SOCIEDAD «ISLAS CANARIAS)) DE URUGUAY
(1952-1991)
La presencia canaria en la República Oriental del Uruguay no es algo
reciente, ni mucho menos. Data ya del primer tercio del siglo XVIII l . Y
así hasta el inicio de la segunda mitad de los años sesenta del presente
siglo, periodo a partir del cual la emigración isleña se hace prácticamente
insignificante. También al resto de países latinoamericanos.
Durante este largo ciclo de permanente flujo migratorio hubo de todo.
Las familias colonizadoras impulsadas por la Corona, con la misión así
mismo de servir de fuerza militar fronteriza, durante el siglo XVIII, deja
paso en la siguiente centuria a las contratas impulsadas por los hacen-dados,
donde el componente familiar sigue siendo fundamental, expli-cando
ello la reducida tasa de masculinidad, el elevado número de ni-ños
y adolescentes y su carácter permanente, como se aprecia, además,
en los saldos migratorios positivos de las estadísticas uruguayas. No
obstante, junto a esta emigración de familias nucleares, existió una
afluencia significativa de transmigrantes individuales en las edades eco-nómicamente
más productivas y más fértiles, atraídos por las oportuni-dades
agropecuanas del país, a su vez, alentadas por agentes reclutadores
que actuaban para las compañías navieras o respnsabilizándose de colo-carlos
en el mercado laboral uruguayo. Pese a lo expuesto, Cuba y
Venezuela fueron los dos espacios que concitaron las preferencias
emigratorias canarias durante el ochocientos 2.
Ya en el siglo xx, los canarios emigran mayoritariamente al UN-guay
de forma individual, lo que determina una emigración de carácter
estaciona1 y con mayor índice de masculinidad. Por otro lado, sigue
ocupando un papel escasamente relevante dentro del flujo total de sali-
398 Inmaculada Martínez Gálvez - Valentín H. Medina Rodríguez
das hacia las repúblicas latinoamencanas. En efecto, Uruguay se sitúa
detrás de Cuba, Venezuela, Argentina y Brasil; por tanto, con unos apor-tes
reducidos, lo que nos permite explicar, en gran parte, la escasa inci-dencia
del asociacionismo en esta República. Así, por lo que sabemos,
fueron creadas dos sociedades (de carácter regional) por la colonia ca-naria:
una, durante finales del primer tercio 3; y la segunda, la asocia-ción
que nos ocupa. La primera llevaba el nombre de Asociación Cana-ria
del Uruguay. Su inauguración se llevó a cabo el 26 de marzo de
1927 4, en Montevideo, donde se localizaba lo más dinámico de la in-migración
isleña y emulando, además, el espíritu asociacionista de sus
conterráneos afincados en Cuba, Venezuela y la Argentina 5. Tuvo su
sede social en la calle Minas, número 2919 6. La acogida que tuvo en
Canarias fue muy buena, como lo demuestra este comentario del perió-dico
El Defensor de Canarias (Las Palmas de Gran Canaria) ':
El 4 de mayo de 1952 se reúne un pequeño grupo de canarios,
inmigrados en años anteriores, con la intención de conversar sobre las
posibilidades de organizar una asociación que agrupase a éstos, con el
objetivo de mantener las tradiciones y costumbres de las Islas. La con-gregación
se efectuó en un local céntrico de Montevideo, que atiende al
nombre de La Pasiva; donde se reunían intelectuales y actores de la
bohemia cultural capitalina.
En este primer encuentro se acuerda convocar, a la colectividad is-leña,
a una primera asamblea general. La misma se lleva a cabo en los
salones del Centro Gallego, bajo la presidencia del Sr. Francisco Mora-les
Aguiar, que posteriormente sería nombrado primer presidente y cuya
residencia particuiar sirvió como centro de reunión cie la Somisibn Cje-cutiva.
Después de un período de estrecheces, pero de continua captación
de socios, se logra alquilar una casa que funcionará como sede social,
sita en la calle Burgues, de la capital uruguaya. Pero no sería la defini-tiva.
Con posterioridad se alquiló otro nuevo piso, esta vez en una zona
más céntrica: en la caiie La Paz. Ante ia continua necesidad de dejar
estos alquileres a petición de los dueños, se pensó que lo mejor sería
Sociedad «Islas Canarias» de Uruguay (1952-1991) 399
adquirir una casa en propiedad. Tal hecho aconteció en el año 1963, esto
es, habían transcurrido doce años desde su nacimiento. Se trataba de una
vieja casona, en la calle Avda. Millán 3408, en la zona residencial del
Prado; la cual se fue rehabilitando, poco a poco, con la participación de
los asociados que iban aportando sus conocimientos técnicos, en unos
casos, o su simple fuerza de trabajo, en otros. Continúa, actualmente,
siendo el local social.
Para su adquisición se tuvo que recumr, así mismo, a la puesta en
venta de bonos de valores reembolsables, que en su mayoría fueron
donados por los socios y colaboradores. La campaña llevaba el signifi-cado
apelativo de Pro-Sede Propia.
La trayectoria de la sociedad no ha sido regular. Podemos dividir
su evolución en tres fases bien definidas:
- Período de entusiasmo y consolidación de la agrupación entre las
asociaciones españolas y extranjeras, y que se extiende hasta el año 1962.
Una personaiidad desracó aurante este periodo: ia dei historiador David
W. Fernández.
- Desde 1963 se produce una crisis en su afiliación (por la pérdi-da
de poder adquisitivo, el retorno de muchos canarios a las Islas), que
se prolongará durante años, coincidiendo con el grave deterioro econó-mico
por el que atraviesa la República, lo que hizo que las autoridades
del país limitasen las entradas exclusivamente a los familiares y al per-sonal
calificado.
- Ya en la actualidad, el estancamiento que vive la entidad es muy
importante. La explicación reside en que hoy día las diferentes genera-ciones
de canarios y descendientes, esto es, las tres primeras cohortes,
aunque más la última, se encuentran desmotivadas para acercarse a la
sociedad, disfrutar de ella y ayudar a engrandecerla; demostrando una
gran asimilación a la civilización y al modus vivendi uruguayo. Pero los
problemas por los que pasa en la actualidad no son de su mera exclusi-vidad.
Efectivamente, el caso es que tal fenómeno se extiende al con-junto
de las sociedades españolas. En este punto es necesario llevar a
cabo un plan de choque, donde la ayuda del Gobierno español, entre
otras, se hace imprescindible.
11. ' OBJETIVOS
Los objetivos que la asociación persigue, en el momento presente.
se concretan en:
400 Inmaculada Martínez Gálvez - Valentín H. Medina Rodríguez
«a) Favorecer las relaciones sociales, culturales, recreativas y
deportivas entre los canarios residentes en el Uruguay, y propi-ciar
el acercamiento en todos los sentidos entre esta República y
las Islas Canarias.
b) Proporcionar a sus asociados las reuniones y recreos usua-les
en los centros de esta índole.
c) Prestar ayuda moral y material a los comprovincianos que
la necesiten, en cuanto lo permitan los medios de la Sociedad.
d) Establecer una Sección Mutualista en cuanto las finanzas de
la Sociedad lo permita, con el objeto de crear socorros médicos,
sanatorios, seguros, y cooperativas de consumo. La efectividad de
esta disposición quedará supeditada en todo caso al previo cum-plimiento
de todas las formalidades legales correspondientes, des-pués
que sean aprobadas por una Asamblea General los Reglamen-tos
especiales que hayan de regir dicha Sección.
e) Difundir entre propios y extraños el conocimiento de las
Islas Canarias por medio de diarios, revistas, etc., y estimular en
todas formas la expansión educativa y cultural de sus asociados».
Unas finalidades que se han ampliado desde las cuatro iniciales; a
saber:
l." Propagar la música y el folclore del Archipiélago.
2." Apoyar a todos los canarios que llegaban al país, ayudándolos
a ubicarse laboralmente y protegiéndolos de cualquier adversidad.
3." Favorecer las relaciones sociales y culturales entre los inmi-grantes
isleños.
4." Potenciar el acercamiento entre Canarias y el Uruguay.
111. ACTIVIDADES 'O
Con respecto al desarrollo musical, se llegó a crear una rondalla y
un conjunto folclórico (de nombre Islas Canarias), viviendo ambos épo-
L--a-> u2c- g1UIlQ. E¡ p i e ~ i i g id~e! c~iijüfitvh e :a! +¡e, contimomente ero
invitado, por todo el país, a actuar en la televisión, en centros cultura-les
y a participar en eventos benéficos. Dentro de los mismos, podemos
mencionar: actuaciones en el Hospital Psiquiátrico Vilardebó; en cen-tros
de lucha contra el cáncer y la tuberculosis; en el Hospital de Clíni-cas;
en el Asilo de Ancianos Piñeiro del Campo;. en el Hogar Español
de Ancianos; en las escueias progiail,as & apoyo ,piu-U des&Tal:G
de la Hispanidad; etcétera. Como solista del grupo destacó Andrea Pérez
Sociedad «Islas Canarias* de Uruguay (1952-1991) 40 1
Rodríguez, natural de Tinajo (Lanzarote); por otra parte, excelente in-térprete
de la música popular del archipiélago.
En el campo deportivo, en estos momentos la agrupación cuenta con
un competitivo equipo de balompié; que ha alcanzado el triunfo en va-rias
competiciones.
También destaca con la apertura permanente de su biblioteca, que
lleva el nombre del Dr. Alfonso Espínola (filósofo canario de gran pres-tigio),
con importantes fondos sobre la realidad uruguaya, canaria en toda
su diversidad, y española en general. El origen de la misma se debe a
las donaciones efectuadas por el Gobierno español y de los familiares
del Dr. Rafael Rodríguez, natural de Las Palmas de Gran Canaria. En-tre
sus actividades ha sido habitual incluir ciclos de conferencias; con-cursos
literarios y exposiciones pictóricas y escultóricas.
En el capítulo de fiestas, las comisiones de damas siempre han puesto
un máximo interés en la difusión de actos musicales, teatrales, folclóricos,
fiestas infantiles, comidas típicas canarias, competiciones deportivas,
excursiones al campo, exhibiciones cinematográficas ...
Su aportación también se extendió al archipiélago, ya que en 1963
donó a la ciudad de La Laguna la Cabeza de Artigas, obra llevada a
cabo por el escultor y dibujante Juan Martín Ramos, natural de Santa
Cruz de Tenerife.
IV. FUNCIONAMIENTO "
Los Estatutos actuales de la sociedad la estructuran de la siguiente
manera:
- Capítulo primero: Objeto de la Asociación.
- Capítulo segundo: De los Socios.
- Capítulo tercero: De la Comisión Directiva.
- Capítulo cuarto: De la Comisión Fiscal.
- Capítulo quinto: De las Asambleas.
- Cq i t u ! ~s exts: Ee !as Asaddeas Odn~ui a s .
- Capítulo séptimo: De las Fiestas.
- Capítulo octavo: De los Juegos.
- Capítulo noveno: Disposiciones Complementarias.
Grosso modo, una vez recogidos los objetivos de la sociedad, pasa-mos
a describir los aspectos más esenciales de los restantes capítulos
dei Regiamento, con sus respectivas normas.
402 Inmaculada Marrínez Gálvez - Valentín H. Medina Rodríguez
Los socios activos, individuos de ambos sexos, «propietarios de la
Sociedad» (junto a los fundadores), están constituidos por «canarios y
descendientes de canarios hasta biznietos que hayan cumplido dieciocho
años de edad»; por los «socios suscriptores (aquellos que no son cana-rios
sin hacer distingos de nacionalidad) que hayan cumplido en esta
categoría dos años consecutivos»; y por los socios honorarios, «desig-nados
por (las) dos terceras partes de la Asamblea General, proposición
de la Comisión Directiva». Pagan una cuota mensual, la estipulada en
cada momento, y «tienen voz y voto en las Asambleas y son elegibles
m para miembros de la Comisión Directiva y de las otras Comisiones que -
pudieran formarse». Quedan prohibidas sus manifestaciones políticas, E
religiosas y de carácter insularista. Se pierde la condición de asociado O n
por «falta de pago de tres mensualidades vencidas y no abonadas den- -- m
tro de los quince días de habérseles pasado nota por Secretaría» o «por O
E
suspensión temporal o eliminación acordada por la autoridad social, a E
2
causa de infracciones» cometidas en contra del Reglamento. -E
3
E
Encargada de la Dirección y Administración, se compone de un O
Presidente (a quien corresponderá «representar a la Sociedad en todos n
10s actos dentro y fuera de la Institución; firmar las actas y demás do- -£
a cumentos; y, en unión del Tesorero y Contador el retiro de fondos de l
donde estén depositados. Convocar las sesiones ordinarias y extraordi- n
n narias de la Comisión Directiva y las Asambleas Generales. Abrir, ce-rrar
y suspender las sesiones, en este último caso si no se opone por 5
O
mayoría los demás miembros de la Comisión Directiva. Dirigir las dis-cusiones,
concurrir al local social dos veces, por lo menos, por semana,
y presentar, en cada Asamblea Oidiiiaiia una Memoiia sobre e: estado
y marcha de la Sociedad, firmar las actas, escrituras públicas y demás
documentos*); un Vicepresidente (que «reemplazará al Presidente en
ausencia de éste teniendo iguales derechos y deberes. También ocupará
la presidencia cuando en alguas de las sesiones el Presidente quiera to-mar
parte en la discusión»); un Secretario (el cual firma «con el Presi-dente
las actas y demás documentos de ia Sociedad. (Le~antaija s actas
de las sesiones de la Comisión y Asambleas, (y deberá) leerlas para su
aprobación. Cuida escrupulosamente el Archivo de la Sociedad. (Levanta)
Sociedad «Islas Canariasu de Uruguay (1952-1991) 403
un Libro registro de socios, expresada la fecha en que ingresen, los
méritos contraídos y demás observaciones referentes a bajas, ausencias,
etc,. (Convoca) a la Comisión por indicación del Presidente o cuando
se lo piden cuatro miembros de la misma. (Expone) en el cuadro de aviso
de la Sociedad, un resumen del movimiento de socios, indicandolas al-tas
y bajas habidas y el saldo de socios existentes»); un Prosecretario
(que se encarga de «pasar el Libro de Actas, las actas de las sesiones
de la Comisión Directiva, y (presta) colaboración al Secretario cuando
las tareas de la Secretaría se vean alteradas por trabajos extraordinarios
de la misma, reemplazando al Secretario en ausencia de éste, teniendo
los mismos derechos y deberes»); un Tesorero (ocupado en «cuidar de
los fondos de la Sociedad. Firmar los recibos. Recaudar los ingresos.
Verificar los pagos, encargándose de satisfacer todas las obligaciones
aprobadas por la Comisión Directiva, según este Reglamento. Llevar un
Libro de Caja, en el que se consignarán las entradas y salidas, detallan-do
con claridad la procedencia y destino de las cantidades. Numerar por
orden los recibos pagados, reuniéndolos por meses. Firmar en unión del
Presidente o el Contador el retiro de los fondos donde estén deposita-dos.
Hacer los pagos, previo recibo intervenido por el Contador, y dará
mensualmente a la Comisión Directiva un estado de cargos, data y exis-tencia,
que, aprobada por ellai será expi~esroe n e1 cuadro de anuncio y
poner a disposición del Contador el Libro de Caja, cuando éste lo soli-cite
para tomar nota de sus asientos. Verificar los recibos mensuales a
fin de que a los socios que adeuden tres meses vencidos se les mande
la carta recordatoria con arreglo al Art. 9 Inc.a.»); un Protesorero (con
«las mismas obligaciones que el Tesorero en su ausencia»); un Conta-dor
(el cual tiene asignado «intervenir en las entradas y salidas de fon-dos.
Llevar los libros necesarios para la contabilidad, haciendo asientos
claros y precisos que demuestren con facilidad el estado financiero de
la Sociedad, a cuyo fin cuidará de que mes a mes, y sin retraso, apa-rezcan
las escrituras correspondientes en un Diario, un Mayor y los li-bros
auxiliares respectivos. Presentar al Secretario, cuando éste tenga que
escribir dguria rnenioria o informe acerca de !a Sociedad, todos ios ciatos
que necesite. Formará además, en el correr de los primeros días de Di-ciembre,
el Balance General de Libros por medio del inventario corres-pondiente,
que representará la situación de la Sociedad al terminar la
administración de cada Comisión Directiva»); un Bibliotecario (a quien
corresponde cuidar «de los libros, etc., que posea la Institución, esta-biecera
ei horario de ia Biblioteca, y de acuerdo con la Comisión Di-rectiva,
la forma en que deberán facilitarse los libros a los socios. Al
abandonar el cargo entregará al Bibliotecario entrante el Inventario de-
404 Inmaculada Martínez Gálvez - Valentín H. Medina Rodríguez
tallando los efectos a su cargo*). Y, por último, termina de conformarla
tres Vocales).
Étnicamente, la Directiva deberá estar constituida, al menos, por seis
canarios o descendientes de los mismos. Los socios activos no canarios
no podrán ser más de cinco. Su reelección será anual, «pudiendo ser
reelectos los miembros salientes por un nuevo período cuantas veces sean
propuestos por la masa social». Además, la Asamblea General designa-rá
once suplentes, «de los cuales por lo menos seis serán canarios nati-vos
o descendientes de canarios*.
Por lo que se refiere a sus atribuciones y deberes:
«a) Cumplir y hacer cumplir este reglamento y las demás dis-posiciones
que dicten.
b) Tomar las medidas necesarias para la conservación y pro-greso
de la Sociedad; dentro de lo que establece este reglamento.
c) Representar a la Sociedad, por sí o mediante delegado.
d) Nombrar, suspender, o sustituir a los empleados, y fijarles
los sueldos y deberes.
e) Nombrar comisiones especiales entre los socios para fines
que ellas determine, así como comisiones de señoras o señoritas que
se consideren convenientes. Todas estas comisiones dependerán en
sí de la Comisión Directiva, la que tendrá como delegado en cada
una de ellas a un Directivo para su mejor funcionamiento.
f) Autorizar las fiestas, reuniones, etc., de la Sociedad, con-templando
la situación financiera de la misma.
g) Contratar el servicio de cantina o bar de la Sociedad, cuan-do
las circunstancias lo permitan, debiendo hacerse por escrito el
convenio con el cantinero, por el plazo de dos años, prorrogables
a criterio de.la Comisión Directiva. La cantina se otorgará por li-citación.
Si uno de los postulantes fuera canario en igualdad de
condiciones, se le dará preferencia. Todo miembro socio Directi-vo
en ejercicio, que sea beneficiado con la adjudicación de la can-tina
dejará automáticamente de serio, así como tambien ningún
empleado al servicio de la Sociedad que sea socio activo, podrá ser
Directivo ni pertenecer a Comisiones auxiliares de la misma.
h) Corregir y aun castigar las faltas cometidas por los socios,
según su criterio, pudiendo llegar hasta la expulsión. En este caso
el acuerdo debe ser tomado por unanimidad de los miembros pre-sentes.
Un asociado que haya sido sancionado por la Comisión
Directiva con una pena de más de tres meses de suspensión, o
expulsado, tendrá el derecho de recurrir ante la Asamblea Gene-
Sociedad nlslas Canarias» de Uruguay (1952-1991)
ral, para lo cual podrá presentar un escrito apelando de la resolu-ción
que lo afecta, dentro de los seis días hábiles, a contar a par-tir
de la notificación personal que se le haga de la sanción. Inter-puesto
el recurso en la forma y tiempo indicado, la Comisión
directiva deberá convocar a la Asamblea dentro de los diez días
de recibido aquel petitono fijando una fecha dentro de los 30 días
a contar de la misma, para que se realice efectivamente. Interpuesto
el recurso la pena queda suspendida hasta el fallo de la Asamblea
General que será inapelable.
i) Convocar a las Asambleas, por su iniciativa o cuando lo
solicite un mínimo del diez por cientos de socios activos, no pu-diendo
en este caso excusarse de hacerlo por ninguna razón.
j) Hacer constar sus acuerdos en el LIBRO DE ACTAS de
sus sesiones, que serán ordinarias o extraordinarias, debiendo te-ner
lugar !a primeras una vez por remma, y !2s segi'nd.i siem-pre
que las convoque el Secretario por determinación de sus miem-bros,
haciendo constar la convocatoria el orden del día y la hora
precisa de la sesión.
k) Formar un Reglamento de la Comisión, por el cual se re-girá
una vez aprobado por la misma.
:j ~ i i ~ e , y ~ ; ~R- e g:ameli;us e= caSu & dü&, siendo v&i-da
su interpretación mientras no resuelva lo contrario la Asamblea
General.
m) (sic) Nombrar una Comisión Especial de Recepción entre
los socios de la Sociedad por el tiempo que estime conveniente la
que tendrá a su cargo recibir las personas que concurren a las fies-tas
sociales, identificación de las mismas y la conservación del
orden. Esta Comisión estará investida en el ejercicio de sus fun-ciones
de las mismas atribuciones que la Comisión Directiva.
n) Resolver sobre la contratación de préstamos hipotecarios.
En efectivos y10 Títulos, enajenaciones, gravámenes y en general
sobre todo acto de disposición patrimonial».
Se compone «de tres titulares y tres suplentes», con un mandato
anual, y la posibilidad de su reelección total o parcialmente. Su elec-ción
corresponde a la Asamblea General ordinaria. Como finalidad tie-ne
«el de fiscalizar las cuentas que rinda la Comisión Directiva>>. Ac-tuará
cuando lo considere oportuno y sólo de manera especial será
406 Inmaculada Martínez. Gálvez - Valentín H. Medina Rodríguez
convocada por la Comisión Directiva, «al terminar su período o cuando
lo crea oportuno y necesario».
Pueden ser ordinarias y extraordinarias. Las primeras se realizan en
el mes de diciembre de cada año; las segundas, a su vez, podrán con-vocarse
en cualquier época, a través de la Comisión Ejecutiva y bajo su
presidencia, bien por su propia iniciativa o bien a petición del 10% de
los socios activos. Las competencias que aglutina son: «a) Otorgar po-deres
especiales a la Comisión Ejecutiva; b) modificar este Reglamento
por dos tercios de votos presentes en la Asamblea, convocada a los efec-tos
exclusivos del mismo; y c), decidir en los casos de resoluciones de
la Comisión Directiva a que se refiere el art. 24 inc.n».
En el apartado concreto de las Asambleas Ordinarias, ya hemos in-dicado
que su celebración es en diciembre, donde la Junta Directiva
saliente pondrá en conocimiento de los socios activos asistentes el re-sultado
económico de su gestión y una Memoria que recoja el estado
de la asociación. Durante su desarrollo podrán los asociados exigir cual-quier
tipo de información; se procederá a la elección o reelección de la
Junta Directiva, que ha de ser por mayoría de votos, emitidos de forma
secreta por medio de papeletas. Y para velar por la pureza de la elec-ción
se formará una Comisión de Escrutinio, integrada por tres miem-bros.
Serán celebradas por la Comisión Directiva, quien podrá invitar a
las personas que estime conveniente, a excepción de aquellas otras que
hayan sido expulsadas de la sociedad o con «antecedentes sociales poco
nonorabies».
La Comisión Directiva fijará todos los reglamentos para el buen
cumplimiento de las diferentes diversiones. Aparte de los socios acti-vos,
«tienen libre entrada al local social los miembros de Sociedades
Canarias en el extranjero, que así lo acrediten mediante documento per-
Sociedad «Islas Canarias» de Uruguay (1952-1991) 407
sonal, con las cuales la Institución tenga establecida relaciones de reci-procidad,
mientras tengan carácter de transeúntes, pero cuando dejen de
tener esta Condición, tendrán la obligación de hacerse socio, para seguir
disfrutando de los beneficios de la Sociedad».
g) DISPOSICIONECSO MPLEMENTARIAS
Se resumen en los siguientes puntos:
- «La Asamblea, fiestas, etc., serán comunicadas a los socios
con la debida anticipación en circulares enviadas a cada uno de
ellos, indicando fecha, motivo de la fiesta, etc.
- Queda absolutamente prohibido prestar objetos pertenecien-tes
a la Sociedad, excepto libros, cuando así los autorice la Re-glamentación
que rija para la Biblioteca, acordada por la Comi-sión
Directiva.
- Queda absolutamente prohibido en el local de la Sociedad,
la circulación de listas de suscripción u otras semejantes, sin es-tar
autorizado por la Comisión Directiva.
- La Sociedad tendrá una bandera que será obligatorio usar-la
en las fiestas oficiales españoles o uruguayas.
- La sociedad no podrá liquidarse en tanto quieran continuarla
veinte socios activos, en caso de liquidación, después de abona-das
todas las deudas de la Sociedad, el remanente se donará en
partes iguales al Instituto Antituberculosos de la Provincia de Las
Palmas de Gran Canaria (sic) y de Santa Cruz de Tenerife, pero
en caso de que las leyes de la República Oriental del Uruguay lo
prohiban, el Instituto de Ciegos del Uruguay».
V. DIRIGENTES Y SOCIOS l 2
La trayectoria de la Presidencia y de la Comisión Directiva al com-pleto,
desde 1952 hasta el año 1991, última fecha de la que tenemos
noticia, es la que sigue:
- Francisco Morales Aguiar. Originario de La Oliva (Fuerteven-tura).
Dibujante. Presidente fundador en 1952. .
- José María Rodríguez y Rodríguez. Natural de Haría (Lanzarote).
Comerciante. Presidente durante los períodos 1952-53, 1954-55 y
1962-63.
408 Inmaculada Marrínez Gálvez - Valentín H. Medina Rodríguez
- Guillermo Espinosa Benítez. Originaria de Valverde (El Hierro).
Presidente en 1953.
- Ezequiel Rodríguez Peraza. Natural de Santa Cruz de Tenerife.
Presidente en los añso 1953-54, 1957-58 y 1958-59.
- Domingo Rodríguez de Vera. Originario de La Laguna (Tenerife).
Pedagogo. Presidente en el año 1955.
- José Hemández Molina. Originario de Las Palmas de Gran Ca-naria.
Educador. Presidente durante los mandatos 1955-56 y 1956-57.
- Valentín Díaz Rocha. Originario de Las Palmas de Gran Cana-na.
Presidente durante el período 1959-60.
- David W. Femández. Natural de Santa Cruz de La Palma. Pre-sidente
durante el período 1961-62.
- Germán Torres Tacoronte. Natural de Arona (Tenerife). Presiden-te
en 1964.
- Comisión Directiva en el año 1991:
Aj Directivos:
Presidente: Nicolás González
Vice-Presidente: Francisco Vergara
Secretario: Diego Quesada
Pro-Secretario: Hildo Barbusano
Tesorero: Aurelio Pérez
Pro-Tesorero: Eduardo Hemández
Contador: José Padrón
Bibliotecario: Antonio Cabrera
Vocales: Hipólito Pérez; Miguel Pérez y Antonio Cabrera
Fleitas.
B) Suplentes:
Francisco García R.
Marcelo Rodríguez
Jesús Pérez
Felipe García
José Morales Lugo
Rafael Vida1
Roberto Méndez
Alfredo Albacete
Diego León Lacuesta
Luis Hernández
Rubén Raffo
C) Comisión Fiscal:
-Titulares:
Dorita Vázquez
Sociedad «Islas Canarias» de Uruguay (1952-1991) 409
Adriana Gorga
Guillermo Vergara
-Suplentes:
Francisco Vergara
Carmen Roade
Rafael Pérez
En referencia a los socios de honor («personas con relevantes servi-cios
prestados a la Sociedad o como homenaje a sus méritos persona-les
»), la nómina es la que sigue: Ezequiel Rodríguez Peraza, tinerfeño:
nombrado en 1965; Nicolás Santiago Cabra1 Brito, grancanario, cuya
profesión fue la de maquinista naval: nombrado en 1966; Diego Quesada
y Gregorio León, nominados en 1990, respectivamente.
En resumen, pese a lo incompleto, aún, de las fuentes, podemos sacar
algunas conclusiones (no sin dejar claro que son provisionales):
í . T a s i todas ias Islas se han visto representadas en la presidencia.
Esto demuestra su vocación regional.
2." Los dirigentes pertenecen a aquel sector de la emigración más
calificado. Estamos hablando de profesionales liberales, intelectuales
(entiendendo por los mismos a escritores, periodistas, historiadores y
profesores) y hombres de negocios. Lo que coincide, plenamente, con
la situación del resto de las sociedades isleñas y españolas en general.
3." Al igual que las demás sociedades de sus mismas característi-cas,
la mujer no juega un papel relevante, ni antes ni ahora, lo que
manifiesta una concepción machista del funcionamiento de las mismas.
Nada ajeno, por lo demás, al sentir colectivo de los países iberoameri-canos.
La sociedad a lo largo de su historia contó con varias publicaciones
periódicas, aparecidas entre los años 1954 a 1964; todas ellas revistas.
Constituyendo, que duda cabe, un capítulo más del periodismo canario
en Latinoamérica y de la historia del periodismo isleño en su conjunto.
La primera en el tiempo es la revista Sociedad Islas Canarias (S.I.C.)
(Montevideo, 1954; de carácter mensual), fundada y dirigida por Fran-cisco
Morales Aguiar. Le siguieron Hespérides (Montevideo, 19551956;
de carácter mensual) y El Drapo (Montevideo, 1960- 19641, cuyo direc-tor
en sus primeros años fue David W. Fernández (1960-1962): perso-nalidad,
como hemos visto, que marcará la trayectoria de la sociedad
410 Inmaculada Martínez Gálvez - Valentín H. Medina Rodríguez
durante su primera fase. Le siguió en el cargo el profesor y periodista
santacrucero Antonio Hardisson Baudet, durante el año 1962.
En sus páginas se recogían la vida de la colonia canaria en la Re-pública
Oriental del Uruguay; se informaba de lo que acontecía en las
Islas, etcétera. Pero lo más importante de su labor, sin duda, fue el ir
consolidando la asociación, dando a conocer sus permanentes logros y
sus objetivos más importantes. Colaboradores destacados de las publi-caciones
citadas fueron los periodistas Cristóbal Arbelo Ramos y José
García Daute, ambos naturales de Santa Cruz de Tenerife, y el educa-dor
grancanario José Hemández Molina.
En la actualidad la agrupación edita, si bien gracias a la colabora-ción
desinteresada de los asociados, un Boletin Informativo; alejado de m
la mayor riqueza de edición de las publicaciones citadas y también con -
mucha menor difusión. E
O
n -
-
m
O A MODO DE CONCLUSIONES E
E
2
E 1. La sociedad Islas Canarias constituye uno de los escasos ejem- =
plos (el otro es la agrupación Asociación Canaria de Montevideo) de 3
entidades canarias en el Uruguay, debido, esencialmente, a la escasa -
presencia de isleños a lo largo de nuestro siglo. Una existencia que ya -
0m
E se prolonga, con sus lógicos altibajos, desde hace cuarenta y cuatro años.
En la actualidad lucha por alcanzar un nuevo impulso (y que no será O
nada fácil sin la ayuda exterior de los Gobiernos canario y español, y n
aun así: por el elevado grado de asimilación de la cultura y el estilo de a-E
vida uruguayos alcanzado por los naturales y descendientes isleños) que l
permita seguir preservando la identidad de lo canario, sin excluir, como n
0
es su filosofía, otras aportaciones étnicas.
2. Su creación respondió al deseo de integrar a la colectividad 3
O
canaria en Montevideo, la más numerosa, y que no contaba con una
asociación regional que velase por sus intereses, por seguir consolidan-do
sus progresos y acercarlos a la sociedad uruguaya y por ofrecer un
calor social tan necesario cuando se está a tantos miles de kilómetros
fuera de casa. Además, participaba de la realidad asociativa de otras
sociedades regionales españolas en la República y, también, de otras
canarias contemporáneas suyas existentes tanto en Venezuela como en
la Argentina.
3. Los miembros fundadores y sus dirigentes pertenecen a una élite
culta, integrada por personalidades del mundo de los negocios y del
conocimiento en general: sin duda, lo más dinámico del flujo inmigra-
Sociedad «Islas Canarias» de Uruguay (1952-1991) 41 1
torio. Lo que no viene a desentonar con el perfil de la estructura
organizativa de las restantes entidades regionales españolas. Este grupo
de influencia se convierte, así, en un conjunto socialmente hegemónico
frente al resto de inmigrantes; en un interlocutor eficaz respecto a la
sociedad receptora y con presencia, casi siempre, en otras agrupaciones
hispanas.
4. En hipótesis, el número de asociados no ha tenido que ser muy
relevante a lo largo de su historia, como resultado de lo reducido de la
colonia canaria, pero también porque los objetivos mutuales (ayuda
médica y hospitalaria) se han incorporado tardíamente: siendo, creemos,
uno de los motivos de mayor peso a la hora de buscar la integración,
en este tipo de corporaciones, por parte de los inmigrantesldescendien-tes
y nativos.
5. Dentro de la faceta cultural, resaltar el protagonismo alcanzado
por el conjunto folclórico que tanto aportó a la difusión de la música
porpiar U d archipiéiago, ei papei destacado que cumpie en ia actuaii-dad
su biblioteca con temas canarios y uruguayos y las publicaciones
periódicas que sirvieron de propaganda de la sociedad, de las activida-des
de todo tipo de nuestros paisanos y de lo que acontecía en las Islas
en unos años donde la dictadura de Franco todavía era muy dura.
6. Si bien Islas Canarias responde a un sentir regional de defensa
de lo canario (esto es, preservación de sus tradiciones y signos de per-sonalidad)
y de protección hacia los canarios, no quedan al margen de
la misma otros grupos étnicos españoles o de otras nacionalidades, que
pueden integrarse en ella e, incluso, llegar a formar parte de su Comi-sión
Ejecutiva; de la cual, por lo observado, las mujeres se han visto
relegadas.
412 lnmaculada Martínez Gálvez - Valentín H. Medina Rodríguez
NOTAS
1. ARMASM ARCELOJ,. J.: El otro archipiélago. Presidencia del Gobierno de Ca-narias,
Santa Cruz de Tenerife, 1987, pp. 46-49, 58; MART~RNU IZ,J uan-Francisco: «El
proceso migratorio Canarias-América: emigración y retorno. Las implicaciones socio-demográficas,
económicas y espaciales en uno y otro lado del Atlántico», en IX Colo-quio
de Historia Canario-Americana (1990). Tomo 1. Ediciones del Cabildo Insular de
Gran Canaria, Las Palmas de Gran Canaria, 1992, pp. 375-478, pp. 397-398, 449, 456;
MART~NEDZÍA z, Nelson: «La presencia canaria en .Umguay», en X Jornadas de Estu-dios
Canarias-América. Servicio de Publicaciones de la Caja General de Ahorros de
Canarias, Santa CNZ de Tenerife, 1990, pp. 117-136, pp. 119-123; MuSSO AMBROSI,
Luis Alberto: «Peripecias de la colonización canaria en la Banda Oriental», en IX Colo-quio
de Historia Canario-Americana (1990). Tomo 1. Ediciones del Cabildo Insular de
Gran Canaria, Las Palmas de Gran Canarias, 1992, pp. 737-756, pp. 739-741.
2. ARMASM ARCELOJ, . J.: Ob. cit., pp. 50-51; HERNÁNDEGZ ARCLAJ, ulio: La
emigración canaria contemporánea (Siglo x ~ ) .C olección Guagua, n." 64. Ediciones del
Cabildo Insular de Gran Canaria, Las Palmas, 1987, p. 18; MARTÍN RUIZ, Juan-Fran-cisco:
Art. cit., pp. 414, 417; MART~NEDZÍA z, Nelson: Art. cit., pp. 125-136; Musso
AMBROSIL, uis Alberto: «Canarios en Uruguay (1830-1850)», en VI1 Coloquio de His-toria
Canario-Americana (1986). Tomo 11. Ediciones del Cabildo Insular de Gran Ca-nariaIInstituto
de Cooperación Iberoamericana, Las Palmas, 1990, pp. 419-489.
3. No obstante, ya en 191 1, el gomero Manuel Marrero García había fundado (y
posteriormente sería su primer presidente) la sociedad Juventud Literaria, que defendía
los postulados teóricos y el carácter de movimiento de protesta que propugna el anar-quismo.
Sin ser obra de la colonia isleña, sí estuvo configurada, en su gran mayoría por
militantes canarios.
FERNANDYEZa, ik! W.: Dirciunrrin Eingr@co Cnnnrin-.Ame.ricnnn. Cahildo Ins~ilar
de TenerifeIAyuntamiento de TeguiseICentro de la Cultura Popular Canaria, Santa Cruz
de Tenerife, 1989, pp. 170-171; MART~HNE RNÁNDEZU,l ises: «Canarias y el Río de La
Palta. El encuentro de dos orillas», en X Jornadas de Estudios Canarias-América. Ser-vicio
de Publicaciones de la Caja de Ahorros de Canarias, Santa CNZ de Tenerife, 1990,
pp. 217-262, p. 247.
4. El Defensor de Canarias (Las Palmas de Gran Canaria), 17-junio-1927.
5. FFRNANDEDZ,a vid W.: Ob. cit., pp. 40: 75-76, 89. 11 l o1 17' 146. 196. 224. 238;
MART~HNE RNÁNDEUZ,i ises: Ait. cit., p. 246; MEDINA RODR~GUEVZa,k ntídh'fAR~ÍNE~
GÁLVEZ, Inmaculada: «Las asociaciones canarias en Cuba durante el primer tercio del siglo
Sociedad islas Canariasu de Uruguay (1952-1991) 413
XX» (pp. 645-662) y «Las sociedades regionales españolas en Cuba (primer tercio del siglo
xx)» (pp. 663-678), en X Coloquio de Historia Canario-Americana (1992). Tomo 1.
Ediciones del Cabildo Insular de Gran Canaria, Las Palmas de Gran Canaria, 1994.
6. La Provincia (Las Palmas de Gran Canaria), 9-junio-1927.
7. 17-junio-1927. Además de lo expuesto, otros aspectos de la sociedad son los
que siguen. Los objetivos que perseguía se pueden resumir en los siguientes puntos:
l." Fortalecer la unión entre Canarias y la República del Uruguay; 2." auspiciar los
contactos sociales y culturales entre los isleños; 3." ayudar a los inmigrantes canarios
tanto moral como materialmente; 4." permitir a los asociados de las Islas sus reuniones
y ratos de ocio; 5." crear una sección de carácter mutualista; y 6." extender el conoci-miento
sobre el Archipiélago.
Llegó a tener un importante órgano de difusión: la revista mensual Vida Canaria
(1928). Su dirección corrió a cargo de Manuel J. Saurí; Mercedes Pinto de Rojo fue su
redactora y como administrador actuó Ramón Martínez Recco. A C I R ~RNO YO,R icardo:
La prensa en Canarias (apuntes para su historia). Prólogo de Oswaldo Brito. Estudio
preliminar: Angel Benito. Editorial Confederación de Cajas de Ahorros, Santa Cruz de
Tenerife, 1986, p. 74; FERNÁNDEZD, avid W.: «Los periódicos canarios en América»,
en Revista de El Museo Canario. Números 57-64, Las Palmas de Gran Canaria, 1956-57,
pp. 157-163, p. 161; HERNÁNDEGZA RC~AJu, lio: «Prensa y asociaciones canarias en
América (siglo x r x ) ~ e, n Canarias y América. Gela, S . A., Espasa-Calpe, Argantonio,
Madrid, 1988, pp. 159-170, p. 163.
La primera Junta Directiva estuvo conformada por los siguientes miembros: Presi-dente:
Cándido López Trujillo; vicepresidente: Domingo Rodríguez Pérez; secretario:
Fernando López Perea; pro-secretario: Ramón Martínez Recco; contador: Lauro Rodríguez
Domínguez; tesorero: Juan Morales; bibliotecario: Mercedes Pinto; vocales: Rómulo
Molowny, Nicolás Cabral, Tomás Ruiz Baigorry y Fernando Morales (hijo). Destaca la
presencia de la tinerfeña Mercedes Pinto: novelista, ensayista..; en definitiva, una inte-lectual
de primera línea. Otros miembros destacados de sucesivas Comisiones Directi-vas
fueron: León Pereyra Camacho, secretario y colaborador de su revista; José Valido
Romero, presidente durante los añso 1928 y 1929; José Hernández Molina, quien poste-riormente
llegaría a ser Presidente de la sociedad Islas Canarias (1955-1956 y
1956-1957). FERNÁNDEZD, avid W.: Ob. cit., pp. 138, 223, 288; La Provincia (Las Pal-mas
de Gran Canaria), 9-junio-1927; Rodríguez Padrón, Jorge: Primer ensayo para un
diccionario de la literatura en Canarias. Colección: Clavijo y Fajardo, número 14.
Viceconsejería de Cultura y Deportes. Gobierno de Canarias, Madrid, 1992, p. 246.
8. Memoria histórica de la sociedad lslas Canarias. Documento cedido gentilmente
por doña Nena García Montes, como el resto de fuentes de la sociedad; FELIPEP ERERA,
José: «Desde Montevideo. Una institución canaria que honra en América del Sur a sus
islas», en La Tarde (Santa Cruz de Tenerife), 23-enero-1963.
9. Ibídem y Estatuos de la sociedad Islas Canarias.
10. Memnrin hirtrínca de !z sociedx! !s!nr Ciir.rrirs; F_?S ?IRIRA, J0s6: P.E. cit.;
FERNÁNDEZD,a vid W.: Ob. cit., pp. 174, 230.
11. Estatutos de la sociedad Islas Canarias.
12. Boletín de la sociedad lslas Canarias; Estatutos de la sociedad Islas Canarias:
FERNÁNDEZD, avid W.: Ob. cit., pp. 43, 75, 84, 138, 197, 256, 258-259, 282.
13. AC I R ~RNO YO,R icardo: Ob. cit., p. 74; Boletín de la sociedad Islas Canarias;
FERNÁNDEZD, avid W.: Art. cit., pp. 161-162, y del mismo autor: Ob. cit., pp. 18, 106,
133, 138; HERNÁNDEGZ ARC~AJu,l io: Art. cit., p. 163; HREGZA RC~AJ..: Fastos bio-gráficos
de La Palma. Prólogo de Juan Régulo Pérez. Tomo 11. Servicio de Publicacio-nes
de la Caja General de Ahorros de Canarias, La Laguna, 1985, p. 81.