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El periodismo español durante el último tercio del siglo XIX
Antes de iniciar el siglo XX, el periodismo español ya ha comenzado un proceso de
transformación desde una prensa vinculada a partidos políticos hacia una etapa de mayor
profesionalización basada en la formación de empresas periodísticas que persiguen con
la información un negocio rentable. Esta evolución trae consigo una diversificación en los
contenidos que se publican al convertirse en un medio que informa y entretiene, dejando a
un lado el proselitismo hasta ese momento imperante como consecuencia del tibio proceso
de industrialización, concentración urbana y alfabetización del país.
La formación de empresas periodísticas es un hecho que obliga a hacer un producto com-petitivo
con unos contenidos no marcados por una ideología concreta para lograr llegar a
un público lo más amplio posible. Es un proceso que llega a España con cierto retraso si lo
comparamos con el resto de Europa, y que continuará durante todo el primer tercio del
siglo XX. Nace un público que busca información y entretenimiento, por lo que demanda
un periodismo más profesional y menos comprometido políticamente.
La Constitución de 1876, vigente en ese momento, proclama la libertad de prensa en su
artículo 13, que es regulada posteriormente con la Ley de Policía e Imprenta de 1883. Esta
norma legal estará en vigor hasta el 18 de marzo de 1966, fecha en la que el Boletín Oficial
del Estado publica el texto de la llamada “Ley Fraga” con una Disposición Derogatoria Única
que también deja sin efecto la Ley de Prensa de 1938. Pero este derecho constitucional
no tuvo efectividad en la práctica, ya que el artículo 17 de la misma Constitución permitía
suspender las garantías constitucionales “cuando así lo exija la seguridad del Estado”, y la
El Turismo del Valle de La Orotava
en Diario de Tenerife duran-te
el primer semestre de 1889.
por Rafael Yanes Mesa.
Vista del Hotel Taoro. Puerto de la Cruz.
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utilización de este recurso fue una prác-tica
cotidiana por parte de los distintos
gobiernos hasta el golpe militar de Primo
de Rivera.
En este clima nacen algunos periódicos
en la isla de Tenerife, todos con un com-ponente
ideológico que supone lo más
importante de la publicación, aunque
algunos le conceden bastante espacio a la
información no partidista. Hay que tener en
cuenta que en esos momentos las revistas
son el único medio que tiene el público
para conocer algo más allá de su ciudad,
especialmente en las Islas Canarias por su
lejanía de Europa. Uno de ellos es Diario de
Tenerife, un periódico de gran importancia
en esta isla durante las tres décadas en las
que se publicó.
El periódico más importante de Tenerife
al final del siglo XIX
Diario de Tenerife es un periódico republi-cano
que, bajo la dirección de Patricio Es-tévanez
y Murphy, tiene una vida a caballo
entre los siglos XIX y XX. Con el subtítulo
“periódico de intereses generales, noticias
y anuncios”, nace en 1886 y perdura hasta
1917. Es un diario de tamaño 31 cm x 46
cm que, con 4 páginas, se publica “todos
los días excepto los domingos y fiestas de
gran solemnidad”, como se señala en su
portada.
La primera página está dedicada a la
meteorología, el registro civil, los precios
de los artículos de primera necesidad, los
cambios monetarios, el horario de cultos
religiosos en Santa Cruz de Tenerife, el
movimiento portuario, el orden del día
del Gobierno Militar, algunas efemérides
y otros contenidos de la misma índole. La
única información de actualidad se puede
encontrar en la sección “Telegramas”, que
recoge noticias de ámbito nacional que le
aporta la Agencia Fabra. En la parte inferior siempre aparece una novela por capítulos.
Diario de Tenerife también abre sus páginas al exterior con pequeñas informaciones en inglés,
y “Correspondencia diaria desde París” sobre noticias de Europa. Las páginas 2 y 3, bajo el
título genérico de “Crónicas”, están dedicadas a la información eminentemente local, con
noticias breves y sin titulación. La última página esta reservada a la publicidad.
Su filiación política no es obstáculo para que destacara por su carácter eminentemente
informativo en una época en la que el periodismo ideológico es preponderante. Adopta
un estilo ecuánime que, aunque no es neutral, le vale el sobrenombre de “republicano de
salón”. Defiende sus postulados ideológicos, pero lo hace de forma discreta y elegante.
Supone el contrapunto al apasionado periodismo político del momento, y todo ello hace
que se abra paso entre la minoría intelectual de Santa Cruz de Tenerife, que, al margen
de ideologías políticas, demanda simplemente información.
Comienza a publicarse el día 1 de noviembre de 1886 en la imprenta de Vicente Bonnet
Torrente, y, posteriormente, se edita en “La Isleña”. Desde el principio cuenta con el inesti-mable
apoyo económico de la Sección de Comercio de la capital de Tenerife, lo que supone
un impulso importante en sus inicios. A pesar de ello, sus comienzos son dificultosos, pues
con una tirada de 500 ejemplares, los ingresos son insuficientes para cubrir los gastos de
edición, según confiesa el propio Patricio Estévanez en una de sus “Cartas a Luis Maffio-tte”.
Es un dato que refleja la delicada situación económica del periodismo parcialmente
despolitizado de esta época y la vocación de sus promotores.
Anuncio del Hotel Martiánez en prensa.
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Pero pronto el prestigio de su director y el trabajo profesionalizado del periódico hacen que
se consolide entre la prensa tinerfeña. No es ajeno a ello el paulatino receso del periódico
más importante del momento, El Memorándum. Así, en 1887 ya tiene una tirada diaria
de 600 ejemplares, lo que supone el inicio de una estabilidad económica que le permite
comenzar a hacerse con la primacía del periodismo tinerfeño.
Posteriormente, Diario de Tenerife se erige en el periódico más leído de la Isla, llegando
a una tirada cercana al millar de ejemplares diarios, cifra no alcanzada por ningún otro
periódico tinerfeño del siglo XIX. En su edición del día 1 de abril de 1889 informa que lo
satisfecho por este diario en concepto de derechos de timbre durante el primer trimestre
de ese año asciende a la cantidad de 79,50 pesetas, es decir, tanto como los otros nueve
periódicos tinerfeños del momento juntos, entre los que destaca El Memorándum con
30,10 pesetas.
A principios del siglo XX surgen con gran fuerza los periódicos Unión Conservadora y La
Opinión, que actúan como portavoces de las organizaciones políticas de la Restauración,
el Partido Conservador y el Partido Liberal respectivamente. Se trata de un periodismo
partidista que emerge por la situación política del momento, y que, lógicamente, tiene
consecuencias negativas para Diario de Tenerife. Disponen de los recursos económicos que
les aportan estas organizaciones, y cuentan con una clientela potencialmente amplia. Esta
circunstancia provoca una importante disminución en la tirada del periódico que dirige
Patricio Estévanez.
Pero el principio de su fin viene determinado por la aparición de La Prensa, dirigida por
Leoncio Rodríguez, especialmente cuando estalla la Primera Guerra Mundial. El nuevo
periódico ofrece abundante información del conflicto, a lo que Diario de Tenerife no da
una adecuada respuesta. Por último, el desplazamiento a Madrid de Patricio Estévanez
debido a una enfermedad precipita los acontecimientos. La desaparición del periódico
se produce en 1917, pese a los esfuerzos de Andrés Orozco, Ramón Gil Roldán, Rubens
Marichal y Martínez Viera.
El turismo en Diario de Tenerife
Durante el período estudiado, Diario de Tenerife publica diariamente informaciones con
todos los vapores llegados al puerto de la capital tinerfeña, en las que se indican el nombre
del barco, su nacionalidad, su destino siguiente y la empresa que lo despacha. Sólo en
dos de éstas se señala que se trata de visitantes de vacaciones. Una dice “conduciendo 42
pasajeros que hoy han salido por tierra para La Orotava”, y la otra especifica los nombres
y apellidos de cuatro turistas que llegan
“con el objeto de pasar una temporada en
el Sanatorium de Orotava”. En todas ellas
se utiliza un estilo informativo con el sólo
propósito de dar cuenta del hecho.
Encontramos también cuatro informacio-nes
sobre el estado general de entrada
de buques en los puertos españoles, que
publica el Boletín de Sanidad de la Dirección
General de Beneficencia. Se especifica el
número de barcos, toneladas, pasajeros,
tripulantes y cañones que han llegado a
cada puerto durante un mes o un año. El
periódico señala en estas informaciones el
lugar que ocupa el puerto santacrucero en
relación al resto de puertos españoles. Es
un dato que asociamos con el turismo, ya
que en ese momento es el único medio de
transporte para llegar a la Isla.
Entre las doce informaciones detectadas
sobre construcción de hoteles, cinco son
de la “Sociedad de Edificaciones y Reformas Urbanas”, en las que se hace un seguimiento
de las obras, reuniones de su Consejo de Administración, y acuerdos que toma. En todas
ellas se utiliza un estilo informativo, aunque no impide que en una se opine diciendo “sería
de desear que el Consejo de Administración viera el medio de que no escaseasen otra vez
los materiales…”.
La empresa “Compañía de Hoteles y Sanatorium del Valle de La Orotava” tiene una pre-sencia
importante en este periódico. En la primera página, y antes de la fecha del acto,
durante cinco días se publica una convocatoria de su Junta General de Accionistas. Al día
siguiente al de la fecha prevista para su celebración, se informa de que por faltar número
Vista del Hotel Taoro. Puerto de la Cruz.
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de acciones representadas no pudo celebrarse dicha Junta. Incluso se hace eco de un viaje
a Inglaterra del “digno presidente” de esta compañía.
El Hotel Aguere, de La Laguna, publica anuncios publicitarios en la página 4 en veinte
ocasiones durante los meses de abril, mayo y junio. Son anuncios redactados en inglés y
con bastante extensión, pues ocupan 112 cm2. Sin embargo, sobre este recinto hotelero
se informa brevemente en una sola ocasión diciendo que “está estos días completamente
lleno de extranjeros”.
Hay otro anuncio publicitario que se repite en cuatro ocasiones, en el que se ofrece alquilar
una casa amueblada de ocho habitaciones en el barrio de Salamanca, en Santa Cruz de
Tenerife. El hecho de que esté redactado en inglés demuestra que está dirigido a turistas,
y que éstos no sólo están interesados en el valle de La Orotava.
En su edición del día 28 de marzo se publica una extensa información sobre una nueva
empresa “constituida en Londres para construir un hotel y casas de campo en los Llanos
de La Paz, junto al Botánico”. Es una información que copia del periódico Las Novedades,
y en la que se dan todos los datos de la misma en cuanto al número de acciones, tanto
ordinarias como extraordinarias, y el capital social con el que cuenta inicialmente esta
compañía. En la misma, con la utilización de gran cantidad de adjetivos, se aprovecha
para hacer una alabanza a las condiciones paisajísticas del lugar, con expresiones como
“desde allí se disfruta de las mejores vistas del encantador valle de La Orotava”. Por último
añade “de nuevo repetimos que nos alegraremos vivamente de que pronto comience a
dar señales de vida la nueva sociedad”.
En un fragmento de la memoria de gestión correspondiente al año 1888, que fue leída
por el presidente de la Asociación del Socorro Mutuo y Enseñanza Gratuita, y que Diario
de Tenerife publica en su integridad en dos partes, se hace mención de la fama del valle
de La Orotava como destino turístico. Se aprovecha este argumento para reclamar de las
autoridades provinciales un centro educativo en la Capital, ya que ante los muchos visitantes
que tiene la Isla, por poseer “la estación de invierno más recomendable del mundo”, sería
bueno que éstos vieran que “la Capital cuenta con un edificio construido expresamente
para la instrucción de la juventud”.
El 27 de abril se publica una extensa crónica sobre una fiesta particular celebrada en la
casa de D. Alberto Cólogan, y a la que asiste la colonia extranjera residente en el valle de
La Orotava. En esta información se habla, una vez más, de las maravillas del clima y paisaje
del lugar, pero a continuación se aprovecha para hacer una pequeña crítica por la falta de
atractivos culturales para los visitantes, cuando señala que los extranjeros “han echado de
Vista del Hotel Martiánez. Puerto de la
Cruz.
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menos la animación y la vida en sociedad, los espectáculos y diversiones públicas que para
el esparcimiento y deleite del espíritu ofrecen otras estaciones sanitarias”.
En su edición del día 6 de junio publica la iniciativa del diputado por esta circunscripción,
Sr. Domínguez Alfonso, que con una proposición de ley solicita que el Congreso de los
Diputados declare “puerto de interés general de segundo orden el de Martiánez, en Cruz
de Orotava”. En la misma se incluye el texto íntegro de la propuesta presentada, a lo
que únicamente le añade al principio el comentario de que “mucho celebraríamos ver
aprobada en breve”.
Son igualmente reseñables tres informaciones en las que se habla de otros tantos turistas
en particular. Una es referida al fiscal de la Audiencia de Las Palmas, que ha pasado un
mes de vacaciones en La Orotava. Otra es de un turista francés que remite al periódico un
ejemplar de una revista gala en la que el mencionado visitante publica una crónica sobre su
estancia en Tenerife, con varios grabados de los lugares más típicos de la Isla. La tercera se
refiere al médico de cámara del difunto emperador Federico III, quien se ofreció a escribir
un artículo a su llegada a Inglaterra sobre “las bellezas del valle de La Orotava y el confort
que el Gran Hotel y Sanatorium ofrece a sus numerosos huéspedes”.
En cuanto al espacio físico utilizado para estas informaciones, podemos afirmar que es
escaso. Sin embargo, hay que tener en cuenta la distribución de los contenidos en Diario
de Tenerife. Si excluimos dos de los anuncios publicitarios, cuya extensión es de 98 y 112
cm2, el resto de los contenidos sobre turismo es, en su mayoría, extraordinariamente
pequeño. Así, encontramos 27 informaciones que ocupan menos de 30 cm2, es decir,
una superficie inferior al 2,49% del total. Sólo hemos detectado tres informaciones que
superan los 100 cm2.
Las noticias son breves, con estilo eminentemente informativo, sin titulares, entradillas,
elementos gráficos, ni ningún otro componente informativo. Están colocadas una tras otra,
sin estar clasificadas por los asuntos de los que tratan, ni ordenadas por su importancia.
DATOS DE DIARIO DE TENERIFE
Título: Diario de Tenerife.
Subtítulo: Periódico de intereses generales, noticias y anuncios.
Otros componentes de la cabecera: Además de indicar el año y el número, debajo del
subtítulo añade la situación geográfica de Tenerife en español, francés e inglés.
Lugar de edición: Santa Cruz de Tenerife.
Fundador: Patricio Estévanez y Murphy.
Otros redactores: Andrés Orozco, Ramón Gil Roldán, Martínez Viera y Rubens Marichal.
Fecha primer nº consultado: 28 de enero de 1889.
Fecha último nº consultado: 28 de junio de 1889.
Años de vida: 31 años. Desde 1886 hasta 1917.
Periodicidad: “Se publica todos los días menos los domingos y fiestas de gran solemni-dad”.
Nº de páginas: Cuatro.
Formato: 31 cm x 46 cm.
Superficie redaccional: 1.204 centímetros cuadrados
Nº de columnas: Cuatro