LAS SOCIEDADES DE SOCORROS MUTUOS
EN LAS CANARIAS ORIENTALES ENTRE EL FINAL
DEL SIGLO XIX Y PRINCIPIOS DEL XX
1. INTRODUCCION
El asociacionismo obrero, sea del tipo que sea, tiene en Canarias un
débil y tardío arranque en el siglo x~x,au nque se tiene constancia de la
existencia desde el Sexenio de algunas asociaciones particularmente
del tipo mutual'. Históricamente surgen estas sociedades cuando los
t r ~hz j ad~ ehsi lscm !2 m2nsr2 de pa!iar !es sfertes mgatives de!
capitalismo, pues la evolución de éste, con el triunfo de la Revolución
Industrial, trae consigo profundas transformaciones sociales, propicia-das
particularmente por la aplicación de las innovaciones técnicas en el
proceso productivo, que arrinconó progresivamente la actividad
artesanal, sustituida por otras formas de trabajo. El proletariado, que se
configura ahora como clase social, va a sufrir profundamente las conse-cuencias
negativas del modo de producción capitalista, contando los
trabajadores para su subsistencia únicamente con la venta de su fuerza
de trabajo, lo que les sitúa en una grave inseguridad económica, y en
caso de enfermedad quedan en la indigencia. Desaparecidas la formas
de beneficencia propias del Antiguo Régimen, se buscarán otras para
aminorar las contingencias y riesgos: las sociedades de socorro mutuos
será de las primeras, y prácticamente el único sistema de prevención
hasta que se cree el retiro obrero obligatorio en la década de los veinte.
Luego, desde finales de la 1 Guerra Mundial, al igual que el resto de
728 Miguel Suarez Bosa
siglo m y el primer tercio del xx; es desde la década de los-años veinte,
pero sobre todo en los treinta, con la asunción progresiva por el Estado de la
asistencia social, cuando estas sociedades comienzan su declive.
Las sociedades de socorros mutuos cumplieron otras funciones, apar-te
de las de ahorro y seguro, desde las políticas a las de sociabilidad,
siendo aplicable la afirmación de Marcel Van der Linden de que aque-llos
"que se unían al club (sociedad) a veces iban buscando también
actividades sociales. apreciaban el compañerismo, la solidaridad, la
unidad e incluso el amor fraternal. Diversas sociedades tenían una base
ética o religiosa o eran consideradas como plataforma so~ialista"~.
Así pues, la faceta ideológica está presente en las de uno u otro tipo,
por ejemplo en Gran Canaria, aunque las sociedades mutuales
aconfesionales se declaran apolíticas, en la práctica constituyeron un
bastión de influencia del Partido Republicano Federa13, copando miem-bros
de este su Junta Directiva hasta los años treinta (11 República); por
su parte, la del Círculo Católico está en manos de personas identifica-das
con partidos afines al sistema de la Restauración. En el presente
trabajo se pretende estudiar las asociaciones de socorr~sm utuos popu-lares
y obreras y otras formas de mutualismo en las Canarias Orientales
-Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura- teniendo en cuenta su
tendencia ideológica, composición social o caracter aei patronazgo, ek4.
11. SOCIEDADES DE SOCORROS MUTUOS ACONFESIONALES
La 'primera asociación conocida en las Canarias Orientales (Gran
Canaria, Fuerteventura y Lanzarote que a apartir de 1929 formaron la
provincia de Las Palmas) es la Asociación de Trabajadores de Las
Palmas, cuyo Reglamento fue aprobado el 9 de febrero de 1872 aunque
parece que funcionaba desde un año antes, figurando como presidente
Juan Garachico (platero) y como secretarios Juan Melián y Domingo
Falcón (carpinteros ambos); con una base obrera de artesanos y jornale-ros,
podían ser socios cualquier "individuo que goce de buena reputación
y viva de su trabajo material (...)", entiendo por tal "todo el de un artesano
o jornalero, que ejerza o haya ejercido un oficiov5. Los oficios de sus
primeros directivos (no se conserva relación de afiliados) ratif~cae l carácter
Lns sociedades de Socorros Mutuos en las Canarias ... 729
de falta de trabajo, aunque su capacidad estaba limitada por la habitual
escasez de fondos.
Pero con este telón de fondo, se tiene otras motivaciones ajenas a
las estrictamente benéficas, de acuerdo con la declaración que se hace
en su reglamento que rezuma tonos intemacionalistas y solidarios:
"El objeto de esta asociación es reunir a todos los compañe-ros
trabajadores de Las Palmas de Gran Canaria y de todas las
islas, para que unidos a su vez por lazos de fraternidad con
todos Los trabajadores de España y del Mundo, puedan, hacien-do
esfuerzos completamente solidarios, mejorar su situación y
alcanzar más pronto y fácilmente la completa emancipación
económica y social de las clases trabajadoras"
(El subrayado es nuestro)'.
Se denota, pues, un tono de componente laico y solidario a tenor del
lenguaje ("El tratamiento de los socios es el de compañeros", se recoge
en el artículo n." 35) y ritual utilizado en los entierros de los socios,
dejando explícito además que no reconoce otro que el civil.
Sin embargo, en la reforma de los estatutos efectuada en 1889 se depu-ran
estos aspectos inclinándose hacia una definición exclusiva de socorros
mutuos, seguramente también influida por las restricciones que se imponen
a la libertad de asociación en este periodo de la Restauracióng.
La ATLP continuó su andadura hasta la década de los veinte de la
actual centuria, momento en que, para salvarla de la crisis, se gestionó
la fusión con otra de parecido signo, La Previsora; mantendrá una cifra
de cotizantes en tomo a los 600-900 asociados según observamos en el
cuadro n." 1. Si bien en sus estatutos se declara apolítica ideológica-menteg,
después de su apuntado internacionalismo inicial estará
dominada por los republicanos federaleslo; hubo un breve periodo, a
finales del siglo xrx, en que la Asociación Patriótica intentó utilizarla
contra los liberales de Fernando León y Castillo, pero la crisis de aque-llos
dio la presidencia en 1896 a un leonista, por breve tiempo, porque
a partir del año siguiente la ejercerá, sin interrupción los federales,
primero en la persona del carpintero José Castellano Marrero y más
tarde Juan B. González.
730 Miguel Suarez Bosa
los beneficios obtenidos, invertir en la instrucción de los asociados creando
una escuela y destinar el resto a mejorar las condiciones de la Sociedad. Se
crea con un capital inicial de cincuenta mil pesetas, dividido en acciones
nominativas de veinticinco pesetas, y ningún socio puede adquirir más de
cincuenta acciones; para ser socio de la Cooperativa había de serlo de la de
la sección de socorros mutuos, pero no a la inversa". Fracasada la coopera-tiva,
entró en crisis en pocos años, se modifican los estatutos en 1903,
momento desde el cual la asociación conoce un rápido crecimiento.
La Previsora tiene como objeto crear un "fondo destinado a socorrer a
los asociados en los casos de enfermedad; a costearles a su muerte decoroso
enterramiento; a entregar a los herederos de los fallecidos (...), una cantidad
en metálico que les permita atender durante algún tiempo las primeras ,,
necesidades de la vida" (Art. l."), destaquemos la marginación de la mujer,
E pues estipula que sólo podrán pertenecer a la Sociedad "siempre que sean O presentadas por estos (los socios), bajo su responsabilidad y garantía, pero n
sin tener voz ni voto en sus deliberaciones" (Art. 3.").
- m
O
E También esta asociación estuvo dirigida por miembros del Partido Re- £
publicano; presidida por uno de los dirigentes republicano-federales más i
signifados, Lucas Alzola Apolinario, no es óbice para que entre sus directi-vos
figurara inicialmente un conspicuo leonista como es el médico 3
Rirtdnm4 Apnlinalio, --
La Previsora conocerá un rápido crecimiento, superando rápidamente a m
E
la ATLP: su número de cotizantes pasa de 699 en el año fundacional a O
1.762 cinco años después, con un aumento de 1.702 socios en los cinco
años iniciales si se descuenta las bajas por fallecimiento, expulsión o a n
E petición propia; por tanto entre un 155,5 y un 99% de crecimiento anual. a
Un dato significativo del rápido crecimiento, son las cifras de nuevos n
socios, un total de 2.638 en los años citados: n
n
3
O
Movimiento de socios de La Previ~ora~~
Año Nuevos Bajas N.O Total Aumentos
socios en %
Las sociedades de Socorros Mutuos en las Canarias ... 73 1
En los años veinte se unifica con la ATLP y forman La Previsora
de Trabajadores de Las Palmas. Sociedad de Socorros Mutuos "con
el exclusivo objeto de seguir creando un fondo común destinado al
auxilio o socorro de sus asociados en los casos de enfermedad, inva-lidez
para el trabajo o muerte, y también, en casos necesarios, a
otros fines benéficos de carácter ~ocial"'~D. esaparece definitiva-mente
toda referencia a aspectos que no sean los puramente mutuales
y pierde toda connotación clasista de las que portaba originalmente
la ATLP, confirmando por el contrario la variación hacia el inter-clasismo
ya iniciado en La Previsora. El carácter del mutualismo, de
acuerdo con la terminología adoptada, es puramente "popular"; por
otro, lado además de los de número, aparece la categoría de "socio
protector", es decir "la persona que al ingresar renuncie a los bene-ficios
de los auxilios establecido^"'^.
En cuanto al funcionamiento, el modelo dibujado en los regla-mentos
es democrático tanto en la ATL como La Previsora, siendo
siempre soberana la asamblea de socios para elegir la directiva y
otras decisiones que influyeran en la marcha de las asociaciones.
Constatamos un deslizamiento según avanzamos en el tiempo hacia
la burocratización conforme se produce un afianzamiento del
mutualismo, llamésmole puro, y la pérdida del contacto directo de los
afiliados. Así se constata un cambio desde el reglamento de la ATLP,
donde se recoge que el presidente nombrará una comisión encargada de
"llevar los socorros a los compañeros" y "visitar todos los días a los
compañeros enfermos, dar parte al Presidente de su estado y salud, y
enterándose con las familias de si necesita por las noches acompaña-miento,
manifestárselo al Presidente, para que éste nombre una comisión
de compañeros para acompañar a cada enfermo", mientras que el de La
Previsora de Trabajadores estipula que "el despacho de oficinas y la
inspección de enfermos estará a cargo de los empleados. La recauda-ción
se efectuará por los cobradores", aunque bien es verdad que unos
y otros deben ser asociados15.
Frente a la ambición de cubrir el territorio de la isla entera, expresa-da
en el reglamento de la ATLP, desde La Previsora se inclinan por
cinrcunscribir su ámbito de actuación a Las Palmas ciudad, seguramen-te
por razones prácticas para no correr el riesgo de no poder verificar
732 Miguel Suarez Basa
cionales) la cuota de entrada es de dos reales de vellón (media peseta)
en la ATLP y cuatro reales de vellón la mensualidad. Los beneficios
para los socios en caso de enfermedad es de cinco pesetas diarias.
La Previsora unifica la cuota en dos pesetas, con una peseta de
cuota de entrada. Mientras, el socorro ofrecido era de seis pesetas dia-rias
cuando la enfermedad exigía visita diaria o alterna de médico; de
tres si era enfermedad leve o convalencia; los enfermos crónicos reci-bían
dos pesetas dianas. La ayuda para entierros era de 150 pesetas y
250 para superviviencia.
La situación se hace más compleja en la segunda etapa, cuando se
unen ambas sociedades en La Previsora de Trabajadores, Los socios
fundadores y de número formarán dos categorías: de primera, los que m
D
paguen una cuota de entrada de tres pesetas y de dos pesetas mensua- E
les; a la segunda, los que paguen una cuota de entrada de cinco pesetas O
y cuota mensual de 1 peseta. n -
=m
Aunque los socios tengan los mismos derechos (art. 6.O), las presta- O
E
ciones a percibir depende de la categoría: todos tienen derecho a los E
2
auxilios reglamentarios en casos de enfermedad, accidente o muerte, =E
seis meses despúes de su ingreso en la Sociedad, pero los beneficios 3
varían según la categoría y circun~tancia'~. -
El volumen de socios acogidos a socorros mutuos dentro de las -
0m
sociedades de carácter laico no es despreciable, cifrándose en tomo a E
los tres millares, cifra importante en una población, Las Palmas de O
Gran Canaria, que rondaba los 44.417 habitantes en 1900 y 66.461 en n
1920. Hasta los años veinte el número de afiliados permanece en tomo E a-a
esta cifra, superior al mutualismo de obediencia confesional y tam- l
bién al sindicalismo de resistencia. Desde finales de esta década fue n
0
superada por este, cuando definitivamente se consolidó el sindicalismo
de clase y logró dar un tirón espectacular hasta llegar alrededor de los 3
O
veinte mil afiliados.
Poseía la Sociedad de Trabajadores un edificio de considerables
dimensiones que luego pasó a La Previsora de Trabajadores1', el cual
debió permitir un espacio significativo de sociabilidad, singularmente
la biblioteca (recordemos que en su Junta Directiva existía el cargo de
Bibliotecario).
Las sociedades de Socorros Mutuos en las Canarias ... 733
111. LAS SOCIEDADES CONFESIONALES
La aparición de una asociación de trabajadores laica, que además no
dudará en llevar a la práctica ese laicismo, motivó una honda preocupa-ción
entre los estamentos eclesiásticos, sobre todo del obispo José
Urquinaona Bidot, defensor de un catolicismo sumamente dogmático.
Tampoco conviene considerar la fundación de la Sociedad Católica de
Obreros en 1873 como una exclusiva respuesta a la previa puesta en
marcha de la ATLP, en el sentido de una reacción causa efecto; otros
aspectos, como la propaganda del Padre Vicent y la experiencia previa
de Alcoy, donde se había fundado un Círculo Católico de Obreros en
1872 convienen ser tenidos en cuenta, con lo cual, dicho sea de paso, el
núcleo canario constituiría uno de los pioneros en el conjunto del Esta-do19.
El aludido carácter de confrontación con la ATLP se pone de
manifiesto rápidamente, y tiene una dimensión pública cuando el Obis-po
de Canarias y Administrador Apostólico de TenerifeZoe, l mencionado
Urquinaona y Bidot, publica una dura pastoral contra la ATLP a cuenta
de un incidente que se produce cuando la directiva pretendía estar
presente en el entierro de uno de sus asociados, cuestión que no admite
el sacerdote: pues la Iglesia se negaba a que en el cortejo nadie tuviera
igual rango y tampoco permitía que pronunciara alocución alguna per-sona
ajena al estamento eclesiástico en el momento de la inhumación,
conforme pretendían los componentes de la Asociación y se recoge en
sus estatutos2'. En la Pastoral el Obispo dirige un duro ataque a ésta,
reprochándole fundamentalmente su carácter laico, pues "la Sociedad
se ha constituido sobre bases que están en contradicción abierta con la
Iglesia Católica".
Desde la óptica de un catolicismo decimonónico, conservador, no
podía consentirse que prescindiera "completamente de la Religión, o lo
que es lo mismo, como tal sociedad no tiene religión, pudiendo cada
uno de sus individuos profesar la que le parezca".
Particularmente le repugna al Prelado que la Asociación no reco-nozca
otra forma de entierro que el civil; o que cualquier compañero
del finado pueda hacer' uso de la palabra en el momento de la
inhumación, lo cual puede ser ocasión y causa de "gravísima impiedad"
734 Miguel Suarez Bosa
la libertad de pensamiento, la superioridad de la "ley natural" (emanada
de Dios, dice paradógicamente) y deplorando la intransigencia del pre-lado.
A la jerarquía católica le preocupa la incidencia que entre los fieles
pueda tener una sociedad laica, y se muestra decidida a competir en ese
terreno y hacer un esfuerzo por combatir la tendencia de las masas de
trabajadores a separarse de su influencia.
Por la vía de los hechos, la concreción para restar influencia a la
sociedad obrera aconfesionai fue la fundación de la Sociedad Católica
de Obreros de Las Palmas en 1873, la cual responderá ideológicamente
a los deseos expresados de la jerarquía católica. ,,
Así en su art. l." se expresará que -
E
"El objeto de la Sociedad es conservar y fomentar las creen- O
n
cias católicas, apostólicas, romanas, las buenas costumbres y -
=m
los conocimientos religiosos (...)"22.
O
E
E
2
Y en el art. 3." se especifica que no se admitirán "personas de =E
costumbres públicamente depravadas o que hagan alarde de increduli-dad".
En ios estatutos de i 9 i 4 se exige ser caróiico (m.i0 , apartado 3
-
2) y practicante (art. 3). Para más confirmación de esta línea de influen- -
0m
cia eclesiástica, se incluye en el Reglamento, en su primera página un E
preámbulo de "Aprobación" por el Obispo de Canarias, donde expresa- O
mente se dice que "Aprobamos (el Obispo) el Reglamento de la n
Sociedad Católica de Obreros, que bajo Nuestra especial protección se -E
establece en esta Ciudad de Las Palmas"24. Sin embargo, esta encuentra a
2
inicialmente dificultades para progresar, por lo que la jerarquía católica n
acude a los grupos más pudientes de la ciudad para que integrándose 0
"como socios protectores y honorarios, y pueda esta tener continui- O3
dad"25.
No obstante, el esfuerzo organizador iniciado por el Obispo
Urquinoana fructificó con evidente éxito en la etapa de su sucesor José
Pozuelo y Herrero en las décadas posteriores, pues en casi todas las
localidades de la isla de Gran Canaria se había fundado un Círculo
según consta en el cuadro n." 2.
Los sociedades de Socorros Mutuos en las Canarias ... 735
los empresarios. Por ejemplo, durante los años de aguda crisis eco-nómica,
como fueron los de la 1 Guerra Mundial, se les daba trabajo
en el Puerto saltándose los turnos establecidos, en beneficio de los
afiliados al Círculo Católico de Obreros del Puerto de La en
otras ocasiones, sus afiliados se niegan a secundar la postura de
huelga adoptadas por las organizaciones de clase y actúan como
esquiroles, singularmente en los conflictos habidos en el mismo Puer-to
de La Luz, con las consiguientes tensiones entre los propios
obreros, e incluso agresiones2'.
Recibirá subvenciones del Estado - c o s a excepcional en la épo-ca-
a través del Ministerio de TrabajoZ8, para la obra del local
social y pcuela, gracias a gestiones de Leopoldo Matos, en aquel
momento titular del Ministerioz9.
La connivencia de estas organizaciones con la clase dominante
local la encontramos, incluso mejor reflejada, en otros ámbitos. Por
ejemplo, quien ejerciera durante muchos años de presidente, Pedro
Barber Jorro, fue concejal en las filas del Partido Liberal Canario; o
en e! coso muy significativo del Círculo Católico de Obreros de la
Aldea de San Nicolás, pequeño municipio de Gran Canaria, que
merece la pena detenerse a analizar. Fundado en 1907, en sus loca-les
el cura párroco Juan Llarena Socorro y el maestro nacional José
León Llarena, propician candidaturas del Partido Liberal Canario a
la alcaldía, recauda votos y designa jueces y fiscales municipales,
según se denuncia en un expediente que les es intruido. Pero ade-más,
servía para otros fines, pues era local de juegos, despacho de
bebidas y alimentos3". Es un caso paradigmático, que nos puede ser-vir
como ejemplo, de la importancia que juega estas instituciones en
las pequeñas y medianas localidades de la isla dominadas por el
caciquismo.
A mayor abundancia, los socios protectores solían ser personas
de la alta burguesía local y de la terratencia, por lo general vincula-dos
políticamente a los grupos tradicionales detentadores del poder,
integristas y conservadores3'.
Los actos que año tras año, cada 29 de abril programaba la enti-dad
con motivo de la festividad de su patrono San José Artesano son
736 Miguel Suarez Bosa
en metálico y objetos donados por los socios protectores (ropa, ali-mentos
como gofio y otros efectos), para terminar con la celebración
de la Junta General dando cuenta del estado económico, movimiento
de socios y situación de la Escuela que la entidad sostenía3*.
En su vertiente de sociedad mutual, los círculos católicos otorga-ban
sus beneficios de socorro y beneficencia exclusivamente a
trabajadores (art. 1 del Reglamento), aunque los socios pudieran ser
activos ("que son los obreros") y honorarios ("son aquellos que sin
pertenecer a la clase obrera, como prenda de simpatías y de unión a
dicha clase, desean ingresar en el seno de la S~c i edad" )~L~os. so-cios
honorarios pagan una cuota mensual igual a la de los socios
activos, pero sin participar de sus beneficios ni intervenir en la ad-ministración;
en las asambleas, tendrán voz pero no voto.
La composición social de los 336 socios activos de 1907 es la
siguiente: jornaleros, 126; mamposteros, 7; albeador, 1; zapateros,
15; carpinteros, 20; herreros, 8; carreteros, 13; sirvientas, 4; pinto-res,
2; fontaneros, 4; cocheros, 3; barberos, 2; marineros, 21;
latoneros, 4; labradores, 2; tabaquero, 1; relojero, 1 34.
La cuota de entrada será de media peseta y la mensual de una
peseta hasta 1919, cuando aumenta a una peseta y a 1,25 respectiva-mente.
Los beneficios obtenidos por los socios en la primera etapa eran
la pensión, cuando no puedan trabajar, de diez reales de vellón (dos
pesetas y media) diarios, médico y botica; pudiéndose beneficiar de
estos últimos también el familiar del socio. Estas condiciones varían
en la segunda fecha de la siguientes manera: abonará tres pesetas
por día de trabajo perdido por razón de enfermedad; si la enferme-dad
dura sesenta días será de una pesetaldía, considerándose en este
caso crónica.
El ámbito de actuación es el de la ciudad de residencia, por idén-ticas
razones que las apuntadas en el caso de las sociedades laicas;
asimismo, darán caridad prestando asistencia por las noches en caso
de que necesite de ella, siendo ejercida por dos socios.
En cuanto al ámbito de sociabilidad, cabe decir que la biblioteca
a la que se pretende dar una misión educativa y la escuela nocturna
Las sociedades de Socorros Mutuos en las Canarias ... 737
IV. OTRAS SOCIEDADES, OTRAS CONCEPCIONES
DEL SEGURO MUTUAL
A. El mutualismo en las sociedades de resistencia
Por su parte, las sociedades de clase y de resistencia quisieron tam-bién
ofrecer algún servicio mutual, pero con un planteamiento y una
concepción diferentes. La propia Federación Obrera de Gran Canaria36
desarrolló una importante actividad en este campo durante los años de
la Dictadura de Primo de Rivera.
La "Mutualidad Obrera" (médico-farmacéutica), organizada por la
Federación Obrera de Gran Canaria el 4 de abril de 1933, según acuer-do
del tercer Congreso surge como una institución pensada, no
solamente como de socorro y ayuda mutua, sino que se inscribe como
instrumento de concienciación y liberación de la clase obrera. Comen-tando
su creación La Voz Obrera , portavoz de la Federación, dirá:
"Para que la masa laboriosa sea capaz de afrontar sus destinos históri-cos
es necesario, además de una capacitación doctrinal, dotarla de
instituciones que moderen los golpes de la reacción y releven al traba-jador
de penosas atenciones familiares".
según :a ideol(jgica iefüimis~a y evu~ueionis~(paie -
dominante en las organizaciones obreras de las Canarias Orientales),
la clase obrera para logar "la victoria final", que'será inevitable pero
precedida de una "etapa de duras luchas", ha de dotarse de los ins-trumentos
que mitiguen ese sufrimiento, entroncando otra vez con
uno de los principios sindicales del reformismo; es importante no
sólo "la sindicación de clase sino la creación de instituciones auxi-liares
que defiendan intereses culturales y sanitarios", en este sentido
la Mutualidad Obrera no es un organismo "oportunista que aparta a
los trabajadores de la lucha cotidiana, sino que se convierte en auxi-liar
meritísimo del proletariado al descargarlo de la presión que la
clase enemiga ejerce por medio del agotamiento y desánimo que las
enfermedades y, en general, la miseria provoca en las masas laborio-sa~"~'.
La Mutualidad ofrecía a sus asociados, que debían ser afiliados a la
Federación Obrera, dentista, cirujano, radiólogo, atención de diversos
738 Miguel Suarez Bosa
tución; por otro lado, dirigentes muy significativos de la Federación
participan en su organización.
Su existencia era vista con recelo por los poderes fácticos de la
derecha. Así cuando la Mutualidad pide una subvención al Ayunta-miento
y al Cabildo, es ocasión de protesta achacándole que de sus
atenciones sólo se podían beneficiar los afiliados a la Federación Obre-ra,
con lo cual se convertía en un medio de proselitismo3*.
También desde otras organizaciones se intentará fomentar este tipo
de instituciones. Así la Federación Obrera de Arrecife sopesó el lanza-miento
de una Cooperativa Sanitaria sin demasiado éxito39. El Centro
de Dependientes del Comercio y de la Industria, sindicato integrado en
la Federación Obrera y en la UGT, funda en noviembre de 1930 un
"Montepío" para atender a sus socios en la "previsión y socorro en
casos de enfermedad, fallecimiento, paro forzoso, paternidad, retiro o
in~alidez"~Su~ .é xito fue relativo según se quejan sus responsables dos
años después, pues apenas contaba con un centenar de asociados que
podían percibir en caso de cesantía del trabajo cinco pesetasldías o
2,50, según la cuota satisfecha41.
De signo radicalmente distinto son los auxilios prestados por medio
cie ia Asociación Libre cie Trabajadores del h e n o de La Luz, sindicato
radicado en el Puerto de La Luz, a través de las subvenciones
que recibía de la patronal como consecuencia de un contrato colectivo
que habían firmado, ofreció en los cinco años de existencia servicios
médicos de consulta y curas, medicamentos, subsidios por días de en-fermedad
y gota de leche43.
B. Los pósitos de pescadores
Los positos de pescadores ejercieron una importante función social
entre los trabajadores del mar en varias ciudades y pueblos marineros.
Su naturaleza era sernipública, pues si bien tenían que recoger en sus
reglamentos determinados artículos considerados como obligatorios por
la administración para poder recibir subvención por la Caja Central de
Crédito Marítimo, por otro lado disfrutaban de autonomía casi ilimitada
en su actuación, teniendo sólo la obligación de someterse a una inspec-ción
Las sociedades de Socorros Mutuos en las Canarias ... 739
La finalidad de estos organismos podría ser múltiple: socorros mu-tuos
(seguros de enfermedad, de accidente, de muerte, de paro
involuntario, de riesgo marítimo, asistencia médica y asistencia farma-céutica);
venta de productos de pesca; caja de crédito; cultural y
educativa; y montepío. Cada una de estas finalidades podía dar lugar a
una sección, con un reglamento-tipo propio.
Su configuración podía ser netamente obrera, cuando estaban integrados
exclusivamente por trabajadores o interciasista si incluían también armadores.
Los socios podía ser de tres categorías: de número, los que figuraran
como "inscritos en Marina" (en el censo de población a efectos de recluta-miento),
mayores de veinte años y menores de sesenta, que trabajen o que
hayan trabajado en la pesca, y los armadores de las embarcaciones; coope-radores,
los anteriores más las mujeres que se dedicaran a la pesca y las que
fueran familiares de los socios de número; y adjuntos, los varones y hem-bras
mayores de doce años y menores de 18, familiares de los anteriore~~~.
Hay, como se ve, una evidente discriminación de la mujer, que la
justificaba por "La idiosincrasia del pescador, tan opuesta a toda varia-ción
en su régimen de vida y costumbre^"^^.
Incluso a efectos de participación en la junta directiva sólo tenían
derecho a nnmhra_r &S oprp.p.ntantp.s como v n c d ~ .
Comenzaron su andadura desde la segunda década del actual siglo y
en la siguiente existían un número importante en los municipios costeros
de las islas, según se comprueba en el cuadro n." 3.
. El de Arrecife era uno de los pósitos más importantes y con mayor
tradición. Fundado al principio de la segunda década del presente siglo
tenía una Sección de Socorros Mutuos, formando un capital de la mitad
de las cuotas que aportaban los socios. El número de estos debió ser
muy superior al que recoge la estadísticas anterior, pues en 1927 tenía
1 .O20 socios y derecho a elegir un concejal corporativo, habiendo reci-bido
subvenciones por un total de 79.000 ptas. Tenía también una
escuela para niños y adultos. Un capítulo muy importante de su labor
debió ser la enseñanza, pues en los de Gran Canaria había escuela en
casi todos, tal y como se indica en el cuadro n." 347.
Los pósitos también sem'an a los trabajadores de lugar de reunión y diver-sión,
organizándose bailes semanales en sus locales como en Puerto Cabras48.
740 Miguel Suarez Bosa
"simpático aspecto" de la Previsión social, como en la Memoria de la
Caja de Previsión Social49. Según comprobamos en el siguiente cuadro
n." 4, tenían cierto arraigo en Canarias. Sin embargo, es controvertida
su conveniencia desde el punto de vista pedagógico: mientras muchos
teóricos de la educación, desde una postura renovadora, veían en ellas
el fomento de un espíritu individualista y poco solidario, para otros es
uno de los "elementos más importantes de que dispone la pedagogía
moderna" (sic), pues lleva hacia sentimientos altruistas y es "Previsión,
es Socorro, es Cooperación", o sea la "suma de todas las virtudes"
si^)^.
=m
C-l. Sociedades mutuales y n. O de asociados. O
E
Provincia de Las Palmas (siglo XIX y primer tercio del XX) SE
E
S. TRABAJADORES LA PREVISORA C. C. OBREROS
750 (X)
550 (OB) -
-
-
-
-
537 (OB)
535 (RS)
149 (RS)
900 (OB)
354 (RS)
-
-
-
-
-
609 (MP)
1.073 (MP)
1.477 (MP)
1.7 1 1 (MP)
1.694 (MP)
1.762 (MP)
933 (RS)
601 (RS)
1.772 (OB)
1.739 (RS)
1.738 (P)
1.783 (BO)
-
278 (BR) -
-
-
203 (RS) -
-
336 (RS)
214 (RS)
185 (RS)
220 (OB) -
-
359 (BO)
Las sociedades de Socorros Mutuos en las Canari as... 74 1
C-2. NOMBRE DE LA FECHA DE No SOCIOS
SOCIEDAD CONSTITUCION FUNDADORES
(FIGURA LA LOCALIDAD)S1
S.C.O. de Las Palmas*
C.C.O. del Puerto de La Luz
S.C.O. de San Gregono
(Telde)
S.C.O. de Guía
S.C.O. de Sta. Bngida
S.C.O. de Agaete
S.C.O. de San Mateo
S.C.O. Ingenio
S.C.O. Aldea de S. Nicolás
S.C.O. de Gáldar
S.C.O. de Teror
09- 12- 1884 50
24-02-1884 48
06-01-1885
04-04-1 884
01-01-1885 62
12-05-1886 35
03-04-1 907
Julio 1884
1885
Nota: Lac S.C.O. de Las Palmas pasa a llamarse Clrculo Católico de Obreros de La Ciudad
de Las Palmas, al menos desde 1914. El número de socios que figura es el de personas que se
reunieron para formarlo, poco despues tendri 278 socios, siendo la m& importante.
C-3. Positos de pescadores existentes en Canarias
TIPO SOCIOS CARACTER FONDOS
GRAN CANARIA
Pto. de La Luz .................... MT ........ 54 ................ C , SM ......... 2.020,00
Mogan .................................. P ................................S M
Arguinegúín ......................... P ................................ SM
La Puntilla ........................... P
Castillo del
Romeral ............................... P ................................ C
FUERTEVENTURA
Gran Tarajal ........................ P ................................ C .................. 105,OO
...................... ......... ................Miguel Suarez Bosa
C-3. Positos de pescadores existentes en Canarias (Con t.)
TIPO SOCIOS CARACTER FONDOS
TENERIFE
Candelaria ............................ MT ............................ C .................. 237,OO
Los Cristianos ...................... MT ............................ C
Pto. de la Cruz .................... MT ......... 42 ............... C, SP ........... 1.500,00
Playa S. Juan ....................... MT ......... 44 ............... C, SM .......... 2.000,OO
Playa Alcalá ......................... P ................................ C
Playa S. Andrés ................... P ................................ C
Candelaria ............................ P ................................ C m
D
Poris de Abona .................... P E
S. Cruz ................................. P O
d--
LA PALMA m
O
E
Sauce .................................... P E 2 s. Cniz ................................. P -E
LA GOMERA 3
Playa Santiago ..................... P ............. 107 ............. SP, BT ......... 2.000,ÜO O-m
E
Nota: Significado de las siglas. 1. Tipo: P. pósito, MT, marítimo-terrestre. Carácter: C, O
cultural; BS, bolsa de trabajo; SM, socorros mutuos; SP, seguro de paro.
Fuente: Memoria de la labor de protección del Estado a los trabajadores de las costas
españolas asociados en los pósitos de pescadores, marítimos y Terrestres realizada por la Caja E
Central de Credito Marítimo y despuds por el Instituto Social de la Marina. Ministerio de Trabajo a
y Previsión . Madrid, 1937.
n
Las sociedades de Socorros Mutuos en las Canarias ...
C-3. Mutualidades escolares. Totales anuales. Canarias, 1920-1931
Años LAS PALMAS TENERIFE
Hasta 1920 ...
1921 .............
1923 .............
1924 .............
1925 .............
1926 .............
1927 .............
1928 .............
1929 .............
1930 .............
Total .............
Fuente: AEE (Años respectivos).
Miguel Suarez Bosa
1. La breve bibliografía sobre el particular se resume en los siguientes trabajos:
ANDRES-GALLEGO, José: "Los comienzos del asociacionismo obrero en Gran Cana-ria".
Anuario de Estudios Atlánticos, n.' 27: 1982, pp. 261-307. WTO GONZALEZ,
Oswaldo: Historia del Movimiento Obrero Canario. Editorial Popular, Madrid: 1980.
GALVAN FERNANDEZ, Francisco: Burgueses y obreros en Canarios (del siglo XIX
al XX). U. de La Laguna, 1986. SUAREZ BOSA, Miguel: El Movimiento Obrero en las
Canarias Orientales. CIES de la Caja de Canarias. Las Palmas: 1990.
También se puede encontrar información en los siguientes irabajos: BARRETO
ROMANO, José Miguel: "Los orígenes del catolicismo social en Gran Canaria: 1860-
1890". WIi Coloquio de Historia Canario-Americano (1988). Cabildo Insular de Gran
Canaria, 1991, pp. 883-899. MILLARES CANTERO, Agustín: "Trabajadores y repu-blicanos
en Las Palmas (1900-1908)". Vegueta, anuario de la Facultad de Geografía e
Historia de la Universidad de Las Palmas: n." 1, pp. 121-136.
2. VAN DER LINDEN, Marcel: "La Historia comparativa de las sociedades de
socorros mutuos: algunos interrogantes y sugerencias"(Traducci6n mecanografiada de
Santiago CASTILLO), p. 5.
3. Véase MILLARES CANTERO, Agustin: "Trabajadores y republicanos...", o. c.
4. Para una tipología de las sociedades mutuales véase MONTERO, Feliciano y
DE VEGA, Mariano Esteban: "Aproximación tipológica al mutualismo popular y obre-ro
en España: el mutualismo asistencial", en Santiago CASTILLO (Coord.): Ln historia
social en España: actualidad y perspectiva. Siglo XXl, Madrid: 1991, pp. 457-469.
5. "Reglamento de la Asociación de Trabajadores de Las Palmas de Gran Cana-ria".
Imprenta de Antonio L. Ramuez, Las Palmas, 1872.
6. "La Asociación de Trabajadores de Las Palmas de Gran Canaria, al público de
Las sociedades de Socorros Mutuos en las Canarias ... 745
9. "Podrá ser socio todo individuo sin distinción de creencias, color, nacionali-dad
y opinión política". Art. 1 del "Reglamento de la Asociación de Trabajadores...",
1872, o. c.
10. En las Canarias Orientales el republicanismo, particularmente desde principios
del siglo xx, se concreta en su versión federal, sin que el resto de los partidos de esta
tendencia conocieran implantación antes de la 11 República.
11. "Reglamento de la Previsora de Trabajadores de Las Palmas. Sociedad de
Socorros Mutuos y Cooperativa de Consumos". Las Palmas, 1923, p. 5. (consta de los
reglamentos de ambas instituciones). Para la finalidad de la Cooperativa, véase el
artículo 3P correspondiente.
También el artículo "La Previsora de Trabajadores. Asociación importante", El
Defensor de Canarias, 21-3-1932, p. 3.
12. "La Previsora. Sociedad de Socorros Mutuos. Datos Estadísticos y financieros
correspondientes al quinquenio 1903-1907". Imp. y Lit. de J. Martínez, Las Palmas.
Archivo del Museo Canario, Hojas sueltas, Sección Política.
13. "Reglamento de la Previsora de Trabajadores...", o. c.
14. "Reglamento de la Previsora de Trabajadores ..." art. 2.
15. "Reglamento de la Previsora de Trabajadores...", artículos 70 y 71.
16. "Reglamento de la Previsora de Trabajadores...", o. c.
17. "La Previsora de Trabajadores. Asociación importante", El Defensor de Cana-rias,
28-3-1932, p. 3.
18. La referencia a la sociedad de Santa Brígida en BRITO GONZALEZ, Oswaldo:
''u.stori= ...", p. 57; !rr & .A- ~ ~ c i f=e n ''Cpn~cC ~rp~&vnE !Pc!Q~!d p. !914"j -Ma&id,
1927.
19. BARRETO ROMANO, José M.: "Los orígenes del catolicismo social...", pp.
896-897.
20. El obispado de Canarias, con jurisdicción en todas las islas, tenía su residencia
en Las Palmas de Gran Canaria, de ahí el curioso título.
21. Las citas proceden todas de la "Pastoral que el Excmo. Sr. Obispo de Canarias,
Administrador apostólico de Tenerife, dirige al clero y a los fieles de ambas Diócesis
con motivo de la cuestiones que se han suscitado por lo ocumdo en el entierro de un
vecino de Las Palmas, perteneciente a la Sociedad Obrera instalada en esta capital".
Imprenta de Víctor Doreste y Navarro, Las Palmas, 1875, p6gs. 8, 9, 14 y 19.
La respuesta de la sociedad obrera en "La Asociación de Trabajadores de Las
Palmas de Gran Canria, al público de las siete islas". Archivo de la Diócesis de
Canarias. Carpeta Círculo Católico de Obreros.
22. "Reglamento de la Sociedad Católica de Obreros de la Ciudad de Las Palmas".
Las Palmas, 1873. Archivo de la Diócesis de Canarias. Carpeta Círculo Católico de
Obreros.
23. "Reglamento para gobierno y administración del Círculo Católico de Obreros
de la ciudad de Las Palmas". Imprenta Ibérica, Madrid, 1914.
24. Ibídem.
746 Miguel Suarez Bosa
tender a construir un sindicato de hambrientos, una Asociación de desdichados que la
' engrosen por hambre, no por la virtualidad de las ideas o aspiraciones (...).
"Se ve que se trata de un abuso, de una injusticia que se pretende ejercer para dar
a ese Sindicato canijo y enfermizo, una virtualidad que aún no ha logrado (...)".
"Características de la subsistencia, escasez de trabajo y malicia de los «amari-llos
»". El Tribuno, n." 2079 (7-2-1916), p. 1.
27. Como en 1923, cuando un grupo de trabajadores afiliados al Círculo Católico
de Obreros del Puerto se niegan a secundar el boicot declarado por los obreros estiba-dores
y son agredidos a pedradas por estos. Los del Círculo, que se trasladan hasta el
lugar de trabajo en una barca de una casa consignataria, efectuaron disparos por lo
cual se practican dos detenciones. "Colisión entre obreros", La Crónica, n." 2.122 (12-
6-1923), p. 1.
28. La primera referencia en El Noticiero, 11-8-1917, p. 3 y la segunda en La
Provincia, n." 4546 (6-9-1921), p. 1.
29. Leopoldo Matos Massieu, seguidor y continuador del representante más genui-no
del caciquismo canario Fernando León y Castillo, fue varias veces diputado por
Gran Canaria y Ministro, primero de Trabajo en 1921 en el Gobierno Maura y en 1930
de Gobernación en el Gobierno Berenguer. Representante de la oligarquía local y del
bloque de poder estatal, tenía incluso conexiones con la Casa Real de la que fue
abogado.
GUIMERA PERAZA. Marcos "Leopoldo Matos y Benito Pérez Armas: Historia de
una amistad", en Anuario de Estudios Atlánticos: n." 32 (1986), pp. 211-266.
30. Los hechos son denunciados en la prensa local, concretamente en el periódico
¿a Unión Lioerai, n." 324 (4-9-i9Ü/j,p . 2., por eiio se abrió una investigación y se
instruyó expediente.
Archivo Histórico Provincial de Las Palmas (AHPLP). Sección Sociedades Disuel-tas.
Legajo 34.
31. Obsérvese los apellidos, de larga resonancia y prosapia, de alguno de sus
socios protectores: Marqués de Acialcázar, Excelentísimo Sr. Felipe Massieu, Tomás
de Zárate y Morales, D." Dolores Manrique de Lata, Excelentísimo Sr. Adán del
Castillo y Westerling, Ilustrísimo Sr. Francisco Gourié Manero, Excelentísimos seño-res
Pedro del Castillo y el conde de la Vega Grande.
Referencia tomada del artículo "El Círculo Católico de Obreros. La fiesta de su
Patrono", publicado en el periódico, portavoz de Obispado, El Defensor de Canarias,
26-4-1932, p. 8.
32. "Las fiestas del Círculo Católico de Obreros de San José", El Defensor de
Canarias, 9-4-1932, p. 3 y "En el Círculo Católico de Obreros", Hoy n.' 292, 24-4-
1934, p.16.
Un estudio de la integración social por medio de la religión, la beneficiencia y la
filantropía en G. S. JONES: Lenguaje de clase. Estudios sobre historia de la clase
obrera inglesa. Siglo XXI, 1989, particularmente el capítulo 4."; también E.
HOBSBAWN El mundo del Trabajo. Crítica, 1987.
Las sociedades de Socorros Mutuos en las Canarias ... 747
varias ciudades de la isla; desde su tercer Congreso celebrado en 1933 se autodenomina
"provincial". Organismo autónomo y unitario, no se integró formalmente en ninguna
de las grandes centrales estatales, aunque se declara afín a la UGT.
En Lanzarote se funda en 1930 la Federación Obrera-UGT, adscrita a la central
socialista.
En Fuerteventura apenas se desarrollaron los sindicatos de resistencia o de clase.
37. ARISKO, "La Mutualidad obrera y la lucha de clases", La Voz Obrera, n."
293, 28-10-1933, p. 3.
38. "Sobre unas subvenciones", Hoy, 15-2-1935, p. 1.
39. Avance, 5-7-1933 y Tiempos Nuevos.
40. "La labor del Montepío de Dependientes", Boletín del Centro de Dependientes
del Comercio y de la Industria", n." 17, Noviembre de 1931, pp. 2-3.
41. JIMENEZ SANCHEZ, José, "Inconsciencia, apatía o no sé qué", BCDIC, n."
20, febrero de 1932.
42. La asociación Libre de Trabajadores del Puerto de La Luz fue impulsada por la
poderosa Patronal de Consignatarios para hacer frente a las fuertes y dinámicas orga-nizaciones
sindicales de clase radicadas en el sector.
43. "Memoria sobre la actuación de la Asociación Patronal de consignatarios de
Las Palmas durante el año 1929" Tipografía "Diario", Las Palmas: 1930, pp. 28-36.
44. "Reglamento-tipo de Pósitos de Pescadores". Ministerio de Marina. Caja Cen-tral
de Crédito Marítimo. Sección Social. Madrid, 1920. Biblioteca del INSS.
45. Idem. Art. 50.
46. Idem. Introducción.
47. El número de socios del Pósito de Arrecife en Censo Corporativo Electoral
1927, o. c. y el número de alumnos en Memoria de la Labor de protección del Estado
a los trabajadores de las costas española asociados en los pósitos de pescadores.
Ministerio de Trabajo y Previsión. Servicio de Acción Social de la Marina, Madrid,
1937.
48. La información para Fuerteventura, procede del testimonio oral del marinero
de Puerto Cabras Juan Hormiga (entrevista efectuada el 23-9-1991). Las referencias al
pósito de Arrecife en el semanario Acción, n." 33 (25-3-1933) y DE LA HOZ, Agustín:
Lanzarote, 1962, p. 46.
49. "Caja de Previsión Social de las Islas Canarias. Memoria". 1926. o. c., p. 10.
50. Las valoraciones en Previsión Social. Boletín de la Caja de Previsión Social
de las Islas Canarias Colaboradora del Instituto Nacional de Previsión, n." 2 (marzo-abril
de 1927, pp. 4-5. Biblioteca del INSS, Madrid.
51. Para las dos últimas BARRETO ROMANO, José M. "Los orígenes del catoli-cismo
social ..." y para el resto Carpeta Círculo Católico de Obreros, Archivo de la
Diócesis de Canarias.