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ENTREVISTA A
CARLOS NOGUERA
Una perspectiva sobre la situación sociopolítica en Venezuela
. e ómo ves la situación general de Venezuela e bajo la presidencia de Hugo Chávez?
Creo que resulta conveniente, para comenzar, trazar
algunos perfiles del pajsaje que nos ha tocado
en suerte. Cuando Chávez se encarga de la presidencia,
en febrero de 1999, recibe un país con un
80% de pobreza y con más de 200.000 niii.os en
estado de abandono o mendicidad. Los ingresos
provenientes de la exportación de hidrocarburos
en los últimos 40 años habían sido, en buena medida,
injustamente distribuidos, malversados, derrochados
o simplemente robados. Se estima que en
los últimos 40 años fueron sacados al exterior más
de 200 mil millones de dólares, producto de la corru¡:r
ción, una cifra suficiente para pagar diez veces la
deuda pública externa. En los últimos 25 años, el
tesoro nacional recibió ingresos superiores a 300
mil millones de dólares, el equivalente a 20 planes
Marshall. En cuanto a los pesos relativos de la actividad
económica, hay que recordar el carácter sui
generis del estado venezolano: el 70% de las divisas
que ingresan al país provienen de los recursos
petroleros y el estado venezolano es dueño, desde
que fue creado, de todos los recursos del subsuelo
-atención, todos-, incluyendo los energéticos. Se
trataba entonces, en primer lugar, de evitar que ese
tesoro continuase siendo, en buena medida, usufructuado
por unos pocos o robado, como había
ocurrido hasta ahora.
Al tomar posesión, Chávez dividió las t ransformaciones
necesarias en tres frentes: político, social
y económiCO. Los tres frentes estarían presentes
desde un comienzo, pero los énfasis variarían
conforme al progreso de diferentes etapas.
La primera etapa ha sido la de la transformación
política, cuyos momentos principales son:
la convocatoria a una Asamblea Constituyente,
la redacción de una nueva constitución, la
aprobación en referéndum de esa constitución,
la apertura de un período de transición durante
el cual funcionarían instituciones provisionales
(por ejemplo, la Comisión Legislativa
Nacional, que sustituiría al antiguo Congreso)
y la legitimación a través de elecciones nacionales
y regionales de todos los poderes (incluyendo
al propio presidente de la república).
Esta primera fase, que comenzó en el primer
trimestre del 99, aun está por concluir. El próximo
30 de julio se realizarán las elecciones para
presidente, gobernadores, asamblea nacional y
alcaldes, yen septiembre las correspondientes
a concejos municipales y juntas parroquiales.
Los logros principales en esta etapa han sido
sobre todo políticos: el nuevo marco constitucional,
la reducción a su mínima expresión
de los partidos que conformaron el céleb re
"Pacto de punto fijo" (Acción Democrática -
socialdemócrata- y COPEI -socialcristiano-) y
que se repartieron el poder desde la caída de
la dictadura de Pérez ]iménez en 1958, hasta la
elección de Chávezj el funcionamiento de nuevas
instituciones como la del poder moral y la
defensa del puebloj la reforma y saneamiento
del poder judicial, con la remoción de centenares
de jueces venales; la lucha contra la corrupción
a todos los nivelesj la introducción de los
referendos revocatorio y consultivo; el ejercicio
de una política internacional soberana; el reconocimiento
en el ámbito constitucional de los
derechos de los pueblos indígenas, entre otros.
A pesar del énfasis político, se han dado
logros, también, en las esferas social y económica.
En lo relativo a lo social cabe destacar
las realizaciones del Plan Bolíva r 2000. Decenas
de miles de soldados (la mayor parte de ellos
con una procedencia familiar tan humilde como
la de las poblaciones a las que ayudan), trabajan
de manera coordinada con las comunidades,
construyen o reparan escuelas y dispensarios
de salud, alistan drenajes y torrenteras,
sanean terrenos, abren carreteras rurales, reconstruyen
canchas y campos deportivos. Una cooperación
entre comunidades y fuerza armada
que, a la par de propiciar la participación
vecinal, erige un nuevo concepto sobre la función
del ejército: la mayor defensa de la soberanía
de un país (junto con la protección de
sus fronteras) es el trabajar por mejorar las condiciones
de vida de su pueblo. En un país que
no está en guerra, ¿no es preferible que los soldados
inviertan parte de su tiempo en mejorar
las condiciones de vida de su pueblo en lugar
de estar encerrados en los cuarteles practicando
n exiones de pecho? Y las maquinarias y los
equipos y los transportes, ¿no es preferible que
estén apoyando esas labores en lugar de permanecer
guardados y pulidos para ser exhibidos
en los desfiles de las fechas patrias? ¿No
sacan los países -desarrollados O no- su cuerpo
de bomberos, su policía, sus contingentes de
defensa civil, su ejército incluso, cuando se
hallan en una emergencia de catástrofe? ¿No es
una catástrofe social la que se vive en el escenario
descrito al comienzo de esta respuesta?
Otros logros en el terreno social son la creación
de las "escuelas bolivarianas" (insti tuciones
de dotación especial, a las cuales el ni i"io
asiste todo el dí a y no medio turno C0l110 era
la práctica hasta ahora, y recibe en ella tres comidas)
y el inicio de los albergues de los niños de
la patria para el cuidado y la educación de los
niños de la calle (el primero de ellos en el estado
Vargas, escenario de la mayor destrucción
durante la tragedia de las inundaciones en
di ciembre del 99).
Finalmente, cabe señalar la creación del Banco
del Pueblo (créditos para artesanos y microempresarios)
y, sobre todo, el reconocimiento,
cálculo actualizado y fijación del cronograma
de pagos para la deuda que el estado ma nt iene
con los trabajadores a su servicio. Se trata
de una deuda por prestaciones e intereses que
los gobiernos anteriores habían acumulado con
sus trabajadores, nunca calculada ni tomada en
cuenta, y que asc iende a la increíble suma de
19 mil millones de dólares. Una cifra Ligeramente
inferior a la de la deuda externa pública. Chávez
ha dicho que les confiere el mismo rango
de compromiso y de importancia a ambas deudas
y, por tanto, a ambos acreedores (el trabajador
público y el banquero internacional).
En el plano económico, la inflac ión anuali,
ada, alcanzaba para junio de 2000, a 16%, una
cifra incluso inferior a la meta trazada para este
año. Las reservas en divisas se ubican en 15
mi l millones de dólares, una cifra excelente, sin
tomar en cuenta el fondo de estabilización
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monetaria (fondo de reserva de los ingresos petroleros
por encima de la meta presupuestada). Des~
pués de un año (el 99) de cifras negativas en el
PIB, que descendió hasta 9% en negativo, hemos
tenido en el primer trimestre de 2000 un cre~
cimiento de 1,10f0 en positivo. Los estimados
de crecimiento para este año oscilan entre 2,5
y 3%. Hay que resaltar que estos resultados se
producen en plena época de contienda electo~
ral, una ci rcunstancia que, usualmente, conlle~
va un descenso en la actividad y suspensión de
las inversiones.
Otro éxito en este plano ha sido la política
petrolera adelantada por el gobierno, que comporta
un fortalecimiento de la OPEP y una correlativa
modificación de las políticas que delegaban
ciegamente "en el mercado" la determinac ión
del precio del barril. Actualmente Venezuela
ejerce la presidencia de la orga nización y se rá
la sede de la conferencia general de este año.
En cuanto a política cambiaria, se ha mantenido
el sistema de bandas y se ha descartado
la devaluación de la moneda.
En cuanto a las inversiones internacionales,
el gobierno, fiel a su creencia en la conveniencia
de un mundo multipolar, ha buscado
inversiones no sólo en Norteamérica y en Europa,
sino en América Latina y Asia. En este orden,
destaca la venta de orimulsión a China, país
que construirá en corto plazo una nueva planta,
que duplicará la producción de es te derivado,
y las conversaciones para la construcción
de una tercera planta a mediano plazo.
En general, las conversaciones adelantadas, estiman
que la inversión foránea para fines de este
año se ubicará en 10 mil millones de dólares,
una cifra que satisface las expectativas en este
orden.
En cuanto a las preferencias electorales para
la consulta del 30 de julio, las encuestas siguen
dándole una ventaja a Chávez sobre Arias Cárdenas
de alrededor de 20 puntos porcentuales
(55 contra 35, 50 contra 30, etc). En un lejano
tercer lugar aparece Fermín, con un porcentaje
de 6. Pocos dudan de la victoria del actual presidente.
¿Cómo ves "el contrapunto" que se está viendo
con mucha claridad entre la Iglesia católica
y el gobierno del presidente Chávez?
A mi juicio, no era de extrañar. A pesar de
los grandes cambios que buena parte de la iglesia
institucional experimentó a partir del Concilio
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Vaticano 11, las actitudes oficiales de la mayoría
del gran clero siguen siendo conservadoras
o, en el mejor de los casos, contradictorias. Aunque
la confe rencia episcopal venezolana no
quiera reconocerlo, es evidente que la iglesia está
dividida en sus opiniones políticas. Las mismas
represalias adelantadas contra Monseñor
Moronta o contra el padre Gazo (párroco de
la parroquia universitaria por años), así lo muestran:
ambos fueron enviados a oficiar a la frontera,
si duda por sus opiniones favorables al actual
proceso de cambio,
En cuanto a la feligresía, el cuerpo seglar de
la iglesia, no hay dudas: la gran mayoría apoya
al presidente y votará por él.
Creo, no obstante, que la confrontación sin
matices con que tanto Chávez como algunas
figuras prominentes de la administración han
respondido ante algunas declaraciones adversas
por parte del gran clero, no representa una
estrategia adecuada. Chávez, católico confeso,
no debería responder directamente a esos ataques.
Debería enfatizar su práctica cri stiana de
solidaridad con los desposeídos (una enseñanza
presente en la iglesia de los primeros tiempos,
sobre todo).
~'Cuál es la razón, o las razones si hubiese más
de una, por la(s) cual(es) se ha levan tado una
oposición notoriamente dirigida por los partidos
que se creían fenecidos después de la elección
de Hugo Chávez?
También esta reagrupación era previsible.
Luego de las escisiones internas y de las barridas
sufridas en los procesos electorales del 98
Y 99, tanto Acción Democrática como el partido
Socialcristiano (COPEI) entraron en una
etapa de inmovilización o estupor. Sin mensaje,
sin líderes de arrastre, cuestionados por sus
propias bases, los dos partidos que compartieran
el poder desde el año 58 (caída de la dictadura
de Pérez jiménez), se encuentran en bancarrota
tota l. Algunos de sus líderes con cierta
influencia regional residual, como Antonio
Ledezma en el municipio Libertador del Distrito
Federa l, se han apresurado a renunciar a
su vieja tolda, y fundar su propio partido, conscientes
de que toda referencia al antiguo partido
(AD en este caso) es peso muerto en sus
espaldas.
La aparición de Francisco Arias Cárdenas en
el escenario electoral, a nivel nacional, representó
un súbito resurgimiento de las esperan-
a
zas de la derecha, a pesar de las declaraciones
del propio Arias que intenta tomar distancia de
ella, sin lograrlo. Arias, militar retirado, compañero
de C hávez en la constitución original
del movimiento MBR 200, juramentado de la
revolución bolivariana y alzado en el 92 junto
a Chávez, vive un dilema que debe tenerlo atormentado
y que procede del carácter de la gente
que lo apoya. ¿Quiénes respaldan a Arias? La
mayo ría está integrada por los mismos que
votaron por el "No" en ocasión del referéndum
aprobatorio de la nueva constitución (que fue
aceptada con un porcentaje de 71 contra 29).
Es este 29% el que constituye la "gran base" de
Arias: gente de derechas que votará por él con
la nariz tapada, mirando hacia otro lado y afilando
el cuchillo para pasárselo por el cuello
tan pronto se presente la ocasión. La pequeña
fracción restante de apoyo procede de diversos
partidos, movimientos, grupos o individualidades
que abarcan todos los matices del espectro
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político desde Bandera Roja en la extrema
izquierda hasta Visconti y su grupo, en la extrema
derecha. Todos se odian ent re sí. Cada uno
desconfia de los otros. En el supues to imposible
de una victoria suya, Arias, simplemente, se
sumiría en el caos.
lCómo se ubican, cómo responden los intelectuales
venezolanos, vistos en diversos bloques
(si es posible hacer alguna especie de identificación
de ellos) ante el fenómeno Hugo Chávez?
Los intelectuales venezolanos, como el resto
del país, se encuentran divididos. Con la diferencia
de que, en este caso, la mayoría adversa
el proceso de cambios. No hay que olvidar que
muchos de ellos estuvieron protegidos, f.worecid
os, sostenidos incluso, por los gobiernos
desaparecidos, hoy, simplemente. lamentan la
ausencia de esos favo res especiales. Estos constituyen
un primer grupo. Un segundo grupo
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está representado por quienes se oponen ideológicamente
al régimen, digamos la derecha
ortodoxa. Un tercer grupo es el de los desinformados:
aquellos que creen en todas y cada
una de las barbaridades que lanzan los medios
enemigos del proceso (yo diría que el 900/0 de
los medios está en contra de Chávez): piensan,
por ejemplo, o qu ieren pensar, que Chávez es
un dictador. La verdad es que no he vivido en
este país un período de mayor libertad de prensa
que el actuaL Luego tenemos un cuarto grupo,
donde encontramos algunos militantes o amigos
de la izquierda ortodoxa, que ya sea por
despecho ("tenemos cuarenta años tratando de
hacer estos cambios y ahora viene este advenedizo
y nos roba el show") o por incomprensión
(apego estrecho a criterios ortodoxos
de juicio o a categorías que no pueden ser aplicadas
en este caso) se han mantenido al margen
o se han prestado a hacerle el juego a los
enemigos del proceso. Hay un quinto grupo
que estima que es muy temprano para tomar
partido y que hay que esperar la etapa de énfasis
en los cambios sociales y económicos para
saber a qué atenerse. Un sexto grupo, fra ncamente
en minoría, apoya el proceso, más allá
de las diferencias específicas que puedan abrigar
en relación con éL
¿Se ha reflejado este mar de cambios -a veces
muy confusos para Europa- muy claros para los
venezolanos, si se parte de la base que los generaron:
la corrupción política y administrativa
y supuestamente, una constitución obsoleta en
la producción literaria?
Creo que es todavía temprano para que la dinámica
de los cambios históricos que estamos presenciando
se traduzca en el plano literario. El
proceso es demasiado nuevo. Existe, claro está,
una tradición que se ha nutrido de elementos
políticos o sociales, como la poesía de Víctor
Valera Mora, el inolvidable "Chino" (ya 1:,l1ecido)
o de William Osuna, o la narrativa de Luis
Brito Carda o, al menos en parte, José Balza,
para citar sólo algunos.
('Cómo ha cambiado la percepción de la realidad
de Venezuela de hoy en Carlos Noguera,
un escritor que primeramente había explorado
el mecanismo social y el compromiso de su generación,
de la generación del 60 y 70 (¿110 es así?)
y luego, más recientemente, que ha sumergido
en una especie de exploración de los mundos
interiores y sus relaciones con la conciencia de
las cosas, del amor y del desamor, de la fidelidad
con los orígenes ... mientras en el exterior
(el mundo de la realidad política y social) "se
sienten", desde la ventana, los tanques que se
despl,?Zan en la ("lle ...
En las tres novelas que he publicado hasta el
momento, está presente el componente político.
Por supuesto, con énfasis e inflexiones distintas
en cada ocasión. Fuerte y en primer plano
en el caso, por ejemplo, de inventando los días;
más a la sordina en el caso de Juegos bajo la
luna; en contrapunto bohemio en Historias de
la CaJ/e Lincoln. Tengo una cuarta novela, La
flor escrita, en prensa, en monte Ávila Editores
(concluida en el a¡jo 1997), uno de cuyos
ejes anecdóticos es el célebre caso de la corrupción
bancaria en los tiempos del llamado viernes
negro (1983). En el presente, trabajo en
una quinta novela que responde en parte al asunto
de los desaparecidos políticos en el régimen
de Raúl Leoni (1964-1969, Acción Democrática),
un verdadero pionero en esta práctica que
más tarde el Plan Cóndor, en Uruguay, Argentina
y el Chile de Pinochet aplicaría como
modalidad de exterminio masivo.