OEMAS
Al A TORRENT -LENZEN
ina Torrent-Lenzen nació en Barcelona en 1957. En su ciudad natal
estudió guitarra clásica; más tarde se especializó en laúd barroco,
vihuela y tiorba con Hopkinson Smith en la Schola Cantorum
Basiliensis (Suiza). En Alemania descubrió su gran amor por las
lenguas: estudió Filología Románica y Lingüística Germánica en la Universidad
de Aquisgrán (RWTH Aachen) yen 1997 finalizó su doctorado sobre un
tema relacionado con la lengua catalana. Ya desde su juventud escribe poesías
en castellano y en catalán. Ha publicado libros y estudios en los ámbitos de
la lingüística y de la literatura, así como de la ciencia, docencia y práctica de
la traducción. Últimamente ha traducido la poesía completa de Günter Eich
del alemán al castellano, obra que saldrá a la luz próximamente. Su segundo
poemario, Edulcorantes para una cucharadita de vida, se publicará igualmente
en 2005.
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M
POÉTICA
e solicitan ustedes, mis queridos amigos de La
Laguna, una poética que acompañe a mis poesías
sobre Derechos Humanos, y leo el e-mail
en el que me lo piden nada más ni nada menos que el 27
de enero de 2005, fecha en que se conmemora el 60 aniversario
de la liberación de Auschwitz. No sé si creer en las
casualidades. El caso es que con la poesía ocurre como con
la vida: que puede adquirir infinitos sentidos. Pero, ¿qué
es poesía cuando la necesitamos para describir los horrores
del mundo: explotación, vejaciones, crueldades, penas ... ?
Ya dijo Llull, el gran sabio y poeta medieval, que los afectos
se agrandan y expanden con las palabras. Y creo que
en ello reside la poética que explica o justifica estas poesías
sobre temas tan amargos: las escribí porque me permiten
manifestar con más fuerza -también con la fuerza de la
forma- mi pesadumbre e indignación, y también porque
. . .
me permiten transmltlr estos Sentimientos.
Colonia, 27 de enero de 2005
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P or entre nubes de polvo añejo
que levantan los coches
surge un niño:
. .
no tIene piernas,
va montado sobre un patín,
rema con sus braciros
por entre e! tráfico,
coches y camionetas
saltando a su lado,
a ver quién esquiva más baches
más deprisa ...
La ciudad de las alegrías,
se aurodenomina,
e! París de! Este,
quisiera que la siguieran llamando,
sus pseudo-parisinas con zapatiros de Cenicienta
no podrían correr
si las persiguieran los muchos perros,
famélicos, enfermos, moribundos,
que merodean por la ciudad,
pero tampoco a los perros
les sobra ni una brizna de fuerza
y sólo ladran de noche
a la incertidumbre,
que ahora intenta dormir ...
90 CLAI1FRf"O\ DH An:\Hl
La ciudad de las alegrías
cobija más de una tristeza,
más de una carita sucia y esperanzada,
el niño-patín roma la calle
a la derecha,
se dirige a un parque
donde lo espera su madre,
una hermosa gitana,
íi urasc oigo a mis espaldas,
"1 os o d1·0" . . •
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A los cinco años
te colocaron un martillo en la mano
y te mandaron a la cantera
a triturar pedazos de roca
hasta convertirlos en arena fina.
El polvo, los trociros de piedra en el aire
y las pesadas cargas
te causaron enfermedades,
te estropearon la vista y la espalda,
te minaron el alma.
En tu pueblo ya nadie se acuerda
de cuándo empezó la esclavitud.
Las deudas se heredan, dicen los ancianos.
Tus dedos, ahora gruesos y amazacotados,
nunca jugaron con la arena.
fII
Contra la mutilación genital
de mujeres y niñas
N O hay grito que pueda detener tu sangre,
sangre, sangre
y más sangre todavía:
hoyes un líquido que fluye como el agua
por entre tus piernas,
como el agua del río,
..
roJiza
cuando se lleva la tierra,
sólo que
la sangre duele
cuando se te lleva el alma;
hoyes un líquido por el que fluye tu pueblo,
infinitamente más ancestral
que tu insignificante persona.
No hay lágrimas que te desahoguen,
ni palabras que se hagan eco de ti,
ni paredes que te escuchen,
ni tablas en las que puedas leer
una ley,
y cuando dejes de sufrir, muchacha masai,
tu pueblo también habrá dejado de existir:
éste es el precio de tu cultura.
En la techumbre de la choza
se cierra el firmamento,
cada vez más firme,
cada vez menos estrellas fugaces,
hasta que llega,
para sIempre,
la oscuridad.
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e uando se elaboró la Declaración Universal
de Derechos Humanos en aquel hisrórico mes
de diciembre de 1948, los redacrores escuvieron
dudando de si sería peninente introducir
el derecho a ser como uno es. Después de
largas deliberaciones, decidieron prescindir
de un derecho ran elemental, porque -así
rezaban sus argumenros- pensaron que, ante
una nueva era que auguraba el rriunfo de la
amniocentesis, de la cirugía esrérica y de los
poringues más perdiversos y en que incluso la
Real Academia Española acabaría aceprando
un angloamericanismo semántico ran signincarivo
como lo es la acepción posiriva de la
palabra sofisticado, igualmente nadie lo ejercería.
Por lo que decidieron ahorrar rinra.
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M ejor no saber
cuántas veces apretó el gatillo
tu veCInO,
a cuántas personas
habrá ajusticiado
aquél que cruza ahora la calle
en nombre de no se sabe qué justicia.
En mi pequeño pueblo alemán
algunos hombres recuerdan todavía
con orgullo
su juventud en la ss.
Mejor no saber
en ningún lugar del mundo
qué deudas de la historia
hemos heredado,
qué máscaras llevamos
para esconder el pasado,
qué complejos superamos
con la arrogancia del ignorante,
de dónde hemos aprendido nuestro papel
de conquistadores despechados.
Pero el eterno conquistador
regresa siempre sin botín.
Mejor no saber
cuánto valen esos niños
que venden ahí,
en la tienda de al lado,
mejor no leer
el currículum
en las caras de los transeúntes.
94 C UADERNOS DEL ATENEO
L\ HhTORI¡\ I'LSA \IA:, (~L'I' II I lltRIZ()
Al cabo de veinte, cincuenta,
cien, qUInientos años,
la historia sigue insistiendo
en reafirmar su hegemonía.
Los pueblos cambian, sin duda alguna,
su manera de mirar, de amar,
de sentir la vida,
la repatriación o el destierro,
aunque entran,
sin darse cuenta,
en épocas nuevas
con viejas inquietudes.
Algunos casi lo han logrado,
salir airosos del paso de la historia,
han podido esconder sus huellas
-pero no borrarlas-o
Ni siquiera las revoluciones
han solucionado el problema
de no poder romper con el pasado.
Ya lo dice el étimo:
solamente das
una vuelta para atrás.
Lo importante es tergiversar
-piensan algunos-para
la justa paz de la memoria,
muy especialmente
en países fustigados por una historia
que parece pesar más que el hierro.
o MAS
JOSÉ LUIS ZERÓN HUGUET
rihuela, 1965. Cofundador y director de la revista de creación
Empireuma. Galardonado con el Premio Internacional de Poesía
"Nicolás del Hierro" (1999) Y el Premio Nacional de Poesía
Ciudad de Callosa (2000). Ha publicado las plaquetes Amíteba,
con Ada Soriano (Orihuela, Minerva, 1987) y Alimentando lluvias (Diputación
de Alicante, 1997); y los poemarios Solumbre (Ediciones Empireuma,
1992), Frondas (Ayuntamiento de Piedrabuena y Junta de Comunidades de
Castilla-La Mancha, 1999) y El vuelo en la jaula (Universidad de Alicante,
2004). Ha sido incluido en varias antologías. Poemas suyos han sido traducidos
al italiano (revista "Pagine") yal rumano (revistas "Caiete internationale
de Poezie", "Contemporanul" y "Lumina Lina").
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e POÉTICA
reo que el poeta practica un oficio paradójico
y fronterizo con dolor, asombro,
astucia y mucha intemperie. Necesita
de la desesperación y, al mismo tiempo, ha de ser
sobrio. Y si es un desesperado no puede aspirar a
comodidades y recompensas. Por otra parte, el oficio
poético resulta tan intenso y gratificante para el
que escribe o comparte lo escrito, como aburrido e
inútil para la sociedad. En lo poético desconfío de la
palabra destinada a acarrear consignas. No creo que
haya que dejar a cargo del poema misión alguna.
Por lo tanto me resulta ingenuo que un individuo
pretenda cambiar la realidad social con un puñado
de versos, lo cual no quiere decir que el poeta deba
aislarse en una torre de marfil para dedicarse única y
exclusivamente a la creación, aunque a veces aislarse
y escribir también es una forma digna de rebeldía
contra tanta sinrazón. Como hombre de periferia
que es, el poeta ha de evitar la sociedad del bienestar
comprometiéndose con la parte menos favorecida
del mundo, y ha de hacerlo, pienso, con otros medios
más eficaces que la palabra poética.
Cuando digo que se necesita mucha desesperación
para escribir estoy hablando del estado de
alteración al que nos lleva la palabra cuando todas
las certezas han caído y todos los valores han sido
desacralizados. El poeta es un desposeído que ha de
edificar en el paisaje esquilmado, allí donde la armonía
entra en consonancia con lo espantoso. Pero
para que el poema se le revele en la devastación ha
de escuchar, ha de prestar atención asombrado, no
hay vuelta a los orígenes sin asombro, vínculo revelador
entre la realidad y lo imaginativo maravilloso.
Penetrar. Ver. Saber. Como dijo W Benjamín, "la
atención es la oración del alma".
96 CL~mRr-;()~ [)I' ¡ A I !-r...:Hl
El poeta opera con las posibilidades que le abre
el lenguaje y los límites que le marca, por eso vive
siempre en el exilio y la carencia. Lo que más me
importa de la poesía es el drama, despreciado por
las modas imperantes, que sufrieron muchos poetas
resistentes que no obtuvieron beneplácito alguno:
Miguel Hernández, César Vallejo, Paul Celan, Silvia
Plath, Alejandra Pizarnik ... Los movimientos,
grupos y tendencias literarias me interesan sólo
como sociología de la literatura, y me trae al fresco
toda la producción "perfecta" que puede conseguirse
sólo con el oficio, e igual me ocurre con la
"originalidad", que surge fácilmente de la vana temeridad
que hoy tanto cauriva a los críticos, quizá
porque así apuestan sobre seguro. En mi opinión, a
la poesía actual le falta misterio y le sobra realidad
y evidencia.
Yo he cobrado fama de poeta intransitivo y hermético
por mi búsqueda de lo trascendente. Algunos
dicen que escribo al borde de la imperfección y
que lo hago de espaldas a la realidad contemporánea,
como si existiera una única realidad que nos ha
sido dada. La realidad exige que se la busque. Quizá
lleven razón, pero yo no escribo poesía para cambiar
el mundo, tampoco para entretener o ser reconocido.
En mis poemas intento alcanzar lo ignoto, pero
sin renunciar a la materia como presencia. Escribo,
valga la paradoja, para sentir el hallazgo en la pérdida
y celebrar la orfandad. Y cuando pienso en el
Otro que me huye es a través de una palabra que
aguarda su permanencia.
Conste que he escrito sin pudor alguno este
texto aun a sabiendas de que en poesía no hay verdades
absolutas y que cualquier texto teórico obliga
al autor a simplificar dogmáticamente. La poética
verdadera de un poeta se encuentra en sus versos.
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E'PIII:-'\IU Di" 1 \ \1 \ \ (1)
Lo más bello está
cerca de lo más corrupto
A.Colinas
Acurrúcate en la tierra de las cañadas y descubre las
primeras floraciones. Dichosa la existencia cuando
sientes los aromas del espliego y te ciegan las primeras
fulguraciones de las gayombas. En el horizonte el centeno
eleva sus murallas.
Todos los vientos siembran y los fuegos fundan.
Báñate en los arroyos de luz que socavan la peña, aunque
no te esfuerces en poseer esta claridad que se pulveriza en
las cimas. Embriágate con todas las savias, pero duerme
al acecho, porque llegarán los desecamientos y beberás el
limo de la crecida.
Sólo las fuentes manan perpetuamente en la memoria.
98 CUADER:';O\ DLl AnNlO
l: <.., PI J 1<.., \ 1 O.., /) l • \ \ 1 \ \' \ (:¡)
Una sola ráfaga de brisa matutina me arrebata, y en el
colmado abrazo la sombra alumbra el verbo. Escucho,
pongo atención extrema de todos los sentidos a lo que las
palabras de la luz van a decir. Miro la jubilosa dilatación de
los brotes y el ojo se adentra y se extravía en la expansión .
El elocuente incendio de la mirada perfora el himen.
Asisto a la desfloración de un nuevo día y abrazo todas
las preguntas. En las llagas se ondula la mies y ya asoman
los verdes en la blancura de las llamas. Todo apunta hacia
la perfección y yo voy temblando de júbilo como el lirio
amarillo entre los ásperos matorrales de la zanja.
La naturaleza ha escrito su infinito que pronto va a ser
un rastro de cenizas. El vacío nunca se puede agotar.
J." J"
CL.'AlnRMl\ mI A nNH) 99
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1 ()" III 1 R I ()
Nombra demiurgo el paisaje y dótalo de un grado de
existencia humana. Arráncale la primera palabra a la naturaleza,
que la oscuridad está llena de invocaciones. Hay
caminos ilímites que se bifurcan y se extienden en las sonoridades
de la creación. Muéstranos el paraíso donde los
árboles frutales ascienden para cercar y retener la noche.
Vamos, nombra ya lo que nuestros ojos ansían.
11
Escuchamos los murmullos de alguna voz soterrada en
el oscuro caserón. Evocamos enronces presencias en las
ruinas donde las hierbas venenosas conviven con el árbol
sagrado.
Ya no hay nadie, pero a veces rodavía percibimos el
rumor vivo de la savia del sueño. Las lámparas del silencio
convocan rodo lo frágil y los ojos acechadores ven en lo
oscuro la inagotable sorpresa de sus anhelos.
11 1
Detrás de los cipreses las luciérnagas exhiben una dulzura
esmeralda que lleva roda la impronta de la caducidad. Las
hebras de luz danzan hurañas y apetecibles en los recovecos
del cañizar, donde las esfinges vigilan el sueño. Hay
en nuestra memoria un griro de angustia por rodas estas
insignificancias que habrán de desvanecerse como un misterio
de imposible solución.
100 Cl-'.m-RSO\ml A[I'~O