LA FIGURA DEL MAESTRO DE OBRAS FRANCISCO
DE LA TORRE Y SARMIENTO EN EL PANORAMA
URBANO DE LA CIUDAD DE ARUCAS DURANTE
EL xix
Cn ei sigio xix, muchas de ias iocaiidaaes ae las Islas experinieri-taron
sucesivas transformaciones urbanísticas con el deseo de reflejar
el grado de cultura y desarrollo de los pueblos más avanzados.
En lo que respecta a la ciudad de Las Palmas, se originó un cre-cimiento
urbano propiciado por las leyes de la desamortización que
supuso una importante oferta de zonas urbanizables. Se remodelaron
los antiguos núcleos de la población al tiempo que nacieron otros
nuevos, fuera ya de las murallas, prevaleciendo la idea de embellecer
estos sectores instalando plazas (Plazuela de Hurtado de Mendoza),
fuentes (fuente del Espíritu Santo) y alineando nuevas calles '.
En cuanto al caso de Arucas vivió también, en la segunda mitad
del siglo xix, una renovación urbana, heredera de los ideales promul-gados
en la capital. En estos momentos, se inició en esta jurisdicción
una etapa resplandeciente. La desvinculación de las tierras del mayo-razgo,
fundado por Pedro Cerón y su esposa, doña Sofía de Sta.
Gadea, implicó la liberación de extensos terrenos que pasaron a ser
transferidos a una burguesía agraria de talante moderno. Esto signifi-có
el comienzo de un gran desarrollo agrícola con el cultivo de la
cochinilla, en primer lugar, y con el azúcar y el plátano, por último.
Los beneficios económicos obtenidos de estos cultivos posibilitaron
un considerable aumento de la población que, a su vez, se incrementó
por el importe inmigratorio procedente de las cumbres y medianías
de la isla a la Villa 2. Como era de esperar, este progreso se tradujo
en !a m+ra de !a infraestructura urbana de! centro de aquella A tí-tulo
de ejemplos, mencionaremos la construcción del Puente de Arucas
(1860), el Pilar (1874), las Casas Consistoriales (1875), el Mercado
(1882) y nuevas plazas como la de San Sebastián 3.
84 Alicia Hernández Padrón
Arucas se convirtió en una verdadera «urbe moderna)), transfor-mando
el pobre villorrio formado por humildes casitas terreras cons-truidas
en piedra y barro. Se levantaron casas de gran porte, situán-dose
en los puntos más estratégicos del casco y de algunos barrios 4.
Este crecimiento febril, que se refleja en la ejecución de numero-sas
viviendas, determinó que el Ayuntamiento de Arucas, en la se-sión
del catorce de enero de 1866, ordenase el levantamiento de un
plano geométrico encargando su trazado al maestro mayor de obras,
Francisco de la Torre y Sarmiento. Así se indica:
«...propuso el Señor Presidente, que en atención al desarro-llo
que de algunos años á esta parte se nota en la fabricación
de casas de este pueblo y vistos los muchos inconvenientes que
suelen presentarse cada vez que se ha de construir una nueva
Ghrica, (...) debe esta C~rporación acordar qüe se kvante üfi
plano general de toda la población ... »
En este proceso de cambio urbanístico jugó un significativo papel
la figura de Francisco de la Torre y Sarmiento (1827-89), hijo del
maestro de mampostería Esteban de la Torre Benítez. Llegó a figurar
como arquitecto municipal de Las Palmas, debido a que el Ayunta-miento
de esta ciudad no contó, durante determinados periodos de
tiempo, con el facultativo correspondiente para ocupar dicho cargo.
De esta forma, los maestros de obras asumieron esta función traba-jando,
como es en el caso particular de Francisco de la Torre, no sólo
en la capital insular, sino también en otros rincones de la isla como
Arucas. Aquí realizó relevantes proyectos públicos y privados 6.
Demostrada está su intervención en una de las obras que empren-dió
la Corporación municipal en 1867, nos referimos a la construc-ción
de la Casa Matadero y despacho de carnes, situada en el Cerri-llo.
La idea de construir este edificio había surgido en años anteriores
y, con este propósito, se recaudó, desde el 23 de junio de 186 1 hasta
el 22 de agosto de 1867, el cobro de un cuarto en cada libra de carne
que se despachó en la antigua carnicería. La suma total acumulada
durante ese tiempo ascendía a mil setecientos veintidós pesos, diez
reales plata y veinticuatro cuartos.
En base a estos antecedentes, en septiembre de 1867, la Corpora-ción
decidió emplear dichas cantidades en la nueva construcción por
encontrarse la actual en estado ruinoso y al estar, además, ya levan-tado
el plano y el presupuesto de la misma. Para conseguir la autori-zación
necesaria acudieron al Gobernador Civil de la Provincia 7.
La figura del maestro de obras Francisco de la Torre y Sarmiento ... 85
En cuanto al plano inicial de la obra, aparece fechado en febrero
de 1866. La confección del diseño se atribuía al maestro de obras de
Las Palmas, Francisco de la Torre 8. La razón de esta asignación y
no confirmación se debe a que el plano no está firmado. Sin embar-go,
el Presupuesto elaborado el 18 de julio de 1867 por el maestro
de obras de la localidad, Rafael Henríquez, nos aclara este aspecto
pues lo inicia diciendo:
«Presupuesto del proyecto para la construcción de la obra de
matadero y despacho de carnes de esta Villa con arreglo al pla-no
que para el efecto fue levantado pr. el maestro Titular de
obras Dn. Francisco de la Torre» 9.
El importe total del presupuesto se elevó a dos mil novecientos
cincuenta y cuatro escudos y doscientas treinta milésimas;, pero se
dedujo la cantidad de ciento cincuenta y dos escudos y doscientas
cincuenta milésimas del valor de los escombros útiles que se obtu-vieron
de la vieja carnicería que se había demolido para levantar en
el mismo lugar la nueva. En definitiva, el presupuesto general para
las obras comprendía dos mil ochocientos un escudos novecientas
ochenta milésimas.
Otro dato importante que se deduce de las partidas a las que nos
hemos referido, es que no se cobró jornales por el traslado de la can-tería,
pues ésta se extraía en el mismo sitio donde se iba a construir
el edificio 'O. Por lo tanto, el empleo de la fonolita azul venía propi-ciada
por la proximidad de ricas canteras en el Cerrillo, cuya explo-tación
se remonta a épocas pasadas.
El Gobierno Civil contesta tres meses más tarde solicitando la
memoria descriptiva y el pliego de condiciones para la subasta de
la obra, así como, los recursos que se piensan arbitrar para cubrir el
déficit que resultaba en el presupuesto de la obra. La Sala, por su
parte. acordó enviar lo pedido y reclamó que se le permitiera continuar
cobrando el cuarto en cada libra de carne para cubrir la diferencia ' l .
En marzo del siguiente año, se recibe la aprobación del gobierno,
al tiempo que se ordenó proceder al anuncio de la subasta de las obras.
El rematador fue el maestro de obras, Rafael Henríquez, autor del
Presupuesto de la construcción '*.
E1 r o l n r n n n i i o -oto mo p c t r n ~ ~ n m o f 1i '~~co T l i f ; ror ;nn~ c ~ ~ I P T ~ Q u. U W ' V 'V., YU' UUCW . L . U U U L I V U U V l l L V L l U .u0 U " . l l . # U " l V I I U Y Y U W U U
demostrado a través del hallazgo de su libreta de anotaciones, firma-da
el uno de noviembre de 1868. En ella iba especificando las canti-dades
que tomaba por cuenta de la obra y las referidas a los jornales
86 Alicia Hernández Padrón
diarios de cada trabajador. En este último aspecto, establece una re-lación
de los obreros que intervinieron en esta construcción desde el
25 de julio al 18 de octubre del año aludido 1 3 . Este hecho es del todo
relevante pues se reseña por primera vez los autores del edificio. A
título de ejemplo, reproducimos los nombres de los trabajadores que
participaron en septiembre, por ser éste uno de los meses que conta-ron
con mayor número de personas:
«Sept. 19
Antonio Medina
Domingo Medina
Cristoval Gonz.
Julian Gonz.
Damaso Gonz.
Gregorio Morales
AntO. Sanchez
Benacio Roque
Nicodemes Falcon
Norberto Pérez
Por peones
ps. rta. cts.
6 días a 3 pesetas 4 6 6
4 id. a id. 3 1 8
6 id. a id. 4 6 6
6 id. a 6 rta. 4 4
6 id. a id. 4 4
6 id. a id. 4 4
6id. aid. 4 4
6 id. a 5 fiscos 2 4
6 id. a 7 id. 3 4
5 id. a 6 rta. 2 " 10 1/2
5id. a6fiscos 2 " 101/2»'
- 0 También aparece trabajando en la quinta semana de agosto, «Be- m
E
nacio Santiago» y, el 26 de septiembre, ((Benacio Falcón», aunque O
estimamos que se trate de la misma persona. Por último, el 18 de
octubre de 1868, interviene como herrero encargado de las herramien- n
E tas para la construcción el maestro Agustín Quevedo, pues Rafael a
Henríquez apunta: n
-
«Por 10 pesos 7 rta. y 13 cts. que pagué a el mtro. Agustin
Quevedo por agusadas ... » 15.
3
O
Las maderas que se emplearon en la construcción fueron compra-das
en Las Palmas a Gerónimo Carbajal (sic.) como se desprende de
ia siguiente anotación:
«Por 208 pesos importe de 16 vigas de tea que compre en la
Ciudad a Geronimo Carbajab 1 6 .
Pero, posteriormente, el Ayuntamiento mandó suspender los tra-
L - . - - - 1 uajos ai estar autorizado para construir una piaza cie mercaao en ia
cual se instalarían las piezas necesarias para el despacho de carnes.
Por ello, el Alcalde rescinde el contrato establecido con el rematador
La figura del maestro de obras Francisco de la Torre y Sarmiento ... 87
y ordena que se abonen los gastos que se habían producido hasta el
día en la referida obra 17.
El 15 de noviembre del mismo año, se procede a la liquidación
de las cuentas, quedando a favor del municipio la cantidad de ciento
ochenta y seis pesos, siete reales plata y trece cuartos, de los que había
que deducirle a Rafael Henríquez, por dirección de la obra y planti-llas
elaboradas para trabajar la cantería, sesenta pesos IR.
A finales de 1871, la Corporación municipal tuvo de nuevo que
pensar en la casa-matadero y despacho de carnes porque las obras de
la plaza del Mercado se demoraban.
Las diferencias existentes entre el plano inicial elaborado, según
comentábamos anteriormente, por Francisco de la Torre en 1866 y
el aspecto actual que presenta el edificio, nos hacen pensar en la po-sible
creación de otro diseño por este mismo autor, aún sin localizar 19.
De hecho, Francisco de la Torre estuvo presente en esta segunda fase
de construcción como se relatará seguidamente.
Antes de reanudarse los trabajos, surgió un problema con algu-nos
vecinos entre los que se encontraba José A. Castellano, que
discrepaban con la alineación del edificio en aquel punto, pues estre-chaba
la vía hasta seis varas. Para tratar de solucionar este conflicto,
el Ayuntamiento decidió enviar un oficio al maestro de obras, Fran-cisco
de la Torre, para que emitiera su juicio. En mayo de 1872 se
personó en la fábrica junto al Sr. Alcalde y el secretario y, una vez,
inspeccionada, se percataron del inconveniente que suponía tratar de
darle una nueva alineación a la misma debido a que la fachada que-daría
formando un ángulo en la parte del poniente. Ante esta di-ficultad,
el Ayuntamiento desestimó la solicitud de los vecinos inte-resados
' O .
Esta vez las obras fueron rematadas por el maestro mampostero,
Manuel Aguiar, quien elaboró el nuevo Presupuesto y Pliego de con-diciones
facultativas en 1873. El presupuesto ascendió, incluyendo la
mampostería y la carpintería, a tres mil cuatrocientos ochenta y cin-co
pesetas ron cincuenta céntimos. Los trabajos de carpintería fueron
efectuados por el maestro, Pedro Marrero ' l .
Como encargado de las obras, Manuel Aguiar, llevó la cuenta
detallada de todos los gastos que se iban realizando en la Carnicería.
A través de sus anotaciones podemos deducir que, probablemente, el
dos de diciembre de 1871 fue el momento en que se reanudaron las
dxa, piies !a neta número uno, que comprende la primera semana
de los trabajos de cantería y su desplazamiento, está firmada en esa
fecha 22. En total, registra todos los trabajadores que intervinieron
8 8 Alicia Hernández Padrón
durante ocho semanas entre el mes de diciembre de 1871 y enero del
siguiente año.
En ocasiones, Manuel Aguiar, separa a los obreros por especiali-dad
profesional, aunque debido a que en el campo de la artesanía de
la piedra no existe una rama fija, puede encontrarse a un trabajador
desempeñando dos funciones. Así, hay cabuqueros que son a la vez
entallistas o labrantes. Los apuntes de este maestro mampostero nos
ayudan a establecer la siguiente relación:
Cabuqueros: Timoteo Cabrera, Andrés Cabrera, Domingo Medina,
Miguel Cardona, Balentín Cardona (sic.), Francisco Reyes y Cristó-bal
Ortega.
Entallista: Andrés Cabrera. m -
Labrantes: Miguel Cabrera (en ocasiones estimamos que aparece N
E
con el apellido, Cardona ), Francisco Reyes y Domingo Medina. O
Mamposteros: José Jordán, Simón Pérez, José Monsón, Blas Medi- n
-
m na, Santiago González, Manuel Marrero, Antonio Guerra y Manuel O E
Aguiar. SE
Peones: Blas Santana, Luis Matos, Juan Belis (sic.), Aniceto E
Santana, José Butierres (sic.), José Martín y José Medina.
Arrieros: José Díaz, Juan del Pino y Cristóbal Ribero (sic.). 3
Sin especificar especialización: Anacleto Santana, Antonio Sán- O-chez,
Antonio Pérez, Francisco Monsón y José Ramires (sic.) 23.
m
E
Es habitual la coincidencia de apellidos, ya que, muchos de ellos O
aprendían la profesión de forma tradicional, es decir, de generación
en generación. n
E
A pesar de que la última anotación hallada es del 20 de enero de a
1872, los trabajos no concluyeron en esta fecha sino que se prolon- 2
n
garon hasta febrero de 1874. Para recibir la construcción se formó una n
comisión compuesta por el Alcalde D. Antonio González y González, 3
D. Manuel Guerra Rodríguez, Primer Teniente de Alcalde y D. Panta- O
león Díaz, como Concejal, quienes tras inspeccionar la obra no duda-ron
en amobarla.
Este edificio empezí, a funcionar excl~~sivñmentcoem a mataderi
a partir de 1882, fecha en que se construye la Plaza del Mercado que
contaría con un departamento para el despacho de carnes 24.
La participación de Francisco de la Torre en la realización de
viviendas privadas creó un sello propio que identificaría su obra del
resto de las edificaciones.
El tipo de clientela que atendi6 e* Arucas fue, principa!m.ente, de - -
la clase burguesa acomodada. Para este estamento social desarrolló un
arquetipo c6nstructivo basado en la fachada de dos plantas terminada
LaJgura del maestro de obras Francisco de la Torre y Sarmiento ... 89
en azotea, en donde se distribuían simétricamente los vanos, por lo
general, los inferiores adintelados y los superiores curvos. El frontis
lo enmarca con pilastras de cantería, al igual que el zócalo, las jambas,
dinteles y cornisas. En cuanto al interior, no rompe totalmente con la
tradición, pues mantiene el patio y la madera para pisos y techos. En
definitiva, siguió las pautas clásicas del momento 25.
Sin duda, la abundancia de cantería en las edificaciones fue debi-do
a las ricas canteras de piedra azul y al trabajo artesano de los
labrantes de la localidad. Las nuevas fachadas, ennoblecidas con este
material, se van a convertir, en la mayoría de los casos, en expresión
del poder de la oligarquía terrateniente 26.
En la misma zona del Cerrillo donde, según vimos anteriormente,
Francisco de la Torre construyó la Carnicería, se levanta la Casa de
José Andrés Castellano Lorenzo. Sus características arquitectónicas la
hacen atribuible a este maestro de obras i'. Hecho bastante probabie,
ya que, la casa se terminó en 1869 como se indica en una inscrip-ción
pétrea. La presencia de Francisco de la Torre en Arucas ya se
ha constatado al relatar la construcción de la Casa Matadero pero,
además, fue el autor de la alineación de la propia calle del Cerrillo
en 1866 e inspecciona las obras de la fuente del Pilar un año más
tarde 28.
Las diversas vicisitudes por las que atraviesa el proyecto de ali-neación
de aquella calle, que comunica este sector con el casco, nos
ofrecen pistas claras para determinar el comienzo de las obras de esta
casa. En la sesión del veintidós de enero de 1865 se aprobó que la
anchura de la vía debía ser de ocho varas castellanas pero, además,
se comentaba:
«... la comisión cree necesario que al fabricar D. José A.
Castellano la casa que trata construir, pueden igualarse las dos
bocas de la pequeña calle que denominan de los asientos ... >> 29.
Por lo tanto, en el proyecto de alineación de la calle ya se
había planteado el posible establecimiento de dicho inmueble y
las consecuencias que traería en el futuro. Sin embargo, conside-ramos
que el inicio de la construcción debió de aplazarse hasta
1867 ó 1868, puesto que, la aprobación definitiva de la anchura de
!a m!!^ m se d~teyminSh arta e! veinte de septiemho de 1866, En la
sesión municipal de la referida fecha puede leerse un oficio que el
Señor Gobernador de la Provincia dirige al Ayuntamiento en los tér-minos:
Alicia Hernández Padrón
c.. la Reyna (Q.D.G.) ha tenido a bien aprobar las Iíneas del
Carmín que dan a la espresada vía la latitud de seis metros
ochenta centímetros marcados en el plano firmado en 18 de Febo.
último, por el Maestro de obras Dn. Franco. de la Torre ... » ".
A partir de estos momentos, el Ayuntamiento comunica a los due-ños
de las fábricas, que se habían paralizado hasta saber la debida
alineación, que podían continuar los trabajos convenientes para su
terminación ' l .
Establecida la fecha aproximada de los inicios de las obras, nos
centraremos en las peculiaridades arquitectónicas del inmueble.
En la actualidad, la vivienda se ubica entre los callejones deno- m
D
minados, Tirma y Trasera, proyectándose la fachada principal hacia E
la calle del Cerrillo. El frontis responde al arquetipo comentado de O
dos í;!an:as y acabado en azotea. Se coapone de cinco huecos adiiiie- n-- m
lados en la planta baja y de medio punto con clave resaltada en la O
E
alta. Estos tienen antepechos de hierro, a excepción de la puerta cen- SE
tral que da hacia el balcón con basa pétrea y antepecho formando 1í- -E
neas geométricas y vegetales. La cantería está presente, además, en
el zócalo, pilastras, fajas y cornisas. 3
Las pilastras se decoran en la parte superior con tres líneas
- -
0
m
rehundidas a modo de triglifos clásicos y un capitel adornado con E
motivos vegetales. Estos elementos se contraponen con la severidad O
del resto de la fachada, al igual que la cornisa tallada bellamente con
n
rombos entre roleos. -E
Otra crujía da hacia una serie de volúmenes de una y dos plantas a
sin interés arquitectónico. Esto demuestra que la fachada principal se 2
n
convierte en la privilegiada con el fin de reflejar la condición social n
del propietario, mientras que, la trasera, dedicada a zona de servicio, 3
no ofrece elementos meritorios. Tan sólo se abren en la pared senci- O
110s vanos con el recercado en cantería.
En Iíneas generales, el frontis, punto de referencia para el tran-seúnte,
se define por el juego equilibrado de las líneas verticales y
horizontales. Todo se dispone armónicamente según los criterios clá-sicos,
pero la decoración de las pilastras, cornisas y antepechos rom-pe
el estatismo que quizás se derive de la rigidez geométrica. Podría
decirse que se abandona el clasicismo riguroso por un gusto romántico.
En lo que respecta a la distribución interior. en la primera crujía
se establecen las habitaciones nobles de la vivienda como son el za-guán,
que comunicaba con dos posibles dormitorios o comedores,
ocupando la sala, en el cuerpo superior, todo el perímetro de la fa-
La figura del maestro de obras Francisco de la Torre y Sarmiento ... 9 1
chada. En los volúmenes secundarios se dispone, en la planta baja,
un gran almacén apareciendo en el lateral derecho el patio. Éste CO-munica
con la planta superior a través de una escalera de madera de
un solo tramo. Los compartimentos del superior son dormitorios, la
cocina, la despensa y el excusado.
Pero la novedad de este edificio se basa en la existencia en la zona
trasera de dos cuadras para caballería. Por tanto, es un claro ejemplo
del modo de vivienda de la burguesía terrateniente, combinándose el
modelo urbano con el rural.
Para terminar, nos queda por analizar las características de la Casa
de Juan Guerra Ponce, ubicada junto al Ayuntamiento. El plano de
la obra fue diseñado por Francisco de la Torre el 3 de febrero
de 1881, según consta en el extremo inferior derecho del mismo.
Con posterioridad, el once de febrero del año citado, Juan Guerra
De-,, - -ooamtX -1 n n . - r a ~ . - n n A ; a n t ~ n P vm; c n ~ O V Qf ~ h r ; r ~ r t,rix,ren&
1 UIIbC. pC.JC.IILu C 1 C U I I b O ~ U I I U I C I I C U tJC.llllli." y u n u L U V l l U U I
junto al Ayuntamiento y dando hacia la Plaza de San Sebastián 32. Éste
fue concedido el veinte y siete de febrero, después de escuchar el
parecer de la comisión de ornato público municipal 33.
En la ejecución de las obras se respetó fielmente el proyecto ori-ginal
de Francisco de la Torre. Podemos comprobar cómo,,hoy en
día, la casa que se levanta entre la calle Calvo Sotelo (antes Alvarez)
y la Plaza de la Constitución (antes de San Sebastián) presenta las
mismas características del plano.
La tipología constructiva obedece, igual que la anterior, al mode-lo
de vivienda para la clase alta. Se trata de un edificio de planta
rectangular con dos fachadas de dos plantas y rematadas por un
pretil.
En el piso inferior, se establecen cinco vanos adintelados. Una
estrecha franja de cantería se ciñe a cada hueco, formando al entrar
en contacto con el zócalo una doble moldura curva a modo del perfil
de una basa, pero sólo en su mitad. La puerta central queda resaltada
por el rectángulo de piedra que se coloca sobre el dintel y entre los
pequeños pilares que soportan el balcón central.
El cuerpo superior presenta cinco huecos de arcos rebajados y
protegidos por filetes. En el antepecho del balcón y en los de las ven-tanas
laterales se diseñan pequeños óvalos. Destaca la cornisa de gran
vuelo y el pretil integrado por pilastrones y zonas de mampostería.
La fachada lateral es la repetición de una sola sección de la principal.
En definitiva, en el inmueble descrito, predomina la sencillez
compositiva y ornamental siguiendo los gustos arquitectónicos de la
época.
92 Alicia Hernández Padrón
Como hemos expuesto, Francisco de la Torre participó activamen-te
en el proceso de transformación urbanística de la ciudad aruquense
durante el siglo XIX; primeramente, alineando la calle del Cerrillo y,
en segundo lugar, trazando inmubles de gran prestancia como la Casa
Matadero y viviendas particulares. Su acción junto a la de otros ar-quitectos
procedentes de Las Palmas condicionaron en gran medida
las peculiaridades arquitectónicas de los edificios decimonónicos. Ellos
se apoyaron, a su vez, en la destreza de los labrantes del municipio
para crear una arquitectura singular, digna de conservarse en todo su
esplendor, ya que forma parte de nuestro legado histórico-artístico.
La figura del maestro de obras Francisco de la Torre y Sarmiento ... 93
1. GALANTGE ~ME ZFr,a ncisco: El Ideal Clásico (desde la segunda mitad del si-glo
xviii hasta finales del siglo XIX), Las Palmas de G. C., 1989, pp. 61-63 y 104.
2. D ~ A HZ E RNANDERZa, món: «Breve síntesis de la historia de Arucasn, en
Aguayro, Ed. Caja Insular de Ahorros de Canarias, núm. 181, enero-abril de 1989,
pp. 16-18.
3. GALANTGE ~ME ZFr,a ncisco: op. cit., p. 105.
4. D ~ AHZE RNÁNDERZa,m ón: op. cit., p. 18.
5. Actas del Ayuntamiento de Arucas (en adelante A.A.A.). Libro 3.". Sesión: 14-
1-1866, ff. 1, 2 y v.
6. HERNÁNDESZO CORROM, aría de los Reyes: Manuel Ponce de León v la Ar-quitectura
de Las Palmas en el siglo XIX, Cabildo Insular de Gran Canaria, Las Pal-mas
de G. C., 1992, p. 334. Vide también supra nota 1, p. 51.
7. A.A.A. Libro 4.". Sesión: 5-9-1867, ff. 29 y 30. Vide también, P. JESUS VÉLEZ,
Arucas; hombres y hechos, Ed. Ron Arehucas S. A., Las Palmas de G. C., 1984,
p. 126.
8. JESÚS VÉLEZ, P. P.: op. cit., p. 127.
9. Archivo Histórico Municipal de Arucas (en adelante A.H.M.A.). Secc. Obras
Públicas. Presupuesto para la construcción de la Carnicería ( sin clasificar ), 18 de
julio de 1867, f. 1.
A rr i r * o--- n r n.<Lr:--.. o-.. ..-+- -,-, ,+,.,., , 1, PO,-
IU. ~ . n . i v l . X~L.C . V V I U J ~ L I V I I L L I J . ~ I ~ w ~ G >paNta !a L,,,adL, ., ,,u,.- LL;I.n
nicería (sin clasificar), 18-7- 1867, f. l .
11. A.A.A. Libro 4.". Sesión: 19-12-1867, ff. 35 y v. También vide supra nota 7,
p. 126.
12. A.A.A. Libro 4.". Sesión: 15-3-1868, f. 12v. También vide supra nota 7,
p. 127.
13. A.H.M.A. Secc. Obras Públicas. Libreta de anotaciones de Rafael Henríquez
(sii; c!asifica;), 1.1 1-1868.
14. ídem supra nota 13, f. 3.
15. ídem supra nota 13, ff. 2, 3v y 4.
16. Ibídem supra nota 13, f. 1.
94 Alicia Hernández Padrón
17. A.A.A. Libro 4.". Sesión: 18-10-1868, ff. 35 y v. Vide también supra nota 7,
p. 127.
18. A.H.M .A. Secc. Obras Públicas. Recibo elaborado por Rafael Henríquez (hoja
suelta). Vide: P. JESÚS VÉLEZ, Arucas, hombres y hechos, Las Palmas de G. C., 1984,
p. 127.
19. JESÚS VÉLEZ, P.: op. cit., p. 128.
20. ídem, p. 128.
21. Ibídem supra nota 18. Puede encontrarse las bases generales del Pliego de
condiciones facultativas para el proyecto de Casa-Matadero, pp. 128-133.
22. A.H.M.A. Secc. Obras Públicas. Cuentas realizadas por Manuel Aguiar re-feridas
a la construcción de la Carnicería (hojas sueltas), 1871-72.
23. Ibídem. El esquema, de elaboración propia, está realizado a partir de la re-lación
de trabajadores que Manuel Aguiar establece en cada semana, haciendo un to-tal
de ocho y que aparecen firmadas en las fechas siguientes: 2- 12- 187 1, 9- 12- 187 1, m
16-12-1871, 23-12-1871, 30-12-1871, 6-1-1872, 13-1-1872 y 20-1-1872. -
24. JESÚS VÉLEZ, P.: op. cit., pp. 133-134. E
25. CASARIEGROA M~REJZo,a quín y otros: P.E.R.Z. de Arucas, Excmo. Cabildo O
Insular de G. C., Las Palmas de G. C., 1987. n -
-
26. GALANTGEO MEZF, rancisco: op. cit., p. 34. 0m
27. ALEMÁNH DEZ., Saro y MART~NEHZD EZ.,M anuel: Guía del Patrimonio Ar- E
quitectónico de Arucas, Ed. Excmo. Ayuntamiento de Arucas, 1994, p. 205. E
2
28. A.A.A. Libro 4.". Sesión: 24-3-1867, ff. 16 y 17. -E
29. A.A.A. Libro 3.". Sesión: 22-1-1865, ff. 6v. y 7.
30. A.A.A. Libro 3.". Sesión: 20-9-1866, ff. 32v. y 33. 3
31. A.A.A. Libro 3.". Sesión: 20-9-1866, f. 33. --
32. A.H.M.A. Secc. Obras Públicas. Expediente de obras particulares (sin clasi- 0
m
ficar), 1881. E
33. A.A.A. Libro 7.". Sesión: 27-2-1881, f. 37. O
La figura del maestro de obras Francisco de la Torre y Sarmiento ... 95
96 Alicia Hernández Padrón
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LEYENDA
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