C!TBABUI
FERDINAND MAXIMRIAN,
ARCHIDIJQIJE DE AIJSTRIA
Hans Konig
(liudlfcido
por, \Jalia , \Jercedes /ÚrareZ:
Ad(/ptaáó11 yp11J1t1tical de ,\.,'imlás Go11zále::; I .i'JJ111s)
Quisiera iniciar este corto artículo con dos
observaciones personales: crecí en el distrito
dos de Viena, llamado Leopoldstadt (este
distrito es para Viena, como Lavapiés para
Madrid). Allí a pocos metros de mi casa
paterna, cerca de la estación del norte se
levanta una enorme columna . Sobre ella se
encuentra la figura del héroe de la Marina
Austríaca, W'ilhelm von Tegetthoff. La
f-'.l ard1idlfq11e Jla.\.i111ilia110. hem1a110 del m¡peraáor tlfflfrÍam Fnznti.sm
José /.,.Jite co1111111dt111!e ellJ~(e de la , \Iali11a anstro-hlÍ1~f!,tJnl.
quinta o sexta palabra, que pude deci
después de mamá o papá, fue Tegetthoff. L:
repetía una y otra vez, y ya que vivíamo~
cerca de la estación, donde entonces aún
circulaban locomotoras de vapor, la palabra
Tegetthoff era para mí, en el sentido de
onomatopeya, el sinónimo de locomotora
de vapor Tegtthoff, Tegetthoff, Tege-tthoff...
Esto se hizo para mí, ya desde niño
una manía hasta tal punto, que mi querida
abuela me amenazaba con darme un fuerte
cachetón, si pronunciaba ese nombre una vez
más.
Pasaron 50 años y entonces me
compré el libro '~ales de Álvarez Rixo",
¿Qué encontré en el índice? Wilhelm von
Tegetthoff. Inmediatamente empecé a hacer
pesquisas del cómo y por qué se relacionaba
al Puerto de la Cruz a esta figura, tan
marcada en mi niñez, que había llevado a mi
querida abuela, casi al borde de un ataque
de nervios.
Y esta es la historia:
Me voy a permitir retenerlos unos
minutos en el año 1859, aunque no
cambiamos el lugar de la acción; nos
quedaremos aquí, quizá en el sitio más bonito
del mundo, el Puerto de la Cruz.
En la madrugada del 17 de diciem-
bre de 1859, un sábado, emergió de la niebla
matinal el vapor de ruedas, reluciente y
de carga pesada "Kaiserin Elisabeth", (Emperatriz
Isabel), perteneciente a la Marina de
Guerra austro-húngara. Dieciséis marineros
conducían a tierra la barcaza del buyue de
guerra con fuertes golpes de remo. La Infantería
de Marina austríaca tomó posición en
el muelle y presentó armas con sus carabiCATH!
RUI
y ellos disfrutaron con el concierto de guitarra,
por parte de un artista contratado con
urgencia. Las canciones gustaron extraordinariamente
y algunas tuvieron que serle traducidas
al francés por el dueño del hotel al
extraño joven aristócrata que además registró
los textos en su diario. Álvarez Rixo, el
cronista del Puerto, cuenta al respecto que
el secretario del Ayuntamiento, Nicolás H.
Escobar, después
de haber dirigido la
primera inspección
oficial en el buque
de vapor, se reunió
con los visitantes y
comprobó cómo el
ambiente se fue animando
y los señores
importantes
también terminaron
cantando.
nas del "Extracorps".
Ocho nobles señores
bajaron a tierra y expresaron
su deseo de hospedarse
en la ciudad y
visitar Tenerif e. Acompañados
por infantes
de marina completamente
armados, se dirigieron
a pie hasta el
hotel del Sr. Pedro
Aguilar, en la Plaza de
la Constitución, hoy del
Charco nº 9 (Rincón
del Puerto), entonces el
único alojamiento idóneo
para turistas extranjeros.
Entre los recién
llegados se encontraban
dos figuras muy destacadas:
la primera de
mediana edad, alta, con
barba dividida en dos
1:1 a)'l1da11te drl anhiduqur .Ua:•:i111í!ía110, rapítá11 de corbeta
ll"ilbr/111 ·¡ ~r;dtho/): _,.,. <"0111útirí 1111ís tarde m "el ¡,,:roe de la
Cuando al
día siguiente, en la
mañana del día 18,
apareció en el patio
el médico Dr.
Víctor Pérez, que
trataba al hijo enfermo
del propietario
del hotel,
,\/ali11a a11st1irl<'ri ''.
partes y grandes ojos,
por su comportamiento un oficial de rango
en la marina; la segunda de algo más de veinte
años, elegante, con una larga barba pelirroja
y ojos azules penetrantes. Ésta y su séquito
ocuparon las habitaciones.
El propietario del hotel corrió en
busca del cónsul británico, Mr. Ahdrés
Goodall, que apareció inmediamente para
prestar sus servicios a los visitantes extranjeros,
ofreciéndoles establecer contactos locales.
Se respetó el incógnito de los señores
Maximiliano
Aguilar, y men-cionó
el nombre
de su joven y enfermo protegido
"Maximiliano" reinó de repente inquietud y
asombro en el grupo de visitantes austríacos,
que pronto se calmaron sin embargo,
cuando visitaron el jardín botánico
El joven noble sorprendió por sus
conocimientos a cerca de las diferentes
plantas, que en gran parte sabía nombrar en
latín.
Por cierto, Maximilian fue un extraordinario
investigador de la naturaleza.
©Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2015.
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En su viaje a Brasil logró obtener dos
nuevos tipos de plantas, a las que puso el
nombre de sus compañeros de \'Íaje.
El grupo visitó La Orotava, donde
recibieron toda clase de atenciones por parte
del marqués de Celada, don Diego Benítez
de Lugo.Todos juntos visitaron el jardín de
los señores de Franchy, del marqués de la
Candia, y más tarde el de los se-ñores
de Monteverde. Casi en-trada
la noche volvieron al hotel
de don Pedro Aguilar, escoltados
por su cuerpo de guardia.
Cuando entraba en sus
habitaciones, el joven noble preguntó
al propietario don Pedro
Aguilar, si estaría de acuerdo en
entrar a su servicio, lo que seria
muy provechoso para él. Don
Pedro se disculpó dando toda
clase de razones, las cuales le impedían
abandonar el Puerto de
la Cruz, pero se sintió muy halagado
por la sinceridad y por
la forma tan cordial y familiar
de este hombre joven, cuya procedencia
le resultaba tan enit:,rrnática.
A la mañana siguiente se
despidieron los visitantes y firmaron
en el libro de clientes del
hotel. Fue entonces cuando se
descubrió la identidad del oficial
de marina de mediana edad,
que resultó ser el oficial austriaco
Wilhelm von Tegetthoff; el
joven noble firmó sencillamente
como Josef Selleny - Austria.
-
•
/_-.--.. .
•
J ilek; el médico de a bordo y botánico
Heinrich \X'a\vra \'On Fernsee y el jardinero
Franz Maly, probados viajeros.
En el momento de la despedida, de
uno de los bultos del equipaje se cayó una
pequeña placa de metal, en la cual estaba grabado,
sin embargo, archiduque Ferdinand
Max. El joven noble se la regaló generosa-
Además de \X'ilhelm \'on
Tegetthoff; también le acompañaban
el ayudante personal Carlos,
conde de Bombelles; sumédico
de cámara - el capitán médico
de la Marina August \'On
Mtr.mm/;m1r1 dr . · l11sfrit1. rl q11r 111tÍs ft1rdr sm;1 r111pm1dr1r dr . \ fr¡i,-o r .<11 r.rpos11 C.t1r/r!f,; ;;
Hr{f!.i,-,1.
©Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2015.
mente al dueño del hotel, se despidió cordialmente
y todo el grupo a caballo cabalgó
en dirección a El Sauzal, donde hizo trasbordo
a los coches de caballos dispuestos
para ello y en Santa Cruz subieron de nuevo
al vapor, sanos y salvos.
A instancias del marqués de Celada,
don Diego Benítez de Lugo, y después de
presentarle la placa de metal, éste confirmó
oralmente y más tarde por escrito, que el ilustre
visitante no podía ser otro que el hermano
de Su Majestad el Emperador de Austria,
rey de Hungría y Bohemia, conde de
Mahren, Francisco José I, el archiduque
Ferdinand Maximilian, gobernador general
de Lombardía y Venecia, Señor de Trieste,
Gürz, Krain y comandante de la Marina austro-
húngara.
En ese momento no sabía aún el joven,
que a los pocos años y llevado por malos
consejeros y por la ambición de su joven
esposa Carlota, hija de Leopoldo I, rey de
Bélgica, se embarcaría en una loca aventura.
Pues también, a instancias del emperador
francés Napoleon III y para llegar a ser emperador,
aceptó la corona imperial de México.
Un estrato social noble, clerical y con-
_,
1
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servador le garantizaba en 1864 el cariño de
sus nuevos súbditos mejicanos, pero tres años
más tarde, este intento del melancólico y soñador
joven, terminó siendo mortal. Los
franceses retiraron sus tropas de apoyo. Carlota
de Bélgica huyó del lado de su esposo,
se dirigió a Su Santidad el Papa, ya con señales
de una alta confusión mental y acabó con
enajenación de la mente, en el año 1927. El
dirigente de los rebeldes mejicanos, Benito
J uárez, venció con una superioridad aplastante
a las tropas austríacas, fieles seguidoras
del Emperador y el 19 de junio de 1867,
mandó fusilar al archiduque en Querétaro
juntamente con sus generales. En Austria llamamos
al archiduque el "infeliz
Maximiliano", sin embargo hay que respetar
la fundada actitud de la población mejicana.
De este triste capítulo de la historia
expansionista austríaca, no podía sospechar
nada el archiduque, en su alegre estancia en
el Puerto de la Cruz. La divertida velada en
el hotel de don Pedro Aguilar, fue sin duda
uno de los momentos más relajados en la vida
del adolescente, tan severamente educado,
que ocho años después pasaría una vez más
por las islas, pero
en un féretro, en la
Fragata de vapor
austríaca ~~o-vara.
En enero de 1868
fue llevado a su última
morada, con
una increíble participación
de la población
de Viena,
en la cripta de los
Capuchinos junto
a sus mayores, a
la edad de 35
años. También en
Lajrt{gata Srmm1: 110/i1e el mtÍSJ!.n111de, pero si el 111tís,glon·oso haffo de la .\lan'na de Guerra a11stdaca.
©Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2015.
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este viaje le acompañó, como en Tenerife, d
héroe austríaco de la marina, almirante
Wilhelm von Tegetthoff. Fue el vencedor en
Helgoland en 1864, ante una superioridad
danesa (en la guerra germano-danesa) y antes
incluso había apresado barcos mercantes
daneses, entonces enemigos, en el Estrecho
de Gibraltar y había mandado escoltarlos
hasta Lisboa. Fue también el destructor
de la Marina Italiana, en la batalla naval de
Lissa en 1866.
En su visita a Tenerife era Tegetthoff
aún capitán de corbeta y no estaba destinado
como capitán del servicio de guardia del
buque austríaco. Visitó entonces, como
acompañante del archiduque, al emperador
brasileño don Pedro 11 para cerrar contratos
del comercio exterior con Austria-Hungría.
Este viaje ultramarino, en el cual el joven
archiduque recibió el bautismo del "paso
del Ecuador", acabó en marzo de 1860 pacíficamente
ante la costa de Dalmacia, que
entonces era territorio de soberanía de la
Corona húngara de San Esteban.
El 7 de abril de 1871, el héroe de la
Marina austríaca (el Nelson austríaco, como
se le nombra en los libros de texto) dio su
último suspiro, con sólo 44 años.
En Viena, un magnífico monumento
de más de 25 m de altura, situado delante de
la noria del Parque de Atracciones (el Prater)
y que es símbolo de la ciudad, recuerda al
héroe de la Marina austríaca.
Por cierto, es algo más que un hecho
curioso que el nombre de incógnito Josef
Selleny fuera utilizado por el archiduque
Ferdinand Maximilian.
Josef Selleny fue un conocido pintor
de marinas austríaco, que navegaba como
pintor en la fragata austríaca Novara en su
viaje alrededor del mundo, barco que llevaría
a su nuevo imperio, al que más tarde sería
emperador de México, y que devolvería
su cadáver a la patria. Este viaje, bajo el mando
del vicealmirante austríaco Bernhard,
]osef Sellef!J·. rl pi"for de la f11ari11as a11striaco, con myo nomlm
se inscribió , \la."\inlilia110 e11 d hotel del />11010, para pem1anecer
de i11c~~11ito.
barón de Wüllersdorf y del científico Karl
von Scherzer, resultó ser de enorme provecho.
Trajo a Viena, junto a muchas obras
pictóricas, conocimientos científicos sobre
la naturaleza y la asombrosa cifra de 30.000
piezas de exposición, en el ámbito de la etnología,
de la zoología, de la botánica y de
la mineralogía. Tres grandes museos en la
capital austríaca viven hoy del provecho de
ese viaje alrededor del mundo.
La obra de Selleny fue asimismo extraordinariamente
positiva; muchas de sus
pinturas adornan las colecciones austríacas,
entre otras las del museo de la Marina y del
Ejército.
A causa de esa falsa firma o registro,
él llegó a ser una celebridad, honrosa-mente
mencionada en numerosos tratados históricos,
pero nunca había visitado Tenerife.
Volvamos a Tenerife. La noticia del
brutal asesinato del joven archiduque en el
año 186 7 llenó de profunda tristeza a la plantilla
y al dueño del hotel don Pedro Aguilar.
En la casa de los Aguilar se honra todavía
©Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2015.
hoy la memoria de ese acontecimiento, la
placa de metal, la inscripción en el libro de
clientes y la confirmación del marqués de
Celada.
En el año 197 4 apareció en el periódico
"El Día" un artículo de varias páginas
sobre esta historia memorable, de la pluma
del bisnieto del hotelero y nieto igualmente
de aquel pequeño Maximiliano Alberto
Aguilar, cuya mención del nombre por el
médico, había traído mucha inquietud a la
delegación austríaca.
Entusiasmado por la belleza de la isla
de Tenerife y por la historia de los Guanches
tuvo un sentimiento romántico el joven
Habsburgo, a bordo del vapor de ruedas de
Su Majestad "Elisabeth", compuso una balada
que tituló "La Coronación del Rey
guanche»:
Crmjúhilo se reune la muchedumbre de guanches
111ormos
en torno al pico de Tenerife,
i · s11man retumbantes sus cantos de fiesta
Como la resaca allá en el basáltico arrecife.
Han venido para la coronación del~'
f)d 1111evo príncipe de viqa sangre,
) ; a 1;1 le juran servirle fielmente,
I':!,jum prol({f!,er el tesoro de su libertad.
Ctthierto el moreno cuerpo con piel de cabra,
Rodmn al santo 'Tagoror"
I j sitio desde donde emana el derecho y saber
Donde el principe escucha a los consf!/eros.
/1dornado está hqy el lugar con ramas de palmeras,
Con laurel y olorosas hierbas,
Como una sala de fiestas para todos los habitantes
de la isla,
//~cha de fronda verde y ªZfll de cielo.
f '.! Ri')' sale de la cueva de sus antepasados,
/Je/ 11Ja1rsoleo del piedra volcánica,
f )onde los restos de los viefos rryes reposan,
¡ · con aceites del árbol del drago.
1 :/ at111•io de 'Tamarco" cubre su cuerpo,
i · sohrr sus hombros cae su pelo rizado,
( 011 paso 111ayestático se dirige a la piedra,
( .r,/ocada como trono desde los VÍo/OS tiempos.
I :/ 111tÍs anciano de la estirpe de principes
Se acerca al soberano y rodea su cabeza
Ciñéndola con corona de flores,
Pues no conoce la isla tan grande adorno.
Luego le trae el anciano el simbo/o real,
El hueso del brazo del más viefo antepasado,
Con los siglos palidecen los huesos,
Y como sagrados los considera el ftueblo.
El joven príncipe toma el hueso poderoso
Y lo agita en alto con su fuerte brazo,
C!TBilUI
Y dice: «¡La fuetzfl de la estirpe es inquebrantable,
Aún corre caliente la sangre de los VÍo/OS ~es.
Hemos surgido de esa semilla tan colosal,
La raza reinante enviada por Dios,
Con fuerz,a poderosa reino en estos tierras,
El bastón es nuestro garante para el deber y derechob>
Las voces del pueblo gritan con júbilo al joven,
Cuando él orgulloso se dirige al banquete con los ancianos;
Se ve arder el fuego en las montañas,
La columna volcánica del pico gigante se pone al rqjo • ...
En el año 2001 yo encontré los trabajos del
Dr. Ferdinand Anders, estudioso de la cultura
mejicana del que fue investigador del imperio
de México y su soberano por poco
tiempo, como es sabido el archiduque
Ferdinand Maximilian, en la biblioteca nacional
austríaca en Viena. En los escritos
autobiográficos del monarca, se encontró
igualmente el autógrafo de esta poesía. Con
esto se hace público por primera vez en el
idioma original y en la traducción al español
de manera cuidadosa realizada por la Sra.
María Mercedes Alvarez. Si bien sus palabras
suenan un poco patéticas y poéticas para
los tiempos que corren, es desde luego significativo
que el archiduque empleara palabras
como "Tagoror" o "Tamarco" y de esta
manera documentara su interés, en el año
1859, por la aún joven ciencia de la investigación
de la historia de los Guanches; el
archiduque Maximilian describe en esta balada
la ceremonia del juramento "acogne i
acoran i gnatzhagna chacognamet", que el ingeniero
de Cremona Leonardo Torriani nos da
a conocer en su manuscrito descrittione et historia
del regno de l'isole canarie gia dette le fartunate
con il parere de/le loro fartificaci.on (fol 70 - cap.
51).
©Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2015.
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El f11silamiento tk Maximiliano tk Méjico en Q11eritaro. (Óko de Ed11ardo Mane!)
Con esto yo quiero recordar y relacionar
también el gran interés de muchos austriacos
por la historia de Tenerife. Empezando
por los estudios de ciencias naturales en
los tiempos de la emperatriz María Teresa
(17 40-1780) a través de su médico de camara
Gérard van Swieten y del botánico y fundador
del Jardín Botánico de Viena, Nikolaus
von Jaquin, que estudió las Canarias en 1755.
Se pretende demostrar que existían ya investigaciones
en Austria sobre Tenerife. Con
este poema no publicado hasta ahora en España,
escrito por el archiduque Maxinúlian
en el año 1859 y según los estudios del prof.
auxiliaris de la Universidad de La Laguna,
Dr. Dominik Josef W olfel (1931-1944) y sus
alumnos, asi como el Dr. Ferdinand Anders
o las Ediciones Canarias en Hallein/Salzburg
mantienen vivo el cariñoso interés existente
en Austria por la historia de Tenerife.
Me parece significativo señalar aquí
el lugar donde se guardan los tesoros de los
investigadores austríacos y los resultados de
los estudios realizados sobre la lengua de los
Guanches, así como hallazgos arqueológicos:
el Museo Etnológico de Viena, que alberga
el gran tesoro que llegó de España de los
Austrias como la corona de Quetzal de
Moctezuma y el oro de los Indios y al mismo
tiempo la Biblioteca Nacional de Viena,
en la cual se encuentran los volúmenes sobre
el trabajo de Torriani y sobre la lengua
Guanche.
Soy consciente de que estas pequeñas
historias no han cambiado el mundo básicamente
y quizá hay cosas más importantes
sobre la Tierra, pero, por qué no se han de
recordar esas pequeñas cosas y sacarlas del
olvido.
©Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2015.
Al cadti1•n- 1J/f11111/i1t1tlo i/, .Ua _,.;,,,¡fiano se le colocaron los '!fas de cristal de la fi.~ de 11n Santo.
BIBLIOGRAJ ·'Í,-\
Aguilar, ,- \lbert(). 1d~cclll·rd"s dl' Lt c~Lllll ict dl 1
ArchiduL¡ue de . \u st tit 1:et1u11d" .\ Lt'\in 1ilicllH >. l ·. rn
perador de \kxi c<>, lºtl ,.¡ h111el de dr>n Pulr"
Aguilar». I j /)1i1, 211 de sq11icmht"l' dl· l 'J--l.
Konig, Hans. I :/ />11tr/11d.-111 <.m~'.· Punr• > lk l.i ( :rn,,,
2000.
Gonzálcz 1.i.:rnus, \. ic• ,1;¡,_ / .11.r f.r /<1.1 ti, la
Ilusión. Bn.ttÍ11i«(J.í c11 / ; 111n/1 , / S )(} . /'JI 111 1. 1 ·. \L 1 no Cabildo
Insular tk ( ;r;in ( .an;tria, 1 '!'>.')_
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©Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2015.