mdC
|
pequeño (250x250 max)
mediano (500x500 max)
grande
Extra Large
grande ( > 500x500)
Alta resolución
|
|
CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 079 Agustín Espinosa, alumno y profesor, 1910-1939 Ana María García Pérez Al cumplirse ochenta años del fallecimiento del escritor Agustín Espinosa (1939- 2019), el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias y el MACEW, del Puerto de la Cruz, y la Tertulia de los Lunes, de Los Realejos, están llevando a cabo una serie de actos a los que nos sumamos con la exposición itinerante, didáctica y di-vulgativa que organizamos en el Instituto de Canarias Cabrera Pinto de La Laguna en 2009, en el setenta aniversario1 de la muerte del escritor, y que se recuperó para ser exhibida en el pasado mes de febrero en la Biblioteca Municipal de La Laguna y en mayo en la Sala Westerdahl del IEHC del Puerto de la Cruz. También colaboramos con una charla en La Laguna, Los Realejos y el Puerto de la Cruz sobre su faceta de alumno y profesor, contenida en este artículo. Agradecemos a José Miguel Pérez Corrales, catedrático de Lengua Española de la Universidad de La Laguna y especialista en Espinosa, el haber puesto a nuestra disposición su obra completa, que ha recopilado, y cuya publicación ha costeado, entre los años 2013 y 2018. EL ALUMNO AGUSTÍN ESPINOSA GARCÍA, 1910-1924 La etapa de formación como estudiante de Agustín Espinosa transcurre en un contexto conservador que abarca desde la Regencia de María Cristina de Habs-burgo (1885-1902) hasta 1923 –primer año de la Dictadura de Primo de Ri-vera–, durante el reinado de su hijo Alfonso XIII (1902-1931). La economía y la política las controlaba una oligarquía que se turnaba en el poder bajo la forma de dos partidos dinásticos, conservadores y liberales, en un sistema dominado por la corrupción y el caciquismo, en la época en que España pierde su imperio ex-terior y los conflictos coloniales dan paso a la crisis del 98. Pero también convive con elementos nuevos que surgieron lentamente: regeneracionismo, movimiento obrero, fuerzas políticas democráticas, nacionalismos periféricos… Agustín Espinosa nació el 23 de marzo de 1897 en la casa propiedad de su abue-lo, el número 6 de la calle Iriarte del Puerto de la Cruz, municipio en cuya parro-quia, en 1893, se habían desposado sus padres, naturales de Los Realejos. Los primeros doce años de Agustín conocieron las «callejuelas» y los «callejones», el caracoleo de sus en-senadas, el tráfago de la Ranilla, el sosiego de las clases de doña Rosa (1)GARCÍA PÉREZ, A.M. y M. Rodríguez Espino-sa, Agustín Espinosa, a los setenta años de su muerte, 1939-2009. Catálogo de la exposición itinerante, Instituto de Canarias Cabrera Pinto y Consejería de Educación y Cultura del Gobierno de Canarias, 2009. CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 080 Díaz de Machado –su primera maestra– y los infantiles escarceos en el huerto de la casa paterna […]2. En 1909, la familia se trasladó a la calle las Toscas de San Agustín, en Los Rea-lejos, a una casa perteneciente a la familia materna situada al lado de la que aún permanece en pie3, construida años más tarde, y a la que regresa siempre que sus estudios o su trabajo se lo permiten y en la que transcurren los últimos días de su vida. En ella, con la ayuda de su tío Manuel, «preceptor de casi todos los Espinosa –Agustín había tenido once hermanos–, hace sus primeros estudios prebachillerescos en compañía de sus primos y de sus hermanos»4, y prepara el examen de ingreso y de primero de bachillerato como alumno libre en el Instituto General y Técnico de La Laguna, primer instituto oficial de Canarias, fundado en 1846 y único hasta 1916 en que se crea el de Las Palmas. Durante un año en que permaneció en cama enfermo de una úlcera de duodeno (que le acompañará toda su vida), se aficionó a la lectura, germen del futuro escritor. Descubrimos a Agustín en una foto a los 14 años, edad en la que se traslada a La Laguna como alumno oficial, sentado de perfil en segunda fila junto a sus herma-nos y a su tío y maestro, Manuel García Estrada, al fondo, el segundo por la derecha. El tío Manuel García Estrada, progresista, poseedor de una vasta cultura y licen-ciado en Farmacia, fue el encargado de la educación intelectual de sus sobrinos y de prepararlos para el ingreso en el bachillerato; su destacada presencia en la familia, y entre los jóvenes sobre todo, va a ser determinante en la formación de (2)ARMAS AYALA, Alfonso: Espinosa, cazador de mitos, Instituto de Estudios Hispánicos, Puerto de la Cruz, 1960. (3)RODRÍGUEZ CABRERA, G.: «Agustín Espinosa García y Los Realejos. Una realidad demasiado tiempo olvidada», en Homenaje a la profesora Constanza Negrín Delgado, ed. Carlos Rodrí-guez Morales, Instituto de Estudios Canarios, La Laguna, 2014, pp. 595-618. La familia apa-rece empadronada en la casa que ha llegado a la actualidad en la calle las Toscas número 8 del barrio de San Agustín en Realejo Alto, en 1912. (4)ARMAS AYALA, Alfonso: Op. cit. Agustín adolescente, Fiestas del Carmen en Los Realejos, julio 1911. CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 081 todos ellos. Agustín, sus hermanos y primos disfrutaron y se beneficiaron ade-más de las bien dotadas bibliotecas familiares5. EN EL INSTITUTO GENERAL Y TÉCNICO DE CANARIAS DE LA LAGUNA, 1911-1916 Desde Los Realejos inicia el contacto con La Laguna, en cuyo instituto se inscri-be como alumno libre. Pero, a partir de los catorce años, curso 1911-1912, se traslada a dicho municipio para cursar segundo de bachillerato de forma oficial, residiendo en la pensión de don Tomás Yanes Cabrera, profesor del Instituto y de la Sección Universitaria, quien será, además, su tutor mientras estudia en el centro escolar. Durante su etapa lagunera disfrutará de la vida estudiantil –y del vaivén vespertino de la calle de La Carrera junto a sus compañeros6–, sin dejar de profundizar en la cultura ni abandonar su afición a la lectura, fruto de la labor educadora de su tío Manuel. Agustín se describe a los quince años como el taciturno muchacho […] que huía del mundo y de sus geografías oficiales y rituales aritméticas y gramáticas, para leer, a escondidas, largos novelones exóticos7 [...]. O como aquel ojeroso muchacho que leía, en los fríos y oscuros claustros de un internado escolar en La Laguna de Tenerife, las «Elegías Interme-dias », de Juan Ramón Jiménez; él, que soñaba sólo con un otoño muy largo, por donde pasaran, una de mano de la otra, las vagas sombras ateridas de unas lentas horas de domingo8. El archivo del instituto conserva su expediente de bachillerato y el examen de grado con el que lo finalizó el 30 de junio de 1916, con diecinueve años. (5)RODRÍGUEZ ESPINOSA, M.: La casa mirador de la Calle Venus. Agustín Espinosa en el Puerto de la Cruz, conferencia impartida el 4/07/2016 en el Salón de Plenos del Ayuntamiento del Puerto de la Cruz, dentro del Ciclo «El IEHC con las Fiestas de Julio». (6)ARMAS AYALA, Alfonso: Op. cit. (7)«Ballenas en Canarias», 1932, en Armas Aya-la, F. y Pérez Corrales, M.: Textos 1927-1936, Aula de Cultura de Tenerife, 1980. (8)Carta a Juan Ramón Jiménez, primer semestre de 1936, archivo de J. M. Pérez Corrales Expediente de bachillerato. Archivo del Instituto de Canarias Cabrera Pinto. CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 082 El examen libre de ingreso al bachillerato lo aprobó el 30 de septiembre de 1910; en el primer curso, libre también, obtiene tres sobresalientes (Len-gua Castellana, Geografía General y de Europa y Nociones de Aritmética y Geometría ) y un notable en Caligrafía. Como alumno oficial cursó los cinco restantes, en un plan de estudios que duraba en esos momentos seis años, aprobando con holgura. En general fue un buen alumno, con sobresalientes en Preceptiva Literaria y en Composición de cuarto curso (que nos orientan acerca de lo que interesaba al futuro escritor) y matrícula de honor en Latín y Francés de tercero y cuarto curso. Siempre estuvo exento de Gimnasia, debido, tal vez, a la enfermedad que pa-decía y que le obligó a volver a la casa familiar de Los Realejos durante los dos últimos cursos, desde donde se trasladaba puntualmente al instituto para realizar los exámenes. En este centro escolar fue alumno, entre otros, del entonces director, Adolfo Cabrera Pinto (Geografía e Historia), del poeta Antonio Zerolo Herrera (Lengua Española y Literatura) y de Baltasar Champsaur y Sicilia (Francés), para el que escribe un artículo necrológico cuando, estando en La Laguna, se entera de su fallecimiento, y recuerda agradecido sus enseñanzas9: […] me viene a la Sheaffer, como en líquida proyección, aquella aula de la clase de Francés en el viejo edificio del Instituto Provincial abierta, por inolvidables ventanas, a un jardín que aún sigue siendo su amigo.[…] Si a algún profesor debe el que esto escribe algo, ha de ser precisa-mente a don Baltasar Champsaur, el Hombre (con mayúsculas) que hacía de su cátedra algo más que una rígida y monótona disciplina: una verdadera escuela de cultura. Él nos daba (¡cómo lo recuerdo ahora!) revistas y periódicos extranjeros […]. Nos hablaba […] del Arte y de la Humanidad y de la Vida y del Más allá […]. Representó y fue, sobre todo, ejemplar arquetipo de una clase de profesor que no abunda desgraciadamente mucho en España. Alternador de cátedra y libro. Biclinio de educador y escritor. […] Otra vez, tengo que acudir al recuerdo.[…]. También, otra vez, la lagu-nera mañana y el aula de la clase de Francés sobre el sombroso jardín y la voz del profesor en el claro aire. Su examen de grado nos muestra la letra y firma de un alumno maduro que redacta, describe y resume bien el largo examen de cuatro temas relaciona-dos con tres materias: Geografía de España (Tema 1. Extremadura y Castilla la Nueva. Descripción general de estas comarcas. Descripción particular de las provincias que comprende); Historia General de la Literatura (Tema 2. Tra-gedia: modos de definirla. Etimología del nombre tragedia. Su división. Otros poemas dramáticos. Su división. El drama), y Agricultura y Técnica Agrícola e Industrial (Tema 1. El barómetro. Tema 2. Instrumentos y máquinas de reco-lección y trilla). (9)«Un recuerdo. A don Baltasar Champsaur, en el cielo de Las Palmas», La Prensa, 2/IX/1934, en Armas Ayala A. y Pérez Corrales M.: Agustín Espinosa: Textos (1927-1936), Aula de Cultura del Cabildo Insular de Tenerife, 1980. Aula de Francés en el Instituto General y Técnico de La Laguna. CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 083 EL ALUMNO UNIVERSITARIO EN LA LAGUNA Y GRANADA. EL DOCTORADO EN MADRID, 1916-1924 Agustín llega a la universidad en un momento en el que un buen número de sus estudiantes pedían una modernización de la cultura y de la sociedad que, ya des-de 1876, solicitaba la Institución Libre de Enseñanza (educación en libertad, coe-ducación, libertad religiosa, etc.). Inicia los estudios de primer curso de Filosofía y Letras (comunes con Derecho) en la Sección Universitaria lagunera ubicada desde 1916 en el edificio de la antigua Universidad de San Fernando en la calle San Agustín (excolegio jesuita y actualmente Real Sociedad Económica de Amigos del País). Continúa en Granada, donde, en 1923, se licencia en Filosofía y Letras. Agustín fue un alumno muy completo al que le gustaba estudiar, leer y escribir, por lo que, durante ese tiempo, continúa adquiriendo cultura y nuevos valores y se inicia como escritor. Sus primeros poemas tendrán influencia modernista y de Juan Ramón Jiménez, pero los veranos en el Puerto de la Cruz y en Los Realejos le permitirán encontrar pronto, en esa costa tan familiar desde su infancia y ju-ventud, su inspiración como escritor: los orígenes de su Lancelot10 tendría que buscarlos […] en pedazos inolvidados de la adolescencia. Probablemente en suspensos, los dos únicos suspensos que avaloran mi expediente universitario. […]. Uno de los suspensos fue en Geo-grafía. El otro, en Literatura. (De los dos me he vengado yo ahora ha-ciendo un libro en que me burlo de la Geografía y de la Literatura […]). Pero, para dignificarme en septiembre, tuve que llenar mi verano de mapas y biografías10 . A los veinte años publicó un artículo titulado «Noche de polichinelas», en el número 18 de la revista Castalia, fundada y dirigida por su amigo del Puerto Examen de grado. Archivo del Instituto de Canarias Cabrera Pinto. (10)«Despedidas literarias de Agustín Espinosa», publicado por primera vez en La Tarde, 17 de julio de 1980, cedido por su hermano Antonio Espinosa a José Miguel Pérez Corrales. En Es-pinosa, Agustín: Lancelot, 28º-7º. Textos 1927- 1929, José Miguel Pérez Corrales (ed.), La Pági-na Ediciones, 2013. CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 084 de la Cruz Luis Rodríguez Figueroa (también antiguo alumno del Instituto de Canarias), a quien dedicará en Lancelot el capítulo titulado «Biología del viento de Lanzarote». Al terminar la carrera se traslada a Madrid, donde permanece hasta 1924, con el fin de realizar, en el Centro de Estudios Históricos, su tesis doctoral sobre el ilustrado lanzaroteño José Clavijo y Fajardo, en la que obtuvo la calificación de sobresaliente11. El citado centro, al que el Ministerio de Instrucción Pública dio rango oficial, fue creado en 1910 por la Institución Libre de Enseñanza. En él realizaron gran parte de su labor historiadores como Ramón Menéndez Pidal o Claudio Sánchez Albornoz. Durante el doctorado en Madrid, Agustín se integró en los movimientos de van-guardia y colaboró en la revista La Gaceta Literaria. Esta debe de ser la razón por la que lo encontramos participando en el corto titulado Noticiario de Cine Club12, en el contenido 1: «La Gaceta Literaria iniciadora en 1927 de estos actos de aproximación histórica entre Castilla y Cataluña», junto a Giménez Caballero y, a su lado, en segunda fila, Rafael Alberti. Y en el contenido 6: «La crisis de la inspiración. Jóvenes escritores españoles meditan sobre esta crisis». Agustín Espinosa aparece en segundo plano saltando en el tejado de la imprenta de la citada revista, propiedad de Ernesto Giménez Caballero. Cuenta la familia13 que Agustín Espinosa conoció a Lorca, pero no ha aparecido la correspondencia que mantuvieron. Ambos coincidieron en la Universidad de Granada entre 1917 y 1919, y en Madrid, en centros vinculados a la Institución Libre de Enseñanza: el escritor granadino en la Residencia de Estudiantes entre 1919 y 1928 (en el mismo periodo que Luis Buñuel y Salvador Dalí, que apa-recen además en el corto), y Agustín en el Centro de Estudios Históricos entre 1923 y 1924, mientras realiza su tesis doctoral. EL PROFESOR AGUSTIN ESPINOSA, 1924-1939 ENTRE ISLAS ANDA EL JUEGO Anda, entonces, entre «mis» islas «mi» juego. Nos anda. Te anda y me anda. A su vuelta a las Islas, tras terminar el doctorado, Agustín compagina su faceta de profesor y de primer investigador del romancero canario en los pueblos de Tenerife («botánico de la poesía popular»14) con la de escritor. Como profesor se inicia siendo «ayudante durante dos cursos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de La Laguna» (1924-1926)15, y en 1927 pasa a impartir en-señanza secundaria en el Puerto de la Cruz, en el colegio de Segunda Enseñanza Tomás de Iriarte (más tarde Gran Poder de Dios), fundado por él y por algunos de sus hermanos y primos y el entonces alcalde, Isidoro Luz Carpenter, y del que además es nombrado primer director. […] a propuesta del Sr. Alcalde16 […] acordaron por unanimidad encar-gar del expresado Centro de Enseñanza al joven Doctor en Filosofía y Letras, D. Agustín Espinosa García […]. En un primer momento el colegio estuvo ubicado en la casa de Ventoso, edi-ficio que albergaba también la alcaldía y que sería, años más tarde, sede de (11)Se publicará en 1950 en Las Palmas de Gran Canaria, con prólogo de Ángel Valbuena Prat. (12)De este corto (de una duración aproximada de 10 minutos) están reproducidas algunas fotografías en el libro Agustín Espinosa, entre el mito y el sueño, tesis doctoral del catedráti-co de Literatura Española de la Universidad de La Laguna José Miguel Pérez Corrales, a quien agradecemos habernos cedido este documento visual del personaje. (13)Relatado a Germán Rodríguez Cabrera «por su hijo Agustín Espinosa Boissier, quien señala que parte de la correspondencia de su padre fue destruida por miedo a represalias políticas durante la Guerra Civil. En los archivos de la Fundación García Lorca no está a disposición de los investigadores buena parte de sus fondos, lo que ha impedido su búsqueda hasta ahora». (14)«Romancero de los pueblos del Sur de Tene-rife », 1932, en Armas Ayala, F. y Pérez Corrales, M.: Textos 1927-1936, Aula de Cultura de Te-nerife, 1980. (15)Hoja de servicios, adjunta al acta de toma de posesión como catedrático del Instituto de Ma-hón, Archivo del Instituto General y Técnico de La Laguna. (16)Acta del Ayuntamiento del Puerto de la Cruz, sesión 2 de noviembre de 1927, Archivo Muni-cipal del Puerto de la Cruz. CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 085 un colegio de los padres agustinos. Sin abandonar su faceta de enseñante, en 1928 Agustín Espinosa se traslada a Madrid a opositar a cátedra de enseñanza secundaria, participando su ausencia de esta localidad durante unos treinta días por tener que trasladarse a Madrid para hacer oposiciones a Cátedra, dejando encargado de la Dirección, y mientras está ausente, a Don Antonio Espinosa García, que en concepto de profesor viene dando clases en dicho Colegio17. En 200818 localizamos en el archivo del Instituto Canarias Cabrera Pinto un acta en que toma posesión como catedrático numerario de Literatura del Instituto de Mahón (Menorca) el 11 de julio de 1928, pues solicitó tomar posesión de este cargo en el de La Laguna (Canarias). En dicha acta dice que estaba exento del servicio militar porque figura inscrito en las listas electo-rales del pueblo de Realejo Alto, y que no ha emitido su voto por no haberse celebrado elecciones desde el año 1924. Seguramente se refiere al proyecto de Estatuto Municipal de marzo de 1924 que pretendía ser la carta magna de las libertades municipales, única reforma estructu-ral del sistema político español durante el Directorio Militar de la Dictadura de Pri-mo de Rivera. Pero el proyecto nació muerto, pues su aplicación suponía celebrar unas elecciones que nunca se llevaron a cabo, y Agustín se fue de la isla en 1928. LANZAROTE, 1928 Agustín nunca se incorporará al instituto menorquín, y se traslada a Lanzarote el curso 1928-1929, donde será primer director del Instituto Local de Segunda Enseñanza de Arrecife y profesor de Lengua Española y Literatura. El instituto fue inaugurado el 28 de julio de 1928, y el profesor toma posesión como Comisario Regio el 15 de octubre de 1928. En un acta19 consta que tenía la plaza en dicha ciudad menorquina, y además de la gratificación de 2.000 pesetas […] seguirán percibien-do los haberes reglamentarios que les correspondan […]. En el acta del primer claustro, celebrado el 9 de noviembre de 192820, figuran acuerdos que demuestran preocupación por la enseñanza: «Establecer el curso libre de repaso tanto para alumnos oficiales como libres. Solicitar al Presidente del Cabildo provea a las aulas del material científico más indispensable y urgente [según relación aportada por los profesores], de mesas y bancos...». Además, «conceder matrícula gratuita a dos hermanos […] que han acreditado que su pa-dre no posee ninguna clase de bienes […]». Lanzarote tiene la suerte de que Agustín le haya regalado Lancelot, 28º 7º. Guía integral de una isla atlántica. La originalidad de esta guía está en haber transfor-mado cualquier elemento geográfico en literatura, «reinventando» la isla: […] un libro21 en que me burlo de la Geografía y de la Literatura […] Cuando sentí la necesidad [de escribirlo] eché mano de Océano y de (17)Acta municipal de la sesión del 16/2/1928, Archivo Municipal del Puerto de la Cruz. (18)GARCÍA PÉREZ A. M y M. Rodríguez Espinosa: Op. cit. (19)Archivo del IES Agustín Espinosa de Arrecife, Lanzarote. (20)Ibídem (21)«Despedidas literarias de Agustín Espinosa», publicado por primera vez en La Tarde, 17 de julio de 1980, cedido por su hermano Antonio Espinosa a José Miguel Pérez Corrales. En Es-pinosa, Agustín: Lancelot, 28º-7º. Textos 1927- 1929. José Miguel Pérez Corrales (ed.), La Pági-na Ediciones, 2013, pp. 286-287. CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 086 Isla, y los vestí de libro, fundiendo, por este modo, los dos conceptos complementarios […]. Ese mismo año, el uno de febrero, el periódico La Prensa publica el «Primer Ma-nifiesto de La Rosa de los Vientos», que firma Agustín, y como su admirado Viera y Clavijo, defiende lo insular en lo universal… Somos marineros de todos los mares. Obreros de la universalidad […]. Saludemos a todos: africanos, asiáticos, malayos, americanos, europeos. Por siempre el océano en nuestros ojos nuevos […]. Hemos de levantar un semáforo en cada isla. LAS PALMAS, 1929-1935 Durante el curso de estancia en Lanzarote permuta la plaza de Mahón por una en el Instituto Nacional de Segunda Enseñanza Pérez Galdós de Las Palmas, en el que tuvo su destino oficial como funcionario hasta su muerte, ocupando la cátedra de Lengua Española y Literatura hasta 1935, año en que se traslada a Tenerife. La relación que había mantenido Espinosa con la Institución Libre de Enseñanza mientras hacía su doctorado puede ser el motivo por el cual, durante su estancia en Las Palmas, solicitó al Proyecto creado por la Junta de Ampliación de Estu-dios (con el apoyo del Ministerio de Instrucción Pública) una beca para conti-nuar formándose como profesor en el extranjero: París, en el curso 29-30, donde coincidió con su amigo el pintor surrealista tinerfeño Óscar Domínguez (también alumno del Instituto de Canarias), y Bucarest en el curso 30-31. El triunfo de los valores democráticos durante la Segunda República en Canarias (1931-1936) permite a Espinosa una total libertad creativa y escribir Crimen en 1934, con cubierta de Óscar Domínguez, de la que José Miguel Pérez Corrales dice que no es una obra para lectores fáciles o pusilánimes […]. Crimen es un libro de libertad, de autenticidad, de conocimiento […]. Lo común a todos los surrealistas es su estado de revuelta contra el mundo dado, su libre asociación como grupo-tribu […] que se identifica con la libertad desde un inconformismo visceral enriquecido de utopía22. En Las Palmas, en 1932, se casó con Josefina Boissier Castellanos, con la que tendrá tres hijos. En esta etapa de su vida desarrolla una intensa vida social, como demuestran las fotos recuperadas de su álbum familiar con su esposa y algunos amigos y familiares en Las Palmas, en Cádiz y en la playa de La Concha en San Sebastián. Pese a que en alguno de sus escritos («Carta a Juan Ramón Jiménez») se queja de que su trabajo de catedrático de instituto no le permite disponer de mucho tiempo libre para la creación literaria, encontramos a un profesor comprometido con la formación de sus alumnos, a los que considera hijos espirituales de los que se tie-ne que preocupar. A un profesor innovador que realiza, dicho en lenguaje actual, actividades complementarias y extraescolares, como dirigir una revista escolar con la que sus alumnos aprenden Lengua y Literatura practicándola, en la línea de (22)PÉREZ CORRALES, José Miguel: «El crimen de Crimen», en Crimen y otros escritos vanguar-distas, Ed. Idea/La Página, Tenerife, 2007. CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 087 las corrientes didácticas más progresistas del momento. La llamó Hoja Azul y en total tuvo cinco números (1931-1932). Pero no le darán tiempo para comprobar que lo que había sembrado tendría sus frutos, y que, entre sus alumnos de aquel entonces, se encuentran importantes escritores canarios que le recuerdan. VUELTA A TENERIFE, ABRIL DE 1935-18 DE JULIO DE 1936 Aunque tiene la plaza en propiedad en el Instituto Pérez Galdós de Las Palmas, desde 1935 hasta el 18 de julio de 1936 reside en Tenerife, adonde vuelve al ser nombrado director del primer instituto de Santa Cruz, dependiente del Instituto General y Técnico de La Laguna. Esta es la razón por la que conservamos en su archivo las actas de su toma de posesión, del primer claustro y de la comunica-ción del acto de inauguración al ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes. El periódico La Tarde, con fecha de 28 de marzo, se había hecho eco del recibi-miento a un Agustín que, triunfador, regresa a su isla: La noticia ha sido muy bien acogida por la opinión pública de nuestra isla, ya que se trata de uno de los valores intelectuales más destaca-dos del medio insular. Por su cultura, por su inteligencia, por ser un elemento representativo del viejo tinerfeñismo democrático y liberal, nos parece que ha sido un verdadero acierto encargar al joven cate-drático de la dirección del nuevo Instituto de esta capital23. En Santa Cruz será, además, presidente del Ateneo, y colabora en la revista Ga-ceta de Arte (1932-1936), vinculada al surrealismo en Canarias y a sus amigos vanguardistas. Entre ellos, Óscar Domínguez, quien interviene desde París para conseguir traer la Segunda Exposición Surrealista a dicha institución entre el 11 y el 21 de mayo de 1935. Procedía de Copenhague, París y Praga y luego con-tinuaría hacia Londres y Nueva York. Paralelamente, se celebraron encuentros y conferencias en Santa Cruz y en el Puerto de la Cruz en los que Agustín, que hablaba francés, será el traductor de André Bretón. Incluía la proyección de la pe-lícula surrealista de Buñuel La Edad de Oro, que no se llevó a cabo por la presión de periódicos conservadores y de asociaciones reaccionarias que la consideran inmoral y pornográfica. Durante esos años, Agustín eligió La Laguna para residir con su mujer y su hijo ma-yor en el hotel Aguere. Allí fue miembro del Instituto de Estudios Canarios, en el que impartirá una conferencia sobre Lope y Canarias; y, en la Universidad de La Lagu-na, en un curso sobre Romanticismo y Clasicismo, dará una conferencia que ilus-trará, de forma innovadora, con una proyección de pinturas y dibujos románticos. AGUSTÍN ESPINOSA, EL PERSONAJE Podemos llegar a conocer al personaje a través de las descripciones que hace de sí mismo y por las que de él hacen sus amigos. Todas ellas coinciden con la figura que dibuja, para un homenaje que le hicieron tras su muerte, su amigo y compañero en los Institutos de Arrecife y Las Palmas, Juan Millares Carló, de la que él mismo, como personaje de la novela El faro y la noche, nos deja, además, este comentario24: Así te dibujé, […] alejándote de espaldas, hacia poniente, como en aquellas películas de Chaplin que tanto te gustaban. Con tu sombrero Agustín Espinosa, detalle. Fondo Wester-dahl, 1935. (23)PÉREZ CORRALES, J.M.: «Crimen y otros es-critos de 1934 a 1936», p. 303, en Espinosa, Agustín: Crimen. Textos 1934-1936, José Mi-guel Pérez Corrales (ed.), Insoladas, 2018. (24)La caricatura de Espinosa por Millares Carló aparece reproducida en el artículo «Lugares es-pinosianos en la literatura y el cine canarios con-temporáneos », de Paula Fernández Hernández, de esta revista. CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 088 ladeado, y tu traje casi vacío sobre el cuerpo desencuadernado, y tu carpeta de poemas y papeles bajo el brazo. Pero la muerte te llamaba como el faro a la noche25. ESPINOSA A TRAVÉS DE ESPINOSA Yo jamás suelo enfadarme con nadie. Son los «nadies», por el contrario, quienes suelen enfadarse conmigo, sin saber yo siquiera por qué […]. Claro que yo tengo la buena costumbre de no escribir tarjetas de pé-same, de no responder a ciertos saludos, de no visitar a determinadas personas. Claro que yo me olvido con frecuencia de acudir a las citas cuya hora fijo yo mismo, de contestar a las cartas en que se me pide respuesta inmediata, […], de entusiasmarme con prosas vulgares, con gestas mediocres y con polares mitos.[…]. Yo no sería el Agustín Espinosa que aún soy y que quiero seguir siendo: el Agustín Espinosa, alias «arbolito»[…], el andaluz «desaborío» del Ate-neo de Madrid […], el profesor distraído de un Instituto provincial […].26 ESPINOSA A TRAVÉS DE SUS AMIGOS Emeterio Gutiérrez Arbelo nos lo describe en su poema «Apuntes para un retrato»: A Agustín Espinosa I Delgado. Delgado, de verdad. Afiladísimo. Siempre, siempre, clavado. II La rueda en loco giro. Pero siempre en su eje. Pero siempre en su sitio. III En la siniestra mano, un pajarillo disecado. En la diestra, mil juguetes, enrollados. En el meollo, erguido, un banderín mágico. Y en el corazón… no digo. Se prohíbe nombrarlo27. Domingo López Torres escribe en 1934: Él tiene en las bocamangas, los bolsillos, el sombrero, en los rincones más insospechados y en todos los desvanes del viento, infinidad de cuartillas que podrían componer un libro tan interesante y emotivo como él mismo […]. (26)ESPINOSA, A.: Media hora jugando a los dados. Textos 1932-1933, Pérez Corrales J.M. (ed.), «El arte nuevo de ser feliz. He aquí otra vez al impródigo», pp. 191-192, Ed. Insoladas, tomo 3, 2018. (27)GUTIÉRREZ ALBELO, E.: Romanticismo y cuenta nueva, Gaceta de Arte, 1933. (25)El faro y la noche es el título de la novela de Selena Millares, Ed. Barataria, 2014, en que narra, de forma novelada y basándose en los relatos familiares, la relación de su abuelo Juan Millares Carló con Agustín Espinosa. Del blog de su primo Michael Jorge Millares: Agustín Espi-nosa y la memoria surrealista del franquismo, 1 de enero de 2019 CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 089 Benjamín Peret, surrealista francés, en 1935 le escribe esta dedicatoria en su libro Dormir, dormir dans les pierres, que había publicado en París en 1927: A Agustín Espinosa, que se levanta como una montaña de espuma en una plaza pública. Y Domingo Pérez Minik: Eso quisiéramos nosotros, tenerlo aquí y ahora […], tal como fue, con su irreprimible alegría, la extraversión caudalosa, una imaginación al vien-to.[…]. Escuchándolo, si nos dejaba hablar, bien lanzado por los cerros de Úbeda, comunicativo y hasta frívolo […], el más surrealista de todos los españoles, porque sí, cuando lo creíamos en las nubes, andaba por la tierra. Una lección permanente de lealtad […]. Todo le preocupaba […], todo le apasionaba. Lírico, narrador, ensayis-ta, escribió también teatro, y la crítica literaria28. EL PROFESOR EN EL RECUERDO Las primeras referencias a Agustín como profesor que hemos localizado se de-ben a su sobrino Luis Espinosa García, y nos descubren a un profesor innovador: Ya de él se cuenta que, en los soleados pero fríos meses del invier-no canario, solía abandonar su aula, acompañado por sus alumnos, y pasaba al jardín interior, un jardín escalonado en terrazas, con algún tamarindo del que comían sus semillas y, sentándose en alguno de los bancos de piedra que lo adornaban, iniciaba la clase al aire libre y bajo la caricia del astro rey29. El mismo profesor innovador que continúa siendo en Las Palmas, comprometido con la formación de sus alumnos. Tenemos el testimonio de los hijos de su com-pañero y amigo Juan Millares Carló: El nuevo reencuentro se produce en el Instituto Pérez Galdós don-de los estudiantes –incluyendo a los hijos mayores de Juan Millares, que fueron alumnos suyos– adoraban su locura y el embrujo de sus clases. Lo llamaban cariñosamente «Medio Juicio», y realizaban con él la revista «Hoja Azul»; según Espinosa, el nombre aludía a la isla, vista como una mariposa frágil entre dos azules, el cielo y el mar. Ahí los animaba a escribir sobre el océano o sobre el cine, a leer a Lor-ca y Valle-Inclán, y hasta a Góngora... y Espinosa les contaba el mito de Pigmalión, que había resucitado estatuas, y lo comparaba con la República, que al modo de Pigmalión, había puesto a caminar un ca-dáver, un país sin esperanza30. Uno de los hijos de Millares Carló, Agustín Millares Sall, forma parte de los alum-nos en los que había sembrado la semilla de la literatura a través del trabajo en la citada revista escolar Hoja Azul. Él nos habla del importante papel que jugó el escritor en su formación, pues, «a través de la magia pedagógica de sus clases de Preceptiva Literaria, me puso en contacto con los poetas del 27 y el surrealismo». (29)ESPINOSA GARCÍA, L.: «Vivencias de un co-legio », conferencia impartida en el Salón de Se-siones del Ayuntamiento del Puerto de la Cruz y publicada en el periódico El Día, 16 de abril de 1995. (30)Del blog de Michael Jorge Millares: Agustín Espinosa y la memoria surrealista del franquis-mo, 1 de enero de 2019. (28)PÉREZ MINIK, D., El Día, domingo 30 de no-viembre de 1980. CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 090 De Alfonso Armas Ayala tenemos más datos: recuerda que a sus compañeros de sexto curso en Preceptiva Literaria les descubre a Góngora, Charlot y Aristóteles. Y a él, con diez años, la lectura de Platero. Nos lo describe como si tuviera delante el dibujo que le hizo Juan Millares: Y si a mano hubiera una tiza de colores, se le dibujaría así: una alta corona luminosa, dos cuadriláteros bamboleantes y muchos papeles saliendo de una cartera. Su calva, sus anchurosos pantalones y su cartera; desde allí salían cuartillas blancas, cuartillas emborronadas, cuartillas semirrotas que habían dejado de serlo; y libros, y apuntes… y palabras: luminosas palabras que él luego iba prendiendo con una magia particular en el negro encerado de la clase, cruzado de sujetos, de complementos, de predicados31. Y en entrevistas y artículos periodísticos añade: Cuando nos enseñaba gramática, a veces se le acababa la pizarra donde escribía sus explicaciones y, entonces, nos hacía trasladarnos a otra aula, para, en la nueva pizarra, seguir la explicación. Y todo gracias a aquel maravilloso poder de generalización que po-seía Espinosa para hacer fácil lo difícil; para trazar rayas y esquemas en una pizarra, para emborronar el encerado de mil maneras, y sobre todo, para narrar y exponer con claridad cualquier oscuridad. Como Las Soledades de Góngora, modelo de explicación y recreación litera-ria; recreación que él mismo, sin darse cuenta, iba ordenando en uno de sus más hermosos ensayos32. También recuerda Armas Ayala cómo las aulas del antiguo instituto se aromaban de poesía cuando Espi-nosa descuartizaba una metáfora gongorina o cuando se iniciaba la cacería de sujetos y predicados sobre el negro encerado. Su amigo Domingo Pérez Minik vio a Agustín como un profesor cercano: Nunca pudo convivir con la pedantería española profesoral […], se estuvo corrigiendo siempre, el gusto del juego no le abandonó jamás y su labilidad insuperable fue repetidamente la piedra de toque para lograr la más sorprendente lucidez intelectual, humana o moral, no sujeta a ninguna academia, cátedra o inquisición33. En 1936 ideó un proyecto innovador de folletos de lecturas para escolares con el título de Girasol, para el que escribió un prólogo, seleccionó textos e hizo una portada que no se materializó porque la Historia lo arrolló y… ...LES CORTARON LAS ALAS Tras el golpe de estado del 18 de julio de 1936 contra el gobierno de la Re-pública, el triunfo del nacionalcatolicismo traería como consecuencia, de forma inmediata en Canarias, la depuración del profesorado que se había apartado de la ortodoxia oficial. Al parecer, Agustín escondió en el sótano del hotel Aguere los (33)Op. cit. (32)Diario de Las Palmas, 24/09/1954; 24/08/1955 y 18/09/1963, en ESPINOSA A.: Crimen. Textos 1934-1936. J.M. Pérez Corrales, Ed. Insoladas, 2018. (31)ARMAS AYALA, A. : «Espinosa, cazador de mi-tos », Instituto de Estudios Hispánicos, Puerto de la Cruz, 1960. CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 091 (34)Archivo General de la Administración, Alcalá de Henares, Madrid. ejemplares de su novela Crimen. Pero no se libra de que el 16 de septiembre de 1936 el gobernador civil lo declare cesante como funcionario del Estado. Agustín vuelve a Las Palmas y reside con su mujer y su hijo mayor en casa de su suegra, desde donde, en una carta dirigida a su amigo Eduardo Westerdahl, le dice: «vivo de prestado […], no tengo sueldo…». La tortura intelectual a la que es sometido y el encontrarse sin medio de vida, sumado al terror represivo que detuvo o hizo desaparecer a varios amigos (desde los salones de Fyffes o desde el templo masónico de la calle San Lucas, en Santa Cruz), lo llevaron el 14 de diciembre de 1936 a afiliarse a Falange Española y a renegar de su obra. A finales de marzo de 1937, la Comisión Depuradora C de Instrucción Pública de la provincia de Las Palmas decidió la «apertura de expediente para esclarecer la conducta de D. Agustín Espinosa García, profesor del Instituto Pérez Galdós de Las Palmas». Los cargos que se le imputaban eran: «Ser izquierdista, ser autor de la obra titulada “El crimen de Agustín” (sic) y haber intentado presentar en los cines de esta Ciudad una película inmoral y sacrílega»34. El 5 de febrero de 1938 encontramos a un Agustín Espinosa angustiado que escribe desde Las Palmas una carta a su prima María Teresa García Barrenechea, hasta 2009 inédita35, en la que parece replicar al poeta Donne cuando dice: La ISLA aísla mucho más de lo que en realidad parece. Y tanta agua azul, honda y áspera por medio. Luego yo no sigo mejor. Cada vez tengo menos humor y menos fuerza. Me fatigo por todo y hasta hablar me cansa. Soy una isla más dentro de la isla. Una isla en régimen de ulceroso y hambre de bienestar y noches durmiendo. Ya en su obra Crimen, en el capítulo titulado «Epílogo en la isla de las maldicio-nes », había presentido este sufrimiento: Esta isla lejana, en la que ahora vivo, es la isla de las maldiciones. Bulle a mí alrededor un mar adverso, de un azul blanquecino, que se oscurece en un horizonte marchito, vacío de velas latinas y de chime-neas transatlánticas. Hay bajo mis pasos una masa de tierra parda bajo puñales curvos de cactus, higueras mórbidas y aulagas doradas. Sobre unas rocas frontales se desmayan las sombras violetas de unas garzas. Yo, el hijastro de la isla. El aislado. La Comisión Depuradora, por unanimidad, en la misma ciudad que lo persigue, lo absuelve al sobreseer el expediente, y el 13 de abril de 1938 es repuesto en su cátedra. La razón debe de estar en que se afilió a Falange Española y, con la ayuda de sus amigos falangistas y de otros argumentos que constan en su pliego de descargo36, consiguió que la citada comisión de la provincia de Las Palmas propusiera su rehabilitación. Pero el peso de Crimen y la presión de los padres logran que ordenen su traslado al Instituto de Arrecife, luego sustituido por el de Santa Cruz de la Palma, en el que iniciaría el curso escolar 1939-1940, aunque «inhabilitado para cargos directivos y de confianza»37. Todas estas circunstancias le pasan factura y agravan su enfermedad durante su estancia en La Palma, don-de es operado de urgencia. Vuelve a Tenerife el 17 de enero de 1939, a la casa familiar de Los Realejos a la que siempre regresaba: a su verdadera casa, al aire bien conocido; un recinto que le acogía sin pasarle ninguna cuenta, en resumen, la vuelta última al paraíso perdido de su libertad38. (35)GARCÍA PÉREZ, A.M., y Rodríguez Espinosa, op. cit. (36)AGA, Alcalá de Henares, Madrid. (37)Op. cit. (38)PÉREZ MINIK, D., op. cit. CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 092 Esta vez le acompañan sus dos hijos, Joaquín y Fernando, y su mujer, Josefina, embarazada de su tercer hijo, Agustín, que nacerá en Los Realejos dos meses después del fallecimiento de su padre. Espinosa muere el 28 de enero de 1939, a los 41 años, en Los Realejos. Este es el motivo por el que su tumba se encuentra en el Cementerio de San Francisco del Realejo Bajo. LA HERENCIA DE AGUSTÍN ESPINOSA AGUSTÍN ESPINOSA Y EL COMPROMISO CON EL MEDIO AMBIENTE DE CÉSAR MANRIQUE Desde hace algunos años incorporamos al aula de los alumnos de la ESO y de ba-chillerato contenidos relativos a la Educación Ambiental y a Canarias, trabajando el Manifiesto de César Manrique titulado «Momento de parar» (1985), en el que se destaca «ese nuevo concepto Naturaleza-Arte»: Alcanzar la meta de la utopía es conseguir lo imposible.[…]. Por profecía del destino, en la isla de Lanzarote se logró el milagro de la utopía. El pueblo de Lanzarote ha conseguido, por primera vez en la historia, un sentido general de conceptos estéticos por sus ejemplares obras realizadas. Su insólita naturaleza, a través de un nuevo sentido esté-tico, ha podido lograrse por un nuevo concepto de Arte con profundo sentido didáctico. Así ha llegado […] a la aceptación plena del cuida-do de la belleza, de su arquitectura y de sus espacios. Tras su lectura se puede comprender nuestra sorpresa al preparar la exposición de 2009 y descubrir que no está todo perdido, que Agustín Espinosa ha llegado hasta nosotros a través del compromiso de César Manrique: Cualquier lugar de la tierra sin fuerte tradición, sin personalidad y sin suficiente atmósfera poética, está condenado a morir39. César Manrique se inspiró en la literatura de Agustín Espinosa, de quien se con-sideró siempre heredero, para defender su isla, y se nutre de la visión poética del paisaje que el escritor manifestó en su libro Lancelot, para cuya edición de 1968 hizo la portada: Una tierra sin tradición fuerte, sin atmósfera poética, sufre la amenaza de un difumino fatal […]. Lo que yo he buscado realizar, sobre todo, ha sido esto: un mundo poético […]. Mi intento es el de crear un Lanzarote nuevo. Un Lanza-rote inventado por mí. […]. Sustituyo lo concreto por lo abstracto. […]. La Isla por su mapa poético. […]. Construyo la geografía integral de Lanzarote40. En el año 1979, esta admiración que siente Manrique lo anima a colaborar con la Casa de Colón de Las Palmas de Gran Canaria en un homenaje41 en cuyo cartel anunciador él nos deja el retrato de Agustín Espinosa, y el antiguo alumno Alfonso Armas Ayala sus palabras: César […] ha querido, en homenaje especial, presentar «su» Agustín (39)MANRIQUE, C.: Lanzarote, arquitectura inédi-ta, 1974. (40)ESPINOSA, Agustín: Lancelot, 28º-7º. Textos 1927-1929, José Miguel Pérez Corrales (ed.), La Página Ediciones, 2013. (41)Citado en el periódico El Eco de Canarias, 25 de febrero de 1979. CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 093 Espinosa, el que adorna una página del cartel anunciador. Es, como hubiese dicho el mismo Espinosa, «una calva caminante e inquieta». Cortada por esa línea invisible de luz y sombra […] Espinosa y Manri-que transmitiéndonos, en estremecimiento amoroso, el secreto de una isla galopadora de sueños caballerescos. Y de dragones volcánicos. COSAS PENDIENTES A LOS 80 AÑOS DE SU FALLECIMIENTO Convertir su vivienda en una casa-museo en la que se exponga su vida y obra y la de los amigos que le acompañaron en el proyecto vanguardista de Canarias, represaliados y desaparecidos tras el 18 de julio de 1936. Incorporar al currículo oficial de los alumnos de Secundaria Obligatoria y de Bachillerato al mejor escritor surrealista español, que convierte la geografía de Canarias en literatura, al defensor de una visión poética del paisaje, al profesor innovador, pues no lo debemos olvidar por tantas razones. Todos estamos en deuda con él, como escritor, como amigo, como insular primero de las más serias apuestas. La memoria que no nos deja tranquilos42. BIBLIOGRAFÍA ARMAS AYALA, A.: «Espinosa, cazador de mitos», Instituto de Estudios Hispáni-cos, Puerto de la Cruz, 1960. ― y J.M. PÉREZ CORRALES: Textos 1927-1936, Aula de Cultura de Tenerife, 1980. CARR, R.: España,1808-1939, Ed. Ariel, 1970. ESPINOSA, A.: Lancelot, 28º-7º. Textos 1927-1929, José Miguel Pérez Corrales (ed.), La Página Ediciones, 2013. ― «Oda a María Ana, primer premio de axilas sin depilar de 1930», en Textos 1930-1931, José Miguel Pérez Corrales (ed.), Insoladas, 2017. ― Crimen. Textos 1934-1936, José Miguel Pérez Corrales (ed.), Insoladas, 2018. ― Media hora jugando a los dados. Textos 1932-1933, José Miguel Pérez Co-rrales (ed.), Insoladas, 2018. ESPINOSA GARCÍA, L.: «Vivencias de un colegio», El Día, 16 de abril de 1995. GARCÍA PÉREZ, A.M. y RODRÍGUEZ ESPINOSA M.: Agustín Espinosa, a los se-tenta años de su muerte, 1939-2009, catálogo de la exposición itinerante, Insti-tuto de Canarias Cabrera Pinto y Consejería de Educación y Cultura del Gobierno de Canarias, 2009. GUTIÉRREZ ALBELO, E. : Romanticismo y cuenta nueva, Gaceta de Arte, 1933. JORGE MILLARES, M., blog: Agustín Espinosa y la memoria surrealista del fran-quismo, 1 de enero de 2019. MANRIQUE, C.: Lanzarote, arquitectura inédita, 1974. MILLARES, S.: El faro y la noche, Ed. Barataria, 2014. PÉREZ CORRALES J.M.: «La conciencia de lo canario en Agustín Espinosa», Anuario del Instituto de Estudios Canarios, XXVIII-XXIX, 1987. Comunicación (42)PÉREZ MINIK, D.: op. cit. CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 094 presentada en el Salón de Actos de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, La Laguna, el día 10 de mayo de 1984. ― «El crimen de Crimen», en Crimen y otros escritos vanguardistas, Ed. Idea/La Página, Tenerife, 2007. ― «Crimen y otros escritos de 1934 a 1936», en Espinosa, Agustín: Crimen. Textos 1934-1936, José Miguel Pérez Corrales (ed.), Insoladas, 2018. ―Blog: https://espinosaobraenlibertad.blogspot.com/ Descarga gratuita de la obra completa de Agustín Espinosa y otros artículos, 2019. PÉREZ MINIK, D.: «Agustín Espinosa, aquí y ahora», El Día, 30 de noviembre de 1980. RODRÍGUEZ CABRERA, G: «Agustín Espinosa García y Los Realejos. Una reali-dad demasiado tiempo olvidada», en Homenaje a la profesora Constanza Negrín Delgado, Carlos Rodríguez Morales (ed.), Instituto de Estudios Canarios, La La-guna, 2014, pp. 595-618. RODRÍGUEZ ESPINOSA, M.: La casa mirador de la Calle Venus. Agustín Espino-sa en el Puerto de la Cruz. Conferencia impartida el 4/07/2016 en el Salón de Plenos del Ayuntamiento del Puerto de la Cruz, dentro del Ciclo «El IEHC con las Fiestas de Julio». VV.AA: La crisis del estado: Dictadura, República y Guerra (1923-1939), tomo IX, Historia de España dirigida por Tuñón de Lara, Ed. Labor, 1982. FONDOS DOCUMENTALES: -Archivo del Instituto de Canarias Cabrera Pinto, La Laguna. -Archivo del Instituto Agustín Espinosa de Arrecife. -Archivo General de la Administración, Alcalá de Henares, Madrid. -Archivo Municipal del Puerto de la Cruz.
Click tabs to swap between content that is broken into logical sections.
Calificación | |
Título y subtítulo | Agustín Espinosa, alumno y profesor, 1910-1939 |
Autor principal | García Pérez, Ana María |
Entidad | Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias |
Publicación fuente | Catharum: revista de Ciencias y Humanidades |
Numeración | Número 18 |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | Puerto de la Cruz |
Editorial | Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias |
Fecha | 2020 |
Páginas | pp. 079-094 |
Materias | Publicaciones periódicas ; Ciencias Sociales ; Humanismo ; Cultura ; Sociedad ; Canarias ; Tenerife ; Espinosa, Agustín (1897-1939) |
Enlaces relacionados | Enlace al editor: http://www.iehcan.com/category/publicaciones/catharum/ |
Notas | Número extraordinario de Catharum dedicado al autor Agustín Espinosa |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Tamaño de archivo | 1259520 Bytes |
Texto | CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 079 Agustín Espinosa, alumno y profesor, 1910-1939 Ana María García Pérez Al cumplirse ochenta años del fallecimiento del escritor Agustín Espinosa (1939- 2019), el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias y el MACEW, del Puerto de la Cruz, y la Tertulia de los Lunes, de Los Realejos, están llevando a cabo una serie de actos a los que nos sumamos con la exposición itinerante, didáctica y di-vulgativa que organizamos en el Instituto de Canarias Cabrera Pinto de La Laguna en 2009, en el setenta aniversario1 de la muerte del escritor, y que se recuperó para ser exhibida en el pasado mes de febrero en la Biblioteca Municipal de La Laguna y en mayo en la Sala Westerdahl del IEHC del Puerto de la Cruz. También colaboramos con una charla en La Laguna, Los Realejos y el Puerto de la Cruz sobre su faceta de alumno y profesor, contenida en este artículo. Agradecemos a José Miguel Pérez Corrales, catedrático de Lengua Española de la Universidad de La Laguna y especialista en Espinosa, el haber puesto a nuestra disposición su obra completa, que ha recopilado, y cuya publicación ha costeado, entre los años 2013 y 2018. EL ALUMNO AGUSTÍN ESPINOSA GARCÍA, 1910-1924 La etapa de formación como estudiante de Agustín Espinosa transcurre en un contexto conservador que abarca desde la Regencia de María Cristina de Habs-burgo (1885-1902) hasta 1923 –primer año de la Dictadura de Primo de Ri-vera–, durante el reinado de su hijo Alfonso XIII (1902-1931). La economía y la política las controlaba una oligarquía que se turnaba en el poder bajo la forma de dos partidos dinásticos, conservadores y liberales, en un sistema dominado por la corrupción y el caciquismo, en la época en que España pierde su imperio ex-terior y los conflictos coloniales dan paso a la crisis del 98. Pero también convive con elementos nuevos que surgieron lentamente: regeneracionismo, movimiento obrero, fuerzas políticas democráticas, nacionalismos periféricos… Agustín Espinosa nació el 23 de marzo de 1897 en la casa propiedad de su abue-lo, el número 6 de la calle Iriarte del Puerto de la Cruz, municipio en cuya parro-quia, en 1893, se habían desposado sus padres, naturales de Los Realejos. Los primeros doce años de Agustín conocieron las «callejuelas» y los «callejones», el caracoleo de sus en-senadas, el tráfago de la Ranilla, el sosiego de las clases de doña Rosa (1)GARCÍA PÉREZ, A.M. y M. Rodríguez Espino-sa, Agustín Espinosa, a los setenta años de su muerte, 1939-2009. Catálogo de la exposición itinerante, Instituto de Canarias Cabrera Pinto y Consejería de Educación y Cultura del Gobierno de Canarias, 2009. CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 080 Díaz de Machado –su primera maestra– y los infantiles escarceos en el huerto de la casa paterna […]2. En 1909, la familia se trasladó a la calle las Toscas de San Agustín, en Los Rea-lejos, a una casa perteneciente a la familia materna situada al lado de la que aún permanece en pie3, construida años más tarde, y a la que regresa siempre que sus estudios o su trabajo se lo permiten y en la que transcurren los últimos días de su vida. En ella, con la ayuda de su tío Manuel, «preceptor de casi todos los Espinosa –Agustín había tenido once hermanos–, hace sus primeros estudios prebachillerescos en compañía de sus primos y de sus hermanos»4, y prepara el examen de ingreso y de primero de bachillerato como alumno libre en el Instituto General y Técnico de La Laguna, primer instituto oficial de Canarias, fundado en 1846 y único hasta 1916 en que se crea el de Las Palmas. Durante un año en que permaneció en cama enfermo de una úlcera de duodeno (que le acompañará toda su vida), se aficionó a la lectura, germen del futuro escritor. Descubrimos a Agustín en una foto a los 14 años, edad en la que se traslada a La Laguna como alumno oficial, sentado de perfil en segunda fila junto a sus herma-nos y a su tío y maestro, Manuel García Estrada, al fondo, el segundo por la derecha. El tío Manuel García Estrada, progresista, poseedor de una vasta cultura y licen-ciado en Farmacia, fue el encargado de la educación intelectual de sus sobrinos y de prepararlos para el ingreso en el bachillerato; su destacada presencia en la familia, y entre los jóvenes sobre todo, va a ser determinante en la formación de (2)ARMAS AYALA, Alfonso: Espinosa, cazador de mitos, Instituto de Estudios Hispánicos, Puerto de la Cruz, 1960. (3)RODRÍGUEZ CABRERA, G.: «Agustín Espinosa García y Los Realejos. Una realidad demasiado tiempo olvidada», en Homenaje a la profesora Constanza Negrín Delgado, ed. Carlos Rodrí-guez Morales, Instituto de Estudios Canarios, La Laguna, 2014, pp. 595-618. La familia apa-rece empadronada en la casa que ha llegado a la actualidad en la calle las Toscas número 8 del barrio de San Agustín en Realejo Alto, en 1912. (4)ARMAS AYALA, Alfonso: Op. cit. Agustín adolescente, Fiestas del Carmen en Los Realejos, julio 1911. CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 081 todos ellos. Agustín, sus hermanos y primos disfrutaron y se beneficiaron ade-más de las bien dotadas bibliotecas familiares5. EN EL INSTITUTO GENERAL Y TÉCNICO DE CANARIAS DE LA LAGUNA, 1911-1916 Desde Los Realejos inicia el contacto con La Laguna, en cuyo instituto se inscri-be como alumno libre. Pero, a partir de los catorce años, curso 1911-1912, se traslada a dicho municipio para cursar segundo de bachillerato de forma oficial, residiendo en la pensión de don Tomás Yanes Cabrera, profesor del Instituto y de la Sección Universitaria, quien será, además, su tutor mientras estudia en el centro escolar. Durante su etapa lagunera disfrutará de la vida estudiantil –y del vaivén vespertino de la calle de La Carrera junto a sus compañeros6–, sin dejar de profundizar en la cultura ni abandonar su afición a la lectura, fruto de la labor educadora de su tío Manuel. Agustín se describe a los quince años como el taciturno muchacho […] que huía del mundo y de sus geografías oficiales y rituales aritméticas y gramáticas, para leer, a escondidas, largos novelones exóticos7 [...]. O como aquel ojeroso muchacho que leía, en los fríos y oscuros claustros de un internado escolar en La Laguna de Tenerife, las «Elegías Interme-dias », de Juan Ramón Jiménez; él, que soñaba sólo con un otoño muy largo, por donde pasaran, una de mano de la otra, las vagas sombras ateridas de unas lentas horas de domingo8. El archivo del instituto conserva su expediente de bachillerato y el examen de grado con el que lo finalizó el 30 de junio de 1916, con diecinueve años. (5)RODRÍGUEZ ESPINOSA, M.: La casa mirador de la Calle Venus. Agustín Espinosa en el Puerto de la Cruz, conferencia impartida el 4/07/2016 en el Salón de Plenos del Ayuntamiento del Puerto de la Cruz, dentro del Ciclo «El IEHC con las Fiestas de Julio». (6)ARMAS AYALA, Alfonso: Op. cit. (7)«Ballenas en Canarias», 1932, en Armas Aya-la, F. y Pérez Corrales, M.: Textos 1927-1936, Aula de Cultura de Tenerife, 1980. (8)Carta a Juan Ramón Jiménez, primer semestre de 1936, archivo de J. M. Pérez Corrales Expediente de bachillerato. Archivo del Instituto de Canarias Cabrera Pinto. CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 082 El examen libre de ingreso al bachillerato lo aprobó el 30 de septiembre de 1910; en el primer curso, libre también, obtiene tres sobresalientes (Len-gua Castellana, Geografía General y de Europa y Nociones de Aritmética y Geometría ) y un notable en Caligrafía. Como alumno oficial cursó los cinco restantes, en un plan de estudios que duraba en esos momentos seis años, aprobando con holgura. En general fue un buen alumno, con sobresalientes en Preceptiva Literaria y en Composición de cuarto curso (que nos orientan acerca de lo que interesaba al futuro escritor) y matrícula de honor en Latín y Francés de tercero y cuarto curso. Siempre estuvo exento de Gimnasia, debido, tal vez, a la enfermedad que pa-decía y que le obligó a volver a la casa familiar de Los Realejos durante los dos últimos cursos, desde donde se trasladaba puntualmente al instituto para realizar los exámenes. En este centro escolar fue alumno, entre otros, del entonces director, Adolfo Cabrera Pinto (Geografía e Historia), del poeta Antonio Zerolo Herrera (Lengua Española y Literatura) y de Baltasar Champsaur y Sicilia (Francés), para el que escribe un artículo necrológico cuando, estando en La Laguna, se entera de su fallecimiento, y recuerda agradecido sus enseñanzas9: […] me viene a la Sheaffer, como en líquida proyección, aquella aula de la clase de Francés en el viejo edificio del Instituto Provincial abierta, por inolvidables ventanas, a un jardín que aún sigue siendo su amigo.[…] Si a algún profesor debe el que esto escribe algo, ha de ser precisa-mente a don Baltasar Champsaur, el Hombre (con mayúsculas) que hacía de su cátedra algo más que una rígida y monótona disciplina: una verdadera escuela de cultura. Él nos daba (¡cómo lo recuerdo ahora!) revistas y periódicos extranjeros […]. Nos hablaba […] del Arte y de la Humanidad y de la Vida y del Más allá […]. Representó y fue, sobre todo, ejemplar arquetipo de una clase de profesor que no abunda desgraciadamente mucho en España. Alternador de cátedra y libro. Biclinio de educador y escritor. […] Otra vez, tengo que acudir al recuerdo.[…]. También, otra vez, la lagu-nera mañana y el aula de la clase de Francés sobre el sombroso jardín y la voz del profesor en el claro aire. Su examen de grado nos muestra la letra y firma de un alumno maduro que redacta, describe y resume bien el largo examen de cuatro temas relaciona-dos con tres materias: Geografía de España (Tema 1. Extremadura y Castilla la Nueva. Descripción general de estas comarcas. Descripción particular de las provincias que comprende); Historia General de la Literatura (Tema 2. Tra-gedia: modos de definirla. Etimología del nombre tragedia. Su división. Otros poemas dramáticos. Su división. El drama), y Agricultura y Técnica Agrícola e Industrial (Tema 1. El barómetro. Tema 2. Instrumentos y máquinas de reco-lección y trilla). (9)«Un recuerdo. A don Baltasar Champsaur, en el cielo de Las Palmas», La Prensa, 2/IX/1934, en Armas Ayala A. y Pérez Corrales M.: Agustín Espinosa: Textos (1927-1936), Aula de Cultura del Cabildo Insular de Tenerife, 1980. Aula de Francés en el Instituto General y Técnico de La Laguna. CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 083 EL ALUMNO UNIVERSITARIO EN LA LAGUNA Y GRANADA. EL DOCTORADO EN MADRID, 1916-1924 Agustín llega a la universidad en un momento en el que un buen número de sus estudiantes pedían una modernización de la cultura y de la sociedad que, ya des-de 1876, solicitaba la Institución Libre de Enseñanza (educación en libertad, coe-ducación, libertad religiosa, etc.). Inicia los estudios de primer curso de Filosofía y Letras (comunes con Derecho) en la Sección Universitaria lagunera ubicada desde 1916 en el edificio de la antigua Universidad de San Fernando en la calle San Agustín (excolegio jesuita y actualmente Real Sociedad Económica de Amigos del País). Continúa en Granada, donde, en 1923, se licencia en Filosofía y Letras. Agustín fue un alumno muy completo al que le gustaba estudiar, leer y escribir, por lo que, durante ese tiempo, continúa adquiriendo cultura y nuevos valores y se inicia como escritor. Sus primeros poemas tendrán influencia modernista y de Juan Ramón Jiménez, pero los veranos en el Puerto de la Cruz y en Los Realejos le permitirán encontrar pronto, en esa costa tan familiar desde su infancia y ju-ventud, su inspiración como escritor: los orígenes de su Lancelot10 tendría que buscarlos […] en pedazos inolvidados de la adolescencia. Probablemente en suspensos, los dos únicos suspensos que avaloran mi expediente universitario. […]. Uno de los suspensos fue en Geo-grafía. El otro, en Literatura. (De los dos me he vengado yo ahora ha-ciendo un libro en que me burlo de la Geografía y de la Literatura […]). Pero, para dignificarme en septiembre, tuve que llenar mi verano de mapas y biografías10 . A los veinte años publicó un artículo titulado «Noche de polichinelas», en el número 18 de la revista Castalia, fundada y dirigida por su amigo del Puerto Examen de grado. Archivo del Instituto de Canarias Cabrera Pinto. (10)«Despedidas literarias de Agustín Espinosa», publicado por primera vez en La Tarde, 17 de julio de 1980, cedido por su hermano Antonio Espinosa a José Miguel Pérez Corrales. En Es-pinosa, Agustín: Lancelot, 28º-7º. Textos 1927- 1929, José Miguel Pérez Corrales (ed.), La Pági-na Ediciones, 2013. CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 084 de la Cruz Luis Rodríguez Figueroa (también antiguo alumno del Instituto de Canarias), a quien dedicará en Lancelot el capítulo titulado «Biología del viento de Lanzarote». Al terminar la carrera se traslada a Madrid, donde permanece hasta 1924, con el fin de realizar, en el Centro de Estudios Históricos, su tesis doctoral sobre el ilustrado lanzaroteño José Clavijo y Fajardo, en la que obtuvo la calificación de sobresaliente11. El citado centro, al que el Ministerio de Instrucción Pública dio rango oficial, fue creado en 1910 por la Institución Libre de Enseñanza. En él realizaron gran parte de su labor historiadores como Ramón Menéndez Pidal o Claudio Sánchez Albornoz. Durante el doctorado en Madrid, Agustín se integró en los movimientos de van-guardia y colaboró en la revista La Gaceta Literaria. Esta debe de ser la razón por la que lo encontramos participando en el corto titulado Noticiario de Cine Club12, en el contenido 1: «La Gaceta Literaria iniciadora en 1927 de estos actos de aproximación histórica entre Castilla y Cataluña», junto a Giménez Caballero y, a su lado, en segunda fila, Rafael Alberti. Y en el contenido 6: «La crisis de la inspiración. Jóvenes escritores españoles meditan sobre esta crisis». Agustín Espinosa aparece en segundo plano saltando en el tejado de la imprenta de la citada revista, propiedad de Ernesto Giménez Caballero. Cuenta la familia13 que Agustín Espinosa conoció a Lorca, pero no ha aparecido la correspondencia que mantuvieron. Ambos coincidieron en la Universidad de Granada entre 1917 y 1919, y en Madrid, en centros vinculados a la Institución Libre de Enseñanza: el escritor granadino en la Residencia de Estudiantes entre 1919 y 1928 (en el mismo periodo que Luis Buñuel y Salvador Dalí, que apa-recen además en el corto), y Agustín en el Centro de Estudios Históricos entre 1923 y 1924, mientras realiza su tesis doctoral. EL PROFESOR AGUSTIN ESPINOSA, 1924-1939 ENTRE ISLAS ANDA EL JUEGO Anda, entonces, entre «mis» islas «mi» juego. Nos anda. Te anda y me anda. A su vuelta a las Islas, tras terminar el doctorado, Agustín compagina su faceta de profesor y de primer investigador del romancero canario en los pueblos de Tenerife («botánico de la poesía popular»14) con la de escritor. Como profesor se inicia siendo «ayudante durante dos cursos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de La Laguna» (1924-1926)15, y en 1927 pasa a impartir en-señanza secundaria en el Puerto de la Cruz, en el colegio de Segunda Enseñanza Tomás de Iriarte (más tarde Gran Poder de Dios), fundado por él y por algunos de sus hermanos y primos y el entonces alcalde, Isidoro Luz Carpenter, y del que además es nombrado primer director. […] a propuesta del Sr. Alcalde16 […] acordaron por unanimidad encar-gar del expresado Centro de Enseñanza al joven Doctor en Filosofía y Letras, D. Agustín Espinosa García […]. En un primer momento el colegio estuvo ubicado en la casa de Ventoso, edi-ficio que albergaba también la alcaldía y que sería, años más tarde, sede de (11)Se publicará en 1950 en Las Palmas de Gran Canaria, con prólogo de Ángel Valbuena Prat. (12)De este corto (de una duración aproximada de 10 minutos) están reproducidas algunas fotografías en el libro Agustín Espinosa, entre el mito y el sueño, tesis doctoral del catedráti-co de Literatura Española de la Universidad de La Laguna José Miguel Pérez Corrales, a quien agradecemos habernos cedido este documento visual del personaje. (13)Relatado a Germán Rodríguez Cabrera «por su hijo Agustín Espinosa Boissier, quien señala que parte de la correspondencia de su padre fue destruida por miedo a represalias políticas durante la Guerra Civil. En los archivos de la Fundación García Lorca no está a disposición de los investigadores buena parte de sus fondos, lo que ha impedido su búsqueda hasta ahora». (14)«Romancero de los pueblos del Sur de Tene-rife », 1932, en Armas Ayala, F. y Pérez Corrales, M.: Textos 1927-1936, Aula de Cultura de Te-nerife, 1980. (15)Hoja de servicios, adjunta al acta de toma de posesión como catedrático del Instituto de Ma-hón, Archivo del Instituto General y Técnico de La Laguna. (16)Acta del Ayuntamiento del Puerto de la Cruz, sesión 2 de noviembre de 1927, Archivo Muni-cipal del Puerto de la Cruz. CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 085 un colegio de los padres agustinos. Sin abandonar su faceta de enseñante, en 1928 Agustín Espinosa se traslada a Madrid a opositar a cátedra de enseñanza secundaria, participando su ausencia de esta localidad durante unos treinta días por tener que trasladarse a Madrid para hacer oposiciones a Cátedra, dejando encargado de la Dirección, y mientras está ausente, a Don Antonio Espinosa García, que en concepto de profesor viene dando clases en dicho Colegio17. En 200818 localizamos en el archivo del Instituto Canarias Cabrera Pinto un acta en que toma posesión como catedrático numerario de Literatura del Instituto de Mahón (Menorca) el 11 de julio de 1928, pues solicitó tomar posesión de este cargo en el de La Laguna (Canarias). En dicha acta dice que estaba exento del servicio militar porque figura inscrito en las listas electo-rales del pueblo de Realejo Alto, y que no ha emitido su voto por no haberse celebrado elecciones desde el año 1924. Seguramente se refiere al proyecto de Estatuto Municipal de marzo de 1924 que pretendía ser la carta magna de las libertades municipales, única reforma estructu-ral del sistema político español durante el Directorio Militar de la Dictadura de Pri-mo de Rivera. Pero el proyecto nació muerto, pues su aplicación suponía celebrar unas elecciones que nunca se llevaron a cabo, y Agustín se fue de la isla en 1928. LANZAROTE, 1928 Agustín nunca se incorporará al instituto menorquín, y se traslada a Lanzarote el curso 1928-1929, donde será primer director del Instituto Local de Segunda Enseñanza de Arrecife y profesor de Lengua Española y Literatura. El instituto fue inaugurado el 28 de julio de 1928, y el profesor toma posesión como Comisario Regio el 15 de octubre de 1928. En un acta19 consta que tenía la plaza en dicha ciudad menorquina, y además de la gratificación de 2.000 pesetas […] seguirán percibien-do los haberes reglamentarios que les correspondan […]. En el acta del primer claustro, celebrado el 9 de noviembre de 192820, figuran acuerdos que demuestran preocupación por la enseñanza: «Establecer el curso libre de repaso tanto para alumnos oficiales como libres. Solicitar al Presidente del Cabildo provea a las aulas del material científico más indispensable y urgente [según relación aportada por los profesores], de mesas y bancos...». Además, «conceder matrícula gratuita a dos hermanos […] que han acreditado que su pa-dre no posee ninguna clase de bienes […]». Lanzarote tiene la suerte de que Agustín le haya regalado Lancelot, 28º 7º. Guía integral de una isla atlántica. La originalidad de esta guía está en haber transfor-mado cualquier elemento geográfico en literatura, «reinventando» la isla: […] un libro21 en que me burlo de la Geografía y de la Literatura […] Cuando sentí la necesidad [de escribirlo] eché mano de Océano y de (17)Acta municipal de la sesión del 16/2/1928, Archivo Municipal del Puerto de la Cruz. (18)GARCÍA PÉREZ A. M y M. Rodríguez Espinosa: Op. cit. (19)Archivo del IES Agustín Espinosa de Arrecife, Lanzarote. (20)Ibídem (21)«Despedidas literarias de Agustín Espinosa», publicado por primera vez en La Tarde, 17 de julio de 1980, cedido por su hermano Antonio Espinosa a José Miguel Pérez Corrales. En Es-pinosa, Agustín: Lancelot, 28º-7º. Textos 1927- 1929. José Miguel Pérez Corrales (ed.), La Pági-na Ediciones, 2013, pp. 286-287. CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 086 Isla, y los vestí de libro, fundiendo, por este modo, los dos conceptos complementarios […]. Ese mismo año, el uno de febrero, el periódico La Prensa publica el «Primer Ma-nifiesto de La Rosa de los Vientos», que firma Agustín, y como su admirado Viera y Clavijo, defiende lo insular en lo universal… Somos marineros de todos los mares. Obreros de la universalidad […]. Saludemos a todos: africanos, asiáticos, malayos, americanos, europeos. Por siempre el océano en nuestros ojos nuevos […]. Hemos de levantar un semáforo en cada isla. LAS PALMAS, 1929-1935 Durante el curso de estancia en Lanzarote permuta la plaza de Mahón por una en el Instituto Nacional de Segunda Enseñanza Pérez Galdós de Las Palmas, en el que tuvo su destino oficial como funcionario hasta su muerte, ocupando la cátedra de Lengua Española y Literatura hasta 1935, año en que se traslada a Tenerife. La relación que había mantenido Espinosa con la Institución Libre de Enseñanza mientras hacía su doctorado puede ser el motivo por el cual, durante su estancia en Las Palmas, solicitó al Proyecto creado por la Junta de Ampliación de Estu-dios (con el apoyo del Ministerio de Instrucción Pública) una beca para conti-nuar formándose como profesor en el extranjero: París, en el curso 29-30, donde coincidió con su amigo el pintor surrealista tinerfeño Óscar Domínguez (también alumno del Instituto de Canarias), y Bucarest en el curso 30-31. El triunfo de los valores democráticos durante la Segunda República en Canarias (1931-1936) permite a Espinosa una total libertad creativa y escribir Crimen en 1934, con cubierta de Óscar Domínguez, de la que José Miguel Pérez Corrales dice que no es una obra para lectores fáciles o pusilánimes […]. Crimen es un libro de libertad, de autenticidad, de conocimiento […]. Lo común a todos los surrealistas es su estado de revuelta contra el mundo dado, su libre asociación como grupo-tribu […] que se identifica con la libertad desde un inconformismo visceral enriquecido de utopía22. En Las Palmas, en 1932, se casó con Josefina Boissier Castellanos, con la que tendrá tres hijos. En esta etapa de su vida desarrolla una intensa vida social, como demuestran las fotos recuperadas de su álbum familiar con su esposa y algunos amigos y familiares en Las Palmas, en Cádiz y en la playa de La Concha en San Sebastián. Pese a que en alguno de sus escritos («Carta a Juan Ramón Jiménez») se queja de que su trabajo de catedrático de instituto no le permite disponer de mucho tiempo libre para la creación literaria, encontramos a un profesor comprometido con la formación de sus alumnos, a los que considera hijos espirituales de los que se tie-ne que preocupar. A un profesor innovador que realiza, dicho en lenguaje actual, actividades complementarias y extraescolares, como dirigir una revista escolar con la que sus alumnos aprenden Lengua y Literatura practicándola, en la línea de (22)PÉREZ CORRALES, José Miguel: «El crimen de Crimen», en Crimen y otros escritos vanguar-distas, Ed. Idea/La Página, Tenerife, 2007. CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 087 las corrientes didácticas más progresistas del momento. La llamó Hoja Azul y en total tuvo cinco números (1931-1932). Pero no le darán tiempo para comprobar que lo que había sembrado tendría sus frutos, y que, entre sus alumnos de aquel entonces, se encuentran importantes escritores canarios que le recuerdan. VUELTA A TENERIFE, ABRIL DE 1935-18 DE JULIO DE 1936 Aunque tiene la plaza en propiedad en el Instituto Pérez Galdós de Las Palmas, desde 1935 hasta el 18 de julio de 1936 reside en Tenerife, adonde vuelve al ser nombrado director del primer instituto de Santa Cruz, dependiente del Instituto General y Técnico de La Laguna. Esta es la razón por la que conservamos en su archivo las actas de su toma de posesión, del primer claustro y de la comunica-ción del acto de inauguración al ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes. El periódico La Tarde, con fecha de 28 de marzo, se había hecho eco del recibi-miento a un Agustín que, triunfador, regresa a su isla: La noticia ha sido muy bien acogida por la opinión pública de nuestra isla, ya que se trata de uno de los valores intelectuales más destaca-dos del medio insular. Por su cultura, por su inteligencia, por ser un elemento representativo del viejo tinerfeñismo democrático y liberal, nos parece que ha sido un verdadero acierto encargar al joven cate-drático de la dirección del nuevo Instituto de esta capital23. En Santa Cruz será, además, presidente del Ateneo, y colabora en la revista Ga-ceta de Arte (1932-1936), vinculada al surrealismo en Canarias y a sus amigos vanguardistas. Entre ellos, Óscar Domínguez, quien interviene desde París para conseguir traer la Segunda Exposición Surrealista a dicha institución entre el 11 y el 21 de mayo de 1935. Procedía de Copenhague, París y Praga y luego con-tinuaría hacia Londres y Nueva York. Paralelamente, se celebraron encuentros y conferencias en Santa Cruz y en el Puerto de la Cruz en los que Agustín, que hablaba francés, será el traductor de André Bretón. Incluía la proyección de la pe-lícula surrealista de Buñuel La Edad de Oro, que no se llevó a cabo por la presión de periódicos conservadores y de asociaciones reaccionarias que la consideran inmoral y pornográfica. Durante esos años, Agustín eligió La Laguna para residir con su mujer y su hijo ma-yor en el hotel Aguere. Allí fue miembro del Instituto de Estudios Canarios, en el que impartirá una conferencia sobre Lope y Canarias; y, en la Universidad de La Lagu-na, en un curso sobre Romanticismo y Clasicismo, dará una conferencia que ilus-trará, de forma innovadora, con una proyección de pinturas y dibujos románticos. AGUSTÍN ESPINOSA, EL PERSONAJE Podemos llegar a conocer al personaje a través de las descripciones que hace de sí mismo y por las que de él hacen sus amigos. Todas ellas coinciden con la figura que dibuja, para un homenaje que le hicieron tras su muerte, su amigo y compañero en los Institutos de Arrecife y Las Palmas, Juan Millares Carló, de la que él mismo, como personaje de la novela El faro y la noche, nos deja, además, este comentario24: Así te dibujé, […] alejándote de espaldas, hacia poniente, como en aquellas películas de Chaplin que tanto te gustaban. Con tu sombrero Agustín Espinosa, detalle. Fondo Wester-dahl, 1935. (23)PÉREZ CORRALES, J.M.: «Crimen y otros es-critos de 1934 a 1936», p. 303, en Espinosa, Agustín: Crimen. Textos 1934-1936, José Mi-guel Pérez Corrales (ed.), Insoladas, 2018. (24)La caricatura de Espinosa por Millares Carló aparece reproducida en el artículo «Lugares es-pinosianos en la literatura y el cine canarios con-temporáneos », de Paula Fernández Hernández, de esta revista. CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 088 ladeado, y tu traje casi vacío sobre el cuerpo desencuadernado, y tu carpeta de poemas y papeles bajo el brazo. Pero la muerte te llamaba como el faro a la noche25. ESPINOSA A TRAVÉS DE ESPINOSA Yo jamás suelo enfadarme con nadie. Son los «nadies», por el contrario, quienes suelen enfadarse conmigo, sin saber yo siquiera por qué […]. Claro que yo tengo la buena costumbre de no escribir tarjetas de pé-same, de no responder a ciertos saludos, de no visitar a determinadas personas. Claro que yo me olvido con frecuencia de acudir a las citas cuya hora fijo yo mismo, de contestar a las cartas en que se me pide respuesta inmediata, […], de entusiasmarme con prosas vulgares, con gestas mediocres y con polares mitos.[…]. Yo no sería el Agustín Espinosa que aún soy y que quiero seguir siendo: el Agustín Espinosa, alias «arbolito»[…], el andaluz «desaborío» del Ate-neo de Madrid […], el profesor distraído de un Instituto provincial […].26 ESPINOSA A TRAVÉS DE SUS AMIGOS Emeterio Gutiérrez Arbelo nos lo describe en su poema «Apuntes para un retrato»: A Agustín Espinosa I Delgado. Delgado, de verdad. Afiladísimo. Siempre, siempre, clavado. II La rueda en loco giro. Pero siempre en su eje. Pero siempre en su sitio. III En la siniestra mano, un pajarillo disecado. En la diestra, mil juguetes, enrollados. En el meollo, erguido, un banderín mágico. Y en el corazón… no digo. Se prohíbe nombrarlo27. Domingo López Torres escribe en 1934: Él tiene en las bocamangas, los bolsillos, el sombrero, en los rincones más insospechados y en todos los desvanes del viento, infinidad de cuartillas que podrían componer un libro tan interesante y emotivo como él mismo […]. (26)ESPINOSA, A.: Media hora jugando a los dados. Textos 1932-1933, Pérez Corrales J.M. (ed.), «El arte nuevo de ser feliz. He aquí otra vez al impródigo», pp. 191-192, Ed. Insoladas, tomo 3, 2018. (27)GUTIÉRREZ ALBELO, E.: Romanticismo y cuenta nueva, Gaceta de Arte, 1933. (25)El faro y la noche es el título de la novela de Selena Millares, Ed. Barataria, 2014, en que narra, de forma novelada y basándose en los relatos familiares, la relación de su abuelo Juan Millares Carló con Agustín Espinosa. Del blog de su primo Michael Jorge Millares: Agustín Espi-nosa y la memoria surrealista del franquismo, 1 de enero de 2019 CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 089 Benjamín Peret, surrealista francés, en 1935 le escribe esta dedicatoria en su libro Dormir, dormir dans les pierres, que había publicado en París en 1927: A Agustín Espinosa, que se levanta como una montaña de espuma en una plaza pública. Y Domingo Pérez Minik: Eso quisiéramos nosotros, tenerlo aquí y ahora […], tal como fue, con su irreprimible alegría, la extraversión caudalosa, una imaginación al vien-to.[…]. Escuchándolo, si nos dejaba hablar, bien lanzado por los cerros de Úbeda, comunicativo y hasta frívolo […], el más surrealista de todos los españoles, porque sí, cuando lo creíamos en las nubes, andaba por la tierra. Una lección permanente de lealtad […]. Todo le preocupaba […], todo le apasionaba. Lírico, narrador, ensayis-ta, escribió también teatro, y la crítica literaria28. EL PROFESOR EN EL RECUERDO Las primeras referencias a Agustín como profesor que hemos localizado se de-ben a su sobrino Luis Espinosa García, y nos descubren a un profesor innovador: Ya de él se cuenta que, en los soleados pero fríos meses del invier-no canario, solía abandonar su aula, acompañado por sus alumnos, y pasaba al jardín interior, un jardín escalonado en terrazas, con algún tamarindo del que comían sus semillas y, sentándose en alguno de los bancos de piedra que lo adornaban, iniciaba la clase al aire libre y bajo la caricia del astro rey29. El mismo profesor innovador que continúa siendo en Las Palmas, comprometido con la formación de sus alumnos. Tenemos el testimonio de los hijos de su com-pañero y amigo Juan Millares Carló: El nuevo reencuentro se produce en el Instituto Pérez Galdós don-de los estudiantes –incluyendo a los hijos mayores de Juan Millares, que fueron alumnos suyos– adoraban su locura y el embrujo de sus clases. Lo llamaban cariñosamente «Medio Juicio», y realizaban con él la revista «Hoja Azul»; según Espinosa, el nombre aludía a la isla, vista como una mariposa frágil entre dos azules, el cielo y el mar. Ahí los animaba a escribir sobre el océano o sobre el cine, a leer a Lor-ca y Valle-Inclán, y hasta a Góngora... y Espinosa les contaba el mito de Pigmalión, que había resucitado estatuas, y lo comparaba con la República, que al modo de Pigmalión, había puesto a caminar un ca-dáver, un país sin esperanza30. Uno de los hijos de Millares Carló, Agustín Millares Sall, forma parte de los alum-nos en los que había sembrado la semilla de la literatura a través del trabajo en la citada revista escolar Hoja Azul. Él nos habla del importante papel que jugó el escritor en su formación, pues, «a través de la magia pedagógica de sus clases de Preceptiva Literaria, me puso en contacto con los poetas del 27 y el surrealismo». (29)ESPINOSA GARCÍA, L.: «Vivencias de un co-legio », conferencia impartida en el Salón de Se-siones del Ayuntamiento del Puerto de la Cruz y publicada en el periódico El Día, 16 de abril de 1995. (30)Del blog de Michael Jorge Millares: Agustín Espinosa y la memoria surrealista del franquis-mo, 1 de enero de 2019. (28)PÉREZ MINIK, D., El Día, domingo 30 de no-viembre de 1980. CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 090 De Alfonso Armas Ayala tenemos más datos: recuerda que a sus compañeros de sexto curso en Preceptiva Literaria les descubre a Góngora, Charlot y Aristóteles. Y a él, con diez años, la lectura de Platero. Nos lo describe como si tuviera delante el dibujo que le hizo Juan Millares: Y si a mano hubiera una tiza de colores, se le dibujaría así: una alta corona luminosa, dos cuadriláteros bamboleantes y muchos papeles saliendo de una cartera. Su calva, sus anchurosos pantalones y su cartera; desde allí salían cuartillas blancas, cuartillas emborronadas, cuartillas semirrotas que habían dejado de serlo; y libros, y apuntes… y palabras: luminosas palabras que él luego iba prendiendo con una magia particular en el negro encerado de la clase, cruzado de sujetos, de complementos, de predicados31. Y en entrevistas y artículos periodísticos añade: Cuando nos enseñaba gramática, a veces se le acababa la pizarra donde escribía sus explicaciones y, entonces, nos hacía trasladarnos a otra aula, para, en la nueva pizarra, seguir la explicación. Y todo gracias a aquel maravilloso poder de generalización que po-seía Espinosa para hacer fácil lo difícil; para trazar rayas y esquemas en una pizarra, para emborronar el encerado de mil maneras, y sobre todo, para narrar y exponer con claridad cualquier oscuridad. Como Las Soledades de Góngora, modelo de explicación y recreación litera-ria; recreación que él mismo, sin darse cuenta, iba ordenando en uno de sus más hermosos ensayos32. También recuerda Armas Ayala cómo las aulas del antiguo instituto se aromaban de poesía cuando Espi-nosa descuartizaba una metáfora gongorina o cuando se iniciaba la cacería de sujetos y predicados sobre el negro encerado. Su amigo Domingo Pérez Minik vio a Agustín como un profesor cercano: Nunca pudo convivir con la pedantería española profesoral […], se estuvo corrigiendo siempre, el gusto del juego no le abandonó jamás y su labilidad insuperable fue repetidamente la piedra de toque para lograr la más sorprendente lucidez intelectual, humana o moral, no sujeta a ninguna academia, cátedra o inquisición33. En 1936 ideó un proyecto innovador de folletos de lecturas para escolares con el título de Girasol, para el que escribió un prólogo, seleccionó textos e hizo una portada que no se materializó porque la Historia lo arrolló y… ...LES CORTARON LAS ALAS Tras el golpe de estado del 18 de julio de 1936 contra el gobierno de la Re-pública, el triunfo del nacionalcatolicismo traería como consecuencia, de forma inmediata en Canarias, la depuración del profesorado que se había apartado de la ortodoxia oficial. Al parecer, Agustín escondió en el sótano del hotel Aguere los (33)Op. cit. (32)Diario de Las Palmas, 24/09/1954; 24/08/1955 y 18/09/1963, en ESPINOSA A.: Crimen. Textos 1934-1936. J.M. Pérez Corrales, Ed. Insoladas, 2018. (31)ARMAS AYALA, A. : «Espinosa, cazador de mi-tos », Instituto de Estudios Hispánicos, Puerto de la Cruz, 1960. CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 091 (34)Archivo General de la Administración, Alcalá de Henares, Madrid. ejemplares de su novela Crimen. Pero no se libra de que el 16 de septiembre de 1936 el gobernador civil lo declare cesante como funcionario del Estado. Agustín vuelve a Las Palmas y reside con su mujer y su hijo mayor en casa de su suegra, desde donde, en una carta dirigida a su amigo Eduardo Westerdahl, le dice: «vivo de prestado […], no tengo sueldo…». La tortura intelectual a la que es sometido y el encontrarse sin medio de vida, sumado al terror represivo que detuvo o hizo desaparecer a varios amigos (desde los salones de Fyffes o desde el templo masónico de la calle San Lucas, en Santa Cruz), lo llevaron el 14 de diciembre de 1936 a afiliarse a Falange Española y a renegar de su obra. A finales de marzo de 1937, la Comisión Depuradora C de Instrucción Pública de la provincia de Las Palmas decidió la «apertura de expediente para esclarecer la conducta de D. Agustín Espinosa García, profesor del Instituto Pérez Galdós de Las Palmas». Los cargos que se le imputaban eran: «Ser izquierdista, ser autor de la obra titulada “El crimen de Agustín” (sic) y haber intentado presentar en los cines de esta Ciudad una película inmoral y sacrílega»34. El 5 de febrero de 1938 encontramos a un Agustín Espinosa angustiado que escribe desde Las Palmas una carta a su prima María Teresa García Barrenechea, hasta 2009 inédita35, en la que parece replicar al poeta Donne cuando dice: La ISLA aísla mucho más de lo que en realidad parece. Y tanta agua azul, honda y áspera por medio. Luego yo no sigo mejor. Cada vez tengo menos humor y menos fuerza. Me fatigo por todo y hasta hablar me cansa. Soy una isla más dentro de la isla. Una isla en régimen de ulceroso y hambre de bienestar y noches durmiendo. Ya en su obra Crimen, en el capítulo titulado «Epílogo en la isla de las maldicio-nes », había presentido este sufrimiento: Esta isla lejana, en la que ahora vivo, es la isla de las maldiciones. Bulle a mí alrededor un mar adverso, de un azul blanquecino, que se oscurece en un horizonte marchito, vacío de velas latinas y de chime-neas transatlánticas. Hay bajo mis pasos una masa de tierra parda bajo puñales curvos de cactus, higueras mórbidas y aulagas doradas. Sobre unas rocas frontales se desmayan las sombras violetas de unas garzas. Yo, el hijastro de la isla. El aislado. La Comisión Depuradora, por unanimidad, en la misma ciudad que lo persigue, lo absuelve al sobreseer el expediente, y el 13 de abril de 1938 es repuesto en su cátedra. La razón debe de estar en que se afilió a Falange Española y, con la ayuda de sus amigos falangistas y de otros argumentos que constan en su pliego de descargo36, consiguió que la citada comisión de la provincia de Las Palmas propusiera su rehabilitación. Pero el peso de Crimen y la presión de los padres logran que ordenen su traslado al Instituto de Arrecife, luego sustituido por el de Santa Cruz de la Palma, en el que iniciaría el curso escolar 1939-1940, aunque «inhabilitado para cargos directivos y de confianza»37. Todas estas circunstancias le pasan factura y agravan su enfermedad durante su estancia en La Palma, don-de es operado de urgencia. Vuelve a Tenerife el 17 de enero de 1939, a la casa familiar de Los Realejos a la que siempre regresaba: a su verdadera casa, al aire bien conocido; un recinto que le acogía sin pasarle ninguna cuenta, en resumen, la vuelta última al paraíso perdido de su libertad38. (35)GARCÍA PÉREZ, A.M., y Rodríguez Espinosa, op. cit. (36)AGA, Alcalá de Henares, Madrid. (37)Op. cit. (38)PÉREZ MINIK, D., op. cit. CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 092 Esta vez le acompañan sus dos hijos, Joaquín y Fernando, y su mujer, Josefina, embarazada de su tercer hijo, Agustín, que nacerá en Los Realejos dos meses después del fallecimiento de su padre. Espinosa muere el 28 de enero de 1939, a los 41 años, en Los Realejos. Este es el motivo por el que su tumba se encuentra en el Cementerio de San Francisco del Realejo Bajo. LA HERENCIA DE AGUSTÍN ESPINOSA AGUSTÍN ESPINOSA Y EL COMPROMISO CON EL MEDIO AMBIENTE DE CÉSAR MANRIQUE Desde hace algunos años incorporamos al aula de los alumnos de la ESO y de ba-chillerato contenidos relativos a la Educación Ambiental y a Canarias, trabajando el Manifiesto de César Manrique titulado «Momento de parar» (1985), en el que se destaca «ese nuevo concepto Naturaleza-Arte»: Alcanzar la meta de la utopía es conseguir lo imposible.[…]. Por profecía del destino, en la isla de Lanzarote se logró el milagro de la utopía. El pueblo de Lanzarote ha conseguido, por primera vez en la historia, un sentido general de conceptos estéticos por sus ejemplares obras realizadas. Su insólita naturaleza, a través de un nuevo sentido esté-tico, ha podido lograrse por un nuevo concepto de Arte con profundo sentido didáctico. Así ha llegado […] a la aceptación plena del cuida-do de la belleza, de su arquitectura y de sus espacios. Tras su lectura se puede comprender nuestra sorpresa al preparar la exposición de 2009 y descubrir que no está todo perdido, que Agustín Espinosa ha llegado hasta nosotros a través del compromiso de César Manrique: Cualquier lugar de la tierra sin fuerte tradición, sin personalidad y sin suficiente atmósfera poética, está condenado a morir39. César Manrique se inspiró en la literatura de Agustín Espinosa, de quien se con-sideró siempre heredero, para defender su isla, y se nutre de la visión poética del paisaje que el escritor manifestó en su libro Lancelot, para cuya edición de 1968 hizo la portada: Una tierra sin tradición fuerte, sin atmósfera poética, sufre la amenaza de un difumino fatal […]. Lo que yo he buscado realizar, sobre todo, ha sido esto: un mundo poético […]. Mi intento es el de crear un Lanzarote nuevo. Un Lanza-rote inventado por mí. […]. Sustituyo lo concreto por lo abstracto. […]. La Isla por su mapa poético. […]. Construyo la geografía integral de Lanzarote40. En el año 1979, esta admiración que siente Manrique lo anima a colaborar con la Casa de Colón de Las Palmas de Gran Canaria en un homenaje41 en cuyo cartel anunciador él nos deja el retrato de Agustín Espinosa, y el antiguo alumno Alfonso Armas Ayala sus palabras: César […] ha querido, en homenaje especial, presentar «su» Agustín (39)MANRIQUE, C.: Lanzarote, arquitectura inédi-ta, 1974. (40)ESPINOSA, Agustín: Lancelot, 28º-7º. Textos 1927-1929, José Miguel Pérez Corrales (ed.), La Página Ediciones, 2013. (41)Citado en el periódico El Eco de Canarias, 25 de febrero de 1979. CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 093 Espinosa, el que adorna una página del cartel anunciador. Es, como hubiese dicho el mismo Espinosa, «una calva caminante e inquieta». Cortada por esa línea invisible de luz y sombra […] Espinosa y Manri-que transmitiéndonos, en estremecimiento amoroso, el secreto de una isla galopadora de sueños caballerescos. Y de dragones volcánicos. COSAS PENDIENTES A LOS 80 AÑOS DE SU FALLECIMIENTO Convertir su vivienda en una casa-museo en la que se exponga su vida y obra y la de los amigos que le acompañaron en el proyecto vanguardista de Canarias, represaliados y desaparecidos tras el 18 de julio de 1936. Incorporar al currículo oficial de los alumnos de Secundaria Obligatoria y de Bachillerato al mejor escritor surrealista español, que convierte la geografía de Canarias en literatura, al defensor de una visión poética del paisaje, al profesor innovador, pues no lo debemos olvidar por tantas razones. Todos estamos en deuda con él, como escritor, como amigo, como insular primero de las más serias apuestas. La memoria que no nos deja tranquilos42. BIBLIOGRAFÍA ARMAS AYALA, A.: «Espinosa, cazador de mitos», Instituto de Estudios Hispáni-cos, Puerto de la Cruz, 1960. ― y J.M. PÉREZ CORRALES: Textos 1927-1936, Aula de Cultura de Tenerife, 1980. CARR, R.: España,1808-1939, Ed. Ariel, 1970. ESPINOSA, A.: Lancelot, 28º-7º. Textos 1927-1929, José Miguel Pérez Corrales (ed.), La Página Ediciones, 2013. ― «Oda a María Ana, primer premio de axilas sin depilar de 1930», en Textos 1930-1931, José Miguel Pérez Corrales (ed.), Insoladas, 2017. ― Crimen. Textos 1934-1936, José Miguel Pérez Corrales (ed.), Insoladas, 2018. ― Media hora jugando a los dados. Textos 1932-1933, José Miguel Pérez Co-rrales (ed.), Insoladas, 2018. ESPINOSA GARCÍA, L.: «Vivencias de un colegio», El Día, 16 de abril de 1995. GARCÍA PÉREZ, A.M. y RODRÍGUEZ ESPINOSA M.: Agustín Espinosa, a los se-tenta años de su muerte, 1939-2009, catálogo de la exposición itinerante, Insti-tuto de Canarias Cabrera Pinto y Consejería de Educación y Cultura del Gobierno de Canarias, 2009. GUTIÉRREZ ALBELO, E. : Romanticismo y cuenta nueva, Gaceta de Arte, 1933. JORGE MILLARES, M., blog: Agustín Espinosa y la memoria surrealista del fran-quismo, 1 de enero de 2019. MANRIQUE, C.: Lanzarote, arquitectura inédita, 1974. MILLARES, S.: El faro y la noche, Ed. Barataria, 2014. PÉREZ CORRALES J.M.: «La conciencia de lo canario en Agustín Espinosa», Anuario del Instituto de Estudios Canarios, XXVIII-XXIX, 1987. Comunicación (42)PÉREZ MINIK, D.: op. cit. CATHARUM Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Nº18, 2020 094 presentada en el Salón de Actos de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, La Laguna, el día 10 de mayo de 1984. ― «El crimen de Crimen», en Crimen y otros escritos vanguardistas, Ed. Idea/La Página, Tenerife, 2007. ― «Crimen y otros escritos de 1934 a 1936», en Espinosa, Agustín: Crimen. Textos 1934-1936, José Miguel Pérez Corrales (ed.), Insoladas, 2018. ―Blog: https://espinosaobraenlibertad.blogspot.com/ Descarga gratuita de la obra completa de Agustín Espinosa y otros artículos, 2019. PÉREZ MINIK, D.: «Agustín Espinosa, aquí y ahora», El Día, 30 de noviembre de 1980. RODRÍGUEZ CABRERA, G: «Agustín Espinosa García y Los Realejos. Una reali-dad demasiado tiempo olvidada», en Homenaje a la profesora Constanza Negrín Delgado, Carlos Rodríguez Morales (ed.), Instituto de Estudios Canarios, La La-guna, 2014, pp. 595-618. RODRÍGUEZ ESPINOSA, M.: La casa mirador de la Calle Venus. Agustín Espino-sa en el Puerto de la Cruz. Conferencia impartida el 4/07/2016 en el Salón de Plenos del Ayuntamiento del Puerto de la Cruz, dentro del Ciclo «El IEHC con las Fiestas de Julio». VV.AA: La crisis del estado: Dictadura, República y Guerra (1923-1939), tomo IX, Historia de España dirigida por Tuñón de Lara, Ed. Labor, 1982. FONDOS DOCUMENTALES: -Archivo del Instituto de Canarias Cabrera Pinto, La Laguna. -Archivo del Instituto Agustín Espinosa de Arrecife. -Archivo General de la Administración, Alcalá de Henares, Madrid. -Archivo Municipal del Puerto de la Cruz. |
|
|
|
1 |
|
A |
|
B |
|
C |
|
E |
|
F |
|
M |
|
N |
|
P |
|
R |
|
T |
|
V |
|
X |
|
|
|