CONFLICTIVIDAD Y NIVEL DE VIDA
EN LAS CANARIAS ORIENTALES. (1914-1936)
MIGUEL SUAREZ BaSA
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I. INTRODUCCION
Un inspector del Instituto de Reformas Sociales escribía en
1910:
«Este pueblo vive, dentro de la moderna civilización, en
un notable atraso, justificado por su indolencia y apatía y por
su mala ilustración, que hace elevar el tanto por ciento de indi.
viduos analfabetos a un 85 ó 90 por 100.
»La propaganda de las Leyes es, por tanto, pura ineficacia,
ya que de nada sirve introducir en talleres y fábricas Leyes
y Reglamentos que nadie sabe leer ni desglosar a pesar de su
explícita claridad (... ).
»A1 inspector presentó su concurso leal y desinteresado un
humilde trabajador peninsular, uno de esos incansables luchadores
que recorren el mundo siempre predicando para elevar el
nivel social e intelectual de la masa obrera (se llama José
Silva Rojo). .
»Desde luego, advirtió al Inspector (...) sus opiniones
pesimistas respecto al éxito de nuestros trabajos, fundado en el
poco espíritu de asociación y resistencia del obrero canario, y
su grande y absoluta indiferencia para todo lo que no sea sus
resultados positivos e inmediatos» 1•
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Estas opiniones, vertidas en uniforme para el Boletín de la
citada institución, expresan las opiniones que durante mucho tiempo
se han tenido sobre el proletariado canario; asimismo, mencionan un
conjunto de características que se le han achacado a los trabajadores
canarios: apatía, desorganización, desinterés por el conocimiento de
las ideologías ...
Esta ponencia pretende analizar si ese conjunto de factores son
tan determinantes hasta el punto de condicionar la acción y la organización
del movimiento obrero y, además, perduran en el primer tercio
de la presente centuria en Canarias; o si, por el contrario, se
rompe esa supuesta fatal inercia que atenazaba a los trabajadores
del Archipiélago, y que puede resumirse en: desarticulación organi··
zativa, apatía o, como solución, emigración. Para ello se analizarán
dos variables significativas: la conflictividad, confrontándola con el
nivel que alcanzan los salarios y los precios. _
Sin querer extraer conclusiones mecanicistas de la interrelación
de estos factores y su influencia en la evolución del movimiento
obrero, si que nos puede proporcionar una idea aproximada de cuál
era la mentalidad, el grado de organización y la capacidad de respuesta
de los trabajadores canarios para lograr sus reivindicaciones.
El período histórico que se inicia en Canarias con la 1 Guerra
Mundial, es uno de los más críticos económica y socialmente para
las islas. Por un lado, el descenso del comercio mundial afecta
espectacularmente a la economía del Archipiélago, tanto por su
carácter abierto a la incidencia de los factores exógenos como por la
dependencia de los mercados exteriores, dada la importancia que
tienen los productos agrícolas de exportación y el comercio, como
indican los siguientes datos:
Valor de las importaciones y exportaciones antes
y en la 1 Guerra Mundial (en ptas.)
Año
1913
1916
1917
Importaciones
98.874
73.297
40.794
Exportaciones
19.475
22.840
11.876
Fuente: RODRÍGUEZ YRODRÍGUEZ DE ACUÑA, F.Formacidn de la economía canaria.
1980, p. 140.
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Esta situación de crisis económica se prolongará hasta más allá
de 1936, año final en que está acotado este trabajo. Con períodos de
altibajos e importante incidencia del «crak del 29».
Si la I Guerra Mundial dio origen a una crisis de carácter
coyuntural, sin que Canarias pudiera aprovecharse de los beneficios
de la neutralidad adoptada por el Estado 'Español en la contienda,
las consecuencias de la depresión de 1929 y otros acontecimientos
hicieron que la economía canaria pasara a integrarse casi definitivamente
en el mercado peninsular2•
Algunos indicadores del ritmo de la crisis son: el descenso del
tráfico de buques en los puertos canarios; la disminución del comercio
internacional o la caída en la exportación de productos como
plátanos, tomates o papas, al hundirse la demanda de los mercados
consumidores, como consecuencia de la guerra primero, y de la
depresión económica después. (Interesa comparar estos indicadores
con la evolución de los precios y los salarios para apreciar de qué
manera afectó a los trabajadores y las situaciones de crisis social
que generó, tal y como se describe en los apartados correspondientes
).
En cuanto a la población, importa señalar que conoció una
apreciable modernización en muchos de sus aspectos, tales como
composición socio-laboral, o distribución espacial, conciencia
social, estructura social, etc.
Desde finales de la anterior centuria la población experimentó
un importante crecimiento superados los efectos del «crak» de la
cochinilla, entrando las Canarias Orientales en un claro proceso de
recuperación poblacional desde 1897 (3): 2,3% de crecimiento
anual hasta 1910 (frente al 0,7% del conjunto del estado). Este crecimiento
es mayor en Gran Canaria (2,8% anual) que en Lanzarote
y Fuerteventura. Paralelamente, se registra un proceso de concentración
urbana, con un espectacular crecimiento de Las Palmas
capital (4,6% de aumento anual) y otras zonas como Telde, GaldarGuía
y Arucas, es decir aquellas donde tiene mayor importancia la
agricultura de exportación.
El período de la Guerra Mundial conoce un relativo estancamiento
(0,7% de crecimiento anual), que es superior en las zonas
donde predomina la agricultura de exportación que en las de agricultura
de subsistencia.
A partir de 1920, Canarias va a experimentar una expansión
poblacional que «raya en la explosión demográfica»: entre esa fecha
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y 19751a población crece en Gran Canaria a un ritmo del 2,3%; en
Lanzarote del 1,5; y en Fuerteventura del 1,4.
Pasando a otros aspectos del comportamiento de la población,
tenemos que la tasa de actividad se mantiene baja, pero varía de
unos años a otros: 49,1% en 1887; 30,4% en 1930; 31,4 en 19404.
En cuanto a los sectores productivos destaca el peso abrumador del
primario, pues supone desde el 72% en el censo del año 1900; del
50, en el de 1930 y aún del 39,6% en 1960.
La sociedad canaria de principios del siglo xx, es «agraria, tradicional
» con escaso peso de la burguesía aunque ésta comienza a
adquirir cierto peso, sobre todo a la sombra de las actividades
comerciales y portuarias. La clase obrera aparece al calor de las
actividades portuarias, tanto de la construcción de diques e infraestructura
portuaria, como de las propias tareas de abastecimiento de
carbón y combustible y carga y descarga de buques; asimismo la
asalarización es creciente entre los jornaleros agrícolas de los cultivos
de exportación.
Hacia los años treinta de la presente centuria, se puede afirmar
que existía una clase obrera con cierto nivel de consolidación, tanto
por su número como por su conciencia de clase. Con todo, el rasgo
más llamativo de la sociedad canaria es su radical bipolarización en
dos sectores: por un lado el bloque dominante: herederos de la antigua
nobleza terrateniente o multifundistas, nuevos propietarios que
adquirieron sus tierras en el proceso de desamortización y comerciantes
y financieros locales o foráneos; por esos años la composición
de dicho sector vendría a ser la siguiente, si hacemos casos de
los datos obtenidos al examinar la contribución por utilidades procedentes
del trabajo personal, con lo cual podemos obtener una idea
cuantitativa de este estrato social:
La contribución por utilidades en 1931.
Provincia de Las Palmas
Abogados, médicos, arquitectos procuradores, etc.............. 154
Directores, gerentes, comisionistas, delegados, representantes,
y vocales de consejos de administración.......................... 3.177
Representantes de productos del Estado.......................... 2
Comisionistas y agentes de Cía de seguros...................... 2
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Si a estos 3335 contribuyentes, sumamos un escaso número de
labradores propietarios, multifundistas y aguatenientes tendremos
una aproximación a los que es el bloque social, que detenta los
resortes del poder en las tres islas más orientales de las
Canarias.
Por otro lado, es en los grupos dominados donde se encuadra la
mayoría de la población, aunque dentro de él no haya una situación
homogénea y, además, variará a lo largo de la presente centuria.
Es una sociedad atrasada, donde las relaciones burguesas de
producción no están plenamente implantadas; donde la población
trabajadora, aquella que no controla el producto de su trabajo, pertenece
mayoritariamente al sector agrario y la pesca, como se mencionó
más arriba, con variadas situaciones en su seno, siendo la
población asalariada una minoría, aunque aumenta según transcurre
el siglo: hay desde apareceros a medianeros, arrendatarios, pequeños
propietarios campesinos, etc. En el sector secundario encontramos
a artesnos y pocos obreros de fábricas, dado lo minúsculo del
sector industrial: 10,55 de la población activa en 1900; 12,2%, en
1919 y 12,5% en 1930.
En el terciario, la mayor proporción corresponde a los trabajadores
del servicio doméstico (9,35, 9,5% y 19,6% respectivamente
en los años mencionados); conforme avanza el período adquiere más
importancia los pequeños comerciantes y los trabajadores de los servicios
y del comercio (2,7%, 4,9% y 6,3%, respectivamente).
Ideológicamente estos trabajadores tienen una concepción
jerarquizada del orden social, reforzada por la religión, aunque la
conmoción social y política que supone la I Guerra Mundial, y también
los cambios en las mentalidades introducidos en la etapa de la
Dictadura de Primo de Rivera, hacen necesario un estudio de las
transformaciones habidas en las mentalidades en los años veinte y
treinta, experimentándose en el período republicano un notable
avance en la conciencia social de los trabajadores.
La población asalariada experimenta un incremento conforme
nos acercamos a los años republicanos. En una estadística de la
Cámara de Comercio de 1933, los jornaleros y obreros fijos sumaban
en 1932, 25.029 efectivos y 24.532 un año después, si a ellos
sumamos los 29.882 trabajadores con contrato colectivo (recuérdese
que en la agricultura no se habían firmado bases de trabajo),
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puede estimarse en 54.414 el número de asalariados en las Canarias
Orientales en el año 1933.
En lo político, coincidiendo con el final de la conflagración
mundial se produce, para lo que a las Canarias Orientales respecta,
un hecho importante: el óbito de Fernando León Castillo (en 1918)
conlleva la desaparición del Partido Liberal Canario, lo cual, unido
a la crisis común al conjunto del estado del final del régimen llamado
de la Restauración, abre un período de fluidez política que tiene su
incidencia en las islas, aunque tal vez con menor calado que en otras
latitudes. En las Canarias Orientales, el bloque de poder, que
manejó los hilos de la actividad política desde el siglo XIX sin apenas
oposición, comenzó a experimentar algunas fisuras y a recomponerse.
Síntoma de ello fue el intento de configuración de un
esquema político según los parámetros del conjunto del Estado, con
la fundación de partidos de todas las tendencias: conservadores"
liberales de variados matices, regionalistas, reformistas, republica-·
nos o socialistas. Ello posibilitó algún intento de contestación demo-·
crática y con apoyo popular, a las viejas formas de hacer política.,
Piénsese por ejemplo en el triunfo en Las Palmas, y otras ciudades
(Telde y Arucas), de una coalición formada por un abanico de ten-o
dencias que va desde reformistas a socialistas, pasando por republi-·
canos federales y liberales garciaprietistas; o en la obtención de
actas electorales para el Congreso de Diputados por Rafael Guerra
del Río en 1920 y 1923, llamando a su candidatura «popular», la
cual contó con el apoyo de los socialistas y de los gremios obreros, si
bien esto queda por aclarar el grado de convivencia con la vieja oli-·
garquía para dar un acta aljoven político radical. Sí está demostrado
que, en ambos casos, las organizaciones obreras apoyaron un
intento de alternativa política, que postulaba una mayor democratización
de los centros del poder local.
Tras el prolongado paréntesis de la Dictadura de Miguel Primo
de Rivera, la II República trajo nuevos aires de renovación en el
modo de hacer política, iniciándose un proceso de implantación de
los partidos, según los parámetros existentes en el resto del estado"
con algunas peculiaridades locales, como la existencia del viejo par-o
tido republicano federal. El PSOE tenía organizaciones en 1930 en
Las Palmas capital, Telde y Lanzarote, y dominaba la dirección de
las organizaciones obreras, logrando en pocos años implantar comités
locales en la mayoría de los pueblos de Gran Canaria y algunos
de Lanzarote. En 1932 se fundó el Partido Republicano Radical y
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Conflictividad y nivel de vida en las Canarias orientales... 885
las opciones de derecha constituyeron sus organizaciones tales
como el Partido Popular Autonomista Agrario (Mesa y López) y el
Partido Popular, ambos integrados en la CEDA.
Las organizaciones obreras conocen un importante grado de
organización desde 1920 (con más de 12 sindicatos sectoriales
constituidos), tomando en 1923 el nombre de Federación Obrera de
Gran Canaria, todo un síntoma de su crecimiento, aunque no celebró
su primer congreso hasta 1930. Su consolidación llega en los
años treinta, con su momento de auge en 1933 al alcanzar 17.517
socios, encuadrados en 48 secciones. En Lanzarote la Federación
Obrera de la isla. fundada en 1930, contaba dos años después con
220 afiliados. Fuerteventura permanecía más atrasada, si bien se
conoce la existencia de algunos núcleos de obreros organizados en
Gran Tarajal y Puerto Cabras.
Paralelamente, las organizaciones patronales tendieron a conformar
también organismo de integración, hasta esos momentos,
aunque en fecha más tardía (obviamente, porque no lo necesitaban).
La Asociación Patronal de Consignatarios, quizá el más poderoso
centro de poder empresarial, no se funda hasta 1925 y la Federación
Patronal en 1932, cuando las leyes sociales de concertaión, decretadas
por Largo Caballero, hicieron necesaria su formación si no querían
quedarse al margen de la negociación.
Con todo; estos elementos demuestran que, progresivamente,
Canarias se incorpora al mismo nivel que el resto del estado en
cuanto a estructuras organizativas, y una considerable modernización
de la actividad política y sindical. (Ello no es óbice para constatar
que las estructuras de dominación política, social y económica
permanecieran casi intactas en manos de la oligarquía).
n. ALGUNOS ELEMENTOS DEL NIVEL DE VIDA.
PRECIOS y SALARIOS
Para determinar el nivel de vida hay que tener en cuenta una
serie de factores, tales como duración de la jornada laboral, los
salarios-reales (que se obtiene dividiendo el salario nominal por el
coste de la vida y multiplicando por 100), las condiciones de trabajo,
condiciones de acceso a la enseñanza, la higiene e incluso las condiciones
de acceso al poder.
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
886 , Miguel Suárez Bossa
En este trabajo no se trata de analizar este conjunto de elementos
de manera pormenorizada; la pretensión es más modesta: abordar
dos variables fundamentales para conocer el nivel de vida, los
precios y los salarios, relacionándolos con el resto de factores, en un
intento de tener una visión de conjunto de lo que está estudiando.
Conviene también hacer las siguientes puntualizaciones. Por
ejemplo, cuando se habla de salarios nominales: en primer lugar,
saber que los convenios pactados son frecuentemente transgredidos
por los empresarios, si ha~emós caso de las numerosas denuncias
aparecidas en la prensa; en segundo lugar, precisar que son magnitudes
monetarias, que en sí mismas no significan nada si no se le relaciona
con los precios de los artículos de primera necesidad; por otro
lado, los salarios monetarios no coinciden necesariamente con el
total de lo percibido por los trabajadores, estos pueden obtener retribuciones
suplementarias por horas extras u otros conceptos; o verlas
disminuir por descuentos, huelgas, etc.
En cuanto a los salarios nomiñales, contamos, para su determinación,
desde 1929 a 1936, con los datos procedentes de fuentes
como las Memorias de la Cámara de Comercio de Las Palmas, que
a su vez los ha tomado de organismos oficiales, por ejemplo Jurados
Mixtos; asimismo, para los años de la República he rastreado todos
los datos correspondientes a 20 convenios colectivos publicados en
el Boletín Oficial de La Provincia; las series publicadas en los Anuarios
Estadísticos de España; además de los obtenidos de la prensa. Desgraciadamente,
el Instituto de Reformas Sociales no recoge en sus
memorias datos sistemáticas de Canarias, de ahí que en la obra de
Femanda Romeu Las Clases Trabajadoras en España (Tauros.
Madrid, 1970), tan importante para el conjunto del estado sea de
limitada utilidad; lo mismo se puede decir de la Estad fsticas de
Salarios y Jornadas de Trabajo (1914-1930), publicada por el
Ministerio de Trabajo en 1930.
Las rentas salariales percibidas por los trabajadores ofrecen las
siguientes características:
- Variedad de situaciones según sectores, categoría profesional,
edad o sexo, y también zonas e islas. Por ejemplo, los trabajadores
portuarios cobran 5 ptas. día en 1919; 9 en 1921; 11,20 en
1924; 13,50 en 1931; y 15,50 ptas./día, en 1935. Los salarios medios
en'1931, varían de 5,15 en Gran Canaria a 2,70 en Lanzarote y
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Conflictividad y nivel de vida en las Canarias orientales... 887
\ 3,50 en Fuerteventura. Otro caso significativo lo encontramos en los
salarios establecidos por el Jurado Mixto del Comercio para 1932 y
1935: las mujeres cobran un 15% menos que los hombres; y son
para ambos sexos un 10% menos que en la capital en Telde, Teror,
Arucas, Galdar, Guía y San Lorenzo; un 15% menos en Santa Brígida,
San Mateo, Moya, Valsequillo y Agaete; y un 20% menos en
el resto del territorio provincial.
. - Sustancial diferencia a favor de la mano de obra mascutina,
recibiendo el hombre el doble, y más, que la mujer.
- Cronológicamente se aprecia un aumento sustancial de las
rentas salariales desde 1919, y aún más en los años de la República,
aunque en algunas coyunturas -por ejemplo con el acceso de la
derecha al poder a finales de 1933-los salarios se ven recortados.
La subida de los años veinte se debe a la fuerte presión ejercida por
los sindicatos, tal y como se aprecia en el apartado dedicado a la
conflictividad; la de los años treinta a las favorales leyes laborales
dictadas por los gobiernos republicanos, así como a idéntico factor
de presión sindical.
- Las situaciones son variadas según sectores. Los salarios·
agrícolas aparecen como sustancialmente inferiores a los del resto;
en el propio Puerto de La Luz, diferencias entre los obreros fijos y los
eventuales, en este último caso, aunque perciban altos salarios por
día (9 pesetas en los años veinte, hasta 13,50 en los años treinta), su
retribución mensual no es voyante, por cuanto laboran un día o dos a
la semana. En el tabaco hay profundas diferencias entre los trabajadores
fijos y los que trabaja a destajo, así como entre los hombres y
mujeres. Del citado trabajo de F. Romeu tomamos la siguiente estadística
al respecto:
Jornales medios. Canarias (1915-1930). En pesetas/día
Año 1913 1914 1915 1916 1917 1918 1919 1920 1930 1931
Mujeres 2,32 1,50 2,38 1,50 1,80 2,41 2,50 3,00 1,90
Hombres 4,40 3,75 3,40 3,75 3,75 3,12 4,50 5,75 6,04 5,15
Fuente: ROMEU ALFARO, F.Las clases trabqjadoras en España. (El Anexo de la tesis doctoral
es inédito, excepto las dos últimas fechas.)
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888 Miguel Suárez Bossa
. Por lo que toca a los precios, partiendo de un promedio de 1,2
ptas. correspondientes a 19 productos en 1914 (ver anexo), estos
aumentan tras la declaración de la 1 Guerra Mundial (precios
medios de 2,20 ptas. en 1919); lo siguen haciendo en los años veinte
y descienden algo con los años republicanos, incluso algo antes
(2,15 en 1927), Ymás claramente en su final (l ,30 ptas. en 1930 Y
1,45 en 1936).
No obstante, esta estadística sigue siendo un promedio, lo cual
puede ocultar realidades más complejas. Por ejemplo, tomando
algunos productos significativos, estos evolucionan así:
Precio de los artfl:ulos que componen la dieta básica
de los obreros
(en pesetas)
Artículo 1914 1920 1927 1930 1936
Pan (kl.) 0,55 1,50 0,75 0,60 0,90
Carne (kl.) 2,25 5,12 3,25 2,23 2,20
Pescado (kl.) 1,00 1,75 2,20 1,20 1,20
Arroz (kl.) 0,65 1,12 0,95 0,60 0,55
Papas (kl.) 0,18 0,27 0,35 0,20 0,25
lluevos (docena) 2,10 4,75 4,35 2,00 3,00
Leche (11.) 0,60 0,80 1,10 0,60 0,60
Azúcar (kl.) 1,22 2,22 1,50 1,08 0,95
Aceite (11.) 1,60 2,35 2,75 1,69 1,90
Café (kl.) 4,00 3,75 6,00 6,50 3,00
Petróleo (11.) 0,45 1,22 1,20 0,63 0,35
MEDIA 1,32 2,25 2,21 1,57 1,35
Fuente: Anuario Estadístico de España 1914, 1920y 1927; Memoria de la Cámara de Comercio
de Las Palmas 1931 y 1936. (Elaboración propia.)
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Tal y como denota la evolución de ambas magnitudes, los sala":
rios lo hacen más favorablemente para los trabajadores si los comparamos
con la que experimentan los productos que podemos
conisderar como los componentes de su dieta básica.
puede ocultar realidades más complejas. Por ejemplo, tomando tal y
como denota la evolución de ambas magnitudes, los salarios lo
hacen más favorableemnte para los trabajadores si los comparamos
con la que experimentan los productos que podemos considerar
como los componentes de su dieta básica.
En otros aspectos también mejoran las condiciones laborales.
Por ejemplo, la jornada es frecuentemente de 10 horas o más en los
años previos a la I Guerra Mundial, para evolucionar a menos hasta
establecerse la legal de 8 horas a raíz de la Dictadura de Primo de
Rivera; asimismo, se instaura el descanso dominical, siguiendo lo
establecido por la ley estatal dictada al respecto en 1919. Ello no
quiere decir que la realidad no dejara de mostrar situaciones sangrantes,
de jornadas muy superiores a la legal, especialmente entre
los trabajadores agrícolas y para los pescadores.
III. LA CONFLICTIVIDAD
3.1. La crisis de la 1 Guerra Mundial (1914-1938)
Las perjudiciales consecuencias que para Canarias supone la I
Guerra Mundial, tiene un claro reflejo en la situación de la población
canaria, y de los trabajadores en particular, en tanto en cuanto
serán quienes dispongan de menos medios para hacer frente a la
situación adversa. No pretendo, obviamente, presentar un análisis
en profundidad de las repercusiones de la contienda en Canarias,
simplemente se trata de presentar las líneas generales de algunos
parámetros de las condiciones de vida. Antes mencioné como descendió
el tráfico portuario y el comercio, así como la exportación.
Todo ello repercute con particular dureza, en la economía de las
clases populares. El encarecimiento de los productos de la dieta
básica de los trabajadores es un hecho, hasta el punto de que en
muchos municipios y comarcas se pasa auténtica hambre (en Guía,
por ejemplo: «Nadie se ha ocupado hasta la fecha de este desdichado
pueblo. Hay aquí muchísimas familias en la más espantosa de
las miserias.» (El Tribuno, 24-04-1917, p. 1. ET en adelante).
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890 Miguel Suárez Bossa
Junto a ello, el paro, la propagación de las enfermedades contagio·sas
(gripe de 1916, con graves repercusiones en la población; la
misma epidemia en 1920), o el aumento de mortalidad infantil, son
algunas de las lacras que asolan a la población.
El paro comienza a hacer su presencia de forma creciente y por
todos lados: al abandonarse los cultivos (en Arucas: «(...) las casas
exportadoras que radican en esta jurisdicción, han cerrado sus puertas,
despidiendo a gran número de obreros (...) en el empaquetado y
el transporte de frutos» (ET, 23.02-17, p. 1). En Telde: «La situación
de la clase trabajadora (...) es gravísima (...), las casas embarcadoras
(sic) de frutos cierran sus almacenes y ( ...) (los
trabajadores) se ven lanzados a la miseria de futuras calamidades,
cientos de obreros de ambos sexos que se ocupaban en el empaquetado
de frutos y modestos agricultores que vivían del cultivo de los
mismos. (...), la ruina y la miseria en pueblos como Telde, son una
triste consecuencia del estado actual de cosas» (Idem).
En Las Palmas capital comienza a tener proporciones alarmantes
en 1915, según una estadística que El Tribuno califica de
rigurosa:
Albañiles .
Carpinteros .
Pintores .
Panaderos .
Peones ..
Zapateros (sic) .
TOTAL. .
Fuente: ET, 19-03-1915, p. 1.
178 parados
173 parados
70 parados
35 parados
286 parados
112 parados
929
(El propio medio añade que están en paro «200 Ó 300 de los
que se emplean en tiempos normales en el Puerto».)
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Conflictividad y nivel de vida en las Canarias orientales... 891
,Los titulares de los periódicos de estos años son muestra evidente
del largo lamento por los difíciles momentos que atraviesa el
Archipiélago. En la prensa se recogerán las repercusiones y muestras
de la situación, por ejemplo la siguiente estadística de la subida,
con precios de antes y después de la declaración del conflicto, apenas
a unos meses de su inicio:
Precios comparativos de algunos productos en Las Palmas
antes y después de declararse la 1 Guerra Mundial.
(En pesetas)
Antes Después
Bacalao (18,5 libras) '.' " .
Carburo (barril de l.000 kg.) .
Azúcar del país (lOO kg.) ..
Azúcar de remolacha (100 kg.) .
Jabón Swaston (1 caja) ..
Manteca (balde de 28 libras) ..
Arroz de l.a (lOO kg.) .
Judías (lOO kg.) .
Aceite (10 latas) .
Afrecho (lOO kg.) .
Maíz corriente (lOO kg.) .
Fuente: ET, 25-8-1914, p. 1.
16,50
38,00
106,00
98,00
24,50
20,00
54,00
45,00
51,00
16,00
18,50
18,50
42,50
115,00
112,00
27,00
28,00
62,00
55,00
55,00
20,00
25,00
Pero ante la coyuntura depresiva los trabajadores no tuvieron
capacidao de reacción, ni las organizaciones en que se encuadraban
encontraron la manera de organizar las acciones que posibilitaran, a
los menos favorecidos, no cargar con la peor parte. Hasta tal punto
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892 Miguel Sudrez Bossa
es así. que la huelga general de 1917, declarada en prácticamente
todo el resto del estado, en Canarias no tuvo la más mínima incidencia.
La prensa, sin duda, dominada por quienes menos sufren las
consecuencias de la crisis, se lamenta de la escasa capacidad de respuestas
de las organizaciones sindicales, lo cual viene a ser un claro
exponente de lo que se viene comentado. Las organizaciones entran
en una profunda crisis, después del prometedor arranque que tuvieron
en 1914 con la fundación de la Federación Obrera Local
de Las Palmas.
Las acciones de respuestas por parte de las organizaciones sindicales
o políticas son de una pobreza sorprendente. Se limitan a
cursar instancias, como la presentada por siete gremios al alcalde
solicitando que todas las cantidades de dinero que figuran en los presupuestos
como gratificaciones se transfieran para obras; un mitin
organizado conjuntamente por la Federación Obrera y el Partido
Republicano Federal, como «mitin del hambre» lo califica un medio
local (El Noticiero, 6-3-1917), celebrado en el teatro Pérez Galdós
(<<la concurrencia [lo] llenaba completamente» ) el 15 de marzo llegándose
a conclusiones reivindicativas de tipo económico.
Otras acciones con una cierta mayor entidad son:
- manifestación de chóferes contra las restricciones de combustibles
(04-02-1918).
- manifestación de obreros de San Mateo pidiendo trabajo
(16-04-1916).
- manifestación, en Las Palmas, de obreros de Marzagán
solicitando trabajo. Realizaban las obras de la carretera por Tafira y
fueron despedidos (16-04-1916). Vuelven a manifestarse el 17 de
Abril del año siguiente. Por la misma fecha se celebra una manifestación
en San Mateo, pues se habían suspendido las obras que se
realizaban en carreteras públicas al haberse agotado los fondos.
- manifestación de obreros en Guía ante el Ayuntamiento,
exigiendo dinero para poder continuar las obras de la carretera a
Agaete (26-03-1917).
- manifestación de obreros de San Lorenzo ante el alcalde
pidiendo soluciones que alivien la subsistencia (19-02-1918).
- Se intenta organizar una manifestación de obreros de Galdar,
Guía, Tamaraceite y Puerto de La Luz pidiendo soluciones
para paliar el paro (Informe del Delegado del Gobierno al Gobernador
Civil, (07-04-1918) (5).
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
Conflictividad y nivel de vida en las Canarias orientales... 893
Acciones de escasa magnitud, con poca repercusión y resonancia,
ante un problema de gran envergadura. Las organizaciones sindicales
se mostrban débiles, semiparalizadas y se vieron aplastadas
por las proporciones de la crisis en marcha. Las soluciones por las
que se opta son de otro tipo que las reivindicativas o de lucha. Quizá
la acción con más entidad sea la revuelta que alientan los republicanos
federales en Telde (<<Conflicto de consumos», 1915), con algunas
manifestaciones y detenidos, aunque tiene un carácter más
heterogéneo que el propiamente sindical.
Las iniciativas más generalizadas tienen un matiz neutro: la
beneficiencia, muchas veces privada o semiprivada (recuérdese la
labor de Mister Pavillard en el puerto con sus «cocinas populares»,
instalada en el Cuartelillo Municipal del Puerto y que llegó a atender
en un sólo día a 1.237 (El Noticiero, ·08-03-1917), algunas «juntas
de defensa» en determinados pueblos (San Nicolás de
Tolentino) o la más generalizada: la desgarradora emigración.
3.2. El ascenso de la conflicitividad en los años veinte
Coincidiendo con el final de la contienda mundial, también en
Canarias, al igual que en el resto del estado, se produce un importante
ascenso de la conflictividad social, impulsada por las organizaciones
sindicales ahora más fuertes y con más incidencia entre los
trabajadores. La Federación Obrera está en este período por los
socialistas, quienes fundaron su Agrupación Local de Las Palmas
en 1920 y editan su portavoz El Socialista.
Rafael Guerra del Río diputado e importante personalidad de la
vida política canaria y española, en una interpelación al Ministro de
la Gobernación, con motivo de la huelga que sostienen los obreros
de la carga blanca, en el Puerto de La Luz, contra la pretensión de la
casa inglesa Gran Canary Co. de rebajar los jornales en un 20%, )
calificará a la Federación Obrera como «modelo en España por su
organización». Recuerda asimismo el diputado que:
«(...) en estos dos meses y ocho días que dura la huelga, aquellos
trabajadores no se han salido ni un sólo momento de la
legalidad, que no ha dado motivo esta huelga ni a un sólo juicio
de faltas; que no se ha realizado ni un sólo acto de violencia
( •••)>> (ET, 22-06-1922, p, 1).
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
894 Miguel Suárez Bossa
Con lo reflejado en estas líneas, nos lleva directamente a apreciar
el carácter del sindicalismo predominante en Gran Canaria:
indudablemente es de tipo reformista y de conquista escalonada;
recurre a la huelga, pero no a los métodos violentos; sindicalismo
reivindicativo y de clase, aunque moderado. No obstante, la Federación
Obrera no ingresó en ninguna de las centrales sindicales mayoritarias
del país: UGT y CNT, aunque si muchos de los gremios que
la integraban lo hicieron paulatinamente en la central socialista.
Estas líneas fundamentales de actuación, así como la ideología y la
táctica sindical, se mantendrán durante la II República,junto a otros
rasgos clave en su concepción del sindicalismo: el carácter unitario
que la animaba, conviviendo en su seno desde anarquistas a federales
o socialistas y, ya en los años treinta, comunistas. Siendo esto
así, resulta realmente paradógico, y no están claros los motivos de
fondo por los que se hace, la realización de una huelga general (para
apoyar las reivindicaciones de los portuarios) en febrero de 1925, en
plena Dictadura, la cual tuvo un notable seguimiento -paran los
servicios públicos de la ciudad de Las Palmas, no se editan los
periódicos y cierran los comercios-, pero que ocasionó un grave
daño a los gremios obreros: fue clausurada la Federción Obrera,
también los sindicatos portuarios de la carga blanca y el carbón, con
sede en la Casa del Pueblo del Puerto, y sus líderes detenidos. Tras
la intervención del Ejército, la huelga termina sin que se logren
las reivindicaciones.
Finalizado el conflicto, se entabla una importante polémica
entre dos sectores del PSOE, ambos con poder en la Federación
Obrera. Por un lado quienes domnan la Agrupación Local, apoyan
desdeEl Socialista a la cúpula dirigente de la Federación, cuyo presidente
es José Melián y secretario Antonio Llinás, y sostienen la
validez de esta acción; por otro, el grupo que se hace oír desde el
periódico La Jornada, dirigido por el también socialista, Valentín
Zamora, se muestra radicalmente en contra y así lo manifiesta a lo
largo de varios editoriales de los meses de Marzo y Abril. Se acusa
de aventurerismo a los dirigentes de la federación y de caer en la
trampa de quienes quieren destruir a los organismos obreros, ni más
ni menos que la Patronal de Consignatarios, que actuaría en la sombra
con agentes provocadores.
Sea como sea, bien que obedeciera a un movimiento mal calculado,
a infantilismo radical o a una provocación, lo cierto es que
durante los años restantes hasta el final de la Dictadura en 1929, la
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
Conflictividad y nivel de vida en las Canarias orientales... 895
Federación Obrera apenas dio señales de existencia y que, por el
contrario, los consignatarios impulsaron y financiaron un sindicato
amarillo en el Puerto, la Sociedad Libre de Trabajadores del Puerto,
si bien no logró subsistir más allá de 1929.
En estos años el crecimiento organizativo es constante, además
se extiende a localidades fuera de la capital. En Arucas se crea en
1919 una Federación Obrera local, impulsada por el republicano
federal Pérez Betancor, que llegará a contar con unos 1.000 asociados
y desarrolló una importante labor sindical, promoviendo acciones
como el mitin finalizado en manifestación de Abril de 1919 en
exigencia de medidas para paliar la situación de los trabajadores; o
la creación de una panadería propia, donde se expendía el producto
a más bajo precio. También se crean organizaciones de carácter
obrero en Guía y Telde.
En un análisis pormenorizado de la conflictividad podemos
resaltar las siguientes características:
- En este período, y si hacemos caso de las causas por las
que se producen las huelgas, parece que los obreros emplean otras
armas más contundentes para mejorar sus condiciones de vida: la
huelga por aumento salarial es la más generalizada (30 de un total
de 60, en el conjunto del período), así como las encaminadas a
mejorar sus condiciones de trabajo (jornada de 8 horas, descanso
dominical, etc). Incluso se dan casos de lograrse aumentos de jornal
sin tener que llegar a conflictos: por ejemplo, el 30% de aumento
salarial concedido a los joyeros; los metalúrgicos de la Grand
Canary reciben, parece que concedido sin más (?) por Mr. Seddon,
gerente de la misma, aumento de sueldo (ET, 1208-1919, p, 1); los
obreros de la fábrica de electricidad logran un aumento salarial del
30%, con el sólo -anuncio de ir a la huelga (El ciudadano, 25-061930);
algunas casas del puerto conceden un aumento salarial de 5 a
6 pesetas ...
¿Podemos pensar, ante este conjunto de noticias favorables a
los obreros, que los empresarios, particularmente cicateros y prestos
en otros momentos, antes y después, a sacar la mayor plusvalía posible
y dispuestos a abortar por cualquier método las reivindicaciones
de los obreros, se volvieron de pronto generosos? Las explicaciones
de este tipo de actuaciones serían otras: el ascenso en el nivel organizativo
de los trabajadores les permitió crear un clima social más a
su favor.
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
896 Miguel Suárez Bossa
- El número de huelgas ganadas es importante, aunque las
conclusiones en este apartado no pueden ser muy definitivas por la
ausencia de datos concretos. El año 1919, vuelve a hacerse notar,
pues los obreros ganan 12 huelgas, de un conjunto de 20, teniendo
en cuenta además que de las otras 8 no tenemos noticias
fidedignas .
- En un repaso cronológico, además de la fecha mencionada
. en el apartado anterior, destacan las 4 huelgas de 1924 y las 5 del
año siguiente -con una huelga general en este último-, fiel demostración
de que las organizaciones obreras siguieron actuando perfectamente
toleradas bajo la Dictadura, y que también en esta
provincia, al ser preponderante la orientación ideológica reformista,
bajo la dirección de miembros del PSOE local, los sindicatos y el
partido socialista no rechazaron de pleno la colaboración con las
nuevas autoridades; ahora bien, el alto número de huelgas perdidas
dan noticia de que las condiciones políticas no les eran
favorables.
- Por sectores destaca el portuario, mostrando una continui·dad
que se repetirá en la siguiente etapa; el transporte (el tranvía)
generará importantes conflictos, así como en el tabaco y la construc·ción.
Es significativo, una vez más, la casi total ausencia de conflictos
entre los trabajadores agrícolas.
3.3. la alta conflictividad en la II República. (1930-1936)
La etapa que abarca los cinco años de la 11 República tienen
entidad propia, política y socialmente hablando. La instauración de
plenas libertades públicas, aunque estuvieran algo limitadas durante
los años de gobierno de las derechas; la implantación de una serie de
mecanismo -ley de huelgas, instauración de jurados mixtos, etcque
hacían necesario la formación de organizaciones, tanto por
parte de los obreros como por los empresarios, para poder negociar,
con lo cual, indirectamente, se impulsa la creación de entidades
obreras o patronales; la porpia dinámica política, que se manifiesta
en la implantación en las islas de los partidos según los patrones
existentes en el resto del Estado; así como el crecimiento de la Fede·ración
Obrera y la creación de la Federación Patronal en 1932, etc,
es un conjunto de factores que explican las características de la conflictividad
en este período.
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
Conflictividad y nivel de vida en las Canarias orientales... 897
Aunque los datos de que se dispone son deficientes, una vez
más, en algunos aspectos, como duración o números de obreros
afectados, con los que se dispone se puede establecer algunas
conclusiones:
- Es importante el número absoluto de huelgas registradas:
83 en 7 años (contando desde 1930). Es pues un período de alta
conflictividad, superior, con toda seguridad, a cualquier otro de
nuestra historia.
- El tipo de huelga más generalizado es el defensivo: así lo
atestiguan las 25 realizadas por despidos.
- De los sectores destaca con entidad propia el portuario, con
un total de 15 huelgas registradas (18% de las del período), lo cual
supone la confirmación de las características vistas en la etapa anterior.
La importancia estratégica, económicamente hablando, y el
número de trabajadores en él empleados hacen de este un sector
clave en la economía insular. Por otro lado, ratifican la importante
implantación de los sindicatos allí existentes y su tradición.
- Que en la agricultura seproduzcan 13huelgas (15,6%J, es
un dato absolutamente novedoso, además son conflictos que dan
lugar a dos importantes huelgas generales: una en 1933 y otra en
1936, la de este último año con especial incidencia en Arucas y
Telde. Ello habla de la incorporación del más importante sector de
la producción, por el valor de lo producido y por el número de trabajadores
que ocupa, a las organizaciones de trabajadores y a las
acciones reivindicativas.
La industria tabaquera es otro sector destacado, pues significa
casi el único de tipo industrial con cierta entidad y, también, por la
amplitud y la trascendencia de los conflictos registrados.
- En cuanto al ámbito territorial, la ciudad de Las Palmas es
el epicentro de la conflictividad; pero ahora se incorporan otros
núcleos, como Telde y Arucas e, incluso, Arrecife de Lanzarote.
- En la visión cronológica, sobresalen los años 1933 y 1936,
por el número de conflictos y su trascendencia. En la primera fecha
se producen 27 huelgas (36,1% de las registradas en el período). Si
la elevación de la conflictividad en 1931 y 1936 encuentran su
explicación, entre otros factores, por el logro de más libertades políticas
en el primer caso yen el segundo, además, por la elevación del
nivel organizativo y un momento político muy favorable, el incre-
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
898 Miguel Sudrez Bossa
mento en flecha de la conflictividad en 1933 tiene otras causas. A las de
nivel estatal, donde se registra el mismo aumento, se dan causas
como la crisis económica con el consiguiente aumento del paro, la
radicalización de un sector del PSOE, etc, se añaden características
propias locales como el auge organizativo, pues es en essa fecha
cuando la Federación Obrera llega a su techo tanto por el conjunto
de gremios federados como por el número de socios.
- En cuanto a las causas de las huelgas, muestran que un
número importante tienen carácter deíensivo (25, un 32,4%), lo
cual es lógico si se piensa en la importancia de la crisis económica
por la que atraviesan las islas. Le siguen en importancia las realizadas
reivindicando mejoras en las condiciones de trabajo (20,7%);
las de mejoras ssalariales, también vuelven a ocupar un lugar destacado:
15 en total (19,4%). Son importantes asimismo las 8 huelgas
por solidaridad, lo cual, unido a las generales (tres en 1933, una en
1934 y otra en 1936), dan idea de la pujanza del movimiento reivin-dicativo
y la fuerza creciente de las organizaciones sindicales.
- El resultado de las huelgas da un mayor número de las
ganadas (34,43%), pero son muchas las que quedan sin saberse el
final (37,97%), con lo cual es difícil establecer conclusiones al res-o
pecto. Los años en que los porcentajes de ganadas por los obreros
son más altos, vuelven a ser 1933 y 1936; Ylos sectores, el Puerto y
la agricultura.
IV. CONCLUSIONES
De lo aportado se puede concluir que las organizaciones obreras
de las Canarias Orientales, fundamentalmente en Gran Canaria,
lograron superar en cierta medida la apatía y la desorganización de
que hablaba el inspector del instituto de Reformas Sociales en su
informe de 1910. Pero remontar tal situación no fue fácil ni rápido, y
no fue posible hacer frente a situaciones dramáticas como la gene··
rada por la crisis como consecuencia de la 1 Guerra Mundial. Será a
partir de los años veinte cuando se logre, en cierta medida, un salto
cualitativo y cuantitativo tanto en las acciones como en la organiza-ción,
salto que era más claro en los años de la 11 República.
Esto permitió a los trabajadores mejorar sus condiciones de
vida, propiciando aumentos salariales y mejorar sus condiciones
de trabajo.
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
Conflictividad y nivel de vida en las Canarias orientales... 899
La evolución de los salarios y de los precios (véase los anexos
correspondientes) de los artículos de primera necesidad principalmente,
se muestran favorables a los primeros, lo que da cuenta de
unas condiciones progresivamente mejores para los trabajadores,
evolución que se muestra de forma ininterrumpida. No obstante ello,
una proporción amplia de la población trabajadora, tiene difíciles
condiciones de subsistencia.
Los momentos de mayor apogeo de la lucha reivindicativa coinciden
con el inicio de la década de los años veinte y en los años de la
II República, pero no hay que despreciar la importante conflictividad
en los años centrales de la Dictadura de Miguel Primo de
Rivera.
La casi absoluta totalidad de las acciones son de carácter pacífico,
con ausencia de violencia, lo que' viene a confirmar el carácter
reformista del sindicalismo grancanario, conforme al modelo
ugetista.
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NOTAS
Miguel Suárez Bossa
l. Memoria general de la Inspección del trabajo correspondiente al año 1910.
Segunda Parte, pp. 1.300-1.301. BoletÚl del Instituto de Reformas Sociales.
Madrid. 1910. Biblioteca del Ministerio de Trabajo.
2. MACÍAS, A. Algunas consideraciones sobre la economía canaria entre
1900 y 1936, 1983, p. 293 Y passim.
3. MARTÍN RUIZ, J. F., Dinámica y estructura de la población canaria,
1985, p. 64 y passim.
4. MARTIN RUIZ, J. F.,op. cit., p. 414; YALVAREZ, M.Estructura social
de Canarias, 1980, p. 388 Y passim.
5. Los datos han sido tomados de la consulta sistemática de la prensa de la
época.
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Media/AÑO
Jornales Ptas./Dia
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Jornales (1914-36)
Fuente: AEE. Cámara O. de Comercio. Prensa. Elaboración propia.
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Media/AÑO
Jornales Ptas.IDía
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Jornales (1914-36)
Fuente: AEE. Cámara Oficial de Comercio. Prensa. Elaboración propia.
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Media/AÑO
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Fuente: AEE. Cámara de Comercio. Prensa. Elaboración propia.
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Tipos medios de los jornales de algunos oficios (1914-1936)
1914 1915 1917 1918 1919 1921 1922 1923 1925 1927 1928 1929 1930 1931 1932 1933
1 Jornaleros (H) 1,25 1,13 1,50 1,00 1,25 1,25 - 1,10 2,63 2,75 - - - 2,50 2,50
2 Jornaleros (V) 2,25 2,08 2,00 2,13 2,25 3,50 4,25 3,50 4,25 4,25 5,00 5,00 5,00 5,00 4,00 4,50
3 Zapateros 4,75 2,75 3,50 3,25 5,50 3,50 6,50 5,25 6,00 6,00 6,50 7,50 7,00 7,00 7,50 7,50
4 Sastres 11,00 - 4,50 3,50 12,50 7,50 10,00 7,50 8,75 8,75 7,50 7,50 7,50 7,50 9,00 9,00
5 Pintores 5,05 5,25 4,00 3,00 5,50 5,65 7,00 6,25 6,75 9,75 9,5010,0010,00 9,50 9,00 9,00
6 Albañiles 4,38 3,88 4,50 3,50 7,75 5,88 7,50 6,63 7,75 11,0010,0010,0010,0010,00 8,00 8,00
7 Carpinteros 5,75 3,88 4,50 4,00 7,75 5,75 8,00 7,50 8,25 10,7510,0010,0010,0010,00 7,63 7,63
8 Metalúrgicos - - - - - - - - - 10,0010,0010,00 9,25 9,33 9,30
9 Iden (niños) - 1,14 1,00 1,00 0,50 1,13 0,00 1,13 0,88 0,88 1,25 1,25 1,25 1,25
10 Costureras/
modistas - 2,00 2,50 2,25 12,50 2,00 5,00 2,13 4,00 4,00 3,00 3,00 3,00 3,00
11 Canteros 5,50 4,00 5,00 3,75 5,50 6,75 6,50 6,75 8,50 10,00 0,00 0,00 0,00 9,50
12 Herreros - 3,25 4,00 3,50 12,50 5,75 8,00 8,75 - 9,2510,0010,0010,0011,25
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Tipos medios de los jornales de algunos oficios (1914-1936) (Cont.)
1914 1915 1917 1918 1919 1921 1922 1923 1925 1927 1928 1929 1930 1931 1932 1933
13 Aserradores es
mecáni. _ _ _ _ _ - - - - - 10,0010,0010,00
14 Ebanistas - - - - - - - - - - 11,5010,0010,00
MEDIA/AÑO 4,99 2,93 3,36 2,81 8,17 4,42 6,97 5,13 5,78 7,03 7,85 7,81 7,81 7,57 7,12 7,18
Fuente: Anuario Estadístico de España. 1934.
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Precios al por menor de los artículos de primera necesidad (1914-1936)
1914 1916 1917 1918 1919 1920 1921 1922 1923 1924 1927 1928 1929 1930 1931 1932 1933 1935 1936
1 Caro m. (100 kg.) 0,18 - 0,14 0,04 0,01 0,02 0,06 - 0,02 - 0,05 0,99 0,99 0,20 0,11 0,82 0,15
2 Papas
3 Gofio
0,18 0,30 0,28 0,33 0,38 0,40 0,28 0,28 0,50 0,30 0,35 0,28 0,23 0,20 0,30 0,30 0,31 0,37 0,25
0,30 0,60 0,50 0,45 0,45 0,47 0,25
4 Petróleo 0,45 0,60 0,80 1,95 8,25 1,10 1,23 1,20 0,50 0,63 0,64 0,49 0,40 0,30 0,35
5 Arroz
6 Leche (11.)
7 Vino Común
8 Garbanzos
9 Judías
10 Pan trigo
11 Azúcar
0,65 0,80 0,73 0,85 1,25 1,10 1,13 0,82 0,80 0,80 0,95 0,65 0,40 0,60 0,58 0,75 0,51 0,70 0,55
0,60 0,50 0,55 0,55 0,70 3,00 0,80 0,75 0,90 0,60 1,10 0,60 0,65 0,60 0,60 0,65 0,75 0,70 0,60
0,65 0,60 0,60 0,75 0,98 1,00 0,90 0,79 1,00 0,80 1,10 0,70 0,75 0,80 0,80 0,80 0,70 - 0,60
0,85 0,80 0,60 0,78 1,55 1,10 1,13 0,62 1,40 0,90 1,60 0,90 1,45 0,12 0,11 0,10 0,90 1,20 0,70
4,20 0,90 0,83 1,15 1,45 0,75 1,25 0,93 1,40 1,20 1,10 0,75 0,90 0,81 0,80 0,77 0,49 0,74 0,80
0,55 0,65 0,58 0,70 1,25 1,50 1,50 0,75 0,60 0,60 0,75 0,80 0,40 0,60 0,60 0,56 0,60 0,55 0,90
1,23 1,25 1,43 1,73 2,63 2,90 2,23 1,37 1,80 2,00 1,50 1,25 1,15 1,08 1,08 1,06 0,99 0,97 0,95
12 Pesca ord. 1,00 0,53 0,45 1,25 0,70 1,75 - 0,00 2,05 1,50 1,20 1,00 1,10 0,93 2,20 1,20
13 Aceite Común
14 Carne vacuno
15 Bacalao
1,60 1,50 1,88 2,23 2,05 2,80 2,35 2,21 2,40 2,80 2,75 2,20 2,38 1,69 1,63 1,69 1,78 1,80 1,90
2,25 1,60 1,80 2,00 2,25 3,00 5,13 2,74 3,75 2,00 3,25 2,95 4,85 2,23 2,20 2,20 2,20 2,70 2,20
1,75 2,25 2,50 1,75 - 3,75 4,00 2,69 2,60 3,00 2,75 2,50 2,88 0,28 3,00 0,25 0,24 - 2,75
16 Huevos (12) 2,10 1,50 2,10 2,75 2,63 4,00 4,75 3,28 - 4,35 3,10 4,00 0,20 2,18 2,83 3,37 4,00 3,00
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Precios al por menor de los artículos de primera necesidad (1914-1936) (Cont.)
1914 1916 1917 1918 1919 1920 1921 1922 1923 1924 1927 1928 1929 1930 1931 1932 1933 1935 1936
17 Café 4,00 - 3,00 3,50 4,63 4,00 3,75 3,03 - 6,00 5,00 6,00 6,50 7,10 7,50 7,60 - 3,00
18 Carne de cerdo 2,75 2,25 2,25 3,50 3,50 4,63 3,98 - 4,75 5,50 2,50 5,00 5,00 5,00 6,00 3,00 6,00
19 Lentejas 0,45 - 1,20 0,75 - - - - - - 0,64 0,68 0,64 0,55 1,00 0,00
20 Sardinas 1,30 - 0,25 2,25 - 1,15 1,30 0,62 - 1,95 - 0,50
21 Electri (4b) 3,28 1,85 3,90 4,73 3,00 4,90 4,90 4,90 - 0,90 - 1,00
22 Gas (1 m.3
) 0,25 0,40 - 0,53 0,55 -
MEDIA/AÑO 1,44 1,08 1,25 1,57 2,39 2.06 2,26 1,86 1,56 1,36 2,02 1,94 1,62 1,30 1,57 1,44 1,52 1,35 1,45
Fuente: Anuario Estadistica de España. Memorias de la Cámara de Comercio y prensa. Elaboración Propia.
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