie 40 20 150
Escuderos a caballo 50
Ballesteros 57
300
Ballesteros 100
Artilleros 1
20
Hombres de mar 60 21 40
Oficiales artesanos 20 18 35
Clérigos 2
2
Físico, cirujano y boticario 1
3
Lavadores de oro 20 1 Peones
100 50 Labradores
y hortelanos 60 28 Varios
27
Total
300 226 700
Tabla I. Relación de alistados en las expediciones.
Más sugestivo fue evidentemente la expedición a Melilla, en la cercana costa de Berbería,
que el viaje a las lejanas tierras del novísimo continente. Salvo en los oficios para colonizar
peones,
lavadores de oro y labradoresinnecesarios
en la fortaleza de Melilla, la balanza se
inclina en todos los demás casos hacia la plaza norteafricana, y en alguno de ellos hay cifras
que hablan por sí solas: de los 60 hombre de mar entre
grumetes y marinerosque
se alistan
en abril del 47 y los 21 que participan en el viaje del 48 hay una diferencia de 39 hombres, los
cuales suponemos se enrolaron en masa en la expedición ducal de septiembre del 47, y eso
que en líneas generales se cobraba mucho menos en la empresa africana que en la americana,
según se desprende de un estudio comparativo de la tabla siguiente:
CARGO, OFICIO O EMPLEO III VIAJE MELILLA
Escuderos 10.800 7.200
Ballesteros 7.300 5.040
Artilleros 7.300 5.040
Oficiales artesanos 7.300 5.040
Marineros 7.300 4.800
Clérigos 7.300 5.400
Cirujanos 7.300 10.400
Tabla II. Sueldos anuales en maravedíes. 15
Excepto en el caso del cirujano que sale beneficiado en Melilla, los demás empleos pierden
aproximadamente unos 2.000 mrs. anuales, por lo que en principio pudiera parecer que debía
haber sido más sugestivo embarcarse para las Indias que para Berbería, pero los hechos nos
demuestran lo contrario, sobre todo si tenemos en cuenta la dificultad de Colón en reclutar su
expedición, teniendo que recurrir in extremis a “homicianos”, que contrasta con la facilidad
del duque para enrolar a la suya a la que se le agregaron elementos voluntarios y sin derecho a
soldada, a los cuales más tarde el rey Fernando V ordena salgan de Melilla por considerarlos
“bocas inútiles”. 16
Nos llama también poderosamente la atención el monto alcanzado por las expediciones: la
de Melilla totalmente costeada por el duque sumó la cifra de 3.949.789 mrs., 17 y la del
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
XVII Coloquio de Historia CanarioAmericana
674
Almirante sufragada por la Corona 2.824.336 mrs. 18 La toma de Melilla superó en 1.125.453
mrs. al tercer viaje colombino, no extrañándonos que Cristóbal Colón que
debió conocer el
Asiento de Alcalá de Henaresprotestara
amargamente ya “que se ofrecía mas costo y gasto
en lo de la defensa y guarda de Melilla, que en lo que él pedía para proseguir sus
descubrimientos y conquistas de tierra firme”. Razón no le faltaba al Almirante, naturalmente
si aceptamos el juicio de Zurita.
Ya hemos referido las quejas de Colón relatadas por Zurita. Sin embargo, ojeada con
detenimiento toda la documentación del Almirante, estudiada y anotada por Juan Gil y
Consuelo Varela, 19 así como su más famosa biografía, 20 no hemos hallado ningún escrito de
Colón referente a dicha cuestión. ¿Fueron quizás las quejas del genial navegante formuladas
de viva voz sin constancia escrita? ¿Recordadas por Zurita 83 años después cuando firmó su
obra sobre el Rey Católico? Los interrogantes quedan en el aire y por lo menos en nuestro
modesto nivel sin aclaración por ahora.
Por último queremos resaltar dos de las supuestas ideas de Colón respecto a Melilla. Por un
lado, su conocimiento y acierto sobre la fragilidad de refugio de un puerto batido por los
vientos de levante, lo que demuestra una vez más el gran conocimiento que de su oficio tenía
el Almirante. Aún hoy en día y pese a las mejoras técnicas de los actuales buques son
temibles los levantes de Melilla. Por el contrario, su juicio negativo de que hacían falta 3.000
hombres para guardar Melilla no fue realista pues la plaza se defendió del ataque de sus
enemigos durante tres largos siglos con una guarnición que nunca alcanzó los 1.000
defensores, superándose dicha cifra solo en el siglo XIX.
En consecuencia, la única relación factible entre el tercer viaje de Colón y la conquista de
Melilla fue la merma de efectivos humanos, en especial hombres de mar y de armas, en la
expedición americana, pues el cambio de proyecto y de rumbo de la armada era inviable; la
empresa de Colón fue organizada por la Corona y la de Melilla por la Casa Ducal sin
viabilidad de interrelación entre ambas.
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
El tercer viaje de Colón y su incidencia…
675
NOTAS
1 SALAFRANCA ORTEGA, Jesús F. Bosquejo histórico de la población y guarnición de Melilla
(14971874),
Ayuntamiento de Melilla, 1987.
2 SALAFRANCA, op. cit., p. 13. En la nota 2 de dicha página indicábamos que “las referencias y las citas que
hemos hecho son de BARRANTES, y han sido tomadas no del documento original sino de la obra de
FERNÁNDEZ DE CASTRO, Rafael. Melilla prehispánica , Madrid, Instituto de Estudios Políticos, 1945,
pp. 479481”.
3 Citada en la nota 2.
4 FERNÁNDEZ DE CASTRO, op. cit., pp. 469470.
5 Op. cit., p. 472.
6 Op. cit., p. 486.
7 Op. cit., pp. 486488.
8 GALINDO Y VERA, León. Memoria histórica de las posesiones hispanoafricanas,
Madrid, Tello, 1844,
p. 74.
9 SEGARRA BALDRICH, Joseph. Historia de la España Transfretana , Barcelona, Giralt, 1764, T. II,
pp. 272274.
10 SALAFRANCA. Op. cit., p. 13. Véanse las obras de DE MORALES, Gabriel y MIR BERLANGA,
Francisco, entre otros.
11 FERNÁNDEZ DE CASTRO. Op. cit., p. 488.
12 GIL, Juan. El rol del tercer viaje colombino, Sevilla, Escuela de Estudios HispanoAmericanos,
1986, p. 3.
13 El cuadro de la guarnición de Melilla está sacado de SALAFRANCA, op. cit., p. 17.
14 Opinión compartida por DE MORALES, Gabriel en Datos para la Historia de Melilla , Melilla, Telegrama
del Rif, 1909, p. 21, nota 2.
15 Los datos del tercer viaje han sido sacados de GIL, op. cit., pp. 1228.
Los de Melilla de SALAFRANCA,
op. cit., p. 19.
16 Carta de Fernando V al duque de MedinaSidonia
fechada en Zaragoza el 6 de septiembre de 1498.
Reproducida por FERNÁNDEZ DE CASTRO, op. cit., p. 523.
17 SALAFRANCA, op. cit ., p. 19.
18 GIL, op. cit., p. 1.
19 VARELA, Consuelo. Cristóbal Colón. Textos y documentos completos, Alianza, Madrid, 1984 y GIL, Juan
y VARELA, Consuelo. Cartas de particulares a Colón y Relaciones coetáneas, Madrid, Alianza, 1984.
20 DE MADARIAGA, Salvador. Vida del muy magnífico Señor Don Cristóbal Colón, Madrid, EspasaCalpe,
1979.
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009