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THE CANARY ISLANDS REVIEW (1903-1904): FUENTE
PARA UNA HISTORIA SOCIAL DEL DEPORTE
INGLÉS EN GRAN CANARIA
Antonio S. Almeida Aguiar
There was one thing, continued Mr. Swanston, which had impressed
him, namely that there was no other port of which he knew where
visitors could find cricket, football, tennis and golf clubs- not to
mention croquet and poker.We ought to be justly proud of his unique
distinction. It was only the other day that all four games were being
played at one and the same time. The heads or the various firms ought
to be thanked for their interest and support.
The Canary Islands Review, nº 38, 17 noviembre 1903.
INTRODUCCIÓN
Si bien es de sobra conocida la posición geoestratégica del Archipiélago Canario, a
lo largo del siglo pasado crece sin cesar debido a la necesidad impuesta por la
navegación a vapor que exige puertos-escala para realizar el carbonero y la aguada de
los buques. La presencia de colonias extranjeras, principalmente ingleses, responden a
los intereses comerciales, mercantiles y turísticos que se generan a través de los
puertos. Los británicos contribuirán a la modernización de las islas, introduciendo el
teléfono, la electrificación, el turismo y controlando, de igual modo, las grandes líneas
marítimas. Este adelanto generó una profunda transformación en la sociedad y en la
economía del Archipiélago. Las consecuencias fueron importantes: revalorización de la
posición geográfica como plataforma en las rutas comerciales europeas hacia África y
América; acercamiento a Europa y facilidades para la llegada de visitantes a las islas,
iniciando la corriente turística; incremento de las exportaciones de productos agrícolas,
etc. Como ha indicado Morales Lezcano, las exigencias navales del imperio británico en
el occidente africano y las comunicaciones de Europa con América, fueron la causa que
llevaron a Inglaterra a polarizar sus intereses en Funchal y Las Palmas de Gran Canaria.
Sin embargo, los contactos mercantiles no son nuevos entre estos dos archipiélagos. A
mediados del siglos XVI, varios traficantes ingleses de Bristol solían anclar en las radas
de las Isletas, Garachico y Funchal, siendo la primera exportadora que traficaba con
vino en Tenerife la firma Hickman & Castlyn (Morales, 1970, p. 53).
Es precisamente a partir del inicio de la construcción del puerto de Refugio de la Luz
en 1883, cuando las libras inglesas empiezan a circular con fuerza en Canarias, más
concretamente en la isla de Gran Canaria. Alrededor del Puerto de la Luz se
establecieron muy pronto compañías suministradoras de carbón, varaderos, pequeños
astilleros, almacenes, etc. En 1884 Alfred L. Jones estableció en el Puerto la estación
carbonera The Grand Canary Coaling. Además de ésta, abrió una sucursal de la Elder
Dempster, compañía especializada en funciones consignatarias, bancarias y de
exportación de frutos, bajo la dirección de Arthur Doorly. La historiografía local se ha
preocupado extendidamente en analizar la trascendente participación inglesa en el
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posterior desarrollo económico de las islas. Sin embargo, las relaciones entre canarios y
británicos fue más allá de lo mercantil. El profesor Quintana Navarro destacó esta
circunstancia:
El Puerto de Refugio había sido una nueva creación; nuevos muelles, nuevos
buques, nuevas navieras, nuevos edificios, nuevos capitales, nuevos
negocios… A medida que se producía el despegue, la febril actividad portuaria
transformó por entero la antigua imagen de la Bahía. Aquellos procesos no
podían pasar desapercibidos a la mentalidad isleña. Porque por el puerto no
sólo entraban productos y mercancías; también penetraron nuevos hombres,
nuevas costumbres, nuevos hábitos, nuevas ideas… A través del puerto, la
ciudad se cosmopolitizó; viejas costumbres y hábitos sociales se combinaron
con nuevos elementos (Quintana, 1985, p. 67).
Este nuevo grupo social formado por una burguesía extranjera, se comportará
inicialmente, sin embargo, como un grupo cerrado en la mayoría de los casos, con
espacios e instituciones propias de reunión, como clubs de recreo (British Club, Las
Palmas Cricket Club…); iglesia anglicana, cementerio británico, etc. A medida que
pasan las generaciones, irán integrándose en la sociedad canaria, transmitiendo al
conjunto de la sociedad un fuerte impulso. Ámbitos sociales como la educación fueron
también objeto del interés extranjero. En 1896 informaba el vicecónsul Allan Maclean
de Las Palmas de Gran Canaria:
An excellent opening is offered here or a good college or public school on
English lines, as the climate is very suitable for the children of English parents,
partuculary so if they have been born in the colonies or India, and find the
English winter too severe, as well as for growing boys and girls who are
showing the first symptoms of weakness in the chest, and to whom a residence
of two or three years in a suitable climate wouldd mean a life of usefulness in
the future instead of a lifetime of misery. In view of the importance of the
study of living languages to the young Englishman, an excellent opportunity
would be given to affiliate such a public school to some of our large scholls at
home, and ample opportunity given for a conversational instruction in all
modern comercial tongues –spanish, french, italian, portuguese, german and
arabic–. I fancy such school would find good support in England, as well as be
of enormous advantage to the 300 resident British subjects, and permit of
children accompanying invalid parentes to this health resort in the winter, who
have at present to remain at home for want of school accomodation here
(Martín, 1990, p. 23).
La colonia inglesa establecida en las islas practica sus costumbres, sus tradiciones,
sus valores, su educación; en definitiva, su cultura. Esta anglonización trae consigo la
introducción de una serie de actividades deportivas de gran tradición en Gran Bretaña,
como el criquet, el croquet, el tenis, el golf, el fútbol, etc. En un primer momento, serán
los súbditos extranjeros quienes lo practiquen, extendiéndose su difusión posteriormente
a la burguesía local.
A partir del análisis de las fuentes utilizadas para este trabajo, hemos determinado
una serie de espacios físicos donde se pondrán en práctica los deportes ingleses en
Canarias. En primer lugar, los espacios libres cercanos a los puertos de las islas,
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constituirán el primer marco idóneo para la puesta en práctica de algunos deportes,
principalmente el fútbol. En estos “espaciosos llanos” jugarán originariamente los
residentes de la colonia en la isla con los compatriotas u oficiales británicos que hacían
escala en los puertos canarios. La población insular será la espectadora de excepción
ante un nuevo deporte que pronto formará parte de sus actividades lúdicas y recreativas.
Como segundo punto, la presencia de una colonia inglesa en la isla, produce la visita de
viajeros que buscan en el benigno clima del archipiélago un remedio para sus males
físicos. Esto trae consigo la publicación de guías de viajes y el desarrollo de un turismo
incipiente que busca la comodidad y el confort en su estancia. Hoteles como el
Metropole, el Santa Catalina y el Quiney en Las Palmas, ofertaban entre sus
comodidades pistas deportivas para jugar al lawn tennis, al croquet, al golf, además de
salas de billares.
En tercer lugar podemos señalar los nuevos espacios habitados por los británicos. La
segregación residencial era una forma de estructurar la posición de vida confortable la
burguesía inglesa. La casa ideal de la clase media era una casa de campo urbanizada, la
villa o el cottage, con un parque o jardín en miniatura y rodeado de espacio verde. En
estos jardines, los ingleses practicaban sus deportes, no solamente como ocio, sino
como elemento importante para la formación de una nueva clase dirigente según el
modelo burgués británico. Además del auténtico asentamiento colonial en
Alcaravaneras (Gran Canaria) con el hotel Santa Catalina, club inglés, hospital inglés,
capilla anglicana y los correspondientes cottages (Hernández, 1995, p. 196), la
residencia de la Familia Miller , casona canaria comprada a mediados del siglo XIX en
Tafira, disponía en sus jardines pistas de tenis y croquet. La casa inglesa se convertía así
en un lugar de reunión entre las distintas familias, donde además de tomar el té,
practicaban sus deportes favoritos.
Finalmente, los ingleses se apresuraron a fundar en la ciudad toda una serie de clubs
deportivos. De esta manera, ampliaban el reducido círculo familiar y social, y a través
de los clubs, fue posible crear un universo social al margen de los núcleos familiares
autónomos. Estos centros recreativos no eran tanto un lujo como una necesidad, un
medio de mantener la moral y el sentido de cohesión de lo británico (Holt, 1989,
p. 208). Entre las principales instituciones deportivas fundadas en Gran Canaria estaban
Las Palmas Golf Club, Las Palmas Lawn Tennis Club, Las Palmas Cricket Club y Las
Palmas Football Club. A partir de estos centros, la burguesía canaria creará clubs
deportivos a semejanza de los ingleses, no sólo como complemento de una educación
marcadamente intelectual, sino como diferenciador social de una clase emergente en el
panorama económico y social de las islas. Como ha indicado Hobswban, es indudable
que el deporte “sirvió para crear nuevos modelos de vida y cohesión en la clase media”
(Hobswban, 1990, p. 183).
Una de las fuentes históricas principales para conocer la instauración de los deportes
ingleses en las islas a finales del siglo XIX y principios del siglo XX es la prensa, que
dejará constancia de la intensa influencia británica ejercida sobre el Archipiélago.
THE CIR: FUENTE DE ESTUDIO EN LA HISTORIA DEL DEPORTE INGLÉS EN GRAN CANARIA
El hecho más significativo de las inquietudes intelectuales de la colonia por dar a
conocer en su propia lengua su cultura en el archipiélago, fue la publicación en 1903
del periódico The Canary Island Review (The CIR). En su primer ejemplar, el 9 marzo
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1903, Charles Meyer, director del mismo, señalaba como principal aspiración de este
medio informativo “la agradable tarea de desenterrar los talentos ocultos y
desenvolverlos poco a poco ante los ojos de nuestros amigos isleños”. El contenido era
amplio, desde la sección Spanish Notes, sobre acontecimientos destacados en la
Península y en las islas, pasando por la Liverpool market, o la List of Visitors. No sólo
los ingleses escribían sus crónicas en la nueva publicación. Destacados periodistas
canarios como Francisco González Díaz, no duda en utilizar su pluma en defensa del
periódico ante los rumores no favorables al mismo que llegaban desde Madrid, en su
artículo Groundless Misgivings:
I do not understand such comments, and still less why they should be
unfavourable. In a event so simple and natural what is there to cause surprise?
(…)
Foreign colonies every where, when numerous, rich, and influential, have their
publications, which reflect their activity and life. It is right that they should
have them for these organs, if well inspired and directed, far from weakening
the national fibre, strengthen and preserve it, by urnishing the native element
with the stimulating examples of success achieved by foreing energy and
enterprise.
The sons of Great Britain resident among us, have participated too signally in
our labours and progress for us not to recognize their share in our successes
and triumphs; and, if we do recognize this, it would be both ungracious and
absurd to deny them the right to have a newspaper of their own, which is of
interest to them, and reflects their daily life.
By this means those bonds of affection and unity which unite us with them will
be drawn closer, and a permanent alliance effected between those two elements
upon which the welfare of cour country chiefly depends, the native spirit of
unquenchable, steadfast lovalty to Spain and the frank and hearty cooperation
of Spaniard and Briton in all that makes for the progress and prosperity of these
islands (The CIR, 1903, p. 10).
La profesora González Cruz ha realizado el mejor estudio hasta el momento de este
periódico inglés (González, 1995), facilitándonos para la elaboración de este artículo
aquellos que hacían referencia al deporte. El proceso de aculturación que estamos
analizando se basó fundamentalmente en relación con el mundo material, cuya
manifestación más relevante se tradujo en la innovación económica, el ocio y los
deportes. A partir de la prensa local canaria, así como The Canary Island Review,
conoceremos los principales datos en torno a los deportes ingleses como elementos
generadores de una nueva cultura deportiva que se implantará en Las Palmas de Gran
Canaria en esos años. Será la prensa, pues, la principal institución a la hora de difundir a
lo largo y ancho de las islas las excelencias del nuevo fenómeno, en su vertiente
deportiva, pedagógica y terapeútica.
Una de las sociedades pioneras en la práctica del deporte inglés por parte de la
colonia residente fue el cricket. Situado frente a la clínica de Santa Catalina, Las Palmas
Cricket Club fue fundado a finales del siglo pasado. Aunque no conocemos muchos
datos del mismo, sabemos que organizaban partidos entre los socios solteros y casados
como entrenamiento para los partidos que se disputaban frente a las tripulaciones de los
barcos británicos que hacían escala en el puerto. El 29 de marzo de 1890, el Diario de
Avisos de Las Palmas da a conocer el resultado del partido de cricket celebrado en el
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“espacioso llano” que hay frente al muelle de Santa Catalina. Los contendientes fueron
los oficiales del crucero Warspite y varios compatriotas suyos residentes en la ciudad.
La partida fue ganada por los oficiales del crucero, quienes hicieron 89 puntos frente a
los 82 puntos de los contrarios. Entrada la noche, los oficiales fueron obsequiados por
Mr. Doorly con un baile, a la vez que se celebraba un brillante concierto en el Hotel
Quiney. El 9 de septiembre de ese mismo año, El Liberal recoge en sus páginas que en
esa misma llanura “frontera al muelle de Santa Catalina” se disputó una partida de
cricket entre los oficiales del cañonero Widgeon y varios ingleses residentes en la isla.
Los locales ganaron la partida haciendo 110 puntos frente a los 39 puntos de los
marinos.
En su edición nº 24 de agosto de 1903, The CIR da a conocer el resultado del partido
jugado el sábado por la tarde entre los miembros del Club y un equipo visitante
formado por los oficiales del West India Regiment, ante la atenta mirada de un gran
número de espectadores. Acto seguido, los deportistas fueron congratulados con un té
en el hotel Quiney. Entre los jugadores locales estaban Dr. Baxter, D. Davies,
J. Bedford, S. Vines, C.A. Quiney, R. Atcherley, etc. y entre los visitantes Mr. Lewis,
Capt. Swabey, Col. Graves, Mr. Green, etc. Esta es una de las características que se
repiten en todas las prácticas físicas establecidas por los ingleses en Canarias. La
formación de Clubs Sportivos acogerá no sólo las competiciones entre los colonos
establecidos aquí, sino que será el marco elegido para que los tripulantes y oficiales de
los barcos británicos que arribaban al Archipiélago, pasasen unos días de ocio y
diversión, realizando entre otros actos competiciones deportivas. The CIR recogerá
similares datos en distintos números de su publicación, dando a conocer los apellidos de
los jugadores participantes, siendo todos ingleses.
El Las Palmas Lawn Tennis Club surge alrededor de 1896. Sus pistas de juego se
situaban en los jardines del Hotel Metropole, celebrándose en los mismos varios torneos
para dar mayor divulgación a la práctica de este deporte. En estas mismas fechas, en
Tenerife se instala un Tennis Club, y el English Hotel Pino de Oro, en Santa Cruz,
ofrecía a su distinguida clientela campos para jugar al tenis, croquet y badminton. The
CIR anunciaba el 9 de marzo de 1903 los resultados The 8th Annual Tournament of the
Las Palmas Lawn Tennis Club:
The results being as follows:
Challenge Cup won by Mr. Head
Gents Open Singles won by Mr. Head
Ladies Open Singles won by Miss Baxter
Ladies Doubles won by Miss Baxter and Miss Pigeon
The play throughout was very good, the matches being well contested. The
weather having kept fine during the week a large number of spectators were
brought together. After a short Address by Mr. Seddon the magnificent prizes
were presented to the successful competitors by Mrs. James Miller. Grat praise
is due to the Committee, and specially to Doctor J. Fleming Baxter the Hon.
Secretary for the splendid way in which the Tournament was managed.
Las Palmas Lawn Tennis Club estaba afiliada al All England Lawn Tennis
Association, y ser socio costaba anualmente veinte pesetas. Entre los eventos principales
que se celebraban en sus instalaciones estaban The Gragg Challenge Cup, The Jones
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Challenge Cup and The Marjorie Vase. Al igual que en el cricket, la llegada de
marinos británicos al puerto era una ocasión más para demostrar sus habilidades
deportivas. A falta de campos de césped, muchos partidos se jugaban en campos de
cemento. En noviembre de 1903, los socios del Las Palmas Lawn Tennis se enfrentan a
los oficiales del Tartar:
Four doubles and four singles were played and all won by the Club, the
members of which, and the Tartars's officers were afterwards entertained to tea
by Mr. Seddon. The naval officers are evidently nos accustomed to play on
cement, a change from the nature of the usual ground which sometimes
detracted from the general excellence of their play.
The gentlemen who took part in the match were; Messrs Davies, Doorly,
Seddon, and Tetley for the Club; Messrs Dammers, Mannisty, Miller, and
Pilcher for HMS Tartar (The CIR, 1903, p. 7).
Entre las figuras destacadas en el ámbito deportivo de este club, sin duda Mr. Sydney
Head brilla con luz propia. El 11 de mayo de 1907 el Diario de Las Palmas se hace eco
de la noticia de un diario de Madrid en la que se anuncia la salida hacia Canarias del
campeón de Lawn tennis del Archipiélago tras haber ganado el Campeonato de España
y poseer la copa regalada por Su Majestad el Rey Alfonso XIII.
En la isla de Gran Canaria, los británicos se reunían en el descampado del Lomo del
Polvo, hoy Altavista, para practicar el golf. The Las Palmas Golf Club, pionero en el
estado español, se funda en 1891 gracias a la labor de Mr. Kitto y sus colaboradores,
Mr. Richard Blandy, el doctor Briand Melland y Mr. John Forman entre otros. Años
después, se conoce incluso la intención de celebrar una competición de carácter anual
que enfrentaría a éste contra el Orotava Golf Club. En cuanto a las actividades
deportivas que organizaba el club, cada mes se disputaba una medalla a la que podían
optar todos los socios, pero sin duda el mayor orgullo del club es el poder contar entre
sus muchos trofeos con la copa Palmer, el trofeo deportivo más antiguo de cuantos se
disputan en la geografía española. En referencia a sus instalaciones, el campo ocupaba
una extensión de dos millas, y debido a la sequedad del lugar, no contaba con césped.
Los caddies, jóvenes encargados de transportar el material, eran isleños, y cobraban por
su trabajo 25 céntimos. Además de ejercitarse en la práctica deportiva del golf, el Club
sirvió de pretexto para el encuentro social de los hombres y mujeres de la colonia y los
turistas. En 1903 el Club se anunciaba en el periódico de la colonia, argumentando que
de los trece hoyos de que disponía el campo, cinco se repetían totalizando así los
dieciocho reglamentarios, además de la posibilidad de alquilar palos para los jugadores
visitantes:
During the winter season from november onwards there are three silver cups
and other prizes, besides the monthly Medal and monthly Box Competition, to
be played for, all of which are open to Visitors who become full members of
the Club.
Golfers, who may have arrived here without bringing clubs, can hire,at small
fee, a bag of clubs from the Hon. Sec. who can also supply new and re-made
balls and tees. Lady golfers are eligible as members of the club, and there is a
silver Medal to be played for monthly, and generally one or two more prizes
during the season.
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The subscription for the season is only 10 –and lockers can be obtained at a
further fee of 10. Any other information will de gladly given by the Hon. Sec.
C.E. Medringt in Studio Metropole, adjoining Hotel Metropole (The CIR,
1903, p. 13).
Recogemos, finalmente, una pequeña reseña de las muchas que el periódico de la
colonia dedica al club de golf local, en la que se hace mención a un nuevo trofeo y al
nombramiento de socios de honor del club a los miembros del crucero Buffalo:
The competition held on the links last week was for handsome silver Challenge
Cup, presented to the club by Mr. Arthur S. Medrington of Birkdale. An ecletic
competition was the style of play and consisted of the best individual holes out
of two rounds of the course. The weather was capital the whole week and some
very good cards were returned. The Cup which is held for one year was won by
Mr. G. Jeffery together with half the sweepstake. He will also receive a silver
Memento Cup. The second half of the sweepstake was won by Mr. Davies.
Below will be found the details of scores.
A Tournament is now in progress for a prize presented to the Club by Mr, G.H.
Briggs of the Santa Catalina Hotel, and will continue for a couple of weeks
when the result will be announced. On the arrival in Las Palmas of the
American Torpedo Flotilla together with the convoy cruiser “Buffalo”, the
Captain and Ward Room officers were made Honorary members of the Golf
Club, and we are glad to say they made as much use of the link as their limited
time would allow (The CIR, 1904).
No será hasta 1907 cuando se amplie el número de hoyos a los dieciocho
reglamentarios. A partir de finales de los años veinte es cuando empiezan a hacer su
aparición los primeros jugadores isleños que a medida que van integrándose, se hacen
con el control del club, siempre bajo la dirección de Mister Blandy, que se convierte en
el alma mater de esta primera etapa de gestación.
Pero igual que sucede en nuestros días, el deporte que provocó mayor espectáculo y
entusiasmo a hombres y mujeres de todas las clases sociales fue el football. Junto al
golf, fue de las prácticas deportivas provenientes del extranjero que primero se
instauraron en Canarias. Esta práctica importada no sólo era un símbolo de modernidad,
como el ciclismo, sino que es traída y practicada en primera instancia por los británicos.
El periodista Jose Rivero señala el día 10 de febrero de 1894 como la fecha en la que se
jugó el primer partido oficial en Gran Canaria. Se enfrentaron los oficiales de la
escuadra inglesa contra la sociedad Grand Canary Football Club. En esos años, las
canchas de tenis del Hotel Santa Catalina servían de escenario para las confrontaciones
entre los miembros de la colonia, junto a otros improvisados campos en el muelle de La
Luz, donde tenía su terreno de juego Las Palmas Football Club. La suscripción al club
costaba cinco pesetas, y se realizaba en las oficinas de Wilson Sons & Co's, cerca del
muelle de Santa Catalina. Habían entrenamientos cada miércoles y sábado por la tarde a
partir de la cuatro (The CIR, 1903, p. 12).
El hecho de que fuera un deporte que se practicaba en terrenos situados al aire libre y
cercanos al centro económico de la ciudad, con una gran población trabajadora en los
alrededores, permitió que éstos se acercaran a ver jugar al fútbol a los ingleses. Eso
animó a muchos espectadores a la práctica de este deporte. El fútbol cautivó
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rápidamente a mucha gente de la clase media y baja de las ciudades portuarias que
acudía a los encuentros anunciados a través de la prensa local. El periódico Las
Efemérides, el 7 de febrero de 1903 hace extensiva la invitación a los partidos que Las
Palmas Football Club disputaría durante seis sábados consecutivos contra los marinos
de los cruceros ingleses Isis y Drake:
Estos juegos tendrán lugar en la explanada que está al poniente de la Estación
de Sanidad. El Football Club, cuyo presidente es D. P. Swanston, invita por
medio de la prensa a todas las familias de la distinguida sociedad de Las
Palmas, para cuyos invitados se reservarán numerosas sillas en el lugar del
juego, siendo además obsequiados con un té que se servirá al final de la fiesta.
La junta organizadora nos ruega hagamos público la hora propia para asistir al
espectáculo es la de las tres, pues la primera partida no empezará sino cuando
llegue al puerto el tranvía que ha dicha hora sale de Las Palmas.
En marzo de ese mismo año, el periódico España presenta un artículo titulado Cosas
de la Educación. Nuestra juventud, donde se hace una reflexión a partir de los
encuentros de fútbol que hemos mencionado anteriormente. El deporte y la educación
física son analizados como elementos educativos de gran valor. Esta clase de artículos
pone en evidencia que algo está cambiando en las islas en torno a las prácticas físico-deportivas.
Se piensa en el sport como un elemento de engrandecimiento del hombre y
de la patria. No obstante, el artículo presenta una realidad insular un tanto pesimista,
lejana aún de las cualidades civilizadoras de los británicos a través del deporte:
En éstos últimos sábados, en la explanada de Santa Catalina, frente al muelle
de nuestro puerto, se han celebrado entre numerosos jóvenes de la colonia
inglesa, los populares footballs. El juego ha sido mirado con indiferencia por
nosotros los canarios.
La moderna educación física que hace a los pueblos grandes y fuertes no ha
entrado en nuestras costumbres. Hace diez años vivimos en íntima
comunicación con el vigoroso y culto pueblo inglés. Sin embargo, de nada nos
ha servido el ejemplo. Vivimos adheridos a la vieja rutina (…).
El problema de la educación física está teniendo y tendrá más cada día, una
capital importancia porque es grandiosa síntesis de los maravillosos frutos
conseguidos en cien años en la lucha por la cultura humana. Y el problema de
la educación física aparece más complejo a medida que se profundiza en él,
que no comprende solamente el desarrollo de la fuerza muscular, acrecentando
la energía de la raza y de su alma por la vigorización del cuerpo, sino que
abarca una gran cantidad de cuestiones: la salud e higiene; la alimentación y el
baño, el cultivo de cuanto acerque al hombre a la naturaleza y lo devuelva a su
seno amoroso.
Nada de esto nos llama la atención. A nuestra juventud la dedicamos a estudiar
de cualquier modo el Bachillerato, para después mandarla a las universidades
de España… o a los mercados de Londres a la venta de nuestras bananas. Ni
otros anhelos ni otras ilusiones.
The CIR nos da información detallada de las reuniones que las directivas de los
distintos clubs sociales de la colonia organizaban. Una de ellas fue la reunión anual The
Las Palmas Football Club celebrada en el Hotel Metropole en noviembre de 1903:
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The Canary Islands Review (1903-1904): una fuente…
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The annual General Meeting of the above Club took place last thursday
evening in the Hotel Metropole. The following gentlemen were present: - Mr.
Swanston, in the Chair, Mr. Chalmers, Hon.Sec. and Treasurer, Messrs Seddon
Fisher, Pavillard, Fargher, Doorly, Baxter, Phelps, Fleay, Howard, Meyer (…)
Mr Chalmers read the Minutes of the last meeting. It was proposed by Mr
Seddon, and seconded by Doctor Baxter that the minutes as read be passed as
correct carried. The election of officers for the coming season was then
proceeded with.
It was proposed by Dr. Baxter, and seconded by Mr. Pavillard that Mr.
Swanston be re-elected President of the Club carried unanimously and
enthusiastically. Then the following gentlemen were appointed:
Captain………………. Mr. Phelps
Vice Captain…………. Mr. Chalmers
Secretary…………….. Mr. Travis
Committe- Messrs Brash, Bruce; Howard, Pavillard.
The following new members joined the Club: Messrs Duff, Dunn, Morrison, F.
Swanston (…).
As the Subscription for the new season are now due the Secretary will be glad
if all the members will let him have same as early as possible. Persons wishing
to join please send in their names to the secretary.
Mr. S. Travis, Puerto de La Luz
A match was played last Friday afternoon between the L.P.F.C. and the officers
and men of H.M.S. Tartar. Result, -half time, Nil. Time:-Adraw, no score. The
match was very evenly contested throughout (The CIR, 1903, p. 7).
A principios del presente siglo, como veremos en las conclusiones, se extiende la
presencia de clubs formados por jugadores canarios como resultado del proceso de
aculturación entre ambos pueblos. La burguesía canaria y la clase obrera buscarán
identificarse como grupos sociales a través de los distintos clubs de fútbol que se irán
creando en las islas.
Una de las prácticas deportivas que más se extendió en el archipiélago y en el resto
del territorio español fue el ciclismo. De hecho, la primera Federación deportiva
española fue la Federación Velocipedista Española, creada en 1895. El ciclismo en
sus orígenes se forjó como una práctica adscrita a la burguesía, en la medida que se
constituyó como un valor de distinción, progreso y dinamismo social. Pasear en
bicicleta o realizar competiciones deportivas no era tan solo una moda, como algunos
periodistas de la época señalaron; significaba una nueva forma de vivir que empezaba a
consolidar nuevos valores en aquella sociedad. Los beneficios de esta práctica deportiva
aparecen recogidos en el Diario de Avisos del 15 de mayo de 1897, en un artículo
firmado por H. L.:
La bicicleta ha venido a ofrecer un nuevo y poderoso medio de locomoción
(...). El sport del pedal, casi constituye una manía que pudiéramos llamar
velocipediomanía o bicicletomanía (...). La bicicleta viene a operar una
verdadera transformación, desde el punto de vista fisiológico. Todos hacen
gimnasia muy higiénica y provechosa, aumentando el apetito hasta lo
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inconcebible. Los músculos se nutren y hay notable desarrollo de piernas,
brazos, manos y riñones (...).
La buena acogida y expansión de esta práctica física en la ciudad de Las Palmas de
Gran Canaria, provoca que el Ayuntamiento acordase el 22 de mayo de ese mismo año,
según La Patria, “prohibir que las plazas públicas continúen convertidas en velódromos
y el paso de las bicicletas por las aceras de las calles”. En otro artículo aparecido en el
Diario de Las Palmas (1897) se habla del “siglo del ciclismo: un furor, una pasión loca
emballement, como se dice en Francia (...). No corremos ya, volamos; pero no sabemos
dónde tendrá término nuestra carrera. La bicicleta es el vehículo de las imaginaciones
(...)”. Este interés social por el ciclismo, pronto quedará reflejado en una asociación.
Podemos señalar, tomando como fuente primaria este último periódico, que en
diciembre de 1897 queda constituido el primer Club Velocipédico de Las Palmas. En
los salones de la Unión Filarmónica, la junta organizadora convoca a los aficionados
con objeto de aprobar el reglamento y nombrar la Junta Directiva. Un año después, se
inaugura con una excursión al Monte un nuevo centro ciclista denominado Club Ciclista
Canario. Este asociacionismo que desde finales del siglo XIX aparece en las principales
ciudades canarias responde a las necesidades ocio-culturales de la ascendente burguesía
local, que una vez más veían en dichos establecimientos una manera de distinción
social al modo de las instituciones británicas fundadas en las islas. Fueron los hijos de la
burguesía comercial quienes protagonizaron el proceso de deportivizar a la sociedad
canaria con sus fiestas, competiciones y paseos. El deporte era entendido como un valor
de modernidad, de cambio y distinción social, característico en una civilización en
progreso.
CONCLUSIÓN
El deporte contemporáneo aparece en Canarias en los últimos diez años del siglo
XIX, importado de Inglaterra. Es difícil a través de los diarios situar con precisión las
primeras formas de práctica, aunque en 1890 el Coronel Gragg informaba en The
Finance que en el hotel de la Sociedad Canary Island abierto en Las Palmas había “un
trozo de terreno admirablemente arreglado con grass (césped) que no había sido
sembrado sino cinco semanas antes, tuve la satisfacción de presenciar el animado juego
de pelota”.
La idea que ha envuelto el presente estudio ha consistido en intentar mostrar que los
orígenes del deporte contemporáneo en Canarias, lejos de circunscribirse únicamente
como pasatiempo propio de la civilización del ocio, tuvieron un contexto sociocultural
caracterizado por el establecimiento de una colonia extranjera en la isla y su posterior
integración con los grupos de la elite social, fundamentalmente la burguesía. El
deporte no sólo era un pasatiempo, sino un referente de diferenciación social y parte
integrante de los valores educativos defendidos por el victorianismo.
Esta realidad crea una dinámica social que asegura la progresiva difusión de las
prácticas deportivas en las diferentes clases sociales. Sin mencionar todos los artículos
de periódicos consultados, ponemos en evidencia que en este periodo inicial del
desarrollo de los deportes en Gran Canaria, al igual que sucedería en otros puntos de la
geografía insular, los practicantes del deporte son un grupo social limitado pero
homogéneo geográfica, social y culturalmente: son los miembros adultos e hijos de la
burguesía comercial inglesa. Los primeros practicantes y dirigentes deportivos
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The Canary Islands Review (1903-1904): una fuente…
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representan un estrato minoritario pero dinámico, creyentes del advenimiento de una
sociedad nueva, valorando la acción, la iniciativa y el estímulo. En efecto, la prensa se
interesa, como es natural, en las actividades que han adquirido un mínimo de
reconocimiento social.
Hemos realizado un detallado estudio del periódico de la colonia inglesa en la isla,
poniendo en relación las prácticas deportivas y las clases sociales, y al mismo tiempo
reteniendo datos, fechas, testimonios, nombres, etc. Con este análisis hemos dado a
conocer en la historia de Canarias, el origen de los deportes contemporáneos,
importados por los ingleses. Con posterioridad, estas prácticas deportivas evolucionarán
a través de la burguesía local, expandiéndose al resto de la población en distinta medida
y vertebrando una de las tendencias de la institucionalización de la actividad física y el
deporte en Las Palmas de Gran Canaria.
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XV Coloquio de Historia Canario-Americana
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BIBLIOGRAFÍA
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FUENTES IMPRESAS
The Canary Islands Review
Diario de Las Palmas
Diario de Avisos
Efemérides
La Patria
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