CUBA DESDE LA PRENSA INSULAR: EL EJEMPLO
DE LA LAGUNA EN EL PRIMER TERCIO
DEL SIGLO XX
LA IMAGEN CUBANA
LA IMAGEN DE CUBA DESPUÉS DE LA INDEPENDENCIA (1898-1902)
Después del impacto que supuso para la opinión pública la guerra
de independencia cubana, el acercamiento que realiza la prensa canaria,
y concretamente la publicada en La Laguna, ha de pasar obligatoriamente
por ofrecer la imagen de un país bajo control del auténtico vencedor,
los Estados Unidos.
Es por ello que durante años, pero especialmente en los inmediatos
posteriores al 98, Cuba se nos presenta como víctima de las ambiciones
imperialistas norteamericanas. El matiz diferenciador estribará en si tal
destino es justo castigo por su ruptura con España o mera consecuencia
de la política expansionista de la gran potencia del norte '.
La Región Canaria traza a lo largo de estos años un panorama de-solador
que no es superado con la declaración formal de independencia
en 1902, pues la amenaza de intervención será una constante en la his-toria
cubana de la primera mitad de nuestro siglo.
Mientras el control directo de la Isla estuvo en manos de los EE.UU.
la prensa insistió en demostrar que el único cambio real en la situación
política de Cuba había sido el que afectaba a la denominación de la
metrópoli, con el agravante de que a unas relaciones marcadas por fuertes
lazos de carácter patriótico-sentimental le había sustituido otras domi-nadas
por los intereses de férreo control político, y muy especialmente
económico Ciiha aparece en consecuencia como demostración palpable
del abismo al que se hayan abocados los pueblos ingratos con su pasa-do
y equívocos en la elección de sus aliados y protectores 2.
752 Gregorio Cabrera Déniz
Noticias como la prohibición de que la bandera española ondease en
cualquier otro edificio que no fuera el consular, a raíz de los desmanes
ocumdos en el Centro de Dependientes en octubre de 1899, eran reci-bidas
con tristeza e indignación. De forma paralela no faltan los artícu-los
que aseguran el creciente malestar del pueblo cubano y su arrepen-timiento
por la rebelión contra España 3, así como continuos rumores de
sublevación frente a los EE.UU.
A partir del verano de 1900 adquiere relevancia las condiciones que
le son impuestas a Cuba para el reconocimiento de su independencia,
así como la labor iniciada por la Asamblea Constituyente a partir de las
elecciones del 15 de septiembre. Son numerosos los artículos centrados
en las relaciones que en el futuro unirán a la Isla con los EE.UU. a tra-vés
de complejos lazos de dependencia. La enmienda impuesta por los
vencedores sobre su derecho a la intervención no deja lugar a dudas
acerca de los limites de la independencia formal.
cUaado se aiiüficic para e: 20 de mayo de 1962 de PO-deres
desde el general Wood al presidente electo Tomás Estrada Palma,
la prensa canaria insistirá en el control económico que sobre la Isla
mantendrán los EE.UU.
LOS PRIMEROS ANOS DE LA CUBA INDEPENDIENTE (1902-1914)
Aceptada finalmente la nueva situación, la prensa canaria habrá de
iniciar un período en el que se transmite la idea de unas cordiales rela-ciones
entre cubanos y españoles 5, al tiempo que la Isla inicia su re-organización
bajo el mandato del primer gobierno conservador.
Según avanza la primera década del siglo se impone una visión
optimista del desarrollo económico cubano, si bien se lamenta su pro-gresiva
dependencia con respecto a los EE.UU. y la falta de solidez de
sus instituciones políticas 6.
A fines de 191 1 llegan a La Laguna confusas noticias procedentes
de La Habana que hablan de un complot para asesinar a los españoles
allí residentes. Este debía haber tenido lugar en noviembre y según el
editorial de 29 de diciembre de El Periódico Lagunero quizás nunca
existió, ya que el pueblo cubano se halla consagrado «a la tarea de con-solidar
sus instituciones y constituirse una personalidad nacional que lo
ponga a cubierto de las ruinosas intervenciones norteamericanas».
Sin embargo en los meses siguientes se evidencia la difícil situa-ción
política por la que atraviesa de nuevo el país y las consecuencias
que ello trae a la aún poderosa colonia española. Los artículos enviados
Cuba desde la prensa insular: El ejemplo de La Laguna ... 753
desde La Habana para El Periódico Lagunero por R. Mendizábal infor-man
de la creación y trabajos de una Comisión que había de investigar
el comportamiento de los funcionarios que colaboraron con la antigua
metrópoli, y decidir en su caso la destitución de los mismos. La opi-nión
españolista, de la que es partícipe nuestro corresponsal, considera
absurda esta actuación trece años después de la ruptura con España y la
considera origen de nuevos conflictos '. Especialmente interesante son
las declaraciones atribuidas al Ministro de España en Cuba, Cristóbal
Fernández Vallín, al que se acusa de falta de energía frente a las re-cientes
expulsiones de españoles y a la campaña de los veteranos en
contra de nuestros intereses en la Isla. El Ministro no sólo desmiente
estas acusaciones sino que afirma Ia falsedad de la preconizada frater-nidad
que entre ambos pueblos debía existir s.
La sublevación del Partido de Color alejará del interés informativo
de esta y otras cuestiones para centrarse en la evolución de los aconte-cimientos.
Enrre junio y agosto de 1912 Ei Periddi~üL uguiiero dieiíiii-rá
los artículos de Mendizábal con los despachos telegráficos que infor-man
del levantamiento y de la intervención norteamericana. Superada
la situación de guerra las crónicas del corresponsal se extinguen 9, sien-do
sustituido por noticias sólo ocasionalmente firmadas 'O y que en los
dos años siguientes insisten, con algunas excepciones ", en el progreso
económico de Cuba y en las buenas relaciones hispano-cubanas 1 2 .
DEL APOGEO A LA CRISIS
Entre 1916 y 1924 la imagen de Cuba en la prensa de La Laguna
tiene un nombre propio: Alfonso Flores, a través de sus «Impresiones
de Cuba» publicadas en La Información 13. Son artículos en los que a
las descripciones en lenguaje poético suceden las informaciones de ac-tualidad
o el análisis político y económico 14, en el que se enjuicia muy
criticamente la influencia creciente de los EE.UU. en la Isla. Estas cró-nicas
se intercalan con aquellas otras procedentes de la prensa cubana o
remitidas por algún ocasional colaborador 15.
Durante 1917 la principal noticia fue la revuelta liberal, provocada
por la manipulación electoral que dio la reelección al general Menocal
frente al candidato liberal Alfredo Zayas. En sus crónicas nuestro co-rresponsal
reconoce la confusión informativa provocada por la censura
de prensa y la supresión de los periódicos liberales 16, para posteriormente
referirse a «las numerosas expulsiones que el gobierno de Cuba ha de-cretado
y ha ejecutado en súbditos extranjeros, por creerles agitadores
754 Gregorio Cabrera Déniz
del orden público y perniciosos a los sagrados intereses de la patria» 17.
Asimismo la presión estadounidense impone el silencio público a los
partidarios de Alemania, afirmando el corresponsal que entre estos se
encuentra la opinión española y su principal portavoz, el Diario de la
Marina.
A lo largo de este año y durante 1918 es cuando se hace sentir con
fuerza el aumento en el coste de las subsistencias, provocado por la
paralización económica impuesta por la guerra mundial. Los precios del
azúcar son elevados y grandes los beneficios obtenidos por los propie-tarios
y comerciantes, pero el control estadounidense es claro y la
conflictividad social aumenta ante las demandas de mejores jornales y
de respeto a la ley de las ocho horas de trabajo.
Finalizado el período de expansión la economía cubana entra en una
fase de profunda crisis que afecta muy duramente a los sectores obre-ros.
Frente a sus reivindicaciones el gobierno responde cerrando <<con
doble llave el derecho dr. sus reuniones, y la libre emisión ciei pensa-miento,
abriendo en cambio las puertas de los calabozos, para encerrar
en ellos a los indefensos luchadores del trabajo» 18.
La década de los veinte se inicia con un pesimista panorama de la
situación cubana, cuyo máximo exponente es una crisis financiera de
amplias repercusiones:
«La situación de toda la isla de Cuba es angustiosa, pues a
diario quiebran comerciantes e industriales de firmas acreditadas.
Son incontables los españoles que van a los consulados en
demanda de recursos para volver a España, pues a causa de la
actual anormalidad financiera se encuentran sin disponer de su
dinero. Hay centenares de personas por las calles pidiendo limosna.
Están cerrados los ingenios y los almacenes de azúcar abarro-tados,
pues los propietarios se resisten a vender por el quebranto
que tiene actualmente la moneda» 1 9 .
La respuesta de Alfonso Flores no deja lugar a dudas: políticos que
no responden a las necesidades del país y que provocan con sus
enfrentamientos la intervención norteamericana, banqueros que han lle-vado
a la ruina a los pequeños ahorradores y especuladores que se en-riquecen
y viven una existencia de «vicios y lujos sin freno» en la que
se imponen «el placer y exhibiciones inmorales» 'O.
Las elecciones que dan el triunfo a Alfredo Zayas coinciden con un
período de profunda crisis social que no logra superarse a pesar de la
relativa recuperación económica experimentada a partir de este momen-
Cuba desde la prensa insular: El ejemplo de La Laguna ... 7-55
to. Paralelamente Machado adquiere un protagonismo cada vez mayor
entre los liberales, con los que alcanza el poder en 1925. Sin embargo
durante estos años la propia situación política espafiola impone el silen-cio
sobre cuestiones políticas en la prensa de La Laguna. El aconteci-miento
procedente de Cuba con mayor trascendencia informativa será
el ciclón que padece la Isla en el otoño de 1926, cuyas trágicas conse-cuencias
provoca un movimiento de solidaridad en España y que en La
Laguna tiene en Las Noticias a su mayor valedor. Al margen de este
trágico suceso prima la visión de Machado como gran estadista e im-pulsor
de la economía del país a través de las inversiones en obras pú-blicas
de gran magnitud.
Esta tendencia se altera profundamente a partir de mediados de 1927
con una serie de crónicas enviadas para Las Noticias en las que se tra-za
un panorama de dificultades económicas e injusticia social:
&! tr&zjlder & 12 induYtea azzcare:u e:: 3:: b&?acSfi
inmundo o en un bohío antihigiénico, se ingiere la nauseabunda
comida en el chiquero y en general, hace una vida de peonaje que
guarda mucha semejanza con la esclavitud»
Entre las firmas que se hacen habituales en esos momentos se en-cuentra
la de José Paredes y muy especialmente la de Saturnino Tejera,
que se mantendrá hasta finales del período 22. Ya desde sus primeros
artículos Tejera afronta un amplio campo informativo que se extiende
desde el creciente monopolio de las empresas estadounidenses a la ex-pulsión
de alumnos y posterior clausura de la Universidad de La Haba-na,
coincidiendo con la presentación de Machado a la reelección. A
comienzos de 1929 su firma se hace cada vez más esporádica, siendo
sustituida por el anónimo «XXX». En realidad consideramos que se trata
del mismo autor, que se ve obligado a proteger su identidad ante posi-bles
represalias 23. NO obstante incluso estos artículos desaparecen, de-biendo
esperar a Las Noticias del 3 de julio de 1931 para reencontrarnos
con la actualidad cubana a través de la firma de Tejera, quien explica
ia ausencia cie información por ia amenaza de una «expuisión deshon-rosa
o de una detención arbitraria si no el encierro por tiempo indefini-do
en cualquiera de los viejos castillos coloniales».
Ya de regreso a La Laguna Saturnino Tejera publica, entre el 10 y
el 17 de agosto de 1931 una serie de siete artículos bajo el título gené-rico
de «Cartera de un emigrante. La verdad sobre Cuba. Machado, el
Mussoiini del Caribe». El encabezamiento es suficientemente explícito
acerca del contenido que vamos a encontrar. Una imagen cubana de la
756 Gregorio Cabrera Déniz
desesperación, con una capital en estado de sitio, un gobierno corrupto
y cruel, una prensa amordazada por la censura y una situación econó-mica
que se degrada por días y que nos afecta de forma muy especial
en los miles de españoles «sin trabajo, sin dinero y sin pan, que mendi-gan
por las calles habanerasn.
Coincidente en el tiempo es la llegada de noticias telegráficas que
anuncian el estallido de la revolución en la Isla 24. El resumen de la
imagen de Machado y su gobierno, así como los lazos que le unían a la
Dictadura de Primo de Rivera 25, nos lo ofrece un largo artículo publi-cado
por Las Noticias el 3 de septiembre del mismo año:
«El hombre que está ahogando en sangre a su patria por sos- a
tener un poder personal que quiere arrebatarle el pueblo (...), que N
E estuvo a punto de tener en Madrid una estatua (...). Por fortuna
el proyecto se malogró y ello evitó a los estudiantes madrileños O
n tv-h- in o;omnro nonnana AP hapor !E oct s t t~an d a ~ vn a~rrn iar -
m
riuuu,v riiuiiipir yriivvvu u" iiurri ""L....... y"",,.," J ----J- u
E sus restos a un estercolero (...). E
La Habana y toda Cuba viven en un régimen de terror sólo 2
E
comparable al de Buenos Aires bajo la tiranía de Rosas (...) Cuba -
flota sobre este lago como un cisne que nada en la sangre...». 3
E
EN TORNO A LA EMIGRACI~N. INDIANOS Y REPATRIADOS O
LA EMIGRACIÓN A DEBATE n
-E
a
Después de los primeros años en los que el debate migratorio pare- nl
ce centrado en la Argentina, el protagonismo regresa a Cuba, hacia donde n
n
se dirigen mayoritariamente nuestros campesinos, sea en la denominada
emigración golondrina o en aquella otra de duración indefinida. 3
O
La actitud pasiva de los gobernantes ante el éxodo migratorio es una
de las constantes de la prensa de estos años, que con frecuencia acom-paña
sus planteamientos con estadísticas oficiales, así como con cifras
ofrecidas por ia prensa cubana o instituciones regionaies.
La prensa se muestra contraria a la emigración, a la que culpa de
graves males para la tierra de partida, motivados con frecuencia por un
funesto deseo de fácil enriquecimiento o por la huida del servicio de
las armas. Muestra de este espíritu es el artículo publicado por El Pue-blo
Canario el 7 de octubre de 1909 bajo el título de «La emigración»
y en el que su autor se queja cie ia faita de campesinos jóvenes en
Canarias, que marchan a «América en busca del bienestar que en Cana-
Cuba desde la prensa insular: El ejemplo de La Laguna ... 757
rias, sin grandes esfuerzos ni grandes fatigas, pudieron alcanzar». Sigue
afirmando el autor que sus causas no pueden buscarse en la escasez o
el hambre sino que «tiene como única y funesta razón de ser la fábula
levantada en tomo de Cuba por los que a ella fueron y consiguieron, a
costa de su salud y de titánicos esfuerzos, reunir una pequeña fortuna,
y el horror al servicio militar, inculcado en los jóvenes del campo por
los que ya sirvieron, a fuerza de historietas inventadas, y de cuadros de
cuartel que solo existieron en sus cerebros». Termina el artículo consi-derando
absolutamente inútiles las Juntas para entorpecer la emigración,
proponiendo en cambio una adecuada política desde la prensa y en la
escuela sobre la verdad de Cuba y del ejército, que debería además re-novar
sus métodos.
Extrañas afirmaciones realizadas en el contexto de 1909, y que se
compensan desde las páginas del mismo periódico, justo un año después,
con una visión muy diferente de la vida en las islas, al considerar ma-t~
ra!q ~ hem d m e m ~ se! p i s nutd crusnde en é! ne hal!am~s campo
para realizar nuestras aspiraciones, cuando en él se nos hace la vida
completamente imposible». A pesar de ello no es mejor la suerte que
espera a quienes parten, ya que «van a ser explotados, a regar un suelo
ajeno con el sudor de su frente; a dejar el vigor de sus músculos (...) Y
tal vez (...) tomarán nuevamente a esta tierra miserable, para vivir en la
misma estrechez, con iguales privaciones y sin más consuelo que el
cariño de los seres que constituyen su mísero hogar» 26.
Dos nuevos artículos publicados antes de finalizar el año exculpan
totalmente al emigrante y hacen recaer toda la responsabilidad en el
poder político, no debiendo por ello extrañar que en toda España au-mente
el descontento, exteriorizado en huelgas y gritos de rebeldía «con-tra
la opresión y la injusticia» 27.
En los años siguientes El Periódico Lugunero da cabida en sus pá-ginas
a un cierto número de artículos en los que se ataca con dureza la
pasividad del gobierno, que frente a la fatalidad que obliga al emigran-te
a abandonar su patria «se limita a oponerles sus circulares» 28. En esta
situación es necesario encauzar adecuadamente nuestra emigración y el
desiiii~p ropuesto no podía ser otro que Suba .:
A partir de ese momento los esfuerzos parecen ir encaminados ha-cia
la consecución de las mejores garantías posibles para nuestros emi-grantes,
tanto en Cuba como en la travesía marítima. En el primero de
los casos se considera que si bien no es una situación generalizable no
falta los casos de injusticias y agravios, hasta el punto de ser la campa-ña
de denuncias iniciada por ei Diario Españoi motivo de la expulsión
de su director, Adelardo Novo, y unos de sus redactores 30. En cuanto a
758 Gregorio Cabrera Déniz
las compañías navieras los abusos son continuamente denunciados 31, y
a ello se añade la triste noticia de los naufragios 32.
Son los años de la primera guerra mundial, en los que la dureza de
la vida en el Archipiélago justifica el dramatismo del éxodo, mientras
se sigue reclamando de las autoridades medidas tendentes a ponerle efec-tivo
freno mediante el impulso de las obras públicas 33.
Eliminadas las barreras a la inmigración desde Cuba y aminoradas
las trabas legales para la salida de emigrantes desde Canarias, la prensa
constata las proporciones alcanzadas por el fenómeno 34, al tiempo que
reconoce que este no obedece a los impulsos de la juventud, sino que
es impuesto por una desesperante necesidad material:
e
«La escasez absoluta de trabajo; la paralización casi general de
las faenas agrícolas; el fantasma fatídico del hambre y la mina (...) E
¿Acaso vamos a pedir a la juventud pletórica de vida, llena de O
fuerzas, que impiore una iimosna ... ?¿Qué robe ... ?¿Qué se deje O m
morir de hambre ... ? E
E
Imposible. S
E No cabe otro remedio que emigrar* 35
LOS CAPITALES INDIANOS -
0m
Canarias no se caracteriza por contar con figuras individuales que
hayan destacados de forma muy especial por su intervención en la vida
política o social de las islas a partir una posición alcanzada con los
frutos de la emigración, tal y como es frecuente en otras regiones es-pañolas
36.
Sí se produjeron en cambio intervenciones colectivas desde Cuba ante
una situación considerada de emergencia en Canarias. Es el caso de las
obras de la Catedral de La Laguna, cuando ante la falta de recursos el
Cabildo catedralicio escribe en 1909 al Presbítero José Viera para que
hiciese valer el citado proyecto ante la colonia canaria en Cuba. El sa-cerdote
establecido en Cuba responde dirigiéndose a las figuras más
destacadas de la comunidad mediante una circular y a través de un ar-tículo
publicado por el Diario de la Marina. De inmediato se constitu-ye
una Comisión recaudatoria de fondos y se abre una suscripción en la
revista Islas Canarias que se publicaba en La Habana. El artículo que
esta dedica al tema es transcrito por la prensa lagunera 37 que llega a
drecer !us !istus de !es prherev d~mtivor enviiidns a! Padre viera 38.
Las iniciativas de este sacerdote en favor de Canarias superan am-pliamente
la referencia religiosa. Así le encontramos unos años después
Cuba desde la prensa insular: El ejemplo de La Laguna ... 759
actuando «en favor de las viudas y huérfanos de los que murieron en
los recientes y desagradables sucesos de Las Palmas» 39.
Destacada fue también la campaña realizada entre los canarios de Cuba
durante los momentos más duros de la guerra. A través de Juan Suárez
Alemán, comerciante capitalino, la Cruz Roja recibió de la Asociación
Canaria la cantidad de 2.350 dólares para ser distribuidos entre «los que en
esta provincia sufren hambre a causa de la guerra europea» 40.
Por lo que hace referencia a las propuestas institucionales nacidas
en Cuba siempre quedaron en el olvido ante las propias necesidades que
la colonia canaria demandaba en la Isla. La Información recogía el 20
de mayo de 1916 el proyecto de la Asociación Canaria de crear tres
escuelas politécnicas en Sta. Cruz de Tenerife, Las Palmas y Sta. Cruz
de La Palma, «en acuerdo con los Cabildos de las respectivas islas y
respondiendo los tres a las orientaciones del movimiento agrícola, in-dustrial
y comercial de Cuba». Nada más sabemos acerca de esta ini-ciativa.
Pero la importancia del capital indiano proveniente de Cuba adquie-re
su verdadera dimensión en la diversidad de su procedencia y en la
intensidad con que actuó sobre una base social amplia, especialmente
en las zonas rurales de donde provenían los emigrantes:
«Hay allí una colonia grandísima de compatriotas nuestros con-sagrados
al trabajo y el producto de este trabajo lo giran muchos
frecuentemente a sus familias que aquí residen. Puede decirse, sin
temor a equivocación, que en este archipiélago hay pueblos que
casi viven de la isla de Cuba» 41.
Finalizada la guerra se hace aún más evidente que la superación de
los nhvs críticos ha sido en gran medida posible gracias a las remesas
provenientes de Cuba, terminando por aceptar que «la emigración a la
Gran Antilla, lejos de ser un perjuicio para este Archipiélago es un in-menso
beneficio. Los hechos así lo demuestran palpablemente)) 42.
A pesar de esta evidencia, durante mucho tiempo el indiano tuvo una
imagen negativa en la literatura y la prensa del archipiélago, lo que
probablemente se explica por su consideración de advenedizo por los
sectores dominantes tradicionales:
((Analfabeto como fue del mismo modo regresa (...) Petulante
en extremo, comienza sus pláticas con un forzoso allá en Cuba,
monótono estribillo, pesadilla eterna de su paciente y rústica au-diencia
(...).
760 Gregorio Cabrera Déniz
Despreciado en América por su arraigada ignorancia y cándi-da
brutalidad, constituye aquí el ídolo de nuestras aldeas, la ad-miración
de los viejos, la envidia de los muchachos y el punto de
mira de las risueñas mozalbetas (...)» 43.
Esta imagen es superada a partir de la guerra mundial, apoyada por
algunos ejemplos concretos que tienen cabida en las páginas de la pren-sa.
Así en su número de 8 de mayo de 1918 La Información incluye
una entrevista realizada en Cuba por Alfonso Flores a Gregorio Gutiérrez
Morales, de la que extractamos el siguiente fragmento:
«-Según se rumorea, cuando usted últimamente estuvo en ellas a
[Canarias] dejó mucho dinero empleado en valiosas propiedades.
-No son falsos esos rumores; pues sin jactancia se los con- o
firmo diciéndole que dejé empleadas en propiedades adquiridas,
n =
unas cien mii pesetas, todas en ia Viiia de ia 'v'iciür'ia (...j Y pieliso um
emplear algunas más, con el fin de fijar allí mi residencia defini- E
2
tiva (...) sin que por eso deje de amar a Cuba, mi segunda patria, E
en cuyo suelo labré mi modesta fortuna y donde nacieron y cre-cieron
parte de mis hijos». 3
- 0
En los últimos años de nuestro período la prensa no duda en acep- m
tar los beneficios que la emigración, especialmente la denominada o
golondrina supuso durante un largo período de tiempo para el Archi-piélago.
Su desaparición suponía «un grave quebranto de la econo- n
E mía regional, que se ve imposibilitada de soportar esa falta de ingre- -
a
sos, y a la par es impotente para atender las necesidades de esos cen- n
tenares de braceros, que difícilmente encuentran trabajo en nuestros n
campos» 44. 3
O
CRISIS CUBANA Y REPATRIACI~N
El tema de la repatriación reaparece en distintos momentos de la
emigración canaria a Cuba en el siglo xx. Así La Laguna inserta en su
número de 27 de julio de 1907 un artículo publicado por la prensa de
Las Palmas en el que se recoge la impresión pesimista de los canarios
que en un vapor inglés regresaban de la Gran Antilla, afirmando que la
miseria en el campo era mucha y que la mayor parte de los canarios
allí establecidos ansiaban regresar a su tierra. En la misma línea se in-cluye
un artículo de Suárez Amaro, construido a partir de una supuesta
Cuba desde la prensa insular: El ejemplo de La Laguna ... 76 1
carta recibida desde Cuba y que publica El Periódico el 9 de diciembre
de 1911:
«Nuestros hermanos d i c e - vagan en errante peregrinación
por las calles de Cuba, llamando a las puertas en demanda de tra-bajo
con que ganar su mísero sustento; las agencias de colocacio-nes
se ven continuamente repletas de jornaleros que solicitan
emplear sus fuerzas en cualquier faena donde ganar lo necesario
para su alimento».
Estas noticias no eran sin embargo impedimento para que la corriente
migratoria con destino a Cuba se mantuviese en estos años en continuo
ascenso, desmintiendo así los negros augurios que un sector de la pren-sa
se empeñaba en transmitir.
La primera guerra mundial y los años siguientes silencian toda referen-cia
a ia repatriación, que resurge con fuerza ya avanzada ia següniia iriitad
de la década de los veinte. Es entonces cuando la crisis económica cubana
obliga a miles de trabajadores a regresar a su tierra de origen.
El 30 de abril de 1927 Las Noticias transcribe parte de una carta de
José G. Acuña, publicada a su vez por el Diario de la Marina, en la
que se pide ayuda para conseguir de Madrid pasajes con los que repa-triar
en el próximo verano a los canarios, ya que la Beneficencia Cana-ria
carecía de medios para ello. Se auguraba para entonces la llegada a
La Habana de «centenares de familias canarias, radicadas hace muchos
años en los campos del interior de la Isla, que comienzan a sentir los
efectos del hambre, y abandonan con sus hijos cubanos el lugar de sus
afectos*. Estas familias habrían resistido hasta lo posible los efectos de
la crisis pero ahora se veían imposibilitadas de prolongar su agonía. Las
Noticias apoya sin reservas la solicitud al gobierno de Madrid pero se
pregunta también por la actitud de los responsables políticos en Cuba:
«El isleño, agricultor y pegujalero, labra la tierra cubana para
Cuba, al labrarla para él y para sus hijos cubanos. No contó Cuba
con más diligente, sobrio, leal y paciente propulsor de su riqueza
agrícola, de más decidido guardador de la independencia econó-mica
de su suelo, que el labrador isleño. ¿Por qué se va? ¿Por
qué se le deja ir? ¿Con quién se le sustituye?».
A partir de este momento se suceden los llamamientos para cerrar
la salida de nuevos emigrantes canarios hacia Cuba 45, en una campaña
en la que se incluyen las descripciones de quienes retornan:
762 Gregorio Cabrera Déniz
«Enflaquecidos, mal trajeados, con la desilusión y la anemia
retratadas en los sombríos rostros (...) cuentan que la situación en
Cuba no puede ser peor (...) muchos (...) se han visto obligados a
implorar la caridad pública* 46.
A pesar de algunas noticias que parecen favorecer ocasionalmente
el reinicio de la corriente migratoria, lo cierto es que en los últimos años
del período estudiado sólo la denominada emigración golondrina tendrá
un cierto apoyo desde la prensa y los medios oficiales, una vez que se
hace evidente la pérdida de los cuantioso ingresos que su práctica pro-porcionaba.
Así Las Noticias, en su editorial de 13 de noviembre de
1928, propugna que se gestione en Cuba la preferencia del inmigrante
canario, «sobre todo en lo que se relaciona con las campañas azu-careras,
toda vez que nuestros campesinos, acostumbrados de antiguo
a esa labor, por su perfecta convivencia con los naturales de aquella
;eí;úb!ica, q.jaric. iiitirnZ afilii&íj que eii casos son
los trabajadores que más conviene y los que mayores rendimientos
producen».
Estos planes contrastan con las informaciones llegadas de La Haba-na,
donde la situación de muchos españoles, entre ellos numerosos ca-narios,
es de absoluta miseria, implorando la caridad pública por las
calles de la capital y de las ciudades más importantes del país, mientras
piden a las autoridades la repatriación 47. Y esto después de haber sido
necesaria la creación un año antes del Comité de Sociedades Canarias
en Cuba, para «igualar a los isleños en la esfera de cuantos beneficios
disfrutan los emigrantes de las demás provincias españolas». Estas pa-labras
querían significar el descontento causado por la exclusión de los
canarios en el convenio suscrito por la Dirección General de Emigra-ción
con las compañías navieras, para la entrega de medios pasajes a
inmigrantes españoles sin recursos.
En el verano de 1931 la situación seguía sin resolverse y solo algu-nas
aportaciones particulares y una parte de la prensa habían permitido
la creación de cocinas gratuitas. Por su parte el reparto de los billetes
de caridad seguía produciendo numerosas irregularidades.
El 10 de septiembre Saturnino Tejera comenta en Las Noticias un
artículo publicado el día anterior por La Prensa solicitando ayuda para
los canarios que retornaban en las más espantosa indigencia. Ahora se
pide ayuda a las autoridades, pero mientras morían de hambre y mise-ria
en las calles de La Habana «ni un periódico, ni una corporación, ni
una autoridad de Canarias hizo gestión alguna por ayudarles, aunque no
fuese más que para facilitar su repatriación».
Cuba desde la prensa insular: El ejemplo de La Laguna ... 763
CANARIAS VISTA DESDE CUBA
ENTRE LA NOSTALGIA Y LA REGENERACIÓN
Al margen de las noticias que enviadas desde Canarias publican a
lo largo de todo el período los diarios cubanos 48, las primeras impre-siones
que al respecto se transmiten en la prensa de La Laguna se pro-ducen
en plena efervescencia del conflicto interinsular, creándose en La
Habana un Comité de Defensa que elabora y da a conocer un «mani-fiesto
tinerfeño» en apoyo a la unidad provincial.
El 14 de febrero de 1910 El Pueblo Canario analiza el cambio que
se ha producido en la personalidad de José Cabrera Díaz a quien había
combatido duramente cuando escribía en la prensa «leonina» tinerfeña
y que habría firmado el manifiesto antes citado. Establecido Cabrera Díaz
en La Habana se transcribe un artículo publicado en el Diario de la
Marina bajo el título «El problema canario», que los responsables de la
publicación lagunera consideran adecuado contrapunto ante la opinión
pública cubana, ya que esta «se halla desfavorablemente impresionada
respecto a nosotros, como parte contendiente en el asunto provincial,
debido a las crónicas interesadas que González Díaz publica en el Dia-rio
de la Marina, del que es corresponsal en Canarias, y a las de Morote,
corresponsal de El Mundo». El artículo defiende que el manifiesto
tinerfeño no es un documento separatista sino expresión de un profundo
malestar que el gobierno debe superar poniendo fin al caciquismo
imperante en Canarias, del que es máximo exponente León y Castillo.
Se reconoce la labor del político grancanario en favor de su isla natal,
pero se asegura que ha contaminado toda la vida pública del archipiéla-go.
Termina el autor haciendo un llamamiento a la unidad y a la rege-neración,
en la que se asocia a González Díaz, proponiendo a la Aso-ciación
Canaria intervenir en tan loable campaña 49.
Superado este momento la atención se centra en cuestiones menos
conflictivas. Así ocurre con la larga carta firmada por J. Cabrera Díaz
0" 1 0 ".*O A ~ " ~ , , AAc 0 o"nl ;"0 - 1-0 a;a- -1*0 ;mml a"0" A 0 R ; - m ; " m h " m .r
bL1 I U YUb, UbJYUbD Ub UIIUIILLU 1WJ bJbIIIpIWJ IllslCiJCiJ Ub Y I I I I I L I I 6 I I C L L L I J
Glasgow, plantea la política urbanística que debe trazarse Sta. Cruz de
Tenerife para convertirse en un urbe de elevado rango, verdadera capi-tal
del Archipiélago o el artículo en el que Alfonso Fiores plantea la
necesidad de crear escuelas que permitan poner fin al vergonzoso anal-fabetismo
imperante en Canarias:
«Si no queremos seguir escuchando calificaciones de despre-cio
(...) sacudamos el indiferentismo y pereza que hasta aquí ha
Gregorio Cabrera Déniz
venido enervando nuestro espíritu y que broten (...) las ideas cul-turales,
salvadoras y regeneradoras de los pueblos que languide-cen
en las tenebrosidades del vergonzoso analfabetismo» 5 ' .
CANARIOS EN CUBA
LAS INSTITUCIONES
Entre la instituciones aparecidas a lo largo de estos años es sin duda
la Asociación Canaria la más destacada de todas. Desde muy pronto la
prensa informa de las elecciones que anualmente se efectuaban para la
renovación parcial de su junta directiva 52, acompañadas con frecuencia
de un recorrido retrospectivo sobre los titubeantes inicios de incompren-sión,
su rápido crecimiento y sus planes de futuro.
Este tipo de información nos permite trazar con gran exactitud ei
cuadro de responsabilidades en el seno de la Asociación a través de
varias décadas 53, así como algunos de los debates más destacados que
protagonizó como consecuencia de la evolución sufrida en su organiza-ción
interna 54.
Sin duda es el proyecto de constnicción de una Casa de Salud acorde a
las necesidades de la Asociación la noticia más destacada durante años, a
la que sucederá su inauguración oficial con el nombre de «Nuestra Sra. de
la Candelaxian y las continuas obras de ampliación y mejora 55. ES en su
recinto donde se celebrarán buena parte de los actos sociales de la comuni-dad
canaria, incluyendo la celebración anual de la constitución de la Aso-ciación,
con la presencia de la Ejecutiva, presidentes de las delegaciones y
miembros de la Asamblea de Representantes.
Otras instituciones surgirán con el paso del tiempo y tendrán su re-flejo
en la prensa de La Laguna: «Beneficencia Canaria de Cuba», el
«Canarias Sporting Club», el «Liceo de Canarias» de Santos Suárez, el
«Ateneo Canario» de La Habana 56, el «Club Deportivo Tenerife» 57 O
el «Liceo Gran Canaria» 58.
Pocos son los nombres de canarios en Cuba que la prensa destaque
al margen de su vinculación a la Asociación Canaria. Entre ellos cabe
citar la figura literaria de Manuel Fernández Cabrera, quien al igual que
ocurría con el Padre Viera, era también una personalidad destacada en
la institución regional 59. Sólo el caso de Pedro Trujillo de Miranda
aparece desvinculado de la Asociación Canaria 60.
Por lo que se refiere a la prensa canaria en Cuba el titulo más des-tacado
por su homónima de La Laguna es Islas Canarias con la que El
Cuba desde la prensa insular: El ejemplo de La Laguna ... 765
Pueblo Canario inicia el intercambio en diciembre de 1908, y de la que
toma algunos artículos que reflejan la vida social e institucional de la
colonia isleña. La misma práctica es seguida en estas fechas por La
Laguna y posteriormente por El Periódico Lagunero, quien llega a in-cluir
los sumarios de diversos números correspondientes a 1912. De
forma aislada resulta especialmente interesante el artículo de 1927 de
Patria Isleña, revista dirigida por Luis G. Wangüemert, exponiendo la
preferencia de los hacendados, especialmente los estadounidenses, por
la mano de obra barata procedente de Haití y Jamaica 6'.
INTEGRACIÓYN MARGINACIÓNDO: S VERSIONES CONTRAPUESTAS
La no consignación de Canarias en el Tratado de París dejaba a
nuestros emigrantes en una difícil situación administrativa. Este olvido,
denunciado por ia prensa insuiar era una prueba más aei sentimiento
de abandono en el que vivían las islas con respecto al poder central, pero
también una temprana manifestación de las contradicciones en las que
se debatiría durante décadas la colonia canaria en Cuba.
Después de la independencia los canarios constituían el tercer grupo
en importancia numérica tras gallegos y asturianos, a gran distancia del
resto de las comunidades regionales españolas. La diferencia fundamental
radicaba en el mayor peso en las zonas rurales de los canarios, así como
de un porcentaje superior de participación femenina.
La tendencia habitual encontrada en la prensa lagunera incide en la
fácil integración del canario en la sociedad cubana y en el aprecio que
se le tiene por su capacidad para adaptarse al medio rural, lo que le sitúa
durante mucho tiempo como objetivo preferente de los planes de inmi-gración.
No faltan sin embargo de forma ocasional visiones contrarias a
este aparente idilio canario-cubano. Una de ellas es la que nos transmi-te
Pedro Trujillo de Miranda, al hacerse eco en 1914 del proyecto de
Gómez Wangüemert de elevar un monumento en honor de Cuba en la
isla de La Palma:
«Según ese apreciable señor, mucho tenemos que agradecer los
hijos de Canarias a la nación cubana; yo creo que en todo caso
serán los palmeros los agradecidos (...).
Los cubanos son los que deben levantar un monumento a las
Canarias, de las que los más son oriundos y si hablan de Cana-rias,
hacerlo con respeto y cariño, no llamándonos desprecia-tivamente
ISLEÑOS, como imsoriamente nos denominan» ".
766 Gregorio Cabrera Déniz
A pesar del tono general de integración con el que se hace referen-cia
a las relaciones entre canarios y cubanos @n,o faltaron en estos años
los conflictos. En 1919 la publicación en el Diario de la Marina del
artículo «Weyler y los cubanos» puso de manifiesto el apoyo de un
importante sector de la colonia a la autoridad española en los últimos
años de la dominación. Este hecho se tradujo en un duro enfrentamien-to
desde las páginas de El Día y El Heraldo de Cuba, acusando este
último al director del primero, el canario Miguel Espinosa, de haber
manifestado su apoyo, en nombre de la colonia canaria, al marqués de
Tenerife a su llegada a Cuba como gobernador general. En su respuesta
El Día cita nombres y fechas de «lo que han sido los canarios para Cuba
en todos los tiempos» 65. a
Sin embargo el hecho que mayor trascendencia informativa tuvo en N
E
La Laguna fue el debate surgido en torno a la figura y actuación de O
Cayetano Bethencourt Apolinario, presidente de la Beneficencia Cana- - -- m ria en abrii de i927. Los acontecimientos se vriginarvn un aÍío antes, O
E
cuando Bethencourt fue una de las pocas personalidades que salió en E
2
defensa de un grupo de canarios acusados injustamente de participar en -E
el secuestro del coronel Pina, punto de partida de una serie de atrope-llos
a miembros de la colonia. Ahora la entrada de jamaicanos y 3
haitianos,en un período de crisis económica, impulsa a Bethencourt a - -
0
desaconsejar la emigración de canarios hacia Cuba. Sus declaraciones m
E
en la prensa motivan la respuesta de Miguel Espinosa en los santa- O
cruceros El Progreso y La Prensa, desmintiendo y acusando al presi- 6
dente de la Beneficencia 66, defendido a su vez desde La Información -
-E
por un antiguo emigrante, Pedro López Valdés. Las réplicas y con- a
trarréplicas se suceden mientras llegan noticias de la orden de expulsión -2-
dictada contra Bethencourt por el gobierno cubano, y que tendría su -
origen en las cartas por este publicada en la prensa insular 67. Este he- =
cho motiva la intervención en el enfrentamiento periodístico del cónsul O
cubano en Canarias, Juan Iruretagoyera, justificando la medida guber-namental.
Defendido Bethencourt por Tomás Felipe Camacho, este demuestra
la ilegalidad de la expulsión, al poseer aquel la ciudadanía cubana. Fi-nalmente
Bethencourt abandona el país obligado por las amenazas de
que es objeto 68, no sin antes haber recibido el apoyo de la Asociación
Canaria de Buenos Aires. Será sustituido como presidente de la Benefi-cencia
por Manuel González Martín, al que se considera continuador de
su obra.
Sin duda estos acontecimientos han afectado profundamente la con-ciencia
de la comunidad canaria, algunos de cuyos destacados miembros
Cuba desde la prensa insular: El ejemplo de La Laguna ... 767
ponen en duda la firmeza de las relaciones entre ambos pueblos. Así lo
pone de manifiesto Saturnino Tejera al criticar el proyecto de la Aso-ciación
Canaria de plantar en los jardines de la Quinta un árbol cuyas
raíces serán alimentadas con tierra traída de las siete islas, «en un alar-de
de fraternidad que está muy lejos de ser sincera» 69.
La agresividad que las palabras del periodista encierra se diluye en
los últimos años del período, pero el cúmulo de circunstancias adversas
que en él se dieron cita alejará igualmente de la prensa lagunera la vi-sión
idílica que de la convivencia canario-cubana se había construido sólo
unos años atrás.
NOTAS
Gregorio Cabrera Déniz
1. Tanto Filipinas como Puerto Rico participan de la tesis que sustenta la culpabi-lidad
norteamericana en la pérdida de las últimas colonias, si bien su presencia en las
páginas de los periódicos nunca alcanzará la importancia de Cuba.
2. Entre los artículos publicados por La Región Canaria que subrayan esta tesis
destacamos los de 23 de enero y 24 de abril de 1900.
3. La Región Canaria, 16 de enero de 1900.
4. La Región Canaria, 26 de abril de 1902.
5. Ejemplo de ello sería el recibimiento tributado a la corbeta española «Nautilus»
y los actos que en justa correspondencia se organizan en diciembre de 1908 para dar la
bienvenida a España al buque de guerra cubano «Patria».
6. A la insurrección liberal de 1906, causa de una primera intervención de los
EE.UU., sucede la organización del Partido independentista de Color en 1907. La su-blevación
que este último protagoniza en 1912 provocará una nueva intervención norte-americana.
7. Las crónicas se suceden con gran frecuencia a lo largo de toda la primera mitad
de 1912. En las mismas se intercalan las opiniones personales de R. Mendizábal con la
transcripción de fragmentos de la prensa habanera: Diario de la Marina, El Día y El
Mundo. Otros temas preferentes en relación a la coyuntura cubana son la situación eco-nómica,
las reivindicaciones políticas de los veteranos de guerra y las amenazas de in-tervención
norteamericana.
8. E! Periódirn kgunero, 9 de febrero de 1912.
El relato de las ceremonias que acompañan el traslado de los restos del Maine pare-cen
confirmar las impresiones del Ministro, pero no sólo por parte cubana. Este aconte-cimiento
motivó una dura réplica por parte del Diario Español el 16 de marzo. El éxito
de la misma obligó a lanzar una segunda edición. El Periódico Lagunero transcribe el
famoso editorial en su número de 29 de abril.
9. La última de sus crónicas se publica el 28 de octubre de 1912 y en ella se
incluyen comentarios a la campaña electoral y pésames al Rey por la muerte de la
infanta María Teresa, enviados por instituciones y sociedades, incluida la Asociación
Canaria.
Cuba desde la prensa insular: El ejemplo de La Laguna ... 769
10. Parte de la información publicada podía tener su origen directo en la prensa
cubana que se recibía en las islas. En cuanto a los artículos firmados destacan los que
debemos a J.S. Padilla y Pedro Tmjiiio de Miranda.
11. La más destacada el informe consular del representante español en Santiago,
extractado por El Periódico Lagunero en su número de 8 de julio de 1914. En esos
momentos comenzaban a llegar noticias de los problemas de abastecimiento que se de-rivaban
de la guerra mundial.
12. Destacan en tal sentido la conferencia del Ministro Cubano en Madrid, Mario
García Kolhy, de la que informa El Periódico Lagunero en su número de 6 de abril de
1914, y el artículo de Francisco González Díaz el 1 de agosto del mismo año.
13. Las colaboraciones de Alfonso Flores con la prensa de La Laguna se inician
en 1914 cuando se encontraba en las Islas procedente de Cuba, a la que regresa poco
tiempo después.
14. Si bien lo habitual es que se redacten en La Habana un mes antes de su publi-cación
en La Laguna, entre febrero de 1916 y junio de 1917 aparecen firmados desde
Pinar del Río, donde residió su autor durante ese período.
15. El carácter de las noticias es muy amplio y alcanza al desarrollo legislativo,
actos institucionales, actividad de la colonia española, enfrentamientos políticos, etc.
16. La Información, 7 de abril de 1917.
a - I 1. ¿a Información, i5 de diciembre de 1917.
18. La Información, 27 de enero de 1920.
19. La Información, 4 de enero de 1921.
20. La Información, 19 de febrero de 1921.
21. Las Noticias, 11 de julio de 1927.
22. Sus últimas crónicas, ya en la segunda mitad de 1931, están firmadas en La
Laguna a donde había regresado en el verano de ese mismo año.
23. Este anonimato le permite por ejemplo afirmar que Cuba se ha convertido en
«una factoría yanqui sometida al latifundio azucarero» en Las Noticias de 29 de octubre
de 1929.
En diciembre de 1930 llegan informaciones de las víctimas del movimiento estudiantil,
disturbios en distintas poblaciones del país y suspensión de las garantías constitucionales.
24. Alcanzan hasta mediados de septiembre. Después de unos primeros días de gran
confusión se hace evidente el fracaso de la intentona revolucionaria, que sin embargo
terminaría por motivar la retirada del apoyo norteamericano y el exilio de Machado a
los Estados Unidos.
25. En 1927 Cuba restablecía sus relaciones diplomáticas plenas con España y fir-maba
un tratado comercial.
26. El Pueblo Canario, 5 de octubre de 1910.
27. El Pueblo Canario, 2 de diciembre de 1910.
28. El Periódico Lagunero, 3 de noviembre de 1913. Artículo de Francisco González
Díaz.
29. A ello contribuye la propaganda directa en artículos cono los publicados el 4
de marzo de 1912 o el 31 de marzo de 1914, pero también la imagen de hambre y miseria
que se retrata para el inmigrante en la Argentina, especialmente a lo largo de 1914, y
que incluye el artículo de 2 de mayo del acreditado González Díaz.
30. La Información, 1 de mayo de 1916. El redactor, Constantino Suárez, fue acu-sado
de ser el autor del folleto titulado «Inmigración».
31. En ocasiones el relato de los infortunios alcanza niveles de gran dramatismo,
como ocurre con la historia publicada por La Injormación en su número de 5 de feDre-ro
de 1920 y de la que fue protagonista un joven lagunero.
770 Gregorio Cabrera Déniz
32. El más famoso de todos fue sin duda la pérdida del «Valbanera», transmitido
por la prensa de La Laguna el 23 de septiembre de 1919. La llegada de noticias contra-dictorias
sumió en el desconcierto y el dolor a un gran número de familias canarias,
muchas de las cuales comenzaron a vestir de luto sin haberse aún confirmado la suerte
de quienes habían partido hacia Cuba. Las cifra oficial era la de 569 pasajeros canarios,
a los que debían añadirse «los infelices que hacían viaje de polizones».
33. La Información, 16 de noviembre de 1916: «Da pena ver por las calles y pla-zas
de Santa Cruz, tantos hombres en pleno vigor, pletóricos de juventud, en espera del
vapor que ha de trasladarlos a las Antillas, huyendo de la miseria que aquí se cierne
sobre nosotros, sin que nadie trate de evitar su ruinoso avancen. En el mismo artículo
se cita a González Díaz para asociarse a su justificación de la emigración por la impo-sible
subsistencia de las clases más desfavorecidas de la sociedad canaria, añadiendo que
«las gentes de la clase media, no se sabe como viven ni como logran sostener las apa-riencias
del decoro externo».
Confirmando esta última afirmación el mismo periódico constatará la marcha de
conocidas familias de la ciudad hacia Cuba.
34. La Información, de 22 de junio de 1920 aún escribía: «En la época de la zafra
el número de emigrantes es enorme y muchísimos se quedan sin embarcar por falta de
hueco en los vapores que aquí hacen escala*.
35. Lu Iizfu^rimcidn, !(! de noviembre dc !3!7.
36. El único ejemplo transmitido en estos años por la prensa de La Laguna es el
de una donación frustrada de 50.000 duros por parte de Tomás Gutiérrez Cáceres, falle-cido
en Cuba en 1885. En junio de 1882 este había realizado testamento mancomunado
con su esposa Rita Aenlle, quien en 1883 consigue que su esposo sea declarado incapa-citado
por los tribunales de La Habana. A su muerte en 1885 aparecen dos nuevos tes-tamentos
de 1884 y 1885, ambos impugnados con éxito por su viuda y legatarios. La
Laguna rescata esta odisea en dos artículos de 5 y 26 de marzo de 1904 y La Región
Canaria los reproduce el 9 y 29 de mayo del mismo año. El primero de los periódicos
citados recupera el tema el 30 de agosto y el 6 de septiembre de 1906. En estos mo-mentos
se plantea que con el importe de la donación se podría trasladar el Hospital de
Dolores a las afueras de la población y dedicar su local a escuelas primarias para am-bos
sexos. Nuevamente aparece en las páginas de la prensa con El Periódico Lagunero
el 9 y 28 de noviembre de 1912.
37. Así lo hacen El Pueblo Canario de 25 de mayo y La Laguna el 29 del mismo
mes.
38. El 2 de junio de 1909 La Laguna incluye la lista de donativos procedentes de
Zulueta (22,26 duros oro y 30,70 duros plata) y de la Delegación de la Asociación
Canaria en Jauco (12 duros plata).
39. El Periódico Lugunero, 23 de enero de 1912. Hace referencia a la muerte de
varios obreros en Las Palmas en noviembre de 191 1 como consecuencia de la actuación
de las fuerzas del orden.
40. La Información, 7 de mayo de 1918.
41. La Información, 13 de marzo de 191 7.
42. La Información, 22 de junio de 1920.
43. El Periódico Lagunero, 18 de octubre de 1913: «El indiano*, colaboración de
E. Méndez Hernández.
44. Las Noticias, 13 de noviembre de 1928.
45. No obstante y frente a la dominante importación de mano de obra antillana,
aún es posioie haiiar pianteamientos que retornan a ios pianes de inmigración y coloni-zación
blanca, especialmente isleña para los abandonados campos cubanos.
Cuba desde la prensa insular: El ejemplo de La Laguna ... 77 1
46. La Información, 28 de agosto de 1928.
47. Las Noticias, 3 de julio de 1931. Saturnino Tejera critica la escasa ayuda apor-tada
por las sociedades regionales, cuyos «fastuosos palacios (...) abren las puertas de
sus regios salones para celebrar bailes suntuosos en los que el mido de las orquestas se
confunde con una carcajada sonora de esa juventud alegre y despreocupada*.
48. El más destacado de todos, el Diario de la Marina tiene como corresponsal en
Canarias a Francisco González Díaz, pero también recibe informaciones de colaborado-res
en otras islas. Cuando lo publicado por la prensa habanera puede servir para confir-mar
las tesis defendidas desde La Laguna encontramos una referencia directa al artículo
que despierta el interés.
49. Años después el decreto de división provincial de 1927 llegará a amenazar la
integridad de la propia Asociación Canaria, si bien las tensiones internas terminaron por
ceder una vez más.
50. El Periódico Lagunero, 27 de enero de 1912.
5 1. La Información, 26 de febrero de 1916.
52. De igual modo se informaba de la renovación en las secciones de Sanidad;
Cultura; Recreo y Adorno; Propaganda, Inmigración y Protección al Trabajo; Fomento
Económico e Intereses Morales y Materiales.
53. No sólo es posible trazar el cuadro de directivos y presidentes de secciones y
delegaciones sino también de acercamos a aquellas otras figuras que por distintos moti-vos
influyeron en la colectividad canaria. Un ejemplo de las mismas podría ser el ya
citado Padre Viera, quien habitualmente dirige los actos religiosos de la Asociación pero
también interviene en sus debates internos y traza proyectos de actuación concretos. Es
además habitual colaborador de la prensa habanera, destacando sus artículos en el Dia-rio
de la Marina.
54. Una de estas crisis es narrada por José Cabrera Díaz para El Pueblo Canario.
A través de su crónica, publicada el 22 de diciembre de 1910, nos acercamos a la dure-za
de unos enfrentamientos internos que obligaron a la autoridad gubernamental a inter-venir,
hecho que fue recogido por el habanero Diario Español.
Sin embargo más graves fueron la anulación de las elecciones en 1916 al intentar la
Asociación cambiar sus reglamentos para impedir el ascenso a la Presidencia de un oriun-do
y la asamblea realizada en Zaza del Medio en mayo de 1917, en un intento de sal-var
a la Asociación «de la vorágine del personalismo y la intransigencia» en la que había
caído. De aquí surgieron una serie de propuestas de reforma que debían salvar su exis-tencia,
«ya resentida y contaminada por el virus de las malas pasiones y el amor propio
que en nuestra idiosincrasia se destaca por encima de las otras cualidades que lo for-man
». Posteriormente, en la Asamblea celebrada en La Habana, se hizo necesaria la
presencia policial dada la agresividad con que actuaron algunos socios contrarios a es-tas
iniciativas. Superado este difícil momento la Asociación entró en un período de gran
progreso, bajo la presidencia de Domingo de León González.
A fines de la decada los pianiea sobre la igüaidad de dere-chos
de la mujer en el seno de la Asociación, reflejo de la realidad que se impone en el
país.
55. Una entrevista publicada por el Diario de la Marina a su Presidente, Sixto
Abreu, es reproducida por El Periódico Lagunero en su número de 18 de junio de 1914.
En la misma se analiza el impresionante crecimiento experimentado por la Asociación,
que abría pasado de 264 socios fundadores a los 16.498 con lo que contaba en aquellos
mnmentnr. E! prnyectn m& Impnrttnte er2 !2 cnnstnicci6n ric !I C m de %!lid en !es
terrenos de Jesús del Monte, con una extensión de más de 60.000 metros cuadrados. Ya
en esa entrevista se reconocía que el progreso experimentado se debía a la vinculación
772 Gregorio Cabrera Déniz
de los campesinos canarios a través de las delegaciones repartidas por toda la Re-pública.
56. Constituido en el verano de 1927 bajo la presidencia de José Cabrera Díaz. Eran
sus cuatro vicepresidentes tres abogados y un sacerdote periodista: Tomás Felipe
Camacho, José Viera Martín, Antonio Gutiérrez Bueno y Tiburcio Pérez Castañeda. El
resto de sus cargos directivos, así como los de las nueve secciones con las que contaba
(Ciencias, Historia, Sociología, Literatura, Bellas Artes, Economía, Relaciones, Prensa y
Fiestas), se caracterizaba por la significación y el elevado nivel de sus responsables:
médicos, abogados, escritores, artistas, comerciantes, periodistas ... Entre ellos la prime-ra
mujer de la que tenemos constancia ocupase un cargo similar: Cecilia Remedios Pérez,
la única que aparece como estudiante y que ocupaba la vicedirección de la sección de
Sociología.
57. Esta asociación, creada en 1928, se destaca por su actividad social a fines de
la década: fiestas regionales, lucha canaria, recitales ...
58. A fines de 1929 se contabilizan al menos quince instituciones canarias en Cuba.
59. Elegido el primer prosista de Cuba en la encuesta realizada por el habanero La
Noche, su obra literaria es exaltada con entusiasmo por Tomás Capote Pérez, en un ar-tículo
publicado por El Periódico Lagunero el 17 de julio de 1914. En la misma línea
escribe el 31 de julio Domingo Alfonso Flores, transmitiendo además la admiración que
en él había despertado sus intervenciones en la Asamblea de la Asociación Canaria, de
la que era uno de sus más activos propagandístas y paladines. Dos años después, desde
las páginas de La Información, Alfonso Flores critica la evolución del estilo del escri-tor,
hacia un imperdonable modernismo de difícil comprensión y oscura argumentación.
60. Era este un personaje singular ya que a sus 38 años había viajado por la Pe-nínsula,
norte de Africa, Puerto Rico y Méjico. Su larga actividad profesional se carac-terizaba
por la controversia que suscitaba allí donde ejercía como periodista o escritor.
En 1913 publica «Caridad del Cobren (La Habana) y «Mujer canaria» (La Laguna). En
1915 publica «Amor y Carne»(La Laguna), prologado por Narciso de Vera Marrero,
director de La Información. Este periódico se hace eco en sus números de 4 y 5 de enero
de 1916 de las criticas aparecidas en la prensa cubana. Según El Periódico Lagunero
Trujillo de Miranda organizó, junto al también tinerfeño Francisco Alfonso, «el Bata-llón
Vara del rey, que ofreció a S.M. el rey D. Alfonso XIII para combatir a los moros
y que no salió de La Habana, porque al no ser inventado por la colonia española y
no ser patrocinado por un periódico que ejercía por interés el control del españolismo,
se hizo llegar a España la noticia de que lo formaba gente republicana, peligrosa y
rebelde».
61. Las Noticias, 14 de noviembre de 1927. El único mercado laboral que aún podía
atraer al canario se situaba en los últimos meses del año y estaba reservado a los cono-cedores
del tabaco.
62. La Región Canaria, 26 de septiembre de 1899.
63. E! Pen'dd[cn Lagunoro, 15 de marzo de 1914. Continúa Trujillo de Miranda
en su artículo atacando la actitud de los palmeros llegados a Cuba y afirma que en rea-lidad
F.C. Wangüemeri aspira al consulado de Cuba, lo que explicaría sus iniciativas.
Las criticas negativas a personajes destacados de la colonia canaria las había iniciado
Trujillo de Miranda en el campo de la literatura con la obra de Fernández Cabrera, en
un artículo publicado por el mismo periódico el 31 de mayo de 1912.
64. Uno de los momentos más heroicos de esa fraternidad tuvo como escenario las
fuertes tormentas que asolaron La Habana en noviembre de 1926. En aquella ocasión la
Casa de Salud abrió sus puertas para refugiar a unos dos mil cubanos que vivían en sus
proximidades, atendiendo a los heridos y alimentando a los niños. Ese aíio se suspen-
Cuba desde la prensa insular: El ejemplo de La Laguna ... 773
dieron los actos festivos que conmemoraban el 20 aniversario de la Asociación por ha-llarse
el país aún de luto por la tragedia vivida.
65. La Información, 10 de junio de 1919.
66. Sus detractores quisieron presentar a Cayetano Bethencourt como enemigo de
la Asociación Canaria, acusación a la que hizo frente recordando su pertenencia a la
misma desde hacia quince años, hecho que le había valido la entrega del correspondien-te
diploma de reconocimiento en febrero de aquel mismo año.
67. Aparecidas en La Información de 28 y 30 de mayo. En la primera de ellas se
exalta a Cuba pero se critica las leyes inmigratorias y la preponderancia estadouniden-se.
Once años esperaba en los archivos de la Asociación Canaria una propuesta de plan
inmigratorio, mientras el agricultor canario del tabaco seguía siendo «esclavo de los
almacenistas, zánganos de la colmena». Lanza después duras acusaciones contra el tam-bién
canario Miguel Espinosa, «que profanó la memoria del gran Maceo (...) y que con
desenfado inaudito, ha vivido (...) de la república cuyo establecimiento combatió (...),
que defendió después desde las columnas del Diario de la Marina las tendencias políti-cas
del general José Miguel Gómez, y lo combatió luego en (...) Cuba y El Día; que
denostó hasta en su vida privada al doctor Alfredo Zayas, y lo defendió más tarde cuando
le dio colecturías y botellas (...) y hoy, gracias al cargo nominal de sub-delegado de
inmigración, eiogia ai generai Maciiado».
En la segunda carta analiza la crisis económica cubana y el papel de la Beneficen-cia
en apoyo a los canarios y a la repatriación de los que carecen de recursos.
68. Esta agria polémica se prolonga hasta mediados de julio de 1927.
69. Las Noticias, 16 de abril de 1928.