Y& prlmerzi ce-pi!uciSn de c ~ m h y e.~~y nácdm, con referen-cia
a plantas canarias, se refiere en especial a las de la Isla de Gran
Canaria. Además se consideran solamente especies silvestres: plan-ias
naiivas, iniroducidas invoiuniariarneriie o asiivehadas, es de-cir,
a especies que se encuentran en los campos y que se reprodu-cen
y difunden sin intervención del hombre. No se ha considerado
nombres de plantas cultivadas, con excepción de unas cuantas que
demuestran signos de agresión o que se propagan por sí mismas.
Esta compilación. indudablemente tiene un carácter prelimi-nar:
la obra no es completa ni -quizás- correcta; pasarán mu-chos
años más antes de que se pueda presentar la obra en manera
tal ceme se pretende hacerh. AUem&, muchas pluritas nc! se cene-cen
bajo un nombre común o vernacular; son matas, hierbas, plan-tas
silvestres, en su mayoría sin uso y por eso sin importancia para
los habitantes; o son introducciones más recientes que se han pre-sentado
anónimamente. Sin embargo, en el curso de preparación
del "Atlas" de la flora de Gran Canaria se han investigado ya mu-chas
especies, encontrando uno o varios nombres, y de esta ma-nera
nuestras listas han crecido paulatinamente habiendo sobre-pasado
hasta el momento los mil nombres archivados.
El trabajo lleva ya sus cinco años de investigación. Muchas
veces se ha podido consultar a uno u otro autor, sobre todo las obras
clásicas como dc Wcbb & Berthclot, y cl "Diccionario" de Vicra y
Clavijo. En otros casos, sin embargo, se han realizado las investi-gaciones
en el campo mismo, conversando con los campesinos, aque-llos
agricultores y pastores que tienen la vegetación a sus alrede-dores,
diariamente y desde su juventud. Y como se entiende, este
trabajo necesita cierta dedicación y mucha paciencia, porque una
planta tal, en un lugar determinado, se conoce bajo un nombre,
mientras que la misma especie se conoce por otro nombre (o nom-bres)
en un sitio no muy remoto. Vale mencionar el caso del As-pleniurn
hemionitis, un "helecho canario, que
dilla, Hierba candil, y Pie de gallo; o el del
pasto de carácter molesto cuando seco y que se
mo, Plumerillo rojo y Rabillo rojo. En ciertos
tigaciones nos darán la decisión.
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se denomina Dora-
Bromus rubens, un
llama Balango, Bro-casos
futuras inves-
Algunos nombrcs se refieren a la apariencia de la planta,
como la Cruzadilla (Hypcricum reflexum), Pata gallina (Notoce-ras
bicorne), y Enredadera (Vinca mayor) por ejemplo. Otros, co-mo
la Hierbabuena (Men.thn), Adormidera (Papaver) y Cuajaleche
(Galium) recuerdan a aplicaciones de la planta, mientras que cier-tos
nombres, como el Abrepuño (Emex, Centaurea melitensis) ,
Aveiia loca (Aveiluf utUUj y TabajbQ 3a!va-je (EuphGTbiGG bhs i fO-lia)
indican el carácter secreto de la especie. Algunos nombres, ca-si
son "pornográficos".
"Cardo7' es un nombre dado a muchas especies diferentes,
hasta a especies de distintos géneros pero que tienen un principio
en común: son espinosas. Todas las Micromerias se llaman Tomi-llo,
y aquí hemos ayudado algo en cuanto a la diferenciación de las
especies, que son varias. Cada caso nuevo pide nuevamente una
decisión: Mato risco o Mato de risco, Ratonera o Hierba ratonera,
Algarrobo o Algarrobero. Y no debemos olvidar lo "propio cana-rio":
Berode, Berol, Verode y Verol (para la Kleinia neriifolia),
Knuiaga, Ainuiaga y Aulaga (para la Launaea u~boresctíns), Aiia-baca
o Altavaca, Beleño o Veleño, Cañaheja o Cañaleja; todo de-pende
de la pronunciación local, de aquel acento gracioso que ha-ce
a Canarias tan amable. Recuerdo aquel día en Tirajana, con mi
buen amigo Maestro Pancho e investigando el nombre probable de
iina pspecie de Pnpnwer: "Panchito, iesto no es la amapola?" Se
levantó el sombrero. Se rascó una cabeza de pocos pelos. "¡Sí, sí, la
majapola, hombre!" - Que Dios guarde a Maestro Pancho mu-chos
años.
El autor de esta pequeña contribución al conocimiento de
io vernacuiar de esta isia hace extensivo su agradecimiento a to-dos
los amigos que han ayudado, con nombres e indicaciones y con
su buena voluntad. Al Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria
que patrocina esta publicación, y a su Presidente, Don Juan Pu-lido
Castro, por su gentileza en presentarla con un prólogo. A los
linotipistas de la Imprenta Pérez Galdós, por no perder la pacien-cia,
y se espera que la compilación será útil y usada con frecuencia.
Cualquier adición o corrección siempre será bienvenida.
G. Kunkel