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EL TRATAMIENTO INFORMÁTICO DEL FONDO DO-CUMENTAL
DE LA CASA FUERTE DE ADEJE
(ARCHIVO HISTÓRICO DE EL MUSEO CANARIO)
Carlos Santana Jubélls
Introducción
Finalizando el año 1995, el Iltre. Ayuntamiento de la Villa de Adeje y la Sociedad
Científica El Museo Canario firman un Convenio de Colaboración que abre las puertas a
la resolución de una de las asignaturas pendientes de la investigación histórica en Cana-rias,
como es la organización, descripción y subsecuente puesta en uso público del Fondo
Histórico Documental de la Casa Fuerte de Adeje. Dicho Fondo encierra gran parte de las
claves para el conocimiento de las administraciones señoriales en Canarias, especialmen-te
a partir de finales del siglo XVII.
Pero tan necesario proyecto no se debía limitar a dotar al Fondo de la consabida estruc-tura
lógica y jerárquica, reflejo de la naturaleza de su organismo creador, y, en última
instancia, destinada a permitir la localización inequívoca de la información contenida por
medio de los instrumentos de descripción adecuados, sino que además perseguía como
segundo objetivo fundamental la reproducción de todos y cada uno de los documentos
primarios aplicando las últimas tecnologías -y técnicas asociadas a ellas- de la informa-ción.
El Convenio antes citado es producto, por una parte, del deseo del Ayuntamiento de
Adeje de disponer de una copia íntegra y consultable del Fondo Documental y, por otra, de
la necesidad de preservar al máximo la documentación original poniendo a disposición de
los investigadores reproducciones de la misma de la máxima fiabilidad.
Esta ambiciosa labor planteaba un amplísimo abanico de problemas técnicos que gira-ban
en torno a tres ejes fundamentales:
1. El diseño de una aplicación de base de datos que integrara a los instrumentos de
descripción adscritos a cada nivel de organización del Fondo y cuya estructura reuniese
recursos de desplazamiento y búsqueda automatizados, orientados por tanto a usuarios sin
conocimientos en el manejo de programas informáticos.
2. La conversión en imágenes digitales, el almacenaje y la gestión de ficheros de ima-gen
de una masa documental estimada en 300.000 folios.
3. La creación de la fórmula más adecuada para, por un lado, permitir el desplazamien-to
por el fondo digital y, por otro, asociar los documentos secundarios (las fichas descrip-tivas)
a los documentos primarios (copias digitales) de forma inequívoca y dinámica. Esto
es, la entrada a la documentación descrita en cada ficha debía realizarse de manera auto-mática
desde la misma ficha.
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Casi es innecesario plantear aquí tanto el fuerte protagonismo que en la sociedad actual
están adquiriendo los medios comunicación electrónica, como los avances que de modo
continuo éstos, y los recursos informáticos en general, experimentan. Conscientes de esta
realidad, uno de los ánimos básicos presentes en este proyecto ha sido el de crear un
producto que cumpla con los principales estándares fijados internacionalmente1 para cada
una de las múltiples parcelas que lo integran, en orden de lograr un doble objetivo:
operatividad perdurable creando de una estructura capaz de ser reconvertida y adaptada a
los avances futuros en las tecnologías de la información; y, en segundo lugar, que dicha
estructura sea lo suficientemente flexible como para que la información pueda ser difundi-da
e intercambiada, incluyendo como vehículo a la propia Internet.
La organización del fondo
Antes de adentrarnos en la exposición de los aspectos técnicos propiamente dichos, se
impone un breve repaso de las pautas de organización archivística seguidas, dado que
éstas determinan en gran medida la estructura de la aplicación de base de datos diseñada.
Estado inicial del Fondo Documental. Clasificación y ordenación.
Como era de prever debido a los múltiples avatares históricos sufridos por el Fondo
Documental de la Casa Fuerte de Adeje, prácticamente no existía una clasificación de
partida, hasta el punto de que ha sido posible configurar un segundo fondo documental
constituido por la primera documentación municipal de la Villa de Adeje, que ha ido apa-reciendo
entremezclada entre la de origen señorial; la razón de la presencia de este fondo
posiblemente esté en el hecho de que los primeros ayuntamientos de la Villa tuvieron la
Casa Fuerte como sede. Sin embargo, aún no se han iniciado las labores de organización
de este fondo, de manera que no se le mencionará en este epígrafe.
El criterio de clasificación elegido combina un sistema funcional y, cuando la docu-mentación
así lo permite, uno orgánico. Partiendo del conocimiento de las distintas líneas
de acción que aportan los documentos, se han ido definiendo las series documentales,
agrupadas en subsecciones que han sido establecidas tanto en virtud de la función admi-nistrativa
común a las series que las integran como, cuando es posible, con base en las
administraciones de origen, interviniendo pues en este caso un criterio orgánico. Las sec-ciones
han sido establecidas siguiendo criterios puramente funcionales.
A modo de ejemplo, en la sección “Administración económica” se integran las
subsecciones “Administración de Adeje”, “Administración subalterna de La Gomera” y
“Administración subalterna de El Hierro”; dentro de cada una, a su vez, las distintas series
documentales reflejan las distintas funciones desempeñadas por estas administraciones en
lo tocante a la función reflejada en la sección.
Para la ordenación de los documentos dentro las unidades archivísticas y de éstas en las
series documentales se está siguiendo un criterio puramente cronológico.
Sin embargo, no bastaba con la determinación de un criterio de clasificación adecuado
e ir creando el correspondiente cuadro de clasificación, puesto que existía un grave pro-
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blema que dificultaba las tareas de organización. El Fondo Documental se nos presenta,
además, muy fragmentado: son pocas las unidades archivísticas que están completas, la
mayoría desgajadas en múltiples fragmentos repartidos a lo largo y ancho de las unidades
de instalación. Estos fragmentos aparecen en forma de folios aislados o conjuntos de po-cos
folios que una vez formaron parte de unidades completas y que, en el mejor de los
casos, ofrecen alguna referencia que permita identificar su naturaleza y adscripción.2 Ma-yor
dificultad ofrece la gran cantidad de fragmentos, rotos o completos, carentes de tales
referencias, muchos de los cuales no permiten siquiera una correcta comprensión de su
tenor documental. En la medida de lo posible, este problema se ha ido solventando de
manera simultanea con la organización y la descripción. Cualquier unidad archivística,
aún incompleta, es clasificada y descrita. Ante la localización de fragmentos que pertenez-can
a una serie documental ya establecida, se realizan búsquedas informáticas, general-mente
para localizar coincidencias entre la cronología de la unidad descrita y su posible
fragmento. La continuidad en la foliación y/o en el tenor documental que presenten ambas
porciones terminan de confirmar la correcta adscripción del fragmento.
El plan descriptivo. ISAD (G).
El Fondo Documental de la Casa Fuerte de Adeje está siendo descrito siguiendo la
misma lógica empleada en la clasificación, habilitándose un instrumento de descripción
especifico para cada agrupación documental: guías para las secciones y subsecciones de
fondo, inventarios para las series documentales y unidades archivísticas y catálogos para
ciertas series documentales en las que la naturaleza de los documentos lo exigen.
Los contenidos de las fichas descriptivas adscritas a cada instrumento siguen las direc-trices
establecidas por ISAD (G) (International Standard Archival Description (General)),
norma internacional para la descripción de archivos redactada por el ICA (International
Council on Archives). De los veintisiete elementos descriptivos agrupados en seis áreas
que establece ISAD (G), se están aplicando al Fondo de la Casa Fuerte los que dicha
norma considera obligatorios para cada nivel de descripción, pertenecientes a las áreas de
mención de identidad, de contenido y estructura y de notas:
Área de mención de identidad
Signatura: Se constata en los inventarios de series y de unidades archivísticas y en los
catálogos; en el primero se registran las signaturas extremas de las unidades que pertene-cen
a cada serie. La signatura completa está constituida por: el código del país de acuerdo
con la norma ISO 3166, el acrónimo del Archivo al que pertenece el Fondo, el acrónimo
del fondo y la signatura adjudicada a la unidad descrita. Así, una unidad perteneciente al
Fondo de la Casa Fuerte de Adeje, en el Archivo Histórico de El Museo Canario, queda-ría
signada “ES AHMC AHCFA 1256”.
Título: Identificativo de cada agrupación documental. Por ejemplo:
Fondo Documental de la Casa Fuerte de Adeje (fondo).
Administración económica (sección).
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Administración Subalterna de la Gomera (subsección).
Cuentas generales de administración (serie).
Fechas: Presente en todos los niveles de descripción en forma bien de fecha simple
(“1700” o “1750 diciembre 31”) o período cronológico con especificación de lagunas si
las hay (“1798-1800” ó “1750-1752/1754”).
Nivel de descripción: Indica el nivel de la descripción de acuerdo con el cuadro de
clasificación.
Volumen de la unidad descrita: Presente en ambas guías e inventarios.
Área de contenido y estructura: Se realiza en todos los estadios descriptivos un resu-men
del contenido de cada unidad descrita.
Área de notas: ISAD (G) habilita el área de notas para la inclusión de información
relevante no contemplada en ninguno de los veintisiete elementos descriptivos. En nues-tro
caso, se incluye en las fichas descriptivas del inventario de unidades archivísticas y los
catálogos el número del CD-ROM en el que se encuentran almacenadas las imágenes
digitales de la unidad descrita y un campo de base de datos de tipo hipervínculo que, como
veremos, es el “puente de conexión” entre cada ficha descriptiva y sus imágenes digitales.
Informatización de las fichas descriptivas y creación de la aplicación de base de datos
Un claro ejemplo de la continua evolución de los recursos informáticos lo tenemos en
los distintos programas que a lo largo de los últimos tres años se han ido aplicando a este
proyecto y el progresivo aumento en las prestaciones que éstos ofertan para el diseño de
aplicaciones. Desde el clásico DBase IV para MS-DOS, pasamos al más versátil Microsoft
Access para Windows, y dentro de él a sus sucesivas versiones hasta, actualmente, su
versión 97. La principal ventaja que ofrece este programa es la posibilidad real de diseñar
aplicaciones de bases de datos muy específicas y plenamente adaptadas a necesidades
particulares con unos conocimientos generales de programación en Visual Basic. Además,
la versión 97 incluye herramientas web que han facilitado sobremanera uno de los aspec-tos
básicos del trabajo.
El objetivo perseguido en esta faceta del proyecto no era únicamente la mera
informatización de las fichas adscritas a cada uno de los instrumentos descriptivos, aspec-to
relativamente sencillo de realizar mediante el adecuado diseño de las oportunas tablas
de datos. Recordemos que la naturaleza del proyecto exigía, además, que la consulta de
dichos instrumentos se realizase directamente por ordenador, lo que obligaba a cumplir
dos aspectos esenciales: interactividad sencilla, clara y unidireccional entre el usuario y la
información requerida y automatización en el desplazamiento por los distintos niveles de
información.
De manera muy sintética, se exponen a continuación la estructura (ver figura 1) y los
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recursos empleados para la consecución de los objetivos en la aplicación diseñada:
1. Mediante la ubicación en la carpeta “Inicio” del sistema operativo Microsfot Windows
95 de la base de datos “Adeje.mdb”, su ejecución es automática tras el encendido del
equipo.
2. Mediante un procedimiento de evento,3 se logra que la ventana de objetos de la base
de datos está activa pero no presente y que automáticamente se ejecute un formulario de
presentación, que a los cinco segundos da paso a su vez al primer formulario en el que
interviene el usuario.
3. En dicho formulario, se ubican tres botones de comando, que dan acceso tras un
“click” del ratón, respectivamente y mediante la ejecución de macros,4 a:
- Una página de texto que ofrece información general sobre las características de los
fondos documentales e instrucciones de manejo de la aplicación de base de datos.
- La parcela de la aplicación dedicada al Fondo Documental de la Casa Fuerte de Adeje.
- La parcela de la aplicación dedicada al Fondo Documental del Ayuntamiento de Adeje.
4. Elegida la consulta de algunos de los dos fondos documentales, se pasa a un nuevo
formulario que ofrece mediante nuevos botones de comando ejecutantes de macros la
posibilidad de entrar en seis formularios diferentes en los que se contienen, respectiva-mente:
el cuadro de clasificación, la guía de secciones, la guía de subsecciones, el inven-tario
de series, el inventario de unidades y los catálogos.
5. Excepto el formulario dedicado al cuadro de clasificación, que está constituido úni-camente
por texto, el resto presenta las fichas correspondientes a cada nivel de descrip-ción.
Dichas fichas, en comienzo, aparecen en blanco, puesto que el usuario tiene, lógica-mente,
que seleccionar en cada nivel la agrupación documental cuya descripción le intere-sa.
Estas herramientas de búsqueda están conformadas en cada formulario por cuadros
combinados5 que despliegan las listas de los títulos de cada agrupación documental y que
están adscritos a complejas consultas de selección.6 Tras la elección, se ejecuta un proce-dimiento
de evento que aísla el registro seleccionado del resto de registros de la tabla de
datos correspondiente y despliega sus contenidos en la ficha descriptiva.
Así, el formulario de la guía de secciones presenta un único cuadro combinado que
muestra el listado de las secciones; simplemente se elige la sección a consultar y aparecen
sus datos en la ficha descriptiva. Sin embargo, a medida que se desciende en la organiza-ción
jerárquica de los Fondos, estas funciones ganan en complejidad. El formulario de la
guía de subsecciones presenta dos cuadros combinados, uno para elección de la sección y
otro para la subsección; cuando se elige la sección en el primer cuadro combinado, un
procedimiento de evento diferente actualiza el listado de subsecciones a desplegar en el
segundo cuadro combinado, de manera que sólo aparezcan las subsecciones que se inclu-yen
en la sección previamente seleccionada, de las que el usuario decide aquella cuyos
datos quiere consultar. Similar mecanismo se emplea en el formulario de series, con tres
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cuadros combinados: secciones, subsecciones únicamente pertenecientes a la sección ele-gida,
y series únicamente pertenecientes a la subsección elegida. El formulario de unida-des
archivísticas añade a estos tres cuadros combinados dos más, el primero de los cuales
ofrece la posibilidad de concretar de entre todas las unidades pertenecientes a la serie
seleccionada la que más interese al consultor en base a la fecha de la unidad, mientras que
el segundo permite el acceso directo a las fichas descriptivas mediante la selección de la
signatura. Finalmente, la ficha descriptiva de catálogos presenta tres cuadros combinados
en los que se despliegan y seleccionan las series documentales que han sido catalogadas,
la fecha y la signatura de las unidades adscritas.
Por añadidura, todos los formularios tienen las opciones, a través de botones de coman-do
asociados a macros, de volver al formulario anterior o salir definitivamente de la apli-cación.
Los formularios de instrumentos de descripción incluyen a su vez la opción de
traslado de instrumento en instrumento sin necesidad de retornar al formulario principal
de selección
Informatización de los documentos primarios
La “navegación” por el fondo digital y la asociación entre los documentos secundarios
y los documentos primarios.
Uno de los aspectos fundamentales, novedosos y más complejos de alcanzar dentro del
proyecto era la perfecta e inequívoca asociación de cada ficha descriptiva de inventario de
series y catálogos única y exclusivamente con las imágenes digitales de los documentos
descritos. La solución a desarrollar debía implicar una continuidad en la automatización y
sencillez de manejo que impera en la consulta de los instrumentos de descripción, tanto en
la entrada a las imágenes desde la ficha descriptiva correspondiente como, especialmente,
en el desplazamiento de folio en folio dentro la unidad archivística o documento cuya
consulta se desea.
Para la solución de éste último punto se optó por la creación y diseño de un conjunto de
ficheros en código HTML (Hiper Text Markup Language), lenguaje que permite la crea-ción
de documentos de hipertexto, que son los publicados en la World Wide Web7 (W.W.W.).
Un documento de hipertexto puede estar conformado por la combinación de aquellos ele-mentos
multimedia (texto, imágenes fijas o en movimiento y/o sonidos) que desee su
diseñador. Pero la verdadera ventaja de este código es que permite convertir de manera
asombrosamente simple cualquier texto e imagen que se encuentre en el documento en un
hipervínculo, que no es más que una vía de acceso directo a otros documentos de hipertexto.
Así, al usuario de un documento de hipertexto, bien esté operando dentro de un ordenador
local, bien en Internet a través de la W.W.W., le bastará con hacer “click” con el puntero
del ratón sobre el hipervínculo para acceder directamente al documento de hipertexto al
que el diseñador decide asociar dicho hipervínculo.
Insertando las imágenes digitales del Fondo Documental en documentos de hipertexto,
se podía habilitar en ellos aquellos hipervínculos necesarios para garantizar un desplaza-miento
rápido e inequívoco por folios consecutivos, como si de la lectura de un libro
impreso se tratara.
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El diseño de estas páginas (ver figura 2) es de una gran sencillez, contando únicamente
con la signatura de la unidad visualizada, el número de folio correspondiente (recto o
vuelto), la imagen digital del folio y los botones de desplazamiento en ambas direcciones
a los que se asocian los hipervínculos necesarios, integrados éstos por las rutas que permi-ten
saltar desde el folio desplegado al siguiente, al anterior y retornar al primer folio de la
unidad visualizada.
Por otro lado, la inserción de la imagen digital en el documento de hipertexto se realiza
fijando la unidad de lectura de CD como unidad fuente y desactivando la opción que
permite realizar una copia local. Así, cuando cada fichero se ejecuta, la carga de la imagen
se hace exclusivamente desde el CD-ROM, evitándose con ello almacenar las imágenes
en el disco duro, lo que en este caso hubiese sido literalmente imposible debido a la gran
cantidad de memoria necesaria para guardar tal número de imágenes.
Para la construcción de estos documentos basta con crear una única vez tantos ficheros
como folios tenga la unidad archivística más extensa, a modo de patrones almacenados en
un directorio en el disco duro a la espera de ser utilizados. La denominación dada a estos
ficheros es la del número y sentido del folio que representan (0001r, 0001v, 0002r, 0002v...
y así sucesivamente hasta completar los folios de la unidad mayor).
Cuando se termina la digitalización de una determinada unidad y sus imágenes quedan
almacenadas en CD-ROM, se realiza una copia de los ficheros HTML necesarios para el
montaje (tantos folios, tantos rectos y tantos vueltos), que se almacenan a su vez en el
directorio del disco duro correspondiente. El árbol de directorios y subdirectorios en los
que se almacenan los ficheros reproduce la estructura del cuadro de clasificación (ver
figura 3). Y en la correcta organización de estos ficheros radica gran parte del éxito obte-nido
en la vinculación de las fichas de inventario y catálogo con las imágenes digitales que
les corresponden.
Cada una de estas fichas cuenta con dos campos de datos, consistentes, respectivamen-te,
en el número del CD-ROM el que se almacenan las imágenes digitales y en el
hipervínculo que resume la ruta completa que debe recorrerse a lo largo de la estructura de
directorios (esquematizado en la figura 3) para ejecutar de manera exclusiva el primer
fichero HTML (esto es, el primer folio digitalizado) de la unidad archivística o del docu-mento
descrito en la ficha, y no otro. Automáticamente se ejecuta el programa visualizador
de páginas web (Microsoft Iternet Explorer o Netscape Navigator), éste ejecuta el fichero
HTML establecido en el hipervínculo de la ficha y aquél, a su vez, carga la imagen incrus-tada
en el fichero desde el CD-ROM, previamente introducido en la unidad lectora y cuyo
número está registrado en el campo de la ficha descriptiva.
Una vez activo el primer documento de hipertexto, el desplazamiento por tantos folios
como contenga la unidad o el documento se realiza a través de los botones de desplaza-miento
gracias a los hipervínculos a ellos asociados. Mientras se realiza la lectura, la
ventana de la aplicación de la base de datos permanece inactiva en un segundo plano; para
retornar a ella basta con cerrar el programa visualizador haciendo “click” con el puntero
del ratón en la “X” de la esquina superior derecha de la ventana.
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Otra ventaja de este sistema es que un usuario medianamente experimentado en el
manejo del entorno Microsoft Windows 97 (próximamente, 98), puede tener abiertas si-multáneamente
cuantas unidades archivísticas o documentos permitan las prestaciones
del sistema, pudiéndose así realizar lecturas paralelas o comparativas.
Finalmente, es ahora casi anecdótico hacer hincapié sobre el espectacular avance que
la adopción del programa Microsoft Access 97 ejerció sobre estos aspectos del proyecto.
La posibilidad de crear un campo de datos de tipo hipervínculo en la base de datos no
estaba presente en la versión 95, con la que se diseñó la aplicación y con la que trabajabamos
cuando se optó por el código HTML como instrumento más adecuado para la “navega-ción”
por el fondo. La solución que en aquellos entonces se arbitró para asociar la ficha
descriptiva con el primer fichero HTML adscrito a cada una, era un botón de comando que
ejecutaba una larguísima y complejísima macro con condiciones respecto al campo signa-tura,
en la que para cada ficha era necesario escribir a teclado, primero, la ruta completa de
acceso al programa visualizador y, a renglón seguido, la ruta completa de acceso al fichero
que debía ejecutar el visualizador. En poco más de un año, este recurso, aunque ingenioso,
ha quedado afortunadamente en la “prehistoria”.
El plan de digitalización.
A la hora de afrontar cualquier labor de digitalización de imágenes hay que concretar,
ante todo, cuáles son las exigencias a las que la imagen debe ajustarse como vía más
adecuada para, precisamente, crear un producto final que cumpla al máximo con la
operatividad que se espera de él. Además, en este caso, la magnitud del trabajo exigía una
cuidadosa planificación al objeto de evitar una innecesaria inversión de tiempo y esfuerzo
en digitalizaciones que no se ajustasen a las necesidades reales.
En primer lugar, el resultado final debía ser fácilmente legible en un monitor de 21” sin
posibilidades por parte del usuario de intervenir en el tamaño de la imagen desplegada en
pantalla. Por otra parte, había que tener muy en cuenta el tamaño final de los ficheros para
que los costes de almacenaje fuesen razonables; para que la carga de imágenes desde las
unidades de almacenaje se realizase de manera rápida y eficiente; y para que fuera factible
la posible comercialización de unidades documentales completas en CD-ROM así como
la edición de partes del Fondo Documental en la WWW. Finalmente, la cuestión del tama-ño
de los ficheros debía ser equilibrada con las dimensiones y la resolución de la imagen
digitalizada, aspectos de los que dependía la calidad de las copias impresas.
Antes de continuar la exposición, son necesarias unas breves nociones sobre imágenes
digitales para que el lector pueda comprender las características del plan de digitalización
del Fondo Documental de la Casa Fuerte de Adeje.
Las imágenes digitales están compuestas por elementos de color o gama de grises de-nominados
píxels dispuestos en una matriz cuadrada de 1” x 1”. El número de píxels que
contiene cada eje de la matriz constituye la frecuencia espacial de muestreo (más común-mente
resolución óptica real) y se la mide en píxels por pulgada o ppi (pixels per inch).
En otras palabras, la frecuencia espacial de muestreo es el número de píxels que contiene
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cada unidad de longitud en la imagen y su valor determina en gran medida el máximo de
detalle que puede discernirse en una imagen digital. Una imagen con una elevada resolu-ción
contiene más y, por lo tanto, más pequeños píxels en cada pulgada que la misma
imagen con una resolución menor. Dado que la primera imagen emplea más píxels para
representar cada unidad de área, presentará una vez editada más detalle y transiciones de
color o gama de grises más sutiles que la segunda.
Asociado a cada píxel existe un valor que representa su tono de gris o su color. El
número de posibles valores que puede adquirir cada píxel es su número de niveles de
cuantificación, generalmente correspondiente al número máximo de valores que pueden
ser representados por un byte (8 bits), es decir, 256 valores distintos.
El tamaño de un fichero de imagen digital, medido en kilobytes (K) o megabytes (MB)
(1 MB = 1000 K), es proporcional al número total de píxels que forman la imagen. Aun-que
las imágenes con más píxels proporcionan una mayor calidad a un tamaño determina-do,
esto redunda negativamente en ficheros mayores. Una imagen de 1” x 1” a una resolu-ción
de 200 ppi contiene cuatro veces más píxels que una imagen de 1” x 1” a 100 ppi, y el
fichero es, por tanto, cuatro veces mayor. Igualmente, el tamaño real de la imagen digital
está en estrecha relación con el del fichero: a mayor tamaño de la imagen a una resolución
ppi dada, mayor cantidad de píxels la integrarán y mayor será el fichero de almacenaje.
Por otra parte, es necesario aclarar la confusión que comúnmente se establece entre la
resolución de la imagen (medida, como se ha visto, en ppi) y la resolución de impresión,
que se mide en puntos por pulgada o dpi (dots per inch), y que corresponde a la cantidad
de puntos de tinta que la impresora deposita en cada unidad de longitud. Ésta es general-mente
proporcional, pero no la misma, que aquella. Simplificando en gran medida el pro-ceso,
se puede decir que a mayor resolución dpi, mayor número de valores diferentes de
grises o color que identifican a cada píxel son convertidos en puntos de impresión, de
manera que la imagen resultante presenta mayor calidad y definición. Una imagen de baja
resolución (es decir, con pocos píxels y, por tanto, con pocos valores de grises o color
distintos) es inútil que sea impresa a alta resolución dado que la conversión en puntos de
los valores de grises o color asociados a cada píxel llega a la impresora limitados desde el
origen de la imagen, dando como resultado una impresión de escasa calidad. Por el contra-rio,
una imagen a muy alta resolución, con gran cantidad de píxels asociados a múltiples
valores de grises o color, se verá limitada por los puntos máximos que cada impresora sea
capaz de imprimir en una pulgada.
Una impresión realizada a resoluciones que oscilan entre los 720 y los 1200 dpi en
papel normal dan como resultado una excelente calidad a bajo coste, que puede llegar a
ser fotográfica si se emplea un tipo de papel adecuado, aunque con el consiguiente encare-cimiento.
Se prevé que las copias impresas que se realicen a solicitud de los usuarios del
futuro Fondo Documental de la Casa Fuerte de Adeje digital se hagan a 720 ppi y general-mente
en un formato de papel estandarizado DIN A-4.
En lo referente a la resolución ppi de la imagen a imprimir a 720 dpi, la mayoría de las
firmas comerciales recomiendan un mínimo de 150 y un máximo de 360 píxels por pulga-
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da para asegurar los mejores resultados.
No obstante, recordemos que la resolución ppi de una imagen digital está en propor-ción
directa con el tamaño final del archivo en el que se la almacena, al igual que el
tamaño de la imagen digital.
Esta última variable, lejos de ser secundaria, es uno de los ejes fundamentales del tra-bajo
de digitalización habida cuenta de las características técnicas del escáner que em-pleamos.
No se trata de un tradicional escáner de mesa en el que el dispositivo de capta-ción
de la imagen se encuentra a una distancia fija de la fuente, sino de un escáner óptico
modular Opto-Tech 2.62 con un objetivo de 60 mm. de distancia focal. Consecuentemen-te,
a la hora de digitalizar el documento podemos o bien ajustar la distancia entre el obje-tivo
y la fuente para obtener el máximo posible de campo angular que cubra la totalidad
del documento (y, por lo tanto, adquirir una imagen de las mayores proporciones posibles
para un objetivo de las características dichas), o bien podemos distanciar el objetivo de la
fuente para abrir el campo angular8 y aislar del área total digitalizada el área del folio
mediante una sencilla operación de encuadre, lo que nos dará como resultado una imagen
de menores dimensiones. Por otro lado, este escáner permite digitalizaciones porcentuales
respecto al 100 % del área seleccionada para digitalización a un campo angular dado,
ajustando a voluntad los píxels por pulgada a los que se desea la imagen resultante, permi-tiéndose
una amplísima gama de posibilidades para combinar resolución y tamaño de
imagen y, consecuentemente, tamaño final de fichero.
Son varios los aspectos de trabajo de capital importancia que se ven directamente afec-tados
por la resolución de las imágenes, sus dimensiones y el consecuente tamaño de los
ficheros:
1. El tiempo de adquisición de la imagen a través del escáner es mayor cuanto mayor es
el tamaño del objeto digitalizado y la resolución ppi fijada para ello.
2. El tamaño al que la imagen será desplegada en el monitor está en intima relación con
el tamaño al que ésta es digitalizada si se opta por la forma que consideramos más adecua-da
de inserción de las imágenes digitales del Fondo Documental en los documentos de
hipertexto a ejecutar localmente: la traducción directa de los píxels de la imagen a píxels
de monitor. Esto significa que cuando la resolución de una imagen es superior a los 72 ppi
que despliegan la mayor parte de los monitores, la imagen aparece mayor en pantalla de lo
que son sus dimensiones reales. Por ejemplo, una imagen de 1” x 1” a una resolución de
144 ppi, aparece en un monitor de 72 ppi ocupando un área de 2” x 2”; dado que el monitor
sólo puede desplegar 72 píxels por pulgada, necesita 2 pulgadas para desplegar los 144
píxeles que constituyen cada borde de la imagen. Así, el resultado de una imagen digitalizada
a gran tamaño y a 360 ppi sería una imagen de monitor de proporciones realmente desme-suradas
que obligaría al consultor a continuos movimientos por la pantalla mediante las
barras de desplazamiento para poder realizar la lectura, que en cualquier caso resultaría
lenta y difícil.
3. Cuanto mayor es el tamaño del fichero, más lento resulta el proceso de retoque y
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mejora en la visualización al que deben ser sometidas determinadas imágenes de folios de
legibilidad limitada.
4. Cuanto mayor es el tamaño del fichero, más espacio ocupará en la unidad de almace-naje,
con el consiguiente coste en la adquisición de CD-ROMs.
5. Las imágenes serían descargadas por el ordenador para su reproducción en el moni-tor
desde el CD-ROM. Y a mayor tamaño de archivo, más cantidad de información tiene
que procesar el ordenador y, consecuentemente, más lenta es la descarga.
6. Existe también una relación muy directa y en el mismo sentido entre el tamaño del
archivo de imagen digital y el tiempo a invertir en su impresión.
7. Finalmente, tanto la resolución como el tamaño elegidos para digitalizar los docu-mentos
afecta a la calidad de la impresión.
Por lo tanto, se debía determinar con gran cuidado la resolución y las proporciones de
imagen a la que el grueso del fondo documental debía ser digitalizado para: a) optimizar el
tiempo y el esfuerzo a invertir en el proceso; b) garantizar una reproducción tanto de
monitor como impresa a 720 dpi en DIN A-4 de la mayor calidad posible; c) economizar
en lo posible los gastos de almacenaje de gran cantidad de imágenes digitales de folios de
tamaños reales muy variados9 y d) optimizar el rendimiento en la gestión informática de
las imágenes digitales, concretado éste en los tiempos de descarga desde los CD-ROMs e
impresión.
Han sido varias las pruebas realizadas para hacer concordar al máximo posible este
conjunto de variables. Se concretan en los siguientes supuestos:
1. Digitalizaciones al máximo de campo angular posible para las proporciones de cada
folio, al 100 % de dicho campo y a resolución óptima (360 ppi).
2. Digitalizaciones al máximo de campo angular, a un tercio del 100% del tamaño
máximo permitido por el campo angular (33.3 %) y a resolución óptima. El empleo de
resoluciones mayores a los 360 ppi en busca de la más adecuada para atenuar su reducción
a la hora de ampliar la imagen para su impresión sin tener que aumentarla empleando
métodos de interpolación,10 era, en este caso, inútil. Dado que cada imagen iba a ser ajus-tada
a las dimensiones de un DIN A-4, la resolución de salida iba a ser la misma indepen-dientemente
de la resolución de origen, puesto que un escáner óptico, si no se modifica el
campo angular acercando el objetivo al sujeto, compensa automáticamente un aumento de
resolución con una reducción del tamaño de la imagen digital.
3. Digitalizaciones a un campo angular establecido como “estándar” en función del
tamaño medio aproximado de los folios a digitalizar. De igual manera que al máximo de
campo angular, se ha digitalizado al 100 % y al 33.3 % y a una resolución de 360 ppi.
Las más importantes conclusiones extraídas de este estudio quedan ilustradas en la
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tabla 1.11 En primer lugar, las digitalizaciones al 100% del máximo campo angular a reso-lución
óptima dan como resultado ficheros excesivamente grandes e imposibles de gestio-nar
de manera efectiva, además de imágenes prácticamente ilegibles por el gran tamaño
que adquieren tras su conversión a resolución de monitor.
Por su lado, las digitalizaciones al 33.3 % manteniendo el máximo campo angular
mostraron que la resolución de las imágenes a 360 ppi una vez ampliadas a formato DIN
A-4 se reducía en efecto, pero a excepción hecha de folios muy pequeños (cuya problemá-tica
trataremos más adelante), alcanzando valores que excedían con creces el mínimo
recomendado para impresiones a 720 dpi. En cualquier caso, siempre se podía incremen-tar
momentáneamente la resolución para salida a impresión hasta los 360 ppi máximos
recomendados mediante un nuevo muestreo con métodos de interpolación. Ni que decir
tiene la espectacular reducción en el tamaño final del fichero. Finalmente, la legibilidad en
pantalla mejoraba al ser la imagen de origen dos tercios menor, pero aun así el tamaño
resultaba excesivo.
A este condicionante hay que añadir que las digitalizaciones al máximo campo angu-lar,
fuese cual fuese el porcentaje de reducción, presentaban el obstáculo de obligar a
ajustar continuamente la distancia entre objetivo y sujeto en función del tamaño real del
folio. Por otra parte, los tamaños finales de las imágenes variarían muy poco entre sí,
perdiendo el usuario que consultase el Fondo en pantalla la referencia de las diferencias de
tamaño existentes entre los folios reales.
Era pues muy recomendable establecer un campo angular estándar, es decir, determinar
una altura de objetivo lo más fija posible para agilizar las digitalizaciones sin detrimento
de su calidad impresa o editada. En este sentido, el obligatorio incremento de la distancia
entre objetivo y fuente implicaba tamaños de imagen digital menores, y, por tanto, mayor
pérdida de resolución a la hora de la ampliación.
El grueso de la masa documental integrante del Fondo de la Casa Fuerte de Adeje no
supera lo 40 X 30 cm. Las contadas excepciones que sobrepasan estos umbrales se locali-zan
series documentales muy concretas y, por añadidura, cortas. Había que tener también
muy en cuenta en este punto los tamaños mínimos, puesto que una distancia excesiva
entre objetivo y fuente haría que los folios de reducidas dimensiones perdiesen demasiada
resolución tras ser ampliados para impresión, aun aumentándola a 360 ppi.
Se ha fijado el punto de 58,5 cms. de separación entre el objetivo y la fuente como el
idóneo para que el área total digitalizada incluyese al mayor número posible de tamaños
diferentes; con un simple encuadre a través del programa empleado,12 se aísla del total del
área el folio a digitalizar. Los pocos folios de características especiales, es decir, tan gran-des
que se salen del área o tan pequeños que necesitan un campo angular menor, recibirían
un tratamiento específico a cada caso.
Los resultados obtenidos con este método no difieren de los obtenidos en las
digitalizaciones al 33.3% al máximo del campo angular salvo en los siguientes aspectos
positivos:
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1. El tamaño de los ficheros digitalizados a un 33.3% de la dimensión máxima dada
para cada folio por el campo angular estándar se reduce enormemente.
2. La visualización y visibilidad de los folios en monitor de 21” es excelente, mante-niéndose
mayoritariamente intacta una información perceptiva de gran importancia como
las diferencias de tamaño reales entre folios.
3. La resolución de impresión tras la ampliación de las imágenes es, obviamente, me-nor
que al máximo de campo angular, pero las pruebas de impresión demostraron que los
remuestreos a resolución interpolar bicúbica de 360 ppi proporcionaban impresiones de
excelente calidad.
Para finalizar, las imágenes, aunque digitalizadas en formato Tagged-Image File Format
(TIFF), son posteriormente reconvertidas para su almacenaje a formato Joint Photographic
Experts Group (JPEG). Este formato se utiliza normalmente para mostrar fotografías y
otras imágenes de tono continuo en documentos HTML en la W.W.W. y otros servicios
electrónicos. JPEG utiliza un esquema de compresión que reduce de manera muy eficaz el
tamaño del archivo mediante la identificación y eliminación de los datos no esenciales
para la visualización de la imagen. No obstante, al comprimir una imagen utilizando la
opción de calidad Máxima, la tasa de compresión es algo menor, pero se obtiene un resul-tado
prácticamente similar al original.
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normalización internacionalmente admitidas son ANSI (American National Standards Institute), ISO
(International Organization for Standardization), AIIM (Asociation for Information and Image
Management) e ICA (International Council on Archives)
2 El tenor documental para la determinación de la serie, la fecha para la determinación de la unidad
archivística dentro de la serie y tanto la foliación como la continuidad de contenidos entre folios consecu-tivos
para determinar la ubicación del fragmento en la unidad, han sido las referencias fundamentales
empleadas para reconstruir la integridad de muchas unidades archivísticas. Sin embargo, ante la frecuen-te
ausencia de fechas y/o foliación, la atención sobre aspectos tan aparentemente anecdóticos como rotu-ras,
grafías e incluso manchas ha sido muchas veces determinante.
3 El procedimiento de evento puede definirse como un conjunto de instrucciones codificadas que hacen
que tenga lugar una acción determinada que nos interesa que se ejecute en repuesta a un evento. Un
evento no es más que un suceso que ocurre en el ordenador y que es detectado por los objetos que
conforman una aplicación. A su vez, los principales objetos utilizados para la creación de aplicaciones
con Visual Basic son los formularios y los controles; los formularios son las distintas ventanas que con-forman
una aplicación y los controles son los elementos gráficos que contiene cada formulario para
permitir la interacción entre la aplicación y el usuario. Supongamos un formulario en el que se sitúa un
botón de comando (el control) al que se le asocia un conjunto de instrucciones para que se imprima el
formulario (el procedimiento) cuando se haga “click” sobre él con el puntero del ratón (el evento).
4 Una macro es una acción o un conjunto de acciones concatenadas que se realizan de manera automática.
Por ejemplo, en este caso las macros son muy sencillas, dado que haciendo “click” con el ratón sobre los
botones de comando de este formulario, éste se cierra y automáticamente se abre el siguiente.
5 Un cuadro combinado, en sí no es más que un control constituido por una lista de opciones que se desplie-ga
en sentido vertical cuando el usuario lo activa a través del ratón. Como al resto de controles incluidos
en un formulario, se le pueden asociar macros o procedimientos de evento, que en nuestro caso son
ejecutados sólo cuando el usuario selecciona alguna de las opciones desplegadas en la lista.
6 Una consulta de selección, entre otras muchas posibilidades, permite crear nuevas tablas de datos que
contengan exclusivamente aquellos registros que cumplan los criterios que interesen al usuario. Por ejemplo,
aislar de la tabla de unidades archivísticas todos los registros que en el campo fecha pertenezcan al siglo
XVIII y reproducirlos en otra tabla.
7 Sistema de exploración de Internet mediante hipervínculos.
8 Recordemos que en los objetivos fotográficos la distancia focal determina la amplitud de su campo de
actuación. En un objetivo de distancia focal fija, cuanto más próximos se encuentren sujeto y objetivo,
mayor será el tamaño de aquél, y, por tanto, se reducirá de manera aparente el área total cubierta por éste.
Se producen, así, variaciones en el campo angular del objetivo, mas no en la distancia focal.
9 En este sentido, otra de las variables a tener en cuenta en lo referente a la digitalización de fondos histó-ricos
es la gran heterogeneidad que frecuentemente presenta el tamaño de los folios a escanear y que,
obviamente, redunda en una casi total imposibilidad de preveer la cantidad de MB que consumirá su
copia digital. Además, este aspecto influye directamente en la distancia a la que hay que situar el objetivo
para que abarque el máximo de área posible del documento.
10 La modificación del tamaño de una imagen digital (operación denominada remuestreo o nuevo muestreo)
implica necesariamente la modificación del número de píxels que la integran y, en suma, de su resolu-ción.
A la hora de ampliar una imagen de reducidas dimensiones a un tamaño de impresión deseado, el
aumento lleva una pérdida de la resolución a la que fue originalmente digitalizada. Pero algunas aplica-ciones
de tratamiento de imágenes (como Adobe PhotoShop ver. 4.0, la empleada para este trabajo)
NOTAS
1 A este respecto, las principales instituciones a las que recurrimos para el conocimiento de pautas de
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11 Los datos presentados en la tabla I están obtenidos de un folio del tamaño aproximado mayoritario en el
Fondo Documental de la Casa Fuerte, unos 30 x 20 cms.
12 El programa empleado en la digitalización es específico para el escáner y se comercializa únicamente
junto con dicho dispositivo.
ofrecen la posibilidad de realizar nuevos muestreos a la alza manteniendo la resolución original mediante
los llamados métodos de interpolación. Siendo el más recomendado el denominado bicúbico, consisten
en el cálculo aproximado de los valores de color que el programa adjudica a los píxels que introduce en la
imagen para mantener su resolución de origen a un tamaño mayor que el original.