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NOTAS SOCIOGEOGRÁFICAS SOBRE EL S. XIX PARA
LA ISLA DE EL HIERRO (ISLAS CANARIAS),
REALIZADAS POR INVESTIGADORES Y VIAJEROS
Carlos Santiago Martín Fernández
Introducción
La isla de El Hierro es el territorio más occidental de España y suroccidental de la Unión
Europea. De forma triangular y con una superficie de 268,8 km2, es la isla menor de las que
constituyen el Archipiélago Canario.
Desde el punto de vista científico, hasta hace muy pocos años, fue la isla más pobremente
tratada. Situación que se mantiene en la actualidad, pues aún hoy, a pesar de la política
bibliográfica institucional realizada en los últimos años, que ha ampliando el conocimiento
histórico de la Isla, sigue existiendo un vacío historiográfico importante en su acontecer, sobre
todo para el período referente a la pasada centuria.
La razón de esta carencia se debe a la dificultad para adquirir fuentes directas que permitan
un análisis preciso de este siglo. Pues un incendio acontecido a finales del siglo XIX en las
Casas Consistoriales del Ayuntamiento de Valverde, por aquel entonces único municipio de la
Isla, redujo a cenizas los archivos municipales, los del antiguo Cabildo y los protocolos de las
Escribanías. Es decir, un verdadero tesoro documental para el conocimiento de su historia.
Este penoso incidente supuso un duro inconveniente para la investigación, pues nos obliga,
para períodos anteriores al presente siglo, a utilizar fuentes indirectas, con las consecuentes
dificultades en cuanto a adquisición y tratamiento de la información.
La presente comunicación pretende ser una contribución al conocimiento de un período
prácticamente inédito en la historia herreña, el siglo XIX, utilizando una fuente indirecta, las
descripciones realizadas por viajeros y estudiosos.
A través de diversos fragmentos, que prestan atención a los factores geográficos,
económicos y culturales, podemos hacernos, por un lado, una composición acerca de cómo
era la vida cotidiana en la pasada centuria en la menor de las islas del Archipiélago Canario, y
además, valorar la visión que sobre este territorio tenían unos autores procedentes de
ambientes claramente contrastados a la por entonces realidad insular.
El Medio Físico
La primera impresión que los visitantes registran en sus crónicas acerca de la isla de El
Hierro tiene que ver con sus características morfológicas. De éstas llaman su atención las
relativas a su elevada pendiente (de las mayores del Archipiélago) y su costa, prácticamente
acantilada en su totalidad.
XIV Coloquio de Historia Canario-Americana
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De esta forma la descripción insular se inicia aún sin llegar a tomar tierra. Sintiéndose
fuertemente impresionados por el litoral, los viajeros expresan como: “la costa que
descubrimos es extremadamente brava y pendiente, cortada a techos por profundos barrancos,
que a su vez terminan en reducidos y escabrosos valles, donde crecen apiñados jarales, al lado
de algunos cercos de higueras”.1
Este litoral enormemente accidentado complica la ubicación de puertos abrigados. Por
aquel entonces se encontraban operativos tres fondeaderos, dos considerados secundarios
(Naos y El Golfo), donde en ambos “no hay muelle sino unas piedras por donde se salta en
tierra”.2 Y el más comentado y principal fondeadero herreño, el denominado Puerto de
Valverde o de La Estaca, “cuyo nombre proviene de un madero que está asegurado en una
roca, para amarrarse de él las embarcaciones... En este desembarcadero no hay muelle,
aunque por la disposición de las rocas que hay allí, pueden los buques, con bien tiempo,
atracar en ellas”.3
Por sus características las fuentes consideran al principal puerto de la Isla como “un mal
apartadero”.4 Estas razones generan serios problemas de arribada, situación que repercute
negativamente en la seguridad de las operaciones de carga y descarga de mercancías, así
como en el embarque y desembarque de pasajeros. Las limitaciones producidas por esta
inadecuada infraestructura portuaria obstaculizarán su comercio repercutiendo seriamente en
el desarrollo de su economía.
Tanto la insuficiencia de comunicaciones como las dificultades en el atraque hacen que la
llegada de las naves de cabotaje para el transporte de frutos y pasajeros constituyan un gran
evento popular y “el único acontecimiento de la semana para los herreños y lo único que los
mantiene en contacto con el exterior”.5 Cuestión ésta que refleja el profundo aislamiento
vivido en El Hierro, situación que se remonta a períodos relativamente cercanos.
El Puerto de La Estaca por aquel entonces no poseía en sus cercanías casas algunas pues
“su escabrosa costa no ha permitido a estos habitantes establecerse en el litoral”.6 La isla de
El Hierro tiene la peculiaridad de ser la única de Canarias que no recibe al visitante en un
núcleo de población, y donde no coincide su puerto principal con la capital insular. Esto
sorprenderá enormemente al viajero, que una vez que toma tierra tendrá que recorrer a través
de un camino, que aunque empedrado se hacía penoso por su declive, algo más de una hora
para llegar desde el puerto a la principal población insular, la Villa de Valverde.
Las impresiones iniciales, plagadas de detalles, acerca del imponente paisaje litoral, su
vegetación y el no encontrar población en el momento del desembarco, producen en el viajero
cierta preocupación sobre lo que puede encontrarse en una isla que por aquellos años era
prácticamente desconocida. Como ejemplo de temor ante lo desconocido está la siguiente cita:
“...ya en tierra, no acertamos a distinguir la senda que ha de conducirnos a la población más
cercana, pues desde estos sitios sólo vemos que se levanta sobre nuestras cabezas una
pendiente escarpada, sin señales de camino abierto por el hombre”.7
Población y Poblamiento
Para este siglo El Hierro sólo posee un municipio y un núcleo de población consolidado, la
Villa de Valverde. “Pintorescamente situada en forma de anfiteatro, y con sus blancas casas
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rodeadas o envueltas por una multitud de higueras, morales y árboles frutales de varias
especies, produce a la vista un efecto agradable”.8
REFERENCIA AÑOS POBLACIÓN
De Miñano 1826 987 vecinos - 4.032 habitantes
De Zufiria 1840 1.152 vecinos – 4.580 almas
Madoz 1845-50 4.580 almas
Pruneda 1848 4.580 almas
Nougess Secall 1858 4.511 habitantes
Lobo 1860 4.642 habitantes
Carballo 1862 4.642 habitantes
Olive 1865 4.999 habitantes
Valverde 1887 5.026 habitantes
Puerta Canseco 1897 6.238 habitantes
Arribas 1900 6.208 habitantes
Cuadro I. Población de la isla según bibliografía de la época. Fuente: Varios. Elaboración propia
La Villa de Valverde, asume las funciones de capital insular, es residencia oficial del
comandante militar de la isla, así como de las familias más acomodadas, por todo ello se le
considera como el “único pueblo regular de la isla”.9 Se trata de la mayor concentración de
casas construidas al estilo urbano, es decir, de alto y bajo. No obstante, no es ésta la tipología
edificatoria más común, pues en el núcleo serán mayoría las casas terreras, de piedra seca y
cubiertas de paja, material este que se usa principalmente “por no ser tierra a propósito para
teja”.10
Su viario es irregular de poca comodidad, distribuido en callejones y caminos empedrados,
donde se intercalan las huertas con las casas. Éstas “no están dispuestas en hileras sino
diseminadas sin orden alguno. Nunca hay más de cuatro juntas. Algunas tienen azoteas y otras
las típicas tejas rojas”11. De entre sus edificios principales llama la atención por su tamaño y
solemnidad la “iglesia parroquial, espacioso templo de tres naves, de regular mérito”12. De
esta forma Valverde, aún siendo el centro de los servicios administrativos, no pasa de ser un
enclave marcadamente rural.
Principales Producciones
Las principales actividades económicas están vinculadas al sector agropecuario. “Puede
decirse que no hay más industria en el Hierro, que el cultivo, y que todo lo demás se adhiere a
éste como parte accesoria”.13 Esta actividad choca con dos limitaciones, un reducido espacio
para la explotación, y serias limitaciones edáficas e hídricas.
El Hierro es, geológicamente hablando, la isla más joven de las Canarias y esta cuestión le
dará dos aspectos de gran relevancia. Por un lado sus materiales eruptivos recientes nos
traerán la existencia mayoritaria de suelos poco alterados (limitaciones edáficas) y sumamente
permeables (limitaciones hídricas). Ésta última característica es la causante del mayor
problema con que históricamente se ha enfrentado la producción de la Isla.
XIV Coloquio de Historia Canario-Americana
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En El Hierro las estrategias e ingenierías empleadas tanto para la captación, regulación y
aprovechamiento de las aguas son, para este período de tipo popular, es decir, basados en el
uso de nacientes, pozos y depósitos (aljibes).
La bibliografía de la época nos comenta la existencia de nacientes en Azofa, Puerto Naos,
Binto, Risco de Jinama o Juan Hacil. Pero los más descritos serán los de Sabinosa y Los
Llanillos. “Sabinosa, de agua medicinal para sus habitantes, y el de Los Llanillos siempre
clara y fresca pero que de ninguno de ellos se emplea para riego”.14
Los aportes vía naciente son escasos, en veinticuatro horas “la isla posee 10 fuentes que
producen 10 pipas”.15 Junto al problema de la cantidad está el de la calidad. Por razones
geológicas en la Isla se producen procesos de contaminación natural característicos en áreas
de volcanismo reciente. Éstos traen nocivas consecuencias en la calidad de sus aguas, de esta
forma las descripciones nos comentan como: “sale caliente, exhala edor sulfuroso y tiene
sabor picante”.16
El sistema más habitual de captación de las aguas pluviales, tanto en los hogares como el
campo, será la recogida en depósitos (aljibes). En ellos se acumula tanto el agua procedente
de la lluvia como la que se produce tras la condensación de las nieblas después del encuentro
de las masas de aire cargadas de humedad (“la gran masa de vapores atraídos por sus
continuados bosques”),17 con el relieve y especialmente contra la vegetación.
Por último, habría que hacer mención a los pozos costeros construidos desde la conquista,
de gran calidad y valor para esta época. Las fuentes señalan los de La Ballena, Los Cardones,
etc.
TIPO NÚMERO PRODUCCIÓN (Pipas)
MARETAS 4 11
CISTERNAS 733 24.000
POZOS 8 500
TOTAL 745 24.511
Cuadro II. Producción de agua según tipo (1865)
Fuente: OLIVE, P. (1865). Elaboración propia
A pesar de los condicionantes descritos los herreños “han conseguido a fuerza de trabajo y
perseverancia, hacer innecesaria la importación de los productos de las otras islas”.18 Y así sus
producciones más importantes serán: el vino, la ganadería y la fruta seca, y en segundo
término cereales, legumbres, papas o lino, productos éstos para consumo interno pero que en
determinados años exceden su autoconsumo y son objeto de exportación a las islas centrales.
Notas sociogeográficas sobre el siglo XIX para la isla de El Hierro…
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PRODUCTO 1813 1845-1850 1848 1900
Cebada (fas.) Cebada blanca 3.781 9.300 3.250
Trigo (fas.) 140 180 102
Centeno (fas.) 712 300 712
Maíz (fas.) 515 1.000
Cereales 2.900
450
Vino 1.695 (Mosto botas) 2.110 (Pipas) 600 (Arrobas) 1.100 (Pipas)
Legumbres (fas.) Lentejas 20
Garbanzos 138
2.140
Papas (costales) 1.917 5.000 1.300 1.202 (Raposas)
Orchilla 5.820 (libras) 180 (Quint.) 5.029 (libras)
Higos Secos (Quint.) 1.000
Lino (Manojos) 541 541
Ovejas 2.141 2.141
Cabras 205 850
Cerdos 160 160
Vacas 34 70
Lana (Quint.) 113 300 102
Queso (Quint.) 81 650 70
Miel (Cuart.) 912 912 890
Cera (libras) 550 550 460
Algodón (libras) 430
Cuadro III. Producciones de la isla de El Hierro
Fuente: Varios. Elaboración propia
En cuanto a las zonas de producción todos coinciden que los Llanos de Nisdafe son los
mejor y más cultivados de la Isla. Esta zona central y nordeste de la isla, situada alrededor de
los 600-1.300 m., es la que se encuentra en mejor condición para el desarrollo de la ganadería
y agricultura de secano, pues está la práctica totalidad del año bajo el influjo de las espesas
nieblas húmedas del alisio.
La producción herreña del s. XIX descrita en el cuadro nº3, se completa con la elaboración
artesanal para el propio consumo o intercambio ocasional de cierto número de utensilios,
herramientas y artículos complementarios tanto para la vida cotidiana, como para la
realización de la agricultura y ganadería tradicionales. Estos serán tejidos de lana bastos
(llamados cardoncillos) de los cuales se producen alforjas, costales, mantas, cinchas y lienzos
caseros, así como la construcción de útiles de madera (los que más) y barro, tanto para las
labores de labranza y pastoreo, como para la vida cotidiana.
Básicamente de subsistencia, la economía herreña del siglo XIX se mantiene en el
autoconsumo. Un reducido volumen de su producción acude al comercio interinsular,
mientras que en el interior la actividad comercial es inexistente, manteniéndose el sistema de
trueque. “No se conoce la cadena, la red que la industria o el trabajo que forman en los
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grandes pueblos y constituye el secreto de los adelantamientos. Los cambios son poco
frecuentes, verificándose algunos en especie y pocos por el intermedio de la moneda”.19
Sociedad
Los viajeros destacan por un lado el carácter herreño como “extremadamente
ceremonioso”,20 “tranquilo y agradable y son capaces de coger y apreciar las bromas. No son
tan serios como los tinerfeños”.21 De su físico dicen que son “robustos y muy morigenados”.22
Y de sus vestimentas, que abundan detalles característicos de la producción artesana: “ellos
usan pantalón de cordoncillo, y un sombrero de paja con cintas de color y ramos de
siempreviva, mientras ellas llevan sayas de variados colores, con corpiños de seda encarnada
o de lana”.23
En cuanto a la estructura social es común en los viajeros destacar su pobreza. “Los
habitantes de esta isla son una de las porciones más desagraciadas de la especie humana, el
más acomodado, entre un cortísimo número de pudientes, sufre mil privaciones a que le
condena la esterilidad de su suelo y los que no se hallan en esta clase, subsisten mucha parte
del año del helecho, de las hojas o pencas de higo chumbo, y de otros frutos igualmente
groseros y repugnantes”.24
En esta situación general de penuria las fuentes señalan a un determinado grupo dirigente
que sitúan en Valverde. Éstos controlan el comercio, son los dueños de las mejores tierras y
poseen el mando del poder local. Este grupo social, aún siendo clase dominante en el ámbito
insular, tiene escasa relevancia si se toma en términos comparativos con sectores dominantes
de otras islas. Por tanto lo característico en la estructura social herreña del siglo XIX, será que
“todo es pobreza. Los habitantes son campesinos y los más acaudalados siguen siendo
campesinos de clase media”.25
Unas determinadas condiciones sociales de producción y aprovechamiento de los recursos
naturales, determinaron una situación demográfica particularmente caracterizada por la
emigración. “Son como los asturianos y gallegos de las Canarias, pues anualmente se
espatrian muchos para servir en las otras islas, particularmente Tenerife o para pasar a
América”.26 Fuera de El Hierro sus principales ocupaciones y actitudes serán “los servicios
domésticos, y siempre se les encuentra prontos, fieles y sumisos”.27
La vuelta es un hecho relevante para todo emigrante. “Los herreños son como los demás
hijos de Canarias: lejos de su pequeña isla, le tienen erigido un altar en el corazón, no lo
olvidan nunca y viven inquietos y sin sosiego, hasta que llega el día de retornar a la aldea o
caserío donde ellos nacieron; donde se conservaba aún el padre, la madre, el hijo, la esposa o
el pariente”.28 Es de interés como a la vuelta de la emigración, sus habitantes no invierten el
capital obtenido en romper las condiciones estructurales que les hicieron salir de su isla,
reproduciéndose de este modo las situaciones seculares de expulsión poblacional. Así lo
reflejan las fuentes : “... económicos más que todo, vuelven a su país con los ahorros que
hicieron, y entran sin repugnancia en las sencillas costumbres y género de vida que antes
tuvieron”.29
Notas sociogeográficas sobre el siglo XIX para la isla de El Hierro…
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BIBLIOGRAFÍA
ARRIBAS Y SÁNCHEZ, C. A través de las Islas Canarias. Imprenta A.J. Benítez. Santa Cruz de Tenerife.
1900.
CARBALLO WANGUEMERT, B. (1862): Las Afortunadas. Viaje descriptivo a las Islas Canarias. Centro
de la Cultura Popular Canaria. Santa Cruz de Tenerife. 1990.
DEL BUSTO y BLANCO, F. Topografía médica de las Islas Canarias. Imprenta Andalucía. Sevilla. 1864.
DE MIÑANO, S. (1826): Diccionario Geográfico - Estadístico de España y Portugal dedicado al Rey
Nuestro Señor. Madrid. Cooperativa Litográfica. Santa Cruz de Tenerife. 1982.
LOBO, M. Derrotero de las Islas Canarias. Imprenta Revista Médica. Cádiz. 1860.
MADOZ, P. Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar.
Ambito/Editorial Interinsular Canaria. Valladolid. 1845-50.
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Tipografía de Antonio López Ramírez. Las Palmas de Gran Canaria. 1873.
OLIVE, P. Diccionario Estadístico – Administrativo de las Islas Canarias. Establecimiento Tipográfico.
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STONE, O. M. Tenerife and its six satellites. Or The Canary Islands past and present. Vol.I Tenerife –
Gomera – Hierro - La Palma. Marcus Ward & Co., Limited. London. 1887.
VALVERDE ÁLVAREZ, E. Guía del viajero en las Islas Canarias y de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife
y demás poblaciones importantes. Imprenta Fernando Cao y Domingo Vial. Madrid. 1887.
XIV Coloquio de Historia Canario-Americana
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NOTAS
1 CARBALLO WANGUEMERT, B. (1862): Las Afortunadas. Viaje descriptivo a las Islas Canarias. Centro
de la Cultura Popular Canaria. Santa Cruz de Tenerife. 1990. p.172
2 ARRIBAS Y SÁNCHEZ, C. A través de las Islas Canarias. Imprenta A.J. Benítez. Santa Cruz de Tenerife.
1900. p. 236
3 MANRIQUE Y SAAVEDRA, D.A.M. Elementos de Geografía a Historia Natural de las Islas Canarias.
Tipografía de Antonio López Ramírez. Las Palmas de Gran Canaria. 1873. p.51
4 MANRIQUE Y SAAVEDRA, D.A.M. Op. cit., 1873. p.51
5 STONE, O. M. Tenerife and its six satellites. Or The Canary Islands past and present. Vol.I Tenerife –
Gomera – Hierro - La Palma. Marcus Ward & Co. , Limited. London. 1887. p.274
6 DEL BUSTO Y BLANCO, F. Topografía médica de las Islas Canarias. Imprenta Andalucía. Sevilla. 1864.
p.510
7 CARBALLO WANGUEMERT, B. Op. cit. 1862. p.172
8 CARBALLO WANGUEMERT, B. Op. cit., 1862. p.173
9 ARRIBAS Y SÁNCHEZ, C. Op. cit., 1900. p.236
10 DE MIÑANO, S. (1826): Diccionario Geográfico - Estadístico de España y Portugal dedicado al Rey
Nuestro Señor. Madrid. Cooperativa Litográfica. Santa Cruz de Tenerife. 1982. p.50
Investigaciones realizadas por el historiador SÁNCHEZ PERERA, S. cuestionan la no existencia de
producción de teja en la isla de El Hierro. Al respecto ver: SÁNCHEZ PERERA, S. “La producción de
teja en la isla de El Hierro”. El Pajar. Cuaderno de Etnografía Canaria, La Orotava 1998.
11 STONE, O. M. Op. cit., 1887. p. 241.
12 CARBALLO WANGUEMERT, B. Op. cit., 1862. p.173.
13 CARBALLO WANGUEMERT, B. Op. cit., 1862. p. 178.
14 VALVERDE ÁLVAREZ, E. Guía del viajero en las Islas Canarias y de la ciudad de Santa Cruz de
Tenerife y demás poblaciones importantes. Imprenta Fernando Cao y Domingo Vial. Madrid. 1887. p. 857.
15 OLIVE, P. Diccionario Estadístico – Administrativo de las Islas Canarias. Establecimiento Tipográfico.
Barcelona. 1865. p. 518.
16 LOBO, M. Derrotero De Las Islas Canarias. Imprenta Revista Médica. 1860. p. 89
17 VALVERDE ÁLVAREZ, E. Op. cit., 1887. p.857.
18 MADOZ, P. Diccionario Geográfico – Estadístico – Histórico de España y sus posesiones de ultramar.
Ambito/Editorial Interinsular Canaria. Valladolid. 1845-50. p. 126
19 CARBALLO WANGUEMERT, B. Op. cit., 1862. pp.177-178
20 CARBALLO WANGUEMERT, B. Op. cit., 1862. p.174
21 STONE, O. M. Op. cit., 1887. p.268
22 DE MIÑANO , S. Op. cit., 1826. pp.34-35.
Notas sociogeográficas sobre el siglo XIX para la isla de El Hierro…
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23 STONE, O. M. Ob. cit., 1887. p.268
24 DE MIÑANO , S. Op. cit., 1826. p. 35
25 STONE, O. M. Op. cit., 1887. p. 269
26 DE MIÑANO , S. Op. cit., 1826. p. 35
27 MADOZ, P. Op. cit., 1845-50. p.126
28 CARBALLO WANGUEMERT, B. Op. cit. 1862. p.173
29 MADOZ, P. Op. cit., 1845-50. p.126