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PRESENCIA CANARIA EN LA MITOLOGIA CUBANA: LAS BRUJAS Y EL TRASVASE HUMANO El pensamiento mítico ha sido una de las múltiples formas de mani-festarse la presencia canaria en la cultura popular cubana de arraigada tradición oral. Del conjunto de seres míticos' que aparecen de manera permanente, bien como vivencias o como referencias en los pobladores de las áreas rurales del país, las brujas se asocian casi siempre con las corrientes inmigratorias procedentes de Islas Canarias, cuyo asentamiento mayoritario se efectúa precisamente hacia estas áreas. El presente trabajo se propone caracterizar los mitos sobre brujas transmitidos en distintos puntos de la Isla, que tienen relación directa o referencia1 con el asentamiento de inmigrantes canarios en Cuba; como vía de contribuir a la común historia canario-americana a través de la cultura de tradición oral. Pero al mismo tiempo, pretendo comparar las peculiaridades del mito sobre brujas en el contexto cubano con las' regularidades propias de éste tanto en Europa, como principal vertiente de influencia cultural en ese ámbito, como en Islas Canarias, debido a 1-- ---- - - - r - - --c ---e- :-- 2- 1 - - :-C r-.. -- -..- --l-&..- ias c;unsiariLr;b rwxeriuas UG lus iiiiuiiriaiiics cii sus ieiarus. Sin embargo, es significativo que otros autores cubanos hayan cen-trado sus trabajos en la discusión sobre la práctica de la brujería en Cuba sólo a través del prisma de los influjos del Mica Subsahariana2. Por otra parte, aunque Lydia Cabrera trabajó con muchos informan-tes negros y mulatos mayoritariamente practicantes de las religiones populares cubanas de fuerte antecedente afroide3, con diversos elemen-tos sincréticos del catolicismo popular y de otras prácticas mágico-religiosas, sí refiere a través de ellos, la presencia de brujas procedentes de Islas Canarias. Junto con dos mitos que incluyo en el Anexo, también hace 1234 Jesús Guanche Pérez referencia al empleo de la escoba como instrumento para volar: "Seco, viejo y negro el palrniche, las ramas se desprenden y caen, y el brujo dispone de una escoba igualmente dotada de grandes virtudes. Trabaja-da con ajo será, en Cuba, la escoba en que las brujas isleñas cabalgan por los aire^."^ En mayo de 1970 la musicóloga María Teresa Linares participó en una expedición interdisciplinaria por el Instituto de Etnología y Folklore de la Academia de Ciencias de Cuba en el Valle de Yumurí, provincia de Matanzas -que como bien se conoce fue fundada e inicialmente gobernada por canarios-5 y recoge varios "cuentos de brujas", tres de los cuales hacen referencia directa a la presencia canaria en esta zona6. Hace ya más de dos décadas el profesor Germán de Granda advierte en un breve artículo acerca de la importancia de considerar la brujería isleña como componente de las relaciones sociales establecidas entre los sectores más humildes de la población cubana, particularmente entre éstos y la población africana y sus descendientes cubanos negros y mulatos7; lo que se evidencia en uno de los matrimonios mixtos entre canario y africana que recoge uno de los mitos compilados por Lydia Cabrera. En sus múltiples andanzas por las provincias centrales de Cuba: Samuel Feijóo aporta una enjundiosa compilación de mitos que, junto con varios colaboradores, ya venía publicando desde hace más de dos décadas en la revista Signos8. Ello le permite hablar de una Mitología cubanag con una amplia variedad de seres míticos imbricados a plenitud en el contexto de la cultura nacional y muy por encima de las proceden-cias etnoculturales que les dieron origen. Sin embargo, en el caso de los mitos sobre brujas hay nueve que hacen referencias a sus vínculos con las Islas Canarias. En este sentido, también hay elementos de prácticas mágico-propiciatorias que se transmiten como parte de la cultura de tradición oral o que se copian en las libretas de las religiones populares cubanas y que han sido asociadas con posibles influjos africanos en la brujería o como trabajos de santena, cuando ya eran conocidas y empleadas en Canarias durante el primer cuarto del siglo XVI. A manera de ejemplo, una reciente Selección de Lecturas sobre Estudios Afro-cubanos reproduce tanto en la Libreta de Santería de ,Ie.rús T~r r egosa'c~om o en el Manual de Santería de Pedro Arangol' una fórmula o irabajo mágico para amarrar un hombre a una mujer, cuyo texto dice: "Hierva la niña, uñas de los pies y de las manos, piedra de imán, 3 manís, pelos de distintas partes, amor secoi2, amansaguapo13, se tuestan y después se dan a tomar a la persona, en caf6 o chocolate." Presencia canaria en la mitología cubana: ... 1235 Sin embargo, parte de los Hechizos amatorios que aparecen en las denuncias ante el tribunal de la Santa Inquisición en Las Palmas de Gran Canaria en 1524, emplean elementos propios de la magia contami-nante como mecanismo de atracción del hombre por la mujer. Uno de ellos son precisamente los pelos del cuerpo y las uñas, que también aparecen en la cita anterior. A la mujer que ha reñido con el marido le aconsejan "que se tirase las cejas de la cara y los pelos del coño14 y del sobaco y que se limpiase todos los lugares do había habido pelos, y tal cual paño lo lavase en un poco de agua y que los pelos hiciese polvos y los echase en el agua que había lavado el paño y le hiciese a su marido un bollo y lo diese de comer"15. De idéntica manera, también se "toman pelos de los hombres, de diferentes partes del cuerpo; cortaduras de las uñas y hasta tierra de la huella que en el suelo dejase, o de la sombra que proyectase"16, como medio de conservar u obtener pareja. En este contexto, las brujas y sus acciones se proyectan como parte del pensamiento mítico en la cultura de tradición oral cubana. Versiones cubanas de las brujas De acuerdo con las diferentes versiones y variantes del mito sobre las brujas en Cuba; éstas presentan las características comunes siguien-tes: son descritas como mujeres viejas o "ya entrada en años, [de figura] algo encorvada, ojos pequeños y vivos, nariz corva en [dirección hacia] la barbilla, la boca sin dientes, arrugada y terrosa la piel"17. Esta descripción se conserva como estereotipo físico de la bruja desde la propia Edad Media; pues uno de los pocos libros escritos durante el siglo xvr sobre este tema [Descubrimiento de la brujería, de Reginald Scot] ya señala que: "Las brujas son, por lo general, viejas, lisiadas, legañosas, pálidas, desgreñadas y llenas de arrugas; pobres, hoscas, supersticiosas ... Son enconvadas y deformes, y sus rostros refle-jan melancolía para horror de todos los que las ven. Chochean, gruñen y son rabiosamente malévola^."'^ Este esquema se ha transmitido intergeneracionalmente a través del mito, sin tomar en consideración la gran cantidad de personas jóvenes de ambos sexos, pero con obvio predominio femeninolg, a quienes me- $;&?te te.;tU:us s", les LTmczba la cGEfesióz :',v p,CiP= actividades de este tipo durante los siglos xv al xvn, antes de ser exter-minados en la hogueraz0. En los mitos que aparecen en Cuba la actividad como bruja se asocia con la nochez1, la lunaz2 y con determinados animales nocturnos como la 1236 Jesús Guanche Pérez lechuzaz3 y el murciélagoz4; y con insectos, como una especie de gran mariposa nocturna25;t odos ellos con valores simbólicos análogos con lo femenino. Tienen cualidades especiales como la transvección y la metamorfosis; es decir, en el primer caso poseen la capacidad de volar valiéndose de una escoba26 doméstica; para lo que se quitan la pielz7, se aplican un ungüento debajo de las axilas, los brazos y10 en las piernas compuesto por sangre del cordón umbilical de un niño recién nacidoz8 o con mante-ca de majá29 y pronuncian la frase ¡Sin Dios y sin Santa María!30, antes de emprender el vuelo. En cuanto a la transvección, ésta es la forma más común de magia atribuida a las brujas; aunque la importancia de la escoba como instru- ,, mento volador parece poseer un desarrollo posterior. Inicialmente hay D E referencias en el contexto europeo a "carneros negros, machos cabríos, lobos, bueyes, perros [y] gatosw3', entre otros. Por ello no es raro que el " n - mito n." 2 se refiera a la bruja que "se convertía en gato para meterse en =m O las casas" o que en el mito n.O 7 sobre La vieja de Las Calabazas se E E haga referencia a que ésta "había venido del poblado de Yaguaramas, 2 E cabalgando en un buey, que era toda su hacienda". = p&& wj& de 12 ~sc&ar psx vz~isq &.??yptaig~py~ Qpi f~a - 3 ciones simbólicas con un fundamento objetivo. Aunque -según la tradición e-- oral europea- las brujas acudían a pie a sus aquelarres, era común que éstas m E llevaran un bastón o el mango de una escoba para ayudarse durante el O camino, pues así saltaban los anoyos y lugares fangosos a través del trayec-to. Al mismo tiempo, el acto de cabalgar a horcajadas sobre una escoba n E formaba parte de algunos ritos del sabbat relacionados con la fertilidad de - a las cosechas; "se dice que las brujas daban vueltas alrededor de los campos 2 n a horcajadas sobre sus bastones o escobas, saltando en el aire para indicar a n 0 qué altura debían crecer las cosechas"3z. 3 Otra interpretación se relaciona con el empleo de sustancias O alucinógenas como la atropina, contenida en los denominados ungüen-tos para volar. En el caso de Europa se relacionan la mandrágora, la cicuta, el eleño y la belladona. Estas dos últimas son conocidas y culti-vadas en Cuba. El b e l e ñ ~ha~ ~sid o empleado en la medicina como narcótico y su extracto como antiespasmódico. Una de sus especies conocida como beleño blanco (Hyoscyarnus albus Lin.) florece y fructi-ficz en C-ha. La h~!!add.nna~~tm hién se cnn~c ecn md.n p!minta nmammt-l. "En Banes [actual provincia de Holguín] llaman Belladona a la Jatropha hastata Jacq., de la familia de las Euforbiáceas, que en la parte occiden-tal conocen como Peregrina."35, de la que existen varias especies cultivadas y silvestres. Presencia canaria en la mitología cubana: ... 1237 En este sentido, según Harner "El empleo del bastón o escoba era indudablemente algo más que un acto simbólico freudiano; servía para aplicar la planta que contenía atropina a las membranas vaginales sensi-bles, así como para proporcionar la sugestión de cabalgar sobre un corcel, una ilusión típica del viaje de las brujas al aq~elarre."~~. Otra de las referidas plantas con propiedades erógenas es la malvasía, "para provocar y disponer la carne al desenfreno l~jur ioso"~un~a; espe-cie de uva muy dulce y del vino que se elabora de ésta. Esta planta no se registra en Cuba, pero hay otras cuyo nombre vulgar, bien como sustantivo, adjetivo o diminutivo aluden al conocido ser mítico. Hay varias plantas que el nombre genérico de bruja, entre ellas tres Arnarilidá~east~am~,b ién conocidas por el diminutivo de b r ~ j i t a"~C~on. los nombres de Bruja, Siempreviva y prodigiosa es muy conocida la r r r i o i i l A r o n Ynlnnrhno ninnntiim Uarh. i l. tamhi6n 1- &rpn Rniia en b, u.,rríut,=u i . u r u , G , , i í v r . y r r ' r r u r n . i r **vi" L...,, C....'V.WL. 1 W U."".. -%-J.. 11. Barracoa a una Flacurciácea: el Xylosma busifolium A. Gray; y por último, es llamado por el mismo nombre en Gibara, un arbusto espinoso que se encuentra en las costas pedregosas, el Sarcomphalus havanensis Griseb40. Existen otras plantas como la bruja de costa'" y la bruja negra42, que también aluden al mítico personaje. Otra especie botánica tarnbien se adjetiva como bruja me refiero a ia escoba negra", que también aluden al mítico personaje. Otra especie botánica también se adjetiva como bruja, me refiero a la escoba de malvácea silves-tre común en terrenos calcáreos, igualmente denominada escoba bruja o malva b M 4 . En el caso de plantas alimenticias se conoce el boniato brujo, que no es sólo una variedad como señala Bustamante4*,s ino tres, el brujo blan-co, el brujo colorado y el brujo morado46, que se cultivan en todo el país e históricamente ha constituido parte de la dieta básica no sólo del campesinado, sino que se consume habitualmente y de variadas mane-ras. La denominación popular de "brujo" se debe al rápido crecimiento ii,e !u r2iz reAni&he! y &;letix~e está dade per 12 ccl~rzcibne xteficr. El mito en su acción cotidiana, en tanto proceso de transmisión oral, también ha influido en la formación de algunos topónimos e hidrónimos de Cuba, a partir de diferentes asentamientos humanos. En el Municipio Venezuela, Provincia de Ciego de Avila, hay un poblado y estación de ferrocarril conocida por Aquelarre; en el Municipio de Trinidad, Pro-vincia de Sancti Splritus, se encuentra una eíevacion de 360 m. conocida por Loma la Bruja; muy cerca del Pico Turquino, en lo más alto de la Sierra Maestra, Provincia de Santiago de Cuba, se encuentra otra eleva-ción de 1.682 m. denominada Loma de Bruja y a unos pocos kilómetros al este se halla un poblado rural conocido por La bruja arriba. Al 1238 Jesús Guanche Pérez noroeste de la Península de Hicacos, Provincia de Matanzas, entre Ca-yos Blancos y Cayo Cruz del Padre, se encuentra el estrecho Boca las Brujas, único hidrónimo alusivo a este ser mítico47. Con el vuelo de las brujas y determinados presagios maléficos tam-bién se relaciona una especie de mariposa nocturna ya referida desde el punto de vista simbólico, denominada por el naturalista Juan Gunlach como Brujas RenguP, quien ya en el siglo pasado confirma observacio-nes anteriores y la describe de la manera siguiente: "Hasta ahora observada solamente en la parte occidental. El insecto es pardo con un viso á olivado: las alas anteriores tienen, principalmente hácia afuera, varias líneas negras onduladas ó en zig-zag; en la punta, al lado del borde exterior, hay dos puntos blancos; estas alas son más oscuras hacia ,, - el ángulo posterior. Las alas posteriores tienen muchas líneas oscuras en E 7 i p --~-oR P,v p--n- -91-1 h- n--r-c-l~ p rtpnnr -"-VA--- -c--~-u-m= irírriilnc ---A 11 f i n n ~ " ~ ~ ---A-1 y mjdp de 73 76 u milímetros entre las alas. La repentina aparición de esta mariposa es n - =m interpretada por las personas supersticiosas como augurio de muerte, O E enfermedad o disgusto, que puede ser contrarrestado cuando es ahuyen- SE tada después que se posa. =E Posteriormente, aparece la bruja, clasificada como Erebus adora, de 'L. S ia familia riconiidos y descrita de ia manera siguiente: mariposa noc- 3 turna de alas horizontales e inclinadas durante el reposo; vuela después - - 0m de ocultarse el sol, y el público injustificadamente la mira con espanto E creyéndola augurio de profundos males"50; también aparece desde me- O diados del siglo pasado con la denominación de tatagua5' en el área n oriental de Cuba. -E A diferencia de otras variantes míticas sobre brujas europeas o cana- a 2 rias, cuyos vuelos se realizaban desnudas, en tanto símbolo del culto a n la fecundidad en las religiones primitivas, éstas se despojan de la piel, 0 cuyo significado tiene mayor alcance, pues representa más libertad de O3 acción en relación con la pureza física y espiritual para entregarse a sus ritos nrgi&sticnr. Aunque hay varias referencias a ungüentos y sólo dos posibles con-tenidos en los mitos recogidos en Cuba, en la historia de la brujería europea aparecen fórmulas compuestas por "hostias y vino consagrados, cenizas de macho cabrío, huesos humanos, calaveras de niños, cabellos, uñas, carne y semen de brujo, con trozos de ganso hembra, de rata y sesos [; oua eiaborada con] cicuta, agua de acónito, hojas de Gamo, hollín [; otra con] chirivía, cálamo aromático, cincoenrama, sangre de murciélago, belladona y aceite [; y otro mediante] grasa de niño peque-ño, jugo de chirivía, acónito, cincoenrama, belladona y h01Iín'"~; o sea, casi todas con sustancias tóxicas o narcóticas. Presencia canaria en la mitología cubana: ... 1239 En el segundo caso, [la metamorfósis] casi nunca se presentan o se dejan ver por primera vez tal como son descritas por la cultura de tradición oral; sino que previamente se convierten en "muchachas lindísimas [que] iban bailando y cantandows3; si es una sola aparece como "una mujer elegante y muy bella"54, o simplemente como una "mujer muy lindaws5T. ambién pueden transformarse en "gatoms6,e n un "jinete a caballo"57, en una "mula"58, en una en un "pato"60 o en un "pa10"~'. De manera general, también la metamorfósis requería ddla aplica-ción de ungüentos, pero éstos no aparecen hasta el presente en las versiones del mito de las brujas en Cuba; aunque sí es común que cualquier daño que se provocase al animal u objeto en que se transfor-maba la bruja, éste era revertido sobre su cuerpo cuando volvía a adquirir su forma originaria. En tanto procedimiento primitivo de la magia simpática el propio Donovan se refiere a un cronista de brujas cuando señala: "Se ha visto a mujeres adoptar la forma de gatos, los cuales han sido heridos por quienes los vigilaban secretamente, y al día siguiente las mujeres mos-traban heridas y miembros de menos."62 Una evidente reminiscencia mágica de la caza de brujas es que todavía hoy en la ciudad de La Habana, por ejemplo, determinados niños cazan gatos y luego los ahor-can o los queman, aunque en ello no vean una relación directa con el mundo fantástico de las brujas. Las personas que dicen haber tenido contacto visual o referencias orales sobre brujas conocen diferentes medios para que cuando estas vuelen pierdan su fuerza y caigan al suelo con el objetivo de poderlas atrapar. Uno de estos medios es quitarse la camisa y virarla al revés63; clavar un machete en el suelo64; o previamente hacer "una cruz en la arena"65, O en la tierra; o encajar "la tijera encima de la puerta, de modo que quede en cruz"66 o colocar "una escoba detrás de la puerta"67, como acción cabalística para hacer descender a la bruja. Eehide a que e! cmtextc espuck-teqord de! rito es pRncipe!mn-te rural, no se hacen referencias al "tañido de la campana de una iglesia"68 como procedimiento para derribar brujas; aunque en Canarias también se emplea la tijera en cruz como parte de los amuletos contra el mal de ojos, actividad muy propia de las brujas69. Otro medio para descubrir las brujas antes de atraparlas consiste en ecbarie granos de mostaza7! ajonjoiP1, ají guagua^:^, pimienta yio ceni-za73 en la parte interior de la piel cuando se la quitan antes de emprender el vuelo. De este modo, según las variantes del mito, cuando la bruja se pone nuevamente su piel, la picazón, el escozor o la ardentia la delata. 1240 Jesús Guanche Pérez Sin embargo, hay hechos objetivos que el propio pensamiento mítico y la superstición hacen transformar en la existencia o el paso de brujas. En este sentido, uno de los mitos compilados por Joaquín Manero, que Sarnuel Feijóo publica "Sobre las brujas ranchueleras" señala: "Cierta noche mi padre fue al pueblo a buscar mandados, pues [...] los tenderos despachaban hasta las doce de la noche. Mi madre se quedó sola en el campo junto con nosotros, que eramos tres vejigos y pegados a ella esperábamos a papá, con ansiedad, pues teníamos miedo de estar allí tan solos. De súbito se comenzó a oír un rumor como de muchas alas que flotaban en el aire y el ruido se fue acercando hasta pasar por encima de la casa y luego se alejó poco a poco hasta perder-se en la soledad del espacio. ivíi madre, aterrada, rezaba y se presignaba, como si iodos los diablos hubieran estado rondando la casa. Mi hermano Cundo era recién nacido, y desde ese día se durmió con la luz encendi-da todas las noches. El cuento de aquella «Cosa grande», se estuvo haciendo du-rante más de diez años y mamá no lo olvidó nunca."74 El tiempo pasó y el informante ya adulto comprobó la verdadera causa del gran ruido, ya que "una madrugada, como a la una, estaba en el corral de la vaquería, cuando comencé a oir un ruido igual al que habíamos escuchado aquella vez. Se me erizaron los pelos, pues la noche era de Luna y no se veía qué cosa era lo que lo producía, hasta que por la parte norte se fue acercando una sombra oscura por el aire que me aterró, pero no le quité la vista, como fascinado por aquel fenómeno. Así pasaron unos segundos hasta que pude descubrir que era una bandada de patos de La Florida, la cual --*-L,. . . . . cxava umiyucara, o iiii jüício, p ~ ifiia s de ues O cüauo í i ~ l ánades. Aquel batir de alas a un mismo tiempo, era imponente, sobre todo en la soledad de la noche y en pleno campo, pero aquello me sacó de dudas. Allí me di cuenta que ese mismo mido fue el que escuchamos cuando éramos CC--c:..----*- --A- A=- ----A-- I---A,A..- A- ,,e-, A- 1.. CI,AA,7h CICLLIV~IIICIILC, Laua auu g l a l l u c > uauuauaa UG paw> UG la rlullua pasan el invierno en Cuba; llegan en el mes de septiembre al oscurecer y regresan en primavera. El ruido creciente que provocan con su agitado vuelo en la tranquilidad de la noche campesina aterroriza a cualquiera que no conozca el ciclo anual de esta ave rnigratoria. Presencia canaria en la mitología cubana: ... 1241 La relación mítica entre la bruja y el pato también se constata en el referido mito "Mostaza y tijeras contra las brujas". El informante José López, de Cabaiguán, provincia de Villa Clara relata: "Dicen que las brujas vuelan en bandadas y si se posan en una casa la estremecen. Si se les tira semillas de mostaza, y si éstas tocan a alguna bruja, ella cae al suelo convertida en pato.'''7 De manera que si caía un pato también podía ser interpretado por el pensamiento mítico como parte de la capacidad transfonnativa de las brujas. Otros mitos establecen diversas relacines entre Islas Canarias y Cuba mediante el tránsito de las brujas por el Atlántico en busca o en ayuda de familiares y vecinos. El vuelo en escoba Cuba-Canarias y viceversa A pesar de la conocida distancia entre ambos archipiélago^^^, el pensamiento mítico relacionado con las brujas reitera el tránsito de uno a otro lados del Atlántico como natural compensación psicológica al estado de añoranza o ansiedad por el regreso a la tierra natal y por el reencuentro con los familiares más allegados. Esta es una situación propia de todo proceso emigratorio, pero en el presente caso es de interés señalar su reflejo en el pensamiento mítico. En este sentido, siete de las quince variaciones del mito sobre brujas seleccionadas se refieren al fantástico vuelo entre Cuba e Islas Canarias por diferentes motivos. En el mito n." 3, varias brujas vienen a Cuba a castigar a un joven canario que ha huido del Servicio Militar y una de ellas -vecina de la familia del joven- es reconocida por su voz. Este mito es una intere-sante paradoja respecto de toda la historia de las brujas, ya que constituye la única referencia inédita que conozco sobre brujas defensoras del Rey a grandes distancias. En el mito n." 4, son también varias brujas transformadas en chivas, una de las cuales es vecina de la novia canaria olvidada por su pareja en Cuba "que venía a tomar venganza" del inmigrante que "se casó y tuvo hijos" con una mujer cubana. Tras el fracaso en el intento, otra de las h p j j ~ ~E C ~ W Z & p r f?i&i&j &&&S c~afida& e se "había venido hasta Cuba para hacer daño". En la brevedad del relato los hechos se suceden en uno y otro lugares como si la distancia que separa ambos archipiélagos se redujera a cero. Aquí aparece por primera 1242 Jesús Guanche Pérez vez una frase cabalística que no se encuentra en los otros mitos y que confirma la permanencia de este trasvase humano: "De Canarias salgo y en Cuba caigo. " En el rnito n." 6, que refiere Lydia Cabrera en la voz de un mulato cubano descendiente de abuelo canario y abuela conga, antes de relatar el aspecto esencial del contenido el informante señala que "las isleñas [vuelan] montadas en escobas y vuelan sobre el mar", lo que permite inferir que la visita de la mujer legítima, que el abuelo había dejado en Canarias y la confirmación posterior de la visita mediante una carta, no era sino una bruja que había venido a saber de su marido. En el rnito n." 7, publicado como La vieja de Las éalabazas, primero se afirma "que un sábado por la noche [la referida bruja] había llegado de Canarias, montada en una escoba larga y mugrienta"; posteriormente, tras conocerse de las actividades propias de esta lavandera y curandera, la tradición orai señaia que "iograba trasiaciarse roáos ios siibados, ca-balgando en la consabida escoba, a las más distintas regiones, que algunos creían eran las Islas Canarias". Como esta bruja aparece sola en el mito, la reiteración de que había llegado un sábado y que volaba a Canarias cada sábado, hace inferir su posible encuentro con otras brujas precisamente mediante el sabbat, como ritual alejado del contexto local de Cuba donde ella se hallaba. En el mito n." 8, publicado como La mujer que viajó a Cuba con una bruja, el traslado se efectúa en pareja. La información aparece de mane-ra dialogada cuando la esposa se entera, mediante la consulta de la bruja con el diablo, que su marido "estaba enredado con una mulata en Cuba": "-¿Quieres ir conmigo a Cuba a ver a tu esposo? [Le pre- . guntó la bmja] Y la mujer contestó: 3 -Si , O -Pues, bueno, coge esta escoba y móntate en ella. Y le dio a la mujer una escoba y la mujer se montó en ella. [Tras el conocido ungüento y las palabras cabaiísticas para volar] al cabo de unas horas ya estaban en la finca donde el marido vivía." El motivo no está dado en descubrir el posible engaño del marido; sino al contrario, tiene el objetivo de propiciar que la mujer pueda tener relacínnes sexuales con su cónyuge aunque éste no se dé cuenta del todo y regresar luego a Canarias con la bruja, pero ya gestada por el esposo. De este mito aparece una versión canaria en Valle de Guerra, Tenerife, que incluyo en el Anexo como 8a; lo que permite comparar el Presencia canaria en la mitología cubana: ... 1243 contenido sintético de la versión cubana, respecto de la otra versión más detallada. El mito n." 9, publicado como El viejo que recibió a su hermana montada en una escoba, es un sencillo encuentro familiar. El informan-te, con pleno ejercicio de su imaginación, relata en primera persona: "vi una escoba volando, y arriba venía una mujer vestida de negro. Ella llegó, saludó, iy resultó que era mi hermana que venía de mi tierra!". Después de abrazos, besos, cuentos de la familia y una breve estancia, se volvió a marchar en su conocido objeto volante. Finalmente, el mito n." 15, publicado como Atrapando brujas en Baracoa, relata que las brujas "salían volando de Baracoa y visitaban a sus familiares en las Islas Canarias, y cuando regresaban traían plantas existentes en esas islas". De manera que no sólo hacían visitas en una u otra dirección, sino que contribuían al enriquecimiento de la flora local. Como podemos observar, ei móvii de ios tres uitimos mitos es la familia y sus necesarias relaciones, ya sean conyugales o filiales, condi-cionado por la separación que genera el proceso emigratorio. Tanto en el caso de la emigración golondrina (mito 8) como en la que se asienta definitivamente en el país receptor (mito 9) se aprecia el grado de añoranza como reiteración permanente en la mente del emigrante, ya sea en su pensamiento cotidiano durante el estado de vigilia (momento en que se efectúa la narración de contenido mítico), como durante los sueños y sus posibles interpretaciones posteriores como si hubieran sido estados de vigilia asociados con el mundo mágico de las brujas. El proceso migratorio Canarias-Cuba no sólo condicionó un trasvase del pensamiento mítico a partir de las circunstancias socioeconómicas que impulsaron el tránsito interoceánico, sino que conjuntamente generó nuevas recontextualizaciones del mito de las brujas en las áreas de asentamiento de los inmigrantes, así como nuevas interpretaciones o desmitificaciones por los canarios y sus descendientes. Aunque el mito de las brujas perdura generalmente en la cultura cubana de tradición oral como dgn "ya pzsadd' -según insiste!! !es idcmm?es=, se mu~tiene vivo en tanto narración en tiempo pretérito, como algo ocurrido a perso-nas vivas muy ancianas o a los ascendientes o vecinos de los entrevistados, cuyas edades casi siempre rebasan el medio siglo. Jesús Guanche Pérez ANEXO l. Las isleñas son las que salen bruja9O Mis padresa' eran de Bahía Honda, Pinar del Río y ellos sí conocían algu-nos cuentos de brujas. Nunca las vieron, pero recuerdo que esas brujas eran de Islas Canarias. Venían volando y se iban volando. Yo no se si tenían alas para venir desde tan lejos, pero casi siempre venían a hacer maldades y si podían se llevaban a algún muchacho. Papá siempre decía que las isleñas son las que salen bmjas. 2. Lo bruja isleña que se convertía en gatoBZ Había una familia que oía todas las noches maullar un gato. Miraban dentro de la casa y no lo "vían". Miraban por todo alrededor y tampoco lo "vían". Una vez, al abrir la puerta, se col6 dentro un gato negro que los ojos le relampagueaban. Todos se asustaron y alguien cogió un palo y se lo tiró, tan fuerte, que el gato salió renqueando una patica alante. Al día siguiente vieron una isleña que vivía cerca, tenía un golpe fuerte en el hombro, de la misma parte que el gato tenía la pata herida. Le preguntaron qué le "bía" pasado y no supo explicarlo. Lo que pasa es que la isleña era bruja, y se convertía en gato para meterse en las casas, por eso recibió el palo que le dieron al gato. 3. Las brujas canarias golpean a un joven por no servir al Reya3 Una vez en una casa de ia finca de fivero, aonae vivía Pancho Sonzáiez, hicieron una junta para cobijar, y después de comer estaban las personas mayo-res jugando brisca. En la familia había un joven sobrino de unos quince años, recién llegado de las Islas Canarias. Este había venido al cumplir los catorce, Presencia canaria en la mitología cubana: ... 1245 porque la familia no quería que pasara el Servicio MilitaP. Pero en Canarias consideraban que él debía servir al Rey, y no estaban conformes. Resulta que los que estaban jugando brisca, tuvieron deseos de tomar café y mandaron al joven a que moliera un poco para colar. Al rato, se dieron cuenta que no se oía el ruido del molino, ni ruido alguno en la cocina. Pensando que se hubiera dormido, o le hubiera dado una fatiga, fueron a ver y no estaba. Lo buscaron por todos los contornos de la casa durante la noche y la madrugada, y allá al amanecer, sintieron unos quejidos por una peña. El pobre muchacho estaba sin conocimiento, todo lleno de espinas clavadas y "agolpeado" por todas partes. Lo llevaron a la casa y lo curaron. Cuando volvió en sí explicó que al comenzar a moler el café se le aparecieron varias brujas que cargaron con él para el monte, lo golpearon y lo despeñaron por el risco, diciéndole: -"Esto te pasa por no servir al Rey"; y que él conoció por la voz a una vecina de Canarias que era bruja. 4. Las brujas canarias convertidas en chiva$= Según la informante, esto le pasó a un tío, hermano de su abuelo. -Mi tío vino de Canarias dejando allá una novia. Aquí la olvidó y se casó y tuvo hijos. Resulta que un día iba por la orilla del mar con otros amigos que habían salido con él a pescar. Entonces vieron que venían hacia ellos un montón de chivas, en forma agresiva. Los demás huyeron pero él comenzó a tirarles piedras y palos, pero nota que no las alcanzan, que rebotaban, y que ellas seguían para encima de él. Entonces se "volteó", y se dio cuenta que aquello no era normal y que algo malo estaba pasando; sacó su cuchillo, hizo una cruz en la arena y lo clavó en el medio de ella. Enseguida las chivas se convirtieron en mujeres isleñas que eran brujas, y él reconoció alguna vecina de su novia, que venía a tomar venganza de él. Todas cayeron al suelo, hincadas delante de la cruz, suplicándole que las liberara. El pensó que podían llevarse a uno de sus peque-ños hijos y les hizo jurar por el diablo que no volverían a meterse con él ni con ninguno de sus &jos, ni volverían a Cuba. Entonces las mandó para Canarias. Pero el esposo de una de ellas, que la había "echado de menos", cuando se enteró que su mujer era bruja, y que había venido hasta Cuba para hacer daño, tdL, de la C*a Se 'je -iCómo podían viajar tan lejos? Porque se untaban ungüento en los soba-cos, las corbas y las "~oyunturas"y~ ~de cían: "De Canarias salgo y en Cuba caigo". Las brujas hacían sus reuniones sobre las matas de ceiba. Muy temible es tambien la brujería de los isleños -naturales de Cana-rias-, quienes nos han transmitido gran número de supersticiones y "que 1246 Jesús Guanche Pérez vuelan -las isleñas- como los brujos de Angola", aunque no chupan sangre [...l. Se dan tres palmadas en los muslos y diciendo: "Sin Dios ni Santa María. Sin Dios ni Santa María. A la zánga no má, con ala va, con da viene", levantan el vuelo. 6. Viaje a Cuba de una bruja canaria engañada por su Vuelan las isleñas [...] yo se lo puedo j w . Vuelan montadas en escobas y vuelan sobre el mar. Mi abuelo era de Canarias. Vino a Cuva a trabajar la tiem y compró dos o tres esclavos y una negra. Y pasó lo de siempre ... : que la negra amaneció en el catre del amo y empezó a darle hijos. Esa negra, que era conga, de Loandam, fue mi abuela. El abuelo mío había dejado una mujer legítima en Cana-rias y no se acordó más de ella. Una mañana, mi hermanita, que tenía siete años, se despertó contando que una mujer que no conocía había entrado en el cuarto y le había dicho que no se olvidara de decirle a su madre que ella había venido. Díce mi madre que aquel hombre se enferm6 de miedo. Sobre todo cuando recibió carta de Canarias en que la mujer le contaba que tal noche había estado en casa, que había visto con sus propios ojos lo que pasaba y que no había querido hacerle daño a su hija, porque era una negrita muy bonita que no tenía culpa de nada. No volvió más. Por supuesto que mi abuela, la conga, sabía muy bien lo que tenia que hacer, por su parte, para que la canaria no siguiese volando. 7. La vieja de Las Calabazas [que "había llegado de Canarias en una escoba larga y mugrienta"F Cierto día se notó la presencia de una cara extraña, que causó no poca impresión en la tranquila colonia [de Cienfuegos]. Se trataba de una mujer ya entrada en años, de aspecto sospechoso y al decir de las comadres con sus puntas y ribetes de bruja. Alta, algo encorvada, ojos pequeños y vivos, nariz corva en conversación con la barbilla, la boca sin dientes, arrugada y terrosa la piel. Dijo llamarse Belén, y en lo sucesivo por Señá o Na Belén fue por todos conocida. Estableció sus reales en el barrio de Las Calabazas, por eso también se la conoció por la "Vieja de las Calabazas". La presencia de Ña Belén inquietó por unos días y dio materia de chismorreo a las comadres y aún fue el tema de conversación de las personas sesudas. Nada se sabía acerca de su procedencia. Mientras unos aseguraban que era una infeliz que en busca de mejor suerte había venido del poblado de Yaguaramasg', cabalgando en un buey, que era toda su hacienda, otros, dando ya por seguro que se trataba de una bruja, afirmaban muy formalmente que un sábado por la noche había II---A- J- ri..--L-" ---*..A- ^^ ..-.. -..-.-.L.. l,.-r- I I G ~ ~ UUGU L a l a u a b , uwumua GLI uua C i w w u a LuLja y.. I I IUL~LLGI IL~ . Lo cierto es que Ña Belén no fue una carga para nadie y que no hubo motivo para echarla del pueblo, con disgusto de los que, considerándola como verdadera bruja, hubieran deseado verse libres de su poca agradable presencia. Presencia canaria en la mitología cubana: ... 1247 ~a n á b a s ela subsistencia ejerciendo el oficio de lavandera y practicando el siempre socomdo de curandera, y como tal llegó a adquirir tanta fama, que fue una competidora temible de los primeros médicos que tuvo la colonia, D. Domingo Mongenié y D. José Vallejo y del boticario D. Félix Lanier. Algunos aciertos que tuvo al principio Ña Belén, debidos más a la casuali-dad que a su saber, le dieron gran fama de. curandera, siendo creencia general que podía curar todas las enfermedades, por graves e inveteradas que fuesen. Aquellos fueron los días de gloria de Na Belén; mas jay! no tardaron por su mal en venir los de desgracia. Como a tantos otros, la fortuna, tornadiza, le volvió las espaldas. Sucedió que tomaron incremento las tercianas y las fiebres que empezaban con manifestaciones de frío, siendo no pocos los colonos atacados. Enseguida k echaron la culpa a Ña Belén. Por si esto fuera poco, le acusaron también de envenenadora y de que enfermaba a los niños con alferesías. La fantasía popu-lar, que se complace a veces en la creaGón de las mayores aberraciones, que da iuego por arúcuios de fe, supuso que iYa Beién arrebataba, ai menor descuido de las madres, a sus hijitos enfermos, y que todas las noches llegaba la vieja bruja a su miserable bohío del bamo de Las Calabazas, con una gran sarta de niños muertos o moribundos, que le colgaba[n] del brazo. Luego sometía los cadáveres a manipulaciones repugnantes y obtenía una grasa misteriosa, y con ella y ciertos signos y palabras cabaíísticas, lograba trasladarse todos los sába-des, coba!gax!e e:: !a cmsabida esccba, a !as mfis distintas regi~nes,Yn -*- l-algunos creían eran las Islas Canarias. Como es de suponer, tales versiones, trasmitidas de boca en boca y considerablemente corregidas y aumentadas, infundían alarma y terror en el corazón de las madres, que ni por un momento se atrevían a dejar a sus hijos solos, sobre todo si estaban enfermos. Es difícil prever a qué extremo de violencia hubiera llevado aquel estado de ánimo colectivo a los pacíficos habitantes del primitivo Cienfuegos, de haberse prolongado algún tiempo. Afortunadamente, de la noche a la mañana desapareció Ña Belén, sin dejar rastro, sin que nadie pudiera decir que había sido de ella, si había muerto o se la había llevado el diablo. Pero como la incertidumbre no cabe en la mente del pueblo sencillo y candoroso, enseguida vino la explicación de la misteriosa desaparición de la Vieja de Las Calabazas. Se dio por cierto y averiguado, que un sábado, en tanto se remontaba la bruja en el espacio, cabalgando en su escoba y llevando una gran sarta de niños muertos colgados de una mano, sosteniendo con la otra un enorme paraguas y rodeada de murciélagos y lechuzas, una madre que acaba de perder a su hijito, al verla, precisamente en el momento que la bruja parecía alcanzar la Luna, la conjuró con los sagrados nombres de Jesús, Man'a y José. Al instante, la maldita bmja estalló como un cohete; sus chispas roda-ron por la estrellada bóveda ceieste y se apagaron en ei horizonte. Otra explicación se dio a la desaparición de la bruja, sin que obtuviera el favor de la primera, no obstante ser más verosímil. Se mmureó que algunos vecinos que; como el resto del pueblo, achacaban a la bruja las epidemias reinantes y otros desaguisados, reuniéronse cierta noche, dirigiéndose con sigilo 1248 Jesús Guanche Pérez al bohío de la vieja, le dieron muerte y la enterraron en un lugar que más tarde ocupó una tienda de víveres que, por extraño humorismo de su propietario, le denominó con el nombre de La Vieja de Las Calabazas. Hay quien asegura que ninguna de las dos apuntadas versiones es la cierta, y que lo sucedido fue que el celoso y avisado Don Luis de Clouet, compren-diendo que era peligroso para la tranquilidad de la colonia, que continuara en ella Ña Belén, procuró convencerla de que debía abandonar aquellos lugares, pues en ello le iba la propia vida, y la vieja, prudente, aprovechó las sombras de la noche para irse sin que nadie la viera. Cuando alguna curiosa mujer preguntaba a Don Luis. -¿Y Ña Belén?, ¿qué es de ella? Respondía aquél con su castellano marcadamente afrancesado y dando a sus palabras un suave tinte irónico: ,, -Señora, la Vieja de Las Calabazas se fue, noticiándome que está dispues- D ta a volver. si la ocasión se le ofrece. para apoderarse de los niños cuyas E madres no los vigilan ni cuidan como es debido; pero yo, señora, no permitiré O n que la bruja vuelva, porque sabré impedir que las madres dejen abandonados a -- m sus hijos, castigando a la que tal haga. O E Efectivamente, la b ~ j ao, lo que fuera, no volvió a Cienfuegos mientras E 2 vivió Don Luis." -E 3 8. La mujer que viajó a Cuba con una bruja [desde Canariasp2 - - 0 m Yo vine de Canarias para acá cuando tenía trece años. Vine a trabajar el campo aquí, porque allá la cosa estaba muy mala. Hoy tengo setenta y cuatro años y me acuerdo todavía de los cuentos de brujas que se contaban en mi tierra. Aquí nada más que me enteré de uno, que me contó un paisanog3. La cosa fue que un isleño casado vino para Cuba y el cabo del tiempo se echó una mujer. La mujer propia lloraba en Canarias porque ni cartas recibía. Entonces una noche la llevaron a una bruja para que ésta le dijera qué le pasaba a su marido en Cuba. Y la bruja se untó un ungüento debajo del brazo y se fue a ver al Diablo. Y cuando llegó, el Diablo le viró el culo y la bruja se lo bes6. Y entonces el Diablo le dijo que el isleño estaba enredado con una mulata en Cuba. Entonces la bruja viró y se lo contó a la mujer y le dijo: -iQuiéres ir conmigo a Cuba a ver a tu esposo? Y la mujer contestó: -Sí. -mies, bueno, coge esta escoba y móntate en ella. Y le dio a la mujer una escoba y la mujer se montó en ella. Entonces la bruja le puso ungüento de mágica en el sobaco, y eila se lo puso también. Y en cuanto dijo: -/Sin Dios y sin Santa Marúl.m, salieron las dos volando y al cabo de unas horas ya estaban en la finca donde el marido vivía. Llegaron a la casa y la bruja Presencia canaria en la mitología cubana: ... 1249 entró en el cuarto y lo hall6 dormido junto a la mulata. Hizo así: sacó a la mulata dormida de la cama y la puso a dormir en otro cuarto. Y le dijo a la mujer: -Entra y acuéstate en la cama con tu marido ... Y así fue. Y en la oscuridad el marido trajinó con ella. Y de madrugada la bruja le dio la escoba a la mujer, y ella montó en otra, y dijo: -¡Sin Dios y sin Santa María! Y salieron volando las dos para Canarias. Y pasaron unos meses y la barriga le creció a la mujer, y ya iba a parir cuando el mando se apareció en Canarias. Y cuando la vio barrigona le dijo: -¡Traidora, me engañaste! Y ella le dijo que no. Y el marido no la creía y le pegó. Entonces la mujer fue a buscar a la bruja, y la bruja vino a ver al marido receloso, y le hizo el cuento del viaje, y cómo ella le quitó a la mulata de la cama y le metió a su mujer. Y le dijo después: -iEsa barriga es tuya! Y el isleño bajó la cabeza y cargó otra vez con su mujer. 8a. Versión canaria del mito anteriof15 [Ulna mujer recién casada, que vivía en Valle de Guerra y a la que llama-ban Rosario, tuvo que separarse un día de su marido, ya que éste emigró a Cuba para mejorar sus condiciones económicas. Una vez en Cuba, éste se puso a vivir con otra mujer, enterándose Rosario, gracias a las cartas que le manda-ba una amiga desde aquella isla del Caribe. En Canarias, Rosario acude a una vieja bruja, a la que llamaban seña Remedios, que le confía una práctica diabólica, por medio de la cual llegan'a junto a su esposo. Esta práctica consistió, en que a las doce de la noche, las aguas de la playa de La Barranquera se convirtieron en un lebidlo, en cuyo interior fueron transportadas a Cuba Rosario y seiia Remedios. Una vez en tierras cubanas, Rosario visitó a su marido, pasando la noche con él, sin ser reconocida por éste, gracias al emhmjo que poseía; A! d a las doce de !a noche del día siguiente, hora en que se rompería el embrujo, Rosario hubo de dejar tan rápidamente a su esposo que, entre abrazos y besos, le arrancó una manga de la camisa. Al parecer en la playa de Valle de Guerra, junto con su amiga seña Reme-dios, ve que todavía tiene la manga de la camisa, la cual guardó en su casa en una vieja caja de cedro. Pasado el tiempo, Rosario mostraba su avanzado estado de gestación, por lo cual fue muy criticada en todo el pueblo de Valle de Guerra. Pero a pesar de todo, Rosario dio a luz un hermoso niño al que puso por nombre José, como su marido, lo cual levantó gran indignación entre los habitantes del lugar. Ante este hecho, Rosario, sólo sufría y esperaba ansiosamente la liegada de su marido. 1250 Jesús Guanche Pérez Por fin, un día, el mando lleg6 a Canarias, e indignado también él, pidió una explicación. Rosario reunió a su esposo y a los habitantes de la zona donde vivía, y exclamó a los cuatro vientos: "Yo nunca te engañé yo siempre te he amado. ¿Pero la manga de su camisa dónde la has dejado?" Al rato, Rosario entró a la casa, y saliendo con su hijo y la manga que le había desprendido a su mando en Cuba, exclamó: "Esta es la manga que en Cuba te arranqué hoy te la devuelvo con tu hijo José." Su marido comprendió, y también comprendieron los vecinos, los cuales, "como alma que lleva el diablo", salieron de aquel lugar ante el acto de brujería. 9. El viejo que recibió a su hermana [desde Canarias] montada en una escobag6 A mí me contaba un isleño viejo, como de ochenta años, cuentos de brujas. El me dijo un mediodía en el comedor de la casa: -Este cuento es verdad. Yo vine jovencito para Cuba, con mi hijito. Nunca más regresé a Canarias. Yo tenía deseos de ver a mi familia, y un día en que estaba pensándolo vi una escoba volando, y arriba de ella venía una mujer vestida de negro. Ella llegó, saludó, iy resultó que era mi hermana que venía de mi tierra! Yo no le creía nada [continúa la informante], pero me callé. Yo era muy jovencita entonces y me gustaba oírlo. Y él me seguía diciendo: -Mi hermana me abrazó y me besó y se puso a conversar conmigo y a contarme cuentos de familia. Por la tardecita la invité a comer y me dijo que no. Se escarranchó en su escoba y desde lejos me iba diciendo adiós. Yo me crié en el campo y por allí vivía un señor isleño que le decían Cotorrón por lo mucho que hablaba. Vivía en la finca de "Palo Prieto" hace unos veinte años y era un señor de mucha edad. Siempre estaba hablando y Presencia canaria en la mitología cubana: ... 1251 haciendo historias de brujas que él daba por muy ciertas y se emocionaba muchísimo al contarlas como si se tratara de una cosa que él hubiera palpa-do. Contaba el cotorrón que el conoció a un señor que tenía una esposa que era bmja y que se juntaba de noche con muchas compañeras brujas y salían en bandadas volando, después de untarse un ungüento debajo de los brazos, sin el cual no podían volar, y salían a hacer sus fechorías. El señor amigo del Cotorrón se sentía muy mortificado porque su mujer era bruja, y un día que ella había preparado mucha comida para cuando regresara de hacer sus fechorías cenar con las demás brujas, el señor se puso muy ofuscado y envenenó la comida y al otro día la tandereta9$ de brujas amaneció muerta. La palabra tandereta él la usaba mucho y significaba lo mismo que montón, pila, bumjón. El Cotorrón también contaba que un día un señor venía del pueblo a pie paque !e habían robado el caballo y después de haber caminado mucho se encontró una mula y se montó en ella y cuando la pinchó con las espuelas la mula se convirtió en una bruja, que salió burlándose del señor. El Cotorrón contaba tantas historias de bmjas que los guajiros de la zona ya creían en ellas. En la finca de que vengo contando, "Palo Prieto", que se encuentra sólo a dos kilómetros y medio de la carretera vivía un señor que yo conocí, que le decían don Felo, que ya se muri6 hace como quince años. En una ocasión él estaba en la finca una noche y en ese momento pasaba por la carretera un carro altoparlante tocando música. El pensó que eran brujas que pasaban cantando a distancia y al otro día nos contó que le había pedido a Di6 que se llevara "a la bruja de los diablos". Por esa zona que yo me crié algunos campesinos creían que las brujas velan la caída de la noche para chuparle la sangre a las criaturas recién nacidas. [En] una ocasión una señora dio a luz y una mujer medio barbuda que había por el lugar le dio un remedio contra las bmjas, la señora hizo el remedio y una noche una bruja quiso entrar, pero el olor no se lo permitía y entonces se par6 en el techo y dicen que gritó: -Válgale a la barbuda y al atizador de rudag9. Y no pudo entrar y se fue. 1 l . Vuelo de brujas con manteca de majá [donde vivfan unas isleñitas]'" En el entronque de Manajanabol"' y la Carretera Central, en 1940 vivían unas isleñitas. A todos los muchachos nos decían la gente que eran brujas y que volaban por la noche. Se decía que se echaban manteca de majá en los sobacos, los brazos y las piernas, que se montaban en unas escobas y salían volando. 1252 Jesús Guanche Pérez 12. Francisco y su futura suegra [oriunda de canaria^]'^^ Cuenta mi abuela que en Canarias las brujas abundan. Ella cuenta la histo-ria de Francisco, un muchacho que visitaba su novia, pero que siempre que llegaba, la futura suegra se le perdía. Entonces unos amigos le dijeron que era una bruja. El se negó a creerlo y entonces uno le dijo: -Mira, para que te convenzas de que es verdad llévate una tijera en el bolsillo. Cuando vayas a tu próxima visita y veas salir a la vieja, sin que tu novia se dé cuenta clava la tijera encima de la puerta, de modo que quede en cruz, y tú verás ... El muchacho hizo la operación, y cuando la vieja regresó a su casa no pudo entrar. Entonces gritó desde afuera a su hija: -¡Mana dile a Francisco que me deje entrar! -~r anciscoie respondió: -Señora yo no la tengo amarrada ... La vieja le dijo: -Quite eso que tiene clavado encima de la puerta. Así Francisco pudo comprobar que la vieja era una bw. 13. La bruja enamorada [en una zona llena de isleños]103 Esta zona de por aquí estaba llena de isleños. Y las isleñas viejas casi todas eran brujas. Una de esas isleñas, Candelaria, se enamoró de mí. Y pasaba todas las noches volando por encima de mi casa y tocando una música muy bonita. A veces ella cantaba y su voz era fina como la de un gato. Aquella música era extraña, yo nunca he oído otra igual. Yo cogí mucho miedo porque me dijeron que si yo no la aceptaba, a los veintiocho días ella me mataba. Y me fui de allí, me fui para Santa Clara. 14. Yo me ví hechizado por las brujas [que "venían de Canarias "]Iw Dicen que las brujas venían de Canarias, aquí hay quien no cree en brujas, pero yo puedo asegurarle que sí existieron las brujas, porque a mí ellas me han embrujado. Mire, estando yo una vez en Banes, fuimos yo y dos amigos míos a un baile. La casa quedaba un poco lejos del poblao, eso era .en un campo. Cuando llegamos a la casa del baile no vimos nada de fiesta pero siempre entramos a la casa, y estuvimos hasta tarde y yo viendo que no venían los músicos ni los bailadores le digo a los muchachos: "Vámonos de aquí porque no veo nada de baile". Nos ponemos de pie y sale la vieja de la casa y nos dice: "No se vayan, muchachos, que esto se compone". Le dijimos a la vieja: "Qué va, vieja, nos vamos porque se nos hace tarde y queremos dar una vuelta' Presencia canaria en la mitología cubana: ... 1253 por el poblao". Salimos y comenzamos a caminar. Era una zona de cañaverales y teníamos que ir por un camino recto. Ya eran como las doce de la noche y no habíamos caminado cincuenta varas de la casa, cuando se nos pierde el camino y se nos presenta una bejuquera que no nos dejaba caminar. Empezamos a luchar por ver si pasabarnos, pero qué va, era imposible. Yo le digo a los compañeros: "Pero si estamos perdidos". Y ya yo estaba un poco asustado y miro a pa to los laos y era bejuquera no se veía una caña. Miro pa el cielo y me doy cuenta que la luna estaba como el día, que si se caía allí un alfiler apaecía. Seguimos luchando y medio comenzamos a cruzar la bejuquera hasta que por fin logramos salir de ese monte, pero más adelante volvimos a encontramos de nuevo la bejuquera. Comenzamos a luchar de nuevo para ver si podíamos cruzarla, pero qué va, esta vez nos fue imposible. Entonces decidimos sentar-nos y esperar que amaneciera. Pero antes que amaneciera comenzamos a oír un ruido cerquita, como si fuera un río crecido que venía bjando. Que yo recuerde por allí no había río ni la cabeza de un guanajo.Ya cuando el alba comenzaba a subir fue desapareciendo la bejuquera. Yo estaba vestido de blanco y salí de aiií como un carbón y cuando llega-mos al poblao contamos lo que nos había sucedido y nos dijeron: "Esas eran brujas, si ustedes lo hubieran sabido se hubieran quitado la camisa y se la ponen al revés y enseguida le aparece el camino pues la ropa al revés le quita fuerzas a las brujerías de las brujas". Por eso yo le aseguro que en mis tiempos si había brujas, porque a mí me pasó, pero ya las brujas se acabaron, eso fue en mis tiempos, cuando ellas salían y hacían maldades. 15. Atrapando brujas en Baracoa [que "eran de la raza de los isleños de canaria^"]'^^ Me han contado los viejos de aquí de Baracoa que las brujas sí existían, que tenían el poder de quitarse la piel y salir volando como si fueran pájaros. Hay quien dice que las brujas eran de la raza de los isleños de Canarias. Ellas salían volando de Baracoa y visitaban a sus familaires en las Islas Canarias, y cuando regresaban traían plantas existentes en esas islas. A las brujas las velaban para atraparlas, y una de las formas empleadas para ello era la siguienre: cuando ellas salían v~aLn.&,q ~ deej -han !a pie! erc~ndi-da, la gente la cogían y le echaba cenizas y cuando las brujas regresaban del viaje y se iban a poner sus pieles, no podían; y ahí mismo les echaban garras. Entonces se les daban tremendas palizas y a algunas las quemaban vivas. Otro medio para atrapar las brujas era el siguiente: se les regaban granos de mostaza en las pieles, y cuando ellas regresaban no podían ponerse las pieles hasta no recoger toda la mostaza y en ese trajín les daba el amanecer, y ahí mismo las atrapaban. Dicen que la mostaza tenía el poder de romper el hechizo de las brujas. Jesús Gunnche Pérez BUIDEM, ario S. Editonal 0, Diccionario de nombres vernáculos de vertebrados cubanos. a Academia, La Habana, 1986. B BUSTAMANLTuEis, J. Enciclopedia popular cubana, 3 tomos, Cultural S.A., La Habana, s/f. CABRERALy, dia. El Monte, Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1989. CASTELLANGOIL , José M. Quintas, prófugos y emigración. Colección Taller de Historia, 4, Centro de la Cultura Popular Canaria, Santa CNZ de Tenerife, 1990. CASTILLO WNDEZ, Francisco. "Participación de Canarias en la fundación de Matanzas", en VI Coloquio de Historia Canario-Americana (1984), Las Palmas, 1987. CIRLOTJ,u an-Eduardo. Diccionario de símbolos. Nueva Colección Labor, Bar-celona, 1985. Cuba en la mano. Enciclopedia popular ilustrada, La Habana, 1940. DONOVAFNr,a nk. Historia de la brujería. Alianza Editorial, Madrid, 1985. FAJARDSOP ~NOLFAra, ncisco. "Las Palmas en 1524: hechicería y sexualidad", en Anuario de Estudios Atlánticos, n.' 31. Patronato de la Casa de Colón, Madrid-Las Palmas, 1985. FEU~OSa, muel. Mitología cubana. Editonal Letras Cubanas, La Habana, 1985. FERNANDERZO BAINATo, más [compilación]. 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MITOS SOBRE BRUJAS CANARIAS 1.- Las isleñas son las que salen brujas. 2.- La bruja isleña que se convertía en gato. 3.- Las brujas canarias golpean a un joven por no servir al Rey. 4.- Las brujas canarias convertidas en chivas. 5.- La temible brujería de los isleños. 6.- Viaje a Cuba de una bruja canaria engañada por su marido. 7.- La vieja de las Calabazas que "había venido de Canarias en una esscoba larga y mugrienta. 8.- La mujer que viajo a Cuba con una bruja desde Canarias. 9.- El viejo que recibi6 a su hermana desde Canarias montada en una escoba. 10.- Las raras brujas de "Palo Prieto" y el cuentero isleño. I l.- Vuelo de bruja con manteca de maja. donde vivían unas isleñitas. 12.- Francisco y su futura suegra oriunda de Canarias. 13.- La bruja enamorada en una zona llena de isleños. 14.- Yo me vi hechizado por brujas que "venian de Canarias". 15.- Atrapando brujas en Baracoa, que "eran de la raza de los isleños de Canarias". Presencia canaria en la mitología cubana: ... 1. Guanche, Jesús. "Etnicidad cubana y seres míticos populares", en Oralidad, n.' 4 (en prensa). 2. Véase una amplia bibliografía al respecto en Fernandez Robaina, Tomás [compilación]. Bibliografla de temas afrocubanos. La Habana, 1985, p. 558. 3. Me efiero a la santería, el palomonte, la regla arará, las asociaciones abakuá y sus interreiaciones. 4. Cabrera, Lydia. El Monte, p. 338. 5. Véanse Francisco Castillo Meléndez. "Participación de Canarias en la fun-dación de Matanzas", en VI Coloquio de Historia Canario-Americana (1984). Las Palmas, 1987 y Jesús Guanche Pérez. Tinerfeños en la inmigración Canarias-Cuba; su contribución al periodismo. La Habana, 1991 (inédito). 6. Linares, María Teresa. Informe preliminar del estudio del folklore del Valle de Yumurí, mayo de 1970 (mecanuscrito in6dito. Cortesfa de la autora), slp. 7. Véase Germán de Granda. "Un caso más de influencia canana en Hispano-américa (Brujería "isleña" en Cuba)"; en Revista de Dialectologia y Tradiciones Popualres, tomo XXIX, Madrid, 1973, pp. 155-162. 8. Fundada en 1969 por el propio Sarnuel Feijóo, que la anuncia jocosamente como Organo del Departamento de Investigaciones de la Expresión de los Pueblos, en la entonces Provincia de Las Villas, actual Villa Clara. 9. La Habana, 1985. 10. Véase Estudios Afrocubanos. Selección de Lecturas (Compilación de Lázara Menéndez), tomo 3, La Habana, 1990, pp. 212-213. 11. Véase Estudios Afrocubanos. Selección de Lecturas (Compilación de Lázara Menéndez), tomo 4, La Habana, 1990, pp. 266. 12. Entre las muchas especies cuyo fmto se adhiere a la ropa del transeúnte sin pinchar est&n el fismodium cnwelii Britton y el Deimndium hnrh~tum ('.). 13. Entre las especies con este nombre, se conoce en La Habana al Hippocratea integrifolia, A. Rich. 14. Se refiere al monte pubiano. 15. Véase Francisco Fajardo Spinola. "Las Palmas en 1524: Hechicería y sexua-lidad", en Anuario de Estudios Atlánticos. N.O 31, Madrid-Las Palmas, 1985, p. 217. 1258 Jesús Guanche Pérez 16. Ibídem, pp. 218-219. 17. Véase en el anexo el mito 7 sobre "La vieja de Las Calabazas"; aunque en otros de los mitos sobre brujas no referidos a Canarias aparecen como "viejas narigu-das cabalgando en una escoba"; en Martínez, Florentino. Ayer de Santa Clara, citado por Samuel Feijóo, Mitología Cubana, La Habana, 1985, p. 300. 18. Véase Frank Donovan. Historia de la brujería. Madrid, 1985, pp. 96-97. 19. El amplio grado de participación femenina en la brujería ha sido ampliamen-te estudiado y se relaciona directamente con la tradición eclesiástica que imputaba a la mujer el "pecado original" (véase Iosif Grigulevich. "La prolongada caza de brujas", en Historia de la Inquisición, Moscú, 1980, p. 173). Pero al mismo tiempo representa una alternativa de libertad religiosa y de autorrealización femenina ante los múltiples tabúes discriminatorios conservados y propagados por el cristianismo. 20. Durante este período se estima que unas 500.000 personas fueron declaradas culpables de brujería y murieron quemadas en Europa, principalmente en Inglaterra, Alemania y Francia. "Sus crímenes: un pacto con el diablo; viajes por el aire hasta largas distancias montadas en escobas; reunión ilegal en aqelarres, adoración al diablo; besar al diahlo bajo la cola; copulación con íncubos, diablos masculinos dotados de penes fríos como el hielo; copulación con súcubos, diablos femeninos." (Harris, Marvin. "Escobas y aquelaves", en Vacas, cerdos, guerras y brujas. Los enigmas de la cultura. Madrid, 1990, p. 181.) Conjuntamente, "si se tienen en cuenta los parientes y amigos de las víctimas, privadas de sus bienes y posición a raíz de los procesos seguidos a éstas, el número de castigados debe calcularse por millones" (Grigulevich, 1. Op. cit., p. 183). 21. L a ;=&e, c=m= sit.xci6:: teqarg! ~ p e s t üS! dia, se BSOCC~sPli im.b6!iczüimte al principio pasivo; a lo femenino y a lo inconsciente; pero también se vincula con la fertilidad, lo negro (por analogía con la oscuridad) y con la muerte. Véanse Cirlot, Juan-Eduardo. Diccionario de símbolos, Barcelona, 1985, p. 326 y Murga, Purifica-ción (versión y adaptación). Diccionarios Rioduero, Símbolos, Madrid, 1983, p. 162. De manera particular, la actividad de las brujas se inicia desde la medianoche. 22. Por su forma cambiante, la luna también es objeto de múltiples interpreta-ciones simb6licas; entre ellas se asocia con los ritmos vitales terrestres, la fecundidad femenina y la capacidad receptiva en el contexto nocturno. Cirlot, op. cit., pp. 283-285 y Murga, op. cit., 141-142. En este sentido, las fiestas de las brujas o sabbat se celebran en plenilunio (Donovan, op. cit., p. 88). 23. Esta ave rapaz nocturna, cuya especie más común en Cuba desde la época precolombina es el Tyto alba furcata (Temrninck), se simboliza con la muerte, la noche, el frío y la pasividad (Cirlot, op. cit., p. 270); lo cual es congruente en su posible relación con el mundo fanthtico de la actividad de las brujas según la mente humana. La Biblia, que tanto influye en la cultura judeo-cristiana, la cataloga entre los animales impuros, como símbolo de las tinieblas del espíritu; pero también en un sentido positivo, como símbolo del conocimiento religioso y de la inteligencia (Murga, op. cit., p. 133). 24. Debido a su caracter ambiguo, el murciélago también presenta significacio-nes simbólicas contradictorias. Mientras en China, por ejemplo, es un animal emblemático de felicidad y larga vida; en la alquimia occidental que se asocia más al contenido del presente trabajo, tiene un sentido semejante al del dragón y al de un ser hermafrodita por ser una mezcla de pájaro y de mamífero (Cirlot, op. cit., p. 316). En la Edad Media se le consideraba un animal maligno que chupaba a los niños mientras dormían (Murga, op. cit.. p. 159); lo que se relaciona directamente con una de las Presencia canaria en la mitología cubana: ... 1259 actividades de las brujas; quienes al vincularse -según los mitos- con el diablo, éste también se representa con alas de murciélago o de vampiro. 25. Aunque a los lepidópteros diurnos se les atribuye valores simbólicos diver-sos relacionados con lo erótico, la resurrección, la inmortalidad o la felicidad conyugal; los lepidópteros nocturnos son asociados por su atracción hacia la luz o el fuego y la posibilidad de quemarse en él, como símbolo del amor místico, dispuesto al sacrificio, semejante a las relaciones m'ticas de las brujas con los demonios y la posibilidad de morir en la hoguera. 26. Este objeto de carácter utilitario es también empleado en funciones rituales para la limpieza simbólica de algunos recintos o templos dedicados a la actividad religiosa. En un sentido simbólico negativo para la cultura occidental, es el instrumen-to por excelencia sobre el que cabalgan las bmjas durante sus vuelos, tiene una significación fálica o como símbolo también de fuerzas ocultas que el propio objeto no ha podido ahuyentar y que terminan apoderándose de ellas (Murga, op. cit., p. 93). 27. La piel humana o de los animales posee varios contenidos simbólicos que no se asocian directamente con el mundo de las brujas (Cirlot, op. cit., p. 303); pero que también puede ser interpretado como la acción de despojarse de lo que ata al cuerpo, semejante a la desnudez propia de las brujas en Europa y a! mismo tiemp como actividad de liberar el espíritu para el vuelo fantástico. 28. Véase el mito "Las brujas del lechero", en Feijóo, op. cit., p. 309. 29. El majá, cuya especie más abundante en Cuba es el (Epicrates anqulifer anqulifer Bibron) se asocia con otro gran conjunto de mitos cubanos relacionados con la Madre de aguas (Feijóo, op. cit., pp. 179-221) y en menor medida con los del Güije; me refiero al mito del güije-majá (Ibídem, p. 151). Véase el mito n.' 11. 30. Véanse los mitos "La bruja que se equivocó", en Feijóo, op. cit., p. 297; "Las brujas cantoras", Ibídem, p. 318 y los mitos núms. 6 y 8 de la selección realizada. 31. Donovan, F. op. cit., p. 65. 32. Ibí&m, p. 66. 33. Esta solanácea europea ha sido cultivada en la Sección de Plantas Medicina-les de la Estación Experimental Agronómica. Roig se refiere a dos especies, Hyoscyamus niger Lin. y Hyoscyamus albus Lin. op. cit.. p. 171. 34. La especie más conocida es la kalanchoe brasiliensis, Camb. y "no tiene nada que ver [según Roig] con la verdadera Belladona, que es una Solanácea europea, el Arropa belladona, Lin."; aunque hay otras dos conocidas como Belladona de la tierra o palo de gallina (Lycium acnistoides, Gris) y Belladona de otoño o bella dama (Amaryllis belladona Lin.); Ibídem, pp. 171-172. 35. Roig, op. cit., p. 172. 36. Citado por Harris, op. cit., p. 192. 37. Donovan, F. op. cit., p. 92. 38. Según la denominación que emplea Roig son el Zephyranthes grandiflora Lindl., Zephyranthes tubispatha Herb. y el Sternbergia lutea Roem & Schult; op. cit., p. 196. 39. De la que también se conocen las especies amarilla (Zephyrantes eggersiana Urb.), americana (Zephyrantes grandifolia Lindl.), blanca (Zephyrantes atamasco Herb.) y rosada (Zephyrantes rosea Lindl.). 40. Ibídem, p. 196. 41. Se hace referencia en Puerto Padre, actual provincia de Las Tunas, al Sarcomphalus obovahci Urb., arbolito de costa, tortuoso, de madera blanca; IbGfem, p. 1%. 42. Se conoce como Doerpfeldia cubensis Urb., árbol de hojas pequeñas obovales y fruto pequeño en drupa, colectado al norte de la provincia de Holguin. 1260 Jesús Guanche Pérez 43. Es el Bastardia viscosa L.; Ibíciem, p. 385. 44. Ibídem, p. 630. 45. Véase la Enciclopedia popular cubana de Luis J . Bustamante, tomo 1, La Habana, slf, p. 278. 46. ~ o d o esl los corresponden al Ipornoea batatas, Lin; según Roig, op. cit., pp. 187-188. 47. Véase el Atlas de Cuba, La Habana, 1978, pp. 118-119 A-3, 122-123 B-7, 138-139 C-4 y C-5. 48. Este lepidóptero es clasificado entonces por el referido autor en la Familia Noctuidae, Subfamilia Noctuophalaenidae, Género Brujas Guénée. Anteriormente tam-bién es observado por Felipe Poey (1832). Guénée (1852-1857) y Ramón de la Sagra (1859). 49. Gunlach, Juan. Contribución a la entomologúl cubana, La Habana, 1881, p. 364. 50. Cuba en la mano. Enciclopedia popular ilustrada, La Habana, 1940, p. 497. 51. Véase Esteban Pichardo. Diccionario provincial casi-razonado de vozes y frases cubanas, La Habana, 1976, p. 752, cuya primera edición es de 1836. 52. Donovan, F. op. cit., p. 55. 53. Véase "Brujas en Sancu Spírirus", en Feijóo, "p. cii., p. 298. 54. VCase "La bruja de la casa elegante", en Feijóo, op. cit., p. 309. 55. Véase "El muchacho y la bruja", en Feijóo, op. cit., p. 321. 56. Véase el mito n." 2. 57. Véase "Las brujas" de Santa Clara, en Feijóo, op. cit., p. 301; donde el jinete a caballo se transforma, el primero en jinete y el segundo en escoba y salen volando. 58. Véase el mito n.' 10 sobre Las raras brujas de "Palo Prieto". 59. Véase "La bruja puerca", que al pincharla vuelve a adquirir la forma de bruja, en Feijóo, op. cit., p. 313. 60. La relación bruja-pato la veremos seguidamente en dos de los mitos publi-cados. 61. Véase "La bmja en el palo", que no se dejó rajar por el hacha; en Feijóo, op. cit., p. 312. 62. Op. cit.. p. 68. 63. Véase el mito n." 14 "Yo me vi hechizado por las brujas", y "Un encuentro con las brujas", Feijóo, Op. cit., p. 294. 64. Véase "Las brujas" [del pantano], en Feijóo, op. cit., p. 302. 65. VCase el mito n." 4. 66. Véase el mito n.' 12, "Francisco y su futura suegra". TambiCn en el mito "Mostaza y tijeras contra las brujas", la tijera se coloca "abierta en cruz debajo de la almohada" para proteger a los niños pequeños. Feijóo, op. cit., p. 308. 67. Aparece el mito "Sobre las brujas ranchueleras", Feijóo, op. cit., p. 307. 68. Es conocido el dato que durante el mes de mayo las iglesias de Tréveris, Alemania, no dejaban de repicar sus campanas durante toda la noche para proteger a la ciudad de las brujas voladoras. Donovan, F. op. cit., p. 65. 69. Véase Domingo Barbuzano. Prácticas y creencias de una santiguadora canaria. Santa Cruz de Tenerife, 1981, p. 102. 70. El empleo de granos de mostaza y de ceniza aparecen en el mito n." 15, "Atrapando bnijas en Baracoa". 71. La variante de mostaza o ajonjolí para tumbar brujas son referidas en el mito sobre "Las brujas cantoras" de Trinidad, en Feijóo, op. cit., p. 318. Presencia canaria en la mitología cubana: ... 1261 72. Este tipo de ají (Capsicwn baccatwn, Lin), sumamente picante, junto con la pimienta aparecen en el mito "Sobre las brujas" de Carnajuaní, en Feijóo, op. cit., p. 313. 73. Véase nuevamente el mito n." 15. 74. Ibídem, pp. 307-308. 75. Ibídem, p. 308. 76. Se trata del Anos discors, Linneo. Ave del orden Anser$onne, familia Anatidae, de color oscuro al dorso y blancuzco en la parte inferior; tiene una ancha banda de color blanco entre el pico y los ojos. Vive en depósitos de agua dulce y mide unos 40 cm. de longitud (Buide, M. op. cit., p. 199). 77. Ibídem, p. 308. 78. Entre La Habana y Las Palmas de Gran Canaria hay unos 7.350 km.; es decir, cerca de 4.000 Millas náuticas. 79. El orden de los mitos sobre brujas y sus versiones es de occidente a oriente. 80. Entrevista de Jesús Guanche; informante Gabriela Pérez Valle, 80 años, Mariano, Ciudad de La Habana. 81. Andrés Pérez Valle y Catalina Valle Erviti, campesinos cubanos con una familia de ocho hijos. 82. Entrevista de María Teresa Linares, Informante Ji'liarm E%rez, vri!!e de Yumurí, ~a t anz a sI.n forme preliminar del estudio del folklore del Valle del Yumarí, mayo de 1970 (mecanuscnto), slp. 83. Entrevista de María Teresa Linares, Informante Francisca Tundidor Aseinulaza, 80 años, Valle de Yumurí, Matanzas, op. cit., slp. 84. Cuba ocupó el principal punto de destino de los prófugos canrios del Servi-cio Militar durante el último tercio del siglo xrx. Véase José M. Castellano Gil. Quintas, prófugos y emigración. Colección Taller de Historia, Santa Cruz de Tenerife, 1990, pp. 94-98. 85. Entrevista de María Teresa Linares, Informante Francisca Tundidor Aseinulaza, 80 años, Valle de Yumurí, Matanzas, op. cit.. slp. 86. Se refiere a las articulaciones de brazos y piernas. 87. Entrevista de Lydia Cabrera, informante Emiqueta Herrera, Matanzas; en El Monte, La Habana, 1989, p. 34. 88. Entrevista de Lydia Cabrera; informante Calazán Herrera, Matanzas; en op. cit., pp. 34. 89. El informante se refiere a Luanda, actual capital de Angola. 90. Este relato aparece por primera vez en Tradiciones y leyendas en Cienfuegos. de Adrián del Valle, a partir de una investigación de Pedro Modesto Hernández. Véase Samuel Feijóo. Mitología cubana, La Habana, 1985, pp. 302-306. 91. Poblado que se encuentra a unos treinta kilómetros al noroeste de la ciudad de Cienfuegos. También en la provincia de Sancti Spiritus, a unos cuarenta kilómetros de la ciudad de Trinidad se encuentra otro pequeño poblado con el nombre de Yaguaramas; aunque es muy probable que debido a su cercanía, el relato se refiera al primero de ellos. 92. Entrevista de Samuel Feijóo; informante, Ceferino Rodríguez, finca La Jo-séfa, Caonao, Provincia de Cienfuegos; Ibídem, pp. 319-320. 93. Se refiere a otro residente de origen canario. 94. Esta frase se repite en otros mitos cubanos sobre brujas como el medio para emprender el vuelo en la escoba. 95. Aparece como El viaje a Cuba. García Barbuzano, D. op. cit., pp. 97-98. 96. Entrevista de Samuel Feijóo; informante Eva Fleites, Santa Clara, actual Provincia de Villa Clara; Ibídem, p.316. 1262 Jesús Guanche Pérez 97. Entrevista de José Seoane; informante, José Antonio, actor; Santa Clara, actual Provincia de Villa Clara; Ibídem, pp. 3 1 1-3 12. 98. Por tendereta; también se conoce en Venezuela: se usa como "quedar en la tendereta"; es decir, quedar tendido en el suelo y no como sinónimo de cantidad. 99. Efectivamente, la ruda (Ruta graveolens L.) tiene un olor muy penetrante y desagradable, pero es estimada para remedios caseros como fricciones y baños; tam-bién se emplea como emenagogo (lavativa o lavado intestinal); por lo que se le asocia a la sabina (Juniperus virginiana, Lin.), el azafrán (Carthamus tinctorius, Lin.) y la artemisa (Ambrosia artemisifolia, Lin.). [Roig y Mesa, Juan Tomás. Diccionario botá-nico de nombres vulgares cubanos, tomo 11, La Habana, 1965, p. 8511. En Canarias también se emplea contra trastornos en la menstruación, empacho (mala digestión) e inflamación estomacal [García Barbuzano, Domingo. Prácticas y creencias de una santiguadora canaria. Centro de la Cultura Popular Canana,*Colección Temas Cana-rios, n." l, Santa CNZ de Tenerife, 1981, p. 92. 100. Entrevista de Samuel Feijóo; informante Adalberto Suárez, Santa Clara, actual provincia de Villa Clara; op. cit., p. 316. 101. Poblado que se encuentra a unos quince kilómetros al este de la ciudad de s2!!ts C!Zra. 102. Entrevista de Rigoberto Valdés en el Municipio Camajuaní,actual Provincia de Villa Clara; Ibídem; p. 314. 103. Entrevista de René Batista; informante Anselmo Ruiz, de setenta años, po-blado de Vueltas, Municipio de Camajuaní, Provincia de Villa Clara; Ibídem, p. 315. 104. Entrevista de Lawrence Zúñiga en la actual provincia de Guantánamo; in-formante Rafael Sánchez, quien entonces tenía noventa y tres años, Municipio Baracoa; Ibídem, pp. 296-297. 105. Entrevista de Lawrence Zúñiga en la actual provincia' de Guantánamo; in-formante Rafael Sánchez, quien entonces tenía noventa y tres años, Municipio Baracoa; Ibídem, pp. 295-296.
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Título y subtítulo | Presencia canaria en la mitología cubana: las brujas y el trasvase humano |
Autor principal | Guanche Pérez, Jesús |
Publicación fuente | X Coloquio de historia canario - americano |
Numeración | Coloquio 10. Tomo 1 |
Tipo de documento | Congreso y conferencia |
Lugar de publicación | Las Palmas de Gran Canaria |
Editorial | Cabildo Insular de Gran Canaria |
Fecha | 1992 |
Páginas | P. 1232-1262 |
Materias | Congresos ; Historia ; Canarias ; América |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 1630869 Bytes |
Texto | PRESENCIA CANARIA EN LA MITOLOGIA CUBANA: LAS BRUJAS Y EL TRASVASE HUMANO El pensamiento mítico ha sido una de las múltiples formas de mani-festarse la presencia canaria en la cultura popular cubana de arraigada tradición oral. Del conjunto de seres míticos' que aparecen de manera permanente, bien como vivencias o como referencias en los pobladores de las áreas rurales del país, las brujas se asocian casi siempre con las corrientes inmigratorias procedentes de Islas Canarias, cuyo asentamiento mayoritario se efectúa precisamente hacia estas áreas. El presente trabajo se propone caracterizar los mitos sobre brujas transmitidos en distintos puntos de la Isla, que tienen relación directa o referencia1 con el asentamiento de inmigrantes canarios en Cuba; como vía de contribuir a la común historia canario-americana a través de la cultura de tradición oral. Pero al mismo tiempo, pretendo comparar las peculiaridades del mito sobre brujas en el contexto cubano con las' regularidades propias de éste tanto en Europa, como principal vertiente de influencia cultural en ese ámbito, como en Islas Canarias, debido a 1-- ---- - - - r - - --c ---e- :-- 2- 1 - - :-C r-.. -- -..- --l-&..- ias c;unsiariLr;b rwxeriuas UG lus iiiiuiiriaiiics cii sus ieiarus. Sin embargo, es significativo que otros autores cubanos hayan cen-trado sus trabajos en la discusión sobre la práctica de la brujería en Cuba sólo a través del prisma de los influjos del Mica Subsahariana2. Por otra parte, aunque Lydia Cabrera trabajó con muchos informan-tes negros y mulatos mayoritariamente practicantes de las religiones populares cubanas de fuerte antecedente afroide3, con diversos elemen-tos sincréticos del catolicismo popular y de otras prácticas mágico-religiosas, sí refiere a través de ellos, la presencia de brujas procedentes de Islas Canarias. Junto con dos mitos que incluyo en el Anexo, también hace 1234 Jesús Guanche Pérez referencia al empleo de la escoba como instrumento para volar: "Seco, viejo y negro el palrniche, las ramas se desprenden y caen, y el brujo dispone de una escoba igualmente dotada de grandes virtudes. Trabaja-da con ajo será, en Cuba, la escoba en que las brujas isleñas cabalgan por los aire^."^ En mayo de 1970 la musicóloga María Teresa Linares participó en una expedición interdisciplinaria por el Instituto de Etnología y Folklore de la Academia de Ciencias de Cuba en el Valle de Yumurí, provincia de Matanzas -que como bien se conoce fue fundada e inicialmente gobernada por canarios-5 y recoge varios "cuentos de brujas", tres de los cuales hacen referencia directa a la presencia canaria en esta zona6. Hace ya más de dos décadas el profesor Germán de Granda advierte en un breve artículo acerca de la importancia de considerar la brujería isleña como componente de las relaciones sociales establecidas entre los sectores más humildes de la población cubana, particularmente entre éstos y la población africana y sus descendientes cubanos negros y mulatos7; lo que se evidencia en uno de los matrimonios mixtos entre canario y africana que recoge uno de los mitos compilados por Lydia Cabrera. En sus múltiples andanzas por las provincias centrales de Cuba: Samuel Feijóo aporta una enjundiosa compilación de mitos que, junto con varios colaboradores, ya venía publicando desde hace más de dos décadas en la revista Signos8. Ello le permite hablar de una Mitología cubanag con una amplia variedad de seres míticos imbricados a plenitud en el contexto de la cultura nacional y muy por encima de las proceden-cias etnoculturales que les dieron origen. Sin embargo, en el caso de los mitos sobre brujas hay nueve que hacen referencias a sus vínculos con las Islas Canarias. En este sentido, también hay elementos de prácticas mágico-propiciatorias que se transmiten como parte de la cultura de tradición oral o que se copian en las libretas de las religiones populares cubanas y que han sido asociadas con posibles influjos africanos en la brujería o como trabajos de santena, cuando ya eran conocidas y empleadas en Canarias durante el primer cuarto del siglo XVI. A manera de ejemplo, una reciente Selección de Lecturas sobre Estudios Afro-cubanos reproduce tanto en la Libreta de Santería de ,Ie.rús T~r r egosa'c~om o en el Manual de Santería de Pedro Arangol' una fórmula o irabajo mágico para amarrar un hombre a una mujer, cuyo texto dice: "Hierva la niña, uñas de los pies y de las manos, piedra de imán, 3 manís, pelos de distintas partes, amor secoi2, amansaguapo13, se tuestan y después se dan a tomar a la persona, en caf6 o chocolate." Presencia canaria en la mitología cubana: ... 1235 Sin embargo, parte de los Hechizos amatorios que aparecen en las denuncias ante el tribunal de la Santa Inquisición en Las Palmas de Gran Canaria en 1524, emplean elementos propios de la magia contami-nante como mecanismo de atracción del hombre por la mujer. Uno de ellos son precisamente los pelos del cuerpo y las uñas, que también aparecen en la cita anterior. A la mujer que ha reñido con el marido le aconsejan "que se tirase las cejas de la cara y los pelos del coño14 y del sobaco y que se limpiase todos los lugares do había habido pelos, y tal cual paño lo lavase en un poco de agua y que los pelos hiciese polvos y los echase en el agua que había lavado el paño y le hiciese a su marido un bollo y lo diese de comer"15. De idéntica manera, también se "toman pelos de los hombres, de diferentes partes del cuerpo; cortaduras de las uñas y hasta tierra de la huella que en el suelo dejase, o de la sombra que proyectase"16, como medio de conservar u obtener pareja. En este contexto, las brujas y sus acciones se proyectan como parte del pensamiento mítico en la cultura de tradición oral cubana. Versiones cubanas de las brujas De acuerdo con las diferentes versiones y variantes del mito sobre las brujas en Cuba; éstas presentan las características comunes siguien-tes: son descritas como mujeres viejas o "ya entrada en años, [de figura] algo encorvada, ojos pequeños y vivos, nariz corva en [dirección hacia] la barbilla, la boca sin dientes, arrugada y terrosa la piel"17. Esta descripción se conserva como estereotipo físico de la bruja desde la propia Edad Media; pues uno de los pocos libros escritos durante el siglo xvr sobre este tema [Descubrimiento de la brujería, de Reginald Scot] ya señala que: "Las brujas son, por lo general, viejas, lisiadas, legañosas, pálidas, desgreñadas y llenas de arrugas; pobres, hoscas, supersticiosas ... Son enconvadas y deformes, y sus rostros refle-jan melancolía para horror de todos los que las ven. Chochean, gruñen y son rabiosamente malévola^."'^ Este esquema se ha transmitido intergeneracionalmente a través del mito, sin tomar en consideración la gran cantidad de personas jóvenes de ambos sexos, pero con obvio predominio femeninolg, a quienes me- $;&?te te.;tU:us s", les LTmczba la cGEfesióz :',v p,CiP= actividades de este tipo durante los siglos xv al xvn, antes de ser exter-minados en la hogueraz0. En los mitos que aparecen en Cuba la actividad como bruja se asocia con la nochez1, la lunaz2 y con determinados animales nocturnos como la 1236 Jesús Guanche Pérez lechuzaz3 y el murciélagoz4; y con insectos, como una especie de gran mariposa nocturna25;t odos ellos con valores simbólicos análogos con lo femenino. Tienen cualidades especiales como la transvección y la metamorfosis; es decir, en el primer caso poseen la capacidad de volar valiéndose de una escoba26 doméstica; para lo que se quitan la pielz7, se aplican un ungüento debajo de las axilas, los brazos y10 en las piernas compuesto por sangre del cordón umbilical de un niño recién nacidoz8 o con mante-ca de majá29 y pronuncian la frase ¡Sin Dios y sin Santa María!30, antes de emprender el vuelo. En cuanto a la transvección, ésta es la forma más común de magia atribuida a las brujas; aunque la importancia de la escoba como instru- ,, mento volador parece poseer un desarrollo posterior. Inicialmente hay D E referencias en el contexto europeo a "carneros negros, machos cabríos, lobos, bueyes, perros [y] gatosw3', entre otros. Por ello no es raro que el " n - mito n." 2 se refiera a la bruja que "se convertía en gato para meterse en =m O las casas" o que en el mito n.O 7 sobre La vieja de Las Calabazas se E E haga referencia a que ésta "había venido del poblado de Yaguaramas, 2 E cabalgando en un buey, que era toda su hacienda". = p&& wj& de 12 ~sc&ar psx vz~isq &.??yptaig~py~ Qpi f~a - 3 ciones simbólicas con un fundamento objetivo. Aunque -según la tradición e-- oral europea- las brujas acudían a pie a sus aquelarres, era común que éstas m E llevaran un bastón o el mango de una escoba para ayudarse durante el O camino, pues así saltaban los anoyos y lugares fangosos a través del trayec-to. Al mismo tiempo, el acto de cabalgar a horcajadas sobre una escoba n E formaba parte de algunos ritos del sabbat relacionados con la fertilidad de - a las cosechas; "se dice que las brujas daban vueltas alrededor de los campos 2 n a horcajadas sobre sus bastones o escobas, saltando en el aire para indicar a n 0 qué altura debían crecer las cosechas"3z. 3 Otra interpretación se relaciona con el empleo de sustancias O alucinógenas como la atropina, contenida en los denominados ungüen-tos para volar. En el caso de Europa se relacionan la mandrágora, la cicuta, el eleño y la belladona. Estas dos últimas son conocidas y culti-vadas en Cuba. El b e l e ñ ~ha~ ~sid o empleado en la medicina como narcótico y su extracto como antiespasmódico. Una de sus especies conocida como beleño blanco (Hyoscyarnus albus Lin.) florece y fructi-ficz en C-ha. La h~!!add.nna~~tm hién se cnn~c ecn md.n p!minta nmammt-l. "En Banes [actual provincia de Holguín] llaman Belladona a la Jatropha hastata Jacq., de la familia de las Euforbiáceas, que en la parte occiden-tal conocen como Peregrina."35, de la que existen varias especies cultivadas y silvestres. Presencia canaria en la mitología cubana: ... 1237 En este sentido, según Harner "El empleo del bastón o escoba era indudablemente algo más que un acto simbólico freudiano; servía para aplicar la planta que contenía atropina a las membranas vaginales sensi-bles, así como para proporcionar la sugestión de cabalgar sobre un corcel, una ilusión típica del viaje de las brujas al aq~elarre."~~. Otra de las referidas plantas con propiedades erógenas es la malvasía, "para provocar y disponer la carne al desenfreno l~jur ioso"~un~a; espe-cie de uva muy dulce y del vino que se elabora de ésta. Esta planta no se registra en Cuba, pero hay otras cuyo nombre vulgar, bien como sustantivo, adjetivo o diminutivo aluden al conocido ser mítico. Hay varias plantas que el nombre genérico de bruja, entre ellas tres Arnarilidá~east~am~,b ién conocidas por el diminutivo de b r ~ j i t a"~C~on. los nombres de Bruja, Siempreviva y prodigiosa es muy conocida la r r r i o i i l A r o n Ynlnnrhno ninnntiim Uarh. i l. tamhi6n 1- &rpn Rniia en b, u.,rríut,=u i . u r u , G , , i í v r . y r r ' r r u r n . i r **vi" L...,, C....'V.WL. 1 W U."".. -%-J.. 11. Barracoa a una Flacurciácea: el Xylosma busifolium A. Gray; y por último, es llamado por el mismo nombre en Gibara, un arbusto espinoso que se encuentra en las costas pedregosas, el Sarcomphalus havanensis Griseb40. Existen otras plantas como la bruja de costa'" y la bruja negra42, que también aluden al mítico personaje. Otra especie botánica tarnbien se adjetiva como bruja me refiero a ia escoba negra", que también aluden al mítico personaje. Otra especie botánica también se adjetiva como bruja, me refiero a la escoba de malvácea silves-tre común en terrenos calcáreos, igualmente denominada escoba bruja o malva b M 4 . En el caso de plantas alimenticias se conoce el boniato brujo, que no es sólo una variedad como señala Bustamante4*,s ino tres, el brujo blan-co, el brujo colorado y el brujo morado46, que se cultivan en todo el país e históricamente ha constituido parte de la dieta básica no sólo del campesinado, sino que se consume habitualmente y de variadas mane-ras. La denominación popular de "brujo" se debe al rápido crecimiento ii,e !u r2iz reAni&he! y &;letix~e está dade per 12 ccl~rzcibne xteficr. El mito en su acción cotidiana, en tanto proceso de transmisión oral, también ha influido en la formación de algunos topónimos e hidrónimos de Cuba, a partir de diferentes asentamientos humanos. En el Municipio Venezuela, Provincia de Ciego de Avila, hay un poblado y estación de ferrocarril conocida por Aquelarre; en el Municipio de Trinidad, Pro-vincia de Sancti Splritus, se encuentra una eíevacion de 360 m. conocida por Loma la Bruja; muy cerca del Pico Turquino, en lo más alto de la Sierra Maestra, Provincia de Santiago de Cuba, se encuentra otra eleva-ción de 1.682 m. denominada Loma de Bruja y a unos pocos kilómetros al este se halla un poblado rural conocido por La bruja arriba. Al 1238 Jesús Guanche Pérez noroeste de la Península de Hicacos, Provincia de Matanzas, entre Ca-yos Blancos y Cayo Cruz del Padre, se encuentra el estrecho Boca las Brujas, único hidrónimo alusivo a este ser mítico47. Con el vuelo de las brujas y determinados presagios maléficos tam-bién se relaciona una especie de mariposa nocturna ya referida desde el punto de vista simbólico, denominada por el naturalista Juan Gunlach como Brujas RenguP, quien ya en el siglo pasado confirma observacio-nes anteriores y la describe de la manera siguiente: "Hasta ahora observada solamente en la parte occidental. El insecto es pardo con un viso á olivado: las alas anteriores tienen, principalmente hácia afuera, varias líneas negras onduladas ó en zig-zag; en la punta, al lado del borde exterior, hay dos puntos blancos; estas alas son más oscuras hacia ,, - el ángulo posterior. Las alas posteriores tienen muchas líneas oscuras en E 7 i p --~-oR P,v p--n- -91-1 h- n--r-c-l~ p rtpnnr -"-VA--- -c--~-u-m= irírriilnc ---A 11 f i n n ~ " ~ ~ ---A-1 y mjdp de 73 76 u milímetros entre las alas. La repentina aparición de esta mariposa es n - =m interpretada por las personas supersticiosas como augurio de muerte, O E enfermedad o disgusto, que puede ser contrarrestado cuando es ahuyen- SE tada después que se posa. =E Posteriormente, aparece la bruja, clasificada como Erebus adora, de 'L. S ia familia riconiidos y descrita de ia manera siguiente: mariposa noc- 3 turna de alas horizontales e inclinadas durante el reposo; vuela después - - 0m de ocultarse el sol, y el público injustificadamente la mira con espanto E creyéndola augurio de profundos males"50; también aparece desde me- O diados del siglo pasado con la denominación de tatagua5' en el área n oriental de Cuba. -E A diferencia de otras variantes míticas sobre brujas europeas o cana- a 2 rias, cuyos vuelos se realizaban desnudas, en tanto símbolo del culto a n la fecundidad en las religiones primitivas, éstas se despojan de la piel, 0 cuyo significado tiene mayor alcance, pues representa más libertad de O3 acción en relación con la pureza física y espiritual para entregarse a sus ritos nrgi&sticnr. Aunque hay varias referencias a ungüentos y sólo dos posibles con-tenidos en los mitos recogidos en Cuba, en la historia de la brujería europea aparecen fórmulas compuestas por "hostias y vino consagrados, cenizas de macho cabrío, huesos humanos, calaveras de niños, cabellos, uñas, carne y semen de brujo, con trozos de ganso hembra, de rata y sesos [; oua eiaborada con] cicuta, agua de acónito, hojas de Gamo, hollín [; otra con] chirivía, cálamo aromático, cincoenrama, sangre de murciélago, belladona y aceite [; y otro mediante] grasa de niño peque-ño, jugo de chirivía, acónito, cincoenrama, belladona y h01Iín'"~; o sea, casi todas con sustancias tóxicas o narcóticas. Presencia canaria en la mitología cubana: ... 1239 En el segundo caso, [la metamorfósis] casi nunca se presentan o se dejan ver por primera vez tal como son descritas por la cultura de tradición oral; sino que previamente se convierten en "muchachas lindísimas [que] iban bailando y cantandows3; si es una sola aparece como "una mujer elegante y muy bella"54, o simplemente como una "mujer muy lindaws5T. ambién pueden transformarse en "gatoms6,e n un "jinete a caballo"57, en una "mula"58, en una en un "pato"60 o en un "pa10"~'. De manera general, también la metamorfósis requería ddla aplica-ción de ungüentos, pero éstos no aparecen hasta el presente en las versiones del mito de las brujas en Cuba; aunque sí es común que cualquier daño que se provocase al animal u objeto en que se transfor-maba la bruja, éste era revertido sobre su cuerpo cuando volvía a adquirir su forma originaria. En tanto procedimiento primitivo de la magia simpática el propio Donovan se refiere a un cronista de brujas cuando señala: "Se ha visto a mujeres adoptar la forma de gatos, los cuales han sido heridos por quienes los vigilaban secretamente, y al día siguiente las mujeres mos-traban heridas y miembros de menos."62 Una evidente reminiscencia mágica de la caza de brujas es que todavía hoy en la ciudad de La Habana, por ejemplo, determinados niños cazan gatos y luego los ahor-can o los queman, aunque en ello no vean una relación directa con el mundo fantástico de las brujas. Las personas que dicen haber tenido contacto visual o referencias orales sobre brujas conocen diferentes medios para que cuando estas vuelen pierdan su fuerza y caigan al suelo con el objetivo de poderlas atrapar. Uno de estos medios es quitarse la camisa y virarla al revés63; clavar un machete en el suelo64; o previamente hacer "una cruz en la arena"65, O en la tierra; o encajar "la tijera encima de la puerta, de modo que quede en cruz"66 o colocar "una escoba detrás de la puerta"67, como acción cabalística para hacer descender a la bruja. Eehide a que e! cmtextc espuck-teqord de! rito es pRncipe!mn-te rural, no se hacen referencias al "tañido de la campana de una iglesia"68 como procedimiento para derribar brujas; aunque en Canarias también se emplea la tijera en cruz como parte de los amuletos contra el mal de ojos, actividad muy propia de las brujas69. Otro medio para descubrir las brujas antes de atraparlas consiste en ecbarie granos de mostaza7! ajonjoiP1, ají guagua^:^, pimienta yio ceni-za73 en la parte interior de la piel cuando se la quitan antes de emprender el vuelo. De este modo, según las variantes del mito, cuando la bruja se pone nuevamente su piel, la picazón, el escozor o la ardentia la delata. 1240 Jesús Guanche Pérez Sin embargo, hay hechos objetivos que el propio pensamiento mítico y la superstición hacen transformar en la existencia o el paso de brujas. En este sentido, uno de los mitos compilados por Joaquín Manero, que Sarnuel Feijóo publica "Sobre las brujas ranchueleras" señala: "Cierta noche mi padre fue al pueblo a buscar mandados, pues [...] los tenderos despachaban hasta las doce de la noche. Mi madre se quedó sola en el campo junto con nosotros, que eramos tres vejigos y pegados a ella esperábamos a papá, con ansiedad, pues teníamos miedo de estar allí tan solos. De súbito se comenzó a oír un rumor como de muchas alas que flotaban en el aire y el ruido se fue acercando hasta pasar por encima de la casa y luego se alejó poco a poco hasta perder-se en la soledad del espacio. ivíi madre, aterrada, rezaba y se presignaba, como si iodos los diablos hubieran estado rondando la casa. Mi hermano Cundo era recién nacido, y desde ese día se durmió con la luz encendi-da todas las noches. El cuento de aquella «Cosa grande», se estuvo haciendo du-rante más de diez años y mamá no lo olvidó nunca."74 El tiempo pasó y el informante ya adulto comprobó la verdadera causa del gran ruido, ya que "una madrugada, como a la una, estaba en el corral de la vaquería, cuando comencé a oir un ruido igual al que habíamos escuchado aquella vez. Se me erizaron los pelos, pues la noche era de Luna y no se veía qué cosa era lo que lo producía, hasta que por la parte norte se fue acercando una sombra oscura por el aire que me aterró, pero no le quité la vista, como fascinado por aquel fenómeno. Así pasaron unos segundos hasta que pude descubrir que era una bandada de patos de La Florida, la cual --*-L,. . . . . cxava umiyucara, o iiii jüício, p ~ ifiia s de ues O cüauo í i ~ l ánades. Aquel batir de alas a un mismo tiempo, era imponente, sobre todo en la soledad de la noche y en pleno campo, pero aquello me sacó de dudas. Allí me di cuenta que ese mismo mido fue el que escuchamos cuando éramos CC--c:..----*- --A- A=- ----A-- I---A,A..- A- ,,e-, A- 1.. CI,AA,7h CICLLIV~IIICIILC, Laua auu g l a l l u c > uauuauaa UG paw> UG la rlullua pasan el invierno en Cuba; llegan en el mes de septiembre al oscurecer y regresan en primavera. El ruido creciente que provocan con su agitado vuelo en la tranquilidad de la noche campesina aterroriza a cualquiera que no conozca el ciclo anual de esta ave rnigratoria. Presencia canaria en la mitología cubana: ... 1241 La relación mítica entre la bruja y el pato también se constata en el referido mito "Mostaza y tijeras contra las brujas". El informante José López, de Cabaiguán, provincia de Villa Clara relata: "Dicen que las brujas vuelan en bandadas y si se posan en una casa la estremecen. Si se les tira semillas de mostaza, y si éstas tocan a alguna bruja, ella cae al suelo convertida en pato.'''7 De manera que si caía un pato también podía ser interpretado por el pensamiento mítico como parte de la capacidad transfonnativa de las brujas. Otros mitos establecen diversas relacines entre Islas Canarias y Cuba mediante el tránsito de las brujas por el Atlántico en busca o en ayuda de familiares y vecinos. El vuelo en escoba Cuba-Canarias y viceversa A pesar de la conocida distancia entre ambos archipiélago^^^, el pensamiento mítico relacionado con las brujas reitera el tránsito de uno a otro lados del Atlántico como natural compensación psicológica al estado de añoranza o ansiedad por el regreso a la tierra natal y por el reencuentro con los familiares más allegados. Esta es una situación propia de todo proceso emigratorio, pero en el presente caso es de interés señalar su reflejo en el pensamiento mítico. En este sentido, siete de las quince variaciones del mito sobre brujas seleccionadas se refieren al fantástico vuelo entre Cuba e Islas Canarias por diferentes motivos. En el mito n." 3, varias brujas vienen a Cuba a castigar a un joven canario que ha huido del Servicio Militar y una de ellas -vecina de la familia del joven- es reconocida por su voz. Este mito es una intere-sante paradoja respecto de toda la historia de las brujas, ya que constituye la única referencia inédita que conozco sobre brujas defensoras del Rey a grandes distancias. En el mito n." 4, son también varias brujas transformadas en chivas, una de las cuales es vecina de la novia canaria olvidada por su pareja en Cuba "que venía a tomar venganza" del inmigrante que "se casó y tuvo hijos" con una mujer cubana. Tras el fracaso en el intento, otra de las h p j j ~ ~E C ~ W Z & p r f?i&i&j &&&S c~afida& e se "había venido hasta Cuba para hacer daño". En la brevedad del relato los hechos se suceden en uno y otro lugares como si la distancia que separa ambos archipiélagos se redujera a cero. Aquí aparece por primera 1242 Jesús Guanche Pérez vez una frase cabalística que no se encuentra en los otros mitos y que confirma la permanencia de este trasvase humano: "De Canarias salgo y en Cuba caigo. " En el rnito n." 6, que refiere Lydia Cabrera en la voz de un mulato cubano descendiente de abuelo canario y abuela conga, antes de relatar el aspecto esencial del contenido el informante señala que "las isleñas [vuelan] montadas en escobas y vuelan sobre el mar", lo que permite inferir que la visita de la mujer legítima, que el abuelo había dejado en Canarias y la confirmación posterior de la visita mediante una carta, no era sino una bruja que había venido a saber de su marido. En el rnito n." 7, publicado como La vieja de Las éalabazas, primero se afirma "que un sábado por la noche [la referida bruja] había llegado de Canarias, montada en una escoba larga y mugrienta"; posteriormente, tras conocerse de las actividades propias de esta lavandera y curandera, la tradición orai señaia que "iograba trasiaciarse roáos ios siibados, ca-balgando en la consabida escoba, a las más distintas regiones, que algunos creían eran las Islas Canarias". Como esta bruja aparece sola en el mito, la reiteración de que había llegado un sábado y que volaba a Canarias cada sábado, hace inferir su posible encuentro con otras brujas precisamente mediante el sabbat, como ritual alejado del contexto local de Cuba donde ella se hallaba. En el mito n." 8, publicado como La mujer que viajó a Cuba con una bruja, el traslado se efectúa en pareja. La información aparece de mane-ra dialogada cuando la esposa se entera, mediante la consulta de la bruja con el diablo, que su marido "estaba enredado con una mulata en Cuba": "-¿Quieres ir conmigo a Cuba a ver a tu esposo? [Le pre- . guntó la bmja] Y la mujer contestó: 3 -Si , O -Pues, bueno, coge esta escoba y móntate en ella. Y le dio a la mujer una escoba y la mujer se montó en ella. [Tras el conocido ungüento y las palabras cabaiísticas para volar] al cabo de unas horas ya estaban en la finca donde el marido vivía." El motivo no está dado en descubrir el posible engaño del marido; sino al contrario, tiene el objetivo de propiciar que la mujer pueda tener relacínnes sexuales con su cónyuge aunque éste no se dé cuenta del todo y regresar luego a Canarias con la bruja, pero ya gestada por el esposo. De este mito aparece una versión canaria en Valle de Guerra, Tenerife, que incluyo en el Anexo como 8a; lo que permite comparar el Presencia canaria en la mitología cubana: ... 1243 contenido sintético de la versión cubana, respecto de la otra versión más detallada. El mito n." 9, publicado como El viejo que recibió a su hermana montada en una escoba, es un sencillo encuentro familiar. El informan-te, con pleno ejercicio de su imaginación, relata en primera persona: "vi una escoba volando, y arriba venía una mujer vestida de negro. Ella llegó, saludó, iy resultó que era mi hermana que venía de mi tierra!". Después de abrazos, besos, cuentos de la familia y una breve estancia, se volvió a marchar en su conocido objeto volante. Finalmente, el mito n." 15, publicado como Atrapando brujas en Baracoa, relata que las brujas "salían volando de Baracoa y visitaban a sus familiares en las Islas Canarias, y cuando regresaban traían plantas existentes en esas islas". De manera que no sólo hacían visitas en una u otra dirección, sino que contribuían al enriquecimiento de la flora local. Como podemos observar, ei móvii de ios tres uitimos mitos es la familia y sus necesarias relaciones, ya sean conyugales o filiales, condi-cionado por la separación que genera el proceso emigratorio. Tanto en el caso de la emigración golondrina (mito 8) como en la que se asienta definitivamente en el país receptor (mito 9) se aprecia el grado de añoranza como reiteración permanente en la mente del emigrante, ya sea en su pensamiento cotidiano durante el estado de vigilia (momento en que se efectúa la narración de contenido mítico), como durante los sueños y sus posibles interpretaciones posteriores como si hubieran sido estados de vigilia asociados con el mundo mágico de las brujas. El proceso migratorio Canarias-Cuba no sólo condicionó un trasvase del pensamiento mítico a partir de las circunstancias socioeconómicas que impulsaron el tránsito interoceánico, sino que conjuntamente generó nuevas recontextualizaciones del mito de las brujas en las áreas de asentamiento de los inmigrantes, así como nuevas interpretaciones o desmitificaciones por los canarios y sus descendientes. Aunque el mito de las brujas perdura generalmente en la cultura cubana de tradición oral como dgn "ya pzsadd' -según insiste!! !es idcmm?es=, se mu~tiene vivo en tanto narración en tiempo pretérito, como algo ocurrido a perso-nas vivas muy ancianas o a los ascendientes o vecinos de los entrevistados, cuyas edades casi siempre rebasan el medio siglo. Jesús Guanche Pérez ANEXO l. Las isleñas son las que salen bruja9O Mis padresa' eran de Bahía Honda, Pinar del Río y ellos sí conocían algu-nos cuentos de brujas. Nunca las vieron, pero recuerdo que esas brujas eran de Islas Canarias. Venían volando y se iban volando. Yo no se si tenían alas para venir desde tan lejos, pero casi siempre venían a hacer maldades y si podían se llevaban a algún muchacho. Papá siempre decía que las isleñas son las que salen bmjas. 2. Lo bruja isleña que se convertía en gatoBZ Había una familia que oía todas las noches maullar un gato. Miraban dentro de la casa y no lo "vían". Miraban por todo alrededor y tampoco lo "vían". Una vez, al abrir la puerta, se col6 dentro un gato negro que los ojos le relampagueaban. Todos se asustaron y alguien cogió un palo y se lo tiró, tan fuerte, que el gato salió renqueando una patica alante. Al día siguiente vieron una isleña que vivía cerca, tenía un golpe fuerte en el hombro, de la misma parte que el gato tenía la pata herida. Le preguntaron qué le "bía" pasado y no supo explicarlo. Lo que pasa es que la isleña era bruja, y se convertía en gato para meterse en las casas, por eso recibió el palo que le dieron al gato. 3. Las brujas canarias golpean a un joven por no servir al Reya3 Una vez en una casa de ia finca de fivero, aonae vivía Pancho Sonzáiez, hicieron una junta para cobijar, y después de comer estaban las personas mayo-res jugando brisca. En la familia había un joven sobrino de unos quince años, recién llegado de las Islas Canarias. Este había venido al cumplir los catorce, Presencia canaria en la mitología cubana: ... 1245 porque la familia no quería que pasara el Servicio MilitaP. Pero en Canarias consideraban que él debía servir al Rey, y no estaban conformes. Resulta que los que estaban jugando brisca, tuvieron deseos de tomar café y mandaron al joven a que moliera un poco para colar. Al rato, se dieron cuenta que no se oía el ruido del molino, ni ruido alguno en la cocina. Pensando que se hubiera dormido, o le hubiera dado una fatiga, fueron a ver y no estaba. Lo buscaron por todos los contornos de la casa durante la noche y la madrugada, y allá al amanecer, sintieron unos quejidos por una peña. El pobre muchacho estaba sin conocimiento, todo lleno de espinas clavadas y "agolpeado" por todas partes. Lo llevaron a la casa y lo curaron. Cuando volvió en sí explicó que al comenzar a moler el café se le aparecieron varias brujas que cargaron con él para el monte, lo golpearon y lo despeñaron por el risco, diciéndole: -"Esto te pasa por no servir al Rey"; y que él conoció por la voz a una vecina de Canarias que era bruja. 4. Las brujas canarias convertidas en chiva$= Según la informante, esto le pasó a un tío, hermano de su abuelo. -Mi tío vino de Canarias dejando allá una novia. Aquí la olvidó y se casó y tuvo hijos. Resulta que un día iba por la orilla del mar con otros amigos que habían salido con él a pescar. Entonces vieron que venían hacia ellos un montón de chivas, en forma agresiva. Los demás huyeron pero él comenzó a tirarles piedras y palos, pero nota que no las alcanzan, que rebotaban, y que ellas seguían para encima de él. Entonces se "volteó", y se dio cuenta que aquello no era normal y que algo malo estaba pasando; sacó su cuchillo, hizo una cruz en la arena y lo clavó en el medio de ella. Enseguida las chivas se convirtieron en mujeres isleñas que eran brujas, y él reconoció alguna vecina de su novia, que venía a tomar venganza de él. Todas cayeron al suelo, hincadas delante de la cruz, suplicándole que las liberara. El pensó que podían llevarse a uno de sus peque-ños hijos y les hizo jurar por el diablo que no volverían a meterse con él ni con ninguno de sus &jos, ni volverían a Cuba. Entonces las mandó para Canarias. Pero el esposo de una de ellas, que la había "echado de menos", cuando se enteró que su mujer era bruja, y que había venido hasta Cuba para hacer daño, tdL, de la C*a Se 'je -iCómo podían viajar tan lejos? Porque se untaban ungüento en los soba-cos, las corbas y las "~oyunturas"y~ ~de cían: "De Canarias salgo y en Cuba caigo". Las brujas hacían sus reuniones sobre las matas de ceiba. Muy temible es tambien la brujería de los isleños -naturales de Cana-rias-, quienes nos han transmitido gran número de supersticiones y "que 1246 Jesús Guanche Pérez vuelan -las isleñas- como los brujos de Angola", aunque no chupan sangre [...l. Se dan tres palmadas en los muslos y diciendo: "Sin Dios ni Santa María. Sin Dios ni Santa María. A la zánga no má, con ala va, con da viene", levantan el vuelo. 6. Viaje a Cuba de una bruja canaria engañada por su Vuelan las isleñas [...] yo se lo puedo j w . Vuelan montadas en escobas y vuelan sobre el mar. Mi abuelo era de Canarias. Vino a Cuva a trabajar la tiem y compró dos o tres esclavos y una negra. Y pasó lo de siempre ... : que la negra amaneció en el catre del amo y empezó a darle hijos. Esa negra, que era conga, de Loandam, fue mi abuela. El abuelo mío había dejado una mujer legítima en Cana-rias y no se acordó más de ella. Una mañana, mi hermanita, que tenía siete años, se despertó contando que una mujer que no conocía había entrado en el cuarto y le había dicho que no se olvidara de decirle a su madre que ella había venido. Díce mi madre que aquel hombre se enferm6 de miedo. Sobre todo cuando recibió carta de Canarias en que la mujer le contaba que tal noche había estado en casa, que había visto con sus propios ojos lo que pasaba y que no había querido hacerle daño a su hija, porque era una negrita muy bonita que no tenía culpa de nada. No volvió más. Por supuesto que mi abuela, la conga, sabía muy bien lo que tenia que hacer, por su parte, para que la canaria no siguiese volando. 7. La vieja de Las Calabazas [que "había llegado de Canarias en una escoba larga y mugrienta"F Cierto día se notó la presencia de una cara extraña, que causó no poca impresión en la tranquila colonia [de Cienfuegos]. Se trataba de una mujer ya entrada en años, de aspecto sospechoso y al decir de las comadres con sus puntas y ribetes de bruja. Alta, algo encorvada, ojos pequeños y vivos, nariz corva en conversación con la barbilla, la boca sin dientes, arrugada y terrosa la piel. Dijo llamarse Belén, y en lo sucesivo por Señá o Na Belén fue por todos conocida. Estableció sus reales en el barrio de Las Calabazas, por eso también se la conoció por la "Vieja de las Calabazas". La presencia de Ña Belén inquietó por unos días y dio materia de chismorreo a las comadres y aún fue el tema de conversación de las personas sesudas. Nada se sabía acerca de su procedencia. Mientras unos aseguraban que era una infeliz que en busca de mejor suerte había venido del poblado de Yaguaramasg', cabalgando en un buey, que era toda su hacienda, otros, dando ya por seguro que se trataba de una bruja, afirmaban muy formalmente que un sábado por la noche había II---A- J- ri..--L-" ---*..A- ^^ ..-.. -..-.-.L.. l,.-r- I I G ~ ~ UUGU L a l a u a b , uwumua GLI uua C i w w u a LuLja y.. I I IUL~LLGI IL~ . Lo cierto es que Ña Belén no fue una carga para nadie y que no hubo motivo para echarla del pueblo, con disgusto de los que, considerándola como verdadera bruja, hubieran deseado verse libres de su poca agradable presencia. Presencia canaria en la mitología cubana: ... 1247 ~a n á b a s ela subsistencia ejerciendo el oficio de lavandera y practicando el siempre socomdo de curandera, y como tal llegó a adquirir tanta fama, que fue una competidora temible de los primeros médicos que tuvo la colonia, D. Domingo Mongenié y D. José Vallejo y del boticario D. Félix Lanier. Algunos aciertos que tuvo al principio Ña Belén, debidos más a la casuali-dad que a su saber, le dieron gran fama de. curandera, siendo creencia general que podía curar todas las enfermedades, por graves e inveteradas que fuesen. Aquellos fueron los días de gloria de Na Belén; mas jay! no tardaron por su mal en venir los de desgracia. Como a tantos otros, la fortuna, tornadiza, le volvió las espaldas. Sucedió que tomaron incremento las tercianas y las fiebres que empezaban con manifestaciones de frío, siendo no pocos los colonos atacados. Enseguida k echaron la culpa a Ña Belén. Por si esto fuera poco, le acusaron también de envenenadora y de que enfermaba a los niños con alferesías. La fantasía popu-lar, que se complace a veces en la creaGón de las mayores aberraciones, que da iuego por arúcuios de fe, supuso que iYa Beién arrebataba, ai menor descuido de las madres, a sus hijitos enfermos, y que todas las noches llegaba la vieja bruja a su miserable bohío del bamo de Las Calabazas, con una gran sarta de niños muertos o moribundos, que le colgaba[n] del brazo. Luego sometía los cadáveres a manipulaciones repugnantes y obtenía una grasa misteriosa, y con ella y ciertos signos y palabras cabaíísticas, lograba trasladarse todos los sába-des, coba!gax!e e:: !a cmsabida esccba, a !as mfis distintas regi~nes,Yn -*- l-algunos creían eran las Islas Canarias. Como es de suponer, tales versiones, trasmitidas de boca en boca y considerablemente corregidas y aumentadas, infundían alarma y terror en el corazón de las madres, que ni por un momento se atrevían a dejar a sus hijos solos, sobre todo si estaban enfermos. Es difícil prever a qué extremo de violencia hubiera llevado aquel estado de ánimo colectivo a los pacíficos habitantes del primitivo Cienfuegos, de haberse prolongado algún tiempo. Afortunadamente, de la noche a la mañana desapareció Ña Belén, sin dejar rastro, sin que nadie pudiera decir que había sido de ella, si había muerto o se la había llevado el diablo. Pero como la incertidumbre no cabe en la mente del pueblo sencillo y candoroso, enseguida vino la explicación de la misteriosa desaparición de la Vieja de Las Calabazas. Se dio por cierto y averiguado, que un sábado, en tanto se remontaba la bruja en el espacio, cabalgando en su escoba y llevando una gran sarta de niños muertos colgados de una mano, sosteniendo con la otra un enorme paraguas y rodeada de murciélagos y lechuzas, una madre que acaba de perder a su hijito, al verla, precisamente en el momento que la bruja parecía alcanzar la Luna, la conjuró con los sagrados nombres de Jesús, Man'a y José. Al instante, la maldita bmja estalló como un cohete; sus chispas roda-ron por la estrellada bóveda ceieste y se apagaron en ei horizonte. Otra explicación se dio a la desaparición de la bruja, sin que obtuviera el favor de la primera, no obstante ser más verosímil. Se mmureó que algunos vecinos que; como el resto del pueblo, achacaban a la bruja las epidemias reinantes y otros desaguisados, reuniéronse cierta noche, dirigiéndose con sigilo 1248 Jesús Guanche Pérez al bohío de la vieja, le dieron muerte y la enterraron en un lugar que más tarde ocupó una tienda de víveres que, por extraño humorismo de su propietario, le denominó con el nombre de La Vieja de Las Calabazas. Hay quien asegura que ninguna de las dos apuntadas versiones es la cierta, y que lo sucedido fue que el celoso y avisado Don Luis de Clouet, compren-diendo que era peligroso para la tranquilidad de la colonia, que continuara en ella Ña Belén, procuró convencerla de que debía abandonar aquellos lugares, pues en ello le iba la propia vida, y la vieja, prudente, aprovechó las sombras de la noche para irse sin que nadie la viera. Cuando alguna curiosa mujer preguntaba a Don Luis. -¿Y Ña Belén?, ¿qué es de ella? Respondía aquél con su castellano marcadamente afrancesado y dando a sus palabras un suave tinte irónico: ,, -Señora, la Vieja de Las Calabazas se fue, noticiándome que está dispues- D ta a volver. si la ocasión se le ofrece. para apoderarse de los niños cuyas E madres no los vigilan ni cuidan como es debido; pero yo, señora, no permitiré O n que la bruja vuelva, porque sabré impedir que las madres dejen abandonados a -- m sus hijos, castigando a la que tal haga. O E Efectivamente, la b ~ j ao, lo que fuera, no volvió a Cienfuegos mientras E 2 vivió Don Luis." -E 3 8. La mujer que viajó a Cuba con una bruja [desde Canariasp2 - - 0 m Yo vine de Canarias para acá cuando tenía trece años. Vine a trabajar el campo aquí, porque allá la cosa estaba muy mala. Hoy tengo setenta y cuatro años y me acuerdo todavía de los cuentos de brujas que se contaban en mi tierra. Aquí nada más que me enteré de uno, que me contó un paisanog3. La cosa fue que un isleño casado vino para Cuba y el cabo del tiempo se echó una mujer. La mujer propia lloraba en Canarias porque ni cartas recibía. Entonces una noche la llevaron a una bruja para que ésta le dijera qué le pasaba a su marido en Cuba. Y la bruja se untó un ungüento debajo del brazo y se fue a ver al Diablo. Y cuando llegó, el Diablo le viró el culo y la bruja se lo bes6. Y entonces el Diablo le dijo que el isleño estaba enredado con una mulata en Cuba. Entonces la bruja viró y se lo contó a la mujer y le dijo: -iQuiéres ir conmigo a Cuba a ver a tu esposo? Y la mujer contestó: -Sí. -mies, bueno, coge esta escoba y móntate en ella. Y le dio a la mujer una escoba y la mujer se montó en ella. Entonces la bruja le puso ungüento de mágica en el sobaco, y eila se lo puso también. Y en cuanto dijo: -/Sin Dios y sin Santa Marúl.m, salieron las dos volando y al cabo de unas horas ya estaban en la finca donde el marido vivía. Llegaron a la casa y la bruja Presencia canaria en la mitología cubana: ... 1249 entró en el cuarto y lo hall6 dormido junto a la mulata. Hizo así: sacó a la mulata dormida de la cama y la puso a dormir en otro cuarto. Y le dijo a la mujer: -Entra y acuéstate en la cama con tu marido ... Y así fue. Y en la oscuridad el marido trajinó con ella. Y de madrugada la bruja le dio la escoba a la mujer, y ella montó en otra, y dijo: -¡Sin Dios y sin Santa María! Y salieron volando las dos para Canarias. Y pasaron unos meses y la barriga le creció a la mujer, y ya iba a parir cuando el mando se apareció en Canarias. Y cuando la vio barrigona le dijo: -¡Traidora, me engañaste! Y ella le dijo que no. Y el marido no la creía y le pegó. Entonces la mujer fue a buscar a la bruja, y la bruja vino a ver al marido receloso, y le hizo el cuento del viaje, y cómo ella le quitó a la mulata de la cama y le metió a su mujer. Y le dijo después: -iEsa barriga es tuya! Y el isleño bajó la cabeza y cargó otra vez con su mujer. 8a. Versión canaria del mito anteriof15 [Ulna mujer recién casada, que vivía en Valle de Guerra y a la que llama-ban Rosario, tuvo que separarse un día de su marido, ya que éste emigró a Cuba para mejorar sus condiciones económicas. Una vez en Cuba, éste se puso a vivir con otra mujer, enterándose Rosario, gracias a las cartas que le manda-ba una amiga desde aquella isla del Caribe. En Canarias, Rosario acude a una vieja bruja, a la que llamaban seña Remedios, que le confía una práctica diabólica, por medio de la cual llegan'a junto a su esposo. Esta práctica consistió, en que a las doce de la noche, las aguas de la playa de La Barranquera se convirtieron en un lebidlo, en cuyo interior fueron transportadas a Cuba Rosario y seiia Remedios. Una vez en tierras cubanas, Rosario visitó a su marido, pasando la noche con él, sin ser reconocida por éste, gracias al emhmjo que poseía; A! d a las doce de !a noche del día siguiente, hora en que se rompería el embrujo, Rosario hubo de dejar tan rápidamente a su esposo que, entre abrazos y besos, le arrancó una manga de la camisa. Al parecer en la playa de Valle de Guerra, junto con su amiga seña Reme-dios, ve que todavía tiene la manga de la camisa, la cual guardó en su casa en una vieja caja de cedro. Pasado el tiempo, Rosario mostraba su avanzado estado de gestación, por lo cual fue muy criticada en todo el pueblo de Valle de Guerra. Pero a pesar de todo, Rosario dio a luz un hermoso niño al que puso por nombre José, como su marido, lo cual levantó gran indignación entre los habitantes del lugar. Ante este hecho, Rosario, sólo sufría y esperaba ansiosamente la liegada de su marido. 1250 Jesús Guanche Pérez Por fin, un día, el mando lleg6 a Canarias, e indignado también él, pidió una explicación. Rosario reunió a su esposo y a los habitantes de la zona donde vivía, y exclamó a los cuatro vientos: "Yo nunca te engañé yo siempre te he amado. ¿Pero la manga de su camisa dónde la has dejado?" Al rato, Rosario entró a la casa, y saliendo con su hijo y la manga que le había desprendido a su mando en Cuba, exclamó: "Esta es la manga que en Cuba te arranqué hoy te la devuelvo con tu hijo José." Su marido comprendió, y también comprendieron los vecinos, los cuales, "como alma que lleva el diablo", salieron de aquel lugar ante el acto de brujería. 9. El viejo que recibió a su hermana [desde Canarias] montada en una escobag6 A mí me contaba un isleño viejo, como de ochenta años, cuentos de brujas. El me dijo un mediodía en el comedor de la casa: -Este cuento es verdad. Yo vine jovencito para Cuba, con mi hijito. Nunca más regresé a Canarias. Yo tenía deseos de ver a mi familia, y un día en que estaba pensándolo vi una escoba volando, y arriba de ella venía una mujer vestida de negro. Ella llegó, saludó, iy resultó que era mi hermana que venía de mi tierra! Yo no le creía nada [continúa la informante], pero me callé. Yo era muy jovencita entonces y me gustaba oírlo. Y él me seguía diciendo: -Mi hermana me abrazó y me besó y se puso a conversar conmigo y a contarme cuentos de familia. Por la tardecita la invité a comer y me dijo que no. Se escarranchó en su escoba y desde lejos me iba diciendo adiós. Yo me crié en el campo y por allí vivía un señor isleño que le decían Cotorrón por lo mucho que hablaba. Vivía en la finca de "Palo Prieto" hace unos veinte años y era un señor de mucha edad. Siempre estaba hablando y Presencia canaria en la mitología cubana: ... 1251 haciendo historias de brujas que él daba por muy ciertas y se emocionaba muchísimo al contarlas como si se tratara de una cosa que él hubiera palpa-do. Contaba el cotorrón que el conoció a un señor que tenía una esposa que era bmja y que se juntaba de noche con muchas compañeras brujas y salían en bandadas volando, después de untarse un ungüento debajo de los brazos, sin el cual no podían volar, y salían a hacer sus fechorías. El señor amigo del Cotorrón se sentía muy mortificado porque su mujer era bruja, y un día que ella había preparado mucha comida para cuando regresara de hacer sus fechorías cenar con las demás brujas, el señor se puso muy ofuscado y envenenó la comida y al otro día la tandereta9$ de brujas amaneció muerta. La palabra tandereta él la usaba mucho y significaba lo mismo que montón, pila, bumjón. El Cotorrón también contaba que un día un señor venía del pueblo a pie paque !e habían robado el caballo y después de haber caminado mucho se encontró una mula y se montó en ella y cuando la pinchó con las espuelas la mula se convirtió en una bruja, que salió burlándose del señor. El Cotorrón contaba tantas historias de bmjas que los guajiros de la zona ya creían en ellas. En la finca de que vengo contando, "Palo Prieto", que se encuentra sólo a dos kilómetros y medio de la carretera vivía un señor que yo conocí, que le decían don Felo, que ya se muri6 hace como quince años. En una ocasión él estaba en la finca una noche y en ese momento pasaba por la carretera un carro altoparlante tocando música. El pensó que eran brujas que pasaban cantando a distancia y al otro día nos contó que le había pedido a Di6 que se llevara "a la bruja de los diablos". Por esa zona que yo me crié algunos campesinos creían que las brujas velan la caída de la noche para chuparle la sangre a las criaturas recién nacidas. [En] una ocasión una señora dio a luz y una mujer medio barbuda que había por el lugar le dio un remedio contra las bmjas, la señora hizo el remedio y una noche una bruja quiso entrar, pero el olor no se lo permitía y entonces se par6 en el techo y dicen que gritó: -Válgale a la barbuda y al atizador de rudag9. Y no pudo entrar y se fue. 1 l . Vuelo de brujas con manteca de majá [donde vivfan unas isleñitas]'" En el entronque de Manajanabol"' y la Carretera Central, en 1940 vivían unas isleñitas. A todos los muchachos nos decían la gente que eran brujas y que volaban por la noche. Se decía que se echaban manteca de majá en los sobacos, los brazos y las piernas, que se montaban en unas escobas y salían volando. 1252 Jesús Guanche Pérez 12. Francisco y su futura suegra [oriunda de canaria^]'^^ Cuenta mi abuela que en Canarias las brujas abundan. Ella cuenta la histo-ria de Francisco, un muchacho que visitaba su novia, pero que siempre que llegaba, la futura suegra se le perdía. Entonces unos amigos le dijeron que era una bruja. El se negó a creerlo y entonces uno le dijo: -Mira, para que te convenzas de que es verdad llévate una tijera en el bolsillo. Cuando vayas a tu próxima visita y veas salir a la vieja, sin que tu novia se dé cuenta clava la tijera encima de la puerta, de modo que quede en cruz, y tú verás ... El muchacho hizo la operación, y cuando la vieja regresó a su casa no pudo entrar. Entonces gritó desde afuera a su hija: -¡Mana dile a Francisco que me deje entrar! -~r anciscoie respondió: -Señora yo no la tengo amarrada ... La vieja le dijo: -Quite eso que tiene clavado encima de la puerta. Así Francisco pudo comprobar que la vieja era una bw. 13. La bruja enamorada [en una zona llena de isleños]103 Esta zona de por aquí estaba llena de isleños. Y las isleñas viejas casi todas eran brujas. Una de esas isleñas, Candelaria, se enamoró de mí. Y pasaba todas las noches volando por encima de mi casa y tocando una música muy bonita. A veces ella cantaba y su voz era fina como la de un gato. Aquella música era extraña, yo nunca he oído otra igual. Yo cogí mucho miedo porque me dijeron que si yo no la aceptaba, a los veintiocho días ella me mataba. Y me fui de allí, me fui para Santa Clara. 14. Yo me ví hechizado por las brujas [que "venían de Canarias "]Iw Dicen que las brujas venían de Canarias, aquí hay quien no cree en brujas, pero yo puedo asegurarle que sí existieron las brujas, porque a mí ellas me han embrujado. Mire, estando yo una vez en Banes, fuimos yo y dos amigos míos a un baile. La casa quedaba un poco lejos del poblao, eso era .en un campo. Cuando llegamos a la casa del baile no vimos nada de fiesta pero siempre entramos a la casa, y estuvimos hasta tarde y yo viendo que no venían los músicos ni los bailadores le digo a los muchachos: "Vámonos de aquí porque no veo nada de baile". Nos ponemos de pie y sale la vieja de la casa y nos dice: "No se vayan, muchachos, que esto se compone". Le dijimos a la vieja: "Qué va, vieja, nos vamos porque se nos hace tarde y queremos dar una vuelta' Presencia canaria en la mitología cubana: ... 1253 por el poblao". Salimos y comenzamos a caminar. Era una zona de cañaverales y teníamos que ir por un camino recto. Ya eran como las doce de la noche y no habíamos caminado cincuenta varas de la casa, cuando se nos pierde el camino y se nos presenta una bejuquera que no nos dejaba caminar. Empezamos a luchar por ver si pasabarnos, pero qué va, era imposible. Yo le digo a los compañeros: "Pero si estamos perdidos". Y ya yo estaba un poco asustado y miro a pa to los laos y era bejuquera no se veía una caña. Miro pa el cielo y me doy cuenta que la luna estaba como el día, que si se caía allí un alfiler apaecía. Seguimos luchando y medio comenzamos a cruzar la bejuquera hasta que por fin logramos salir de ese monte, pero más adelante volvimos a encontramos de nuevo la bejuquera. Comenzamos a luchar de nuevo para ver si podíamos cruzarla, pero qué va, esta vez nos fue imposible. Entonces decidimos sentar-nos y esperar que amaneciera. Pero antes que amaneciera comenzamos a oír un ruido cerquita, como si fuera un río crecido que venía bjando. Que yo recuerde por allí no había río ni la cabeza de un guanajo.Ya cuando el alba comenzaba a subir fue desapareciendo la bejuquera. Yo estaba vestido de blanco y salí de aiií como un carbón y cuando llega-mos al poblao contamos lo que nos había sucedido y nos dijeron: "Esas eran brujas, si ustedes lo hubieran sabido se hubieran quitado la camisa y se la ponen al revés y enseguida le aparece el camino pues la ropa al revés le quita fuerzas a las brujerías de las brujas". Por eso yo le aseguro que en mis tiempos si había brujas, porque a mí me pasó, pero ya las brujas se acabaron, eso fue en mis tiempos, cuando ellas salían y hacían maldades. 15. Atrapando brujas en Baracoa [que "eran de la raza de los isleños de canaria^"]'^^ Me han contado los viejos de aquí de Baracoa que las brujas sí existían, que tenían el poder de quitarse la piel y salir volando como si fueran pájaros. Hay quien dice que las brujas eran de la raza de los isleños de Canarias. Ellas salían volando de Baracoa y visitaban a sus familaires en las Islas Canarias, y cuando regresaban traían plantas existentes en esas islas. A las brujas las velaban para atraparlas, y una de las formas empleadas para ello era la siguienre: cuando ellas salían v~aLn.&,q ~ deej -han !a pie! erc~ndi-da, la gente la cogían y le echaba cenizas y cuando las brujas regresaban del viaje y se iban a poner sus pieles, no podían; y ahí mismo les echaban garras. Entonces se les daban tremendas palizas y a algunas las quemaban vivas. Otro medio para atrapar las brujas era el siguiente: se les regaban granos de mostaza en las pieles, y cuando ellas regresaban no podían ponerse las pieles hasta no recoger toda la mostaza y en ese trajín les daba el amanecer, y ahí mismo las atrapaban. Dicen que la mostaza tenía el poder de romper el hechizo de las brujas. Jesús Gunnche Pérez BUIDEM, ario S. Editonal 0, Diccionario de nombres vernáculos de vertebrados cubanos. a Academia, La Habana, 1986. B BUSTAMANLTuEis, J. Enciclopedia popular cubana, 3 tomos, Cultural S.A., La Habana, s/f. CABRERALy, dia. El Monte, Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1989. CASTELLANGOIL , José M. Quintas, prófugos y emigración. Colección Taller de Historia, 4, Centro de la Cultura Popular Canaria, Santa CNZ de Tenerife, 1990. CASTILLO WNDEZ, Francisco. "Participación de Canarias en la fundación de Matanzas", en VI Coloquio de Historia Canario-Americana (1984), Las Palmas, 1987. CIRLOTJ,u an-Eduardo. Diccionario de símbolos. Nueva Colección Labor, Bar-celona, 1985. Cuba en la mano. Enciclopedia popular ilustrada, La Habana, 1940. DONOVAFNr,a nk. Historia de la brujería. Alianza Editorial, Madrid, 1985. FAJARDSOP ~NOLFAra, ncisco. "Las Palmas en 1524: hechicería y sexualidad", en Anuario de Estudios Atlánticos, n.' 31. Patronato de la Casa de Colón, Madrid-Las Palmas, 1985. FEU~OSa, muel. Mitología cubana. Editonal Letras Cubanas, La Habana, 1985. FERNANDERZO BAINATo, más [compilación]. 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MITOS SOBRE BRUJAS CANARIAS 1.- Las isleñas son las que salen brujas. 2.- La bruja isleña que se convertía en gato. 3.- Las brujas canarias golpean a un joven por no servir al Rey. 4.- Las brujas canarias convertidas en chivas. 5.- La temible brujería de los isleños. 6.- Viaje a Cuba de una bruja canaria engañada por su marido. 7.- La vieja de las Calabazas que "había venido de Canarias en una esscoba larga y mugrienta. 8.- La mujer que viajo a Cuba con una bruja desde Canarias. 9.- El viejo que recibi6 a su hermana desde Canarias montada en una escoba. 10.- Las raras brujas de "Palo Prieto" y el cuentero isleño. I l.- Vuelo de bruja con manteca de maja. donde vivían unas isleñitas. 12.- Francisco y su futura suegra oriunda de Canarias. 13.- La bruja enamorada en una zona llena de isleños. 14.- Yo me vi hechizado por brujas que "venian de Canarias". 15.- Atrapando brujas en Baracoa, que "eran de la raza de los isleños de Canarias". Presencia canaria en la mitología cubana: ... 1. Guanche, Jesús. "Etnicidad cubana y seres míticos populares", en Oralidad, n.' 4 (en prensa). 2. Véase una amplia bibliografía al respecto en Fernandez Robaina, Tomás [compilación]. Bibliografla de temas afrocubanos. La Habana, 1985, p. 558. 3. Me efiero a la santería, el palomonte, la regla arará, las asociaciones abakuá y sus interreiaciones. 4. Cabrera, Lydia. El Monte, p. 338. 5. Véanse Francisco Castillo Meléndez. "Participación de Canarias en la fun-dación de Matanzas", en VI Coloquio de Historia Canario-Americana (1984). Las Palmas, 1987 y Jesús Guanche Pérez. Tinerfeños en la inmigración Canarias-Cuba; su contribución al periodismo. La Habana, 1991 (inédito). 6. Linares, María Teresa. Informe preliminar del estudio del folklore del Valle de Yumurí, mayo de 1970 (mecanuscrito in6dito. Cortesfa de la autora), slp. 7. Véase Germán de Granda. "Un caso más de influencia canana en Hispano-américa (Brujería "isleña" en Cuba)"; en Revista de Dialectologia y Tradiciones Popualres, tomo XXIX, Madrid, 1973, pp. 155-162. 8. Fundada en 1969 por el propio Sarnuel Feijóo, que la anuncia jocosamente como Organo del Departamento de Investigaciones de la Expresión de los Pueblos, en la entonces Provincia de Las Villas, actual Villa Clara. 9. La Habana, 1985. 10. Véase Estudios Afrocubanos. Selección de Lecturas (Compilación de Lázara Menéndez), tomo 3, La Habana, 1990, pp. 212-213. 11. Véase Estudios Afrocubanos. Selección de Lecturas (Compilación de Lázara Menéndez), tomo 4, La Habana, 1990, pp. 266. 12. Entre las muchas especies cuyo fmto se adhiere a la ropa del transeúnte sin pinchar est&n el fismodium cnwelii Britton y el Deimndium hnrh~tum ('.). 13. Entre las especies con este nombre, se conoce en La Habana al Hippocratea integrifolia, A. Rich. 14. Se refiere al monte pubiano. 15. Véase Francisco Fajardo Spinola. "Las Palmas en 1524: Hechicería y sexua-lidad", en Anuario de Estudios Atlánticos. N.O 31, Madrid-Las Palmas, 1985, p. 217. 1258 Jesús Guanche Pérez 16. Ibídem, pp. 218-219. 17. Véase en el anexo el mito 7 sobre "La vieja de Las Calabazas"; aunque en otros de los mitos sobre brujas no referidos a Canarias aparecen como "viejas narigu-das cabalgando en una escoba"; en Martínez, Florentino. Ayer de Santa Clara, citado por Samuel Feijóo, Mitología Cubana, La Habana, 1985, p. 300. 18. Véase Frank Donovan. Historia de la brujería. Madrid, 1985, pp. 96-97. 19. El amplio grado de participación femenina en la brujería ha sido ampliamen-te estudiado y se relaciona directamente con la tradición eclesiástica que imputaba a la mujer el "pecado original" (véase Iosif Grigulevich. "La prolongada caza de brujas", en Historia de la Inquisición, Moscú, 1980, p. 173). Pero al mismo tiempo representa una alternativa de libertad religiosa y de autorrealización femenina ante los múltiples tabúes discriminatorios conservados y propagados por el cristianismo. 20. Durante este período se estima que unas 500.000 personas fueron declaradas culpables de brujería y murieron quemadas en Europa, principalmente en Inglaterra, Alemania y Francia. "Sus crímenes: un pacto con el diablo; viajes por el aire hasta largas distancias montadas en escobas; reunión ilegal en aqelarres, adoración al diablo; besar al diahlo bajo la cola; copulación con íncubos, diablos masculinos dotados de penes fríos como el hielo; copulación con súcubos, diablos femeninos." (Harris, Marvin. "Escobas y aquelaves", en Vacas, cerdos, guerras y brujas. Los enigmas de la cultura. Madrid, 1990, p. 181.) Conjuntamente, "si se tienen en cuenta los parientes y amigos de las víctimas, privadas de sus bienes y posición a raíz de los procesos seguidos a éstas, el número de castigados debe calcularse por millones" (Grigulevich, 1. Op. cit., p. 183). 21. L a ;=&e, c=m= sit.xci6:: teqarg! ~ p e s t üS! dia, se BSOCC~sPli im.b6!iczüimte al principio pasivo; a lo femenino y a lo inconsciente; pero también se vincula con la fertilidad, lo negro (por analogía con la oscuridad) y con la muerte. Véanse Cirlot, Juan-Eduardo. Diccionario de símbolos, Barcelona, 1985, p. 326 y Murga, Purifica-ción (versión y adaptación). Diccionarios Rioduero, Símbolos, Madrid, 1983, p. 162. De manera particular, la actividad de las brujas se inicia desde la medianoche. 22. Por su forma cambiante, la luna también es objeto de múltiples interpreta-ciones simb6licas; entre ellas se asocia con los ritmos vitales terrestres, la fecundidad femenina y la capacidad receptiva en el contexto nocturno. Cirlot, op. cit., pp. 283-285 y Murga, op. cit., 141-142. En este sentido, las fiestas de las brujas o sabbat se celebran en plenilunio (Donovan, op. cit., p. 88). 23. Esta ave rapaz nocturna, cuya especie más común en Cuba desde la época precolombina es el Tyto alba furcata (Temrninck), se simboliza con la muerte, la noche, el frío y la pasividad (Cirlot, op. cit., p. 270); lo cual es congruente en su posible relación con el mundo fanthtico de la actividad de las brujas según la mente humana. La Biblia, que tanto influye en la cultura judeo-cristiana, la cataloga entre los animales impuros, como símbolo de las tinieblas del espíritu; pero también en un sentido positivo, como símbolo del conocimiento religioso y de la inteligencia (Murga, op. cit., p. 133). 24. Debido a su caracter ambiguo, el murciélago también presenta significacio-nes simbólicas contradictorias. Mientras en China, por ejemplo, es un animal emblemático de felicidad y larga vida; en la alquimia occidental que se asocia más al contenido del presente trabajo, tiene un sentido semejante al del dragón y al de un ser hermafrodita por ser una mezcla de pájaro y de mamífero (Cirlot, op. cit., p. 316). En la Edad Media se le consideraba un animal maligno que chupaba a los niños mientras dormían (Murga, op. cit.. p. 159); lo que se relaciona directamente con una de las Presencia canaria en la mitología cubana: ... 1259 actividades de las brujas; quienes al vincularse -según los mitos- con el diablo, éste también se representa con alas de murciélago o de vampiro. 25. Aunque a los lepidópteros diurnos se les atribuye valores simbólicos diver-sos relacionados con lo erótico, la resurrección, la inmortalidad o la felicidad conyugal; los lepidópteros nocturnos son asociados por su atracción hacia la luz o el fuego y la posibilidad de quemarse en él, como símbolo del amor místico, dispuesto al sacrificio, semejante a las relaciones m'ticas de las brujas con los demonios y la posibilidad de morir en la hoguera. 26. Este objeto de carácter utilitario es también empleado en funciones rituales para la limpieza simbólica de algunos recintos o templos dedicados a la actividad religiosa. En un sentido simbólico negativo para la cultura occidental, es el instrumen-to por excelencia sobre el que cabalgan las bmjas durante sus vuelos, tiene una significación fálica o como símbolo también de fuerzas ocultas que el propio objeto no ha podido ahuyentar y que terminan apoderándose de ellas (Murga, op. cit., p. 93). 27. La piel humana o de los animales posee varios contenidos simbólicos que no se asocian directamente con el mundo de las brujas (Cirlot, op. cit., p. 303); pero que también puede ser interpretado como la acción de despojarse de lo que ata al cuerpo, semejante a la desnudez propia de las brujas en Europa y a! mismo tiemp como actividad de liberar el espíritu para el vuelo fantástico. 28. Véase el mito "Las brujas del lechero", en Feijóo, op. cit., p. 309. 29. El majá, cuya especie más abundante en Cuba es el (Epicrates anqulifer anqulifer Bibron) se asocia con otro gran conjunto de mitos cubanos relacionados con la Madre de aguas (Feijóo, op. cit., pp. 179-221) y en menor medida con los del Güije; me refiero al mito del güije-majá (Ibídem, p. 151). Véase el mito n.' 11. 30. Véanse los mitos "La bruja que se equivocó", en Feijóo, op. cit., p. 297; "Las brujas cantoras", Ibídem, p. 318 y los mitos núms. 6 y 8 de la selección realizada. 31. Donovan, F. op. cit., p. 65. 32. Ibí&m, p. 66. 33. Esta solanácea europea ha sido cultivada en la Sección de Plantas Medicina-les de la Estación Experimental Agronómica. Roig se refiere a dos especies, Hyoscyamus niger Lin. y Hyoscyamus albus Lin. op. cit.. p. 171. 34. La especie más conocida es la kalanchoe brasiliensis, Camb. y "no tiene nada que ver [según Roig] con la verdadera Belladona, que es una Solanácea europea, el Arropa belladona, Lin."; aunque hay otras dos conocidas como Belladona de la tierra o palo de gallina (Lycium acnistoides, Gris) y Belladona de otoño o bella dama (Amaryllis belladona Lin.); Ibídem, pp. 171-172. 35. Roig, op. cit., p. 172. 36. Citado por Harris, op. cit., p. 192. 37. Donovan, F. op. cit., p. 92. 38. Según la denominación que emplea Roig son el Zephyranthes grandiflora Lindl., Zephyranthes tubispatha Herb. y el Sternbergia lutea Roem & Schult; op. cit., p. 196. 39. De la que también se conocen las especies amarilla (Zephyrantes eggersiana Urb.), americana (Zephyrantes grandifolia Lindl.), blanca (Zephyrantes atamasco Herb.) y rosada (Zephyrantes rosea Lindl.). 40. Ibídem, p. 196. 41. Se hace referencia en Puerto Padre, actual provincia de Las Tunas, al Sarcomphalus obovahci Urb., arbolito de costa, tortuoso, de madera blanca; IbGfem, p. 1%. 42. Se conoce como Doerpfeldia cubensis Urb., árbol de hojas pequeñas obovales y fruto pequeño en drupa, colectado al norte de la provincia de Holguin. 1260 Jesús Guanche Pérez 43. Es el Bastardia viscosa L.; Ibíciem, p. 385. 44. Ibídem, p. 630. 45. Véase la Enciclopedia popular cubana de Luis J . Bustamante, tomo 1, La Habana, slf, p. 278. 46. ~ o d o esl los corresponden al Ipornoea batatas, Lin; según Roig, op. cit., pp. 187-188. 47. Véase el Atlas de Cuba, La Habana, 1978, pp. 118-119 A-3, 122-123 B-7, 138-139 C-4 y C-5. 48. Este lepidóptero es clasificado entonces por el referido autor en la Familia Noctuidae, Subfamilia Noctuophalaenidae, Género Brujas Guénée. Anteriormente tam-bién es observado por Felipe Poey (1832). Guénée (1852-1857) y Ramón de la Sagra (1859). 49. Gunlach, Juan. Contribución a la entomologúl cubana, La Habana, 1881, p. 364. 50. Cuba en la mano. Enciclopedia popular ilustrada, La Habana, 1940, p. 497. 51. Véase Esteban Pichardo. Diccionario provincial casi-razonado de vozes y frases cubanas, La Habana, 1976, p. 752, cuya primera edición es de 1836. 52. Donovan, F. op. cit., p. 55. 53. Véase "Brujas en Sancu Spírirus", en Feijóo, "p. cii., p. 298. 54. VCase "La bruja de la casa elegante", en Feijóo, op. cit., p. 309. 55. Véase "El muchacho y la bruja", en Feijóo, op. cit., p. 321. 56. Véase el mito n." 2. 57. Véase "Las brujas" de Santa Clara, en Feijóo, op. cit., p. 301; donde el jinete a caballo se transforma, el primero en jinete y el segundo en escoba y salen volando. 58. Véase el mito n.' 10 sobre Las raras brujas de "Palo Prieto". 59. Véase "La bruja puerca", que al pincharla vuelve a adquirir la forma de bruja, en Feijóo, op. cit., p. 313. 60. La relación bruja-pato la veremos seguidamente en dos de los mitos publi-cados. 61. Véase "La bmja en el palo", que no se dejó rajar por el hacha; en Feijóo, op. cit., p. 312. 62. Op. cit.. p. 68. 63. Véase el mito n." 14 "Yo me vi hechizado por las brujas", y "Un encuentro con las brujas", Feijóo, Op. cit., p. 294. 64. Véase "Las brujas" [del pantano], en Feijóo, op. cit., p. 302. 65. VCase el mito n." 4. 66. Véase el mito n.' 12, "Francisco y su futura suegra". TambiCn en el mito "Mostaza y tijeras contra las brujas", la tijera se coloca "abierta en cruz debajo de la almohada" para proteger a los niños pequeños. Feijóo, op. cit., p. 308. 67. Aparece el mito "Sobre las brujas ranchueleras", Feijóo, op. cit., p. 307. 68. Es conocido el dato que durante el mes de mayo las iglesias de Tréveris, Alemania, no dejaban de repicar sus campanas durante toda la noche para proteger a la ciudad de las brujas voladoras. Donovan, F. op. cit., p. 65. 69. Véase Domingo Barbuzano. Prácticas y creencias de una santiguadora canaria. Santa Cruz de Tenerife, 1981, p. 102. 70. El empleo de granos de mostaza y de ceniza aparecen en el mito n." 15, "Atrapando bnijas en Baracoa". 71. La variante de mostaza o ajonjolí para tumbar brujas son referidas en el mito sobre "Las brujas cantoras" de Trinidad, en Feijóo, op. cit., p. 318. Presencia canaria en la mitología cubana: ... 1261 72. Este tipo de ají (Capsicwn baccatwn, Lin), sumamente picante, junto con la pimienta aparecen en el mito "Sobre las brujas" de Carnajuaní, en Feijóo, op. cit., p. 313. 73. Véase nuevamente el mito n." 15. 74. Ibídem, pp. 307-308. 75. Ibídem, p. 308. 76. Se trata del Anos discors, Linneo. Ave del orden Anser$onne, familia Anatidae, de color oscuro al dorso y blancuzco en la parte inferior; tiene una ancha banda de color blanco entre el pico y los ojos. Vive en depósitos de agua dulce y mide unos 40 cm. de longitud (Buide, M. op. cit., p. 199). 77. Ibídem, p. 308. 78. Entre La Habana y Las Palmas de Gran Canaria hay unos 7.350 km.; es decir, cerca de 4.000 Millas náuticas. 79. El orden de los mitos sobre brujas y sus versiones es de occidente a oriente. 80. Entrevista de Jesús Guanche; informante Gabriela Pérez Valle, 80 años, Mariano, Ciudad de La Habana. 81. Andrés Pérez Valle y Catalina Valle Erviti, campesinos cubanos con una familia de ocho hijos. 82. Entrevista de María Teresa Linares, Informante Ji'liarm E%rez, vri!!e de Yumurí, ~a t anz a sI.n forme preliminar del estudio del folklore del Valle del Yumarí, mayo de 1970 (mecanuscnto), slp. 83. Entrevista de María Teresa Linares, Informante Francisca Tundidor Aseinulaza, 80 años, Valle de Yumurí, Matanzas, op. cit., slp. 84. Cuba ocupó el principal punto de destino de los prófugos canrios del Servi-cio Militar durante el último tercio del siglo xrx. Véase José M. Castellano Gil. Quintas, prófugos y emigración. Colección Taller de Historia, Santa Cruz de Tenerife, 1990, pp. 94-98. 85. Entrevista de María Teresa Linares, Informante Francisca Tundidor Aseinulaza, 80 años, Valle de Yumurí, Matanzas, op. cit.. slp. 86. Se refiere a las articulaciones de brazos y piernas. 87. Entrevista de Lydia Cabrera, informante Emiqueta Herrera, Matanzas; en El Monte, La Habana, 1989, p. 34. 88. Entrevista de Lydia Cabrera; informante Calazán Herrera, Matanzas; en op. cit., pp. 34. 89. El informante se refiere a Luanda, actual capital de Angola. 90. Este relato aparece por primera vez en Tradiciones y leyendas en Cienfuegos. de Adrián del Valle, a partir de una investigación de Pedro Modesto Hernández. Véase Samuel Feijóo. Mitología cubana, La Habana, 1985, pp. 302-306. 91. Poblado que se encuentra a unos treinta kilómetros al noroeste de la ciudad de Cienfuegos. También en la provincia de Sancti Spiritus, a unos cuarenta kilómetros de la ciudad de Trinidad se encuentra otro pequeño poblado con el nombre de Yaguaramas; aunque es muy probable que debido a su cercanía, el relato se refiera al primero de ellos. 92. Entrevista de Samuel Feijóo; informante, Ceferino Rodríguez, finca La Jo-séfa, Caonao, Provincia de Cienfuegos; Ibídem, pp. 319-320. 93. Se refiere a otro residente de origen canario. 94. Esta frase se repite en otros mitos cubanos sobre brujas como el medio para emprender el vuelo en la escoba. 95. Aparece como El viaje a Cuba. García Barbuzano, D. op. cit., pp. 97-98. 96. Entrevista de Samuel Feijóo; informante Eva Fleites, Santa Clara, actual Provincia de Villa Clara; Ibídem, p.316. 1262 Jesús Guanche Pérez 97. Entrevista de José Seoane; informante, José Antonio, actor; Santa Clara, actual Provincia de Villa Clara; Ibídem, pp. 3 1 1-3 12. 98. Por tendereta; también se conoce en Venezuela: se usa como "quedar en la tendereta"; es decir, quedar tendido en el suelo y no como sinónimo de cantidad. 99. Efectivamente, la ruda (Ruta graveolens L.) tiene un olor muy penetrante y desagradable, pero es estimada para remedios caseros como fricciones y baños; tam-bién se emplea como emenagogo (lavativa o lavado intestinal); por lo que se le asocia a la sabina (Juniperus virginiana, Lin.), el azafrán (Carthamus tinctorius, Lin.) y la artemisa (Ambrosia artemisifolia, Lin.). [Roig y Mesa, Juan Tomás. Diccionario botá-nico de nombres vulgares cubanos, tomo 11, La Habana, 1965, p. 8511. En Canarias también se emplea contra trastornos en la menstruación, empacho (mala digestión) e inflamación estomacal [García Barbuzano, Domingo. Prácticas y creencias de una santiguadora canaria. Centro de la Cultura Popular Canana,*Colección Temas Cana-rios, n." l, Santa CNZ de Tenerife, 1981, p. 92. 100. Entrevista de Samuel Feijóo; informante Adalberto Suárez, Santa Clara, actual provincia de Villa Clara; op. cit., p. 316. 101. Poblado que se encuentra a unos quince kilómetros al este de la ciudad de s2!!ts C!Zra. 102. Entrevista de Rigoberto Valdés en el Municipio Camajuaní,actual Provincia de Villa Clara; Ibídem; p. 314. 103. Entrevista de René Batista; informante Anselmo Ruiz, de setenta años, po-blado de Vueltas, Municipio de Camajuaní, Provincia de Villa Clara; Ibídem, p. 315. 104. Entrevista de Lawrence Zúñiga en la actual provincia de Guantánamo; in-formante Rafael Sánchez, quien entonces tenía noventa y tres años, Municipio Baracoa; Ibídem, pp. 296-297. 105. Entrevista de Lawrence Zúñiga en la actual provincia' de Guantánamo; in-formante Rafael Sánchez, quien entonces tenía noventa y tres años, Municipio Baracoa; Ibídem, pp. 295-296. |
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