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El profesor Hernández Perera -de cuyo
fallecimiento acaba de cumplirse una
década y a cuya memoria queremos
dedicar este trabajo-informó en su
encomiable Orfebrería de Canarias sobre
un trabajo de «Francisco de Náxera,
platero del Puerto» para la Cofradía
del Santísimo establecida en la iglesia
de Santiago del Realejo Alto1. A esta
noticia se ha ceñido hasta ahora el
conocimiento sobre este artífice que,
como damos a conocer en este artículo,
formó parte de una familia de artistas
vinculados al Puerto de la Cruz en el
siglo XVII, de quienes hemos conseguido
reunir algunos datos interesantes que
aquí presentamos.
Francisco de Nájera -apellido que en
los documentos consultados figura a
veces como Naxara, Naxar o Najar-fue
hijo del platero de Madrid Juan
Pérez de Nájera y de la portuense
Francisca de León, casados en la iglesia
de Nuestra Señora de los Remedios de La Laguna en 16332. Dos años después y
en la misma ciudad Sebastiana de Betancor, viuda de Matías Dornieles -que había
sido vecina de Lanzarote- puso «a ofisio de platero de plata» con Juan Pérez de
Nájera, «maestre del dicho oficio» a Manuel de Betancor, su hijo, por seis años
y medio, quedando obligado «a lo dar enseñado del dicho officio de platero en
perfeción enseñándole todo lo que el susodicho como maestro supiere de todas
las obras de plata que saue, sin faltar alguna, así de martillo como de fundición, y
además del dicho officio lo a de enseñar a leer y escribir para que mexor aprienda
en dicho officio»3.
Este contrato confirma la dedicación del madrileño al arte de la platería y su des-treza
técnica, si bien no conocemos todavía ningún encargo o trabajo concreto.
Y también evidencia que, tras la boda, el nuevo matrimonio se estableció en La
Laguna, quizá porque en esta ciudad las expectativas laborales eran mayores.
En 1644 atendió un encargo para Garachico, una cruz procesional para la iglesia
de Santa Ana, pues lo identificamos con el platero Juan de Nerja a quien aquel
año se abonaron por este trabajo mil seiscientos reales, como ha informado el
profesor Pérez Morera4; pero no sabemos si el artífice se había asentado en esta
localidad del norte de la Isla o permanecía entonces en La Laguna; lo cierto es
que en 1649 fue bautizada su hija Catalina en la iglesia de la Peña de Francia, en
el Puerto de la Cruz5, de donde era natural su esposa.
Plateros del Siglo XVII
en el Puerto de la Cruz:
los Pérez de Nájera
por Carlos Rodríguez Morales.
(3) Archivo Histórico Provincial de Santa
Cruz de Tenerife: Protocolos notariales
[Pn] 1.663 (escribanía de José Laso de
Mogroviejo), ff. 2r-4r, 3/1/1635.
(1) Jesús HERNÁNDEZ PERERA: Orfebrería
de Canarias. Madrid, 1955, p. 430.
(2) Archivo Histórico Provincial de Santa
Cruz de Tenerife [AHPT]: Archivo Zárate
Cólogan, Índice de los libros de matrimo-nios
de la iglesia de Nuestra Señora de los
Remedios, La Laguna, s.f. Remite al folio
61 del Libro III de matrimonios, custodiado
en el Archivo Histórico Diocesano de San
Cristóbal de La Laguna [AHDLL], pero
retirado de consulta por deterioro.
(4) Jesús PÉREZ MORERA: «La platería
de Nuestra Señora de Guía. Los regalos de
Garachico», en Historia de Nuestra Señora
de Guía. Guía de Isora, 2005, p. 129.
(5) AHDLL: fondo parroquial de Nuestra
Señora de la Peña de Francia, Puerto de
la Cruz, Libro I de bautismos, f. 98r. Fue
su padrino Cristóbal de Vergara.
Cruz procesional. ¿Juan Pérez de
Nájera?, 1644. Iglesia de Santa Ana.
Garachico.
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Previamente habían nacido Alejandro
y Francisco, aunque no hemos podido
localizar sus partidas de bautismo en
alguna de las dos parroquias de La
Laguna ni en la de Garachico ni tampoco
en la del Puerto. Este traslado viene
a coincidir con el momento en el que
dejamos de tener noticias sobre Juan
Pérez de Nájera, quizá fallecido tempranamente. En este sentido apuntan ciertos
indicios, como la protección ejercida sobre los hijos por la familia de su esposa. Así,
su cuñado Bartolomé de León, familiar del Santo Oficio, incluyó en su testamento
otorgado en 1666 la siguiente cláusula: «Yten declaro que yo ymbié al Norte y
a las Yndias a mi sobrino Francisco de Naxara y el viaje del Norte fue para que
aprendiera el oficio de platero y le di cuatro pipas de vino y acudí a alimentarle
y a los costos necesarios; y después le volví a ymbiar al Norte con una partidilla
de cueros, que serían siento y sinquenta poco más o menos, para que comprase
su herramienta para su tienda como lo hizo y que el resto lo trugesse empleado
por mi quenta»6. El hecho de que Francisco Pérez de Nájera no aprendiese el
oficio junto a su padre abunda en la posibilidad de que éste ya hubiera muerto
cuando el joven tenía edad para comenzar su formación.
Algo similar sucedió más tarde con su hermano menor Alejandro, que en 1667
-cuando contaba dieciocho años- fue puesto como aprendiz del «oficio de platero y
orive» junto al maestro Agustín de Soria por Bartolomé Milán, padre de huérfanos
nombrado por el Cabildo de Tenerife. Con este fin, Soria recibió doscientos reales
del licenciado Francisco Leonardo Guerra «que por aserle buena obra a Alejandro
de Naxar se los a dado»7. Guerra, hermanastro de Francisca de León, madre del
pupilo, disfrutó de una acomodada situación social y económica: fue capellán real
en la Catedral de Sevilla y regresó a las Islas para tomar posesión de una canonjía
en la de Las Palmas; a su generosidad se debe la presencia en La Orotava de la
espléndida imagen del Cristo atado a la columna, obra del escultor Pedro Roldán,
donada en 1689 a la iglesia de San Juan del Farrobo8.
Formado uno en el Norte -es decir, en
el ámbito de los Países Bajos o el sur de
Alemania- y otro en la Isla, los hermanos
Pérez de Nájera mantuvieron el oficio
paterno insistiendo en una costumbre
de raíz gremial. De Alejandro sabemos
que en 1672 contrajo matrimonio en la
iglesia de la Concepción de La Orotava
con Juana Rodríguez, cuya carta dotal
fue otorgada por su madre en agosto
de ese año9. Un rastreo más pausado
de las fuentes, al que en esta ocasión
no hemos podido dedicarnos, propor-cionará,
sin duda, nuevas informaciones
relativas a su suerte vital. Sobre Francisco sí podemos añadir más datos que vienen
a completar aquel encargo que en los años setenta le formuló la Hermandad del
Santísimo de la parroquia del Realejo Alto. En enero de 1666 contrajo matrimonio
con María de Lugo Avellaneda en la iglesia de la Concepción de La Orotava, y
fruto de esta unión nacieron al menos siete hijos: Miguel en 166710, Catalina en
166811, María en 167012, Bernarda en 167213, Nicolás en 167314, Juan en 167715
y Marcos en mayo de 167916, bautizados todos en la parroquial del Puerto de la
Cruz, donde vivía la pareja.
En esa localidad recibió en 1668 como aprendiz al joven Ignacio González, hijo
de Bartolomé González, vecino de La Orotava, por tiempo de cinco años. En
(8) Manuel A. ALLOZA MORENO y Manuel
RODRÍGUEZ MESA: La prodigiosísima
imagen del Señor atado a la columna. La
Orotava, 1983.
(9) AHPT: Pn 3.139 (escribanía de Domingo
Romero), ff. 206v-208v, 6/8/1672; y Archivo
Zárate Cólogan, índice de los libros de
matrimonios de la parroquia de Nuestra
Señora de la Concepción de La Orotava.
(10) AHDLL: fondo parroquial de Nuestra
Señora de la Peña de Francia, Puerto de
la Cruz, Libro III de bautismos, f. 37. Fue
su padrino Jerónimo Baso.
Firma de Juan Pérez de Nájera.
(6) AHPT: Pn 3.789 (escribanía de Bartolomé
Hernández Romero), ff. 106r-112v,
25/5/1666.
Firma de Francisco de Nájera.
(7) JAHPT: Pn 939 (escribanía de Francisco
Argüello Valderrama), 22/4/1667, f. 272r-
273r.
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este documento se le menciona como
maestro de platero y se indica que era
vecino del Puerto17. Fue años después
-y no en 1664- cuando la Cofradía del
Santísimo Sacramento de la parroquial
del Realejo Alto asentó el descargo de
quinientos setenta y dos reales «que
ymportó una vara de plata que hizie-ron
[los mayordomos] para el palio,
que pagaron a Francisco de Náxera,
platero, vecino del Puerto»18, Cabe la
posibilidad de que también realizara
otras varas del mismo palio, cuyo coste recogen las cuentas de años anteriores y
posteriores, y pudo ser también el autor de una cruz de plata para un guión y un
báculo de plata abonados por la mismos Cofradía «al platero» en 1678, pero no
pasa de ser una hipótesis a falta de referencias más explícitas.
El testamento de Francisco Pérez de
Nájera, otorgado pocos días antes de
morir en septiembre de 1679, cuando
aún no contaba cincuenta años, nos
proporciona datos relevantes sobre
su vida y, particularmente, sobre su
actividad como platero. Sabemos así
que cuando casó trajo «a el matrimonio
toda la jerramienta del ofisio de platería
de todo lo necesario que tengo oy en
ser», y también que hizo «un bernegal
de plata labrado que pesó catorce
onzas» para el capitán Julián Lorenzo,
estimado su valor en cincuenta reales.
Poseía varias joyas que debió empeñar
en un momento de necesidad: «una
gargantilla de perlas de siete hilos,
y un par de pulseras de perlas con
quentas de oro de doze bueltas cada
una, y una hechura de Santo Christo
de oro esmaltado (...) con más una
concepción esmaltada con perlas en
redondo y dos anillos de rosa». Se
refiere entre estas cláusulas también a
la casa de su morada en el Puerto, que
lindaba por un lado con la del escribano
Bartolomé Hernández Romero, por otro
con bodegas de los herederos del capitán Juan Vicente Castilla, por arriba casa
de los herederos de Pedro Revete y por delante la calle real. Interesante resulta
también conocer que había entregado a Félix Rodríguez «una ymagen de mármol
de dos palmos para que la bendiese en presio de treinta reales, el qual fue a la ysla
de Fuerteventura», ordenando que se cobrase esta deuda todavía no satisfecha19.
Francisco Pérez de Nájera fue enterrado en la iglesia de Nuestra Señora de la Peña
de Francia, en una de las sepulturas de la hermandad de la Virgen -de la que era
hermano, también de la del Santísimo- el 18 de septiembre de 167920.
Tras enviudar, María de Lugo y Avellaneda trasladó su residencia a La Orotava, de
donde era natural y donde seguían viviendo sus padres. En 1684 su hijo Miguel,
estudiante -que acabó profesando como franciscano-, promovió en la Villa infor-maciones
sobre su ascendencia y limpieza para ordenarse de cuarto grado. Este
expediente -por el que sabemos que Juan Pérez de Nájera era madrileño- incluye
(11) Idem, f. 44r. El capitán Diego Benítez
de Lugo fue su padrino.
(12) Idem, f. 51v. Fue apadrinada por el
capitán Francisco Machado.
(13) Idem, f. 69r. Su padrino fue Baltasar
de Lugo.
(14) Idem, f. 79r. De nuevo actuó como padrino
el capitán Diego Benítez de Lugo.
(15) Idem, f. 112r. Fue su padrino el licenciado
Juan Navarro, presbítero.
(16) Idem, f. 126v. Su padrino fue el capitán
José Rodríguez Lindo.
(18) IAHDLL: fondo parroquial de Santiago
Apóstol, Realejo Alto, libro 2 del fon-do
asociado, Libro de la Cofradía del
Sanctíssimo Sacramento del ligar del
Realexo de Arriua donde se asientan las
quentas que se toman a los mayordomos,
f. 53r. El descargo corresponde a las
cuentas del período junio de 1673-junio de
1674, no de 1664 como recogió el profesor
Hernández Perera (Orfebrería de Canarias,
ob. cit., p. 430).
(17) AHPT: Pn 3.790 [escribanía de Bartolomé
Hernández Romero], ff. 33v-35r, 13/2/1668.
Agradezco este dato a don Antonio Galindo
Brito.
(19) AHPT: Pn 3.797 (escribanía de Bartolomé
Hernández Romero), f f. 213r-217v,
5/9/1679.
(20) AHDLL: fondo parroquial de Nuestra
Señora de la Peña de Francia, Puerto de la
Cruz, Libro I de entierros, ff. 87r-87v.
Firma de Alejandro Pérez de Nájera.
Varas de palio. Francisco Pérez de
Nájera realizó una de estas piezas
entre 1673 y 1674. Iglesia de Santiago
Apóstol. Realejo Alto.
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la declaración como testigo de Juan Ignacio de Estrada, platero de La Orotava
que, entre otras obras, algunos años antes había realizado la preciosa cruz del
Cristo de los Remedios de La Laguna (1670), como ha descubierto Reyes Amador21.
Esto invita a considerar algún tipo de relación, siquiera amistosa, entre Estrada
-cuyo padre también se había dedicado al arte de la plata- y los Pérez de Nájera.
A Estrada atribuye el profesor Pérez Morera la cruz de mano de la iglesia de
Santiago del Realejo (ca. 1673-1677)22, que coincide en el tiempo con el trabajo
antes referido de Francisco Pérez de Nájera para el mismo templo23.
María de Lugo no sólo sobrevivió a su marido, también a seis de sus siete hijos.
Cuando testó en 1693 sólo vivía Ana Rodríguez de Nájera, a quien junto a sus
longevos padres nombró heredera, y con la que acaso se extinguió este apellido.
Pero éstos no fueron los únicos plateros establecidos o vinculados al Puerto durante
el siglo XVII. En diciembre de 1657 Antonio de Estrada, vecino de La Laguna,
vendió en el Puerto «unos sitios medio fabricados» correspondientes a la dote de
su esposa María Bernal, que meses antes le había otorgado poder para hacerlo.
En 1676 era vecino de la localidad Domingo Bautista, «maeso de platero», que
ese año se encargó de pesar de varias piezas destinadas por Bartolomé González
Calero el viejo, vecino de Fuerteventura, en el puerto de Tostón -actualmente, El
Cotillo- «para prinsipio de haser un calis» que al menos entonces entonces no llegó
a hacerse24. Y en 1686 estaba en el Puerto Sebastián Hernández Crespo, entonces
vecino de La Orotava, encargado por el capitán Juan de las Nieves Ravelo para
«hazer unas andas según y en la forma que me ordenare Cristóbal Hernández
Quintana, maeso de pintor, para la hechura»25.
Anexo documental
Bartolomé Milán, padre de huérfanos nombrado por el Cabildo de Tenerife,
concierta el aprendizaje de oribe y platero de Alejandro de Nájera con Agustín
de Soria, maestro del oficio.
Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife: Protocolos notariales, sig-natura
939 (escribanía de Francisco Argüello Valderrama), ff. 272r-273r.
1667, abril, 4. La Laguna.
«Sepan quantos esta carta bieren como yo, Bartolome Milan, vesino desta ciudad,
padre de guerfanos por nonbramiento del Cauildo desta ysla, otorgo por ella que
pongo al oficio de platero y oribe con Augustin de Soria, maeso de dicho ofisio,
vesino desta ciudad a Alejandro de Najar, de edad de dies y ocho años, y algo más
que menos, guerfano, hijo legítimo de Juan de Najar, vecino que fue desta ciudad,
y de Francisca de Leon, para que le enseñe el dicho ofisio y tienpo y espacio de tres
años que se an de comensar a contar desde oy dia de la fecha desta escritura en
el qual tienpo le a de dar enseñado el dicho ofisio de manera que pueda trabajar
como qualquiera maeso, y si acaso fuere uso y costumbre darle alguna erramienta
al tienpo y quando salga enseñado del dicho ofisio y cunplido el tiempo al dicho
Alejandro de Najar a de ser obligado el dicho Augustin de Soria a entregarsela y
asimesmo a que si caiere enfermo le a de sustentar de todo lo necesario a el dicho
Alejandro de Najar por tiempo de dos meses, y si estubiere más tiempo enfermo a
de ser por quenta del dicho Alejandro de Najar y se ha [de] descontar del tienpo
prinsipal los dias que estubiere enfermo para que los cumpla pasado el de los tres
años, y las otras fallas que hisiere por su culpa de ausentarse y si acaso no saliere
capas en el dicho ofisio a de ser obligado el dicho Augustin de Soria a bolber
dosientos reales que en contado a resibido del lisensiado don Francisco Leonardo
Guerra, presbitero, vesino de la billa de La Orotaba, y asimesmo el dicho Augustin
de Soria le a de sustentar todo el dicho tiempo de tres años y le a de dar cama en
que dormir y el bestir a de ser a costa del dicho Alejandro de Najara, el qual le
a de serbir a el dicho Augustin de Soria de puertas adentro en todo lo necesario
(21) Reyes AMADOR AMADOR: «La Cruz
del Cristo de los Remedios. Sus donantes,
su autor y su historia en la documentación
de un archivo familiar isleño», en Victoria,
tú reinarás. La Cruz en la iconografía y
en la historia de La Laguna. La Laguna,
2007, pp. 73-95.
(22) Jesús PÉREZ MORERA: «Platería en
Canarias. Siglos XVI-XIX», en Arte en
Canarias [siglos XV-XIX]. Una mirada
retrospectiva. Islas Canarias, 2001, t. I,
pp. 285-286.
(23) AHPT: Pn 3.786 (escribanía de
Bartolomé Hernández Romero), ff. 161r-
165v, 23/12/1657. Agradezco este dato
al profesor Antonio Galindo.
(24) AHPT: Pn 3.796 (escribanía de
Bartolomé Hernández Romero), ff. XX-XX,
19/5/1678. Debo esta referencia a
don Antonio Galindo.
(25) AHPT: Pn 3.800 (escribanía de Bartolomé
Hernández Romero), ff. 227v-228v,
7/10/1686. Dieron noticia Clementina
CALERO RUIZ y Patricio HERNÁNDEZ
DÍAZ: «El convento de Nuestra Señora de
las Nieves, San Juan Bautista y Santo Tomás
de Aquino. Puerto de la Cruz (Tenerife)» en
V Coloquio de Historia Canario-Americana
(1982). Las Palmas de Gran Canaria, 1985,
t. III, pp. 637-654. Sobre otros posibles
trabajos de Quintana en el Puerto de la
Cruz, véase Carlos RODRÍGUEZ MORALES:
Cristóbal Hernández de Quintana. Biblioteca
de Artistas Canarios, 42. Islas Canarias,
2003, esp. pp. 21-24.
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tocante al ofisio, y si acaso hisiere alguna fuga pueda el susodicho en birtud desta
escritura sacarlo de la parte y lugar donde estubiere y apremiarle por justisia que
para ello le doi poder y facultad en bastante forma y según lo puedo haser como
tal padre de guerfanos. Y estando presente yo el dicho Augustin de Soria, abiendo
bisto lo contenido en esta escriptura, me obligo a guardarla y cumplirla según y
de la manera que en ella se contiene sin faltar en cosa alguna, y confieso abre
resiuido del dicho lisensiado don Francisco Leonardo Guerra los dichos dosientos
reales que por aserle buena obra a el dicho Alejandro de Najara se los a dado, y
porque es sierto su pagamiento y no pareser de presente renunsio las leyes del
entrego, prueba y paga como en ellas se contiene y ambas las partes, cada una
por lo que nos toca, nos obligamos a guardar y cunplir esta escritura y damos
poder a las justisias de su Magestad que de nuestras causas conoscan para que
nos lo manden guardar y cunplir como si fuese por sentensia pasada en autoridad
de cosa jusgada, renunsiamos las leyes de nuestro fabor y la general del derecho
que las prohibe en forma, en testimonio de lo qual otorgamos la presente en la
noble ciudad de San Christobal de La Laguna de Tenerife en veynte y dos dias del
ems de abril de mill y seissientos y sesenta y siete años. Y los otorgantes, a quien
yo el escribano doy fee que conosco, lo otorgaron así y firmaron siendo testigos
el capitan Joan de Coronado, rexidor desta ysla, y el lisensiado don Tomas Esquier
y Felipe Alvares, vesinos desta ciudad.
Bartolome Hernandes Milan (rubricado).
Agustin de Soria (rubricado).
Francisco Arguello Balderrama escribano público (rubricado).
Resiui dos reales de derechos y no más, doy fee (rubricado)».
Criterios de transcripción
Letra cursiva: desarrollo de abreviaturas.
Normalización en el uso de mayúsculas.
Varas de palio. Francisco Pérez de
Nájera realizó una de estas piezas
entre 1673 y 1674. Iglesia de Santiago
Apóstol. Realejo Alto.