EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LA IGLESIA
DE NUESTRA SEÑORA DE LA CONCEPCI~N
DE SANTA CRUZ DE TENERIFE
Estudio preliminar de los materiales
asociados a los restos antropológicos
La investigación arqueológica ha vivido en las últimas décadas una
importante renovación teórica y metodológica, al mismo tiempo que su
ámbito de actuación se ha ido ampliando y diversificando. La Arqueo-logía
Histórica es uno de los campos que en los últimos años ha cobra-do
un especial interés y desarrollo. El crecimiento de las ciudades y su
remodelación, así como, el estado de conservación del Patrimonio His-tórico
edificado ha ido demandando intervenciones que conllevan en
muchas ocasiones, una actuación arqueológica. Canarias no ha sido aje-na
a esta problemática, desarrollando desde la década de los ochenta una
Arqueología Histórica, observándose una progresiva consolidación has-ta
nuestros días '.
Las intervenciones en Tenerife han estado siempre ligadas a edifi-cios
religiosos y espacios sepulcrales. En la actualidad se cuenta con un
nutrido repertorio que está permitiendo sentar unas bases metodológicas
así como abrir nuevas líneas de investigación, que hasta ahora no ha-bían
sido abordadas y que son de gran interés para la historia de la isla.
Cronoiogicamente estas actuaciones corresponden a la Ermita de San
Benito (La Laguna 1989), el Convento Agustino del Espíritu Santo (La
Laguna 1993), la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción (Santa Cruz
de Tenerife 1993 y 1995), la Cueva-Ermita de San Blas (Candelaria
1994) y la Ermita de San Miguel (La Laguna 1995).
La excavación de la Iglesia de la Concepción ha hecho posible
la recuperación de un importante volumen de restos antropológicos,
fundamentalmente datables en el s. xvrrr, cuyo estudio contribuye
sólidamente al conocimiento de un importante conjunto poblacional del
594 Arnay de la Rosa - Matos Lorenzo - Barro Rois - Pérez Álvarez
Santa Cruz de deicho siglo. (J. Torres Palenzuela y J. Velasco Vazquez,
1996).
EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LA IGLESIA.
CAMPAÑAS 1993 Y 1995
Las investigaciones arqueológicas llevadas a cabo en La Concepción
se enmarcan, por tanto, dentro del auge de la Arqueología Histórica en
la isla, constituyendo el proyecto de mayor alcance de los realizados
hasta la actualidad, tanto por el espacio intervenido como por el mate-rial
recuperado *.
Las excavaciones se realizaron en dos campañas independientes. En
1993 (Abril-Agosto) se acometieron tres áreas concretas:
- Altar Mayor (fosas 1-8)
- Entrada Principal (fosas 500-508)
- Estructura D (fosas 320-327)
Las conclusiones obtenidas fueron el punto de partida del posterior
planteamiento de investigación de 1995, constatándose que se trataba de
un extenso e intacto yacimiento sepulcral histórico. En él, destacó la
enorme complejidad del sustrato arqueológico y la alta fragilidad de los
restos derivada fundamentalmente de la elevada humedad presente en el
Templo. Se apreció igualmente la configuración de un entramado
sepulcral regular y homogéneo que afectaba a los últimos cuerpos
inhumados, considerados del siglo XVIII. Asimismo, apareció material
asociado a los restos humanos, no abundante, pero sí muy significativo.
La Campaña de 1995 (Enero-Mayo) al encontrarse condicionada por
las obras de restauración del inmueble, se planteó siguiendo las direc-trices
del Director de Restauración del Templo, afectando a cuatro áreas
circunscritas a las principales columnas exentas de las naves, denomi-nadas
en el plano: Estructuras A (fosas 1-35), B (fosas 124-187), C (fosas
201-284; 1995) (fosas 324-420; 1993), D (fosas 310-327 y osario). Esta
Campaña se configuró como una intervención de "urgencia" eri ei sen-tido
más estricto del concepto. Se trataba de abordar la excavación de
un yacimiento de extrema fragilidad en un tiempo mínimo e improrro-gable.
Los cálculos iniciales, partiendo de los datos obtenidos en 1993,
hacían manejar cifras de centenares de fosas. Así, al término de la cam-paña
se habían recuperado restos pertenecientes a más de 700 indivi-duos,
constatándose la presencia de vanas deposiciones en ia misma fosa
(hasta cinco), subfosas con individuos infantiles y subadultos, deposi-ciones
múltiples y complejas, aparición de varias inhumaciones en
Excavaciones arqueológicas en la Iglesia de Nuestra Señora ... 595
ataudes y la recuperación, de nuevo, de un material asociado altamente
interesante y significativo 3.
El procedimiento de recuperación de estos materiales siguió las mis-mas
directrices empleadas para el conjunto de restos exhumados en las
fosas, añadiéndose otros datos específicos relativos a su localización
espacial, puesto que constituye una información de gran interés para
interpretar la función de los mismos y en definitiva, su papel en el ri-tual
funerario como expresión material de la mentalidad de una época.
Sin embargo, la posición primaria es una característica que no suele
acompañar en excesivas ocasiones a estos materiales, debido a la enor-me
presión funeraria existente en este recinto, que motiva la reutilización
sucesiva de los espacios inhumatorios, alterando, consiguientemente los
depósitos preexistentes. De cualquier modo, el estudio detallado de las
últimas inhumaciones permite establecer modelos de comportamiento
reitp,rx!os sobre un fiúrnrro significative de cases, pmiende de mani-fiesto
la existencia de "prototipos" que facilitan la interpretación de las
evidencias en posición secundaria.
El carácter sepulcral del yacimiento motivó que uno de los princi-pales
objetivos planteados fuera poder acceder a toda su información
bioantropológica. Por tanto, el material óseo constituyó el eje central de
1ia- i:i-iv esr*i:g- -a-c:;zi-u ii, -y-u-i 1iu- que, adeiiih, de ~ O aSn áiisis iriipiíciios a ia prv-pia
aplicación de la Antropología del Terreno o de Campo, se están
acometiendo diversos estudios de laboratorio, destinados a la reconstruc-ción
de las características biológicas y culturales de la población allí
inhumada. Algunos de los primeros resultados obtenidos se exponen en
este mismo Coloquio. Sin embargo, los objetivos del presente trabajo
no se relacionan con estas evidencias óseas sino con el material asocia-do
a las mismas. Se pretende, por tanto efectuar:
1. El análisis preliminar del conjunto artefactual asociado en este
contexto funerario histórico.
2. Dar a conocer, al mismo tiempo, un repertorio de materiales
lógicos, históricos y aún no sistematizados en nuestro medio de
:ación, que permitirán abrir en el futuro nuevas líneas de estudio
t ades profesionales, mentalidades, comportamientos sociales), apor-t
iemás datos de gran interés para atestiguar relaciones comercia-l(
i isla con el ámbito europeo y americano 4.
596 Arnay de la Rosa - Matos Lorenzo - Barro Rois - Pérez Álvarez
LA IGLESIA DE LA CONCEPCION Y LOS ENTERRAMIENTOS
La Iglesia de Nuestra Señora de La Concepción constituye una de
las primeras muestras de arquitectura religiosa de Tenerife, siendo su
fundación probablemente anterior a 1500. Si bien, en líneas generales,
su aspecto actual es el resultado de las sucesivas reformas y ampliacio-nes
efectuadas en este recinto hasta el primer cuarto del siglo XIX.
La práctica de enterrar dentro y en los alrededores de las Iglesias es
caractenstica de la Religión Católica desde la Baja Edad Media hasta
principios del siglo XIX. La Iglesia de La Concepción es un ejemplo más
que corrobora este hecho, puesto que, su uso funerario se constata de m forma generalizada hasta 1823, año en que se produce la apertura del -
primer cementerio civil de Santa Cruz de Tenerjfe, siendo a partir de E
entonces selectivo. En el exterior, concretamente en el lateral oeste, se O
n
documenta la existencia de un cementerio situado entre el edificio y el
-- m
O Barranco de Santos, así como un osario cercano a la fachada Este, muy E
próximo a la torre actual. E
2
-E
3
CRONOLOGIA DE LOS ENTERRAMIENTOS -
0
m
E La pavimentación de 1829 aprobada por la Venerable Esclavitud del
Santísimo Sacramento, significó la imposibilidad de la utilización a partir O
de ese momento del suelo parroquia1 como lugar de enterramiento. Por n
tanto, esta fecha supone el fin de las inhumaciónes generalizadas en el aE
interior del templo, quedando de esta forma sellado su subsuelo (A.
Larraz, et al., 1995). n
n
Las características observadas, tanto en los restos antropológicos como
en los restantes materiales asociados, permite plantear la hipótesis de su 5
O
encuadre cronológico en el período comprendido desde la ampliación de
la Iglesia a principios del siglo XVIII, momento en el cual se edifican la
cuarta y quinta nave, hasta 1829. Un aato cronoiógico de induciabie iníe-rés
lo aportan tres de las monedas recuperadas, pues se trata de piezas
acuñadas durante el reinado de Carlos 111, pudiéndose apreciar en una de
ellas la fecha de 1774, situándolas en un mismo espacio temporal.
De un total de siete monedas exhumadas, sólo se han podido iden-tificar
con claridad las anteriormente citadas; el estado de conservación
que presentan las restantes no ha posibilitado extraer niguna informa-ción
al respecto, encontrándose actualmente sometidas a un proceso de
limpieza y restauración.
Excavaciones arqueológicas en la Iglesia de Nuestra Señora ... 597
Otro elemento que incorpora una referencia cronológica clave lo
constituye la presencia de entenamientos en ataúdes, tanto de indivi-duos
infantiles como de adultos. Este fenómeno se ha documentado en
las estructuras B y C, localizándose dos en cada caso, detectándose como
los cuerpos se encontraban cubiertos de cal. Los ataúdes constituyen un
hallazgo excepcional pues permiten profundizar tanto en el comporta-miento
ritual asociado a este tipo de enterramientos, como abordar una
fenomenología diferente en los procesos tafonómicos si se comparan con
la suscitada en este mismo ámbito para las inhumaciones directas. Por
otra parte, la presencia de los mismos en el templo ha de relacionarse
con los últimos entierros allí realizados. Se ha de tomar en considera-ción
que el uso del ataúd es característico de las medidas higiénicas
propugnadas por la Ilustración a fines del siglo XVIII, y que sólo se ge-neraliza
ya entrado el siglo XIX, afectando, por tanto, más a los
enterramientos en cementerios civiles que a los efectuados en Iglesias
- Es posible que algunos de los crucifijos metálicos de gran tamaño
recuperados, como el que se exhumó en el relleno de la fosa número
254 de la Estructura C (eje longitudinal 6,8 cm. y transversal 5,7 cm.),
se hallen relacionados con los adornos religiosos que suelen llevar aso-ciados
las tapas de los ataúdes.
CARACTERÍSTICAS DEL ESPACIO FUNERARIO
La excavación afectó a diversas áreas de La Iglesia, por lo que se
ha obtenido información significativa tanto de la distribución del área
sepulcral como de los materiales asociados.
El espacio se define por un entramado de fosas distribuídas de ma-nera
homogénea, alineándose unas junto a otras, separadas por "inter-fosas".
Esta organización del suelo se extiende por todo el recinto a
excepción de los osarios.
La regularidad en la distribución de las sepulturas es una muestra
inequívoca del uso racional que se hace del espacio funerario. Recorde-mos
que la localización de las sepulturas dentro de La Iglesia estaba
sujeta a una normativa muy estricta, pues la mayor cercanía al Altar
Mayor suponía un grado de prestigio social, exceptuándo el caso de las
Capillas Familiares.
La ordenada distribución de las sepulturas de La Concepción hace
que las fosas posean unas dimensiones predeterminadas indern e-n-d-;-e-n-t-~---
mente del tamaño del cuerpo que van a contener, así, se preparan para
albergar a un adulto en posición de decúbito dorsal extendido. No obs-
598 Arnuy de la Rosa - Mutos Lorenzo - Burro Rois - Pérez Álvurez
tante, se aprecian variaciones, que aunque no modifican la regularidad
expuesta, comportan diferencias reseñables, como es el caso de las se-pulturas
infantiles o de subadultos (subfosas), cuya apertura se detiene
en el momento en que el espacio resulta suficiente para acoger la nueva
inhumación.
Tampoco hay que olvidar la presencia de deposiciones múltiples, en
las que los cuerpos colocados simultáneamente, bien compartiendo el
mismo espacio delimitado de la fosa bien ampliaciandose la misma a
expensas de las interfosas. Los enterramientos múltiples documentan in-dividuos
adultos con infantiles (fosa 227) o adultos con adultos (fosa 186).
Asimismo no reulta excepcional la apertura de fosas de tamaño reducido
para individuos infantiles en los espacios correspondientes a las interfosas. am La regular división del espacio anteriormente mencionada, viene
definida por la localización de las fosas, de este modo se han concebi- P
do como unidades arqueológicas independientes, constituidas no sólo por -n
el propio espacio que esta unidad delimita, sino también por el indivi- a
duo o individuos enterrados así como por el relleno que lo recubre, in- E
cluyendo todos y cada uno de los elementos que lo conforman. B
Es precisamente en este sedimento donde se han recuperado la gran
-
5 mayoría de los materiales no antropológicos, que pueden ser englobados
en tres grandes grupos: - - 0
1 .-Materiales constructivos. m
2.-Materiales cerámicos. O
3.-Objetos de adorno y ritual. S
La presencia de los dos primeros debe relacionarse con el aporte de n
sedimento externo empleado en los reacondicionamientos del pavimen- g
to del recinto, mientras que el tercer grupo, responde a la diversidad de A
n
elementos que acompañan al muerto y que caracterizan, en algunos ca- n
n
S sos, al ritual en esa época. Este podría variar por diversos motivos como 5
la perteneciera a distintas cofradías, las consignaciones testamentarias, O
las diferencias en el nivel adquisitivo de los sujetos inhumados, aunque
sería de gran interés contar con los datos inferidos de las zonas de mayor
p:s@= S=&!, cgme 12s capi!!as fufii!i=es, Jv r-i-il-m-i-n-a-r- -e-! -a fiá!isis es-pacial
de las evidencias, en relación con la información estrictamente
bioantropológica.
En este sentido, los materiales se configuran como un conjunto di-verso
y heterogéneo donde predominan elementos de carácter religioso-ritual,
asignables a funciones ornamentales y10 como complemento de
1"" ..,."*:--..+-- las VcxuucuLaa.
Cabe destacar en esta capa de sedimento cobertor la presencia de
un amplio conjunto de anillos de "pasta vítrea", que en ningún caso
Excavaciones arqueológicas en la Iglesia de Nuestra Seiíora ... 599
se registraron asociados, de manera directa, a las últimas inhumaciones.
Se ha recuperado un total de 123 piezas de las que 100 (81,3%) están
enteras mientras que el resto apareció fragmentado (18,6%). La pasta es
de color negro, azul o amarillo (color miel); presentando en ocasiones
un revestimiento (56%) consistente en una delgada película que se en-cuentra
casi siempre alterado desprendiéndose con facilidad por efecto
tafonómico, estos mismos procesos han actuado sobre los anillos crean-do
una pátina (28 %). De cualquier modo, ha podido constatarse un baño
dorado o de aspecto nacarado que produce un efecto final brillante.
La proporción de los tipos de anillos según su color se expone en
el siguiente cuadro.
NEGRO ................................................ 40%
AZUL ................................................... 24%
AMARILLO (miel) ............. ..,........ ..* .. 13 %
POLICROMO ..................................... 4,870
Pese ha su posición secundaria en el interior de las fosas, se ha
podido comprobar que se trata de piezas pertenecientes tanto a los adultos
(43,9%) como a niños (56,1%), no sólo por sus dimensiones sino tam-bién.
p~ nsL?!tz&~ =btefii&s & !a cüantificaci& de ifi&iri&os efi
el sedimento de relleno y la determinación de edad de los mismos. Así,
se establece una clara relación entre el número de individuos infantiles
representados y el de anillos del tamaño adecuado para ellos. De la
misma manera coinciden los restos de adultos con los anillos propios
de su talla.
El vástago es cilíndrico, estando conformado en algunos ejemplares
por doble aro; la zona de unión o remate del mismo, presenta en oca-siones
un cuerpo o sello de tendencia circular, a veces liso, si bien en
la mayor parte de los ejemplares está decorado medieante elememtos
semiesféricos, lineales o irregulares en relieve.
La incidencia porcentual de los diferentes tipos se expresa en el si-guiente
cuadro.
1 CON SELLO 1 SIN SELLO 1
\ TOTAL ) 42,15% ) 44,11% )
600 Arnay de la Rosa - Matos Lorenzo - Barro Rois - Pérez Á~varez
Estos anillos presentan una gran similitud con los recuperados en el
Convento de San Francisco de Las Palmas de Gran Canaria (J. Cuenca
Sanabria et al. 1995), así como con otros del sudeste peninsular, donde
se les sitúa cronológicamente en tomo al siglo XVII 6, si bien, en este
yacimiento aparecen claramente asociados a un contexto funerario del
s. xvrrr. La abundante presencia de estos elementos en La Concepción
constituye un hecho particular, pues en otras iglesias excavadas en
Tenerife su proporción es notablemente inferior.
Formando parte también del sedimento cobertor de la fosa se des-cubre
el gmeso del material cerámico. Según los últimos resultados
aportados por las investigaciones en curso de C. Mora Chinea (C. Mora
Chinea, 1996), se han identificado fragmentos pertenecientes a cerámi- ,,
cas, que por sus características morfológicas pueden datarse entre los D
siglos XVI, xvrr y XVIII. El aspecto más destacable es el volumen de
piezas de pmzedencia a!Sct~nü, e!ab~:adü a teme y u me!&, mzyerita- O
-
riamente esmaltada y asimilable a una "cerámica de lujo". Frente a ésta =m
O
aparece una escasa representación de cerámica de producción local ela- E
E
borada a mano, con aplicación o no de engobe, y con presencia de, al 2
E
menos, tres calidades distintas de pasta y acabado de superficie. La =
importante fragmentación que presenta este material ha impedido una 3
identificación morfoÍÜncionai precisa, a pesar de eiio se han pvdido - e- reconocer tipos comunes diferenciando: platos, escudillas, ollas, lebrillos m
E
y los denominados "anforoides". O
Un caso singular lo constituye el elevado número de piezas de caños
de pipa de talco que están representados en un contexto funerario como n
E el que aquí se trata. Se han contabilizado 78 fragmentos de caños de di- -
a
verso diámetro, oscilando entre 4 y 11 mm., siendo los más comunes los 2
n
que miden entre 6 y 8 mm.. Generalmente son lisos (67 casos) aunque n
0
en ocasiones, se observa una decoración de sencillas cenefas geométricas 3 (7 casos) y de motivos vegetales (2 casos). De forma excepcional se han O
recuperado caños que imitan el cuerpo y10 la cabeza de un pez, simulan-do
las escamas y otros elementos anatómicos mediante incisión (3 casos).
En 59 de estos fragmentos se han apreciado las huellas del molde utili-zado
en el proceso de fabricación. Llama la atención la ausencia de las
cazoletas, conservándose tan sólo el arranque de las mismas en tres ca-sos,
en los que se conservan algunos indicios del sello o distintivo de la
marca de procedencia, que por su deterioro y fragmentación aún han po-dido
identificarse con los ámbitos concretos. Igualmente sucede con la
única inscripción identificada en uno de los caños. Si atendemos a crite-rios
de selección de pastas y acabado de superficie, se pueden diferenciar
21 piezas de aspecto más grosero frente a 54 de mejor calidad.
Excavaciones arqueológicas en la Iglesia de Nuestra Señora ... 60 1
El espacio cronológico que abarcaría el uso de estas pipas puede
situarse entre los siglos XVI y XVIII, con perduraciones hasta el XIX y
probablemente se podría prolongar hasta mediados de nuestro siglo. La
procedencia de materiales de importación, ha de ponerse en relación con
la importante actividad portuaria desarrollada por Santa Cruz de Tenenfe
desde el siglo xvi y su definitiva supremacía como puerto tras la ruina
de Garachico en 1706' (A. Cioranescu, 1977).
ASPECTOS RITUALES. LAS DEPOSICIONES
El fenómeno físico de la muerte se ha visto acompañado y revesti-do
a lo largo de la Historia de ciertas prácticas y comportamientos con
un f-u erte componente social y cultural. lodas estas cuestiones han sido tratadas en profundidad para el si-glo
XVIII por M. Hernández. Según este autor, el cuerpo muerto sigue
siendo un santuario pues espera, según los cánones católicos, su resu-rrección
antes del último juicio. No sólo es la salvación del alma lo que
preocupa, sino también la del cuerpo, por ello, el cadáver no es un des-pojo,
sino que es susceptible de reunir alrededor suyo rituales concretos
que aproximan al creyente a la posibilidad de alcanzar la salvación. Este
puede verificar una acción mediadora y purificadora, por lo que no se
descuida, revistiéndolo con un hábito religioso o depositándolo en un
lugar sagrado. (M. Hemández, 1990)
Los cadáveres son colocados en la fosa, directamente en contacto con
el sedimento, que queda separado de los cuerpos por los sudarios,
mortajas o hábitos que los envuelven y de los que se recogen nume-rosos
testimonios tanto arqueológicos como documentales. Sirva de ejem-plo
las evidencias recuperadas en las primeras deposiciones de la Es-tructura
B, en donde el 51, 28% de las ocasiones presentaban restos
claros de vestimentas y, en el 33% envolturas funerarias. El estudio de
!es tejir'es o~i 'pe~ar 'eens !a cmq x h de 1943 h i pemitidn identificir
distintos tipos de telas (algodón, lana, sargas, tafetán, satén), relaciona-das
con las funciones anteriomente mencionadas (F. de la Rosa, 1995)
La vestimenta que cubría el cadáver en su exposición durante la
procesión y misa era la misma con la que posteriormente era enterrado.
Solía utilizarse la mortaja y el sudario, que eran siempre de color blan-co
por ser simbdo de pí e z a . Ig~ahef i ie,e ra imj; generalizado, qüe
en las disposiciones testamentarias se hiciera mención expresa de la
intención de ser sepultado vestido con el hábito de la orden monástica
de la que se fuese devoto. En los testamentos consultados para el estu-
602 Arnay de la Rosa - Mntos Lorenzo - Barro Rois - Pérez Álvarez
dio documental de la Iglesia, se citan los hábitos de Dominicos y Fran-ciscanos
para el caso de los hombres y para las mujeres se constatan
los hábitos de distintas representaciones de la Virgen María: Ntra. Sra.
de La Concepción, Ntra. Sra. del Carmen o Ntra. Sra. de Los Dolores
La presencia de numerosos restos de hábitos supone la constatación
arqueológica de esta costumbre. El estudio de los mismos, no ha podi-do
esclarecer la adjudicación a una orden concreta pues en buena medi-da
es el color el que determina este aspecto. Las malas condiciones de
conservación no han permitido identificar el color en ninguna de las
evidencias.
La recuperación de objetos de carácter religioso, principalmente
cuentas de rosario, medallas y crucifijos, formando parte de las dis-tintas
deposiciones, se debe relacionar tanto con la utilización de
elementos que integran el atuendo o el hábito de la orden elegida
por el difunto para su entierro, como con una manifestación externa cie
la religiosidad, pudiendo formar parte de "amuletos" portados por el
muerto.
Por otra parte, los sudarios quedan evidenciados no sólo por los
restos textiles que se han recuperado, sino también por la gran cantidad
de alfileres utilizados para su sujeción. Estos se localizan preferentemente
en torno a la cabeza y los pies del cuerpo inhumado.
Asimismo, encontramos dos repertorios de elementos relacionados
con la vestimenta y la envoltura funeraria. De tal modo, aparecen en la
Iglesia toda una amplia y variada serie de complementos del vestido en
la que destacan botones realizados sobre diferentes materias primas (hue-so,
concha, metal, madera, pasta vítrea), algunos de los cuales aparecen
forrados o cubiertos de tela o hilo. Se ha de añadir la existencia de
escasos objetos de adorno personal como por ejemplo algunos zarcillos,
colgantes y anillos de metal o hueso, que en raras ocasiones fueron
exhumados en posición primaria, (figura de anillo en el dedo). En este
registro se incluyen también hebillas, corchetes y gemelos. Del mismo
modo se cmstatr: U: :educide númrrc de si?e!zs en re!iciSn 8 !a canti-dad
de cuerpos inhumados, al contrario de lo verificado en la Cueva-
Ermita de San Blás (Candelaria) en donde se constató en cuatro de las
cinco fosas excavadas.
La ausencia de materiales de referencia ha dificultado la labor de
catalogación de los distintos objetos recuperados en el yacimiento. No
obstante, en ei presente estudio pi-eiimiiiai se ha preteiidido apuitar s!-
gunos datos para una futura sistematización de repertorios arqueológi-cos
históricos de Canarias, dentro de una Arqueología en desarrollo para
este período.
Excavaciones arqueológicas en la Iglesia de Nuestra Señora ... 603
ARNAYD E LA ROSA.M ., J. A. TORRESP ALENZUELeAt a l. (1995): Excavación
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Excavaciones arqueológicas en la Iglesia de Nuestra Señora ...
NOTAS
I. Un ejemplo de ello lo constituye el reciente volumen editado por la Dirección
General de Patrimonio del Gobierno de Canarias "Investigaciones Arqueológicas en
Canarias IV", con un cqntenido monográfico sobre distintas actuaciones de carácter his-tórico.
2. Los resultados de estas intervenciones se recogen en M. ARNAYD E LA ROSA,J .
TORRESP ALENZUELeAt a l. (1995): "Excavaciones Arqueológicas en La Iglesia de La
Concepción de Santa Cruz de Tenerife", Investigaciones Arqueológicas en Canarias IV,
y en M. ARNAY DF LA R ~ S A(1 996): "Memoria de las excavaciones arqueológicas en
La Iglesia de La Concepción de Santa Cruz de Tenerife".
3. La excavación arqueológica se realizó bajo la dirección de J. A. Torres Palenzuela.
Los responsables de área en 1995 fueron Carlota Mora Chinea, Jose Víctor Febles
González, Lydia Matos Lorenzo, M." José Lugo Rodríguez y Domingo Chinea Díaz.
4. Destacamos en este mismo sentido los trabajos llevados a cabo en los reperto-rios
recuperados en el Convento de San Francisco de Las Palmas de Gran Canana, es-pecialmente
las investigaciones sobre material cerámico realizadas por Elena Sosa.
5. Información oral de Alejandro Larraz Mora.
6. Museo Arqueológico de Denia, Alicante.
Actualmente se lleva a cabo un estudio en profundidad de estos anillos, tanto desde
el punto de vista tecnológico como de su posible función ritual.
7. Existen restos de pipas similares entre los materiales cerámicas exhumados en
el Convento de San Francisco de Las Palmas, actualmente en estudio por Elena Sosa.
En nl n.-+-A- --tiinl An lo ;nirnrt;nor;Xn nri rn hn nr<&Ar\ r r i n r r n t n r e! I i i n r i r nrnrr;rri An
U,' "L ""LUUW Y C L U Y . U,, .u I I I . " J L 1 ~ ~ " I V I I .AV U" ..U ,,.,U."" ""II"..,LY. . U 6 Y L y.I"IYV Y"
procedencia de estas pipas aunque se cuenta con una amplia documentación sobre el
proceso tecnológico de fabricación asi como sobre la existencia de distintas factorías en
Inglaterra, Holanda y Noruega y de los circuitos comerciales europeos implicados en su
distribución (P. DAVEY, 1980 y 1987). No obstante las estrechas relaciones comerciales
canario-británicas parecen revelarse como una de las hipótesis más plausible, cuya defi-nitiva
contrastación exige la continuidad de la investigación.
606 Arnay de la Rosa - Matos Lorenzo - Barro Rois - Pérez Álvarez
Excavaciones arqueológicas en la Iglesia de Nuestra Señora ...
CONCEPCI~N-93, fosa 6: levantamiento 1
608 Arnay de la Rosa - Matos Lorenzo - Barro Rois - Pérez Álvarez
CONCEPCIÓN-93, fosa 6: supaficic de deposición 2
FIGURA3
Excavaciones arqueológicas en la Iglesia de Nuestra Señora ... 609
ESTRUCTURAS A Y D
Pipas de Talco
Decoradas td Escritas td Boquilla - Arranque U Lisas
1 Decorada Cazoleta I
FIGURA5
Motos Lorrrro - Borro Rois - Pére: Álivrre: