Dos poetas en su centenario:
Pedro Garcfa fAbrera J
Emeterio Gntiérrez A.lbelo
Rafael Fernández Hernández
Después de diversos cursos, homenajes
y congresos celebrados este año con
motivo de los centenarios de Pedro García
Cabrera (1905-1981) y Emeterio Gutiérrez
Albelo (1904-1969), acompañados de ediciones
y antologías de sus obras más señaladas,
todavía quedan muchos aspectos de
la producción de estos dos autores que exigen
una revisión, comenzada con el Congreso
Internacional sobre Pedro García
Cabrera que se celebró en la isla de la
Gomera en octubre del año pasado y la
Exposición bibliográfica y documental realizada
en la Biblioteca General y de Humanidades
sobre ambos poetas con que la Universidad
de La Laguna se sumó en los siguientes
meses de noviembre y diciembre a
ese reconocimiento de dos escritores esenciales
de la literatura insular del siglo XX.
Podríamos afirmar con todos los
matices necesarios que la obra de ambos
poetas tuvo muchos puntos de contacto
desde sus inicios hasta el momento en que
ambas obras y vidas tomaron caminos diversos
a partir de la guerra civil española.
Incluso Pedro García Cabrera, mientras estaba
en la prisión de Baza, escribe a su amigo
el 6 de enero de 1940 como un intento
de recuperación simbólica con la otra España,
aquella que se adjetivaba nacional,
pero también como un ensayo de salvación
de pasadas aventuras literarias comunes. Ya
el destino de esa escueta carta llevaba encerrado
otro de más larga duración por que
ambos poetas quedarían anclados en orillas
diferentes: la carta nunca llegó a manos
de Gutiérrez Albelo debido a los avatares
CATH!BDM
Pedro García Cabrera
de la guerra y de la implacable posguerra,
nunca su padre ni la familia de García Cabrera
pudieron entregar a su destinatario la
misiva que hoy reaparece entre los papeles
del archivo del autor gomero.
Esos encuentros y desencuentros
estéticos y vitales de los dos poetas
tinerfeños reflejan, al cabo, formas personales
de un exilio interior al que el profesor
}ose-Carlos Mainer caracteriza así: «De
todos los numerosos exilios del siglo :xx, el
español ha sido el más largo y el más obstinadamente
fiel a las raíces».
CATBABDM
Emeterio Gutiérrez Albelo (1904-1969)
l. Desde sus comienzos hasta Gaceta de
Arte
Emeterio Gutiérrez Albelo nació el
17 de agosto de 1904, aunque él mantuvo
en toda ocasión la fecha de 20 de agosto de
1905, en Icod (Tenerife).
[Véase la tesis doctoral de Jacqueline
Cruz, Marginalidad y subversión: Emeterio
Gutiérrez Albelo y la vanguardia canaria, Santa
Cruz de Tenerife, Caja General de Ahorros,
1995]
Se entregó en cuerpo y alma a la literatura,
a la poesía, y a su esmerada transmisión
en las principales revistas de Canarias,
peninsulares y extranjeras desde la década
de 1920 hasta su fallecimiento el 6 de
agosto de 1969 en Santa Cruz de Tenerife.
Sus primeras composiciones de cierto
interés datan de 1924, aunque no pasan
de ser poemas plagados de influencias románticas
y neomodernistas, en los que ya se
observa un hábil troquelado de los versos.
Ya AgustÍn Espinosa destacó la claridad
que emana de Campanario de la Primavera
[Santa Cruz de
Tenerife, Ediciones·.
Hespérides, 1930], el
primer libro de
Gutiérrez Albelo, la
novedad expresi~ y el
impulso juvenil que l:;i
acompañan, pero
también acentúa lavoluntad
de contemp~
raneidad del joven ,'.
poeta.
[«Campanario. Je
la Primavera», Gaceta Uterana,
5 de agosto de
1930. Artírulo recogido .
Ayala y M. Pérez Corrales (eds.), Santa Cruz
de Tenerife, Au1a de Cultura, 1980, pág. 61.]
Lo cierto es que toda la crítica está
de acuerdo en que este primerizo, aunque
valiente, libro presenta múltiples influencias
sin asimilar en su totalidad: la huella
modernista junto a la poesía pura, ultraísmo
o neopopularismo.
Emeterio Gutiérrez Albelo y el surrealismo
AgustÍn Espinosa -guía inveterado
de los vanguardistas canarios y, desde luego,
de Gutiérrez Albelo- define Rnmanticz'smo
y cuenta nueva [Santa Cruz de Tenerife,
Ediciones de Gaceta de Arte, 1933], segundo
libro publicado del poeta, como «Un libro
en el que lo subconsciente impone su
nueva magia y su mágico signo», un libro,
podría decirse, que en gran medida encaja
en los presupuestos bretonianos del surrealismo.
La dualidad del título tiene esta significación:
de un lado, soledad, abandono,
tristeza, esto es, romanticismo; del otro, la
fragmentación de la realidad y la
objetalización del personaje -«tiovivo de
tristeza al que se le acabó la cuerda»- cons-en
A. Espinosa, T e.xtos · Emeterio Gutiérrez Albelo, Luis Álvarez Cruz y Pedro García Cabrera eit la sede
(1927-1936), A. Armas clellnstitutodeEstudiosHispcinicos ·
©Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2015.
tituyen esa cuenta nueva.
Su tercer libro, Enigma del invitado
[Santa Cruz de Tenerife, Ediciones de Gaceta
de Arte, 1936 ], representa la culminación
del lenguaje surrealista en el proceso
creativo de Gutiérrez Albelo. Es un poema
constituido por 26 fragmentos, cuyo argumento
(para algunos estudiosos) caótico [Un
<<Chakco de fantasia» (1930-1936), ·pág. 80]
integra el relato de un desplazamiento circular
mediante el cual el protagonista -según
piensa otro sector de la crítica- pasa
por las fases de saberse oprimido, liberado,.
castigado y vuelto al punto inicial. Ese simultáneo
viaje exterior e interior del personaje
se produce en un doble sentido: «de
enfrentamiento al orden establecido y también
de lucha consigo mismo en torno al
dilema libertad/ sumisió11». [Jacquefuie Cruz,
Marginalidad y s11bversión: Emeterio G11tiérrez.
A/befo y la vanguardia canaria, Santa Cruz de
Tenerife, Caja General de Ahorros, 1995].
11. Desde la Guerra Civil hasta su fallecimiento
Transcurren ocho años hasta la aparición
de un nuevo libro, aunque ya en 1941
reinicia la publicación en ~.Muchas
cosas cambian en España en este intervalo
de tiempo. También en el poeta.
Andrés Sánchez Robayna ha señalado
la última posición crítica sobre la
poesía de Emeterio Gutiérrez Albelo a
partir de 1939 en la antología del poeta
de Icod E l mar inverosímil (Madrid, 2005)
-«la obra de Albelo conoce lo que podríamos
llamar, sin exageración, una suerte
de naufragio intelectual y estético»-, esto
es, la poesía recogida en libros de carácter
religioso y circunstancial. La probidad
de la antología de Sánchez Robayna reside
en la «recuperación» de otra poesía
albeliana, «VOZ lírica libre e imaginativa»
que discurría en revistas y que Gutiérrez
CATHABUll
Albelo no recogió en libros.
En 1944 aparece su cuarto libro, titulado
Cristo de Tacoronte. Como explica Joaquín
Artiles, esta obra significa un cambio
de estética, una concesión a la poesía de la
España ganadora, frente a la dolorida de
los poetas vencidos en la contienda. Es un
libro de sorprendente religiosidad, de arrepentimiento
y conversión en el que se aúnan
el sentimiento profundo de la natura-
· \ . - 1934
• .Ji""~ .. r""' J. ah ..
' ul. J. ,,_.¡.. ~
Portada del libro Transparmeias fagadas, de Pedro
García Cabrera
leza y un hondo instinto de salvación. Sobre
él hablaron en su momento Félix Casanova
de Ayala, y más tarde José Antonio
Pérez Regalado.
Gutiérrez Albelo publica otras dos
obras más de tema exclusivamente religioso:
Los Milagros (1951) y Ap1111tes para una
vida de Cristo (1969). Otros dos libros completan
la relación de lo que publicó en vida:
Los blancos pies en tierra (1951), colección de
©Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2015.
C!THARUM
«sonetos de la Novia Poesía» con el que
obtuvo el premio regional de p'oesía «Tomás
Morales», de la Asociación de la Prensa
de Las Palmas. Geocanción de España (1964)
es un poemario descriptivo con el que nos
invita a hacer una «Viaje por la piel de la
Patria».
Finalmente, a todos los títulos anteriores
hay que sumar cinco obras póstumas:
Antología poética (1969), Poesía última (1970),
..................... 1 ............. . ....
Portada de Emgma del invitado, de G~tiérre~ Albelo ·
El rincón de la amistad ( 1971), Tenerife y el mar
(1973) y Las alas del tiempo (1974).
Gutiérrez Albelo se interesó durante
toda su vida por escritores nacionales y
extranjeros; también le atrajo la pintura de
los vanguardistas (Spies, A' ngeles Santos,
Maruja Mallo, Juan Ismael.., sin olvidar su
amistad con Osear Domínguez). Las influencias
musicales son también notables
en su obra, pues es sabido su gusto por los
compositores barrocos y sobre todo por
Wagner.
Colaboró en innúmeras revistas literarias
y de arte desde 1935 (Isla) hasta fechas
cercanas a su fallecimiento, el 6 de agosto
de 1969. Fue redactor de Gaceta de Arte.
(1932-1936) y de Mensaje, (1945-1946), y
fundador y director hasta su muerte de la
revista Gánigo (1953-1969). Siempre mantuvo
una relación activísima con escritores
y artistas, como lo revela su abundante correspondencia,
custodiada en la actualidad
en la Casa Museo Emeterio Gutiérrez
Albelo de Icod de los Vinos. U na selección
de las cartas recibidas durante los últimos
veinte años de su vida nos arroja su
permanente contacto con autores y editores
de distintas épocas y lugares:
De Canarias: Desde Las Palmas,
Luis Doreste Silva le agradece el 8 de junio
de 1948 el envío del libro Cristo de
T flCtJ1"0flk del que habla elogiosamente; Pedro
Lezcano le remite el 11 de enero de
1952 .su «Romance del Tiempo»; Juan
Ismael le envía un dibujo suyo y poemas
de Domingo Velázquez para Gánigo; y así
• I • I otros autores grancanarios mas JOVenes
(Lázaro Santana, Jorge Rodríguez Padrón
o Eugenio Padorno). Desde La Palma le
escribe Féliz Casanova de Ayala el 26 de
noviembre de 1961 para agradecerle lo
haya incluido en el número antológico de
Gánigo y, a la vez, felicitarlo vivamente por
el libro albeliano Cristo de Tacoronte, obra
que ya se había editado en dos ocasiones
-1944 y 1947-por el Instituto de Estudios
Canarios de La Laguna.
De la Península: Vicente Aleixandre
elogia Cristo de Tacoronte en carta de 2 de diciembre
de 1947, y llama a Gutiérrez
Albelo cantor isleño. Gabriel Celaya le escribe
el 17 de julio de 1951 desde San
Sebastián para solicitar su opinión sobre
el libro del vasco Cantos iberos. Desde
Murcia, el 22 de abril de 1956, Juan
©Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2015.
Barceló Jiménez le avisa de la publicación
de su trabajo sobre Gutiérrez Albelo en
los Anales de la Universidad de Murcia.
Desde Madrid, Ángel Crespo escribe a
Gutiérrez Abelo en dos ocasiones en
1957: la primera, el 9 de agosto, para agradecerle
la nota crítica sobre su libro La
cesta y el río; y la segunda, el 7 de septiembre,
en la que le remite, además de publicaciones
propias de Crespo, dos poemas
que éste ha traducido para ser publicados
en Gánigo. El 26 de noviembre de 1957, le
escribe desde Málaga José Luis Estrada,
director de la revista Barcarola, publicación
con la que mantiene intercambio la albiana
Gánigo, como asimismo sostenía en esos
años con la revista sevillana Lorelf!Y. El 4
de mayo de 1959, Leopoldo de Luis le
escribe desde Madrid sobre su libro Los
milagros y acerca de unos poemas de Rafael
Arozarena. Antonio Fernández
Malina, secretario de Papeles de Son
Armadans, le escribe desde Palma de Mallorca
el 21 de noviembre de 1964 para
agradecerle el envío de Enigma del invitado
y el libro de Juan Barceló, editado por el
Aula de Cultura del Cabildo de Tenerife.
Entre estas cartas recibidas desde la Península,
destaca la de José Luis Cano, del
11 de junio de 1968, en que le pide autorización
para publicar su poema sobre
Vicente Alei:xandre en la Antología que le
dedicarían con motivo del 70 cumpleaños
del poeta sevillano.
Desde el Puerto de la Cruz, en
Tenerife, así como desde cualquier país
que visitara, Dulce María Loynaz busca
cualquier ocasión para enviar una nota a
Gutiérrez Albelo, como la que le escribe
el 15 de agosto de 1951, con membrete
del Hotel Taoro de esa ciudad tinerfeña,
agradeciéndole el envío de sus dos libros.
El 8 de septiembre de 1954, desde Lutry
(Suiza), Alberto Sartoris le agradece la
remisión de los números de Gánigo y le
L\THAHUM
expresa sus deseos de volver a encontrarse.
Desde Italia, Gino Rovida, solicita en
italiano intercambio entre la revista de
Gutiérrez Albelo y Comere útterario. También
durante la década de 1960 tiene intercambio
con otras revistas europeas,
como la editada en Bruselas, Proftls
Poétiques.
Participa activamente, y desde muy
joven, en la vida literaria de las islas: interviene
en juegos florales y en fiestas de
arte obteniendo numerosos premios; colabora
en revistas y periódicos isleños, peninsulares
y americanos; da numerosos
recitales poéticos; pronuncia incontables
conferencias. Esta intensa actividad hace
de él un personaje muy conocido.
Domingo Pérez Minik nos ha dejado
una definición completa del quehacer
poético y del perfil humano, contradictorio,
de E. Gutiérrez Albelo:
A pesar de que su obra poética alcanza
todas las formas y variantes, cultivando
las estrofas y metros más clásicos
y también los más libres de la poesía contemporánea,
no es difícil encontrar una
unidad. Efectivamente, el poeta no ha
hecho otra cosa que transmutar en poesía
vivencias y accidentes temporales, de
la mayor importancia para su personal
fluir y su necesario permanecer. Este diálogo
crítico y erosivo entre el hombre y el
poeta, entre su devenir y su ser, siempre
será materia digna para cualquier voluntad
de forma seria. Ni la poesía, ni la vida,
ni la trascendente actitud de Emeterio
Gutierrez Albelo son fáciles de exponer,
explicar y entender. Fue un poeta hecho y
derecho, a veces malparado, en otras ocasiones
de pobre manera comprendido,
con su convers1'I0 n a cuestas. so ' lo se com-prometía
con su propia independencia,
puesta a prueba en cualquier instante de
modo muy bélico.
©Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2015.
C!TH!BUI
Pedro García Cabrera acompañado entre otros por Alfonso García Ramos, Rafael Arozarena, Juan Manuel García
Ramos, Juan del Castillo, Alberto Ornar y Jesús Hernández Acosta
Pedro García Cabrera (1905-1981)
l. Desde sus comienzos hasta Gaceta de
Arte y la Guerra Civil
Pedro García Cabrera nació en
Vallehermoso, isla de La Gomera, el 19 de
agosto de 1905. Hasta los siete años permanece
en su pueblo natal, trasladándose
más adelante a Sevilla con su familia, para
luego regresar con ella a Santa Cruz de
Tenerife, lugar en donde residirá la mayor
parte de su vida. En La Laguna estudia
magisterio, y, desde estos años, colabora
activamente en diversas publicaciones [Altavo:
u Gaceta de Tenenfe, Hespéniies, Cartones
{1930) y Gaceta de/Arte {1932-1936)].
Los primeros textos publicados por
Pedro García Cabrera son de 1922 y será
en el rotativo católico Gaceta de Tenerife donde
publique los poemas iniciales
neorrománticos y de tema religioso. En
Hespérides, junto con Eduardo Westerdahl
-secretario de redacción- colaboraban todos
los jóvenes escritores que, como García
Cabrera, Pérez Min~ o Gutiérrez Albelo,
deseaban encontrar su propio espacio literario,
al fin hallado en el lenguaje de la vanguardia.
A partir de la presencia de La Rosa
de los vientos, en 1927, más adelante, en 1928,
García Cabrera toma contacto con las vanguardias,
por lo que se deja influenciar por
el ultraísmo -versión española del . . .
creac1omsmo- y se apasiona por temas
como el mar, la naturaleza, etc., junto con
la influencia del neopopularismo de Lorca
y Alberti.
Después de publicar Uquenesen 1928
y ya en 1930y, en especial, a partir de 1931,
despliega una importante actividad política
como militante del PSOE y participa en las
elecciones municipales de abril de ese año
©Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2015.
CATH!BUM
en las que triunfa la coalición republicano- de concentración de Villa Cisneros, de
socialista, actividad que se verá multiplica- donde escapa en marzo de 193 7 con vada
con su participación en el ayuntamiento rios reclusos hasta llegar a Dakar. Más
de Santa cruz y en el Cabildo de Tenerife. tarde seguirá el periplo de un hombre
Como fundador de la revista vanguardista libre en busca de su destino ineludible:
Gaceta de Arte, en 1932, junto con Eduardo · luchar por la democracia, luchar por el
Westerdahl y Domingo Pérez Minik, entre gobierno legítimo de la República. Como
otros asuntos se interesa por una vertiente miembro del servicio de inteligencia del
revolucionaria de la política y de la cultura, . ejército de Andalucía sufre un accidente
en actualidad en ese momento. Por eso es- del que queda gravemente herido, para
tuvo muy atento a las conclusiones del con- inmediatamente, aún convaleciente, des-
. greso internacional de escritores proletarios pués de haber sido ingresado en el hosen
Moscú en 1934, basadas en la noción pital civil de Jaén y estando en Baza, ser
· del arte según el punto de vista del manas- nuevamente apresado, en esta ocasión
mo. por el avance de las fuerzas nacionales.
En 1934, juzgado por motivos po- Durante ese tiempo, García Cabrera no
líticos, se le envía desterrado a Tafira, en ceja en la escritura. Su Romancero cautivo,
Gran Canaria. Allí escribirá ese año un compuesto entre 1936 y 1940, lo escribe
texto en prosa de carácter surrealista: Los en Villa Cisneros, Dakar y Granada,
senos de tinta y el libro de poemas Isla, tiempos de cautiverios para su alma y
-con algunos rasgos también de carác- para su patria, Hombros de ausencia, en
ter surrealista- publicado muchos años Granada durante los años 1942-1944 y
después con el título La rodilla en el agua. Viqje al interior de tu vo:u terminado en
En 1935 se producen algunos he- 1946.
chos que hacen que García Cabrera se
entregue al surrealismo -como ha indicado
Domingo Pérez Minik en Facción
española surrealista de Tenerif e-Gaceta de Arte
organiza la exposición internacional del
surrealismo en Santa Cruz de Tenerife,
con la presencia de André Breton y
Benjamín Péret, con lo que se edita el
segundo número del Boletín Internacional
del Surrealismo, en cuya elaboración
participa Pedro García Cabrera, y
los miembros de la facción firman una
Déclaration que expresa el compromiso
del grupo de Gaceta de Arte con el movimiento
surrealista.
Los golpistas alzados contra el gobierno
de la República apresan a Pedro
García Cabrera el 18 de julio de 1936
para recluirlo en un barco prisión. Un
mes después es trasladado con otros presos
en el buque Viera y Clavijo al campo
Concluye así una etapa fundamental
de la vida y de la obra de Pedro García
Cabrera. Como indica Nilo Palenzuela,
en esos momentos en que el poeta y el
hombre anhelan la libertad.
El signo de su poesía, hasta ahora
inmersa en peculiares itinerarios simbólicos,
en ascensos o en caídas de imágenes
aéreas o en el tejido utópico de la
virginidad del mundo, encarna una orientación
hacia el porvenir. Es éste el
«vector de vuelo» que continúa ejerciendo
Pedro García Cabrera ya en libertad.
[Introducción Obras Completas (I-IV).
Pedro García Cabrera, T. I, Canarias,
1987]
Al finalizar la guerra civil, es condenado
a treinta años de prisión por la
ya señalada evasión de Villa Cisneros a
Dakaren 1937.
©Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2015.
CATHABUM
11. Desde la Guerra Civil hasta su fallecimiento
En 1945 se le concede la libertad
vigilada.Vivió, desde esta fecha, primero
confinado unos meses en Tacoronte, de
donde no podía salir sin permiso gubernativo,
y ya luego en Santa Cruz de Tenerife.
A pesar de todos los impedimentos, emprendió
otras aventuras editoriales con sus
compañeros de generación: De Arte, revista
dirigida por Eduardo Westerdahl, publicación
de existencia efímera, pues nada más
que salió un número en 1950. A partir de
I
1954 funda con Angel Acosta el suplemen-to
literario de La Tarde, Gaceta Semanal de las
Artes, en el que volvieron a participar Domingo
Pérez Minik y Eduardo Westerdahl
junto con el crítico José Domingo. El suplemento
tuvo una segunda época, dirigido
por Julio Tovar, representante de la nueva
escritura insular. Desde esta publicación
García Cabrera conectó con las generaciones
posteriores, dialogó con quienes entonces
eran jóvenes poetas, Carlos Pinto o
Manuel Castañeda, e hizo lo mismo con las
siguientes oleadas de poetas en los cincuenta,
en los sesenta y setenta y en el comienzo
de la siguiente. Quienes comenzaban a escribir
en 1980, los nuevamente llamados
jóvenes poetas, le tributaron un homenaje
en el Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz
de Tenerife en el verano de aquel año, en el
que participaron, entre otros, dos testigos
de su primera etapa: Domingo Pérez Minik
y Eduardo Westerdahl.
Durante todo el largo período del
franquismo publicó Día de alondras (1951),
La esperanza me mantiene (1959), Vuelta a la
isla (1968), Entre cuatro paredes. (1968), Hora
punta del hombre (1969), Las islas en que vivo
(1971) y Elegías muertas de hambre (1975). Y
ya en la transición a una sociedad con libertades
públicas y ya en la democracia publicó:
Ojos que no ven (1977) y Hacia la libertad
(1979).
En 1979, en Las Palmas se edita la
antología A la mar fui por narat!}as. En 1980
se le publica una obra poética surrealista que
se había mantenido inédita desde 1936:
Dársena con despertadores. Otro libro compuesto
entre 1934 y 1935, La rodilla en el agua,
vio la luz en 1981.
Después de una penosa enfermedad,
Pedro García Cabrera falleció en Santa Cruz
de Tenerife en 1981.
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