LA VALORACI~N DE LOS ASPECTOS GEOMORFOL~GICOS
EN LOS INSTRUMENTOS DE ORDENACIÓN DE
LOS ESPACIOS NATURALES PROTEGIDOS: EL CASO
DEL MACIZO DE LOS AJACHES (LANZAROTE)
La protección y conservación de la Naturaleza no ha dejado de co-brar
protagonismo desde que, a finales de la centuria pasada ', la socie-dad
adquirió conciencia de que su desarrollo produce alteraciones, en
ocasiones irreversibles, sobre los recursos más valiosos del escenario en
el que se genera: el territorio.
Esa necesidad de proteger recursos y espacios logra su fundamento
doctrinal y jurídico en los denominados «espacios naturales protegidos»
(J. L. Martín, 1993, p. 2) y alcanza su aplicabilidad práctica a través de
la planificación ambiental. Tradicionalmente, se ha considerado como
tal la orientada específicamente a la consecución de fines ambientales,
habiéndose centrado su desarrollo en el subsistema natural del territo-rio.
Frente a ella, la planljicación urbanística, que se ha encaminado a
la ordenación territorial y urbanística, y la planificación sectorial, que
se ha orientado a la planificación de sectores determinados (aguas, ca-rreteras,
etc), se han centrado en el subsistema antrópico del territorio z.
Por tanto, la planificación en general. y la ambiental en particular,
expresan indirectamente el modelo de desarrollo que se propone para un
espacio. Así, dado que la realidad territorial es compleja, al derivar de
la convergencia de factores y elementos físico-naturales y socio-económicos,
no cabe duda del carácter conflictivo de la planificación,
en tanto que debe conciliar posturas aparentemente contrapuestas:
desaro!!icmn verses ccnsrrvucimis~e.
En este sentido, la planificación ambiental, cuyo objetivo es conse-guir
la conservación de los valores que han motivado la protección de
un espacio, se ve abocada a la resolución de tal dicotomía desde una
112 Javier Camino Dorta - Emma Pérez-Chacón Espino
perspectiva integrada, en la que no dejan de tener especial importancia
los estudios del medio físico, que permiten otorgar los valores que al-canzan
los diversos elementos geoecológicos del territorio para su pro-tección
y conservación, es decir: la geología-geomorfología, la flora y
vegetación, la fauna, el suelo y el paisaje.
El objeto de esta comunicación es presentar una reflexión metodoló-gica
sobre la evaluación de los aspectos geológicos-geomorfológicos de
los espacios protegidos, transformando la información existente sobre los
mismos en una información operativa, que pueda ser útil para el correcto
desarrollo de sus instrumentos de ordenación. Para ello, se utiliza como
herramienta un estudio de geología-geomorfología que forma parte del
conjunto de informes territoriales requeridos por el instrumento de or-denación
de un espacio protegido de la isla de Lanzarote (Islas Cana-rias):
el Macizo de Los Ajaches.
LOS INSTRUMENTOS DE ORDENACI~NE N LA PLANIFICACI~N
AMBIENTAL
Hasta finales de los años ochenta la protección y conservación de
los rec.Grsos i,aiUi.a;es se de es;ü&os y p!aiiei de es-caso
respaldo jurídico, cuyo valor dependía del uso que se hiciera de
ellos por parte de la Administración. Durante muchos años los Planes
Especiales (PE) y los Planes Rectores de Uso y Gestión (PRUG) fue-ron
las únicas figuras existentes para la ordenación del medio natural.
Los primeros se amparan en la legislación urbanística 3, cuya principal
limitación ha sido la falta de profundidad en relación con la ordenación
del suelo no urbanizable, para el que se señalan algunas determinacio-nes
de caracter cautelar quedando en muchas ocasiones la posibilidad
de desarrollar determinados usos y actuaciones sometida al criterio de
los gobiernos muncicipales (J. L. López, 1995, p. 10) 4. Por su parte, los
PRUG fueron en un principio figuras que carecían de regulación legal,
apareciendo por primera vez como instrumentos de ordenación de un
espacio protegido en una ley sobre el Parque nacional de Doñana 5, sin
estar previamente recogidos, ni por tanto regulados en sus contenidos y
funciones, en la legislación básica estatal sobre protección de espacios
naturales vigente en aquel momento 6.
En 1989 se registra un cambio en la normativa básica estatal en
materia de espacios protegidos. Con la aprobación de la Ley 4/89, de
27 de marzo, de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora
. Fauna Silvestres se recoge el instrumento de planificación de los PRUG
La valoración de los aspectos geomorfológicos en los ... 113
y se introduce un nuevo instrumento: los Planes de Ordenación de Re-cursos
Naturales (PORN), que permiten intervenir en cualquier ámbito
y no sólo dentro de los espacios protegidos.
A partir de esta nueva ley básica estatal, sobre protección de espa-cios,
el Gobierno de Canarias inicia en 1990 el proceso de elaboración
de una ley de protección de espacios naturales que subsane los defectos
y limitaciones de la legislación autonómica entonces vigente (LENAC).
Tal proceso concluye con la aprobación de la Ley 12/94, de 19 de di-ciembre,
de Espacios Naturales de Canarias que recoge, además de los
PORN, como instrumentos de ordenación de los nuevos espacios prote-gidos,
los siguientes: Planes Rectores de Uso y Gestión para Parques
Naturales y Rurales. Planes Directores para las Reservas Naturales.
Normas de Conservación para los Monumentos y Sitios de Interés Cien-tífico.
Planes Especiales de Protección Paisajística para los Paisajes
Protegidos.
Como se ha señalado anteriormente, existe una gran diversidad de
instrumentos de ordenación de espacios naturales protegidos. Éstos se
diferencian en sus características, contenidos y tramitación, pero todos
ellos utilizan la determinación de las limitaciones de uso para materia-lizar
la protección específica que debe tener cada sector del espacio
protegido. Tales limitaciones se expresan espacialmente mediante una
zonificación ', en la que se definen tanto los usos permitidos como pro-hibidos.
La efectividad de dicha zonificación radicará en la mayor o menor
capacidad del planificador para entender el funcionamiento del sistema
territorial y detectar su problemática. En esta correcta comprensión jue-ga
un papel esencial la adecuación, a tales fines, del tratamiento que se
realice de la información. En este sentido, el mero análisis descriptivn
de cada componente del temtorio puede ayudar a conocerlo, pero no a
establecer una evaluación global de su estado como entidad protegible.
De todo ello deriva la necesidad de establecer procedimientos de
análisis que permitan integrar adecuadamente las informaciones sectoria-les.
En este contexto, la utilización de unidades homogéneas de paisaje
(Rolcís P? n!!i, 1992) snpme liga hemmienk eficzz, pces permite !a rr-presentación
espacial integrada de los diferentes componentes del medio
y facilita, con ello, las tareas posteriores de zonificación territorial. Cada
114 Javier Camino Dorta - Emma Pérez-Chacón Espino
una de estas unidades constituyen, a su vez, el sistema de referencia para
evaluar la capacidad de acoger diferentes usos del suelo (diagnóstico te-rritorial)
y establecer las orientaciones de uso correspondientes.
Desde esta perspectiva, la información geomorfológica, o cualquier
otra, debe estar adaptada a los requerimientos de las fases posteriores
de elaboración de un plan. El tratamiento de los componentes geomorfo-lógicos
de un espacio protegido, objeto de esta comunicación, puede
realizarse desde un principio incorporando las claves metodológicas que
acabamos de señalar: consideración de unidades homogéneas desde el
punto de vista geomorfológico, definición de la potencialidad y de las
restricciones de uso de cada unidad y, finalmente, establecimiento de las
prescripciones de uso. Un ensayo de este tipo es el que se ha realizado
sobre el Macizo de Los Ajaches, cuyas pautas metodológicas se resu-men
a continuación.
LA EVALUACI~N DE LOS ASPECTOS GEOL~GICOS-GEOMORFOLÓGICOS
COMO COMPONENTE DEL
INSTRUMENTO DE ORDENACI~N DEL ESPACIO
PROTEGIDO DE LOS AJACHES
El macizo de Los Ajaches, localizado al sureste de la isla de
Lanzarote, aparece por primera vez como espacio natural a proteger en
1983, cuando se incluye una parte del mismo (1.829 has) en el catálo-go
del Plan Especial de Protección de Espacios Naturales (PEPEN) de
Lanzarote. Ya en 1987 la aprobación de la ley 12/87 (LENAC) lo cla-sifica
como Paraje Natural de Interés Nacional, con una superficie sen-siblemente
superior (3.010 has). Posteriormente, hacia 1988 una parte
de ese espacio protegido (2.876 has) se declara Zona Especial de Pro-tección
de Aves (ZEPA) a, categoría de protección de rango europeo.
Finalmente, en 1994, con la aprobación de la Ley 12/94 de Espacios
Naturales de Canarias, Los Ajaches quedan definitivamente reclasificados
bajo !a categoria de Mnnumm?n Nnturn! (3 010 has)
Es en 1993 cuando se nos propone efectuar la evaluación de los
aspectos geológicos-geomorfológicos, del entonces Paraje Natural, en el
marco de la elaboración de un Plan Rector de Uso y Gestión destinado
a convertirse en su instrumento de ordenación. Tal evaluación cobra
especial interés en este espacio protegido, pues la justificación de su
n r n t p r r i h n l p o a l rar l i ra a r l ~ m á crl e e n cii r e lpvanr i r t pc t6t i rn v nnicr t i íct i rn y."C"'""" LVÓU. IUUI-U) UUIII..." .." ".. "... .-.-.....-..-- .U.1.-,-. - - -J - - -,
en su entidad como ámbito representativo de la construcción y modela-do
de los relieves más antiguos de Lanzarote.
La valoración de los aspectos geomorfológicos en los ... 115
Una vez delimitado el marco de estudio, referido al espacio protegi-do
y a su entorno inmediato, y establecida la escala del trabajo en
1:25.000, en función de la fragmentación territorial y del nivel de deta-lle
requerido por sus promotores, se acometieron las sucesivas etapas que
conforman el cuerpo metodológico del estudio:
Definición de objetivos
Los objetivos se establecieron en función de cuatro cuestiones bási-cas:
los fines del estudio, las posibilidades de recogida de la informa-ción,
las características de la zona de estudio y el tiempo disponible para
la realización del informe. Asíj se concretaron los siguientes:
- establecer las claves de la organización y dinámica geomorfo-lógica
del espacio.
- determinar las unidades geomorfológicas existentes y su estado
de c"nser-"aci&,.
- fijar orientaciones de uso que pudieran tener incidencia en la or-denación
del espacio.
Como se observa, cada uno de los objetivos enumerados responde a
las tres fases metodológicas anteriormente señaladas: análisis, diagnosis
y prescripción de usos.
Recopilación de la información disponible
Esta etapa, previa a la toma de datos, determinó la revisión de la
documentación bibliográfica, fotográfica y cartográfica disponible, tanto
de la zona de estudio como de los temas a tratar. En este apartado, cabe
resaltar la «caracterización geológica y geomorfológica» realizada para
los Islotes del norte de Lanzarote y los Riscos de Famara (W. Beltrán
et alli, 1987), cuya línea metodológica fue tomada como referente prin-cipal.
Análisis territorial
En esta fase se abordaron las características geológicas-geomorfo-lógicas
del territorio, mediante el inventario de las mismas y la inter-pretación
de su funcionamiento. Por tanto, las variables analizadas fue-ron
el sustrato geológico y las formas del relieve.
La toma de datos se apoyó básicamente en tres procedimientos: utili-zación
de mapas topográficos (cartografía militar E 1:25.000) y geológicos
(Fuster, 1958), interpretación de fotografías aéreas (E 1:25.000), y el tra-bajo
de campo.
El análisis geológico-geomorfológico permitió la caracterización de
las distintas formas del relieve, tanto estructurales como del modelado,
116 Javier Camino Dorta - Emma Pérez-Chacón Espino
y de su génesis. En este sentido, el macizo de Los Ajaches, que se
desarrolla desde la Punta del Papagayo hasta la Montaña de La Cinta,
al sur de Yaiza, constituye un edificio volcánico complejo del Mioceno
Medio/Superior, construido a partir de múltiples episodios eruptivos, de
edad y naturaleza diversa, pero siempre con predominio de los materia-les
basálticos. Tales episodios dieron lugar, en origen, a una estructura
volcánica tipo «dorsal» que posteriormente ha sido s0metida.a un fuer-te
desmantelamiento erosivo. En general, la morfología del macizo se
caracteriza por la existencia de un modelado suave, determinado por la
existencia de valles amplios e interfluvios alomados que, en ocasiones,
constituyen «cuchillos». Sobre este conjunto se instalan, remodelando
parcial o totalmente la formas previas, algunas alineaciones volcánicas
del Pleistoceno (C. Romero, 1987. p.153).
Los resultados del análisis realizado se expresan median. te .d os ma- yaSr primer iTiiaya i j de f"ims del slg"len~" las
pautas características de los mapas geomorfológicos, evidencia que se
trata de un espacio donde predominan las formas simples debidas a
ambos tipos de morfogénesis: procesos constructivos y erosivos.
La representación de tales morfologías permitió la elaboración de un
segundo mapa (Mapa 2), de unidades geomorfológicas, en el cual se han
diferenciado, clasificado y jerarquizado distintos sectores del área de
estudio, en función de la homogeneidad que, en cada escala de referen-cia,
presentan las caracteristicas morfogenéticas de sus formas del relie-ve.
Así, se han distinguido 4 macrounidades o unidades de primer or-den,
que se subdividen en un total de 11 unidades de segundo orden y
10 unidades de tercer orden (Cuadro 1). El interés de este segundo do-cumento
radica en que permite delimitar las unidades de diagnóstico que
serán utilizadas en la fase siguiente.
La valoración de los aspectos geomorfológicos en los ...
MAPA 1
MAPA DE LAS FORMAS DEL REUEVE DE LOS AJACHES Y SU ENTORNO
P.7 ...... .....- -.... .......... .í:. ...<:. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
A,..,. . . . . . . . . . . . . . . . ".,x 3N
LEYENDA
GENERAUDADES
3 tun m rw K ia uua.
ZIunmwuoli~-~~
3 uin rucio
FORMAS ESTRUCTURALES
R>WMS DERNKX
pJijnanrvoi*- a M- E* ~ I , .
i Q l . n w y ~ ~ " U U
~mnDtI WM
SYIIIIE~ a c u r w ; a a ucm
3 Yu in-c ,Y
5J lrul ,,3m x Qc.l.o#me -W
m w WLWli*CI
3 CDWV L."-
3 MI- m w m
~ - c . - , o .
3 *WT a c u m m ulmA.uD*II R -".m.
FORMAS DEL MODELADO
MRW ER1SN*S
Buiaulluc.
~ ~ X . " ~ ~ . W U I I -
R>RMIS DE ACLMULACION
3-
movnrwcvcum aaI~cs..*-u
3i3-.-
=M'",C%-a
3 mus K MW -U,
~ R M / \ So numm
Javier Camino Dorta - Emma Pérez-Chacón Espino
MAPA 2
MAPA DE UNIDADES GEOMORFOLOGICAS DE LOS AJACHES Y SU ENTORNO
LEYENDA
La valoración de los aspectos geomorfológicos en los ... 119
CUADRO 1
CLASIFICACID~EN L AS UNIDADES GEOMORFOL~GICAS
DEFINIDAS EN EL ÁMBITO DE ESTUDIO
Macizo aiiiiguo
mioceno
Plataforma miocena
en rampas
Conjunto volcánico
pleistoceno y valles
xdorreicos asociados
Franja litoral
Vertiente oriental
ie cuencas de barrancos antiguos
Vertiente occideniai
de acantilado fósil con glacis
1 Lechos amplios de barrancos
1 Vertientes de barrancos
Glacis poligénicos
con escarpe visible
Glacis poligénicos
sin escarpe visible
Formaciones residuales 1
-- -
,,..,---..'l. ~ -....., - 1 Relieves alomados
rruiuiigaciun nurucciueniai interdepresionarios
Rampas con morfología
de relieves alomados
semejante a glacis 1
Relieves alomados de Yaiza
Conglomerados de playas
y dunas fósiles
Edificios y conos de piroclastos
Comp\ejo volcánico de la Serie 111
Valles endomicos 1
~c&ilados funcionales 1
Desembocaduras de barrancos 1
Playas y dunas actuales 1
120 Javier Camino Dorta - Emma Pérez-Chacón Espino
Diagnóstico territorial
Apoyado en los resultados del análisis anterior y en las unidades
geomorfológicas delimitadas, el desarrollo de esta fase condujo a la
valoración del territorio en términos de su capacidad de uso. Tal valo-ración
se circunscribió a las unidades de segundo orden que, además de
ser las más numerosas, son las que mejor aglutinan y representan las
características geológicas-geomorfológicas del territorio, así como las que
presentan la escala más adecuada para el posterior establecimiento de
una zonificación operativa.
La capacidad de uso de cada unidad geomorfológica surge de la
combinación de los resultados obtenidos en la valoración previa de otras
variables, como son la potencialidad y las restricciones de uso existen- o,,"
tes en las mismas (Cuadro 11). E
La evaluación de la potencialidad de uso se realizó en función de O la imi;o;'canci:, e! interés, ciefidfir=-cu!tg:u!, turistice-recrratixío 51 n -
económico (W. Beltrán et alli 1987), de cada unidad geomorfológica m
O
E pudiera tener para el desarrollo de los distintos usos permitidos en un E
2 espacio natural protegido, de entre los cuáles, se consideraron como los E
más significativos los de conservación y regeneración de la. naturaleza,
-
ocio y esparcimiento, y agrícola. Por lo tanto, quedan excluidos todos 3
aquellos usos que impliquen la degradación irreversible de los valores - -
0
que se pretenden conservar. m
E
O
CUADRO 11 6
MATRIZ DE VALORACIÓN DE LA CAPACIDAD DE USO n
E
a
El interés cient~jko-culturael valúa el potencial de cada unidad para
el desarrollo de un uso de conservación y regeneración de la naturale-za.
Se valora en función de un doble criterio: la singularidad morfogené-tía
y la representatividad superficial de las formaciones geomorfológicas
constituyentes de cada unidad. Tal valoración responde a lo siguiente:
se otorga un 5 a las unidades constituidas por formas del relieve
singulares, en su origen y evolución, a'riivel archipelágico; así como
RESTRICCIONEDSE USO
POTENCIALIDAD
DE USO
n
/ BAJA 1 BAJA 1 BAJA 1 MEDIA 1
n
n
3
O
1 ALTA MEDIA
ALTA
MEDIA
ALTA
MEDIA
BAJA
ALTA
ALTA
MEDIA
BAJA
La valoración de los aspectos geomorfológicos en los ... 121
a aquéllas cuyas morfologías estén escasamente representadas a nivel
insular.
se otorga un 3 a las unidades constituidas por formas del relieve
singulares a nivel insular; así como a las que presentan morfologías
regularmente representadas en Lanzarote.
se otorga un 1 a las unidades constituidas por formas del relieve
singulares en el ámbito de estudio; así como a las que presentan
morfologías ampliamente representadas a nivel insular.
El interés turístico-recreativo evalúa el potencial de cada unidad
para un desarrollo del uso de ocio y esparcimiento, considerándose la
calidad paisajística y la accesibilidad de la unidad como los criterios a
valorar:
se otorga un 5 a las unidades que presentan un gran atractivo
visual del paisaje y10 gran potencial de vistas y10 contacto directo
iiiai; asi OTI,O a que aíq$ias posi'oiiida~es
de acceso.
se otorga un 3 a las unidades de escaso atractivo visual del paisa-je,
pero con gran potencial de vistas y10 cercanas al mar; así como a
aquéllas que presentan accesos limitados.
se otorga un 1 a las unidades que carecen de atractivo visual o de
potencial de vistas y se localizan alejadas del mar; así como a aquéllas
que son escasamente accesibles.
El interés económico señala el potencial de las unidades para el
desarrollo de un uso agrícola compatible con la conservación del espa-cio,
estableciéndose como criterio a valorar su nivel de desarrollo agrí-cola,
como sigue:
se otorga un 5 a las unidades en las que las explotaciones agríco-las
actúan como herramientas de conservación de suelos.
se otorga un 3 a las unidades en las que se presentan huellas de
explotación agrícola reciente.
se otorga un 1 a las unidades que no presentan huellas de explota-ción
agrícola.
En definitiva la valoración de la potencialidad de uso de cada uni-dad
geomorfológica responde a la siguiente matriz de evaluación (Cua-dro
111):
122 Javier Camino Dorta - Emma Pérez-Chacón Espino
CUADRO 111
MATRIZ DE EVALUACIÓN DE LA POTENCIALIDAD DE USO: UNIDAD 1
USO DE CO~JERSERVACIQN
Y REGENERACION DE L4 NATU~ERVALE~
El valor numérico de la potencialidad de cada unidad para cada uso
se obtuvo, en los casos necesarios, calculando la media aritmética de
los valores dados a los criterios de valoración de cada uso. La categoría
final de la potencialidad para cada uso, se estableció como sigue (Cua-dro
IV):
Parámetro
Interés
cientifico
cultural
CUADRO IV
MATRIZ DE VALORACIÓN DE LA POTENCIALIDAD DE USO
USO DE OCIO S EV~R~IMIEK'O 150 ACR~COM
Criterio
Singularidad
Reoresentatividad
I 3 1 MEDIA POTENCIALIDAD DE USO 1
VALOR OBTENIDO
1 - 2
Valor
CATEGOR~A
BAJA POTENCIALIDAD DE USO
Por su parte, la evaluación de las restricciones de uso se realizó en
función de la importancia que el estado de conservación, la capacidad de
acogida de visitantes y las condiciones edáficas, de cada unidad geomor-fológica
pudiera tener para el desarrollo de los usos mencionados.
El estado de conservación de cada unidad evalúa las restricciones
existentes en ia misma para desarroiiar un uso de con~ervücidny rege-neración
de la naturaleza, considerándose el nivel de degradación y la
intensidad de uso existentes como los aspectos a valorar:
se otorga un 5 a las unidades que presenten una alteración antrópica
significativa de sus formas del relieve; así como a aquéllas que en la
actualidad presenten fuerte intensidad de uso.
se otorga un 3 a las unidades que presenten aiteración antrópica
parcial o incipiente; así como a aquéllas que presenten una moderada
intensidad de uso.
4 - 5
Parámeuo
Inierés
turísiico
recxativO
ALTA POTENCIALIDAD DE USO
Criterio
Glihti
paisajística
Accesibilidad
Valor Parámetro
Interés
económico
Criterio
Nivel de
desarrollo
agrícola
Valor
La valoración de los aspectos geornorfológicos en los ... 123
se otorga un 1 a las unidades que no presenten alteraciones
antrópicas visibles; así como a aquéllas que muestren una escasa o nula
intensidad de uso.
La capacidad de acogida de visitantes evalúa las restricciones de
cada unidad para el desarrollo de un uso de ocio y esparcimiento, to-mándose
la movilidad del sustrato y la pendiente como elementos a
valorar:
se otorga un 5 a las unidades que presenten un sustrato móvil; así
como a aquéllas que presenten pendientes significativas.
se otorga un 3 a las unidades que presenten altemancias de sustrato
móvil y coherente; así como a aquéllas en las que las pendientes sean
moderadas.
se otorga un 1 a las unidades que presenten un sustrato coherente;
así como a aquéllas presenten escasa pendiente.
Las condiciones edáficas evalúan las restricciones existentes en cada
unidad para el desarrollo de un uso agrícola, valorándose a través de
las limitaciones del suelo:
se otorga un 5 a las unidades que carecen del nivel edáfico nece-sano
para el desarrollo agrícola.
se otorga un 3 a las unidades cuyo suelo presenta limitaciones se-veras
para el desarrollo agrícola.
se otorga un 1 a las unidades que presentan óptimas condiciones
edáficas para el desarrollo agrícola.
En definitiva, la valoración de las restricciones de uso de cada uni-dad
geomorfológica responde a la siguiente matriz de evaluación (Cua-dro
V):
CUADRO V
MATRIZ DE EVALUACIÓN DE LAS RESTRICCIONES DE USO: UNIDAD 1
El valor numérico de las restricciones existentes en cada unidad para
el desarrollo de cada uso se obtuvo, en los casos necesarios, calculando
USO DE CONSERVACIÓN
r REGE~YEMCIÓN DE U NATURALEZA
acogida de
de uso
USO DE OCIO Y ESP~IRCIMIENTO USO AGR~COLA
124 Javier Camino Dorra - Emma Pérez-Chacón Espino
la media aritmética de los valores otorgados a los criterios de valora-ción
de cada uso. Por último, la categoría final de las restricciones para
cada uso, se estableció como sigue (Cuadro VI):
CUADRO VI
MATRIZ DE VALORACIÓN DE LAS RESTRICCIONES DE USO
1 VALOR OBTENIDO 1 CATEGOR~A 1
BAJA RESTRICCIÓN DE USO
MEDIA RESTRICCI~N DE USO
E l resultado final obtenido de la evaluación de la potencialidad y
restricciones de uso de las unidades geomorfológicas consideradas, se
muestra en el cuadro siguiente (Cuadro VII):
CUADRO VI1
RESULTADOSD E LA VALORACIÓN
DE LAS UNIDADES GEOMORFOLÓGICAS DE SEGUNDO ORDEN
U ~ A O
Cuencas de barrancos antiguos
Vertiente de acantilado fósil con glacis
Prolongación NO de relieves alomados
Relieves antiguos residuales
Rampas con morfología de glacis
Playas y dunas fósiles
Edificios y conos de piroclastos
Depresiones endorreicas
Acantilados funcionales
Desembocaduras de barrancos
Playas y dunas actuales
Prescripción de usos
-POTEN.
Alto
Alto
Alto
Alto
Medio
Alto
Alto
Medio
Bajo
Bajo
-Bajo
-RERRJC
Media
Media
Media
Alta
Alta
Media
Media
Alta
Baja
Media
Alta
USO DE OCIO
POTEN. RESTRJC.
Alto 1 Media
P-OTEN.
Aedio
Bajo
Aedio
Bajo
Bajo
Bajo
Bajo
Alto
Bajo
Bajo
-Bajo
-RESTRJC.
Media
Alta
Media
Alta
Alta
Alta
Alta
Baja
Alta
Media
Alta
El objeto de cualquier instrumento de ordenación es precisamente
«ordenar» u organizar las actividades humanas sobre el territorio, siendo
determinante el tipo de actividades contempladas en tal instrumento para
la clase de desarrollo, que para el espacio, se genere a partir del mismo.
La vaIoración de [os aspectos geomoifoIógicos en los ... 125
En este sentido, esta etapa de prescripción, o de orientaciones, de
uso se abordó siguiendo el criterio de plantear, como lo han hecho otros
autores como G ~MEOZR EA,u n modelo vocacional de utilización del
territorio, aconsejando en cada caso el desarrollo de aquellas activida-des
más afines con las características de cada unidad geomorfológica, a
partir de su «capacidad de uso», determinada en el diagnóstico anterior
(Cuadro VIII).
CUADRO VI11
CAPACIDADDE USO DE LAS UNIDADES
GEOMORFOL~GICAS DE SEGUNDO ORDEN
UNIDAD
Cuencas de barrancos antiguos
TI--: ..... ,. ...- .,-J. '--', veruerile UG acaniiiauu iosii con giacis
Prolongación NO de relieves alomados
Relieves antiguos residuales
Rampas con morfología de glacis
Playas y dunas fósiles
Edificios y conos de piroclastos
Depresiones endorreicas
Acantilados funcionales
Desembocaduras de barrancos antiguos
Playas y dunas actuales
1% DE CONSER.
Alta
Aiia
Alta
Media
Baja
Alta
Alta
Baja
Media
Baja
Baja
Baja
Baja
Media
Alta
Alta
Media
Media
Alta
Baja
Baja
Alta
Uso AGR~COLA
Media
Eaja
Media
Baja
Baja
Baja
Baja
Alta
Baja
Baja
Baja
En virtud de tales resultados, se elaboró la si-g uiente ordenación de
usos y actividades:
Las unidades que reflejan una alta capacidad para el desarrollo de
un uso de conservación y regeneración de la naturaleza, corresponden a
las que deben alcanzar los mayores niveles de protección, reduciéndose
su posible uso a actividades tales como:
- !g regenerzcibfi &! p&z;e, refenYa 2 ir. neresi&d realiza 2 ~ -
tuaciones de restauración paisajística en determinadas unidades afecta-das
por actividades extractivas (conos de piroclastos).
- actividades científico-culturales, consideradas como la utilización
del espacio para experiencias de investigación científica o de visitas para
la difusión de sus valores geológicos-geomorfológicos, empleando para
all* .A:,-.- ..-A,..+--"
GIlV IIIGUIUD pGUGJUGD.
- el senderismo, entendido como el simple tránsito peatonal, de baja
intensidad, destinado a la contemplación del espacio natural.
126 Javier Camino Dorta - Emma Pérez-Chacón Espino
Las unidades que presentan alta capacidad para el desarrollo del uso
de ocio y esparcimiento, son las más idóneas para soportar las mayores
intensidades de uso, siendo aptas para actividades tales como:
- el baño y las actividades náuticas, que además incluye el nece-sario
acondicionamiento de los terrenos anexos a las playas.
- el recreo concentrado, considerado como la localización de ins-talaciones
(camping, áreas recreativas, etc), integradas en el medio, que
permitan descongestionar en cierta medida otras áreas más sensibles.
Finalmente, para las unidades que presentan alta capacidad para el
uso agrícola, se aconseja la continuidad de la agricultura de secano exis-tente,
que juega un papel esencial como práctica de conservación de
suelos en la zona.
Las unidades que presentan capacidad media para el uso de ocio y
esparcimiento, son unidades que pueden acoger este uso con limitaciones,
debiéndose establecer mecanismos de control en el desarrollo de las acti-vidades
propuestas. Por el contrario, en las unidades que presentan capa-cidad
media para el desarrollo del uso agrícola, se debería intentar recu-perar
las antiguas explotaciones, hoy en proceso de desmantelamiento
erosivo, aunque ello dependena principalmente de su viabilidad económica.
CONCLUSIONES
La eficacia de los instrumentos de planificación de los espacios pro-tegidos
depende, entre otras muchas cuestiones, de la capacidad de adap-tar
la información territorial a los requerimientos de los planes que re-gulan
estos espacios. Como se ha señalado, la mera descripción de cada
componente del territorio puede ayudar a conocerlo, pero no a evaluar-lo
globalmente. Esta evaluación requiere ser abordada de~dep lanteamien-tos
metodológicos integrados, donde el análisis de d a e lemento del
medio se realice de tal forma que sus resultados sean operativos, es decir,
fácilmente aplicables en las sucesivas etapas de elaboración de un plan.
Er, este sentid=, !u mekd~!=gia ap!icadu pur2 !2 vdorxiSn de !m
componentes geomorfológicos del Macizo de Los Ajaches permite «tra-ducir
» la información geomorfológica en unidades de diagnóstico. Es-tas
unidades representan el sistema de referencia para valorar la capaci-dad
de uso, que se establece ponderando la potencialidad y las
restricciones que presentan para acoger los usos permitidos en un espa-cio
protegido. Los resuiiados se expresan eii üna clasifi'icaciSii del ;eír;l-torio,
donde cada unidad es catalogada en función de que posea una ca-pacidad
de uso alta, media o baja. La sencillez de esta clasificación final,
La valoración de los aspectos geomorfológicos en los ... 127
fácilmente comprensible por cualquier usuario de esta documentación,
contrasta con el gran contenido de información, en este caso geomorfo-lógica,
que aglutina. Por su parte, la cartografía de estas unidades ga-rantiza
la expresión espacial de los resultados lo que, a su vez, simpli-fica
la incorporación de esta información sectorial en la zonificación
definitiva que establezca el plan de ordenación, así como en la determi-nación
general de las prescripciones de uso.
Si bien la estructura metodológica utilizada (modelos de capacidad
de uso) ya ha sido probada en otros ámbitos y aplicada a diferentes
problemáticas, el interés de la reflexión metodológica que se aporta puede
resumirse en dos aspectos fundamentales: por una parte, representa una
adaptación, al entorno de las Islas Canarias, de las metodologías exis-tentes
para realizar diagnósticos territoriales; y por otra, muestra la po-sibilidad
de integrar los componentes geomorfológicos del territorio en
!es inst,numentes de p!unif;.caci& de !es p:GtegidGs cuesti& que,
para Canarias, tiene gran interés, pues la protección de muchos espa-cios,
como es el caso del Macizo de Los Ajaches, deriva precisamente
de su importancia geomorfológica.
Javier Camino Dorta - Emma Pérez-Chacón Espino
E
BELTRÁNW, .; PÉREZ-CHAC~EN.; , CABRERAM, . C.; LÓPEZ,L . F.; MORENOE, .;
MARREROA, .; CÁRDENESJ,. L.; MARTÍNEZS, .; SANSSÓJ, .; GONZÁLEZL, . O -
(1987): Plan Especial de Protección del Parque Natural de Los Islotes dei -
m
O
norte de Lanzarote y de los Riscos de Fumara. Consejería de Política Te- £E
rritorial del Gobierno de Canarias. 2
BOL~ SM, .; BOVET,T .; ESTRUCHX, .; PENA,R .; RIVAS,J .; SOLERJ, . (1992): E
Manual de Ciencia del Paisaje. Teoría, métodos y aplicaciones. Ed. Masson,
Barcelona, 273 p. 3
CASTANYE1R V ILA, J. (1995): «El marco jurídico administrativo». Máster de -
0m
Gestión Ambiental (1993-1995). Universidad de Las Palmas de Gran Cana- E
ria. Inédito. 36 p. O
G ~MEOZR EA,D . (1 994): Ordenación del Territorio. Una aproximación desde
el medio físico. Instituto Tecnológico Geominero y Editorial Agrícola Es- -
E paiiola. Madrid. 238 p. a
L ~ P ESZA NCHOJ,. L. (1995): «Aplicación de los estudios del medio físico en
la planificación temtonab. Máster de Gestión Ambiental (1993-1995). Uni-versidad
de Las Palmas de Gran Canaria. Inédito. 42 p.
MART~NJ. ,L . (1993): «Espacios Naturales y Ordenación del Temtorio~M. áster 3
O
de Gestión Ambiental (1993-1995). Universidad de Las Palmas de Gran
Canaria. Inédito. 20 p.
PÉREZ-CHAC~EN. ,( 1994): «Ciencia del paisaje y planes de ordenación territo-riai
». Punen¿iüs II Cüi~gi -esd~e Cieiici~d e1 Püisüje. Vuhmer, II!.h ndaci6
«La Caixa» y Universidad de Barcelona. Barcelona, 31-58 pp.
ROMEROC, . (1987): «Comentario al mapa geomorfológico de la isla de
Lanzarote». Revista de Geografía Canaria. Universidad de La Laguna. La
Laguna. 151-172 pp.
La valoración de los aspectos geornorfológicos en los ...
NOTAS
l . Sirva como ejemplo que en 1872 se crea en Estados Unidos el primer espacio
natural protegido: el parque Nacional de Yellowstone.
2. Este «divorcio» tácito entre planificación ambiental y urbanística ha conducido
en la práctica a una planificación desarticulada, favorecedora de una significativa inefi-cacia
de la gestión posterior. Como quiera que el temtorio es una entidad resultante de
la interacción entre el subsistema natural y antrópico, y no de la mera suma de ambos,
parece necesaria una revisión de los conceptos y métodos tradicionales en planificación,
debiéndose ir hacia una perspectiva integrada, dotándose a la planificación ambiental de
mayores contenidos sociales, y a la urbanística y sectorial. de mayores contenidos am-bientales
(PÉREz-CHAC~EN. , 1994, p.38)
3. Ley sobre Régimen del Suelo y Ordenación Urbana.de 9 de abril de 1976.
Ley 8/90 sobre Reforma del Régimen Urbanístico y Valoraciones del Suelo.
R.D.L. 1/92, de 26 de junio, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley
sobre el Régimen del Suelo y Ordenación Urbana.
4. No obstante, los Planes Especiales han sido instrumentos de gran valor en el ám-bito
de los espacios naturales. Por ejemplo, los Planes Especiales de Protección de Es-pacios
Naturales (PEPEN) desarrollados en Canarias desde principios de los 80, sirvie-ron
de base para la aprobación de la Ley 12187, de 19 de junio, de Declaración de
Espacios Naturales de Canarias (LENAC), primera adoptada por la Comunidad Autó-noma
sobre protección de espacios naturales.
5. Ley 19/78, de 28 de diciembre, sobre Régimen Jurídico del Parque Nacional de
Doñana.
6. Ley 15/75, de 2 de mayo, de Espacios Narurales Protegidos.
7. La ley 12/94 de Espacios Naturales de Canarias establece que los instrumentos
de ordenación podrán diferenciar dentro del ámbito territorial del espacio protegido las
siguientas zonas: Zonas de exclusión o de acceso prohibido. Zonas de uso restringido.
Zonas de uso moderado. Zonas de uso tradicional. Zonas de uso general. Zonas de uso
especial.
R. Tal categoría de protección deriva de la nioctiva Comunitaria 79lAn9lCEE. o-lativa
a la Conservación de las Aves Silvestres.