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LOS ESPACIOS CINEMATOGRÁFICOS EN LA LAGUNA HASTA LA GUERRA CIVIL: PLAZAS, TEATROS Y CINES Este trabajo aborda el estudio de un aspecto fundamental de la in-fraestructura cinematográfica en la ciudad de La Laguna, precisamente el de sus lugares de exhibición desde la llegada del nuevo arte hasta la Guerra Civil, periodo de creciente intensidad y afianzamiento de la in-dustria del cine en todas las Islas y, por lo tanto, de gran interés para la historiografía contemporánea por abarcar años tan determinantes. Por lo general, se han estudiado estos temas contemplando únicamente las gran-des ciudades, como Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Ca-naria l . La Laguna de fines del siglo XIX y principios del xx, sin em-bargo, ofrece la particularidad de ser una ciudad que no se resigna a perder su importancia, liderada por una aristocracia y una burguesía fuertes, conformadoras de una élite cultural que mantiene como señas de identidad el antiguo esplendor de la ciudad y las más antiguas insti-tuciones docentes de Canarias. La sociedad lagunera, de "vida lenta, conventual y señorial, de ter-tulias caseras o monjiles, de fiestas de calendario, de siestas y de pasa-tiempo, en que se aguzan todas las pequeñas pasiones, y entre ellas la vanidad y la celotipia" 2, se realizaba asimismo en una cultura del es-pectáculo, básicamente decimonónica, sostenida en las llamadas Fiestas de Arte, las representaciones teatrales y actuaciones musicales de carácter culto, y en las más populares riñas de gallos, lucha canaria o números circenses. Éstas resultaban más abundantes, mientras que las represen-taciones teatrales y los conciertos, debido a la inexistencia de un em-presario local de espectáculos y a la falta de un teatro adecuado, se producían con bastante menos frecuencia, por lo que se trataba de lle- 414 Enrique Ramírez Guedes nar este vacío con las llamadas Fiestas de Arte organizadas por las di-ferentes sociedades locales, con personalidades de la cultura y la músi-ca de La Laguna. Esta escasez de espectáculos, que sume en la mono-tonía la vida de la ciudad, especialmente en la estación invernal 3, comienza a desaparecer con la, por lo que sabemos, tardía llegada del cine y los espectáulos a él ligados en sus primeros años de andadura. Mientras en Santa Cruz de Tenerife, el palmero Miguel Brito Rodríguez había introducido el cinematógrafo en 1898 4, un año después de pre-sentar el Kinetoscopio de Edison iniciando las esporádicas, pero con-tinuas, aparciciones del novedoso espectáculo, en La Laguna no tene-mos constancia de una primera exhibición hasta 1906 6, aunque es lógico pensar en anteriores apariciones del cine dada la cercanía de Santa Cruz a de Tenerife, adonde llegaba un relativamente abundante número de em- N E presarios peninsulares que debían rentabilizar sus desplazamientos exhi- O biendo sus películas el mayor número de veces y en el mayor número n-- de lugares posible. Pero es a partir de la entrada de varios empresarios m O E canarios ' en el incipiente negocio de la exhibición cinematográfica, y E 2 del espectáculo en general, cuando poco a poco, a lo largo de la prime- E ra década del siglo xx, el cinematógrafo trata de hacerse con un lugar - en el tiempo de ocio de los laguneros, hasta que en 1914, con la prime- = ra instalación de una sala fija, logra enquistarse definitivamente en esta - - 0 sociedad y constituir desde 1918 el espectáculo favorito del público *. m E A partir de este momento la evolución de la industria cinematográfica O en la ciudad va en continuo aumento, comenzando a extenderse la aper-tura de salas por barrios y pueblos del término municipal (La Cuesta, n E Tejina) y apareciendo, a finales de los 20, el tercer cine de la ciudad. - a También las películas se pudieron ver en otros espacios urbanos, sean 2 n privados (Casino, Cuartel del Cristo) o públicos (plazas y paseos). En n n los años 30, el cine toma un protagonismo aún mayor con la incorpora- = ción del sonido, que, en primer lugar, se instala en el Teatro Leal en O agosto de 1931. El resto de salas del municipio se van incorporando al nuevo sistema entre 1932 y 1933, y en 1936 lo hace Cinelandia de La P ..,, en :,n..,..,n,ln a", -:o-, nzn Lucxa, uiaugulauu GDG IIILUIIIU aiiu. La proliferación del nuevo espectáculo, desde los primeros años del siglo, trae aparejado un alto índice de siniestralidad por la fácil com-bustión de las primitivas cintas. La abundancia de incendios en las sa-las cinematográficas por todo el país (recuérdese el incendio del Circo Cuyás de Las Palmas de Gran Canaria en 1908), que crea una cierta psicosis entre ei púbiico " iieva ai Gobierno a promuigar numerosas dis-posiciones para regular la seguridad y el régimen de exhibición. El an-tiguo Reglamento de 1886, sobre espectáculos públicos, no servía para Las espacios cinematográficos en ~.aL aguna ... 415 garantizar la seguridad de los cinematógrafos, dada la inexistencia de estos en el momento de la promulgación del citado Reglamento, por lo que se trató de completar con una Real Orden, en 1908, sobre las cabi-nas de proyección, que se reveló totalmente ineficaz 'O La nulidad del anterior Reglamento hizo que fuera sustituido por otro en 1913 " que contemplara las peculiaridades y riesgos del cinematógrafo introducien-do medidas más adecuadas, no sólo para la cabina de proyección sino para el resto del local (características de las salas, materiales incombus-tible~ p, uertas de acceso amplias, etc.). Aun así, todo este periodo estu-vo salpicado de leyes y decretos desarrollando y mejorando esta regla-mentación 12, atendiendo también a los aspectos sanitarios y la protección a la infancia 13. Finalmente, en 1935, se aprueba un nuevo y más com-pleto Reglamento que permanece vigente hasta 1982. Aunque en La Laguna solo hubo conatos de algún siniestro, sus ci-nes debieron adecuarse a las sucesivas normativas estatales: y a nume-rosas disposiciones provinciales 14, y locales, como las Ordenanzas Mu-nicipales de 1923 l5 que contemplaban entre sus artículos a las salas de cine, y que ejercían así un mayor control sobre el cumplimiento de los requisitos legales para la construcción y condiciones higiénicas de nue-vos locales y las reformas exigidas a los existentes 16. LA PRIMERA SALA: EL TEATRO VIANA Situado en la lagunera calle de Juan de Vera, el Circo, Gallera, Teatro, Salón o Parque Viana, nombres con los que se le denominó a lo largo de su existencia, fue construído para gallera en 1887 por un grupo de socios, siendo adquirido por Francisco Padilla Morales y adap-tado para teatro en 1894 17. Al parecer, expedientes y planos de su cons-trucción y posteriores remodelaciones han desaparecido, aunque sabemos que era un local de reducidas dimensiones, de fachada sencilla, con planta entre circular y elíptica 18, "en uno de cuyos lados se acopló ei escenario, y en ei resto ios paicos, en ei centro se pusieron las bu-tacas, que eran fácilmente retirables para despejar el lugar donde se daban las riñas de gallos o las luchadas. Poseía [en el centro de su tejado] una claraboya con cristales que permitía el fácil acceso de la luz, rematada al exterior por un cupulín" 19. Su modestia no logró col-mar la vieja aspiración lagunera de tener un coliseo a la altura del abolengo de la ciudad y capaz de albergar importantes producciones teatrales 20, de modo que en sus comienzos, entre otros usos no rela-cionados con los espectáculos 21, su actividad se limitaba a las tradicio- 416 Enrique Ramírez Guedes nales riñas de gallos y luchadas, o en menor medida a las zarzuelas, circos y Fiestas de Arte. Su propietario, a la sazón rematador de impuestos del Ayuntamien-to lagunero y hombre ajeno al mundo del espectáculo, alquilaba el lo-cal a las compañías que llegaban de la Península o a sociedades locales que organizaban diferentes actividades. Con la inauguración en el Tea-tro Viana de The Imperial Bioscope, el 1 de abril de 1906, se inicia un continuo desfile de cinematógrafos, cuyos empresarios arrendaban el local por varias semanas para sus proyecciones y seguían luego hacia el Puerto de la Cruz y La Orotava. Este modelo de gestión, en el que Francisco Padilla no traía a las empresas de espectáculos, sino que eran éstas las que acudían a solicitar el Teatro, se prolongará hasta finales a N de1908, en que el "Viana" será conducido por Sixto Cabrera. La pri- E mera medida del nuevo empresario fue acometer una serie de reformas O en el iocai, como ei arregio de butacas, ventanas, tejado, mejora de ia --- m iluminación, etc. 22, ya que su condición de local multiusos, que aco- O E gía a todo tipo de espectáculos y públicos, con constantes modifica- s£ ciones en la disposición de sus butacas y decoración, suponía un -E auténtico desgaste para su infraestructura, que necesitaba renovarse cada poco tiempo. Sixto Cabrera, cuya gestión no varió en exceso la oferta 3 de espectáculos que había habido hasta su llegada, abandona el Tea- - - 0 m tro a mediados de 1909, volviendo el "Viana" a manos de su propieta- E río, quien lo reabre con una compañía de zarzuela en noviembre de ese O mismo año 23. n Tras un periodo de casi dos años, en los que el cine, los conciertos -E y los bailes organizados por las diferentes asociaciones laguneras pre- a dominaban sobre cualquier otro espectáculo, el Teatro Viana cambia de 2 n titularidad en beneficio de Dolores Padilla, hermana del propietario an- n tenor. Dolores Padilla trata, en un primer momento, de relanzar su pe- 3 queño coliseo como lugar apropiado para las representaciones teatrales, O atendiendo a los deseos de la élite cultural lagunera que le concedía al ciiie escasa As;, eii eiieio de 191 1, 1 ------- A---=- "-1 "--A-- iZi iiucva uuciia uci lcduu Viana encarga siete nuevos decorados 24 que sirvieran de fondo a Ias funciones de teatro que se pretendía dar, pero no atiende a las verdade-ras carencias del local, que evidencia la necesidad de reformas en pro-fundidad tanto en lo que se refiere a seguridad e higiene, por lo que recibe continuas críticas de la prensa 25, como a infraestructuras: "[ ...] la nota cómica la dan las sillas del teatro: desvencqadas van poco a poco pasando al mundo de los chismes viejos e inútiles, aunque la mayor parte de ellas ya son inservibles. Al propietario del Viana corresponde reno-var la existencia de butacas, pues de lo contrario éstas acaban como i ~ esspa cios cinematográficos en ~a Laguna ... 417 acabó el gallinero (porque no llamamos gallinero a las tres tablas suel-tas colocadas en unas burras)" informa El Periódico Lagunero del 7 de enero de 1914. No es hasta principios de 1914 cuando Dolores Padilla, junto con la empresa que explota el Teatro 26, decide acometer obras de mayor envergadura, obligada por el recientemente promulgado Reglamento de espectáculos, incluyendo una galería alta y un palco de honor ", mejo-rando las condiciones generales del pequeño coliseo y adecuándolo para dar en él exhibiciones cinematográficas de forma permanente 28. Para estas obras no se solicitó permiso alguno al Ayuntamiento, provocando la reacción de un concejal que pidió al Alcalde que no permitiera la reapertura del local hasta que fuera inspeccionado por "persona faculta-tiva'' 29. Este hecho no tuvo consecuencias ulteriores y tras la petición de Dolores Padilla de la licencia de apertura, el 25 de junio 30, esa mis-ma noche se inaugura con cine y variedades 31. A partir de ect~hree, n qiie se diwelve !a sociedad 32, comienza una larga lista de empresas cinematográficas que toman este local en explo-tación, lo cual nos hace pensar que el cine comienza a ganarse el inte-rés del público, pero no resultaba aún un negocio muy rentable, espe-cialmente si había que pagar un alquiler por el local de exhibición. Ramón Baudet, empresario del Parque Recreativo de Santa Cruz, da cesiones de cine en 1914 y 1915 33, pero ante la desmesurada superiori-dad del recien inaugurado Teatro Leal, cede el arriendo del "Viana", y una nueva empresa se hace cargo del mismo, como refleja La Infomza-ción del 20 de junio de 1916: "Se nos dice que una nueva empresa está en negociaciones para el arriendo del Parque Viana, en cuyo local se darán también espectáculÓs muy en breve". Casi un año después nos encontramos con la disolución de esta empresa y la creación de una nueva por los comerciantes laguneros Cándido Nuñez Fuentes y Luis Medina Izquierdo, quienes reforman el Teatro reinaugurándolo en mayo de 1917 34. Tras un corto periodo, en el que predominaba la lucha cana-ria y las proyecciones cinematográficas eran escasas, el periódico La Verdad del 24 de agosto de 1917 nos informa que "El próximo lunes se abrirá de nuevo ai püoiico ei iindo coiiseo de ia caik juañ de Vera, haciéndose cargo del mismo la empresa que lo tuvo en amendo hace algunos años y que tan buenos espectáculos nos ofreció", sin embargo no abrió de nuevo sus puertas hasta el día 1 de octubre 35. Finalmente, en junio de 1918, la boyante empresa del Teatro Leal toma en arriendo el "Viana" 36 con la clara intención de elimina la poca competencia que éste pudiera hacerie en manos de otra empresa fuerte como ia mencio-nada de Ramón Baudet. Es así que a partir de ahora en el Teatro de 418 Enrique Ramírez Guedes Juan de Vera sólo se volverán a ver riñas de gallos y luchadas, salvo en febrero y marzo de 1921 que por obras de decoración del Teatro Leal se dan funciones de cine 37, hasta su cierre defitivo, como sala de cine, poco tiempo después. LAS PROYECCIONES AL AIRE LIBRE La estación veraniega era la época del año con mayor vida en La Laguna, con el comienzo de los "paseos" en la Alameda del Adelanta-do y, sobre todo, con la llegada de numerosas familias que desde Santa Cruz se desplazaban para pasar el verano en la menos calurosa ciudad lagunera. Por ello los empresarios de espectáculos solían preferir esta época para llevar sus funciones al Teatro Viana, único lugar que ofre-cía, hasta finales de 1915, las condiciones mínimas necesarias. Pero en junio de 1909 se anuncia en la prensa la instalación de un Parque Re-creativo, especie de parque de atracciones que supone el primer cine al aire libre datado en La Laguna, en las proximidades de la plaza de San Francisco (actualmente del Cristo): "En la Huerta de los pinos, al extre-mo de la calle de Nava Grimón, inmediato a la Plaza de San Francisco, se están haciendo grandes preparativos para convertir aquella bellísima posesión en ameno sitio de recreo para el público durante la estación veraniega que se avecina. Compañía de zarzuela, cinematógrafo, cupletistas y danzenzes [sic], excentricidades, conciertos, montaña rusa, tiros a pichón y al blanco y otros espectáculos variados de todas clases, serán los atractivos que, en unión de un buen bar y restaurant, congre-garán en aquel delicioso sitio al público de La Laguna y colonia vera-niega, en las tardes y noches estivales7' 38. La inauguración de esta nue-va atracción, inédita en La Laguna, tras aplazarse tres días por el mal tiempo, se produce finalmente el día 16 con bastante concurrencia, pero hasta el día 27 de ese mes de junio no se estrena "con gran lucimiento" el Cinematógrafo Ibérico "que actuará en este parque durante la esta-ción estival" 39. Este cine, que lógicamente se había instalado al aire li-bre y tenia e! misme c&cte: nSmüda qUe !u mayoria en esos momen-tos, es sustituído por otro a mediados de septiembre 40, cercano ya el momento en que suponemos que cerraría sus puertas, dado que dejan de aparecer noticias en la prensa de esta experiencia, que no se volvió a repetir. Tal como ocurre con el periodo estival, durante las fiestas del Cristo de! CoriiUs La la uha:ida(j y coligiega a iiüriieiosvs forasteros, atrayendo también espectáculos cinematográficos al aire libre, Los espacios cinematográficos en ~a Laguna ... 419 muchas veces gratuitos, en las plaza del Adelantado y del Cristo o Pa-seo de la Universidad (actual Camino Largo). Estas exhibiciones fueron, muy probablemente, debidas al pionero Miguel Brito, que desde 1910 recom'a los pueblos en fiestas con su cinematógrafo 4'. En las fiestas del Cristo de 1912 encontramos por primera vez este tipo de espectáculos, formando parte de las atracciones que se ofrecían: el día 14, a las 21 horas habrá "verbena y música en la plaza de San Francisco, magníficamente decorada y alumbrada, y exhibiciones cinematográficas gratuitas y al aire libre", reza el programa de dichas fiestas. Tras esta primera ocasión, la experiencia se repite en años sucesivos: El 6 de septiembre de 1913 ha-brá, entre otras atracciones, cinematógrafo en el Paseo de la Universi-dad 42. De igual manera se anuncia en El Periódico Lagunero del 8 de septiembre de 1914, en las fiestas del Cristo, habrá cine al aire libre en la Plaza de San Francisco a partir de las 20:30 horas del día 14. Al año siguiente, 1915, se programan exhibiciones cinematográficas al aire libre Uuraiiíe ias fiestas dei Corpus: ei aía 3 de junio "habrá iiuminaciones, música, fuegos artificiales y cinematógrafo", según leemos en el progra-ma de las fiestas del Corpus publicado por La Información del 28 de mayo de, que será exhibido en la calle de Obispo Rey Redondo y Plaza de la Concepción. El mismo programa se nos presenta el 14 de septiem-bre, día grande de las fiestas del Cristo, según La Información del 2 de dicho mes: "Verbena, música, concurso de fuegos artificiales y cinema-tógrafos, en la misma plaza, que lucirá extraordinaria iluminación eléc-trica a la veneciana". El citado periódico anuncia para el mismo día del año siguiente, 1916, que "hoy" en la Plaza de San Francisco habrá "ci-nematógrafo popular". Esta cadena de citas anuales con el cine al aire libre sufre una interrupción de cuatro años, puesto que no es hasta las Fiestas de San Juan Bautista en La Cuesta cuando se produce una nueva "exhibición de cintas cinematográficas al aire libre" el domingo 4 de julio de 1920, hecho que se repite al año siguiente con la programación de un "cinematógrafo popular" 43. Finalmente, como última datación constata-da en el periodo estudiado, tenemos las "proyecciones de cinematógra-fo" celebradas, durantes los festejos del Cristo lagunero, el jueves 14 de septiembre de 1922 en el marco de una verbena popular, según vemos en su programa. Por otro lado; y como muestra del alcance y difusión que el cine había alcanzado, desde mediados de la segunda década del siglo se da-ban funciones de cine, aunque no con carácter público, en el Cuartel del Cristo los días de la fiesta de la Patrona de infantería. 420 Enrique Ramírez Guedes EL TEATRO LEAL Este emblemático edificio, inaugurado a finales de 1915, y construído a iniciativa del "rico propietario" Antonio Leal Martín, colmó los anti-guos deseos de la sociedad lagunera de contar con un coliseo lujoso que realzara la importancia de la ciudad, lo cual quedaría reflejado en la petición de un homenaje realizada por el periódico La Información del 10 de febrero de 1916 para Antonio Leal por haber construído el Tea-tro, petición que es recogida por el Ayuntamiento tomando el acuerdo de homenajear al "excelente filántropo y entusiasta lagunero" con un banquete en el teatro, como informa el mismo periódico el día 17 de marzo de ese año. El Teatro Leal fue proyectado por el arquitecto granadino Antonio Pintor, arquitecto municipal de Santa Cruz de Tenerife, que contaba ya entre su producción, mayontariamente ecléctica, con el Pabellón Recrea-tivo (posteriormente Salón Novedades) y el Parque Recreativo, ambos en Santa Cruz de Tenerife. Pintor realiza los planos en 1912, firmándo-los el 20 de julio de ese año ". Situado en la calle Obispo Rey Redon-do, su fachada ecléctica, de dos plantas al exterior, se divide en tres cuerpos, los laterales rematados por torreones y el central con tres puertas en arco de medio punto en cada planta y recorrido por un balcón a lo largo de toda la segunda. Tras la fachada se halla un vestíbulo que con-duce directamente al patio de butacas o, a través de escaleras situadas en sus extremos, a los pisos superiores. En su interior el edificio se ele-va cuatro plantas: patio de butacas y plateas en la primera, palcos en la segunda, anfiteatro en la tercera y paraíso en la cuarta. Su planta, en forma de herradura, presenta el grave inconveniente de impedir un ade-cuada visibilidad en determinadas localidades laterales. A ambos lados del escenario y en tres pisos se abren los camerinos y otras dependen-cias necesarias para la escena. La decoración interior les fue encargada Manuel López Ruíz, Botas Ghirlanda y Manuel Verdugo. Bajo el suelo u n~i nyioa tniv- uAre. vhui irtcor Lou~ac i-o -U UcVnIVClrUrIVrILi itnn rulvnuc VoEn~nVrLmL ~oZcV ~n atnc nara ~ 1 ~ v . r r lhnac tñ el nivel del escenario para los casos que lo requirieran. Las obras comenzaron el 7 de mayo de 1912 45, antes de que los planos fueran firmados por Pintor, sufriendo diversos contratiempos, motivados generalmente por la falta de materiales que tenían que im-portarse de la península, que retrasan su ejecución y obligan a para los A l . - . - - Lraoajub. Asi, ei if de julio de 1913 El Peribdlco kzgu;zer~i,n forma de la revitalización de las obras del Leal tras una temporada de inactivi-dad. En los primero meses de 1914, las obras del nuevo teatro se en- LOS espacios cinematográficos en La Laguna ... 42 1 cuentran avanzadas y a principios de mayo se disponían a colocar la armadura del techo, elemento que "viene ya ajustado a medidas y cons-truido ad hoc" en el "extranjero" 46. Las expectativas de acabar ese año se ven truncadas por nuevas demoras, así a principios de 1915 se reci-ben "desde Sevilla todos los barandajes y antepechos de los palcos7', que se colocan poco después, y se instala la luz eléctrica 47. La euforia comienza a crecer ante la inminente finalización de las obras, como expresa La Información del 7 de mayo: "Muy pronto que-dará terminado este templo del arte, cuya construcción no desmerece de la de los mejores y más modernos coliseos", y dos meses después es Antonio Leal quien, en un telegrama enviado desde la Península, pre-siona para que se concluyan las obras cuanto antes 48. Por fin, el 11 de septiembre, el Alcalde de La Laguna comunica a Juan de la Cruz, her-manastro de Antonio Leal y empresario del local, el permiso para abrir el Teatro Leal 49, y aún sin terminar las obras se inaugura esa noche, de forma oficiosa, con ia Fiesta de ias ~espéricies5" en ia que estaban re-presentadas las siete islas. La inauguración oficial se produce el 26 de octubre con una función teatral, todavía inacabadas las obras como re-fleja la crónica de la función que incluye La Información del día siguien-te: "El local, ya casi concluído, presentaba un sorprendente aspecto. Creíamos no encontrarnos en nuestra querida Laguna [...]". Como tantos otros locales del momento, el Leal incorporó las pro-yecciones cinematográficas desde el principio, convirtiéndose durante iodos estos años en el cine más importante de la ciudad. La empresa de Juan de la Cruz, cuyo gerente en este momento era el cineata José González Rivero, escogió Cabiria para comenzar con sus proyecciones cinematográficas espectáculo que empezaba a revelarse como verda-deramente rentable y más fácil de contratar que las funciones teatrales. Así, se acometen las reformas necesarias para instalar la cabina de pro-yección, que no se había contemplado inicialmente, sacrificando algu-nos palcos, y se compran elementos que mejoren la calidad de las pro-yecciones 52. El paso del tiempo hace que también este local sufra deterioros, unos consustanciales al uso y otros por la pérdida de respeto de parte del público por el edificio más emblemático de la ciudad en el presente siglo. La empresa se ve en la necesidad de remozar el Teatro y tomar medi-das para que no se produzcan más daños en el local que los naturales por el. uso, como recoge La Información de 29 de octubre de 1915: "[. . .] la Empresa del Teatro Leal [. . .] a fin de evitar el que se escriban y rayen las paredes recientemente pintadas y enjalbegadas, ha tenido el buen acuerdo de nombrar dos policías secretas para pescar a los nenes que 422 Enrique Ramírez Guedes se ocupan en rayar y pintar las paredes [...]". Estas reformas, que po-dríamos llamar de mantenimiento, especialmente en la decoración, se producían cada uno o dos años en lo sucesivo, con cortas temporadas de cierre 53. Pero todas estas mejoras no impiden que se incumpla la normativa vigente, algo bastante frecuente en los cines laguneros de la época, y el 6 de febrero de 1928 se recibe en el Ayuntamiento una ins-tancia de José Gómez Rivas para que se respeten las distancias regla-mentarias entre las butacas en el Teatro Leal 54, aunque no tenemos cons-tancia de que se corrigiera dicha irregularidad. El día 3 de agosto de 1931 se produce un acontecimiento importan-te con la inauguración en el Teatro Leal, y en La Laguna, del cine so-noro con la película El loco cantor para la que se agotaron las entra-das, aunque, como en el resto de los cines del país, esta primera experiencia duró escasamente unas semanas por diversos motivos, re-apareciendo de forma más continuada entrado ya 1932. Y! Teatro Le.!, sz!x~g pqcefizs r ~ f e - 2 ~nY -i- i ~fi n &~ t&r ~an su es-tructura, permaneció invariable hasta el final del periodo que estudia-mos, presentando, en 1936, como características más relevantes un afo-ro de 870 localidades, 450 de preferencia, 120 en anfiteatros y 300 de paraíso, daba dos funciones diarias, carecía de bar (en años anteriores si disponía de uno), su equipo era un Proyector sonoro Western Electric con Krupp Ernemmann instalado en julio de 1931, y trabajaban en él 2 taquilleros, 2 porteros, 3 acomodadores, 2 limpiadores y 2 operadores (Manuel Glez. López y Diego Glez. Alvarez) 56. LA APARICIÓN DE LOS CINES En la década de los 20, el negocio cinematográfico, que vive años dorados, comienza a expandirse por los alrededores de la ciudad, que deja de ser la única del municipio que ofertaba infraestructuras cinema-tográficas. Se reciben en el Ayuntamiento numerosas solicitudes, de particulares o sociedades para adecuar espacios existentes o construir nuevos cines en los barrios y puebios. Entre 1925 y 19% se eoiisiiuye-ron cuatro cines, aparte de las licencias que se concedieron para dar cine al aire libre o construir salas que no se llevaron a cabo. Estos nuevos locales presentaban, como característica común a casi todos, unas facha-das simples, utilitarias, sin ningún tipo de adorno que les diera cierto empaque y les ennobleciera, semejándose bastante a los salones de empaquetado tan en boga en ia época. Este rasgo no resuiia áei iodo extraño dado que al cinematógrafo no se le reconocía aún, por la élite as espacios cinematográficos en LU Laguna ... 423 cultural, el estatuto de arte que le podía otorgar la dignidad que mere-cían los recintos teatrales. El 12 enero de 1925 el comerciante Manuel Hernández González solicita permiso al Ayuntamiento para construir "un salón" en la carre-tera de Tejina, solicitud que fue aprobada el 4 de febrero pagándose los derechos el 12 LOS planos, sin firmar, muestran una fachada ecléctica, con profusa decoración, de una planta sobre basamento elevado, con un cuerpo central retranqueado, tres puertas al frente, al que se accede por una escalera central, que da paso a una pequeña terraza con balaustradas a ambos lados y una puerta a cada cuerpo lateral. Los dos cuerpos late-ra! es, udemás de !as rekridas puertas, presenta:: ier?ta::us u! exmi=: e:: su frente. La planta, rectangular, presenta un vestíbulo que antecede al salón al que da paso por una puerta central. Este tiene dos puerta como salidas a sendos pasillos laterales descubiertos. Su inauguración tuvo lu-gar el domingo 27 de junio de 1926 con un espectáculo musical 5s. Pare-ce obvio que el edificio no fue ideado para cine, puesto que carecía de cabina de proyección y no respetaba las normas legales en lo referente a la seguridad del local (salidas, etc.), y es más que probable que fuera, al menos al principio, un salón de baile, casi única referencia que se tiene por la prensa de sus actividades, junto con frecuentes sesiones de lucha canaria. Se desconocen las reformas que debieron practicarse poco tiempo después para convertirlo en el primer cine del municipio fuera de la ciu-dad. Su relativa lejanía de la ciudad de La Laguna y el poco interés de-mostrado por la prensa lagunera hacia el resto del municpio en materia de espectáculos, así como la ausencia de documentación en el archivo municipal, impiden un conocimiento profundo de la trayectoria de este local. Sabemos, en cambio, que, al final del periodo, tenía 450 localida-des, 300 de preferencia y 150 de general, y su régimen de exhibición se limitaba solamente a una función sábados y domingos. La irrupción del sonoro en 1931 le lleva a incorporar el nuevo sistema, con cierto retra-so, instalando un proyector sonoro Ercos Cinaes en junio de 1933 59. Tras la inauguración, el 5 de julio de 1928 del alumbrado eléctrico en La Cuesta 60, las posibilidades de instalar un cinematógrafo se ven 424 Enrique Ramírez Guedes enormemente favorecidas, y no se tardaría mucho en aprovecharlas. El 10 de octubre de ese mismo año Santiago Elías Molina, propietario de cafés y restaurantes, presenta una instancia, acompañada de los precep-tivos planos, en el Ayuntamiento lagunero solicitando autorización para construir un cine en La Cuesta y para dar funciones al aire libre mien-tras se tramita su solicitud. El expediente, remitido por el Ayuntamien-to al Gobierno civil, recibe de este una negativa el 12 de diciembre por no ajustarse a la normativa vigente. En junio de 1929, tras hacer las correcciones impuestas por la legislación, el nuevo cine, ya construído, recibe por fin la licencia de apertura 6'. El edificio, de corte racionalista, proyectado por Javier Felip Solá, arquitecto municipal, se instaló en el centro de un solar situado en el lugar denominado "American-Bar" de La Cuesta. El proyecto describe la sala como de 30 x 12.25 ms. y capaz para un total 700 espectadores, 400 en butacas (20 filas de 20 asientos partidas por un pasillo central) y 300 en graderías dispuestas en bancos escalonados y en semicírculo. La entrada a la sala se realizaba a ambos lados de la pantalla, y la sa-lida por seis puertas laterales que se corresponden con otras seis, que dan a la calle, en la galería descubierta que rodea toda la sala. Se le-vanta sobre pilares de hormigón separados 5 metros, que dividen los muros en 7 tramos, con ventanas alargadas horizontalmente los cinco centrales, soportando una armadura metálica cubierta de planchas de amianto, y el piso de entarimado de madera sobre hormigón. La cabina se halla dentro de la sala incumpliendo las normas en vigencia que dis-ponían que las cabinas debían colocarse fuera de la sala y separada de ésta por dos muros. Reformas efectuadas con posterioridad, de las que no hay constancia documental, reducen el aforo a 448 localidades, 198 de preferencia y 250 de general. A lo largo de su andadura, combina la frecuente celebración de bailes y verbenas con una única proyección los días laborables y dos los festivos. El sonoro llega a La Cuesta, por medio de este cine, el 7 de mayo de 1932, cuando estrena un aparato Orpheo Sincronic, convirtiendose así en el tercer cine de La Laguna en adaptar su ofcria a ia riuwii conieriie ciiieíriat~grádca6 2. Este cine situado frente al Ayuntamiento, en la Plaza del Adelanta-do, propieciad dei empresario cinematográfico de Santa Cruz de Teiierife (suyos eran el Roya1 Victoria y el Cinema Victoria de esta ciudad) Luis Zamorano González, fue construído en 1928. De su construcción y pos- os espacios cinematográficos en ~a Laguna ... 425 tenores remodelaciones sólo se conoce la reforma de la puerta de acce-so al solar donde se hallaba 63. Mediante esta intervención se cambian las ventanas circulares que existían en la fachada principal del solar por otras elípticas, en sentido horizontal, y se coloc? la ventanilla de la ta-quilla en la que está a la derecha de la puerta. Esta, de cuatro tramos y dos metros de ancho, está enmarcada por jambas almohadilladas rema-tadas por una barra metálica trenzada y con forma de arco de medio punto rebajado. El local, calificado por los que lo conocieron como "un salón de empaquetado", se instaló en el centro de un solar, alquilado por Luis Zarnorano, y rodeado de árboles frutales, situándose su cabe-cera, el muro donde se ubica el telón, a unos diez metros de la fachada principal que daba a la mencionada plaza. Para entrar en el local había que bordear el edificio por su lado izquierdo, en cuyo centro se encon-traba la única puerta, contraviniendo las leyes sobre seguridad en loca-les de espectáculos públicos, que establecía un número determinado de pUer'Las e! afuru de! =e i;!m:a iec:a"gU!ar j; .&!:U-ra, poseía una cubierta compuesta de planchas de hojalata que impedían oir los diálogos de las películas los días de lluvia 64. Su inauguración, anunciada por la prensa con cierta expectación, se produce el día 3 de septiembre de 1928 65 con la película española La hermana San Sulpicio, y sus desfavorables condiciones no dejaron de tener duras críticas por parte de la prensa, que lo califica como "una inmunda barraca, sin comodidad, sin distribución y sin higiene, faltan-do en todo a lo legislado en materia de locales para espectáculos" 66. Durante el periodo estudiado no se produjo ninguna modificación que mejorara sus deficientes condiciones. Inaugura el sonido en marzo 1932, cuando instala un Proyector sonoro Orpheo Sincronic. Cabe pensar que sus características fueran muy similares, si no las mismas, que al final del periodo estudiado, tan solo 7 años después, momento en que dispo-nía de un aforo de 400 localidades, todas de preferencia, y su progra-mación consistía en dos funciones diarias y tres los festivos 67. En enero de 1936, el fotógrafo y comerciante Julián Laserna Hernández, quien desde el año anterior daba funciones de cine al aire libre con el nombre de Cinelandia 68, termina la construcción, en La Cuesta, del nuevo Cine-casino Cinelandia, "el primero en su categoría [...] tanto por las condiciones que reúne como por su adorno y decora-ción" 69. Pero, a pesar de que la inauguración el día 1 de febrero se anun- 426 Enrique Ramírez Guedes cia a bombo y platillo en la prensa 'O, el proyecto no se presenta para la preceptiva aprobación del Ayuntamiento hasta agosto 7'. El proyecto tuvo un coste de unas 200.000 pestas 72, y SUS similitudes con el del Cine Park diseñado por el arquitecto municipal Javier Felip, nos inducen a pensar en la misma autoría. Los planos presentan una planta rectangular que se prolonga por uno de sus extremos con un jardín de forma irregular. La entrada por un lateral da a las taquillas y al vestíbulo, que tiene galerías altas a ambos lados a modo de balcones interiores, y desde el que se accede a la sala por una puerta situada a la derecha de la panta-lla, por estar reglamentado así, y en rampa, ya que las escaleras estaban prohibidas en los accesos. Paralela a la sala, por su lado derecho, hay una "galería de espera" conectada a la sala por tres puertas, que se co-rresponden en el lado izquierdo con las puertas de salida a la calle. La sala se divide en dos niveles, casi sin diferencia, con 334 butacas en 19 filas, separadas por un pasillo central, en el patio y 7 filas de gradas en forma sernicircular, también separadas por el mismo pasillo, en el nivel más alto. La cabina, con acceso sólo desde la calle, está aislada de la sala por un muro doble. La mayor peculiaridad de este local es la pre-sencia de una enfermería, cosa que no es obligatoria. Es este local el más respetuoso con la normativa vigente de todos los existentes en La Laguna hasta ese momento. Cinelandia programa una función diaria y dos los festivos con un proyector sonoro Philips adquirido en febrero de 1936 para el primitivo cine al aire libre, y puso en práctica un nove-doso y efectivo sistema para captar clientes, facilitándoles el transporte desde Santa Cmz en guaguas contratadas por la empresa. Estas guaguas hacían el recorrido desde la plaza de la República, con salida todas las noches a las 21:15 horas, hasta el cine, y regresaban al mismo lugar diez minutos después del espectáculo por un precio de 1,50 pesetas, inclu-yendo la entrada 73. OTROS INTENTOS TumSér, hUbG er, este peri&G =tras iniciatiras par:, iEsta!= fiurxj=s cinematógrafos que llegaron o no a cuajar, y de los que apenas se tiene más referencias que una breve reseña en la prensa o el testimonio de un oficio notificando la concesión de un permiso para llevar a cabo unas obras que en muchos casos nunca se realizarían. Así tenemos como en el periódico lagunero La Verdad del 3 de junio de 1918 se nos da la --A:-:- A- "-- -1 T-,.&-- A - - l - -.-e: C A L ..-- C. .--: A-i iuu~iau c yuc cii ci ~ c a u uf i pu~vS C VGI ~ I ILU ayci uiia giaii iui i~ivi i . . . Nos referimos a un teatro que con tal nombre se acaba de abrir al pú- os espacios cinematográficos en ~a Laguna ... 427 blico en La Cuesta". Es esta la única referencia en toda la prensa lagunera a este local, del que no se tiene constancia en el archivo mu-nicipal, y que probablemente diera funciones de cine, dado el frecuente aprovechamiento de estos locales como salas multiusos y la inexisten-cia de un cinematógrafo en este populoso barrio de La Laguna. Esta misma ausencia de documentación es la que se produce en tomo a la noticia dada por Gaceta de Tenerife el 13 de diciembre de 1925 de que se había solicitado autorización al Gobierno civil "para construir un lo-cal en La Cuesta para dar en él sesiones de cine y probablemente de varietés", diciéndonos además que "el edificio será construido en bre-ve". Este local nunca llegó a construirse, y fruto de ello son los repeti-dos intentos frustrados de dotar a esta barrio de un local para este tipo de espectáculos, como nos indican la solicitud de Manuel Bello Pérez, de 17 de diciembre de 1927, para instalar de forma provisional un cine-matógrafo en la Villa de Arguijón (La Cuesta) 14; O el oficio del Go-bierno civii autorizando a Francisco Ramos Rociríguez para instaiar un cinematógrafo en La Cuesta el 14 de diciembre de 1928 75. Sí llegó a buen fin, en cambio, la iniciativa del Casino de La Laguna de instalar un cinematógrafo en uno de los salones de su edificio, cito en la calle Herradores esquina a la de la Carrera, construído en 1913 por Mariano Estanga j6. Tras realizar todas las reformas y adecuaciones que estable-cía la reglamentación, como consta en el correspondiente expediente j7, recibe el permiso de apertura del Ayuntamiento, pero dado el carácter privado del nuevo cinematógrafo toda la información sobre el mismo queda reducida a la que proporciona el citado expediente. Por último, y ya en la etapa sonora, se produce el único intento in-fructuoso del que temos noticia en los años 30, cuando el comerciante Cándido 'Nuñez Fuentes, antiguo empresario del Teatro Viana, presenta en el Ayuntamiento de La Laguna una solicitud "para celebrar espectá-culos, especialmente de cine, para lo que posee los aparatos necesarios, en un local alquilado en el barrio de Perera en Punta del Hidalgo7' j 8 . Resulta paradójico que en momentos en que el cine cobra mayor relevancia como negocio, al tiempo que se convierte en el mayor es-pectáculo de masas con la incorporación del sonido en 1931, no se pro-dujeran más salas específicamente cinematográficas, reduciéndose a la construcción del reseñado Cinelandia, último cine de la etapa republica-na y primero del largo periodo franquista, cuya aparición cierra una época de verdadera efervescencia del "arte nuevo" en La Laguna, que, tras el paréntesis de la Guerra Civil, volverá a reverdecer en los años cuarenta y cincuenta con la apertura de numerosas salas en todo el municipio. Enrique Ramírez Guedes NOTAS l. Existe un estudio, más general y que abarca toda la isla de Tenerife, de Alvaro Ruiz Rodríguez, titulado El Templo Oscuro. La Arquitectura del Cinematógrafo en Tenenfe, 1897-1992. Consejería de Cultura y Deportes, Gobierno de Canarias, Santa cruz de Tenerife, 1993. Ci cabo de Las Paimas de Gran Canaria es iraiacio por Fernando Betancor Pérez en «El espectáculo cinematográfico en Las Palmas de Gran Canaria en la década de 1920», XI Coloquio de Historia Canario-Americana. Casa de Colón, Las Palmas de Gran Canaria, 1994, y más amplia y detalladamente en La arquitectura de las sombras: El mundo del cinematógrafo en Las Palmas de Gran Canaria (1864-1996), Memoria de Licenciatura, Departamento de Arte, Ciudad y Territorio, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, 1996. 2. Miguel de Unamuno, Artículos sobre Canarias. La Laguna de Tenerife. Edición, introducción y notas de Francisco Navarro Artiles. Cabildo Insular de Fuerteventura, Puerto del Rosario, 1980. 3. «Nada más triste que La Laguna en la temporada que se acerca; a ello contribu-ye en primer lugar la falta de espectáculos que en todas las ciudades existen, para ex-pansión y solaz de sus habitantes*. La Luz, La Laguna, 15/X/1899. 4. Agradecen a Miguel Brito la invitación para asistir a la inauguración «del sinematógrafo [sic] Lumiére, expuesto por dicho Sr. en la planta baja del Círculo Mer-cantil de Santa Cruz y que es digno de visitarse por la gran novedad que reviste?. He-raldo de Canarias, La Laguna, 17/Ii/1898. 5. «Se halla en Santa Cruz D. Miguel Brito Rodríguez exponiendo al público el Kinetoscopio, último invento de Edisson y por medio de cuyo aparato se ven escenas al natural copiadas por fotografías)). Heraldo de Canarias, La Laguna, 13/IV/1897. 6. «Anoche se inuguró en el Teatro Viana de esta ciudad el hermoso Cinemató-grafo, The Imperial Bioscope r...] Cuenta también la empresa con un magnífico Orquestrófono que además de ser un suntuoso mueble actuan en él ochenta instrumen-tos, ejecutando piezas de grande armonía y afinación». Noticiero Canario, La Laguna, 2/iVI1906. 7. Llegan de la península los artistas para la compañía de variedades contratados por el «empresario del Cinematógrafo Pathe, Sr. Velázquez [...]D. La Laguna, La Lagu-na, 13NIIU1907. El 27 llegará la compañía contratada por el Sr. Zamorano con «un per-feccionado cinematógrafo, con hermosas vistas desconocidas en Tenerifen. La Laguna, La Laguna, 25/X/1907. «Procedente de la península a donde fue para adquirir nuevas películas para el cinematógrafo de su propiedad, que con tanto éxito fue expuesto en el LOS espacios cinematográficos en LA Laguna ... 429 teatro Viana, llegó en el vapor Villaverde nuestro amigo el Sr. Mesa». El Pueblo Cana-rio, La Laguna, 29lIVl1909. 8. «Peliculerías. El arte cinematográfico cuenta hoy en esta población con un muy crecido número de admiradores, pudiéndose decir que el cine ha llegado a interesar de tal suerte, que es ya distracción predilecta del público la proyección de buenas pelícu-las. A que se despierte esta afición ha dado lugar el buen deseo de los respectivos em-presarios del Leal y el Viana, quienes se desvivien por ofrecer cintas escogidas, a pre-cios que están al alcance de todos». La Información, La Laguna, 16lIU1918. 9. Catástrofe en castellón por una falsa alarma en un cine. La Información, La La-guna, 19 y 30iXU1918. 10. «Ochenta carbonizados en un cine». El Periódico lagunero, La Laguna, 5lVI11912. 11. Reglamento de Policía de Espectáculos Públicos de 19lXl1913. 12. «Gobierno Civil. Cierre de cines. El ministros de la Gobernación mandó un te-legrama al Gobernador Civil para que el 9 de mayo se compruebe si los cines han cum-plido la Real orden de 5íX111927 que concedió un plazo de seis meses para que los cines dotaran a sus proyectores «de un aparato previsor de incendios [...] de los ensayados por la Dirección General de Seguridad y aprobados por Real Orden de 3111, 1, 2 y 311111 y 1 y 4/IV». Las Noticias, La Laguna, 5lV128. 13. Se ha dictado «una Real Orden reglamentando la higiene de los espectáculos cinematográficos, y prohibiendo la asistencia de niños menores de diez años que no va-yan acompañados de sus padres o personas mayores». La Información, La Laguna, 27/IVI1918. 14. «Se ha hecho público que en breve convocará el Gobernador civil a la Junta de Espectáculos, para adoptar acuerdos sobre la situación de los teatros y cines de esta provincia, exigiéndoseles rigurosamente el cumplimiento de todas las disposiciones le-gales para su funcionamienton. Las Noticias, La Laguna, 27/IX/28. 15. Ordenanzas Municipales de la M. N. y M. L. Ciudad de San Cristóbal de La Laguna en esta isla de Tenerife. Aprobadas en sesión del Ayuntamiento el 16lIVl1921, y por el Gobierno civil el 8lU1923. Archivo Municipal de La Laguna (AMLL). Sin sig-natura. 16. Oficio de 3Nl1929 del Gobierno civil notificando que ha terminado el plazo para la ejecución de reformas necesarias en los teatros estipuladas en el Boletín Oficial de la Provincia n." 128 de 241x11928. AMLL. Oficios de entrada de 1929. Sin signatura. 17. «Espectáculos públicos. Teatro». El Siglo xx, La Laguna, 23íXU1900. Fue de-corado por el pintor Ubaldo Bordanova, quien también lo había hecho en la Catedral. Heraldo de Canarias, La Laguna, 12NU1897. 18. Información suministrada por don Tomás Morales, a quien agradecemos los da-tos aportados sobre los primeros cines de La Laguna. 19. Carmen Julia Hernádez Hernández, La Laguna: Sociedad y cultura en el últi-mo cuarto del S. XIX, Memoria de Licenciatura; Departamento de Historia; Universidad de La Laguna, 1986. 20. «[ ...] El Viana lo encontramos muy bien para la celebración de funciones de cine, para circo de gallos y de lucha, pero no para que en él grandes compañías de ópera y drama den representaciones». La Información, La Laguna, 6/IU1915. 21. Francisco Padilla le cede el Teatro al Ateneo de La Laguna, a cambio de que pague «la prima del seguro» del Teatro Viana, para «que celebre sus sesiones ordina-rias y extraordinarias». Noticiero Canario, La Laguna, 17lIV11905. 22. «El dueño del Viana Sr. Padilla se propone realizar algunas importantes inno-vaciones [...] la composición de las butacas y el arreglo de las ventanas altas. Estas re- 430 Enrique Ramírez Guedes formas se deben principalmente al Sr. Sixto Cabrera, encargado del teatro, y que tiene el propósito de continuar introduciendo mejoras*. El Pueblo Canario, La Laguna, 21/X/1908. «El nuevo arrendatario del Teatro D. Sixto Cabrera ha introducido muchas mejoras [...] haciendo desaparecer por completo la suciedad y roturas que tanto le afea-ban. Ha compuesto las butacas [...] y el tejado, las vidrieras [...]». El Pueblo Canario, La laguna, 5/XU1908. Sixto Cabrera va a mejorar, entre otras cosas, la iluminación del Viana. El Pueblo Canario, La Laguna, 2lXIU1908. 23. El Pueblo Canario, La Laguna, 13/XI11909. 24. El Pueblo Canario, La Laguna, 28/1/1911. 25. Se critican las malas condicones higiénicas del Teatro Viana. El Periódico, La Laguna, 19B(/1911. 26. «[ ...] La nueva empresa [...] ha colocado el 'Viana' en condiciones magníficas [...ID El Periódico Lagunero, La Laguna, 26NU1914. 27. Dolores Padilla, en escrito del 14lIV1914, pone a disposición del Ayuntamien-to «para siempre» el palco de la presidencia de su teatro, pues su presencia «ha de dar mucho realce y esplendor a los espectáculos que se celebren en el Teatro Viana de mi propiedad». AMLL. Registro de entradas de 1914. Sin signatura. 28. Ha llegado el «nuevo aparato cinematográfico» del Teatro Viana. Es alemán de la marca Imperator y su objetivo es Enerman, aunque tiene «otro para vistas fijas y anuncios». «¿a Empresa ha traído ei teión especiai para ias proyecciones» y «máquinas necesarias para el pegue de películas y desenrrollo de las mismas, timbres, teléfono, carteles de anuncios, etc ... Probablemente, a principios del entrante mes se verificarán las pruebas [...]». El Periódico Lagunero, La Laguna, 28lIV114. 29. AMLL. Libro de Actas de 1914. Sesión del 6lV11914. 30. AMLL. Solicitud de Dolores Padilla de la licencia de apertura del recién re-formado Teatro Viana. 25/VV 1914. Sin signatura. 31. «Cine y varietés. De nuevo se han vuelto a reanudar en nuestro coliseo de la calle Juan de Vera, las secciones de cine y varietés [...]» El Periódico Lagunero, La Laguna, 26NV1914. 32. La empresa del Viana se ha disuelto y el propietario [debe ser Dolores Padilla] ha constituido otra. El Periódico Lagunero, La Laguna, 5/X/14. 33. Las empresas de Baudet, Parque Recreativo y Salón Novedades, aparecen ex-hibiendo películas en los carteles del Teatro Viana en 1914 y 1915. AMLL. Fondo Ossuna. Carteles de cine y teatro. Sin signatura. 34. «Se ha disuelto la empresa que tenía en arriendo el Parque Viana, por la au-sencia de uno de sus socios. Otra nueva empresa, integrada por Luis Medina Izquierdo y Cándido Nuñez Fuentes, se ha encargado del Coliseo». La Información, La laguna, 28/1V/l917. «Salón Viana. Es muy probable que mañana o pasado se verifique en el coliseo, recientemente reformado interiormente, una función [...] de películas [...ID Se reabre el día 16. La Información, La Laguna, 10/V/1917. 35. «Parque Vianan. La Información, 211011917. 36. «Estos días se ha hecho pública la noticia de que por la Empresa del Teatro Leal se ha tomado en arriendo el Parque Viana, en el cual se darán también funciones de cine, aunque sólo algunas tardes, y seguirán celebrándo luchadas, riñas de gallos, bai-les, etc ... Con el arriendo del coliseo cesará ahora la competencia entre ambas Empre-sas que tanto beneficiaba al público». La Información, La Laguna, 18/VU1918. 37. «Por estarse efectuando en el Leal varios trabajos de decorado, se anuncia por una corta temporada la celebración de los espectáculos en el Parque Viana~.L a Infor-mación, La Laguna, LOIIII IYLI. 38. «Parque Recreativo en La Laguna*. El Pueblo Canario, La Laguna, 4lVIl1909. Los espacios cinemarográficos en La Laguna ... 43 1 39. El Pueblo Canario, La Laguna, 26 y 28NY1909. 40. Próximamente se presentará en el Parque Recreativo «un nuevo Cine [...] El Sr. Mesa, que hasta ahora venía distrayendo al público en esos jardines, dará algunas seccio-nes, como despedida, con el cinéfono y el cine». El Pueblo Canario, La Laguna, 6/íX/1909. ~ e b emo sag radecer esta información al Dr. don Fernando G. ~ a r t í n . Programa de las fiestas del Cristo, La Laguna, 1913. La Información, La Laguna, 3NIU1920 y 14NU1921. Planos del Teatro Leal. AMLL. Sin signatura. La Información, La Laguna, 6/II/l9 15. «El nuevo teatro». El Periódico Lagunero, La Laguna, 5/V/14. La Información, La Laguna, 20 y 26lII/1915. «Teatro Leal. Se ha recibido un telegrama del propietario D. Antonio Leal mar-tín, manifestando su deseo de que las obras es& terminadas a finales del próximo agosto [...]» La Información, 5/VII11915. 49. AMLL. Sin signatura. 50. Programa de la Fiesta de las Hespérides, La Laguna, 1915. 51. La Información, La Laguna, 29XU1915. 52. La Información, La Laguna, 22 y 301XIV1915. 53. «Se están llevando a cabo importantes reformas en el decorado del Teatro Leal, cuyo coliseo, con dichas mejoras, esta quedando exceientemente adornado». La iníor-mación, La Laguna, 20lIV11920. «Por estarse efectuando en el Leal varios trabajos de decorado, se anuncia por una corta temporada la celebración de los espectáculos en el Parque Vianan. La Informa-ción, La laguna, 26/IU 192 l. 54. AMLL. Oficios de 1928. Entradas. Sin signatura. 55. Las. Noticias, La laguna, 4lVIIU 193 1. 56. Declaración de Juan de la Cruz Martín ante el Gobernador civil, a petición del Consejo Nacional de Cinematografía, sobre las características de su cine. AMLL. 1936. Sin clasificar. 57. Expediente de construcción de un salón en Tejina, de Manuel Hernández González. 12 Enero de 1925. AMLL. Urbanismo. 60512. 58. La Prensa, 26NU1926. 59. Declaración de Manuel Hemández González ante el Gobernador civil, a peti-ción del Consejo Nacional de Cinematografía, sobre las características de su cine. AMLL. 1936. Sin clasificar. 60. Las Noticias, La Laguna, 9/VII/l928. 61. Expediente de construcción del cine Park, de Santiago Elías Molina, por el ar-quitecto Javier Felip Solá. Incluye planos. 10/X/1928. AMLL. Urbanismo. 608176. 62. Declaración de Santiago Elías Molina ante el Gobernador civil, a petición del Consejo Nacional de Cinematografía, sobre las características de su cine. AMLL. 1936. Sin clasificar. 63, U'..&. 2- ------ -..-• c x p e u i e i n e de c u i i a r i u c c i ú i i ue u i i a p u r a uc. ~LLCSU, Cii SUSL;LUC;&I de k ,¡¡ti-gua, en el «solar donde se halla enclavado el Parque Victoria*, de Luis Zamorano González. 21 .V. 1931. AMLL. Urbanismo. 61 1/26. 64. Ver nota 17. 65. Las Noticias, La Laguna, 3/IX/1928. 66. «Los señores empresarios de cine se sienten 'ofendidos'. Y al público que lo parta un rayo». El Día, Santa Cruz de Tenerife, 30íIV11932. 67. Declaración de Ernesto Massieu Pimienta. en representación de Luis Zamorano, ante el Gobernador civil, a petición del Consejo Nacional de Cinematografía, sobre las características de su cine. AMLL. 1936. Sin clasificar. 432 Enrique Ramírez Guedes 68. El 8 de febrero de 1936, Julián Laserna solicita permiso al Ayuntamiento para comenzar la temporada de cine en el Cinelandia, que ya había dado funciones de cine en 1935. AMLL. Sin clasificar. 69. «Nuevo local de espectáculos». La Prensa, Santa Cruz de Tenerife, 22N1936. 70. El lAV1936 se inserta en La Prensa el anuncio de la inauguración, y al día siguiente, en el mismo periódico, aparece la noticia de dicho acto bajo el título de «Nuevo salón de espectáculos». 71. Expediente de construcción de un cine en La Cuesta, de Julián Laserna Hemández, por el arquitecto Javier Felip Solá. Agosto de 1936. AMLL. Urbanismo. 6 18/46. 72. Sola Antequera, Domingo. «El Cinema en Tenerife. Febrero de 1936», Tebeto VI. Anuario del Archivo Histórico Insular de Fuerteventura. Cabildo Insular de Fuerteventura, Puerto del Rosario, 1993. pp. 183-194. 73. «El Cine. Cinelandia*, La Prensa, Santa Cruz de Tenerife, 14AV1936. 74. AMLL. Sin clasificar. 75. AMLL. Sin clasificar. 76. La Laguna, 22/12/1906: El Casino de La Laguna ha comprado la «espaciosa casan situada en «el cruce de las calles de Alfonso XIII, antes Herradores, la de la Carrera y Nuñez de la Peña». El Casino había sido construído en [AMLL. Urbanismo. 600-371 y modificada su fachada por el ingeniero Salvador Iglesias [AMLL. Urbanismo. 603-191. 77. Expediente para instalar un cinematógrafo en uno de los salones del edificio del Casino de La Laguna. 6/XIV1929. AMLL. Sin clasificar. 78. AMLL. 3/8/l93 1. Sin clasificar.
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Título y subtítulo | Los espacios cinematógraficos en La Laguna hasta la Guerra Civil: plazas, teatros, y cines |
Autor principal | Ramírez Guedes, Enrique |
Publicación fuente | XII Coloquio de historia canario - americano |
Numeración | Coloquio 12. Tomo 3 |
Tipo de documento | Congreso y conferencia |
Lugar de publicación | Las Palmas de Gran Canaria |
Editorial | Cabildo Insular de Gran Canaria |
Fecha | 1996 |
Páginas | P. 412-432 |
Materias | Congresos ; Historia ; Canarias ; América |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 1168002 Bytes |
Texto | LOS ESPACIOS CINEMATOGRÁFICOS EN LA LAGUNA HASTA LA GUERRA CIVIL: PLAZAS, TEATROS Y CINES Este trabajo aborda el estudio de un aspecto fundamental de la in-fraestructura cinematográfica en la ciudad de La Laguna, precisamente el de sus lugares de exhibición desde la llegada del nuevo arte hasta la Guerra Civil, periodo de creciente intensidad y afianzamiento de la in-dustria del cine en todas las Islas y, por lo tanto, de gran interés para la historiografía contemporánea por abarcar años tan determinantes. Por lo general, se han estudiado estos temas contemplando únicamente las gran-des ciudades, como Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Ca-naria l . La Laguna de fines del siglo XIX y principios del xx, sin em-bargo, ofrece la particularidad de ser una ciudad que no se resigna a perder su importancia, liderada por una aristocracia y una burguesía fuertes, conformadoras de una élite cultural que mantiene como señas de identidad el antiguo esplendor de la ciudad y las más antiguas insti-tuciones docentes de Canarias. La sociedad lagunera, de "vida lenta, conventual y señorial, de ter-tulias caseras o monjiles, de fiestas de calendario, de siestas y de pasa-tiempo, en que se aguzan todas las pequeñas pasiones, y entre ellas la vanidad y la celotipia" 2, se realizaba asimismo en una cultura del es-pectáculo, básicamente decimonónica, sostenida en las llamadas Fiestas de Arte, las representaciones teatrales y actuaciones musicales de carácter culto, y en las más populares riñas de gallos, lucha canaria o números circenses. Éstas resultaban más abundantes, mientras que las represen-taciones teatrales y los conciertos, debido a la inexistencia de un em-presario local de espectáculos y a la falta de un teatro adecuado, se producían con bastante menos frecuencia, por lo que se trataba de lle- 414 Enrique Ramírez Guedes nar este vacío con las llamadas Fiestas de Arte organizadas por las di-ferentes sociedades locales, con personalidades de la cultura y la músi-ca de La Laguna. Esta escasez de espectáculos, que sume en la mono-tonía la vida de la ciudad, especialmente en la estación invernal 3, comienza a desaparecer con la, por lo que sabemos, tardía llegada del cine y los espectáulos a él ligados en sus primeros años de andadura. Mientras en Santa Cruz de Tenerife, el palmero Miguel Brito Rodríguez había introducido el cinematógrafo en 1898 4, un año después de pre-sentar el Kinetoscopio de Edison iniciando las esporádicas, pero con-tinuas, aparciciones del novedoso espectáculo, en La Laguna no tene-mos constancia de una primera exhibición hasta 1906 6, aunque es lógico pensar en anteriores apariciones del cine dada la cercanía de Santa Cruz a de Tenerife, adonde llegaba un relativamente abundante número de em- N E presarios peninsulares que debían rentabilizar sus desplazamientos exhi- O biendo sus películas el mayor número de veces y en el mayor número n-- de lugares posible. Pero es a partir de la entrada de varios empresarios m O E canarios ' en el incipiente negocio de la exhibición cinematográfica, y E 2 del espectáculo en general, cuando poco a poco, a lo largo de la prime- E ra década del siglo xx, el cinematógrafo trata de hacerse con un lugar - en el tiempo de ocio de los laguneros, hasta que en 1914, con la prime- = ra instalación de una sala fija, logra enquistarse definitivamente en esta - - 0 sociedad y constituir desde 1918 el espectáculo favorito del público *. m E A partir de este momento la evolución de la industria cinematográfica O en la ciudad va en continuo aumento, comenzando a extenderse la aper-tura de salas por barrios y pueblos del término municipal (La Cuesta, n E Tejina) y apareciendo, a finales de los 20, el tercer cine de la ciudad. - a También las películas se pudieron ver en otros espacios urbanos, sean 2 n privados (Casino, Cuartel del Cristo) o públicos (plazas y paseos). En n n los años 30, el cine toma un protagonismo aún mayor con la incorpora- = ción del sonido, que, en primer lugar, se instala en el Teatro Leal en O agosto de 1931. El resto de salas del municipio se van incorporando al nuevo sistema entre 1932 y 1933, y en 1936 lo hace Cinelandia de La P ..,, en :,n..,..,n,ln a", -:o-, nzn Lucxa, uiaugulauu GDG IIILUIIIU aiiu. La proliferación del nuevo espectáculo, desde los primeros años del siglo, trae aparejado un alto índice de siniestralidad por la fácil com-bustión de las primitivas cintas. La abundancia de incendios en las sa-las cinematográficas por todo el país (recuérdese el incendio del Circo Cuyás de Las Palmas de Gran Canaria en 1908), que crea una cierta psicosis entre ei púbiico " iieva ai Gobierno a promuigar numerosas dis-posiciones para regular la seguridad y el régimen de exhibición. El an-tiguo Reglamento de 1886, sobre espectáculos públicos, no servía para Las espacios cinematográficos en ~.aL aguna ... 415 garantizar la seguridad de los cinematógrafos, dada la inexistencia de estos en el momento de la promulgación del citado Reglamento, por lo que se trató de completar con una Real Orden, en 1908, sobre las cabi-nas de proyección, que se reveló totalmente ineficaz 'O La nulidad del anterior Reglamento hizo que fuera sustituido por otro en 1913 " que contemplara las peculiaridades y riesgos del cinematógrafo introducien-do medidas más adecuadas, no sólo para la cabina de proyección sino para el resto del local (características de las salas, materiales incombus-tible~ p, uertas de acceso amplias, etc.). Aun así, todo este periodo estu-vo salpicado de leyes y decretos desarrollando y mejorando esta regla-mentación 12, atendiendo también a los aspectos sanitarios y la protección a la infancia 13. Finalmente, en 1935, se aprueba un nuevo y más com-pleto Reglamento que permanece vigente hasta 1982. Aunque en La Laguna solo hubo conatos de algún siniestro, sus ci-nes debieron adecuarse a las sucesivas normativas estatales: y a nume-rosas disposiciones provinciales 14, y locales, como las Ordenanzas Mu-nicipales de 1923 l5 que contemplaban entre sus artículos a las salas de cine, y que ejercían así un mayor control sobre el cumplimiento de los requisitos legales para la construcción y condiciones higiénicas de nue-vos locales y las reformas exigidas a los existentes 16. LA PRIMERA SALA: EL TEATRO VIANA Situado en la lagunera calle de Juan de Vera, el Circo, Gallera, Teatro, Salón o Parque Viana, nombres con los que se le denominó a lo largo de su existencia, fue construído para gallera en 1887 por un grupo de socios, siendo adquirido por Francisco Padilla Morales y adap-tado para teatro en 1894 17. Al parecer, expedientes y planos de su cons-trucción y posteriores remodelaciones han desaparecido, aunque sabemos que era un local de reducidas dimensiones, de fachada sencilla, con planta entre circular y elíptica 18, "en uno de cuyos lados se acopló ei escenario, y en ei resto ios paicos, en ei centro se pusieron las bu-tacas, que eran fácilmente retirables para despejar el lugar donde se daban las riñas de gallos o las luchadas. Poseía [en el centro de su tejado] una claraboya con cristales que permitía el fácil acceso de la luz, rematada al exterior por un cupulín" 19. Su modestia no logró col-mar la vieja aspiración lagunera de tener un coliseo a la altura del abolengo de la ciudad y capaz de albergar importantes producciones teatrales 20, de modo que en sus comienzos, entre otros usos no rela-cionados con los espectáculos 21, su actividad se limitaba a las tradicio- 416 Enrique Ramírez Guedes nales riñas de gallos y luchadas, o en menor medida a las zarzuelas, circos y Fiestas de Arte. Su propietario, a la sazón rematador de impuestos del Ayuntamien-to lagunero y hombre ajeno al mundo del espectáculo, alquilaba el lo-cal a las compañías que llegaban de la Península o a sociedades locales que organizaban diferentes actividades. Con la inauguración en el Tea-tro Viana de The Imperial Bioscope, el 1 de abril de 1906, se inicia un continuo desfile de cinematógrafos, cuyos empresarios arrendaban el local por varias semanas para sus proyecciones y seguían luego hacia el Puerto de la Cruz y La Orotava. Este modelo de gestión, en el que Francisco Padilla no traía a las empresas de espectáculos, sino que eran éstas las que acudían a solicitar el Teatro, se prolongará hasta finales a N de1908, en que el "Viana" será conducido por Sixto Cabrera. La pri- E mera medida del nuevo empresario fue acometer una serie de reformas O en el iocai, como ei arregio de butacas, ventanas, tejado, mejora de ia --- m iluminación, etc. 22, ya que su condición de local multiusos, que aco- O E gía a todo tipo de espectáculos y públicos, con constantes modifica- s£ ciones en la disposición de sus butacas y decoración, suponía un -E auténtico desgaste para su infraestructura, que necesitaba renovarse cada poco tiempo. Sixto Cabrera, cuya gestión no varió en exceso la oferta 3 de espectáculos que había habido hasta su llegada, abandona el Tea- - - 0 m tro a mediados de 1909, volviendo el "Viana" a manos de su propieta- E río, quien lo reabre con una compañía de zarzuela en noviembre de ese O mismo año 23. n Tras un periodo de casi dos años, en los que el cine, los conciertos -E y los bailes organizados por las diferentes asociaciones laguneras pre- a dominaban sobre cualquier otro espectáculo, el Teatro Viana cambia de 2 n titularidad en beneficio de Dolores Padilla, hermana del propietario an- n tenor. Dolores Padilla trata, en un primer momento, de relanzar su pe- 3 queño coliseo como lugar apropiado para las representaciones teatrales, O atendiendo a los deseos de la élite cultural lagunera que le concedía al ciiie escasa As;, eii eiieio de 191 1, 1 ------- A---=- "-1 "--A-- iZi iiucva uuciia uci lcduu Viana encarga siete nuevos decorados 24 que sirvieran de fondo a Ias funciones de teatro que se pretendía dar, pero no atiende a las verdade-ras carencias del local, que evidencia la necesidad de reformas en pro-fundidad tanto en lo que se refiere a seguridad e higiene, por lo que recibe continuas críticas de la prensa 25, como a infraestructuras: "[ ...] la nota cómica la dan las sillas del teatro: desvencqadas van poco a poco pasando al mundo de los chismes viejos e inútiles, aunque la mayor parte de ellas ya son inservibles. Al propietario del Viana corresponde reno-var la existencia de butacas, pues de lo contrario éstas acaban como i ~ esspa cios cinematográficos en ~a Laguna ... 417 acabó el gallinero (porque no llamamos gallinero a las tres tablas suel-tas colocadas en unas burras)" informa El Periódico Lagunero del 7 de enero de 1914. No es hasta principios de 1914 cuando Dolores Padilla, junto con la empresa que explota el Teatro 26, decide acometer obras de mayor envergadura, obligada por el recientemente promulgado Reglamento de espectáculos, incluyendo una galería alta y un palco de honor ", mejo-rando las condiciones generales del pequeño coliseo y adecuándolo para dar en él exhibiciones cinematográficas de forma permanente 28. Para estas obras no se solicitó permiso alguno al Ayuntamiento, provocando la reacción de un concejal que pidió al Alcalde que no permitiera la reapertura del local hasta que fuera inspeccionado por "persona faculta-tiva'' 29. Este hecho no tuvo consecuencias ulteriores y tras la petición de Dolores Padilla de la licencia de apertura, el 25 de junio 30, esa mis-ma noche se inaugura con cine y variedades 31. A partir de ect~hree, n qiie se diwelve !a sociedad 32, comienza una larga lista de empresas cinematográficas que toman este local en explo-tación, lo cual nos hace pensar que el cine comienza a ganarse el inte-rés del público, pero no resultaba aún un negocio muy rentable, espe-cialmente si había que pagar un alquiler por el local de exhibición. Ramón Baudet, empresario del Parque Recreativo de Santa Cruz, da cesiones de cine en 1914 y 1915 33, pero ante la desmesurada superiori-dad del recien inaugurado Teatro Leal, cede el arriendo del "Viana", y una nueva empresa se hace cargo del mismo, como refleja La Infomza-ción del 20 de junio de 1916: "Se nos dice que una nueva empresa está en negociaciones para el arriendo del Parque Viana, en cuyo local se darán también espectáculÓs muy en breve". Casi un año después nos encontramos con la disolución de esta empresa y la creación de una nueva por los comerciantes laguneros Cándido Nuñez Fuentes y Luis Medina Izquierdo, quienes reforman el Teatro reinaugurándolo en mayo de 1917 34. Tras un corto periodo, en el que predominaba la lucha cana-ria y las proyecciones cinematográficas eran escasas, el periódico La Verdad del 24 de agosto de 1917 nos informa que "El próximo lunes se abrirá de nuevo ai püoiico ei iindo coiiseo de ia caik juañ de Vera, haciéndose cargo del mismo la empresa que lo tuvo en amendo hace algunos años y que tan buenos espectáculos nos ofreció", sin embargo no abrió de nuevo sus puertas hasta el día 1 de octubre 35. Finalmente, en junio de 1918, la boyante empresa del Teatro Leal toma en arriendo el "Viana" 36 con la clara intención de elimina la poca competencia que éste pudiera hacerie en manos de otra empresa fuerte como ia mencio-nada de Ramón Baudet. Es así que a partir de ahora en el Teatro de 418 Enrique Ramírez Guedes Juan de Vera sólo se volverán a ver riñas de gallos y luchadas, salvo en febrero y marzo de 1921 que por obras de decoración del Teatro Leal se dan funciones de cine 37, hasta su cierre defitivo, como sala de cine, poco tiempo después. LAS PROYECCIONES AL AIRE LIBRE La estación veraniega era la época del año con mayor vida en La Laguna, con el comienzo de los "paseos" en la Alameda del Adelanta-do y, sobre todo, con la llegada de numerosas familias que desde Santa Cruz se desplazaban para pasar el verano en la menos calurosa ciudad lagunera. Por ello los empresarios de espectáculos solían preferir esta época para llevar sus funciones al Teatro Viana, único lugar que ofre-cía, hasta finales de 1915, las condiciones mínimas necesarias. Pero en junio de 1909 se anuncia en la prensa la instalación de un Parque Re-creativo, especie de parque de atracciones que supone el primer cine al aire libre datado en La Laguna, en las proximidades de la plaza de San Francisco (actualmente del Cristo): "En la Huerta de los pinos, al extre-mo de la calle de Nava Grimón, inmediato a la Plaza de San Francisco, se están haciendo grandes preparativos para convertir aquella bellísima posesión en ameno sitio de recreo para el público durante la estación veraniega que se avecina. Compañía de zarzuela, cinematógrafo, cupletistas y danzenzes [sic], excentricidades, conciertos, montaña rusa, tiros a pichón y al blanco y otros espectáculos variados de todas clases, serán los atractivos que, en unión de un buen bar y restaurant, congre-garán en aquel delicioso sitio al público de La Laguna y colonia vera-niega, en las tardes y noches estivales7' 38. La inauguración de esta nue-va atracción, inédita en La Laguna, tras aplazarse tres días por el mal tiempo, se produce finalmente el día 16 con bastante concurrencia, pero hasta el día 27 de ese mes de junio no se estrena "con gran lucimiento" el Cinematógrafo Ibérico "que actuará en este parque durante la esta-ción estival" 39. Este cine, que lógicamente se había instalado al aire li-bre y tenia e! misme c&cte: nSmüda qUe !u mayoria en esos momen-tos, es sustituído por otro a mediados de septiembre 40, cercano ya el momento en que suponemos que cerraría sus puertas, dado que dejan de aparecer noticias en la prensa de esta experiencia, que no se volvió a repetir. Tal como ocurre con el periodo estival, durante las fiestas del Cristo de! CoriiUs La la uha:ida(j y coligiega a iiüriieiosvs forasteros, atrayendo también espectáculos cinematográficos al aire libre, Los espacios cinematográficos en ~a Laguna ... 419 muchas veces gratuitos, en las plaza del Adelantado y del Cristo o Pa-seo de la Universidad (actual Camino Largo). Estas exhibiciones fueron, muy probablemente, debidas al pionero Miguel Brito, que desde 1910 recom'a los pueblos en fiestas con su cinematógrafo 4'. En las fiestas del Cristo de 1912 encontramos por primera vez este tipo de espectáculos, formando parte de las atracciones que se ofrecían: el día 14, a las 21 horas habrá "verbena y música en la plaza de San Francisco, magníficamente decorada y alumbrada, y exhibiciones cinematográficas gratuitas y al aire libre", reza el programa de dichas fiestas. Tras esta primera ocasión, la experiencia se repite en años sucesivos: El 6 de septiembre de 1913 ha-brá, entre otras atracciones, cinematógrafo en el Paseo de la Universi-dad 42. De igual manera se anuncia en El Periódico Lagunero del 8 de septiembre de 1914, en las fiestas del Cristo, habrá cine al aire libre en la Plaza de San Francisco a partir de las 20:30 horas del día 14. Al año siguiente, 1915, se programan exhibiciones cinematográficas al aire libre Uuraiiíe ias fiestas dei Corpus: ei aía 3 de junio "habrá iiuminaciones, música, fuegos artificiales y cinematógrafo", según leemos en el progra-ma de las fiestas del Corpus publicado por La Información del 28 de mayo de, que será exhibido en la calle de Obispo Rey Redondo y Plaza de la Concepción. El mismo programa se nos presenta el 14 de septiem-bre, día grande de las fiestas del Cristo, según La Información del 2 de dicho mes: "Verbena, música, concurso de fuegos artificiales y cinema-tógrafos, en la misma plaza, que lucirá extraordinaria iluminación eléc-trica a la veneciana". El citado periódico anuncia para el mismo día del año siguiente, 1916, que "hoy" en la Plaza de San Francisco habrá "ci-nematógrafo popular". Esta cadena de citas anuales con el cine al aire libre sufre una interrupción de cuatro años, puesto que no es hasta las Fiestas de San Juan Bautista en La Cuesta cuando se produce una nueva "exhibición de cintas cinematográficas al aire libre" el domingo 4 de julio de 1920, hecho que se repite al año siguiente con la programación de un "cinematógrafo popular" 43. Finalmente, como última datación constata-da en el periodo estudiado, tenemos las "proyecciones de cinematógra-fo" celebradas, durantes los festejos del Cristo lagunero, el jueves 14 de septiembre de 1922 en el marco de una verbena popular, según vemos en su programa. Por otro lado; y como muestra del alcance y difusión que el cine había alcanzado, desde mediados de la segunda década del siglo se da-ban funciones de cine, aunque no con carácter público, en el Cuartel del Cristo los días de la fiesta de la Patrona de infantería. 420 Enrique Ramírez Guedes EL TEATRO LEAL Este emblemático edificio, inaugurado a finales de 1915, y construído a iniciativa del "rico propietario" Antonio Leal Martín, colmó los anti-guos deseos de la sociedad lagunera de contar con un coliseo lujoso que realzara la importancia de la ciudad, lo cual quedaría reflejado en la petición de un homenaje realizada por el periódico La Información del 10 de febrero de 1916 para Antonio Leal por haber construído el Tea-tro, petición que es recogida por el Ayuntamiento tomando el acuerdo de homenajear al "excelente filántropo y entusiasta lagunero" con un banquete en el teatro, como informa el mismo periódico el día 17 de marzo de ese año. El Teatro Leal fue proyectado por el arquitecto granadino Antonio Pintor, arquitecto municipal de Santa Cruz de Tenerife, que contaba ya entre su producción, mayontariamente ecléctica, con el Pabellón Recrea-tivo (posteriormente Salón Novedades) y el Parque Recreativo, ambos en Santa Cruz de Tenerife. Pintor realiza los planos en 1912, firmándo-los el 20 de julio de ese año ". Situado en la calle Obispo Rey Redon-do, su fachada ecléctica, de dos plantas al exterior, se divide en tres cuerpos, los laterales rematados por torreones y el central con tres puertas en arco de medio punto en cada planta y recorrido por un balcón a lo largo de toda la segunda. Tras la fachada se halla un vestíbulo que con-duce directamente al patio de butacas o, a través de escaleras situadas en sus extremos, a los pisos superiores. En su interior el edificio se ele-va cuatro plantas: patio de butacas y plateas en la primera, palcos en la segunda, anfiteatro en la tercera y paraíso en la cuarta. Su planta, en forma de herradura, presenta el grave inconveniente de impedir un ade-cuada visibilidad en determinadas localidades laterales. A ambos lados del escenario y en tres pisos se abren los camerinos y otras dependen-cias necesarias para la escena. La decoración interior les fue encargada Manuel López Ruíz, Botas Ghirlanda y Manuel Verdugo. Bajo el suelo u n~i nyioa tniv- uAre. vhui irtcor Lou~ac i-o -U UcVnIVClrUrIVrILi itnn rulvnuc VoEn~nVrLmL ~oZcV ~n atnc nara ~ 1 ~ v . r r lhnac tñ el nivel del escenario para los casos que lo requirieran. Las obras comenzaron el 7 de mayo de 1912 45, antes de que los planos fueran firmados por Pintor, sufriendo diversos contratiempos, motivados generalmente por la falta de materiales que tenían que im-portarse de la península, que retrasan su ejecución y obligan a para los A l . - . - - Lraoajub. Asi, ei if de julio de 1913 El Peribdlco kzgu;zer~i,n forma de la revitalización de las obras del Leal tras una temporada de inactivi-dad. En los primero meses de 1914, las obras del nuevo teatro se en- LOS espacios cinematográficos en La Laguna ... 42 1 cuentran avanzadas y a principios de mayo se disponían a colocar la armadura del techo, elemento que "viene ya ajustado a medidas y cons-truido ad hoc" en el "extranjero" 46. Las expectativas de acabar ese año se ven truncadas por nuevas demoras, así a principios de 1915 se reci-ben "desde Sevilla todos los barandajes y antepechos de los palcos7', que se colocan poco después, y se instala la luz eléctrica 47. La euforia comienza a crecer ante la inminente finalización de las obras, como expresa La Información del 7 de mayo: "Muy pronto que-dará terminado este templo del arte, cuya construcción no desmerece de la de los mejores y más modernos coliseos", y dos meses después es Antonio Leal quien, en un telegrama enviado desde la Península, pre-siona para que se concluyan las obras cuanto antes 48. Por fin, el 11 de septiembre, el Alcalde de La Laguna comunica a Juan de la Cruz, her-manastro de Antonio Leal y empresario del local, el permiso para abrir el Teatro Leal 49, y aún sin terminar las obras se inaugura esa noche, de forma oficiosa, con ia Fiesta de ias ~espéricies5" en ia que estaban re-presentadas las siete islas. La inauguración oficial se produce el 26 de octubre con una función teatral, todavía inacabadas las obras como re-fleja la crónica de la función que incluye La Información del día siguien-te: "El local, ya casi concluído, presentaba un sorprendente aspecto. Creíamos no encontrarnos en nuestra querida Laguna [...]". Como tantos otros locales del momento, el Leal incorporó las pro-yecciones cinematográficas desde el principio, convirtiéndose durante iodos estos años en el cine más importante de la ciudad. La empresa de Juan de la Cruz, cuyo gerente en este momento era el cineata José González Rivero, escogió Cabiria para comenzar con sus proyecciones cinematográficas espectáculo que empezaba a revelarse como verda-deramente rentable y más fácil de contratar que las funciones teatrales. Así, se acometen las reformas necesarias para instalar la cabina de pro-yección, que no se había contemplado inicialmente, sacrificando algu-nos palcos, y se compran elementos que mejoren la calidad de las pro-yecciones 52. El paso del tiempo hace que también este local sufra deterioros, unos consustanciales al uso y otros por la pérdida de respeto de parte del público por el edificio más emblemático de la ciudad en el presente siglo. La empresa se ve en la necesidad de remozar el Teatro y tomar medi-das para que no se produzcan más daños en el local que los naturales por el. uso, como recoge La Información de 29 de octubre de 1915: "[. . .] la Empresa del Teatro Leal [. . .] a fin de evitar el que se escriban y rayen las paredes recientemente pintadas y enjalbegadas, ha tenido el buen acuerdo de nombrar dos policías secretas para pescar a los nenes que 422 Enrique Ramírez Guedes se ocupan en rayar y pintar las paredes [...]". Estas reformas, que po-dríamos llamar de mantenimiento, especialmente en la decoración, se producían cada uno o dos años en lo sucesivo, con cortas temporadas de cierre 53. Pero todas estas mejoras no impiden que se incumpla la normativa vigente, algo bastante frecuente en los cines laguneros de la época, y el 6 de febrero de 1928 se recibe en el Ayuntamiento una ins-tancia de José Gómez Rivas para que se respeten las distancias regla-mentarias entre las butacas en el Teatro Leal 54, aunque no tenemos cons-tancia de que se corrigiera dicha irregularidad. El día 3 de agosto de 1931 se produce un acontecimiento importan-te con la inauguración en el Teatro Leal, y en La Laguna, del cine so-noro con la película El loco cantor para la que se agotaron las entra-das, aunque, como en el resto de los cines del país, esta primera experiencia duró escasamente unas semanas por diversos motivos, re-apareciendo de forma más continuada entrado ya 1932. Y! Teatro Le.!, sz!x~g pqcefizs r ~ f e - 2 ~nY -i- i ~fi n &~ t&r ~an su es-tructura, permaneció invariable hasta el final del periodo que estudia-mos, presentando, en 1936, como características más relevantes un afo-ro de 870 localidades, 450 de preferencia, 120 en anfiteatros y 300 de paraíso, daba dos funciones diarias, carecía de bar (en años anteriores si disponía de uno), su equipo era un Proyector sonoro Western Electric con Krupp Ernemmann instalado en julio de 1931, y trabajaban en él 2 taquilleros, 2 porteros, 3 acomodadores, 2 limpiadores y 2 operadores (Manuel Glez. López y Diego Glez. Alvarez) 56. LA APARICIÓN DE LOS CINES En la década de los 20, el negocio cinematográfico, que vive años dorados, comienza a expandirse por los alrededores de la ciudad, que deja de ser la única del municipio que ofertaba infraestructuras cinema-tográficas. Se reciben en el Ayuntamiento numerosas solicitudes, de particulares o sociedades para adecuar espacios existentes o construir nuevos cines en los barrios y puebios. Entre 1925 y 19% se eoiisiiuye-ron cuatro cines, aparte de las licencias que se concedieron para dar cine al aire libre o construir salas que no se llevaron a cabo. Estos nuevos locales presentaban, como característica común a casi todos, unas facha-das simples, utilitarias, sin ningún tipo de adorno que les diera cierto empaque y les ennobleciera, semejándose bastante a los salones de empaquetado tan en boga en ia época. Este rasgo no resuiia áei iodo extraño dado que al cinematógrafo no se le reconocía aún, por la élite as espacios cinematográficos en LU Laguna ... 423 cultural, el estatuto de arte que le podía otorgar la dignidad que mere-cían los recintos teatrales. El 12 enero de 1925 el comerciante Manuel Hernández González solicita permiso al Ayuntamiento para construir "un salón" en la carre-tera de Tejina, solicitud que fue aprobada el 4 de febrero pagándose los derechos el 12 LOS planos, sin firmar, muestran una fachada ecléctica, con profusa decoración, de una planta sobre basamento elevado, con un cuerpo central retranqueado, tres puertas al frente, al que se accede por una escalera central, que da paso a una pequeña terraza con balaustradas a ambos lados y una puerta a cada cuerpo lateral. Los dos cuerpos late-ra! es, udemás de !as rekridas puertas, presenta:: ier?ta::us u! exmi=: e:: su frente. La planta, rectangular, presenta un vestíbulo que antecede al salón al que da paso por una puerta central. Este tiene dos puerta como salidas a sendos pasillos laterales descubiertos. Su inauguración tuvo lu-gar el domingo 27 de junio de 1926 con un espectáculo musical 5s. Pare-ce obvio que el edificio no fue ideado para cine, puesto que carecía de cabina de proyección y no respetaba las normas legales en lo referente a la seguridad del local (salidas, etc.), y es más que probable que fuera, al menos al principio, un salón de baile, casi única referencia que se tiene por la prensa de sus actividades, junto con frecuentes sesiones de lucha canaria. Se desconocen las reformas que debieron practicarse poco tiempo después para convertirlo en el primer cine del municipio fuera de la ciu-dad. Su relativa lejanía de la ciudad de La Laguna y el poco interés de-mostrado por la prensa lagunera hacia el resto del municpio en materia de espectáculos, así como la ausencia de documentación en el archivo municipal, impiden un conocimiento profundo de la trayectoria de este local. Sabemos, en cambio, que, al final del periodo, tenía 450 localida-des, 300 de preferencia y 150 de general, y su régimen de exhibición se limitaba solamente a una función sábados y domingos. La irrupción del sonoro en 1931 le lleva a incorporar el nuevo sistema, con cierto retra-so, instalando un proyector sonoro Ercos Cinaes en junio de 1933 59. Tras la inauguración, el 5 de julio de 1928 del alumbrado eléctrico en La Cuesta 60, las posibilidades de instalar un cinematógrafo se ven 424 Enrique Ramírez Guedes enormemente favorecidas, y no se tardaría mucho en aprovecharlas. El 10 de octubre de ese mismo año Santiago Elías Molina, propietario de cafés y restaurantes, presenta una instancia, acompañada de los precep-tivos planos, en el Ayuntamiento lagunero solicitando autorización para construir un cine en La Cuesta y para dar funciones al aire libre mien-tras se tramita su solicitud. El expediente, remitido por el Ayuntamien-to al Gobierno civil, recibe de este una negativa el 12 de diciembre por no ajustarse a la normativa vigente. En junio de 1929, tras hacer las correcciones impuestas por la legislación, el nuevo cine, ya construído, recibe por fin la licencia de apertura 6'. El edificio, de corte racionalista, proyectado por Javier Felip Solá, arquitecto municipal, se instaló en el centro de un solar situado en el lugar denominado "American-Bar" de La Cuesta. El proyecto describe la sala como de 30 x 12.25 ms. y capaz para un total 700 espectadores, 400 en butacas (20 filas de 20 asientos partidas por un pasillo central) y 300 en graderías dispuestas en bancos escalonados y en semicírculo. La entrada a la sala se realizaba a ambos lados de la pantalla, y la sa-lida por seis puertas laterales que se corresponden con otras seis, que dan a la calle, en la galería descubierta que rodea toda la sala. Se le-vanta sobre pilares de hormigón separados 5 metros, que dividen los muros en 7 tramos, con ventanas alargadas horizontalmente los cinco centrales, soportando una armadura metálica cubierta de planchas de amianto, y el piso de entarimado de madera sobre hormigón. La cabina se halla dentro de la sala incumpliendo las normas en vigencia que dis-ponían que las cabinas debían colocarse fuera de la sala y separada de ésta por dos muros. Reformas efectuadas con posterioridad, de las que no hay constancia documental, reducen el aforo a 448 localidades, 198 de preferencia y 250 de general. A lo largo de su andadura, combina la frecuente celebración de bailes y verbenas con una única proyección los días laborables y dos los festivos. El sonoro llega a La Cuesta, por medio de este cine, el 7 de mayo de 1932, cuando estrena un aparato Orpheo Sincronic, convirtiendose así en el tercer cine de La Laguna en adaptar su ofcria a ia riuwii conieriie ciiieíriat~grádca6 2. Este cine situado frente al Ayuntamiento, en la Plaza del Adelanta-do, propieciad dei empresario cinematográfico de Santa Cruz de Teiierife (suyos eran el Roya1 Victoria y el Cinema Victoria de esta ciudad) Luis Zamorano González, fue construído en 1928. De su construcción y pos- os espacios cinematográficos en ~a Laguna ... 425 tenores remodelaciones sólo se conoce la reforma de la puerta de acce-so al solar donde se hallaba 63. Mediante esta intervención se cambian las ventanas circulares que existían en la fachada principal del solar por otras elípticas, en sentido horizontal, y se coloc? la ventanilla de la ta-quilla en la que está a la derecha de la puerta. Esta, de cuatro tramos y dos metros de ancho, está enmarcada por jambas almohadilladas rema-tadas por una barra metálica trenzada y con forma de arco de medio punto rebajado. El local, calificado por los que lo conocieron como "un salón de empaquetado", se instaló en el centro de un solar, alquilado por Luis Zarnorano, y rodeado de árboles frutales, situándose su cabe-cera, el muro donde se ubica el telón, a unos diez metros de la fachada principal que daba a la mencionada plaza. Para entrar en el local había que bordear el edificio por su lado izquierdo, en cuyo centro se encon-traba la única puerta, contraviniendo las leyes sobre seguridad en loca-les de espectáculos públicos, que establecía un número determinado de pUer'Las e! afuru de! =e i;!m:a iec:a"gU!ar j; .&!:U-ra, poseía una cubierta compuesta de planchas de hojalata que impedían oir los diálogos de las películas los días de lluvia 64. Su inauguración, anunciada por la prensa con cierta expectación, se produce el día 3 de septiembre de 1928 65 con la película española La hermana San Sulpicio, y sus desfavorables condiciones no dejaron de tener duras críticas por parte de la prensa, que lo califica como "una inmunda barraca, sin comodidad, sin distribución y sin higiene, faltan-do en todo a lo legislado en materia de locales para espectáculos" 66. Durante el periodo estudiado no se produjo ninguna modificación que mejorara sus deficientes condiciones. Inaugura el sonido en marzo 1932, cuando instala un Proyector sonoro Orpheo Sincronic. Cabe pensar que sus características fueran muy similares, si no las mismas, que al final del periodo estudiado, tan solo 7 años después, momento en que dispo-nía de un aforo de 400 localidades, todas de preferencia, y su progra-mación consistía en dos funciones diarias y tres los festivos 67. En enero de 1936, el fotógrafo y comerciante Julián Laserna Hernández, quien desde el año anterior daba funciones de cine al aire libre con el nombre de Cinelandia 68, termina la construcción, en La Cuesta, del nuevo Cine-casino Cinelandia, "el primero en su categoría [...] tanto por las condiciones que reúne como por su adorno y decora-ción" 69. Pero, a pesar de que la inauguración el día 1 de febrero se anun- 426 Enrique Ramírez Guedes cia a bombo y platillo en la prensa 'O, el proyecto no se presenta para la preceptiva aprobación del Ayuntamiento hasta agosto 7'. El proyecto tuvo un coste de unas 200.000 pestas 72, y SUS similitudes con el del Cine Park diseñado por el arquitecto municipal Javier Felip, nos inducen a pensar en la misma autoría. Los planos presentan una planta rectangular que se prolonga por uno de sus extremos con un jardín de forma irregular. La entrada por un lateral da a las taquillas y al vestíbulo, que tiene galerías altas a ambos lados a modo de balcones interiores, y desde el que se accede a la sala por una puerta situada a la derecha de la panta-lla, por estar reglamentado así, y en rampa, ya que las escaleras estaban prohibidas en los accesos. Paralela a la sala, por su lado derecho, hay una "galería de espera" conectada a la sala por tres puertas, que se co-rresponden en el lado izquierdo con las puertas de salida a la calle. La sala se divide en dos niveles, casi sin diferencia, con 334 butacas en 19 filas, separadas por un pasillo central, en el patio y 7 filas de gradas en forma sernicircular, también separadas por el mismo pasillo, en el nivel más alto. La cabina, con acceso sólo desde la calle, está aislada de la sala por un muro doble. La mayor peculiaridad de este local es la pre-sencia de una enfermería, cosa que no es obligatoria. Es este local el más respetuoso con la normativa vigente de todos los existentes en La Laguna hasta ese momento. Cinelandia programa una función diaria y dos los festivos con un proyector sonoro Philips adquirido en febrero de 1936 para el primitivo cine al aire libre, y puso en práctica un nove-doso y efectivo sistema para captar clientes, facilitándoles el transporte desde Santa Cmz en guaguas contratadas por la empresa. Estas guaguas hacían el recorrido desde la plaza de la República, con salida todas las noches a las 21:15 horas, hasta el cine, y regresaban al mismo lugar diez minutos después del espectáculo por un precio de 1,50 pesetas, inclu-yendo la entrada 73. OTROS INTENTOS TumSér, hUbG er, este peri&G =tras iniciatiras par:, iEsta!= fiurxj=s cinematógrafos que llegaron o no a cuajar, y de los que apenas se tiene más referencias que una breve reseña en la prensa o el testimonio de un oficio notificando la concesión de un permiso para llevar a cabo unas obras que en muchos casos nunca se realizarían. Así tenemos como en el periódico lagunero La Verdad del 3 de junio de 1918 se nos da la --A:-:- A- "-- -1 T-,.&-- A - - l - -.-e: C A L ..-- C. .--: A-i iuu~iau c yuc cii ci ~ c a u uf i pu~vS C VGI ~ I ILU ayci uiia giaii iui i~ivi i . . . Nos referimos a un teatro que con tal nombre se acaba de abrir al pú- os espacios cinematográficos en ~a Laguna ... 427 blico en La Cuesta". Es esta la única referencia en toda la prensa lagunera a este local, del que no se tiene constancia en el archivo mu-nicipal, y que probablemente diera funciones de cine, dado el frecuente aprovechamiento de estos locales como salas multiusos y la inexisten-cia de un cinematógrafo en este populoso barrio de La Laguna. Esta misma ausencia de documentación es la que se produce en tomo a la noticia dada por Gaceta de Tenerife el 13 de diciembre de 1925 de que se había solicitado autorización al Gobierno civil "para construir un lo-cal en La Cuesta para dar en él sesiones de cine y probablemente de varietés", diciéndonos además que "el edificio será construido en bre-ve". Este local nunca llegó a construirse, y fruto de ello son los repeti-dos intentos frustrados de dotar a esta barrio de un local para este tipo de espectáculos, como nos indican la solicitud de Manuel Bello Pérez, de 17 de diciembre de 1927, para instalar de forma provisional un cine-matógrafo en la Villa de Arguijón (La Cuesta) 14; O el oficio del Go-bierno civii autorizando a Francisco Ramos Rociríguez para instaiar un cinematógrafo en La Cuesta el 14 de diciembre de 1928 75. Sí llegó a buen fin, en cambio, la iniciativa del Casino de La Laguna de instalar un cinematógrafo en uno de los salones de su edificio, cito en la calle Herradores esquina a la de la Carrera, construído en 1913 por Mariano Estanga j6. Tras realizar todas las reformas y adecuaciones que estable-cía la reglamentación, como consta en el correspondiente expediente j7, recibe el permiso de apertura del Ayuntamiento, pero dado el carácter privado del nuevo cinematógrafo toda la información sobre el mismo queda reducida a la que proporciona el citado expediente. Por último, y ya en la etapa sonora, se produce el único intento in-fructuoso del que temos noticia en los años 30, cuando el comerciante Cándido 'Nuñez Fuentes, antiguo empresario del Teatro Viana, presenta en el Ayuntamiento de La Laguna una solicitud "para celebrar espectá-culos, especialmente de cine, para lo que posee los aparatos necesarios, en un local alquilado en el barrio de Perera en Punta del Hidalgo7' j 8 . Resulta paradójico que en momentos en que el cine cobra mayor relevancia como negocio, al tiempo que se convierte en el mayor es-pectáculo de masas con la incorporación del sonido en 1931, no se pro-dujeran más salas específicamente cinematográficas, reduciéndose a la construcción del reseñado Cinelandia, último cine de la etapa republica-na y primero del largo periodo franquista, cuya aparición cierra una época de verdadera efervescencia del "arte nuevo" en La Laguna, que, tras el paréntesis de la Guerra Civil, volverá a reverdecer en los años cuarenta y cincuenta con la apertura de numerosas salas en todo el municipio. Enrique Ramírez Guedes NOTAS l. Existe un estudio, más general y que abarca toda la isla de Tenerife, de Alvaro Ruiz Rodríguez, titulado El Templo Oscuro. La Arquitectura del Cinematógrafo en Tenenfe, 1897-1992. Consejería de Cultura y Deportes, Gobierno de Canarias, Santa cruz de Tenerife, 1993. Ci cabo de Las Paimas de Gran Canaria es iraiacio por Fernando Betancor Pérez en «El espectáculo cinematográfico en Las Palmas de Gran Canaria en la década de 1920», XI Coloquio de Historia Canario-Americana. Casa de Colón, Las Palmas de Gran Canaria, 1994, y más amplia y detalladamente en La arquitectura de las sombras: El mundo del cinematógrafo en Las Palmas de Gran Canaria (1864-1996), Memoria de Licenciatura, Departamento de Arte, Ciudad y Territorio, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, 1996. 2. Miguel de Unamuno, Artículos sobre Canarias. La Laguna de Tenerife. Edición, introducción y notas de Francisco Navarro Artiles. Cabildo Insular de Fuerteventura, Puerto del Rosario, 1980. 3. «Nada más triste que La Laguna en la temporada que se acerca; a ello contribu-ye en primer lugar la falta de espectáculos que en todas las ciudades existen, para ex-pansión y solaz de sus habitantes*. La Luz, La Laguna, 15/X/1899. 4. Agradecen a Miguel Brito la invitación para asistir a la inauguración «del sinematógrafo [sic] Lumiére, expuesto por dicho Sr. en la planta baja del Círculo Mer-cantil de Santa Cruz y que es digno de visitarse por la gran novedad que reviste?. He-raldo de Canarias, La Laguna, 17/Ii/1898. 5. «Se halla en Santa Cruz D. Miguel Brito Rodríguez exponiendo al público el Kinetoscopio, último invento de Edisson y por medio de cuyo aparato se ven escenas al natural copiadas por fotografías)). Heraldo de Canarias, La Laguna, 13/IV/1897. 6. «Anoche se inuguró en el Teatro Viana de esta ciudad el hermoso Cinemató-grafo, The Imperial Bioscope r...] Cuenta también la empresa con un magnífico Orquestrófono que además de ser un suntuoso mueble actuan en él ochenta instrumen-tos, ejecutando piezas de grande armonía y afinación». Noticiero Canario, La Laguna, 2/iVI1906. 7. Llegan de la península los artistas para la compañía de variedades contratados por el «empresario del Cinematógrafo Pathe, Sr. Velázquez [...]D. La Laguna, La Lagu-na, 13NIIU1907. El 27 llegará la compañía contratada por el Sr. Zamorano con «un per-feccionado cinematógrafo, con hermosas vistas desconocidas en Tenerifen. La Laguna, La Laguna, 25/X/1907. «Procedente de la península a donde fue para adquirir nuevas películas para el cinematógrafo de su propiedad, que con tanto éxito fue expuesto en el LOS espacios cinematográficos en LA Laguna ... 429 teatro Viana, llegó en el vapor Villaverde nuestro amigo el Sr. Mesa». El Pueblo Cana-rio, La Laguna, 29lIVl1909. 8. «Peliculerías. El arte cinematográfico cuenta hoy en esta población con un muy crecido número de admiradores, pudiéndose decir que el cine ha llegado a interesar de tal suerte, que es ya distracción predilecta del público la proyección de buenas pelícu-las. A que se despierte esta afición ha dado lugar el buen deseo de los respectivos em-presarios del Leal y el Viana, quienes se desvivien por ofrecer cintas escogidas, a pre-cios que están al alcance de todos». La Información, La Laguna, 16lIU1918. 9. Catástrofe en castellón por una falsa alarma en un cine. La Información, La La-guna, 19 y 30iXU1918. 10. «Ochenta carbonizados en un cine». El Periódico lagunero, La Laguna, 5lVI11912. 11. Reglamento de Policía de Espectáculos Públicos de 19lXl1913. 12. «Gobierno Civil. Cierre de cines. El ministros de la Gobernación mandó un te-legrama al Gobernador Civil para que el 9 de mayo se compruebe si los cines han cum-plido la Real orden de 5íX111927 que concedió un plazo de seis meses para que los cines dotaran a sus proyectores «de un aparato previsor de incendios [...] de los ensayados por la Dirección General de Seguridad y aprobados por Real Orden de 3111, 1, 2 y 311111 y 1 y 4/IV». Las Noticias, La Laguna, 5lV128. 13. Se ha dictado «una Real Orden reglamentando la higiene de los espectáculos cinematográficos, y prohibiendo la asistencia de niños menores de diez años que no va-yan acompañados de sus padres o personas mayores». La Información, La Laguna, 27/IVI1918. 14. «Se ha hecho público que en breve convocará el Gobernador civil a la Junta de Espectáculos, para adoptar acuerdos sobre la situación de los teatros y cines de esta provincia, exigiéndoseles rigurosamente el cumplimiento de todas las disposiciones le-gales para su funcionamienton. Las Noticias, La Laguna, 27/IX/28. 15. Ordenanzas Municipales de la M. N. y M. L. Ciudad de San Cristóbal de La Laguna en esta isla de Tenerife. Aprobadas en sesión del Ayuntamiento el 16lIVl1921, y por el Gobierno civil el 8lU1923. Archivo Municipal de La Laguna (AMLL). Sin sig-natura. 16. Oficio de 3Nl1929 del Gobierno civil notificando que ha terminado el plazo para la ejecución de reformas necesarias en los teatros estipuladas en el Boletín Oficial de la Provincia n." 128 de 241x11928. AMLL. Oficios de entrada de 1929. Sin signatura. 17. «Espectáculos públicos. Teatro». El Siglo xx, La Laguna, 23íXU1900. Fue de-corado por el pintor Ubaldo Bordanova, quien también lo había hecho en la Catedral. Heraldo de Canarias, La Laguna, 12NU1897. 18. Información suministrada por don Tomás Morales, a quien agradecemos los da-tos aportados sobre los primeros cines de La Laguna. 19. Carmen Julia Hernádez Hernández, La Laguna: Sociedad y cultura en el últi-mo cuarto del S. XIX, Memoria de Licenciatura; Departamento de Historia; Universidad de La Laguna, 1986. 20. «[ ...] El Viana lo encontramos muy bien para la celebración de funciones de cine, para circo de gallos y de lucha, pero no para que en él grandes compañías de ópera y drama den representaciones». La Información, La Laguna, 6/IU1915. 21. Francisco Padilla le cede el Teatro al Ateneo de La Laguna, a cambio de que pague «la prima del seguro» del Teatro Viana, para «que celebre sus sesiones ordina-rias y extraordinarias». Noticiero Canario, La Laguna, 17lIV11905. 22. «El dueño del Viana Sr. Padilla se propone realizar algunas importantes inno-vaciones [...] la composición de las butacas y el arreglo de las ventanas altas. Estas re- 430 Enrique Ramírez Guedes formas se deben principalmente al Sr. Sixto Cabrera, encargado del teatro, y que tiene el propósito de continuar introduciendo mejoras*. El Pueblo Canario, La Laguna, 21/X/1908. «El nuevo arrendatario del Teatro D. Sixto Cabrera ha introducido muchas mejoras [...] haciendo desaparecer por completo la suciedad y roturas que tanto le afea-ban. Ha compuesto las butacas [...] y el tejado, las vidrieras [...]». El Pueblo Canario, La laguna, 5/XU1908. Sixto Cabrera va a mejorar, entre otras cosas, la iluminación del Viana. El Pueblo Canario, La Laguna, 2lXIU1908. 23. El Pueblo Canario, La Laguna, 13/XI11909. 24. El Pueblo Canario, La Laguna, 28/1/1911. 25. Se critican las malas condicones higiénicas del Teatro Viana. El Periódico, La Laguna, 19B(/1911. 26. «[ ...] La nueva empresa [...] ha colocado el 'Viana' en condiciones magníficas [...ID El Periódico Lagunero, La Laguna, 26NU1914. 27. Dolores Padilla, en escrito del 14lIV1914, pone a disposición del Ayuntamien-to «para siempre» el palco de la presidencia de su teatro, pues su presencia «ha de dar mucho realce y esplendor a los espectáculos que se celebren en el Teatro Viana de mi propiedad». AMLL. Registro de entradas de 1914. Sin signatura. 28. Ha llegado el «nuevo aparato cinematográfico» del Teatro Viana. Es alemán de la marca Imperator y su objetivo es Enerman, aunque tiene «otro para vistas fijas y anuncios». «¿a Empresa ha traído ei teión especiai para ias proyecciones» y «máquinas necesarias para el pegue de películas y desenrrollo de las mismas, timbres, teléfono, carteles de anuncios, etc ... Probablemente, a principios del entrante mes se verificarán las pruebas [...]». El Periódico Lagunero, La Laguna, 28lIV114. 29. AMLL. Libro de Actas de 1914. Sesión del 6lV11914. 30. AMLL. Solicitud de Dolores Padilla de la licencia de apertura del recién re-formado Teatro Viana. 25/VV 1914. Sin signatura. 31. «Cine y varietés. De nuevo se han vuelto a reanudar en nuestro coliseo de la calle Juan de Vera, las secciones de cine y varietés [...]» El Periódico Lagunero, La Laguna, 26NV1914. 32. La empresa del Viana se ha disuelto y el propietario [debe ser Dolores Padilla] ha constituido otra. El Periódico Lagunero, La Laguna, 5/X/14. 33. Las empresas de Baudet, Parque Recreativo y Salón Novedades, aparecen ex-hibiendo películas en los carteles del Teatro Viana en 1914 y 1915. AMLL. Fondo Ossuna. Carteles de cine y teatro. Sin signatura. 34. «Se ha disuelto la empresa que tenía en arriendo el Parque Viana, por la au-sencia de uno de sus socios. Otra nueva empresa, integrada por Luis Medina Izquierdo y Cándido Nuñez Fuentes, se ha encargado del Coliseo». La Información, La laguna, 28/1V/l917. «Salón Viana. Es muy probable que mañana o pasado se verifique en el coliseo, recientemente reformado interiormente, una función [...] de películas [...ID Se reabre el día 16. La Información, La Laguna, 10/V/1917. 35. «Parque Vianan. La Información, 211011917. 36. «Estos días se ha hecho pública la noticia de que por la Empresa del Teatro Leal se ha tomado en arriendo el Parque Viana, en el cual se darán también funciones de cine, aunque sólo algunas tardes, y seguirán celebrándo luchadas, riñas de gallos, bai-les, etc ... Con el arriendo del coliseo cesará ahora la competencia entre ambas Empre-sas que tanto beneficiaba al público». La Información, La Laguna, 18/VU1918. 37. «Por estarse efectuando en el Leal varios trabajos de decorado, se anuncia por una corta temporada la celebración de los espectáculos en el Parque Viana~.L a Infor-mación, La Laguna, LOIIII IYLI. 38. «Parque Recreativo en La Laguna*. El Pueblo Canario, La Laguna, 4lVIl1909. Los espacios cinemarográficos en La Laguna ... 43 1 39. El Pueblo Canario, La Laguna, 26 y 28NY1909. 40. Próximamente se presentará en el Parque Recreativo «un nuevo Cine [...] El Sr. Mesa, que hasta ahora venía distrayendo al público en esos jardines, dará algunas seccio-nes, como despedida, con el cinéfono y el cine». El Pueblo Canario, La Laguna, 6/íX/1909. ~ e b emo sag radecer esta información al Dr. don Fernando G. ~ a r t í n . Programa de las fiestas del Cristo, La Laguna, 1913. La Información, La Laguna, 3NIU1920 y 14NU1921. Planos del Teatro Leal. AMLL. Sin signatura. La Información, La Laguna, 6/II/l9 15. «El nuevo teatro». El Periódico Lagunero, La Laguna, 5/V/14. La Información, La Laguna, 20 y 26lII/1915. «Teatro Leal. Se ha recibido un telegrama del propietario D. Antonio Leal mar-tín, manifestando su deseo de que las obras es& terminadas a finales del próximo agosto [...]» La Información, 5/VII11915. 49. AMLL. Sin signatura. 50. Programa de la Fiesta de las Hespérides, La Laguna, 1915. 51. La Información, La Laguna, 29XU1915. 52. La Información, La Laguna, 22 y 301XIV1915. 53. «Se están llevando a cabo importantes reformas en el decorado del Teatro Leal, cuyo coliseo, con dichas mejoras, esta quedando exceientemente adornado». La iníor-mación, La Laguna, 20lIV11920. «Por estarse efectuando en el Leal varios trabajos de decorado, se anuncia por una corta temporada la celebración de los espectáculos en el Parque Vianan. La Informa-ción, La laguna, 26/IU 192 l. 54. AMLL. Oficios de 1928. Entradas. Sin signatura. 55. Las. Noticias, La laguna, 4lVIIU 193 1. 56. Declaración de Juan de la Cruz Martín ante el Gobernador civil, a petición del Consejo Nacional de Cinematografía, sobre las características de su cine. AMLL. 1936. Sin clasificar. 57. Expediente de construcción de un salón en Tejina, de Manuel Hernández González. 12 Enero de 1925. AMLL. Urbanismo. 60512. 58. La Prensa, 26NU1926. 59. Declaración de Manuel Hemández González ante el Gobernador civil, a peti-ción del Consejo Nacional de Cinematografía, sobre las características de su cine. AMLL. 1936. Sin clasificar. 60. Las Noticias, La Laguna, 9/VII/l928. 61. Expediente de construcción del cine Park, de Santiago Elías Molina, por el ar-quitecto Javier Felip Solá. Incluye planos. 10/X/1928. AMLL. Urbanismo. 608176. 62. Declaración de Santiago Elías Molina ante el Gobernador civil, a petición del Consejo Nacional de Cinematografía, sobre las características de su cine. AMLL. 1936. Sin clasificar. 63, U'..&. 2- ------ -..-• c x p e u i e i n e de c u i i a r i u c c i ú i i ue u i i a p u r a uc. ~LLCSU, Cii SUSL;LUC;&I de k ,¡¡ti-gua, en el «solar donde se halla enclavado el Parque Victoria*, de Luis Zamorano González. 21 .V. 1931. AMLL. Urbanismo. 61 1/26. 64. Ver nota 17. 65. Las Noticias, La Laguna, 3/IX/1928. 66. «Los señores empresarios de cine se sienten 'ofendidos'. Y al público que lo parta un rayo». El Día, Santa Cruz de Tenerife, 30íIV11932. 67. Declaración de Ernesto Massieu Pimienta. en representación de Luis Zamorano, ante el Gobernador civil, a petición del Consejo Nacional de Cinematografía, sobre las características de su cine. AMLL. 1936. Sin clasificar. 432 Enrique Ramírez Guedes 68. El 8 de febrero de 1936, Julián Laserna solicita permiso al Ayuntamiento para comenzar la temporada de cine en el Cinelandia, que ya había dado funciones de cine en 1935. AMLL. Sin clasificar. 69. «Nuevo local de espectáculos». La Prensa, Santa Cruz de Tenerife, 22N1936. 70. El lAV1936 se inserta en La Prensa el anuncio de la inauguración, y al día siguiente, en el mismo periódico, aparece la noticia de dicho acto bajo el título de «Nuevo salón de espectáculos». 71. Expediente de construcción de un cine en La Cuesta, de Julián Laserna Hemández, por el arquitecto Javier Felip Solá. Agosto de 1936. AMLL. Urbanismo. 6 18/46. 72. Sola Antequera, Domingo. «El Cinema en Tenerife. Febrero de 1936», Tebeto VI. Anuario del Archivo Histórico Insular de Fuerteventura. Cabildo Insular de Fuerteventura, Puerto del Rosario, 1993. pp. 183-194. 73. «El Cine. Cinelandia*, La Prensa, Santa Cruz de Tenerife, 14AV1936. 74. AMLL. Sin clasificar. 75. AMLL. Sin clasificar. 76. La Laguna, 22/12/1906: El Casino de La Laguna ha comprado la «espaciosa casan situada en «el cruce de las calles de Alfonso XIII, antes Herradores, la de la Carrera y Nuñez de la Peña». El Casino había sido construído en [AMLL. Urbanismo. 600-371 y modificada su fachada por el ingeniero Salvador Iglesias [AMLL. Urbanismo. 603-191. 77. Expediente para instalar un cinematógrafo en uno de los salones del edificio del Casino de La Laguna. 6/XIV1929. AMLL. Sin clasificar. 78. AMLL. 3/8/l93 1. Sin clasificar. |
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