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LOS CANARIOS INCORPORADOS AL BATALLON NUMANCIA E
2
DE LA EXPEDICION MORILLO E
3
EMELINAM ARTÍNA COSTA -
0m
La expedición enviada con Morillo fue sin duda una de las más
numerosas que habían cruzado el Atlántico desde el descubrimiento,
pues incluso superaba al ejército de operaciones enviado en el si-glo
anterior por Carlos 111 '.
Estaba constituida por ei Regimiento de ia ünion, ios Bataiiones
de la Victoria, León, Castilla, Extremadura, Barbastro y el llamado
«del General», además de los regimientos de Dragones de la Unión
y húsares de Fernando VII, que completaban un total de 10.000 hom-bres.
Fueron embarcados en 42 navíos de transporte, escoltados por el
San Pedro de Alcántara, de 74 cañones, dos fragatas, Diana e Ifige-nia,
con 34 caíiones, una corbeta de 22, un bergantín de 13 cañones
j7 13 cafioneras.
E1 17 de abril de 1815 llegó la escuadra a la vista de Margarita
entrando entonces en actividad ese ejército - c o n el sometimiento
de la Isla-; actividad, que no sería tan rápida como se supuso, ni ten-dría
el fin previsto, pues iría a concluir, como se sabe, el 10 de no-viembre
de 1823, al capitular sus últimos restos en Puerto Cabello.
Este ejército estaba compuesto por unidades que podrían penetrar
en operaciones inmediatamente, como las que hemos reseñado, pero
también por cuadros de oficiales que habrían de mandar unidades que
se constituirían especialmente en Venezuela, por ser una provincia ya
pacificada. La razón de ese reclutariento en Venezuela estaba muy
clara: era el único lugar en el que podían encontrar gente ya experi-mcnt2&
en 1- - - -
d ~ U C L L ~q,u t. i ~ d u wde bían conocer las habilidades y
técnicas que podían emplear los jefes patriotas de la Nueva Granada,
por haberse combatido en el solar venezolano tan duramente desde !a
campaña admirable de Bolívar. Además se contaba en Venezuela con
un núcleo de los que mayores riesgos había corrido como los cana-rios.
Como es sabido. su actividad se hizo visible en e! rucrsn de !e
1. La organización de la expedición de Ceballos a Santa Catalina y Río de La Plata,
a la que nos referimos, está siendo estudiada actualmente por Angel Sanz Tapia, basán-dose
en la documentación del A. G. S. Guerra Moderna.
Sabana de los Teques. Los promotores fueron el caraqueno José María
Sánchez y el canario Juan Díaz Flores, un dominico de nombre Tuan
José García y el dor. Antonio Cómez. La conspiración venía urdiéndose
desde mayo y sus autores reclutaban partidirios en varias partes del
territorio, especialmente en Valencia. «A Ias 3 de la tarde de1 11 de
julio un grupo de 60 isleños, montados en mulas, armados de trabu-cos
y con corazas de lata, se rublevaron en los Teques al grito de:
jVivan el Rey y la Virgen de Rosario, mueran los traidores!» 2. En me-dio
de estos vítores los canarios y con ellos todos los valencianos re-conocían
>? sostenían los derechos del Soberano legítimo y se acogían
a1 estandarte de España, revelácdose de este modo contra e1 Congreso
y contra la declaración de independencia. Esta actividad de los cana-rios
rebrotó, claro es, con la llegada del canario Monteverde, conver-tido
muy pronto en ídolo de sus paisanos. Los canarios entonces. como
es lógico, comenzaron a monopolizar los empleos públicos. Ya hasta
tal punto fue esto que el comisario de guerra Olavarría atribuirá, en
agosto de 1813, la <<perdición de Venezuela», es decir, Ia reacción de
los patriotas, al favor acordado por Monteverde a sus paisanos, q i i e -
nes salidos de la oscuridad para ocupar los primeros puestos se ensaña-ron
no sólo contra los americanos sino también contra los peninsula-res,
a quienes se les acusaba de la :ublevación que sufrían las provin-cias
de Venezuela.
De esta forma, en la época en que fue capitán general de Venezuela,
Monteverde, los canarios se convirtieron en arduos defensores del po-der
real. Por eso no es de extrañar el que se volviera ahora a contar
con los canarios. Eran, pues, los hombres que contaban con conoci-mientos
sobre las gentes, con experiencia sobre las tácticas de los cau-dillos
patriotas, al mismo tiempo estaban habituados al medio físico
y al tipo de guerra que habría de hacerse. pues en Venezuela forma-ron
parte, desde la época de Carlos III, en las llamadas milicias de
Blancos, hablándose de ellos ya, en las Reflexiones en que se recapitula
la fuerza militar disponible a fines del siglo xvrrr: «Los batallones de
blancos se componen la mqor parte de isleCos y europeos transeuntes,
que sólo están con el fin de buscar su vida. Estos ejercen los oficios de
pulperos, bodegueros y mercaderes que ajustaban a cualquiera por
8 o 10 pesos, por todo el tiempo de su destacamento.. . » '.
2. CARACCIOLPOA RRA-EREZ.:L a conquista canaria., cap. XI, t. 11 de la Historia
de la Primera República de Venezuela, p. 81.
3. A. G. SI%IANCAGS:u erra Moderna. Legajo 7198. Reflexiones sobre el Estado que
manifiesta al pie y fuerza del Batallón Veterano y milicias Provinciales de Caracas y
del mejor 6xito que puede tener con la formación de un Regimiento y extinción de
los tenientes, sargentos y cabos veteranos en los batallones de blancos v de los sub-inspectores
ayudantes y garzones en los de Pardos y los sueldos de los demás oficia-les
según el Reglamento de Milicias de La Habana, siendo más útil la formación de
Por otra parte, tras el famoso Decreto de guerra a muerte, no so-lamente
se contaba con una voluntad, sino también con un entusiasmo,
ya que la llegada del ejército venía a demostrar a los que se mantu-vieron
junto a las autoridades realistas, que no estaban solos ni olvi-dados.
De aquí que incluso se hubiera llegado a pensar no sólo en re-clutar
en Venezuela a los canarios como soldados para completar los
cuadros, sino también promover a oficiales a todos aquellos isleños
que pudieran ofrecer servicios previos, que garantizasen su capacidad
de mando.
Este es el punto del que trataremos, basándonos en la documenta-ción
que encontramos en la Sección de Guerra de Archivo General de
Simancas. Así se podía contar con la ventaja de poder encuadrar a
b-,"+.,,."l',m A-1 ".,:o +.A&"+*a.,. - " d n A n o ,.A,. A;,4"laO " 7 . 0 :..ni,,eA
II~LUIC~L~D UC.L ya~o, YUL y u u A u z u DCI III~IIULIUUO PUL VLICA~LLJ YUL LULLUOV
conocían personalmente a muchos. Pero el proceco no fue tan simple
ni tan sencillo.
La incorporación de soldados naturales del país se inició ya con
motivo del ataque y reconquista de las islas de Margarita, para lo cual
se presentaron 2.500 hombres al mando del margariteño Morales, jefe
improvisado al que Morillo encuadró en el ejército con el grado de
coronel. Siguió luego otro contingente de 800 hombres que fueron dis-tribuidos
en distintos cuerpos. Naturalmente, sólo se trataba del co-mienzo,
pues una vez que se desembarcó en La Guaira y Puerto Cabello,
se unieron contingentes muy diversos, tanto de blancos como de color,
con los que completaban las distintas unidades, para iniciar las ope-raciones
sobre Cartagena. Los canarios y peninsulares eran los prefe-ridos
en la incorporación, pues los negros, zambos e indios eran de
más fácil reemplazo. En cuanto a los criollos, no pocas familias brin-daban
la asistencia de los suyos para evitarse el riesgo de ser sospc-chosos.
La proporción de hombres reclutados en Venezuela y luego en
Nueva Granada fue en constante aumento mientras las perspectivas
fueron favorables, hasta tal punto que Morillo, en una carta del 20 de
noviembre de 1818, escribía al ministro de la Guerra que bajo sus ór-denes,
tenía un ejército compuesto en la mayor parte por hombres
del país ... 4.
Este tipo de ejército fue siempre muy inestable, como sucedía tam-bién
en los ejércitos patriotas, pues al alejarse de las regiones donde
procedían los enganchados, las deserciones aumentaban. De ahí las
m~c¡ ic¡asq ~ teii sriernn ynmfiyrp para c-hrir las fugas me&lnte Ir -----e---
un Regimiento Veterano, tanto al erario como al servicio de las plazas de dicha pro-vincia.
Sin firma. Ni fecha.
4. ANTONIO RODR~GUEVZIL LA:E l Teniente General don Pablo MoriZIo, primer Conde
de Cartagena (Madrid, 190%1910), 4 vols.
conscripción obligatoria de familiares. Cierto que a medida que se fue
avanzando por Nueva Granada, las deserciones se cubrían con nuevas
incorporaciones del país. La permanencia se iba premiando con los as-censos,
de aquí que podamos ver como índice de mantenimiento en
campaña a un número mayor de oficiales incorporados en América, así
como a Ia inversa indica que se trata de una unidad de gran deserción
cuando los sargentos y oficiales eran españoles.
Uno de los batallones que Morillo constituyó por recluta fue el
Numancia, el formado principalmente por venezolanos, canarios resi-dentes
en Venezuela y peninsulares. Esta unidad jugará un papel muy
importante en roda ia contienda americana hasta ser piedra de disputa
tiempo más tarde entre los dos Libertadores. m
D
En realidad, el Regimiento de Numancia de Morillo se trataba de E
una reconstrucción por haber existido en Venezuela anteriormente una O n
unidad de tal nombre, que fue destruida por Bolívar en diciembre de
1813, en la batalla de Araure. Precisamente, tras la victoria premió la E E
conducta de uno de sus batallones, el llamado «Sin Nombre*, dándole S
la bandera de Numancia por el ejemplo de bravura en las huestes red- -E
listas '. 3
E1 Numancia, una vez reconstruido, formó inicialmente parte de la -
Subdivisión de Infantería de Venezuela. Su cuadro de mandos, al cons-
-
0
m
E tituirse en diciembre de 1815, según el estado de revista que obra en
el Archivo General de Simancas, estaba formado, aparte del coronel y
los sargentos mayores, por siete capitanes, tres tenientes, 20 subtenien- n
tes, nueve sargentos y un cadete. E a-
De los cuales procedían de la oficialidad llevada por Morillo desde A
la península: dos capitanes, un teniente, seis subtenientes y un sar- n
n
gento; de Sevilla eran un capitán, un teniente y un sargento; de Bar-celona,
un capitán; de Santander, un subteniente; de Galicia, un sub- 3
O
+c-c-.i l;-e+-i. iLLd,e !a Maxha, un subteniente; des suhtenientes de Castllla
y uno de la ciudad de Trujillo. Más un extranjero, subteniente, que
procedía de Venecia.
Pero en contraste, a este número de oficiales se les unieron los
incorporados en Venezuela. A los dos capitanes que llevó Morillo se
contrapusieron los cinco capitanes incorporados en Venezuela; de és.
tosi dos eran criollos de esta provincia, uno de Santo Domingo y otro
canario. Al único teniente de los llevados por Morillo, corresponden
5 . AXDRÉS PACHECOM IRANDA«E:l Libertador y la Batalla de Arauren, Revista d e la
Sociedad Bolivariana de Venezuela (19671, vol. XXV, núm. 90.
dos tenientes, uno criollo de Venezuela y otro canario. A los seis sub-tenientes
de Morillo, ce unían de los incorporados once, la mayoría
criollos, pues sólo uno era canario. Y el único sargento peninsular de
Morillo corresponden siete de los incorporados, también la mayoría
criollos. No es extraña esta diferencia en el número de criollos, dado
caso que también la proporción de canarios con ellos debía correspon-der
a una décima parte.
Por lo que se advierte en las hojas de servicio, todos los canarios
procedían, como es lógico, de las fuerzas de las milicias, habiendo ini-ciado
sus servicios coxo soldado, pero habiendo alcanzado grado de
ascenso en las distintas campañas. A todos se les dio un grado al in-corporarse;
debía de ser gente toda ella de mucha confianza, pues per-tenecían
n i! núcleo 2e V~Iencia, al de Puerto Cahdo o al de C6r-doba.
El Regimiento de Numancia pronto lo utilizó Morillo en la cam-paña
neogranadina en 1816, interviniendo en las alturas de Cachiri,
en Parnplona, en la Plata; en 1818 en Calabozo y, por último, pasó a
Popayán, desde donde fue enviado como refuerzo a Lima para ponerse
a disposición del virrey de Perú. Morillo se sentía muy orgulloso de
la calidad de esas fuerzas y buena prueba de ello es que al mandarla al
Perú, en el oficio que el general en jefe envió desde su cuartel general
de Barquisimeto, el 28 de julio de 1818, a Pezuela, le hablaba de su
importancia, como compensación al escaso refuerzo: «Siendo este cuer-po
(el Numancia), sin duda uno de los más brillantes del ejército de
mi mando, y el único auxilio que haciendo el mayor esfuerzo, tal como
dejar sin guarnición la provincia del Popayán y Valle de Cauca, puedo
presta ra Vuestra Excelencia.. . » 6.
Desde 1818 a 1820 fue el Numancia una unidad distinguida en el
Perú, hasta que a primeros de diciembre de este último año :e unió
al ejército patriota, tras el desembarco de San Martín.
Como es natural, San Martín recibió al «Numancia» como el me-jor
augurio y colmó a la unidad de alabanzas. Así, cuando en diciem-bre
de 1820 informó al ministro de Guerra, coronel don José 1. Ten-teno,
de haberse pasado el Numancia, detalla el hecho en los siguien-tes
términos: «El batallón Numancia, con toda su fuerza que asciende
a 800 plazas, fuera de la música, se pazó a nuestras filas con una in-trepidez
que sólo es propia del pecho de los leales.. .»
Cuando se inicia la campaña del Ecuador, sabido es que Sucre
6. Colección Documental de la Independencia del Perú, t. VI, Asuntos Militares, vo-lumen
1, aDsfensa del Virreinator.
7. Colección Documental de la Independencia del Perú, t. VI, Asuntos Militares,
volumen 11, *El Ejército libertador del Perú», documento 270, p. 166
solicita de San Martín el envío del Numancia, por tratarse de una
unidad, que compuesta en su mayoría de venezolanos, pertenecía a Co-lombia.
Sin embargo, pese a los reiterados esfuerzos de Sucre, San Mar-tin
se negó a :u reintegro. El hecho fue desde ese momento motivo de
agravio, hasta tal punto que, cuando Bolívar mandó a Joaquín Mos-quera
a Lima para negociar e1 tratado de asistencia de 1822, fue el
problema del Numancia contemplado como fundamental.
Los JEFES CANARIOS DEL REGIMIENTOD E NUMANCIA
Los jefes canarios del Regimiento de Numancia, que aquí presen-tamos
como ejemplo, comenzaron a servir en las tropas realistas desde
los primeros momentos de la etapa revolucionaria.
-. Uno de ios motivos principales que les llevaron a ello pudo ser,
siguiendo en esto al historiador Parra-Pérez, el hecho de que en este
período en Caracas se sentían cruelmente los malos efectos de la ad-ministración
republicana, sobre todo en cuanto al manejo de los fon-dos
del Estado, que se habían despilfarrado hasta tal punto que el Go-bierno
recurriría a medidas alarmantes para propietarios y comer-cian
tes.
Muchos de estos propietarios y comerciantes, como hemos visto
anteriormente, eran canarios, que ante la postura del Gobierno comen-zaron
a temer por sus bienes, añorando la situación anterior, durante la
cual habían progresado mucho y habían adquirido una posición bastante
estable.
Esta preocupación por la posible pérdida de sus propiedades inclinó
a los canarios a favor del bando realista. Los hechos posteriores les ra-tificaron
en esta postura y como consecuencia muchos de ellos se in-corporaron
con entusiasmo en los regimientos realista:.
Los militares canarios del Regimiento de Numancia, cuyas hojas de
servicio adjuntamos, presentan, a través de ellas, unos detalles que cree-mos
significativos e importantes para explicar el relevante papel que
desempeñaron los canarios en las fuerzas realistas, aun antes de quedar
incorporados a ese Regimiento. Estos puntos se concretan en los si-guientes:
su marcada juventud, el rápido ascenso en su carrera militar
y el hecho de haber estado presentes en la gran mayoría de las batallas
desde el primer momento.
Por ejemplo, don Blas Cerdeña tenía sólo veinticuatro años de
edad cuando Morillo le promovió a capitán. Monteverde le había
hecho cabo primero en 1812. Su hoja de servicio presenta un valor
muy acreditado en muy diversas campañas, como las de Taguanes,
Carabobo, Barquisimeto, Mucuchies, Puerto Cabello y Valencia, entre
otras. Asimismo desempeñó las funciones de ayudante mayor en los
Regimientos en los que sirvió.
El teniente Silvestre Delgado, de veinticinco años de edad, se alistó
como soldado voluntario en febrero de 1813 y al año siguiente era ya
teniente. También de mucho valor, había intervenido en las contiendas
del Puerto de Barcelona, en San Carlos, en Valencia, en San Miguel,
en Mucuchies, en Chopo y en Balagá, demostrando además una con-ducta
ejemplar como lo refleja también su hoja de servicio.
El sargento primero Juan José Hernández, de veintitrés años de
edad, se incorporó voluntario en agosto de 1812, en la época de Mon-teverde
y dos años más tarde era sargento primero.
Durante los años 1813, 1814 y 1815 había intervenido en las cam-pañas
de Barquisimeto, Araure, Mucuchies, Chile y Valencia, entre
orras, demostrando un sobrado vaior y una conducta ejemplar. ,, -
De la juventud de estos oficiales cabe deducir que fueran hijos de E
canarios que se habían visto afectados por las dificultades económicas O
y sociales originadas por el gobierno patriota. n -
=m
Por otro lado, llama poderosamente la atención el que en un es- o
E
pacio de tiempo tan corto alcanzaran la categoría de oficiales, sobre E
2
todo teniendo en cuenta que habían comenzado la carrera militar como =E
simples soldados voluntarios.
El hecho de que hubiera un número determinado de oficiales cana- 3
rios entre los rriandos del Regimiento Numancia, cuyo valor estaba so-
- -
0m
bradamente reconocido, indica la importancia del «isleño» en este pe- E
ríodo de la emancipación americana. De las vicisitudes de estos hom- O
bres en el Perú no hemos podido reunir datos, pues ni siquiera sabe- n
mos si siguieron la suerte de sus compañeros o prefirieron seguir en el -E
ejército real hasta Ayacucho. Nuestro propósito era tan sólo hablar a
2
de la integración en las fuerzas de Morillo. n
0
El capitán don B1as Cerdeña; su edad, veinticuatro años; su país,
ísias Canarias; su calidad, honrada; su saind, robusta.
Tiempo en que empezó a servir
los empleos
Empleos
Cabo 1." (6 septiembre 1812) .........
Sargento 2." (19 diciembre 1812) ...
Sargento i." (28 febrero .lma. l 7í ,) ......
Subteniente (4 julio 1813) . . . . . . . . .
Teniente (11 agosto 1814) . . . . . . . . .
Capitán ( 12 diciembre 1815) .........
y sirve en cada uno
Tiempo qtle ha servido
3 meses, 9 días
2 meses, 13 días
9 meses, 4 días
1 año, 7 días
1 año, 4 meses, 1 día
19 días
Total años de servicios hacta fin diciembre 1815: 3 años, 3 meses v 27
días.
Regimientos donde ha servido
En el de Voluntarios de Fernando VI1 de Caracas, en la división del
teniente coronel don Julián Izquierdo, en las Milicias de Blancos de
Valencia, en ei Batallón Franco y en este Regimiento de Infantería d-:
Numancia.
Campañas y acciones de guerra en que se ha hallado
En la de los años de 1812, 13, 14 y 15 donde ha concurrido a las
acciones campales de Taguanes, dos en el Palito, Paso Real, Barbulas,
Trincheras de Aguas Calientes, Mozón, Montalván, Carabobo, Mucu-chies,
Sorpresa de Barquisimeto, sitiado en el 1.' Puerto Cabello, sitia-dos
en el l." y 2.a de Valencia, sorpresa de San Fernando, campos de
Chire y alturas de BalagaI. Ha desempeñado las funciones de ayudante
mayor en todos los Regimientos en que ha servido a excepción de los
Voluntarics de Fernando VII.
Notas del coronel
Valor: Acreditado.
Aplicación: Mucha.
Capacidad: Regular.
Conducta: Buena.
Estado: Soltero.
Delgado y Moreno, capitán de la l." Con~pañía y Sargento mayor
interino.
CERTIFICO: que la hoja de servicios que antecede es igual
a su original que queda en la Mayoría de mi interino cargo.
Q. (cuartel) de Cacota de Suratá. Diciembre 31 de 1815.
V." B."
El Smgento Mayor Comazdante El Sargento Mayor Intevi.no,
RUPERTO DELGADO PEDRO DELGADO
Y MORENO
El teniente don Silvestre Delgado; su edad, veinticinco años; su país,
Islas Canarias; su calidad, noble; su salud, robusta; sus servicios y
circunstancias, las que se expresan.
Tiempo en qae empezó a servir Tiempo que ha seruido
los empleos y sirve en cada uno
Empleos
Soldado voluntario (l." febrero 1913). 4 meses
Soldado distinguido (l." junio 1813). 8 meses 12 días
Subteniente (12 febrero 1814) ... ... 7 meses
Teniente (12 septiembre 1814) ... ... 1 año, 3 meses, 18 días
Total hasta fin diciembre 1815: 2 años, 11 meses.
Regimientos donde ha servido
En el Batallón de Voluntarios de Puerto Cabello desde l." de fe-brero
de 1813, hasta l." de junio del mismo año; los Regimientos de
Caballería de Carabobo desde 1 .O de junio de 1813 hasta el 13 de sep-tiembre
de 1814 y en este Regimiento desde el 13 de septiembre de
1814 hasta ahora.
Campañas y acciones de guerra en que se ha hallado
En las de los años 13, 14 y 15 ha concurrido a las acciones del m
Puerto de Barcelona, Santa María de Ypire, Camosuco: sitio y toma E
de San Carlos; asalto de San Miguel, Mucuchies, Chopo, Ele, Chire y O
Balagá en los días 1.O de agosto de 1813, día 27 de ídem, 8 de marzo =m
de 1814, día 12 de ídem, 9 de abril de ídem, 2 de septiembre de O
E
ídem, 26 de enero de 1815, 21 de febrero de Idem, 31 noviembre de E
2
ídem, 25 noviembre de 1815. E
Notas del coronel
Valor: Mucho.
Aplicación: Regular.
Capacidad: Regular.
Conducta: Ejemplar.
Estado: Soltero.
Delgado y Moreno, capitán de la 1." Compañía y Sargento mayor
interino.
CERTIFICO: que la hoja de servicios que antecede es con-forme
a su original que queda archivado en la Mayoría de
mi cargo. Q. (cuartel) de Cacota de Suratá. 31 de diciem-bre
de 1815.
V." B."
El Sargento Mayor Comandante El Sargento Mayor Interino,
RUPERTO DELGADO PEDRO DELGADO
Y MORENC,
subteIiiente aori Fraiicisco Laso; edad, íi-riiipa afic>S;
su país, Santa Cruz de Tenerife; su salud, buena; su calidad, honrada;
sus servicios y circunstancias, las que se expresan.
Tiempo en que empezó ra servir Tiempo que ha servido
los empleos y sirve en cada uno
Empleos
Soldado y cabo (19 abril 1793) . . . . . . 20 años, 2 meses, 9 días
Sargento 2.O (20 junio 1813) ... ... 7 meses, 8 días
Subteniente (28 enero 1814) . . . .. . . . . 1 año, 11 meses, 3 días
Total hasta diciembre de 1815: 22 años, 8 meses, 16 días.
Regimientos donde ha servido
En el de Infantería de Cuba, en el de Milicias de Caracas, en las
de Coso y en éste.
Campañas y acciones de guerra en que se ha hallado
2
En las de los años de 1810, 1811, 1812, 1813, 1814 y 1815 donde
ha concurrido a las acciones campales de Coro, Paraguaná, Carora, Arau-re,
Sabana de los Colorados en San Carlos, Calaboso, Hortiz, donde fue
herido; Nigrito, donde fue prisionero y fugado, en Barquisimeto, en la
2." de Araure, en Hosprico, en Carabobo y en la de Muarchies. E
E
2
Notas del coronel
Valor: Muchísimo.
Aplicación: Poco.
Capacidad: Poca.
Conducta: Regular.
Estado: Soltero.
Delgado y Moreno, capitán de la l." Compañía y Sargento mayor
interino.
CERTIFICO: que la hoja de servicios que le antecede es
conforme a su original que queda archivado en la Sargentería
Mayor de mi cargo. Q. de Cacota de Suratá. 31 de diciembre
de 1815.
V." B."
El Sargento Mayor Comandante El Sargento Mayor Interino,
RUPERTOD ELGADO PEDROD ELGADO
Y MORENO
El sargento primero Juan José Hernández; su edad, veintitrés años;
su país, Santa Cruz de Tenerife; su salud, buena; su calidad, honrada;
sus servicios y circunstancias con que expresa.
Tiempo en que empezó a seruir Tiempo que ha servido
los empleos y sirve en cada uno
Empleos
Soldado (6 agosto 1812) ............ 1 año, 2 meses, 14 días
Cabo 2." (20 octubre 1813) . . . . . . . . . 2 meses, 4 días
Sargento 2." (24 diciembre 1813) ... 1 mes, 13 días
Sargento 1." (6 febrero 1814) ......... 1 año, 10 meces, 22 días
Total hasta fin de diciembre de 1815: 3 años, 4 meses, 23 días.
Regimientos donde ha servido
En el Voluntarios de Fernando VII, Milicias de Cozo, Sagunto y
éste.
CampaEas y acciones de guerra en que se ha hallado
En las de los años 18 13, 14 y 15 en Ia de Bobare con el coronel
don José SebaIlos, en la de Yaritagua, Barquisimeto, Villa de Araure
con el mismo; en la de la Villa de Espinos con el teniente coronel don
José Seballos, Mucuchies, Chire y Alturas de Balagá con el S. coman-dante
general don Sebaztián de la Calzada y el sitio de la ciudad de
Valencia.
AJotm del coronel
Valor: Mucho.
Aplicación: Ninguna.
Capacidad: Poca.
Conducta: Ejemplar.
Estado: Soltero.
Delgado y Moreno, capitán de la l." Compañía y sargento Mayar
interino.
CERTIFICO: que la hoja de servicios que antecede es con-forme
a su original que le queda archivada en la Sargentía
Mayor de mi cargo. Q. (cuartel) de Cacota de Suratá. 31
de diciembre de 1815.
V." B."
El Sargento Mayor Comandante El Sargento Mayor Interino,
RUPERTO DELGADO PEDRO DELGADO
Y MORENO