CATHARUM
- VISIONES INGLESAS DE ESPANA.
SIGLOS XVI AL XX.*
intentar acercarnos,
aunque de manera esquemática, a
las visiones que desde Inglaterra se
fraguaron sobre España desde el
sigloXVI hastaelXX.
En el siglo XVI la fabricación de imágenes
y visiones estereotipadas de las naciones de
Europa y sus habitantes estaban dirigidas a
fabricar un corpus intelectual que justificara la
aversión a la España católica. Hay visiones
hostiles, hay visiones despectivas basadas en un
complejo de superioridad. Por ejemplo, Richard
Ford que escribió una guía turística magnífica de
España en los años cuarenta del siglo XIX afirmó
que Inglaterra era simplemente el líder de la
civilización occidental, mientras que a España y a
sus habitantes había que ju,zgarles por patrones
orientales. Hay visiones favorables basadas en un
complejo de inferioridad, por ejemplo, Gerald
Brenan, que era un hombre de mentalidad
socialista, nos da su visión de España en los años
treinta del siglo XX, teniendo en cuenta que
detestaba la civilización hipócrita y burguesa de
f
Inglaterra, para él España encarnaba todas las
virtudes sociales y personales de las que carecía
R aymond Carr
Yo quiero trazar ahora esta alternancia de
perspectivas (visiones favorables y desfavorables)
tomando como referencia las guerras, las
relaciones comerciales , los conflictos
Inglaterra. Henry Swinburne
r'Y,,stitmo de <f~·tudios ~7{;,~púnicos de Yfa11w·ws .. 5
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confesionales y el turismo. Las guerras son
interesantes porque nos demuestran como una
imagen puede cambiar dramáticamente.
Durante el siglo XVIII España como aliada de
Francia era nuestra enemiga (recuérdese que
Horacio Nelson perdió su brazo aquí, en
Tenerife, enjulio de 1797), pero en la Guerra de
la Independencia era nuestra aliada en la lucha
contra Napoleón. Los delegados de la Junta de
Asturias, la primera región de España que se alzó
contra Napoleón, fueron recibidos en Londres
con banquetes e interminables elogios en
poemas y piezas de teatro, etc., donde celebraban
el patriotismo de los asturianos. Pero las
dificultades de la cooperación militar entre el
Duque de Wellington y los generales españoles
disminuyeron el entusiasmo inicial. Wellington
se irritaba constantemente y afirmó que nunca
pensó que los españoles supieran hacer algo,
mucho menos de que lo supieran hacer bien.
El comercio era importante. Con el tráfico
del vino se establecieron comunidades
mercantiles responsables del comercio de los
vinos de Málaga: Jerez y las malvasías de
Tenerife. Es muy difícil de estimar las influencias
de las relaciones comerciales y su vinculación
con la imagen de España. Claro que había
contactos personales. Un ejemplo lo tenemos en
eljovenJohn Ruskin. Hijo del representante de
la Casa Domecq en Londres y más tarde el crítico
de arte inglés más importante del siglo, quiso
casarse con una chica de Jerez, pero
afortunadamente para ella, su proyecto fracasó.
Pero en el siglo XIX las relaciones comerciales
tenían enfrente enormes obstáculos para su
desarrollo. Existía el conflicto entre el
librecambio internacional inglés y el
proteccionismo español. Desde Adam Smith el
libre comercio era considerado en Inglaterra
clave en las relaciones comerciales, no sólo como
6 91{ el'ista de Yf;e11cias .' c:Y{,,111a11idades
una oportunidad de penetrar en el mercado
español los productos de nuestra Revolución
Industrial sino también como receta para la
prosperidad y la paz mundial. Sin embargo para
los algodoneros de Cataluña la importación libre
de nuestros textiles más baratos, representaría la
ruina de su industria, razón por la cual los textiles
ingleses deberían ser destruidos y excluidos del
mercado doméstico mediante derechos de
aduanas muy altos.
Para los ingleses el proteccionismo no
solamente actuaba contra las verdades evidentes
de las doctrinas de Adam Smith sino que también
era un estorbo, tanto para la prosperidad de
España, como la de Inglaterra. La lucha se refleja
en una imagen de Cataluña creada por Richard
Ford. Para Ford los catalanes no solamente son
Joseph Townsend
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unos ignorantes de las nuevas leyes modernas de
la economía sino que además son unos
borrachos, mal educados, no suelen afeitarse y su
idioma es ridículo. Los catalanes son los·niños
mimados de España. El Gobierno español había
sacrificado la prosperidad del país entero por los
intereses egoístas de Cataluña. Este ataque feroz
racista es excepcional, pues en España habían
liberales que apoyaban el librecambio. Pero la
resistencia de los gobiernos españoles a abolir las
tarifas proteccionistas fomentaba la creación de
una visión negativa de España.
Y, sin duda, el factor determinante es el
factor religioso, o mejor dicho el confesional.
Desde la Reforma protestante en Inglaterra el
signo de nuestra identidad era el protestantismo.
En España todavía en 1970 el Almirante Carrero
Blanco podía decir "hoy España es católica o es
nada". La resistencia de los conservadores
españoles a la presencia en los años treinta del
siglo XIX de George Borrowen la Península y de
Charles Barker aquí a finales del mismo siglo
para distribuir Biblias fue manifiesta .
Posteriormente ha sido considerado como una
amenaza por el franquismo a las esencias de
España. Pero claro, para Borrow y Barker,. ambos
escribieron libros sobre sus experiencias en
España, la Biblia podía liberar a los españoles de
una religión supersticiosa. Dos mundos
completamente opuestos.
En un examen superficial de la
correspondencia diplomática inglesa del siglo
XIX se demuestra claramente la importancia de
estos dos tópicos: el librecambio y las actividades
de los misioneros protestantes, es decir, sobre las
dificultades con los cementerios, libros, cultos,
•etc. Esto explica como la presencia del irlandés
en el comercio en Tenerife era facilitada por su
adscripción católica, lo que le permitía integrarse
en la sociedad isleña. Pero desgraciadamente
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Roben Southey
tengo que empezar, con la Leyenda Negra,
ejemplo temprano de propaganda de guerra
porque fue desarrollada durante el gran conflicto
entre España e Inglaterra en el siglo XVI. Según la
Leyenda Negra, España era un despotismo
apoyado por una Iglesia retrógrada, cuyo símbolo
era la Inquisición. Por ejemplo, el libro más
popular en el siglo XVI, The Book ofMartyrs acerca
de los mártires protestantes escrito por John
Foxe, tenía ilustraciones de los instrumentos
empleados en la tortura por la Inquisición. La
Leyenda Negra es, en cierto sentido, producto
del miedo que se tenía a ese despotismo por la
amenaza que podía causar a las verdades de la
Europa protestante y también de la envidia que se
tenía a Espafi.a por ser un gran Imperio. Quevedo
afirmó que Europa soporta nuestra hegemonía
con ira.
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Pero en el siglo XVII el declive del Imperio
español era evidente. ¿cómo se puede explicar
este declive?. La Leyenda Negra otra vez se puso
en funcionamiento. La explicación del declive
era debido al despotismo, al fanatismo, a la
superstición reinante, a la acción de la
Inquisición, etc. Todas estas razones habían
impedido el espectacular crecimiento
económico que sí se dio en los países
protestantes del norte de Europa. ·
Pero en el siglo XVIII hubo un cambio
importante y favorable de la visión inglesa de
España como resultado de la visita de una serie
de viajeros modestos que publicaron libros sobre
sus viajes, cuando los libros de viajes eran muy
influyentes en la formación de las visiones de los
Burócrata Español. Luís de la Cruz. Museo Lázaro
Galdiano (Antonio Rumeu de Armas. Luis de la Cruz
Rios. Canarias 1997)
(~ ..l. J/?.el'ista de Yfie11cws r 0 /Crma11idades
nac10nes extranjeras. Los estereotipos
establecidos por Alexander Jardine, Henry
Swinburne,Joseph Townsend y otros se referían
a la existencia de un pueblo llano, excelente y
sólido, pero su Gobierno era malo y estaba
sometido a la dominación intelectual y social de
una Iglesia supersticiosa. Todos los viajeros
notaban que la España de la Ilustración formaba
parte de la civilización europea. Jardine, uno de
los viajeros más importantes y amigo de
Jovellanos, por ejemplo, es el más interesante de
los viajeros del siglo XVIII. Militar inteligente,
cónsul nuestro en La Coruña en los últimos años
del siglo XVIII, dijo:
No quisiera poner en tela de juicio el carácter
nacional de los españoles que por el contrario
considero corno uno de los primeros del mundo,
pero la nación es una cosa y el Gobierno es otra.
Creo haber puesto de relieve que se trata del
mejor pueblo posible bajo el peor tipo de
Gobierno existente en Europa. ¿cuál es ese
despotismo asiático de España?. Es el Gobierno
de Carlos III y sus burócratas de la Ilustración.
¿cuál es su defecto?. Es el centralismo de
Madrid, que ahoga la iniciativa privada,
aniquila la indu str ia local, y el
intervencionismo de Madrid abruma con sus
impuestos para financiar los proyectos
grandiosos inventados por el Gobierno central.
Otro viajero, Henry Swinburne, amigo de
Campomanes, se escandalizó cuando se enteró
de la noticia de que el Gobierno central había
querido imponer la medicina contra la malaria
del doctor Maisdeville en toda España. Los
médicos de Valencia y Cataluña rehusaron a
obedecer poniendo de manifiesto los límites del
Despotismo. Para Jardine, los límites del
Despotismo se puede encontrar en los fueros
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Richard Ford
regionales de Cataluña y el País Vasco.
Solamente la restauración de los autogobiernos
sería capaz de mitigar los vicios de una
cent~alización absorbente.Jardine, es curioso, es
el profeta del estado de las autonomías.
El auge del romanticismo en la primera
mitad del siglo XIX ha tenido una influencia
importante, en parte nefasta porque los
románticos trataban a Es'paña como un país
exótico, folclórico, de toros, flamencos y todo
eso, fuera del marco europeo; nn país
excepcional. Pero otra contribución de los
románticos a la imagen de España es que la
consideraban una sociedad contra-modelo, una
•sociedad que ha preservado los valores humanos
que la Europa y la Inglaterra burguesa habían
abandonado en su carrera hacia la riqueza y hacia
el progreso material. Don Quijote es la figura
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emblemática. Ya en el año 1855 concretamente,
ciertos autores admiraron la resistencia de los
españoles a las seducciones superficiales de la
'c ivilización moderna. Los románticos
consideraron a la sociedad española como una
sociedad democrática, entiéndase a la sociedad y
solamente a la sociedad. El poeta Robert Southey,
por ejemplo, nota la ausencia del esnobismo y el
servilismo británico. Y no sólo los poetas, incluso
nuestro ministro en Madrid durante las guerras
carlistas, George Villiers, escribió que, a pesar del
abismo entre pobres y ricos en España, en las
relaciones personales predominan las más peifectas
igualdades. Yo creo que esta igualdad en las
relaciones personales, es la característica de
España que yo más admiro por experiencia
personal.
Pero claro, esta sociedad igualitaria, este
pueblo llano, honesto y trabajador, no merece el
Gobierno de los políticos de los años treinta. Para
Villiers los polí~icos liberales son actores del
teatro francés de segunda categoría y para el
excéntrico BorroW:. e;I misionero distribuidor de
Biblias, el objetivo de los políticos liberales es
hacer fortuna con la mayor celeridad posible.
Este contraste entre el pueblo llano, excelente, y
la elite política de la época es la imagen
predominante. Por ejemplo, es interesante como
durante la Guerra de la Independencia, como
consecuencia de esta visión de un pueblo llano y
excelente sumido a un Gobierno malo, no son
los generales y los políticos los héroes en la
resistencia a Napoleón, sino los guerrilleros del
pueblo llano.
Esta visión de la sociedad democrática e
igualitaria ha tenido larga vida y domina la obra
de Gerald Brenan y formaba parte de nuestra
visión de la España de los años treinta del siglo
XX. Brenan vivía en el pueblo de Yegen en las
Alpujarras y Yegen exhibía una sociedad
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igualitaria que satisfacía las necesidades, las más
profundas necesidades de la naturaleza humana.
Valores humanos que la Inglaterra petrificada
había perdido por sus sentimientos clasistas.
Ahora por decir algo sobre el turismo y la
existencia de residentes ingleses en suelo
nacional. Comenzaré en el año 1845 cuando
Richard Ford publicó su Handbook for travellers in
Spain que inmediatamente llegó a ser un bestseller
que tuvo una influencia importante sobre
nuestra imagen de España. Su propósito era
fomentar el turismo para turistas inteligentes,
cuando todavía había turistas inteligentes, en un
país donde había seguridad, donde los
bandoleros del pasado habían sido reemplazados
por contrabandistas pacíficos. El atractivo
turístico de España para Ford residía en sus
monumentos históricos , sobre todo los
monumentos islámicos como la Mezquita de
Córdoba, la Alhambra, etc., y por eso, estos
monumentos dieron a Andalucía su primacía
turística entre las provincias de España. Es una
visión del orientalismo muy a la moda en la
época de los dibujos de David Roberts y Eugene
Delacroix. Es quizás la ausencia de monumentos
históricos en Tenerife y en Canarias la causa por
la cual Ford no incluyó las islas en su guía
turística. Pero el doctor Nicolás González
Lemus así como otros investigadores que han
investigado la influencia del turismo en
Canarias, que como todos sabemos era un
turismo .atípico, que se puede llamar turismo
médico de ingleses que querían escapar de
nuestro invierno intolerable. Los abuelos de mi
mujer, por ejemplo, vinieron a Canarias como
Marianne North, siguiendo el sol hacia Tenerife,
o más importante aún como Edward Fyffe que
llegó a Canarias preocupado por la salud de su
esposa e inmediatamente establece el comercio
del plátano en las islas. Yo recuerdo en mi
J{ } .r. ..JI? edsta de 'tf:ie11cias r 0 /C1111a11idades
infancia cuando desde mi casa era capaz de ver los
buques blancos de Fyffe navegando hacia Bristol,
pero ya no llevan plátanos de las islas sino del
Caribe, todo una tragedia.
Hubo una colonia de residentes británicos
en las islas, pero en palabras de González Lemus,
practicaba el distanciamiento, aislados con sus
deportes, alejados en sus casas neogóticas en el
campo, su iglesia, no alejado de la clase
acomodada pero sí de la mayoría de los habitantes
de la isla. Este distanciamiento es enorme ahora
llegando casi a ser un vicio entre los ingleses que
han llegado a comprar casas en las costas del
mediterráneo, viven sin ningún interés por
España y por su cultura. Por su parte, las visiones
de los turistas de verano, los de los package tours,
son puramente folclóricas derivadas de los shows
George Borrow
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de flamenco proporcionados por los hoteles de la ejemplo, condenó a los españoles a la pobreza,
costa. Y claro, el turismo de masas tiene aspectos según los izquierdistas. Los vascos y catalanes se
estéticos no a gusto de todos y Brenan, por convierten otra vez en defensores de la libertad,
ejemplo, solía decirme que la próxima guerra . ' como antaño la visión de J ardine.
civil sería contra los turistas. Pero lo que Brenan Hoy casi todo mi discurso y m1
y otros críticos sobre el turismo no han dicho es
que el turismo de las costas, de playa, permite
mejorar el nivel de vida de los habitantes locales
y que los ingresos del turismo han sido
importantes para el despegue del desarrollo
económico de los años sesenta.
Pero la imagen de España en los últimos
años del siglo XIX no era la visión de Brenan ni
de otros intelectuales, sino que para la mayoría la
visión era producto de un complejo de
superioridad intolerable resultado de nuestro
Imperio. Con el desastre del año 1898 España
perdió los restos de su Imperio en el Caribe y en
el Pacífico cuando el Imperio británico tenía la
cuarta parte de la superficie del globo. Para el
Primer Ministro Lord Salisbury durante la
Guerra de Cuba, España es un poder de tercer
orden como las naciones latinas condenadas en
el mundo de la supervivencia de los más aptos.
Después de la Segunda República y la
Guerra Civil la opinión de los británicos sobre
España depende -de las convicciones ideológicas
y prejuicios políticos de cada uno. La Guerra
Civil, por ejemplo, dividió la opinión británica,
incluso en mi familia hubo una ruptura total
entre mi padre y yo, y esta división quedó intacta
hasta la muerte de Franco. Durante el franq
u ismo, por ejemplo, el Caudillo es
estigmatizado como aliado de Hitler y la
izquierda resucitó la Leyenda Negra, al
considerar a un pueblo excelente totalmente
óprimido por gobiernos despóticos apoyados
hasta los años sesenta por una Iglesia retrógrada;
al franquismo como un mal Gobierno
intervencionista y centralista. La autarquía, por
conferencia han perdido relevancia ya que las
cosas han cambiado dramáticamente después del
año 1975. Ha cesado y ha sido sepultada definitivamente
la Leyenda Negra, en parte porque
nuestra sociedad ha sido secularizada y con
. minorías importantes islámicas, hindúes, etc., y
el protestantismo ya no puede ser nuestro signo
de identidad nacional como en el pasado. Hemos
perdido nuestro complejo de superioridad
creado por la posesión de un gran imperio. El
Imperio británico se ha desvanecido y no
podemos utilizar el modelo de Brenan sobre un
pueblo pequeño para entender la sociedad
española, pues ha perdido relevancia con una
sociedad industrializada y urbanizada como la
España de hoy. Y lo que ha pasado hoy es un
proceso de convergencia, de homologación,
entre nuestros ~o¡; países políticamente
democráticos y estables que funcionan; nuestras
economías son modernas, aunque la diferencia
es que en Inglaterra el proceso de modernización
es un proceso iniciado hace un siglo y medio
mientras que aquí el proceso de modernización
ha sido obra de dos generaciones, un proceso
mucho más traumático, e inevitablemente los
dos países son sociedades de consumo, con todos
los defectos de las sociedades de esa índole
(atascos, drogas, etc.).
Hay una cosa muy curiosa en este proceso
de homologación, de convergencia. Hemos
imitado a España en sus estados de autonomía
con las autonomías de Escocia y País de Gales.
Pero como los procesos de construcción de las
autonomías son largos y abiertos, tanto en
España como en Gran Bretaña, la acción de los
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nacionalistas radicales en España ponen de
manifiesto de que no están contentos con los
niveles de autonomía que disfrutan, y el interés
suscitado en Escocia es enorme y en la prensa, en
la universidad, etc., el proceso de autonomía
catalana está presente y la figura de Pujol se ha
convertido en una figura muy conocida en
Escocia.
Por último, señalaré algunas diferencias.
Después de más de medio siglo estudiando la
sociedad española he llegado a la conclusión de
que existe una diferencia en la institución
familiar. Esto se puede ver en el bajo nivel de
Notas
asociacionismo que existe aquí, pues es uno de
los más bajos de Europa (en los partidos
políticos , en las organizaciones no
gubernamentales, etc.). Mi explicación es la
fuerza de la familia como foco de las libertades
personales. Y hay otra diferencia. Nosotros
somos una nación euroescéptica, la mitad de la
población es euroescéptica, mientras ustedes son
unos entusiastas de Europa. El debate sobre
Europa ha sido mucho más intenso en Gran
Bretaña que en España. Ustedes aceptan a
Europa como algo natural, mientras que para
nosotros es un problema. Es una diferencia
radical.
*El artículo recoge la conferencia bajo el mismo título dada en el salón de Actos del Excmo. Ayuntamiento del
Puerto de la Cruz el 12 de Octubre del 2000 con motivo de la Apertura del Curso Académico del Instituto de
Estudios Hispánicos de Canarias.
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