El mito de lo Yasco en la forja
de la Yeneznela colonial
Manuel Hernández González
Introducción
Estudios recientes han cuestionado
la interpretación tradicional que pone especial
énfasis en la influencia decisiva de lo
vasco y la Compañía Guipuzcoana en la
configuración de la Venezuela colonial 1
•
Siguen en definitiva la línea abierta por los
trabajos de Arcila Farias2
, que sitúan el origen
real del auge de las exportaciones
cacaoteras a partir de 1670, vinculado al
desarrollo de vías alternativas como el comercio
con México, a las relaciones mercantiles
con Canarias o al contrabando.
Estos autores, al considerar la Compañía
como un intento claramente monopolista
del mercantilismo español para conectar las
rentas y el comercio venezolano con la
Monarquía, ponen en cuestión su eficacia
real. Su esfuerzo fiscalizador se fundamentó
sobre los pequeños cultivadores que vendían
sus producciones a los contrabandistas
en el Yaracuy y Barlovento, lo que explica
la animadversión que gozó entre ellos y
el odio hacia lo vasco personificado en las
rebeliones de San Felipe de 1739 y de Juan
Francisco de León de 1749.
Sobre su eficacia real, la rentabilidad
de las exportaciones canarias de cacao venezolano
a Cádiz llevaron a la Guipuzcoana
a intentar limitar y prohibir el comercio isleño
con el país del Orinoco3
, una relación
mercantil entre ese archipiélago y los puertos
venezolanos de carácter permanente
que subsistió durante el monopolio de la
Compañía, pero que curiosamente sigue
siendo ignorada por la historiografía venezolana,
incluso en obras recientes de la
CATHARUM
entidad del Diccionario de Historia de Venezuela
de la Fundación Polar. Similar "olvido"
es aplicable a la perspectiva demográfica.
Estudios basados en los libros de
casamientos de las catedrales, desde el pionero
de Iturriza Guillén sobre la Catedral
de Caracas al más reciente de Antonio
Macías Hernández sobre los foráneos en
las parroquias urbanas caraqueñas 4
, han
puesto en cuestión esa supuesta prevalencia
vasca, demostrando el carácter mayoritario
de los canarios incluso en la misma
capital de la colonia, con proporciones que
alcanzan el 75 '8% de los contrayentes blancos
inmigrantes entre 1710-29. Y ello a pesar
del carácter familiar de la migración canaria,
en la que el grueso de los inmigrantes
había contraído nupcias en su lugar de procedencia.
Proporción que alcanza niveles
superiores al 90% en el mundo rural en
pagos como La Vega o San Diego de los
Altos en el mismo Valle de Caracas. Sin
embargo, paradójicamente la más reciente
historiografía venezolana, anclada en los
tópicos tradicionales y parca en estudios
demográficos, no se ha enterado todavía que
al tener Canarias comercio directo con Venezuela
a lo largo de toda la época colonial,
e incluso con las vecinas islas antillanas extranjeras,
sus inmigrantes se embarcaban en
esos buques sin tener que registrarse en Sevilla,
por lo que nunca han figurado ni aparecerán
en las matrículas oficiales de pasajeros
a Indias.
Al tiempo que se medita abiertamente
sobre el alcance real humano y socio-económico
de la Guipuzcoana y los vascos, en
la misma Euskadi se cuestionan abiertamen-
C!THABUI
te los tópicos raciales arquetípicos que en
buena medida han servido para forjar la
mitología de lo vasco en la historiografía
venezolana. Continuando con la línea abierta
por Jon Juaristi, el antropólogo Mikel
Azurmendi en un extraordinario estudio
reciente5 ha puesto en cuestión los mitos
de identidad racial y pureza de sangre de
los que se sirvió la his:toriografía positivista
venezolana para sus interpretaciones racistas
que vinculaban el progreso venezolano
a la presencia en su suelo de una raza indómita
y legendaria que abrió el país hacia
el progreso. Un análisis crítico riguroso sob
re autores como Larramendi, que
significativamente sirven como soporte teórico
de las virtudes ancestrales y la hidalguía
de esa etnia, lo ha puesto en cuestión.
Sobre la edificación de ese andamiaje teórico,
que sigue en buena medida presente en
la actual historiografía venezolana, girará
este trabajo.
El precedente de Andrés Bello
Sólo un precedente, pero con características
analíticas diferentes, ensalzó la
contribución de la Compañía en la
historiografía venezolana anterior al positivismo.
Nos referimos a Andrés Bello, curiosamente
uno de los más claros ejemplos
de la estrategia familiar endogámica de la
migración canaria. Sus 8 bisabuelos y una
abuela se trasladaron desde las islas hacia
Venezuela. Todos ellos procedían del norte
de la isla de Tenerife y reforzaron esos vínculos
con tal casamiento. En su Resumen de
la Historia de Venezμela, impreso en el Calendario
Manualy Guía Universal de Forasteros para
e/año de 1810 fue un nuevo monopolio "tan
útil en su institución como ruinoso en sus
abusos, a favor del cual empezó a salir de la
infancia su agricultura y el país conducido
por la mano de una compañía mercantil,
empezó a dar los primeros pasos hacia su
adelantamiento. La metrópoli recobró un
ramo de comercio que se había substraído
injustamente de su autoridad". En Bello se
aprecian las contradicciones de un discurso
que es todavía genuinamente ilustrado. Afirma
que a la Guipuzcoana "tal vez podrían
atribuirse los progresos y los obstáculos que
han alternado la regeneración política de Venezuela".
Al vincular con ella" el impulso a
la máquina que planteó la conquista y organizó
el celo evangélico, estaba sentando las
bases de su supuesto papel regenerador.
Dice que supuestamente integró a los conquistadores
y conquistados en una sola familia,
prosperando "el sudor común con
que regaban en beneficio de la Madre patria
una tierra hasta entonces tiranizada por
el monopolio de Holanda". Hoy sabemos
que es un planteamiento erróneo porque
por esas fechas el comercio principal era
con México, pero a esos postulados le siguen
unos planteamientos étnicos bajo el
disfraz de la Ilustración: "la actividad agrícola
de los vizcaínos vino a reanimar el desaliento
de los conquistadores y a utilizar bajo
los auspicios de las leyes la indolente ociosidad
de los naturales". Aquí encontramos
por ver primera el determinismo geográfico
y étnico como justificación del progreso
social, un condicionante que convertirá en
ciencia el determinismo. Poco importa que
el desarrollo cacaotero fuera muy anterior
a la Guipuzcoana y que ésta lo que hiciera
fuera imponer sus condiciones de exportación
a los pequeños cultivadores a través
de leyes como la alternativa y procedimientos
de vigilancia tales como la prohibición
de llevar por mar la producción a La Guaira
o el acrecentamiento del control con buques
de inspección6
•
Para Bello la virtud de la Compañía
fue sacar a Venezuela de la infancia. Parte
de un error histórico al suponer que a ella
se debe el tráfico con México, cuando es
justamente al contrario: "Tales fueron los
©Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2015.
efectos que harán siempre apreciable la institución
( ... ) si semejantes establecimientos
pudieran ser útiles cuando las sociedades
pasando de la infancia no necesitan de las
andaderas con que aprendieron a dar los
primeros pasos hacia su engrandecimiento".
Pero una vez adulta quiso ya Venezuela
"desembarazarse de los obstáculos que
le impedían el libre uso de sus miembros".
Es ahí, en ese punto, en el que se convierte
en un abuso para el pensamiento
librecambista del caraqueño: "su preponderancia
en el país burlaba todas las precauciones
con que Carlos III quiso conciliar
sus intereses, los de sus vasallos de Venezuela
y los de su propio erario. La Compañía
abusó en tal manera de todo que fue
necesario pensar en una verdadera y sólida
reforma"7
• Desde esa perspectiva Bello
muestra algunas claves del pensamiento
determinista posterior que le convierte en un
precedente, pero está todavía imbuido de la
ideología productivista de la Ilustración.
La firme oposición de Baralt
U na interpretación crítica a la contribución
de la Guipuzcoana y de los vascos
a la sociedad colonial venezolana es la
del marabino Rafael María Baralt en su Resumen
de la Historia de Venezuela de 1841.
Para éste, "lo que al gobierno y a la colonia
convenía era precisamente lo que desagradaba
a los factores guipuzcoanos; los cuales
no dejaron escapar sin provecho ninguna
coyuntura favorable de sus privilegios.
( ... ) Para este tiempo había hecho ya la compañía
infinitos males a la comarca, y aun
hubo momento en que sus violencias estuvieron
a punto de producir una terrible guerra
civil". El haber levantado vastos y bellos
almacenes y la defensa de los puertos
en las guerras contra los ingleses son los
únicos beneficios que "la provincia debió a
la Compañía Guipuzcoana en la suposición
CATHABUM
generosa de que se hiciesen por miras iguales
de interés propio y de beneficio público.
No bastan con todo a compensar los males
que produjo"8
•
A diferencia de los historiadores posteriores,
imbuidos de determinismo geográfico
y racial, Baralt interpreta la actuación
de la Compañía con criterios estrictamente
económicos. Nada visceral en las pasiones
independentistas, a pesar de haber participado
en la Guerra y de exiliarse con sus
padres en Santo Domingo, su análisis se
fundamenta en criterios socio-económicos.
Rafael María Baralt
Es precisam~ afán monopolista de esta
empresa la raíz de la disidencia: "Los factores
estancaron el precio de los frutos, como
únicos que podían comprarlos, pues, aunque
se presentaban algunos cargadores para
Canarias y Veracruz, la compañía impedía
que contratasen por sí mismos, vendiéndolas
ella a precios moderados lo que necesitaban".
Con precisión recoge la existencia
de esa doble competencia legal que parece
ser olvidada por la historiografía contero-
©Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2015.
CATH!BilM
poránea que olvida que Canarias comerciaba
con Venezuela antes y durante su monopolio.
Es el primero que deja clara las estrechas
conexiones entre el poder político
y la empresa: "los gobernadores, nombrados
por el rey jueces conservadores de la
compañía y ganados por el oro de ésta, no
eran sino meros instrumentos de sus caprichos
y violencias. Prohibiose a los capitanes
de buques y a los cargadores que pagasen
el cacao a mayor precio que ella lo hiciese.
Todos los tenientes justicias de aquellos
pueblos en donde el comercio producía
alguna utilidad eran nombrados de en-tre
sus dependientes. E' stos hacían al mis-mo
tiempo el comercio exclusivo en los lugares
de sus jurisdicciones respectivas, obligando
a los labradores a venderles los frutos
de primera necesidad". Obviamente las
conexiones entre la Compañía y el poder
establecido, incluido el propio Consejo de
Indias eran más que manifiestas. Baralt no
las ignora9 •
Se ha dicho falsamente que el planteamiento
de este historiador está imbuido
de una concepción antiespañola que nace
de su odio a la metrópoli y que lleva a considerar
a las rebeliones contra la Compañía
como génesis de la emancipación. Quien
observe su trayectoria personal abandonaría
de antemano tal juicio a priori nacido de
la ignorancia. Se sintió español hasta el punto
de residir muchos años en ese país y servirle
como diplomático. Sus juicios sobre la
rebelión de Juan Francisco de León desde
luego nada tienen que ver con esa dialéctica
independentista. Lo que pretendían los
insurrectos era "la supresión de la compañía".
Su interpretación de los planteamientos
del canario lo sitúa con gran objetividad
en la antítesis de su consideración como
un líder anticolonial: "Parecía hombre mejor
para reprimir revoluciones que para hacerlas,
según era de profundo su respeto a
las autoridades y de grande el horror que
veía toda especie de violencia v uesacato
hecho a la Majestad de las leyes y de los
tribunales. No carecía ni de valor ni de seso,
mas para ser caudillo de un levantamiento
popular, confió demasiado en la sola justicia
de su causa, creyó demasiado en las promesas
de los opresores y cometió el error
de hacer a éstos dispensadores del remedio
que pudo poner él mismo con las armas" .10
Sus planteamientos, pues, son plenamente
liberales, herencia directa del espíritu
ilustrado, que trata de buscar en la historia
socio-económica una explicación a los
hechos.
La irrupción del positivismo. La interpretación
de Aristides Rojas
Con la llegada al poder de Guzmán
Blanco se asiste al profundo impacto del
positivismo entre las élites venezolanas.
Durante los 60 y los 70 se introduce a través
del científico alemán Adolfo Ernst, profesor
de Historia Natural en la Universidad
Central de Venezuela. Rafael Villavicencio,
Arístides Rojas y Vicente Marcano dan pie
a esa escuela que presta especial interés a
tales cuestiones. Sus escritos atraen a las
nuevas generaciones a la lectura de pensadores
como Comte, Darwin, Saint-Simon,
Taine, Lebon o Spencer. El evolucionismo
se impone en el pensamiento socio-político
y científico. La debilidad de la Iglesia hace
que fuera escasamente cuestionado.
Pese al carácter crítico hacia los tópicos
racistas más vociferantes, los pensadores venezolanos
son esencialmente deterministas.
Aceptan la influencia del clima, la raza, la higiene
y la tecnología en el progreso de la sociedad.
Consideran indispensable la inmig:ración
europea para blanquear el país. Migración
que representa el progreso social y económico
frente al pueblo ignorante y mestizo.
Un investigador venezolano ha denominado
a Venezuela desde ese punto de vista como
©Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2015.
un país con café con leche, aplicando una
caracterización de 1944 de Andrés Eloy
Blanco11 •
El concepto de la identidad venezolana
como mestiza y la afirmación de la
modernidad a través de la incrustación de
la migración europea, refuerzo de los elementos
blancos en su composición étnica,
ha sido una constante en las claves de su
pensamiento socio-político. Arístides Rojas,
de origen dominicano, fue el ideólogo e
historiador por antonomasia en esa etapa.
Defendió en su obra su convicción de que
la civilización en Venezuela era obra de una
nueva cultura en directo y progresivo cambio
desde la sociedad de conquistadores e
indígenas hacia una metamorfosis. Minimiza
la aportación negra, que limita a los Valles
costeros de Aragua y el Tuy. Fuera de
esa región los descendientes de los antiguos
esclavos se mezclaron con otros venezolanos
desapareciendo todo signo de distinción
como grupo racial. Dejaron algunos
elementos folclóricos, pero ninguna huella
como tales en la sociedad nacional. La idea
de Rojas era considerarlos un anacrónico
segmento de una sociedad modernizada.
No considera que su restringida presencia
afectaría negativamente al carácter de las
nuevas generaciones. La inyección de sangre
europea en una sociedad mestiza haría profundizar
en las tendencias renovadoras12
•
Desde esa perspectiva se explica el
carácter prevalente de lo vasco en la modernización
de la Venezuela colonial. El
determinismo de la raza es el agente del
progreso social. Nada más esclarecedor al
respecto sobre sus juicios que su opúsculo
El elemento vasco en la Historia de Venezuela13
•
La lectura de su primera página no deja lugar
a dudas sobre esa gama de "tópicos
irredentos y ancestrales:" Hay un pueblo
cuya historia remonta a la noche de los tiempos,
cuyos hábitos, tradiciones y lenguaje
no se han perdido al través de los cataclis-
CATP.~RUM
mos humanos, cuya nacionalidad, como un
fuero de los antiguos privilegios, se ha conservado
en el transcurso de los siglos, después
de luchas sangrientas y de episodios
sublimes que los anales del mundo registran,
como los puros blasones de la raza
primitiva que pobló en remotas épocas el
suelo ibero. Ese pueblo es el vasco". Brillante
corolario de caracteres puros que le
dan un matiz excepcional: "Indómito, guerrero,
generoso, altivo, con sus tradiciones
seculares, con sus costumbres austeras, con
la sangre de sus hijos en las rocas de sus
montañas, él representa en todos los tiempos
de la historia, a la luz o a la sombra, la
nacionalidad por excelencia, la independencia
sin trabas, el espíritu de la libertad civil y
de la voluntad popular". A que nos conduce
esta diatriba, al "pueblo sin mezcla
que ha resistido la acción absorbente del
tiempo", que es "tan antiguo como el mundo",
que resistió las cadenas de Roma, que
"está solo, incrustado en el suelo de España,
e independiente y libre, porque antes de
español el vasco es vasco''. Cuando todo se
evapora, ellos permanecen, "nosotros no
datamos". Es "la nacionalidad triunfante'
( ... ) ¡cómo podríamos multiplicar los ejemplos
de heroísmo patrio y de abnegación
sublime de este pueblo sin rival para quien
su independencia su talismán y su gloria!"14
•
Los vascos están solos, pero siempre
vencen en todo tiempo y lugar, "tienen por
escudo la gloria de sus progenitores, por
divisa su nacionalidad y por retirada sus
montañas". Pertenece "a todas las glorias y
a todos los lugares". En América está presente
por todas partes, "donde se inmortaliza
con los hechos". Pero su contribución
se dirige especialmente a "una sección del
continente donde a las aventuras dramáticas
se hermanan las ideas civilizadoras; donde
numerosas familias de origen vasco se
conservan como herederas de grandes virtudes
cívicas y privadas y donde la más pura
©Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2015.
C!TH!BUM
gloria irradia sobre España de una manera
admirable. Nos referimos a Venezuela". Los
vascos son los españoles puros, sih mezcla
de raza, con todos los valores consustanciales
a ese prototipo que se mantienen
como tales en el país del Orinoco y portan
en él la civiliza-ci6n.
Mantiene la
misma idea que el
regidor vasco de
Caracas Manuel
de Francia sostuvo
sobre los canarios
al contraponerlos
con los de su nac1.0 ' n para ne-gar
su part1c1paci6n
entre los españoles
en la alternancia
de los alcaldes.
No eran "españoles
legítimos
o castizos"15
•
A esa raza
ind6mita y pura
se le deben todos
los valores que
considera positimenes
de la riqueza venezolana y saca al
país "del triste estado en que yacía después
de la conquista", en el que el contrabando
les mantenía en la incuria y la negligencia.
A los vascos se les debe esa liberaci6n. Eran
por imperativo de raza "los varones fuer-vos:
al proporcio- Casa guipuzcoana, en La Guaira
nar "la virtud
austera en el co-razón
de nuestros hogares, el elemento
vasco como heredero de los grandes hechos,
contribuyendo a la emancipaci6n de
Venezuela, a la celebridad de sus hombres,
a la independencia y sostén de la Patria y
a la gloria inmortal del primero y más
grande de sus hijos"16
•
Tras narrar las aventuras de Lope de
Aguirre, que "dej6 su nombre infamado en
las páginas de la historia patria, aborda la
fundación de la Compañía Guipuzcoana. Su
exaltaci6n no es poco menos que entusiasta.
Los vascos fundan con ella "el principio
de una época inmortal". Siembra los gér-tes,
los emprendedores esforzados que
abrieran para Venezuela el principio de una
época venturosa". Fueron "los primeros
innovadores y los verdaderos creadores de
la industria agrícola". Eran mercaderes, pero
no burgueses cualquiera. Sus privilegios
como asociaci6n mercantil les daban "un
carácter de respetabilidad hasta entonces
desconocido en los países de América. Todavía
más: era un mérito de honra, nuevo e
ilustre blasón ( ... ).Era la primera aristocracia
mercantil fundada en el Nuevo
Mundo"17
•
La oposición a ella sólo podría
©Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2015.
proceder de "partidas de hombres ignorantes
y corrompidos". Como consecuencia
de su eliminación por el Gobierno en
Yaracuy habría sobrevenido la paz. El progreso
procedía de criterios raciales. Todo
se debía a las virtudes ancestrales de esa
raza legendaria que liberó a Venezuela de
la barbarie reinante hasta entonces. El loor
no tiene desperdicio y merece recogerse:
"Al hacha de los vascos quedaron derribados
los árboles seculares, testigos de la
conquista y aparecen las sementeras en relieve
a impulso del arado generoso ( ... ) .
Por dondequiera, el aire de vida y el trabajo,
que es el alma de los campos, invita
a la faena, y los pueblos, saliendo de la
apatía, se visten con los colores de Flora.
De uno a otro extremo de la colonia, fa-
. milias vascas, al frente de cada factoría,
obedecen al impulso dado y la tierra selvática
desaparece en grandes proporciones
para transformarse en ricas y pingües
arboledas, donde prosperan los frutos de
la zona tórrida". Prosigue el relato narrando
líricamente la multitud de cultivos y
ventajas que la labor de los vascos hizo
germinar en Venezuela para decir que no
sólo ostentó el vasco su pujanza en el
cultivo de la tierra y en el incremento del
rebaño, sino en la construcción de nuevos
pueblos por toda su geografía, hasta
las orillas del Portuguesa y el Apure, que
pasaron de "regiones selváticas en centros
de movimiento y lucro"18
• No importa
que le falle la cronología en el proceso
de implantación de cultivos y la ocupación
de territorios, da lo mismo, no hay
argumentos ni análisis históricos documentados,
lo único trascendental es el
determinismo étnico de una raza aristocrática,
sin mezcla ni tacha.
Tras la Guipuzcoana "la labor civilizadora"
de "esa colonia de vascos que había
fundado la agricultura el trabajo sistematizado,
el hogar con todas sus virtudes
CATillRUM
en armonía con los intereses sociales bien
entendidos" continúa, pero ahora con individuos.
Expande la agricultura por doquier,
a ellos se debe el poderío de los valles
de Aragua. Todo a ellos se debe: el añil, el
algodón, la caña de azúcar ... Su labor dejó a
sus hijos "por herencia provechosa las virtudes
del hogar y el amor al trabajo y a la
patria". Aportaron a Venezuela la familia y
la patria. Por ello los linajes que descienden
de ellos guardan como reliquia "las costumbres
austeras de los tiempos pasados, la tenacidad
en el cumplimiento del deber, la
honradez en el trato y hasta rigidez en sus
opiniones". La guerra de independencia
desde esa perspectiva es para Rojas la continuidad
de su obra. A pesar de la acción
del tiempo sólo lo vasco ha logrado conservarse,
ninguna raza como ella desempeñó
en la historia de la colonia "un papel
tan fecundo en beneficios como útil en
sus tendencias"19 •
El culmen de ese proceso es la figura
de Bolívar, corolario de todo lo sublime de
la herencia vasca, a la que dedica 36 páginas.
En ella inserta la traducción de los
patronímicos de los vascos en Venezuela,
predilección que curiosamente ha sido después
muy ejercitada por la historiografía
venezolana ensalzadora de talas virtudes
ancestrales, aunque sin citar la procedencia20
. La trascendencia de lo vasco en la
Venezuela colonial la contrapone con la ausencia
prácticamente total de ésta desde la
independencia. No se explica cómo no han
venido a cultivar la patria de sus antepasados.
Sólo a orillas del Río de la Plata es "donde
los vascos modernos, hace treinta años,
han querido fundar su patria americana"21
Aunque no lo dice Rojas porque entraría
en contradicción con la continuidad
de los lazos familiares y étnicos vascos teorizados
con anterioridad, se desprende de
todo ello que la ausencia de migración vasca
en el siglo XIX venezolano fue una de
©Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2015.
C!TH!BUM
las causas de la decadencia de ese país, que
logró incrustar esa sangre "liberadora" en
la decadente mestiza y meridional. Toda vez
que sólo llegaban en cantidades significativas
emigrantes canarios, se repetirían los
males ancestrales que sólo los vascos supieron
contrarrestar.
Arraigo y continuidad: Gil Fortoul y
Rivas
Robert J. Ferry recoge lo sorprendente
del fuerte arraigo y pervi~encia de las
tesis oficiales de la Compañía Guipuzcoana
hasta en la historiografía venezolana más
reciente. Fue indiscutiblemente
la política de la alternativa
y el dominio sobre el
régimen de precios lo que llevó
a los caraqueños después
de 1739 al contrabando y no
justamente a la inversa. La
Compañía no controló el
contrabando; antes bien, su
actitud monopolista lo convirtió
en imprescindible para
la supervivencia, sobre todo
en las pequeñas haciendas.
Las ex.p ortacione. s de cacao
no tuvieron precisamente su
apogeo en la etapa en la que
la política gubernamental la
favoreció abiertamente22 •
Gil Fortoul hiw suyos
los planteamientos de Rojas.
Firme partidario de las doctrinas
pos1uv1stas y
evolucionistas, acepta el clima
y la raza como determinantes
de la evolución nacional.
Las guerras civiles venezolanas
eran la evidencia de
la escasa afluencia de emigración
europea. En su obra "El
hombre y la historia insiste
en la ausencia de un elemento racial puro
en el mundo hispanoamericano. Varias centurias
de mestizaje habían creado un pueblo
de origen multirracial. En la Venezuela
de 1890 domina la vida social una combinación
de aluviones étnicos y culturales diferenciados
por la herencia y el medio físico.
Su progreso vendría tanto por la afirmación
de los elementos blancos presentes
en la mestiza Venezuela, como en la afluencia
masiva de millones de inmigrantes europeos
que absorbiesen la población
autóctona. Sería esa migración la que conduciría
a la firme inclusión del país en una
sociedad capitalista moderna.
©Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2015.
En su obra más lograda, la Historia
constitucional de VeneZfiela, expone alguno
de los elementos claves de su pensamiento
sociopolítico. Dentro de él lo vasco
como factor étnico de modernización es
también otro tópico presente. Su manipulación
ciertamente llama la atención. A
los productores les daba lo mismo vender
a la Guizpuzcoana que a los holandeses,
sólo que era un mercado más seguro
y que recibía mayor proporción de mercancías.
Además gracias a ella se trajo
mayor número de esclavos. Desde el punto
de vista político originó "la hasta entonces
pobre e inculta colonia venezolana
( .... ) libros, ideas, moderno espíritu
emprendedor. Hombres arrastrados en su
mayoría por el movimiento que iba a culminar
en la Enciclopedia y en la Revolución
Francesa. Guipúzcoa, vecina de Francia
y hogar de una raza noble que juntó
siempre las energías del trabajo con el espíritu
de independencia, vino a modernizar
en lo posible el anticuado régimen de
los conquistadores". Hasta el café se debió
a su impulso. La rebelión de Juan
Francisco de León fue desde esta perspectiva
la manipulación de "las prerrogativas
de la clase oligárquica constituida por
los grandes propietarios de la tierra, descendientes
de los conquistadores y
encomenderos", que se oponían a la modernización
para proteger "sus rutineros
sistemas de cultivo y comercio" para él
"las turbulencias de 17 49 a 1752 nacieron
y se alimentaron de una pretensión egoísta
y nada patriótica de la oligarquía territorial".
Una elite que, gracias a su influjo,
fue capaz de abrir sus puertas al mundo
civilizado con la primera revolución social
y política. Por tanto a la etnia vasca se
le deben todos los progresos de la Venezuela
colonial. Afirma que "fue infinitamente
más civilizador que la enervadora
rutina en que todavía vegetaban estas
CA7HARUM
regiones dos siglos después de la llegada
de los conquistadores. Cuando la compañía
perdió su monopolio mercantil,
quedó siquiera el espíritu progresista que
ella introdujo con sus factores, empleados
y obreros, pertenecientes todos a la
parte más enérgica y emprendedora de la
población peninsular. Fuerza es, pues, repetir,
que a ella se debió principalmente
la relativa prosperidad en que se hallaba
la Colonia al proclamar su independencia"
23. Poco importa que el auge del comercio
del cacao se debiese al tráfico con
Nueva España, o que la compañía hubiera
encarecido seriamente las mercancías,
o que bajase la cotización del cacao, o incluso
que fracasase estrepitosamente en
el suministro de esclavos hasta el punto
de que se ha llegado a decir que favoreció
la transición hacia el trabajo libre por su
escasez y carestía. La idea central que debía
prevalecer es que una etnia con mentalidad
capitalista había vencido el atavismo
de la sociedad mestiza colonial, cuyos
elementos criollos se oponían a todo
trance a la modificación de sus hábitos
rutinarios arraigados en el medio.
I
Angel Cesar Rivas, en su discurso de
incorporación a la Academia de 1a Historia
de Venezuela en 1909, reimpreso más
tarde en sus Ensayos de historia política
y diplomática, exalta la Compañía. La considera
el hecho capital del progreso de
Venezuela. Sin ninguna documentación
que le avale afirma que "otorgó primas
anuales considerables y proporcionadas al
aumento de las cosechas de cacao" adquiriendo
en cantidad suficiente artículos
de importación. Con ella alcanzó un "vuelo
considerable" la agricultura, la fundación
de pueblos, la circulación de capitales
y los auxilios prestados en la Guerra
con Inglaterra. Con su aporte "mezclados a
los descendientes de los antiguos colonos, casi ·
todos los hijos de esos vascos y navarros
©Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2015.
C!TH!RUM
José Gil Fortoul
©Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2015.
cultivaron la tierra, fomentaron las industrias
y, llegado el momento, contribuyeron a
asegurar la independencia"24
•
La exaltación de lo vasco en la
historiografía vasco-venezolana:
Basterra y Amézaga
Para completar esa labor exaltadora
sin aparato crítico ni empleo sistemático de
fuentes que permitiesen un diagnóstico objetivo
de la realidad, dos escritores vascos
establecidos por diferentes circunstancias en
Venezuela, Ramón Basterra y Vicente de
Amézaga, contribuyeron de forma significativa
a reafirmar esa decisiva presencia en
todos los órdenes, desde los económicos a
los ideológicos y demográficos. El primero,
embajador de España en Venezuela, dio
a luz en Caracas una obra cuyo rimbombante
título, Una empresa del siglo XVIII. ÚJs
navíos de la Ilustración. Real Compañía
Guipuzcoana de Caracas y su irifluenda en los
destinos de América25
, ha servido para justificar
de forma automática y sin ninguna fuente
que lo justifique la entrada de la Ilustración
en el país gracias a la influencia vasca.
Basterra argumenta su apasionada
defensa de la Guipuzcoana en criterios ra-ciales.
E' sta suponía "la europeización de
aquel Imperio dormido en las novenas y las
plegarias de la Casa de Austria", que disgustaba
al pueblo, "habituado a las dulzuras
del libre comercio y codicioso de sacar
provecho de las granjerías de los holandeses",
y a los cosecheros soberbios, "acostumbrados
también a vivir de esa flojedad
de resortes en que se hallaba la Capitanía".
Todos "preferían el criterio inorgánico de
las ganancias a ciegas y sin provecho para
su patria en los leños de los Países Bajos".
La rebelión de Juan Francisco de León, que
califica despectivamente como algarada, la
ve como "un caso de antipatía entre regiones".
Los funcionarios de la Compañía que-
CATHARUM
rían "la vasquización de Venezuela", "una
empresa del más puro estilo europeo" auspiciada
por la Corona. Esa alianza explica
su hegemonía política. La intensidad con
que "el pirenaico siente el imperativo del
camino recto en la conducta" en una sociedad
indolente le llevó "con el mejor de los
propósitos a las violencias salvadoras del
despotismo ilustrado". Nace ahí el conflicto
entre el progreso protagonizado por una
raza frente al arcaísmo de "las entrañas meridionales
de Venezuela". De ahí que la rebelión
no supusiera más que la expresión
de "una vehemente antipatía del Sur contra
el Norte, de los meridionales contra los
nórdicos". Lo que hubo fue "un cuerpo a
cuerpo de isleños contra vizcaínos". León
lo que muestra es "una profunda antipatía
por los hijos de otra raza que son rudos,
son acometedores en la acción y están faltos
de esas ductilidades que hacen la gracia
y son la flor de los aterciopelados isleños".
Es una pugna promovida por los enemigos
del progreso, "de las reformas típicamente
europeas, ensayadas sobre una raza desconocedora
de sus propios intereses de de- ·
fensa proteccionista, por la administración
innovadora de los soberanos Borbónicos".
Es el "motín de las capas o el motín de
Esquilache"26
•
Puede observarse desde esa perspectiva
el carácter étnico de su análisis: raza
promotora del progreso y europeísta frente
a la arcaica y anquilosada "desconocedora
de sus propios intereses" y que se resiste a
un cambio reformador. Esa barbarie étnica
fue atacada, minada y derruida por la Compañía.
Por sus principios "inspirados en los
principios de acelerar las explotaciones natúrales
por el racionalismo de nuevos métodos"
y por "su agitación benéfica" supieron
con "el optimismo que da el sentir a las
espaldas la mirada benévola del superior
paternal supieron los guipuzcoanos despejar
los resabios de la indolente costumbre y
©Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2015.
CATHABUM
REAL e EDULA. completo la Provincia. Ningún
pueblo en el mundo "hubiera
desarrollado mayores capacidades
de organización, tenacidad
y disciplina". Con ellos
nació el espíritu avanzado en
la sociedad caraqueña: "antes
de la Guipuzoana los señores
de Caracas dormía". Donde su
tradición mercante no irradió,
reinó el atraso, como en los
Andes. Sin ellos "el espíritu
conservador de las regiones
andinas sería general"28 .
D E F.U N D ACI O N
. . ~ DE LA REAL COM P A N I~
GUIPUZCOANA DE CARACAS,
Y R EG·L.AS E C O NO MICAS
de boen govierno , con que la eftablccio la
M. N. y M.L Provincia de Oaipuzcoa, en:
Junta General del año de 1718.
CON !tDICJON DE LAS POSTERIORES
Declaraciones de s. M. fobte varios pamos.
halla c1 año de 175 3.donde íe comprehcndeq
tamb:ien algunas Gracias,y el fu<:ro ptivi\~
¡iado para las Cauías de los I>cpen ..
· dientes de la Compañia.
-
MADRID; En I" Oficina do Don Antolllo Saaz.,
lmprdfor del &1. N.S. '1 (1 Confe;o.
Un exiliado vasco, Vicente
de Amézaga Aresti, jurista
de carrera y Director General
de Enseñanza del Gobierno
autónomo vasco durante la República
española, ha sido un
entusiasta continuador de esa
concepción histórica con sus
obras Hombres de la Compañía
Guipuzcoana (Caracas, 1963) y
El elemento vasco en el siglo XVIII
(Caracas, 1966). Aunque afir-
Fundaci6n de la Compañía Guipuzcoana
de los hábitos alicaídos y burlones". La hidalga
indolencia existente antes de 1730 "se
desperezó en virtud del empellón pirenaico,
que impuso en el ámbito de su influencia
el ritmo de actividad, de jubiloso laboreo
al que invitaban, no sólo en la palabra,
sino con la conducta de obstinados trabajadores"
27.
Puede apreciarse la contundencia de
los tópicos raciales de la rudeza y carácter
emprendedor de los vascos frente a la indolencia,
aterciopelamiento y burla de los
meridionales. Una pugna en la que se impuso
el carácter indomable de los primeros
que impusieron su ley y transformaron por
ma que ha intentado evitar
"siempre que un mal entendido
patriotismo nuble nuestra
visión", su escaso análisis crí-tico
del proceso le lleva a limitar su trabajo
a un mero panegírico biográfico de los héroes,
sin tener en cuenta los problemas reales
y repitiendo los viejos tópicos que afirman
que la cuestión de la Guipuzcoana es
la lucha entre los legalistas y los contrabandistas.
Sigue reiterando la idea trasnochada
inspirada por la propia Compañía de que el
origen del auge exportador se debe a ella,
ignorando manifiestamente otras vías de
competencia anteriores a ésta, como el tráfico
mejicano, el canario o el de la Compañía
Británica. Sigue considerando la rebelión
de 17 49 como un mero producto de la
oligarquía caraqueña enemistada con su
©Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2015.
monopolio, cuando en realidad nació de los
pequeños cultivadores que se veían obligados
al contrabando como única alternativa
ante la ineludible obligación legal de vender
su cosecha a precios cada vez más alicaídos
a la Guipuzcoana. Todo lo contrario
que los mantuanos que podían fletar sus
barcos directamente hacia Nueva España y
que sólo protestaban por la alternativa, que
les obligaba a esperar que se llenase el navío
de la Guipuzcoana para proceder al siguiente.
La ausencia del más mínimo análisis
de precios, de capacidad exportadora
real, etcétera, hace que su trabajo se limite a
una declaración de tópicos. Por ello justifica
que el monopolio "fuese el sistema más
eficaz o quizá el único de explotación de las
riquezas venewlanas, como la misma Compañía
lo reconoce". Triste ironía cuando el
mismo comercio canario con su buque
anual continuó comerciando con Venezuela
durante su monopolio, a pesar de que ese
hecho sigue siendo ignorando por él y por
buena parte de la historiografía venewlana
posterior. Un tráfico canario de exportación
de cacao que era mucho más competitivo,
en la misma Cádiz, que la Guipuzcoana, hasta
el punto que ésta hizo cuanto estuvo en
su mano para suprimirlo. Tan alta rentabilidad
explotadora curiosamente explica que
mientras que el tráfico isleño dejó de ser
rentable en La Habana y Campeche tras el
libre comercio, la larga pervivencia del monopolio
convirtió a La Guaira en su puerto
más ventajoso y demandado. Por ello para
Amézaga el carácter de contrabandistas de
los canarios es el origen de la rebelión, ya
que su mayor móvil, haciendo suya la frase
del Gobernador Arriaga, era "la libertad en
el ilícito comercio"29
• La severidad con que
se reprimió el tráfico ilegal era el origen de
I
la asonada. Esta era la causa que explica que
su régimen fuera contrario "a los arraigados
intereses de gran número de agricultores
que, como en el caso de los isleños, com-patriotas
del propio León, eran contrabandistas
natos". Las acusaciones de éste son
infundios acumulados "sobre la cabeza de
uno de los pueblos más sólidamente católicos
del mundo"30
• Así de nuevo, con el viejo
conflicto entre meridionales y septentrionales,
entre pueblos rectos y austeros y
contrabandistas consuetudinarios, se vuelve
a explicar el conflicto en términos raciales.
El problema de los pequeños cultivadores
no era el que los precios pagados por
la Compañía por su cacao habían bajado
drásticamente y se veían obligados a practicar
el contrabando con los holandeses como
única forma de sostener sus haciendas, sino
que lo hacían porque eran unos congénitos
defraudadores que tenían engendrado en su
cabeza ese maldito germen que obstaculizaba
el progreso económico del país.
Su segunda obra es un palpable ejemplo
de la exactitud y rigor de su metodología.
El elemento vasco tiene como objetivo
enaltecer su papel demográfico y social,
demostrar numéricamente con una lista de
personas "l a masa de vasos cuyo nuI mero
fue en modo alguno despreciable, como podrá
verse en las listas que forman el cuerpo
de este volumen". Una enumeración que
"pueda ser grata a los millares de hijos de
Venezuela por cuyas venas corre la sangre
de esos hombres que al afincar en esta tierra
generosa, prestaron su aliento y muchos
de ellos ofrendaron su vida a la superior
empresa que después de la Guipuzcoana
habría de plasmar para siempre aquí: la de
la integración de una patria que, animada
por el impar genio de Bolívar, se incorporaba
para siempre al concierto de los pueblos
libres"31
• Con este argumento vuelve a
vincularse a esa indómita raza los dos hechos
trascendentales del progreso venewlano:
la Compañía y la Emancipación.
Los criterios barajados para elaborar
la lista demuestran de antemano su escaso
rigor. En primer lugar escoge el apellido
©Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2015.
CATH!RilM
"para la determinación de la nacionalidad",
a pesar de que reconoce que no es infalible,
si bien nos deja perplejos cuando señala que
se refuerza "con el documento en que aparece,
uso del de antes del gentilicio, costumbre
por entonces aún más general que ahora
entre los vascos", el viejo determinismo
mesiánico de la etnia siempre presente como
argumento. Curiosa ironía cuando vemos
en la Venezuela actual la gran cantidad de
personas de color con apellidos vascos, todos
ellos "descendientes" de esa raza. Otro
argumento de emigrantes es el de incorporara
ella los marinos que "con razón puede
decirse, a primera vista al menos, que no
son inmigrantes". Más preocupante es su
escaso rigor en su elaboración que le lleva a
constantes repeticiones de la misma persona,
como si fuera diferente, que lleva a repetirla
en numerosas ocasiones, cuando se
p.u ,e de apreciar que se trata de una reitera-c10n.
Con ese principal baluarte del apellido, se
aprecia de antemano que en la mayoría de
los casos no conoce el origen de los mismos.
Los incluye sólo por "su gentilicio".
Este hecho por sí lo invalida, junto con las
constantes repeticiones, como la del marinero
Francisco Echevarría que cita cinco
veces como si se tratara de individuos distintos,
a pesar de figurar en los barcos de la
Guipuzcoana en fechas prácticamente consecutivas.
A modo de ejemplo, podemos
apreciar simplemente con una somera lec-
tura co, mo entre "e sos vascos " , cuya proce-dencia
la determina su gentilicio, nos encontramos
entre los originarios de Tenerife
a los laguneros José Miguel Alzo la y
Gregorio Anxola, alcalde de Barquisimeto;
a los cuatro Anchieta de Caracas, Coro y
Puerto Cabello; a los orotavenses F rancisco
de Cala y U garte, residenciado en San
Felipe, y José Cala y Vergara; a los
portuenses José Cocho de Iriarte, Marcos y
Telesforo Orea, y al santcacrucero José
Tolosa o al sauzalero Francisco Perera Ancheta,
de los que lógicamente no señala su
ongen.
NOfAS
1 FERRY, R.F.: 1ñe colonnial elite of Early Caracas.
Formation &Crisis (1567-1767), Berkeley, 1989.
HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, M.: Los canarios en la
Venezuela colonial (1670-1810), Tenerife, 1999.
2 ARCILA FARIAS, E.: Comercio entre Venezuela y
México en los siglos XVII y XVIIl México, 1950.
3 HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, M.: La emigración
canaria a América (1765-1824), Tenerife, 1996.
4 ITURRIZA GUILLÉN, C. (ED.): Matrimonios y
velaciones de españoles blancos criollos en la Catedral
de Caracas (1615-1831), Caracas, 1986.
MACÍAS HERNÁNDEZ, A.M.: La migración cana-ria,
1500-1980, Colombres, 1992.
5 Y se limpie aquella tierra. Limpieza étnica y de
sangre (siglo XVJ-.XVIII), Madrid, 2000.
6 En Calendario Manual..,. Ed. facsimilar de 1968,
pp.46-47.
7 Op. Cit. p.49-50.
8 Seguimos la edición de Cura~ao de 1887, Tomo I,
pp.391-392.
9 Op. Cit., Tomo 1, pp. 391-392.
10 Op. Cit., Tomo 1, p. 394.
11 WRIGHT, W.R.: Café con leche. Race, Class and
National Image in Venezuela, Austin, 1993.
12 ROJAS, A.: Estudios históricos. Orígenes venezolanos.
Caracas, 1972.
13 Editado en Capítulos de Historia colonial de Venezuela,
Madrid, 1919.
14 Op. Cit., pp. 9-13.
15 Citen HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, M.: Op. Cit.,
p. 194.
16 ROJAS, A.: Op. Cit., pp. 15-16.
17 Op. Cit., pp. 35-39.
ts Op. Cit., pp. 40-42.
19 Op. Cit., pp. 46-48.
20 Op. Cit., pp. 79-84.
21 Op. Cit., p. 48.
22 FERRY, R.J.: "El sistema portuario y mercantil en
el Caribe en el siglo XVIII: precios de cacao, la trata
de esclavos y su impacto en la provincia de Caracas".
Historia das i/has atlántica, Madeira, 1997. Vol. 1,
©Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2015.
p. 417.
23 GIL FORTOUL, J.: Historia constitucional de Venezuela.
Caracas, 1953, Tomo 1, pp. 143-140.
24 Reproducido en ORASES, P.: "Estudio crítico sobre
la bibliografia de la Real Compañía de Caracas",
en Los Vascos y América. El comercio vasco con
América en el siglo XVIII. la Real Compañía
Guipuzcoana de Caracas", Bilbao, 1989, pp. 270-
273.
25 Impresa en Caracas en 1925. Reeditada en 1970
CATHARilM
por Ediciones Cultura Hispánica, que es la que hemos
consultado para este estudio.
26 Op. Cit., pp. 69-74.
27 Op. Cit., p. 228.
28 Op. Cit., pp. 228-229.
29 Hombres de la Compañía Guipuzcoana, Caracas,
1963.
30 Op. Cit., pp. 239-240.
31 Op. Cit., pp. 23 y 25.
©Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2015.
CATHililM
©Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2015.